Post on 16-Oct-2021
NOTA TÉCNICA 2ª:
LAS CUENTAS ANUALES 2ª Parte
1. CUENTA DE RESULTADOS: EL ESTADO DE LA EXPLOTACIÓN
La Cuenta de pérdidas y ganancias del ejercicio es aquel documento que
recoge las diferencias surgidas en el transcurso del período contable entre
las corrientes de ingresos y gastos imputables al mismo.
La cuenta de Pérdidas y Ganancias constituye uno de los elementos básicos
del análisis económico de la empresa, no sólo porque permite cuantificar el
beneficio o pérdida contable del ejercicio, sino porque posibilita conocer
cómo se ha generado aquél, y analizar la importancia absoluta y relativa de
cada partida. De igual manera, cuando se dispone de cuentas de resultados
de varios ejercicios consecutivos, el estudio comparativo de la evolución de
éstas resulta muy ilustrativo de la situación de la empresa y de su trayectoria
futura.
Existen distintos formatos para la elaboración de la cuenta de resultados,
que tratan de dar respuesta a las diferentes necesidades de información.
El Plan General de Contabilidad (PGC) establece un modelo de cuenta de
resultados obligatorio. Este modelo, cuyo formato se recoge en el Anexo 2 de
dicho Plan (Esquema 1), es el que tendrán que adoptar las empresas a la
hora de presentar las cuentas anuales.
2. DETERMINACIÓN DEL RESULTADO ECONÓMICO
El instrumento especialmente diseñado para el cálculo del beneficio es la
cuenta de resultados, que es, en cierta forma, la expresión contable de las
operaciones de la empresa durante ese periodo. Su formato, según el Plan
General de Contabilidad, es el que se recoge en el Esquema 2.
La cuenta de resultados expresa, con diferentes niveles, los estados de la
operación, según los escalones:
Resultado de explotación: incluye sólo aquellos movimientos que
tienen relación directa con la explotación, esto es, el objeto social.
Resultado financiero: comprende el valor neto de las operaciones
financieras de activo (inversiones financieras) y pasivo (fuentes de
financiación).
Beneficio antes de impuestos: integra tanto los resultados de las
actividades ordinarias como las extraordinarias.
Resultado del ejercicio: se identifica con el beneficio después de
impuestos.
3. CÁSCADA DEL CÁLCULO DEL BENEFICO
El instrumento especialmente diseñado para la determinación del beneficio
es la Cuenta de Resultados, que es la expresión contable de las operaciones
de la empresa durante un periodo.
La Cuenta de Resultados representa, con diferentes niveles, la diferencia
básica que permite calcular el excedente correspondiente a un ejercicio.
Para ello, se contraponen los ingresos del periodo con los costes y gastos del
mismo, produciéndose una diferencia que es el beneficio. Para que el
beneficio, así determinado, refleje razonablemente el excedente, es
necesario que tanto los ingresos como los costes sean los correspondientes al
periodo y que los costes sean, a su vez, propios de la operación.
Partiendo del formato de cuenta de Pérdidas y Ganancias que determina un
beneficio neto, éste es uno de los CINCO grandes escalones que constituyen
las cascadas del cálculo del resultado.
Cada escalón de cálculo representa el beneficio a un nivel de deducción de
costes determinado y cada nivel incorpora un significado diferente, más o
menos relevante, según quién y con qué perspectiva estudie las Pérdidas y
Ganancias (Esquema 3).
Donde:
- Ventas netas: se incluyen la totalidad de ingresos derivados de las
actividades ordinarias descontadas las devoluciones.
- Coste de la mercancía vendida: incluye los costes directos incurridos
en la adquisición o producción de los bienes y/o servicios que han sido
vendidos.
- Margen bruto de explotación: es el primer escalón de cálculo de
beneficio. Representa el excedente que tiene que cubrir el resto de los
costes de la explotación, la estructura y los gastos financieros.
- Otros costes de explotación: comprende el conjunto de cargas
originadas en la explotación, exceptuando los costes directos de la
mercancía vendida. Son los costes indirectos.
- Margen neto de explotación: es el segundo escalón de cálculo del
beneficio. Es el excedente que habrá de cubrir el resto de los gastos
fuera de la producción.
- Beneficio antes de impuestos, intereses y amortización (BAIIA): es el
tercer escalón del cálculo del beneficio. Expresa la capacidad para
generar excedente con independencia de la estructura de financiación.
Es considerado como el flujo potencial de la explotación. En la
terminología inglesa se denomina EBITDA (Earning before interest,
taxes, amortization and depreciation).
- Beneficio antes de impuestos e intereses (BAII): es el cuarto escalón
del cálculo del beneficio. Representa el resultado operativo; esto es, el
beneficio relacionado con las actividades típicas. En la terminología
inglesa se denomina EBIT (Earning before interest and taxes).
- Beneficio antes de impuestos (BAI): es el quinto escalón del cálculo
del beneficio. Resultado de deducir al BAII los gastos financieros. En la
terminología inglesa se conoce como EBT (Earnigs before taxes).
- Beneficio después de impuestos (BDI): es el sexto y último escalón del
cálculo del beneficio desde el punto de vista económico. Es el resultado
neto generado en el período.
El beneficio es condición necesaria; en caso contrario, si las operaciones
económicas no cubren los costes de producción, antes o después, la empresa
está condenada a desaparecer.
Pero, ¿cómo tratar los resultados de estos escalones?
Primer escalón: el margen bruto de explotación (MBE)
Cuando una empresa no cubre los costes directos de la explotación está
condenada a desaparecer, es causa de desahucio; la prolongación tiene
mayores costes que la liquidación. La continuidad solo pasaría por dar la
vuelta al negocio.
Segundo escalón: el margen neto de explotación (MNE)
Cuando el margen neto es negativo pero el margen bruto es positivo, las
posibilidades de continuidad pasan por la externalización de algunas de
las cargas fijas que se incluyen en los “otros de explotación”. En caso
de que la propuesta no cambiara el resultado, se tendría que plantear
la liquidación a medio plazo.
Tercer escalón: el beneficio antes de impuestos, intereses y
amortización (BAIIA)
Partiendo de que el margen neto es positivo y el BAII negativo, las
medidas aplicadas se centran en los costes de estructura y generales. El
tratamiento de los mismos es posible a través de adecuación o
externalización. Cuando las propuestas no dan resultado, se tiene que
proponer la liquidación a medio plazo.
Cuarto escalón: el beneficio antes de impuestos e intereses (BAII)
Cuando el BAIIA es positivo y el BAII negativo, el análisis ha de centrarse
en las políticas aplicadas con relación a la amortización. El tratamiento
de este coste, en ocasiones acelerado, lleva a resultados poco realistas.
Quinto escalón: el beneficio antes de impuestos (BAI)
En el supuesto de que el BAII es positivo y el BAI negativo, la actuación
recaería sobre los gastos financieros y, en consecuencia, por el cambio
de las políticas financieras, por ejemplo, sustitución de recursos ajenos
por propios, ya que éstos últimos, aunque tienen coste, no figura en la
cuenta de resultados.
Sexto escalón: el beneficio después de impuestos (BDI)
Este renglón está vinculado al anterior, dado que en los casos en los que
el BAI es positivo, el BDI es una proporción. El interés radica en que se
trata de la retribución real del accionista, aunque no se reparta en
efectivo.
4. EL COSTE DE LA MERCANCIA VENDIDA
Una de las partidas de mayor peso en la cuenta de resultados es el coste de
la mercancía vendida. Se trata de la primera deducción de las ventas.
El problema central que presenta el coste de la mercancía vendida es doble:
uno, es la valoración de las mercancías que habiendo entrado en el almacén,
salen como ventas y, el otro, qué tipo de costes imputar a las mercancías –o
servicios- que resultan de la transformación. El primer problema de
valoración es típico de las empresas comerciales, si bien es común al resto de
las empresas; el segundo problema es específico de las empresas de
transformación.
El coste de los materiales
La determinación del coste de los materiales depende de las magnitudes
siguientes:
- Valor de las existencias iniciales
- Compras
- Valor de las existencias finales
Puesto que:
Expresión en la que se produce una especie de balance de valor y dado que
la cifra de compras viene determinada por la contabilidad, el problema
resulta de la valoración de los inventarios. En los casos en los que el precio
de la mercancía no cambia, la solución pasa por conocer el número de
unidades que había al comienzo y final del periodo.
5. MENSAJES DESDE LA CUENTA DE PÉRDIDAS Y GANANCIAS
La preocupación de cualquier gestor es captar los mensajes más importantes
que se desprenden de la cuenta de pérdidas y ganancias.
Una posible guía para ello consiste en examinar la evolución del resultado
siguiendo la cascada de cálculo y, en particular, dónde se producen las
pérdidas. Este es un aspecto decisivo, ya que la gravedad de la pérdida
disminuye conforme se desciende en la escalera.
Cuando la pérdida aparece en el primer escalón -es decir, cuando el margen
bruto de explotación resulta negativo- la empresa no puede cubrir con sus
ingresos netos ni siquiera el coste de la mercancía vendida, lo que implica,
por ser un coste básicamente variable, que cuanto más vende, más pierde.
En este caso de desahucio se requiere una acción radical, para poder
sobrevivir.
Valores negativos del beneficio neto de explotación o del BAII implican
normalmente que la empresa no puede cubrir sus cargas de estructura y que
una reestructuración es necesaria.
Si la pérdida aparece, por primera vez, a nivel del beneficio antes de
impuestos, entonces la empresa es incapaz de cubrir los gastos financieros y,
consecuentemente, puede estar indicando una sustitución de financiación
ajena por propia.
La diferente trascendencia de la pérdida según el escalón en que aparece
primero y la distinta naturaleza de las acciones de mejora que, en cada
situación, deben emprenderse, dan lugar a actuaciones diferentes. Así, por
ejemplo, las direcciones funcionales centrarán su atención en el beneficio
neto, mientras que el fisco piensa en el BAI, los propietarios lo hacen sobre
el BDI –renglón del que nace el dividendo- y los prestamistas sobre el cash
flow, calculado como suma del beneficio retenido más las amortizaciones.
6. REFLEXIONES DESDE LA RELATIVIDAD DE LA CUENTA DE
EXPLOTACIÓN
Una de las aportaciones más relevantes de la cuenta de resultados surge de su
expresión relativa, es un enfoque donde todas las cargas: costes y gastos
están referidas a las ventas; se habla entonces de la “cuenta de resultados
relativa” de la explotación.
Se recalca el término “explotación”, ya que en este formato de la cuenta de
pérdidas y ganancias, solo se incluyen aquellos conceptos que están ligados
directa o indirectamente con las actividades ordinarias de la empresa; en
consecuencia, se ha obviado todo aquello que es extraordinario o coyuntural.
Este análisis persigue la relación de las ventas con sus costes y gastos
asociados y trata de obtener las relaciones normales. Al mismo tiempo, un
dato individualmente considerado, si no se tiene una referencia indiciaria,
tampoco es indicativo de nada; toma, por lo tanto, todo el interés cuando se
refiere bien a un histórico de la empresa o un valor previsional.
Precisamente, porque este diagnóstico es comparativo, se va desarrollar
considerando el dato del ejercicio presente respecto a los anteriores, siempre
que se trate de ejercicios semejantes.
a) La razón entre el coste de aprovisionamiento y las ventas ha de
permanecer prácticamente constante. Esto se debe a que se trata de
un coste variable y, en consecuencia mantiene una relación muy fija
con las ventas.
Cuando el porcentaje crece puede ser por dos razones: primera, subida
de precios de los materiales que no se traslada a la venta y, segunda,
por ineficientes de aprovisionamiento.
b) En el coste de personal, la retribución de los operativos mantiene una
relación muy dependiente de las ventas, ya que cuando aumenta la
actividad también lo hace el coste; sin embargo, otro tipo de personal
no es tan dependiente de los incrementos operativos, manteniéndose
constante; esta parte más fija, cuando suben las ventas, experimenta
una dilución al repartirse entre más unidades vendidas, lo que genera
un efecto denominado “apalancamiento operativo” o “economías de
escala”. El resultado final es que con el crecimiento de las ventas el
coste relativo disminuye y al contrario.
c) Cuando la amortización se aplica con criterios técnicos, el incremento
de la actividad supone mayor cuota de amortización, debido a que los
bienes están sometidos a un ritmo de trabajo superior y menor es su
vida útil. En este supuesto, la razón entre la amortización y las ventas
se mantiene muy constante.
Sin embargo, en los supuestos donde, independientemente de los
niveles de actividad, la amortización es constante (siempre igual), se
produce, de nuevo, las economías de escala y el comportamiento
d) Los costes que se agrupan en la rúbrica de “otros de explotación”
tienen una doble componente: una, fija independiente de la actividad y
otra, variable referida a las ventas. En la relación de “otros de
explotación” con las ventas se producen, igualmente, las economías de
escala y el coste evoluciona según la expresión siguiente:
e) Los gastos financieros nacen de la financiación del activo corriente y no
corriente. El activo corriente, al estar en función de la actividad,
precisa de una financiación variable, unas veces es una u otra. En el
caso del activo no corriente, al ser más independiente, su financiación
es fija. Por lo tanto, desde la perspectiva de las ventas, los gastos
financieros tiene una parte fija y otra variable y, en consecuencia, la
relación es variable, tal y como se indica en la expresión siguiente: