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La Montaña, 9 de febrero de 2015.
“La isla de las emociones”
Mis queridas semillas,
El planeta está habitado por muchas islas, todas sus tierras crecen
unos árboles inmensos, flores y muchas montañas, los abetos son como
castillos, está el abeto azul que es precioso
y no se envidian porque cada uno lleva su
belleza y tiene un trabajo que cumplir
hacia la Tierra, saben que en el momento
de nacer tienen que crecer y dar sombra,
transmitir la vida y después dar su
corazón que es el tronco, para que los
hombres puedan cortarlo, llevarlo a sus
hogares y calentar sus casas, saben muy bien que las cenizas volverán de
nuevo a la tierra y alimentarán lo que más tarde dará vida a otro árbol.
En las islas los árboles son palmeras, también dan flores, pero esta
isla es particular, es única, se llama la isla de las emociones, en esa isla
nacieron todas las emociones, las emociones del amor, las emociones de la
alegría, las emociones de la tristeza, la del orgullo, la del dolor, la
emoción de la maldad, la emoción del egoísmo, de la riqueza, todas las
emociones, la pobreza, la lástima, la generosidad, tooodas las emociones
están allí.
Anunciaron que iba a haber un terremoto muy grande y produciría
la inundación de la isla de las emociones, se comunicó enseguida y
hablaron entre ellos y dijeron: “Pero ¡cómo es posible!” Y contestaron:
“Somos emociones y la emoción siempre está en movimiento”, la primera
emoción fue el orgullo y dijo: “Uy me tengo que ir”, pero se le adelantó la
riqueza, los sentimientos de la riqueza ya tenía un trasatlántico, era un
crucero, el más grande, el más bonito, el más majestuoso; y estaba
cargando el oro, la plata, las joyas, las perlas, las piedras preciosas y
llega el amor y le dice: “Riqueza, ¿Puedes hacerme un hueco en tu barco?
¿Me puedes llevar contigo?”, “¡Quita, quita, quita! Ni te acerques, no hay
ni siquiera un pequeño lugar para ti ¿no ves que lo estoy llenando de oro?
¡Pesas demasiado! No, no, vete, vete” terminó de cargar su crucero y se
fue. Después llegó el orgullo que ya se estaba preparando también y viene
el amor y le dice: “Orgullo ¿Puedo subir en tu barco y me llevas?”,
“¡Apártate! Ensuciarías mi honor ¿Cómo puedo levarte? ¡Apártate!” y se
fue. Le pidió a la caridad y dijo: “Lo siento mucho amor, pero mi barco ya
está lleno ¿no sabes que soy la caridad?” y se fue. El amor dijo: “Bueno,
pues voy a preguntarlo a la tristeza” y la tristeza dice: “Llegas demasiado
tarde, estaba tan triste que me fui sola”, se lo preguntó también a la
alegría, “Amor te quiero mucho, pero aquí estamos todos los que reímos,
cantamos y ya no puedo, está lleno”, se fue y una vez más el amor se quedó
en la isla; así fue
preguntándoselo, “¡Ay!” dice
“me quedan los celos, quizás
ellos me aceptan, celos por
favor llevarme con vosotros”,
“No podemos, nuestros celos no
nos lo permite, pues nos
impedirían de pensar que
cuando llegamos del otro lado
de quién estaríamos celosos ¡no, no, no, no, no!” y se fueron.
El amor se quedó muy triste en la isla, muy triste, miró alrededor
suyo y todos se habían alejado en sus barca, tooodos, no quedaba nadie,
sin darse cuenta, alguien le acarició, no podía abrir los ojos, sabía que
estaba solo; y de nuevo la acarició y le dijo: “¿Quieres venir? Te voy a
llevar y saldrás de la isla”. Abrió sus ojos el amor y encontró un viejecito,
un viejecito muy sabio, muy sabio, muy sabio y dijo: “¡No puede ser!” y le
dijo: “Buen hombre, sabio ¿verdaderamente me aceptáis para llevarme?”,
“Pues claro que sí, he venido a buscarte” y ya sonrió. Subió a su barco,
estaba tan contento el amor, tan contento y lleno de felicidad, llegaron a la
orilla y bajó, al ver a todos los sentimientos dijo: “¡Ay que alegría tengo!
os he encontrado a todos, por fin he venido”. Se le quedaron mirando,
miraron de nuevo, “ah sí, es el amor” se dieron media vuelta y se fueron; y
el amor fue detrás de ellos “Ay –dice- esperar un poquito” y empezó a
buscar “Anciano, anciano, ¿Dónde estáis? quiero daros las Gracias” se
puso de nuevo triste, porque dijo: “¡No puede ser! quiero agradecerle,
gracias al sabio he podido estar aquí con vosotros” y preguntó “¿Queréis
decirme quién es? ¿Queréis decirme dónde ha ido? Quiero darle las
gracias, por favor”. Se echaron a reír los sentimientos y le dijeron: “¿Qué
no lo conoces?”, “Nooo”, “Pues quien te ha traído es el tiempo, es el
único anciano y sabio, que llega el primero y se va el último, el tiempo”.
El amor comprendió que el sentimiento del amor es inmortal, que es la
Semilla Divina, que nunca muere, que siempre está viva, el tiempo se la
da.
Mis semillas, hacer crecer ese amor que lleváis dentro, dejar los
sentimientos que vivían en esa isla y llenar vuestro corazón únicamente de
ese tiempo tan amoroso, de ese tiempo tan grande que podéis dedicar a los
otros, porque lo vuestro ya lo tenéis, a descubrir el mundo, a viajar, a dar
la mano a esa persona que viene de resbalar, a ciertas personas que no
tienen los pies en el suelo, enseñarles lo que es el amor y decirle que el
tiempo es precioso, que cada minuto
que pasa es una eternidad y que
vosotros en una eternidad podéis
hacer milagros, maravillas y ya no
hay tiempo, hay que darse prisa, pero
¿Es que el tiempo existe? ¿Qué haría
el hombre si no llevara su móvil, su
reloj? ¿Qué harían los pastores si no
saliera el sol? Ya que ellos su reloj es
la Luz del Sol y nuestros hermanos inferiores os animales, ellos se guían
también por un horario natural, dejaros guiar vosotros también por el
motor que se llama bondad, generosidad, abundancia, rapidez y romper la
barrera del sonido, podéis llegar más lejos.
Una palabra es una vibración cuando llega a los sentimientos del
ser humano, ya ha dado su fruto, si esa persona que lo recibe tiene el
terreno bien preparado va a crecer rápidamente, puede ser que su terreno
esté en un desierto, pediremos a esas hadas de la lluvia que traigan el
agua, pero no se quedarán sin crecer.
Mis queridas estrellas, este
Mensaje ya ha estado recitado una
vez, es para recordaros que no
tenéis que dar importancia a los
problemas, a la ansiedad, al dolor,
al miedo, vence más el lado positivo,
la alegría que habéis dado y que daréis, siempre son más fuertes, esa
sonrisa que habéis provocado, a esa persona que ya no lo esperaba y que
lo había perdido, lo lleváis en vuestras manos 5 minutos, 5 minutos y la
habéis conectado con el tiempo, con ese tiempo que sólo el Universo
controla tan bien en su perfección, sólo el hombre piensa controlarlo, no lo
controléis, dejar que sea el tiempo que os lleve, darle su lugar y cumplir
muchísimas cosas con lo que os da.
Cada día recordaros que si en vuestra isla tuvierais que iros,
llevaros solamente una cosa vuestro corazón, es donde vive el sentimiento
más poderoso y más grande, el que todo lo puede, el que vence todo y no
podemos vivir sin él.
Con todo mi amor,
La Jardinera.