Post on 04-Feb-2021
Foto: ©Marcela Sánchez
COLECCIÓN
POESIA DE AL AUTOPSIA
Seshat ediciones
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LA IMAGEN
DECISIVA
Zeuxis Vargas Álvarez
Este es el último poemario de la poesía de laautopsia, el número trece.Se dice que el pensamiento mágico es una delas cualidades más claras para poderidentificar la mente primitiva, sin embargo,creo que es al contrario, las cosmovisiones sonla forma más personal de entender y justifi-car un universo.Este poemario es el informe de una vida, elmejor diario para saber que hubo alguien enel mundo, que la tierra fue habitada por seresque amaban y odiaban y que eran capaces decrear, de soñar, de luchar contra la muerte.Este último poemario de la poesía de laautopsia es sobre todas las cosas, toda mipoesía, La imagen decisiva.
Zeuxis Vargas Álvarez
Zeuxis Vargas Álvarez
Bogotá 1981, Licenciado en Psicología y Pedagogía. Ha publicado en varias revistas del país y el exterior: Algunas de sus publicaciones son: “Fabulistas de la intimidad”, revista Quimera, España número especial de Navidad 325; “Mitológicas”, revista AsteriónNo XLII; “Raúl Gómez Jattin: la poesía como necesidad", revista Rara-Avis, Universidad Pedagógica Nacional. Ha sido catalogado en el centro virtual de la biblioteca UniversityHarward y la OEI. Su “Diatriba contra Rilke” fue publicada en el portal Renata del Ministerio de cultura de Bogotá.
LA IMAGEN
DECISIVA
Zeuxis Vargas Álvarez
COLECCCIÓN
POESÍA DE LA AUTOPSIA INICIACIÓN
LA IMAGEN DECISIVA
ZEUXIS VARGAS ÁLVAREZ
LA IMAGEN DECISIVA © ZEUXIS VARGAS, 2016
TALLER DE EDICIÓN SESHAT, 2016 CRA. 95 Nº 71 A 34, Bogotá - Colombia
CEL. 321 206 90 91 zeuxis_@hotmail.com
www.zeuxisaudade.blogspot.com
Primera edición Julio de 2017
Ilustración de carátula XXXXXXXX
Todos los derechos reservados
Diseño de carátula y composición Zeuxis Vargas
Impresión y Encuadernación Taller de edición
SESHAT
Impreso en Bogotá, Colombia Printend in Colombia.
LA IMAGEN DECISIVA
COLECCCIÓN
POESÍA DE LA AUTOPSIA DESTINO
ZEUXIS VARGAS ÁLVAREZ
Todos los derechos reservados. Esta publi-cación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada o trasmitida por un sistema de recuperación de información en ninguna forma, ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magné-tico, electroóptico, por fotocopia, o cualquier otra, sin permiso previo por escrito del autor.
Me precipito de confusión en confusión.
GOETHE
Tiembla mi mano
Sobre las oscuras implicaciones de la
Letra
BEI DAO
Y nunca volveré
Pero estuve aquí.
ROBERT MEZEY
CONTENIDO
PRÓLOGO ................................................................................................... 13
1. POETA .................................................................................................. 17 2. EN DEFENSA DE LA NOCHE .................................................... 21 3. COMO PARA DECIR QUE NO NOS CONOCEMOS . 23 4. POBRE COSA LUCHANDO A PESAR DE TODO ................ 27 5. LA VIDA ACORRALADA ............................................................... 29 6. CAMINANDO ESPESO .................................................................. 39 7. ALGARABÍA FEROZ PARA DOS VEHEMENTES .... 43 8. ADÁN .................................................................................................... 45 9. PANFLETO PARA ROMPER LA FICCIÓN ............................. 47 10. DESPERTANDO CON LOS OJOS ABIERTOS ....................... 49 11. DILUYENDO VERDADES ............................................................ 51 12. PALABRAS PARA UNA MANADA DE OJOS ......................... 53 13. MANUAL PARA ESCRIBIR POESÍA .......................................... 55 14. ASCO DE PONER UN PUNTO INICIAL ................................. 57 15. REDUCCIÓN DE LA EXPRESIÓN ............................................ 59 16. EL PROBLEMA DE ESCRIBIR TENIENDO INSPIRACIÓN
................................................................................................................. 61 17. PEQUEÑA INSISTENCIA .............................................................. 63 18. CATARATAS ....................................................................................... 65 19. UN ÁNGEL EBRIO SE CONFIESA ............................................ 67 20. UN SUEÑO .......................................................................................... 71 21. POR EJEMPLO ................................................................................... 73 22. PARADOJA .......................................................................................... 75 23. OBSTINACIÓN .................................................................................. 77 24. MEDITACIONES DE ALGUIEN EXTRAVIADO AL
BORDE DEL AVERNO .................................................................. 81 25. LA PRESENCIA Y EL INSTANTE .............................................. 83 26. HACIENDO MEMORIA ................................................................. 85 27. ES COMO UN SENTIMIENTO .................................................... 87 28. EPITAFIO ............................................................................................ 91 29. DESPEDIDA ....................................................................................... 93 30. DENUNCIA ......................................................................................... 95
31. SÍSIFO ................................................................................................... 97 32. TRANSHUMANTE ........................................................................... 99 33. CREDO ............................................................................................... 101 34. POEMA SIN VERBO ..................................................................... 103 35. NOTICIA DE LA ESTATUA ....................................................... 105 36. LA MENTE DEL SEDENTARIO............................................... 109
37. EL AUTOR ........................................................................................ 114
LA IMAGEN DECISIVA | 13
PRÓLOGO
Este es el último poemario de la poesía de la autopsia, el
número trece.
Toda mi vida ha estado atravesada por presagios, por
aturdidas confabulaciones y prestas creencias mágicas.
Se dice que el pensamiento mágico es una de las cuali-
dades más claras para poder identificar la mente primi-
tiva, sin embargo, creo que es al contrario, las cosmo-
visiones son la forma más personal de entender y justi-
ficar un universo.
Nací un día trece, el penúltimo mes de 1981, justo
cuando comenzaba el futuro. Todo llegó del golpe a
partir de los ochenta, el internet, los videojuegos perso-
nales, los grande íconos del deporte y la música, el libre
mercado, las grandes y frías guerras que globalizaron al
mundo, las películas con sorprendentes efectos espe-
ciales y la era de la comunicación con aparatos que po-
dían hacerlo todo.
No obstante nací en un pueblo y todo fue llegando a
mi vida de manera revuelta y afanada. Mi corazón de-
vastado por la guerra jugaba a escribir sus primeros
poemas en máquinas de escribir eléctricas o en compu-
tadores muy básicos pero que me avisaban de que el
mundo estaba más allá de los muertos que dejaban to-
dos los días frente al cementerio.
14 | ZEUXIS VARGAS
Me fue formulando una idea del universo y fui cre-
yendo en espantos y robots, en números mágicos y en
ecuaciones infinitas, en portales a otras dimensiones y
en agujeros negros. Todo, finalmente, se abismaba ha-
cia lo desconocido.
Y así como nací en una época que comenzaba el futuro
nací en un día que en la numerología hace posible el
cambio.
Nací un viernes trece el día de la crucifixión de Jesu-
cristo y mi madre dijo que alguna vez la madre agua
intentó llevarme a su mundo.
Tragedia, magia y soledad han estado presentes en mi
poesía. Quizás algún día escriba otra serie que conlleve
oros trece poemarios, por lo pronto este número má-
gico es lo que tengo.
Mi palabra y mi nombre, la pretensión de un dios olvi-
dado.
Este poemario es el informe de una vida, el mejor diario
para saber que hubo alguien ene l mundo, que la tierra
fue habitada por seres que amaban y odiaban y que eran
capaces de crear, de soñar, de luchar contra la muerte.
Este último poemario de la poesía de la autopsia es sobre
todas las cosas, toda mi poesía, La imagen decisiva.
LA IMAGEN DECISIVA
COLECCCIÓN
POESÍA DE LA AUTOPSIA DESTINO
LIBRO 13
ZEUXIS VARGAS ÁLVAREZ
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POETA
Esto es ser hombre: horror a manos llenas. BLAS DE OTERO
Hace ya mucho tiempo aprendí hondas ra-zones que tú no comprendes.
JOSÉ HIERRO
Dios me tortura Me rodea con extrañas palabras, con perros hambrien-tos. Es una máquina que aplasta ternuras Como si quisiera sacar vino de mis ojos Pero sólo es noche parida entre pétalos marchitos. Yo conozco el olor del viento muerto, El trazo de guerrilleros pentagramas Poniendo puntos suspensivos entre los abismos Y lo sé, de seguro, Porque Dios me abandonó a las leyendas de los ríos, A la intemperie de una llorona que me ambicionaba hijo. Mi nombre no es en vano, Un demiurgo que vive debe sufrir; Yo sufro y cada color es un alfiler de vinagre enterrado en mis vísceras.
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Dios, me confesó, mientras buscaba algo entre baúles dormidos: —Serás poeta, es un oficio de odios, de pútridos agüe-ros, Tendrás que extirparle a los árboles su pereza mortal, su gana de tótem, Profanarás el mar, su poder de basurero silencioso y brillante, Señalarás la niebla como si marcaras un alud de espan-tos Y a puñetazos sacarás al hombre de todo paraíso que funde. Dios me advirtió de un Adán que envidia los ángeles De su Eva pariendo con tristeza animales sin alas. Pero me dio a elegir, a cortar el hilo Cuando mi sangre se llenara de burbujas Y el corazón se me hinchara como los cuerpos de los ahogados. Su último consejo fue un espejo para que reconociera el tedio. Túmulo de ácaros somos. Lombrices, creciendo puras como la nieve, Llevamos en la bolsa de los vómitos. Y hay poros escondidos en la piel justos para el nido de las moscas. Pero algo que no es el cuerpo, Algo que aprieta y se expande como la respiración
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No han logrado descifrar sus arcángeles: Es nuestra espina, la carta escondida, Lo que Dios no pudo recuperar del paraíso. Soy poeta y la gana de ponerle dinamita al cielo no es terrorismo Es el saldo de una cuenta pendiente, el cobro a su juego macabro. Me parieron con todo el maravillamiento de los colores fundidos en el beso, Con todos los ruidos poniendo flores en la garganta de los pájaros; Un caracol, una luciérnaga, una crisálida, Apenas una mariposa, fueron suficientes Para saber que la vida no sería fácil, que morir, Sería una condena, que el patíbulo no dejaría de espan-tar desde entonces. Me di a los oficios más delirantes: Probador de carroñas, catador de silencios, Notario de noches, fiscal de ausencias y llantos, Curtidor de crepúsculos, arreboles y vésperos, Guía de dientes podridos, De calaveras empolladoras de ausencias, Abogado de la lluvia y el rayo, Interventor de inocencias, Contador de orgasmos y Sepulturero de olvidos. No hay Sabina que haya sido este Pirata No hay Serrat o Cohen capaz de ser un ruletista.
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Dios me prensó el alma, Me dio a beber la vida como si fuera cicuta Y me puso de oficio su ruina. Pero no previó la libertad que me daba, El poder de su voz nombrado la nada. Ahora lo llevo patiando dentro de mi pecho como un borracho, No como un pajarito azul ahogando, Sino como un borracho vomitado, maldiciendo. En cada abismo Le siento su temblor, su gemido rogando. No me importa.
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EN DEFENSA DE LA NOCHE
Toda la noche he presagiado a la noche: Ese tumulto negro, farragoso, que ciega. No hay nombre completo para iniciar la ceniza Y, sin embargo, los huesos temen a la pantera. Algo se incendia, un aprisco de estrellas, Las delgadas líneas del sueño, la pipa del gnomo. Esta tiniebla es lo de afuera, Un orificio, La unión al infinito, me dicen, El ocho acostado en tu vientre, La “N” que conjura la región transparente. Toda la noche he presagiado el origen de un mundo, Su color preciso para imaginar el fuego. Hay tantos lugares comunes en tu encierro: La luna Como una pompa de jabón a la deriva; Las estrellas Como peces luminiscentes devorando el silencio; La niebla Como una boca que deja su aliento en las ventanas; Y los árboles Estáticos, Llenos de la gris caverna de los días, Tan cansados,
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Tan dormidos. Eres el abismo en el océano, El fondo del abismo, La fosa donde descansa el polvo que seremos. Mis ojos, Que creen, Son tu única certeza.
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COMO PARA DECIR QUE NO NOS
CONOCEMOS
Solo basta con recordar Para darse cuenta de toda la locura. Un pedazo de resaca, Tiene ese miedo recostado en las esquinas y Se la pasa tumbando perdedores Como si no le bastaran los abrazos. Se olvida, Ingratamente la ternura ofrecida en una pequeña mi-rada, En lo que puede entregar alguien en un rincón de la noche, Y no logramos agradecer nunca Ese recodo donde nos ofrecieron la vida. Quizás un beso O, apenas eso que esperábamos Como si fuera una moneda Nos va cogiendo resentimiento Y se va alejando como si nunca hubiese existido. Pero basta con mirarse bien al espejo Para notar el rostro de nada que llevamos Y que apenas logra mencionar… el “sueño”… Pero no es esa la palabra, Que llena en los ojos, Se quería poner como un grito
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Sino Cierta culpa de no saber vivir O, para ser más claros, De no poder vivir con lo que se tiene entre las manos. El cambio de lenguaje sin necesidad de ser extraño Es la costumbre que nos va enseñando el mundo Porque al final El tiempo es uno y todo se resume en ausencia: La distancia que siempre buscamos Para crecer con algo de heroísmo, Para cuando nos entreguen El vencido boleto de orfanato. Por eso vivir a la defensa Como aprendiendo a blandir una espada No es un plan para gastarnos las horas vacías de ale-gría. Nada se hace por maldad, Por mera obsesión venida de un capricho entretejido, Sólo son cosas que van atropellando el bulto Que no sabemos manejar entre los días, Ciertas cosas que van llegando Para entender que vivir es lo mismo: Esa cosa que, al final, va envejeciendo; Sonriendo a veces Pero extrañando siempre. Ocasionalmente se quiere llorar o morir Hasta poder sentir cierta paz silenciando lo que pueda Y nadie puede saberlo Y nadie,
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Tampoco, Quiere saberlo Porque todos Tenemos Nuestra única forma de morirnos, Porque también Se ha aprendido, A preparase en agravios, A tener cierta coraza (Que no desmienta el miedo y la culpa) Aferrada Como una aureola de mártir inservible en la cabeza. Al final con rima o sin rima, Con canto o sin canto Todos terminamos en el mismo leño, Con la misma herida Y el mismo lamento crucificado en el peñasco. Todo nos ha endurecido el cuero Para aprender a sentir y también Para aguantar. Es por eso mismo Que uno a veces Se deja perder como un borracho entre las calles, Como si no valiera nada, Como si se quisiera entregar la vida En la riña más banal y atropellada. Pero algo nos jala siempre del abismo, Nos aleja del vacío Y, en la soledad,
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Al recordar, Siempre está cierto público recordándote el sepulcro, Diciéndote “Pobrecito” o, “Eso está bien. Se lo merece”. Son fantasmas, voces que sabes llegan a tu oído Aplaudiéndote o recriminándote las penas. Un caso común de complot imaginado, De egocentrismo ignorado, De memoria o, apenas, Algo de alguien que perdió el destino entre las cartas. En fin, un típico caso de vida buscando su camino. Al final Se queda uno sintiendo lo que pesa de verdad: La nostalgia, Ciertas ganas de llorar, a veces, La soledad, La misma noche, con uno en uno mismo, Y el desvelo. A pesar del amor o la esperanza Algo en el humano se lamenta. Es nuestro destino.
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POBRE COSA LUCHANDO A PESAR DE
TODO
Soy un hombre que pocas veces se ha visto al espejo.
Mantengo mi espanto a la reserva de mí mismo
Y tengo miedo de lo que tiene el rostro perdido en la
soledad.
Estoy degenerado, buscando, pidiendo a gritos un au-
xilio,
Una forma que me mantenga alerta, entusiasta.
El amor me llegó con toda su honestidad y entrega
Y no supe que trato darle.
Le he fallado a las cosas que más he querido.
Quiero encontrar la manera de poder ser feliz sin pen-
sarlo tanto,
Sin tener que buscarlo entre mis bolsillos vacíos.
Estoy tan insolentemente prendido a una tortura
Que es como si alguien dejara caer un espejo.
Borracho, fumado de todo
Enfrento al loco que quiere lanzarme hacia un despe-
ñadero
Y hay días en que me levanto tan lúcido, tan compro-
metido con el amor y el cuerpo
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Que parece una locura creer que llevo un hijo de nadie
atracado entre los ojos.
El amor me salvó alguna vez, ese artilugio, la mejor
cosa de dios,
Junto a mis padres, me dieron las ganas para aguantar
un poco.
Y lo sigo intentando, sin nada por dentro.
Me quedé noches enteras incendiándolo todo
Consultándome el golpe del corazón
Amarrando el orgullo a la ceniza
A los meros ardores de una mañana pudriendo.
He logrado un saqueo, lo tengo inventariado, lo sé por
mi aliento,
Por la honesta condición del desprecio.
A esta situación ahogada,
Hincado a la tierra como un condenado,
He llorado;
Hasta pedir mil perdones
Hasta pedir un destino
Un milímetro de seguridad
La mirada verdadera del viento.
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LA VIDA ACORRALADA
Es que tengo exabruptos,
Un pequeño infierno bailando entre los dedos,
Por doquier me van ultrajando la existencia,
Es el aire, su manera de estrellarme las ventanas,
De seguir dejándome vacías las hordas en mi aliento.
La soledad primero fue mía, casi estrangulada,
Luego una melcocha ajena que tenía firmas hipócritas
del canto
Me la fue llenado de fabulas, de meros cuentos y cu-
nas arrullando.
Es que el universo me quitó toda autoridad, todo es-
perpento,
El mero clavicordio para conjurar al diablo.
Me sacaron magullado, ensangrentado, apenas po-
blando el sueño.
Era todo un matadero, un pasillo y ese olor a hospital
y gasa asfixiando.
Es que tengo la edad pariendo años, recuerdos perdi-
dos,
Florecidos como fresas inundadas de hielo y rocío en-
marañado.
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Estuvo bien no tener memoria, saber que fui Adán,
Un niño cruel con los espantos.
A mí se me creció un diccionario de libélulas para ul-
cerar las tardes
A golpe de arreboles y sapos en el patio,
Por eso mi piel es de arcilla y esconde musgo; la tierra
crepitando.
Ese territorio parece un malogrado palimpsesto,
Un cuero que se echó a perder en la intemperie,
Pero hubo días, objetos que crecían con sol,
Con cierto hálito o patina entre las cosas como si fue-
ran ciertos.
Se me llenó el corazón igual,
Con rincones para saber de un beso,
Con la mera ternura de un abrazo,
Con veletas tirando alas a la sombra de un amor que
me ganaba
Y con el cuerpo abovedado sospechando el cetro.
El ser o el universo fueron compareciendo ante otra
gana de pensar;
Ese muñón extraviado que anegaba con dudas
Y soplaba noches como si fueran miedos.
Crecer fue tan de repente, que apenas si puede decirse
una palabra,
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Demostrar un gesto o buscar entre la piel la otra piel
que perpetró el delirio.
He sido tantos y tan de siempre el mismo que ya me
parezco mucho al agua,
A una nube estafando la ansiedad,
La señal de un dedo dibujando nadas, sombrillas y co-
nejos.
Aquí hay caricias para sentir el escalofrío de una crisá-
lida, su orgasmo.
Aquí hay muertos viviendo entre las horas,
Poblando el tiempo y muchas otras veces el espacio.
Números para contar las pesadillas,
Los puñetazos de éxito fracasando ineludibles
Y también los rastrojos de propósitos
Para aguantar el tedio.
Pero ninguna respuesta,
Llenos de preguntas y tanteando el aire buscando
ahorcar la sombra
Vamos todos con las palabras nuevas, metafísicas,
Plenas para este desalojo, para esta siniestra forma de
agredirnos.
Dios me inventó justo después de que aprendiera a
pronunciarlo entre los rezos
Y a veces yo parecía buscar a manotazos en su pe-
numbra
El ala de un ángel para desplumarlo a dentelladas.
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Pensamientos y rocas, copos de azúcar o de diente de
león,
El tiempo como un trapiche extrayéndonos,
Volviéndonos cachaza
Y cierto manoseo de un creador obsesionado con el
alma
Era lo que se tenía en la fe antes de tropezar con la
imprenta y con el yeso.
Y no sabemos bien para qué, pero paliamos
Nos inventamos carriles, muros y atajos para consoli-
dar un disparo,
La inmortalidad, el hacer, cierta gana de poder: luceci-
tas perdidas en el campo.
Hay globos que se queman sin siquiera elevarse
Y luciérnagas que fundieron su luz entre los charcos.
Es la piedra, la arruga estibando, esa gana de soñar
que no despierta
Y el sabor de una mirada perdida buscando más fraca-
sos.
Al final se logra esta remesa,
Esta cólera y la exhumación para perdonar lo no lo-
grado,
Se come, se pierden gases y se va engordando,
El amor se engancha a tanta incertidumbre.
El trabajo y cierta casa parecen maniatar todo lo sal-
vaje
LA IMAGEN DECISIVA | 33
Hasta volverlo mártir del hombre perdido en las ruti-
nas.
Es un tronar de dedos lo que cambia al mago,
Ese relincho de bestia alzándose
Y pariendo la otra soledad como si fuera un traje
Pero hay heridas que no sangran y suelen manchar el
albornoz,
La espuma cabalgando en la cresta de ese rito parecido
a un velorio,
De esos buenos días con prófuga despedida en el as-
censor
Que va bajando a inaugurar nuestras ganas de melan-
cólicas cervezas.
El ruido de los televisores acompañando la amargura,
El pensamiento sórdido haciendo eco mientras se
plancha la camisa
El sueño perdido a medio hacer entre el desastre de
una preocupación o un placer
Y otro dios convertido en dinero salvar guardándonos
a veces de toda la locura.
El desvelo ya no es por las estrellas,
Ya no se vive la noche como si fuera otro universo
Ahora es el limbo para estresar las cuentas,
Para conjurar la moneda o un día sin torturas.
El cabello lo sabe,
Las uñas lo comprenden bien,
La luz amarilla es artificial y no quema
34 | ZEUXIS VARGAS
Pero la noche es la noche
Y sigue habitada por toda la confabulación de tus es-
pasmos.
Es la vida acorralada, la gana del gol
Y el carro para buscar otras tiendas de alcohol y amor
rentado.
Otro como yo parieron con insulina y coca
Para ondear y vibrar al compás de los milagros,
Tiraron bombas para amortiguar la explotación,
Pero envejecieron igual, rompiéndose los sueños.
La política fue un pez gordo que nunca subió por el
río
Sin embargo todos embarcamos con el mismo ideal
Y solo bancos de arena fue lo que logramos,
Vinieron otros evangelios para nombrar el hambre
O los labios mendigando,
Es que a veces uno escribe para nombrar la soledad
Pero es el artilugio del grito el que se logra.
Entender que atrás ya no hay nada, que adelante me-
nos
Y que lo único cierto, alguna vez dejará de ser caudal
entre las venas
Es lo que nos espanta, lo que nos deja impotentes
ante tanto desamparo.
Un beso a la nariz de tu mascota, un balazo que
suena,
LA IMAGEN DECISIVA | 35
Algo que se parte al caer, una pelota rodando en la ale-
gría,
Una puerta arrojada contra el mismo celular que te
llama para amarte
O los dados mismos dando esperanza de avanzar
Sobre un tablero parecido aun vientre
Son a veces el inventario que no cuentas.
El corazón nauseabundo queda rezagado pero hay que
cepillarse los dientes,
Arreglarse la existencia antes de salir a maldecir o mal-
tratar al otro humano.
Esa es la costumbre,
Se navega hacia cualquier muelle siendo isla en nues-
tro propio barco.
Coleccionas estampillas, esnifas el olor de amar, la
gana de quedarte.
Una gorra para ocultar ese mundo derrumbado,
Los ojos estragados por la vértebra del insomnio
Y los mismos astrágalos de dios
Como tótems para despertar de cualquier infarto des-
dichado
Son las pocas cosas que buscas salvar de los naufra-
gios.
Es bueno ir muriendo en escalas,
Dejando el cuerpo destazado y distribuido en el saco
navideño.
36 | ZEUXIS VARGAS
Es de hombres y mujeres olvidar y no lograr sino re-
cordarlo todo
Romper la primera esquela,
Quemar los zapatos,
Destrozar el nido,
Ahogar la manzana
Prenderle fuego al paraíso
Y salir corriendo hacia Eva;
La tierra prometida.
Siempre se vuelve a salir,
La calle es el robo que astilla la otra soledad y de
nuevo el cansancio,
Cierto mugido de agonía germinando hongos de nos-
talgias,
De quimeras,
De karmas apretados
Y de palabras que no existirán nunca para resumirlo
todo.
Se inventaron más cosas: la clave de sol,
El numero pi y la cara feliz
Para llevar llaves a ese agujero donde no las necesitas.
A pesar de desconocer detrás de toda sonrisa el signo
de un humano
Comerciamos con símbolos para acreditarnos un poco
de veracidad sobre la niebla,
Sobre el pecho agujereado.
LA IMAGEN DECISIVA | 37
La médula es un rayo que se apagará cuando el trueno
deje de sonar.
El mundo se muere dicen desde siempre,
El universo explota,
Las especies evolucionan,
Tantas verdades para no poder con nada
Y siempre el mismo óbolo en la frente.
La vida acorralada, en un instante, en este instante,
Yo llevaré papel higiénico,
Un encendedor,
Los huesos me sobran, el aliento.
En un rincón le meto la muerte a la vida
Y me voy, con tanta gana, con esta gana,
Con esta puta y terca gana de quedarme.
Mañana estaré sediento
Plagando dudas, exabruptos,
Y este pequeño infierno bailando entre los dedos.
LA IMAGEN DECISIVA | 39
CAMINANDO ESPESO
No reconozco la orilla de la miseria
Pero si sus dientes roídos por la soledad.
Reconozco cuando la mañana se echa arder entre la al-
mohada
Y del calor que levanta la sangre como si fuera un in-
cendio.
Afuera, enredado entre los cables de electricidad,
Un zapato se volvió loco pensando en volar
Pero esto no fue malo, dos palomas lo intuyeron nido
Y ahora tiene tres huevos en su corazón.
Pero hay pulmones pesimistas,
Días que se adelgazan hasta ser solo lluvia
Y es por entre esos cachivaches de penas
Por donde busco a la guitarra
Que descubrió que era árbol.
Sin embargo hay payasos que mendigan en rojos se-
máforos.
Mujeres con senos sorprendidos ante la penumbra
Y de nada me sirve extender mis brazos en el parque
Para que los colibríes afanen las flores
De nada me sirvió plegar los años hasta contar con tu
cuerpo
O abrazar a un perro como si fuera mi hijo.
40 | ZEUXIS VARGAS
De nada me sirve, ahora, mañana, citar sonrisas al es-
pejo:
Los vidrios de mi alcoba siguen teniendo la suerte de
un mineral secuestrado
Y las cinco de la tarde me siguen gritando con su cre-
púsculo herido.
Los ojos me llevan todos los días hasta un momento
sin ganas;
Llevan en su girar un trompo desnutrido,
Una rueda con olor a vaca ordeñada,
El sombrero, las botas cansadas, el umbral esperando.
Pienso que tengo hilachas de tiempo sin zurcir,
Telarañas parecidas al sueño,
Vagos alambres, marchitos pañuelos,
Y un cuerpo que siempre llega a deshoras.
Manos que me despeñan por entre silbatos de ciego,
Que me habitan hasta construir tempestades,
Que me arrastran por entre cañerías y casas contritas
Suelen señalarme suicidas en los puentes,
Corazones agrietados dibujados en billetes de despe-
dida
O apenas, caras tristes de zapateros hambrientos en
las madrugadas.
Parece habitarme una brújula alucinada,
Conozco la dirección de hospitales donde los ángeles
LA IMAGEN DECISIVA | 41
Llegan con el rostro acabado y las alas desperdiciadas
por humo,
Gerontológicos repletos de niños que se arrugaron de
tristeza en el vientre
Y puertas que decidieron encerrarse con sus depresio-
nes adentro.
Una sirena a veces alarma cierta procesión en mi
llanto
Y miedos que insisten en escribir auxilio en las pare-
des
Me llevan de pronto, hasta la espera de siempre.
Una ocupación busco entonces:
Barrer los domingos,
Limpiar los silencios
Pero mis brazos se empeñan en hacerme un nudo en
la espalda.
No tengo la dirección de cada estrella
Pero si sus noches de cielo-raso despierto.
A veces algo de dios me sacude
Un grito, una luna aterrada:
El rostro del mundo, su inocencia dormida.
Entonces
Dios y yo salimos
Silbando canciones de cuna.
LA IMAGEN DECISIVA | 43
ALGARABÍA FEROZ PARA DOS
VEHEMENTES1
Te nombré, para comenzar toda la belleza.
La codicia, como señal presta del conjuro
Acercaba, sin comprenderlo, mi prematuro
Estremecimiento de merecer tu proeza.
Soñé el agreste dolor, la naturaleza.
Entonces, tú, como si vinieras del futuro,
Increíble, pusiste tu voz en claroscuro.
Sólo deseaba tu poema, la certeza
De tenerte, por lo menos, uno, dos segundos
Aquí, como si fueras aliento poderoso.
El día desertó, los besos fueron nublados
Y tú me diste, también, el amor entre sendos
Universos. Era todo sueño portentoso.
Es esto lo que realizan los trotamundos.
1 soneto de verso mayor realizado en versos alejandrinos con conteo normal
sin sinalefas, título también alejandrino.
LA IMAGEN DECISIVA | 45
ADÁN
Soñé en sanar rápido,
En lograr el lenguaje de los animales,
En ser proteico en suma.
Ambicioné los secretos de Dios,
La habilidad de lo invisible,
La lectura de la mente,
El camaleón oportuno entre mis ojos.
Añoré cruzar portales temporales
Y tener el control de los elementos.
Quise poseer manos milagrosas
Y tener la inmortalidad del olvido.
Pero me ganó el amor
Y abandoné el paraíso.
LA IMAGEN DECISIVA | 47
PANFLETO PARA ROMPER LA FICCIÓN
No te cortes las venas
A pesar
De que te hayan impuesto un mundo;
Serás un cadáver
Al final un asco.
Sal, desgasta el paisaje con celos,
Pon la tragedia,
Los huesos levantando,
Tragándose el aire.
La imposibilidad está
En pensar desde atrás,
Como a escondidas.
No sos un ángel
Pero tenés todas las agallas.
Pon tu firma.
Destroza.
LA IMAGEN DECISIVA | 49
DESPERTANDO CON LOS OJOS ABIER-
TOS
El virus es no saber decir.
La tos, el desgaste, está en querer saber:
En nombrar al perro fidelidad
Cuando no se está listo para afrontar el milagro.
Las cosas no son fortuitas
Y los días no nacen sin historia.
Detrás de los párpados está el mundo
Como un archivo perdido,
Como mayonesa en la corbata.
Marchita el libro,
Siémbrate.
LA IMAGEN DECISIVA | 51
DILUYENDO VERDADES
Sé sincero con lo que mientes.
Antes de hablar, golpéate,
Taladra la vergüenza
Y el amargo sabor que puede estar subterráneo.
Se cruel con cada razón,
Algunas palabras no mencionan lo que hay detrás del
agua.
Prueba con los silencios,
Cázalos como a ratas,
Son la plaga que más angustia.
Pero se sincero
Aun, con la cara que tengas para morir.
LA IMAGEN DECISIVA | 53
PALABRAS PARA UNA MANADA DE
OJOS
Conjuga al que te inventas para enfrentar la realidad
Con el harapo de existencia que pusiste a vivir entre
los días
Y mira que comedia de personaje has tenido entre
tanta claridad.
Conjuga el país, cualquier país donde hayas nacido,
Con las utopías, los no lugares, las ideas de Sion, y los
sueños de la resistencia,
Y mira el caos; esa mutación de instinto perdido en la
venganza.
Conjuga una palabra que has soñado
Con la palabra que nombras cada día a escondidas
para insistirte,
Y verás el espejo.
Pero no conjugues las lágrimas
Con distancias y huidas parecidas a un resentimiento.
La realidad es más poderosa que la ficción
Y quizás lo único que encuentres sea el abismo.
LA IMAGEN DECISIVA | 55
MANUAL PARA ESCRIBIR POESÍA
Primero que todo
Cree en la poesía,
En el poder de expresar balbuceos,
Luego,
Gatea, mancha, diluye verdades.
Por último
Nunca escribas más de tres poemas en un día,
Siempre el cuarto poema
Es un suicidio
Y sólo los poetas saben suicidarse.
LA IMAGEN DECISIVA | 57
ASCO DE PONER UN PUNTO INICIAL
Porque no existe
Porque está prohibido
Porque nada puede venir después de él
Porque está bien, entonces, saber todo esto,
A pesar de todo,
Escupir
E iniciar un milagro
Justo después de ponerlo.
LA IMAGEN DECISIVA | 59
REDUCCIÓN DE LA EXPRESIÓN
Es como plegar una hoja hasta que quede ladrillo
Y luego querer que sea flor de donde vino.
LA IMAGEN DECISIVA | 61
EL PROBLEMA DE ESCRIBIR TE-
NIENDO INSPIRACIÓN
Uno se llena de estancos,
Como de muros sin guerra;
Uno vislumbra
Presagia
Se abisma en las entrañas de un animal infinito;
Entonces
Llega una palabra
Una que desanuda la madeja
Que rompe la represa
Y ya no hay
Cómo parar la avalancha.
Es como un aleteo que estalla al pájaro al sentirse libre
Y de ahí viene el miedo,
De los troncos que puedan quedarse enredados,
De las vacas flotando como hinchados globos de
nada.
Las manos no claudican
El silencio tampoco
Lo único que puede hacerse, ante la mente que delira,
Es devolverla a la realidad con cosas que amarran,
Un beso, un impuesto, un deber, el hambre.
Ya poco a poco como si fuera un sueño
El lodo irá endureciendo los escombros.
LA IMAGEN DECISIVA | 63
PEQUEÑA INSISTENCIA
El fin de los diarios personales consiste en ser
Los haikús de los días.
Unos fosilizamos,
Otros,
Como taxidermistas
Coleccionamos el alma.
LA IMAGEN DECISIVA | 65
CATARATAS
Yo que apenas logro descifrar balbuceos,
Que abrazo las confesiones
Como si fueran las últimas reservas.
Te revelo.
He perturbado el nervio, la comisura,
He develado tus antiguas señales de nadie,
Tu mortal forma de cerrar los ojos,
De despertar con ganas de olvidar
O de caminar sin ganas entre los días.
Pero he hablado de ese dolor, de resistir,
De mover el cuerpo como si lo moviera el reflujo,
El mero vaivén del naufragio.
Y te has sentado a llorar el ritual.
El sincero espanto ante el espejo.
Has extendido el auxilio como si se pudiera,
Como buscando, en el acuoso fondo, el infiernillo.
Yo he insistido en el miedo,
En ofrecértelo
Como un animal asesinado o
Como un hada despetelada...
Casi, como si se tratara de algo verdadero.
66 | ZEUXIS VARGAS
He insistido en ofrecerte la expiación:
Lo único verdadero
Que has descubierto en mis pupilas.
Yo he visto a Dios, así, entre las calles.
Tú
También
Te encontrarás con él en la soledad...
Y seguirás de largo
Como si no le conocieras.
LA IMAGEN DECISIVA | 67
UN ÁNGEL EBRIO SE CONFIESA
Yo
Que miro un retrato de juventud
Como si se tratara de un hijo,
Que no tengo coincidencia alguna con ese viejo que
envejece,
Que hablo como si estuviera hipnotizando tumbas,
Y que instauro, pasos dubitativos, temeroso de seguir
Tropezando con los muertos.
Yo
Que apenas hoy puedo abrir los párpados para decir
que existo,
Reniego,
Intento el suicidio como si fuera un atributo perdido,
Cualquier hueso atragantado en los pliegues de un in-
vierno,
Cualquier roce de azúcar en un hormiguero,
Cualquier carnada.
Yo
Coincidencia, ruidosa, agenciando la labor de un gato
sobre el tejado,
Tengo, a veces, esta situación tan aburrida en mis mi-
radas.
Y me hundo,
68 | ZEUXIS VARGAS
Hasta no reconocer a nadie,
Ni la manera, siquiera, de dios para saludar las tardes,
Ni su vejez tan evidente y ordinaria.
Ya no extraño las caídas torpes en los días sin salva-
ción alguna,
Ni los fríos, casi lejos, pensamientos que lograban en-
cender la sangre.
Yo
Que apenas logré, rozar un bordillo del mundo, para
reconocer el miedo,
Que utilicé la indiferencia, fermentada, para espantar
el tedio,
Odio.
Odio
La piel inútil, la maraña de aparatos, cañerías y mer-
cancía desechable,
Que se atoran, que se obstruyen entre quejidos y arru-
gas
Y que van ahogando hasta ponerle el rostro de nada al
moribundo.
Odio
La voz cansada, sus maratónicos auxilios, el órgano in-
termedio,
La expulsión de los renacuajos tan prestos para poblar
un basurero,
LA IMAGEN DECISIVA | 69
Las manos, el tacto insistente y su estoica forma de
amanecer sin pena.
Odio
Esta realidad puesta entre mis días, que se muere
como si no valiera nada.
Y sobre todo
Esta inservible,
Perduración.
Si al menos
Tuviera el talento,
Para escribir un verso.
Pero hay cosas más viles para señalar la estupidez de
esta transparencia,
Mi confesión, es una de esas.
Tengo esas verdades,
Y estas plumas desproporcionadas e inservibles.
Yo
Que tengo esta abovedada costumbre de no ajustar en
nada
Y esta manía de los ojos
Que velan hacia el mundo
Como si todavía
Hubiera la esperanza de que alguien me fuera a descu-
brir en una esquina,
70 | ZEUXIS VARGAS
Soy la prueba de un juego infantil estropeado
Abandonado por ahí…. Y estoy solo, solitario.
Aquí, en esta cristalina y enmarañada caída que ya no
logra despertarme
Está una criatura que jamás podrá confesar una bio-
grafía, colgar un retrato,
Ni haber visto, para decir que existen, otros como yo:
un semejante.
Y el tiempo, aplastando, poniendo su aguacero encima
para pudrirlo todo.
Yo…
Quiero olvidar.
LA IMAGEN DECISIVA | 71
UN SUEÑO
Está bien decir, que iremos a enterrar, con sosiego
nuestros deudos en el viento,
Está bien que se alarguen las palabras para creer en un
pacto de honor entre vecinos,
Está bien que una madre no tenga miedo de ir con su
hijo a volar una cometa
O que se sientan bien, en la cocina, las manos reventa-
das de arar el hambre en los caminos.
Está bien que vengan los oficinistas a unirse como un
puño de paz entre las calles
Y que los niños presencien una algarabía de manos
asombrando las palomas,
Está bien la tranquilidad de las balas yendo en fila in-
dia para rellenar una escultura
O que el tributo, de los lápices, se aferre al niño que
sueña sin tapias las escuelas.
Está bien que las corbatas anudadas en los padres de
la patria ya no tengan el desvelo
Y que las manos, de los hijos de la patria, ya no quie-
ran convertir en horca las chalinas
Y está bien, que, de noche, se sueñe con el amor
mientras se entierran los fusiles.
LA IMAGEN DECISIVA | 73
POR EJEMPLO
Podría traficar con un mediodía,
Resaltarle su escrúpulo de luz escaldando
Pero desde una trinchera, la rata no olfatea la claridad.
Podría establecer como consigna:
Que el amor le viene bien a los inviernos,
Que existen noches donde se puede encandelillar el
miedo.
Podría justamente retratar una vida
Sentándome al lado de sus quejas, de sus desamparos
aprendidos
Y decir que tal vez una lágrima o una sonrisa bastaría
para salvarla.
Me gustaría pensar que no hay necesidad de abrirse el
pecho,
De tener que tragarse resentido los crepúsculos,
Que se puede caminar, pronosticar el murmullo que
llega desde el viento.
Por ejemplo: sentarse a leer como un loco la tragedia
de los otros,
Su volumen de cosas royéndolos por dentro.
Podría taponarme los oídos para no comprender cier-
tas voces,
74 | ZEUXIS VARGAS
Para señalar una ausencia en los labios y desconocer
en el espejo la palabra.
Por ejemplo: precipitar desde cualquier esquina una
avalancha de palomas,
Asaltar desde un rincón esa incertidumbre que pasa
como frío por las nucas
Y labrar con las yemas de los dedos algo parecido a la
sonrisa.
Podría renunciar a delatarme en el miedo de los otros,
En su gana de entender la soledad
Pero está este dolor astillándome los huesos.
Por ejemplo: decir que sufro
Sin reconocer el tedio.
LA IMAGEN DECISIVA | 75
PARADOJA
Hablar de mí hasta que no quede nada,
Nombrar la infancia como lo único
Y describir año tras año toda la soledad.
La poesía es una secreción de dolor,
Una exhumación de catacumbas
Y siempre hay pasadizos para llorar.
Con un poema que es igual al viento
Se puede conjurar la nostalgia
Pero nunca establecer el regreso.
Como quisiera que me inundaran
Y que un muerto fuese inolvidable.
No hay nada inmortal salvo el olvido.
El universo es tan minúsculo que apenas lo habito.
Nada puedo asegurar de las estrellas
Puede que ni siquiera existan cuando las veo
Pero sé que el mundo morirá conmigo, sin mis pala-
bras.
Escribo para intentar respuestas al silencio,
Para concebir una explicación a la apariencia,
76 | ZEUXIS VARGAS
Para comprender esta aparición, este pulso que se
gasta.
Hay que hablar de mí porque ya estoy más que per-
dido
Porque me pusieron a gastar algo y no hay alternativa.
Hay que hablar de lo único que apenas reconozco
Pero hay momentos donde mi mano es una descono-
cida
Y se me hace extraño el color de la piel, su textura, su
forma.
Tengo sangre. Eso es todo, el aire lo robo,
La palabra es recreada y el pensamiento, no sé
Puede que tenga un volumen, una cosa visible
Pero mis huesos sólo serán verdaderos, desnudos.
La poesía es el consuelo,
Se escribe para insistir.
El resto es carroña.
LA IMAGEN DECISIVA | 77
OBSTINACIÓN
Tengo un corazón reprimido,
Recostándose en lado más doloroso de mi amor,
Tengo un silencio congestionando, ahogante,
Casi a punto de desbordarse en llanto.
Mi rostro se parece mucho a cierta palabra
Que no he podido sufrir con toda la muerte que me
falta.
Tengo simplemente ganas
De arrojarme por un camino de hormigas
Hasta el centro mismo de su entraña.
Hoy estoy obsesionado con cierto lamento,
Con una tristeza inmensa parecida al rostro de un
niño
Que ha perdido para siempre sus abrazos.
Presiento alrededor de mi cariño una cofradía,
Mi mente atribulada de estrellas apagadas
Va cayendo desesperanzada hacia la honda cuenca
De estos ojos que sólo quieren dejarse perder,
Cegándose para siempre en la distancia.
Es hoy mi corazón
Un desorden de otoños empujando mi pasado,
78 | ZEUXIS VARGAS
Creo que pariré a la medianoche un resfrío
Parecido al aliento
Que dejan los pájaros recién muertos en sus nidos.
Y este silencio
Este silencio
Que ya no entiendo
Pero que justifica mi existencia.
Por qué no me disparo un relámpago,
Por qué no me lanzó hacia el vértigo...
La tristeza es mi destino.
Entre líneas, veo un hombre defraudado
Queriendo arremolinarse hasta el comienzo,
Un hombre intentado romper el hilo
Y quedarse para siempre vagando en el laberinto.
Veo un hueco hecho en toda la mitad de la ilusión,
Un gusano riendo entre la herida.
Si me preguntas a que me parezco,
Tendría que mirarme ante el espejo
Y desgarrarme la huraña máscara
Para poder al menos presentir que tengo
Una criatura abismal entre los ojos.
Si preguntas por mí, a mí
Quizás sólo pueda decirte
Que me fui haciendo extraño
Que me jubilé a destiempo
Y que quedé en una casa solo
LA IMAGEN DECISIVA | 79
Sin siquiera poder conversar con mis fantasmas.
Si preguntas a otros por mí
A lo mejor puedan darte más señales:
Que tengo una sonrisa que traiciona mi melancolía,
Que el corazón se me agrandó
Hasta generarme un tumor de ternura en los abrazos
Y a lo mejor concluyan con alguna imagen de ese otro
Que le gustaba guiñar el ojo cuando comía tamarin-
dos.
Y no es bueno reprochar tanto viento
Y beso dado de frente en el camino
Después de todo, me tiraron sin alas a este mundo,
Que, aunque, quisiera borrarlo para siempre,
No podría,
Me pasaría la noche en vela
Arrullando mi fantasma;
Arrepintiéndome de vacuas industrias
Y de impulsos ulcerados en la mente.
Pero no quiero.
No la quiero hoy.
La poesía no la quiero hoy,
Quiero maniatarla,
Amarrarla a la pata de mi cama
Y verla berrear como un chiquillo
Hasta que se le pase el capricho.
LA IMAGEN DECISIVA | 81
MEDITACIONES DE ALGUIEN EXTRA-
VIADO AL BORDE DEL AVERNO
Contagiada por el sollozo de los recuerdos que no lo-
gran el olvido
Está contemplativa mi alma
Intentando apoderarse de la serena tranquilidad de las
rocas.
La soledad es tan sólo un juguete frío
Que le gusta ser arrojado al corazón,
Como quien lanza hacia el mar una botella vacía
Esperando que se llene de mensajes.
La piel ha crecido estoicamente,
Anudando y resistiendo el rigor de un fantasma
Que no ha comprendido aún la maquinaria de los ár-
boles.
Hay justas razones para perderse en el vacío:
Yo, por ejemplo, con este poco de milagro inservible
delante de los ojos,
Soy una prueba de que vivir es estar en alguna parte,
En algún sitio preparando el olvido o el silencio;
Que a los ojos de una roca son la misma cosa.
Las manos se han rebelado
Han decidido enterrarse en mi pecho
82 | ZEUXIS VARGAS
Para hacer germinar enredaderas de nostalgias.
Todo con el tiempo adquiere la rigidez o el abandono;
Por eso, con lágrimas insisto en desleír la materia
Con la cual le di principio a la tristeza.
Las rocas, sin embargo,
Observan indiferentes la alquimia rigurosa de este de-
rrotado:
A lo lejos se escucha un suave murmullo de quietud
en su geometría incansable.
Es compasión lo que guardan en su corazón de gra-
nito maltrecho por el tiempo.
En un rincón me voy alistando
Para pertenecer de nuevo al inventario de las cosas ex-
traviadas.
No he encontrado aún razones para ser vigía del silen-
cio,
Pero ya no importa, mi turno ha llegado
Y un aliento muerto me va arrastrando hacia el oscuro
follaje de las rocas milenarias.
Será olvido -nada más que eso- este amasijo de arena
endurecida.
LA IMAGEN DECISIVA | 83
LA PRESENCIA Y EL INSTANTE
Alguien imaginó el color preciso para encender el
fuego.
Encontró, tras el resplandor, el borde del mundo. En
la desolación
Se aferró a una imagen desvalijada
Y reconoció, en la sonrisa, algo digno de llevar en la
última palabra.
El tiempo le presentó la niebla del amor y
El miedo para darle cuerda a la memoria.
Tuvo que aprender un oficio para entretener el ham-
bre
Que venía puntual a lo fatigados rituales del cariño.
Sin quererlo, un día, se vio guiando al viento en las es-
quinas
Y supo que todos los años habían pasado para siem-
pre.
Se fueron enterrando sus espejos y los sueños que va-
lían.
Ese alguien, que llevó por años el latido de un colibrí
en la yema de los dedos,
Se entregó a la causa de una morada abierta al fresco
olor de los inviernos,
84 | ZEUXIS VARGAS
Imaginó un color preciso para inventar la infancia.
Estaba a la orilla de la edad en que aprendemos a re-
sistir el tedio.
La muerte vino, puso su dedo entre los labios.
LA IMAGEN DECISIVA | 85
HACIENDO MEMORIA
Te dicen:
Fuiste un accidente
Y, a veces, lloras resentido
Por el rostro que te pusieron
Para verte en los espejos.
Pero nada es cierto,
Todo es un aparato justo
Por ambicionar la luz,
La calidad de un cuerpo
Y un deseo caminando
Encima de la región de las larvas.
Te dieron el sol con sus crepúsculos,
Las ganas de buscarlo en el mar
O de olvidarlo en cualquier esquina
Como quien olvida la puntual
Nómina de los días.
Algo en la infancia
Sorprendió en tus miradas perdidas
La envidia de los ángeles
Que no precisaron nunca tu engaño
Y su pesada costumbre de cargar
Con alas hastiadas de milagros.
86 | ZEUXIS VARGAS
Algo fuiste escondiendo en el niño
Pero el tiempo sabe esperar
Y un día
Comenzará a cobrarte
Por haber ambicionado la presencia.
No lo sabes
Pero te alerto:
Todo lo debes;
La forma de sorprender una nube,
De celar el remolino de hojarasca
Que prodiga la sombra entre los árboles,
La insistencia de revelarle a otros cuerpos
Algo parecido al amor
Y la mísera gana
Con que has ido deteriorando los colores
Y apagando la voz en silencios inútiles para tu reali-
dad.
Nada es castigo:
Es lo que aceptaste
Por querer incendiarte
Entre el viento
Y su cúpula de tierra crepitando.
No insistas más:
Todo lo robaste…
Un día tendrás que devolver la luz.
LA IMAGEN DECISIVA | 87
ES COMO UN SENTIMIENTO
Uno se pregunta a veces,
Con claridad,
Sin tanta preocupación u ocupación,
Sin remedar palabras en quehaceres,
Sin ponerle indiferencia a los atisbos.
Uno se detiene a veces
Con seguridad,
Deja la herramienta,
Cierra el local,
Se quita el uniforme
Y no hay que mirarse al espejo
Ni pensar siquiera recordando.
Uno sólo sabe,
Comienza a medir la experiencia
Si acaso eso es algo que puede medirse,
Pone todas las reliquias y las que se han perdido
Ahí no más,
Donde nunca podrán estar cuando se acabe el cuerpo.
Uno medita delicadamente,
Se da cuenta que no fue un hallazgo,
Que jamás se pidió una oportunidad o se rogó la en-
trada.
88 | ZEUXIS VARGAS
Joven o viejo, las circunstancias son las mismas,
Alejados de la sociedad,
Observando como si apenas fuera a comenzar la
fiesta.
Uno se da cuenta
Que lo sabe.
Que libertad,
Amor,
Y tantas otras palabras aprendidas
No eran necesarias,
Que desmantelados de todo
Uno se queda acosando el silencio
El por qué o el para qué,
La mera gana de entender,
O de llorar porque da rabia.
Yo te digo estas cosas,
Estos puños que te asaltan cuando te sientes solo.
Separado de lo que vas perdiendo
De lo que tienes que elegir u olvidar
O dejar que se vaya con el viento
Sabes que hay otra cosa más triste todavía.
Desorientado sin saber por qué eres
Algo que no encuentras a bien,
A tu saber de si era necesario
Te pone a palparte los miedos,
La entraña que nunca ha funcionado
O el mero calibre de fuerza
LA IMAGEN DECISIVA | 89
Para caminar libre,
Al menos.
Dirás que algunos quisieron ser
Que soñaron su destino,
Y claro que estuvieron bien manipulados,
Les inflamaron un espíritu,
Una ropa para llevar como consigna
Y les pagaron su tiempo,
Les recompensaron con barriletes,
Con segundos para mirar por la ventana.
Pero uno lo sabe,
Lo murmura con miradas,
Con cosas que no fueron,
Con ese sentir de los años que van pasando,
Haciendo ruido, como intentando zarandear el
cuerpo.
La dicha,
El estar tranquilo,
El ser feliz,
No pueden existir en esta lógica
Donde se te vende un mundo.
Pero uno se enajena,
Se hace responsable de toda una mentira
Y en las noches duerme…
Intentando olvidar,
Sólo eso.
90 | ZEUXIS VARGAS
Uno lo oculta
Lo llora.
Uno lo sabe.
LA IMAGEN DECISIVA | 91
EPITAFIO
Porque quise la libertad,
El aire,
La misma muerte.
Porque no me avergonzó ser un hombre,
Porque tuve el amor
Y los sueños y la soledad entre mis manos.
Porque estuve vivo y dormí.
Porque sentí el mundo con su historia insepulta.
Porque el tiempo me fue llenando la memoria
De recuerdos y de sensaciones inolvidables.
Porque fui testigo de un arco iris y una luna llena.
Porque comprendí el silencio tierno de los animales
Y jugué con las nubes.
Porque observé el milagro de una crisálida
Y sentí el latir del corazón de un colibrí.
Porque di nombre a las cosas
Y llené de dicha el alma de una mujer con caricias.
Porque creí en Dios y en el Diablo
Y sin embargo, esperé siempre la nada.
Porque lloré y reí y tuve orgasmos
Y sentí el presentimiento de develar un misterio.
Porque fui feliz simplemente,
Por eso,
Porque mi tumba es un árbol
Y su aroma es el sándalo.
LA IMAGEN DECISIVA | 93
DESPEDIDA
“He soñado una fuga. Un «para siempre”.
CESAR VALLEJO
He soñado una fuga.
Una para siempre,
Para irme,
Para nunca.
Una ida…
Que no tenga sonrisa en el marco de la puerta,
O baja la cabeza en la mirada de los viejos,
Una partida sin adiós entre los besos
Y sin un “hasta pronto” en la soledad de tanta casa.
Una largada total,
Sin camino,
Sin mapa entre la carne,
Sin sueño de futuro entre las manos,
Sin hamo para lanzar a la aventura,
Sin brújula,
Sin nada.
Una huida de a de veras.
Con mochila al hombro y sin cansancio.
94 | ZEUXIS VARGAS
Una retirada que me costará la vida,
Otra vida.
Una marcha para empezar de cero.
De nuevo.
Desde nada.
He soñado un adiós.
Un partir honesto hacia algún lado,
Hacia jamás volver,
Solo conmigo,
Con los años que me restan,
Con este orgullo y estas ganas,
Con lo que me toca,
Con lo que me obligo,
Con lo que no he hecho
Y lo que tengo para hacerlo
Para nunca,
Para irme,
Para siempre.
LA IMAGEN DECISIVA | 95
DENUNCIA
Yo era otra cosa,
Algo más parecido a un relente,
A un piélago, a una harija.
Pero me pusieron cal y sal entre el pellejo,
Hierro fundido en los pulmones,
Fósforo en las piernas,
Hidrógeno y ciertos gases no tan nobles
A respirar en mis calzones.
Yo era otra cosa,
Un espectro,
Un fantasma,
Un espíritu,
Un alma,
Un levitante y acuoso y manso
Follaje de fragancias.
Pero me echaron isótopos encima,
Líquido bermejo
Y por si fuera poco
Un hilo de ceniza
pa’ morirme.
LA IMAGEN DECISIVA | 97
SÍSIFO
Quiero una piedra grande
Una piedra con musgo y lama en su sueño
Que le dé por levantarse e ir detrás de mí
Como una sombra compasiva.
Que aparezca entre las calles cuando esté fatigado,
En mi alcoba cuando me albergue la nostalgia.
Quiero que sea sencilla, que al recostarme en ella,
Con mi silueta cabizbaja,
La niebla se acerque como un cachorro buscando mis
caricias.
Quiero una piedra que venga con su gallada de pinos y
hojarasca,
Que sirva de descanso en cualquier camino de los días
Que me sea fiel como este cuerpo endurecido al lado
del viento.
LA IMAGEN DECISIVA | 99
TRANSHUMANTE
(Tema Pánico)
En mí sólo existe
Una caja negra
Con los últimos gritos
Antes del desastre.
El no saber bien que se es
Cuando la sangre
Se aquieta hasta agrietarse
El no tener arietes en los lagrimales
Para jalar adormecimientos
Me hace errar en errancias centrífugas
Que han deshecho mi abismo
En mí sólo hay un inventario disfórico
Que conjura el apilamiento de mis osarios
Cada paisaje se desfigura
Hasta la desesperación
Cada paso mío es un anzuelo
Lanzado a la intemperie
En lo poco deshilachado
Que hay en mis días naufragados
100 | ZEUXIS VARGAS
Una luz negra intermitente
Sigue su balanceo insistente
Procurando rescatar de la esplendencia
A los pocos polizones que me habitan.
LA IMAGEN DECISIVA | 101
CREDO
Van miles de años y nada que reconozco tu mirada en
los cristales
A veces, tu silencio es como mi ausencia en el re-
cuerdo de los otros
Y pienso que de verdad estas escondiéndote detrás de
las estrellas.
Por la calle he escuchado tu nombre
Y hasta lo he pronunciado
Cuando pienso que sólo tú puedes ayudarme
He crecido, mis huesos y mi mente han crecido,
Todo en mí ha crecido desde la infancia creyendo en
ti.
Muchas veces intuí sentirte y volteaba sorprendido
Más sólo era el viento o la lluvia comenzando su ale-
gría.
Toda la tierra cree que huele y sabe a tu cuerpo,
En los libros, en los ojos, en cada cosa que se muere
Pero nada me ilustra sobre el tamaño de tus dientes
O el color de tu cabello
A veces, pienso que yo mismo te inventé
Que eres mi delirio, mi palabra sagrada,
102 | ZEUXIS VARGAS
Mi sed o mi hambre o todas mis cosas juntas
Que aún no se sienten satisfechas.
Sin embargo,
Y a pesar de todo
Vuelvo a ti
Vuelvo a callar y disculparme
A buscar en el rincón tu compañía
Y entonces
Sólo a veces
Te siento acariciando mis lamentos.
Es como si estuvieras por ahí
Preocupado
Dando consuelo a mis tristezas.
Quizá sea eso
A lo mejor es eso,
Puedes seguir confiando en mí.
Yo moriré sin olvidarte.
Amen.
LA IMAGEN DECISIVA | 103
POEMA SIN VERBO
“El revés del tiempo, su negra espalda, su vuelco”.
SHAKESPEARE
Imposible, después de zarandajas auroras, la esplén-
dida bondad.
En lo inconmensurable un grupo de memas,
Como rinocerontes en parameras,
De cantos y remos sobre las olas, probablemente,
Su señales luminosas apenas tísicas de sueños
En faros, su naufragio de color como la ausencia
Jamás al sentimiento, a su silencio siniestro, a su tre-
menda sombra.
Y la ventana; retrato de las contemplaciones,
Como un ángelus más o menos alrededor de la sau-
dade,
Esplendente, desde el véspero su aprisco de melanco-
lías.
Ella, Aldebarán sin sístole,
En el firmamento, su lamento.
Caminantes hacia la tenebrosidad,
Los termiteros de ciegos entre las calles
Estrechamente de color taciturno el triste rostro,
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El buque, de pátina, de espejismo y sucio óleo, de ver-
güenza.
Un toque agonizante
Luego la mirada como una pesadumbre de ahorcado
en la galera
Después
Otra vez
El cariño
Los dos
Como barcos hacia el fondo
Y la noche con su tesoro en los labios.
Afuera el desamparo, el desierto.
Desde una lucerna, relucientes dioses en astillas
Etéreos, etéreos quizás,
Acaso en caricias la pasión eterna…
LA IMAGEN DECISIVA | 105
NOTICIA DE LA ESTATUA
Qué dios me gobierna a sus anchas
Que no permite inventarme un mundo.
Dónde mis árboles excéntricos, la lengua de la raíz.
En qué lugar las tantas circunferencias como silencios
O el pasillo hacia los días reteniendo un intento;
El amago de respirar sin el acecho de las esquinas,
La cruenta insensibilidad de la lluvia, su recuerdo.
Los meros oficios del mineral, la saliva oxidada.
Qué dios cuenta mis días, el tenue paso de mi tristeza.
De qué distraída grieta me fue sacando como si fuera
un incendio,
Una mera luminiscencia confrontado las embestidas
de la claridad,
Los meros hallazgos de la roída ausencia y sus sospe-
chas.
Me aplasta la transparencia, su tedio acicalando el aire,
La refulgencia de un destello gimiendo por entre las
cosas,
Tropezándose.
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Qué dios me puso de antemano esta parálisis sin
abismo,
Esta pose desahuciada sin el suspenso de una caída,
De un nervio.
Este peso de alas como afiches deshaciéndose
Esta imposible rabia para crearme un final
Pasa por encima de mí:
Sombra, luz, sombra, luz.
Soy el único que puede sentir lo útil de un suicidio.
No tengo fechas
Sólo la infinita descomposición del desastre,
La monotonía de los demiurgos.
Estoy petrificado en medio de los transeúntes,
Todo mi dolor es un invierno
Y
Nunca
Par
padeo.
En esta plaza,
A mi cabeza,
Llegan las palomas,
Dejan tributos,
Miran crepúsculos.
LA IMAGEN DECISIVA | 107
Mi boca sellada para siempre
Es un gesto que estremece a los niños,
Los amantes se besan en medio de mis puños.
LA IMAGEN DECISIVA | 109
LA MENTE DEL SEDENTARIO
Vivimos reducidos. Estrechamente.
Como si fuera lo único,
Vamos creyendo en los pocos nombres
Y las caras que ya vimos,
En una o dos cuadras recordadas
Y en el puñado de gestos
Para decir que un cosmos
Es apenas un camino
Restringido a las comprimidas lecciones de la vida.
Apretadamente nos vamos ajustando un círculo,
El límite confiado,
El ceñido cerco para crear un orbe
Como si el universo mismo fuera
Tan solo el cuarto abandonado de la casa
O un mero día en la señal de los abismos.
Y lo vamos creyendo todo,
Tragándolo todo como si fuera cierto
Y se nos mueren los amigos
Y se nos hacen tan borrosos o distantes los momentos
Y nos conformamos a un destino.
Así nos arrugamos,
Nos abreviamos en los otros,
Que por poco y nada,
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Casi pasan a vivir en la misma losa
Donde bailamos nuestras risas.
Y la vida,
Tan considerable y prolongada,
Tan extraordinaria y desmedida,
Allá tan lejos,
Tan en otras geografías,
Tan desconocida y vasta,
Tan repleta de mares
Y hombres y mujeres
Como si a cada instante
La estuviera inventando un niño entre los sueños.
Y el mundo
Tan amplio y tan vasto en ciudades, paisajes y expe-
riencias,
Allá afuera,
Como si nos señalara una travesía,
Un itinerario abstraído en los asombros.
Y el globo
Desesperado creando,
Esperándonos para crecer más y más con nuestros
ojos,
Para permitirnos ir dejando nuestro pie entre los cami-
nos…
Y viajar,
Así de cierto,
Como si fuera el infinito.
LA IMAGEN DECISIVA | 111
Pero no avistamos
Y la pared nos crece encima
Y vamos dejando nuestra prole
Como un hilo sacado de la entraña,
Como un mero pretexto para decir un grito,
Para perdurar un tiempo, ahí,
Al lado,
Tan cerca de la cuna,
Tan cerca,
Mañana,
De ese rincón inapelable parecido a nuestra tumba.
Y el mundo
Dilatado,
Tan extenso y colmado de presencias,
Tan abundante en seres, energías y asistencias
Se nos va alejando,
Siendo para siempre,
Lo extraño,
El oculto mundo que nunca nos creímos.
Y entonces uno,
Se queda ahí,
Amarrado a la algarabía de algo inamovible,
Como un trompo,
Zumbando apenas en el mismo sitio de las fechas,
Cercado por el mismo contorno del olvido.
Así de reducidos,
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Tan estrechamente,
Algunos,
Casi siempre.
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EL AUTOR
Zeuxis Vargas Álvarez
Bogotá,
1981,
Licenciado en Psicología y Pedagogía. Ha publicado el libro: Las Cosas que aprendí (poemario, editorial Seshat, 2016), y en varias re-vistas del país y el exterior. Algunas de sus publicaciones son: “Fa-bulistas de la intimidad”, revista Quimera, España número especial de Navidad 325; “Mitológicas”, revista Asterión No XLII; “Raúl Gómez Jattin: la poesía como necesidad", revista Rara-Avis, Univer-sidad Pedagógica Nacional. Ha sido catalogado en el centro virtual de la biblioteca University Harward y la OEI. Su “Dia-triba contra Rilke” fue publicada en el portal Renata del Minis-terio de cultura de Bogotá. Una pequeña muestra de su obra poética fue publicada en la an-tología “Nueva visión de autores cundinamarqueses” (año 2000). Su es-tudio “Fabulistas de la Intimidad; Los Auténticos Extraviados” se pu-blicó en la página virtual About, poesía en español y la colección de poemas “Aridez” en la revista magazine Entremares. Algunos de sus cuentos y ensayos han aparecido en varios sitios web de literatura. Dirige el Taller de poesía Muyquyta en Bogotá.
Editado por
TALLER DE EDICIÓN
SESHAT
2017.
Se compuso en caracteres
Garamond 12 puntos.
Este libro se terminó de imprimir durante el mes de junio
de 2017 en la imprenta EXCELENCIA GRÁFICA S.A.,
Bogotá D. C.