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N-20080224 - CELIS
EL PUENTE DE LA HERRERÍA SOBRE EL RÍO NANSA
Declarado Bien de Interés Local el lunes, 2 de febrero de 2004.(Ver página 22).
Un puente que sorprende por su arco soberbio de piedra de granito, que invoca la
maestría del maestro que supo insertar su sabiduría en su arquitectura y rematando
todo el conjunto con una hornacina en su cima bajo la advocación de la Virgen de
Guadalupe. He aquí la fotografía.
Es el mejor puente de piedra construido en Cantabria en el siglo XVIII y que
puede tutease, con orgullo, con el puente de Cangas de Onís. Pero aquel los
asturianos lo presentan cuidado y adornado con jardines; y su referencia aparece
en todos los folletos y libros de turismo. En cambio, nuestro Puente de la Herrería
se halla huérfano en esa y otras cuestiones, pues aún nos falta un último cepillado
para poder presentar nuestra herencia ancestral con orgullo y sin envidia.
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Puente de La Herrería fue construido entre los años 1749 y 1760, con un único
arco monumental, de unas dimensiones de 99 pies de diámetro (27,58 m.) y 60 pies
de altura (16,72m.) y tiene una particularidad casi desconocida en arquitectura;
está compuesto de dos arcos superpuestos, y de tramo en tramo, tiene unas
dovelas de doble longitud en sentido radial, que unen los dos arcos superpuestos.
Solamente esta característica, que da al puente una gran resistencia, que
complicaría en su día la construcción del mismo al requerir una cimbra mucho más
resistente para soportar el peso del doble arco hasta el cierre del mismo.
En la parte izquierda el arco está apoyado directamente en la roca, y en la
parte derecha parece que está apoyado sobre troncos de haya, que dicen que
tiene la particularidad de mantenerse verdes durante siglos mientras está por
debajo de la superficie del agua. Lleva seis robustos contrafuertes por cada lado
que evitan cualquier deformación lateral del mismo.
El piso original del puente era adoquinado. Había una fila de piedras grandes y
planas que dividían el puente longitudinalmente en dos partes y cada dos metros
aproximadamente otras filas perpendiculares a la anterior, formando cuadros de
unos dos metros por uno ochenta. Estos cuadros están adoquinados con piedras
más pequeñas y redondas.
Estas particularidades y dimensiones del puente no se le escaparon al navarro,
don Pascual Madoz, que lo dejó inventariado en su Diccionario Geográfico
Estadístico Hispano, que realizó entre los años 1845 y 1850, en el que dejó escrito:
“El puente, que cruza y facilita el paso de Celis a los otros barrios, es digno de mencionarse por su estructura; consta de un solo arco de piedra de sillería con 99 pies de diámetro y 60 de altura y la particularidad de ser doble con una pasante a cada tercer bóveda que abraza los dos arcos; tiene varios estribos de piedra labrada, y cerrados tres pequeños arcos de que constaba además: se construyó en el año 1750 y siguientes, a expensas de D. Juan Gutiérrez Rubín de Celis, natural de este pueblo de Celis y vecino de México”. ------------------ooo0ooo-----------------.
EL PUENTE ABANDONADO
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Este puente, magnífico, hasta el año 2004 estuvo completamente abandonado y
envuelto en maleza. Un tal Mayucu, camino de San Pedro, le llamó la atención
tanta maleza, retrocedió y bajó a la orilla del río, contempló el magnífico arco y, al
tiempo, observaba la enorme cantidad de maleza arraigada en las paredes y en
los contrafuertes. Se indignó al contemplar tal dejadez, tal abandono, tal
indolencia, y a la memoria le vino como en el mismo barrio de La Herrería, cuando
él era niño, se convocaba concejo público para proceder a la limpieza por parte
de los vecinos del Concejo de Celis, qué, por un día de manera altruista, ,
prestaban su trabajo y esmero en el mantenimiento y cuidado de PUENTE. Pero
desde que se dejó de prestar, al toque de campana, labores altruistas para el
arreglo de caminos por parte de los vecinos, el abandono del PUENTE viene
desde entonces (hace muchos años), sin hacer ningún tipo de cuidado ni limpieza
del mismo. Tampoco, ni una peseta se había invertido en su mantenimiento. En
vista de todo ello, Indignado, escribí el siguiente escrito al diario ALERTA:
“Celis: puente monumental abandonado” “En Celis, en el barrio de La Herrería, se halla uno de los puentes más grande y
monumental de Cantabria completamente abandonado; árboles, araos y
matorrales de todo tipo han enraizado en sus paredes, en los estribos y en la mima
base del arco del puente, agrietando y arruinando gravemente las piedras de
granito en toda su estructura, sin que ningún responsable político ejecutivo haya
puesto sobre el tapete el estado ruinoso en que se halla.
Señor director diario Alerta: Adjunto le envío tres fotografías en las que puede
observar los árboles y matorrales que están dañando el puente.
En la primera fotografía se observa como han enraizado árboles y araos en
la misma base del puente, agrietando las piedras de sillería de la propia esquina
maestra del arco. Debo decirle, que esa parte del arco está cimentada sobre
grandes troncos de haya al ser imposible, en su día, profundizar y llegar al suelo
firme. Este hecho favorece la penetración de las raíces de los árboles y de los
araos en toda la cimentación del arco del puente, agrietando y desplazando las
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piedras de la cimentación, y si esto fuera poco, allí mismo vierte el colector del
barrio las aguas fecales, que, aparte de convertir el río Nansa en cloaca, las aguas
fecales allí estancadas puede erosionar y descomponer toda la base de troncos de
haya colocados en el hecho de la cimentación hace justamente 252 años.
La segunda fotografía muestra los árboles y matorrales espesos que han
enraizado en los laterales y estribos del puente, dislocando las piedras de sillería de
estos últimos. Hasta los zorros hacen camada en ellos.
La tercera fotografía muestra la gran magnitud del arco del puente. Según el
Diccionario Geógrafo Estadístico e Histórico de Pascual Madoz (1.845), el puente
Esta fotografía muestra como la maleza y los árboles arraigan en las paredes y
contrafuertes del PUENTE que las dañan gravemente
Esta otra muestra el desagües del barrio al pie del cimiento derecho del arco, que puede dañar a los troncos de haya del
cimiento.
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tiene 60 pies de altura (16'718 m) y 99 pies de diámetro (27'585 m). Se trata de uno
de los puentes de piedra mayor y monumental de toda Cantabria con hornacina
incluida bajo la advocación de la Virgen de Guadalupe.
¿Cuántos municipios de Cantabria desearían tener un puente de piedra de sillería, monumental y con tanta historia, como tiene el puente de La Herrería de Celis, para, con sumo orgullo, mostrarlo limpio y con iluminación propia a forastero y turistas?........... Muchos
Esto es: limpio y con iluminación ornamental propia, como el puente de
Gangas de Onís. Pero en Rionansa no se está a eso; desde que legó la democracia
impera el caciquismo, el fascismo y el latrocinio, y bajo estas tres plagas
miserables no hay tiempo ni iniciativas en pro y en beneficio del patrimonio del
municipio. Quizás mucha culpa la tengan los propios vecinos que miran más para
otro lado cuando debieran mirar de frente, escudriñar los entresijos malolientes y
señalar con el dedo allí donde sale el tufo, esto es: al malabarista que oculta las
cuentas públicas con facturas piratas; al listo, que cortó y quemó sin fuego el
pinar de Ribalastra mientras el Táladro ocho años sin camino está; al usurpador,
que abren canteras ilegales llevándose en camiones la piedra de granito que
pertenece al patrimonio común de todos y venderla en beneficio de su bolsillo; al
ínclito, que lleva construyendo durante catorce años un edificio fuera de lo
establecido en el proyecto, levantando planta de más y ahuyentando al arquitecto
director con un kick en el culo; al indolente, que tiene el deber de velar por el
patrimonio público del municipio y no lo hace; al sisador, que tiene una
acometida ilegal del alumbrado público dentro de su casa, y al penitente en “vía
crucis”, que está construyendo durante doce años un polideportivo público con
sólo cinco kilos de cemento y muchos millones de pasta gastados,…..y
atribuyendo el desaguisado a Miguel Ángel Revilla por no cebar la vaca durante
los tres últimos años.
¿En qué galaxia reside el Tribunal de Cuentas?. Eso pregunté hace poco,
pero el Gran Hermano me respondió: "Esa pregunta es una impertinencia:
¡España va bien!". Otra pregunta impertinente: ¿Quién conoce en el barrio de La
Herrería a estas personas, como vecinos del barrio?, esto es: a Manuel García
González, a Honorario Sánchez Muñoz y Pedro Santamaría López. Idem, en
Riclones: a Ángel Paulino Rodríguez Mantecón, a Pedro R. Díaz Fernández, a Silvino
Díez San Martín, a Francisco Gómez Sánchez, a Vicente García Llorente y Alberto
Toca Villegas. Idem, en Celis: a José Luis Escalante Pacheco, a Antonio Cantero
Gómez, a Pablo García Sánchez, a Francisco Gómez Samperio, a Onésimo
González Cuesta, a Elías Gorostola Calderón, a José Luis Martín Álvarez, a Ángel
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Noriega Peón, a Ángel Rodríguez Cuevas, a Antonio Rueda Pardo, a Luis Somavilla
Sota y Santiago Torre Ruiz. Idem, en Celucos: a José Mª- López Molino. // Todos
estos nombres no sé si responden a personas reales o virtuales, pero todos están
señalados como votantes y haber votado en las últimas elecciones municipales en
Celis, y posiblemente en las listas de las restantes mesas del municipio el mismo
virus virtual haya engordando el número de votantes para obtener una mayoría por
los pelos. Yo recurro al adagio atribuido a Séneca:
“Si las leyes no lo prohiben lo debe prohibir la honestidad."
De estos tufos malolientes y de otros sale la raíz del mal, aparte del que sale
de las aguas putrefactas del colector chapuza bajo el mismo Puente de la
Herrería. Mientras tanto, la raíz de los árboles, matorrales, araos, y las propias aguas
putrefactas, están dañando gravemente toda la estructura del PUENTE, sin que
ningún responsable del patrimonio público haya sentido ni siquiera una brizna de
vergüenza política ni ética.
El Día 13 de septiembre último, tres diputados regionales del Partido Socialista
(Pilar Gutiérrez Ocerín, Lucrecia Santamaría Gabancho y Tomás Rivero), han
verificado el grado de abandono en que se halla el puente, y han prometido
plantear el tema del abandono en el Parlamento de Cantabria.
De paso, ese mismo día, dichos diputados socialistas visitaron a la abuela de
Cantabria, doña Ángeles Vega Álvarez, vecino del citado barrio de La Herrería,
con 108 años cumplidos, a la que obsequiaron con un ramo de flores,
Celis, 28 de octubre de 2000” (Fin)
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OTRO ESCRITO EN EL DIARIO ALERTA:
“Unge el mantenimiento del Puente de La Herrería A LA CONSEJERIA DE CULTURA:
Con fecha 5 de noviembre último salió en ALERTA un escrito mío titulado: “Puente
monumental abandonado”, escrito que dio lugar para que la diputada socialista,
Lucrecia Santamaría Gabacho, requiriera en Comisión parlamentaria al Sr.
Consejero de Cultura y Deportes del Gobierno Regional con el objeto de saber la
gestión programática llevada por la Consejería en relación al mantenimiento y
conservación del patrimonio regional y, en particular, en relación al puente de La
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Herrería y del colector que vierte las aguas fecales en la propia cimentación del
puente. Comparecencia que tuvo lugar el 12 de enero último. A la pregunta
relativa al mantenimiento y conservación del puente, el Sr. Consejero, inició la
intervención y, entre otros detalles, puntualizó lo siguiente:
“Que los bienes patrimoniales de Cantabria se clasifican, de acuerdo con la Ley
del Patrimonio, en Bienes de Interés Cultural, Bienes de Interés Local y Bienes
Inventariados. El puente, al que se refiere la pregunta, no consta en el Servicio del
patrimonio como declarado en ninguna de las tres categorías de protección. Es
más, nunca ha sido solicitado de esta Consejería que se inicie o incoe expediente
de declaración en alguna de las tres figuras de protección antes anotadas. Lo
cual, me sorprende la preocupación por el puente, cuando a la Consejería no se
ha planteado nunca ninguna solicitud sobre ni tan siquiera estudios sobre el
puente. Recientemente, a través de la prensa, hemos conocido alguna
declaración pública, concretamente del Secretario General de la Agrupación
Socialista Comarcal del Nansa. Yo creo que más allá de posibles rentabilidades
políticas locales, la Consejería estima que si la situación del puente es la descrita,
lo que se impone es realizar un estudio técnico sobre el asunto, en el que se
analicen las causas del deterioro, incluido el desagüe al que se hace referencia,
para poder resolver, en consecuencia, la situación planteada”
Sorprende lo manifestado por el Sr. Consejero al decir que en la Consejería de
Cultura y Deportes no consta inscrito el puente de La Herrería en ninguna de las tres
categorías de los Bienes Patrimoniales de Cantabria. Ello demuestra el nulo interés
que tiene el Ayuntamiento de Rionansa en colaborar con la Consejería de Cultura
en este menester.
En cambio, desde hace 150 años, si consta en el Diccionario Geográfico
Estadístico Hispano, realizado entre 1845 y 1850, cuando no había ni coches a
motor, ni radio, ni teléfono, ni correo electrónico, ni ordenador, ni internet,
ni redes on line. Sólo los zamarrones de Polaciones era lo más importante
del valle bajo la fuente El Chivo, cuando el navarro, don Pascual Madoz,
nos dejó escrito:
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“El puente, que cruza el río Nansa que facilita el paso de Celis a los otros barrios, es digno de mencionarse por su estructura; consta de un solo arco de piedra de sillería con 99 pies de diámetro y 60 pies de altura y la particularidad de ser doble con una pasante a cada tercer bóveda que abraza los dos arcos; tiene varios estribos de piedra labrada, y cerrados tres pequeños arcos de que contaba además; se construyó en el año 1750 y siguientes, a expensas de D. Juan Gutiérrez Rubín, natural de este pueblo de Celis y vecino de Méjico”.
Debo decir y para que lo sepa el Sr. Consejero, que con fecha 28-11-98, el diario
ALERTA publicó un artículo de Armando Gómez, entonces edil del PRC, en el
que manifestaba la presentación en el Ayuntamiento de Rionansa una moción
solicitando la limpieza y conservación del puente de La Herrería y la del puente
sobre el río Vendul, en Cosío, “rogando al Pleno, que se solicite a la
Consejería de Cultura su revisión por técnicos propios con el fin de
estudiar su historia y, en su caso, solicitar la inclusión de los mismos
dentro del Patrimonio Cultural de Cantabria”.
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Moción y sugerencia que fueron a la papelera del olvido negligente, pues el
pensamiento único es totalmente incompatible con la democracia
efectiva y, por ende, con la Cultura. Por tanto, prometo al Sr. Consejero enviarle
personalmente copia literal de la Escritura de Fundación de la Escuela de Celis,
donde se recoge la orden dada para la construcción del puente de La Herrería
y, al tiempo, le ruego encarecidamente que ordene el inicio del expediente
correspondiente para la inclusión del puente en el Catálogo del Patrimonio de
Cantabria, y se ejecute la limpieza y reparación que necesita con urgencia.
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Por otra parte, muy pocos vecinos del Concejo de Celis saben quien fue D. Juan
Gutiérrez Rubín de Celis, cuando este señor ha sido, sin duda alguna, el mejor
benefactor de todos los tiempos que ha tenido el Concejo de Celis y, sin
embargo su nombre ha caído en el olvido de modo lamentable. D. Juan
Gutiérrez Rubín de Celis, nació en el barrio de La Herrería (Celis) posiblemente
en el último cuarto del siglo XVII. Fue coronel del Ejercito y Caballero de la
Orden de Santiago, ferviente católico, y vecino de la imperial ciudad de
México en el reino de Nueva España. Con fondos propios mandó construir el
soberbio puente en el barrio de La Herrería sobre el río Nansa; la Escuela de
Primeras Letras en el citado barrio La Herrería; la Iglesia de San Roque y San
Jacinto en Celis, y la traída de aguas al pueblo de Celis desde la fuente de La
Toja. Cuatro obras de primera magnitud que fueron hechas en un tiempo
record (18 años), teniendo en cuenta que en aquellos tiempos todos los
materiales eran transportados con parejas de bueyes por caminos de
herradura. Las obras preliminares del puente, según se ha podido averiguar, se
iniciaron el 18 de mayo de 1749 (año en que nació Goethe) y se dieron por
terminadas el 12 de diciembre del año 1760, festividad mexicana de Nuestra
Señora de Guadalupe. La primera pareja de bueyes, con carro, que cruzó
sobre el arco del puente fue el 4 de julio de 1756, conducida por el carretero
José Antonio Gutiérrez de Celis. La cimentación del puente, del lado del barrio,
se hizo sobre grandes troncos de haya recién cortados, que, bajo tierra
húmeda, perpetuamente permanecen verdes. Mientras tanto se hizo la Iglesia
de San Roque y San Jacinto y la traída de aguas al pueblo de Celis. La Escuela
de Primeras Letras en el barrio de La Herrería se terminó el año 1764, la cual
estuvo en activo hasta julio de 1937. En el año 1948 fue vendida por el Gobierno
franquista a pesar de que lo prohibía expresamente el punto 14 de la Escritura
de la Fundación. Hoy se halla en estado ruinoso y se debería intentar recuperar,
comprándola, para establecer en ella un museo etnográfico para el valle del
Nansa.
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Considero que todos los vecinos del Concejo de Celis tenemos una gran deuda
de gratitud con este benefactor. Se debiera levantar un monolito en su memoria
al final del Puente (o bien en el sitio que los vecinos consideren más idóneo),
con placa de bronce, recordando su nombre, y de las obras y fundación que
mandó Fundación de la Escuela de Celis La Herrería, según la escritura de
fundación con fecha l5 de febrero de 1764. Todo un tratado de buenas
costumbres, éticas.
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OTRA CARTA DE PROTESTA EN DIARIO ALERTA:
CELIS: TODOS A ARRUINAR EL PUENTE
Todos a arruinar el puente refleja una realidad que está ocurriendo
actualmente con el puente del barrio La Herrería (Celis) que da paso sobre el río
Nansa a los pueblos de Celucos, Riclones y, en cierta medida, al Lamasón. Se trata
de un puente monumental no sólo por su gran magnitud, si no, también, porque
refleja la magna ingeniería empleada en su construcción llevada a cabo a
mediados del siglo XVIII. Antes de entrar con el verbo arruinar debo decir que
dicho puente tiene un arco construido con piedra de granito, de 99 pies de
diámetro y 60 pies de alto. Además del arco principal, lleva tres arcos ciegos y en
cascada, cuya misión es amortiguar el esfuerzo del arco principal. Toda la obra del
puente fue construida entre los años 1749 - 1760 gracias al mandato y al aporte
particular de don Juan Gutiérrez Rubín de Celis, Caballero de la Orden de Santiago,
coronel del Ejercito Imperial en la ciudad de México y oriundo del barrio de La
Herrería; hoy olvidado totalmente.
Lo propio ocurre con el puente: El tránsito de personas y el tráfico de vehículos
que cruzan el puente es considerable, pero olvidado y sin dueño
tocante al cuidado y la conservación. Desde hace ya muchos años se halla así,
abandonado, tanto por los vecinos del Concejo como por los responsables
políticos: Los primeros, por obviar su obligación de protestar y, los segundos (los de
la pasta), por no mantenerlo en las debidas condiciones de mantenimiento y
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conservación, de acuerdo a un programa de prevención. Pero como la ética, la
responsabilidad pública y la vergüenza son bienes escasos por estos lares,
ello repercute negativamente en el puente, razón por la cual se halla en ese estado
lamentable. Una de las esquinas maestras del arco está seriamente removida a
causa de las raíces de los árboles y de los araos que han brotado bajo los
cimientos del puente. Y esto es preocupante sabiendo que esa parte del arco está
cimentada sobre grandes troncos de haya al ser imposible en su día profundizar y
llegar a suelo firme, hecho que favorece la penetración de las raíces en toda la
cimentación, agrietando y desplazando las piedras de la cimentación. Además,
como guinda de este desaguisado, el colector chapucero del barrio La Herrería,
vierte las aguas fecales al pie de la cimentación dañada, que aparte de formar
una cloaca mosquitera, las aguas allí estancadas pueden erosionar y
descomponer, con el tiempo, los troncos de haya de la cimentación. No menos
deplorable se hallan las paredes y estribos de ambos lados laterales del puente,
todo lleno de árboles y matorrales que hasta los zorros hacen escondite en ellos.
Y llegan las obras de la ampliación de la carretera desde el Puente del Arrudo
a Puentenansa y con ellas más ruina al puente. Se procede a deposita escombros
en una parcelas de terreno al otro lado del río Nansa por parte de la empresa
adjudicataria, con camiones de gran tonelaje, uno tras otro, cruzando el puente
cargados de piedra y tierra procedente de los desmontes, llegando a más de 80
camiones por día con un peso unitario de 25 toneladas. Este trajín de paso de
camiones pesados en nada favorece a la estructura del puente, y menos al
cimiento dañado del arco principal. Se corre el riesgo que la parte dañada,
cimentada sobre troncos de haya, tenga algún movimiento de hundimiento. Si esto
llega a ocurrir de manera apreciable, el puente puede quedar “sonado” para
siempre, posibilidad ésta que no hay que obviarla a la ligera. Hay trazas evidentes
que la estructura del puente vibra al paso de los camiones; sólo hay que observar
que las paredes de los pretiles se están agrietando y desprendiendo la vieja cal de
rejunteo entre éstas y las piedras de granito engarzadas que coronan los pretiles.
Observando el problema, no hay duda alguna que se trata de una cuestión seria.
Téngase en cuenta, además, que toda la estructura del arco del puente se
proyectó en su día para el paso de carros con bueyes y no para el paso de
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camiones de gran tonelaje tal como hoy está sucediendo. Todas estas
circunstancias debieran haber sido analizadas y estudiadas por personas
técnicamente cualificadas, tanto por parte de la Empresa como por parte de la
Consejería de Obras Pública, y haber procedido a reparar la parte dañada de la
cimentación y reforzar dicha cimentación con un encofrado de refuerzo al pie del
arco. Pero no ha sido así; han obviado, negligentemente, toda medida de
seguridad e integridad del puente, extendiendo esta negligencia al que
permitió el paso de los camiones por el puente sin la previa reparación.
Cuando, además, el puente es un bien patrimonial y cultural de primer orden en el
valle del Nansa.
El puente de Castelo de Paiva (Portugal) tenía la misma técnica de cimentación,
sobre troncos de haya, que la que tiene uno de los cimientos del arco del citado
puente de La Herrería. Años antes de su hundimiento, los vecinos de Castelo de
Paiva habían denunciado reiteradamente el estado lamentable de inseguridad en
que se hallaba el puente ante el Ministerio de Fomento portugués. Nadie les hizo
caso. El 4 de marzo último el puente se hundió llevándose de paso un autobús con
67 personas y dos turismos con varios adultos y niños dentro.
Con fecha 25 de agosto último entregué en el registro de la Consejería de
Cultura del Gobierno Regional de Cantabria un escrito dando cuenta del estado
lamentable en la que se halla el puente, rogando al Sr. Consejero de Cultura que
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tomara este asunto con interés y que mandara a un arquitecto responsable a
verificar la estructura del puente, y más, al tratarse de una obra monumental del
siglo XVIII que requería, como medida prudencial, reparar el cimiento dañado.
Con fecha 28 del mismo mes entregué en el registro de la Consejería de Obras
Públicas otro escrito con la misma petición al manifestar el Consejero de Cultura
que la reparación del puente era competencia exclusiva de la Consejería de
Obras Públicas. (sic). // Celis, 18 de noviembre de 2001. // Víctor Cortijo.
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CAMBIO DE ESTRATEGIA
En vista que de poco servia enviar cartas a la prensa, era cuestión de plantear
una demanda para “Un bien a proteger”, pues, una obra magnífica del siglo
XVIII, como es el Puente de la Herrería, tenía que haber una ley donde encajara su
protección. Y efectivamente que la había. Con una copia de dicha ley, se elaboró
el siguiente escrito dirigido a la CONSEGERIA DE CULTURAL Del Gobierno
Regional de Cantabria.
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SR. CONSEJERO DE CULTURA, DEPORTES Y TURISMO DE LA COMUNIDAD DE CANTABRIA. SANTANDER
ASUNTO: ESTUDIO Y CATALOGACIÓN DE UN BIEN PATRIMONIAL Y CULTURAL . (Se trata del Puente de La Herrería, en Celis, sobre el río Nansa).
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El puente de La Herrería debe estar catalogado como un bien a proteger en el patrimonio cultural municipal
de Rionansa
El que suscribe, Víctor Manuel Cortijo Rubín, con D.N.I. 13.845.186 Z, natural y
vecino de Celis, Ayuntamiento de Rionansa, acogiéndose a Ley 11/1998, de 13 de
octubre, del Patrimonio Cultural de Cantabria, artículos 9 y 16 (y de todos aquellos
otros artículos que sean de aplicación para la protección del patrimonio), para
plantear ante esa Consejería, el estudio, la valoración y el registro en el Catálogo
del Patrimonio de Cantabria (en la modalidad que se estime), el puente que se
halla sobre el río Nansa, en Celis, denominado: “Puente de La Herrería”, ya que se
considera, sin ningún género de duda, de un bien patrimonial a proteger y
conservar de primer orden.
Además, el mismo preámbulo de la citada Ley viene a decir:
“Que la Comunidad Autónoma de Cantabria se obliga a contemplar las peculiaridades culturales de Cantabria, preservándolas y promoviéndolas como aportación de su tierra y de sus gentes y la de defender, proteger y conservar el patrimonio para que las actuales y futuras generaciones de ciudadanos disfruten ahora y en el futuro de una herencia ancestral que ha dado forma a través de las diversas etapas de la Historia de la Autónoma de Cantabria”
HISTORIA:
El Puente de la Herrería tiene un arco de 99 pies de diámetro y 60 pies de alto,
construido con piedra de granito, bien labrada, que refleja la magna ingeniería
empleada en su construcción llevada a cabo a mediado del siglo XVIII. El puente
lleva otros tres arcos ciegos amortiguadores del esfuerzo del principal. Toda la obra
de la construcción del puente fue llevada a cabo entre los años 1749 y 1760,
gracias al mandato y al erario particular de don Juan Gutiérrez Rubín de Celis,
Caballero de la Orden de Santiago, ferviente católico, coronel del ejercito imperial
en la ciudad de México en el reino de Nueva España y oriundo del Barrio de La
Herrería, Celis. El puente se remató construyendo una hornacina en la cima bajo la
advocación de la Virgen de Guadalupe.
Este puente monumental no le pasó por alto al navarro, don Pascual Mador, que lo dejó inventariado en su Diccionario Geográfico Estadístico Hispano, que realizó entre los años 1845 y 1850, en el que dejó escrito:
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“El puente, que cruza facilita el paso de Celis a los otros barrios, es digno de
mencionarse por su estructura; consta de un solo arco de piedra de sillería con 99
pies de diámetro y 60 de altura y la particularidad de ser doble con una pasante a
cada tercer bóveda que abraza los dos arcos; tiene varios estribos de piedra
labrada, y cerrados tres pequeños arcos de que constaba además: se construyó
en el año 1750 y siguientes, a expensas de D. Juan Gutiérrez Rubín, natural de este
pueblo de Celis y vecino de México”
MEDIDAS EQUIVALENTES :
Una vara castellana = 3 pies = 0,83590 metros.
Un pie = 27,8635 cm.
Diámetro del arco: 99 pies = 27,585 metros.
Altura: 60 pies = 16,72 metros.
CIMENTACIÓN:
El cimiento de uno de los extremos del arco principal del puente se cimentó
sobre troncos de haya verdes, técnica que se empleaba entonces, en el siglo XVIII,
al no hallar suelo firme en la cimentación.
MANTENIMIENTO Y CONSERVACIÓN :
El puente, hoy por hoy, todo parece que no tiene dueño, o mejor dicho: es que
no lo tiene. Ningún organismo ni institución local se ha preocupado lo más mínimo
de su mantenimiento y conservación. Debido a esta negligencia municipal, el
puente se halla en un estado lamentable. Una de las esquinas maestras del arco
está seriamente removida a causa de las raíces de los árboles y los araos que han
brotado bajo los cimientos del puente. Esto es preocupante, sabiendo que esa
parte del arco está cimentada sobre grandes troncos de haya, hecho que
favorece la penetración de las raíces en toda la cimentación agrietando y
desplazando las piedra y, como guinda de este desaguisado, el colector del barrio
vierte las aguas fecales al pie de la cimentación dañada, que, aparte de formar
una cloaca mosquitera, las aguas fecales allí estancadas pueden descomponer,
con el tiempo, los troncos de haya bajo la cimentación. No menos deplorable se
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hallan las paredes laterales y estribos de ambos lados del puente; todo lleno de
árboles y matorrales, cuyas raíces erosionan las paredes y estribos del puente. Es
urgente una limpieza a fondo de toda la maleza y raíces, y la reparación de todas
aquellas partes afectadas.
Y para más indolencia por parte de todos, actualmente se le está sometiendo al
puente a una sobrecarga debido al trasiego de camiones de gran tonelaje de
tierra y piedras (25 toneladas cada uno) del desmonte de la renovación de la
carretera del Nansa, causando más daño añadido a la estructura del puente,
hecho éste que no debe obviase teniendo en cuenta que toda la estructura del
arco se proyectó, en su día, sólo para el paso de carros con bueyes y no para el
paso de camiones de gran tonelaje como hoy está ocurriendo, Se corre el riesgo,
que la parte del arco cimentada sobre los troncos de haya tenga algún
movimiento de hundimiento, posibilidad que no hay que descartar a la ligera.
Por el puente pasa una carretera municipal que va a los pueblos de Celucos,
Riclones y de enlace con la carretera de Puente del Arrudo-Lamasón.
Artículo 9.2 de la citada Ley, dice:
“Cualquier persona física o jurídica está legitimada para la defensa del
Patrimonio Cultural de Cantabria ante los órganos competentes y los Tribunales de
Justicia, en cumplimiento de lo previsto en esta Ley”.
El hecho de presentar y registrar este escrito en el Registro de la Consejería de
Cultura, Turismo y Deporte del Gobierno Regional de Cantabria está avalado por
este precepto, en primera instancia, y en pro de proteger un puente del siglo XVIII;
uno de los puentes más grande y monumental de piedra de Cantabria, que,
incomprensiblemente, no se halla registrado en ninguna parte como un bien a
proteger en el Patrimonio Cultural de Cantabria.
Con la presentación de este escrito se espera que se abra el expediente
correspondiente para su catalogación en el patrimonio de Cantabria, y se proceda
a reparar y conservar el citado puente. Es una petición; que se ruega se tenga en
cuenta, y se proceda, en consecuencia, abriendo el expediente correspondiente
tal como preceptúa la citada Ley sobre el Patrimonio Cultural de Cantabria..
©CELIS, 25 de enero de 2002
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Fdo.: Víctor M. Cortijo Rubín de Celis
Nota: Esta solicitud fue registrada el día 25-01-2002 en la Consejería de Cultura / Entrada: nº 2278.
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EL PUENTE DECLARADO PATRIMONIO LOCAL DE RIONANSA
Celis: El puente de La Herrería declarado Patrimonio Local de Rionansa.
(Alerta, 4 de julio de 2002)
El Puente de La Herrería (Celis), será registrado como Bien Patrimonial Local de Rionansa, por la Consejería de Cultura del
Gobierno de Cantabria La Comisión Técnica de Patrimonio Edificado de la Consejería de Cultura,
Turismo y Deporte, reunida en sesión ordinaria el día 14 de junio último, presidida
por el Sr. Director General de Cultura, D. Juan Antonio Muñoz Castro, acuerda, por
unanimidad, informar favorablemente que se declare “Bien de Interés Local al
Puente de La Herrería (Celis) con el entorno de protección propuesto”.
El expediente de apertura se inicia a petición de la demanda de “Estudio y
catalogación de un bien patrimonial y cultural”, presentada por mi en el registro de
la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria el 25 de enero último, nº de
entrada 2278, en la que rogaba al Sr. Consejero abrir expediente y proceder al
estudio y catalogación del “Puente de La Herrería”, al considerar que se trataba
de “Un Bien patrimonial y cultural a proteger”, de acuerdo con lo estipulado
en preámbulo de la Ley 11/1998, de 13 de octubre, del Patrimonio Cultural de
Cantabria, que viene a decir:
“Que la Comunidad Autónoma se obliga a contemplar las peculiaridades culturales de Cantabria, preservándolas y promoviéndolas como aportación de su tierra y de sus gentes y la de defender, proteger y conservar el patrimonio para que las actuales y futuras generaciones de ciudadanos disfruten ahora y en el futuro de una herencia ancestral que ha dado forma a través de las diversas etapas de la Historia de la Autonomía de Cantabra”.
Por otra parte, el artículo 9.2 de la citada Ley, dice:
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“Cualquier persona física o jurídica está legitimada para la defensa del Patrimonio Cultural de Cantabria ante los órganos competentes y los Tribunales de Justicia, en cumplimiento de lo previsto en esta Ley “.
Así, pues, el hecho de presentar y registrar la citada demanda en el registro de
la Consejería de Cultura iba avalada por este precepto en pro de proteger un
magnífico puente de piedra construido en el siglo XVIII; uno de los puentes más
grande de piedra de los que hoy se hallan en Cantabria, pero,
incomprensiblemente no se hallaba registrado en ninguna parte como un Bien del
Patrimonio Cultural o Local, todo por desidia e irresponsabilidad del Ayuntamiento
de Rionansa. En cambio, hace 152 años, cuando aún no había ni coches a motor,
ni teléfono, ni radio, ni televisión, ni correo electrónico, ni ordenador, ni redes on
line, este puente no se le pasó por alto al navarro, don Pascual Madoz, que lo dejó
inventariado en su “Diccionario Geográfico Estadístico Hispano”, que lo realizó
entre los años 1845 y 1850, en el que dejó escrito:
“El puente, que cruza y facilita el paso de Celis a los otros barrios, es digno de mencionarse por su estructura; consta de un solo arco de piedra de sillería con 99 pies de diámetro y 60 de altura y la particularidad de ser doble con una pasante a cada tercer bóveda que abraza los dos arcos; tiene varios estribos de piedra labrada, y cerrados tres pequeños arcos de que constaba además: se construyó en el año 1750 y siguientes, a expensas de D. Juan Gutiérrez Rubín de Celis, natural de este pueblo de Celis y vecino de México”.
El puente de La Herrería está construido con piedra de granito, bien labrada, y
refleja la magna ingeniería empleada en su construcción llevada acabo entre los
años 1749 y 1760, gracias al mandato y al erario particular de D. Juan Gutiérrez
Rubín de Celis, Caballero de la Orden de Santiago, ferviente católico, coronel del
ejercito imperial en la ciudad de México en el reino de Nueva España y oriundo del
barrio de La Herrería. El puente tiene un arco principal, más otros tres arcos ciegos
a menor, con la misión de amortiguar el esfuerzo del arco principal, y se remató
con una hornacina en la cima bajo la advocación de la Virgen de Guadalupe.
En relación al mantenimiento y conservación, el puente, hasta hoy, todo
parecía que no tenía dueño. Ningún organismo ni institución local se ha
preocupado lo más mínimo de su mantenimiento y conservación, por lo que ha
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llegado a un estado lamentable; en una de las esquinas maestras las piezas de
sillería están dislocadas, las paredes laterales y estribos de ambos lados está todo
lleno de raíces de árboles y matorrales que erosionan toda la estructura edificada,
que, al tiempo, pone en evidencia la desidia y negligencia del Ayuntamiento de
Rionansa en relación a la conservación del Patrimonio Local.
Con fecha 12 de marzo del corriente año, nº de salida 2537, la Consejería de
Cultura solicita al Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria, dentro del convenio
establecido entre ambos organismos, documentación técnica relativa sobre el
puente, delimitación del entorno de protección y memoria histórica-artística, con el
objeto de proceder a su protección dentro de las tres categorías contempladas en
la citada Ley 11/1998 sobre el Patrimonio Cultural de Cantabria.
El 14 de mayo último, el Colegio Oficial de Arquitectos hace entrega a la
Consejería de Cultura de dos expedientes en relación al citado puente de La
Herrería. El primero, nº de entrada 7312, delimita el entorno de protección que
abarca todo el barrio de La Herrería, justificando dicho entorno al estar el barrio
íntimamente relacionado con el puente, del cual participa activamente, no sólo
por razones de la comunicación, sino también, por el importante el efecto visual
que se tiene de ese punto emblemático. De ahí, el hecho de englobar la totalidad
de construcciones que conforman el núcleo del barrio. Además, se ha respetado,
tanto el límite de las fincas como el límite natural para la necesaria protección del
bosque de ribera y de la vegetación circundante con numerosas especies
autóctonas. El segundo expediente, nº de entrada 7313, narra someramente la
historia y fechas de la construcción del puente y magnitudes. En dicho expediente
hay un escrito, también facilitado por el citado Colegio, que aporta datos sobre el
promotor del puente que, por ser de interés histórico, se aportan a continuación.
“Don Juan Gutiérrez Rubín de Celis, coronel de infantería, nació el Celis y bautizado el 26-X-1671. Emigró a México el año 1691 donde contrajo matrimonio con Doña María Isabel de los Ríos nacida en Cuerétaro y bautizada el 18-IX-1690. Contrajeron matrimonio en la Catedral mexicana el 27-XII-1705. Fue Corregidor de México, Caballero de la Orden de Santiago en octubre de 1708, expediente 6564. Sus padres fueron Justo Gutiérrez de Celis, bautizado el 04-VIII-1633 y Catalina Rubín de Celis, natural de Celis, bautizada el 19-V-1648, casados en Celis el 22-I-1671. Su esposa, Doña María Isabel de los Ríos era originaria de Tudela, donde habían nacidos sus
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padres, el Alférez Antonio de los Ríos y su madre de Piasmaro (México). Hijos: Juan Ignacio, nacido en México el 31-VII-1708, bautizado el 06-VIII-1708. Fue Capitán de la Guardia del Caballero Santiago./ José Nicolás, nacido en México el 09-IX-1723, bautizado en la Catedral el 25-IX-1723, Caballero de la Orden de Santiago en 1743. El 23 de febrero de 1746, don Juan Gutiérrez Rubín de Celis, firmó el protocolo enviando 8.000 pesos para construir un puente de piedra en el mismo paraje donde el presente se halla en dicho Concejo de Celis y una fuente en el cueto de Hugón o de la fuente de la Toja.”
No deseo terminar este escrito, sin dar las gracias al Sr. Consejero de Cultura de
Cantabria, Sr. Cajigas Rodríguez por atender, diligentemente, mi demanda de
apertura del expediente; a los diputados socialistas: Pilar Gutiérrez, Lucrecia
Santamaría y Tomás Rivero por el apoyo prestado y, por último, al Sr. Collado,
director del diario ALERTA, por su magnanimidad al permitir que salieran en TRIBUNA
LIBRE los artículos titulados: “Celis: Puente monumental abandonado” (05-XI-
2000) y “Celis: Urge el mantenimiento del puente de La Herrería” (21-V-2001),
que han ayudado y motivado para que el Puente de La Herrería sea declarado e
inventariado como “Un bien del Patrimonio Local”, que, conllevará consigo el
montante económico para su mantenimiento y conservación.
Celis, 1 de julio de 2002 // Víctor Cortijo
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CARTA AL DIRECTOR DE CULTURA
Avilés, 27 de diciembre de 200Sr. Director General de Cultura
Estimado señor:
Habiendo recibido la carta - notificación por la cual me informa sobre la declaración de Bien de Interés Local, con categoría de inmueble, a favor del Puente de La Herrería, en Celis, en el término municipal de Rionansa, le agradezco dicha información. Y, aprovechando la oportunidad que me facilitan en relación a la citada declaración, considero oportuno apuntar y transmitirles las siguientes sugerencias:
1ª).- Considero urgente que se efectúe la reparación de una de las esquinas maestras del arco principal del puente, al tener removidas varias piedras labradas de granito por las raíces de los arbustos que han brotado en las entrejuntas. Todas las raíces deben ser eliminadas de cuajo y las piedras removidas ajustadas de nuevo en su sitio.
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Un punto clave debo señalar y tener en cuanta al ejecutar esta operación de reajuste: Las piedras de granito deben ser ajustadas y rejuntadas empleando sólo mortero de cal, en la dosis y cuidado como se hacía hace doscientos años. En modo alguno se debe emplear cemento, pues tengo la intuición (no la certeza, pero si la experiencia observada), que alguna de las clases de cemento puede llevar el germen químico que provoca y acelera la “Enfermedad de la piedra”. Todo el arco del puente está hecho con piedra de granito, finamente labrada y ajustada con mortero de cal y, hasta hoy, no se ha observado que ninguna de las piedras esté afectada por la citada enfermedad, a pesar de llevar el arco construido más de doscientos cincuenta años, pues el puente fue construido entre los años 1749 y 1760.
2ª).- También, con la misma urgencia, considero que se debe efectuar la limpieza de las fachadas del puente a fondo; esto es: no solamente con la poda de los arbustos, sino que deben ser arrancadas de cuajo las raíces de los mismos incrustadas entre las piedras, sin dejar una. Y una ver hecha esta operación de limpieza con esmero, deben ser rejuntadas las piedras también con mortero de cal (nunca con cemento), dosificado tal como se preparaba, repito, hace doscientos años.
3ª).- No estaría de más, ni habría despilfarro en ello, levantar la capa de asfalto echada en el suelo de paso del puente, y reconstruir dicho suelo en toda su longitud con piedra labrada, debidamente ajustada, que facilite el paso de los vehículos sin mayor ruido. Es una opción que, aparte de devolver al puente su estado original, beneficiaría de nuevo a todo el conjunto. Y de paso deben desaparecer, también, las guardas - barreras metálicas instaladas al final y sustituirlas por un muro de piedra (mampostería), en sintonía visual con el conjunto del puente.
4ª).- A la entrada del puente hay un huerto de propiedad particular, al que se debiera tentar su adquisición con el objeto de instalar en su lugar una fuente pública y un gran monolito rocoso con placa de bronce en memoria y recuerdo del promotor y benefactor en la construcción del puente, don Don Juan Gutiérrez Rubín de Celis. Nunca pudo regresar D. Juan para ver terminadas las citadas obras, todas realizadas a costa de su aporte particular. Por ello, por su proceder para el Concejo de Celis, merece se recordado con una placa de bronce, sobre un gran monolito rocoso, tal cómo antes he expuesto.
5ª).- En relación al coste que todo este proyecto de rehabilitación lleva, incluyendo la renovación del barrio La Herrería (tal como se expuso en el Boletín Oficial de Cantabria de fecha 24 de junio último), sin ninguna duda debe ser financiado en un tanto por ciento elevado por el Gobierno Regional de Cantabria, pues, el Ayuntamiento de Rionansa no puede hacer frente con sus escasos recursos a tal loable menester. El Puente de La Herrería, de Celis, es digno de merecer la máxima atención por parte del Gobierno Regional al tratarse de un puente de piedra, considerado, por su magnitud y arquitectura, entre los de Cantabria.
Ruego que los contenidos de las cinco sugerencias se estudien con detenimiento, con interés, y sin que se me tache de pedigüeño. Todo ello lo pido en beneficio del patrimonio de Cantabria, al que todos estamos obligados a
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mantener y conservar. En este caso concreto, se trata de un puente magnánimo, con nexos de unión y de transito entre los pueblos del Concejo de Celis, con hornacina en lo alto, bajo la advocación de la Virgen de Guadalupe. Dándole las gracias por la atención recibida, le saluda afectuosamente. // Víctor Cortijo.
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CONSEJERIA DE CULTURA, TURISMO Y DEPORTE
NOTIFICACION DE RESOLUCIÓN (I)
El Excmo. Sr. Consejero de Cultura, Turismo y Deporte, con fecha 24 de febrero de 2004, dictó la siguiente Resolución:
“Considerando que por Resolución de la Dirección General de Cultura de 2 de junio de 2003 se ha incoado expediente de declaración de Bien de Interés Local, con la categoría de inmueble, a favor del “Puente de la Herrería, en Celis (Rionansa)”.
Considerando que se han cumplimentado todos los trámites preceptivos en la incoación e instrucción del expediente, de acuerdo con lo que establecen los artículos 26 y siguientes de la Ley 11/1 998. de 13 de octubre, de Patrimonio Cultural de Cantabria. Cumplido el trámite establecido en el artículo 28.5 de la antedicha Ley,
En su virtud, de acuerdo con lo establecido en el artículo 27 de la Ley 11/1998, de 13 de octubre, de Patrimonio Cultural de Cantabria, a propuesta del Director General de Cultura, el Excmo. Sr. Consejero de Cultura, Turismo y Deporte
RESUELVE
PRIMERO: Declarar Bien de Interés Local, con la categoría de inmueble, el “Puente de la Herrería” en Celis (Rionansa). Según la descripción y ubicación que constan en el anexo.
SEGUNDO: Delimitar el entorno de protección del bien declarado, que figura en el anexo junto con su justificación, y que se encuentra representado en el plano que se publica con esta Resolución.
TERCERO: Notificar esta Resolución a los interesados y al Ayuntamiento de Rionansa, así como al Catálogo General de Bienes de Interés Local para su inscripción definitiva.
CUARTO: Que la presente Resolución, con su anexo, se publique en el “Boletín Oficial de Cantabria
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Lo que se hace público para el general conocimiento.
Firmado por el Excmo. Sr. Consejero de Cultura, Turismo y Deporte con fecha 24 de febrero de 2004”
Contra la presente Resolución, que no pone fin a la vía administrativa, cabe interponer Recurso de Alzada ante el Consejo de Gobierno de Cantabria, en el plazo de un mes a partir del día siguiente al de la recepción de la presente notificación. Santander, 1 de marzo de 2004
EL SECRETARIO GENERAL DE CULTURA, TURISMO Y DEPORTE
Fdo: José Manuel Arenal González
SR. D. VICTOR M.CORTIJO RUBÍN // ÁVILES-VERSALLES (ASTURIAS)
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NOTIFICACION DE RESOLUCIÓN (2)
El Excmo. Sr. Consejero de Cultura, Turismo y Deporte, con fecha 27 de abril de
2004, adoptó, la siguiente Resolución:
“De conformidad con el artículo quinto de la Orden 10/2004, de 2 de enero, por el que se regulan las normas para la firma de Convenios con Corporaciones Locales, con objeto de realizar obras de conservación en edificios B.1.C., B.1.L., Inventariados o Singulares en la Comunidad Autónoma de Cantabria ya tenor de lo dispuesto en el art. 4 de la antedicha Orden por la que se analizan las solicitudes presentadas por la Comisión formada a tal fin y visto el Acta de la citada Comisión, esta Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, en lo que es materia de su competencia”.
RESUELVE
Firmar un Convenio con el Excmo. Ayuntamiento de Rionansa, para la redacción
del proyecto de reparación del Puente de la Herrería.
Firmado por eñ Excmo. SR. Consejero de Cultura, Turismo y Deporte, 27 de abril
de 2004. // Contra la presente Resolución que no pone fin a la vía administrativa
podrá, si desea impugnarse, interponer recurso Contencioso Administrativo ante el
Tribunal Superior de Justicia de Cantabria, en el plazo de DOS MESES contados a
partir del día siguiente al de su notificación // Santander, 5 de mayo de 2004
EL SECRETARIO GENERAL DE CULTURA, TURISMO Y DEPORTE
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Fdo. José Manuel Arenal González
SR- ALCALDE-PRESIDENTE DEL AYUNTAMIENTO DE RIONANSA
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EL PUENTE DE LA HERRERIA LIMPIO DE MALEZA
La presente fotografía muestra el PUENTE completamente limpio de maleza
y árboles arraigados en sus paredes y contrafuerte., Tras muchos esfuerzos y
cambio de estrategia el PUENTE quedó declarado oficialmente como BIEN DE
INTERES LOCAL DE RIONANSA con fecha 24 de febrero de 2004.
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LA FAMILIA: GUTIERREZ DE CELIS Y GUTIERREZ RUBIN DE CELIS
Rama troncal y primer varón que con el apellido Celis aparece en la Historia es
un tal Gutierre Rodríguez, Señor del Castillo de Celis (2) en el mismo Valle de
Rionansa. En algunos documentos de su época se le nombra sólo con el
patronímico, pero como ya en su tiempo usaban los nobles por apellido la
denominación de su solar, aparece en algunas nobiliarias y en muchas memorias
de esta familia el apellido Celis. Este Gutierre Rodríguez fue Caballero
Ricohombre de Mesnada del Rey Don Fernando III El Santo, casado con Doña
Catalina Ruiz de Ferrera, hija de Rodrigo Álvarez de Ferrera, señor de esta casa
que lo era de la de Herrera de Río Pisuerga, que después fue de los condes de
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Benavente. Fue el primogénito Fernán Gutiérrez de Celis, y de allí en adelante fue
costumbre usar este apellido combinado.
Expansión del apellido Celis y Rubín de Celis por Venezuela y Colombia
Uno de sus descendientes fue DON FELIPE GUTIERREZ DE CELIS natural del
lugar de Celis (Cantabria), quien casó con MARÍA GONZÁLEZ DEL SOLAR,
padres a su vez de Justo Gutiérrez de Celis y González del Solar, casado con
Catalina Rubín de Celis, del mismo lugar, y que de este último matrimonio,
desciende Juan Francisco Gutiérrez Rubín de Celís, que pasó a CIUDAD DE
MÉXICO donde fue Caballero de la Orden de Santiago en 1708. Allí casó con
María Isabel de los Ríos, natural de Querétaro, de cuyo matrimonio hubo
descendencia. Probaron su nobleza en la Orden de Santiago en 1708 y en 1743.
De esta rama (Don Felipe Gutiérrez de Celis y doña María González del
Solar) desciende Francisco Gutiérrez de Celis, (hijo legítimo de ambos), de de
quien se tienen noticias de que fue probablemente el primero de su linaje que vino
de Cantabria, (de donde era originario) a VENEZUELA a principios del siglo XVIII y
se estableció en Maracaibo. Aparece ya como padrino en 1739 y contrajo
matrimonio con doña Rosa Ana de la Colina Peredo proveniente de Coro, y que
según la tradición desciende del Emperador Moctezuma, se constituye en uno de
los linajes más antiguos y extendidos de la región occidental del país (Venezuela),
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desde donde se regó hacia Mérida, Barinas, Valencia, Caracas y Ciudad Bolívar,
siendo casi todos sus miembros descendientes del mismo tronco y famosa como
joya arquitectónica la casa solariega de una de sus ramas situada en Valencia.
(Venezuela). (VER ESQUEMA FAMILIAR). // (Un Celis, de Venezuela, me ha
confirmado que allí hay más 8.000 habitantes con apellido Celis según un
censo que él maneja).
La teja donde aparece el nombre de Manuel Francisco Gutierrez Rubin de Celis, el que se cree con cierta seguridad, hermano de don Juan Francisco Gutiérrez Rubín de Celis, siendo este último que mandó hacer el citado Puente de La Herreria.
Del matrimonio antes arriba citado, don Justo Gutiérrez de Celis y Catalina Rubín de Celis, hubo, al menos otro hijo, llamado Manuel Francisco Gutiérrez Rubín de Celis y hermano del citado Juan Francico Gutiérrez Rubín de Celis tal como su nombre ha aparecido en una teja hallada en un tejado por Manuel Gutiérrez Cortines, marido de Mary Pérez Gutiérrez – Celis //
ESQUEMA FMILIAR DE PERSONAS DE CELIS QUE EMIGRARON A VENEZUELA Y MÉXICO
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EL GRAN BIENHECHOR RESCATADO DEL OLVIDO
Puente de La Herrería (Celis), fue construido gracias al gran bienhechor, llamado
Don Juan Gutiérrez Rubín de Celis, (Cuyo nombre completo era Juan Francisco)
ESQUEMA FAMILIAR GUTIERREZ DE CELIS Y RUBIN DE CELIS
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Matrimonio Felipe Gutiérrez de Celis (1) María González del Solar
Hijos: Justo Gutiérrez de Celis y González del Solar -Francisco Gutiérrez de Celis y González del Solar
Matrimonio Justo Gutiérrez de Celis y González del Solar (2) Catalina Rubín de Celis
HijosJuan Francisco Gutiérrez Rubín de CelisManuel Francisco Gutiérrez Rubín de Celis
Matrimonio Francisco Gutiérrez de Celis y González del Solar…. (3) Rosa Ana de la Colina de Peredo
Hijos Andrés Gutiérrez de Celis - Colina Peredo (Presbitero.) -Luis Manuel Gutiérrez de Celis - Colina Peredo (Teniente) --Juana Josefa Gutiérrez de Celis- Colina Peredo.
Matrimonio Juan Francisco Gutiérrez Rubín de Celis (4) María Isabel de los Ríos
Hijos Juan Ignacio Gutierrez Rubin de Celis y de los Ríos -- ---José Nicolas Gutiérrez Rubín de Celis y de los Ríos
nacido en este barrio de La Herrería y bautizado en Celis el 25 de octubre de 1671.
En el año 1691 emigró a México, posiblemente reclamado por algún familiar.
Sus padres fueron D. Justo Gutiérrez de Celis, nacido en Celis y bautizado el 4 de
agosto de 1833 y Caltalina Rubín de Celis, natural de Celis y bautizada el 19 de
mayo 1648, casados en Celis el 22 de enero de 1671. // Sus abuelos paternos,
como se ha dicho, fueron: Don Felipe Gutiérrez de Celis y doña María González
Solar, ambos naturales de Celis.
El 27 de diciembre de 1705 contrajo matrimonio en la Catedral Nuestra Señora
de Guadalupe con Doña María Isabel de los Ríos, nacida en Cuarétaro, México,
pero originaria de Tudela (Navarra). Los padres de su esposa: Alfredo Antonio de
los Ríos, natural de Tudela, y su madre de Piasmaro (México).
Previamente se había enrolado en el ejercito llegando al grado de Coronel del
Ejercito Imperial Nueva España en el Regimiento “Tres Villas”; Regidor de la Ciudad
de México, Prior de Consulado (Real Aduana) y Caballero de la Orden de Santiago
Exp.6.564 / (04-12-1708)
Catedral Nuestra Señora Virgen de Guadalupe de México
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DESCENDENCIA
De citado matrimonio (don Juan y doña Isabel), nacieron
1º).- Juan Ignacio, nacido en México el 31 de julio de 1708 y bautizado el 6 de agosto del mismo año. Fue Capitan de la Guardia de Caballeros de Santiago, ingresando en la misma el 11 de septiembre de 1943. y.
2º).- José Nicolás, nacido en México el 9 de septiembre y bautizado en la catedral el 25 del mismo mes. Caballero de la Orden de Santiago, ingresando en la misma, también, el 11 de septiembre de 1743.
FÁBULA INVENTADA:
No es cierto lo que se dice en un libro, que D. Juan Gutiérrez Rubín de Celis fue
un niño “jallao”, (niño abandonado) sólo es una fábula inventada. Sus padres se
llamaban, como se ha dicho, Don Justo Gutiérrez de Celis, nacido en Celis y
bautizado el 4 de agosto de 1633, y de Doña Catalina Rubín de Celis, nacida en
Celis y bautizada el 19 de mayo de 1648, y se casaron en Celis el 22 de enero de
1671. Y no perdieron el tiempo, esa noche de bodas engendrando al niño, qué,
al crecer y marchar a México, se le conocería más tarde como Don Juan
Gutiérrez Rubín de Celis, protagonista principal de esta larga historia
MANDATO NOTARIAL
En nombre de la Santísima Trinidad, Padre, hijo y Espíritu Santo, tres personas real
y verdaderamente distintas y un solo Dios verdadero, y la Santísima Virgen María
concebida sin pecado original en el primer instante de su purísimo ser, en cuyo
nombre todas las cosas tienen buen principio, loable medio y dichoso fin, sea
notorio de todos los que este público instrumento y por virtud …….. Don Juan
Gutiérrez Rubín de Celis, con fecha 23 de febrero de 1746, a la edad de 75 años
largo cumplidos, faculta, en primer lugar, a don Diego Rubín de Celis, su sobrino
materno y vecino del citado barrio de La Herrería, para diferentes encargos de
obras a realizar en este Concejo de Celis:
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CUADRO DE LAS OBRAS QUE MANDÓ HACER DON JUAN Y NUNCA TUVO LA DICHA DE VERLAS PERSONALMENTE
1ª) La construcción de un puente de piedra sobre el río Nansa junto al barrio de La Herrería.
2º) La Escuela de Primeras Letra, (Obra Pía), también en el citado barrio de La Herrería
3ª) La Iglesia de San Roque y San Jacinto de Celis, y
4º) La traída de aguas desde La Toja (bajo Pico Hugón) al centro del pueblo de Celis, con fuente incluida
INGRATITUD
Es inconcebible que no haya habido ninguna autoridad del municipio que
no le haya horado a Don Juan Gutiérrez Rubín de Celis con una placa de bronce
“in memoriam” en el propio PUENTE, en agradecimiento y reconocimiento,
sabiendo, como se sabe, que, por su mandato y pesos fuertes se construyó este
magnifico “PUENTE DE LA HERRERIA”. El servicio comunitario que ha prestado
este puente al Concejo y al Municipio, desde el año 1760 hasta hoy, es
incuestionable y más, teniendo en cuenta que facilita el paso sobre el río NANSA
para los pueblos de CELUCOS y RICLONES, y comunicación con el Ayuntamiento
de LAMASON.
Este “OLVIDO” es vergonzoso que no haya habido dinero para este
menester de reconocimiento, pero en cambio si ha habido para otro menester
de desafuero contra los bienes del pueblo de CELIS…… Hace pocos años /1984-
1992/ el “Excmo, Ayuntamiento de Rionansa” se gastó más de cinco millones
de pesetas en tres juicios y tres recursos (desde San Vicente de la Barquera
hasta la Primera Sala de Tribunal Supremo en un intento de usurpación del
edificio escolar y plaza a la Entidad Menor de Celis, con documentos y
testigos falsos). // LOS LEONES de Celis ganaron todos los juicios y recursos en
defensa de LAS ESCUELAS, propias de este pueblo de CELIS. // En contra, 313
vecinos se las “vendían” al Ayuntamiento de Rionansa en un documento firmado
por ellos a cambio de una vergonzosa “cesión gratuita”. Y en este ambiente
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de crispación, de mentiras y latrocinio, el PUENTE DE LA HERRERIA envuelto
en maleza quedó.
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LOS OFICIOS DE PRIOR, CONSUL Y MERCADERES
LUCHAS ELECTORALES EN EL CONSULADO DE MEXICO POR LOS BENEFICIOS DE LA RENTA DE ALCABALAS
Por Guillermina del Valle Pavón
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Breve historia de los manejos “lícitos” en el Consulado(REAL ADUANA)
Poco después que el Consulado resumiera la administración de la
renta de alcabalas, en 1694, empezaron a presentarse conflictos en las elecciones
de la corporación del Consulado. Los mercaderes de la plata lucharon por
acceder a los cargos de representación corporativa consular con el propósito de
obtener los beneficios que se derivaban de la administración alcabalatoria. Entre
éstos, se destaca la disposición de los excedentes que generaba la renta, los
cuales les permitieron incrementar el crédito a la producción minera para
garantizar el acceso a los metales que evadían el pago de derechos.
Dada la importancia de los excedentes de las alcabalas, los mercaderes de la
corporación ingeniaron modos y recursos para hacer cada vez más eficiente la
recaudación, y a pesar de que las autoridades reales y locales les embarga la
sospecha que pudiera haber tramas fraudulentas en el aumento de los
rendimientos en el ramo de alcabalas no se incrementó la renta de cupo que el
Consulado debía pagar al erario real. Sin embargo, ese ambiente de sospecha dio
lugar, pasado el tiempo, a la inclusión de un tribunal mercantil en la organización
del Consulado, representado por un “visitador”.
El Consulado había luchado durante todo el siglo XVII por administrar las
alcabalas de manera autónoma, en razón de las ventajas que obtenían sus
dirigentes y el resto de sus miembros. Los representantes del Consulado podían
quedar exentos del impuesto y reducir las contribuciones de quienes formaban
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parte de sus redes, y disponían de información comercial privilegiada que reducía
los costos de las transacciones que realizaban; y otro muy importante; canalizaban
a sus negocios las “sobras” de las alcabalas, como se llamaba a los productos
que generaba el ramo por encima de la anualidad (cupo) que se entregaba al
erario real. Así, no resulta extraño que los mercaderes de la elite compitieran por
acceder a la cabeza de la organización consular. Los oficios de prior y cónsul
fueron diputados por el reducido grupo de mercaderes de la plata que ocupaban
los sitios más elevados en la pirámide integrada por los miembros del Consulado.
Es de suponer que éstos se agrupaban en torno a los dueños de los dos bancos de
la plata, que, además de financiar la producción minera, cobraban los metales
preciosos al resto de los mercaderes y se encargaban de amonestarlos. La
importancia que tenía para los mercaderes - banqueros de disponer de grandes
montos de circulante para realizar sus negocios, permite valorar el interés que
pudieron haber tenido por acceder a las “sobras” de la renta de alcabalas.
Es muy probable que las redes de negocios que tejieron los dueños de los
bancos de plata, fue en función de sus orígenes y afinidades étnicas. Una de estas
instituciones estaba en manos de Luis y Pedro Sánchez de Tagle, ambos de origen
montañés (Cantabria), y la otra en las de Juan Bautista de Arozqueta y su yerno
Francisco de Fagoaga, quienes procedían de las provincias vascongadas.
Estas dos ramas, propietarias de bancos de plata tenían ingerencia directa en la
Casa de la Moneda que Pedro Sánchez de Tagle era propietario del oficio de
tallador mayor y Francisco de Fagoaga tenía en arriendo el de apartador general
de metales, que también estaba incorporado a la ceca. Ambos cargos les permitía
ejercer el control sobre la amonedación de metales, lo que les permitía acuñar
plata que no había sido quintada, práctica que les proporcionaba elevadas
ganancias a costa del erario real.
El caso de Pedro Sánchez de Tagle constituye un buen ejemplo de la
forma en que los bancos de plata realizaban este oficio ilícito, .En 17l2 se
descubrió que el Marqués de Altamira había enviado de Pachuca varias barras de
plata sin quintar, acerca del cual “no se había hablado por ser muy común, muy
ordinario”
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Sánchez de Tagle podía realizar operaciones ilicitas, en gran parte, debido a los
vínculos que había establecido con las autoridades locales y virreinales. Con
respeto a las primeras, el marqués de Altamira casó a una de sus hijas con el
contador y juez oficial de la real caja de Pachuca, Juan Manuel Argüelles y
Miranda, a quién, además, prestó sumas importantes sin garantía alguna. Por otra
parte, el marqués de Altamira se granjeó el favor de los virreyes, como sucedió con
el duque de Linares, Virrey, quien lo apreciaba de manera especial.
En consecuencia, antes de que el visitador, Francisco de Pagave procediera a
realizar la inspección del real de Pachuca, en 1712, el Virrey, Duque de Linares,
recurrió al Marqués de Altamira para que invitara a la minería y el comercio a fin
de que “se acogiera al indulto que les ofrecía” con el propósito de evitar que el
tratara de imponer las drásticas medidas que había tomado en Zacatecas.
A partir de 1710, fueron designados para los principales mercaderes de la plata
cargos de representantes corporativas los, luego de pasar por serias pugnas
electorales. Entre éstos se destacan, por un lado, los vizcainos Arozqueta y
Fagoaga, los compadres de éste, Miguel Amazorrain y Domingo Mateos, así como
Francisco de Ugarte, Juan Luis de Baeza y su yerno Domingo de la Canal. Y por otra
parte, los montañeses Juan Ignacio de la Vega y Sotomayor y su yerno Francisco
Antonio Sánchez de Tagle (quien durante un tiempo fue administrador del
banco de plata de los Tagle), Juan de Castillo, Francisco Franco de Soto, Juan
Gutiérrez Rubín de Celis y Gaspar García del Rivero.
Los comicios que se realizaron en 1712, fueron cuestionados por un grupo
liderado por dos compradores de plata más acaudalados, Domingo de la Canal y
Francisco de Ugarte del partido vasco, , quienes en 1716 fueron elegidos prior y
cónsul respectivamente. En la relación “instrucciones y memoria” que escribió el
Duque de Linares (Virrey), a su sucesor, Marqués de Valero, en el mismo año 1716,
atribuyó las “grandes controversias” que se presentaban en las elecciones de la
corporación consular al interés de los mercaderes de la elite por administrar la
renta de alcabalas, al tiempo que censuraban a los miembros del tribunal
mercantil porque tenían abandona la administración de la justicia, debido a
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que se habían reducido “en sustancia, a uno buenos arrendadores de las
alcabelas”.
En 1718 el procedimiento electoral volvió a ser impugnado por un grupo
encabezado por dos destacados mercaderes de la plata de origen vizcaino,
Joaquín de Zabaleta y Juan Luis de Baeza, suegro de Domingo de la Canal, que
había sido prior en 1714 y 1715. Los defensores de los comicios eran precedidos por
los montañeses Pedro Sánchez de Tagle, Pedro Carrasco Marín, Luis Chacón y
Gaspar de Alvarado. Antes las presiones de que fue objeto el Virrey, Marqués de
Valero, por parte de ambos grupos, declaró nulas las elecciones y ordenó que los
ministros en funciones se mantuvieran un año más, de modo que Domingo de la
Canal y Francisco de Ugarte ejercieron los oficios y prior y cónsul por tres años
consecutivos, aún cuando dos años antes los habían desempeñado otros
miembros del mismo grupo.
La relevancia que tenía el acceso a los cargos de representación corporativa, y
a través de éstos a la gestión de las alcabalas, se evidencia en el esfuerzo que
pusieron el prior Juan Bautista de Arozqueta y el cónsul Bernardo de Mariátegui,
porque se confirmara el nombramiento de los electores que los habían designado
en 1719, “mediante los preciosos suplementos de más de cien mil pesos que
no se ha manifestado necesitar el Virrey, Marqués de Valero. Con esta ”ceba”
lograron que dichos comicios no fueran suspendidos.
En las elecciones de 1722, en las que salieron: Prior, Juan del Castillo y cónsul,
Juan Pérez de Albornoz, del grupo montañés fueron cuestionadas por los del grupo
vasco, Juan Bautista de Arozqueta, Miguel Amazorrain y Bernardo Mariátegui,
quienes habían sido prior y cónsules en 1721, con el argumento de que no podían
haber fungido como electores Pedro Sánchez de Tagle, Pedro Carrasco y Juan del
Castillo, porque eran regidores de la Ciudad, además, que ya se había
desempeñado como electores en 1718. No obstante, el Consejo de Indias y el
monarca aprobaron dichos comicios.
En las misma elecciones de 1722, el marqués de Villahermosa de Alfaro, oidor y
juez de alzadas del Consulado, se había opuesto a que Juan del Castillo fuera
propuesto para el oficio de prior, porque no cumplía el requisito de poseer más de
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30.000 pesos de caudal, como se había puesto de manifiesto en el embargo
realizado por la Audiencia en 1713 a causa de un comiso de plata sin registro
El oidor expuso públicamente un documento que había presentado el mismo
Castillo, en el que había declarado no tener más bienes que los embargados, por
haberlos perdido en “malas dependencias y manutención de su crecida
familiar” Sánchez de Tagle, Francisco Negrete, Luis Chacón, Gaspar de Alvarado
y Pedro Carrasco Marín confirmaron que Castillo “era persona del mayor crédito
y sangre y caudal bien conocido” y atribuyeron el testimonio de dicho juez, a sus
vínculos con los ministros contrarios a la elección.
En el proceso electoral de 1723 se logró llegar a un acuerdo con los disidentes
vizcaínos. Llegaron a un acuerdo el prior vasco, Juan Bautista de Arozqueta, con
los cónsules montañeses Juan Pérez de Albornoz y Francisco Antonio Sánchez de
Tagle. No obstante, continuaron los conflictos en torno a los comicios por cerca de
20 años.
Todas las purgas que se originaban eran debido al interés de los mercaderes de
la elite de la plata, por participar de los privilegios derivados a la gestión de las
alcabalas. Entre estos se destaca el usufructo de los excedentes que generaba la
renta, “sobras”, una vez liquidado el cupo real.
En 1723, los mencionados, el prior Juan Bautista de Arozqueta y los cónsules
Juan Pérez Albornóz y Francisco Antonio Sánchez de Tagle, negociaron importantes
concesiones con relación a la recaudación de alcabalas. Entre éstas, se destacan
la de la jurisdicción del Consulado a los lugares en donde se celebraran las ferias
de las flotas y naos de China, así como la autorización para incrementar los
gastos anuales de administración a “la cantidad que fuese necesaria” por
encima de los 34 000 pesos anuales.
En 1727 el Consulado obtuvo dinero y réditos para comprar varias casas,
demolerlas y construir la Aduana. Posiblemente dichos capitales y el servicio que
generaron fueron saldados con las “sobras” de la renta de alcabalas, aún cuando
se desconoce qué clase de acuerdo se llegó con las autoridades reales para
financiar la obra en cuestión. En 1730 fue nombrado prior del Consulado, don Juan
Gutiérrez Rubín de Celis (4), bajo el virreinato del Marqués de Casafuerte.
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CONSIDERACIONES FINALES
En una sociedad altamente jerarquizada como la novohispana, el consulado brindó a los mercaderes que se ubicaban en la cima de la piramide que integraba sus miembros la oportunidad de gozar de importantes privilegios. Quienes ocuparon los cargos de representación corporativa recibieron los beneficios más redituables, al hacerse cargo de la gestión del ramo de alcabalas; lo que explica que, poco después de que el Consulado entrara en una segunda etapa de arrendamiento de la renta, en 1694, se diera inicio a un largo periodo de conflictos electorales.
Todo parece indicar que, poco antes de que iniciara el siglo XVIII los mercaderes de la elite se habían agrupado en dos partidos de filiación étnica, en cuya cabeza se ubicaban los dueños de los dos bancos de plata de la época, Por una parte, los montañeses. Pedro Sánchez de Tagle y, su yerno, Francisco de Valdivieso, y por otra, los vizcaínos, Juan Bautista de Arozqueta y, su yerno, Francisco de Fagoaga. El papel de estos tratantes radicaba en la influencia que tenían en la Real Casa de Moneda, la cual los posibilitaba para controlar la acuñación de los metales que compraban al resto de los mercaderes de plata.
LOS MIEMBROS DE LA ÉLITE DEL CONSULADO DE MÉXICO
Grupo Vizcaino Grupo MontañésDomingo de la CanalJuan Bautista de ArozquetaFrancisco de FagoagaMiguel AmazorrainBernardo MariáteguiDomingo MateoFrancisco UgarteJuan Luis de BaezaJoaquín de Zavaleta
Pedro Sánchez de TagleLuis Sánchez de TagleJuan del CastilloJuan Gutiérrez Rubín de CelisJuan Ignacio de la Vega y SotamayorFrancisco Antonio Sánchez de TagleFrancisco Franco de SotoGaspar García de RiveroPedro Carrasco MarínLuis ChacónGaspar de AlvaradoJuan Pérez de AlbornozFrancisco Valdivieso
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Los mercaderes de plata vieron en el incremento del crédito a la producción minera, uno de los principales recursos para competir por la plata sin quintar. Con el objeto de obtener mayores recursos financieros, lucharon por acceder a los oficios de representación corporativa, a través de los cuales podían disponer “de los sobrantes” que generaba el ramo de alcabalas. Esto explica los esfuerzos de los líderes del Consulado por hacer más productivo el derecho de alcabalas. Aun cuando no se dispone de información sobre los productos del ramo, los controles que se impusieron sobre los contribuyentes y el fortalecimiento del resguardo del distrito alcabalatorio, permiten deducir que se recaudaron sumas cada vez mayores, sin que se aumentara la renta pagaba al erario público.
(1) Virrey de Nueva España desde 15-01-1711 hasta el 15-08-1722. (2) En 1706 el soberano había mandado solicitar, de manera particular, las contribuciones de los mercaderes mencionados en razón de la enorme riqueza que ostentaban. (3) La Aduana. Se trata de la Aduana “Ladrillos de Amor”. (4) El patrocinador del PUENTEDE LA HERRERIA --------------------------ooo0ooo-------------------------.
Nota: Parece ser que hay un libro en la Biblioteca Nacional de España en la que se relaciona a nuestro don Juan Gutiérrez Rubín de Celis con un pleito. Lo que aparece es lo siguiente:
LOS MIEMBROS DE LA ÉLITE DEL CONSULADO DE MÉXICO
Grupo Vizcaino Grupo MontañésDomingo de la CanalJuan Bautista de ArozquetaFrancisco de FagoagaMiguel AmazorrainBernardo MariáteguiDomingo MateoFrancisco UgarteJuan Luis de BaezaJoaquín de Zavaleta
Pedro Sánchez de TagleLuis Sánchez de TagleJuan del CastilloJuan Gutiérrez Rubín de CelisJuan Ignacio de la Vega y SotamayorFrancisco Antonio Sánchez de TagleFrancisco Franco de SotoGaspar García de RiveroPedro Carrasco MarínLuis ChacónGaspar de AlvaradoJuan Pérez de AlbornozFrancisco Valdivieso
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“Espiguel de Avila, Ramón.- Por Ramón Espiguel de Ávila, del Orden de Santiago, en el pleyto que sigue con Don Juan Gutiérrez Rubín de Celis de la misma Orden, México: Herederos de Juan Joseph Guillena Carrascoso, 1711”(Habrá que investigar sobre este caso)
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ESCUDO DE ARMAS DE DON JUAN GUTIERREZ RUBIN DE CELIS
Escudo de Armas de don Juan Gutiérrez Rubín de Celis // Grabado por Francisco Sylverio (1735).
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CUARTELADO:
Primero: de oro, un castillo de gules, aclarado de sable;Segundo; de plata, dos osos andantes de sable, dispuestos en palo;Tercero: de plata, un árbol, de sinople con un león de su color empinado al tronco y atado a él con una cadena de sable, superando las tres flores de lis, de azur, puesta en faja; Cuatro: de azur, tres estrellas de oro dispuestas en barras, bordura de gules con ocho aspas de oro. (Achivo General Nacional.- Universidad, vol.192, folio 131r. México)
Bibliografía: Libro: LA NOBLEZA ASTURIANA EN MÉXICO, por ELVIRO MARTINEZ
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ATANDO HOJAS DE LEYENDAS E HISTORIA
Juan Gutiérrez Rubín de Celis
Cuando yo era un niño, oía hablar a mi abuelo, Telesforo Cortijo Odriozola,
sobre las leyendas de la construcción del Puente de la Herrería, todas extraídas del
olvido de los tiempos: Qué si había sido “un jallao” que luego hizo fortuna en
América, que si había sido un coronel destinado en México según manifestaba
Manuel Sánchez, de Celucos, pues ambos mantenían largas charlas ilustrativas en
los fríos días de invierno al calor de los tizones del atizadero de EL PLEITO, pues no
en vano ambos eran grandes “acopios” del saber popular.
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Otras historias sobre el Puente salían a la palestra cuando la gente joven
preguntábamos insistentemente sobre la historia del Puente con respuestas poco
convincentes que poco aclaraban quién lo había mandado hacer. La
espectacular obra del puente y la magnitud del arco principal, nos invocaba a los
niños y a los jóvenes a preguntar a nuestros mayores cuándo y quién lo había
construido, pero siempre, el manto del olvido de la historia se anteponía.
Eso sí, era sabido que el brazo del puente hacia el barrio de La Herrería, estaba
cimentado sobre troncos de haya clavados en tierra, ya que algunos de estos
troncos fueron observados al quedar al descubierto, bajo el agua, tras la gran riada
del río Nansa el viernes, 9 en septiembre de 1909. A falta de suelo firme, con
frecuencia, en esta clase de construcción, se empleaban troncos de haya recién
cortados, pues éstos se conservan verdes durante siglos clavados en cimentación
húmeda, sistema empleado hasta el siglo XVII y XVIII en aquellas construcciones
donde no se hallaba suelo firme en su cimentación.
La primera historia escrita sobre el Puente de La Herrería la leímos, la gran
mayoría de los habitantes del Concejo de Celis, en la magnifica obra del periodista
Mann Sierra (1980), en tres tomos, titulada “DE PUEBLO EN PUEBLO” donde, en la
página 200 del primer tomo, en la que dejó escrito:
“Nadie recuerda ni en ningún documento, que sepamos, hay memoria de la
existencia de una herrería en Celis. Sin embargo, aquel puente de 15 metros de
flecha, que une Celucos y Riclones con Celis, se llama Puente de la Herrería; más
allá, allí mismo, a los “pies” de esa espectacular obra, aparecen resto de escoria,
señal inequívoca de que allí, a orillas del Nansa, existió una ferrería. Se sabe que
tales industrias fueron muy importantes en Cades y en Cosío, en Camijanes y en
algún otro lugar y hasta el Ayuntamiento de Herrerías debe su nombre a la
abundancia de tales ferrones. Pero el tiempo ha sumido en el más impenetrable
misterio ésta del Celis.
Existe una leyenda sobre la construcción del puente que los vecinos suelen
contar con ligeras variantes. Cuentan como un “jallao” (un niño abandonado) fue
recogido y criado por una familia del lugar, hasta que pudiéndose valer por si
mismo emigró y se dedicó hacer fortuna, para, al regreso al lugar de Celis construir
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ese puente monumental de un gran ojo y otro cegados que salva el río Nansa. Su
fábrica es aparatosa y firme su pétrea estructura. A mitad del recorrido del puente,
se alza a mitad del puente se alza una especie de hornacina o humilladero, que
llaman de la “Santina” pese a que en él únicamente se halla un relieve en chapa
del Sagrado Corazón de Jesús, evidentemente de época muy posterior a la
construcción del puente y humilladero.
¿Fue esa hornacina levantada también por el desconocido benefactor?
Este puente de piedra se enseña al forastero con legítimo orgullo, porque muy
pocos de la provincia ofrecen tal solidez y características y mucho menos esa
altura del ojo principal, único abierto, desde el punto más alto del arco a la
superficie del río, mientras escalonadamente se van sucediendo otros hacia la
margen derecha, reforzados por los clásicos muros en función de apuntamiento”.
UN DOCUMENTO DECISIVO
En el devenir de los pueblos a veces brotan conflictos entre los vecinos que
alteran los ánimos y la convivencia entre ellos. Y el pueblo de Celis tuvo el suyo
propio al surgir un litigio sobre la legitimidad de una propiedad, por lo que hubo
que desempolvar los documentos de la Entidad Menor de Celis para salir en su
defensa; y entre esos documentos estaba un documento que me llenó de
curiosidad e interés, pues se trataba de la Fundación de Obras Pías de la
Escuela de Primeras Letras del barrio de La Herrería, promovida por don Juan
Gutiérrez Rubín de Celis, por poder, fechado en la ciudad de México el 23 de
febrero de 1746. Consideré que era un documento capital que, sin duda alguna,
aclaraba parte de la historia del Puente de La Herrería, y también, la construcción
de la Escuela de Primeras Letras, ya citada; la de la Iglesia de San Roque de Celis y
la traída de aguas al pueblo de Celis desde la fuente de La Toja.
Consideré pertinente sacar del olvido la historia del PUENTE DE LA HERRERIA
en todo aquello que sea posible. La copia literal de dicho documento en poder de
la Entidad menor de Celis, me proporcionó datos importantes, tal como se describe
en las primeras páginas de este trabajo. Ese documento nos dice que el
“desconocido bienhechor”, había sido don Juan Gutiérrez Rubín de Celis, oriundo
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del barrio de La Herrería (Celis), Coronel de infantería en la ciudad imperial de
México, Caballero de la Orden de Santiago e hijo legítimo de don Justo Gutiérrez
de Celis y de doña Catalina Rubín de Celis, vecinos ambos de Celis.
Con fecha 25 de enero de 2002, registré un escrito de la Consejería de Cultura
del Gobierno de Cantabria solicitando el estudio, la valoración y el registro en el
Catálogo del Patrimonio de Cantabria el Puente que se halla sobre el río Nansa, en
Celis, denominado “Puente de La Herrería”
Dicha petición fue aceptada de inmediato por el entonces Consejero de
Cultura, Turismo y Deporte, Sr. Cajigas, tras el informe expedido por el Colegio de
Arquitectos de Cantabria con fecha 21 de abril del mismo año, incluyendo
memoria histórico y anexo. El anexo aportaba datos personales del Coronel, tal
como se pueden ver en el escrito de fecha 21 de abril de 2002.- (N-20020421)
El Coronel, don Juan Gutiérrez Rubín de Celis contrajo matrimonio con doña
María Isabel de los Ríos, nacida en Cuerétaro (México) Se cita aquí este dato
importante, porque en las 14 transcriptas anteriormente nada dicen sobre el
estado civil de este acaudalado Caballero
Una vez terminado la incoación del proceso de catalogación del Puente de
La Herrería como Bien de Interés Local, B.O.C. de fecha 24 de febrero de 2004,
se ha optado por ir completando la historia de don Juan Gutiérrez Rubín de
Celis. Todo lo que se ha hallado a través de internet, han sido historias tildadas de
leyendas, las cuales se agregan a este acopio de la historia. La primera: “El
convento del Corpus Chriti para indias cacicas” // Segunda: “La leyenda de
la Aduana de Santo Domingo” // Tercera: “otra leyenda de la Aduana”.
Anotando estos y otros datos recogidos en documentos que esporádicamente
salen, como es el caso del documento “Los oficio”….(N-20060304)
Según la historia del Convento, nos dice que el Virrey, Marqués de Valero,
encarga en 1720 a Don Juan Gutiérrez Rubín de Celis la busca y compra de predios
para poder construir un convento para acoger a las indias cacicas.
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En 1730, el Virrey Juan de Acuña, Marqués de Casafuerte, nombra a don Juan
Gutiérrez Rubín de Celis, con 59 años de edad, Prior del Consulado (Real
Aduana). Y fue precisamente a finales de ese año, cuando don Juan se enamora
perdidamente de la linda doncella doña Sara García Somera y Acuña, parienta del
Virrey, y con ello sobreviene la petición y ultimátum de seis meses para que el
apasionado caballero construyera el edificio de la Aduana. // La construcción la
realizó dentro del plazo prefijado por su amada, y sobre un arco mandó escupir la
inscripción acrática que la bellísima prometida se encargó en descubrir:
“Siendo Prior del Consulado D. Juan Gutiérrez Rubín de Celis, Caballero de la Orden de Santiago y Cónsules don Gaspar de Alvarado, de la misma Orden, y D, Lucas Serafín Chacón, se acabó de fabricar esta Aduana el 28 de junio de 1731” (Sic)
Una de las leyendas, dice que Doña Sara cumplió su palabra, contrayendo matrimonio con don Juan en agosto del citado año 1731. Don Juan tenía entonces 60 años. Otra de la leyenda dice:
“Que ésta se sintió indispuesta y abandonó la fiesta de altos vuelos que don Juan estaba dando en su honor” La fiebre fue en aumento, muriendo la joven, doña Sara, 23 días después.
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Pasado el tiempo, triste por la pérdida de su amada Sara, vistiendo hábito de monje, don Juan; el Caballero de la Orden de Santiago, se retira humildemente al Convento del Carmen en la Ciudad de México.
Y aquí surgen las primeras preguntas:
¿Estaba ya viudo don Juan Gutiérrez Rubín de Celia, cuando en 1731 se enamoró y posiblemente trató o llegó a casase con la joven, doña Sara García Somera?
¿Estaba ya bajo los hábitos de monje en 1746, cuándo hizo e! poder notarial facultando y ordenando a su sobrino, don Diego Rubín de Celis, la construcción de! Puente; la Escuela de Primeras Letras; la Iglesia de San Roque y la bajada del agua de La Toja?
Y si leemos atentamente, el documento “LOS OFICIO….” v nos damos cuenta
que, nuestro Coronel tenia doble ocupación: Por una parte, estaba en la cúspide
de mercaderes de plata donde se acuñaban monedas, quintadas – y sin quitar
- a la luz de teas que el diablo encendía. Por otra parte era un ferviente católico,
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pues no en vano iba, casi a diario, a la Catedral en su carruaje a rezar
fervorosamente a Nuestra Señora Virgen de Guadalupe frente al altar,
arrodillado en su silla de oración con amohadilla.
Y cuando le llega la vejez, 75 años, caudales de pesos quintados y sin
quintar (en oro y plata), procede a enviar para hacer cuatro obras honoríficas
en el Concejo de Celis: Un puente sobre el río Nansa para evitar que niños se
ahoguen al vuelco de la barca; Una escuela de primeras letras para rescatar
niños y niñas de la ignorancia; Una iglesia bajo la evocación de San Roque para
ahuyentar la peste, y el agua de la Toja manda bajar para dar de beber a los
sedientos habitantes del pueblo Celis. Obras todas propias de un buen samaritano.
Y si anotamos otras cosas, la obligación del maestro de la escuela la aplicación y
explicación diaria del manual de buenas costumbres cristianas a los niños, la
enseñanza en la escuela del catecismo del padre Astete, empezando por un
Pater Noste y Ave María por el alma del Fundador y demás detenidas del
purgatorio; la cantidad de misas anuales: una cantadas y otras rezadas; la subida
en formación al Santuario de Trespeña el 10 de septiembre de cada año,
con los niños y niñas, rezando el rosario cantado y llevando por delante el
estandarte con la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, asistir a misa y
rendir devoción a Nuestra señora de Trespeña.
Toda esta lista de deberes cristianos, de obligado cumplimiento, hace pensar
que nuestro Coronel temía que, al morir, su alma se precipitarse al fondo del
infierno chamuscada entre las llamas del fuego eterno, por culpa del
acuñado pecaminoso; posiblemente confió su profundotemor, que tanto le
embargaba, a la propia Virgen de Guadalupe en sus visitas rezos diarios. Y si fue
así, surge otra pregunta:
¿Fue acaso Nuestra Señora Virgen de Guadalupe, a modo de TRUEQUE, la que le transmitió a don Juan Gutiérrez Rubín de Celis, que LAVARA de pecado su caudal de pesos fuerte (quintados y sin quintar) y los enviara a su pueblo para realizar obras honorífica, entre ellas, un puente sobre el río Nansa para salvar a niños y niñas cuando la barca volcaba. Y una escuela para salvar a los niños y niñas de la ignorancia, y otras obras meritorias?.
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Es posible, que nuestro Caballero de la Orden de Santiago aceptara la
penitencia, TRANSMITIDA POR VÍA TRANSCENDENTAL, como bálsamo celestial
tranquilizador a su conciencia y salvador de su alma inmortal. Y para que no fallara
el TRUEQUE celestial, ordenó celebrar en Celis muchas misas rezadas y cantadas
por su alma cada año, temeroso que San Pedro dudase abrirle la PUERTA
CELESTIAL a su salida del Purgatorio. // Con fecha 23 de febrero de 1746 don
Juan cumplió su compromiso ordenando a su sobrino, don Diego Rubín de Celis,
realizar las obras. ./
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LA VIRGEN DE GUADALUPE
La Imagen de la Virgen María que se venera en la Ciudad de México, tomó el nombre de la primitiva advocación de la Virgen radicada en Extremadura (España) y cuya devoción y culto fue extendida en Nueva España por los misioneros y conquistadores, lo mismo que se difundió por todo el virreinato del Perú. Según la tradición histórica, la Virgen María se apareció al indio Juan Ciego el 12 de diciembre de 1.531 en el cerro Tepeyac, cuando se dirigía a la ciudad de México para oír misa. La Virgen le ordenó al indio visitar al arzobispo Fray Juan de Zumárraga, exigiéndole levantar un templo en aquel lugar, y como el prelado, , le pidiera al indio una prueba del milagro. Dos días más tarde, en una nueva aparición, la Virgen le mandó presentarle unas rosas recogidas en el árido cerro, pero al extender Juan Ciego su ayate ante Fray Zomárraga, que las dejó caer en su “tilma” dibujándose en ella, con toda nitidez, la imagen de la Virgen inmaculada. El prelado, avergonzado, colocó la “tilma” con la faz de la Virgen en su oratorio. // En 1.662 se levantó a los pies del cerro Tepeyac una iglesia, ya pocos metros fue construida, en 1709, la actual gran basílica que el pueblo mexicano ha convertido en el templo más visitado del mundo mariano. Los mexicanos, veneran con suma devoción a Nuestra Señora la Virgen de Guadalupe. // Don Juan, Caballero de la Orden de Santiago sentía una gran devoción por la Virgen de Guadalupe, a la que siempre visitaba, y encomendó su alma al final de su vida.
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ARCA: ARCHIVO DEL CONCEJO DE CELIS
En la Iglesia de San Roque, en Celis, en el crucero izquierdo, sobre e suelo, hay un Arca de madera, con cerradura artesanal de hierro, cuya medidas son las siguientes: 113 cm de larga, 54 cm de ancha y 62 cm de alta En el frente lleva escrita la siguiente anotación histórica:
“ESTE ARCHIVO DE CONCEJO SE HIZO EL AÑO DE 1746 SIENDO REXIDORES DON DIEGO RUBIN DE CELIS Y BALTASAR PEREZ DE ZELIS”
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Esta arca fue mandada hacer para guardar en ella toda la documentación de las obras que mandó hacer do Juan Gutiérrez Rubín de Celis. Son las obras que se detallan en la Escritura de Fundación de Escuelas Pías.
Don Diego Rubín de Celis, uno de los dos “rexidores” del pueblo de Celis en el año 1746 era sobrino, por parte materna, de don Juan Gutiérrez Rubín de Celis. No hay duda que estos “rexidores” se tomaron en serio el encargo ordenado por eI Coronel, y para tener a buen recaudo toda la documentación mandaron hacer una magnifica arca con buena cerradura. (Iglesia San Roque, crucero izquierdo)
Los “rexidores” actuales del Concejo de Celis debieran tornar buena nota del celo con que cuidaban los documentos públicos los “rexidores” del siglo XVIII.
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SERVICIO DEL PUENTE A LOS PUEBLOS DEL CONCEJO
El puente de la Herrería presta un servicio de comunicación a los pueblos de Celucos y Riclones. Si deseamos ir a Celucos una vez pasado el PUENTE hay que seguir la carretera y a unos 120 metros girar a la izquierda y pronto se llega al citado pueblo. Allí está el restaurante “Casa Andrés”, que si te quedas a comer o a cenar, seguro que repetirás de nuevo llevándote la familia entera, o a todos tus amigos. Una comida casera en este restaurante no se olvida. Tef. 942-727553 Compruébelo,
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Restaurante Casa Andrés; el dueño le espera para darle la bienvenida.
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UN MOMENTO DE HUMOR
LAS NIÑA DE LA HERRERIA CELEBRAN UNA VCTORIA FUTBOLISTICA
Fotografía sacada el 16 de septiembre de 2000 en el Puente de La Herrería,
cuando yo estaba observando el estado de abandono en la que se hallaba el
Puente. Ellas salían del barrio y, al yerme, algo avergonzadas, trataron de esconder
la pancarta. Al percatarme de ello, les pregunté qué trataban de ocultar, y fue
entonces cuando me mostraron la pancarta. Me gustó su trabajo artístico y su
humor, por lo que las invité a posar con la pancarta extendida para sacarles una
foto, al considerar que era un gesto y trabajo digno de ser recogido para la historia.
Ellas prestas y orgullosas desplegaron su pancarta. Quedaron encantadas. No
esperaban ser fotografiadas tan inesperadamente al término de su trabajo.
Ellas son: OLGA, PAULA y LLENIA, celebrando que su equipo de fútbol, los chicos
de Celucos, habían ganado a los de Celis. Y para recordar el gran evento se
esmeraron en reflejarlo, con ingenio artístico, en esa pancarta.
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Yo que andaba preocupado por el estado de abandono en la que se hallaba el
Puente, ellas, en cambio, su simpatía y alegría iba hacia los chicos de CELUCOS
por haber ganado, en campo de fútbol, a los chicos de CELIS.
¡Qué vergüenza para los chicos de Celis!
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Trazas de la Historia de Celis // Oviedo, 2 4 de febrero de 2011 Víctor Manuel Cortijo Rubín de Celis
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