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ciencia cuya índole consiste en poder ti-'pificar cada situación, teorizar sobre lamisma, y entenderla en relación con susigllificado interiOl-, mas no res~)ecto asu fin.
En este sentido, lo estético es un valorinten ivo de los más puros: el objeto pore! objeto mismo. Para que una cosa seabella es necesaria la impresión positivade su belleza; ésta es un va'or espiritualsuperior separado de significación utilitaria. La vivencia estética es, de este modo, inmanente. e hablará de belleza como de algo que se manifiesta realmente,aunque, en este caso. no es indi pensableque se .produzca efectivamente; basta CO!1que exista como representación, idea oapa riencia.
Empero. el campo estético no debe considerarse como una parte de la vida humana que pueda ser examinada sin relación con sus formas y contenidos de manifestación. Como en la antropología social, Kainz considera que la estética debeser enfocada desde un punto de ~lista tot"i de la cultura, ya que el hombre existey vive como una integridad. Cada una delas funciones humanas no puede separarse de las demás, porque su sentido seencuentra determinado por ,~sta interdependencia. Un hombre siente, piensa,quiere y hace: es una totalidad cuyaspartes son indispensables de un signi ficado que es integral.
Kainz plantea que, en lo estético, predominan las categorías c_ulturales sobrelas psícológicas. En Cuanto integrada cul
'tqralmente, la estética 'hace primar las actitudes de valor. Como consecuencia. elmétodo correcto a emplear en la investigación estética cOllsistirá en añadir a la~
estét;cas deductiva e inductiva la intuititiva, o fenomenológica. Esta última constituirá un desprendimiento de la estéticafilosófica.
La estética '·intuitiva tiende a manifestarse dentro de' {¡~a actitud sistemáticamente objetiva; enfoca desde el puntode vista psicológico y sus intentos de conocimiento se dirigen a "penetrar en laesencia de la objetividad estética". Encierta manera renuncia, pues, al aná~isis
de la conducta y la vivencia estéticas.Por esta ¡-azÓn. en toda observació:l
psicológica con carácter intl'O's,pectivo existe gran semejanza con la estética intuitivo-fenomenológica. Mediante la observación interior de uno mismo podrá llegarse, por comparación, al .:ntendimientode la conducta estética ajena. Uno mismodebe, por lo tanto, constituirse 'ell jxltróndel análisis estético. La observación delcomportamiento estético ajeno nos dará,por otra parte, la oportunidad de clasificar a ~as persona: en sus correctos' ,ydistintos tipos estéticos: Como vemos, eneste enfoque 'de lo estético se mani fiestauna semejante preocupación a la que encontramos 'en el pensamiento griego del"co;1écete, a tí mismo" 'como punio elepartida de toda comprensión~:del,i11lmdO.
El correlativisn~oestético de Kainz consiste, pues, en establecer una correSDondencia entre "las cualidades del objetoestético y la función conteml)'ativa delsu jeto que las capta". l.a correlación surge del hecho que cualidad y función sepertenecen mutuamente y existen por laacción de la una para la otra. l.a conciencia estética está, así, determinada por lasJ,:ualidades del objeto.
El punto crítico de lo estético se prodt.:ce en relación con un movimiento desinteresado. La conducta estética, segúnKainz, se manifiesta cuando contemplamos o vivimos las formas en libertad intelectual, desprendida la persona de brealidad y libre de las finalidades y losintereses materiales de la existencia. PordIo, la estética se torna vinculación apa-
reneial, en oposición a la realidad efectiva. Todo comportamiento estético seimpone como una relación de valor desintere ada.
Kainz, por el hecho de haberse instalado en el campo de la intuición, de la fenomenología, semejante en muchos puntos a la introspección psicológica, se encuentra, parafraseando a Cassirer,2 en,'entaja sobre el esteticismo metafísico encuanto no está presionado por la necesidad de construir una teoría general elelo bello, sino más bien se obliga a la teoría de lo beJ~o especí ficamente culturalen tiempo y espacio.
Este relativismo señala las mismas ventajas y consecuencias que encontramos enel campo antropológico-cultural. En estecaso, ocurre que la verdad no surge especulativamente, sino todo lo contrario, adquiere vigencia de los hechos, aunque éstosson preferentemente evaluados desde lainterioridad de uno .I~lismo, en particular,en lo estético.
Aquí, en !a estética de Kainz, se plantean problemas profundos de concepciónen los que los límites respectivos elel conocÍtniento y la fundamentación de la estética se encuentran en vías de inteRrarsea una nueva fase de iuterpretación que,por ser más empírica, más científica, eliríamos, viene a despojarse de todo significado idealista y trascendente; por lomismo, concentra a lo estético dentro ,elela realidad esencialista puesta en todaobjetividad humana. ,Funcionalismo elelacto estético y valoración del mismo, constituyen las experiencias fundamentales <Jela situación estética.
1 Friedich Kainz: Estética. Fondo de Cultura Económica. México, 1952, 550 pp.
2 Ernst Cassirer: Antropología. fitosófi~a.Fondo ·de Cultura Ecouómica. México, 1951.321 pp.
EL "EXISTENCIALISMO POSITIVO"o E
Por Enriqu.e GONZA.LEZ ROJO
NICOLA
ABBAGNANO
en el mundo", fórmula queinserta en la caracterizaciónde la estructura; el hecho eleque la "tonalidad afectiva" elela angustia nos revele la nada;la descripción de la utensilidady la signi ficatividad casi en losmismos términos que "El Sery el Tiempo" y, por último, 10que no deja de sorprender, latan heideggeriana "avidez denovedades" bajo el nombre ele"veleidades siempre nuevas".Por eso podríamos decir deeste breviario que son las notas ele una lectura superficialde Heidegger.
Abbagnano intenta fijar suposición, entonces, no sólofrente a otras filosofías, sinoante los existencialismos anteriores; no sólo de situarse-como todo el pensamientoexistencial- contra las fortalezas ideológicas tradicionalessino -10 que resulta de mayorinterés- frente al propio existencialismo. Desdeña, a propósito 'ele esto, y por considerarlos negativos, los puntos devista de Heidegger, los de Jaspers .y-en obras posteriores
su teoría sobre los aciertos delos existencial istas precedentesy recoge, en consecuencia. laterminología, el tono, el planteamiento de los problemas ylos argumentos en contra deotras posiciones filosóficas dePascal, Kierkegaard, Jaspersy, sobre todo, Heidegger: enAbbagnano podemos encontrar,entre otras muchas cosas heredadas del autor ele "¿ Qué esMetafísica?", el juego autenticidad e inautenticidad: la concepción -en su delineamientode la "estructura coexistencial"- del ser con (mit sein);la transcripci6n literal del "ser
D'. E Nicola Abbagnano se. han vertido a nuestro
idioma muy pocas páginas. Bajo el nom
bre de '''Existencialismo Positivo", la editorial Paidos, publicó en 1951 dos conferencias que han sido leídas porbuen número dle personas interesadas en la filosofía "xistencial. El Fondo ele CulturaEconómica !~Os entrega ahoraun OpúsculO, traducido porel Dr. .Tasé Gaos. del pensa-dor italiano: "Tntroducción al maticidad, estructura, sustanExistencialismo", que es un cia, posib'ilidad trascendental,resumen, hecho por ('J mismo I'xistencia, historicidad, etc.,Abbagnano, de su' obra "l.a veremos que son vocablos que
,Estructura ele la Existencia". aluden -con diferencias oAl- través de siete capítulos matices sutilísimos- al mismo
Y. 180 páginas. icola Abba- fenómeno: a la alternativa ,engnano 'es (en un plano técnico que se halla el hombre de Aby un ,tirtuosismo incesante) bagnanoentre optar POI- 10un· feligrés elel viejo culto a que le es auténtico (su sí misla verbosjdad in fecunda y rei- mo. su ser) y 10 que le es interativa. Hay en este b;-evia- a'uténtico (10 disperso o ve~ei
_rio" comQse ha el icho a pro- doso) .- pósito de ciertos filósofos ale- Abbagnano es un existencia-
manes, más tér:minos que fe- lista que ha querido establenómenos deSCritos. Si analiza- _cer ,su concepción a partir de
.mos detenidamente lb que sig:- - los;. más connotados filósofos, nificap, por ejemplo:. problc-: . .c1c, la e:<istencia; quiere RIzar
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a la que comentamos- los deSartre y Camus. Vamos a veren qué se basa esta triple discrepancia. l.-Se opone a Heidegger porque éste predica unasóla posibilidad (la muerte)'que se da como independientede la voluntad humana. En suconferencia "El Existencialismo en una Filosofía Positiva",asienta Abbagnano que la respuesta heideggeriana representa un progreso con respecto alindiferentismo sartreano porque "implica la 'posibilidad c~e
una elección"; pero esta POSIbilidad -no deja de prevenirnos Abbagnano-- "es de hecho una necesidad, porque laelección posible es una sola"."Spinoza ha dicho -reiteranuestro pensador- que elhombre libre nunca piensa enla muerle. Heidegger, que laúnica posibilidad para el hombre es la libertad para la muerte." El hombre de Heidegger,podríamos decir, está coagulado hacia adelante, no puedeevadirse de lo pre-fijado, 10congela el determi.n!smo que sefinca en la autentiCIdad, el velorio y lo macabro. E~. ~eidegger existe la imposl.blhda.elele no ser la nada, de no Ir haciae},Ja de no asistir a la cita (impre~isible, pero necesar.ia) c~nel dejar de ser; es la fllosoflade Damoc1es: la espada de lamuerte se mece sobre la cabezahumana. 2.-Desdeña la posición de Jaspers porque, encambio, pone como lo ajeno ala voluntad humana el ser trascendente, Dios; o sea, porqueve la autenticidad del h~I~?reen algo extraño a su ~eclSlOn:
la trascendencia de DIOS es laque c<mfiere al ho~bre su. ~erproblemático. "Lo mcon~lclO-nal-decía .Taspers aludl~ndo
a esto- no es lo que se qUIere,sino aquello desde lo c~al sequiere". En Jaspers eXiste laimDosibilidad -ya que el seres la Trascen.dencia. lo Circunvalente- de identi ficarse CO~1el ser. - Taspers asienta. escnbe Abbagnano. "que t~elas l~sposibilidades de b eXlsten~la
son equivalentes por su ;omunimposibilidad de se~' mas queposibilidades, es deCIr, de aferrarse al ser que está más alláde ellas a la Tras<cendencia".3.-En 'esta "Introducción alExistencialismo", escrita unaño antes que "El Ser y la Nada" de Sartre, se lanza también Abbagnano en cont:a delo que llama indife:entlsmo.posición que, postenormente,en la segunda confer~nc!a d~l"Existencialismo Pos I t I va,creerá -ver ejemplificada enSartre y Camus. Por ello ~Ii~een este texto, contra los ultlmos, que "una elección que noestá apuntalada por la fe en elvalor que se elige, es imposible;pues el reconocimiento de laequivalencia es ya la renunciaa la el'ección."
La "positividad" de esteexistencialismo no es otra cosa, por tanto, que el deseo de,sustraer las determinacionesnecesa rias (Heidegger J aspers) y la indiferencia (Sartre). Intenta crear un existencialismo que no esté determinado (por el ser o la nada) yque no sea indiferente en unsentido axi9lógico. Si en Heidegger no hay más posibilidadque la de no ser, y en Jaspersla imposibilidad de identificarse con el ser, en Abbagnanohabría la posibilidad de relacionarse con éste. Por eso, define el pensador italiano alhombre como "algo más quela nada, algo menos que elser". En esto radica, expresado a vuelapluma, el existencialismo positivo.
A nosotros nos parece queAbbagnano fracasa en todo loque se propuso realizar: queriendo perfeccionar a Heideggel', Jaspers y Sartre, no haceotra cosa que oscilar, ec1écticamente, entre ellos. A la relativa coherencia de los pensadores mencionados, opone undescabellado afán de originalidad y una serie de balbuceosque constituyen un galimatíasverdaderamente farragoso.
Antes de aclarar por quénos parece que Abbagnan0fracasa primeramente en supolémica contra Jos existencialistas y luego el) su crítica aotras posiciones filosóficas,nos gustaría llamar la atención sobre la semejanza quese puede advertir entre la sustancia spinozista y la existencia (o estructura) en Abbagnano. Spinoza se oponía, enefecto, a la concepción de queDios (o la sustancia) actuaraseRún fines, porque éstos-independientes de la voluntad S'uprema- serían tambiénsustanciales, y dos sustanciasinconexas entre sí, en el sistema de Spinoza, son inconcebibles. Pero Dios tampoco actúa arbitrariamente, no riResus actos con indiferencia, sino que se comporta de acuerdo con su naturaleza. Puesbien, Abbagnano -ignoramossi conscientemente o noaplica estas características delDios spinozista al hombre: laindependencia de la sustanciacon respecto al fin, ¿ \10 la haHamos nuevamente en la negación del determinismo heideggeriano-jaspersiano? Laactuación no arbitraria deDios ¿ no recuerda el comportamiento axiológico del hombre de Abbagnano? En Spinoza habría ya, por decirloasí, el "existencialismo positivo de Dios"; en Abbagnano,el "existencialismo positivodel hombre". Ya decía Ortegaque: "la doctrina del ser viviente sólo encuentra en latradición c o m o conceptosaproximadamente utilizables
los que intentó pensar la doctrina del ser divino."
Volviendo a la tesis deAbbagnano, podemos afirmarque su "positividad" tiene dossentidos: a) es un afán deconservar en la problematicidad humana -en u aptitudde optar- toda posibilidad(incluyendo la del ser jaspersiano, y la de la nada heideggeriana). b) Es un intento derehuir el indiferentismo queparalizaría toda elección. Anosotro nos parece que fracasa en esta triple polémica porlo siguient~: J. u ataque aHeidegger y a Jaspers resultaineficaz porque, tratando deescapar de una posición negativa, de un existencialismo"determinista", cae en otro.Cualquiera que sea el ser auténtico de Abbagnano -lo queestá en la obscuridad más impenetrable- tiene que constituir un nuevo "determinismo", ya q~e no localizar rígidamente una determinaciónno significa dejar de estatuirun "determinismo", imprecisodesde lueRo, pero tan evidentecomo el de Heidegger y Jaspers. 2. Contra el indiferentismo también fracasa ya que.por más que nos hable del"valor" y de la presencia de l?auténtico, como esto no estadebidamente aclarado, como,en última instancia, sabemosque existe pero no sabemosqué es, el valor se vuelve alg.ofugaz, discretamente esco.n~ildo para no caer en las pOS1C~0
n e s heideRgeriano-jasperslanas e ilocalizable de maneraapodíctica; y un valor "cualquiera que' sea".. se encuentreen el escondite en que se encuentre, relativiza la preferencia y vuelve de hecho, aunquevergonzantemente, al. pl~nodel indiferentismo .1xlOloglco.Cuando hablábamos del eclecticismo de Abbagnano, no hacíamos otra cosa que aludir J
que su "positividad" puede s~rvista bien como un "detertTIlnism~" introducido de contrabando en su doctrina del sero la autenticidad, bien comoun "indiferentismo" inyectadoreDentinamente en su concepción mediante la tesis de laimp;ecisión del determinismoque estructura el ser, el. sí101úsnw); Abbagnano q:-Ilerecompletar o superar a Heldegger y Jaspers con Sart.r~ y Camus e intenta modificar y
, '1·perfeccionar a estos u.tUTIOScon los primeros; resultadode todo, es que lo que se niegade unos (la determinación. laindiferencia) es lo que sirvepara superar a los otros: alheideggerismo- jaspersismo 10"humaniza" con ese poder 1'11
gallcharse libremente al serque se identificaría plenamente, de haber coherencia enAbbagnano, con el "indiferentismo"; y al sartrismo-camusismo los torna "positivos" al-
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zando un ca tillo de valoresedificado en un sí mismo quese identificaría radicalmente,de haber igualmente coherencia en nuestro pensador, conel "determinismo". Como, visto desde el indiferentismo,Abbagnano parece sostenerun determinismo, y como, orprendido desde el determinismo, semeja ustentar un indiferentismo, se ha querido veren la po ición de e te existencialismo una síntesis: nada de eso; lo que hay e uneclecticismo vacuo, superficial, aparatoso y contradictorio por ¡Ue, coherentemente,no se puede mantener la simultaneidad de una existenciaproblemática Undiferente enel fondo) con un valor no indiferente fincado en la autenticidad.
Otra discrepancia con losexi, tencialistas la encontramos en que Abbagnano ve enla autenticidad un deber sery .en la dispersión -o vidainauténtica- un pecado. Traicionando la letra del texto heideggeriano -<Jue no el espíritu- hace la incomprensibleigualdad del ser con el deberser, lo que trae dos proble~
mas: A) ¿ Cómo reconocer miser? Falta, al través de todoel opúsculo, o al menos no esalgo explícito, un criterio quesirva para identificar una actitud auténtica; y falta, agreguemos, porque revelarlo si&"nificarÍa caer en un determinismo preciso. Si mi ser noestá ya fijo, en un determinismo necesario, sino que tengoque elegirlo (como en el sartrismo) ¿ cómo reconocer loslímites de mi propiedad, si 10veleidoso se presenta como 10ilusoriamente auténtico? B)Además ¿ por qué debo ser misí mismo? ¿ Por qué debocomportarme como consciel~tede mi ser? Claro que estas ultimas preguntas carecen desentido después de mostrar lavaguedad e imprecisión conque se nos muestra el sí mismo; pero la reiterada identificación de Abbagnano entre elser auténtico (con su brumalondinense a cuestas) y el deber ser, trae, además de .1aprimera afirmación de suyo 111
comprensible,. é s ~ a o t r a .(agrandada a~n mas P?r .b~sarse en una mcoherencla 1111
cial) de la identi fi~a~ión g:ratuita de un ser hlllcIIzo e 110calizable como es el sí 1,nismocon un deber ser implantadoarbitrariamente.
Ya con estas aclaraciones,poclemos referirnos a las críticas que hace Abbagnan.o sobre las posiciones no eXlstencialistas de la filosofía moderna. La existencia humanase puede explicar ~o.r la ~lternativa o problematlCldad mherente en su conducta: o seaque el hombre puede optar entre lo auténtico y lo inautén-
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tico. Abbagnano acepta estacaracteriza.ción incondicionalmente: es lo primario y fundamental, es la estructura dela existencia. Basándose enesto, se lanza contra -el objetivismo científico (que trata,según Abbagnano, aL hombrecomo cosa) y contra el imnanentismo (que lo trata comouna raZÓn no individual). Elexi, tencialismo de Abbagnano,en una pretendida tercera posición gno eológica, rechazatanto el objetivismo (que reduciría ·el filosofar al ser) como el inmanentismo (que reduciría el ser al filosofar);pero una filosofía que esencializa, como bpen existenciali.smo, el no ser, la existencia,la gratuidad, etc., tiene' quetropezar con el problema devolver nuevamente al idealismo o, en el mejor de los casos, de no crear propiamenteuna filosofía, si por ésta entendemos la explicación orgánica de lo dado. Como 10 quese universaliza, diremos paraexplicar esto último, es la des-
RAÚL LEIVA, Danza para C1ta1th. témoc. Los Presentes. México,
1955. 84 pp.
D. Alfredo Chavero escribió al final de su Historia Antigua y de la Conquista: "Moría ya la tarde prometiendotormenta, y entre nubes rojascomo sangre se hundió parasiempre el quinto sol de losmexica." La Historia aceptaesta afirmación; pero na laPoesía. Donde la Historia veun hecho objetivo, incontrovertible, la Poesía penetrabuscando realidades más hondas; y encuentra que el venerodel heroísmo y la sangre deuna raza no se ciega por lasimple obra de una conquista,así quede sepultado por inmensas montañas. La Poesíabusca entre las raíces del hecho objetivo, y más allá, noimporta qué tan profundamente soterrado se halle el objetode su búsqueda. y entoncespuede ocurrir tal cosa comoésta: que se vea que el quintosol de los mexica no se hundió para siempre aquelh tardeen que Cuauhtémoc cayó enpoder de los cpnquistadores.Raúl Leiva, en el poema "Danza para Cuauhtémoc", enuncia esta verdad poética, tanválida. por lo menos, como laverdad histórica.
El poema se desarrolla siguiendo los pasos de un ciclosolar. El ciclo solar, o "NahuiOllin" de los aztecas. constade cuatro movimient~s. unopor cada estación del año. Lomismo que la "Danz::I paraCuauhtémoc" .
En el "Nahui Ollin" de la"Danza" hay dos figuras centrales en cuyo torno ~ira r lpueblo. Estas figLlras srnCuauhtémoC' y la Muerte. En
cripclOn escueta e irreflexivade 10 inmediato -de 10 que sincesar nos pasa conscientemente a cada uno--,- ello no constituye una filosofía: nada explicita, sólo muestra. Pero elcaso más frecuente es el demostrar al hombre como el serque se hace -y no que está,en última instancia, obligado ahacerse-, y al sentar esta realidad como lo primario e incondicional, se cae (ya que no
. es una mera descripción) enel mila.gro de ver al hombrecomo causa sui, milagro delque tanto usan y abusan losexistencialistas, y, así se saltadel marco de lo comprensibleal cuento de fantasmas, delbarco moderno al arca oe Noé.
Si se diera esta caracterización de la existencia comouna descripción inmediata -yno se intentase condicionarla,porque lo impidiera una seriede razonamientos agnósticosse daría más fe, por así decirlo, a un orden de ideas subjetivas (la desconfianza, elrecelo, la duda) que a la obje-
el primer mOVimiento, que vade la primavera al verano,Cuauhtémoc propicia a laMuerte; en el segundo, laMuerte es aliada de Cuauhtémoc; en el tercero, que marca el invierno de la derrota,la Muerte se ha unido a losextranjeros; en el cuarto, quees el retorno a la primavera,Cuauhtémoc vence a la Muerte.
Un sopro fatídico es elpreámbulo del poema:
"El aire era misterio,atmósfera de Muertedonde Huitzilopocht1i roía
corazones."
y la desbordante luz de lasimágenes atestigua que la primavera va a fundirse con elverano:
"Toda la luz del Valleanidaba en las plumas:
raíz de los colores, semillade mosaicos" ...
y de pronto acontece elverano, enardecido con
júbilo fiero:"¡ La guerra es una danza!"
Es la estación en que maduran las espigas ameritándosepara las gozosas realizacionesdel otoño. Pero en este veranoel fruto que se cultiva no es elque rinde la tierra, sino el queimpone el destino:
"Es la embriag-uez guerrera,los mágicos ritualesde quiene en las aguas de
la Muerterojo licor hallaron de vida
y energía."
Los Tigres y los .AguiJasd;1fl 7 an D'lra atraers p ~I 'f;worele las eleidades terribles cte la
tividad. Si sólo intentara describir la existencia -cosa quedudamos por el tono de suobra- Abbagnano seda porello todo menos filósofo. Si lapretendiera dar como un milagro (reduciendo, olapadamente, el ser al "filosofar" yla realidad de algo a la idea)sería un franco idealista, y si,por último, no la presentarani como una descripción ni como un milagro, sería un abierto subjetivista por abrir losojos a la duda y cerrarlos agnósticamente a la objetividad.
Con excepción del Sartreactual -y de otros que 10 siguen-, todos los demás existencialistas han dado pruebasde una actitud política sumamente tortuosa. Cuando vemosel paralelismo Heidegger-nazismo y Abbagnano-fascismo,no puede uno menos que preguntarse si existe relación entre el pensamiento de estos filósofos y su posición personalante los problemas sociaJes.La respuesta es, indudablemente, que tal relación existe.
ciudad profanada por Josaventureros castellanos. Y laesperanza del triunfo produceun anticipo deslumbrante dela sangrienta estación ineludible:
"¡ La guerra es una danza!"
Casi inadvertidamente sobreviene el movimiento en quela terrible esperanza se realiza. El ritmo se acelera vertiginosamente. Y en una atmósfera sofocante, encendida,áspera.
"¡ El pie desnudo de laMuerte danza!"
Violentos giros sacudencielo y tierra y allí
Cuauhtémoc aparece"Como el maíz más alto
ele la Muerte."y como". .. un pedernal, un jade
de la Muerte."
Cuauhtémoc es casi la misma persona que la Muerte enla victoria de la "Noche Triste".
El "Nahui Ollin" de la"Danza" se asienta luego 'enel siguiente movimiento: Hernán Cortés ha regresado aTenochtitlán, y la destrucciónde la ciudad y de su pueblose ha consumado:
"La tierra calcinada.Los guerreros han llluerto.Floreció la desdicha.Los ídolos son polvo."
Hembra y traidora como laMalinche, la Muerte danza,sola, entre las ruinas cubiertas de cenizas recientes; y talvez la acompañan tristes yefímeras figuras: las doncellas,
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na filosofía como la de Abbagnano, que está a un pa ode lo místico, a un rezo de lareligión, que se halla oscilando entre el agnosticismo y elidealismo, sirve adecuadamente a un sistema opresivo porque, en lugar de aclarar laideas, la posición de un pueblo, las concepcione verdaderas de libertad, de justicia, dehistoria, de reivindicación, lleva más bien a confundirlas;hace mutis ante el movimientode lo real, el devenir delmundo y de las in tituciones sociales; escamotea un pensamiento sano, coherente, enconcordancia con la ciencia.
A una filosofía de este tipo,tan acendradamente personaly vacia, no podía corresponder más que una actitud negativa. Existencialismo positivo, actitud negativa. Lo quepasa en realidad es que elexistencialismo de Abbagnano.más aún que los otr-os existencialismos, es radicalmente negativo. Lo positivo, en su casO', es sólo una palabra.
que no 10 serán mucho tiempoante la codicia de los conquistadores:
"Que dancen las doncellascon su traj~ de pájaro
-como unas manposasembriagadas de Muerte
chocando en las paredes deun templo ya desierto."
Los gritos de entusiasmohan dado Ilugar a las lágrimas;el orgullo de las bélicas galasa la vergüenza de los harapos; el fragor del combate alcrepitar de las llamas en lospies del vencido. Y la "Dan-'za" adopta un ritmo elegíaco:
"Ya no más esos pies desemiUa salvaje
danzarán sobre el polvocon gozosa alegría:
hoy son caídas rosaso ramas calcinadas de un
árbol esplendente."
La elegía recorre 105 tonosmás desolados de la escalaluctuosa. Y cuando ha llegadoal punto en que la Historia vehundirse para siempre elquinto sO'l de los mexica, surge, frente al injusto aniquilamiento, la afirmación poética dirigida al último Emperador azteca:
"Dormido estás.Despertarás un clía
en que un tambor de júbilose' apodere del aire."
y .el ciclo solar se cierravolviendo al punto de partida:la primavera deL "Nahui
'Ollin" de la "Danza".La nueva primavera, como
la antigua, también está preñada ele cnti.lsiasmo. Pero