Post on 08-Aug-2015
El aula de Tócame-Roque
Autor: Francisco García Purriños
Tragedia cómica en un acto !y gracias!Cuando se alza el telón, el espectador curioso podrá ver un aula de alumnos adolescentes, indolentes y traviesos de 4º de la E.S.O.. Pronto, el espectador curioso podrá observar que estos diablillos no saben lo que hacen o no hacen lo que saben, según.Se ruega al curioso espectador que no se ría muy alto, tanto para no despertar a los que quieran dormir como para no perderse la posible conocida tragedia.Hay una pizarra en el fondo, un cuadro con una imagen de la Virgen y una puesta, a la izquierda del espectador .Con esto basta, aunque también podría haber un mapa de Europa y un mural con reglas ortográficas.Entra el profesor por la izquierda. Los alumnos, que estaban haciendo un jolgorio considerable, se ponen de pie, casi todos.Profesor:! Buenos días! !Pónganse de pie los que estaban sentados y siéntense los que estaban de pie! Los alumnos obedecen.Profesor: Bueno; ayer quedamos en que dos y dos son cinco,¿no?Valentín: Señor profesor,¿no eran siete?Profesor: Depende, Valentín, depende. Pero bueno, ahora que estáis todos atentos, aprovecharé para haceros unas preguntas, ¿vale? A ver. tú Aquilino, dime dos pronombresAquilino : ¿Quien?¿Yo?Profesor : Muy bien, si señor, dos pronombres. Ahora tú Álvaro: dime una palabra que empiece por "jota"Álvaro: !Hoy ¡Profesor: ¿ Hoooy? !Claro¡ No va a ser mañanaÁlvaro : Perdone profe, quiero decir que hoy es jueves, que empieza por "j"Profesor: ! Pero hombre ¡ Si hoy no es jueves. Bueno , vale. ! Eh ¡ pero Francis, ¿ que haces ? Por qué das golpes con la cabeza? ! Vas a romper el pupitre ¡Francis : Es que no lo entiendo...Profesor: ¿Que es lo que no entiendes?Francis: Que "todo junto" se escribe separado, y "separado" se escribe junto...Profesor: Déjalo Francis: te puede explotar la cabeza. Piensa en otra cosa. Profe , profe , profe; tengo una duda....Profesor: A ver si te la puedo ampliar, Salva,¿cuál es tu duda? Profe,"ayer" ¿se escribe con hache?Profesor: No, Salva, no ¿Y "hoy"?Profesor: "Hoy " si. Salva."hoy" sí Y ¿como puede cambiar tanto de un día para otro?Profesor: Llevándose la mano a la frente: ! Que tropa ,Señor¡ ! que tropa¡En este momento se oyen unos golpes en la puerta-o una campana- y entra, algo "mosca",un señor, padre de uno de los alumnos, Teodoro.Padre: Perdone que interrumpa, señor profesor, pero es que tengo que averiguar si es cierto lo que me cuenta mi hijo, aquí presente...Profesor: No es una manera muy ortodoxa de entrar, pero tengo curiosidad...¿que le cuenta su hijo?Padre: Pues que usted le hace al pobre chico las preguntas más difíciles.?que de cierto en ello?Profesor: ¡ Pero hombre!,,, Nada, señor padre, nada, nada. Precisamente ahora estaba preguntando a los alumnos...¿ quiere usted comprobar las preguntas?Padre: Si, claro; a eso he venido.
Profesor : Esta bien. Se dirige Teo . Vamos a ver, Teo . No te pongas nervios nerviosos y contesta: ¿cuantos son dos y dos?Teodoro: mirando a su padre. ¿ lo ves, papá?, ¡ya empieza!Profesor: ¿ Se convence usted señor padre?. Además ,tengo que comunicarle que su hijo ha copiado en un examen. Lo supe en seguida, al corregir la prueba .copió de Miguelito.Padre: ¿ Y como sabe usted que copio de ese Miguelito y no fue al revés?Profesor: Pues porque Miguelito, en la 3ª pegunta escribió: " Esta no me la se", y su hijo, en la misma pregunta, puso"Yo, tampoco.¿ Que le parece?.¿se convence usted ?Padre: ¡ Que bochorno. hijo! ¡ Qué ridículo me has hecho pasar! Le sacude un par de "soplamocos" a su hijo sin que nadie pueda evitarlo.¡ Toma "cabezudo"El profesor le calma y le reconduce a la puerta: Dos o tres compañeros consuelan y animan a Teo. entre tanto.Profesor: Vamos chicos ánimo ¡Ya pasó todo! ¡Seguimos preguntando! Vamos a ver tú Diego ¿que es un polígono? Es un señor que tiene muchas mujeres.Profesor: ¡ Asombroso! Bueno, cambiemos de materia. Veamos, Alberto: pregunta de religión: ¿Recuerdas como murió Judas?Alberto: Duda unos instantes, Luis le qyuda, poniendo una mano en la garganta, ostensiblemente. Por fin, Alberto dice.¡ Ah! ¡sí!,¡de anginas!Profesor cara de asombro: No se si reír o llorar, A ver, algo mas facil. Literatura. Dime, Pablo,¿ quien escribió El Quijote?Pablo: a punto de llorar. Yo no he sido profesor.¡yo no he sido!Abel Elomba se acerca al profesor y la dice, mirando a Pablo: No le riña, profe, Pablo nunca cuenta mentiras: ¡ Si el dice que no fue, es que no fue!Profesor: debo estar soñando. Manolo, ve a llamar al director, por favor.....Director: ¿que ocurre, don Francisco?Profesor : Casi nada: que le pregunto a Pablo " quien escribió El Quijote", y me contesta que él no ha sido. Y, encima, Abel dice que Pablo no miente, que si el dice que el no ha sido, es que que no ha sido él¿ que le parece?Director: Mire, profesor yo también conozco a Pablo, y se que no es mentiroso; si dice que no es , es que no .... Pero, no se preocupe, a este le atrapamos en seguida. Voy a llamar a la Guardia Civil, Sale a toda prisa. Llega un sargento de la Guardia Civil con cuatro guardias.Sargento: Ya está señor profesor. Le vamos a echar el guante en seguida. Todas las salidas están vigiladas .Atraparemos al que escribió El Quijote ese. Salen los cinco velozmente. En ese momento, entra un señor elegante. Es el inspector de educación, que esta de vista profesional, inspeccionando el colegio, que es lo suyo.Inspector: Buenos días. Soy el inspector de Educación y Ciencia, He visto salir a unos guardias, a toda prisa.¿ Que pasa?Profesor: Que estoy desesperado, señor inspector. Aquí nadie escribió El Quijote... Este alumno dice que el no ha sido, y la guardia Civil ha salido corriendo, a ver si lo atrapan,¿ que le parece?¿ que podemos hacerInspector: Pero, hombre señor profesor, Tenga paciencia. Menos mal que he llegado yo... Se dirige a los alumnos: " El Quijote no es un esucia-paredes ni nada de eso. Es una obra muy famosa de le literatura española, escrita por un no menos famoso escritor, llamado Calderón de la Barca.Profesor. Llevándose las manos a la cabeza.¡Ay! ¿si Lope de Vega levantara la cabeza!Y cae de vergüenza el telón.
Amor, cacerolas y ladrones
de Griselda Gálmez
Versión libre de un cuento popular en un acto.
Personajes :Catalina y Federico ( pareja de recién casados)Ladrón I , Ladrón II y Ladrón IIILa PintoraEl Perro
Publicada en "Caminantes 4,5 y 6" de editorial e.d.b.
ESCENA I
(Sala de una casa de campo . La luz cae sobre FEDERICO y CATALINA al tiempo que se escuchan los acordes de la marcha nupcial . La pareja posa para un retrato : El sentado, ella parada detrás como en las viejas fotografías. Frente a ellos, ante un caballete, la PINTORA).
CATALINA : ¡ Ay , Fede, seremos tan felices y comeremos tantas perdices !FEDERICO : No sabía que ser felices era cuestión de perdices, pero ahora que lo sé, no quedará copetona con copete. Te lo prometo , Cata.CATALINA : ¡ Fede , qué bueno eres ! . Te aseguro que no te arrepentirás de haberte casado conmigo. Verás qué limpia y reluciente tendré la casa. Y ni te cuento lo bien que cocina tu mujercita . Además tendremos muchos hijos y ....FEDERICO : ( con gesto grave ) Catalina, si quieres ser una buena esposa , tendrás que obedecer mucho y pensar poco. Así me lo aconsejó mi madre ( se escucha la risita burlona de la PINTORA . FEDERICO continúa más solemne aún ) Obedecer como un soldado y pensar como un... tarado.CATALINA : Siempre he tenido la impresión de que mis rulos se estropean cuando pienso...( lo considera un instante ). De acuerdo , mi Federico pensará por los dos.FEDERICO : ( incorporándose ) Cata, apoya esa cabecita en mi hombro.( Ella obedece. La PINTORA se acerca a reacomodarlos. Mientras ubica a Catalina, FEDERICO se aleja unos pasos )FEDERICO : ( aparte ) Que no piense, eso es lo mejor. De otra forma puede descubrir que los botones dorados que guardo en la cómoda son monedas de oro. Y es capaz de gastárselas en cualquier pavada. ( escandalizado ) Al oro, ¡ MI oro !
ESCENA II
(Un camino. Tres hombres avanzan, sigilosamente y mirando hacia todos lados. En primer lugar el LADRÓN III, pequeño y escuálido, con una bolsa al hombro; lo sigue el LADRÓN I, robusto y de cuchillo en mano , finalmente, tropezando y como a tientas a pesar de sus gafas , el LADRÓN II.Cuando llegan al centro del escenario, el LADRÓN III se detiene abruptamente, los otros dos chocan entre sí y caen. El LADRON I, para desquitarse, toma al primero por el tobillo y éste aterriza en media de un desparramo de cacerolas ) .LADRÓN I : ( incorporándose) .En el mundo se ha perdido la decencia, si señor, la decencia...( aparta de un manotazo al LADRÓN II quien, en busca de sus anteojos perdidos, le ha tapado la boca ). La gente honesta, que trabaja todo el día para bien de la sociedad y de sus semejantes, ya ni una
moneda tiene para comer.LADRÓN III : Dice que las monedas se comen ¡ Ji, ji, ji !LADRÓN II : ( encontrando por fin sus anteojos ) ¿ Y por qué te preocupas por la gente honrada, si tú no eres honrado ?LADRÓN I : Por supuesto que no soy honrado, pero le robo a los honrados. Y si no tienen plata, ¿ qué les voy a robar ?. Sí, señor, el mundo ha perdido la decencia : ya no queda ni a quien robarle.LADRÓN II : No seamos pesimistas. Al caminante no le pudimos sacar dinero, pero sí unas cuantas cacerolas. ¿ Ven esa casa ?LADRÓN III : ¿ Cuál casa ?LADRÓN II : Esa, ¿ no la ven ?(Los otros se dan cuenta de que se ha sacado los anteojos para limpiarlos y está apuntando con su dedo para cualquier lado. Se los colocan sin demasiada delicadeza).LADRÓN II : ( esta vez señalando el lugar correcto ) Allí iremos a vender las cacerolas.LADRÓN I : ( con actitud feroz y desenvainando la navaja ) ¿ vender ?LADRÓN III : Está chiflado.LADRÓN II : Un momento, Escuchen mi plan...( Quedan cuchicheando entre ellos )
ESCENA III
( La cocina de una casa de campo) .FEDERICO : Ya terminaron los festejos de nuestra boda y debo volver a mi trabajo. Iré a encerrar las vacas en el establo, pero cuando vuelva tendré hambre. Prepara algo bueno para comer sin olvidar un gran jarro de cerveza.CATALINA : Como tú digas, esposo mío. Todo lo encontrarás dispuesto y requeterriquísimo.( Se despiden. Federico sale )(Catalina comienza a canturrear mientras ordena la cocina. Por la puerta se asoma el PERRO, pero ella no ha reparado en él).CATALINA : Ya es hora de que prepare la comida de mi Federiquito. ( Toma una gran chuleta. La golpea y condimenta ostentosamente ). ¡ Listo !. Ahora la cerveza . ( Mientras va en busca de la cerveza y llena la jarra , el PERRO aprovecha para robarse la chuleta . Ella alcanza a verlo cuando éste sale por la puerta ) ¡ Maldito perro, venga para acá ! ( apoya la jarra sobre la mesada con tan mala suerte que cae desparramando su contenido en el suelo. CATALINA ya ha salido corriendo detrás del PERRO )
ESCENA IV
CATALINA : ( entrando, vencida y llorosa ) ¡ Perro de porquería....! ( Ve la cerveza derramada ) Encima se me volcó la cerveza... ¿ qué hago ahora para que Federico no vea este desastre ?... ¡ Ya sé !. Tiraré harina sobre la cerveza. Todo quedará blanquísimo y no se notará el estropicio. ( Ya con ánimo optimista, esparce harina generosamente sobre el piso. En eso está cuando entra FEDERICO ).FEDERICO : ( Mientras se sacude la harina que ha caído sobre él. Con voz doliente) Dios mío, Cata, qué sucede aquí ?CATALINA : ( Sin saber como disimular la situación ) Nada...bueno...mira, estaba preparándote una hermosa chuleta cuando fui a buscar la cerveza y...el perro se la llevó. Mientras lo perseguía se me volcó la cerveza. Y cuando estaba blanqueando con harina...FEDERICO : ( furioso) ¡ Me ensuciaste a mí !CATALINA : Pero el resto de la casa está tan limpito que da gloria verlo. ¿ No me felicitas, Fede ?FEDERICO : ¡ Ay, Cata !. ¿ Cómo pudiste, en tan poco tiempo, hacer tantos
desastres ?CATALINA : Una se las arregla para todo.FEDERICO : ( reprobador )¡ Catalina !CATALINA : ¿ y ahora qué hice mal ?FEDERICO : Me quedé sin chuleta, sin cerveza, sin harina...CATALINA : ( mimosa ) . No te enojes , Fede. Yo no sabía qué hacer y tú debiste advertírmelo. ¿ No quedamos en que pensarías por los dos ?FEDERICO : ( aparte ) Esto de tener una esposa que no piensa me está saliendo un poco caro. No me queda otro remedio que proteger mis monedas porque esta mujer es capaz de usarlas para adornar el jardín. ( Reflexiona un rato, no sin cierto esfuerzo. Luego dirigiéndose a Catalina ). De acuerdo, te perdono. Pero ahora vas a escucharme bien : dame los botones dorados, yo los enterraré.CATALINA : ( mortificada ) Pero...¿ por qué, Fede ?. Perderán su brillo los pobrecitos...FEDERICO :( terminante ) Prometiste obedecer.CATALINA : ( cuadrándose ) Sí, Fede.( va en busca de la bolsa con monedas y se la entrega )FEDERICO : Las enterraré, pero nada de mirar , eh... ( Cata asiente dándose vuelta y Federico sale al jardín. Al rato vuelve sin las monedas) . Ya está hecho. Ahora promete que ni las tocarás ni las mirarás.CATALINA : ( risueña ) ¿ Cómo las voy a mirar si están enterradas ? ¡ Qué tonto es mi Federiquín !FEDERICO : ( aparte ) No lo digo yo, cuando una mujer piensa es un peligro. ( A Catalina ). Volveré a mi trabajo y cuando regrese ...CATALINA : Tendrás toda tu ropa limpia y planchada.FEDERICO : ( rezongando )¡ Qué ropa ni ropa, comida es lo que quiero! ( Sale )
ESCENA V
La misma cocina. Catalina está planchando. Los LADRONES golpean a la puerta.LADRÓN II . ¡ Señora !LADRÓN III : ¡ bella señora !CATALINA : ¿ Qué quieren ?. Si venden acondicionador para el cabello ni se molesten. Desde que me casé mis rulos están cada vez mas armados y brillantes.( Mientras ella contesta los LADRONES han entrado )LADRÓN II : Venimos a ofrecerle estas magníficas y relucientes cacerolas.CATALINA : ( Entusiasmada )¡ Qué lindas ! ( compungida ) Pero no las puedo comprar. Mi marido está en el campo y no tengo ni una moneda...LADRÓN I : ( que se ha colocado detrás de ella y la amenaza con su cuchillo ) Cuánto lo siento porque...CATALINA : ( sin darse cuenta ) Esperen,¿ no les darían lo mismo unos botones dorados?. Mi marido los enterró hace un rato por ahí. Eso sí, tendrán que desenterrarlos ustedes porque yo le prometí que no los miraría ni los tocaría.LADRÓN II : Echaremos un vistazo.LADRON III : ¡ Justo él, un vistazo ! ¡ Ji, ji , ji !( Salen y Catalina vuelve a sus tareas tratando de no mirar hacia afuera. Al rato entran de nuevo los tres)LADRÓN II : Señora, estos botones no valen nada, pero hacemos el trato. Las cacerolas son suyas.LADRÓN III : ( retirándose último ) Sus rulos nos han convencido.
ESCENA VI
( La misma cocina. Entra FEDERICO, muy cansado )CATALINA : ( abrazándolo ) ¡ Qué suerte que volviste ! Mira, me las arreglé para comprar todo esto con tus botones dorados. Pero yo no los toqué ni los miré , los mismos vendedores los desenterraron.FEDERICO : ( desesperado ) Catalina, esos botones son monedas de oro y eran toda nuestra fortuna...CATALINA : ( grave ) Yo no lo sabía, Fede. Debiste advertírmelo... Pero no te preocupes, maridito, correremos tras los delincuentes y recuperaremos nuestro oro.FEDERICO : ¡ Qué remedio queda !. Prepara algo para comer y beber en el camino, pues me tienes con lapanza vacía. Yo partiré primero y tú me sigues. ¡ Ah !, no te olvides de asegurar bien la puerta ( sale). CATALINA : ( coloca en un zurrón que cuelga de su cintura una bolsa de nueces y una botella de agua. Luego se detiene ante la puerta, dubitativa ) Me dijo que la asegurara bien. ¡ Ya sé ! En ninguna parte estará más segura que llevándola conmigo ( Carga la puerta y sale )
ESCENA VII
Un frondoso árbol al borde de un camino . La PINTORA está trabajando en un paisaje. Escucha voces, levanta su caballete y se esconde. Entran FEDERICO Y CATALINA, ella aún con la puerta a cuestas.CATALINA : ( Quejosa ) Fede, esto me pesa mucho. ..FEDERICO : ( enojado ) Basta de charla. Tú la trajiste dejando nuestra casa desprotegida, ahora la cargarás. ( Se detiene y estudia el lugar ) Ya está anocheciendo y será mejor que subamos a este árbol para resguardarnos de las fieras.( Ayuda a subir a Cata , con puerta y todo. Luego sube él . La PINTORA se acerca a saludarlos , pero se escuchan otras voces y decide volver a su escondite )( Entran los LADRONES)LADRÓN II : Al tomar esa senda errada perdimos mucho tiempo. No creo que podamos llegar a la ciudad antes de la noche.LADRÓN I : ( Deteniéndose) No importa, dormiremos por acá. ( Sopesa la bolsa llena de monedas. ) . ¿ No les dije yo ?. Aún queda gente honrada en el mundo. Así da gusto ser ladrón.LADRÓN III : ¿ Gente honrada ? ¡ Ji, ji, ji !. Gente tonta, dirás.LADRÓN I : ( propinándole un buen golpe ) ¡ Este petiso no tiene valores !( al ver que el LADRÓN II sigue caminando y va a tragarse el árbol) . ¡Eh ! ¿ Dónde vas ?LADRÓN II : ( que efectivamente ya chocó contra una rama. Medio atontado ) Lo importante es que ahora estamos en el buen camino. pero creo que tendríamos que descansar un rato.LADRÓN I : Cierto, por hoy trabajamos demasiado.( Se acomodan bajo el árbol y se duermen ).
ESCENA VIII
( El mismo lugar. La PINTORA sale de su escondite y estudia la escena . Va por sus elementos de trabajo y se dispone a pintar )CATALINA : Fede, las nueces son muy pesadas... ¿ Puedo tirar las nueces ?FEDERICO : Ahora no, Cata, nos van a descubrir.CATALINA : Yo las suelto, Fede, no aguanto más.( Tira las nueces. LADRON II Y III se despiertan. La PINTORA se esconde presurosa )LADRÓN II : Está granizando, con razón tengo tanto frío ( se envuelve en la bufanda y se duerme )LADRÓN III : Ahora el granizo viene comestible ( recoge las nueces ) Para
mí solito... ( al rato se lo oye roncar)( La PINTORA retorna a su lugar )CATALINA : Fede, voy a tirar el aguaFEDERICO : No lo hagas, por favor, no lo hagas.( CATALINA arroja el agua sobre el LADRÓN I y la botella sobre LADRÓN III. La PINTORA vuelve a esconderse )LADRON I : ( despertando bruscamente y buscando al culpable) ¡ Siempre haciendo bromas este infeliz! ( Le da un buen golpe en la cabeza al LADRÓN III y vuelve a dormirse )( La PINTORA retorna a su caballete )CATALINA : Fede, la puerta es muy, muy pesada...Yo la tiro , Fede.FEDERICO : Por lo que más quieras, Catalina. Por mis monedas, por mi suegra, por la salud de nuestros hijos...No la sueltes , Cata.CATALINA : Nosotros no tenemos hijos...FEDERICO : Pero los tendremos, Cata, tú misma lo dijiste .CATALINA : Es cierto, pero yo la tiro igual.( Cae la puerta con gran estruendo )LADRON I : ( despavorido ) ¡ Estalló la guerra, moriremos todos !LADRÓN II : ( que intenta despertar al LADRÓN I sin lograrlo ) ¿ Quién lo mató ?LADRÓN I : ¡ Qué se yo !LADRÓN II : ¿ Vamos a usarlo como escudo !( Lo alzan y se lo llevan. En su huída ni siquiera ven a la PINTORA que no alcanzó a esconderse )
ESCENA IX
( FEDERICO Y CATALINA descienden del árbol )CATALINA : ( orgullosa ) Fede...¿ notaste que yo solita los ahuyenté ?FEDERICO : ( temblando ) sssssíCATALINA : Después de todo no tengo tan malas ideas. Si no te parece mal, empiezo a pensar de nuevo. ¡ Total !. Algún día la moda cambiará y se dejarán de usar los rulos.FEDERICO : De acuerdo, Cata. De aquí en adelante puedes pensar todo lo que quieras, hasta que soy un tonto, pero... harás bien tu trabajo. Nada de decirme ( imitándola ) " Tú no me lo advertiste, Fede ".CATALINA : ( Yendo hacia él ) Fede, me parece que te estás avivando demasiado pronto...FEDERICO : ( tomándola de las manos ) Cata, no hay estupidez que aguante tantos desastres.CATALINA : ( mimosa ) Ay, Fede...FEDERICO : ( enternecido ) Ay, Cata...( Se preparan para un beso . La PINTORA se acomoda frente a su caballete . Después de un romántico suspiro, comienza a retratarlos )
*** fin ***
EL PASTOR TURULATO
PersonajesTurulatoPastor JuanPastora EmiliaPastora RosaÁngelDiablo
Escenografía
Paisaje de montañas con estrellas en el cielo.
Ideas para la Representación
Esta pastorela ha sido representada por niños de segundo año de primaria.
Si ustedes prefieren ser los actores, inventen sus trajes de pastores más o menos como se ven en los dibujos. Una canastita de pan puesta boca abajo y adornada con flores de papel resulta un bonito sombrero de pastora. Unas cintas enrolladas formando cruces en la pantorrilla da la idea de pastor o pastora. Claro que hacen falta los cuernos y la cola del diablo y las alas del ángel, recortadas en cartoncillo y con papel de china pegado como para hacer piñatas.
Como pueden aparecer en escena todos los pastores que quieran, la escenografía no se verá mucho y pueden no hacerla, no importa tanto. Si les gusta mucho pintar, pues píntenla.
O bien pueden representarla con los títeres de varilla (pág. 19). Tienen la ventaja de que se ven completos y pueden lucirse haciéndoles unos trajes muy bonitos y de muchos colores.
Seguramente sabrán alguna canción de Navidad que los pastores cantarán en escena. Alguno de, ustedes, o varios, tocarán instrumentos o inventarán un bailecito para la obra.
Por supuesto que se vale inventar más versos.
Turulato llega corriendo.
Turulatomira hacia adentro del teatro
Salgan los pastores a mirar el cielo. Aunque es media noche brilla como fuego.
Pastora Marceladesde adentro
Pastor Turulato tú a mí no me engañas, sólo andas pensando en las musarañas.
TurulatoVe hacia arriba
Yo no los engaño. Vean un lucero de tan gran tamaño que ilumina el cielo.
Salen todos los pastores a contemplar la estrella. Aparece el ángel.
Ángel
Del cielo he venido a darles la nueva: que un niño divino alumbra la tierra, en Belén nacido, donde los espera.
Su madre María, Su padre José.
Pastoresa coro
Con mucha alegría lo iremos a ver.
Pastora Marcela
Llevaré yo atole.
Pastor Juan
Llevaré tortillas.
Pastora Emilia
Y yo haré pozole.
Pastora Rosa
Y yo quesadillas.
Pastorescantando
A Belén vayamos, vayamos aprisa, con muchos regalos y muchas albricias.
Salen. Regresan con canastas y cargando un borreguito.
Pastores
Felices y contentos vayamos a Belén, con nuestros borregos que vendrán también.
Entra Turulato corriendo muy asustado.
Turulato
Dando saltos por las peñas, me llevé tremendo susto: vi dos cuernos y unas greñas asomar por un arbusto.
Pastora Marcela
Otra vez con tus locuras quieres llamar la atención. Basta ya de chifladuras, Turulato, por favor.
Entra a escena el diablo disfrazado de caminante. Se le ven los cuernos y el rabo.
Diablomuy amable
Está la noche muy fría no llegarán a Belén ni de noche ni de día. Yo los invito a beber de esta botella mía ¡hasta ver amanecer!
Pastor Juan
No vendrá mal un buen trago a la mitad del camino...
Turulatole dice aparte
Mira, Juan, no le hagas caso, oye bien lo que te digo: a mí me parece el diablo disfrazado de mendigo.
Pastora Rosaaparte
Aunque presume de fino se le ven cuernos y rabo.
(al diablo)
Que nos disculpes te pido, ya volveremos al rato
Todos se van casi corriendo. Se queda atrás Turulato
Diablofuriosísimo
¿No quieren beber conmigo? ¿Me vieron cara de sapo?
(Jala a Turulato)
Beberemos un tantito, ven para acá, Turulato.
Turulatoal público
Tendré que engañarme al pingo. Fingiré que acepto el trato.
Se sientan. El diablo sirve copas, brindan, Turulato finge beber y tira el trago cuando el diablo no lo ve.
Diablocantando
Viva el buen licor y viva el tequila, que contra el dolor es la medicina.
Los dos cantan. El diablo ya muy borracho y Turulato fingiendo. Llega por detrás el ángel. Turulato y el diablo se caen al suelo de borrachos.
Ángel
Al pastor atarantado el diablo se lo llevó. El pobre ya está borracho y a Belén no llegó.
Turulato se levanta
¡Qué borracho ni que nada! Al diablo me vacilé. Aprovecho tu llegada para volar a Belén.
Ángel y Turulatose van cantando
A Belén vayamos, volemos aprisa con muchos regalos y muchas albricias.
Telón
EL PEQUEÑO ENRIQUETEATRO PARA MARIONETAS
Escrito por el profesorado de Ed. Infantil de Valencia. Año 1985.
Personajes: Narrador, Enrique, Jaime, Micaela, niño pobre, tío de Enrique.
Narrador: Hola amigos: Yo soy Jorge y estoy aquí para presentaros a un buen amigo mio. Se llama ENRIQUE. Llamémoslo todos juntos: Enrique, Enrique!...
Enrique: Hola amigos, yo soy Enrique y quiero ser vuestro amigo. Os explicaré algunas cosas de mi vida. Mi padre se lllama Jaime, y mi madre, Micaela. Ay! Esperad un momentoo. Me están llamando; enseguida vuelvo. Adiós.
Narrador: ¿Queréis saber más cosas de Enrique? Es el más pequeño de tres hermanos. El mayor se llama Jaime, como su padre, y la segunda, Dolores. ¿Tenéis alguna hermana que se llame Dolores?
Enrique: Ya estoy aquí.
Narrador: Hola Enrique, ¿que llevas aquí?
Enrique: Es un libro que me regaló mi tía Mariana por mi cumpleaños.
Narrador: Ah! Pero, ¿ya sabes leer? Y vosotros, ¿sabéis leer?
Enrique: Si, yo leo este libro de Santa Teresa. Aquí aprendo a ser más amigo de Jesús y me gusta mucho saber cosas de la gran Santa de Ávila.
Música y fin de la escena
Narrador: Ya estoy aquí otra vez. Nuestro amigo Enrique se ha hecho grande. Ahora tiene doce años. Venid, que oiremos una conversación cons sus padres.
Miquela: Enrique, hijo mio, ¡Cómo me gustaría que fueras sacerdote!
Enrique: Pero madre, yo quiero ser maestro.
Sr. Jaime: Ni harlar, ni maestro ni sacerdote. Yo quiero que ganes mucho dinero. Te haré comerciante.
Narrador: De momento, Enrique ha de obedecer a sus padres. De manera que la Señora Micaela le prepara las maletas para enviarlo a Quinto de Ebro con su tío. Tiene allí una tienda de tejidos y le enseñará a vender. Enrique, al despedirse de su madre tiene mucha pena, pero obedece a su padre.
Música y fin de la escena
Narrador: En pueblo de su tío, Enrique se puso muy enfermo y estuvo a punto de morirse. Un día le dijo su tío:
Tío: Cuando te pongas bien iremos a conocer la Virgen del Pilar.
Narrador: ¿Os gustaría ver la Virgen del Pilar? ¿Queréis mucho a la Virgen?, Enrique la quiso mucho, y la amó siempre, siempre, siempre. Seguramente, cuando la visitó en Zaragoza le pidió que le ayudase a conocer a Jesús y a quererlo cada día un poco más.
Música y fin de la escena
Narrador: Enrique tuvo que volver a Vinebre, su pueblo. Le avisaron que su madre se estaba muriendo y todos querían verla y estar a su lado. Enrique lloró mucho y la cuidó con mucho amor. Micaela, antes de irse al Cielo, le dijo:
Voz: ¡Qué alegría más grande me darías, hijo mío, si fueras sacerdote!
Enrique: Desde que le sentí estas palabras a mi madre pensé muchas veces en hacerme sacerdote y en lo que me costaría estudiar y conocer a Jesús. La Virgen, en Montserrat, me dió fuerzas y me ayudó a entender el bien que era necesario hacer.
Narrador: ¡Cuenta, cuenta lo que te pasó por el camino!
Enrique: Iba caminando por las montañas de Montserrat: todavía no había coches ni carreteras. En el camino me encontré con un chico de mi edad.
Chico: Por favor, dame algo. Tengo hambre y fíjate cómo tengo los pantalones y zapatos. Estoy siempre caminando y toda la ropa se me rompe...
Enrique: No tengo dinero ni llevo comida. Pero sí que podemos hacer una cosa: ¡Te cambio la ropa! Yo quiero ser pobre y no la necesito.
Narrador: Y los dos se cambiaron la ropa. Enrique le dió su ropa nueva a un niño pobre. ¿Qué os parece?. Como vosotros cuando dais cosas o dinero para los necesitados, para los que no tiene comida ni vestidos...
Enrique: Eh! amiguitos. Ahora me esconderé; no digáis a nadie que me habéis visto. Me voy d'aquí.
Sr. Jaime: Oh! Quants nens! Coneixeu l'Enrique? És el mio hijo i l'estic buscant. Sabeu si ha passat per aquí? M'ha escrit una carta i em penso que se n'ha anat per aquestes montañas. Jo quiero trobar-lo perquè sigui comerciant, sabeu que vol ser ell?
Enrique: Ajudeu-me, que em busquen. Jo he decidit ser sacerdote: quiero ser molt amigo de Jesús i no quiero anar a vendre teixits. Ajudeu-me, sis plau.
Narrador: Però va ser la madre de Dios que el va ajudar i el seu germà el que el va trobar a Montserrat. Va tornar a casa seva i va parlar amb el seu padre.
Sr. Jaime: Hijo mio, ¿Per qué has hecho esto?
Enrique: Perdóneme, padre. Es que no quiero ser comerciante, ni quiero ser rico, ni quiero...
Sr. Jaime: ¿Qué quieres, hijo mío?
Enrique: Quiero ser sacerdote. Maestro y sacerdote para enseñar a los niños cuánto los quiere Dios. Y decirles que Jesús es el mejor de los amigos.
Sr. Jaime: De acuerdo,Enrique, lo que tu quieras, lo que quería tu madre, lo que quiera Dios.
Música y fin de la escena
Narrador: Enrique se ha hecho mayor y ya es sacerdote. Buscaba a los niños para enseñarles, y llegó un momento que a ellos les gustaba más hablar con Enrique de jugar. Se lo pasaban pipa escuchando sus palabras y haciendo excursiones por las montañas de Vinebre.
Enrique: Así es. Me gusta tanto estar con los niños y que amen a Jesús que un día formé el Club de los amigos de Jesús. ¿Quéreis pertenecer a este Club? Pués aprenderemos las tres cosas que hacen los niños que quieren ser amigos de Jesús. Primera: decirle sempre SI. ¿Queréis también vosotros decirle siempre SI? También tenéis que hablar con vuestro amigo Jesús todos los días. ¿Queréis? Y la tercera es quererlo tanto, tanto, que le ofrezcáis vuestro amor en detalles y en sonreir a los demás aunque os cueste. ¿Lo haréis? Muy bien, muy bien. Ya sois socios del Club. FELICIDADES.
Sr. Jaime: Enrique pensó también en los jóvenes, chicas y chicos mayores que conocen bien a Jesús y enseñan a otros. Se llama MTA.
Narrador: Y también buscó maestras decididas y valientes que deseen ser siempre de Jesús y le ayuden en todo y ayuden a los niños a conocer el Club y hablar con el Amigo. Se llama Compañía de Santa Teresa de Jesús.
Enrique (saliendo): Sí, las hermanas de vuestro cole quieren muchísimo a Jesús, María y Teresa. Se llaman TERESIANAS. ¿Las conocéis, verdad?
Narrador: Cuando preparó a muchas maestras y fundó muchos colegios, Enrique ya estaba cansado y quería irse al Cielo con Jesús. Así fue. El día 27 de Enero estaba rezando y pensando lo maravilloso que es el Cielo y se fue para siempre con Jesús.
Todas las marionetas a la vez: Adiós, amiguitos, que améis mucho, mucho a Jesús y a Enrique; que seáis siempre sus amigos y ayudéis a todos a ser OTROS JESÚS EN LA TIERRA COMO LO FUERON ENRIQUE Y TERESA.
¿Os lo habéis pasado bien? Adiós, amiguitos...
Música o canto
FIN
EL TRAJE DEL REY
Personajes:Rey
MayordomoSastreTejedor
HilanderaPastor
Escenografía
Primer acto: Recámara del Rey
Segundo acto: Calle de una ciudad medieval
Tercer acto: Paisaje de campo
Cuarto acto: La misma del segundo acto
Quinto acto: La misma del primer acto
Ideas para la Representación
Pueden representar la obra de tres maneras:
Con muñequitos recortados, pintados muy bonitos por ustedes y pegados en un palito. Es mejor que los pinten de frente y de espaldas para que puedan ir y venir por la escena.
O bien ustedes mismos pueden ser los actores.
Por último pueden representar la obra sólo con los gestos, sin hablar, o sea con mímica. El chiste es que el público entienda todo lo que pasa.
Si no pueden hacer escenografías, con mesas, sillas u otros muebles, colocados de distintas maneras, pueden dar la idea del taller del sastre, del taller del tejedor, del taller de la hilandera. Claro que para representar el trabajo de los artesanos tendrán que averiguar cómo funcionan un telar, un malacate, una rueca; cómo mide, corta y cose un sastre y cómo trasquila una oveja un pastor.
Primer Acto
Al abrirse el telón está el Rey en su cama.
Rey desde su cama toca una campana
Al despertar abro un ojo para ver al sol salir y llamo a mi mayordomo el que me ayuda a vestir.
Mayordomoentrando
¿Qué desea su majestad?
Rey
¡Mi traje, mi traje nuevo!
Mayordomopreocupado
En el ropero no está. Voy a buscarlo, ¡ya vuelvo! (Sale corriendo)
Reyal público
Vuela el pobre mayordomo, en busca del sastre sale, sin poder entender cómo no pudo acabar el traje.
Se cierra el telón para cambio de escenografía. Al abrirse nuevamente se observan en la ciudad medieval tres casas: la casa del sastre, la del tejedor y la de la hilandera.
Segundo Acto
Mayordomotocando a la puerta del sastre
¡Abre la puerta te digo, el traje vengo a buscar!
Sastreasomándose a la puerta
El tejedor nunca vino ¿qué tela podía cortar? (semete a su casa)
El mayordomo corre a la casa del tejedor.
Mayordomotocando a la puerta
Óyeme bien, tejedor, dame la tela del traje, cuanto más pronto, mejor, y pueda coserla el sastre.
Tejedorasomándose por la puerta
El telar está parado; no puedo tejer la nada. La hilandera no ha llegado con su canasto de lana (se mete a la casa)
El mayordomo corre a la casa de la hilandera.
Mayordomotocando a la puerta
Voy corriendo, voy que vuelo a casa de la hilandera. Dame la lana, te ruego, hilanderita sé buena, y trabaje el tejedor.
Hilanderaasomándose a la puerta
No puedo hilar en mi rueca ¡es la culpa del pastor! Ve a buscarlo al campo ¡vuela!
Mayordomodirigiéndose al público
Yo aquí mismo me desmayo...
Se desmaya. La hilandera sale de escena.
Tercer Acto
El pastor aparece tocando su flauta. A su lado un borrego.
Hilandera
¡Qué feliz y qué contento tocando la flauta te hallo! ¡La lana quiero al momento!
Pastortranquilo
Trasquilaré las ovejas en menos que canta un gallo, y ya no quiero más quejas en lo que falta del año.
Hace como que trasquila al borrego y entrega un canasto de lana a la hilandera.
Hilanderatoma el canasto
Dio su lana el borreguito, haga cada quien su parte en este traje tan lindo con su saber y su arte (sale de escena)
Se cierra el telón para el cambio de escenografía. Al abrirse el telón aparece la misma escenografía del segundo acto. Mayordomo desmayado.
Cuarto Acto
Hilanderacanta y hace como que hila frente a su casa
A la vuelta y vuelta índice y pulgar, a la rueda, rueda. La lana han de hilar. En el malacate que gira y que gira se enreda al instante la hebra torcida.
La hilandera corre con las madejas de lana a casa del tejedor, le entrega las madejas y se va. El tejedor hace como que teje frente a su casa.
Tejedorcantando
Tris, tres, tras, trabaja en el telar. Tris, piso el pedal tres, paso la hebra con mi lanzadera. Tras, tres, tris, no hay más que pedir: bajar y subir. Con hebras de lana se teje la trama.
El tejedor corre con la tela a casa del sastre. Toca. Sale el sastre y recibe la tela. El tejedor se va.
Sastrecantando
Hace como que mide el traje en una mesa frente a su casa.
Medir, medir y medir a lo ancho y a lo largo.
hace como que corta
Cortar, cortar y cortar con muchísimo cuidado.
hace como que cose
Coser, coser y coser derechito y no de lado
El sastre va con el traje adonde esta desmayado el mayordomo y lo sacude.
Vuelve ya de tu desmayo, no te vayas a morir.
Toma el traje terminado y al rey vete a vestir.
El mayordomo se levanta. Toma el traje. El sastre se mete en su casa
Mayordomomuy contento, se dirige al público
¡Bien al fin todo ha salido! Sólo una cosa quisiera: encontrar al rey dormido y no convertido en fiera.
Se cierra el telón. Al abrirse aparece la escenografía del primer acto. El rey está dormido en su cama. El mayordomo entra y se acerca al rey con el traje en la mano.
Quinto Acto
Mayordomomuy amable
Despierte, su majestad, y mire su lindo traje.
Reyse levanta muy alegre
¡No es posible, no es verdad que tan pronto se trabaje! Está realmente precioso. Dime ahora, ¿quién lo hizo?
Mayordomo
Muchas manos, si es curioso.
Rey
Llama a todos, te lo pido.
Mayordomollamando
¡Venga el sastre, gran señor de la aguja y las tijeras!
Entra el sastre.
Llegue luego el tejedor que sabe de lanzaderas
Entra el tejedor e inmediatamente después la hilandera.
Rey
Es la reina de la rueca nuestra hilandera, señores.Y el de la flauta que llega.
Entra el pastor con un borrego.
El mejor de los pastores
Todos
Cantan y bailan, el sastre, el tejedor, la hilandera, el pastor y el borrego aparecen con corona en la cabeza
Ésta es la fiesta, la fiesta de los buenos artesanos, enseñamos al que quiera porque juntos trabajamos.
Telón
FÁBULA DEL BUEN HOMBRE Y SU HIJO
Personajes:Campesino
HijoUn caminante
Doña PetraEl viejoLa niña
Tomado del Libro de los Exemplos del Infante Don Juan Manuel
Escenografía
Un campo con casitas y árboles al fondo.
Ideas para la Representación.
Se puede representar con títeres de funda o con títeres de hilos según las instrucciones de la página 18. Vean cómo les gustaría más. Si los hacen con olotes, los títeres serán chicos. Si su teatrito es chico, no será difícil hacer que el paisaje de atrás se vaya moviendo en sentido opuesto al que caminan los personajes. Esto dará mejor la idea de que van caminando. Simplemente pueden jalar un paisaje largo, largo de un lado a otro de la escena, pero tapando bien los lados para que el público no se distraiga. Si quieren trabajar un poco más, pinten el paisaje sobre tela y háganla girar mediante dos rodillos.
Aparecen en escena un campesino, su hijo y un burro.
Campesino
Dime, Pedrito, ¿ya le diste de comer a Guamuchi?
Hijo
Sí, papá. ¿Y a dónde vamos tan temprano?
Campesino
Vamos al pueblo a hacer algunas compras. Anda, apúrate, que ya es tarde.
Caminan un poco. Aparece en escena un caminante.
Caminante
Buenos días... ¿a dónde tan de mañana?
Campesino
A San Isidro, señor.
Caminante
Perdone la pregunta, ¿cómo es que van a pie teniendo un burro?
Hijo
¡Es cierto, papá! El señor tiene razón.
Campesino
Le agradezco su consejo... y adiós, que se nos hace tarde. (Sale el caminante) ¿Quién de los dos se subirá en el burro?
Hijoamable
Súbete tú, papá. Yo puedo ir a pie.
El campesino se sube al burro y caminan otro poco. Entra en escena una mujer con su canasta.
Campesino
Buenos días, doña Petra.
Doña Petra
Buenos días. (Se detiene y observa) No es que me quiera meter en lo que no me importa... pero, ¿cómo es que este pobre niño tierno y débil va a pie, y el hombre fuerte y vigoroso va montado en el burro?
Hijopensativo
Doña Petra tiene razón, ¿no te parece?
Doña Petra
Buen viaje, y adiós. (Sale de escena)
Hijo
¿Qué te parece si hacemos como dice doña Petra?
Campesino
Probemos.
El campesino se apea y el niño se sube al burro. Avanzan otro poco. Entra un hombre viejo.
Viejo
Buen día... (Se detiene y observa)
Campesino
Buenos días...
Viejo
¡Qué barbaridad! En mis tiempos no se veían estas cosas. Un muchacho lleno de vida montado en un burro y su pobre padre va a pie. ¡Qué falta de respeto! ¡Qué tiempos, dios mío!
Murmurando bajito va saliendo de escena.
Campesino
¿Qué opinas de lo que nos dijo el viejo?
Hijo
Que tiene mucha razón y que lo mejor será que tú también te subas en Guamuchi.
El campesino se sube en el burro y avanzan un poco. Entra una niña a escena. Viene corriendo.
Niña
(Se acerca al burro) ¡Qué burrito tan lindo! ¿Cómo se llama?
Hijo
Se llama Guamuchi.
Niña
¡Pobre Guamuchi! ¡Miren no más qué cara de cansancio! ¡Qué ocurrencia! Montarse los dos sobre el pobre burro. (Va saliendo) ¡Pobre burrito!
Campesinoun poco impaciente
Y ahora, ¿qué vamos a hacer, hijo?
Hijo
Yo creo que esa niña tiene razón, papá. Guamuchi se ve muy cansado. Para que ya nadie nos vuelva a criticar, ¿qué tal si cargamos al burro?
Campesino
Como tú digas. A ver qué pasa.
Los dos se apean del burro y lo cargan. Caminan con bastante trabajo y nuevamente aparecen el caminante, doña Petra, el viejo y la niña.
Caminanteriendo
¡Nunca vi cosa igual!
Doña Petrariendo
¡Qué par de tontos!
Viejo
¡Qué chistosos se ven cargando al burro!
Niñaburlona
Dos tontos cargando un burro... (Se ríe)
Todos van saliendo entre burlas y risas.
Campesino medio enojado
¿Y ahora qué vamos a hacer? (Dejan al burro)
Hijomuy pensativo
La verdad, no sé, papá. Quisimos hacer lo que ellos decían, pero no les dimos gusto. Todos nos criticaron y, además, se burlaron de nosotros.
Campesino
Mira hijo, quise que vieras con tus propios ojos cómo hay muchas opiniones distintas y que no es posible darle gusto a todo el mundo.
Hijo
Ya me di cuenta, papá. Tratando de complacerlos lo único que sacamos fue que todos se burlaran de nosotros.., pero, ¿qué vamos a hacer ahora?
Campesino
Pues piensa bien y decide lo que tú creas que es mejor.
Hijo
Aunque no todo el mundo esté de acuerdo. ¡Ya sé!. Tu irás montado en el burro una parte del camino y yo iré montado otra parte del camino. También podemos ir un rato a pie para que Guamuchi descanse.
Campesinose sube al burro
¡Muy bien pensado, hijo mío! Así lo haremos.
¡En marcha, Guamuchi!
Hijoconvencido
Diga la gente lo que diga.
Trotan hasta salir de escena. Van cantando: "Arre que llegando al caminito..."
Telón
LA ASAMBLEA DE LOS RATONES
Personajes:Titino
RamonaRatón Pérez
Ratón RamónRatona Cola flaca
Otros ratonesGato
Fábula de Iriarte
Escenografía
El interior de una cueva de ratones o un telón liso.
Ideas para la Representación
Para representar esta divertida fábula de Iriarte, sólo sigan las instrucciones para construir ratones, Páginas 15 y 17. Procuren hacerlos diferentes unos de otros: uno flaco, otro panzón (dentro de la funda le cosen una como almohada), uno bigotón, el otro con anteojos. Puede no tener escenografía pero sí deben hacer una mesita o conseguir una
de juguete. Hay que tener una campanita que pueden atar a la pata del ratón con una liga.
Aparece doña Ramona y husmea por todas partes. Entra Titino.
Titino
Buenos días, doña Ramona. Hace rato que la veo muy preocupada.
Doña Ramona
¡Cómo no lo voy a estar, Titino! Hace muchísimo rato que se fue el ratón Pérez y ésta es la hora que no vuelve.
Titinopreocupado
¡Qué barbaridad! ¡Ojalá no se haya topado con el gato!
Doña Ramona
¡Ni lo digas! ¡Qué apuración!
Entra corriendo el ratón Pérez. La ratona Ramona lo besa y lo abraza
Ratón Pérezsofocado
¡Por fin estoy en casa! ¡Vaya susto que me llevé! ¡El gato me dio una corretiza que por poco me deja sin la cola!
Doña Ramonaquejumbrosa
El gato de antes era flojo y dormilón y vivíamos más o menos tranquilos. Pero ese gato güero es una verdadera desgracia.
Titino
La semana pasada se llevó a dos primos nuestros y los guisó en pipián.
Doña Ramona
Tenemos que pasarnos la vida encerrados y con hambre. Ya no me atrevo a salir ni de día ni de noche.
Ratón Pérez
Bueno, bueno, basta de quejumbres. Tenemos que hacer algo y pronto.
Titinoentusiasmado
¡Ya sé! Hagamos una junta de todos los ratones del barrio. Entre todos podremos pensar mejor cómo defendernos del gato.
Ratón Pérez
¡Eso es! ¡Gran idea! Una junta... una asamblea.
Titino grita
¡Compañeros ratones! ¡Vengan! ¡Tenemos asamblea! Es muy urgente. (Se dirige al público) Por favor, ayúdennos a llamar a los ratones...
Van apareciendo varios ratones en escena. Se acomodan en grupo. Un ratón saca una mesa. Todos alborotan y chillan en gran desorden.
Titinotoca una campana
¡Cállense ya, por favor! (sigue tocando la campana)
Cesan los chillidos.
Ratón Ramónse sube a la mesa y grita
En este momento me nombro presidente de esta honorable asamblea y les digo a todos los respetables ratones y ratonas aquí reunidos en este hermoso día lleno de sol, con un cielo en donde se pasean unas nubecillas color rosa... (Murmullos de desaprobación)
Ratón PérezEnojado
(Grita) ¡Que no hable tanto el presidente de la asamblea! ¡Al grano! ¡Al grano!
Titinoburlón
Al gato, querrás decir. (Risitas)
Varios ratonesal mismo tiempo
¡Pido la palabra!
¡Yo también!
¡Yo quiero hablar!
¡Y yo!
¡Yo, por favor!
Titino toca la campana desesperadamente. Cesan las voces.
Ratón Ramóncon voz engolada
Como les iba diciendo... estamos aquí reunidos para decidir qué hacer con ese gato güero, bigotudo, macanudo y corajudo. ¿Quién puede darnos una buena idea?
Murmullos por parte de toda la asamblea
Ratón Pérez
¡Yo!... Pido la palabra.
Varios ratones
Que hable... que hable...
Ratón Péreznervioso
Pues... este... yo... com... pañeros... se me hace... este...
Varios ratones
¡Que se siente!
¡Que se calle!
¡No tiene nada que decir!
¡Qué lata!
Ratón Ramón
Orden y respeto, señores ratones. Titino tiene la palabra.
Titino
Me parece que sería una buena idea amarrar al gato.
Varios ratonesal mismo tiempo
¡Eso no sirve!
¡Es muy complicado!
¡Somos muy chiquitos!
¡No tenemos fuerza!
Ratón Ramón
¡Por favor, señores! Si hablan todos al mismo tiempo... nunca nos podremos entender. ¡Qué ratones tan indisciplinados!
Titinoal público
¿Por qué diría que estamos aplanados?
Ratona Cola Flacamuy modosa
Pido la palabra...
Ratón Ramónun poquito chistoso
Tómela, señorita. ¿Cuál de todas quiere?
Ratona Cola Flaca
Yo opino que sería bueno echarle pintura en las patas al gato y así nos daremos cuenta si ya pasó.
Varios ratones
¡Es una buena idea!
¡No está del todo mal!
¡A mí me late esa idea!
Campanazos para hacer orden.
Titino
No estoy de acuerdo, compañeros. Porque si el gato se pasea por todas partes con las patas pintadas, no sabremos nunca dónde está.
Ratón Pérez
Entonces nombraremos guardias para que nos avisen si viene.
Ratones patean el suelo en señal de desaprobación y chiflan
Varios ratones
¡El gato se comerá a los guardias!
¡Vaya ocurrencia!
¡Sigamos pensando!
Campanillazos. La Ratona Cola Flaca hace señal de pedir la palabra
Titino
La ratoncita Cola Flaca tiene la palabra
Ratona Cola Flaca
Si me lo permite la asamblea, humildemente propongo otra idea: vamos a colgarle un cascabel al gato.
Varios ratones
¡Claro!
¡Es una idea genial!
¡Un verdadero descubrimiento!
¡Viva la Ratona Cola Flaca!
Aplausos entusiasmados de la asamblea. Campanillazos para reestablecer el orden.
Ratón Ramón
Se somete a votación. (Todos levantan la mano)
¡Aprobado!
Aplausos, murmullos, campanillazos.
Ratón Pérez
Pido la palabra, me la tomo y pregunto: ¿quién le pondrá el cascabel al gato?
Murmullos de preocupación.
Varios ratones
¡He ahí el gran problema!
¡El enorme problema!
Se hace un corto silencio.
¡Yo tengo muchísimo catarro! (Estornuda)
¡Yo estoy tan gordo que no puedo correr!
¡De puro flaco, me caigo!
Yo no puedo ver de lejos.
No veo de cerca
Estoy medio sordo.
Me duelen mucho los callos...
¡Yo no me atrevo!
Todos hablan casi al mismo tiempo. Campanillazos.
Ratón Ramón
¡Orden! ¡Por caridad! ¡Orden!
Se hace un silencio corto.
Voces de toda la asambleaTodos hablan al mismo tiempo.
¡Te digo que te calles!
¡Tú eres el único que quiere hablar!...
¿Por qué no cierras la boca?
Los ratones corren de un lado para otro. Se tropiezan y se pegan.
¿Y tú, qué?
¡Estoy malo del corazón!
¡Ay... ay... no me pegues!
¡Eres un cobarde!
Surge de abajo un actor con máscara de gato güero y todos los ratones corren de un lado a otro
Ratón Pérezgrita
¡El gato, compañeros! ¡Sálvese quien pueda!
Todos van saliendo. El gato atrapa un ratón y sale de escena con él.
Telón
LA CARRERA DEL GRILLO Y EL CARACOL
Personajes:PericoCaracolGrilloAbeja
MayateAraña
Escenografía
Un jardín con plantas grandes y un árbol recortado.
Ideas para la Representación
La mejor manera de representar esta obra es con títeres de funda que serán los personajes principales. El mayate, la araña, la abeja, mejor será que los hagan de pasta de papel (engrudo con papel remojado y todo amasado con un poco de sal) con patas de alambre y alas de papel transparente o mica o plástico. Los moverán con la varilla de sostén.
Se colocan en la escena, al frente, unos pastos recortados en cartoncillo verde, y unas flores grandes de papel, darán mejor la idea de un jardín, pero de manera que no tapen a los títeres.
Al abrirse el telón, aparece en escena el caracol, que se mueve muy despacio. Un momento después entra el perico.
Pericoalegre
Salió un día don Caracol a pasear sobre una col, muy despacio con su casa que por todas partes pasa.
Sale de escena.
Grilloparlanchín
Buenos días, mi buen amigo, te invito a venir conmigo. Iremos por la vereda al paseo de la alameda, y desde el árbol más alto echaremos un gran salto a la más bonita estrella, y jugaremos con ella.
Caracollento
El paseo sí me gusta, pero el camino me asusta. Como yo no tengo patas, no puedo saltar las matas.
Grillo
No pienses en la distancia, lo que importa es la constancia. Yo me iré por la espesura porque brinco a gran altura, tú por el camino llano y llegarás bueno y sano.
Caracol
En tan cansada carrera ¿tendré premio por la pena?
Grillo
Si al árbol llegas primero te regalaré un sombrero.
El caracol se coloca en un extremo de la escena y empieza a caminar muy despacito. El grillo juega y brinca de un lado para otro. Entra el perico, con un micrófono en la mano, como si fuera a narrar un partido de futbol.
Periconarrando
El caracol animoso no le da al cuerpo reposo. Se puso a jugar el grillo sin preocuparse el muy pillo.
Pasa saltando la araña y el grillo la persigue con una caña en la mano
Con un tallo hizo una caña para pescar una araña.
Pasa la abeja zumbando, se detiene para saludar al grillo.
Con la abeja platicó.
Pasa el mayate y el grillo lo saluda.
Al mayate saludó.
El grillo sale de escena y vuelve a entrar con una flautita.
Grillo
Con esta paja dorada hice una flauta entonada.
El grillo toca su flautita y sale de escena. Se mete entre el público, haciendo travesuras. El caracol mientras tanto, ha seguido caminando muy despacio hacia su meta.
Perico
Y al grillo distraído ya se le olvidó el camino. Pasaron pronto las horas, ya no está para demoras.
Entretanto el caracol, caminando bajo el sol, despacito y sin parar, está casi por llegar.
Va apareciendo en escena el árbol recortado justo frente al caracol. El grillo se abre paso corriendo entre el público hacia el teatrino.
Perico
El grillo muy apurado salta al monte, salta el vado. Ya perdió todo el aliento, quiere correr como el viento.
El caracol toca el árbol y el grillo aparece en el extremo de la escena
Perico
El caracol ya llegó, atrás el grillo quedó.
El grillo toca el árbol, sofocadísimo.
Perico
Llega al fin muy despeinado y el corazón agitado.
Caracolmuy tranquilo
Hace mucho que te espero y por poco no lo creo. ¿De qué te sirven las zancas si la meta tú no alcanzas?
Grillorazonable
Tú el sombrero has merecido por tu esfuerzo bien cumplido. Los dos llegamos al punto, y ahora yo pregunto: ¿de qué te sirvió vencer? Muchas cosas hay que ver. Yo preferí el camino y tú el haberme vencido.
Se dan la mano.
Perico al público
Con un verso y un jalón que ya bajen el telón
Telón
La Nochebuena de Manolito
de Francisco Vázquez
ACTO PRIMEROÉrase una vez, en la costera y milenaria ciudad de Cádiz, modernizada hoy en día con grandes edificios, anchas carreteras, vías de tren, etcétera, vivía la familia de Manolito. Vivían en la tercera planta de un edificio llamado "Delfín", en el portal número siete; igual que el número de añitos que había cumplido hacía sólo un par meses.Manolito no tenía hermanos ni hermanas, pero sí tenía muchos primos y
primas, con los que pasaba la fiesta de Nochebuena en su casa, ya que esta vez, en aquel año 1999, fueron sus padres los que invitaron a los demás familiares para celebrar la Nochebuena.Y así entonces, en un lado del comedor, Manolito observaba a dos de sus primas mayores que estaban retocando los adornos del árbol de Navidad.-A mí me gustaba como estaba antes- opinó Manolito con simplicidad.-Las guirnaldas estaban muy desordenadas- dijo una de ellas.-Sí. Le preguntamos a tu madre y nos dijo que podríamos retocarlo- dijo la otra.-Pero las bolas de colores las puse bien- comentaba de nuevo Manolito-, no hace falta que las "retroquéis".-Se dice retoquéis, no retroquéis- habló de nuevo la primera, en tono burlesco.-Tú eres muy pequeño y no entiendes de estas cosas- añadió la segunda, cambiando de lugar una de las bolas que anunció Manolito.Pero Manolito recordó que su madre le decía: "los tontos son los que se burlan de los demás, porque irritan a las madres y acaban todos castigados, pero si no les haces caso no pasa nada". Así que no se enfadó, y se marchó al salón, donde jugaban los primos de su edad inflando globos que repartía uno de los titos. El tito le dio entonces uno de la bolsita diciéndole:-¡Toma, Manolito!. ¡A ver si somos capaces de inflarlos todos!.Entonces se puso a inflar con mucha fuerza y rapidez. Tanta, que en uno de los soplidos perdió el equilibrio y cayó encima de un globo ya inflado cual hizo explotar. El tito y sus primos se troncharon de risa mientras Manolito, que al principio se había asustado, observaba que no había pasado nada, de forma que igualmente se desarmó de risa junto a los demás.-¡No importa que se haya roto- decía Manolito entre risas-, porque éste ya está lleno!- enseñó el que acababa de inflar, el cual no hubo soltado a pesar del susto.-¡Pues, "ala", dámelo con cuidado que voy a hacerle el nudo, y toma este otro!- le dijo de nuevo el tito.Pero antes de empezar a inflar el nuevo globo, Manolito se fijó en la televisión, la cual tenían encendida porque también estaban viendo unos dibujos animados. Pero lo que Manolito observaba era un anuncio de publicidad en el que se veían a unas familias muy pobres viviendo en casas muy antiguas, con pocos muebles, sin adornos de Navidad, y unos niñitos jugando con apenas unos tacos de madera. Entonces, la voz del anuncio dijo: "llévales tus juguetes usados; deposítalos en los recipientes de los supermercados". Seguidamente se puso un poco triste y fue a la cocina, donde las titas, su madre y la abuela hacían los preparados para la cena. En la entrada se cruzó con su padre, el cual se dirigía a la salita llevando un par de vasos largos llenos con eso que llamaban cubata.-¡Cuidado, Manolito, que te lo echo encima!- le dijo oportunamente apartando los brazos.-¡Uy!- expresó él, deteniéndose.Entonces, los titos bromearon desde la salita:-¡Eh, Manolito, las chucherías de los mayores valen mucho dinero, así que dile a tu padre que no la derrame!.-¡No se me ha caído nada, quejones!- prorrumpió el padre acercándose a ellos.Manolito entró definitivamente en la cocina, sonriente. Sin embargo recordó el anuncio que vio en la televisión y volvió a sentirse triste. Se acercó a la madre, le tiró del delantal, y le dijo:-Mamá, yo voy a darle mis juguetes viejos a los niños pobres.Entonces una de las titas comentó:-Lo mismo me dijo mi Cristina ayer cuando vio el anuncio en la tele.La madre le respondió:-Claro que sí. Recuérdamelo cuando salgamos a comprar, y meteremos los
juguetes en una bolsa, ¿vale?.-¡Vale!. ¡Pero lo voy a hacer ahora mismo!- dijo él saliendo de la cocina.-Mejor otro día, Manolito, ahora podrías ayudar a la abuela- le dijo con dulzura.-Yo también quiero ayudar- expresó Cristina que venía del salón-. ¡No sé como no se cansan de inflar tantos globos, uf!.-¡Claro!- le dijo Manolito tirando del delantal de la abuela.Entonces, la abuela le dijo a los dos:-Pues a ver, artistas, traedme tres huevos de ahí de la mesa para terminar la masa de las croquetas caseras.-Y quita la botella de champagne del filo; no se vaya caer al suelo- advirtió una de las titas.-Abuela- decía Cristina-, ¿por qué a los demás primos no les gustan tus croquetas?.-Porque a todos no les gustan, pero a vosotros sí, y a los titos también- dijo la abuela.-¡Están muy buenas!- expresaba Manolito-. Y el abuelo decía que eran las mejores del mundo.-Porque tienen muchas propiedades buenas- corroboró la abuela-. Traedme la canela, anda, cielos.-¡Voy!- dijeron los dos a la vez.Pero al ver que su prima se había adelantado, Manolito se quedó junto a la abuela y le dijo:-Abuela, el abuelo nos ve desde el cielo cómo hacemos las croquetas, ¿verdad?.-Por supuesto que sí- respondió ella, que seguidamente se acercó al oído de los dos y dijo en voz baja: -Así que te tenemos que hacerlas muy bien, ¿eh?.Los dos se miraron sonrientes y se acercaron a la mesa para esperar lo que les pidiera, como si fueran dos guardianes romanos del portal de Belén.Y así, y así, a lo largo de la divertida fiesta, el papá de Manolito enseñó a éste junto a los demás atreviditos primos, a cómo sujetar las bengalas encendidas. Después los llevó a la calle para que vieran cómo estallaban unos petardos que tenía guardados. Y es que se notaba que el papá de Manolito, cuando era niño, fue un travieso pirómano.Seguidamente, en el salón, paró la música que se oía incansablemente en el equipo de música y les dijo:-¿Qué tal si ahora descansáis un poco en el sillón viendo una película de dibujos animados?.-¡Sí!- decían todos y todas mientras él se dispuso a colocar la cinta en el aparato de video.-¡Trae, tito, yo sé poner la cinta en el video!- le dijo una de las primas mayores de Manolito.-De acuerdo, de acuerdo- expresó él.Asimismo se marchó a la salita, donde había otra televisión y le esperaban los otros mayores para jugar a las cartas, los dados, u otros juegos mientras oían esos programas de chistes y música.Entonces, mientras los peques veían la película embobados, Manolito se fijó en el bello portal de Belén que tenían montado sobre una consola bajo la ventana que daba al exterior. Se levantó del sillón agachado para no molestar la visión de los primos con la tele, y se acercó fijándose en el establo del Belén, hecho de corcho y en las figuras de plástico del niño Jesús y demás, lo que le hizo recordar de nuevo aquel anuncio de televisión sobre las familias que eran pobres. Seguidamente enchufó el cable de las bombillitas de colores y el portal se iluminó. Una bombillita roja iluminaba una fogata que le enseñó hacer su madre, y otras bombillitas amarillas iluminaban el establo, etcétera. Manolito sonrió y levantó la vista hacia la ventana, donde observó algunas estrellas, ya que el cielo estaba en parte despejado de nubes, y recordó aquella otra gran
idea que le dio su madre de colocar el Belén justo ahí, para que el cielo fuera auténtico. Sonrió de nuevo y mantuvo la sonrisa hasta que se asomó a la ventana subiéndose sobre un hueco de la consola. Observó entonces a un harapiento hombre con su hijo, al cual le decía mientras cruzaban por un basurero:-¡Mira, nos llevaremos esa mesita para la televisión!.-¡Es verdad!- respondía el hijo.Entonces, Manolito volvió a sentirse triste. Pero se sentó otra vez en el sillón y continuó viendo la película con sus primos, intentando olvidarlo.Cuando acabó la fiesta en mitad de la noche y los familiares se despidieron hasta el día siguiente, los padres de Manolito le llevaron a su habitación casi dormido, y en la cama le preguntaron:-¿Te lo has pasado bien?.-No mucho- respondió con un poco de pena.-¿Por qué?- preguntaron el padre y la madre al mismo tiempo.-Porque las familias pobres no pueden pasar las navidades como nosotros.-Pero cada cual hace lo que puede, y tú mañana vas a llevarle los juguetes viejos- le dijo ella.-¡Sí!- sonrió Manolito.-¡Además- añadía el padre-, si una familia está unida nunca será pobre!.Manolito asintió con la cabeza. Sus padres le dieron un beso de buenas noches y se durmió con su pequeña conciencia tranquila.
ACTO SEGUNDOSin embargo, no a mucho de dormirse, alguien le siseó desde la misma puerta de su habitación, una y otra vez, hasta que se despertó y distinguió la silueta de una persona que estaba asomada. Entonces la silueta se acercó poco a poco a la cama y le dijo en voz baja:-Hola, Manolito.-¿Quién eres tú?- le preguntó, también en voz baja.-Soy el abuelo.-¿El abuelo?. Pero mamá me dijo que tú te fuiste al cielo, hace cinco años.-Es verdad, pero Dios me ha dejado bajar un momentito porque quería decirte una cosa.-¡Y qué es!- se incorporó Manolito entusiasmado.-Dame la mano, artista.Y tras tenderle una mano, el abuelo la apretó con las suyas y empezaron a flotar en el aire, como si estuvieran en un ascensor invisible. Entonces, el abuelo se dirigió hasta la puerta de la habitación manteniendo a Manolito cogido de la mano, flotando y flotando cerca del suelo hasta que cruzaron el salón saliendo a la calle por la ventana que había encima del Belén. Manolito se tapaba los ojos con la otra mano para no mirar abajo, pero el abuelo le dijo:-¡No te preocupes, mientras no te sueltes de mí no te caerás, ja, ja, ja!. ¡Aprovecha y mira lo bonita que está la ciudad desde aquí!.Manolito se destapó los ojos y observó el paisaje mientras las frías y saladas brisas de la noche envolvían su acalorada sorpresa.Poco después, se aproximaron a un edificio y entraron en él por una ventana de la segunda planta. La ventana daba a uno de los pasillos de las escaleras del portal, donde finalmente se quedaron de pie, frente a una pared continua al ascensor.-Observa, Manolito; te he traído aquí para que veas que no debes estar triste por las familias pobres, ya que eso depende de la propia familia.-Pero depende del dinero que tengan, ¿no?- le miró su nieto, confuso.-Bueno, al principio parece que sí, pero las apariencias engañan, Manolito. ¿Qué te parece si vemos una familia pobre y después una que no lo sea?.Manolito decía que sí sólo con la cabeza, ya que ver a una familia pobre le ponía muy triste.Entonces, el abuelo formó con un brazo un círculo en la pared al tiempo
que éste se volvía transparente, de forma que observaron a través de él una casa muy bonita, llena de cadenetas y guirnaldas, un Belén y un árbol de Navidad grandes y adornados con lucecitas, y todo así envuelto por los villancicos de un equipo de música, que sonaba tan bien que las canciones llegaban a cualquier rincón de la casa.-¡Ja, ja!. ¡Te has confundido, abuelo- le comentaba Manolito sonriente-, esta no es la familia pobre!.-¡Bueno, da igual, observemos primero esta familia!- sonreía también el abuelo.Entonces, Manolito volvió la cara hacia la pared y se fijó en dos niños que se estaban peleando por colocar, de una forma u otra, una figurilla del Belén. Se estuvieron empujando hasta que uno de ellos se golpeó la nariz con la mesa, se hizo sangre y se puso a llorar. La madre apareció rápidamente gritando a los dos:-¡Estaos quietos ya!.Seguidamente, mientras ella le curaba la nariz, el padre, que se asustó mucho, los castigó encerrándoles en el dormitorio y diciéndoles:-¡Siempre tenéis que hacer una trastada!. ¡Pues vosotros os lo buscáis!. ¡Ya no vamos a ir a casa de los titos!.Y la madre añadió:-¡Para que en Nochevieja hagáis lo mismo!.Y visto aquello, el círculo de la pared dejó de ser transparente, de manera que Manolito se volvió a su abuelo y le dijo:-¡No puedo creer cómo pueden ser tan malos cuando tienen tanto!.-Y eso que solamente son dos hermanos- prosiguió su abuelo-. No como la familia que vamos a ver ahora- le cogió otra vez de la mano y, flotando en el aire, como si estuvieran bajo el mar buceando, salieron afuera por la misma ventana de antes.Llegaron hasta una vieja barriada del casco antiguo dominada por casas de época, que no por ello eran casas feas, sino todo lo contrario, y quedaron en pie frente a la parte trasera de una de ellas. Entonces, el abuelo hizo sobre la pared lo mismo que en el edificio, y se pudo ver en el interior de la casa un sencillo hogar con cuatro adornos navideños, un pinito en sus primeras semanas de vida decorado con figuras de papel, y un Belén que construían en ese momento, también con figurillas de papel, los cuatro hermanitos de aquella familia.-No consigo hacer bien las patas de las ovejitas- dijo el más pequeño.-¿Qué tal si terminas de hacer las bolitas de nieve para rellenar lo que queda de Belén- le decía el mayor, ofreciéndole la caja con los trocitos de papel- mientras yo termino con las ovejitas?.-Es que... hacer bolitas de nieve es muy aburrido- sostuvo su hermanito.-Pues entonces aparta las ovejitas sin patas, que yo se las pongo después- solucionó de nuevo el mayor.-¡Vale!.Los otros dos, o mejor dicho, las otras dos, pues eran chicas, terminaban de colorear el bonito paisaje que hubieron dibujado sobre varios folios pegados, para colocarlos a modo de decorado tras el Belén. Y entonces aparecieron los padres.-¡Eh, acabaréis provocando una invasión de ovejitas en el Belén!- lanzó el padre.-Así que venga; vestiros que se va hacer muy tarde para ir a casa del vecino- añadió la madre.Y los hermanos, entre risas y risas, botaron para ir a lo mandado.Entonces, el círculo transparente de la pared se fue cerrando, y Manolito quedó pensativo mientras su abuelo le miraba sonriente.-¿Qué piensas, Manolito?- le dijo.-Que en realidad la familia pobre es la primera que vimos, y esta otra es la familia rica.-¡Exactamente, hijo!. Rica en espíritu; rica en felicidad- aclaró el abuelo con el índice de una mano levantado-. ¡Aunque los dos hermanos de la
familia anterior, durante la cena, les pidieron perdón a sus padres, y ellos le perdonaron!.-¿Ah, sí?. ¿Al final fueron a casa de sus titos?- preguntó Manolito con entusiasmo.-¡Sí!. Pero de nada sirve.-¿Por qué?.-Porque volverán a pelearse; esta vez con sus primos, y será difícil hacerles escarmentar.-Vaya- expresó Manolito con la cabeza agachada-. Verdaderamente es una familia más bien, pobre.-Pero porque los dos hermanos se lo buscan, Manolito, ya que ellos mismo podrían hacer de su familia una familia rica. Te llevaría a que lo vieras, pero... - titubeaba el abuelo.-Ya sé. No hace falta. ¿Para qué iba a querer verlo?- decía Manolito con lógica, ante el asentimiento del abuelo-. Papá dijo que si una familia está unida nunca será pobre.-Y tal y como has visto, tu padre tiene razón.Se miraron y sonrieron mientras Manolito le daba la mano y le decía:-¿Nos vamos?.-Nos vamos.Y a pesar del precioso viaje, Manolito dio un bostezo, así de grande era el sueño que tenía. Pronto llegaron a la ventana por donde salieron antes, aunque tuvieron que frenarse justo delante de ella porque la encontraron cerrada. No obstante, como el abuelo también tenía las llaves del piso entraron por el portal; el "Delfín" siete.-Tu padre se habrá levantado de la cama para cerrar la ventana. Él siempre ha sido muy friolero. ¡Nos ha dado una buena lección, porque!... ¿Qué es eso de entrar por la ventana?, ¡ja, ja, ja!...-¡Ja, ja, ja!- reía Manolito, imaginándose el coscorrón que pudieron haberse dado.Asimismo subieron tranquilitos hasta la tercera planta.Y ya en la habitación, Manolito, al cual se le cerraban los ojos a pesar de lo bien que lo estaba pasando, se tumbó en la cama mientras el abuelo le echaba las mantas y le decía que él ahora debía regresar al cielo.-Te echamos de menos, abuelo- le dijo Manolito, aunque evitando ponerse triste.-Ya lo sé, artista... lo sé porque yo siempre os veo desde arriba. Por eso no te digo adiós, sino hasta luego- y le hizo cosquillas en la barriga.-¡Hasta luego, entonces!- exclamó Manolito más contento.-Hasta luego- se acercaba el abuelo a la puerta de la habitación- ¡Ah, Manolito!. ¡Dile a tu abuela que las croquetas no llevan tanta harina, "córcholis"!.-¡Ja, ja, ja, vale!.Y fue saliendo de la habitación agitando la mano.Al día siguiente Manolito se despertó con la misma sonrisa con la que se durmió.Desayunando en la cocina explicó a sus padres lo que le había pasado durante la noche, y la madre le preguntó:-¿Y qué te dijo?.-Que papá tiene razón; que yo no debía estar triste por las familias pobres, ya que la riqueza depende de la familia.Acto seguido se fijó en que el árbol de Navidad estaba adornado igual que antes; tal y como lo hubo adornado él. Miró a su madre y ella le explicó:-A última hora tus primas comprendieron que ese árbol de Navidad es tuyo, y que debían adornarlo tal y como tú lo dejaste.-¡Pues esta familia es rica, riquísima, millonaria!...- expresaba Manolito ante las risas de sus padres.-Voy a por la cámara automática para hacernos una foto- marchaba el padre a su habitación.A la vuelta, con la cámara en las manos, se asomó un segundo a la
ventana del salón, miró al cielo, y dijo:-¡Vaya, es la primera vez que me das la razón en algo, papá!.Y bien que se diga, "colorín colorado, este cuento se ha acabado".
16 de mayo de 2001
LÍO DE PERROS, GATOS Y RATONES
PersonajesEl Rey
Perro NerónPerro Napoleón
Asamblea de PerrosGato Ladrón
Gato GarabatoAsamblea de Gatos
Ratón LadrónRatón Pérez
Asamblea de Ratones
Escenografía
Un corral.
Ideas para la Representación
Al hacer los títeres de funda, tengan cuidado de que los ratones sean más chicos que los gatos y los gatos un poco más chicos que los perros. Claro que pueden hacer cuantos ratones, gatos y perros quieran con las instrucciones de las págs. 15 y 17 Una buena idea para las asambleas de ratones, gatos y perros es hacer sólo las cabezas y colocarlas con una liga detrás de un trasto en donde estén los cuerpos pintados. Al menor movimiento, todas las cabezas dirán que sí al mismo tiempo y bastará una sola tira de madera para sostenerlas.
Aparece en la escena el rey con un papel desenrrollado y hace como que lee. Entran el perro Nerón y el perro Napoleón y se quedan escuchando.
Reypomposo
Yo, el rey, ordeno que todos los perros del mundo tengan derecho a:
ir de viaje con sus amos, a participar en carreras y concursos, a dormir en cojines, a comer en plato, a jugar con pelotas, a que los bañen, los cepillen y los traten con cariño.
Deja de leer y entrega el papel al perro Nerón.
Hago entrega de este importante documento a los perros para que sus derechos sean respetados.
Sale solemnemente de escena. Los dos perros bailan de felicidad.
Nerón
Vayamos a la asamblea de los perros para dar la noticia.
Salen de escena. Aparece asamblea de perros. Entran Nerón y Napoleón
Nerónfirme y feliz
Compañeros perros: Es un honor informarles que en este papel están escritos nuestros privilegios.
Varios perros
¿Privilegios? ¿Qué es eso? ¿Con qué se come? ¡Qué palabra más rara!
Nerón
Privilegios quiere decir... ummmm (Tose) ¿Cómo les diré?... pues esas cosas buenas a las que sólo nosotros tenemos derecho. ¿Entendieron?
La asamblea ladra que sí.
Napoleóndecidido
Pero no es ésta la hora para perder el tiempo con palabras difíciles. Es hora de pensar cómo cuidaremos este importante papel.
Perrosdudosos
Guau.., guau... ¿Qué haremos?
Nerón
¡Ya sé! Te nombro a ti, Napoleón, guardián de este documento (entrega el rollo). No lo sueltes ni de día de noche.
NapoleónFirme
Es un gran honor. (Hace una reverencia).
Nerón
Se levanta la sesión.
Todos salen de escena entre alegres ladridos. Se queda Napoleón.
Napoleóntranquilo
Bueno, ya todos se fueron a sus casas. Tendré que estar con los ojos muy abiertos... aunque (Bosteza) . . .tengo muchísimo sueño... (Bosteza) ... No creo que nadie venga por aquí... (Bosteza) me está ganando el sueño... pondré el papel debajo de mi brazo, aquí, bien escondido y me echaré un ratito.
Se echa y ronca a más y mejor.
Entra el gato ladrón.
Gato ladrón(Canta)
Tengo una novia ingrata es una blanca gata que no me da la pata. (ve al perro.)
¿Y este perro? ¿Qué hace por aquí? Menos mal que está roncando.
Ronquido del perro. El gato se asusta. Vuelve a acercarse con cuidado.
Tiene un papel enrollado debajo del brazo.. voy a tratar de sacárselo con mucho cuidadito... (Se lo quita, lo desenrrolla y lee.)
"Yo, el rey" (Sigue leyendo con los ojos, está enojado.) ¡Con que ésas tenemos! ¡Todos los derechos para los perros! ¿y a nosotros, qué? Es como para ponerse verde de envidia. Voy a llevar este importante papel a la asamblea de los gatos. (Sale)
El perro despierta y sale corriendo.
Entra asamblea de los gatos. Muchos maullidos. Aparece el gato ladrón con el papel enrollado.
Gato ladrónsofocado
¡Compañeros gatos! En este documento que me acabo de robar está escrita una gran injusticia. El rey concede todos los derechos a los perros... y a nosotros... ¡nada!
Gato Garabato
¡No puede ser! Nosotros... que somos tan guapos, tan distinguidos y elegantes... que adornamos las casas y somos tan limpios.., nos dejan sin derechos
Maullidos furiosos de toda la asamblea.
Gato ladrón
La solución es esconder este papel para que así los perros no puedan probar sus derechos.
Asamblea de gatos
¡Sí... sí!... ¡aprobado!
Gato ladrón
Lo esconderemos debajo de ese montón de basura. (Esconde el papel.) Ya quedó bien escondido. Vámonos.
La asamblea de gatos sale de escena. Entra un ratón volteando de un lado a otro.
Ratón ladrón
Iiiii... Iiiii... Los gatos creyeron que nadie los veía. ¡Qué tontos! Y yo, bien escondidito en mi agujerito y ni los bigotitos me vieron... (Se acerca al montón de basura.) Voy a ver qué escondieron ahí...Jijijiji... Es un rollo de papel. (Lo saca y lo desenrolla) Jijiji... ¿qué dirá? (Lee con los ojos.) Dice cosas muy importantes... Jijiji... llevaré este papel a la asamblea de ratones.
Sale corriendo. Entra la asamblea de los ratones y luego entra corriendo el ratón con el rollo de papel.
Ratón ladrónfirme
¡Honorabilísima asamblea de honorables ratones! Acabo de encontrarme este importantísimo papel donde se les dan "todos los derechos" a los perros. Pude ver cómo un gato lo escondió en la basura y creo que nosotros debemos guardarlo. Así nos respetarán tanto los perros como los gatos.
Asamblea de ratones
¡Claro! ¡Claro! ¡Claro!
Ratón ladrón
Pensándolo bien, ¿qué tal si nos comemos el papel? Así nadie nos lo robará.
Todos los ratones hacen como que roen el papel hasta que desaparece, y salen de la escena. Entran Nerón y Napoleón.
Nerón
Napoleón, vengo por el documento que te dimos a guardar.
Napoleónabochornado
Te confieso, Nerón, que me dormí y me lo robó un gato. Cuando me di cuenta iba muy lejos y lo perdí de vista.
Nerón
Vamos a la asamblea de los gatos.
Salen. Entra la asamblea de los gatos, y luego Nerón y Napoleón.
Napoleónfurioso
¡Gatos ladrones! ¡Devuelvan el documento que me robaron!
Gato ladrón
La triste verdad es que lo escondimos debajo de un montón de basura y ha desaparecido. Seguramente fueron los ratones. Vamos a la asamblea de los ratones.
Salen de escena el perro Napoleón y toda la asamblea de gatos. Aparece asamblea de los ratones y entran corriendo Napoleón y el gato ladrón.
Gato ladrón
¡Ratones ladrones!
¿Dónde está el documento que se robaron?
Ratón Pérez
Para que lo sepan: nos lo comimos. Así nos respetarán tanto los perros como los gatos.
Gato ladrón
¡Qué respeto ni que nada! ¡Ratones ridículos! De hoy en adelante, ¡cuídense!, porque de ustedes no dejaremos ni la cola.
Napoleónfurioso
Y ustedes, gatos, vayan con cuidado, porque siempre les correremos detrás y no los dejaremos en paz por ladrones y entrometidos.
El gato corretea al ratón, el perro corretea al gato dando vueltas por la escena entre chillidos, maullidos y ladridos.
Perro, gato, ratón
Guau.., guau... miau... miau... iiiiii... iii.
Voz de adentro
Este cuento ya se volvió un lío, ¿verdad? Pero al menos hemos podido saber por qué los perros corretean a los gatos y los gatos se comen a los ratones.
Telón
LOS CIEGOS Y EL ELEFANTE
Personajes:Niño
Ciego 1Ciego 2Ciego 3Ciego 4Ciego 5Ciego 6
Guía
Cuento islámico
Escenografía
Una ciudad árabe.
Ideas para la Representación
Los muñecos pueden ser de funda o de varilla. Si son de funda, un actor puede manejar dos títeres al mismo tiempo (aunque es algo cansado). Si son de varilla, sólo un títere a la vez. La ventaja de esta última forma es que se ve más claro el movimiento de los ciegos al tocar el elefante.
El elefante puede hacerse de cartón recortado, con articulaciones o sin ellas y sostenerse con una o dos tiras de madera pegadas por atrás para moverlo en escena.
Si alguno de ustedes toca un instrumento musical, se pone a tocar atrás del teatrito mientras un ciego hace como que toca el mismo instrumento.
Los ciegos deben de llevar bastones amarrados (y movibles) a una mano.
Cuando los ciegos se golpean, tengan cuidado de no destruir los títeres, solamente den la idea de que se pegan.
Esta obra pueden representarla ustedes en teatro si se atreven a inventar un elefante grande.
El niño entra a escena corriendo.
NiñoGrita
¡Un elefante! Vengan a verlo, ya viene, va a pasar por esta calle. Salgan todos, vengan a ver al elefante... Va saliendo... ¡Un elefante!...
Los seis ciegos van entrando despacio a escena con sus bastones.
Ciego uno
Yo no sé cómo es un elefante.
Ciego dos
Yo tampoco lo conozco.
Ciego tres
Ni yo.
Ciego cuatro
Me gustaría saber cómo es un elefante.
Ciego cinco
Esperaremos a que pase por aquí y podremos tocarlo.
Ciego seis
Lo tocaremos con las manos. Nuestros dedos son nuestros ojos.
GuíaEntra con el elefante
Abran paso, señores, dejen pasar a este gran elefante... no les vaya a pisar un callo.
Ciego unoAvanzando
Buen hombre, deja a estos pobres ciegos tocar a tu elefante. Queremos conocerlo.
Guía
Está bien, acérquense uno por uno. Es mansito, no le tengan miedo. Es bueno.
Regresa a su lugar
Ciego unoAvanza y toca el cuerpo del elefante
Ummmmm... ya me doy cuenta: el elefante es igual a una pared no muy lisa.
Ciego dosSe acerca y le toca una pata
No, no es cierto lo que dices. El elefante es igualito a un árbol. Vuelve a su lugar
Ciego tresLe toca un colmillo
¡Mentira y mentira! Mis manos me dicen claramente que el elefante es muy parecido a una lanza. Regresa a su lugar
Ciego cuatroLe toca una oreja
Ustedes están completamente equivocados. Yo también lo toqué y estoy seguro de que es como un abanico, y mis dedos no me engañan. Vuelve a su lugar
Ciego cincoLe toca la trompa
Pues a mi no me engaña nadie; estoy seguro de que el elefante es parecido a una serpiente. Vuelve a su lugar
Ciego seisLe toca la cola
¡Ninguno de ustedes sabe cómo es el elefante! Yo opino que es como una cuerda que sirve para amarrar bultos. Regresa a su lugar. Todos se agitan
Ciego uno
¿Cómo te atreves a insultar de esa manera? Estoy seguro de que es una pared.
Ciego dos
Les digo que es un árbol.
Ciego cinco
¡No! ¡Es una serpiente!
Ciego tres
¡Qué serpiente ni qué nada! ¡Estoy seguro de que es una lanza!
Ciego cuatro
¡Mentira! Es un abanico.
Ciego seisGrita
¡Es una cuerda, una cuerda!
Todos tratan de pegar a los demás pero no siempre atinan. Se hace una gran confusión y todos hablan al mismo tiempo.
Todos en desorden:
A mí nadie me contradice... ¡Toma!... Ay, ay... pero si yo tengo razón... Es una cuerda... Es una pared... Una lanza, una lanza... No, un abanico, te digo que un abanico... Un árbol, es un árbol... ¿Quién me pegó? ¡Ay mi espalda!
GuíaLucha por separarlos y esquiva los golpes
¡Calma, calma! ¡Ya esténse quietos!... oigan... escuchen... atiendan... Yo les explicaré todo. Se va haciendo poco a poco el silencio. Todos resuellan, se quejan. Todos creen tener razón, pero ninguno la tiene. ¿Saben por qué?
Todos
¿Por qué? ¿Por qué?
Se sube sobre el elefante
Guía
Porque cada uno de ustedes tocó una parte del elefante. El que tocó el cuerpo pensó que era una pared. El que tocó la pierna creyó que era como un árbol. El que tocó uno de los colmillos se imaginó una lanza. El que alcanzó a tocar la oreja se figuró un abanico. El que tocó la trompa se acordó de la serpiente y el más chaparrito, que sólo alcanzó a tocar la cola, estaba seguro de que el elefante era como una cuerda.
Ciego cinco
Ahora entiendo. Sí, eso fue lo que pasó y nos enojamos mucho.
Guía
Se enojaron tanto que hasta de palos se dieron.
Ciego uno
Nos portamos como tontos.
Ciego dos
En lugar de pensar, nos pusimos tercos.
Ciego tres
. . . Y furiosos.
Ciego cuatro
En lugar de tratar de entendernos.
Ciego cinco
Porque todos teníamos un poco de razón.
Ciego seis
Pero ninguno tenía la razón.
Guía
Claro, para conocer la verdad hay que conocer todas sus partes.
Ciego uno
Te damos las gracias, y también al elefante, por habernos enseñado que es mejor ponerse de acuerdo y tratar de conocer toda la verdad.
Ciego dos
Seamos amigos de nuevo.
Ciego tres
Conozcamos bien al elefante.
Todos van circulando alrededor del elefante tocándolo.
Telón
LOS TRES HIJOS DEL REY
Personajes:Rey Moro
Jamet, hijo mayorOmar, segundo hijo
Asad, hijo menorConsejero
Ayuda de cámaraSirviente uno
Sirviente dos y más, si se quiere
Tomado del Libro de los Exemplos del Infante Don Juan Manuel
Escenografía
Acto 1, 2 y 3:
Recámara del rey. Al fondo, una o dos ventanas en el estilo de la arquitectura árabe. Varios cojines en el suelo. Un banco cubierto por una tela y un taburete.
Ideas para la representación
Será más sencillo y divertido que ustedes mismos sean los actores y puedan así hacer todos los gestos y ademanes que están indicados en las acotaciones, o sea, usar mucha mímica.
El vestuario se puede hacer más o menos como se ve en esta imagen, con papel crepé o con telas corrientes, o si no, bastarán turbantes en la cabeza y toallas en los hombros para dar la idea de un cuento árabe. El turbante es una tira larga enrollada en la cabeza como más les guste.
La escenografía debe dar la idea de que se trata de un rey moro. Basta colocar al fondo una o dos ventanas recortadas en papel, con la forma lobulada que los árabes usaron en sus alcázares o palacios.
La utilería será un sol y una luna recortados y pintados en cartón, con un palo que sirva para sostenerlos. Conseguirán unos cojines y dos banquitos tapados con una tela.
Si en la escena no hay telón, un niño puede decir ante el público: "¡Que se levante el telón!" y todos lo imaginarán.
Primer Acto
(Al abrirse el telón aparece el rey moro en camisón. Está recostado entre cojines. Se sienta y se despereza con mucho trabajo. Está viejo y achacoso. Tose varias veces. Tocan a la puerta.)
Rey
Adelante... adelante.
Consejeroentra
¿Cómo ha pasado la noche Su Majestad?
Rey
Mal... mal... mi buen consejero. Te iba a llamar. Me alegro de verte. La tos no me dejó dormir. Tampoco esta preocupación que tengo.
Consejero
¿Cuál es, Majestad?
Rey
Amanezco cada día más viejo y achacoso... y muy cansado. Es hora de que uno de mis hijos gobierne el reino en mi lugar.
Consejeropensativo
Cualquiera de los tres sería un buen rey. Los tres son buenos, inteligentes, sanos y valientes.
Rey
Ese es el problema: ¿Cómo saber cuál de los tres gobernará mejor?
Los dos se quedan pensativos un rato, sin hablar. Se rascan la cabeza, caminan de un lado para otro como leones enjaulados.
Consejerofeliz
¡Tengo una idea! ¡Una buena idea, Majestad!
Los dos se secretean. Con sus gestos y ademanes el rey muestra que aprueba y que está satisfecho. Sale el consejero. El rey toca una campanita. Aparece el sirviente número uno y hace una gran reverencia juntando las palmas de las manos cerca de su cara, al estilo oriental.
Rey
Hazme el favor de decirle al príncipe Jamet, el mayor de mis hijos, que venga enseguida a ayudarme a vestir.
El sirviente sale de escena después de hacer una reverencia. El rey espera. Se sienta, se levanta, mira hacia la puerta, se pasea de un lado a otro cada vez mas impaciente. Al cabo de un rato Jamet aparece corriendo.
Jamet
¡Discúlpame, padre mío, se me hizo tarde porque...
El Reyinterrumpe
Bueno, bueno, basta de disculpas y ayúdame a vestir.
Jamet
Sí, sí, enseguida... (Grita) ¡Ayuda de cámara!
Aparece en escena el ayuda de cámara. Hace una gran reverencia
¡Anda, trae pronto el traje del rey mi padre!
Ayuda de cámara
Pero... ¿cuál de todos?
Jametdudoso
Pues... pues... déjame preguntar. (Va hacia el rey.) ¿Qué traje quieres ponerte hoy?
Rey
El traje de brocado azul con adornos amarillos.
Jamet
(Corriendo hacia el ayuda de cámara.) ¡Que traigan el traje azul de brocado con adornos amarillos para el rey!
Ayuda de cámara
Está bien, príncipe Jamet. (Hace bocina con las manos y grita.) ¡Sirviente número uno!
Aparece el sirviente número uno y hace una gran reverencia
Ordena que traigan los adornos amarillos para el traje de brocado azul del rey.
El sirviente número uno hace una reverencia. Forma bocina con las manos y grita
Sirviente 1
¡Sirviente número dos!
Sirviente número dos aparece. Hace una reverencia
¡Ordena que traigan el traje para el rey azul de brocado con amarillos adornos!
Aquí se puede seguir haciendo el juego con todos los niños que quieran participar, dando la orden cada vez más alrevesada. Esto se puede hacer con voces desde adentro. El juego puede seguirse con los zapatos, el turbante, el manto. Mientras, el rey bosteza, muestra impaciencia y aburrimiento. El ayuda de cámara lo va vistiendo a medida que recibe las prendas de vestir, completamente diferentes a las que pidió.
Rey
(Muy impaciente) ¡Se ha hecho tardísimo, hijo mío! Tendrás que recorrer tú solo la ciudad. Cuando regreses, me contarás lo que viste.
Jamet
Sí, padre mío, así lo haré.
Rey
Ordena que te den un buen caballo.
Jamet hace una reverencia y sale de escena. Luego sale el rey cabizbajo. Para dar la idea de que ha transcurrido un día, pasa un niño por toda la escena llevando un gran sol en la mano. Camina despacio.
Segundo Acto
Misma escenografía
Al abrirse el telón, está el rey en camisón, sentado entre los cojines. Tocan.
Rey
Adelante.
(Entra Jamet muy cansado y se sienta en el taburete.)
Jamet
Buenas noches, padre mío. ¡Vengo tan cansado!
Rey
Dime: ¿Cómo te fue?, ¿qué viste?, ¿qué oíste?
Jamet
¡Me divertí tanto! A mi paso toda la gente gritaba: "¡Que viva el hijo de nuestro buen rey!" Los músicos tocaron todo el tiempo y los grandes del reino me ofrecieron un banquete.
ReyBosteza
Bien, hijo mío, puedes retirarte. Estás cansado de tanta fiesta y yo no me siento bien.
Jamet
Que descanses, querido padre.
(Hace una reverencia y ademán de irse.)
Rey
¡Ah! Pídele a tu hermano Omar que venga mañana temprano para que me ayude a vestir.
Jamet
Sí, padre mío. (Sale de escena.)
El rey se recuesta en los cojines y duerme. Cruza la escena un niño con una luna en la mano. Camina despacio y de puntitas. Apenas desaparece la luna, otro niño asoma el sol en una orilla de la escena. El rey despierta, se sienta, tose, se levanta, ve por la ventana. Ve hacia la puerta. Da vueltas con impaciencia. Omar entra corriendo.
Omar
¡Discúlpame, padre mío, anoche no dormí bien y no pude levantarme!
Rey
No perdamos más tiempo y ayúdame a vestir.
Omar (Grita)
¡Ayuda de cámara, ven pronto! ¡Trae la ropa del rey mi padre!
Ayuda de cámara
Pero ¿qué ropa he de traer?
(Aparece, hace una reverencia)
Omar
¿Qué traje deseas ponerte hoy?
Rey
Me gustaría el traje verde con adornos dorados.
Aquí se hace el mismo juego para todas las prendas: cada quien va cambiando de lugar una o varias palabras en cada una de las órdenes. El ayuda de cámara va vistiendo al rey a medida que van llegando las prendas, completamente distintas a las que pidió.
Rey
¡Ay, hijo mío! Se ha hecho tan tarde que no podré acompañarte. Ve tú solo. A la noche me contarás lo que viste.
Omar
Así lo haré, padre mío. (Hace una reverencia y se va)
El rey sale y atraviesa la escena un niño llevando el sol
Tercer Acto
Al abrirse el telón, está el rey en camisón, recostado en los cojines. Tocan.
Rey
Adelante.
Omar (Entra, saluda al rey, se sienta en el taburete)
Bueno, estoy al fin aquí para contarte lo que vi en la ciudad, capital del reino.
Rey
Te escucho con gusto, hijo mío.
Omar
Los grandes del reino me llevaron a visitar las fortalezas que rodean la ciudad. Después fuimos al muelle, donde de un barco descargaron las más ricas telas que puedas imaginar, y las más bellas joyas traídas de lejanas tierras. Recibí muchos regalos para ti y para mis hermanos.
Rey(bosteza)
Bien, bien, Omar, me alegro de que estés contento. Ahora ve a descansar y no olvides decirle a tu hermano menor que venga mañana temprano para ayudarme a vestir.
Omar
Está bien, padre mío. Que descanses. (Hace una reverencia y se va.)
El rey se recuesta y ronca. Atraviesa la escena un niño llevando la luna. Otro niño asoma al sol. Entra Asad, el hijo menor del rey, de puntitas. Se sienta junto al rey que, al cabo de un momentito, despierta.
Rey
Veo que madrugaste, mi querido Asad. Me hubieras despertado.
Asad
¿En qué puedo servirte, padre mío?
Rey
Estoy ya tan viejo, que necesito ayuda para vestirme.
Asad
Es un gusto para mí ayudarte. ¿Qué traje quieres ponerte hoy? (Saca un papel y un lápiz para apuntar todas las órdenes.)
Rey
Hoy me gustaría usar el traje rojo con adornos dorados.
Asad
¿Y qué turbante quieres?, ¿qué zapatos?
Rey
Pues el turbante blanco con rayitas azules y las calzas verdes.
Asad
¿Qué caballo escogerás para tu paseo por la ciudad?
Rey
El negro venido de Arabia que me regaló mi hermano.
Asad
(Llama con las palmas de las manos.) ¡Ayuda de cámara! (Entra el ayuda de cámara.) Ten la amabilidad de traer toda la ropa del rey mi padre tal como está apuntado en esta lista (le entrega el papel) y que nadie se equivoque. (Sale el ayuda de cámara y reaparece con la ropa. Se oye un relincho. Asad viste al rey.)
Asad
Yo mismo vestiré a mi padre. (Al ayuda de cámara.) Puedes retirarte. (Acaba de vestir al rey.) Padre mío, estás listo para salir. El caballo espera en el patio. (Relincho.)
Rey
He decidido que visites tú la ciudad en mi lugar, porque yo prefiero pasear un poco por los jardines del alcázar.
Asad
Lo haré con gusto, padre mío.
Hace una reverencia y se va. El rey sale detrás de Asad. Atraviesa la escena el niño que lleva el sol. El rey entra a escena y se sienta en el estrado. Tocan a la puerta.
Rey
Adelante, hijo mío.
Entra Asad muy cansado y se sienta junto al rey en el taburete después de saludarlo. Está vestido como un mendigo.
Rey
Te veo muy cansado y, además, ¿por qué andas vestido de ese modo?
Asad
Estoy cansadísimo de tanto caminar.
Rey
¿Qué? ¿No usaste mi caballo negro?
Asad
No, querido padre, quise ir a pie y vestido como el más humilde de tus criados. Así nadie me reconoció y pude meterme por todas partes. Abrí los ojos y los oídos: hablé con mendigos, artesanos, vendedores y..., estoy muy triste
Rey
Anda cuenta, Asad, sigue contando.
Asad
Estoy triste porque tu reino es menos feliz de lo que parece: el que trabaja más es el que menos tiene. Vi gente sin oficio vagando por las calles.
Rey
Sigue tu relato, Asad.
Asad
Supe que los grandes del reino acumulan en sus graneros el trigo de todo el año, para venderlo más caro en el invierno..., y...
Rey
¡Basta, hijo mío, basta! Ya sabía yo todo eso, pero estoy demasiado viejo y poco puedo hacer. Tú eres joven y sabrás gobernar porque estás dispuesto a servir. Tú serás mi sucesor.
Reinarás desde mañana para que yo pueda morir tranquilo. (Se abrazan.)
Telón
El buho, el sol y la luna
Autor: Ray Respall Rojas
PERSONAJES:
NARRADOR
EL BUHO
LA LUNA
EL SOL
EL LOBO
EL GRILLO
EL POETA
UNA PAREJA DE ENAMORADOS.
ESCENA 1:
Es de noche y el Búho se acerca volando a la Luna. Al fondo, los enamorados conversan, el grillo toca un violín, el lobo aúlla y el poeta escribe.
NARRADOR: Una noche, la Luna le dijo al Búho:
LUNA: Búho, tengo un plan perfecto: ¡cuando amanezca, ocuparé el lugar del Sol! Así iluminaré por los días y por las noches, y me dedicarán todos los versos y las canciones... seré el astro más importante.
BUHO: Luna, eso es una locura. En vez de ser tan avariciosa, dedícate a inspirar al lobo, al grillo, al poeta, a los enamorados (los va señalando)... a adornar el cielo de noche con tu brillo.
LUNA: ¡Bah! El único loco aquí eres tú, ya verás como todos me aplauden cuando salga a brillar por el día.
(El Búho se retira a una esquina, moviendo la cabeza contrariado)
ESCENA 2:
Ya es la hora del amanecer, el Sol entra en escena estirándose como después de haber dormido; pero la Luna, en vez de retirarse, lo mira de reojo, con las manos en la cintura.
NARRADOR: A la mañana siguiente, cuando llegó la hora del amanecer, la Luna se enfrentó con el Sol:
LUNA: ¡Fuera, Sol, puedes retirarte! Yo estoy aquí para ocupar tu lugar, así que regresa a tu lecho entre las montañas.
SOL: Bueno, está bien Luna, me voy a seguir durmiendo. (Se retira a un rincón de la escena y se sienta con la cabeza baja, simulando dormir)
NARRADOR: Entonces, la Luna comenzó a brillar, pero como su luz era muy fría, regresó la noche y todos volvieron a dormirse, excepto una pareja de enamorados, un poeta y los animalitos nocturnos.
LUNA: (Dirigiéndose a los niños espectadores) Pero, ¿qué ocurre? ¿Por qué todos se van a dormir? Oigan, despierten, ¡soy yo, su amiga la Luna, el más hermoso y perfecto de los astros!
NARRADOR: Pero nadie le hacía caso a la Luna. Como casi todos dormían, la Tierra se veía muy aburrida. Los que estaban despiertos comenzaron a protestar:
LOBO: ¡Auuuu! Luna, has sido muy egoísta con el Sol, ¡déjalo salir de nuevo a alumbrar el día o nunca más te aullaré!
GRILLO: ¡Crii-Crii! El lobo tiene razón, Luna, por tu avaricia hay muchos animalitos que no ven, las flores no se abren, (señalando al público) ¡Mira, los niños tienen frío! Si sigues tan empecinada nunca más te tocaré una canción con mi violín.
POETA: Luna-Lunera, si no ocupas tu lugar nocturno me voy a aburrir de tí y ya no te escribiré más versos. ¿No te das cuenta de que tu misterio está en que apareces sólo en las noches? Si te veo cada vez que miro al cielo ¿cómo me voy a inspirar?
ENAMORADA: (A su novio) Mi amor, ya me estoy cansando de ver la Luna, me está entrando sueño. ¿Verdad que es aburrido ver el mismo astro todo el tiempo?
ENAMORADO: Tienes razón, mi vida...(Volviéndose enojado hacia la Luna, que ya tiene el rostro entristecido) Luna, ¡esconde tu rostro o nunca más mi amada se asomará al balcón para oír mis canciones!
LUNA: (Ocultando la cara entre las manos) ¡Qué verguenza siento, qué verguenza! Las cosas me están saliendo al revés de lo que pensé. Nadie me quiere, (mirando a su alrededor) ¿dónde estará mi amigo el búho? ¡Búho! ¡Búho!
BUHO: (Sale de su esquina volando) ¡Aquí! Aquí estoy Luna, viendo el desastre que has ocasionado. Recuerda que te lo advertí.
LUNA: Lo sé, mi gran amigo, pero yo fui una cabecidura y no seguí tu consejo. Ahora estoy arrepentida y quiero ir a buscar al Sol, ¿me acompañas?
BUHO: ¡Claro, vamos! (Se alejan de la mano en busca del Sol mientras los otros personajes se sientan y empiezan a cabecear o a mostrar señales de aburrimiento).
ESCENA 3:
Los demás personajes quedan atrás. La Luna y el Búho se acercan al Sol y lo sacuden con suavidad, pero este se resiste a despertar.
NARRADOR: Cuando lo encontraron, el Sol estaba muy débil, casi agonizando, porque había mucho frío para él.
LUNA: ¡Despierta, solecito! Por favor, perdóname y vuelve a iluminar por los días, que yo estaré muy feliz de reflejar tu luz en las noches.
SOL: (Incorporándose con mucho trabajo) Me temo que no podré Luna, estoy apagándome, no tengo fuerzas. Mira, mi luz es como la de los atardeceres.
BUHO: ¡Esto no puede pasar! ¡El Sol no puede apagarse! Buscaré una solución. (dirigiéndose al público) Espérenme, que ya vuelvo. (Hace ademanes de volar, corriendo por todo el escenario y gritando) ¡Despierten, vamos, despierten! ¡Hay que darle ánimos al que rido Sol para que vuelva a iluminar con fuerzas! (Despierta a los demás personajes y anima, con la ayuda de ellos, a los niños del público a hacer un coro) ¡Vamos, amiguitos, llamen al Sol para que brille! ¡Sol! ¡Sol! ¡Sol!
CORO: ¡Sol! ¡Sol! ¡Sol!...
(El Sol empieza a tomar fuerza con la llamada de todos y va de la mano de la Luna, a ocupar el centro de la escena; allí abre los brazos y sonríe.)
LUNA: ¡Vamos querido Sol, brilla para todos! (Y se retira a un rincón, donde se sienta, con el rostro sonriente.)
(El Búho, el Lobo, el Grillo y los Enamorados hacen señas de hacer silencio y señalan al Narrador, que se para junto al Sol)
NARRADOR: Y el Sol se sintió tan contento, que brilló con mucha más fuerza y todo volvió a la normalidad... Desde entonces, la Luna cumplió su tarea nocturna y el Sol la suya. De lo que pasó ese día se enteraron muy pocos, porque casi todos se quedaron dormidos cuando la Luna quiso ocupar el lugar del Sol. (Señala al Búho) Yo estaba dormido, pero el Búho me lo contó, y ahora yo le pregunto a este amigo sabio: ¿Cuál es la Moraleja de esta historia?
BUHO: Pues que CADA CUAL DEBE ESTAR ORGULLOSO DE SER COMO ES Y NO ANSIAR LO DE LOS DEMAS. ¡Hasta la próxima, amiguitos! (Hace una reverencia y dice adiós, acompañado por los demás actores)
FIN
La piñata más grande del mundo
Mario Lamo Jiménez
Mención de Honor, Concurso de Dramaturgia Infantil, Colcultura, Colombia
Personajes
Cipriano Cedillo: Fabricante de piñatas. Tiene unos sesenta años, es moreno de baja estatura, manos duras curtidas por su trabajo. Su cabeza es ligeramente calva, viste un delantal rojo y una camisa de manga corta.
La Burrita: Es una piñata de flecos blancos y mirada dulce.
La Mujer Maravilla: Es la piñata del personaje de las caricaturas, tiene un vestido azul con flecos dorados, la cara es una máscara de papel rosado.
El barquito de papel: Es un barquito de papel dorado con velas blancas.
La Piñata del Presidente: Es la piñata de un charro, tiene un traje azul con botones dorados, un sombrerón con cinta, grandes cejas de cabuya y una estrella dorada de alguacil en el pecho.
El padre: Tiene unos 40 años y viste deportivamente.
El niño: Va a cumplir siete años y viste un pantalón corto y una gorrita azul.
Las piñatas serán representadas por actores que tendrán máscaras o partes de su cuerpo en forma de piñata. La piñata del presidente será reemplazada en la escena VIII por una piñata de verdad cuando cuelgue del techo y en la última escena, durante la fiesta.
Escena I
Estamos en el taller de Cipriano, es temprano de mañana y Cipriano no ha llegado a su trabajo. En primer plano vemos una mesa de trabajo donde reposan diversos implementos de la piñatería, tales como papel de colores, bambú seco, una olla con engrudo, etc. Al fondo, recostadas en la pared están las piñatas que Cipriano ha venido trabajando, entre ellas vemos a nuestros personajes: la burrita, la mujer maravilla y el barquito de papel. Junto a la mesa de trabajo vemos la armazón de la piñata del presidente. La escena está a media luz y con las luces se simulará la salida del sol. Por el lado derecho del escenario aparece Cipriano. Viste su delantal rojo y trae una escoba en la mano. Suavemente entra la música de "Cascanueces", al ritmo de la misma, Cipriano baila al tiempo que barre. Deja la escoba de lado y recoge un plumero, continuando con su baile limpia una por una a sus piñatas. Cierra los ojos y soñador se queda quieto por un momento. Vemos como la piñata de la mujer maravilla cobra vida y deviene en una bailarina joven y hermosa, con la que Cipriano baila emocionado. Cuando la música termina, Cipriano vuelve a la posición que tenía al principio de su fantasía, abre los ojos y se dirige a sus piñatas:
Cipriano:
Si mis piñatas
cobraran vida
haríamos una fiesta
con una orquesta de burritas
y una mujer maravilla
que bailaría en mis brazos
las más bellas melodías.
¡Ay mis locas fantasías!
Piñatero a tus piñatas,
que el día es corto
y la vida larga.
Dicho esto, Cipriano se dirige a su mesa de trabajo, echa un vistazo a la armazón que tiene al lado y dice:
Cipriano:
Bueno, es hora de trabajar. ¿Cómo está hoy nuestro futuro presidente? Ésta va a ser la piñata más grande del mundo y va a ser nada más ni nada menos que nuestro mismo presidente, Perico de los Palotes, una piñata hermosa que adornará la mejor fiesta de cumpleaños de este lugar. (Mirando a sus otras piñatas) No se hagan las ofendidas, yo sé que Uds. también son piñatas muy hermosas, pero la piñata más grande del mundo ha sido el sueño de toda mi vida y hoy, por fin, la voy a terminar. (Mirando a la burrita) ¡Déjate de esos rebuznos melancólicos! Ni más faltaba, ¡una burrita celosa de un charro!, esos lagrimones de confeti nadie te los va a creer.
Suena de nuevo la música y vemos Embadurna con engrudo el papel azul con que recubre las piernas y el torso de la piñata, con paciencia infinita recubre la cara con papel rosado, de cabuya negra hace las cejas y dos óvalos de color negro se convierten en los ojos. Con papel dorado adorna el sombrero de charro que viste el presidente y para terminar, con el mismo papel hace una estrella de cinco puntas que le cuelga en el pecho. Extasiado, Cipriano contempla su obra maestra, le da los últimos toques, la acomoda y con una cabuya la cuelga a secar. La piñata del presidente gira en su cuerda. (Ésta es una piñata real que será reemplazada después por un actor.)
Cipriano:
¡Sólo le falta hablar! Si las piñatas hablaran, ¿Qué dirían? Algún día estas piñatas se tienen que volver personas o yo me tengo que volver piñata, para tener una fiesta y divertirnos de lo lindo. (Mirando por la ventana) ¡Caramba, cómo pasa el tiempo!, ya se está oscureciendo.
(Cantándole a la piñata del presidente)
Huesos de palo
cejas de cabuya
piel de papel picado
y corazón de luna,
sonrisa de caramelo
ojos de aceituna,
¿por qué es el cielo azul
y blanca la espuma?
El escenario se oscurece lentamente y vemos a Cipriano recoger sus implementos, los cuales coloca con cuidado sobre la mesa, tras lo cual sale por una puerta lateral.
Escena II
Se escucha una música suave de carnaval, voces y algarabía, las luces suben poco a poco, lo mismo que la música. Vemos que todas las piñatas (menos la del presidente) se han humanizado y están teniendo una fiesta, bailan entre sí, ríen y cantan. La música baja un poco y escuchamos las palabras del barquito de papel.
Barquito de Papel:
Cómo me gusta navegar por estas olas de papel,
llegar a islas de cartón, bajo cielos de tela y algodón,
pelear contra monstruos pintados en la pared,
llevar de pasajeras mariposas de origami,
con piel de estrella y ojos de corcel...
Burrita:
Si no fuera por el papel picado, no tendría qué comer. Me gusta el papel mantequilla,
porque me hace cosquillas en la cola y en la barriga.
Le tengo alergia al papel periódico,
me marean las noticias amarillas,
me enferman los titulares y los discursos,
pero me como una tira cómica porque me causa tanta risa,
¡que me río hasta por la camisa! Mujer Maravilla:
Yo peleo contra villanos de todos los colores y sabores,
ojirrubios en aeroplanos,
marcianos venidos de la India,
marineros de piscina en traje de fatiga y fatigados en traje de oficina.
Me duelen la injusticia y las rodillas,
sobre todo cuando bailo con prisa...
Repentinamente, la música se suspende, las piñatas se quedan estáticas y se escucha una voz ronca que nadie parece saber de dónde viene.
Voz:
Ya basta de tonterías, tanto baile y tanta risa
me enferman del sombrero,
me causan hepatitis de alegría,
me ponen amarillo de contento,
hacen que me dé envidia de 40 grados
y que me salgan viruelas en los dedos.
Las luces bajan y un foco ilumina a la piñata del presidente, quien sonríe siniestramente.
Presidente:
Yo soy la piñata del presidente y por consiguiente,
soy el presidente de las piñatas.
Teniendo en cuenta mis facultades y sus dificultades,
decreto:
Artículo ventiúnico:
Queda prohibida la alegría,
la risa será castigada, el baile no será permitido
y mucho menos las carcajadas.
Todo sueño es declarado subversivo,
de ahora en adelante, todo será
trabajo e impuestos,
quedan abolidos los domingos... el sol saldrá una hora antes...
antes será después y se suspende la hora
del almuerzo.
A trabajar todo el mundo en lo que yo diga,
vamos a barrer el aire
y a desplumar hormigas,
mi reino será ordenado patasarriba.
Favor presentarse siervos y
esclavos de 9 a 8 en mi oficina.
La piñata del presidente improvisa un escritorio en la mesa de trabajo de Cipriano. Las piñatas se miran sorprendidas y de mala gana hacen fila para recibir las órdenes del presidente. El presidente lee el periódico y las ignora.
Barquito de papel:
Hace una hora que esperamos en fila,
queremos que se nos diga cuál es nuestro trabajo.
Mujer Maravilla:
(A las otras piñatas)
¿Qué es esta falta de abuso?
Yo no me recuerdo haber elegido a este intruso presidente de nada,
todas las piñatas fuimos hechas del mismo material,
¿qué tiene ésta de especial?
Presidente:
(A través de un hueco que ha hecho en el periódico)
Basta de murmurar y escuchen lo que digo.
Lo primero que hay que hacer
para trabajar conmigo es esperar sin nada que hacer,
rascarse el ombligo, a ver,
todo el mundo, a hacer lo que yo digo.
(Las piñatas se rascan el ombligo y siguen haciendo lo que el presidente les ordena. Esto lo harán al ritmo de una música de fondo e imitando malamente lo que hace el presidente. Los cuatro formarán un ballet.)
Escena IV: Ballet del aburrimiento
Presidente:
Mirar para el techo como si se fueran a caer,
recostarse en la pared,
hacer aviones de papel,
bostezar una y otra vez,
morirse de tedio y de hastío,
quedarse dormidos,
tomar grandes tazas de café,
leer papeles muy aburridos,
cogerse los dedos de los pies,
saltar al derecho y al revés,
hacer cara de fastidio,
gruñir, refunfuñar, tener una rabieta y patalear,
ensayar miradas de furor, oír sin escuchar, hacer ruido, mirar para el techo otra vez,
hacer lo que ya hicimos al principio,
ir y volver, sin llegar a ningún sitio.
Cansarse sin hacer nada...
y ahora a trabajar
porque mi reino patas arriba
no puede funcionar
sin que ustedes hagan lo que yo les diga.
Para la música, las piñatas parecen muy cansadas, el presidente sonríe con una mueca malvada. La mujer maravilla da un paso adelante y exclama:
Mujer Maravilla:
Ya vas a ver, villano de pacotilla,
la mujer maravilla te va a detener,
porque en este reino de papel,
no hay esclavos ni esclavistas ni presidente...
Presidente:
Tampoco hay clavos ni repelente
ni tomates con dos cabezas
ni jirafas con dientes verdes.
Alto ahí, yo soy la piñata del presidente
y por consiguiente, el presidente de las piñatas.
(Amenazante se acerca a la mujer maravilla)
Piñata insubordinada, queda usted arrestada
por ordenar la conmoción pública,
por violar el desorden establecido
y por pronunciar discursos aburridos.
(Con sus manos gigantescas, el presidente atrapa a la
mujer maravilla y la amarra con una serpentina.)
(A las otras piñatas): Y que sirva esto de mal ejemplo,
porque como dice el dicho,
ojos que no ven, corazón contento.
(Mira hacia la ventana y hace un gesto de fastidio): Pero cómo
pasa el tiempo, se nos está haciendo temprano
y ustedes todavía no han trabajado,
a trabajar todo el mundo, porque en este mundo, mando yo,
yo soy la piñata del presidente y por consiguiente,
el presidente de las piñatas.
Barquito de papel, a cargar viento,
burrita de cartón, a subir y a bajar montañas de algodón...
y sin un lamento.
(El presidente observa al par de piñatas trabajando, al ritmo de sus movimientos, cantarán:)
Piñatas:
Trabajo de arriba a abajo
cargando nubes
y encendiendo soles
trabajo de abajo a arriba sembrando flores
y cosechando ortigas,
trabajo y no me pagan
sólo me apagan la luz del día...
Presidente:
Más trabajo y menos canto,
no gasten la voz
que ustedes tienen dueño
y tanta canción (restregándose los ojos)
me causa sueño...
Piñatas: (Cantando)
La piñata del presidente
tiene dos dientes
el cielo tiene
una estrella
y el pájaro
tiene un nido
el presidente
tiene sueño
y está dormido.
El presidente se duerme parado. La burrita y el barquito de papel se miran entre sí, caminan en puntillas y liberan a la mujer maravilla. Bajan las luces y vuelven a su posición de piñatas..
Escena V
Es de mañana y Cipriano llega a su taller. Entra alegre y sonriendo, empieza a ordenar sus enseres. De espaldas a las piñatas, se dirige al público:
Cipriano:
Si ustedes supieran
que además de piñatero
yo soy el mejor cocinero
de Laredo,
cocino chivo relleno
queda tan rico
que uno se chupa
hasta los dedos...
(Girando la cabeza)
A ver cómo amanecieron mis piñatas.
(Con cara de asombro)
Pero si están cansadas
y ojerosas
como si no hubieran dormido
(Mira al presidente quien sonríe)
Sólo el presidente sonríe
con sus blancos dientes,
la burrita está pancicaída
y el barquito de papel
tiene pálidas las velas
y el timonel
y la mujer maravilla
tiene sin color
las mejillas.
Tranquilas mis piñatas
yo las dejaré como nuevas.
Se dirige a sus piñatas y empieza a trabajar en ellas, quita ojeras, arregla sonrisas, repara velas. Las piñatas vuelven a animarse y de nuevo quedan felices y contentas.
Cipriano:
No hay problema que no tenga respuesta
ni respuesta sin problema.
¿Por qué tienen colores las flores y la gente dos orejas?
¿Para qué fabrican miel las abejas?
Cuando está llena la Luna, ¿de qué está llena?
¿A qué hora duermen las ballenas?
¿Por qué durmieron mal mis piñatas
y amanecieron con ojeras? (Mirando al
presidente) ¿Será que están tristes porque tienen celos de la piñata más grande del mundo?
Cipriano hala una cuerda y del techo descienden lentamente pequeñas piñatas que cuelgan de sus respectivos hilos. Vemos piñatas en forma de planeta, estrellas, flores, cometas y abejas. Como un titiritero de piñatas, Cipriano hace que éstas suban, bajen y den vueltas. Cipriano canta la canción de los celos.
Cipriano:
Érase un planeta
que quería ser estrella
y sintió celos,
érase un cometa
que quería ser planeta y sintió celos,
érase una abeja
que quería ser cometa
y sintió celos,
érase una flor
que quería ser abeja
y sintió celos,
érase una estrella
que soñaba con ser flor
y sintió celos...
(Deja de cantar y mira a la piñata del presidente) En este paraíso de piñatas no hay manzanas ni serpientes, otra vez es un mundo feliz, con sonrisas llenas de dientes.
(Cipriano sale de escena y las luces bajan.)
Escena VI
La piñata del presidente está muy quieta y duerme. Las otras piñatas se van despertando, vemos cómo se desperezan lentamente. Oímos al barquito de papel murmurar mientras se estira:
Barquito de Papel:
Tuve una horrible pesadilla,
soñé que el presidente,
¡Dios me asista!
era un odioso fascista...
Burrita: (Bostezando)
¿Un fascista?
¿Qué es eso?
Alguien que no come queso?
Mujer Maravilla:
Pues no era un sueño,
hablen pasito,
un fascista es el que
se hace dueño
en un momento
de tu vida
y hasta de tus pensamientos
Presidente:
(Despertándose) Prohibido hablar sin permiso
o se les quita la voz,
porque en este reino patas arriba
yo soy el dueño de los medios de comunicación, no se puede cantar ni una canción
a menos que así yo lo decida,
yo soy la piñata del presidente
y por consiguiente,
el presidente de las piñatas...
Mujer Maravilla:
Nos han quitado hasta el derecho
a tener derecho
en este reino torcido,
a este fascista
nadie lo ha elegido...
Presidente:
No me obliguen a volverlos
una pulpa de papel,
¿Y qué insecto ha picado
a esta mujer,
que protesta como si llevara
por dentro toda una orquesta?
A trabajar todo el mundo
porque en este reino mío,
lo que no está alquilado,
está vendido.
(Las piñatas pretenden trabajar en cámara lenta, el presidente las supervisa y continúa:)
Venderemos papel a Israel,
y chocolate a la China,
calzoncillos a Argentina,
y jabón al Japón,
importaremos nieve de los Alpes
y alpiste de los Andes,
astronautas de Alemania
y alemanes de España,
arroyos de Guatemala
y tamales de Ucrania,
entonces vendrá el desarrollo
y en cada olla, habrá un pollo,
porque yo soy la piñata del presidente
y por consiguiente,
el presidente de las piñatas...
Barquito de Papel:
¿Seré entonces dueño de una compañía pesquera?
¿Ministro de guerra?
¿Pescador de ministros?
¿Yate presidencial?
¿Residencia real?
Presidente:
Serás todo lo que tu imaginación quiera,
menos lo que eres en realidad,
para empezar,
te nombro asesor del secretario
del dignatario encargado
del arte de improvisar,
y como si esto fuera poco
te coloco este escudo de metal
y esta bandera de tela
para que en caso de guerra
puedas morir por ellas.
El presidente cuelga una bandera pirata llena de estrellas y un escudo con un águila del mástil del barquito de papel. Éste se pasea orgulloso por el escenario, mira con altivez a sus compañeras piñatas. Se detiene frente al presidente. Implorante:
Barquito de Papel:
¿Ahora yo también puedo dar órdenes desordenadas,
suspender los derechos
y promover los torcidos,
decir mentiras verdaderas y verdades mentirosas,
trabajar sin moverme
y moverme sin trabajar,
hablar sin decir nada
y nadar sin agua?
La mujer maravilla y la burrita miran con asombro a su traidora compañera, el presidente sonríe con una amplia sonrisa de cartón.
Presidente:
Peores palabras
yo no pudiera haber dicho,
podrás hacer todo lo descrito
y además de lo anterior,
te nombro preso y carcelero,
embajador en la Ciudad Perdida
cocinero mayor
ministro de minas y esferos
y guardia encargado
de vigilar que estas ingratas piñatas
se pongan ahora mismo a trabajar.
(Bostezando) Tanto trabajo
me tiene agotado,
me voy a trabajar acostado.
El presidente se acuesta en un rincón. El barquito de papel se pavonea y encara a sus compañeras piñatas:
Barquito de Papel:
(En voz alta)
Ya oyeron al señor presidente,
yo, el barquito de papel
he sido ascendido a coronel
y por este escudo de metal
ahora soy general,
encargado de vigilar
el desorden establecido.
(Mira al presidente que cabecea y da
grandes bostezos, mientras los ojos se le abren y se le cierran)
Mujer Maravilla:
Eres un traidor que se ha vendido
por una medalla de hojalata
y una bandera pirata
no eres barco sino veleta,
te soplan como si fueras
una trompeta...
Burrita: (Lanzando un rebuzno)
A este presidente falso
yo lo despierto de un mordisco
y hasta lo dejo bizco,
lo levanto de una coz
que hasta le quito la voz,
¡Dios me asista,
no hay mal que dure cien años
ni burro que lo resista!
Barquito de Papel: (En voz baja)
Hablen pasito
que despiertan
al presidente
y además
yo tengo un plan
para parar
a este delincuente...
Burrita: (En voz baja y asombrada)
¿Quiere decir
que no te has vendido
al presidente de lo torcido?
Barquito de Papel:
Seré barquito de papel
pero nunca seré infiel,
no seré general del mal
ni yate presidencial...
escuchen, éste es mi plan...
Las piñatas hacen un corrillo y el barquito de papel les explica en voz baja su plan, la mujer maravilla sonríe y la burrita tira coces de alegría.
Escena VII
Vemos a las piñatas recorriendo con prisa el escenario, recogen pintura, bambú y papel, trabajan laboriosamente, sin que veamos lo que están haciendo. Cuando terminan lucen agotadas y contentas, contemplan su trabajo orgullosas. El barquito de papel se dirige entonces al rincón donde duerme el presidente.
Barquito de Papel:
Despierte señor presidente,
perdone que le interrumpa el sueño,
(El presidente abre los ojos y gruñe)
quiero decir, el trabajo
le tenemos un regalo
para que usted se siente,
un presidente no debe dormir en el piso
(Quitándole el sombrero de charro)
Por medio de este acto lo corono
y le hago entrega de este trono...
(La burrita y la mujer maravilla le
muestran al presidente el fruto de
su trabajo y éste sonríe entre sorprendido
y satisfecho. Es un trono recubierto de papel
dorado y estrellas plateadas.)
Burrita:
Nosotras las piñatas
hemos humildemente pensado
que un presidente de su talla,
si es que hay ley,
debe ser además rey.
Mujer Maravilla:
Y usted, su majestad
desearíamos que fuera,
no sólo la piñata
más grande del mundo,
pues eso sería poca cosa,
sino además, la más hermosa...
El presidente orgulloso se dirige a su trono, lo examina para asegurarse que en verdad se trata de un trono. Una vez que está seguro de ello, se sienta en él con cuidado. Las piñatas aplauden, el presidente les hace señas para que dejen de aplaudir.
Presidente:
Es para mi una falta de deshonor
sentarme en este trono
que tenía tan merecido,
ya sé que fui por ustedes elegido
porque soy el mejor,
el más grande y el más bello,
y además de ello
puedo confundirlos con mis palabras
y refundirlos con mi habla,
porque tengo una maestría en discursos
y he hecho cursos
de economía, magia y anatomía,
¿Ven esta mano?
Nada por un lado, nada por el otro, (Cierra la mano, la abre y aparece una flor de papel)
Puedo hacer que sientan calor cuando haga frío,
o que llueva y no se mojen
porque en este reino mío
lo más derecho
es lo que está torcido.
(Se mete la flor en la boca y ésta desaparece)
Barquito de Papel: (Al público)
Y arriba está abajo
y el orden es el relajo.
(Al presidente)
De charro a emperador
todo es asunto de traje
con un poco de maquillajey ayudado por un guión
el idiota es presidente
y el ignorante doctor.
Mujer Maravilla:
No hay vejez que el maquillaje
no convierta en juventud
aquí los defectos son virtud
todo es asunto de ropaje
por eso le hicimos este traje...
La mujer maravilla desenvuelve una túnica blanca y se la presenta al presidente, el cual la mira complacido.
Burrita: (Ayudándole al presidente a vestirse la túnica)
Permítame que le rebuzne mi más indigna admiración
porque este traje
de la más falsa seda,
no sólo no lo trajimos
de la China,
sino que es de ordinaria tela
y aunque el burro se vista de seda,
burro se queda,
por eso lucirá su majestad
como siempre ha lucido,
es decir, feo, petulante y engreído...
Presidente:
Ya basta de adulación,
me quedo con el traje,
con la corona y el trono
mas no traten de engañarme
que no soy bobo, sé que ustedes no quieren trabajar
y por eso me regalan tanto adorno,
(Como si mirara su imagen en un espejo, el presidente se pasea prepotente)
Ahora a trabajar todo el mundo,
porque yo soy la piñata del presidente
y por consiguiente,
...el emperador.
Las piñatas simulan hacer un mecánico trabajo, mientras el presidente se compone su nuevo traje. Bajan las luces y las piñatas se quedan quietas. La escena se oscurece.
Escena VIII
Suben las luces, las piñatas están quietas y parecen muy cansadas, tan sólo la piñata del presidente parece fresca y contenta. Oímos un silbido y es Cipriano que llega a trabajar.
Cipriano: (Entrando al escenario, canta y alista sus enseres)
Sonríe Luna, cara de arepa
rellena de queso y frita en manteca,
la mira el sapo en la laguna,
la luna baila en el agua pura,
la mira el niño desde su cuna,
le guiña un ojo la vieja Luna,
le gruñe el cerdo, el búho ulula,
el señor burro su amor rebuzna,
sonríe Luna que el sol se acerca,
Luna cansada, duerme y se acuesta.
(Hablando) No hay nada como levantarse
bajo el calor de las estrellas
y la luz mágica que regala la Luna.
Veamos ahora cómo están mis piñatas,
(Contando) Una, dos, tres...
parecen muy cansadas y me falta una...
¿Qué se hizo el presidente?
(Mira por todas partes y no lo encuentra, finalmente, mira hacia el techo y ve la piñata
del presidente, como si fuera un dios, colgando en su trono. Exclama admirado)
¿Cómo pasó esto?
No sólo tengo la piñata
más grande del mundo,
sino la más hermosa del universo,
ahora sé por qué mis piñatas
amanecían cansadas
trabajaban de noche
para darme la mayor sorpresa de mi vida,
¡mis piñatas están vivas!
el presidente es emperador
y gobierna desde arriba.
(Mirando a sus piñatas)
Ahora para premiarlas,
haré una recua de burritas,
una flota de barquitos de papel
y un ejército de mujeres maravilla,
¡Y que el dios de las piñatas las bendiga!
Cipriano parece muy contento, suena la música del principio y baila con la mujer maravilla. Apenas acaban el baile, aparecen en escena el padre y el hijo, saludando:
El padre:
Buenos días don Cipriano,
como le había prometido,
vengo a comprarle una piñata
pero no queremos una piñata cualquiera,
El niño: Tenemos como 100 invitados
y necesitamos una piñata
tan grande como una nevera.
El padre: (Mirando las piñatas)
No tiene sólo que ser grande
sino hermosa
queremos una piñata con flecos
y adornos...
El niño:
Una piñata que adorne la fiesta
con alma de elefante
y cara de orquesta...
Cipriano: Puedo ofrecerles esta burrita,
no es la más grande,
pero es muy bonita...
El niño:
Ya tuvimos burrita
en la fiesta pasada
y me dio una coz tan dura
que todavía tengo la pierna morada...
Cipriano:
¿Qué de la mujer maravilla?
le caben miles de dulces
y de noche brilla...
El padre:
La última nos salió llena
de hormigas,
qué descaro, todavía me rasca
donde me picaron...
Cipriano: (Un poco desconsolado)
Éste es el mejor barquito de papel
que haya navegado
por una fiesta de cumpleaños...
El niño:
Un barquito como ese
nos hizo una vez muchos daños,
navegó por la tina, e inundó el baño...
Cipriano: Está bien, está bien,
entonces les ofrezco mi mejor piñata,
la más grande, la más hermosa
y la más barata...
El niño:
¿Y dónde está esa piñata que no la veo?
¿Acaso nos va
a caer del cielo?
Cipriano: (Señalando hacia arriba)
He aquí mi última y mejor creación
la piñata del presidente
sonrisa falsa y dientes de cartón
por dentro charro y por fuera emperador,
le encantan el engrudo y la adulación...
El niño: (Mirando al papá)
Ésa es la piñata que quiero,
la más grande que Cipriano ha hecho,
¿podemos bajarla del cielo?
quiero decir, del techo...
Cipriano hala la cuerda, suena una música celeste y en medio de una nube, el presidente desciende. Una vez en el piso, las luces se prenderán y apagarán rápidamente y la piñata será sustituida por el actor que la interpreta. Vemos su cara de orgullo por haber sido elegida entre todas las piñatas. Bajan las luces y una luz enfoca por unos segundos la cara feliz del niño quien contempla su piñata, entonces las luces se apagan.
Escena IX
Estamos en el taller de Cipriano, hay un telón blanco al fondo, las piñatas que aparecieron en la escena V, cuelgan de nuevo a la vista del público, la escena está a media luz. Escuchamos una música infantil. En una esquina aparece Cipriano, quien soñador contempla el telón, en el cual empieza a proyectarse ya sea una película de 8 milímetros o transparencias de la fiesta de cumpleaños del niño de la escena anterior. Entre otras cosas, vemos al niño soplando siete velas, a los niños comiendo la torta de cumpleaños, etc. La música baja y la burrita, la mujer maravilla y el barquito de papel entran en el escenario bailando cogidas de la mano a la vez que cantan.
Las escenas de la fiesta se dejarán de proyectar en este punto, hasta que se indique lo contrario. La piñatas harán un juego, cada cual estará cogida de la cintura de la otra y bailarán haciendo un semicírculo. Cambiarán repentinamente de dirección, de manera que la última sea la primera y viceversa.
Coro de Piñatas:
Arriba está el sol
abajo hay una orquesta
y la piñata del presidente
está en su fiesta...
Burrita:
Piñatas y piñatero
como cabeza y sombrero
(Invitando a Cipriano) bailamos juntos...
Barquito de Papel:
Juntos bailamos, la rueda, rueda
el último pase al frente
y el que se queda es el presidente...
(Dan la vuelta, la mujer maravilla queda de
última)
Mujer Maravilla: Yo no me quedo atrás ni al frente
la rueda, rueda, está caliente,
porque Cipriano es el presidente...
(Dan la vuelta, Cipriano queda de último)
Cipriano: Demos la vuelta en la rueda, rueda,
nadie se queda atrás ni al frente...
(Hacen un círculo. Se empiezan a proyectar
de nuevo las escenas de la fiesta, la piñata del presidente cuelga del techo y muchos niños
con gorritos de papel la miran con ansia de recibir los regalos.)
Todos:
Arriba está el sol
abajo hay una orquesta
y el presidente
está en su fiesta...
Al decir esto, en la pantalla aparecerá el niño que cumple años con los ojos vendados y un palo en la mano, a punto de propinarle un garrotazo al presidente. Las piñatas salen bailando cogidas de la mano con Cipriano. Se apagan las luces.
FIN
El anillo de oro
Juguete moral en un acto y en verso
Pedro Jesús Solas
PERSONAJES DOÑA LUISA, madre de
CLARA yBENITA.ROSALÍA, criada.Varias niñas, amigas de Benita y Clara. [3]
Acto único
Jardín; a la izquierda una casa.
Escena I DOÑA LUISA, sentada, haciendo crochet, en primer término. Hacia el centro, en segundo término,
BENITA, CLARA y niñas jugando al corro. NIÑAS A Atocha va una niña
carabíhija de un capitáncarabí-urí-urí urá, etc.Que hermoso pelo tiene 5 carabíquién se le peinarácarabí-urí-urí-urá, etc.
LUISA ¡Cómo la vida sonríea esta edad, y cuán dichosas 10entre ilusiones fugacesrápidas pasan las horas!¡Bendita infancia, bendita!¡Tus recuerdos no se borrandel alma que ve este mundo 15triste, de color de rosa!
NIÑAS
(Cantan otra estrofa, y al terminar se agrupan hablando animadamente entre sí, pero sin interrumpir el diálogo siguiente.) [4]
Escena II DOÑA LUISA y ROSALÍA. ROSALÍA (Preservando un estuche y un bolsillo.)
Señora, aquí está el estuchey el bolsillo.
LUISA ¡Qué buen díavan a pasar mis dos ángeles!¡Ya verás, cuando les diga 20es para ellas, cuán alegresvan a ponerse mis niñas!
ROSALÍA ¡Pero un anillo tan sólopara las dos!...
LUISA ¡No te explicascómo han de quedar contentas!... 25Ahora verás, Rosalía.
ROSALÍA ¡Le querrán las dos!LUISA Es claro.ROSALÍA ¡Y una ha de ser la preferida!...LUISA Justamente.ROSALÍA ¡Pues entonces
la otra va a tener envidia! 30LUISA ¡No lo creas! Es preciso
sembrar la buena semilla
en sus corazones, ahoraque están en edad propicia;que ahora es cuando una madre 35debe enseñar a sus hijaslo que de mujeres debenpracticar. Si se descuidaesta obligación, mañanaserá lección tardía; 40el árbol saldrá vicioso,si de joven no se cuida.Hoy que son mis cumpleaños [5]quiero enseñar a esas niñaslo que, cuando sean madres, 45podrán hacer ellas mismas.Este anillo que tú juzgascausa de celos y envidias,premio ha de ser para aquellaque de él se muestre más digna. 50Ellas han de ser los juecesque a la vencedora elijan;ellas han de dar sus votosa la mejor en justicia;y así, al par que se divierten, 55aprenderán advertidasa ser buenas y a hacer méritospara gozar en la vidadichas que sólo se lograncon la conciencia tranquila. 60Tú has de ver el resultadode mi plan. ¡Clara! ¡Benita!(Las llama.)
Escena III Dichas, CLARA, BENITA y NIÑAS. CLARA ¿Llamas, mamá?BENITA ¿Qué nos quieres?LUISA Hoy por ser mi cumpleaños
quiero, hijas de mis entrañas, 65una alhaja regalaros.Ved este anillo.
CLARA ¡Qué lindo!BENITA ¡Qué precioso!LUISA Vuestro agrado
es prueba que al escogerleacerté.
CLARA ¡Me gusta tanto, 70 [6]que diera por él mi comba,mis muñecas y mi aro!
BENITA ¿Para quién es?LUISA Veremos
cuál le merece. He pensadodarle a la que me dé pruebas 75de más juicio...
CLARA (Con alegría.) ¡Yo le gano!LUISA A la que haga acción más digna
de premio. Para probaros,tomad.
(Les da algunas monedas.)
La que invertir sepa,mejor el dinero, es claro 80que da muestras de más juicio.Ahora, a hacer méritos.
BENITA (A las niñas.) ¡Vamos!¡Veréis como soy juiciosa!
CLARA ¡Veréis con qué juicio gastoel dinero!
ROSALÍA (A DOÑA LUISA.) Me parece 85que ninguna va a ganarloy que llorarán las dos.¡Son niñas al fin y al cabo!
CLARA ¡Rosalía! ¡Toma! ¡Ven!LUISA Clara te llama.BENITA (A las niñas.) ¿Jugamos? 90CLARA (A ROSALÍA.) ¿Cómo ganar el anillo?
¡Ya sé, ven aquí, dejadnos! (Habla en secreto con ROSALÍA.) BENITA ¿Al escondite queréis?
¿O a la limón?LUISA ¡No cansaros!BENITA ¡Mejor es al escondite! 95
¡A echar suertes!NIÑAS ¡Vamos, vamos! (Echan suertes y salen todas de la escena sin interrumpir el diálogo. La que se quede saldrá pasado
un momento. Mucha animación.) [7] Escena IV DOÑA LUISA y ROSALÍA. LUISA Ten dispuesta la merienda
que tendrán luego apetito.ROSALÍA Hay que traer más pasteles.LUISA Cómpralos.ROSALÍA Voy ahora mismo. 100LUISA ¿Pusiste ya en las bandejas,
los dulces?
ROSALÍA Todos.LUISA ¿Y el vino?ROSALÍA También, señora.LUISA ¿Has dejado
todo puesto?ROSALÍA Y todo limpio.
Sólo faltan ya los bollos. 105LUISA Pues ve por ellos. (Vase ROSALÍA.)
Los niñostodos lo miran y observan,nada desapercibidopasa para ellos, y es buenoque en todo encuentren motivos 110para aprender lo que, padres,han de enseñar a sus hijos.
Escena V Dichas, CLARA y NIÑAS. CLARA ¿Y Benita? (Pregunta a DOÑA LUISA.)LUISA ¡Con vosotras
fue a jugar!CLARA ¡Pues no parece! [8]
¡Se habrá escondido!LUISA Buscadla. 115CLARA Fue corriendo hacia la fuente;
ella gritó: ¡Marivenga!Y luego... no, pues si creeque vamos a estar buscándolatoda la tarde, se pierde 120de jugar; porque Conchita,como es pequeña, no puedecorrer, y siempre se queda,y... ¡ya veréis cómo vieneen cuanto cantar nos oiga! 125
LUISA ¡Loquilla! ¡Tú siempre tienesel genio pronto y te enfadas!
CLARA Eso no está bien. ¡Si siemprehace lo mismo la tonta!¡Vamos a jugar! (A las niñas.)
LUISA Si viene, 130llamadme, para en seguidamerendar, que ya parecehora.
CLARA ¡Sí, bueno! ¡Entretanto,juguemos!
NIÑAS ¡Sí, sí! ¡A ponerse!
(Vase DOÑA LUISA. Se forman en dos bandas las niñas y cantan «a la limón».) Escena VI Dichas, y luego BENITA y ROSALÍA. CLARA ¡Mirad mi hermana! ¡Benita! 135
¡Calle! ¡Pues viene llorando!
(Sale BENITA, triste, y en toda la escena se mantendrá con el mismo aspecto.)
¿Has llorado? ¿qué te pasa?¿Te has hecho, dímelo, daño? [9]
BENITA ¡No, nada!CLARA Di, Rosalía...ROSALÍA ¡Si lo ignoro!CLARA (Aparte.) Ha hecho algo malo, 140
y como ha perdido el premio.(Llora.) ¡Anda, Benita, vamos,dinos lo que tienes!
ROSALÍA ¡Dilo,mujer, di qué te ha pasado!
BENITA Nada...CLARA Si mamá la encuentra 145
así, pasará un mal rato.¿Has hecho algo?
BENITA No, no, ¡déjame!CLARA De fijo has hecho algo malo,
y porque mamá no sepala verdad, quieres callarlo. 150
ROSALÍA ¿Pero no ha estado Benitaaquí, ahora mismo, jugando?
CLARA Sí; pero se fue a esconder,y después la hemos buscadoy no hemos dado con ella. 155
ROSALÍA ¡Pues, hija, bonito paso!¡Sólo falta que disgustesa tu mamá!
CLARA ¡Vaya, vamosa merendar! Si no quierehablar, dejadla.
(Hace que se va.) ROSALÍA ¡Milagro 160
era que pasase el díasin lloriqueos ni enfados!
BENITA ¡No estoy enfadada! Ha sido...ROSALÍA Venid, que ya va a contárnoslo.CLARA Di la verdad.BENITA Si supieras... 165
¡Me da vergüenza!...
CLARA ¡Algo malohas hecho! ¡Se te conoce!... [10]
ROSALÍA Mamá viene: ¡dejad paso! (Las niñas se apartan para dejar paso a DOÑA LUISA.) Escena VII Dichas y DOÑA LUISA. LUISA ¿No jugáis? ¿Pero qué es esto?
¿Lloras, Benita? ¿Qué causa 170te ha entristecido, hija mía?
CLARA No ha querido decir nada,pero ya sé yo que llora...Y se avergüenza y se calla...
LUISA ¿Por qué?CLARA ¡Porque la he ganado 175
el premio!BENITA ¡No es eso, Clara!ROSALÍA ¡Pues di a mamá lo que tienes!BENITA Yo no, yo no tengo nada;
pero me ha dado tristezalo que he visto, y...
CLARA ¡Habla, habla! 180LUISA Dejadla que ella nos cuente
lo que ha sido; ¡qué encarnadate pones, querida mía!¡No te dé vergüenza!
(La acaricia.) BENITA Estaba
al escondite jugando, 185y porque no me encontraranfui a ocultarme tras las floresque junto a la puerta se hallan.Grité: ¡Marivenga!... Todascorrieron gritando ¡Salva!... 190Fui a seguirlas... y al volvermevi una pobre que a la entradadel jardín, con una niñaen los brazos, se encontraba. [11]-«Señorita, una limosna 195¡por Dios!», dijo la cuitadacon triste acento, regandoa la niña con sus lágrimas;porque lloraba la pobre,¡si vieras cómo lloraba!... 200Vestidas con mil haraposella y la niña, descalzas,tristes las dos... yo no pude
contenerme. Su desgraciame afligió, y fuime a la verja 205junto a ellas: ¡daban lástima!...La niña tendió sus brazoshacia mí; sus manos, flacas,querían acariciarme,y como ella no alcanzaba, 210abrí la verja y entraronconmigo las desgraciadas.-«¡Tiene hambre la pobrecita!»Dijo su madre. En la caravi de la escasez las huellas. 215¡Si la vieras qué delgada!Acordeme del dineroque me diste: «¡A ellas les falta,pensé, lo que a mí me sobra!»Y aunque acordeme de Clara 220y del anillo, me dije:-«¡No importa! Tenga mi hermanael premio; ¡yo me contentocon enjugar estas lágrimas!...Clara en mi lugar haría 225lo mismo ante la desgracia.»¿No es cierto que tú tambiénharías lo que yo, Clara?
CLARA (Abrazándola.)¡Qué buena eres!
LUISA ¡Sigue!ROSALÍA ¡Sigue!BENITA La di yo el dinero, ufana, 230 [12]
y la pobre, de rodillasa mis pies, exclamó: -«¡Gracias;Dios la bendiga y aumenteriquezas que así consagraal bien!» -Y la pobre niña 235con sus brazos me estrechabay besándome, inocente,también me decía: «¡Gracias!...»¡Si hubieras visto qué lindaera la niña!... Las lágrimas 240por mis mejillas rodaron...Levanté a la desdichada,besé a la niña y corriendovine a ver si te encontraba...Pero no te hallé, y en tanto 245madre e hija se alejaban,« ¡Gracias!» diciendo la madre.La niña diciendo: ¡Gracias!...Yo también se las di al cieloy sentí un gozo en mi alma 250que, en fuerza de ser tan grande,no sé cómo le explicara.
CLARA ¡Dame un beso! ¡Qué buena eres!
LUISA ¡Ay, hijas de mis entrañas!¡Qué feliz día me dais! 255¡Dios os bendiga!
CLARA (A su madre.) ¡A mi hermanadebes premiar!
BENITA ¡No! ¿Por qué?¡Si esto no tiene importancia!
ROSALÍA (Aparte.) Si todas fueran como estas,¿quién en las niñas no hallara 260ángeles en vez de diablos,como yo suelo llamarlas?
LUISA ¿Y en qué has empleado, dimetú, el dinero?(A CLARA.)
CLARA (Bajando la cabeza.) ¡Yo!... no, en nada. [13]En bollos para esta tarde 265comerlos...
LUISA De modo, Clara,que tú en mi lugar, ¿qué haríascon esta sortija?
CLARA Dárselaa Benita, que ha probadoser tan buena.
ROSALÍA ¡Así se habla! 270LUISA (A las niñas.) Y vosotras, ¿premiaríais
a Benita?TODAS ¡Sí, sí!LUISA ¡Basta!
Toma, Benita, este anilloque tu mamá te regala.Recuérdate siempre ¡siempre! 275El amor que la desgraciamerece. Y vosotras, niñas,no olvidéis estas palabras:«Quien socorre al infortunio,su propia ventura labra, 280que la caridad produceinmenso placer al almaque la abriga y en el cielodigna recompensa halla.»
ROSALÍA Ahora ¡a merendar!BENITA Y dime, 285
mamá, ¿no darás a Claraotro anillo?
LUISA Sí, hija mía:pero este es tuyo. Tu hermanaestá contenta con vertedueña de él. Póntele, y guarda 290en tu memoria el recuerdode este día, y goza en calmaeste galardón merecidopor tu amor a la desgracia. [14]
(Al público.)La madre que cariñosa 295sabe halagar a la infanciainfundiéndola virtudesque luego adornan su alma.Al par que premia en sus hijosel amor a la desgracia, 300ella recoge otro premio,porque abriga la esperanzade ver a las buenas niñasvirtuosas madres mañana.
FIN
Al pie del faro
Comedia infantil en un acto y en verso
Pedro Jesús Solas
PERSONAJES
EL SEÑOR GIL, torrero. COLÁS.ARTURO.RAMÓN.
Acto único
La escena representa una planicie en cuyo fondo álzase una casa al pie de un faro. A los lados, grandes peñas.La acción comienza al anochecer.Entiéndase por derecha e izquierda la del espectador.
Escena I
COLÁS, cruzado de brazos, triste y pensativo, contempla el mar, mirando hacia la derecha.
COLÁS ¡Ya anochece!... Ya la marse empieza a cubrir de sombras,y vuelven hacia la tierracon las barcas pescadoras,rozando alegres las aguas, 5las errabundas gaviotas.La playa queda desierta:tórnanse negras las rocas;y las hirvientes espumasreflejos de nácar toman 10al deshacerse soberbiascontra la tierra las olas.La mar y el cielo se juntan [4]allá, a distancia remota,y las tinieblas avanzan 15y todo límite borran.¡Un día más!... -Otro díade tristes y eternas horas,sin que mi padre queridovuelva a calmar mi zozobra.- 20¿Qué será de él, Virgen Santa?...¿Por qué su barca como otras,no surge del horizonte,y hacia la playa retorna,sabiendo que yo le aguardo 25de temor en alma loca?...¿Dónde está de nuestra barcala blanca vela de lona?...Ya vuelven los pescadoresdel mar huyendo las sombras; 30ya regresan a la playalas errabundas gaviotas...¡Ay, padre del alma mía!¿Por qué tú también no tornas?...
(Oculta el rostro entre ambas manos, y finge sollozar. Sale de la casa el SEÑOR GIL, y antes de dirigirse a COLÁS le contempla en silencio.)
Escena II
COLÁS y GIL. GIL (Aparte.) ¡Pobre chico! En vano espera, 35
mas no lo sabrá jamásde mis labios. -¡Eh, Colás!(Llamándole.)
COLÁS ¡Señor Gil!GIL ¡Oye! Quisiera
que me esperases aquí
en tanto que vuelvo yo. 40¿Vas a ir a la villa? [5]
COLÁS No.GIL ¿Quieres esperarme?COLÁS Sí.GIL El farol queda encendido;
y aunque no pienso tardar,no obstante, habrás de cuidar 45no se apague, que un descuido¡puede costar muchas vidas!
COLÁS Ya de aquí no me separo.GIL ¡Ve que si se apaga el faro
las naves que estén perdidas 50no acertarán a volver!
COLÁS Se puede usted ir tranquilo,que yo desde aquí vigiloy no hay nada que temer.
GIL Voy a la villa, corriendo, 55a ver si el médico puedevenir.
COLÁS ¡Él!... Pues ¿qué sucede?GIL ¡Que mi hijo se está muriendo!...COLÁS ¡No se detenga usted más!
¡Corra usted! Yo quedo aquí. 60GIL Me voy, confiando en ti...
¡Dios te lo pague, Colás!(Vase por la izquierda.)
Escena III
COLÁS; luego RAMÓN y ARTURO que salen por la derecha, sin reparar en el primero. COLÁS (Mirando al cielo.)
Ya fulguran las estrellasen la bóveda del cieloy los rayos de la luna 65alumbran el mar inmenso.¡Cuán mansamente las olasen la playa van rompiendo [6]al compás de ese murmullodulce, del alma embeleso!... 70
RAMÓN (A ARTURO.)¡Qué subida tan penosa!
ARTURO ¡Ay, Ramón! ¡Yo vengo muerto!RAMÓN Descansemos un instante.ARTURO ¡Qué tontería hemos hecho!RAMÓN ¿Por qué?ARTURO ¡Te parece poco! 75
En vez de dar un paseopor la playa o por el muelle,
como otras tardes hacemos,ir a asaltar ese boteno estando presente el dueño, 80y sin más ni más, lanzarnosimpávidos mar adentro...
RAMÓN ¡Ya has visto con qué solturamanejábamos los remos!
ARTURO ¡Al principio!... Que después... 85RAMÓN El mar ha sido el barquero
echándonos hacia tierra.ARTURO ¡Pero no ha sido sin riesgo!
que en poco más nos estrellaContra las rocas.
RAMÓN ¡El hecho 90es que ya estamos en salvo!
ARTURO Pero... del bote ¿qué hacemos?RAMÓN Dejarle donde se encuentra.
¡Ya le buscará su dueño!ARTURO El caso es que el oleaje 95
le hará añicos por completoContra las peñas.
RAMÓN ¡Que le haga!ARTURO ¡Eso está mal! Su dinero
al patrón le habrá costado.RAMÓN Bien, pues... que compre otro nuevo. 100ARTURO ¿Y si no tiene recursos?RAMÓN Si no los tiene... ¡lo siento
por él!ARTURO ¡Hombre, ten presente [7]
que en broma o no, no hay derechopara despojar a nadie 105de lo suyo!
RAMÓN ¿Y qué remedio?...ARTURO Que hay que evitar que se pierda
esa embarcación.RAMÓN ¡No acierto
cómo!ARTURO La playa está próxima,
y sin emplear esfuerzos 110grandes, podremos el botellevar adonde, a lo menos,no se estrelle.
RAMÓN ¿Yo embarcarmeotra vez?... ¡Ca! ¡Vade retro!¡Hágase cien mil pedazos, 115que lo que es yo, tengo miedoa ser pasto de los peces!...¡Bastantes apuros hemospasado!...
ARTURO ¡Si nos han visto,Puede ser un lance serio! 120
RAMÓN Con que neguemos nosotros...En fin, dejémonos de eso,
y veamos el caminopara volver pronto al pueblo.Ya nos estarán buscando 125nuestras familias, y...
(Sepárase de ARTURO y busca el camino de que habla, escudriñando en todos sentidos.) ARTURO ¡Temo
que nos va a costar muy carala locura que hemos hecho!...
COLÁS (Aparte.) ¡Si el señor Gil estuviese!...ARTURO (Aparte.) Y como llegue a saberlo 130
mi papá...RAMÓN (Reuniéndose a ARTURO.)
¡Estamos lucidos!¡No hay salida! Allá, a lo lejos,se ve gente con antorchas [8]que va y viene por el puertocomo si buscase algo... 135
ARTURO Hay que bajar al momento.RAMÓN ¡No sé cómo! La marea
está sin cesar subiendo,y ya ha anegado el caminoque une a la tierra este cerro 140convirtiéndole en islotecada instante más pequeño.
ARTURO Es decir que...RAMÓN Hasta mañana,
forzosamente tenemosque estar aquí. ¡No hay escape! 145
ARTURO ¡Ay, Dios mío!... ¡Qué tormento!Vamos a buscar el bote.
RAMÓN ¿Sí? ¡Mírale mar adentro!(Indicando.)
ARTURO Hemos hecho un disparate.¿Sabes nadar?
RAMÓN ¡Como el hierro! 150ARTURO ¡Qué conflicto! ¡Qué conflicto!...
Pero, Ramón, ¿estás ciertode que no hay escape?
RAMÓN (Indicando alrededor.) ¡Mira!Nos hemos quedado en mediodel agua, como besugos, 155igual.
ARTURO ¡Buena la hemos hecho!Mi mamá estará, la pobre,llorándome, sin consuelo,como si me estuviera ahogando...
RAMÓN Y ahogado estás... pero, en seco. 160ARTURO Mi papá, en cuanto me vea,
me va a poner, como nuevo.
RAMÓN Si es que no coge una estaca...¡Que eso es lo que yo me temoque haga el mío!
ARTURO Y si recobran 165el bote, (si alguien a vernosAcertó) no tendrán duda [9]de que naufragado hemos.
RAMÓN ¡En fin, que de todos modosse va a armar el gran jaleo! 170Y que esta noche la vamosa pasar en pie derecho,si es que no nos da refugiohospitalario el torrero.
ARTURO ¡Oh! ¡Si él pudiera salvarnos... 175¡Acompáñame! Probemos...
(Van a dirigirse hacia el fondo, mas se detienen al oír a COLÁS.) COLÁS ¡Es inútil, señoritos!RAMÓN ¡Diablo! (Demostrando temor.)ARTURO (Volviéndose.)
¿Quién habla?RAMÓN ¡Es un eco!COLÁS He oído cuanto han hablado,
y acaso hallara el remedio 180que precisan, si pudiesealejarme de este cerro;porque la marea empiezaa subir, y sin gran riesgose puede llegar, andando 185por ciertos sitios, al centrode la altura donde acabala cuesta del faro. Pero...
RAMÓN ¿Y no lo haces?COLÁS ¡Imposible!ARTURO ¡No lo dejes por el precio! 190COLÁS ¡Yo no soy interesado!
(Con altivez.)Lo haría; pero, no puedo.
RAMÓN ¿Por qué?COLÁS (Va a indicar el faro, para justificar la imposibilidad, mas repara que no
arde la luz, y cambia de tono.) Porque... ¡Ay, Dios! ¡No ardeel farol!...
ARTURO ¡Explica!...COLÁS (Corriendo hacia el faro.)
¡Luego!(Vase por el fondo.) [10]
Escena IV
RAMÓN y ARTURO. ARTURO ¿Se burla?RAMÓN No sé qué pasa 195
para correr de tal suerte.¡Vamos a buscarle!(Hace ademán de ir.)
ARTURO (Deteniéndole.) ¡Advierteque es un sagrado esa casa!
RAMÓN ¿Y hemos de esperar su vueltapara marcharnos de aquí? 200
ARTURO ¡Naturalmente que sí!RAMÓN ¡O no! Ya verás.
(Va a dirigirse hacia el faro.)ARTURO (Deteniéndole.) ¡Ven!RAMÓN (Forcejeando.) ¡Suelta!ARTURO ¡Obra alguna vez con calma!
¡Ya ves por ti cómo estamos!RAMÓN Pues, mira que si esperamos 205
a que se le mueva el alma...La marea subirá;no habrá salvación posible;y luego, lo más sensible,será el ver a tu papá. 210Puesto que él llevarnos puede,según él mismo ha expresado,que nos lleve de buen grado,o por fuerza, si no accede.Pero, esto, sin dilación: 215¡Cada minuto que pasa,es un siglo en nuestra casade mortal tribulación!
ARTURO Ofrezcámosle dinero.RAMÓN ¡Si no lo quiere aceptar! 220ARTURO ¡Como lo vea brillar
ya verás si anda ligero!RAMÓN Y si no, pues somos dos, [11]
le obligamos a que ceda,suceda lo que suceda. 225
ARTURO ¡Ve de la razón en pos,sin hacer de fuerte alarde!Más con el ruego se alcanza...
RAMÓN Sí, pero, la noche avanza,y acaso luego sea tarde 230para salvar la marea.
ARTURO ¡Esperemos algo más,Ramón!
RAMÓN ¡Tanto esperarás,que harás que imposible seael recurso que tenemos! 235
ARTURO Si tarda más, le llamamos.
RAMÓN ¡Yo no espero ya!ARTURO (Cediendo.) Pues, vamos.
(Van a dirigirse hacia el foro a tiempo que aparece COLÁS en la puerta de la casa.) RAMÓN Él vuelve sin que llamemos.
Escena V
Dichos y COLÁS. ARTURO (A COLÁS.) ¡Oye, ven! Tú nos has dicho
que acaso remedio hallases 240para llevarnos a tierrasi pudieras alejartede este sitio.
COLÁS ¡Con efecto!ARTURO Pues, atiende. Nuestros padres
desconocen nuestra suerte; 245su ansiedad debe ser grande,y será mayor su angustiacuanto más tiempo se tardeen vernos al lado suyo.¿Por qué, pues, no satisfaces 250nuestro anhelo, acompañándonos [12]hasta esos sitios que sabesconducen a tierra? ¿Quieresdinero? ¿Tienes bastante?(Mostrándole el dinero que lleva.)
COLÁS (Rechazándolo con noble altivez.)Los favores no se cobran: 255si pueden hacerse, se hacendesinteresadamente.Favores hay que, son tales,que todo el oro del mundopara pagarlos no vale. 260
RAMÓN Entonces...COLÁS Pero no puedo
de este lugar alejarme,porque media una promesaa que nada hará que falte.Tal vez dentro de un momento 265quede libre.
RAMÓN (Airado.) Cuando nadiepueda salvar la mareaque nos aísla por instantes.
COLÁS Sé nadar, y al otro ladohay lanchas a centenares. 270
RAMÓN (Ídem.) ¡Bastante hacemos con eso!
ARTURO Y ahora, di, ¿por qué no lo haces?Nadie tu falta sabría...
COLÁS ¡Que yo lo sepa es bastante!Cuatro días ha que, al alba, 275hízose a la mar mi padre,y todos los pescadoreshan regresado a sus lares,sin que noticias me traigande quien con ellos comparte 280las fatigas y peligroslos goces y los pesares.Ninguno ha visto su barca;dónde está, ninguno sabe.Pues bien. Yo me hubiese muerto 285de dolor, de frío y de hambre, [13]sin la ayuda generosade un hombre que se complaceen dar consuelos al tristey asilo al que vaya errante, 290porque todo lo que tieneestá a merced de los mares.Hoy ese hombre, que es esclavodel deber, y también padre,ve que se muere su hijo 295si no le busca anhelantelos auxilios de la ciencia;Y si va a buscarlos, sabeque ha de abandonar su puestosiquiera sea un instante, 300y el abandono suponetantos riesgos, y tan graves,que el pan suyo y el de su hijopeligra. En tan fuerte trance,mi gratitud me encadena 305y me obliga a que le paguetanto bien como le debo.Por eso no he de alejarmehasta tanto que él retorne,tarde mucho, o poco tarde. 310¿No es suficiente motivopara que por nada faltea mi bienhechor?
ARTURO (Aparte.) ¡Es cierto!RAMÓN Total: que habrá que aguantarse
aquí, hasta que la marea, 315que ahora empieza a subir, baje.
COLÁS ¿Puedo hacer más que ofrecermepara después?...
RAMÓN ¡Sí! ¿Tú sabesel camino? Pues, indícaley nos iremos.
COLÁS No es fácil 320a obscuras, sin grave riesgo
de quien al azar se lance. [14]RAMÓN ¡Ea, pues, ven con nosotros,
y acabemos!(Le coge por un brazo.)
COLÁS (Con entereza.) ¡Todo, antesque abandonar este sitio 325donde he prometido estarme!
RAMÓN ¡Arturo, que el tiempo vuela!¡Ayúdame! Hay que obligarlea que baje con nosotros.
ARTURO Ramón... (Vacilando.)RAMÓN (Con imperio.)
¡Cógele!COLÁS (Forcejeando.) ¡Dejadme! 330RAMÓN ¡Has de venir a la fuerza!
(Empujándole hacia el fondo.)ARTURO ¡Oigo pasos!... Se acerca alguien.
Escena VI
Dichos y GIL. GIL (Sale por la izquierda.)
¡Albricias, Colás! ¡Albricias!...Mas... no estás solo... ¿qué es esto?¿Reñían contigo acaso? 335
COLÁS ¡Oh, no! Me estaban pidiendoque bajara a acompañarles.
GIL ¿No conocen el terreno?COLÁS No, señor.ARTURO ¡Y urge vayamos
sin pérdida de momento 340a nuestra casa!
GIL Ahora mismopueden trasladarse al pueblo,que abajo espera una barca.
COLÁS ¿No acompaña a usted el médico?GIL No es menester. Le he contado 345
lo que ocurre a mi pequeño,y él, como ya le conoce,la tranquilidad me ha vuelto [15]diciéndome: «¡No hay cuidado!Mañana estará ya bueno». 350Y me ha dado una recetay traigo un medicamento.
COLÁS ¡Lo celebro, señor Gil!GIL ¡Gracias, Colás! Siempre el cielo
da alivio a nuestras congojas 355en los más tristes momentos.
También te traigo a ti albricias.COLÁS (Con ansiedad.)
¿A mí?GIL ¡Sí!COLÁS (Emocionado.)
Mi padre...GIL Ha vuelto.
Dos días ha que creíaque habías quedado huérfano, 360pues vi zozobrar un barcopescador, allá, a lo lejos.Pero no quise decírtelopor no acrecentar tu duelo.Mas ha poco que tu padre 365ha llegado...
COLÁS (Con alegría.) ¡Dios eterno!
GIL Remolcando un botecilloperdido...
ARTURO (Aparte.) ¡Si será el nuestro!...GIL Que estaba al pie de este faro.RAMÓN ¡Nuestro bote del paseo! 370GIL (A COLÁS, indicando al faro.)
¿Hubo novedad, Colás?COLÁS Una ráfaga de viento
¡cómo es tan fuerte allí arriba!Encontró un cristal abiertoy mató la luz de un soplo. 375Pero subí yo ligerocerré el cristal, y encendíel farol en un momento.
GIL ¡Dios te lo pague, hijo mío!COLÁS (A RAMÓN y a ARTURO.) [16]
Ahora, si gustan, podemos 380bajar, pues tenemos barcapara ir hasta...
RAMÓN (Interrumpiendo.) ¡Vamos presto!
ARTURO El no mostrarte enojadocon nosotros, por lo hechoha un instante, me demuestra 385que eres, Colás, harto buenoperdona si te ofendimos.
RAMÓN ¡Es verdad!COLÁS (Con ingenuidad.)
¡Si no me acuerdo!ARTURO Un abrazo muy apretado
convierta el resentimiento 390en amistad.
COLÁS ¡Y con gusto!(Se abrazan.)
RAMÓN ¡Ven! ¡Otro abrazo cambiemos!...Y vámonos a la barca,
que se va pasando el tiempo,y temo que nos regalen 395nuestros papás algo bueno.(Se abrazan.)
COLÁS Señor Gil... (Despidiéndose.)GIL (Abrazándole.) Al pie del faro
te espera tu padre.RAMÓN Pero,
antes de irnos, es precisoque al auditorio roguemos. 400
COLÁS (Al público.)Un plauso para todossi has quedado satisfecho.
TELÓN