La mañana del 11 de septiembre Dios estaba muy ocupado.

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La mañana del 11 de septiembre Dios estaba muy ocupado.

Primero, estaba tratando de que el mayor número de personas no tomaran ninguno de los 4 aviones que se estrellaron.

Esos vuelos juntos tenían la capacidad de transportar cerca de

1,000 personas; y al final de cuentas, sólo iban 266 a bordo.

También les daba serenidad a esos 266 pasajeros para estar calmados

en semejante situación.

En uno de los aviones, les otorgó la fortaleza para que se revelasen

contra los secuestradores, previniendo que estrellaran en

algún otro edificio lleno de gente.

Creó muchos obstáculos alrededor del World Trade Center, para lograr

que los empleados llegaran tarde.

Después de todo, sólo 20,000 estaban en las torres en el momento

que el primer avión se estrelló.

Considerando que esos edificios tienen 50,000 trabajadores, esto fue

un milagro en sí mismo.

Además, ¿cuántas personas que estaban empleadas en los edificios

han dicho que habían llegado tarde al trabajo esa mañana porque el

tráfico los detuvo?

Sus manos estaban deteniendo dos edificios de 110 pisos, para que dos

terceras partes de los 20,000 empleados pudieran salir.

Fue tanto el esfuerzo que hizo abrazando las dos construcciones,

que ninguno de los pisos superiores al lugar del impacto se derrumbó, sino hasta mucho tiempo después.

Gracias a su participación 12,000 personas pudieron evacuar.

También les enseñó a los afectados el camino para salir de los edificios, porque no podían ver por el humo

y la confusión.

¿Cuántos de ustedes han escuchado las historias de empleados que

fueron dirigidos afuera de las torres por una persona desconocida…

…pero cuando quisieron agradecerle no le encontraron por

ningún lado?

Se sentó en la sala de juegos de todas y cada una de las guarderías

que están en New York y en Washington.

Compartió y jugó con todos los hijos de los empleados que llegaron

tarde a recogerlos, o que nunca llegaron.

Alargó su mano para que más de 6,000 personas recostaran su cabeza

y descansaran en el momento de iniciar su viaje hacia una mejor vida.

Platicó con ellas, les explicó lo que estaba pasando para que el trayecto fuera fácil y les acompañó durante

todo el camino hasta el cielo.

Detuvo las espaldas de cientos y cientos de voluntarios, bomberos y policías que sacaron fuerzas de Él,

para continuar trabajando por horas en una jornada que empezó a

las 9 AM y aún no termina.

Estiró su túnica para que millones y millones de personas alrededor del mundo pudiesen enjugar sus lágrimas ante las imágenes que

mostraba la televisión.

Organizó todo de tal forma, que las líneas telefónicas no fallaron.

Las comunicaciones no se detuvieron y miles de personas

pudieron verificar el paradero de sus amigos y familiares.

Se detuvo al lado de todas y cada una de las personas del planeta que

estaban impactadas con la noticia…

… y suavemente les habló al oído reconfortándoles con palabras de esperanza, aliento, amor, fe y de

ternura.

…incluso a quienes no le escucharon.

No cabe la menor duda de que el pasado 11 de septiembre Dios

estuvo muy ocupado.

Y aunque es una de las catástrofes más grandes que hemos visto,

también podemos ver los milagros de Dios en cada momento de la misma.

Mantengamos la fe también a través de todas las tragedias

de la vida.

Así podremos ver todos y cada uno de los milagros que tenemos día a día.

Fotos y mensaje tomados de InternetAdaptación de imágenes:

Milagros Aponte Mercadohttp://barranquitaspr.net/reflexiones