Laverdadera Revolución Verde...Laverdadera Revolución Verde Cierto que la tecnología limpia...

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La verdadera Revolución VerdeCierto que la tecnología limpia creará empleos.POR RANA FOROOHAR

No HAY SOLUCIÓN MÁsen boga para la actualrecesión que los"empleos verdes". Elpresidente Obama,el británico GordonBrown, el mandata-rio francés NicolasSarkozy y el chino Hu

]intao promueven las industrias de tecnologíalimpia, como la energía eólica y solar, o el reci-clado de juncias para producir combustible.Parece una receta infahble para el éxito, puescreará trabajos, reducirá la dependencia ener-gética y salvará al planeta del calentamientoglobal. Desde que estalló la recesión, gobier-nos, grupos ambientalistas y hasta sindicatoshan generado numerosos informes sobre lacantidad de empleos que podrían abrir estasnuevas industrias, con cálculos que oscilanentre decenas de miles hasta millones.

Sin embargo, esas predicciones pecan deoptimistas. Como demuestra un nuevo estu-dio McKinsey,la industria de la energía limpiano tiene mucho en común con las industriasmanufactureras convencionalesque hacen usointensivo de mano de obra, como la del acero yla automotriz. Dehecho,una comparación másadecuada seria la industria de los semiconduc-tores que, según decian, iba a crear una explo-sión de plazas de alta tecnología aunque, en laactualidad, utiliza principalmente robots. Lostrabajadores de las industrias verdes represen-tan hoy día apenas 0.6 de la fuerza de trabajoestadounidense y McKinsey concluye que, enlos años venideros, la energía limpia no haráuna demanda mucho mayor delmercado labo-ral. "En esencia, estas industrias 'limpias' sondemasiado pequeñas para crear los millonesde empleos que se necesitan de inmediato",sentencia]ames Manyica, un directivo del Ins-titutoGlobalMcKinsey.

Por otro lado, un pujante sector verdepodria fomentar el crecimiento de empleo enotras industrias. Pero también en este caso es

18 m 12 DE ABRIL DE 2010

útil reconsiderar el ejemplo de los chips paracomputadoras. En la actualidad, los grandesfabricantes como Intel dan empleo a 004 porciento de la fuerza de trabajo estadounidense-disminución con respecto del nivel de 0.6por ciento alcanzado en el año 2000. No obs-tante, de manera indirecta, han contribuidoa crear millones de plazas haciendo que otrasindustrias se vuelvan más eficientes: durantela década de 1990, las nuevas tecnologías basa-das en semiconductores avanzados ayudarona empresas a lograr colosales ganancias enproductividad y eficacia laboral, mientras quelas compañías detallistas, manufactureras y deotras áreas se volvieron más rápidas y fuertes.

McKinsey y otros analistas consideran queel mismo proceso podría repetirse en la actua-lidad si los gobiernos se enfocaran menos enconstruir una "economía verde" (y hicieranmayor énfasis en "verdecer" los demás ele-mentos de la economía existente). Por ejemplo,los esfuerzos estadounidenses para promoverel uso de etanol de maíz y los gigantescos sub-sidios alemanes para la industria solar sonpasmosamente contraproducentes pues, enambos casos, el Estado está creando sectores"inflados" e ineficaces,con empleos que dificil-mente pueden considerarseperdurables.

Una mejor alternativa seriapresionar a empresas y con-sumidores para que cumplancon los requisitos básicos,como mejorar el aislamientode los edificios y reempla-zar equipos de calefacción yenfriamiento obsoletos. Enlugares como California, 30por ciento de la carga ener-gética estival se pierde en losaparatos de aire acondicionado, demodo que elEstado está ofreciendo préstamos de bajo inte-rés a los consumidores que estén dispuestos acambiar sus anticuadas unidades con equiposmás eficientes. Los consumidores pagan el

préstamo en sus impuestos y se embolsan losahorros en energía; luego, al gastar ese dinero,aumentan la demanda y promueven el creci-miento de empleos en otras áreas.

Los ahorros energéticos y la eficiencia quelogran las compañías conducen a una mayorcreación de empleos directos.Noes casualidadque Walmart, empresa que busca ahorrar todo10 posible, sea una de las contadas organiza-ciones estadounidenses que han mantenidoun crecimiento sólido durante la recesión. En2008, cuando el petróleo alcanzó el nivel de 148dólares por barril, Walmart insistió en que milde sus principales proveedores chinos remo-delaran sus fábricas y productos, mejoraransus estándares ambientales e implementaranacciones como reducir materiales de embalaje(que a su vez, abaratan los embarques). De esamanera, en 2009 Walmart creó 22mil plazas detrabajo sólo en Estados Unidos.

Las implicaciones políticas son evidentes:los gobiernos no deben seguir apostando auna tecnología verde particular y sí abrirsea más posibilidades. Como demuestra elinforme McKinsey, los países no se vuelvenmás competitivos modificando su "mezcla"de industrias, sino superando a la compe-

tencia en cada sector indi-vidual. Y la industria verdepuede formar parte de esacompetencia. Por ejemplo,es concebible que EstadosUnidos exporte mucho mása Europa si sus estándaresambientales para diversosproductos fueran 10 sufi-cientemente elevados paracumplir con los reglamen-tos europeos. La protec-ción del ambiente suele ser

caracterizada como un argumento políticoque socava la competitividad de las empresasestadounidenses cuando, de hecho, el cre-cimiento y la futura generación de empleosdependen de ella.

No es casualidadque Walmart, unaempresa que buscaahorrar en todolo posible, hayamantenido unsólido crecimiento.