Post on 03-Jul-2015
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Se terminó el mundial, algunos no podrán entender cuál es la razón que nos empuja cada cuatro
años a estar pendientes de cada cosa que sucede dentro y fuera de este torneo tan mediático.
Creo también que nos atrae ese sentido de “comunión” hacia lo mismo, reunirnos. Los amigos, las
cargadas y cábalas. Las canciones, mensajes y ocurrencias. Las apuestas de café con el único
premio efímero de ser dueños de la razón aunque sea por un rato.
No se puede negar que este mundial tuvo un condimento especial por jugarse nada menos que en
Brasil, entonces jugamos dos campeonatos paralelos, rivalidad, que le dicen. El que hicieran
“ellos” como equipo y el nuestro por otra via.Esa caída ajena, durísima, nos proporcionó otro
necesario envión para no repetir una historia parecida.
Cada quien tiene una forma de expresar el antes, el durante y el después, sabiendo que el
campeón fue otro, que ahora puede decirse mucho, pero en realidad lo hacemos ya con “el diario
del lunes”. Algunos gritan o insultan, mi manera de expresarlo es esta, como un modo controlado
de exorcizar económicamente la tristeza o la frustración. Consciente de que soy un opinologo, un
hincha más, los que conocen la verdad son los protagonistas o los muy cercanos.
Tomados estos recaudos podría decir que este no fue precisamente el mundial de equipos
audaces y que solo es una descripción, ni buena ni mala. “Costa Rica” hizo un gran mundial, sin
embargo eligió refugiarse y contraatacar. Les salió bien de acuerdo a su historia futbolística y
expectativas.
Es curioso porque “Argentina” fue mutando su idea inicial de proponer “ataque por ataque” a otra
diferente que fue lo que la agenda del torneo le fue marcando. Es cierto que poblados por grandes
estrellas nos tuvieron un enorme respeto y eso se vio muy claro en todos los planteos que le
fueron ofreciendo sus primeros rivales.
En algún momento la decisión fue cambiar en favor del propio equilibrio, que su “centro de
gravedad” tenía que estar mucho más atrás de lo que inicialmente se proyectó. Sobre el final
debió enfrentarse contra equipos con un nivel de “posesión y circulación” muy superior. Eso
marca también que supo adaptarse a las circunstancias.
Tomando nota de esto, las grandes individualidades se vieron cargadas de obligaciones extras.
Ocurre que en el fútbol actual de alto nivel todos deben trabajar en las distintas fases del juego, no
hay forma de regalar espacios o esfuerzos porque en algún lugar del terreno se paga.
La organización de equipo tuvo un papel preponderante, es algo que no debemos olvidar cuando
se decide un “modelo de juego” a seguir, tarea para el futuro cercano.
Una cosa es cierta, con este modelo “plegado” Argentina logró neutralizar eficazmente a varios
rivales grandes, tuvo cuatro o cinco situaciones inmejorables para quedarse con el triunfo pero los
delanteros no estaban finos, gana el que hace los goles y esa es la realidad.
Argentina mostro un corazón y un carácter increíble, jamás negoció ese aspecto, por eso es que
ganó tanta adhesión y fe entre la gente común. Existe en nuestros espectadores un medidor
implacable de valentía (huevos). El detector suena rápido para los que no dan la medida y se lo
hacen saber.
Las comparaciones siempre son injustas y odiosas porque todos los partidos y torneos son
diferentes pero de alguna forma nos establecen medidas (de lo que no se puede medir) para saber
dónde estamos parados.
Aquel equipo de “Méjico 86” logró generar una estructura táctica que hizo brillar a su “As de
espadas” con grandes beneficios. Sucede que nada ocurre exactamente igual aunque nos hubiese
gustado, los actores y momentos siempre serán distintos.
Este equipo se fue “atomizando” por necesidad aunque tuvo todas las chances de ser campeón sin
duda alguna. A veces 10 centímetros más arriba o más abajo es la diferencia. Hacerlo contra un
rival como “Alemania” no es poca cosa.
No deja de ser cierto que hay muchos caminos para llegar a un mismo sitio, en el nuestro no brillo
la excelencia sino el gran esfuerzo y el orden. Esto último es discutible, quien puede negar que hay
equipos muy ofensivos que basan esto mismo en la “posesión y rapidez” para reorganizarse. Se
trata una cuestión de estilos y modos futbolísticos.
Creo que “Messi” entre los mejores fue el mejor y no se trata únicamente de fanatismo. Es bueno
recordar que definió partidos, que participó en todas las jugadas trascendentes del equipo, más
adelante o atrás. Tenerlo fue una carta muy importante ante cualquier rival. Que no estuvo en su
máximo nivel es verdad, pero aún con eso le alcanzó. Yo colocaría a “Mascherano” en el mismo
podio.
Luego aparecieron los imponderables y limitaciones que este torneo les impone a los equipos.
Prácticamente jugó varias finales en pocos días con todo lo que eso significa desde lo físico y
emocional. Las mermas o pérdidas físicas que fueron dejando soldados cruciales en el camino.
Todo puede ser materia opinable (además es gratuito), algunos cambios dentro de este partido y
otros fueron cuestionados porque no se parecían en nada al termómetro que mucha gente tenía
en cada LCD. No tiene porque haber coincidencias exactas, los que conocen, entrenan y están cada
minuto con los jugadores son quienes dirigen. Teniendo además la enorme ventaja de estar en el
allí y ahora.
De todas formas en algún momento se vio reflejada la intención de ir a buscar el partido, pagando
el costo de liberar una banda por donde llegaban los ataques de Alemania. Era a suerte y verdad y
en ese segundo de desconcentración acertaron ellos.
El saldo es enormemente positivo, esta selección volvió a revalorizar al futbol argentino, lo colocó
de nuevo en los primeros planos. Deja para la “Copa América” varios futbolistas jóvenes que ya se
rozaron con la gloria. Una base solida para ir acoplando a los nuevos.
Llegó el momento del balance. Teléfono para la AFA !!!.Hubo un ciclo brillante en selecciones
juveniles que marcó su estela en algunos participantes de este torneo. Si es cierto que “la
organización vence al tiempo”, nunca se debió desinvertir en los procesos juveniles, en todo caso
si se cambia debe ser solo para mejorar observando críticamente la realidad de nuestra fabrica
que es el fútbol domestico, sus objetivos y necesidades.
Un corto párrafo para el tema de los arbitrajes, es lógico y necesario unificar, aún entendiendo
que se trata de criterios, por lo tanto interviene el factor personal en la difícil e ingrata tarea de
impartir justicia. Lo que no puede ocurrir son arbitrajes “paternalistas”. Esconder al borracho y
darle café en la cocina para que la fiesta de casamiento se desarrolle en paz. Es para revisar.
Por último y para finalizar, esta selección evidenció muchos motivos de orgullo y satisfacción.
Podremos coincidir o no en cuanto a elecciones de estilo. Nunca podremos decir que no se
brindaron, eso nos deja y los deja a los participantes muy en paz consigo mismos.
Javier Graziottin