La historia de españa Doc

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La Historia de España

Es la propia de una nación europea, que abarca el periodo comprendido entre la prehistoria y la época actual, pasando por la formación y caída del primer imperio global. Los primeros humanos llegaron a la Península Ibérica al territorio de la actual España hace 35.000 años. Durante los milenios siguientes el territorio fue invadido y colonizado por celtas, fenicios, cartagineses, griegos y hacia el 200 a. C. la mayor parte de la Península Ibérica comenzó a formar parte del Imperio romano. Tras la caída de Roma, se ha visto en el Reino visigodo el embrión de la actual España. Dicho reino se estableció en el siglo V y se mantuvo hasta comienzos del siglo VIII. En el 711 se produjo la primera invasión de musulmanes desde el Norte de África y en pocos años estos dominaron gran parte de la Península Ibérica. Durante los 750 años siguientes, se establecieron reinos moros independientes aunque al área total de control musulmán se la conocía con el nombre de al-Ándalus. Mientras que el resto de Europa permanecía en la Edad Oscura, al-Ándalus florecía cultural, científica y artísticamente. Las continuas tensiones entre musulmanes y cristianos tuvieron como consecuencia la Reconquista comenzando ya en el siglo VIII con la resistencia cristiana en el norte de España y a través de los siglos con el avance de los reinos cristianos hacia el sur culminando con la conquista de Granada y con la expulsión de los últimos moros en 1492. Durante este periodo los reinos y principados cristianos se desarrollaron notablemente, incluyendo los más importantes, el Reino de Castilla y el Reino de Aragón. La unión de estos dos reinos a través del matrimonio en 1469 de la Reina Isabel I de Castilla y el Rey Fernando II de Aragón condujo a la creación del Reino de España.

Cristobal Colón tomando posesión de los territorios del Nuevo Mundo.

Cristóbal Colón (lugar discutido, c. 1436-1456 – Valladolid, España, 20 de mayo de 1506) fue un navegante, cartógrafo, almirante, virrey y gobernador general de las Indias al servicio de la Corona de Castilla, famoso por haber realizado el denominado descubrimiento de América, en 1492.

El origen de Colón es objeto de debate y diversos lugares se postulan como su tierra natal. La tesis apoyada mayoritariamente es que nació en Génova, si bien la documentación que existe al respecto no está falta de lagunas y misterios; además, su hijo, Hernando Colón, contribuyó a generar más polémica en este aspecto al ocultar su procedencia en el libro dedicado a su progenitor. Debido a ello han surgido múltiples hipótesis y teorías sobre sus orígenes que lo hacen catalán, gallego, portugués o judío.

El año 1492 es también rememorado como el año en que los Reyes Católicos enviaron al explorador Cristobal Colón a través del océano Atlántico en busca de una nueva ruta comercial con Asia. La llegada de Colón al Nuevo Mundo y el posterior desarrollo del Imperio español llevaron a España a una edad dorada. Durante los siguientes siglos España como una potencia colonial se alza como la más importante nación europea en la escena mundial así como actor central de los asuntos europeos. La literatura y las bellas artes en España florecieron de manera muy significativa durante este periodo, sin embargo, este periodo también es conocido por la expulsión de los judíos y los musulmanes y por el establecimiento de la Inquisición. Durante los siguientes trescientos años, el imperio colonial español cubrió la mayor parte de América del Sur, grandes porciones de América del Norte, las Filipinas en Asia así como porciones de costa en África convirtiéndose en uno de los mayores imperios de la historia. Financiado en gran parte por las riquezas obtenidas en sus colonias, España se metió en guerras e intrigas en la Europa continental, incluyendo, por ejemplo, la obtención y pérdida de posesiones en los actuales Países Bajos e Italia y manteniendo guerras con Inglaterra (incluyendo el famoso fracaso de la conocida como Armada Invencible) y Francia. Con la muerte de Carlos II la dinastía de los Habsburgo se extinguió para dejar paso a los Borbones tras la Guerra de Sucesión. Como consecuencia de esta guerra España perdió su preponderancia militar y tras sucesivas bancarrotas el país fue reduciendo paulatinamente su poder convirtiéndose a finales del siglo XVIII en una potencia de segunda.

El tres de mayo de 1808 en Madrid, pintura de Goya mostrando los fusilamientos de la resistencia española a manos de las tropas de Napoleón.

El siglo XIX fue testigo de grandes cambios en Europa, España no fue una excepción. En la primera parte de dicha centuria España sufrió la independencia de la mayoría de sus colonias en el Nuevo Mundo. El siglo también estuvo marcado por las intervenciones extranjeras y los conflictos internos. Napoleon puso a su hermano José Bonaparte en el trono español, tras la expulsión de los franceses, España entró en un extenso periodo de inestabilidad, la mayor parte del siglo se sucedieron continuas luchas entre liberales, republicanos y partidarios del Antiguo Régimen. La llegada de la

Revolución industrial a finales del siglo, llevó algo de riqueza a una clase media que se ampliaba en algunos centros principales, sin embargo la Guerra hispanoamericana de 1898 condujo a la pérdida de casi todas las colonias restantes.

A pesar de un nivel de vida creciente y de la integración creciente con el resto de Europa, en el primer tercio del siglo XX siguió la inestabilidad política. España permaneció neutral durante la Primera Guerra Mundial. En 1936 España se sumergió en una terrible guerra civil. La guerra acabó en una dictadura fascista, conducida por Francisco Franco que controló el país con mano de hierro hasta 1975. España fue oficialmente neutral durante la Segunda Guerra Mundial; las décadas de la posguerra fueron relativamente estables a pesar de la tremenda pobreza y destrucción reinantes, y aunque durante las décadas de los 60 y los 70 el país experimentó un crecimiento económico asombroso permaneció culturalmente y políticamente reprimido. Tras la muerte de Franco en 1975, a quien sucedió el rey Juan Carlos I, y la aprobación de la Constitución de 1978, en el transcurso de lo que históricamente se ha conocido como la Transición, comenzó una transformación sin precedentes del país que le ha llevado a ser actualmente una democracia consolidada y uno de las mayores potencias económicas del mundo (a pesar de graves problemas como pueden ser el terrorismo de ETA ). En esta época, además, España entró en la Comunidad Económica Europea, organizó la Copa Mundial de Fútbol de 1982, en 1992 se celebraron los Juegos Olímpicos en Barcelona, la Exposición Universal en Sevilla a la vez que se celebraba el V Centenario del Descubrimiento de América por Cristobal Colón. En el año 2002 se adoptaba el Euro como moneda oficial. En 2005, España se convirtió en la primera nación del mundo en permitir el matrimonio y derecho de adopción a las parejas del mismo sexo. España entra en recesión (como la mayoría de Europa) con la crisis económica de 2008-2010.

La Prehistoria

Hembra de Homo antecessor.Artículo principal: Prehistoria en la Península Ibérica

La historia de la presencia humana en la Península Ibérica se remonta a unos 800.000 años, tras el descubrimiento de uno de los primeros antepasados de los seres humanos en el yacimiento de la Gran Dolina en Atapuerca (Burgos) y al que se ha bautizado como Homo antecessor.

Mucho más reciente es la presencia del hombre de Neanderthal, datando en unos 60.000 años sus primeros restos en Gibraltar.

Los primeros Homo sapiens aparecen hace 15.000 años. Las dos especies humanas anteriores se extinguieron, por lo que hay que considerar estos asentamientos como el origen del sustrato pre-indoeuropeo.

Durante el Paleolítico Superior, hace unos 16.000 años, la cultura Magdaleniense estaba presente en Asturias, Cantabria y parte del País Vasco, cuya aportación más notable lo representan las pinturas rupestres de las Cuevas de Altamira. Al Paleolítico Medio pertenecen las pinturas rupestres encontradas en la zona mediterránea de la península, fundamentalmente en lo que hoy es la provincia de Castellón.

Hacia el 5500 a. C. aparece en la península la cultura Campaniforme o más exactamente Cultura del vaso campaniforme. En torno al 3700 a. C. aparecen la cultura megalítica y la agricultura, y se reduce la actividad errante de las tribus.

Para la aparición de culturas que usan los metales debemos esperar en torno al año 3000 a 2500 a. C. Su distribución geográfica es mayor y se considera que la búsqueda de los metales trajo flujos migratorios importantes, destacando Los Millares en Almería, con una gran fortificación, y en el curso del río Tajo en la zona portuguesa actual.

Llegada de distintos pueblos

Dama de Elche, Escultura de una sacerdotisa Ibera. Museo Arqueológico Nacional de España (Madrid).

Tumba íbera de Azaila.

Los celtas llegan a la península en el primer milenio antes de Cristo, ocupando lo que hoy es Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, norte de Castilla y buena parte de Portugal.

La costa peninsular oriental fue ocupada primero por los fenicios. Aproximadamente hacia el 1104 a. C. fundan Gadir (Cádiz)1 2 3 y un poco más tarde, en el 700 a. C. Malaca (Málaga) y Abdera (Adra, en la actual provincia de Almería), llenando la costa mediterránea de factorías.

Los griegos se instalan más al norte de la costa, en Rhodes (Rosas) y Emporion (Ampurias), en la actual zona de Cataluña, encontrando a los iberos y dando las primeras referencias de este pueblo. También fundan la ciudad Akra Leuka (Alicante). Es posible que los primeros griegos hubieran tenido estrechos contactos con el reino occidental de Tartessos (fueron lazos tan fuertes que cuando los griegos fueron derrotados en la batalla de Alalia, Tartessos tocó a su fin), que abarcaba grosso modo el actual este de Andalucía y un trozo del sur de Portugal. Argantonio, último rey de Tartessos, les hubiera

dado dinero y la posibilidad de protegerse dentro de las murallas de su reino de los ataques persas. Una vez allí, los griegos fundan la colonia Mainake (Málaga).

Es el momento en el que aparece Tartesos como civilización en el valle del Guadalquivir. Los datos históricos aportados por los griegos nos hablan de dos culturas presentes: celtas e iberos, unos al norte y otros al sur. Junto a estos convivían en la península los celtíberos en la zona central de la Meseta, con ciudades como Numancia, lusitanos, galaicos, astures, cántabros y vascones. La denominada civilización ibérica tuvo su origen, según la mayoría de los autores, en una mezcla de las aportaciones indoeuropeas de los celtas, de los pueblos íberos autóctonos, de la presencia púnica y griega y de los inicios de la romanización.

Lenguas paleohispánicas

En el siglo III a. C., los cartaginenses inician en la Península Ibérica un proyecto imperialista mediterráneo, en el que fundan Qart Hadasht (Cartagena), que se convierte rápidamente en una importante base naval.

Cartago y Roma entrarán finalmente en una serie de guerras (Guerras Púnicas) por la hegemonía en el Mediterráneo occidental. Tras la derrota en la Primera Guerra Púnica, Cartago intenta resarcirse de sus pérdidas de Sicilia, Cerdeña y Córcega, incrementando su dominio en Iberia.

Amílcar Barca, Aníbal y otros generales cartagineses sitúan las antiguas colonias fenicias de Andalucía y el Levante bajo su control y proceden después a la conquista o extensión de su área de influencia sobre los pueblos indígenas. A finales del siglo III a. C., la mayor parte de las ciudades y pueblos al sur de los ríos Duero y Ebro, así como las islas Baleares, reconocen el dominio cartaginés.

En el año 219 a. C. se produce la ofensiva de Aníbal contra Roma, tomando la Península Ibérica como base de operaciones e incluyendo un gran porcentaje de hispanos en su ejército.

Es en este proceso cuando intentarán someter a la colonia griega de Sagunto, situada al sur de la frontera pactada del Ebro pero aliada de Roma, dando lugar a la Segunda Guerra Púnica, que culminará con la incorporación de la parte civilizada (íbera) de la península a la República Romana.

Hispania romana (206 a. C. - siglo V)

Artículo principal: Hispania Romana

Teatro romano de Mérida.

Tras la Segunda Guerra Púnica entre el 218 a. C. y el 201 a. C., se puede considerar la Península Ibérica sometida al poder de Roma. La campaña de ocupación, tras la expulsión cartaginesa, fue rápida, excepto en el interior (Numancia) y el pueblo cántabro que resistió hasta la llegada de Augusto en los inicios del Imperio romano.

En el 197 a. C., los romanos dividen el territorio ibérico en dos zonas: la Hispania Citerior y la Hispania Ulterior.

El sometimiento total de la península tiene lugar en el año 19 a. C. (tras finalizar las Guerras Cántabras), tras lo cual se divide en tres provincias: Bética, Tarraconense y Lusitania, organización que perduró hasta el Bajo Imperio.

El proceso de romanización entendido como la incorporación de la lengua, las costumbres y la economía romana se inició aproximadamente hacia el 110 a. C. y duraría con toda su fuerza hasta mediados del siglo III.

Dicho proceso fue tan intenso que tres hispanos: Trajano, Adriano y Teodosio fueron emperadores de Roma, y personajes destacados como el filósofo Séneca o los poetas Marcial y Lucano también provenían de Hispania.

Las invasiones germánicas y el reino visigodo (siglo V - 711)

Artículo principal: Invasiones germánicas en la Península IbéricaArtículo principal: Hispania visigoda

La caída del Imperio romano

En la Península Ibérica, como en otras provincias, el Imperio cayó gradualmente, con los procesos casi simultáneos de la «desromanización» del Imperio romano en Hispania, es decir, una debilitación de la autoridad central en los siglos III, IV, y V, y de la «romanización» de las tribus germánicas, por ejemplo, la adopción de la ley romana que es evidente en la Lex Gothorum

(Ley de los godos), la conversión al cristianismo, y la afinidad que algunos reyes tenían por el latín, hasta componer poesía en esta lengua.

Las invasiones

En el invierno del año 406, aprovechando la congelación del Rin, los vándalos, suevos, y alanos invadieron el imperio con gran pujanza. Al cabo de tres años, cruzaron los Pirineos y llegaron a la península Ibérica, y dividieron entre sí las partes occidentales, que correspondían aproximadamente al Portugal moderno y España occidental hasta Madrid. Mientras tanto, los visigodos, que habían tomado Roma hacía dos años, llegaron a la región en el 412, fundando el reino de Tolosa (Toulouse, en el sur de Francia), y extendieron su influencia gradualmente en la Península, desplazando a los vándalos y alanos al norte de África, sin que éstos dejasen mucha huella en la cultura Ibérica. Luego, tras la conquista de Tolosa por los francos y la pérdida de gran parte de los territorios en lo que hoy es Francia, trasladaron la capital del reino visigodo a Toledo.

Religión en el reino visigodo

A pesar de que la nobleza visigoda practicaba el arrianismo, éste gozó de muy poca popularidad entre la población hispanorromana de la península, fiel en su mayoría a la doctrina católica romana. Desde la corona visigoda, específicamente en el año 587, el rey Recaredo, ya convertido al catolicismo, trató de conciliar así mismo a la jerarquía religiosa arriana con la católica, pero con poco éxito. Finalmente, se impuso la opción católica por la fuerza, desposeyendo a la iglesia arriana de sus bienes en favor de su antagonista.

La conquista islámica

Interior de la mezquita de Córdoba, capital del califato de Al-Ándalus.

Año 696: Invasión musulmana a Melilla.

Año 709: Invasión musulmana a Ceuta.

Año 711: Tras la muerte del rey Witiza, los nobles y obispos de la península eligen por rey a Roderico (conocido en la historia por don Rodrigo), duque de la Bética. Los hijos de Witiza querían por rey a Aquila, duque de la Tarraconense, por lo que pactan con los árabes a través de Don Julián, conde de Ceuta.

Roderico, que estaba por entonces luchando contra un levantamiento de los vascones, al enterarse de la invasión árabe acude con su ejército. Pierde en la batalla de Guadalete debido a deslealtad de los witizanos. Con su muerte, y con el grueso del ejército godo derrotado, los árabes se animan a continuar con la lucha.

Tarik conquista Toledo y llega hasta León; Muza conquista Sevilla y llega hasta Mérida (712). Posteriormente unirían sus fuerzas para tomar Zaragoza.

El hijo de Muza completará la conquista de la península, a excepción de las zonas montañosas cantábricas y pirenaicas (716), pasando a territorio franco. Carlos Martel detiene el avance árabe en Poitiers en 732.

En 773, Abderramán I proclama el emirato de Córdoba, independizando políticamente a los musulmanes españoles, y en 929 Abderramán III proclama el califato de Córdoba, lo que supone la separación definitiva del califato de Bagdad.

En el año 1031 se fragmenta el califato cordobés, formándose numerosos reinos de taifas enemistados entre sí.

Hacia 722 un destacamento musulmán es vencido por un grupo de cristianos refugiados en los bosques de Covadonga (Asturias) en la batalla homónima. Don Pelayo, probablemente noble godo, es nombrado rey. La primera corte se establece en Cangas de Onís. Pelayo muere en 737. Dos años después (739), su yerno Alfonso I, aprovechando las luchas entre árabes y bereberes, da nuevo impulso a la reconquista llegando hasta la Rioja y el Duero. Pero no tiene posibilidad de repoblar, por lo que queda un amplio desierto estratégico, tierra de nadie en la meseta norte.

Etapas de la reconquista:

1. Fijación de la frontera del reino asturiano en el Arlanzón y el curso medio y bajo del Duero. Se logra a principios del siglo X.

2. León y Castilla rebasan la Cordillera Central y ocupan la cuenca del Tajo. Toledo se reconquista en 1085. Reconquista de Zaragoza en 1118.

3. Dominio del valle del Guadiana y de los pasos de Sierra Morena. Batalla de Las Navas de Tolosa (1212).

4. Ocupación del valle del Guadalquivir por Fernando III el Santo (1252) y de Valencia, y las Baleares por Jaime I de Aragón (1276). Quedará un reducto musulmán en Granada hasta 1492.

Entre los años 718 y 1230 se forman los principales núcleos cristianos en la península en los reinos de Asturias, Navarra, León, Galicia, Portugal, Aragón y Castilla.

En el siglo XIII, se produce un gran avance cristiano, la expansión de la Corona de Aragón por el Mediterráneo y la unión de Castilla con León.