Post on 11-Mar-2016
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Había una vez un famoso inventor que se llamaba Brus Home.
Brus estaba creando un nuevo invento, una máquina del tiempo. En esa ciudad vivía una niña que se llamaba Violet, era una gran
admiradora de Brus. Violet salió de compras y de camino a casa
se encontró con Brus Home y Brus le preguntó:
-¿Estás perdida?
-No, pero me gustaría ir contigo a tu casa .
Entonces se fueron juntos y cuando llegaron Brus empezó a
trabajar en la máquina del tiempo y de pronto, como por arte de
magia, la máquina se puso en marcha. Brus y Violet montaron
para probar, y la máquina desapareció. En cuestión de segundos
aparecieron en la época de los dinosaurios.
-¿Dónde estamos?- se preguntaron atontados.
-Creo que mi máquina funciona, eso está muy bien.
De pronto vieron un par de dinosaurios a lo lejos.
-Así que estamos en la época de los dinosaurios.
-Me lo has quitado de la boca.
Brus sabía que para activar la máquina necesitaba una fuente
de energía, así que tenían que esperar a una buena tormenta,
Brus quería cuidar de la niña. Pasaron dos días encerrados en
una cueva protegiéndose de los dinosaurios. A la tercera
noche, mientras dormían, Brus oyó algo que se avecinaba, era
una gran tormenta.
¡Hurra¡- gritaron ilusionados .
Violet y Brus sacaron la máquina de la cueva y esperaron a
que cayeran los rayos para que la máquina se encendiera.
De repente cayó un rayo alucinante y ¡BUM¡ la máquina se
puso en marcha y Violet y Brus regresaron a su casa.
Y colorín colorado
este cuento se ha acabado.