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7/25/2019 Los Motivos de Marrero-Muoz
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Revista de
Filosofa
N 26 27 1997 2 3 165 191
L os m o tivo s d e Marre ro .
Re fo rmas f i losficas o universi tarias?
Marreros ' s
Motivat ion.
Philosophical or University Reforms?
i
ngel Muoz Garca
Universidad del
Zulia
Maracaibo
-
Venezuela
R e s um e n
Dentro del proyecto de trazar la Historia de la Filosofa en Venezuela,este tra
bajo estudia los motivos aducidos en el juicio contra Baltasar de los Reyes Marrero,
cuando ste introduce en s Ctedra las lneas de la Filosofa Moderna. Se plantean
igualmente
los
motivos
de
Marrero,
concluyendo conelloquela finalidad desteno
slo era
renovar
la Filosofa, sino la Universidad completa.
Palabras
clave: FilosofaModerna
Venezolana,
Marrero, Universidad Colonial.
Abs t r a c t
As a part of the
project
to
trace
the history of
philosophy
in
Venezuela,
this
work
studies the adduced motivation behind the lawsuit brought against Baltasar de
los
Reyes Marrero
when
he
introduced
lines
of
modern philosophy
inhis
teachings.
The motives of Marrero are adduced as well, concluding that his objective was not
only to renewphilosophy, but thewholeuniversity structureas well.
Keywords:
Venezuelan Modern Philosophy, Marrero, Colonial
University.
Recibido: 02-06-97 Aceptado: 23-06-97
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166 Muoz Garca, A., Revista de Filosofa, N26-27,1997
-
2-3, pp.165-191
Caracciolo Parra Len es quiz el nico historiador de la Filosofa Colonial
Venezolana; al menos explcitamente. Su obra sigue siendo bsica, a pesar de los
ms de sesenta aos que han transcurrido desde su aparicin . De entonces a hoy es
mucho lo que los
estudios histricos
han ido
aportando al tema.
Sobre
todo gracias a
Ildefonso Leal, empeado febrilmente en proporcionar instrumentos de trabajo para
ulteriores investigaciones. Se descubre en su obra la obsesin por la bsqueda de da
tos que ofrecer; datos que ilustren los distintos aspectos que, a lo largo del tiempo,
influyeron en los cambios culturales del Pas. Y, entre esos datos, un especial inters
por los de la antigua Universidad de Caracas. De aqu a historiar el devenir de la Fi-
losofa en
nuestro Pas
no
hay
ms que un paso, al que parece invitarnos
constante-
mente, indicando que su intencin eslade prestar una
valiosa
ayuda a una mejor
comprensin de la evolucin de la cultura en nuestropas
; la de
poner en manos
e
los estudiosos los viejos infolios que recogen enforma detallada la historiade la
Universidad^; lade
permitir
a
los investigadores
disponer
de un valioso instrumento
de trabajo . [
Una invitacin insinuada encontramos asimismo en Leal en referencia a la fi- [
gura de Baltasar
Marrero,
instaurador de la Filosofa Moderna en Caracas en 1789:
lo dolorosoes que el
nombre
de este
inmortal maestro
anpermanece desconocido
para muchos , De hecho ha sido Leal quien ms datos ciertos ha aportado sobre el
renovador. Queremos recoger aqu en parte esta invitacin, y revisar a la vez algu
nos hechos que tuvieron que ver con la evolucin de la Filosofa en Venezuela. En
concreto, nos ocuparemos del juicio abierto contra Marrero por quienes aparente
mente
se oponan a sus innovaciones. Un hecho repetidamente recordado en nues
tros das por quienes se empean en descalificara priori a nuestra primera Filosofa
y Universidad como recalcitrantes reductos del antiprogreso.
1 PARRA LEN,
C,
Filosofa Universitaria Venezolana. 1788-1821, Caracas, 1989 (en
adelante cit.
como PARRA
Filosofa).
2
LEAL,I.,
La
Universidad
de
Caracas
enlosaosde
Bolvar I,
Caracas, 1983,
p. 19 (en
adelante cit. como
LEAL
Bolvar).
3 LEAL, I., El
Claustro
de la Universidady suHistoria I, Caracas, 1970,p. 7 (en adelante
cit. como LEAL Historia).
4 LEAL, I.,
Documentos
para la Historia de la
Educacin
en Venezuela Caracas,
1968, p.
x
5 LEAL, I.,
Expediente
deljuicio entre don Baltasar Marrero y don Cayetano Montene-
gro
sobre la expulsin de
su hijo don Jos
CayetanoMontenegro de la clase de
Filoso-
que regenta el primero en la Real y Pontificia Universidad de Caracas. Ao 1790,
Boletn del ArchivoHistrico , n. 2,Universidad CentraldeVenezuela,
1984,
p. 17 (en
adelante cit. como
Expedient).
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que el Catedrtico de Filosofa en el primer ao lea Smulas y Lgica, en el segun
do los ocho libros de Fsica, de Coelo et Mundo, y de Genratione, y en el tercero
ao leer de Anima y Metafsica
. Pero la normativa de los
Estatutos
vigentes no
pareci preocupar al Catedrtico. No queremos con esto calificarlo de anrquico o
de quererse marginar de ella. Marrero conoca sin duda el proyecto existente en la
Universidad
de formar
nuevos Estatutos, as
como el
ambiente favorable
en la Corte
hacia los autores modernos; hay repetidas alusiones a ambos aspectos en l Expe
dient
tanto
por su
parte como
por la del
Rector
.
Las cosas caminaron con normalidad hasta comienzos de mayo. Durante esos
cuatro meses Marrero, animado por el ambiente de apertura que crea descubrir en la
ciudad y en la Universidad , y con el permiso del Rector, se haba dado prisa en
terminar los tratados
lgicos.
As,
a principios de
enero
siguiente, iniciaba a sus
\
alumnos en temas de aritmtica y lgebra. Esto tuvo que saberse inevitablemente
fuera de los lmites de su aula; pero nadie pareci escandalizarse. Al nico al que no
termin gustando fue a Cayetano Montenegro, padre de Jos Cayetano Montenegro,
uno
d e lo s alumnos d e
Artes.
Por
Estatutos,
cada dos meses el Rector y el Catedrtico de Teologa de Prima
deban realizar las Visitas de Ctedras, para comprobar que todo funcionaba en or
den. La Visita iniciada el 8 de febrero constata que se est explicando aritmtica y
en la del 21 de abril ni se pregunta sobre el asunto. Resultado: que en ninguna de las
Visitas Marrero result multado ni apercibido. Era lgico: la Visita de febrero estu
vo a cargo del Rector De la Torre y del Doctor Jos Ignacio Moreno (Rector salien
te). Como Rectores, ambos estaban de acuerdo con las innovaciones y haban dado
permiso para ellas a Marrero. La Visita, que indag sobre el asunto, sirvi para que
pudieran comprobar cmo iban las cosas. En la Visita de abril no se toca el tema; o
ya no lo consideraron necesario, o juzgaron mejor no complicar ms las cosas, si es
que ya haban comenzado los rumores de disgusto. En definitiva, ninguna Visita
anot irregularidades,viendo el asuntoo normal o con simpata .
Comenzando mayo; a menos de quince das de la ltima Visita de Ctedra, el
alumno Montenegro, por orden de su padre, se niega a llevar aprendida la leccin de
aritmtica. Esto ocasiona que Marrero no lo admita en su clase y que el padre del
expulso
iniciara
acciones legales contra el Catedrtico, acusndole ante el Cancla
10
Ttulo IX,
Constitucin
8.
11
Expediente,
pp. 78, 103, 124, entre otras.
12
MUOZ GARCA
Ambiente.
13
Expediente,
pp. 86, 136.
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rio de la Universidad. Este apoyar a Montenegro y Marrero se ver respaldado por
el Rector. As se plantea la situacin, al menos tal como se ha presentado hasta aho
ra; aunque una lectura detenida del
Expediente
del juicio quiz nos haga modificar
la opinin sobre cules fueron los verdaderos motivos del juicio.
Hemos hablado, en primer lugar, de expulsin.Como tal entendi el Dr. Mon
tenegro la situacin y en base a ello introduce el pleito ante el Cancelario.
Expul
sin, haber expelido, despojo
(de derecho), son expresiones que encabezan la mayo
ra de los autos y que dieron nombre al juicio; excepto un extrao e inexplicable
error del propio Apoderado de Montenegro, el Dr. Juan de Aramayona, quien en su
primera intervencin de 10 de febrero del 91 habla de los autos
sobre
extincin de
una Ctedra de Teologa .
Por la parte de Marrero, al principio se utiliz en ocasiones la palabra expul
sin.
Pero, al ver el giro que tomaban las cosas, se tuvo buen cuidado, ya desde la
inicial declaracin de Marrero al Cancelario, de presentarla como una
qutoexclusin
de,Montenegro: era ste quien retiraba a su hijo, por no aceptar las directrices del
Catedrtico autorizadopor el Rector:
quele significasea supadre...
-dijo Marrero al
alumno-
que le hiciesefavor de
retirarlo... Si el alumno noquera aprender lo que se
le enseaba, lo lgico era que no entrase a la clase: el declarante (Marrero) se con
tent con decirlequeno quera admitirlo... que lo despeda . Yeso, segnel Cate
drtico
y el
Rector,
fue
todo:
...nada
ms,
ni
entonces,
ni en
otro
da-ten
que
dicho
doctor(Montenegro)
calumniosamente
dicequelo arroj . En repetidas ocasiones
posteriores, Marrero insiste en que la expulsin fue suposicin -ingenua o
malicio
sa- de Montenegro: Suponiendo
falsamente que lo he
expulsado . Al igual que el
Rector De la Torre:
la expulsin quese le
atribuye
...la
voluntaria
salidade su hijo,
y no
forzada como
se
supone ...esto
le contest el
maestro
(y
con razn): que
ental
caso no volviese; ...pues nadie lo expuls con ignominia .
Incluso se habla de una doble expulsin; porque, segn Montenegro, la situa
cin se dio en dos ocasiones: el sbado 9 y el mircoles 13 de mayo
}.
Aunque en
las declaraciones de los estudiantes no se dice esto explcitamente, as debieron ex
presarlo o interpretrselo, a juzgar por el auto de resumende los hechos: que
era
14 ID., p. 54.
15
Despido
es tambin la
expresin
que utilizan ensu
declaracin
los
estudiantes
interpela
dos: cfr. ID., p. 83s.
16
Declaracin
de Marrero, del 19-5-89: ID., p. 79.
17 ID., pp., 153, 170,172, 175,177.
18 ID., pp. 99 y 102; y p. 125.
19 ID.,p.73.
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cierto... el haber expelido de su Ctedra a Montenegro dos veces
. Marrero s ha
bla
de
dos
ocasiones
(slo
una
en la clase),
pero
dadas
en un
mismo
da;
esto
le pa
rece suficiente refutacin, en su declaracin dada a los cinco das, pues no vuelve a
menci ona r e l
asunto:
...ltimamente me dijo el sbado expresado qu quera que hiciera si no
queran que las estudiase... Entonces el Catedrtico le dijo que le signifi
case a su padre... que le hiciese
favor
de retirarlo; a la tarde se le hizo
encontradizo el nio en el Palacio Episcopal... el declarante se content
con decirle que no queraadmitirlo... que lo despeda... nadamos, ni en
tonces, ni en otro da... pues justamente la tarde que se dice ni estudio
hubo, por las exequias reales de los militares... ni en la Ctedrade Filo
sofa, ni en otra alguna; ni e[ declarante sali para la clase esa
tarde,
sno que se qued en su casa..
21
De modo que, en la fecha que Montenegro sealaba como segunda expulsin
no hubo actividad docente, debido a los funerales
que
los militares haban ordenado
hacer en
memoria del
Rey. Efectivamente, el 14 de
diciembre
anterior
haba muerto
en Espaa el Rey Carlos III. La Cdula -de 24 de diciembre- que comunicaba el he
cho se haba
ledo
en el
Claustro Universitario
el 28 de
febrero,
y
en
el mismo se ha-
22
ba aprobado la celebracin de funerales a nombre de la Universidad . Igualmente,
en el Cabildo eclesistico de 30 de marzo, el Obispo anunciaba que las exequias re
ales en Caracas se celebraran el 21 y 22 de abril. Pero el 7 de mayo el mismo Cabil
do es enterado de que
el cuerpo de militares intentaba hacer unas exequias
por
Su
Majestad... que las haran dos o tres das despus de las funciones antecedentemen
te anunciadas, las cuales no se haban de ejecutar hasta los das 11 y 12 del co
rriente
.
Montenegro alegaba, pues, la expulsin de su hijo
como
motivo de su quere
lla. Una expulsin debida -segn el demandante- a que su hijo se negaba a estudiar
aritmticay lgebra . Era, al
menos,
el motivo
oficial.
Obviamente Marreronegaba
tal motivo oficial: nofue lafalta en lleccin de lgebra, que otros no llevan. Y se
alaba lo que a su entender era el verdadero motivo:
sinoporque... supadre le haba
dicho que no perdiese tiempo... no queran que las estudiase; ...que su padre se lo
20 ID., pp. 82-85 y 135.
21 ID., pp. 78s.
22 LEAL Bolvar I, p. 306.
23 PREZ VILA, M.,
Actas del CabildoEclesistico de Caracas
II, pp. 171s.
24 As lo expresa el Cancelarioel 9-3-90:
queno llevaba
aprendida
la leccin diaria: Expe
diente,
p. 28.
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haba prohibido
; en lo que insista el Rector . Por parte de Marrero (y del Rec
tor), el motivo es claro: estaba en
juego
su autoridad. Cuando el primero nombra
Apoderado en el juicio, lo hace especficamente para que
a su
nombre
se quejede
los insultos, agravios, vejaciones que s le han causado e injurias que se le han he
cho;
y
lo que en definitiva pediral juez de la causa
es
satisfaccin
plenadel
honor
vulnerado y
que se eliminen de los autos todas las expresiones ofensivas. El pri
mero de tales agravios fue no slo la actitud de Montenegro padre,
que quiso meter
se a gobernary dirigir hasta lo ms interiorde los estudios
, sino tambin el modo
en que se hizo la negativa -en pblica clase- a aprender las lecciones: como dice el
Apoderado de Marrero, el justo enojo que debi causarle un insulto de tal naturale
za . En definitiva -alegaba el Rector-, si a Montenegro no le satisfaca el mtodo y
la sustancia, con retirara su hijo excusa mezclarse en lo queno le corresponde
.
Pero es que, en materia de insultos e indocilidad, el alumno Montenegro tena
un largoprontuario; tantocomopara que ya anteriormente la Universidad se hubiera
planteado su expulsin. As se expresa Marrero, bajo juramento, en su declaracin
inicial del juicio:
el hijo del doctor don Cayetano Montenegro ha dado sobradosmotivos
por donde sea castigadopor su mucha inquietudy juego en la clase, por
sudesprecio a las
amonestaciones
del
Catedrtico,
porsu
inmoderacin,
especialmente en las conferencias que no se podan
entender,
por el bu
llicio, arrojadizas depeloticas de queno eximaal mismodeclarante, so
bresaliendo entre los inquietos el referido Montenegro, de modo que no
siendo bastantes sus represiones para contenerlos, ni las exhortaciones
del seor Rector doctor don Jos Ignacio Moreno y del seor Rectorpre
sente, ltimamente el Bachiller Tarifa, uno de los pasantes, insultadopor
varias ocasiones, abochorn al declarante
(a Marrero)
en la clase con
echarle en cara la desatencin de los estudiantes y no tuvo otro recurso
quedecirle Sequejaseal seor Vicerrector MaestrodonJuanLuisEsca
lona y participar inmediatamente a los padres de los inquietos que ms
sobresalan, entre quienesfue uno al doctorMontenegro, a que no mere
ci contestacin el Catedrtico, antes se le ha significado que recibi con
desprecio la
insinuacin
atenta del
declarante,
queno quisoproceder a
expulsarlos,
como expresamente
se lo
mand
el seor
Vicerrector,
dere
sultasde la queja del Bachiller Tarifa... los
mismos padres,
queles inspi-
25
26
27
28
29
30
ID., pp. 78s.
ID., pp. 102 y 125.
ID., p. 38.
ID.,p.71.
ID., p. 44.
ID., p. 102.
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raban una especie de sublevacin a sus hijos, minorando y desautorizan
do los
maestros,
hasta haberproferidoel citadodoctorMontenegro (se- \
gn se le ha
informado)
que
aguardaba
que le tocasen a su niopara \
presentarse criminalmente ante el seor Gobernador con desprecio de
los jefes de la Universidad .
El propio Rector confirma esa opinin:
y ms habiendo precedidonopocas quejassuyaspor la inquietud y desa
cato de algunos estudiantes, y con especialidad del hijodel doctorMon
tenegro, que con su inquietudperturbaba a los dems, sindole preciso a
Su Seora (el Rector) presentarse personalmente en la clase para conte
nerlosy hacerlesver las
ltimas
resultas que
experimentaran
si no guar
daban el debido respetoy decoro al Catedrticoy lugar donde se halla
ban, porque el estudiante incorregible corrompe a los dems, y el mejor
remedio es
lanzarlo
de los
estudios.
...y ms cuando el expulsado es inquieto y perturba el silencio de la clase,
como lo es don Jos Montenegro, segn las quejas que de antemanoha
ba dado el Catedrtico a Su Seora, y con todo se le toleraba y toler
32
con esperanza de enmienda .
El espritu revoltoso del alumno era tan manifiesto, que el propio Cancelario,
en su primera providencia y a pesar de la connivencia con Montenegro, se vio obli
gado a ordenar al escolar que
guarde la
compostura,
moderaciny respetodebidoa
su maestro y
ala
clase .
La opinin del padre del estudiante -que transcribimos a continuacin- era un
tanto diferente: todo lo que se acaba de resear no era sino querer hacer
imputacio
nes a este nio inocente e irreprensible :
Este lo ven que no cuenta trece aos,jams fue castigado en los estudios
de
Latinidad
ni en la escuelani aundel
mismo
doctor
Marrero
con
quien
aprendiprosodia y retrica. No ha tenido otra ocupacin que su casa,
31 ID.,p.76.
32 ID., pp. 102 y 125.
33 ID., p. 89.
34 ID., pp. 106, 97.
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estudioy la iglesia, no se le habrodo unapalabradescomedida ni de
satenta,jams hafaltado al estudio,por el contrarioha sido castigado
cuando en alguna ocasin por motivosjustos se le haprohibido ir a cla
se. No se le habr visto en la calle ni de paseo ni aun en las casas de sus
propiosparientes, a excepcinde la ida y venidaal
estudio,
paso o igle
sia, su genio
dcil,
trato
honesto
y
recatado
lo han hecho
estimado
y su
pusilanimidad y
temor
le hacen
incapaz
de los excesos,
insultos
quese le
35
atribuye .
El lector
juzgar por
s mismo.
Pero cules fueron los verdaderos motivos que subyacan en los alegatos de
Montenegroy, en definitiva, en toda su decisinpara solicitar un juicio? Fueron ex
presados por l mismo en sus distintas intervenciones.
El primermotivoest referidoa los estudiantes: Los alumnos (o ms bien el
propio Montenegro padre?) no queran estudiar las materias nuevas: Montenegro
alega que Marrero estaba
precisando
a los estudiantes a que la aprendiesen
contra
su voluntad1 .
Pero las declaraciones del Catedrtico parece han de entenderse como que -al
principio delos
acontecimientos-
tales explicaciones no eranobligatorias: el tratado
de
aritmtica
es
muy corto
y no se llevde
memoria...
los
motivos
de
haber expulsa
do a su
nio
nofue lafalta en la leccin de
lgebra,
que
otros
no
llevan
.
Pero
slo al principio de los acontecimientos; posteriormente el
mismo
desarrollo del
pleito radicalizar
a
Marrero,
o el
propio Rector
lo
exigi,
y se
insistir
enla
obliga
toriedad. A
poco, Marrero
solicita al Cancelario que se
compruebe
cmo los estu
diantes quenose aplicaban alos
nuevos
tratados, en realidad lo hacan por insinua
cin
de
sus famil ias
.
Hagamos aqu un breve parntesis sobre un dato curioso dela declaracin de
Marrero al respecto. Al hablarde las insinuaciones de las familias de losestudiantes,
el Catedrtico menciona a los alumnos Jos Cayetano Montenegro, Andrs Surez
de
Urbina
y Jos
Vicente
Escorihuela,
lostresque
-junto
con
Pablo
Echezura-
ha
ban sido interrogados por el Cancelario sobre los
asuntos
de autos, a solicituddel
Dr.Montenegro. Marrero pide que s averige si sus
padres
y to apoyaban a los
alumnos ensu negativa a aceptar las materias
nuevas.
No est claro a qu to sere-
35 ID., p. 110.
36 ID., p. 73.
37 ID., pp. 77s.
38 ID., pp. 92s.
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75
alumnos que, sobre las horas de clase, acudan a su casa a ampliarlos temas:
el
agrado con que recibo a los aplicados, y explico sus dudas, hasta convidarles a que
concurran a casa o a estudiar en mis libros, o a proponerme sus dificultades .
De
modo que su Apoderado Jos Ignacio de Jover poda escribir en Madrid: slo Mon
tenegro, entre tantospadres que haban enviado sus hijos a la Universidad ha le
vantado el grito; ningnotro se ha quejado, porque a todos les hizofuerza la ra-
/ 45 >
z o n .
Como
decamos, y como era lgico, la parte de la defensa terminara insistien
do en la obligatoriedad de las explicaciones que el Catedrtico juzgara oportunas.
Marrero estaba empeado en ello; sa era su meta. Es quiz en este punto donde ms
se pueden descubrir motivos ideolgicos en el juicio; pero de parte de Marrero, ms
que
de Montenegro.
Ante la primera providencia del Cancelario prohibindole ensear Matemti
cas,Marrero respondeque la decisin es
impedicin
delosmejores progresos de la
Filosofa, de cuya enseanza estoy encargado y que medito adelantar. Posterior
mente insistir en ello, solicitando al Cancelario que se sirva declarar: lo primero si
se meprohibeo no la leccinde tales
materias;
lo
segundo
si, en caso de
continuar
la
lectura,
estno no obligados los
estudiantes
a escribiry
tomar
instruccin;
y lo
tercerosi, en el eventode no ser obligadosa ello, ganan cursopara los grados .
Montenegro reaccionade inmediato exigiendo al Cancelario
que
ninguno
de
los estudiantespueda con legitimidad ganar cursos ni graduarse, siempreque estu
dienlos
tratados
queno se previenen en las constituciones. Posteriormente, viendo
el cariz que tomaban los acontecimientos y que su hijo -por el crecidonmero de
inasistencias que se le iban acumulando- estabaen trancede perdersu derechoa cla
ses, llegara aceptarque su hijo aprendiera Matemticas, con tal que se le admitiese
a clase . PeroMarrero pona comocondicinque estuviese necesitado
paraganar
curso
a aprender lo que se le
enseare, como
lo hacen sus
condiscpulos
; ya que
en caso contrario,de aceptarlo sin ms, podra entenderseque renunciaba a ensear
las. Lo mismoopinabael Rector, para quien
dejar
en
arbitrio
(de) los estudiantes el
43 ID., pp. 82ss.
44 ID., p. 93.
45 ID., p. 52.
46 ID., pp. 90 y 149.
47 ID., pp. 163 y 170.
48 ID., p. 154.
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aprender o no aprender lo que l Catedrtico les ensee en este particular, es de
sautorizar a lajurisdiccin rectorar
. Y el Apoderado, en estilo ms forense:
podra unmaestropermitir la asistencia de undiscpulo a su aula que
dando en su arbitrio aprender o no lo que ensea? Se consentira acaso
en ninguna Universidad de Racionales dejar al arbitrio de los estu
diantes, como lo dej el Cancelario de la de Caracas, el estudiar o no es
tudiar las materias y tratados que unhbil Catedrticoexplica y ensea
con esmero y que un celoso Rector aprueba?... en breve tiempo se hubie
ra visto que los dems estudiantes seguan su ejemplo y despreciabanla
enseanza... pudo con sobrado fundamento obligar a los estudiantes a
aprenderlas, y de otramanerasera intilcualquier trabajoque se dirige
a la mayorinstruccin de la
juventud,
y apenas habra
Catedrtico
que
se dedicase a las penosasfatigas de la enseanza .
El
segundo motivo gira
en
torno
al rechazo a las
nuevas
materias.
Rechazo
quesedeba, segn el
demandante,
aquenoseentendan:
porno
comprenderla este
\
nio,
alegaba Montenegro. Segn ste, tales
sustracciones y precisiones
slo eran
apropiadas para los matemticos y los entendimientos ms claros y cultivados .
Nada tena de extrao as, para Montenegro, que ningn alumno supiera Matemti
cas: los
ms
ni saben lgebra, pero ni
aun
la
han
escrito, ylospocos restantes tam- \
poco
la saben... les aumenta el trabajo en estudiar
por
libros y autores de cuya inte- f
ligencia carecen, porquefaltndoles la vozvivadel
maestro...; as que su hijo se ve J
excluido del
aulaporque no tena quien se la explicase . t
A
este respecto,
la versin de Marrero es
diferente,
puesto
que,
para l f
el tratadode aritmticaes muycortoy no se llev dememoria, quepor lo
[
regular bastaba la explicacinanticipada del Catedrtico para saber la i.
leccin, como suceda con los que
entendan
la explicacin...; el deca- t
rante tiene
la
paciencia
de explicrsela y hacrsela
comprender; sobre
todo
si se atiende al estudio extraordinario que ha dado de ms de las ho- \
ras de obligacin, detenindose en tomar repeticiones, de modo que
f
siempre sale de la clase forzado y porque los estudiantes empiezana dis-
i
gustarse. ^
Siempre estoy pronto a fomentar el aprovechamiento de los estudiantes
con mis amonestaciones,y el agrado con que reciboa los aplicados, y ex-
49 ID., p. 105.
50 ID., pp. 46, 48.
51 ID., pp. 73 y 96; en otro lugar las llama materias de tanprofunda penetracin: ID., p.
109 .
52 ID., pp. 96 y 119.
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177
plico sus
dudas,
hastaconvidarles a queconcurran a casa o a estudiaren
mis libros, o a proponermesus dificultades
53
El caso es que, a fuerza de querer presentarse como preocupado por la educa
cin de su hijo -dedicndome a ensearlos -, hemos de concluir que aquellas
complicadas materiasMontenegro hijo no las entenda;pero tampoco Montenegro
padre... Vase si no cmo solicita al Cancelario que se tome declaracin a Marrero:
S es cierto que
les ha escrito un tratadocompleto de Matemtica, y les exige conti
nuando
otro de lgebra, diciendopblicamente que concluida la lgebra les va a
escribirgeografa
( ) . (Y an hay otro momento en que Montenegro habla de la
aritmtica, lgebra y geometra botnica ). Es decir: o identificaba aritmtica con
Matemtica, o el lgebra era para l algo as como una metamatemtica; y nada di
ramos de la geografa, que vendra resultando la quintaesencia de la ultrametamate-
mtica. No deja de adivinarse un toque de irona en la respectiva respuesta de Ma
rrero (subrayada, por cierto, en el propio original manuscrito):que tienedispuesto...
seguircon la geometra y no con lageografa, comodice el doctor
Montenegro
.
Para la parte acusadora, no es que su hijo era desaplicado o torpe; y el que los
alumnos no entendieran delecuaciones no deba revestir mayor importancia. Lo ver
daderamentegrave era que* por querer abarcar tanto, los conocimientos de los alum
nos (no slo de su hijo) no'se referan a las materias previstas en los
Estatutos.
Con
loque tenemosenMontenegro un nuevomotivoparaproducirsu queja.
El tercer motivo expone que los alumnos ni siquiera entendan an la Lgica:
queanno
entiende
ni algunosotros de sus
condiscpulos;
apenashabrseis que
hasta
ahora
hayan llegado
a
instruirse
enlaforma silogstica; no era
tan
fcil po
derse
instruir
los muchachos en las
mximas,
principios y reglas logicales, llenn
dolos de ideas extraas . De todos modos, en este punto no insisti mucho Monte
negro; porque mientras
afirmaba esto, sostena -leinteresaba hacerlo- quesuhijoera
aplicado y saba sus lecciones. Ms an, exige que sea interrogado ante el Cancela
rio
acerca de si ha sido asistente a la clase llevando sabidas sus lecciones y repet-
dones de
Smulas
y
Lgica
completamente
.
Su hijodeclaraen esa ocasinque
ha
repetido los
cuadernos
de
Smulas
y Lgica
que
se le ha
ledo,
los hasabido y
tiene
53 ID., pp. 77s. y 93
54 ID., p. 96.
55 ID., pp. 74 y 179.
56
ID.,p.77.
57 ID., pp. 73, 96 y 146.
58 ID., p. 74.
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1997
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inteligencia de ello...
con
suficiente inteligencia. Lo
mismo
aseveraron sus tres con
discpulos interrogados .
Sin embargo Montenegro
insista en
que
la
enseanza deba
centrarse en el es
tudio de Smulas y Lgica, nicas capaces de desarrollar la capacidad razonadora.
Insistencia que le da
pie para
esgrimir un nuevo argumento.
Este nuevo argumento o motivo apunta a que las matemticas eran materias
intiles. As lo repeta , y as lo recoga el Apoderado de Marrero: en toda la causa
no hizo otra cosa que llamar estudios y materias intiles . Ms an: hasta lleg a
decir Montenegro, segn atestigua el propio Marrero en su declaracin, que lo que
se enseaba era porquera, y otras especies de esa naturaleza
.
Estamos
aqu
de nuevo ante un motivo
que
pudiera parecer verdaderamente
ideolgico para el juicio. La utilidad era uno de los grandes argumentos que esgri
ma
la Ilustracin para, por ejemplo, promover la educacin artesanal de las escuelas
patriticas . As, por una parte, las invectivas de Montenegro sobre la inutilidad de
las Matemticas constituye una prueba ms para pensar en la aceptacin en Caracas
de las ideas ilustradas. Por otra, sostener que Montenegro se opona realmente por
motivos ideolgicos, implica que su oposicin estaba causada porque no conside
raba las ideas de Marrero lo suficientemente puestas al da. As que o bien Montene
gro esgrima los argumentos a conveniencia de su apasionamiento, o bien l no ha
ba entendido demasiado eso que llamaban Ilustracin.
El caso es que, por fuerza del ambiente o porque el paso del tiempo sin resolu
cin judicial iba haciendo perder el Curso a su hijo, convencido o no, Montenegro
termina reconociendo la utilidad de las Matemticas. Su necesidad de seguir mante
niendo su buen nombre le hace modificar sus argumentos e intentar convencer de
que siempre quiso que se estudiaran, aunque en otro momento; y, sobre todo, que lo
que buscaba era salvar la legalidad:
En Salamanca habr mandado
(el Rey)
leer
esos tratados; si lo mandare aqu, ser muyjusto que se le obedezca, pero hasta
tanto tambines muyjusto que no se le desobedezca variando el mtodo estableci
do
. Lo que debi convencer al Fiscal, quien en su informe al tribunal le recomen
daba desentenderse
de cuanto con menos oportunidadse ha alegado en orden a la
59 ID. , pp.
82s.
60
P. ej.,ID.,p. 95.
61 ID., p. 50.
62
ID., p. 76.
63
Al
respecto,
cfr.
MUOZ GARCA Ambiente,
p
64 Expediente,
p. 108.
58.
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79
conducenciade dichos
tratados,
que no se ha
querido
disputarsi son tilespara el
estudio de la Filosofa65.
El
Apoderado
de
Montenegro abundaba en laargumenta
cin
de ste,
con
un
razonamiento
un tanto peregrino:
no se duda tenganuna influenciaesencial sobre todas las partes de la F
sica y contribuyan a la inteligenciadel mecanismo y accin de los cuer
pos sobrenosotrosy entres, maspor lo mismo ( ) no debimezclarel
doctor Marrerosu enseanza al tiempo de instruir a los jvenes en el arte
de silogizar: siendomspropio su reservapara el segundoao... jams
neg el doctorMontenegrola utilidadde las citadas ciencias, pero repro
babael tiempo y el modode ensearlas .
Lo que provocauna buena cargade ironaen el Apoderado deMarrero, al referirsea
la decisin del Cancelario y al cambio de opinin de Montenegro:
lleg el caso, despusde confesarqueel estudiod las materias que en
seaba era tilsimo, declararse que... queran decir que se abstuviese
de leer Matemticas, hasta que con licencia de SuMajestadse estable
ciese Ctedra de ella... Rara determinacin, por cierto. Pues vindose
en la necesidad de confesary reconocer la utilidadde las Matemticas
queexplicaba el
Catedrtico,
estono obstante...se le
prohibe.
Extraa
contradiccin, y sbitamudanza dignadel
ingenio
de unDoc
tor En toda la causa no hizo otra cosa que llamar estudios y materias
intiles
las que
enseaba
el
Catedrtico,
que
contravena
las
constitucio-
r
nes,
y que no
quera
que su hijo las estudiase
porque
no
aprendiese
en
tan
tierna
edada
quebrantar
los estatutos dela
Universidad
que tena ju
rados...
y
despus
de todoeste
cmulo
de
inconvenientes...
yapor
ltimo
se allana a que vuelva a la
clase,
y lasdiga y aprenda... a no serque le
hagamos
lfavorde creer que su
entendimiento
algn
tanto
ms
ilustra
do conoci lo til, o tuvoalgunasecretadispensapara ir contralas cons-
67
t i tuc iones .
En el quintomotivo,en definitiva, de todo elloMontenegro concluay arga
queel estudio delasMatemticas
era
prdida
de
tiempo. Poresohabaprohibido su
estudio a su
hijo, dando
lugar a la
argumentacin
deMarrero: que si pierdeel tiem
po,no
vuelva
a la
Ctedra
. El
motivo aparece incesantemente
a lo
largo
de todo el
65 ID., p. 64.
66 ID., p. 60.
67 ID., pp. 49s.
68 ID., p. 44.
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181
(nica ocasin en que alude a filsofos modernos) de que no ensea la filosofa de
Aristteles sino la moderna doctrina de Newton, Paracelso, de Sigaud, del Padre
Antonio Almeida ,
el Rector alega que la Universidad de Caracas no haca sino se
guir el mismo camino que;la de Salamanca; que el propio Rey, haba juzgado los
tratados que enseaba Marrero como indispensables para la verdadera inteligencia
de la Fsica; que nada tenan de heterodoxos, sino ms bien haban sido recomenda
dos por el Papa Clemente XIV, quien estima
a la Filosofa sin geometra lo
mismo
quea la medicina sin la qumica; queel
mayor
nmero de losfilsofos nodesbarra
ra en sus raciocinios si fuesen gemetras.
Que Santo Toms, Verney y Jacquier
proponan las Matemticas como preliminares a la Fsica . Marrero puntualizaba
que las Matemticasno eran sino unaLgicaparticularpara la Fsica. Y a los auto
res que citaba el Rector, aada a Campomanes, Villalpando, Rollin y Altieri .
Estos no parecan argumentos para Montenegro: Caracas -deca- tiene sus
constituciones y Salamanca las suyas... Clemente XIVnopresta autoridadal caso:
quien manda es el Rey, que para eso est el Patronato; a Santo Toms el Rector lo
cita
paraslo
adorno, pues segnel Anglico
la
Lgica ensea
y
demuestra toda
la
Filosofa*0.
En
lamisma
lnea
hemos visto
que se
colocaba
su
Apoderado, con
el
pintoresco argumento de que no dudaba de la influencia de las Matemticas sobre la
Fsica,
maspor lo
mismo Marrero no debi mezclarlas con la Lgica . Tampoco
Oimedilla, Asesor
del
Cancelario,
quiso
quedar
sin
terciar
en el
asunto,
demostrar
sus conocimientos y formar su propio argumento:
Es cierto que las
Matemticas
son tilsimas y queAristteles
trata
de
ellas; comoqueestudi
quince
aosen la escueladePlatnque
tanto
las
recomienda;
pero tambin es verdad queni hay clase de Matemticas en
el Real
Seminario
Colegio, ni en l se lee todo lo quesupoy escribiel
Filsofo... que
aunque
sean tan importantes y hubiese escrito de ellas
82
Aristteles, nopor eso se hande incluiren el cursoFilosfico
El
Apoderado
de
Marrero
no sale de su
asombro: despus
de que sostuvieron
y argumentaron la inutilidad y perniciosidad de esasmaterias,
terminan
por confesar
que
el
estudio
deellasera
tilsimo, y como consecuencia de ello terminan orde-
76 ID., p. 105.
77 ID., p. 178.
78 ID., pp.
103s
79
ID., pp.
77y 162.
8 ID.,
p. 108
81
ID.,
p.
60.
82 ID., pp. 158s.
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82 MuozGarca,A., Revistade Filosofa,N26-27, 1997
-
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nando a Marrero que se abstuviese de leer Matemticas... Rara determinacin,
por
cierto, dice. Pues vindose en la necesidad de confesar y reconocer la utilidad de
las Matemticas que explicaba el Catedrtico, esto no obstante,... se le prohibe .
Y es que, con el desarrollo
del
proceso, Montenegro y el Cancelario debieron
haberse dado cuenta de lo improcedente de argumentar en base a esa pretendida inu
tilidad
{teniendo ahora
por
bueno
-observaba Marrero-
lo que antes graduaba de
intil
). As es que lleg momento enque se vieronforzados a decir,por paradoja,
que era cierta la influencia esencial que tenan la aritmtica, lgebra y
geometra sobre todas las partes de la Fsica, pero quepor lo mismo ( )
deba el doctor Marrerohaber reservado su enseanza para el segundo
curso, en que leyndose la Fsica, podra conducir algn tanto aquellas
materias. i
Esto es lo que se ha insinuadopor m al seor Rector y al doctorMarre
ro, esto es, que les ensease primero Lgica, y concluida sta materia...
les instruyeseen lo dems.Esto es lo que le manddecirpor mediode mi
nio .
Lo mismo el Cancelario:
...materias... que aunqueconstantemente tiles,
requieren
para su enseanza otro teatroy mtodomuydiferente .
De todas estas acusaciones, Montenegro deduce, como conclusin general, un
nuevo motivo para su demanda, referido ahora a que la expulsin fue sin causa, fa
cultad ni fundamento; sin
mrito
y facultades algunas . Y, bien visto y tal como
sucedieron las cosas, no le faltaba razn: el Rector -con una expresin no exenta de
irona- la llama
Voluntaria expulsin
.
Pero, indudablemente, la negativa de Montenegro a que.su hijo estudiara arit
mtica fue la coyuntura propicia para esa voluntaria expulsin', o, al menos, vino a
terminar con la paciencia de Marrero y del Rector.
Nadie lo expuls con ignominia
ni sin causa dadapor l
mismo
-deca ste desmintiendo al Regidor-,puestoquese
insinu en los mismos generales con las insultantes expresiones .
Es decir: la ex
clusin no fue sin causa; y sta fue la actitud insultante. Hemos visto que el compor
tamientodel nio Montenegro no era precisamente el de un alumnomodeloy haba
83 ID., p. 49.
84 ID., p. 171.
85 ID., pp. 147 y 109.
ID.,p.31.
ID., pp. 56 y 156; y
ID., p. 125.
IB IDEM.
86
87
88
89
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83
dado motivos suficientes d expulsin. El Rector lo consideraba incorregible y pen
saba
que
el
mejor
remedio es lanzarlo delos
estudios;
ycon todo se letoleraba y to
ler, con esperanza de enmienda
.
Ya anteriormente Marrero no quiso proceder a expulsarlo, como expresamen
te se lo mand el seor Vicerrector, Juan
Luis
de
Escalona
.
Posiblemente
se
pens
que expulsarlopor comportamientono era oportuno, dada la situacin: influyente de
su padre en la ciudad; quiz falt carcter para ello en Marrero . O s estaba espe
rando mejor ocasin, en que poder alegar una razn ms claramentejustificativa de
ello -ms acadmica, ms estatutaria- no
solamente
ante el padre, sino ante toda la
opinin pblica. La negativa a aceptar las directrices acadmicas del Catedrtico
pudo ser el momento oportuno.Pero, a pesar de todo, se choc con la influyentere
sistencia del padre del alumno, quien movi los hilos del poder para impedir una tal
medida. Si los Montenegro no se hubieran opuesto a las nuevas enseanzas, muy
posiblemente la nueva Filosofa se hubiera instaurado en nuestra Universidad sin
mayores
problemas, dadoel ambiente
favorable
a stasque
pensamos
habaenCa
racas y hasta en su Universidad .
O habr que decir que el Cancelario y Montenegro s tenan razn para soste
ner que todoellofue sinmotivo. Porque el Expediente -qui nimis probat
nihil
pro-
bat- abunda enotras
mltiples
acusaciones d
Montenegro,
que ni
venan
al
caso
ni
pudieron
sostenerse:
que
Marrero faltaba
a
clase,
que
asista
a ella sin la
adecuada
indumentaria,
que contravena los Estatutos, que -puesto quehabajuradoobservar-
Iost era un perjuro, que se'arrogaba la autoridad de legisladorpara formarplan de
estudios,
que -por tapto- era traidor al Rey, que ibamovido por inters pecuniario,
que en los exmenes de Latinidad para ingresar a estudiar Filosofa reprobaba alos
queprovenan dela
escuela pblica,
quenohaba
estudiado Matemticas...
Hasta aqu los motivos del juicio, vistos desde la parte acusadora. Pero la ex
posicin de tales motivos quedara incompleta si no se aludiera a los que tuvo el
propio Marrero.
Eneste
sentido,
y
antes
de
nada,
es
oportuno hacer notar
aqu
que,
a
pesar de sus pretensiones renovadoras, Marrero en ningn momento desecha ni a
90
91
92
93
ID.,pp.
102 y 125.
v
ID., p. 76.
ElRector dicequeusde
tanta
moderacin (ID., p.
125);
pero incluso la expulsin orde
nada porEscalona fuea raz de incidentes noconMarrero,
sino
consupasante elBachi
llerTarifa
(ID.,
p.76);los
dems
Catedrticos estaban tambin muy disgustados con es
tos hechos
(ID., p. 125).
Al respecto, cfr.MUOZ GARCA Ambiente.
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20/27
184 Muoz Garca, A., Revista de Filosofa, N26-27,
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Aristteles ni a
Santo Toms. Cuando los cita
enelExpediente, sepuede
apreciar
no J
slo que conoce bien su obra, sino que se
declara
seguidor de lalnea aristotlica: '
Aristteles... trata del nmero o cantidad discreta, que es el objeto de la
aritmtica, hablade la lneay de la superficie, de los ngulosrectosy b- *
tusos, de los internos y externos, de las figuras cuadrilteras, de las se- i
mejantes, de la cuadraturade la superficieplana, del crculo, sus propie- *
dades y
cuadratura,
delas
lneas
racionales e irracionales, dela
pirmi-
de,
del cilindro,,de la
elipse,
de la raz cuadrada y
cbica.
Hace y
de-
\
muestra
muchos teoremas geomtricos, como aquel dela diagonal
incon-
1
'; mensurable, del costado cuadrado, estableciendo los principios de todos
*
los ms ramosde las Matemticas comode la esttica, hidronutica, p- i
tica
catptrica,
perspectiva,
astronoma
y
geometra
. \
Por eso la pretensin de Marrero era
que huyande las eternas disputas de nombresy ,
ridiculeces
con
que se
ha
hecho
despreciable
el
Perpato, purificando
en
parte
a \
Aristteles de los errores que sus sectarios apadrinan con su autoridaa . %
Pero,
ms
que
destacar el aristotelismo de Marrero, creemos necesario insistir i
en otro aspecto sobre el que -a nuestro entender- el Expediente no deja lugar a duda.
Hemos afirmado en anterior ocasin que el ambiente intelectual de Caracas y su
Universidad estaban preparados para la nueva filosofa . Nos hemos esforzado en
las pginas precedentes en demostrar que los motivos del demandantedel juicio fue
ron muy poco acadmicos o ideolgicos. En consecuencia, alguien podra acusarnos
de querer desprestigiar a Marrero y restarle mritos. Pero si cuanto hemos afirmado
puede destruir el mito delMarrero vctima de sus ideas, seguimos reclamandopara
l el mrito de renovador de la Filosofa en Venezuela. Ms an: pensamos incluso
que no se ha hecho todava plena justicia a Marrero, y que no se le reconoce el ver
dadero valor de su accin. Porque estamos convencidos de que el mrito de su inten
cin y su logro fue mucho ms all de las tesis filosficas: hasta la
renovacin
de la
Universidad misma. Si en nuestros das la Enseanza Secundaria es requisito para
entrar a las Facultades Universitarias, en el Siglo XVIII la Filosofa,.adems de ser
ya una Carrera, una Facultad, era el requisito indispensable para las dems Carreras
y Facultades (para todas), que se llamaban por eso Facultades Mayores: Teologa,
Derecho Cannico y Civil, y hasta Medicina. Ciertamente Marrero introduce las
Matemticas justificando su accin con el argumento de que stas eran propeduti
cas a la Fsica filosfica; era el argumento que el momento y las circunstancias le
L
i
94 Expediente, p. 153. t
95
ID.,p.93.
f
96 MUOZ GARCA
Ambiente.
\
f
I
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21/27
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165-191
85
exigan.
Pero
su
reforma estaba
innovando
tambin
las bases
mismas
de
toda
la en
seanza universitaria. Y del Expedientese desprende que tal era la intencin de Ma
rrero.
Los
principales actuantes en el
juicio dan muestras
de
haber entendido
perfec
tamente esa intencin de renovar la Universidad entera. En primer lugar -y princi
palmente, por supuesto- el propio Marrero. El viernes 5-6-89, en ocasin en que el
Notario se presenta a su Ctedra con la orden de dejar reinstalado al joven Montene
gro, Marrero lo rechaza y alega que
Esta providencia y procedimiento... es gravoso
e injuriosoa mi Dios e impedicinde los mejoresprogresos de la Filosofa, de cuya
enseanza estoy encargado,
y que
medito adelantar, y por consiguiente de los de
ms estudios de que son preliminares los de Filosofa .
Tal afirmacin de Marrero viene asimismo corroborada por su compaero en
aquella lucha, el Rector De la Torre. En los autos del juicio, el rector sostena que
del aprovechamiento de stas (se refiere a las Ctedras de Latinidad y Filosofa) de
pende el buen xito de la facultad de los mayores , y que el asunto que se ventilaba
era negocio tangrave en que se interesa toda la causa de estudios .
En su escrito al Vicecancelario Bartolom Vargas, de 7 de noviembre del mis
mo ao,
Marrero
insiste en la
conveniencia
de las materias
que introduca
como indispensablesy necesariaspara la verdaderainteligenciade la F
sica y aun de la mismasagrada
Teologa
segn lo siente elAnglicodoc
tor santo
Toms,
como tambin el mismo Aristteles... Esta providencia y
las dems que hasta ahora se han librado en el particular han sido y
son... perjudicilsima a la causa d los estudiosy opuestas enteramente
a las doctrinas que debemos seguir del Anglico Maestroy del propioFi
lsofo...
Todo
lo que demuestra que nuestras constituciones lejos de pro
hibir estas materias las consiente abierta y claramente, supuesto quepre
fine por puntopreciso que se observe en un todo la doctrinaque segui
mos y debemos seguir del ngel de las escuelas
99
Tambin el Cancelario, quien no parece reducirse slo a los estudios de Filo
sofa, sino a toda la Universidad, cuando se manifiesta deseoso
de conservar los es
tudios
en estadofloreciente y dequeno se
introduzcan
novedades queje puedenser
perniciosas... en conformidad con las Constituciones con que se gobierna esta Uni
versidad
conprogresos conocidosy muy ventajosos a los estudiantes
; mientras
97
Expediente,
p. 90 (el subrayado es nuestro).
98 ID., p. 105.
99 ID., p. 153 (el subrayado es nuestro).
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186
MuozGarca,A., Revista de Filosofa,N26-27, 1997 - 2-3, pp.165-191
que las tales novedades estn vinculadas, segn l, a
perjuicios irreparables que
trae consigo a la causa publica de estudio .
Por lo que el Apoderado de Marrero,
refirindose precisamente a la actitud de los Cancelarios, dice de stos que con la ac
cin de Marrero creen que se trastornan las bases y columnas de la Universidady
de la enseanza pblica . Y hasta el propio Montenegro, que juzga las materias
introducidas por Marrero como cuestiones y materias intilespara las ciencias ma
yores de Teologa, Cnones y Leyes, y contrarias a los progresos que se desean en
la
carrera l iteraria
.
Un fragmento ms de Marrero, dirigido tambin al Vicecancelario seis das
ms
tarde, confirma
esta intencin:
raro catedrtico es el que no ha introducido esta o aquella noticia sobre
saliente para que los estudios vayan en aumento... me acuerdo muy bien
que aquel clebre Rector de la Sorbona, y tan celebrado en todas las Uni
versidades (hablo de M.Rollin) dijo: que al primer catedrtico de Filoso
fa que en aquella famosa Universidad comenz a dar a luz de tan impor
tantes materias deban y deben estarlo los sorbonenses en un verdaderoy
perpetuo agradecimiento, porque aquellosfueron origen de infinitas utili
104
dades a todo
e l
Estado
Parece claro: Marrero no es el primero que maneja los autores modernos. Lo
hace, s, y en el
expediente
se citan varios; pero stos ya se manejaban de algn
modo
en
la Universidad. Y l aduce e l ca so de , al menos, e l Padre Crdenas como
i nt roduc to r de nuevas ideas en Artes.
Ciertamente Marre ro lo
hace de un modo ms
manifiesto y hasta oficial ; en el Curso de Artes que l inicia, se defienden por pri
mera vez
conclusiones
que
tienen
que ver con
autores y teoras modernas.
Y es
que
l tiene otra visin. La de Artes era el camino preparatorio
para
las
Facultades Mayores. De
ah que
veamos a Marrero plantearse los progresos de la
Filosofa, s; pero mediante sta y
por
consiguiente, de los dems estudios: a la mis
ma Teologa, y la causa de los estudios; que los estudios vayan en aumento:
esto es,
la Universidad entera. No slo introduce aritmtica y lgebra, como introductorios a
la Fsica. Luego vendra geometra (repetidamente anunciada en el
Expediente
), y
ID p 31
101
ID., p.
89.
2 ID.,
p.
44.
103 K> p 95
104
ID.,
p.
162
el
subrayado
es
nuestro .
105 Cfr. p. ej ID., pp. 78y
82.
7/25/2019 Los Motivos de Marrero-Muoz
23/27
Muoz Garca, A., RevistadeFilosofa,N26-27,1997 - 2-3, pp. 165-191
87
otras ms (lo hemos visto afirmar que
meditabaadelantar
en la introduccin de no
vedades), que serviran inclusocomoprecedentes de nuevasFacultades: esto ltimo
subyace de continuo en el
Expediente.
Por su parte, el Rector solicitar Ctedra de
Matemticas a raz de los acontecimientos del juicio.
Marreropusoen el intento todo su empeo; de nadavalieronpara desanimarle
las amenazasde quitarle su Ctedra (que al fin habr de abandonar) y ;aunde some
terlo a prisin.Lo nico que solicital Tribunalfue que se borrarandel Expediente
los insultos quele dirigaMontenegro. Slopareca interesarle la instauracin de sus
reformas.Y para ello, y a pesar de que la prolongacin del pleito aumentaba los gas
tos hasta tener que invertiren lmuchoms de lo que su sueldocomoCatedrtico le
proporcionaba, Marrero
no
dud
en utilizar los recursos dilatorios a su alcance. En
efecto, el 11-1-90, avanzado ya el juicio, a dos meses de retirarse a La Guaira, Ma
rrerodiriga al Cancelario un escritoen el que, entreotras cosas,deca;
Permtaseme decir con la mayormodestiaque nopuedo menos que ex-
'
traar
el
mtodo,
formay
modo
con quese ha
querido
llevarun
asunto
que pudo haberse concluido enveinticuatro
horas,
con dospliegos depa
pel,
si se
hubiese abrazado
el partido
que
abri el
Rector
a sus
oficios
que pasa este
tribunal
paraque nosemolestase y grbase con crecidos
costos en una materia como la del estudio, quepor su naturalezafue ce
lebrada
de
todas formalidades,
y ya llevo gastado toda la renta de un
ao,
y se
consumir
mucho
ms
de
cuanto
pueda utilizar
enlos
tres
aos
deFilosofa. Por estofue queel seor
Rector propuso...
quese
examina
senporel
Claustro,
opor
una
Junta de
Catedrticos, para
no
divertirme
el tiempoy para evitar unos-costos que no sufran las rentas de la Cate-
dra
.
Ciertamente,
si la parte
demandante
no hubiese recurrido al
Cancelario
sinoal
Rector
(loque, a
primera
vistapareca ms
lgico),
las
cosas
no hubieran
llegado
al
extremo
que
llegaron.
Pero,
dado
que s
dieron
as,
Marrero
jugel
juego
quele
presentaban y sac elmejor partido
que
pudo. Seali con el tiempo, aunque lere
sultara
oneroso.
Se las ingeni para que el litigio fuera
alargndose
hasta prctica
mente terminar su trienio, 'dando oportunidad as para que su reforma tomara cuer
po. Nole import queen ello
tuviera
que invertir mucho
ms
deloqueloshonora
riosdesuCtedra le proporcionaron enlos tres aos (deacuerdo conla sentencia fi
nal, Marrero
tuvo
que
correr
conlas costas de
todo
el juicio). Le interesaba ms el
dejar
instaurados los
nuevos
estudios que su propio
bien personal.
Todo lo dio
por
bien empleado, con tal de conseguir su propsito.
106 ID., pp. 172s.
7/25/2019 Los Motivos de Marrero-Muoz
24/27
188 MuozGarca,A.,Revista deFilosofa,N26-27, 1997 - 2-3, pp.165-191
Finalizando el curs 88-89, el 9 de junio Marrero habla de
los tratados de
aritmtica que est concluido y el de lgebra qu est concluyndose en la ltima
materia que
comprehende,
queson las ecuaciones...
Por de pronto haba logrado
su intento de explicar Matemticas como introduccin a la Fsica. Pero no pensaba
terminar
ah.
Por eso
el Rector, diez das
ms
tarde,
conmina
al Vicecancelario a so
breseer el caso. El 1 de julio siguientese desestima tal conminacin; y cuandose le
va a comunicar al Rector por el Notario (das 4
y.
7 del mismo mes), De la Torre no
se
encuentra
en Caracas,
sino
en Petare,
donde
viva;
slo
el 13
del mismo mes pue-
108
de
tener
lugar dicha comunicacin
. Las tcticas dilatorias estaban en
funciona
miento .
Marreroestabainteresado en ellas, a fin de realizarsu intencin de continuary
finalizar con la enseanza de las matemticas. De hecho el 22 de octubre, iniciado
ya otro ao acadmico, habla de de
continuar leyendo las materias de aritmtica,
l
gebray geometra .
Y ya que el Cancelario haba ordenadoel 4 de junio anterior
que se resituyera al alumno Montenegro a la clase de Artes sin obligacin de dar
leccin de lgebra, aritmtica y dems materias, Marrero le solicita ahora se sirva
declarar: loprimero siseme
prohibe
onola leccin de
tales
materias, lo segundo
si en caso de continuar la lectura estn o no obligados los estudiantes a escribir y
tomar
instruccin,
y lo tercero sien elevento de no ser obligados a ello,
ganan
cur \
so
para
los
grados
.
La
orden
del
Cancelario estaba clara;
pero Marrero
se
las in-
\
genia para ir prolongando el pleito. \
Pero sobre todo el juicio se prolongapor medio de las apelaciones y recursos 5
de fuerza que Marrero, abogado al fin, supo utilizar hbilmente. Hemos
dicho
que el
4-6-89 el Cancelario haba ordenado reintegrar a Montenegro a clase. En virtud de i
ello, al da siguiente el
Notario
se presenta al aula deMarrero a cumplir la
orden.
\
Este la rechaza y manifiesta
que
apelara alRey.
Siendo
aqul,
al fin y al cabo, un |
acto oficial del tribunal, Marrero
poda haber
apelado yaen
aquel
momento. Pero, f
movido por la idea de ganar tiempo, as fueran das, slo anuncia de momento la *
apelacin, que no har sino cuatrodas depus, el 9 de junio. La apelacin se deses- I
tima el 1 de julio. Y comienza el peregrinaje del
Notario
con el joven
Montenegro
intentando la restitucin de ste a la clase, para encontrarse con el rechazo deMarre
ro. En la segunda ocasin Marrero anuncia que se valdr del auxilio de fuerza. De
sestimado
ste, y ante
nueva intimacin,
Marrero manifiesta (11 de julio) que no
' ' I
107 ID.,p. 92. t
108
ID.,pp. 105, 114s., 122.
\
109
ID.,
p.
149.
}
110 ID., pp. 89 y 149.
7/25/2019 Los Motivos de Marrero-Muoz
25/27
Muoz Garca,
A.,Revistade Filosofa, N 26-27,1997- 2-3, pp. 165-191 189
aceptar al alumno hastaque la RealAudiencia no decidiera acerca del
auxilio
bajo
el que sehabaamparado. Y
aunque
el
Vicecancelario
sostiene quenohabalugaral
auxilio de fuerza, ordena suspender todo procedimiento hasta que la Audiencia no
resolviese.
As se llegahastael 8 de
octubre (iniciado
puesel
tercer
aodelcursofilos
fico), fecha en que la Audiencia devuelve la soHcitud por defecto de formalidad: el
apoderado deMarrero no haba
firmado
el escrito .
Olvido
planificado? Conni
vencia de la Real Audiencia? No lo sabremos; el propio Cancelario sugiere que se
trataba de una actuacin de Marrero para postergar el procedimiento, al sostener que
la
respuesta
delaAudiencia
dio
motivo
a
que
elmencionado Catedrtico
procurase
instruir mejor
su
recurso112. El caso es
que,
tras
dos
meses de solicitado el
recurso,
la respuesta volva a posponer las cosas.
El Vicecancelario se vio en la necesidad de asistirse por un Asesor, nombran
do para ello a Francisco Olmedilla. Esteopinaquela apelacin tieneslo efecto en
devolutivo, por lo que de nuevo se
ordena
restituir a Montenegro al aula.
Marrero
vuelve
a negarse (por
cuarta
vez, 6-11-89) por
cuanto tena
introducido un
auxilio
de fuerza del que todava no sabala respuesta. Y al da siguiente solicita al Vice
cancelario que, de aceptar enla clase al estudiante Montenegro, ste est necesitado
para
ganar curso
a
aprender
lo que sele
enseare, como
lo
hacen sus condiscpu
los11.
Y,
en
caso
de
no
atenderse
a
esa
solicitud, interpone
de
nuevo apelacin
al
Rey
y recurso de fuerza. Esto da lugar a dos nuevos intentos
-igualmente fallidos
-
de reinstalar a
Montenegro
en clase. Hastaque el 19de diciembre la Audiencia de
claraque el Vicecancelario hacefuerza enno otorgar
libremente; otorgue
y repon
ga115. El
Vicecancelario
ha de
aceptar
la resolucin de laAudiencia
y,
en conse
cuenciaconcede a Marreroun ao para su apelacin. Con esto el Catedrtico poda
darse por
satisfecho;
las
vacaciones
de
Navidad
duraran
estatutariamente
desde el
24 de diciembre al 6 de enero de 1890. As que, pasado un ao, a su Curso de Filo
sofaslole faltaran dos meses para terminar, ya que el trienio concluira el 6-3-
91116,
para
dar tiempo
a
los exmenes
de
Grados
y
Oposiciones
a
Ctedras.
Podra,
pues, cumplir su deseo innovador.
111
Marrero
alegar endescargo
que,
siendo
Licenciado
en
Derecho,
poda representarse a s
mismo.
112 ID., p. 30.
113 ID., p. 154.
114 Incluso el ltimo -el sexto ya- slo tiene
lugar
al tercer intento (el23-11), pues los das
20y
21
(el22fue
domingo)
Marrero
no
asisti
a
clase
por
encontrarse
enfermo.
115 ID., p. 167
7/25/2019 Los Motivos de Marrero-Muoz
26/27
190 Muoz
Garca,
A.,
Revista
deFilosofa,W26-27,1997 - 2-3,pp.165-191
Sin embargo,Marrero no par ah. A pesar de la apelacin interpuesta, quera
evitar que sta se tomara slo con carcter devolutivo. As que su obsesin por ase
gurar
la
culminacin
de su enseanza, le
hizo
an recurrir
durante ese ao 1790
a
nuevas posposiciones. Le dio pie a ello el nombramiento de los Asesores del Vice
cancelario. Hemos visto que ste haba nombrado al Doctor Francisco de Olmedilla
como su Asesor, el 26 de octubre anterior. Por cuanto considera asunto muy vergon-
zosoque la Cancelara se dejeguiaren un todo porel
dictamen
de un
Asesor
que,al
noserdel Claustro, desconoce el asunto, el 11 deenero del 90Marrero lo recusa117.
Para sustituirlo, el 13 del mismo mes se nombra a Miguel Sanz. Al nombrarlo,
el Vicecancelario se refiere a l como el
Doctor don Miguel
Sanz; Marrero le llama
BachillerdonMiguel
Sanz. Se trataba del famoso Licenciado Miguel Jos Sanz?
No lo sabemos. Inducira a pensar que s la relevanciade las distintas personas que
iban interviniendo en el proceso. El caso es que, a la semana, Marrero recusa tam
bin a Sanz, por odiosoy sospechoso, por la estrecha amistadqueprofesaa micon
trario.
El Vicecancelario Herrera nombra entonces como Asesor a Jos Domingo
Blanco118.
Cuando
el 22-1-90 el Notario va a casa de Blanco a notificarle su nombra
miento,
aunque toqu las puertas principales de ella en su solicitud
-dice el Nota
rio-,no
encontr
quien me
respondiera.
Lo mismo sucediuna semanams
tarde:
y
habiendopreguntado a un criado suyo si se hallaba en ella, o en esta
ciudad,
me
contest que parabaen los llanos, y que no regresaba a
dicha
sucasahastafines de
marzo. Conesto, se ha de nombrarotro Asesor, esta vez en la personade Francisco
Herrera; es ya el 1 de febrero . Marrero recusa tambin al nuevo Asesorpor odio
so y sospechoso, por causas que a este tribunal nopueden ocultrseles, en ocasin
que el enunciado era Catedrtico Sustitutode Menores de Latinidad en esta Univer
sidadpor el doctor don Jos
Francisco
de Ibarra . Con lo que, finalmente, se
116 PARRA,
Filosofa,
p. 260.
117
Expediente,^.
173.
118
ID.,pp.
174s.
119 ID., p. 176.
120
Era el8-2-90: ID., p.
177.-
Una firma
con
este nombre aparece, por
nica
vez, enel
Acta \
del Claustro d 15-2-66: Mtro. Francisco Ignacio
Herrera
(LEAL, I.,
Claustro
II p. '
186 . Debe tratarse, sin embargo, de un
error
de transcripcin, pues las dems Actas de [
esa poca
van
firmadas por el
Mtro.
Miguel
IgnacioHerrera.
ElActa del
Claustro de 23-
2-85 dice que el Dr. Jos FranciscoIbarra y Galindo,quien desde el ao 82 era Ctedra- ;
tico de Latinidad de
Menores
(noha de confundrsele conel Dr.Francisco Ibarra, futuro
primer Arzobispo de Caracas en 1804) viajaraprximamentea la Corte,
con retencin i
de su
Ctedra
que en el
entretanto
se regentar por
sustituto
(LEAL,
I.,
Bolvar
I,
p. f
7/25/2019 Los Motivos de Marrero-Muoz
27/27
Muoz Garca, A.,Revistade Filosofa, N26-27, 1997 - 2-3, pp. 165-191 191
nombra
como
Asesor al Licenciado Jos Mara Muros. Era ya el 8 de febrero de
1790121.
El
4 de
marzo
el
Notario
visita
a
Marrero
no
en
la
clase,
sino
en su casa. El lu
nes 8 Francisco Antonio Pimentel est ya regentando interinamente la Ctedra de
Marrero
por
voluntaria
disposicin
de ste . Marrero se iba a su nuevo curato de
La Guaira. Pero ya vimos que, para la fecha, poco quedabaya hasta la finalizacin
del segundoao del trienio filosfico; y en el tercero quedabanpor explicar la Meta
fsica y el
De
Anima,
por otra parte a cargo de Pimentel, persona de la confianzade
Marrero.Este poda irse satisfecho.En definitiva, haba logrado su intento .
La intencin de Marrero no fue la de prescindir de Aristteles. Su inters era
remozar
la
enseanza
total universitaria. Ciertamente,
como
en la disputa de
San
Ja-
vier-Valverde en 1770, el mal no estaba ni en Aristteles ni en Santo Toms. Lo que
suceda, ms bien, -como apunta Ildefonso Leal - era que
lafilosofa, que tanro
busta haba crecido al lado de Santo Toms, se haba vuelto endmica a causa de
estriles sutilizaciones.
216).
Enenerodel90 Ibarra y Galindo se encontraba anenMadrid (ID., p. 311). Segn
Leal
(Historia,
p. 404) el
Sustituto
enla Ctedra fueel
Mtro.
Marcos
Rivas.
Sin
embar
go, en septiembre del88 Francisco Herrera rega como Sustituto laCtedra deLatinidad
de Menores. En esa ocasin correspondi a Marrero,quien finalizaba su Ctedra de Elo
cuencia,
realizarlos
exmenes
de suficiencia en Latinidad a los alumnos que pretendan
ingresar a estudiar Artes. Del
Expediente
se deduce queMarrero
reprob
una
buena
parte
delosalumnos provenientes dela Ctedra pblica deGramtica, loqueprovoc lapro
testa de stos. De acuerdo con los
Estatutos (Ttulo XIV),
el Rector nombra entonces
como examinador al Catedrtico de Menores Francisco Herrera. Aludiendo a este inci
dente, Montenegro afirma enel Expediente queMarrero, en venganza, reprob todos
los
estudiantes de afuera (de la Escuela Pblica), receloso de que habran
sido
los de las
quejas,
y se cometi el examen al
Catedrtico
deMenores doctor don Francisco Herre
raa
quien sin pudor
confes la
reprobacin
por
haberse divulgado que
eldoctor
Marre
roslo
condenaba
como a msy como
todos
(7-11-89,
Expediente,
p. 155).
121 ID., p. 177.- En verdad, a partir deahel
Expediente
no refleja
ninguna
actuacin nide
Muros nideAsesor
alguno.
Laltima
haba
sido deOlmedilla, el 17-11-89 (ID., p.
165).
122 ID., p. 185.
123 La sentencia no se comunicara, en Madrid, sino hasta el 11 de agosto de 1791 (ID., p.
70).
124 ID.,p.22.