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Grupo CTOEditorial
Oposicionesde Enfermería
Manual CTO
28 Tem
aReanimación cardiopulmonar básica en adultos
y pediatría. Desfi brilación externa semiautomática.
Soporte vital avanzado al trauma grave.
Administración de medicamentos en situaciones
de urgencias y emergencias
Esmeralda Rúa Sanz, César Cardenete Reyes
Principado
de
Asturias
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© CTO EDITORIAL, S.L., 2013
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ISBN de la Obra completa: 978-84-15865-81-0
Impreso en España - Printed in Spain
III
Índice
28.1. PARADA CARDIORRESPIRATORIA 1
28.1.1. Epidemiología de la parada cardíaca 1
28.1.2. Conceptos 1
28.1.3. Pronóstico de la parada cardíaca 2
28.2. RESUCITACIÓN CARDIOPULMONAR BÁSICA EN ADULTOS Y EN PEDIATRÍA 2
28.2.1. Secuencia de actuación en el SVB en adultos 3
28.2.2. Secuencia de actuación en el SVB en pediatría 4
28.2.3. Técnicas de RCP básica 6
28.3. TRATAMIENTO DE LA OBSTRUCCIÓN DE LA VÍA AÉREA POR CUERPO EXTRAÑO
EN ADULTOS Y PEDIATRÍA 10
28.3.1. Secuencia de actuación en adultos y niños mayores de un año 10
28.3.2. Secuencia de actuación en lactantes 11
28.4. DESFIBRILACIÓN EXTERNA SEMIAUTOMÁTICA (DESA) 11
28.4.1. Secuencia de actuación en adultos y niños mayores de un año 12
28.5. RESUCITACIÓN CARDIOPULMONAR AVANZADA EN ADULTOS Y PEDIATRÍA 13
28.5.1. Control instrumental de la vía aérea y ventilación con O2 al 100% 13
28.5.2. Monitorización, diagnóstico y tratamiento de arritmias 18
28.5.3. Acceso vascular y administración de fármacos y fl uidos. Optimización de la circulación 20
28.6. MANEJO INICIAL DE LA PCR INTRAHOSPITALARIA 22
28.7. SOPORTE VITAL AVANZADO AL TRAUMA GRAVE 23
28.7.1. Valoración primaria y maniobras de resucitación 23
28.7.2. Valoración secundaria 24
28.7.3. Pruebas de imagen 26
28.7.4. Reevaluación continua y cuidados postresucitación 26
28.8. RESUCITACIÓN CARDIOPULMONAR EN LA MUJER EMBARAZADA 26
IV
28.9. CUIDADOS POSTRESUCITACIÓN. SÍNDROME POSTPARADA CARDÍACA 27
28.9.1. Traslado a un hospital o unidadde cuidados intensivos (UCI) apropiada 27
28.9.2. Soporte respiratorio 28
28.9.3. Identifi cación y tratamiento de los SCA y otras causas reversibles 28
28.9.4. Hipotermia inducida 28
28.9.5. Anticipación, tratamiento y prevención de disfunciones multiorgánicas 28
28.9.6. Valoración del pronóstico neurológico 29
28.10. ADMINISTRACIÓN DE MEDICAMENTOS EN SITUACIONES DE URGENCIA Y EMERGENCIA 29
28.10.1. Vías de administración en situaciones de urgencia y emergencia 30
28.10.2. Fármacos agrupados por su principal indicación en relación con el SVA 31
28.10.3. Medicación usada en el algoritmo de SVA 34
28.10.4. Antídotos 35
BIBLIOGRAFÍA 35
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Principado
de
Asturias
1
28
28.1. PARADA CARDIORRESPIRATORIA
28.1.1. Epidemiología de la parada cardíaca
La cardiopatía isquémica es la principal causa de muerte en adultos a nivel
mundial, con independencia de cuál sea el nivel de renta per cápita del país.
En Europa, las enfermedades cardiovasculares suponen aproximadamente el
40% del total de muertes en menores de 75 años, y en España, éstas ocasio-
nan más de 120.000 fallecidos anualmente (31,19% del total).
En nuestro país, la parada cardíaca súbita es responsable de más del 60% de
las muertes en adultos por enfermedad coronaria, ocasionando cada año,
en el ámbito extrahospitalario más de 24.500 casos de paradas cardiorrespi-
ratorias (PCR) y en el ámbito hospitalario se estima en un número mayor de
19.000 casos, oscilando la tasa de paro cardíaco entre el 0,4 y el 2% del total
de los pacientes hospitalizados. Con estos antecedentes, se considera que la
PCR, en cualquier ámbito, representa una emergencia médica y un problema
de primera magnitud en salud pública.
La epidemiología de la parada cardíaca pediátrica es distinta de la que presenta
la de los adultos, siendo con frecuencia el resultado fi nal de la progresión de una
insufi ciencia respiratoria o shock, relacionada fundamentalmente con trauma-
tismos. La parada cardíaca por arritmias es menos frecuente que en los adultos.
28.1.2. Conceptos
Antes de avanzar en los apartados que trata este capítulo, es fundamental
conocer una serie de conceptos clave, que son los siguientes:
• Parada cardíaca súbita: es el cese inesperado de la actividad mecánica
del corazón y es confi rmado por la ausencia de signos de circulación.
• Parada cardiorrespiratoria (PCR): se defi ne como la interrupción brus-
ca, inesperada y potencialmente reversible de la respiración y de la circu-
lación espontánea. Los criterios diagnósticos de PCR son la inconscien-
cia, la apnea y la ausencia de pulso central.
Este concepto no debe aplicarse al cese de las funciones respiratoria y
cardíaca en la fase fi nal de la vida como consecuencia del proceso fi sio-
28.1. Parada cardiorrespiratoria
28.2. Resucitación cardiopulmonar básica
en adultos y en pediatría
28.3. Tratamiento de la obstrucción
de la vía aérea por cuerpo extraño
en adultos y pediatría
28.4. Desfi brilación externa semiautomática
(DESA)
28.5. Resucitación cardiopulmonar
avanzada en adultos y pediatría
28.6. Manejo inicial de la pcr intrahospitalaria
28.7. Soporte vital avanzado al trauma grave
28.8. Resucitación cardiopulmonar
en la mujer embarazada
28.9. Cuidados postresucitación.
Síndrome postparada cardíaca
28.10. Administración de medicamentos
en situaciones de urgencia
y emergencia
Reanimación cardiopulmonar básica en adultos y pediatría. Desfi brilación externa semiautomática. Soporte vital avanzado al trauma grave. Administración de medicamentos en situaciones de urgencias y emergencias
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lógico de envejecimiento o en la etapa fi nal de un proceso
terminal.
• Resucitación cardiopulmonar (RCP): supone el conjunto
de maniobras, estandarizadas y de desarrollo secuencial,
cuyo objetivo es revertir la PCR, sustituyendo en primera
instancia y restaurando posteriormente la respiración y la
circulación espontánea.
En muchos textos se sustituye el término RCP por el de soporte
vital (SV), debido a que este último es un concepto más amplio
que incorpora, al concepto de RCP, la activación de los servi-
cios de emergencia médica (SEM) y la prevención de la PCR.
La RCP se divide en las siguientes tres fases:
- Soporte vital básico (SVB) o RCP básica.
- Soporte vital avanzado (SVA) o RCP avanzada.
- Cuidados postresucitación.
28.1.3. Pronóstico de la parada cardíaca
La tasa de supervivencia tras una parada cardíaca súbita en
adultos apenas alcanza el 10%. Son determinantes de una ma-
yor o menor supervivencia al alta hospitalaria el ritmo inicial de
la parada y el ámbito en el que suceda la misma.
En función de ambos aspectos, el pronóstico de la parada car-
díaca será el siguiente:
• En las PCR intrahospitalarias, se estima en un 17,6% para to-
dos los ritmos, pero si el ritmo inicial de parada es fi brilación
ventricular (FV) o taquicardia ventricular (TV) sin pulso (25%
de los casos), el 37% sobrevive al alta, mientras que si es asis-
tolia o actividad eléctrica sin pulso (AESP), disminuye al 11,5%.
• En las PCR extrahospitalarias se estima en un 10,7% para
todos los ritmos. Si el ritmo inicial de parada es FV o TV sin
pulso (25-30% de los casos), el 21,2% sobrevive al alta.
Los pacientes pediátricos cuyo ritmo inicial fue de fi brilación
ventricular (FV) o taquicardia ventricular sin pulso (TVSP) tuvie-
ron mayor supervivencia al alta hospitalaria que aquéllos que
presentaron una asistolia o actividad eléctrica sin pulso (AESP).
Las acciones que conectan a la víctima de una parada cardíaca
súbita en el medio extrahospitalario con su supervivencia confor-
man lo que se conoce como cadena de supervivencia (Figura 28.1).
La actuación que debe realizarse se basa en cuatro eslabones:
1. Reconocimiento precoz de la PCR o de la situación de emer-
gencia/urgencia vital y activación de los servicios de emer-
gencia médica (SEM).
2. Aplicación precoz de las técnicas de soporte vital básico
(SVB) o resucitación cardiopulmonar básica (RCP-B).
3. Desfi brilación precoz.
4. Inicio precoz de las técnicas de soporte vital avanzado (SVA)
o resucitación cardiopulmonar avanzada (RCP-A) y los cui-
dados postresucitación.
Figura 28.1. Cadena de supervivencia
La cadena de supervivencia en los pacientes pediátricos inclu-
ye, además de los eslabones anteriores, la prevención de las
situaciones que pueden desencadenar la PCR.
El Comité de Unifi cación Internacional en Resucitación (ILCOR)
considera, con nivel de evidencia científi ca 1, que en la PCR ex-
trahospitalaria el intervalo entre la activación de los SEM (pri-
mer eslabón de la cadena de supervivencia) y la desfi brilación
(tercer eslabón de la cadena de supervivencia) debe ser menor
de cinco minutos.
En el medio hospitalario, los pilares para la prevención del PRC
se basan en la importancia de identifi car con rapidez al pacien-
te crítico y en la activación precoz de los equipos de resucita-
ción hospitalarios.
RECUERDA
Las recomendaciones que a continuación se detallan están basadas
en las Guías para la Resucitación 2010 del Consejo Europeo de Resuci-
tación (ERC).
Disponibles en la dirección web: http://www.cprguidelines.eu/
28.2. RESUCITACIÓN
CARDIOPULMONAR BÁSICA
EN ADULTOS Y EN PEDIATRÍA
La resucitación cardiopulmonar básica (RCP-B), también deno-
minada soporte vital básico (SVB), tiene como objetivos el man-
tenimiento de la permeabilidad de la vía aérea y el soporte de
3
| Tema 28
la respiración y de la circulación sanguínea mediante técnicas
no invasivas, es decir, sin equipamiento o material. La utiliza-
ción de dispositivos barrera (mascarilla con válvula unidirec-
cional) está contemplada en la RCP-B, ya que es un medio de
protección.
28.2.1. Secuencia de actuación en el SVB
en adultos
La secuencia de actuación en el SBV es la siguiente:
1. Una vez se ha confi rmado que la zona de intervención es
segura, la persona que vaya a realizar el SVB se aproximará
a la víctima.
2. Se comprueba el nivel de consciencia de la víctima pre-
guntando: ¿se encuentra bien? y sacudiéndolo suavemente
por sus hombros.
- Si responde:
› Se le dejará en la posición en la que se encuentra,
siempre y cuando no exista peligro.
› Se intentará averiguar si tiene algún problema y se
solicitará ayuda si se precisa.
› Se reevaluará a la víctima cada 2 minutos aproxima-
damente.
- Si no responde: se gritará pidiendo ayuda a las perso-
nas del entorno e inmediatamente después:
› Se colocará a la víctima boca arriba y, si es posible,
sobre una superfi cie plana y dura.
› Se realizará apertura de la vía aérea mediante la
maniobra frente-mentón (esta maniobra se explica
más adelante, en el Apartado 28.2.3.A.).
3. Se comprueba la respiración manteniendo abierta la vía
aérea (VA), para lo que hay que:
- Ver si existen movimientos en el pecho de la víctima.
- Oír la presencia de ruidos respiratorios.
- Sentir en nuestra mejilla el aire exhalado.
Se decidirá, como máximo en 10 segundos, si la respiración
es normal, anormal o inexistente. En caso de duda se debe-
rá actuar como si ésta no existiese.
- Si respira con normalidad:
› Se colocará a la víctima en posición de recuperación
(Figura 28.3).
› Se enviará a alguien o se irá a pedir ayuda, si no se
había hecho con anterioridad.
› Se llamará al número de emergencias. En España, al
112.
› Se reevaluará si la víctima respira con normalidad.
- Si no respira o no lo hace con normalidad:
› Se enviará a alguien a pedir ayuda y a buscar y
traer el desfi brilador externo semiautomático
(DESA).
› No se dejará sola a la víctima, salvo que el reanima-
dor esté solo.
› Se iniciarán las compresiones torácicas.
Figura 28.2. Posición de recuperación
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4. Se combinarán las compresiones torácicas con respira-
ciones de rescate: después de 30 compresiones, se abrirá
la vía aérea de nuevo mediante la maniobra frente-mentón
y se realizarán 2 respiraciones de rescate.
- Si la primera respiración de rescate no produce una
elevación del pecho como en una respiración normal,
se deberá plantear, antes de realizar otro intento, lo si-
guiente:
› Mire dentro de la boca de la víctima y busque y re-
suelva cualquier obstrucción.
› Reevalúe que la maniobra frente-mentón está bien
realizada.
› No se deben intentar más de 2 respiraciones cada
vez antes de volver a llevar a cabo las compresio-
nes.
- Se continuará con las compresiones torácicas y las res-
piraciones de rescate en una relación de 30:2.
- Cada 2 minutos se parará para reevaluar a la víctima.
5. Si está presente más de un reanimador, cada 2 minutos,
se debería reemplazar al que realiza las compresiones
torácicas y las ventilaciones, con el objetivo de evitar la
fatiga.
La interrupción de las compresiones torácicas debe ser mí-
nima durante el relevo de los reanimadores.
6. No se deben dar por fi nalizadas las maniobras de RCP
básica hasta que se produzca una de las siguientes situa-
ciones:
- Lleguen los SEM o el equipo de resucitación hospitala-
rio y se haga cargo de la situación.
- La víctima empiece a despertar, es decir, se mueva, abra
los ojos y respire normalmente.
- El reanimador quede exhausto.
RECUERDA
En las últimas recomendaciones sobre RCP (ILCOR 2010) se acepta
la RCP con-sólo-compresiones-torácicas, en las siguientes situa-
ciones:
· Si el testigo no tiene conocimientos sobre RCP.
· Cuando el reanimador sea reticente a dar respiraciones de
rescate, particularmente cuando hay sangre o vómito en la
vía aérea.
Teniendo en cuenta que:
· La RCP con-sólo-compresiones-torácicas no es tan efectiva como
la RCP convencional en las PCR de origen no cardíaco en adultos
y en niños.
· Si sólo se aplican compresiones torácicas, se administrarán de
forma continua, a una velocidad como mínimo de 100 compre-
siones/min y como máximo de 120 compresiones/min.
La secuencia completa de actuación se muestra
en la Figura 28.3.
Figura 28.3. Secuencia RCP básica en adulto
28.2.2. Secuencia de actuación en el SVB
en pediatría
La secuencia de actuación en el SVB en pediatría es la siguiente:
1. Una vez se ha confi rmado que la zona de intervención es
segura, el reanimador se aproximará al niño.
2. Comprobar el nivel de consciencia: a los niños se les es-
timulará y preguntará “¿estás bien?” y a los lactantes se les
estimulará con suavidad.
- Si responde, verbalmente o moviéndose:
› Se dejará a la víctima en la posición en la que se en-
cuentra, siempre y cuando no exista peligro.
› Se intentará averiguar si el niño tiene algún proble-
ma y se solicitará ayuda si se precisa.
› Se reevaluará su estado cada 2 minutos aproxima-
damente.
- Si no responde: se gritará pidiendo ayuda a las perso-
nas del entorno e inmediatamente después:
› Se colocará al niño boca arriba y, si es posible, sobre
una superfi cie plana y dura.
› Se realizará apertura de la vía aérea mediante la ma-
niobra frente-mentón.
5
| Tema 28
3. Comprobar la respiración manteniendo abierta la vía aé-
rea: “ver”, “oír” y “sentir” si la respiración es normal, de la misma
manera que en los adultos. Se decidirá, como máximo en 10
segundos, si la respiración es normal, anormal o inexistente.
En caso de duda, se deberá actuar como si ésta no existiese.
- Si el niño respira con normalidad: se coloca en posición
de recuperación (Figura 28.4). Se enviará o iremos noso-
tros a pedir ayuda, si no se había hecho con anterioridad.
Se llamará al número de emergencias (112). Se continua-
rá valorando que la respiración se mantiene normal.
- Si la respiración no es normal o está ausente:
› Se extraerá con cuidado cualquier cuerpo extraño
visible que obstruya la vía aérea. No se hará un “ba-
rrido a ciegas” con el dedo.
› Se realizarán 5 respiraciones de rescate iniciales.
› Se comprobará si las respiraciones de rescate pro-
vocan alguna respuesta en el niño, en forma de
movimientos, respiraciones o tos. La presencia o
ausencia de estas respuestas es lo que se denomina
“signos de vida”.
4. Valorar la situación circulatoria del niño: durante un
máximo de 10 segundos.
Se buscarán “signos de vida”: cualquier movimiento, tos
o respiraciones normales. Las respiraciones agónicas o
respiraciones irregulares no están dentro de esta cate-
goría.
Si decide palpar el pulso, no emplear más de 10 segundos:
- En un niño mayor de un año, palpar el pulso carotídeo
(en el cuello).
- En un lactante, palpar el pulso braquial (en la cara inter-
na del brazo).
- También es válido, tanto en niños como en lactantes,
palpar el pulso femoral a nivel de la ingle (entre la espi-
na ilíaca anterosuperior y la sínfi sis del pubis).
Si ha detectado signos de vida y el niño:
- No respira espontáneamente: se continuará con las res-
piraciones de rescate hasta que respire de forma efi caz
por sí mismo.
- Si respira y permanece inconsciente, se girará y pondrá
en posición de recuperación (Figura 28.4).
- En ambos casos se reevaluará periódicamente.
Si no hay signos de vida o en lactantes se detecta una fre-
cuencia cardíaca inferior a 60 lpm:
Figura 28.4. Posición de recuperación en pediatría
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› Se iniciarán compresiones torácicas, realizando 15
compresiones.
› Una vez completadas las 15 compresiones, se reali-
zarán 2 respiraciones de rescate.
› Se combinarán las compresiones torácicas con las
respiraciones de rescate en una relación de 15:2.
5. No interrumpa la resucitación hasta que se produzca una
de las siguientes situaciones:
- El niño muestra “signos de vida”: empieza a despertarse,
a moverse, a abrir los ojos, a respirar normalmente y se
palpe en los lactantes pulso a una frecuencia superior
a 60 lpm.
- Lleguen los SEM o el equipo de resucitación hospitala-
rio y se haga cargo de la situación.
- El reanimador quede exhausto.
La secuencia completa de actuación se muestra
en la Figura 28.5.
Figura 28.5. Secuencia de RCP básica pediátrica
RECUERDA
· Los profesionales sanitarios deben aprender y utilizar
una relación C/V de 15:2, sin embargo, pueden utilizar la
relación C/V de 30:2 si están solos y específicamente, si no
están consiguiendo un número adecuado de compresiones
torácicas.
· Los reanimadores que sólo hayan aprendido RCP de adultos y
no tengan conocimientos específi cos de RCP pediátrica pueden
utilizar la secuencia de adultos, es decir, sin realizar las 5 respira-
ciones de rescate, sin comprobar pulso y con una relación C/V
de 30:2.
A. Cómo pedir ayuda
La forma en la que hay que pedir ayuda es la siguiente:
• Si se dispone de más de un reanimador, uno iniciará las ma-
niobras de RCP mientras el otro solicitará ayuda.
• Si sólo hay un reanimador y no ha acudido nadie a nues-
tra petición de ayuda, habrá que realizar 5 insufl aciones
de rescate y un minuto de RCP (15:2) antes de dejar solo al
niño. Pero si es un lactante o un niño pequeño y es posible
transportarlo en brazos, se continuará la RCP mientras se va
a solicitar ayuda.
• Si se ha presenciado una pérdida de consciencia brusca
con ausencia de “signos de vida”, únicamente hay un rea-
nimador y no ha acudido nadie a la petición de ayuda, en
este caso, NO habrá que realizar un minuto de RCP (como
en el apartado anterior), es probable que la parada cardíaca
haya sido causada por una arritmia y se necesite un DESA.
Busque ayuda inmediatamente, aunque esto suponga
abandonar al niño.
28.2.3. Técnicas de RCP básica
Las técnicas de RCP básica se detallan a continuación.
A. Maniobra frente-mentón
• Indicación: en víctimas en las que no se sospecha lesión en
la columna cervical.
• Objetivo: apertura de la vía aérea.
- En adultos y niños mayores: realizar una hiperextensión
del cuello.
- En lactantes: asegurar una posición neutra de la ca-
beza.
• Técnica: se coloca nuestra mano sobre la frente de la vícti-
ma y se inclina suavemente su cabeza hacia atrás, ayudado
por el 2.º y 3.er dedo de la otra mano colocado bajo el men-
tón (Figuras 28.6 y 28.7).
7
| Tema 28
Figura 28.6. Maniobra frente-mentón
Figura 28.7. Posición neutra del lactante
B. Maniobra de elevación mandibular
• Indicación: si se sospecha, por el mecanismo lesional, un
traumatismo a nivel de la columna cervical (zambullidas en
medio acuático, caídas, TCE, accidentes de tráfi co donde es-
tán implicadas motocicletas/bicicletas…).
• Objetivo: apertura de la vía aérea evitando la hiperexten-
sión del cuello. Una extensión forzada de la cabeza podría
agravar la lesión y dañar la médula espinal.
• Técnica: consiste en la elevación del mentón junto con la
alineación manual de la cabeza y el cuello; para ello, se
situará el dedo índice en el mentón y el pulgar detrás de
los incisivos inferiores, de manera que con los dedos en
forma de pinza se tome la mandíbula y sea posible tirar de
ella hacia arriba. La otra mano del reanimador se colocará
sobre la frente de la víctima para fi jar la cabeza y el cuello
(Figura 28.8).
Figura 28.8. Elevación mandibular
C. Compresiones torácicas
• Objetivo: sustituir el mecanismo de bomba del co-
razón, generando un fl ujo circulatorio al comprimirlo
entre dos superfi cies duras (esternón y columna verte-
bral).
Las compresiones torácicas deben ser de alta calidad y han
de interrumpirse el menor tiempo posible. Las interrupcio-
nes en la compresión torácica reducen la supervivencia de
la víctima.
• Técnica en adultos (Figura 28.9):
- Localización del punto de compresión: en el centro del
pecho, sobre el tercio inferior del esternón.
- El reanimador se colocará de rodillas, al lado de la vícti-
ma y vertical al pecho de la misma.
- La profundidad de la compresión oscilará entre un mí-
nimo de 5 cm y un máximo de 6 cm.
- Después de cada compresión, se liberará toda la pre-
sión sobre el pecho sin perder el contacto entre las ma-
nos y el esternón.
- Se repetirán las compresiones con una frecuencia mí-
nima de 100 por minuto, pero no superior a 120 por
minuto.
- La relación compresión y descompresión deberá durar
el mismo tiempo.
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Figura 28.9. Masaje cardíaco externo
• Técnica en niños mayores de un año:
- Localización del punto de compresión: en la mitad in-
ferior del esternón. Se localizará el apéndice xifoides y
se colocará el talón de una mano un dedo por encima
de este punto, elevando los dedos para asegurar que la
presión no es aplicada sobre las costillas (Figura 28.10).
Figura 28.10. Masaje cardíaco externo en niños mayores de un año.
Localización del punto de comprensión
- El reanimador se situará igual que en el adulto: de rodi-
llas y vertical al pecho.
- La profundidad de la compresión tiene que ser al me-
nos de un tercio del diámetro del pecho (aproximada-
mente 5 cm).
- Después de cada compresión, se liberará toda la pre-
sión sobre el pecho sin perder el contacto entre la
mano y el esternón.
- Se repetirán las compresiones con una frecuencia mí-
nima de 100 por minuto, pero no superior a 120 por
minuto.
- Si el tamaño del niño o la fuerza del reanimador no per-
mite deprimir sufi cientemente el pecho, se podrá utili-
zar ambas manos colocadas como en el adulto (Figura
28.11).
Figura 28.11. Masaje cardíaco externo en niños mayores de un año.
Colocación de las manos del reanimador
• Técnica en lactantes (menores de un año):
- Si sólo hay un reanimador, se comprimirá el esternón,
en su parte inferior, con la punta de dos de sus dedos
(Figura 28.12).
- Si hay dos o más reanimadores, se deberá usar la técni-
ca “del abrazo” con dos manos (Figura 28.13):
› Se colocarán ambos pulgares sobre la mitad inferior
del esternón con sus puntas dirigidas hacia la cabe-
za del niño.
› Con el resto de las manos y los dedos se abrazará la
parte inferior de la caja torácica del lactante, con la
espalda del niño apoyada sobre los dedos.
La profundidad será de al menos un tercio del diámetro del pe-
cho del lactante (aproximadamente 4 cm) y la frecuencia de las
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| Tema 28
compresiones deberá ser de al menos 100 por minuto, pero no
superior a 120 por minuto.
Figura 28.12. Masaje cardíaco externo en lactantes
Figura 28.13. Masaje cardíaco externo en lactantes
con dos reanimadores
D. Respiraciones de rescate o ventilaciones
boca a boca
• Objetivo: reemplazar la respiración de la víctima mediante
la insufl ación del aire espirado proveniente del reanimador.
• Técnica en adultos (Figura 28.14):
- Se pinzará la parte blanda de la nariz cerrándola, usan-
do el dedo índice y el pulgar de la misma mano que tie-
ne sobre la frente.
- Se permitirá que la boca se abra, manteniendo elevada
la barbilla.
- Se inspirará de forma normal y se colocarán los labios
alrededor de la boca con fuerza y se asegurará un buen
sellado.
- Se insufl ará el aire en la boca a un ritmo constante
mientras se observa que el tórax se eleva, durante 1
segundo aproximadamente, como en una respiración
normal.
- Manteniendo la maniobra frente-mentón, retirará su
boca de la de la víctima y se observará que el tórax des-
ciende conforme sale el aire.
- Tome aire nuevamente e insufl e en la boca de la vícti-
ma otra vez para conseguir un total de 2 respiraciones
de rescate efectivas. En realizar las 2 respiraciones no se
deberá emplear más de 5 segundos.
Figura 28.14. Ventilación de rescate en adulto y niño mayor de un año
• Técnica en paciente pediátrico: al igual que en el adulto
pero aplicando las siguientes modifi caciones:
- Si el tamaño del niño impide cubrir su boca y pinzar su
nariz, el reanimador puede intentar sellar con su boca la
boca y la nariz del lactante (Figura 28.15).
- En las respiraciones de rescate se insufl ará el aire duran-
te 1-1,5 segundos.
Figura 28.15. Ventilación de rescate en lactantes
10
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E. Ventilación con mascarilla con válvula
unidireccional
Las mascarillas con válvula unidireccional son dispositivos que
consisten en una válvula antiretorno que va unida a una mascarilla
facial (Figura 28.16). Se debe emplear combinándola con alguna
de las maniobras de apertura de vía aérea. Su utilización es muy
efi caz si está acompañada del empleo de una cánula orofaríngea.
Figura 28.16. Ventilación con mascarilla con válvula unidireccional
28.3. TRATAMIENTO
DE LA OBSTRUCCIÓN
DE LA VÍA AÉREA POR CUERPO
EXTRAÑO EN ADULTOS
Y PEDIATRÍA
La obstrucción de la vía aérea por cuerpo extraño (OVACE) es
una causa poco común pero potencialmente tratable de muer-
te accidental. La etiología más común de atragantamiento en
adultos es la obstrucción de la vía aérea por alimentos y en pe-
diatría por comida, monedas o juguetes. La principal causa de
OVACE en el paciente inconsciente es la ocasionada por la caída
de la lengua y las partes blandas de la faringe hacia la parte
posterior de la misma.
Ante una situación de OVACE es importante, además de man-
tener la tranquilidad, determinar mediante los signos y sínto-
mas que presente la víctima la gravedad del atragantamiento
(Tablas 28.1 y 28.2), es decir, entre una obstrucción leve o una
grave de la vía aérea.
SIGNOS/
SÍNTOMAS
OBSTRUCCIÓN
LEVEOBSTRUCCIÓN GRAVE
¿Se ha
atragantado?
Sí Incapaz de hablar,
puede asentir
Otros · Puede hablar
· Puede toser
· Puede respirar
· No puede respirar
· Respiración sibilante
· Imposibilidad
de toser
· Acaba quedando
inconsciente
Tabla 28.1. Determinación de la gravedad de la OVACE en adultos
y niños mayores de un año
SIGNOS O SÍNTOMAS GENERALES DE OVACE
EN PEDIATRÍA
· Episodio presenciado de atragantamiento
· Tosiendo se atraganta
· Disnea de comienzo brusco
· Historia reciente de juego con pequeños objetos
o comida
TOS INEFECTIVA
(obstrucción grave)
TOS EFECTIVA
(obstrucción leve)
· Incapaz de hablar
· Tos silente o ausente
· Incapaz de respirar
· Cianosis
· Disminución del nivel
de consciencia
· Llanto vivo o respuesta verbal
a preguntas
· Tos enérgica
· Capaz de respirar antes
de toser
· Reactivo
Tabla 28.2. Determinación de la gravedad de la OVACE en lactantes
28.3.1. Secuencia de actuación en adultos
y niños mayores de un año
• Si la víctima muestra signos de obstrucción leve de la vía aé-
rea, se le animará a toser y de momento no se hará nada más.
• Si la víctima muestra signos de obstrucción grave de la vía
aérea y está consciente:
- Se darán 5 golpes en la región interescapular con el ta-
lón de la mano, para ello, se colocará detrás de la víc-
11
| Tema 28
tima, le sostendrá el tórax con una mano y le inclinará
hacia delante.
- Si no se ha resuelto la obstrucción, se realizarán 5 com-
presiones abdominales, para ello:
› Se situará detrás de la víctima, rodeando su abdo-
men con los brazos.
› Se colocará el puño de una mano entre el ombligo
y el apéndice xifoides.
› Se agarrará el puño con la otra mano y se tirará con
fuerza hacia dentro y hacia arriba.
- Si la obstrucción persiste, se continuará alternando 5
golpes en la espalda con 5 compresiones abdominales
hasta que la víctima quede inconsciente o se solucione
la obstrucción.
• Si la víctima está inconsciente, se iniciarán inmediatamente
las maniobras de RCP básica comenzando con las compre-
siones torácicas.
28.3.2. Secuencia de actuación en lactantes
La principal diferencia con el algoritmo de adultos es que las
compresiones abdominales no deben utilizarse en los lactan-
tes, por lo que se sustituyen por compresiones torácicas. La
OVACE se caracteriza por el inicio brusco de un distrés respira-
torio asociado a tos o estridor.
Los signos y síntomas que permiten reconocer una posible
OVACE también son distintos a los del adulto (Tabla 28.2).
• Si tose con efectividad, no se precisa ninguna maniobra ex-
terna. Se vigilará continuamente.
• Si la tos comienza a ser inefectiva (por agotamiento) y per-
manece consciente:
- Se darán 5 golpes en la espalda, para ello:
› Se colocará al lactante con la cabeza a un nivel más
bajo que el resto del cuerpo y en posición prona so-
bre el antebrazo del reanimador.
› Se mantendrá la cabeza con el pulgar de una de las
manos en el ángulo mandibular.
› Se realizarán 5 golpes enérgicos con el talón de la
otra mano en la región interescapular.
- Si no se ha resuelto la obstrucción, se realizarán 5 com-
presiones torácicas, para ello:
› Se colocará al lactante en decúbito supino con la
cabeza más baja sobre el antebrazo.
› Se localizará y colocarán 2 dedos en el mismo punto
de las compresiones torácicas.
› Se realizarán 5 compresiones más fuertes y más len-
tas que en la RCP.
› Si la obstrucción persiste, se continuará alternando
5 golpes en la espalda con 5 compresiones toráci-
cas hasta que la víctima quede inconsciente o se
solucione la obstrucción.
› Si el lactante está inconsciente, se iniciarán inme-
diatamente las maniobras de RCP básica.
28.4. DESFIBRILACIÓN EXTERNA
SEMIAUTOMÁTICA DESA
La terminología DEA (desfi brilación externa automática) y
DESA (desfi brilación externa semiautomática) es equivalente;
en la actualidad y, dentro del ámbito europeo, la mayoría de los
equipos que se utilizan son DESA.
Figura 28.17. Secuencia de tratamiento de la OVACE
12
Oposiciones de Enfermería
Manual CTO
Así, la desfi brilación externa semiautomática es el tercer esla-
bón de la cadena de supervivencia (véase Figura 28.1), permite
el análisis del ritmo cardíaco y la administración de un choque
eléctrico en los ritmos iniciales de parada desfi brilables, au-
mentando la tasa de éxito de la RCP si se realiza en los primeros
3-5 minutos de la parada cardíaca.
28.4.1. Secuencia de actuación
en adultos y niños mayores
de un año
1. Una vez se ha confi rmado que la zona de intervención es
segura, se iniciará la secuencia de la RCP básica, tal como
se ha descrito en los anteriores apartados.
2. Si está solo y hay un DESA próximo: no inicie la RCP y vaya
a buscarlo.
3. Si alguien ha ido a por el DESA tan pronto como llegue
póngalo en funcionamiento y aplique los parches sobre el
pecho desnudo de la víctima. Las maniobras de RCP deben
continuar mientras se colocan los parches.
4. Seguir inmediatamente las instrucciones visuales y/o sono-
ras que indique el DESA.
5. Asegurarse de que nadie toca a la víctima mientras el DESA
realiza el análisis del ritmo:
- Si la descarga eléctrica está indicada:
› Vuelva a asegurarse de que nadie toca a la víc-
tima.
› Apriete el botón de descarga como le indica el apa-
rato.
› Reinicie inmediatamente y sin demora las manio-
bras de RCP, usando una relación de 30 compresio-
nes y 2 respiraciones (30:2) en adultos y de 15:2 en
pacientes pediátricos.
› Continúe como se indica en las instrucciones visua-
les y/o sonoras.
- Si la descarga NO está indicada:
› Reinicie inmediatamente y sin demora las manio-
bras de RCP, usando una relación de 30 compresio-
nes y 2 respiraciones (30:2) en adultos y de 15:2 en
pacientes pediátricos.
› Continúe como se indica en las instrucciones visua-
les y/o sonoras.
6. Siga las instrucciones del DESA hasta que se produzca una
de las siguientes situaciones:
- Lleguen los SEM o el equipo de resucitación hospitala-
rio y se haga cargo de la situación.
- La víctima comience a despertar, se mueva, abra los
ojos y respire con normalidad.
- El reanimador quede exhausto.
La secuencia completa de DESA de la ERC se muestra
en la Figura 28.18.
Figura 28.18. Secuencia de actuación del DESA
RECUERDA
· Realizar compresiones torácicas mientras se aproxima y se carga
el desfi brilador ha demostrado mejorar la probabilidad de super-
vivencia.
· No debe retrasarse la RCP (30:2) tras la desfi brilación para el análi-
sis del ritmo o comprobación del pulso.
· Para los niños entre 1 y 8 años es aconsejable el uso de DESA con
un sistema de atenuación de la descarga para dosis pediátricas. Si
no se dispone de este sistema debe emplearse un DESA estándar.
· En lactantes (menores de 1 año) es preferible utilizar un desfi brila-
dor manual, si no se dispone de este sistema debe emplearse un
DESA estándar.
13
| Tema 28
A. Dónde colocar los parches autoadhesivos del DESA
o las palas del desfi brilador manual
Las recomendaciones ERC 2010 aconsejan situar los parches
autoadhesivos o las palas del monitor-desfi brilador manual
sobre el tórax desnudo del paciente, en posición antero-lateral
(Figura 28.19.a).
Si en esta localización no se pueden aplicar, se acepta como
alternativa la posición antero-posterior (Figura 28.19.b).
En aquellos pacientes con diámetro torácico grande, se co-
locarán laterales al pecho o debajo de él, evitando el tejido
mamario y en los pacientes con gran cantidad de vello se ra-
surará la zona de aplicación de la forma más efi caz y rápida
posible.
28.5. RESUCITACIÓN
CARDIOPULMONAR
AVANZADA EN ADULTOS
Y PEDIATRÍA
La resucitación cardiopulmonar avanzada (RCP-A) se defi ne
como el conjunto de técnicas y maniobras dirigidas a proporcio-
nar el tratamiento defi nitivo de la PCR, optimizando la sustitución
de las funciones respiratoria y circulatoria, para intentar garanti-
zar un correcto aporte de oxígeno al cerebro.
En este capítulo se muestra y desarrolla el algoritmo universal
de SVA del Consejo Europeo de Resucitación (ERC 2010) (véan-
se Figuras 28.20 y 28.21).
El SVA comienza con la secuencia de la RCP básica, optimi-
zando con material y técnicas la apertura de la vía aérea, la
ventilación y la circulación. Consta de las siguientes actua-
ciones:
• Control instrumental de la vía aérea y ventilación con O2 al
100%.
• Monitorización, diagnóstico y tratamiento de arritmias.
• Acceso vascular y administración de fármacos y fl uidos. Op-
timización de la circulación.
Estas acciones se deben realizar, si es posible, de manera simul-
tánea y sin interrumpir la RCP básica, especialmente, las com-
presiones torácicas.
28.5.1. Control instrumental
de la vía aérea y ventilación
con O2 al 100%
Asegurar una vía aérea permeable y una ventilación efi caz es
fundamental en la RCP avanzada, tanto en adultos como en
pacientes pediátricos, tomando en estos últimos mayor impor-
tancia debido a que el motivo principal de parada cardiorrespi-
ratoria en edades pediátricas es la asfi xia.
A
B
Figura 28.19. Localización de los parches autoadhesivos del DESA
14
Oposiciones de Enfermería
Manual CTO
Figura 28.20. Algoritmo universal de SVA en adultos
15
| Tema 28
Figura 28.21. Algoritmo universal de SVA en pediatría
16
Oposiciones de Enfermería
Manual CTO
A. Vía aérea (VA)
Para permeabilizar la vía aérea se procederá de la siguiente ma-
nera:
1. Apertura manual de la vía aérea: mediante la maniobra
frente-mentón o, si se trata de un paciente traumático, con
la maniobra de elevación mandibular, ambas explicadas en
apartados anteriores.
2. Introducción de una cánula orofaríngea o cánula de
Guedel: evita la caída de la lengua hacía la hipofaringe,
permitiendo en muchos casos abandonar la maniobra de
elevación o tracción mandibular. También facilita la ventila-
ción con mascarilla y la aspiración de secreciones.
Se debe realizar sólo en pacientes inconscientes, debido a
que en aquéllos que conservan los refl ejos glosofaríngeos
y laríngeos, la inserción de una cánula orofaríngea puede
provocar el vómito o un espasmo glótico.
Es muy importante elegir la cánula del tamaño adecuado,
para ello se procederá de la siguiente forma:
- Adultos y niños (mayores de un año): se colocará la cá-
nula sobre la mejilla y el tamaño adecuado será aquél
cuya longitud sea similar a la distancia existente entre
la comisura labial y el ángulo mandibular.
Técnica: la cánula se introduce con la concavidad hacia
arriba hasta que la punta alcance el paladar blando, en
este momento se rota 180º y se desliza detrás de la len-
gua.
- Lactantes: se colocará la cánula sobre la mejilla y el ta-
maño adecuado será aquél cuya longitud sea similar a
la distancia existente entre los incisivos superiores y el
ángulo mandibular.
Técnica: para evitar dañar el paladar blando se introdu-
ce directamente con la convexidad hacia arriba ayudán-
donos con la pala del laringoscopio o con un depresor.
3. Aspiración de secreciones: si la vía aérea superior presen-
ta saliva, sangre o contenido gástrico, éste se retirará me-
diante un sistema de aspiración (fi jo o portátil) conectado
a una sonda de aspiración, preferentemente rígida (tipo
Yankauer). Los restos sólidos de comida, piezas dentales…,
que no han podido ser retirados mediante la aspiración, se-
rán extraídos con las pinzas de Magill.
La presión máxima en adultos no debe superar los 300
mmHg y en el paciente pediátrico entre los 80-120 mmHg.
Se introducirá sin aspiración por boca, nariz y/o cánulas, se
aspirará en la extracción, la aspiración no debe durar más
de 10 s y no deben suspenderse las compresiones torácicas.
4. Intubación orotraqueal (IOT): es la única técnica que,
bien realizada, asegura la permeabilidad y aísla completa-
mente la vía aérea. Además, garantiza una adecuada venti-
lación y aporte de oxígeno, previene la distensión gástrica
y la aspiración pulmonar de contenido gástrico, y facilita
la aspiración de secreciones de la vía aérea. En las últimas
recomendaciones (ERC 2010) ya no se recomienda la admi-
nistración de medicación por vía traqueal, es decir, a través
del tubo orotraqueal.
La técnica de IOT se debe realizar por profesionales correc-
tamente entrenados y con experiencia regular y continua.
Existe evidencia científi ca de que, sin un adecuado entre-
namiento y experiencia, la incidencia de complicaciones
es inaceptablemente alta. La laringoscopia e intubación se
debe intentar sin detener las compresiones torácicas.
Tras la IOT, se ha de confi rmar la correcta posición del tubo
orotraqueal mediante la observación de la expansión torá-
cica de forma bilateral, la auscultación de los campos pul-
monares y del epigastrio. Se fi jará adecuadamente el tubo
para evitar extubaciones accidentales. Se ventilarán los
pulmones a un ritmo de 10 ventilaciones/min; no se puede
hiperventilar al paciente. Una vez que el paciente ha sido
intubado, se tiene que continuar con las compresiones to-
rácicas a una frecuencia superior a 100 compresiones/min e
inferior a 120 compresiones/min, sin hacer pausas durante
la ventilación.
Ningún estudio ha demostrado que la IOT aumente la su-
pervivencia al alta hospitalaria tras la PCR.
5. Métodos alternativos de aislamiento de la vía aérea:
en ausencia de personal adiestrado o cuando los intentos
de IOT hayan sido fallidos, se recomienda el uso de dispo-
sitivos supraglóticos de vía aérea (DSVA) tipo mascarilla
laríngea, tubo laríngeo, Combitube®…, debido a que los
intentos prolongados de IOT son perjudiciales, puesto que
el cese de las compresiones torácicas durante ese tiempo
comprometerá la perfusión coronaria y cerebral.
Una vez insertado el DSVA, se ha de intentar realizar com-
presiones torácicas continuas, sin interrumpirlas durante la
ventilación (100:10). Si se observan fugas excesivas de aire
al coincidir una compresión torácica con una ventilación,
se deberá utilizar una relación compresión/ventilación de
30:2.
La técnica de colocación de un DSVA requiere menor adies-
tramiento y pericia que la técnica de IOT y, generalmente,
puede ser colocado sin interrumpir las compresiones to-
rácicas. Pero tiene el inconveniente de no aislar comple-
tamente la vía aérea, existiendo el riesgo de broncoaspira-
ción.
17
| Tema 28
B. Ventilación
Antes de llevar a cabo la IOT de cualquier paciente adulto o pe-
diátrico, se tendrá que ventilar a la víctima con mascarilla facial
y balón de reanimación con bolsa reservorio conectado a una
fuente de oxígeno, con el objetivo de administrar oxígeno a la
concentración más elevada posible.
• Balón de reanimación o autoinfl able: dispositivo forma-
do por una bolsa de ventilación autohinchable con varias
válvulas unidireccionales que permiten la conexión por un
lado a una mascarilla facial, tubo traqueal o dispositivo su-
praglótico de VA, y por el otro a una bolsa reservorio. Tie-
ne una conexión para acoplarse mediante una alargadera
a una fuente de oxígeno. Las concentraciones de oxígeno
que proporciona se muestran en la Tabla 28.3.
MÉTODOCONCENTRACIÓN
DE OXÍGENO (FIO2)
Ventilación boca a boca 16-18%
Balón de reanimación con aire
ambiental21%
Balón de reanimación con aporte
de oxígeno sin bolsa reservorioHasta 45%
Balón de reanimación con aporte
de oxígeno y con bolsa reservorio
(fl ujo de 10 l/min)
Hasta 85%
Tabla 28.3. Concentraciones de oxígeno en la ventilación con balón
de resucitación
Cuando se utiliza con una mascarilla facial y una cánula
orofaríngea, por un único reanimador, la técnica requiere
destreza, ya que es difícil conseguir que quede hermética-
mente sellada a la cara del paciente y mantener la vía aérea
permeable con una mano mientras se aprieta el balón con
la otra. Es preferible realizar la técnica ventilación bolsa-
mascarilla con dos personas.
La capacidad del balón de reanimación varía según el pa-
ciente, de 1.600-2.000 cm3 para adultos, más de 450 cm3
para pediátricos y de 250 cm3 para neonatos.
• Mascarilla facial: dispositivo de silicona que conectado al
balón de reanimación permite la ventilación del paciente.
La mascarilla correcta será la que ocluye la nariz y la boca
sin dañar los ojos y la que se ajuste a la cara del paciente
evitando fugas de aire. Debe ser transparente, para obser-
var el posible vómito. En pacientes menores de 6 meses se
recomiendan mascarillas faciales redondas y en el resto de
pacientes pediátricos y adultos, triangulares.
• Respiradores automáticos: dispositivo que permite susti-
tuir la función ventilatoria del paciente aportando de forma
periódica un fl ujo o volumen prefi jado de gas. Muy pocos
estudios se refi eren a aspectos específi cos de la ventilación
mecánica durante el SVA.
• Técnica de ventilación con balón de reanimación y mas-
carilla facial:
- Con un reanimador: con una mano se sujetará el balón
y se comprimirá éste para realizar la ventilación, y con
la otra mano:
› Se colocará el dedo pulgar e índice en el orifi cio de
conexión al balón para sellar la mascarilla facial a la
cara del paciente.
› Se situará el tercer dedo debajo de la barbilla, el
cuarto debajo de la mandíbula y el quinto dedo en el
ángulo mandibular para levantar el mentón y man-
tener una apertura de la VA. (Figuras 28.22 y 28.23).
Figura 28.22. Ventilación con balón de reanimación y mascarilla facial
en adulto con un reanimador
Figura 28.23. Ventilación con balón de reanimación y mascarilla facial
en lactante con un reanimador
18
Oposiciones de Enfermería
Manual CTO
- Con dos reanimadores: uno sostendrá la mascarilla
facial en su sitio y llevará a cabo el desplazamiento
anterior de la mandíbula con ambas manos, y el otro
apretará el balón con una o dos manos (Figura 28.24).
Figura 28.24. Ventilación con balón de reanimación y mascarilla facial
adulto con dos reanimadores
C. Capnografía
Se recomienda, en los pacientes intubados, la monitorización
del CO2 al fi nal de la espiración (EtCO
2) mediante la onda de
capnografía, durante todo el SVA. Las aplicaciones de la moni-
torización incluyen:
• Confi rmar la correcta colocación del tubo endotraqueal en
adultos y en niños de más de 2 kg, aunque no descarta la
intubación selectiva de un bronquio. La ausencia de CO2
espirado durante la PCR tampoco indica la colocación inco-
rrecta del tubo, puede ser debido a un fl ujo pulmonar bajo
o ausente.
• Valorar la calidad de las compresiones torácicas en la RCP. Si
se mantienen valores de EtCO2 por debajo de los 15 mmHg,
se realizarán esfuerzos para mejorar la calidad de las com-
presiones torácicas.
• Indicador precoz de la recuperación de la circulación es-
pontánea (RCE), un ascenso brusco a valores de 35-45
mmHg constituyen un buen indicador de RCE.
28.5.2. Monitorización, diagnóstico
y tratamiento de arritmias
Una vez instauradas las medidas de SVB o RCP básica y conec-
tado el desfi brilador manual (monitor) o DESA al paciente, se
procederá al análisis del ritmo cardíaco asociado a la situación
de PCR. El resultado de este análisis determinará las acciones y
el tratamiento específi co según el ritmo (como muestran las Fi-
guras 28.20 y 28.21). Los ritmos cardíacos asociados a una PCR
se dividen en dos grupos:
• Ritmos desfi brilables (brazo A de las Figuras 28.20 y
28.21): fi brilación ventricular (FV) y taquicardia ventricular
sin pulso (TVSP).
• Ritmos no desfi brilables (brazo B de las Figuras 28.20 y
28.21): asistolia y actividad eléctrica sin pulso (AESP).
De forma general, todos los ciclos representados en las Figuras
28.20 y 28.21 (brazo A y B) son similares; una vez detectada la
situación de parada se deben iniciar las maniobras de RCP bá-
sica, durante un total de 2 minutos, antes de valorar el ritmo y,
cuando esté indicado, la comprobación del pulso. Se adminis-
trará 1 mg de adrenalina cada 3-5 minutos hasta que se consiga
la RCE. El resto de medidas se realizarán en función del ritmo y
son las que se detallan a continuación.
A. Ritmos desfi brilables: FV y TVSP
La FV y la TVSP representan aproximadamente el 25% de las
PCR, tanto en el ámbito intrahospitalario, como en el extrahos-
pitalario. En ambos casos, se seguirá la siguiente secuencia para
adultos y pacientes pediátricos, con sus especifi caciones:
1. Se confi rmará la situación de PCR.
2. Se pedirá ayuda, se solicitará el desfi brilador y se comenzará:
- En adultos con las compresiones torácicas, con una re-
lación compresión/ventilación (C/V) de 30:2.
- En niños con 5 respiraciones de rescate y después con
una relación C/V de 15:2.
3. Cuando llegue el desfi brilador se colocarán las palas o los
parches autoadhesivos, en este caso, sin interrumpir las
compresiones torácicas.
4. Se analizará el ritmo y se tratará de acuerdo al algoritmo de
SVA (Figuras 28.20 y 28.21):
- Si se confi rma el ritmo de FV o TVSP, sin interrumpir las
compresiones torácicas, se cargará el desfi brilador ma-
nual con una energía de:
› En adultos de 150-200 J en bifásico o con 360 J en
monofásico.
› En pacientes pediátricos de 4 J/kg.
- Una vez cargado, se hará una pausa en las compresio-
nes torácicas, se asegurará que nadie está tocando al
paciente y se dará una descarga. Si se está usando un
DESA, se seguirán las indicaciones luminosas y sonoras.
5. Se reanudarán inmediatamente las compresiones toráci-
cas, con una relación C/V de 30:2 en adultos y de 15:2 en
pacientes pediátricos, sin detenerse a valorar ni el ritmo
cardíaco ni a palpar el pulso, durante 2 minutos.
19
| Tema 28
6. Se valorará el control instrumental de la vía aérea, mediante
la IOT o DSVA.
7. Se hará una pausa y se valorará el ritmo:
- Si persiste la FV o TVSP, se dará una segunda descarga,
con una energía:
› En adultos de 150-360 J en bifásico o con 360 J en
monofásico.
› En pacientes pediátricos de 4 J/kg.
8. Se reanudarán inmediatamente las compresiones toráci-
cas, con una relación C/V de 30:2 en adultos y de 15:2 en
pacientes pediátricos, sin detenerse a valorar ni el ritmo
cardíaco ni a palpar el pulso, otros 2 minutos.
9. Se hará otra pausa y se valorará el ritmo:
- Si persiste la FV o TVSP se dará una tercera descarga,
con una energía:
› En adultos de 150-360 J en bifásico o con 360 J en
monofásico.
› En pacientes pediátricos de 4 J/kg.
10. Se reanudarán inmediatamente las compresiones torácicas
(igual que en el punto 5).
11. Si se ha conseguido un acceso intravenoso o intraóseo, una
vez reanudadas las compresiones torácicas, se administrará:
- En adultos: 1 mg de adrenalina y 300 mg de amioda-
rona.
- En pacientes pediátricos: 0,01 mg/kg de adrenalina (do-
sis máxima, 1mg) y 5 mg/kg de amiodarona.
- Si no se dispone de amiodarona, se podrá utilizar como
alternativa lidocaína, 1 mg/kg, pero no se usará lidocaí-
na si ya se ha administrado amiodarona.
12. Se continuará con la RCP otros 2 minutos, se hará una pau-
sa, se valorará el ritmo y si persiste la FV o TVSP se dará una
cuarta descarga con una energía igual a la tercera (punto 9).
13. Se continuará con esta secuencia y se administrará adrena-
lina cada 3-5 min, es decir, después de la quinta, de la sép-
tima, de la novena…, descarga eléctrica, hasta el retorno a
circulación espontánea (RCE) o hasta que se suspendan las
maniobras de SVA.
14. Durante la secuencia descrita se deberá plantear:
- El control instrumental de la vía aérea y la ventilación
con oxígeno al 100%, mediante la IOT o DSVA. Si no
se dispone de la experiencia o del material necesario,
se ventilará al paciente con balón de resucitación con
reservorio conectado a una fuente de oxígeno, previa
colocación de una cánula orofaríngea.
- El establecimiento de un acceso vascular.
15. Se considerarán las causas reversibles (Tabla 28.4) y, si se
identifi can, se corregirán.
RECUERDA
· Si después de cada ciclo de 2 minutos el ritmo cambia a asistolia o
AESP, se continuará con la secuencia que se muestra en el Aparta-
do 28.5.2.B. Ritmos no desfi brilables.
· Si después de uno de los ciclos de 2 minutos el ritmo se vuelve
organizado (los complejos QRS son regulares o estrechos) se in-
tentará palpar pulso, si no se detecta o en pacientes pediátricos es
inferior a 60 lpm, o existe cualquier duda sobre la existencia de pul-
so ante la presencia de un ritmo organizado, se reanudará la RCP.
· Si se consigue el RCE, se comenzarán los cuidados postresucita-
ción (Apartado 28.9).
· Si ocurre una FV/TV durante una cateterización cardíaca o en el
periodo postoperatorio inmediato de una cirugía cardíaca, se con-
siderará la administración de una secuencia de hasta tres desfi bri-
laciones seguidas antes de iniciar las compresiones torácicas.
B. Ritmos no desfi brilables: asistolia y AESP
La actividad eléctrica sin pulso (AESP) se defi ne como una
parada cardíaca en presencia de actividad eléctrica pero sin pulso
palpable. La AESP está causada normalmente por condiciones
reversibles (Tabla 28.4), y puede ser tratada si esas condiciones
se identifi can y se corrigen.
LAS 4 “H” Causa probable Tratamiento
Hipoxia Obstrucción VA Apertura VA, ventilar, aislar VA
Hipovolemia Hemorragia Reponer volumen
Hipotermia Exposición medioambiental Proteger, calentar
Hipo/hiperkaliemia (alteraciones
metabólicas)
Deshidratación, diuréticos… Reponer y corregir las alteraciones
metabólicas asociadas
LAS 4 “T” Causa probable Tratamiento
Neumotórax a tensión Traumatismos Descomprimir
Taponamiento cardíaco Traumatismos Evacuar (toracotomía inmediata)
Trombosis (TEP, IAM) Antecedentes Fibrinólisis o ICCP
Tóxicos Intencionado o accidental Antídotos
Tabla 28.4. Causas potencialmente reversibles
20
Oposiciones de Enfermería
Manual CTO
1. Se confi rmará la situación de parada cardíaca súbita o
PCR.
2. Se pedirá ayuda, se solicitará el desfi brilador y si el ritmo
inicial monitorizado es AESP o asistolia, se comenzará con
la RCP:
- En adultos con las compresiones torácicas en una rela-
ción de 30:2.
- En niños con 5 respiraciones de rescate y después con
una relación compresión/ventilación de 15:2.
3. Se canalizará una VVP o IO y se administrará adrenalina:
- En adultos: 1 mg.
- En pacientes pediátricos: 0,01 mg/kg, dosis máxima de
1 mg.
4. Se realizará el control instrumental de la VA y la ventilación
con oxígeno al 100%, mediante la IOT o DSVA.
5. Se continuará con las compresiones torácicas sin hacer
pausas durante la ventilación.
6. Tras 2 minutos de RCP, se reevaluará el ritmo:
- Si la asistolia persiste, se reanudará inmediatamente la
RCP.
- Si se observa un ritmo organizado y no hay pulso (AESP)
o si existe duda sobre la presencia del mismo, se conti-
nuará la RCP.
- Si se consigue el RCE, se comenzarán los cuidados post-
resucitación (Apartado 28.9).
7. Se administrará adrenalina a las dosis indicadas cada 3-5
minutos.
8. Se considerarán las causas reversibles (Tabla 28.4) y, si se
identifi can, se corregirán. La hipoxemia e hipovolemia son
las más frecuentes en los niños críticamente enfermos o
traumatizados.
RECUERDA
· Si después de cada ciclo de 2 minutos el ritmo cambia a FV o
TVSP, continuaremos con la secuencia que se muestra en el
Apartado 28.5.2.A. Ritmos desfi brilables – Brazo A de los algorit-
mos 28.20 y 28.21.
· Si durante los 2 minutos de un ciclo de RCP se identifi ca FV o
TVSP en el monitor, se completará el ciclo antes de analizar de
nuevo el ritmo y se desfi brilará si está indicado.
C. Golpe precordial
El golpe precordial se utilizará exclusivamente cuando la PCR
sea presenciada, el paciente esté monitorizado y cuando no
haya un desfi brilador inmediatamente a mano.
No se debe demorar la petición de ayuda, ni el acceso a un des-
fi brilador, ni la RCP, ni la administración de descargas.
28.5.3. Acceso vascular y administración
de fármacos y fl uidos. Optimización
de la circulación
A. Accesos vasculares
Se deberá canalizar un acceso vascular lo antes posible, sin in-
terferir ni demorar las maniobras de resucitación.
El acceso vascular de elección en adultos y en pacientes pe-
diátricos son las vías venosas periféricas (VVP), habitualmen-
te las situadas en los miembros superiores (fosa antecubital),
aunque cualquier localización es útil en RCP, siempre que no
interrumpa las maniobras. La canalización de una VVP es más
rápida, más sencilla de realizar y más segura que la de una vía
venosa central (VVC). Los fármacos administrados por VVP de-
ben seguirse de un bolo de al menos 20 ml de fl uido.
Si el acceso intravenoso en el adulto no se puede establecer
en los 2 primeros minutos, se considerará la vía intraósea
(VIO). El acceso vascular de un paciente pediátrico puede
ser más difícil que el del adulto, si después de 1 minuto no
se consigue una VVP o la situación inicial de mala perfusión
periférica hace sospechar la imposibilidad de canalizarla, se
colocará una VIO. El lugar recomendado para la inserción de
una vía intraósea es:
• En los niños menores de 8 años: en el extremo proximal de
la tibia (meseta tibial).
• En niños mayores y adultos: en el maleolo tibial interno.
• Otras localizaciones alternativas: crestas ilíacas, cabeza y
cóndilo humeral y metáfi sis del radio.
Nunca se colocarán en un hueso fracturado o previamente
puncionado.
La vía intraósea es rápida, segura y permite administrar fárma-
cos, grandes cantidades de líquidos utilizando presión manual
y derivados sanguíneos. Se puede mantener hasta que se ase-
gure otro acceso vascular defi nitivo. Tiene un alto porcentaje
de éxito en su canalización, mayor del 85% al primer intento,
cuando se tiene pericia.
La vía venosa central en RCP no ofrece mayores ventajas que
las VVP o las VIO, por lo que debido a su mayor difi cultad téc-
nica y al mayor riesgo de complicaciones, se canalizarán, en el
medio hospitalario, tras el retorno a circulación espontánea.
En las últimas recomendaciones (ERC 2010) no se aconseja el
uso de la vía intratraqueal, a través del tubo traqueal, para la
administración de medicación, debido a que se obtienen con-
centraciones plasmáticas impredecibles y la dosis óptima de la
mayoría de los fármacos se desconoce.
21
| Tema 28
B. Optimización de la circulación
Las compresiones torácicas manuales producen un fl ujo coro-
nario y cerebral que es, en el mejor de los casos, del 30% del
fl ujo normal. Varios dispositivos de RCP pueden mejorar la he-
modinámica del paciente si son utilizados por profesionales
bien entrenados.
Se considerará el uso de estos dispositivos cuando sea difícil
mantener la RCP convencional, por ejemplo, durante los estu-
dios diagnósticos (angioplastias o intervenciones coronarias
percutáneas (ICP). Estos dispositivos son los siguientes:
• Banda de distribución de la carga (AutoPulse®): es un dis-
positivo de compresión circunferencial del tórax que cons-
ta de una banda constrictora accionada neumáticamente
y una tabla para la espalda. No favorece la descompresión
activa del tórax.
• Sistema de parada cardíaca de la Universidad de
Lund (LUCAS®): es un dispositivo de compresión ester-
nal que funciona mediante gas o electricidad, e incorpo-
ra una ventosa de succión para la descompresión activa
del tórax.
C. Fármacos y fl uidos en el SVA
1. Adrenalina (catecolamina).
- Indicación: en todos los ritmos de parada (FV, TVSP,
AESP y asistolia).
- Dosis: en adultos 1 mg; en paciente pediátrico 0,01 mg/
kg, hasta un máximo de 1 mg.
En la FV/TVSP se administrará después de la tercera
descarga una vez reanudadas las compresiones torá-
cicas, y luego se repetirá cada 3-5 minutos durante la
parada cardíaca (en ciclos alternos).
En asistolia/AESP en cuanto se disponga de acceso vas-
cular y luego se repetirá cada 3-5 minutos durante la
parada cardíaca.
2. Amiodarona (antiarrítmico de clase III).
- Indicación: en FV y TVSP refractarias a descarga eléctri-
ca. Su utilización en FV refractaria mejora el resultado a
corto plazo de la supervivencia al ingreso en el hospital.
- Dosis: en adultos 300 mg; en paciente pediátrico: 5 mg/kg.
En adultos se puede repetir una dosis de 150 mg, se-
guida de una infusión de 900 mg en 24 h en la FV/TV
recurrente o refractaria.
Se administrará después de la tercera descarga, una
vez reanudadas las compresiones torácicas. La se-
gunda dosis se administrará después de la quinta
descarga.
3. Lidocaína (antiarrítmico de clase IB).
- Indicación: en FV y TVSP refractarias a descarga eléctri-
ca, cuando no se disponga de amiodarona.
- Dosis: en adulto y paciente pediátrico: 1 mg/kg sin di-
luir.
4. Líquidos intravenosos.
- La hipovolemia es una causa potencialmente reversible
de parada cardíaca (AESP), si se sospecha hay que in-
fundir fl uidos rápidamente.
- Recomiendan utilizar, en los estadios iniciales de la re-
sucitación, cloruro sódico 0,9% o ringer lactato (solu-
ción de Hartmann).
- Hay que asegurar la normovolemia.
5. Bicarbonato sódico. Indicación: no se recomienda la
administración rutinaria de bicarbonato sódico durante
la RCP ni tras la RCE, excepto en situaciones como so-
bredosis de antidepresivos tricíclicos, hiperkaliemia o
acidosis metabólica (pH menor de 7,10) confi rmada por
gasometría.
- Dosis: en adulto 50 mEq; en paciente pediátrico: 1 mEq/kg
diluido a la mitad con suero fi siológico.
Se puede repetir a la misma dosis según la condición
clínica y el resultado de las gasometrías seriadas.
6. Sulfato de magnesio: no se recomienda la administración
rutinaria en la parada cardíaca, excepto que se sospechen
torsades de pointes.
- Dosis: en adultos, 2 g; en paciente pediátrico, 25-50 mg/
kg, hasta un máximo de 2 g.
7. Atropina: no se recomienda la administración rutinaria
en la parada cardíaca. Puede ser efectiva en el paciente
pediátrico si la bradicardia (menor de 60 lpm) es causada
por estimulación vagal, en este caso la dosis será de 0,02
mg/kg.
Estos fármacos se detallan en el Apartado 28.10.3. Medicación
usada en el algoritmo de SVA.
RECUERDA
· Las intervenciones que incuestionablemente contribuyen a me-
jorar la supervivencia tras la parada cardíaca son: Soporte Vital
Básico (SVB) rápido y efectivo por testigos, compresiones toráci-
cas ininterrumpidas de alta calidad y desfi brilación precoz para
FV/TV.
· Se ha demostrado que la utilización de adrenalina aumenta la
RCE, pero no se ha demostrado que ningún fármaco de resucita-
ción, ni intervención avanzada de vía aérea alguna, aumenten la
supervivencia al alta hospitalaria.
22
Oposiciones de Enfermería
Manual CTO
28.6. MANEJO INICIAL DE LA PCR
INTRAHOSPITALARIA
Todas las áreas clínicas deberían tener acceso inmediato al
material de resucitación, fármacos y desfi brilador (DESA o ma-
nual), para facilitar la rápida resucitación del paciente en PCR.
Tras una parada cardíaca súbita o una PCR en el ámbito in-
trahospitalario, la división entre SVB y el SVA es arbitraria; en la
práctica, el proceso de resucitación es un continuo que se basa
en el sentido común. La secuencia de actuación es:
1. Reconocimiento inmediato de la situación de PCR (pacien-
te crítico o deteriorado).
2. Se solicitará ayuda al resto del personal sanitario del área
clínica, si es necesario se gritará pidiendo ayuda.
3. Se evaluará al paciente en busca de “signos de vida”:
- Si tiene signos de vida:
› Se evaluará el ABCDE y se intentará reconocer y tratar
las causas que han generado la situación de deterioro.
› Se administrará oxígeno suplementario, se moni-
torizará y se canalizará un acceso intravenoso tan
pronto como sea posible.
- Si no tiene signos de vida:
› Si hay varios miembros del personal: una persona
comenzará la secuencia de RCP mientras los otros
llaman al equipo de resucitación y recogen el ma-
terial de resucitación, fármacos y desfi brilador. Si
está sólo un miembro del personal, se abandonará
al paciente para pedir ayuda y recoger el material
de resucitación, fármacos y desfi brilador.
› Realizar 30 compresiones torácicas seguidas de 2
ventilaciones si es un adulto o una relación C/V de
15:2 si es un paciente pediátrico.
4. Se continuará con la relación C/V de 30:2 (adultos) o de 15:2
(pediátricos) hasta que llegue el resto del personal y el ma-
terial de resucitación, los fármacos y el DESA.
5. Se mantendrá la apertura de la vía aérea y se ventilará al
paciente con el equipamiento más apropiado que se tenga
inmediatamente a mano, lo recomendable sería utilizar un
dispositivo supraglótico de vía aérea (cánula orofaríngea) y
un balón de reanimación con bolsa reservorio, conectado a
una fuente de oxígeno.
6. Se aplicarán las palas del desfi brilador manual o se colo-
carán los parches autoadhesivos del DESA en el pecho del
paciente y se analizará el ritmo. Si se dispone de DESA, no
se suspenderán las compresiones torácicas mientras se co-
locan los parches.
Si está indicado se realizará la descarga eléctrica sin demora
y seguidamente se continuará con las compresiones toráci-
cas.
7. La intubación orotraqueal (IOT) sólo se deberá intentar
por aquellos profesionales que estén entrenados y ex-
perimentados en esta técnica. Si se realiza la IOT correc-
tamente, se continuará con compresiones torácicas de
forma ininterrumpida (excepto para la desfi brilación o
comprobación del pulso cuando corresponda), a una fre-
cuencia como mínimo de 100 compresiones/min y como
máximo de 120 compresiones/min, y se ventilará a un
ritmo aproximado de 10 respiraciones/min, evitando la
hiperventilación.
8. Si hay personal sufi ciente, se intentará la canalización de
una vía venosa periférica (VVP) y se prepararán los fárma-
cos protocolizados para el SVA.
9. Se continuará la resucitación hasta que llegue el equipo de
reanimación o el paciente muestre “signos de vida”.
La secuencia completa se muestra
en la Figura 28.25.
Figura 28.25. Manejo inicial de la PCR intrahospitalaria
23
| Tema 28
RECUERDA
· Si se está usando un DESA se seguirán las indicaciones lu-
minosas y sonoras. Si lo que se emplea es un desfi brilador
manual, se seguirá el algoritmo universal de SVA. Antes de
proceder a la descarga hay que asegurarse de que todo el
personal está alejado del paciente.
· Las personas que realizan las compresiones torácicas debe-
rán ser reemplazadas cada 2 minutos, minimizando al máxi-
mo las pausas.
· La prevención de la parada cardíaca intrahospitalaria requie-
re formación del personal, monitorización de los pacientes, el
reconocimiento del deterioro del paciente, un sistema para
pedir ayuda y una respuesta efi caz.
28.7. SOPORTE VITAL AVANZADO
AL TRAUMA GRAVE
La PCR provocada por un trauma grave tiene una mortalidad
muy elevada, con una supervivencia del 5,6%. Existe una co-
rrelación entre la supervivencia en caso de PCR traumática, la
duración de las maniobras de RCP y el periodo de asistencia
extrahospitalario, hasta la llegada a un centro hospitalario ade-
cuado o útil.
La commotio cordis o conmoción cardíaca es una parada car-
díaca o casi-parada debida a un impacto no penetrante en la
pared torácica a la altura del corazón. Si este golpe coincide con
la fase vulnerable del ciclo cardíaco, puede provocar arritmias
malignas, frecuentemente fi brilación ventricular.
La asistencia a un paciente politraumatizado en un servicio de
urgencias hospitalario (SUH) se considera una emergencia y se
debe apoyar en diferentes factores que proporcionen una res-
puesta rápida a una patología evolutiva en un corto periodo de
tiempo. El abordaje de este tipo de pacientes hay que realizarlo
de forma protocolizada:
• Valoración primaria y maniobras de resucitación.
• Valoración secundaria.
• Reevaluación continua y cuidados postresucitación.
28.7.1. Valoración primaria y maniobras
de resucitación
La primera prioridad en la asistencia inicial al paciente traumá-
tico es la valoración rápida de las lesiones que puedan compro-
meter la vida del paciente y la instauración de las maniobras de
RCP básica y avanzada. Esta primera fase suele ser realizada por
los SEM extrahospitalarios en el lugar del incidente.
En esta etapa es necesario tener presente que la patología
traumática causa dolor. Las respuestas fi siológicas, endocrinas,
metabólicas y emocionales que se originan en el organismo,
empeoran la situación hemodinámica del paciente crítico. Los
sedantes y analgésicos disminuyen estas respuestas sistémicas
facilitando las actuaciones técnicas necesarias en estas situa-
ciones, por ello, disminuir el dolor y la ansiedad debe estar den-
tro de las prioridades de la valoración inicial.
La valoración primaria comprende la secuencia ABCDE:
A. Vía aérea con control cervical
• Se procederá a la apertura de la vía aérea con la maniobra
de elevación mandibular, con control cervical.
• Se comprobará la presencia de cuerpos extraños en su inte-
rior: piezas dentales, restos alimenticios… Se aspirarán las
secreciones, sangre o restos de vómito.
• Se colocará un collarín cervical, manteniendo la estabiliza-
ción bimanual de la columna cervical.
B. Ventilación
• Se verifi cará la presencia o no de ventilación espontánea,
su simetría y los posibles signos de distrés: utilización de
la musculatura accesoria, taquipnea, taquicardia y sudora-
ción.
• Se debe descartar el neumotórax a tensión: es una situa-
ción de emergencia que precisa la descompresión inme-
diata mediante la punción con un catéter (14 G) en el se-
gundo espacio intercostal en la línea media clavicular y su
conexión a una válvula unidireccional o de Heimlich, sin
esperar el resultado de la radiografía de tórax.
• Eliminar la posibilidad de otras causas que con frecuencia
ocasionan insufi ciencia respiratoria en los pacientes trau-
máticos y que precisan un abordaje urgente: neumotórax
abierto y volet costal.
• Si tras descartar las causas anteriores continúa o se produce
un aumento importante del trabajo respiratorio, se realiza-
rá de forma inmediata una radiología simple de tórax en el
mismo box de reanimación.
• Y se procederá a la colocación de una cánula orofaríngea o
al aislamiento instrumental de la VA mediante la IOT.
• Se conectará al paciente a ventilación mecánica con oxíge-
no al 100%.
C. Circulación
• Se controlará de forma prioritaria las hemorragias activas
de grandes vasos.
24
Oposiciones de Enfermería
Manual CTO
• Se valorará el estado de perfusión del paciente median-
te:
- Pulso: se valorará la frecuencia, la fuerza y la regulari-
dad. Se comprobarán los pulsos periféricos y centrales.
Un pulso periférico rápido, débil y fi liforme puede indi-
car la existencia de hipovolemia.
- Nivel de consciencia: las alteraciones del nivel de
consciencia (obnubilación o agitación) pueden estar
relacionadas con una disminución de la perfusión cere-
bral, secundaria a una situación de hipovolemia.
- Color de la piel: una piel pálida, moteada o cianótica
indicará una disminución de la perfusión tisular perifé-
rica, posiblemente secundaria a una situación de hipo-
volemia o hipoxia.
- Temperatura de la piel: una piel fría al tacto comporta
una disminución de la perfusión tisular o una reducción
de la producción de energía. También hay que tener en
cuenta la hipotermia, secundaria a la exposición am-
biental del paciente.
- Tiempo de relleno capilar: un tiempo de relleno supe-
rior a 2 s es indicativo de disminución de la perfusión
tisular.
• Se canalizarán dos VVP del máximo calibre que permitan
vigilar el estado del paciente.
• Se solicitarán analíticas básicas: hemograma, pruebas de
coagulación y hemostasia.
• Se administrarán líquidos calientes (39 ºC), preferentemen-
te cristaloides o coloides, con el doble objetivo de recupe-
rar la volemia y de prevenir la hipotermia. Dosis en adulto:
1.000-2.000 ml. En paciente pediátrico: 20-40 ml/kg.
• Se valorará la administración de sangre.
• El paciente se mantendrá monitorizado de forma conti-
nua: ritmo cardíaco, presión arterial, saturación de oxígeno,
EtCO2 (si IOT), frecuencia respiratoria…
D. Valoración neurológica
• Pupilas: se observará el tamaño (miosis/medias/midriasis),
la simetría (isocóricas/anisocóricas) y la respuesta a estímu-
los luminosos (reactivas/arreactivas).
• Nivel de consciencia, mediante la escala de coma de Glas-
gow.
• Sensibilidad y movilidad de miembros superiores e infe-
riores.
• Si se detectan signos de enclavamiento: anisocoria, bradi-
cardia e hipertensión, se procederá a la intubación orotra-
queal y a su tratamiento.
E. Exposición y control ambiental
• Se desvestirá completamente al paciente previniendo la hi-
potermia y preservando la intimidad del mismo.
• Se valorará el nivel de dolor y si se precisa, se deben admi-
nistrar analgésicos.
• Se realizará una exploración somera del paciente sin olvidar
la espalda y moviéndolo en bloque.
• Si se han resuelto todos los problemas y/o lesiones que
puedan comprometer la vida del paciente, se iniciará
la valoración secundaria, nunca se llevará ésta a cabo
antes.
• En el ámbito extrahospitalario, la valoración secundaria
no demorará el traslado del paciente crítico o hemodi-
námicamente inestable a un centro hospitalario ade-
cuado.
28.7.2. Valoración secundaria
La valoración secundaria consiste en la exploración detallada
y la solicitud de las pruebas de imagen precisas, con el objeti-
vo de diagnosticar en profundidad las lesiones que presenta el
paciente.
Para ello, se realizará un examen exhaustivo de forma sistemáti-
ca en dirección cráneo-caudal, sin olvidar los orifi cios naturales
y la región genital.
A. Historia clínica
Se realizará una historia clínica al paciente con los puntos más
importantes (alergias, antecedentes personales, tratamientos
farmacológicos, consumo de tóxicos…), la anamnesis, si está
consciente y es posible.
Si está inconsciente, se hará por medio de la historia clínica in-
formatizada y los datos facilitados por familiares y/o los testi-
gos.
Es imprescindible la realización de una historia detallada del
accidente, debido a que el mecanismo de acción puede faci-
litar información acerca de las posibles lesiones que ha sufrido
el paciente (Tabla 28.5) y orientar en las pruebas de imagen a
realizar.
Hay que tener en cuenta que los accidentes de alta energía
son potencialmente más lesivos y precisarán por su evaluación
pruebas de imagen más complejas.
Se consideran traumatismos de alta energía los siguientes:
• Las caídas superiores a 4 m.
• Salir despedido del vehículo.
• La colisión a más de 70 km/h.
• La caída o colisión de moto o bicicleta a más de 35 km/h.
• El atropello con impacto importante.
25
| Tema 28
MECANISMO LESIÓN
Conductor
con cinturón
de seguridad
Lesión de estructuras subyacentes
al cinturón: contusión pulmonar y lesiones
abdominales. En los impactos frontales
se producirán lesiones en los miembros
inferiores (MMII): fractura-luxación
de tobillo, luxación de rodilla, fractura de
fémur, luxación posterior de la cadera
Conductor
sin cinturón
de seguridad
TCE, traumatismo facial y de la columna
cervical. Traumatismo torácico: contusión
cardíaca y pulmonar, fracturas de costillas…
Traumatismo abdominal. Fracturas
de miembros superiores (MMSS) y MMII.
Fractura de cadera. Muy alto porcentaje
de fallecimiento
Atropellos En función de la velocidad del vehículo
y el tamaño de la víctima: traumatismos
en MMII con afectación pélvica,
traumatismos abdominales y torácicos. TCE
Motocicletas
y bicicletas
TCE, traumatismos en MMII con afectación
pélvica, traumatismos abdominales
y torácicos. Traumatismos en MMSS
Caídas desde
distinto nivel
Traumatismos en MMII con afectación
pélvica y de columna vertebral a distintos
niveles. Traumatismos en MMSS. TCE
Vuelcos
de vehículos
Traumatismos en MMII con afectación
pélvica, traumatismos torácicos,
abdominales y en MMSS. TCE.
Son frecuentes las lesiones vertebrales
dorsolumbares
Tabla 28.5. Relación entre el tipo de accidente y las posibles lesiones
B. Examen físico
• Cabeza y cuero cabelludo:
- Se valorarán las heridas, depresiones o crepitaciones de
la calota craneal y del macizo facial.
- Se examinará el oído en busca de otorragia u otorrea de
líquido cefalorraquídeo (LCR).
- Se observarán las órbitas y las pupilas, la presencia
de hematomas periorbitarios (ojos de mapache)
hará sospechar una posible fractura de base de crá-
neo.
- Si fuera necesario colocar una sonda gástrica, se inser-
tará por vía oral, hasta poder descartar mediante TAC la
no existencia de fractura de base de cráneo.
- Se observará la presencia de epistaxis o rinorrea de LCR.
- Se examinará la cavidad oral y el maxilar inferior.
- Se observarán las apófi sis mastoideas en busca del
signo de Battel: equimosis perimastoidea que, tras un
traumatismo craneal, indicaría una fractura de la base
del cráneo.
• Cuello: se valorará la simetría de la tráquea, la presen-
cia de heridas sibilantes, las posibles crepitaciones, la
ingurgitación yugular y la palpación de las vértebras cer-
vicales, retirando momentáneamente el collarín cervical
mientras un miembro del equipo inmoviliza manual-
mente la cabeza.
• Tórax:
- Se observará la presencia de hematomas, erosiones, de-
formidades de la caja torácica y heridas sibilantes (neu-
motórax).
- Se palpará y comprimirá lateralmente toda la parrilla
costal para comprobar su estabilidad (volet costal).
- Se auscultará y valorará la ventilación en ambos cam-
pos pulmonares y su simetría.
- Se auscultarán los tonos cardíacos.
- Si se llevó a a cabo la descompresión de emergencia de
un neumotórax a tensión y tras la realización de una ra-
diografía de tórax, se colocará un tubo torácico conecta-
do a un sistema de drenaje con sello de agua (tipo Pleur-
evac©). Se colocará en el quinto espacio intercostal de la
línea media axilar.
• Abdomen:
- Se observará la existencia de distensión o la presencia
de heridas, especialmente penetrantes, debido a que
podrían necesitar cirugía urgente.
- Se palpará valorando defensa y dolor, si el paciente está
consciente y teniendo en cuenta la administración de
analgesia por los SEM extrahospitalarios.
- Se realizará la percusión del abdomen en busca de ma-
tidez (hemoperitóneo).
• Pelvis y periné:
- Se comprobará la simetría y estabilidad de ambas cres-
tas ilíacas.
- Se observarán heridas en periné y la presencia de san-
gre en el meato urinario. No se realizará el sondaje vesi-
cal si existe sangre en meato.
- Se llevará a cabo un tacto rectal para comprobar si hay
sangre y el tono del esfínter. En caso de hipotonía cabe
pensar en posible lesión medular.
• Extremidades:
- Se observará la presencia de heridas sangrantes, fractu-
ras o deformidades evidentes.
- Se comprobará la presencia de pulsos distales, en
caso contrario se efectuará tracción del miembro frac-
turado.
- Se explorarán de forma sistemática las cuatro extremi-
dades.
26
Oposiciones de Enfermería
Manual CTO
• Espalda:
- Se moverá al paciente en bloque con estricto control
cervical, con el objetivo de explorar la espalda buscan-
do heridas o hematomas.
- Se explorarán sistemáticamente todas las vértebras.
• Exploración neurológica completa: se valorará:
- Nivel de consciencia (escala de coma de Glasgow).
- Reactividad pupilar: tamaño y simetría.
- Parpadeo, posición de reposo y movimientos oculares
(refl ejos oculocefálicos y refl ejos oculovestibulares).
- Patrón respiratorio: se buscarán patrones anormales
(respiración de Cheyne-Stokes, respiración atáxica o de
Biot, respiración de Kussmaul…).
- Respuesta motora: sensibilidad y movilidad de miem-
bros superiores e inferiores (signos de decorticación o
descerebración).
- Focalidad neurológica.
28.7.3. Pruebas de imagen
Para la realización de las pruebas de imagen es preciso tener
en cuenta una serie de premisas orientadas principalmente a la
seguridad del paciente:
• Se intentará concentrar al máximo las pruebas con el obje-
tivo de evitar cambios de camilla y traslados innecesarios a
diferentes servicios.
• Las exploraciones serán dirigidas en función del mecanis-
mo del accidente y de la exploración clínica.
• Durante los traslados internos y mientras se realizan las dis-
tintas pruebas, el paciente se encontrará bajo la vigilancia
directa del equipo sanitario responsable de su estabiliza-
ción inicial, estará monitorizado y se acompañará del ma-
terial necesario para iniciar las maniobras de SVA. El riesgo
de desestabilización durante este periodo es muy elevado.
La valoración primaria y secundaria realizada en el box de reani-
mación, junto con el mecanismo lesional del accidente, deter-
minarán el tipo de exploraciones complementarias a llevar a
cabo.
La radiografía simple de tórax se realizará a todos los pacientes
traumáticos y si es preciso en el mismo box de reanimación. Se
realizarán estudios radiológicos de las extremidades que pue-
dan estar afectadas tras la exploración.
La ecografía es una herramienta útil para valorar al paciente
que ha sufrido un traumatismo grave y que pueda presentar
sangrado en cavidades internas, ya que permite diagnosticar
con fi abilidad y en pocos minutos los casos de hemoperitoneo,
hemotórax, neumotórax y taponamiento cardíaco, incluso en
el ámbito extrahospitalario.
La realización de una tomografía axial computarizada (TAC)
será de gran utilidad por su alta sensibilidad frente a la radiolo-
gía simple y a la ecografía abdominal.
La TAC será de elección en los pacientes de alto riesgo, es de-
cir, aquéllos que han sufrido un traumatismo de alta energía,
pérdida recuperada de consciencia, en pacientes agitados y los
que presenten signos de alarma en la exploración clínica.
28.7.4. Reevaluación continua y cuidados
postresucitación
Es fundamental recordar que el paciente traumático presenta
una patología evolutiva y, por tanto, requiere una reevaluación
continua de su estado ventilatorio, hemodinámico y neurológi-
co (ABCD), en previsión de cualquier posible cambio que haga
necesaria la aplicación de nuevas medidas de resucitación.
Los cuidados postresucitación se aplicarán en aquellos pacien-
tes que hayan sufrido una PCR y que, tras las maniobras de SVB
y/o SVA, han sido recuperados a circulación espontánea (RCE).
Los cuidados postresucitación se explican en el Apartado 28.9.
28.8. RESUCITACIÓN
CARDIOPULMONAR
EN LA MUJER EMBARAZADA
Las mujeres embarazadas también pueden sufrir una parada
cardíaca originada por las mismas causas que las mujeres del
mismo grupo de edad.
Después de las 20 semanas de gestación, el útero de la mujer
embarazada puede comprimir la vena cava inferior y la aorta,
comprometiendo el retorno venoso y el gasto cardíaco, este
hecho limita la efectividad de las compresiones torácicas.
Los puntos clave del SVB en una paciente embarazada son los
siguientes:
1. Se buscará, lo antes posible, ayuda de expertos: obstetra
y neonatólogo.
2. Se iniciará el SVB o RCP básica de acuerdo a las indicacio-
nes estándar, asegurando compresiones torácicas de alta
calidad con las mínimas interrupciones.
27
| Tema 28
3. Se desplazará manualmente el útero hacia la izquier-
da para disminuir la compresión de la vena cava (Figura
28.26).
4. Si es posible, se añadirá una inclinación lateral izquierda a
la paciente (15-30o), con el objetivo de favorecer las com-
presiones torácicas de alta calidad y, si es necesario, permi-
tir la extracción fetal por cesárea.
5. Se considerará, tan pronto como una mujer embarazada
entre en PCR, la necesidad de realizar una histerectomía
de urgencia o cesárea.
El SVA en la mujer embarazada seguirá la secuencia estándar.
28.9. CUIDADOS
POSTRESUCITACIÓN. SÍNDROME
POSTPARADA CARDÍACA
El síndrome postparada cardíaca (SPPC) es una situación clínica
única que se produce como consecuencia de la aplicación de
las maniobras de RCP en una víctima de una parada cardíaca
súbita (PCS), consiguiendo la recuperación de la circulación es-
pontánea (RCE).
La intensidad de las manifestaciones clínicas dependerá de una
manera muy directa del tiempo transcurrido entre la PCS y la
RCE, así como del tiempo que haya pasado entre la PCS y el
inicio de las maniobras de RCP.
Los órganos que se pueden ver afectados de una manera espe-
cial son los siguientes:
• Cerebro: daño cerebral como consecuencia directa de la
isquemia, con la producción de radicales libres de oxígeno
y la pérdida de autorregulación.
• Corazón: daño miocárdico postparada, se produce un
aturdimiento miocárdico y una disfunción sistólica y dias-
tólica.
• Sistémico: síndrome de respuesta infl amatoria sistémica
(SRIS), se produce una situación similar, desde el punto de
vista hemodinámico, al shock séptico.
Los objetivos generales de los cuidados postresucitación son:
• Optimizar la perfusión sistémica.
• Corregir las alteraciones metabólicas.
• Proporcionar medidas de soporte precoz para aumentar la
posibilidad de una recuperación sin secuelas neurológicas.
A continuación se hace un breve repaso de las medidas claves,
iniciales y posteriores de los cuidados y control del SPPC.
28.9.1. Traslado a un hospital o unidad
de cuidados intensivos (UCI) apropiada
El manejo de estos pacientes debe realizarse en unidades de
cuidados críticos con un enfoque multidisciplinar que incluya
aspectos cardiológicos y neurológicos, por tanto, los pacien-
tes con retorno a circulación espontánea, tras sufrir una PCR,
deberán ser trasladados a centros hospitalarios que dispon-
gan de un sistema completo de tratamiento postparada car-
díaca.
Figura 28.26. Posición de una mujer embarazada para RCP
28
Oposiciones de Enfermería
Manual CTO
28.9.2. Soporte respiratorio
Se proporcionará el soporte ventilatorio mediante la ventila-
ción mecánica. Se debe ajustar la frecuencia respiratoria y el
volumen/minuto para mantener la normocapnia y la normoxe-
mia:
• Saturación de O2 entre 94 - 96%.
• PaCO2: entre 40-45 mmHg.
• EtCO2: entre 35-40 mmHg.
Tanto la hiperventilación como la hipoxemia son nocivas para
la recuperabilidad cerebral. La hiperventilación con hipocapnia
puede producir vasoconstricción e isquemia cerebral. La hipo-
ventilación y la hipoxemia pueden provocar incremento de la
presión intracraneal (PIC).
28.9.3. Identifi cación y tratamiento
de los SCA y otras causas reversibles
Para su tratamiento se deben tomar las siguientes medidas:
• Debe realizarse un ECG de 12 derivaciones lo antes posible
para descartar síndrome coronario agudo (SCA) con eleva-
ción del ST.
• Llevar a cabo una revascularización coronaria urgente en
aquellos pacientes en los que la causa de la PCR sea de ori-
gen cardiológico. Si se sospecha, es conveniente la realiza-
ción de una coronariografía seguida de una ICP si es nece-
saria.
• Si se sospecha un tromboembolismo pulmonar (TEP), debe
considerarse el uso de fi brinolíticos, las maniobras de reani-
mación no contraindican su uso.
28.9.4. Hipotermia inducida
• Indicaciones:
- En los pacientes adultos con RCE tras una PCR extrahos-
pitalaria con ritmo inicial de FV, que permanecen en
coma, es decir, con una puntuación en la escala de
coma de Glasgow (SCG) menor de 8 puntos tras 20 mi-
nutos de RCE.
- Se puede considerar en los pacientes con RCE tras una
PCR intrahospitalaria en cualquier ritmo o extrahospi-
talaria con ritmo distinto a FV, pero tiene menor nivel
de evidencia.
• Objetivo: alcanzar una temperatura central de 32-34 ºC,
habitualmente durante las primeras 24 h. Debe mantener-
se como mínimo 12 h.
• Fases: se defi nen tres fases:
- Fase de inducción: se infundirán 30 ml/kg de suero sa-
lino o ringer lactato a 4 ºC, con monitorización continua
de temperatura central.
- Fase de mantenimiento: se aplicarán medidas coadyu-
vantes externas (mantas frías, bolsas de hielo…) o infu-
sión de sueros fríos.
- Fase de recalentamiento: debe ser lenta siendo re-
comendado que éste sea pasivo o bien a un ritmo de
incremento de 0,25-0,5 ºC cada hora.
• Complicaciones: el riesgo de aparición de éstas aumenta
con temperaturas corporales inferiores a 32 ºC. Las princi-
pales complicaciones son arritmias, coagulopatías e hiper-
glucemia. También existe un mayor riesgo de neumonía y
sepsis, secundario a la inmunosupresión que ocasiona.
Se deben evitar las tiritonas y temblores durante la hipotermia,
si fuera preciso, se utilizarán bloqueantes neuromusculares.
Los pacientes que espontáneamente desarrollan una hipoter-
mia moderada (la temperatura es superior a 32 ºC) no deben
calentarse activamente durante las primeras 48 h tras el RCE.
Hay que evitar la hipertermia tras el RCE, para lo que si es ne-
cesario se tratará con antipiréticos o medidas físicas. En los pa-
cientes en los que no esté indicada la hipotermia o no se pueda
realizar, se recomienda evitar una temperatura superior a 37 ºC.
28.9.5. Anticipación, tratamiento
y prevención de disfunciones
multiorgánicas
• Control de la hemodinámica:
- Se recomienda un estricto control de la presión arterial,
manteniendo el nivel de la presión arterial media (PAM)
en valores superiores a los 80 mmHg, para mantener
una presión de perfusión cerebral (PPC) adecuada.
Aunque no se debe superar una PAM de 100 mmHg, ya
que puede provocar hiperemia cerebral y aumento de
la PIC.
- La frecuencia cardíaca ha de estar entre 50 y 100 lpm.
- La presión venosa central (PVC) oscila entre 8-12 mmHg.
• Control y prevención de convulsiones y mioclonías: su
presencia hace que se incremente el metabolismo cerebral
hasta en tres veces, por tanto, han de ser tratadas y con-
troladas de forma inmediata, aunque no está demostrado
el empleo profi láctico de ningún fármaco. Se recomienda
que tras la RCE se realice un EEG lo antes posible y ha de
repetirse o monitorizarse de forma continua en los pacien-
tes en coma.
29
| Tema 28
28.9.6. Valoración del pronóstico neurológico
Se defi ne como mal pronóstico neurológico la muerte, el coma
irreversible o la incapacidad para desarrollar actividades inde-
pendientes después de seis meses tras la PCR. No existen pará-
metros clínicos, marcadores ni pruebas complementarias que
puedan predecir este resultado en las primeras 24 h tras la RCE.
Después de las primeras 24 h, si el paciente no permanece en
hipotermia, no está hipotenso, no se encuentra hipóxico y no
está bajo los efectos de sedantes o relajantes musculares, se
debe realizar una exploración neurológica, en cuyos resultados
son predictores clínicos de mal pronóstico los siguientes:
• La ausencia de refl ejo vestíbulo-ocular 24 h después de la PCR.
• La presencia de mioclonías.
• Una puntuación en la SCG menor de cinco 72 h después
de la PCR.
• La ausencia de refl ejo pupilar a la luz y de refl ejo corneal 72
h después de la PCR.
Si el paciente permanece en hipotermia, habrá que demorar
la valoración neurológica al menos 72 h y si evoluciona hacia
una situación de muerte cerebral, debe ser considerado como
posible donante.
28.10. ADMINISTRACIÓN
DE MEDICAMENTOS
EN SITUACIONES DE URGENCIA
Y EMERGENCIA
Las enfermeras son las responsables de las actividades de ad-
ministración, control y vigilancia de las prescripciones farma-
cológicas.
De forma general, cuando se procede a la administración de
un fármaco, es importante tener en cuenta una serie de reglas
básicas para evitar errores en su administración.
Estas reglas básicas son las siguientes:
1. Se verifi cará la identidad del paciente.
2. Se comprobará que es el fármaco correcto, que no está ca-
ducado y que se encuentra en buen estado.
3. Se comprobará la hora de administración.
4. Se comprobará la dosis correcta.
5. Se verifi cará la vía de administración.
RECUERDA
Farmacocinética
Se defi ne como la relación que existe entre la dosis administrada y la
concentración plasmática. De forma simple, “es lo que el organismo
hace con el fármaco”. Todo ello implica el estudio de los diferentes
procesos que se llevan a cabo en el organismo tras la administración
de un fármaco:
· Absorción: es el movimiento de un fármaco desde el lugar de
administración hasta la circulación sanguínea. La biodisponibili-
dad es la cantidad relativa y la velocidad con la que un fármaco,
administrado en un producto farmacéutico alcanza sin cambios
la circulación sistémica, y está por tanto disponible para hacer
efecto.
· Distribución: es el proceso por el que un fármaco se distribuye y
difunde, es decir, es transportado desde el espacio intravascular
hasta los tejidos y células corporales.
· Metabolismo: es el proceso de conversión química o transfor-
mación de fármacos o sustancias endógenas en compuestos
más fáciles de eliminar. El principal órgano donde se metaboli-
zan los medicamentos es el hígado, sobre todo, los administra-
dos por la vía oral que sufren el efecto de primer paso (metabo-
lismo hepático).
· Eliminación: es el proceso de excreción de un compuesto, me-
tabolito o fármaco no cambiado, del cuerpo mediante un proce-
so renal, biliar o pulmonar. Cuanto más liposoluble es el fármaco,
más tiempo tardará en eliminarse.
Farmacodinámica
Se defi ne como la relación que existe entre la concentración plasmá-
tica y su efecto, en defi nitiva “lo que el fármaco hace en el organismo”.
Los factores que pueden infl uir en la farmacodinámica y originar res-
puestas diferentes con la misma concentración son:
· Edad: los pacientes ancianos necesitan menos dosis que los jó-
venes, se puede atribuir a variaciones farmacocinéticas: altera-
ciones en el contenido graso, en la masa muscular, disminución
del gasto cardíaco, o bien en la fi siología de los órganos encar-
gados del metabolismo o biotransformación. Los neonatos, en
comparación con los niños, necesitan dosis muy inferiores, de-
bido, además de a las modifi caciones en la farmacocinética, a la
inmadurez de los sistemas biológicos en el SNC y de los enzimá-
ticos encargados del metabolismo.
· Sexo: la respuesta a los opiáceos en los hombres es distinta
a las mujeres, en éstas, sus receptores kappa producen una
mayor analgesia y la depresión respiratoria con morfi na es de
mayor intensidad. El componente hormonal también puede
infl uir.
· Enfermedades: las hepatopatías o insufi ciencias renales alteran
el metabolismo y, por tanto, las concentraciones plasmáticas de
los fármacos.
· Interacciones farmacológicas: una interacción ocurre cuando
un fármaco altera la intensidad o los efectos de otro, de mane-
ra que ocasionen o potencien efectos secundarios o reacciones
adversas. Por ejemplo, la administración conjunta de ketamina y
teofi lina puede producir convulsiones.
· Variaciones interindividuales: las variaciones en la respuesta a
los fármacos están originadas en ocasiones por alteraciones en
la genética de los individuos que dan lugar a distintos grados de
metabolización y que pueden tener importantes consecuencias
clínicas.
30
Oposiciones de Enfermería
Manual CTO
La administración de medicamentos en situaciones de urgen-
cias y/o emergencias tiene una serie de particulares que no
permite seguir, con el rigor deseado, las reglas básicas ante-
riormente citadas, debido, principalmente, a que se trabaja con
todo tipo de pacientes, con un amplio abanico de patologías,
donde no se conocen, en la mayoría de las ocasiones, sus ante-
cedentes (alergias medicamentosas, patologías previas…) y a
los que hay que administrar la medicación de forma inmediata
y rápida, y con la presión añadida para el profesional de inter-
venir en situaciones de riesgo vital.
Además hay que tener en cuenta que la intervención en situacio-
nes de urgencia y/o emergencia, tanto en el medio intrahospitala-
rio como en el extrahospitalario, implica órdenes verbales para la
administración de fármacos, lo que aumenta el riesgo de posibles
errores con respecto a dosis, principios activos e indicaciones.
Por estos motivos, el personal de enfermería que desarrolla su
actividad asistencial en servicios especiales (área de urgencias,
de cuidados críticos, ámbito extrahospitalario,…) debe ser cons-
ciente de la necesidad de una mayor formación, actualización y
manejo en el área de la farmacología. Sin olvidar, que una ma-
nera de mejorar la seguridad clínica es reducir la complejidad,
simplifi cando y estandarizando procedimientos de actuación.
28.10.1. Vías de administración
en situaciones de urgencia y emergencia
Las vías de administración de fármacos en situaciones de ur-
gencias y emergencias son las que se detallan a continuación.
A. Vía parenteral
La principal vía de administración de fármacos en las situacio-
nes de urgencia y/o emergencia es la vía parenteral y dentro
de las opciones que permite está la vía intravenosa. Posibilita
el acceso de los fármacos al torrente sanguíneo sin pasar por el
aparato digestivo.
• Vía intravenosa (i.v.): es la vía de primera elección para la
administración de fármacos en situaciones de urgencias
y/o emergencias, ya que, su acción es muy rápida y no está
limitada por la absorción. Permite concentraciones plasmá-
ticas altas y precisas, además de la administración de gran-
des cantidades de volumen. Las formas de administración
por esta vía se muestran en la Tabla 28.6.
• Vía intraósea (i.o.): es la segunda vía de elección para la
administración de fármacos en situaciones de emergencia,
principalmente en ritmos de PCR. Se pueden administrar
los mismos fármacos y líquidos que por vía i.v. El fármaco
se inyecta en la cavidad medular de los huesos largos, ocu-
pada por una abundante red de capilares sinusoides que
drenan a un gran seno venoso central y de ahí a la circula-
ción sistémica. Estos capilares no se colapsan ni siquiera en
situación de PCR.
• Vía intramuscular (i.m.): consiste en la inyección del fár-
maco entre las fi bras musculares que están muy vascula-
rizadas. Las localizaciones preferentes son músculos gran-
des: el cuadrante superoexterno de las nalgas (en músculo
glúteo), cara anterior del muslo (cuádriceps) y cara externa
del brazo (músculo deltoides). La absorción es más rápida
que por vía subcutánea.
• Vía subcutánea (s.c.): el fármaco se va a depositar a nivel
subdérmico, donde se absorbe por el plexo arteriovenoso,
incorporándolo a la circulación sistémica. La absorción sue-
le ser lenta y la duración del efecto más larga.
B. Vía enteral
• Vía oral (v.o.): es la vía de administración más común, có-
moda y barata. Su utilización requiere que el sujeto esté
consciente y quiera colaborar, por ello en urgencias y/o
emergencias está indicada en situaciones muy concretas.
• Vía sublingual (s.l.): es una vía de absorción rápida, por la
gran vascularización superfi cial que hay en esta pequeña
zona. Los fármacos absorbidos no sufren el efecto de pri-
mer paso, para eso deben ser colocados debajo de la len-
gua, donde se disuelven y nunca deben ser tragados.
• Vía rectal: es una vía de administración en la que se evita
en gran medida el efecto de primer paso por su absorción
a través del plexo hemorroidal externo y puede llegar a ser
muy útil en determinadas situaciones. Su principal incon-
veniente es que la absorción es muy errática en presencia
de materia fecal.
C. Otras vías
• Vía inhalatoria (inh): consiste en la aplicación de un fár-
maco diluido habitualmente en suero fi siológico, mediante
BOLO INFUSIÓN PERFUSIÓN
Rápido Menos de 30 s En menos de 1 h En más de 1 h
Lento Entre 30 s-10 min
Bolo directo Sin diluir Fármaco diluido en suero fi siológico
o glucosado
Fármaco diluido en suero fi siológico
o glucosadoBolo diluido Disuelto en suero o agua estéril
Tabla 28.6. Formas de administración intravenosa
31
| Tema 28
presurización con oxígeno y micronización de las partícu-
las. Su principal ventaja es que la superfi cie de absorción
es muy grande.
• Vía tópica: puede ser a nivel de la piel y/o mucosas, nor-
malmente se busca el efecto local del fármaco pero en oca-
siones la absorción es muy alta y tiene efectos sistémicos.
• Vía intratecal: es una vía de administración más específi ca,
que se utiliza con el objetivo terapéutico de hacer llegar al
SNC fármacos que atraviesan mal la barrera hematoencefá-
lica o para conseguir una concentración determinada en un
algún sitio del SNC o de las raíces espinales.
28.10.2. Fármacos agrupados
por su principal indicación en relación
con el SVA
A. Indicados para la sedación y relajación
neuromuscular
• Indicados para la sedación.
- Etomidato.
› Presentación: ampolla 20 mg/10 ml.
› Mecanismo de acción: hipnótico con escasa depre-
sión respiratoria y cardiovascular.
› Indicaciones: inducción a la anestesia, de elección
en pacientes inestables HD.
› Vía de administración: i.v./i.o.
› Inicio de acción: 20-30 s (i.v.).
› Dosis habitual: 0,1-0,4 mg/kg.
› Efectos secundarios: estridor laríngeo, hipotensión,
arritmias y convulsiones.
› Interacciones: efecto potenciado por neurolépticos,
opiáceos, sedantes y alcohol.
› Contraindicación: niños menores de 6 meses, sep-
sis, la vía i.m. y la perfusión continua.
- Ketamina.
› Presentación: vial de 500 mg/10 ml.
› Mecanismo de acción: sedante, analgésico y anes-
tesia disociativa.
› Indicaciones: pacientes inestables hemodinámica-
mente, grandes quemados y asmáticos.
› Inicio de acción: 30 s (i.v.). 3-5 min (i.m.).
› Vía de administración: i.v./i.o./i.m.
› Dosis habitual: i.v.: 1 2 mg/kg; i.m.: 10 mg/kg.
› Efectos secundarios: sialorrea, reacciones psicológi-
cas (alucinaciones y delirios) y HTA.
› Interacciones: barbitúricos, benzodiacepinas, teofi -
lina.
› Contraindicación: HTA, eclampsia o preeclampsia,
SCA, TCE con PIC elevada, epilepsia, ICTUS.
- Midazolam.
› Presentaciones: ampollas de 15 mg/3 ml y 5 mg/5 ml.
› Mecanismo de acción: benzodiacepina de vida me-
dia corta.
› Indicaciones: hipnótico, agitación, convulsiones.
› Inicio de acción: 1-5 min (i.v.); 5-15 min (i.m.); menor
de 5 min (intranasal).
› Vías de administración: i.v./i.o./i.m./intranasal.
› Dosis habitual: 0,1–0,4 mg/kg.
› Efectos secundarios: amnesia anterógrada, debili-
dad muscular.
› Interacciones: potencia el efecto del alcohol, barbi-
túricos y mórfi cos; en bolo rápido puede producir
parada respiratoria.
› Contraindicaciones: primer trimestre de embarazo,
miastenia gravis.
- Propofol.
› Presentación: emulsión inyectable al 1% en vial de
100 ml.
› Mecanismo de acción: anestésico, hipnótico y se-
dante de rápida acción. Tiene propiedades anticon-
vulsivantes y antieméticas.
› Indicaciones: inductor en IOT en pacientes estables
HD o con HTA, convulsiones.
› Vía de administración: i.v./i.o.
› Inicio de acción: 30-40 s (i.v.).
› Dosis habitual: 2,5 mg/kg en 1-3 min.
› Efectos secundarios: depresión cardiovascular, hi-
potensión y descenso del GC.
› Interacciones: los opiáceos, las benzodiacepinas y
los β-bloqueantes potencian su efecto.
› Contraindicaciones: pacientes inestables HD, hiper-
sensibilidad o alergia al huevo/soja.
• Indicados para el bloqueo neuromuscular.
- Atracurio.
› Presentación: ampollas de 50 mg/5ml y de 25 mg/
2,5 ml.
› Mecanismo de acción: bloqueante neuromuscular
no despolarizante de duración intermedia.
› Indicaciones: facilitar la IOT y la ventilación mecá-
nica, fármaco de elección en insufi ciencia renal o
insufi ciencia hepática.
› Vía de administración: i.v.
› Inicio de acción: 3 min.
› Dosis habitual: 0,3–0,6 mg/kg.
› Efectos secundarios: liberación de histamina, hipo-
tensión, broncoespasmo, convulsiones.
› Interacciones: no mezclar con sustancias alcalinas
ni con tiopental.
› Contraindicaciones: hipersensibilidad conocida al
fármaco.
32
Oposiciones de Enfermería
Manual CTO
- Besilato de cisatracurio.
› Presentación: ampolla 5 mg/2,5 ml; 10 mg/5 ml;
20 mg/10 ml; 50 mg/25 ml.
› Mecanismo de acción: bloqueante muscular com-
petitivo no despolarizante.
› Indicaciones: para facilitar la IOT y la ventilación me-
cánica.
› Vía de administración: i.v.
› Inicio de acción: 1,5-2 min.
› Dosis habitual: 0,15 mg/kg.
› Efectos secundarios: bradicardia, hipotensión, bron-
coespasmo.
› Interacciones: anestésicos, antiarrítmicos, diuréti-
cos.
› Contraindicaciones: no recomendado en niños me-
nores de 1 mes.
- Succinilcolina.
› Presentación: ampollas de 100 mg/2 ml.
› Mecanismo de acción: bloqueante neuromuscular
despolarizante de acción rápida y corta.
› Indicaciones: bloqueo neuromuscular rápido y
completo, IOT de secuencia rápida.
› Vía de administración: i.v./i.m.
› Inicio de acción: 30-60 s (i.v.); 2-3 min (i.m.).
› Dosis habitual: 1–1,5 mg/kg (i.v.); 2,5-4 mg/kg
(i.m.).
› Efectos secundarios: fasciculaciones, hiperpotase-
mia, aumento de la secreción gástrica y salivar, au-
mento de la PIC.
› Interacciones: clorpromazina, ketamina, morfi na,
metoclopramida, procainamida, verapamilo, ß-
bloqueantes…, potencia la acción de los digitá-
licos.
› Contraindicaciones: hiperpotasemia, lesiones me-
dulares de más de 24 h, lesiones penetrantes en
ojo, TCE.
- Vecuronio.
› Presentación: vial liofi lizado de 10 mg.
› Mecanismo de acción: bloqueante muscular com-
petitivo no despolarizante.
› Indicaciones: facilitar la IOT y la ventilación mecá-
nica.
› Vía de administración: i.v.
› Inicio de acción: inferior a 3 min.
› Dosis habitual: 0,08-0,1 mg/kg.
› Efectos secundarios: reacciones anafi lácticas, bron-
coespasmo, hipotensión arterial.
› Interacciones: tiopental, ketamina, fentanilo, etomi-
dato, propofol, diuréticos, tiamina…
› Contraindicaciones: insufi ciencia hepática grave,
no administrar por vía i.m.
B. Indicados para la analgesia
• Fentanilo.
- Presentación: ampolla 0,15 mg/3 ml.
- Mecanismo de acción: analgésico opiáceo, agonista
puro, produce analgesia y sedación.
- Indicaciones: analgesia en pacientes politraumatizados,
grandes quemados e inestables HD, broncoespasmo.
- Vía de administración: i.v./i.o./i.m./s.c.
- Inicio de acción: inferior a 30 s.
- Dosis habitual: 0,5–3 g/kg.
- Efectos secundarios: depresión respiratoria, laringoes-
pasmo, bradicardia, hipotensión.
- Interacciones: potencia los efectos depresores de los
sedantes y antidepresivos tricíclicos.
- Contraindicaciones: TCE con aumento de PIC o pacien-
tes con signos de HIC, EPOC grave.
• Cloruro mórfi co.
- Presentación: ampollas al 1%-10 mg/1 ml.
- Mecanismo de acción: analgésico opiáceo, agonista
puro, reduce la postcarga y la precarga, disminuye el
consumo de O2 y aumenta el rendimiento cardíaco.
- Indicaciones: analgesia, SCA, EAP, dolor por espasmo de
la musculatura lisa.
- Vía de administración: i.v./i.o./i.m./s.c.
- Inicio de acción: 1 min (i.v.); 1-5 min (i.m.); 15-30 min
(s.c.).
- Dosis habitual: 0,05-0,2 mg/kg (i.v.); 5-20 mg (i.m./s.c.).
- Efectos secundarios: depresión respiratoria, broncoes-
pasmo, sudoración, náuseas y vómitos, miosis.
- Interacciones: potencia el efecto de tranquilizantes,
anestésicos, hipnóticos, sedantes, alcohol, miorrelajan-
tes y antihipertensivos.
- Contraindicaciones: estatus asmático, pacientes inesta-
bles HD, IAM infero-posterior, bloqueo AV, bradicardia,
EPOC, TCE.
• Meperidina.
- Presentación: ampolla 100 mg/2 ml.
- Mecanismo de acción: analgésico opiáceo, agonista
puro, con propiedades similares a la morfi na pero de
efecto más rápido y duración más corta.
- Indicaciones: dolor agudo moderado-grave, de elec-
ción en el IAM inferior.
- Vía de administración: i.v./i.o./i.m./s.c.
- Inicio de acción: 5 min (i.v.); 15 min (i.m.).
- Dosis habitual: 0,5-2 mg/kg (i.v.); 1-3 mg/kg (i.m./s.c.).
- Efectos secundarios: depresión del SNC, apnea, hipo-
tensión, arritmias ventriculares, náuseas y vómitos,
miosis, prolongación del parto.
- Interacciones: potencialmente grave con los IMAO, ries-
go de síndrome serotoninérgico.
33
| Tema 28
- Contraindicaciones: insufi ciencia renal grave, tenden-
cias suicidas, TSVP, trastornos convulsivos.
C. Indicados en las bradiarritmias
• Atropina.
- Presentación: ampolla 1 mg/1 ml.
- Mecanismo de acción: parasimpaticolítico, aumenta el
ritmo del nodo sinusal y la conducción auriculoventri-
cular (AV); antiespasmolítico; antisecretor gástrico.
- Indicaciones: bradicardia sintomática, algunos blo-
queos auriculoventricular (BAV) con QRS estrecho, arrit-
mias lentas supraventriculares, intoxicación por orga-
nofosforados, premedicación anestésica.
- Vía de administración: i.v./i.o./i.m./s.c.
- Inicio de acción: 2-4 min (i.v.); 30 min (i.m.).
- Dosis habitual: 0,5-1 mg cada 3-5 min hasta un máximo
de 3 mg.
- Efectos secundarios: sequedad de boca, visión borrosa,
pupilas dilatadas, enrojecimiento facial y retención uri-
naria.
- Interacciones: anticolinérgicos, opiáceos, benzodiace-
pinas, bicarbonato.
- Contraindicaciones: taquicardias, insufi ciencia cardíaca,
insufi ciencia renal, glaucoma de ángulo cerrado, asma.
• Isoproterenol.
- Presentación: 0,2 mg/1 ml.
- Mecanismo de acción: agonista de los receptores β no
selectivo.
- Indicaciones: bloqueo AV 3.er grado, bradiarritmias sin-
tomáticas que no responden a atropina, shock cardio-
génico.
- Vías de administración: i.v./i.o./i.m./s.c.
- Dosis habitual: 0,1-0,2 mg (i.v.).
- Efectos secundarios: palpitaciones, taquicardia, HTA, in-
hibe contracción uterina.
- Precaución: HTA, antecedentes de SCA, puede producir
taquicardia y angina, conservar en frío.
- Interacciones: antagoniza su efecto el propranolol.
- Contraindicaciones: taquiarritmias, estenosis aórtica,
SCA reciente, BAV por intoxicación digitálica, síndrome
de Wolff Parkinson White, extrasístoles.
D. Indicados en las taquiarritmias
• Adenosina.
- Presentación: ampollas de 6 mg/2 ml y 30 mg/10 ml.
- Mecanismo de acción: retarda la conducción del nodo
AV y de las vías de reentrada.
- Indicaciones: taquicardia paroxística supraventricular
(TPSV), diagnóstico diferencial de cualquier taquicardia
de QRS estrecho.
- Vía de administración: i.v.
- Inicio de acción: inmediato.
- Dosis habitual: bolo de 3,6 y 12 mg administrados
secuencialmente si es requerido, a intervalos de
1-3 min.
- Efectos secundarios: sensación de disnea, disconfort
torácico, náuseas, cefalea, rubefacción y malestar ge-
neral.
- Interacciones: dipiridamol, carbamazepina, teofi lina, di-
goxina y otros antiarrítmicos.
- Contraindicaciones:
› Absolutas: asma y EPOC.
› Relativas: síndrome de WPW, sospecha de disfun-
ción sinusal.
• Amiodarona.
- Presentación: ampollas de 150 mg/3 ml.
- Mecanismo de acción: antiarrítmico clase III, bloquea
los canales de K+.
- Indicaciones: TV/FV refractaria a descarga en PCR, ta-
quicardias de QRS estrecho o ancho, síndrome de WPW.
- Vía de administración: i.v.
- Inicio de acción: 15 min.
- Dosis habitual:
› En PCR: 300 mg, adultos se puede repetir una dosis
de 150 mg, seguida de una infusión de 900 mg en
24 h en la FV/TV recurrente o refractaria.
› Resto: 5 mg/kg.
- Efectos secundarios: proarritmia, torsades de pointes, hi-
potensión, bradicardia, disfunción sinusal y BAV.
- Interacciones: no administrar con otros antiarrítmicos,
potencia el efecto del fentanilo.
- Contraindicaciones: hipersensibilidad al iodo, disfun-
ción sinusal o BAV o bloqueo bi-trifascicular no protegi-
do con marcapasos, alteraciones tiroideas.
• Flecainida.
- Presentación: ampollas de 150 mg en 10 ml.
- Mecanismo de acción: antiarrítmico clase IC, enlentece
conducción del nodo A-V.
- Indicación: fi brilación auricular sin cardiopatía estructu-
ral (fármaco de elección).
- Vía de administración: i.v.
- Dosis habitual: 2 mg/kg i.v. en 10 min, dosis máxima
150 mg.
- Efectos secundarios: bloqueo AV de 2.º y 3.er grado, bra-
dicardia, fallo cardíaco congestivo, dolor torácico, hipo-
tensión, SCA, palpitaciones.
- Interacciones: ranitidina (incremento de sus niveles).
- Contraindicaciones: todas las arritmias ventriculares,
cardiopatía isquémica y, en general, cualquier patolo-
gía estructural cardíaca signifi cativa. ICC.
34
Oposiciones de Enfermería
Manual CTO
• Lidocaína.
- Presentación: ampollas de 500 mg/10 ml (5%) y ampo-
llas de 200 mg/10 ml (2%).
- Mecanismo de acción: antiarrítmico clase IB, bloquea
los canales de Na+, aumenta el umbral de la FV, dismi-
nuye la automaticidad, suprime los extras ventriculares
(EV) en el SCA, efecto anestésico local.
- Indicaciones: en FV/TVSP (PCR) como alternativa a la
amiodarona o cuando el motivo de la FV es por cardio-
patía isquémica, arritmias ventriculares.
- Vía de administración: i.v./i.o.
- Inicio de acción: 30-90 s.
- Dosis habitual: 1-1,5 mg/kg.
- Efectos secundarios: hipotensión, bradicardia, bloqueo
A-V, arritmias, visión borrosa, confusión, agitación, tem-
blores, convulsiones y depresión respiratoria.
- Interacciones: propanolol, procainamida, fenitoina, fe-
nobarbital e isoproterenol.
- Contraindicaciones: bloqueo grave de conducción,
shock cardiogénico no secundario a la arritmia, epilep-
sia, síndrome de WPW y enfermedad de Addison.
• Procainamida.
- Presentación: viales de 1 g en 10 ml.
- Mecanismo de acción: antiarrítmico clase IA, bloquea
los canales del sodio y prolonga la duración del poten-
cial de acción, efecto anticolinérgico.
- Indicaciones: arritmias ventriculares (alternativa a
amiodarona), arritmias supraventriculares (FA, fl utter
auricular, TPSV).
- Vía de administración: i.v.
- Inicio de acción: inmediato.
- Dosis habitual: 20-30 mg bolo lento, dosis máxima 17 mg/kg.
- Efectos secundarios: hipotensión, bloqueos AV, asisto-
lia, mareos, alucinaciones, depresión cardíaca.
- Interacciones: potencia la acción de los β-bloqueantes
y de los hipotensores.
- Contraindicaciones: SCA, ICC, BAV de 2.º y 3.º, torsade de
pointes, insufi ciencia renal y hepática grave.
• Verapamilo.
- Presentación: ampollas de 5 mg/2 ml.
- Mecanismo de acción: antiarrítmico clase IV, bloquea
los canales del Ca2+ reduce la contractilidad miocárdica
(inotropismo negativo).
- Indicaciones: TPSV, fl utter, FA sin vías accesorias, HTA,
cardiopatía isquémica.
- Vía de administración: i.v.
- Inicio de acción: 2-5 min.
- Dosis habitual: 5-10 mg o 0,075-0,15 mg/kg.
- Efectos secundarios: hipotensión arterial, insufi ciencia
cardíaca (IC), edema agudo de pulmón (EAP), bradicar-
dia, BAV, asistolia.
- Interacciones: potencian su efecto hipotensor los diu-
réticos, vasodilatadores y otros antihipertensores, no
mezclar con bicarbonato, albúmina e hidralazina.
- Contraindicaciones: bradicardia, BAV 2.º y 3.º, fl utter y
FA asociada a WPW, taquicardia ventricular o de QRS
ancho, IAM reciente, IC izquierda, shock cardiogénico.
28.10.3. Medicación usada en el algoritmo
de SVA
• Adrenalina.
- Presentación: ampollas de 1 mg/1 ml (concentración
1/1.000).
- Mecanismo de acción: simpaticomimético estimulante
α y β-adrenérgico, con efecto vasoconstrictor, cronotro-
po, batmotropo e inotrópico positivo, elevando el gasto
y el consumo de oxígeno cardíaco, broncodilatador.
- Indicaciones: PCR (asistolia, AESP, FV y TVSP), broncoes-
pasmo, anafi laxia, laringotraqueitis, bradicardia con
bajo gasto, estados de shock.
- Vía de administración: i.v./i.o./s.c./i.m./inh.
- Inicio de acción: 3-6 s (i.v.); 5-15 s (inh); 30-50 s (s.c.).
- Dosis habitual:
› PCR: 1 mg cada 3-5 min.
› Reacciones anafi lácticas agudas o broncoespas-
mos: 0,5-1 mg.
- Efectos secundarios: arritmias cardíacas, cefalea, ner-
viosismo, ansiedad, necrosis en la zona de inyección
por vasoconstricción.
- Interacciones: con IMAO, oxitócicos y β-bloqueantes
puede producir HTA, no se debe administrar junto a al-
calinizantes o pH alcalinos.
- Contraindicaciones: taquicardias, SCA, HTA, miocardio-
patía dilatada.
• Amiodarona: descrita en Apartado 36.12.2.D.
• Bicarbonato sódico.
- Presentación: vial de 250 ml al 1 M o 8,4% o 1 ml = 1
mEq y vial de 250 ml al 1/6 M o 1,4% o 1 ml = 0,16 mEq.
- Mecanismo de acción: agente alcalinizante.
- Indicaciones: corrector de acidosis confi rmada median-
te gasometría en RCP prolongada, acidosis metabólica,
antoxicación por salicilatos y antidepresivos tricíclicos,
cetoacidosis, shock, hiperpotasemia.
- Vía de administración: i.v.
- Inicio de acción: inmediata.
- Dosis habitual:
› En adultos: administrar una dosis de 50 mEq.
› En paciente pediátrico: 0,1 mEq/kg diluido a la mitad.
35
| Tema 28
- Que se podrá repetir a la misma dosis según la condi-
ción clínica y el resultado de las gasometrías seriadas.
- Efectos secundarios: hipernatremia, hiperosmolaridad,
alcalosis metabólica, su extravasación puede producir
necrosis, dolor en el lugar de inyección.
- Interacciones: puede inactivar las catecolaminas que se
administran simultáneamente.
- Contraindicaciones: alcalosis metabólicas y respiratorias,
hipoventilación, hipocalcemia, estados hiperosmolares.
• Lidocaína: descrita en el Apartado 36.12.2.D.
• Sulfato de magnesio.
- Presentación: ampollas de 1.500 mg/10 ml.
- Mecanismo de acción: disminuye la velocidad de con-
ducción a nivel AV, deprime el SNC y la musculatura
lisa, esquelética y cardíaca, disminuye el tono muscular
uterino.
- Indicaciones: torsades de pointes, arritmias ventriculares
por hipomagnesemia, convulsiones en la eclampsia y
preeclampsia.
- Vía de administración: i.v./i.o./i.m.
- Inicio de acción: inmediato (i.v.). 30 min (i.m.).
- Dosis habitual:
› PCR: 1-2 g en bolo i.v.
› Eclampsia: 4 g diluidos en 100 ml de suero gluco-
sado 5%.
- Efectos secundarios: náuseas, vómitos, hipotensión,
pérdida de refl ejos osteotendinosos, arritmias, parálisis
muscular.
- Interacciones: potencian su acción los bloqueantes
neuromusculares despolarizantes y no despolarizantes,
anestésicos, hipnóticos y opiáceos.
- Contraindicaciones: insufi ciencia renal grave, BAV, le-
sión miocárdica, parto inminente en las dos horas pre-
vias al parto, miastenia gravis.
28.10.4. Antídotos
• Flumazenilo.
- Presentación: ampollas de 0,5 mg/5 ml.
- Mecanismo de acción: antagonista de los receptores
fi siológicos de las benzodiacepinas (BZP).
- Indicaciones: reversión parcial o completa de los efec-
tos de las benzodiacepinas.
- Vía de administración: i.v./i.m./i.o.
- Inicio de acción: 1-2 min (i.v.).
- Dosis habitual: 0,2-0,3 mg, dosis máxima = 3 mg.
- Efectos secundarios: convulsiones, arritmias cardíacas
y palpitaciones, ansiedad, agitación, ataques de angus-
tia, síndrome de abstinencia.
- Interacciones: no revierte los efectos sobre el SNC del
alcohol, analgésicos, antidepresivos, barbitúricos o nar-
cóticos.
- Contraindicaciones: sospecha de sobredosis grave de
antidepresivos tricíclicos, pacientes epilépticos.
• Naloxona.
- Presentación: ampollas de 0,4 mg/1 ml.
- Mecanismo de acción: antagonista opioide, antagoniza
competitivamente los efectos de los opiáceos agonis-
tas y agonistas-antagonistas.
- Indicaciones: reversión de los efectos tóxicos de los
opiáceos (depresión respiratoria, neurológica e hipo-
tensión).
- Vía de administración: i.v./i.o./i.m./s.c.
- Inicio de acción: 1-2 min (i.v.); 2-5 min (i.m., s.c.).
- Dosis habitual: 0,01-0,03 mg/kg.
- Efectos secundarios: edema agudo de pulmón e IAM,
hipertensión o hipotensión, TV o FV, náuseas y vómitos,
convulsiones postoperatorio.
- Interacciones: no mezclar con soluciones alcalinas.
- Contraindicaciones: hipersensibilidad.
• Glucagón.
- Presentación: vial con 1 mg de glucagón liofi lizado más
una jeringa precargada con 1,5 ml de disolvente.
- Mecanismo de acción: aumenta el inotropismo, crono-
tropismo y dromotropismo, hormona hiperglucemian-
te.
- Indicaciones: antídoto en intoxicaciones graves por
β-bloqueantes o por calcioantagonistas, hipogluce-
mias graves en diabéticos que reciben insulina.
- Vía de administración: i.v./i.o./i.m.
- Inicio de acción: 1 min (i.v.); 5-15 min (i.m.).
- Dosis habitual: en intoxicaciones 3-10 mg; en hipoglu-
cemias 1 mg.
- Efectos secundarios: taquicardias, náuseas y vómitos,
hiperglucemia, dolor abdominal.
- Interacciones: alcohol, potencia el efecto de los anti-
coagulantes orales.
- Contraindicaciones: hipersensibilidad a proteínas de
cerdo o vaca, y lactosa, tumores de glándula adrenal,
glucagonomas o insulinomas.
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