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7/26/2019 LA HISTORIA DE LA HISTORIA EN EL INSTITUTO DE ESTUDIOS PERUANOS: LOS CICLOS DE LAS REVOLUCIONES HISTORIOGRFICAS
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Martin Tanaka. editor
50 aospensandoel Per:una reflexin crticaEl Inst i tuto de Estudios Peruanos. 1964-2014
Patricia Ames Jorge Aragn Julio Cotler Marcos Cueto
Jrgen Golte Efran Gonzales de Olarte Mara Isabel Remy
Pablo Sandoval * Jos Luis Rnique Guillermo Rochabrn
Martin Tanaka Vctor Vich
wsrmno dr.s7uto:. H R U A M O S
7/26/2019 LA HISTORIA DE LA HISTORIA EN EL INSTITUTO DE ESTUDIOS PERUANOS: LOS CICLOS DE LAS REVOLUCIONES HISTORIOGRFICAS
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Serie: Per Problema, 40
IEP Institu to de Estudios PeruanosHoracio Urteaga 694. Lima 11Telf. (511) 332-6194Fax (511) 332-6173Correo-e.
Web:
ISBN: 978-9972-51-464-7ISSN: 0079-1075
Impreso en el PerPrimera edicin. Lima, julio de 20141000 ejemplares
Hecho el depsito legalen la Biblioteca Nacional del Per N 2 2014-08858
Registro de Proyecto Editorialen la Biblioteca Nacional del Per N.2 11501131400546
Fotografa de cartula:Diseo y diagramacinde interiores:Diseo de cartula:Composicin de cartula:Correccin de pruebas:Cierre de edicin:Revisin de textosy cuidado de edicin:
Cecilia Blondet
ErickRagas.comFiorella Yaksetig (Falcom imagen + comunicaciones)Gino Becerrascar HidalgoSilvana Uzarbe/Gino Becerra
Odln del Pozo
Prohibida la reproduccin total o parcial de este libro por cualquier medio sin permiso delinstituto de Estudios Peruanos.
Tanaka. Martin, ed.
50 aos pensando el Per: una reflexin crtica. El Instituto de Estudios Peruanos,1964-2014. Lima, IEP. 2014 (Per Problema, 40)
L IEP. INSTITUTO DE ESTUDIOS PERUANOS; 2. HISTORIA; 3. PRODUC CION BIBLIOGRF ICA:
4. ESTUDIOS RURALES; 5. MIGRACIN; 6. URBANIZACION; 7. EDUCACIN; 8. POLTICA;
9. ECONOMA; 10. VIOLENCIA; 11. MEMORIA; 12. CIENCIAS SOCIALES; 13. PER
W/02.04.01/P/40
NDICE
Prlogo, por Roxana Barrantes 9
In t r oducc in
El itinerario del I nstituto de Estudios Peruanos:algunos hitos fund am ent ale s......................................................................................... 15
Julio Cotler
Pensando el Per desde la literatura:el aporte del Inst ituto de Estudios Peruan os............................................................... 23
Vctor Vich
P r imera part e
Lo rural y lo urbano: escuela, migracin y debatesobre la modernizacin en el Per
50 aos de reorientac in de los trabajos del IEP: las sociedades campesinasy la migracin a las ciudades.............................................................. .......................... 35
Jrgen Golte
50 aos de investigaciones sobre la sociedad ruralen el Instituto de Estudios Peruanos................................................. e........................ 63
Mara Isabel Remy
B B H m N M I
mailto:iepedit@iep.org.pehttp://www.iep.org.pe/http://www.iep.org.pe/mailto:iepedit@iep.org.pe7/26/2019 LA HISTORIA DE LA HISTORIA EN EL INSTITUTO DE ESTUDIOS PERUANOS: LOS CICLOS DE LAS REVOLUCIONES HISTORIOGRFICAS
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LA HISTORIA DE LA HISTORIA EN EL
INSTITUTO DE ESTUDIOS PERUANOS:
LOS CICLOS DE LAS
REVOLUCIONES HISTORIOGRFICAS
Ma r c o s C u et o
Ins t i tu to deE studios P eruanos
i^ scribo estas pginas vencien do mis recelos de que una visin parcia
lizada com o es la ma no sea profunda, critica y justa.1De todos
modos, una suerte de adaptacin de los supuestos de la observacin
participante, de la que se enorgullecen los antroplogos, me permite argu
mentar que espero ofrecer un testimonio til a la historia de una institucin a
la que pertenezco desde comienzos de la dcada de 1990. Justifica el hacer
este trabajo el papel destacado que ha cumplido el IEP en la produccin y
publicacin de trabajos originales y relevantes de historia peruana, andina
L Estudios recientes sobre la historiografa peruana son los siguientes: Bonilla, Heraclio.La historia econmica en el Per en los ltimos 25 aos. En Socialismo y Participacin,
n.9 76. 1996, pp. 117-124; Chocano. Magdalena. Ucronla y frustracin en la concie ncia
histrica peruana. En Mrgenes. n.fi 2, 1987, pp. 43-60; Mndez. Cecilia. La historiografa peruana en debate. En Apuntes.n.s 33, 1993; Aguirre. Carlos. La historia social
del Per republicano (1821-1930}: un balance historiogrfico. En Histrica, vol. XXVI, n.0i*******
1 y 2. 2002. pp. 445-501 ; Walker, Charles. La historiografa en ingls sob re los Andes:
balance de la dcada del 80. En Revista Andina, vol. 9, n.92 .1991, pp. 513-528; Drinot,
Paulo. After the Nueva Historia: Recent Trends in Peruvian Historiography. En European
Review of Latn American and Caribbean Studies.n.9 68, 2000, pp. 65-76; Burga, Manuel.
La historia y los historiadore s en el Per. Lima: UNMSM. 2005: y Pereyra Chvez. Nelson E.La historiografa de la subalternidad y la historiografa peruana: un necesario balance. EnSumma Humanitatis.vol. 4. n.91. 2010. Disponible en .
http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/summa_humanitatis/article/view/2308http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/summa_humanitatis/article/view/2308http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/summa_humanitatis/article/view/2308http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/summa_humanitatis/article/view/23087/26/2019 LA HISTORIA DE LA HISTORIA EN EL INSTITUTO DE ESTUDIOS PERUANOS: LOS CICLOS DE LAS REVOLUCIONES HISTORIOGRFICAS
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Ma r c o sC ue t o
y latinoamericana. Aunque no siempre sean producto de investigaciones
hechas en su seno, sus libros de historia encabezan los rankingsde los libros
ms vendidos, como lo demuestra recientemente el xito de Historia de la
corrupcin en el Per (2013) de Alfonso Quiroz.
La encomiable labor del IEP en los ltimos cincuenta aos tambin ha sido
la de crear un espacio libre y creativo tanto para la conversacin entre histo
riadores como para la emergencia de nuevas subespecialidades histricas.
Menos conocida es su importante contribucin para la identificacin y orga
nizacin de nuevas colecciones documentales para investigaciones en la his
toria rural (de la que trataremos en este ensayo). Todo ello ha enriquecido sin
duda la historiografa peruana y latinoamericana.
Las fuentes principales de este ensayo son las propias publicaciones del
IEP hechas por historiadores de la casa (tan solo un tercio de las publica
ciones en historia del IEP fueron producidas por sus historiadores), las reseas
y estudios de estas obras, y las entrevistas con investigadores representativos
de aquellas actividades.2Algunos de estos libros fueron publicados original
mente en castellano pero luego por el reconocimiento que alcanzaron fueron
traducidos y publicados en ingls, el latn acadmico de nuestra poca.
INTRODUCCIN
La idea central de este texto est inspirada en la nocin de estructura de las
revoluciones cientficas, utilizada por historiadores de la ciencia como Tho-
mas Kuhn, especialmente.3*Segn esta idea, las ciencias atraviesan por ciclos
de formulacin de grandes paradigmas tericos sucedidos por periodos en
que predominan una serie de estudios focalizados, especializados, que aun
que no son meramente empricos o descriptivos gustan de cuestionar las
generalizaciones, vacos y hasta fuentes de tos anteriores, y que a la postre
acaban creando las condiciones para la emergencia de renovadas propuestas
tericas holsticas. Ambas partes del ciclo permiten, a sus practicantes, tener
2. Investigadores que colab oraron con este estudio fueron los siguientes: Carlos Contreras,
Heraclio Bonilla. Jos Deustua. Christine Hunefeldt. Luis Miguel Glave, Miguel Len. Peter
Klaren, Baltazar Caravedo. Jos Luis Rnique. John Fisher. Herbert S. Klein, Antonio Mitre
y Paul Gootenberg. Elizabeth Andrade del Fondo Editorial del IEPme ayud tambi n. Ade
ms, historiadores jvenes cuya afiliaci n prin cipal es el IEP, com o Ral H. Asensio, Marcos
Garfias y Rolando Rojas, me permitieron entender qu esta ocurriendo actualmente.
3. Kuhn, Thomas S. The Structure of Scientifc Revolutions.Chicago: University of Chicago
Press. 1962. Una obra a su vez inspirada en un libro del mdico polaco Ludwik Fleck,publicado en alemn en 1935: The Gnesis and Development oa Scientifc Fact.Chicago:
University o f Chicag o Press, 1979.
La h is t o r i aoe l ah is t o r i aenel In s t i t u t o deE stud ios P eruanos
explcita o implcitamente referentes y un marco te rico dond e disear y orga
nizar sus estudios y encuadrar sus evidencias y anlisis. Los defensores de la
nocin de revoluciones cientficas no pretenden argumentar que un periodo
de este ciclo es mejor que el otro, sino que ambos son parte de una dinmica
intelectual que se entrelaza con factores institucionales y contextales.
Creo que, a partir de 1970, el IEP tuvo un papel de liderazgo en la formu
lacin y desarrollo de tres ambiciosos paradigmas historiogrficos que cons
tituyeron una verdadera revo lucin en la disciplina. Aunque estos paradigmas
no tienen una denom inacin com n entre los especialistas si son distinguibles
por ellos. En este trabajo los llamar la nueva historia econmica, el enfo
que sobre el mercado interno y la etnohistoria. Estos paradigmas tenan,
en comn, la conviccin de que las ciencias sociales tenan una dimensin
histrica, es decir, que era imposible comp render los problema s del presente
sin remitirse a sus orgenes e identificar c mo se desarrollaron lo que resultan
ser sus legados actuales. Asimismo, algunos tenan en comn la aspiracin de
combinar teora e historia, o que sus estudios iluminasen aspectos centrales
de la teora de las ciencias sociales.
Estas propuestas sobre el pasado fueron sucedidas hacia comienzos dela dcada de 1990 por estudios ms acotados que criticaban las general!- 141
zaciones que a veces tenan estos paradigmas, revelaban nuevos hechos y
proponan sugerentes interpretaciones, pero que carecan de las ambicio
nes tericas de los estudios iniciales. Para estos estudios no era tan impor
tante contribuir a historizar las ciencias sociales; era ms importante discutir
con otros historiadores, muchas veces tambin especializados, y tradiciones
historiogrficas del pas y del extranjero (lo que a veces, lamentablemente,
resultaba en dilogos parroquiales po co relevantes para otros investigadores
sociales). Era tambin fundamental darle importancia a la veracidad de los
hechos histricos, antes que perderse en elaboraciones tericas, pues consi
deraban que la disciplina todava no estaba todava preparada para ello.
El contexto de este ciclo tuvo influencia en el desarrollo de la historia en
el IEP. En un primer mo men to, al impulso de tos fundadores, se sum la aten
cin mundial que causaron las reformas del rgimen militar de Juan Velasco
Alvarado (1969-1975) y el hech o de que, en esos aos, la mayora de pases
sudamericanos viva en dictaduras autoritarias conservadoras, en las que haba
muy poco espacio para la libertad acadmica. Aunque el IEP y sus historia
dores tuvieron, en general, una posicin critica al rgimen militar desde la
izquierda, el contexto a nteriormente citado los favoreci. En cambio, a fines de
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la dcada de 1980, el pas estaba abrumado por la crisis econmica y poltica.
Esta ltima se expresaba no solo en Sendero Luminoso y la dictadura civil de
Alber to Fujimori, sino en las grandes dificultades que experimentaba el que
hacer cientfico en general y el alejamiento de los donantes del pas, circuns
tancias que minaron las investigaciones grupales, el dilogo entre los cientfi
cos y el financiamiento de nuevas investigaciones. Ms an, el neoliberalismo
aplicado en la versin de Fujimori produjo en la sociedad el individualismo y la
intimidacin, segn la cual cada uno deba ocuparse de s mismo y no del bien
com n para subsistir. Esta tendencia percol en tre los cientficos sociales y susorganizaciones. El Per se fue convirtiendo en un pas donde haba cientficos
e instituciones cientficas pero no haba comunidades cientficas, ni mucho
menos una poltica de apoyo estatal a la investigacin cientfica.
En ese momento, el IEP como institucin tuvo mayores dificultades en
mantener internamente un rea de historia y muchos his toriadores as como
otros investigadores del IEP y del pasacabaron migrando a otras profesio
nes, a otras instituciones e, inclusive, a otros pases. De todos modos, el IEP
sigui publicando valiosos libros de historia y alentado algunas iniciativas hs-
toriogrficas puntuales y valiosas.
LA HISTORIA EN.LOS ORGENES DEL IEP
El funda dor y primer direc tor del IEP, el antrop logo Jos Matos Mar, era un
gran aficionado a la historia, as como lo eran otros fundadores como Luis
E. Vatcrcel y Jos Mara Arguedas, que imaginaron la institucin como un
centro de investigacin sobre la trayectoria y multiplicidad de los problemas
sociales y econmicos del pas, entre los cuales estaba el origen de la oli
garqua y la persistencia de las comunidades indgenas que no haban sido
asimiladas a una economa capitalista.4En casi todos ellos haba una eclctica
combinacin de criticas tanto al dualismo de la teora de la modernizacin
como a la teora de la dependencia con un tipo de marxismo que le daba
relevancia a las estructuras econmicas y a conceptos como el de enclave
para describir las inversiones de capital extranjero en actividades de exporta
cin de materias primas. Este concepto acentuaba la idea de un pas desarticulado, donde los sectores modernos no tenan eslabonamientos ni creaban
un efecto multiplicador en los sectores pobres. Asimismo, se consideraba que
4. Osterling, Jorge; Hctor Martnez, Tefilo Altamirano; Henry Oobyns, Paul Doughty. Benjamn Orlove, Henning Sverts, William Sten y James Wallace. Notes for a H story of
Peruvian Social Anthropology. 1940-1980. En Current Anthropology.vol. 24. n.s 3.1983.pp. 343-360.
La HISTORIA 06 LA HISTORIA EN EL INSTITUTO DE ESTUOIOS PERUANOS
estos ltimos eran objeto de dominacin de una lite de la que era difcil
liberarse. Ello, a su vez, explicaba la rigidez y poco cambio de las estructuras
de la sociedad, una perspectiva comn en los movimientos polticos progre
sistas como el que estuvo relacionado con el IEP en sus inicios, fervientes
creyentes en el desarrollismo.
Por otro lado, Arguedas tena una notable trayectoria como investigador
de una antropologa que dialogaba con la historia, como lo demuestra su
rol en la identificacin del famoso mito de Inkarri. Matos mantuvo su intersen la historia durante los varios aos en que fue director, como lo atestigua
una carta de 1982 que le escribi al presidente de la Fundacin Rockefeller,
en la que le explicaba las diversas investigaciones sincrnicas y diacrni-
cas del IEP que se basaban en el siguiente supuesto: (...) una adecuada
comprensin de los problemas contemporneos requiere la reflexin hist
rica porque se reconoce la presencia del pasado en instituciones y procesos
contemporneos.5 De igual manera, el primer captulo de su renomb rado
libro El desborde popular (1984) es un buen resumen de la perspectiva his
trica que fue formando desde mediados de la dcada de 1960 hasta fines
de los aos setenta.
Al mism o tiemp o, los fundadores del IEP buscaron una nueva versin del
indigenismo, as como del reconocimiento de la multiplicidad y complejidaddel pasado andino en el presente. Esta perspectiva la cultiv Valcrcel en la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) desde que, en 1946, cre
y dirigi el Instituto de Etnologa y Arqueologa (en el que se formaron algu
nos de los investigadores del IEP como Matos que fue su primer graduado en
1948). En parte por sus orgenes provincianos. Matos Mar, Valcrcel y Argue
das le daban importancia al estudio de la historia ocurrida fuera de Lima. Esta
tendencia tambin era parte de una visin integral de las ciencias sociales en la
que ellos crean que estas deban dialogar entre ellas y con el presente. Algu
nos investigadores de los primeros aos intentaron incorporar, con relativo
xito, una perspectiva histrica en sus publicaciones. Por ejemplo, muchos de
los primeros trabajos antropolgicos, sociolgicos o lingsticos trataban de
los antecedentes histricos del tema estudiado, a pesar de que sus autores notuvieran una form acin histrica.
5. Jos Matos Mar a Richard W. Lyman, Lima. 30 de marzo de 1982. Rockefe ller Archiv es
Centre.
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HERACLIO BONILLA Y LA HISTORIA EN EL IEP
Con el ingreso al IEP del historiador Heraclio Bonilla en julio de 1970, se inici
formalme nte una lnea de investigacin y un grupo de historia en la institucin.
Previamente, Bonilla haba estudiado antropologa en la UNMSM y gradun
dose a mediados de la dcada de 1960 con un trabajo sobre las comunidades
campesinas de Chancay, realizado bajo la supervisin de Matos.6 Posterior
mente, Bonilla estudi en la prestigiosa cole de Hautes tudes en Scien
ces Socialesde Pars con estrellas de la historia e conm ica c omo Pierre Vilar
y Ruggiero Romano. Durante este periodo conoci al entonces estudiante
Nathan Wachtel, que aos despus pblico libros fundamentales que resal
taban la visin de los conquistados indgenas sobre la de los conquistadores
europeos.7 Desde entonces estuvo influen ciado por la Escuela de los Anales,
una de las principales corrientes historiogrficas d el siglo XX. Fue fundada por
los historiadores Luden Febvre y Marc Bloch en 1929, y su nombre se debe a
la publicacin de la emblemtica revista francesaAnnales d histo ire co no-
mique et sociale.La Escuela de los Anales se asoci a estudios holisticos que
buscaban integrar el anlisis de los acontecimientos polticos del pasado al
contexto econmico, sociolgico y hasta geogrfico en que haban ocurrido.
El ao de 1969 lo pas Bonilla en Inglaterra, principalmente en la Universidad de Oxford, donde hizo amistad con cientficos sociales notables como
Eric Hobsbawm, Perry Anderson y Eward Thom pson, que impulsaron una his
toria social que se apoyaba acentuadamente en el marxismo para dar cuenta
de los grandes momentos de cambio y continuidad en los siglos XIX y XX. En
el caso especfico de Thompson, adems, se trataba de resaltar el papel sub
jetiv o por ejemp lo, el de los discursos en la fo rma cin de la conciencia
de clase de los proletarios, con lo que se intentaba superar el supuesto de
que esta clase estaba solo definida por factores econmicos. Es importante
destacar que, en 1962, Hobsbawm haba estado en el Per, donde conoci
a Arguedas y se interes en la rebelin de los campesinos en el valle de la
Convencin del Cuzco (durante ese ao se produjo la toma de tierras de las
haciendas encabezada por Hugo Blanco), un tema sobre el cual publicaraun artculo aos despus.8Tambin en Inglaterra. Bonilla tuvo co ntacto con
6. Bonilla. Heraclio. Las comunidades campesinas tradicionales del valle de Chancay. Lima:Museo Nacional de la Cultura Peruana, 1965.
7. Wachtel, Nathan. Sociedad e ideologa: ensayos de historia y antropologa andinas. Lima:IEP, 1973.
8. Hobsbawm, Eric. A Case of Neo-Feudali sm: La Convenci n, Per. EnJournal of LatnAmerican Studies.vol. 1, n.s 1,1969, pp. 31-50.
Lah i s t o r i adel ah is t o r i aen el In s t i t u t o de Estud ios P eruanos
historiadores latinoamericanos notables como el historiador Tulio Halperin
y el terico marxista e historiador Ernesto Laclau, ambos argentinos, entre
otros. Gracias a una visita del soci logo Anbal Quijano a Inglaterra y una con
versacin con l, se convenci de que deba regresar al Per para seguir desa
rrollando su carrera profesional.
La formacin de Bonilla, centrada en lo econmico y en el estudio de las
fuentes extranjeras (hasta entonces poco exploradas), p ermiti el lanzamiento
en el IEP de ambiciosos proyectos comparativos en el rea andina que tuvie
ron una resonancia internacional. Para entonces, el IEP ya haba recibido por
periodos cortos a destacados historiadores extranjeros como el ingls John
Fisher de Liverpool, especialista en el periodo colonial tardo, quien haba
estado antes con el historiador Pablo Macera en la UNMSM. Sin embargo,
Fisher encontr acartonado el ambiente de esa universidad y descubri que
existan ms debates acadmicos y perspectivas de publicacin de sus obras
en espaol en el IEP. De hecho, hacia comienzos de la dcada de 1970, la auto
noma de los investigadores sociales en las universidades pblicas peruanas, y
en menor medida las privadas, se redujo significativamente por las interven
ciones del rgimen mil itar a travs de una ley que inten t y en parte cons i
guireorganizar com pletame nte la estructura acadmica. Ello se debi a la
creciente influencia de grupos de ultraizquierda entre los gremios estudianti
les, que reclamaban definiciones ideolgicas de sus profesores.
Aunque hub o miembros fundadores del IEP que participaron en las refor
mas de los militares, como Augusto Salazar Bondy que jug un rol funda
mental en la reforma educativa, la posicin de la mayora de los miembros
de la institucin hacia Velasco fue de cierta independencia y flexibilidad, y
vari desde el apoyo crtico hasta la crtica desde la izquierda. Asimismo, haba
la conviccin de que los resultados de las investigaciones deban discutirse
libremente y publicarse, algo que diferenciaba al IEP de las universidades de la
poca. Fueron precisamente estas caractersticas similares a las que existan
en los ambientes acadmicos europeos y norteam ericanos lo que hizo del
IEP un centro atractivo para los historiadores extranjeros que pasaban una
temporada en el Per. Gracias a ello, en los aos siguientes se fue formando
una estrecha relacin con historiadores norteamericanos y europeos, perua-
nistas y andinistas, como Karen Spalding, Peter Klaren, Paul Gootenberg, Her-
bert S. Klein, Frank Salomn, Steve Stern, Mark Thurner, Ascensin Martnez,
Antonio Acosta, Ana Mara Presta y Pilar Garca Jordn, en tre otros (que fueron
convencidos por Bonilla o Carlos Contreras este ltimo director de publica
ciones en diversos consejos directivos de pu blicar sus libros en el IEP).
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M a r c o sC ueto
Entre las primeras personas en ser reclutadas por Bonilla para el IEP estu
vieron Karen Spalding y Baltazar Caravedo (aunque antes Bonilla haba traba
jado con Alberto Flores-Galindo y Manue l Burga). Spald ing conoca el Per
desde fines de la dcada de 1960 por las investigaciones de su tesis de doc
torado sobre la vida indgena en el Huarochr colonial, defendida en la Uni
versidad de Berkeley, y particip, junto con otras dos mil personas, en el XXXIX
Congreso Internacional de Americanistas que organizo el IEP en 1970 (el pre
sidente de honor del congreso fue Valcrcel y el presidente en e jercicio Matos
Mar). Aunque la tesis no se public como libro hasta muchos aos despus,
Spalding desarroll en el IEP un traba jo innovado r sobre los cambio s en las
sociedades campesinas coloniales que apareci como libro a mediados de
la dcada de 1970.9Por su parte, Caravedo haba estudiado economa en la
Pontificia Universidad Catlica del Per (PUCP) entre 1969 y 1972, y llevado
cursos tanto con Bonilla como con Flores-Galindo. Fue asistente de Bonilla en
un trabajo de revisin de los poco explorados boletines del Cuerpo de Inge
nieros de Minas y en el anlisis de las series de produccin minera del Per.
Bonilla le sugiri ingresar a trabajar al IEP, luego de graduarse de bachiller en
Economa, lo que hizo en 1975.10*Otros asistentes que haban llegado poco
antes para estudios en antropologa com o Christine Hu nefeldt (que recibi su
doctorado en historia pocos aos despus en la Universidad de Bonn) tam
bin se incorporaron al grupo que Bonilla iba formando. El hecho de que
Bonilla nunca dejase de ser profesor en la PUCP (lleg al departamento de
Economa gracias a Richard Webb) y en la UNMSM le permiti reclutar estu
diantes de talen to que realizaran carreras destacadas en el IEP.
El nfasis en la historia econmica fue producto, en parte, de la misma
formacin de Bonilla en Europa. Era un tipo de historia econmica diferente
a la que surga en los Estados Unidos, con la cliometra, que enfatizaba el uso
de bien organizadas bases de datos y de complejas operaciones estadsticas
como las regresiones mltiples. La influencia de la historia econmica pro
vena tambin del marxismo, segn el cual la estructura econmica de una
sociedad converta en epifenmenos intrascendentes todo los otros aconteci
mientos del pasado. Adems, algunos historiadores crean que en el Per, conla monumental historia republicana de Jorge Basadre (quien en 1968 haba
9. Spalding, Karen. De indio a campesino: cambios en la estructura social del Per colonial.Lima: IEP, 1974. La tesis de docto rad o de Spalding para la Universidad de Cali fornia, Ber
keley, se titul Indian rural society in colonial Per: the example of Huarochr (1967) yse public como Huarochiri, an Andean society under Inca and Spanish rule.Palo Alto:Stanford University Press, 1984.
En 1976. Caravedo publicara con el IEPsu Burguesa e industria en el Per (1933-1945).
tu
10.
La h i s t o r i ade.a h i s t o r i aen el In s t i t u t o oe E s t u d i o s P eruanos
completado la versin definitiva sextade su Historia de la Repblica),ya se
haba hecho bastante historia poltica. Esta era una historia que aunque nadie
se atreva a decirlo en pblico era considerada enciclopdica y descriptiva.
Por ejemplo, careca de bibliografa y de referencias (aunque para subsanarlo
Basadre se encarg de publicar a comienzos de la dcada de 1970 dos sus
tanciosos volmenes que sustentaban sus afirmaciones e interpretaciones).11
Una ltima razn que explica la importancia dada a la historia econmica
entonces tiene que ver con el contexto. El gobierno de Velasco asegurabaque estaba forjando la segunda emancipacin del Per: la econmica. Ello
representaba una oportunidad nica para analizar el problema del cambio
y la continuidad, siempre esencial para los historiadores, y que este anlisis
fuese parte de un debate nacional; ms an si el momento poltico pareca
contradecir uno de los hilos centrales del pensamiento de Basadre, es decir,
que el Per haba interrumpido su desarrollo social, poltico y econmico por
el predominio de la anarqua y la arbitrariedad durante regmenes autoritarios
de coroneles y generales. Este supuesto lo llev a criticar los periodos que
denomin primero, segundo y tercer militarismo (el primero se inau
gur poco despus de la Independencia y se caracteriz por la lucha entre
los caudillos militares; el segundo sucedi a la derrota en la guerra con Chile
a mediados de la dcada de 1880; y el tercero se inic i con la cada de Legua 147a fines de la dcada de 1920).
De esta manera, la serie Estudios Histricos fue inaugurada en 1972 con el
libro del socilo go Ernesto Yepes, profesor de la Universidad Nacional Agraria
La Molina, que mejor su tesis universitaria para producir: Per. 1820-1920:
un siglo de desarrollo capitalista. Este audaz estudio era una revisin critica
del primer siglo de la historia peruana republicana, que como su ttulo sugiere
era escrito desde una perspectiva marxista para la que eran fundamentales
las tendencias de las estructuras y el legado colonial ms que la crnica de
eventos y personajes especficos.
En el mismo ao y en esta misma serie, apareci la provocativa colec
cin de ensayos La independencia en el Per(1972), organizada por HeraclioBonilla y Karen Spalding. Este xito editorial inmedia to sign ific una verdadera
ruptura con la historiografa tradicional peruana, al cuestionar las versiones
oficiales del inicio de la repblica que asuman que este era producto de una
conciencia nacional mestiza y al resaltar el contexto internacional en que se
i. Basadre, Jorge. Introduccin a las bases documentales para la historia de la Repblica delPer con algunas reflexiones.2 vols. Lima: Ediciones P. L. ViUanueva, 1971.
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M a r c o s C ueto
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dio, en el que habla crecido la injerencia del imperialismo britnico y se haba
opacado el podero espaol, y en el que la invasin francesa napolenica a
Espaa en 1808 desat cambios polticos en sus colonias (con estudios de
Tulio Halperin, Pierre Chaunu. Pierre Vilar y Eric Hobsbawm). Fue una res
puesta crtica a las trompetas triunfalistas de los ensayos que acompaaban
los documen tos de la Comisin Nacional del Sesquicentenario de la Indepen
dencia del Per, cuyos textos reunidos en ms de ochenta volmenes eran,
sin embargo, valiossimos.
Bonilla y Spalding h icieron clebre con este libro la tesis de que la procla
macin de la independencia fue concedida o importada por los soldados
argentinos y venezolanos de San Martn y Bolvar que necesitaban acabar con
el ltimo reducto del poder espao l en Sudamrica, ms que resultado de los
esfuerzos propios de los peruanos. Ello sugera el carcter elitista del origen
y posterior celebracin de julio de 1821, una fecha simblica para la historia
oficial. Segn el libro del IEP, en ese ao no se haba materializado el triunfo
de algn proyecto nacional que incluyese los sectores populares y superase
la pesada herencia colonial. En parte, por ello, la discriminacin en contra de
los indgenas en las primeras dcadas de la repblica se mantuvo o acentu.
Segn el libro, los criollos limeos quizs queran liberarse de los peninsula
res espaoles pero tenan, ms bien, temor a los indgenas especialmente
luego del levantamiento de Tpac Amaru de fines del siglo XVIIIy buscaron
que en la indepe ndencia se diese una nueva forma de c ontrol sobre estos.
A pesar de que la noci n de indep endencia concedida acab generando
un debate periodstico en el que los argumentos histricos estuvieron ausen
tes, es importan te sealar que el supuesto e nfrentamie nto entre el libro y las
celebraciones del rgimen militar no eran tan agudas. En ltima instancia,
ambos grupos criticaban el carcter dubitativo de la lite econmica peruana
que para Bonilla y Spalding se haba acomodado a una realidad econmica
y poltica impuesta desde afuera, como segn ellos lo hara muchas veces
despus y como segn los militares lo haba hecho hasta antes del golpe que
dieron en 1968. Por otro lado, a pesar de que esta idea fue controversia! entrelos historiadores, contribu y a fortalecer una nocin que se hizo por entonces
popular entre los grupos de izquierda: el Per era una sociedad con una clase
domina nte pero que no era dirigente y que careca de un proyecto integral de
desarrollo de la sociedad.
Asimismo, aparecieron estudios fundamentales de Bonilla en 1974 (Guano
y burguesa, de 1974, en parte basado en su tesis presentada en Pars) y. a
La h is t o r i ade l a h i s t o r i aenel In s t i t u t o oe E stuoios P eruanos
partir de 1975, los cuatro volmenes de informes consulares britnicos entre
1975 y 1977, que l se haba encargado de com pila r cuidadosamente.12Casi al
mismo tiempo, los historiadores Jos Luis Rnique y Jos Deustua trabajaron
bajo la batuta de Matos en un gnero poco explorado en el IEP: la biogra
fa. Hacia 1978, recopilaron, ordenaron y reescribieron los materiales de las
Memoriasde Luis E. Valcrcel.13Al term inar ese proyecto , Rnique trabaj con
Julio Cotler en un estudio sobre desarrollo poltico en el rea andina.
Gracias a la habilidad y legitimidad de los proyectos histricos de Bonilla,
se obtuvo donaciones del exterior c om o las de la Tinker Foundation para rea
lizar investigaciones sobre conflictos en comunidades de Ayacucho y las de
la John Simn Guggenheim para estudiar la economa poltica del arrieraje.
Adems, cuan do el apoyo de la Ford e mpe z a llegar con cada vez mayor
regularidad (con los aos seria fundamental para el IEP y quedara claro que
se concentrara en ciencia poltica y sociologa). Bonilla lleg a recibir ayuda
de la Ford para estudiar el devenir de los mineros de Julcani, en Huancavelica,
y realizar una pasanta en la facultad de Economa de Cambridge, Inglate
rra. Sin embargo, tamb in h ubo trop iezos. Por ejemplo, se frustraron intentos
de que el IEP participase en dos proyectos coordinados desde el extranjero:
uno dirigido por el historiador italiano Marcello Carmagnani, que analizara la
construccin de ferroca rriles en Amrica Latina; y otro encabezado por el his
toriador sueco Magnus Mrner, que abord los cambios en la sociedad rural
del Cuzco entre los siglos XVIII y XX.
LA IMPORTANCIA DEL MERCADO INTERNO Y DE LAS FUENTES
En relacin con lo que hadan los historiadores en los primeros aos de la
dcada de 1970 es necesario destacar otro paradigma historiogrfico con
centrado en los mercados y circulacin local de mercancas. A pesar de que
algunas de las proposiciones de este segundo paradigma cuestionaban la
importancia asignada por Bonilla al mercado internacional, l tuvo la visin de
alentar este paradigma, probablemente porque lo consideraba complemen
tario al que haba contribuido a forjar. Este nuevo paradigma consista en elenfoque en el mercado intern o colo nial y se desarroll a partir de un proyecto
12. De Bonilla como autor o editor, vanse algunas de sus obras de los setenta: Guano y bur
guesa en el Per.Lima: IEP, 1974; El minero de tos Andes: una aproximacin a su estudio.
Lima: IEP. 1974. Los informes de los cnsules aparecieron en varios volmenes titulados
Gran Bretaa y el Per. 1826-1919. 5 vols. Lima: IEP. 1975-1977.
13. Valcrcel, Luis E. Memorias.E dicin de Jos Matos Mar, Jos Deustua y Jos Luis Rnique.
Lima: IEP, 1981.
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Ma r c o s C ueto
sobre la historia de la minera. El proyecto examin el impac to local que tuvo la
produccin de plata, una mercanca crucial en la sustentacin de la economa
colonial y de buena parte del primer siglo republicano. En este proyecto, as
como en el nuevo paradigma, tuvo un rol de liderazgo el historiador argen
tino Carlos Sempat Assadourian, quien cont con la participacin de Jos
Deustua, Carlos Contreras, Margarita Surez y, por un breve perio do, el desa-
paiecido prematuramente Alfonso Quiroz. Tambin lleg, algo despus de
iniciado el proyecto, Luis Miguel Glave con una visin compleja y novedosa
del desarrollo econmico y cultural del sur andino, forjada durante los aosen que fue investigador del Centro Bartolom de las Casas en el Cuzco.
Carlos Sempat Assadourian, quien estuvo en el IEP entre 1973 y 1975, arrib
al Per con una importante experiencia de investigacin en la historia colo
nial, iniciada en su Crdoba natal a mediados de la dcada de 1960. Desde
una perspectiva internacional ya haba analizado asuntos complejos como la
nocin de modo de produccin y el comercio de esclavos. Por problemas
polticos y universitarios en su pas, Assadourian parti a Chile, donde perma
neci bsicamente en los aos de la presidencia de Salvador Allende (1970-
1973); luego tu vo que salir por el go lpe del general P inochet (despus del Per
concluy su carrera en Mxico, donde empez a vivir desde 1975).150
Durante su estancia en el IEP formul el enunciado central de su paradigma sobre el mercado interno andino en el contexto colonial, que se enfo
caba en cmo las redes econmicas coloniales locales tuvieron interacciones
interregionales a travs de los virreinatos y que sostena que el nfasis en el
mercado internacional era unilateral y equivo cado.14**Segn Assadourian. se
haba formado un mercado interno colonial desde el siglo XVI por los efectos
de arrastre del principal puerto del Pacfico, en el Callao, y por su interac
cin con el principal centro productor de plata. Potos. Este centro minero
no deba ser entendido como un mero enclave dependiente del exterior, que
generaba a su alrededor modos de produccin semifeudal, sino como un
elemento de cambio en la economa agraria. Una propuesta que daba mayor
protagonismo a agentes econmicos provinciales como los comerciantes,
mediadores entre diversas producciones realizadas entre las economas inter-
14. Assadourian. Carlos Sempat. El sistema de la economa colonial: mercado interno, regiones y espacio econmico.Lima: IEP. 1982. El siguiente ao esta obra fue publicada conel mismo titu lo por la editorial Nueva imagen en Mxico. Se debe consignar tambin deeste autor (con la colaboracin de Bonilla. Mitre y Platt) su Minera y espacio econmicoen los Andes, siglos xvi-xx. Lima: IEP. 1980. Posteriormente public, en Mxico, un libroqje fue una coedicin con el iP: Transiciones hacia el sistema colon ial andino. Mxico,D. F.: El Colegio de Mxico/Fideicomiso Historia de las Amricas/Lima: IEP. 1994.
ranfcwiiwwrv.' t: w__...................
La h is t o r i aoe l ah i s t o r i aenel I n s t i t u t o oe E s t u d i o s Peruanos
as, y entre estas y tas de la metrpoli . Adems, Assadourian hacia uso, ju nto a
otros historiadores de entonces, de nuevas fuentes como las actas notariales,
la correspondencia entre comerciantes y los procesos judiciales. Esto no sig
nificaba que despreciara el valor de la informacin cualitativa y oficial como la
consignada en tos registros de cronistas y de viajeros, y los informes oficiales.
Otra actividad en el rea de historia del IEP de comienzos de la dcada
de 1970 fue la generacin y uso de colecciones novedosas para la historia
econmica. Ello ocurri, en gran parte, gracias al economista e historiador
espaol Joan Martnez Alier, becario investigador del St. Antony's College dela Universidad de Oxford a fines de la dcada de 1960. l estuvo en el pas
por diferentes temporadas en los aos de 1971 y 1972, interesado en conocer
de cerca las reformas del gobierno de Juan Velasco Atvarado que llamaban
la atencin mundialmente y porque hacia 1969 conoci en Oxford a Bonilla.
Aunque Martnez Alier no permaneci por mucho tiempo en el pas, tuvo
un papel de liderazgo en el rescate de la documentacin de las haciendas
expropiadas por los militares a partir de la reforma agraria de 1969. Para
ello consigui el apoyo de fundaciones norteamericanas, especialmente
del Social Science Research Council y de la Fundacin Ford. Martnez Alier
y Bonilla convencie ron a estas institu cione s de que uno de los principales 151
problemas de la reforma agraria era la sorda resistencia de los hacendadosque se manifestaba en la lentitud en el cumplimiento de las disposiciones
legales. Segn ellos, esta lentitud y resistencia estaban vinculadas al hecho
de que los latifundistas no queran entregar sus archivos administrativos. Al
mismo tiempo argumentaron que el tener esa memoria de las haciendas era
fundamental para comprender la magnitud del cambio que significaba la
reforma y comprender los antecedentes de los abusos contra el campesinado.
Ms especficamente, Martnez Alier y Bonilla establecieron vnculos con el
presidente del Tribunal Agrario y el director del Sistema Nacional de Apoyo
a la Movilizacin Social (SINAMOS) para que la entrega de los archivos ayu
dase a agilizar la reforma, y el espaol estuvo directamente relacionado con la
obtencin, proteccin y elaboracin de catlogos de documentos de hacien
das y organizaciones como la Sociedad Nacional Agraria y la Asociacin deGanaderos. Es importante reproducir la vivida descripcin de Martnez Alier
de cmo llego a una de las primeras colecciones, una tarea en que lo acom
pa un notable historiador ingls:
Con Hobsbawm... fuimos a Huancayo y a las oficinas de la Ganadera delCentro (que se estaba convirtiendo en SAIS (sociedad agrcola de inters
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Ma r c o s C ueto
social) Cahuide). Encontramos un armario Heno de correspondencia, p
parte marcada confidencial, y documentos contables, lo leimos all mismoi
era correspondencia entre Barreda y Laos y sus ingenieros en Laive. Ac-;
palca etc., explicando la cria de ovejas !...) la matanza de 1947 en Chofi-
gos Altos... De ah. Guillermo Figallo (presidente del Tribunal Agrario] (cortf
intervencin de Heraclio Bonilla) nos hizo una carta que podamos recoger
archivos de haciendas para formar un archivo. Interpret que la expropia
cin de enseres inclua los papeles... Yo flet un camin con los papeles U)'
Inici alm ente e so fue al IEP.15
Asimismo, es interesante deducir de la siguiente cita como Martnez Alief.
perciba su rol como el de alguien que sobre to do ayudaba a crear un espaci;
para la investigacin profesional en historia, que podra sobrevivir a los ata
ques o indiferencias de las autoridades actuales o pasadas. En una carta a un
directivo de una fundacin norteamericana explicaba:
El Archivo, entonc es, n o corre ningn riesgo, desde mi punto de vista, de -
escapar al control acadmico, a pesar que esto no ha sido institucionalizado
todava por una ley U) es mejor mantener las cosas tranquilas hasta que,
muy pronto, se haga tan grande y tan conocido en el exterior, y los catlo
gos tan voluminosos y con una apariencia tan cientfica, que los hipotticos
enemigos del archivo, ya sea hacendados, generales o administradores de
las exhaciendas queden c onfu ndid os y derrotados. 16
Los fondos que llegaron del exterio r para esta tarea de organ izar los pape
les agrarios, apenas un par de miles de dlares, fueron canalizados por el IEP,
y este fue considerado un momento como un posible repositorio permanente
para conservarlos, posibilidad que fue desechada para buscar un centro de
documentacin especfico. Esos fondos permitieron que materiales valiosos
no se perdieran o fuesen vctimas del fuego y constituyeran un centro de
docum entacin agraria despus llamado Archivo Agrario. Gracias al apoyo
de Pablo Macera, el material inicialmente depositado en el IEP fue a un primer
local en un edificio de la UNMSM en el distrito del Rmac, donde gracias al
trabajo de estudiantes de historia voluntarios y la denodada labor de jve
nes historiadores como Lorenzo Huertas (quien estaba de sabtico por su
15. Correo electr nico de Joan Martnez Alier a Marcos Cueto, 9 de diciem bre de 2014.
16. Traduccin espaola del origina l ingls: The archive, then. runs no risk whatever. in myview, of escaping academic control, although it has not yet been institutionalized by law(...) it is better to keep things quiet until, in a very short while. the project gets so big and sowetbknown abroad, and the catalogues so thick and scientific looking, that the hypotheti-cal enemies of the archive, be they landowners, generis or administrators of exhaciendas,become confunded and defeated (carta de Juan Martnez Alier, del 6 de noviembre de1972, a Bryce Wood. Documentos det rea extranjera del programa de becas del SocialScience Research Council, bajo el ttulo de Papers from Peruvian haciendas, entrada 2,caja 26, carpeta 3086, Rockefeler Archive Center).
Lah is t o r i aoe l ah is t o r i aen el In s t i t u t o oe E stud ios P eruanos
Universidad en Ayacucho) y, sobre todo. Hum berto Rodrguez Pastor, se orga-
y^f.nrz este fondo documental en un centro de documentacin agraria que, con
J f^ e l tiempo, se vinculara al Archivo General de la Nacin. Ello ocu rri al mismo
jf ^ je m p o que se p rofesionali zaban e institu cionaliza ban los archivos dep arta -
/ S mentales que abrieron nuevas y ricas fuentes para el estudio del pasado, sobre
todo el rural, y tambin se producan mejoras en los archivos del pas (en 1972
;||se reform el Archivo Nacional, una denominacin que persista desde 1861.
' 0r 7 se cre el Archivo General de la Nacin, co n poder de supervisin sobre losarchivos departamentales).'vSJMp':'m
m
Los materiales agrarios fueron tiles para varios investigadores del IEP, del
|S::;..-Per y del extranjero. Entre los primeros que hicieron uso de ellos estuvo el
: ^ :. .rnismo Martnez Alier, quien trabaj sobre los huacch illeros. Su nombre es la
denominacin que daban los hacendados andinos a tos pastores de las ovejas
Mi|:ms pobres o abandonadas, que vienen a formar parte de lo que se conoce
SW.como ganado wakcha.El trabajo sobre los huacchilleros se concentr en el valle
del Mantaro desde 1930 y fue, primero, una ponencia que se present en even-
:|$|$hos de historia econmica de la poca y, luego, se public como libro en 1973.
m p -Esta obra bien puede ser considerada la primera de una serie de trabajos
sobre la resistencia de los actores subalternos y la forma en que las clases^Impopulares hicieron poltica en el pasado con autonoma de las preferencias
v^ .d e los hacendados.17Se conc entr en la descripcin y el anlisis del prota go-
nismo de los pastores al ser despojados por una poderosa empresa ganadera
del centro. Asimismo, gracias a Martnez Alier y a Bonilla estuvo en el IEP, a
j' fme dia dos de 1971 y vin cula do al p royecto de o rgan izacin de los materiales
Sffed 13$haciendas, el conn otad o histo riador ingls Eric Hobsbawm. quien estu-
di las invasiones de haciendas, sobre todo la larga lucha de la comunidad
IM^'Huasicancha con la hacienda Tucle, y escribi un articulo al respecto en una
^-p res tigio sa revista inglesa.18
En otras palabras, en la dcada de 1970, al mismo tiempo que algunos
jb historiadores del IEP enfati zaban las estru ctura s y analizaban aspectos nove -
dosos de la relacin econmica del Per con el mercado mundial, como
. ;;-'X Bonilla, o form ulab an nuevos paradigmas de la historia econ mica que
le daban mayor relevancia a los actores locales, como Assadourian, otros
17. Thurner. Mark. Peasant Polltics and Andean Haciendas in the Transition to Capi talism: AnEthnographic History. En Latn American Research Review,vol. 28, n.3.1993, pp. 41-82.
18. Hobsbawm, Eric. Peasant occupation. En Past and Present. n.62, vol. 1,1974 pp 120-152.
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154
historiadores daban importancia a los actores sociales populares, y, a partir
del lEP, creaban nuevas fuentes para el estudio de la historia del pas. Como
lo sugiere un breve compendio sobre el Per de fines de la dcada de 1970.
titulado Nueva historia general del Per, el pas estaba experimentando
entonces cambios imp ortantes en su historiogra fa.19
Es cierto que no todo en esta compleja revolucin historiogrfica de
comienzos de la dcada de 1970 en el Per puede atribuirse al IEP. En verdad
comprenda diversos historiadores y publicaciones. En un periodo de cinco
aos (de mediados de la dcada de 1970 a comienzos de la de 1980). se rea
lizaron estudios y publicaciones fundamentales dentro y fuera del IEP como
el libro de Manuel 8urga, de inspiracin braudeliana, sobre Jequetepeque; el
estudio de la movilizacin campesina en las rebeliones andinas (que iban ms
all de lo analizado con la rebelin de Tpac Amaru, del antro plo go del IEP
Jrgen Golte, titulado Repartos y rebeliones:la coleccin de captulos sobre
Tpac Amaru que organiz Alberto Flores-Galindo; el inn ovador lib ro de Ne-
son Manrique sobre las guerrillas caceristas en los aos finales de la guerra
con Chile; y el novedoso estudio de Burga y Flores-Galin do sobre la Repblica
Aristocr tica (entre otras pub licac iones histricas relevantes).20 Ms que un
caso de excelencia en la periferia, fue un caso de circulacin internacional de
ideas, libros y especialistas, donde los historiadores peruanos establecieron
una relacin horizontal con sus pares del extranjero.
De hecho, una generacin de historiadores andinistas norteamericanos,
entre los que destacan Steve Stern, Florencia Malon y Brooke Larson (cuyos
estudios fueron publicados en su versin en castellano por el IEP). estuvieron
muy influenciados por estos trabajos del IEP e introdujero n en el debate histo-
riogrfico peruano, con mayor coherencia, la diversidad de acuerdos entre las
lites espaolas e indgenas durante el per iodo colonial, y el uso que los lide
res indgenas y mestizos hicieron de los recursos legales oficiales, as como
la nocin de la economa moral de los campesinos inspirada en las ideas
del antes citado Thomp son y de James C. Scott y la nocin de los actores
13. Aranibar, Carlos (ed.). Nueva historia general del Per: un compendio. Lima: Mosca Azul
Editores. 1979.
20. Burga. Manuel. De la encomienda a la hacienda capitalista: el valle del Jequetepeque delsiglo xvi al xx.Urna: lEP. 1976; Manrique, Nelson. Campesinado y nacin: las guerrillas indgenas en la guerra con Chile.Lima: Centro de Investigacin y Capacitacin. 1981: Burga.
Manuel y Alberto Flores-Galindo. Apoge o y crisis de la Repblica aristocrtica. Urna: Ediciones Rikchay Per. 1984; y Golte. Jrgen. Repartos y rebe liones: Tpac Amaru y las contradicciones de la economa colonial. Lima: IEP. 1980.
Lah istor iao l a h i s t o r i aen el In s t i t u t ooeE s t u d i o sP e ru anos
subalternos de la historia.21El prime ro de estos concepto s aluda al hec ho de
que las sociedades campesinas con bienes escasos tenan una regulacin y
unos valores culturales en sus relaciones econmicas que no podan redu
cirse a lo moneta rio sino a las percepcion es y discursos morales de l uso de
la venta de bienes en tiempos de crisis. Los estudios de historia subalternos
proponan estudiar los actores hasta entonces poco considerados en la his
toria: los sectores populares que eran ms marginalizados que los proletarios
debido a su raza, gnero, religin u orientacin sexual.
Hacia inicios de 1980 existan proyectos, publicaciones y planes futuros
de historia en el IEP que enfatizaban la historia econmica del siglo XIX. Otras
caractersticas eran que los historiadores del IEP lean fluidamente ingls, fran
cs y a veces otro idioma, y que asistan a congresos internacionales donde
interactuaban horizontalmente con los lderes de la historia. Este hecho se
manifest tambin en la efmera revista que Bonilla alent desde Lima, pero
que tuvo una resonancia con tinenta l entre los especialistas; HISLA.subtitulada
Revista de Historia Econmica y Social de Amr ica Latina.Esta empez a apa
recer en 1983 con un consejo editorial en el que brillaban los mejores histo
riadores mundiales de entonces. Igualmente clave en el reconocimiento del
rol central, y no perifrico, que tenia la historia del IEP en las redes de historia
econmica y social int erna ciona l fue la realiza cin en el IEP, en 1986, del Vil
Simposio Internacional de Historia Econmica del Consejo Latinoamericano
de Ciencias Sociales (CLACSO), titulado El Sistema Colonial en Mesoamrica
y los Andes. Fue una reunin sobresaliente por la calidad de los debates y de
los participantes, con ponencias de personalidades de la historia econmica
latinoamericana como Ruggiero Romano, el francs Frangois Chevalier, los
argentinos Enrique Tandeter y Juan Carlos Garvaglia, el nortea merica no Klein
y el espaol Josep Fontana, entre o tros .22
Formalmente, el lder del grupo de historiadores en el IEP era Bonilla, a
pesar de que Assadourian dej una huella propia por la presencia de sus ideas
21. Por ejemplo, Larson, Brooke. Indgenas, lites y Estado en la formac in de las repblicas
andinas.Lima: IEP. 2002.
22. Romano. Ruggie ro. Mcanismes de la conqute coloniale: les conquistadores. Pars; Flam-
marion. 1972; Chevalier, Frangois. Formation des grands domaines au Mexique: terre et
socit aux XVIe-XVIle sicles.Pars: Institut d'ethnologie, 1952; Enrique Tandeter. Trabajoforzado y trabajo libre en et Potos colonial tardo. Buenos Aires: Centro de Estudios deEstado y Sociedad. 1980; Klein. Herbert S. fue autor con John 0. Tepaske de la voluminosa
obra Royal treasuries o f the Spanish Empire in America. Durham: Duke University Press.
1982; Garavaglia. Juan Carlos. El mundo rural rioplatense a nes de la poca colonial: estudios sobre produccin y mano de obra.8ueno s Aires: Editorial Biblos, 1989; y Fontana.
Josep. Historia: anlisis del pasado y proye cto social.Barcelona: Editorial Critica. 1982.
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M a r c o s C ue t o
y su liderazgo en el tiempo que estuvo en la institucin. Otros historiadores'^
jvenes del extra njero cont ribu yero n a ex tender los estudios de los dos ante- -
riormente citados, aunque sus perspectivas se acercaban ms a las de Assa-'
dourian. El historiador econmico boliviano Antonio Mitre y el antroplogo
e historiador de Inglaterra, Tristan Platt, ayudaron a revelar el protagonismo.5
poltico de los campesinos del siglo XIX. Ambos publicaron en Lima libros )>
enteramente dedicados a Bolivia, hecho que signific una internacionaliza- %
cin de los trabajos de historia del IEP.23
El origen de la breve relacin de Mitre con el IEP se inici en una mesa
verde realizada en 1978, donde present sus ideas de la vigencia de circuitos
mercantiles regionales por los que circulaba la moneda boliviana con un dina
mismo que contradeca la imagen de una depresin generalizada durante el
siglo XIX. Bonilla lo anim a transforma r la charla en un captulo que hizo parte
de un libro sobre el espacio econmico de la regin, publicado en 1980, del
cual participaron tambin Assadourian y Platt (Minera y espacio econmico
en los Andes, sig los XVl-XX). La tesis de la Universidad de Columbia de Mitre,
donde haba sido alumno de Herbert S. Klein, fue publicada un ao despus
con el sugerente titulo Los patriarcas de la plata: estructura socioeconmica
de la minera boliviana en el siglo XIX,y se convirti en una referencia en la
historiografa boliviana so bre el tema.24El trabajo de Platt, por su parte, exami
naba cm o los c ampesinos bolivianos ejercieron con relativo xito su capaci
dad de negociacin con el Estado republicano para seguir pagando el tributo
solo a cambio del reconocimiento oficial de sus tierras. Ello cuestionaba la
pasividad que se atribua a los campesinos andinos despus de la derrota de
Tpac Amaru y explicaba m ejor el fracaso del liberalismo decimon nico que
busco intilmente crear un m ercado de tierras.
Investigadores de otras reas del IEP, como el economista Jos Mara
Caballero quien desde 1978 era investiga dor de planta del IEP ampliaron
su agenda de investigaciones hacia la historia, y eso se reflej en un trabajo
fundamental de Caballero sobre la agricultura peruana antes de la reforma
agraria.2SEl esfuerzo ms sobresal iente en este sentido fue el de Ju lio Cotler
23. Mitre, Antonio. Los patriarcas de la plata: estructura socioeconmica de la minera boliviana en el siglo XIX.Lima: IEP, 1981; y Platt, Tristan. Estado boliviano y ayllu andino: tierraytributo en el norte de Potos.Lima: IEP 1982.
24. Mitre, Antonio. The Economic and Social Strueture of Silver Mining in XiX Century Bolivia.Tesis de doctorado. Nueva York: Universidad de Columbia, 1977.
25. Cabal lero, Jos Mara. Economa agraria de la sierra peruana antes de la reform a agraria de1969.Lima: IEP. 1981.
La h i s t o r i ade l ah is t o r i aenel I n s t i t u t o oe E s t u o i o sP eruanos
que escribi y public, en 1978, el renombrado ensayo de sociologa histrica
titulado: Clases, Estado y naci n en e l Per.
Hacia 1977 o 1978, Matos le pedia a Bonilla que publicara un libro y for
malizara un rea de historia. La respuesta del historiador fue la publicacin en
1980 de Un siglo a la deriva,que resuma buena parte de sus trabajos sobre
el siglo XIX. Sin embargo, no institucionaliz el rea solicitada al interior del
IEP. Adems, haba surgid o en el IEP otra lnea de investigacin his trica quese legitim por s misma (la etnohistoria), y la influencia de una fundacin
norteamericana se hizo cada vez ms fuerte.
LA FUNDACIN FORD Y EL IEP
Sobre la Ford vale la pena hacer un alcance complementario a la discusin
hstoriogrfica. A comienzos de la dcada de 1970, la Fundacin Ford cre una
nueva unidad sobre Amrica Latina como parte de una divisin internacional
en la que trabajaban funcionarios que haban vivido en Lima y eran amigos de
investigadores del IEP como Abraham Lowenthal. l fue brevemente repre
sentante de la Fundacin en el Per, editor del libro The Peruvian Experiment:
Continuity and Change under Military Rule (1975) y, posteriormente, profe
sor en Princeton y fundador del Programa Latinoamericano del prestigioso
Woodrow Wilson Center, en Washington D. C. (donde llegaron a ser invitados
como investigadores visitantes algunos miembros del IEP).
Esta unidad de la Ford, con cinco oficinas regionales, una de las cuales
comprenda a Per, Bolivia y Ecuador, realiz una donacin significativa para
el IEP en 1971: 162.000 dlares. Ese monto se destin a la investigacin,
entrenamiento y publicacio nes en ciencias sociales. En ese mismo periodo,
solo otra institucin peruana super el monto recibido por el IEP: el Insti
tuto Nacional de Planificacin con 177.500 dlares. La Facultad de Ciencias
Sociales de la PUCP solo recibi en ese perodo 15.000 dlares (aunque, en
otros aos, las donaciones de la Ford a la formacin e investigacin en cien
cias sociales para dicha universidad fueron significativas).
La Ford tena recelos de las universidades pblicas latinoamericanas y pre
ferencia por las facultades de Ciencias Sociales de las universidades catlicas
de Amrica Latina, as como por unos pocos centros privados de investiga
cin como el IEP. Adems, la Ford tena un respeto a la libertad acadmica y
supona que sus donaciones dejaran un legado si se concentraban en unos
pocos centros de excelencia acadmica donde haba investigadores de pri
mer nivel y que formaran parte de una red de conocimiento de la que fuese
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Ma r c o sCune
parte el mundo acadmico norteamericano y europeo. Es pertinente agre
gar que la misma Ford reconoca que. en la dcada de 1970, la gran mayora
de cientficos sociales de las universidades pblicas era abiertamente hostil a
cualquier apoyo privado o bilateral norteamericano, generalmente justificado
en una ideolog a antiimperialista. El IEP y la PUCP fueron a veces injustamente
tratados en el contexto peruano por recibir fondos de la Ford. En la dcada de
1970, la oficina de Lima de la Ford se convirti en un punto neurlgico de la
fundacin en la regin sudamericana porque gran parte de sus operaciones
fueron limitadas o se cerraron en otros pases de la regin por causa de lasdictaduras militares.
Tradicionalmente, la Ford haba apoyado los programas de planificacin
familiar y la demografa en el Per hasta antes del gobierno militar pero el pro
natalismo de los militares en el poder desde 1968 hizo despus muy difcil
la existencia de estos programas. Casi al mismo tiempo, desde fines de la
dcada de 1970, los programas de control de la natalidad fueron cuestiona
dos en todo el mundo, sobre todo por su carcter compulsivo.
A partir de comienzos de la dcada de 1970, los func iona rios de la Ford
anunciaban con orgullo que haran un cambio radical en los programas que
apoyaran en el exterior. Este cambio consista en un apoyo a la profesiona-
lizacin y a la investigacin de calidad en las ciencias sociales, no solo a las
que se consideraban ms desarrolladas en trminos de mtodos matemti
cos o ms orientadas a polticas pblicas como la economa, la demografa
y la ciencia poltica, sino a las que se denominaban, entre los funcionarios,
soft social Sciences
(ciencias sociales blandas) como la antropologa, la
sociologa y, en menor medida, la historia. Esta era una visin amplia de las
ciencias sociales que benefici al IEP.
Al mismo ti emp o, c onform e avanzaba la dcada de 1970, los funcionarios
de la Ford empezaron a ser ms cautelosos en su apoyo al reform ismo militar
peruano y a considerar que sus esfuerzos de modernizacin necesitaban de
una crtica y evaluacin externas al rgimen, en especial en relacin con su
verdadero impacto en el alivio a la pobreza, una tarea en la que poda ayudarel IEP. En parte alentados por los cien tfico s sociales peruanos, y latinoa meri
canos, los propios funcionarios de la Ford fueron cambiando sus expectati
vas sobre las ciencias sociales y hacia mediados de la dcada de 1970 reco
nocan que las investigaciones deban sobre todo brindar una comprensin
general de los orgenes, pa trones y procesos generales de la sociedad, y que
esta comprensin no tenia que alinearse con las polticas del Departamento
La h i s t o r i ade l a h is t o r i aen el In s t i t u t o oe E s t u d i o sP eruanos
de Estado de los Estados Unidos. Esta actitud de la Ford reflejaba el desen
canto posterior a la Alianza para el Progreso, al fracaso de las ideas de la
modernizacin basadas en una imitacin lineal de la historia de los Estados
Unidos, as como al distanciamiento de la institucin filantrpica norteame
ricana del controversial periodo de gob ierno del presidente norteamericano
Richard Nixon (1969-1974).26
Los investigadores del IEP establecieron, con la Ford, una relacin cercana,
en la que crean que pod an exten der las expectativas inicia lmente planteadasdesde su oficina central. Por ejemplo, pensaban que la critica que realizaran
no tena que ser funcional a un mejoramiento de las polticas pblicas, sino
que tenia valor en s misma y que la ayuda a las ciencias no consideradas ver
tebrales de las ciencias sociales podra recibir m ayor apoyo .27
En la dcada de 1980, el IEP sigui recibien do un tratamien to preferencial
de la Ford pero con donaciones ms dirigidas a temas especficos y de carc
ter poltico, don de los historiadores tenan menos posibilidades. Entre 1986 y
1990, el IEP recepcion donaciones significativas (de 44.300 y 206.000 dla
res en el primero de esos aos y de 114.800 en 1990) para investigaciones en
la radicalizacin poltica y la violencia urbana entre los jvenes, los estudios
de gnero, la poltica econ mica y la democracia, y los partidos polticos con - 159
temporneos.28A unqu e en los siguientes aos la Ford sigui siendo vital para
la vida del IEP y para las investigaciones en ciencia poltica, antropologa y eco
noma, no lo fue para el rea de historia. Un factor que provoc un cambio en
la relacin de la institucin con la fundacin y que hizo ms difcil el apoyar
reas que empezaban a tener un rol marginal en las donaciones extranjeras,
fue la decisin de la Ford tomada a comie nzos de la dcada de 1990 de
reubicar su oficina reg ional en Santiago de Chile, en gran parte po r la preoc u
pacin por los posibles problemas de seguridad que le poda causar el con
flicto armado interno .
26. fora Foundation Report 005065, 8ox 187736 report Kalman Silvert The Foundation, the
Social Sciences and Latin Americ. O l ac Social Science Meeting April 26-28.1976 Rocke-eller Archive Center.
2.7. Ford Foundation. The Ford Foundation Reports. Octobe r 1 1971 to September 30 1972.
New York, 1972. Biblioteca del Rockefeller Archive Center, p. 65.
28. Andean Regin and the Southern Cone Grants 1986-1990. Carpeta Andean Regin Sou
thern Cone 1990 Ford Foundation Latin America, archivos del funcionario Joan Dassin,caja 1. Rockefeller Archive Center.
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14/18
Ma r c o sC ue t o
LA ETNOHISTORIA
Independientemente de la influencia de la Fundacin Ford, desde fines de
la dcada de 1970, Mara Rostworowski tuvo mayor participacin en el IEP y
cre una nueva lnea de investigaciones originales y de gran impacto en el
ambiente cultural peruano: la etnohistoria. Ella fue una de las fundadoras del
IEP pero, en la segunda mitad de la dcada de 1970, fue directora del Museo
Nacional de Historia, al que dedic buena parte de su tiempo. Siempre vale
la pena recordar su indomable empuje y talento personal que se reflej en elhecho de que ella era autodidacta y haba ganado un premio nacional por su
Pachacutec Inca Yupanqui.Hacia fines de la dcada de 1970, empez a tener
una vida de trabajo cotidiana en el IEP gracias a Matos Mar, quien le asegur un
salario y el concurso de asistentes, intuyendo que poda ser una investigadora
que abriese nuevos derroteros en los estudios de la institucin y que sera una
autora de xito editorial. En 1977 public con el IEP su libro Etnia y sociedad:
costa peruana prehispnica.Posteriormente, su presencia se consolid en el
IEP gracias a la serie editorial Historia Andina, que tie ne cerca de cuarenta ttu
los de libros, la gran mayora de los cuales estn escritos por ella.
Su perspectiva coincida con la de otros fundadores como Valcrcel, que
en 1959 haba publica do libros sobre historia del Per precolo mbino.29 Asimismo, empalmaba con una tradicin de estudios peruanistas que combina
ban la antropologa y la historia com o la de los franceses Alfred Mtraux y Oean
Vellard, y la de los norteamericanos Julin H. Steward, Wendell C. Bennett,
George Kublery John Rowe.30El trabajo de Mara Rostworowski tambin le dio
continuidad a publicaciones del IEP, en especial a los de la serie, inaugurada en
1966, de Fuentes e Investigaciones para la Historia del Per, que tuvo como
ttulo estelar el documento colonial Dioses y hombres de Huarochiri,del cura
extirpador de idolatras Francisco de vila, escrito parcialmente en quechua,
traducido por Arguedas, coeditado con el Museo Nacionaly con un estudio bio-
biblio grfico del historia dor francs Pierre Duviols.31Este libro reforz la pers
pectiva etnohistrica. Posteriormente se hicieron versiones mejoradas porque
se consideraba a la de 1966 incompleta, un esfuerzo en el que participaron
29. Como, por ejemplo , los tres volmenes: Valcrcel, Luis E. Historia del Per antiguo.Lima:Editorial J. Meja 8aca. 1964.
30. Osterling, Jorge P., et al. Notes for a History of Peruvian Social Anthrop ology. 1940-8 0..,ob. cit.
31. vila, Francisco de. Diosesy hombres de Huarochiri: narracin quechua recogida porFrancisco de vila.Edicin bilinge. Lima: Museo Nacional de Historia e IEP, 1966. Estedocumento fue publicado parcialmente en 1873 por Markham.
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Lah is t o r i aoe l a h i s t o r i aen el In s t i t u t o deE stuoios P eruanos
estudiantes de historia como Guillermo Cock y Laura Gutirrez, entre otros.
Tuvieron que pasar varios aos para que el IEP, con el concurso del Instituto
Francs de Estudios Andinos (IFEA) y de Gerald Taylor, publicara la versin que
hoy es la aceptada co mo definitiva entre los especialistas.32
La etnohistoria cuestionaba la tradicin anacrnica de la historia oficial
que idealizaba el pasado precolombino, en parte inspirada en los Comenta
rios realesdel Inca Garcilaso, para inventar una sociedad inca utpica e irreal
que se asemejaba a los patrones medievales y renacentistas de tos reinos delviejo continente. Este cuestionamiento llev a buscar modelos propios y reva
lor nuevas fuentes en la historiografa peruana que hasta entonces se haba
basado en. documentos oficiales. Se empez a buscar testimonios que fue
sen lo ms cercanos posibles a las visiones de los indgenas y prximos a los
primeros momentos de la conquista. Las visitas, por ejemplo, empezaron a
ser consideradas testimonios fundamentales, porque fueron hechas no pen
sando en la posteridad sino en el registro de la administracin de los recursos
de la poblacin sometida.
En los aos siguientes Rostworowski public su famosa Historia del
Tahuantinsuyu (1988) un trabajo encargado y apoyado en su investigacin
previa por Matos que gan recon ocimiento s nacionales e internacionales.La primera edicin sali en enero de 1988 con un tiraje de 3000 ejemplares.
Tres meses despus se imprimieron 2000 ejemplares ms. Para el ao 2013
se haba realizado ya la 9.5reimpresin de la 2.aedicin, con un total de tiraje
total 60.700 ejemplares vendidos (con una edicin especial para Bolivia de
1300 ejemplare s en el ao 1995).33 Era la poca en la que el IEP poda arr ies
garse a publicar entre 2000 y 10.000 ejemplares de sus libros, algo que tanto
la institucin como el resto de las editoriales peruanas tuvieron que reducir
con el tiempo, en gran parte debido al abuso de las fotocopias y las llamadas
copias piratas de los libros.
El trabajo de Rostworowski no siempre interactuaba con el gru po de his
toria formado con Bonilla o con Assadourian, sino que era ms individual y
contribua a otra disciplina, la etnohistoria, que no tena como nico c entro el
32. Con ocida com o Ritos y tradiciones de Huarochiri del siglo XVII. Versin paleogrfica,interpretacin fonolgica y traduccin al castellano. Estudio biogrfico sobre Francisco de
vila de Antoni o Acosta. Lima: i f e a /IEP, 1987.
33. El libro fue traducido a varios idiomas como, por ejemplo, History of (he Inca realm.NuevaYork: Cambridge University Press, 1999. Entre los libros de Mara que fueron xitos editoriales tambin estuvieron: Doa Francisca Pizarro: una ilustre mestiza. 1534-1598 (Lima: IEP.1989) y Pachacamac y el seor de los milagros: una trayectoria milenaria(Lima: IEP. 1992).
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Ma r c o sC ueto
162
IEP y que contaba con el respaldo de John Murra. amigo de Arguedas, estre
chamente vinculado al Per desde mediados de la dcada de 1950. Murra
era autor de trabajos sobre la organizacin econmica y social de los incas,
y propona que en la sociedad precolombina haban existido racionalidad y
complementariedad, a travs de normas de intercambio, reciprocidad y con
trol vertical de los diversos productos relacionados con los grupos humanos
que habitaban los distintos pisos ecolgicos de los Andes. Era, asimismo, un
defensor de la historia oral; de la atencin prestada a los nombres, lugares
y usos indgenas que se remontasen al pasado; y del uso de mtodos de laantropologa en la investigacin histrica. Al prestigio de Murra se sum, en la
dcada de 1970, el trabajo y liderazgo del joven y dinmico historiador de la
PUCP Franklin Pease, que pub lic uno de sus primeros libros en el IEP.34Murra
fue en esos aos una figura preponderante en parte por su libro Formaciones
econmicas y polticas del mu ndo andino(1975).
Tambin a fines de la dcada de 1980 ingres a trabajar en etnohisto-
ria en el IEP Rafael Varn, un historiador colonial identificado con la etno-
historia, pero tambin con formacin en la historia econmica. Formado
en las universidades de Londres y de Texas, Austin, paso cerca de diez aos
investigando en archivos de Espaa y del Per para reconstruir la historia de
la fortuna de la familia de Pizarro, el conqu istad or del Per.35 Gracias a l,
y al valioso concurso de su coeditor Javier Flores-Espinoza, la etnohistoria
alcanz uno de sus ltimos logros en trminos de trabajo grupal con la com
pilacin de la monumentalArqueologa, antro polo ga e historia en tos Andes:
homenaje a Mara Rostworowski de 1997, realizada cuando la homenajeada
cumpla ochenta aos y presentada en una impresionante ceremonia en el
Museo de Arte de Lima, en la que participaron conocidos autores extranjeros
(luego muchos de ellos siguieron publicando sus libros en el IEP). El libro era
un verdadero panorama del estado d el arte de la especialidad en los Andes.36
Tambin haba tensiones cordiales, nunca explcitas, entre los historia
dores y los etnohistoriadores. La relacin con la antropologa era casi natural
porque muchos antroplogos escriban textos de historia y porque era claro
que la indagacin del proceso histrico de la sociedad andina no se poda
34. Pease G. Y., Frankl in. Del Tawantinsuyu a la historia del Per. Lima: IEP. 1978. Este librocont con una introduccin de Bonilla.
35. Varn Gabai. Rafael. La ilusin del pod er: apo geo y decad encia de los Pizarro en la con-quista del Per.Urna: 1FEA/1EP, 1996. Una obra que despus fue traducida al ingls.
36. Varn Gabai. Rafael y Javier Flores Espinoza (eds.J.Arqueologa , antro polog a e historia enlos Andes: homenaje a Mara Rostworowski.Lima: 8CRP/IEP, 1997.
La h is t o r i ade l ah is t o r i aen el I n s t i t u t o oe E s t u d i o sP eruanos
hacer solo en archivos y bibliotecas, sino que deba ser complementado con
trabajo de campo y con entrevistas (de una manera parecida a la que investi
gaban sus temas los antroplogos). Como resultado de sus visitas al Per, su
familiaridad con los estudios sobre el frica y su carisma, Murra haba conven
cido a distintos historiadores coloniales y antroplogos de que haba que crear
una subdisciplina para estudiar los pueblos grafos de los Andes, que en ver
siones similares ya estaba descolland o en los Estados Unidos y Europa: la etno
historia.37 Esta explicara mejo r sus dinmicas propias, su relac in c on Europa,
apelara a una combinacin de metodologas histricas y antropolgicas, ypermitira conocer la perspectiva de los vencidos en sus propios trminos.
Sin embargo, para algunos historiadores, la etnohistoria relanzaba, de
manera subrepticia, un mensaje esencialista que provena del indigenismo,
que buscaba la reificacin de lo andino o la idealizacin de lo indgena.
Algunos historiadores sociales y econmicos sospechaban, adems, de las
ideas de intercambio y reciprocidad, que a veces parecan prestadas de la
monumental obra sobre el Mediterrneo del historiador francs Fernand
Braudel.38 Es importante registrar que los his toriador es no se aferraban a la
denominacin y que algunos de ellos, como Pease, incursionaban en la histo
ria social y poltica sin mayores problemas. De todos modos sigue la pregunta
no resuelta en este ensayo; por qu la etnohistoria se fue apagando en el
Per de comien zos de l siglo XXI despus de fu lgo r que tuvo en las dcadas de
1980 y 1990 del siglo XX?
LA HISTORIA DEL IEP EN LA ADVERSIDAD
Despus de 1986, B onilla pas a ser profe sor en univers idades de los Estados
Unidos y Ecuador, y algunos aos despus dejo de ser miembro del IEP y se
afinc como profesor universitario en Colombia. A pesar de ello, la investiga
cin en historia sigui activa en el IEP, incluso sin importar la crisis econmica
y poltica en la que se empezaba a hundir el Per. Ello ocurri, tambin, a
pesar de que Deustua y Contreras, los discpulos ms reconocidos de Boni
lla y de Assadourian, pasaron algunas temporadas en el exterior para prose
guir sus estudios de posgrado. Contreras fue. entre 1983 y 1984, a estudiar
37. Harkin. Michael E. Ethnohis lory's Ethnohistory. En Social Science History,voi. 34, n - 2,2010, pp. 113-128. Desde mediados de la dcada de 1960, existe en los Estados Unidos laAmerican Society for Ethnohistory.
38. En el extranjero aparecieron ms claras estas criticas, por ejem plo,-en el siguiente trabajo:Schadel, Richard P. Andean World View: Hierarchy and Reciprocity, Regulation or Control?. En Current Anthropology.vol. 29, n.95 ,1988 . pp. 768-775.
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Ma r c o s C ue t o
una maestra en Historia Andina en la Facultad Latinoamericana de Ciencias
Sociales de Quito y posteriormente, a comienzos de la dcada de 1990, un
doctorado en El Colegio de Mxico. En 1983, Deustua se fue en bsqueda de
un do ctorad o a Pars, dond e estud i con Ruggiero Romano y Nathan Wachtel.
regresando al IEP en 1988 donde permaneci por casi dos aos para trabajar
en un proyecto sobre del siglo XIX. Los primeros libros de estos historiadores,
de una serie de trabajos que realizaran con el IEP, son sobre minera y espacio
econ mic o y fueron p ublicados en 1986 y 1987, respectivamente.39Desde fines de la dcada de 1980, se desarrollaron algunas de las tradi
ciones de los paradigmas mencionados anteriormente pero sobre todo apa
recieron estudios que cuestionaban los supuestos totalizadores de algunos
de los primeros trabajos que surgieron en la dcada de 1970 y los criticaban
por haber acomodado hechos histricos en beneficio de una teora. A partir
de fines de la dcada de 1989, el contexto poltico y las prioridades de los
donantes no fueron favorables a las investigaciones histricas. Buena parte delas fundaciones enfatizaron proyectos y consultoras de corta duracin que
fuesen potencialmente insumos para las polticas pblicas. Todo ello contri
buy a la progresiva declinacin de la presencia de historiadores del IEPy en
las series editoriales dedicadas a la historia. Varios historiadores enfatizaron su
trabajo en la universidad, donde anteriormente eran profesores pero no ejercan muchas labores administrativas o docentes debido a que restaba tiempo
a la investigacin. Lo hicieron porque en la universidad haba un sueldo fijo y
se creaban posibilidades de realizar investigacin. O tro efecto lamentable de
esta poca es que por razones que no son del todo claras para el autor de
este ensayo se debilit la relacin entre la historia y la antropologa que hablasustentado el florecimiento de la etnohistoria.
Algunos historiadores dei IEP mostraron una gran flexibilidad para man
tener a su vocacin en la adversidad. De hecho, a pesar de la crisis, exista
una fuerte necesidad de historia en las personas, las comunidades y la sociedad como lo mostr el investigador del IEP Antonio Zapata, que inaugur
un programa en la televisin estatal en las postrimeras del periodo de Fujimori, Sucedi en el Per,que inicialmente fue pensado como un segmento
de humanidades, artes y ciencias sociales del canal de televisin nacional
pero que luego Zapata tuvo la habilidad de conducir con xito y con poco
39. Deustua. Jos. Minera peruana y la inicia cin de la repblica. 1820-1840,y Contreras,Carlos. Mineros y campesinos en los Andes, merca do laboral, econ oma campesina en lasierra central, siglo XIX.Urna: lP, 1986 y 1987, respectivamente.
La h i s t o r i aoe l ah i s t o r i aenel In s t i t u t o oe E stuoios P eruanos
presupuesto por casi diez aos pasando por diferentes gobiernos, con lo
que trascendi los objetivos inicialm ente planteados p or el Estado. Otros his-
toriadores que quedaron en el IEP hicieron de todo un poco, generalmente
;; como asistentes de reas mejor financiadas como economa, educacin o
sociologa, y publica ron, p or ejemplo , valiosos textos escolares sobre algu-
?':nos departamentos y ganaron concursos de investigacin diseados para
| : reas de las ciencias sociales distintas de la historia. Otros se apoyaron en el
j IEP com o un lugar desde don de p articipar en consultoras sobre diferentesT asuntos, establecer conta ctos profesionales, tener acceso a una de las mejo-
S .res bibliotecas de ciencia s sociales de Lima y contar con respaldo institucio -
T nal para asistir a congresos.
Un desarrollo notable del periodo posterior a los tres grandes paradigmas
historiogrficos de la dcada de 1970 fue la elabo racin y publicacin de una
sntesis sobre la historia del Per como la de Peter Klaren, titulada Nacin y
sociedad en la historia del Per {que apareci en el ao 2 004 y tuvo una sexta
reimpresin en marzo de 2014), y otra del Per republicano que publicamos
junto con Contreras (Historia del Per contemporneo). Ambos libros son xi-
tos editoriales (la primera edicin de Contreras y Cueto apareci en diciem bre
de 1999, y en el ao 2013 se public la 5.2 edicin, con un total de 24.000
ejemplares impresos). Es interesante mencionar que la obra de Contreras yCueto fue inicia lmente un encarg o de la Fundacin Ford de elaborar trabajos
que funcionasen como un puente entre la investigacin y la enseanza universitaria. Inicialm ente se disearon esquemas y produjeron borradores para
economa y sociologa, pero estos nunca se publicaron debido a que no se
lleg a un texto definitivo. En el caso de la antropologa, Carlos Ivn DegregoriL. produjo una excelente colecci n de trabajos que daban cuenta del estado del
arte de su disciplina.40*Sin embargo, las brechas entre investigacin y ense
anza universitaria siguen pendientes de ser cubiertas, un problema que enltima instancia debilita a las ciencias sociales y a la formacin de una com u
nidad cientfica en el Per.
Los libros de Klaren, de Contreras y Cueto, y el de etnohistoria editadopor Varn y Flores Espinoza reflejaban lo que se haba hecho en las dca
das inmediatamente p recedentes antes que revelar nuevas fuentes o hechos
histricos. Casi al mismo tiempo aparecieron estudios historiogrficos quehacan un necesario balance, como el libro editado por Paulo Drinot y Leo
165
40. Degregori, Carlos Ivn (ed.). No hay pas ms diverso: compe ndio de antropologa peruana.Lima: IEP. 2000.
M C L h i i d l h i i l I i d E i P
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M a r c o s C ue to
Garfao, y el de Mark Thurner.41 Estas publicaciones indicaban un momento
de reflexin en la historiografa peruana y se preguntaban si los paradigmas de
la dcada de 1970 significaron realmente una ruptura con la manera de hacer
historia en el pas. Con flexibilidad, el IEP public textos de autores externos
que de algn modo criticaban los supuestos de los estudios de sus primeros
libros de historia o simplemente seguan otra ruta. Incluso, algunos de ellos
afirmaban que era imposible com prend er a las clases populares sin entender
a las lites y sus discursos, y otros trabajos histricos tenan interpretaciones
opuestas entre s sobre un mismo periodo histrico.
Desde una perspectiva historiogrfica, los estudios de fines y comienzos
del siglo XXI, realizados por investigadores del IEP y por historiadores extranje
ros peruanistas, tienen el mr ito de haber d escontam inado las rigideces neo-
marxistas o estructuraras que existan en algunos de los primeros estudios.
Asimismo, le diero n mayor importa ncia a la diversidad de actores subalter
nos y a la multiplicida d cultural, que coincid entem ente estaba en auge en los
Estados Unidos y Europa.
Existi una beneficiosa continuidad en la historia econmica, pero se
abrieron, adems, nuevas subespecialidades de la historia como una nueva
historia poltica, la historia de los actores subalternos, la historia regional y la
historia de la medicina, entre otras. Se trataba reas en que las investigaciones
y publicaciones del IEP recibieron financiamento internacional y reconoci
miento a cadmico. Entre el apoyo que recibieron estas reas estuvieron el de
la Fundacin Guggenheim y el de la red inte rnaciona l South-So uth Exchange
Programe for Research on the History of Development (SEPHIS), que a partir
de 1994 pro movi los estudios sobre el d esarrollo y las clases populares entre
los pases en vas de desarrollo.
Un xito indudable fue mantener en el IEP algo de la histrica econmica
gracias a la creacin, en el ao 2009, de una de las ms emprendedoras series
editoriales de la institucin: Historia Econmica. Esta iniciativa se realiz gra
cias a un convenio con el Banco Central de Reserva del Per (BCRP). Hasta
ahora tiene diecinueve ttulos, que incluyen libros individuales y cuatro vol
menes del Compendio de Historia Econmica.
41. Drlno t. Pauto y Leo Garfa o (eds.). Ms all de la dom inaci n y la resistencia: estudios dehistoiia peruana, siglos XVI-XX.y Thurner. Mark. El nombre d el abismo: meditaciones sobrela historia de la historia.Lima: IEP. 2005 y 2012, respectivamente.
Lah i s to r i ade l ah i s to r i aen el In s t i t u t o de E s tuo i o s P e r ua no s
Algo que tiene n en comn estos estud ios especficos fue que ya no aspira
ban a propo ner un paradigma integral del pasado p eruano, sino que, en parte,
cuestionaban algunas de las generalizaciones anteriores y planteaban nuevas
interpretaciones. Esas se inscriban en tradiciones especficas de subespe-
ciaidades histricas y en fuentes nuevas que hacan ms compleja nuestra
percepcin del pasado. Su emergencia no fue una obliteracin del quehacer
histrico sino parte de un ciclo normal por el que pasan todas las ciencias.
REFLEXIONES FINALES
Es necesario recono cer y justo celebrar la posici n de liderazgo en la historio
grafa peruana que tuvo el IEP en dcadas pasadas, un liderazgo que sin llegar
a ser exclusivo, s tuvo a la institucin como uno de sus referentes indiscuti
bles. Ello ocurri gracias a la formulacin de tres paradigmas historiogrficos
(la nueva historia econmica, el enfoque sobre el mercado interno y la etno-
historia) que proponan nuevos problemas, descubran y organizaban nue
vas fuentes, se arriesgaban a elaborar interpretaciones generales de buena
parte del pasado peru