Post on 11-Jul-2022
Migrantes:
A caballo entre dos mundos
Carlos Saavedra1
La migración desde el Tercer Mundo hacia el mundo desarrollado, es uno de los
fenómenos más saltantes del último cuarto de siglo. En términos culturales y económicos
es a la vez causa y consecuencia de lo que se suele llamar en los últimos años sociedad
global. ¿Cuáles son los factores que la motivan?, ¿qué tipos de personas son las que
migran?, ¿se llegan a cumplir las expectativas de los migrantes en el país de destino?,
¿de qué maneras se integran estos a su nuevo país? Este informe intenta responder a
estas y otras preguntas tomando como caso particular el de los peruanos que migran al
exterior.
Antes de los años cincuenta el Perú era un país de inmigrantes, no de emigrantes, como la
mayoría de los países de América Latina. La migración de peruanos al exterior fue mínima
antes de esos años, las únicas personas que migraban eran miembros de las clases acomodadas
que viajaban preferentemente a Europa por razones de estudio y que retornaban una vez
terminados éstos.
La penetración tecnológica, económica y cultural de los EE.UU., que adquirió fuerza en los
años cincuenta y se afianzó en las décadas posteriores, fue uno de los factores principales que
motivaron, a partir de esa época, que el peruano pensara en el país del norte como el destino
principal para migrar.
Como consecuencia del crecimiento de los sectores profesionales en el país y de la apertura de
programas internacionales de becas de estudio por parte del estado norteamericano, un buen
número de profesionales peruanos2 comenzaron a viajar a ese país para realizar estudios de
posgrado.
En los años cincuenta y hasta el comienzo del gobierno de Velasco, aquél era de lejos el sector
1
Antropólogo.
2
Estos eran en su mayoría ingenieros y médicos. Los intelectuales
y artistas generalmente seguían prefiriendo Europa.
que más migraba a los EE.UU. La gran diferencia entre la migración de ese período y la de los
años posteriores era su condición temporal: ni bien terminados los estudios los peruanos
regresaban al país.
La migración estudiantil era pensada como una estrategia de movilidad social para la clase
media o de conservación del status para la clase alta pero dentro del país de origen.
Comienzo del éxodo
El golpe militar del 68 y las reformas marcan un hito en la historia de la emigración de
peruanos. Se inicia un éxodo de peruanos de clase alta así como de un sector de la clase media
hacia los EE.UU. Éstos, que huyen de la posibilidad de una amenaza comunista o de una
reducción de sus expectativas económicas o sociales, viajan con la esperanza de volver en los
años siguientes, cuando la situación del país mejorase.
La permanencia de los gobiernos militares y la agudización de la crisis económica durante los
años 70, provoca que muchos de estos peruanos se queden en el país del norte. Más aún, la
migración a los EE.UU. aumenta progresivamente conforme avanzan los años setenta.
Una novedad de ese período es la aparición de sectores bajos entre la población migrante,
como lo demuestra la formación de una gran colonia de peruanos en los barrios obreros de
Patterson, Nueva Jersey.
A pesar de las circunstancias de su emergencia, la migración de los años setenta (no obstante
algunos casos aislados) no se puede de ninguna manera considerar como la búsqueda de un
refugio político o económico. La gran mayoría migra por el interés de movilidad social o de
mantenimiento del status. Se trata, al fin y al cabo, de una decisión voluntaria.
El retorno a la democracia en 1980 abrigó las esperanzas de regreso para muchos peruanos y
contuvo en cierta medida y por sólo un par de años las ganas de migrar de otros. Algunos se
apresuraron a retornar.
Un tanto más cautos, otros esperaron un poco más. Desde los primeros años del período de
Belaúnde percibieron que la situación del país se empeoraba aún más, la inflación se disparaba
y el terrorismo cobraba mayor fuerza. Finalmente, decidieron quedarse en el exterior.
Teófilo Altamirano, antropólogo especialista en el tema, afirma que gran parte de los que se
arriesgaron a retornar fracasaron, perdieron todo el dinero ahorrado durante muchos años de
esfuerzo y se vieron obligados a regresar a los EE.UU.
Después de los primeros años del gobierno de Belaúnde, la migración de retorno se paralizó
casi completamente, situación verdaderamente inusual ya que hasta ese momento el retorno
siempre había sido una posibilidad. Desde esa época hasta la actualidad, muy pocos se han
arriesgado a retornar. Recién entre 1994 y 1995 la Dirección de Migraciones reportó un muy
ligero aumento del número de retornantes.
Los fracasos de los gobiernos de Belaúnde y García, la inestabilidad política, la crisis social y
económica y el agravamiento del terrorismo, motivaron que la emigración alcanzara cifras
exorbitantes y se convirtiera en una alternativa en la que pensaba una gran cantidad de
peruanos.3
El gráfico 1 muestra la diferencia entre las llegadas y las salidas de peruanos al exterior,
reportadas por la Dirección de Migraciones y Naturalización. Las cifras negativas indican un
mayor número de salidas que de llegadas. Las salidas se incrementan con el paso de los años y
alcanzan su techo en 1993.
Cuando los pobres se van
Ya en la segunda mitad de los años ochenta la migración de los sectores bajos pasó a ser muy
significativa (ver cuadros 1 y 2). El sector ocupacional denominado «Otros» se encuentra en la
primera ubicación. Es de suponer que en ese rubro se encuentran los informales,
subempleados, desempleados y campesinos. Entre 1988 y 1990, este sector tiene un
incremento del 100% (41,008).
Hacia fines de esa década la migración se diversifica. Los migrantes peruanos, que hasta ese
momento habían preferido mayoritariamente a los EE.UU., buscan nuevas tierras de destino:
los países europeos, Canadá, Japón y los países sudamericanos.
La razón de este viraje, según el libro de Altamirano Éxodo, peruanos en el exterior (1992),
está en los cambios de la legislación norteamericana en materia de inmigración y en el
aumento de los controles migratorios. Mientras tanto, hasta fines de la década del 80 y
comienzos de la del 90 muchos países europeos no exigían visa para entrar4, lo que los
convertía en una mejor plaza para la migración. En los últimos años esta situación ha llegado a
su fin. Alemania fue el último país europeo en adoptar hace unos tres años la norma de exigir
visa a los peruanos.
3
Como lo demuestra el sondeo de opinión publicado en la revista
Debate (primer semestre de 1988). A la pregunta «Si pudiera ¿emigraría
del Perú?», un sorprendente 52% respondió que Sí. El 38% de los
encuestados contestó que no, en tanto que el 10% se abstuvo de
responder.
4
Lo mismo se puede decir en el caso de los países sudamericanos
.
Entre 1985 y 1990, el volumen de la emigración peruana alcanzó cifras impresionantes:
aproximadamente 250 mil peruanos salieron en ese periodo, la cuarta parte de la población
peruana en el extranjero. Si sumamos los 100 mil que emigraron en 1991, la cifra de peruanos
en el exterior asciende a un millón cien mil para ese año, alrededor del 5% de la población
peruana.
Los volúmenes de migración más altos se registraron entre el 91 y el 94, alcanzando su pico
en el 93. Pero la caída fue impresionante en 1995.
Según cálculos basados en los saldos migratorios, la cifra de peruanos en el exterior podría
haber ascendido en 1995 a un millón y medio, lo que representaría para ese año el 6.5% de la
población peruana5.
Considerando que el promedio mundial de emigrantes por país con respecto a la población
total del país de origen es de 2%, ese porcentaje señala al Perú como uno de los países de gran
índice emigratorio.6
Refugiados económicos
Muchos analistas consideran a los migrantes peruanos de esta oleada como refugiados
económicos porque la migración se produce como una salida forzada, luego de que vivieran
en condiciones muy difíciles en el país.
Los migrantes, en su gran mayoría de clase baja o clase media (incluso muchos profesionales),
se endeudan o venden todas sus cosas para dirigirse hacia un futuro totalmente incierto. Dejan
todo rápidamente para ponerse a trabajar en los estratos más bajos de la escala laboral
norteamericana o europea, con sueldos bajísimos y peor aún como indocumentados. La ola de
peruanos que llegó a la Argentina en 1993 –12 mil cuando la población anterior de peruanos
era alrededor de 5 mil- es un buen ejemplo de este tipo de migración.
Otro cambio importante en la migración de peruanos en los últimos años ha sido el incremento
de las mujeres migrantes. Para el período 85-88 las estadísticas registran que las mujeres
superaban en 5 mil (9%) el número de hombres migrantes. El saldo migratorio de los años 94
y 95 indica que el número de las mujeres sigue superando al de los hombres. Incluso en el 95,
las mujeres casi duplican el número de hombres migrantes.
Teófilo Altamirano esboza algunas hipótesis al respecto: «La mujer tiene varias ventajas: 1.
5 El cálculo para el período 91-95 lo hacemos en relación al saldo migratorio
ya que no existen cifras oficiales de la Dirección de Migraciones y
Naturalización. Para el período 85-90 la DMN sí publicó cifras de emigrantes
peruanos que no retornaron. Estas cifras se encuentran en los cuadros 1 y 2. 6 Fondo de Población de las Naciones Unidas.
Puede casarse con una persona del país más fácilmente que un hombre; 2. Tiene el trabajo más
seguro que es el empleo doméstico que le permite estar en una casa sin pagar alquiler ni
comida y ganar un promedio de 600 dólares líquidos; 3. Es invisible porque está dentro de la
casa; 4. La policía y las autoridades de migración son mucho más contemplativas con una
mujer.»
En cambio los hombres «son gente visible: tienen que estar en la calle, en los edificios,
trabajando, limpiando carros. ¿A quiénes coge la policía? A los hombres. ¿A quiénes
deportan? A los hombres».
Europa, Europa
Hasta los años ochenta la migración a Europa era preponderantemente realizada por
intelectuales y artistas y era mayormente temporal. A finales de esa década se da un vuelco, se
produce una migración explosiva de tipo laboral que tuvo sus picos en los años 91 y 92.
La migración hacia Europa ha decaído a partir del año 1993 (cuadro 3). Incluso las cifras
muestran que se está produciendo un retorno de peruanos en los últimos tres años.7
El país que más atrajo a peruanos fue largamente España seguido por Francia, Italia y
Alemania. Sin embargo, en los últimos tres años Holanda se ha convertido en el mayor país
receptor de peruanos en el Viejo Continente.
Según Altamirano, la emigración hacia Europa la realizó en su mayoría gente de clase baja o
clase media empobrecida que llegaba a Europa a trabajar de manera ilegal en la construcción
civil, en fábricas o en el empleo doméstico.
La mayoría de esos migrantes se iban solos, porque eran solteros o porque dejaban a su
familia.
Otra característica de la migración a Europa, que se debe más a lo reciente de la migración que
a la cantidad de personas que han migrado, es la inexistencia hasta el momento de barrios de
migrantes latinoamericanos y la poca presencia de asociaciones u organizaciones de migrantes
de esta parte del mundo. En cambio en EEUU los barrios y asociaciones de peruanos o
latinoamericanos son muy numerosas, lo que supone que en Norteamerica el migrante se
encuentre en menor situación de aislamiento que en Europa.
¿Y América Latina?
7
Vemos la misma situación en el caso del Japón. Al parecer se
están produciendo retornos masivos después de haber habido una
gran oleada migratoria en los años anteriores. Canadá también
registra un saldo maigratorio positivo en los últimos años.
Hasta antes de 1980 la emigración peruana en América Latina no era muy significativa a
excepción de un solo país, Venezuela.
Un cuadro publicado por CELADE8
muestra que la población peruana que vivía en
Venezuela en 1980 (19,956) era inmensamente superior a la de migrantes peruanos en
cualquier otro país de América Latina. En Argentina, Chile y Brasil, que siguen a Venezuela
en cuanto a tamaño de la colonia peruana, los migrantes del Perú bordean apenas los 5 mil. La
misma fuente revela que en 1971 la población peruana en Venezuela era apenas de 2,168, lo
que demuestra que la emigración de peruanos hacia ese país fue rápida y violenta.
En los últimos diez años la emigración peruana a países latinoamericanos se incrementó
bruscamente, teniendo como sus destinos principales Ecuador, Chile, México, Panamá,
Venezuela y Argentina (cuadros 1, 2 y 3). Curiosamente, Venezuela ha sido ampliamente
superada por otros países latinoamericanos como foco de migración.
Para dar un ejemplo de esta migración de tipo explosivo comparemos la cifra de peruanos que
fueron a los siguientes países en la última década (cuadros 1, 2 y 3) con la cifra de migrantes
registrada por el CELADE9 para los años que se encuentran entre paréntesis: Ecuador: 1,887
(1982); Panamá: 1,201 (1980); México: 2,188 (1980); Chile: 3,804 (1970).
Así pues, la historia de la emigración peruana muestra un comportamiento inestable, a la
manera de olas que se encaminan abruptamente hacia ciertos destinos. Según las épocas se
privilegian unos para abandonar otros. Vemos la aparición repentina de Europa o Japón como
focos migratorios y su aparentemente reciente abandono. Lo mismo vemos que sucede
respecto a la emigración hacia Venezuela, Argentina o los EE.UU.
Los peruanos-americanos10
.
La población peruana en los EE.UU. registrada por el US Census Bureau para 1980 era de
55,496. Sin embargo, Altamirano calcula que entre los ilegales y los legales que por alguna
razón no dijeron que eran peruanos o se negaron a participar en el censo, la cifra se incrementa
en tres cuartas partes. Es decir, que, según esos cálculos, hacia 1980 había en EE.UU. 221,984
inmigrantes peruanos entre legales e ilegales. El experto calcula una tasa de crecimiento anual
de 5%. Siguiendo esta proyección la población de inmigrantes peruanos en USA habría sido
de 485,450 el año pasado.
8 CELADE, Boletín Demográfico, No. 20, Santiago de Chile
9 Ibídem.
10 La información que aquí aparecen fue en gran parte obtenida de la lectura
de dos libros de Teófilo Altamirano: Exodo: peruanos en el exterior (Fondo
Editorial de la PUC, Lima 1992) y Los que se fueron: peruanos en los Estados
Unidos (Fondo Editorial de la PUC, Lima 1990).
Hasta 1992 la clase alta era proporcionalmente la más representada, aunque numéricamente
era superada por la clase media. Sin embargo, la clase baja era la que tenía una mayor tasa de
crecimiento desde hace algunos años.
Según el autor, los peruanos de sectores acomodados deberían tener menores problemas de
adaptación a la sociedad norteamericana ya que desde aquí ellos tienen un estilo de vida
norteamericano, conocen el inglés y comparten muchos rasgos culturales estadounidenses.
Sin embargo, la migración les ha generado dos problemas graves: una crisis de identidad
cultural y un descenso social considerable.
De acuerdo con Altamirano, ellos no se identifican con lo peruano. Por el contrario, hacen el
esfuerzo de identificarse más con lo norteamericano. No obstante, nunca llegarán a ser
norteamericanos. El apellido, el color y desde luego la cultura los delatarán siempre y
experimentarán el dolor o la rabia de ser tratados muchas veces como ciudadanos de tercera.
Qué contraste con el status que poseían en el país de origen y que ya nunca volverán a
alcanzar, allá en su nuevo país. Además de que, muy a pesar suyo, empezarán a formar parte
de una minoría étnica con todos los problemas que esto conlleva, descenderán drásticamente
de clase social y se ubicarán dentro de esa gran masa que es la clase media norteamericana.
El antropólogo sostiene que, en contraste, son los peruanos de clase media el sector más
exitoso y mejor adaptado en los EE.UU. En base a empeño y dedicación estos peruanos
(profesionales, técnicos o ex-empleados) han logrado muchas de las metas que tenían antes de
migrar. Por lo menos en lo que se refiere al bienestar económico. Es el sector que más se
esforzará por reivindicar la cultura peruana y que más se interesará por lo que sucede en el
Perú. La gran mayoría de las asociaciones de migrantes están conformadas por peruanos de
ese sector social.
Pobres latinos
En cambio, los que provienen de clase baja tendrán una suerte muy diferente. La mayoría llega
como indocumentado y sin conocimiento del inglés. ¿Qué les espera? Si tienen suerte
conseguirán un trabajo en pequeños negocios de conocidos peruanos o familiares,11
con
sueldos muy bajos que apenas les alcanzarán para, después de varios años, pagar las deudas
contraídas con aquellos que los hicieron entrar al país y con quienes les conseguirán, si la
suerte los acompaña, la ciudadanía. 11
Esta es una característica que diferencia a los indocumentados
mexicanos o centroamericanos de los peruanos. Los primeros
trabajan generalmente en grandes empresas agrícolas e
industriales, en donde son fácil blanco de los oficiales de
inmigración. Los peruanos se encuentran más guarecidos en las
pequeñas empresas.
A diferencia de los dos grupos anteriores que viven en barrios de clase media norteamericana,
no tendrán otra alternativa que vivir en los llamados enclaves étnicos, barrios pobres latinos (o
incluso de negros o mezcla de ambos) de las grandes ciudades norteamericanas. En estos
barrios étnicos el migrante puede pasarse el día sin hablar una sola palabra en inglés, ya que
todo puede funcionar en español. Como sus relaciones sociales, incluso las de trabajo, las
realizará exclusivamente con latinos pobres, su integración a la cultura norteamericana será
prácticamente nula.
Las posibilidades de ascenso social de este grupo son muy reducidas. Los indocumentados
viajan casi siempre solos, con la esperanza de traer a otros miembros de su familia. Si tienen
suerte lo consiguen después de largos años.
Altamirano sostiene que los hombres que van solteros tienen escasas posibilidades de
encontrar esposa allá. En cambio, para las mujeres es mucho más fácil casarse, incluso lo
hacen muchas veces con personas de mejor condición económica y social.
Los problemas que trae la ilegalidad sumados a la soledad, la desintegración familiar y los
problemas de orden económico convierten a la experiencia migratoria en un periodo muy
difícil del cual todos quisieran huir.
Varios autores han constatado graves problemas de alcoholismo y drogadicción entre la
población de esos ghettos. Su participación en asociaciones de migrantes es también reducida.
Cuando las forman son generalmente asociaciones religiosas, hermandades de santos o clubes
deportivos.
En el caso de las familias pobres y en muchas de clase media la migración forma parte de una
estrategia familiar. La familia ahorra o, mejor aún, invierte en el viaje de uno de sus
miembros. Si todo sale bien, con el tiempo éste les estará enviando mensualmente una
cantidad de dinero. Después de cierto tiempo, por lo menos cinco años, si la persona se
encuentra ya bien instalada en los EE.UU., empezará a llevar a los demás miembros de la
familia12
.
Naturalmente las mayores posibilidades de éxito y de adaptación a la vida norteamericana la
tienen los migrantes que llegan por vía legal y los que conocen el inglés.
12 Según Altamirano, la gran mayoría de los migrantes envía regularmente dinero
al Perú. A tenor de sus proyecciones, en 1991 había aproximadamente 630 mil
peruanos trabajando en el exterior. El especialista calcula que cada uno envió
en promedio unos mil dólares anuales, con lo que la suma total que ese año
ingresó al país fue de 630 millones de dólares. De mantenerse las estimaciones
del antropólogo, el año pasado habría ascendido a 1,500 millones de dólares.
Pero existe un elemento que es muy importante pero que pasa desapercibido: la amplitud y
carácter de las redes sociales del recién llegado. Al tener familiares o amigos en el país de
destino el migrante tendrá más posibilidades de conseguir un trabajo, de ubicarse mejor en la
sociedad, de tener una vida social aceptable y de tener el soporte emocional o afectivo que
necesitará en la difícil etapa de adaptación.
Asociaciones peruanas
Existen alrededor de 300 asociaciones de migrantes peruanos en EE.UU., de las cuales 50
participan regularmente en convenciones anuales de asociaciones peruanas, la última de las
cuales se realizó en 1996 en el Club de la Unión de Lima.
Según Altamirano, los peruanos son los únicos latinoamericanos cuyas asociaciones tienen
convenciones anuales, lo que nos da una idea del nivel de organización de al menos un sector
de los migrantes peruanos en EE.UU.
Estas asociaciones pueden ser de tipo social (incluidas las deportivas), cultural, profesional y
religioso (el ejemplo típico: la hermandad del Señor de los Milagros).
Sin considerar los fines particulares que puedan tener, todas sirven como un lugar de
reencuentro entre peruanos, allí se celebran fiestas y se organizan eventos en fechas
significativas.
Estas asociaciones, como sus convenciones anuales, cumplen diversos fines: difusión de la
cultura peruana, realización de obras de caridad en el Perú o de ayuda a latinos pobres o
ilegales en EE.UU.
Las asociaciones llegan a ser un espacio en el cual los migrantes retoman contacto con la
realidad peruana. Un ejemplo de esto se encuentra en los cronogramas de las convenciones
anuales en donde siempre figuran conferencias en torno a la actualidad política y económica
del país.
Con respecto al tipo de migrante que participa en las convenciones anuales Altamirano dice:
«Es cierto que las convenciones todavía son escenarios de reencuentro de amigos y paisanos,
especialmente de los «hijos del éxito». No así de aquellos que son los más pobres, que no
pueden autofinanciarse un viaje, que tienen que trabajar para sobrevivir, de los ilegales que
prefieren el anonimato, de los que creen que han roto todo tipo de vínculos con el Perú;
tampoco de los más «pitucos», que opinan que las convenciones son un medio de no querer
americanizarse. Estos últimos prefieren formar sus propios clubes excluyentes, sin ninguna
proyección social ni dentro ni fuera de los EE.UU.»
Como se puede deducir de este pasaje, las distancias y la desunión entre peruanos motivadas
por diferencias de origen social perduran en el país de destino.
Cuadro N 1
Peruanos que viajaron al extranjero y no retornaron,
según país de destino y ocupación previa. 1985-1988
País M F Prof. Técs. Estud. Empls. Empr.
Comr.
Otros Total
Argentina 2,003 2,356 892 88 986 520 172 1,701 4,359
Canadá 1,440 2,072 456 145 812 507 74 1,518 3,512
Chile 6,201 5,808 1,869 276 4,146 1,614 347 3,757 12,009
Ecuador 9,101 7,266 1,821 627 3,972 3,661 558 5,728 16,367
España 1,326 1,755 618 71 737 571 99 985 3,081
EE.UU. 20,097 24,998 6,278 1,654 9,985 6,424 1,399 19,355 45,095
México 5,447 5,035 1,136 298 2,377 3,335 316 3,020 10,482
Panamá 5,171 5,113 1,250 278 2,231 2,737 372 3,416 10,284
Venezuela 3,167 4,331 1,398 403 1,489 830 266 3,112 7,498
Totales 53,953 58,734 15,718 3,840 26,735 20,199 3,603 42,592 112,687
Cuadro N 2
Peruanos que emigraron y no retornaron de los paises de destino, según la ocupación previa (Enero
1985-Julio 1990)*
Países Prof. Técs. Estud. Empl. Empr.
Com.
Otros Total
Argentina 1,300 143 1,590 776 245 2,539 6,593
Canadá 705 242 1,388 1,064 146 2,500 6,045
Chile 3,838 659 10,409 3,518 846 10,080 29,350
México 1,646 976 3,295 4,151 422 4,655 15,145
Ecuador 2,901 1,147 7,169 7,174 1,116 10,095 29,602
España 958 134 1,230 639 165 1,968 5,094
EE.UU. 11,717 3,461 16,961 13,887 3,025 33,656 92,707
Venezuela 2,159 550 1,658 1,927 447 5,607 12,348
Panamá 1,595 373 4,129 3,681 510 4,037 14,325
Resto del
mundo**
3,718 719 6,903 3,256 837 8,463 23,896
Totales 30,537 8,404 64,752 40,073 7,759 83,600 235,125
(*) No existen registros para 1989.
(**) Resto del mundo: sólo se consideran 1985 y enero-julio 1990.
Cuadro N° 3
Saldo migratorio internacional
por paises o regiones de destino
País de destino 1993 1994 1995
TOTAL GENERAL -79,338 -64,764 -19,595
NORTE AMERICA -14,115 -9,315 -7,642
Canadá 265 289 288
EE.UU. -14,175 -8,270 -8,410
Puerto Rico 166 21 49
México -371 -1,355 431
CENTRO AMERICA -3,205 -2,667 -3,659
Costa Rica -836 -2,735 -1,977
Panamá -1402 76 -627
Otros -967 -8 -1,055
SUD AMERICA -60,134 -51,883 -10,506
Argentina -229 -480 444
Bolivia -8,433 -4,905 -3,635
Chile -23,095 -20,240 -4,142
Ecuador -26,616 -26,119 -3,227
Venezuela -1,266 -53 -565
Otros -495 -86 619
EUROPA -3,151 -1,468 977
Alemania -100 -396 -1,252
España -550 196 1,302
Francia -370 -283 304
Holanda -2,484 -2,521 -2,329
Italia 1,055 884 1,565
Otros -702 652 1,387
ASIA 1,373 1,026 1,554
Japón 1,370 1,081 1,670
Otros 3 -55 -116
AFRICA 44 -1 31
OCEANIA -75 -7 -70
Australia -73 -8 -58
Otros -2 1 -12
No especificado -75 -449 -280
Cuadro N 4
Saldo migratorio entre peruanos que salieron al exterior y peruanos que llegaron al
país en 1994 y 1995, por sexos y continentes de destino
1994
1995
CONTINENTE M F M F
Norteamérica -3,754 -5,561 -3,204 -4,438
Sudamérica -26,953 -24,930 -3,425 -7,081
Centro América -1,344 -1,323 -1,903 -1,756
Europa -162 -1,306 851 126
Asia 864 162 974 580
Africa 3 -4 14 17
1994
1995
Oceanía 10 -17 -15 -55
No Especificado -455 6 -280 0
TOTALES -31,791 -32,973 6,988 12,607
Cuadro Nº 5
Perú: Saldo migratorio
internacional, 1982-1995
Años Saldo
1982 -10.000
1983 -14.000
1984 -12.000
1985 -15.000
1986 -23.000
1987 -13.000
1988 -25.000
1989 -40.000
1990 -49.000
1991 -70.000
1992 -59.000
1993 -79.338
1994 -64.764
1995 -19.595
Suma -493.697
Los hispanos en EE.UU. (recuadro)
Según el US Census Bureau, en junio de 1996 había en territorio de los EE.UU.
27'856,000 personas de origen hispano, lo cual representaba el 10.5% del total de la
población.
Hasta el momento, la primera minoría étnica sigue siendo la población negra con un 12.1%
del total, situación que se revertirá en muy poco tiempo ya que la tasa de crecimiento de la
población hispana es mucho mayor a causa de la migración.13
Se calcula que para julio del 2,000 la población de origen hispano llegará a 31'366,000
personas, lo cual representará el 11.4% de la población total. Para el 2,010 será de
41'139,000, el 13.8% del total. Para el 2,050, es decir para dentro de un poco más de 50
años, la población hispana será de 96'508,000, lo cual representará el 24.5% del total, la
cuarta parte de la población de los EE.UU.14
.
La población hispana es muy numerosa en los siguientes estados: California (8’352,665),
Texas (4’688,696), Nueva York (2’361,878), Florida (1’732,850), Illinois (975,161),
Nueva Jersey (807, 038), Nuevo México (614,346).15
En EE.UU. es conocido el lugar que ocupan los hispanos en la escala social y económica.
El US Census Bureau señala que un 27.3% de las familias hispanas están por debajo del
nivel de pobreza (el promedio nacional debajo del nivel de pobreza es 10.8%).
Según esa misma fuente, en marzo de 1994 el ingreso anual familiar de lo que denomina
hispanos era en promedio de 31,124 dólares. Para el resto de la población arrojaba un
promedio de 48,758 dólares: 51,471 dólares anuales para la población blanca y $ 30,037
para la negra.
Considerando el país de origen, dentro de los llamados hispanos existen también
diferencias enormes en cuanto al ingreso anual. Los más pobres son los puertorriqueños
13
Entre julio de 1991 y junio de 1996 la población hispana creció
en un 19.15%, mientras que en ese mismo periodo la población negra
creció en un 7.16%. Si comparamos ambas con el crecimiento de
la población catalogada como blanca, las diferencias son
impresionantes. Esta última en ese mismo periodo creció solamente
en un 2.37%. 14 Para ese mismo año la población negra será de 53’555,000 (13.6%) y la
población blanca de 207’901,000. Ésta última descendería del 82.8% (porcentaje
actual) al 52.8%. 15 US Census Bureau, septiembre 1995.
(27,917 dólares) y mexicanos (29,932 dólares) seguidos de los de América Central y del
Sur (31,359 dólares). El caso de los cubanos es excepcional dentro de la población
hispana, de lejos son los mejor situados económicamente (42,551 dólares).
Con respecto al nivel de educación las diferencias entre la población hispana y la no
hispana son realmente alarmantes. Mientras que más del 80% de los no hispanos se han
graduado en el high school, cerca de la mitad de los hispanos no ha conseguido hacerlo.
Grado educacional de personas mayores de 25 años.
Marzo 1995.
Grado de educación
alcanzado
Total Hispanos No hispanos
Total 100.00 100.00 100.00
< 5to grado 1.9 10.8 1.1
5to-8vo grado 6.9 20.4 5.7
9no-12vo grado 10.3 15.5 9.8
Graduado en
high school
80.9 53.3 83.4
En lo que respecta a grados superiores de educación las cifras son aún más impresionantes:
alrededor del 73% de los hispanos no ha asistido nunca al college, apenas el 6.2% ha obtenido
el bachillerato (muy lejos del 15.5% de no hispanos que tienen ese grado académico).
Grado de educación superior en la población de más de 25 años. Marzo 1995
Grado de educación
alcanzado
Total Hispanos No hispanos
Total 100.0 100.0 100.0
Ningún college 53.5 72.9 51.7
College interrumpido 17.4 13.3 17.7
Grado AA 7.0 4.7 7.2
Bachiller 14.7 6.2 15.5
Grado Avanzado 7.5 2.9 7.9
Argentina: La ola peruana (recuadro)
Hasta 1993 la población peruana en Argentina era de alrededor cinco mil personas. Según
el sociólogo argentino Ponciano Torales, ese año se incrementó a diecisiete mil.
El experto, quien en 1994 realizó una investigación para la Organización Internacional
para las Migraciones (OIM) sobre la ola de peruanos llegados a la Argentina el año
anterior, sostiene que a partir de allí la composición social de la población peruana en
Argentina cambió drásticamente.
De estar integrada por universitarios y profesionales de clase media, de un momento a otro
pasó a ser mayoritariamente compuesta por indocumentados, dedicados a trabajos del más
bajo nivel.
El investigador averiguó que los peruanos eran enganchados desde Lima por unas agencias
que les prometían buenos trabajos. Los avisos en los periódicos rezaban: «Trabaje en
Argentina, un país que ya entró al Primer Mundo».
Algunos pagaban hasta el triple por los pasajes de ida. Al llegar encontraban trabajos de
muy bajo nivel y a veces nada. En muchos casos entraban a trabajar en negocios de
inmigrantes coreanos en condiciones espantosas: «ciertos operativos policiales se hicieron
no contra los peruanos sino contra los empresarios, mayormente textiles, y se descubrieron
talleres en donde la gente dormía en el suelo y le daban un plato de comida por día»,
señala el sociólogo.
Con la ayuda del Consulado del Perú en Buenos Aires Torales encuestó a ocho mil
peruanos. Al contrario de lo que se pudiera pensar, los migrantes no eran de clase baja:
«En gran parte eran profesionales y gente de nivel medio para arriba que, expulsados del
trabajo por la reducción del Estado y el ajuste estructural en la economía, experimentaban
un descenso social en el Perú».
Es un nuevo tipo de migración, de clase media que -como sucede también con mucha
gente que se va a los EE.UU.- convalida su descenso social no en su país de origen sino en
el país al que van: allá realizan trabajos, de mozo, de albañil o de empleado doméstico, por
ejemplo, que acá no harían
¿Por qué se quedaba esa gente en Argentina? El engaño no lo puede explicar todo: «La
paridad dólar-peso y condiciones económicas de cierto tipo establecen que los salarios
-que en la Argentina no alcanzan para sobrevivir-, sin embargo, sean muy superiores a los
salarios medios en el Perú. El salario mínimo ascendía a 250 dólares. Entonces, aunque
parezca mentira, la gente vivía con cien dólares y mandaba el resto al Perú. Así, se daba
otro fenómeno importante: la transferencia de divisas de un país a otro», afirma el
estudioso.
Torales refiere que, a causa de lo abrupto de la inmigración peruana -todos los días se
abarrotaban peruanos en las estaciones de ómnibus interprovinciales- y debido a problemas
internos, en algún momento la sociedad argentina se mostró xenófoba. A los peruanos se
les acusaba de delincuentes o terroristas. Esta xenofobia se generalizó luego a migrantes
bolivianos, paraguayos o chilenos.
La mitad de los peruanos que migraron a esa oleada son solteros, por lo que es posible que
muchos de ellos se queden por allá.