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Enfermedad de Alzheimer (Causas, síntomas, tratamientos y
remedios) Por Sandra Fernández Alonso.
El Alzheimer o enfermedad de Alzheimer es una condición progresiva que destruye la
memoria y otras funciones mentales importantes. Es la causa más común de demencia,
un grupo de trastornos cerebrales que se traduce en la pérdida de las habilidades
intelectuales y sociales. Estos cambios son lo suficientemente graves como para
interferir con la vida cotidiana de la persona.
En la enfermedad de Alzheimer, las células del cerebro se degeneran a sí mismas y
mueren, provocando una disminución constante en la memoria y la función mental.
Los síntomas de la enfermedad pueden mejorar temporalmente con medicamentos y
estrategias de gestión. A veces esto puede ayudar a los pacientes a mantener su
independencia. Pero debido a que no hay cura definitiva para la enfermedad de
Alzheimer, es importante buscar servicios de apoyo lo antes posible.
Más sobre esto en; ¿Qué es la enfermedad de Alzheimer?
Síntomas de la enfermedad de Alzheimer
Al principio, un aumento del olvido o una confusión leve pueden ser los únicos síntomas
de la enfermedad que la persona nota. Pero con el tiempo, el Alzheimer va robando
cada vez más recuerdos de su memoria, especialmente los últimos. La velocidad con la
que empeoran los síntomas varía de persona a persona.
En ocasiones el paciente puede ser el primero en darse cuenta de que está teniendo
dificultad inusual para recordar cosas y organizar sus pensamientos. Otras veces puede
que no reconozca que algo está mal, aun cuando los cambios son notados por sus
familiares, amigos o compañeros de trabajo.
Los cambios en el cerebro asociados con la enfermedad de Alzheimer conducen a
crecientes problemas de:
Memoria: todo el mundo tiene lapsos de memoria ocasionales. Es normal olvidar dónde
puso las llaves u olvidar el nombre de un conocido. Pero la pérdida de memoria
asociada con la enfermedad de Alzheimer persiste y se agrava, afectando la capacidad
para desempeñarse en el trabajo y en casa. Las personas con Alzheimer pueden:
o Repetir las declaraciones y preguntas una y otra vez, sin darse cuenta de que lo han
dicho antes
o Olvidarse de conversaciones, citas o eventos, y no recordarlo más tarde
o Colocar erróneamente las cosas, a menudo poniéndolas en lugares ilógicos
o Finalmente, olvidar los nombres de los miembros de la familia y los objetos cotidianos
Desorientación y mala interpretación de las relaciones espaciales: las personas
con Alzheimer pueden perder el sentido de qué día es, qué temporada, donde están o
incluso sus circunstancias de vida actuales. Esta condición también puede alterar la
capacidad del cerebro para interpretar lo que se ve, por lo que es difícil de entender el
entorno. Con el tiempo, estos problemas pueden conducir a perderse en lugares
conocidos.
Hablar y escribir: las personas con Alzheimer pueden tener problemas para encontrar
las palabras adecuadas para identificar objetos, expresar pensamientos o participar en
las conversaciones. Con el tiempo, la capacidad de leer y escribir también disminuye.
Pensamiento y razonamiento: la enfermedad de Alzheimer provoca dificultad para
concentrarse y pensar, sobre todo acerca de los conceptos abstractos como números.
Puede ser difícil administrar las finanzas, realizar un seguimiento de las facturas y
pagar a tiempo. Estas dificultades pueden progresar a la incapacidad para reconocer y
tratar con números.
Hacer juicios y decisiones: responder eficazmente a los problemas cotidianos, como
colocar alimentos en la estufa o conducir, se vuelve cada vez más difícil.
La planificación y la realización de tareas familiares: una vez que las actividades
rutinarias que requieren pasos secuenciales, como la planificación, la cocción de la
comida o el juego, se convierten en un problema, significa que la enfermedad progresa.
Con el tiempo, las personas con Alzheimer avanzado pueden olvidar cómo realizar
tareas básicas como vestirse y bañarse.
Los cambios en la personalidad y el comportamiento: Los cambios cerebrales que
se producen en la enfermedad de Alzheimer pueden afectar la forma de actuar y cómo
se siente el paciente. Generalmente se experimenta:
Depresión
Ansiedad
Retiro social
Cambios de humor
Desconfianza en los demás
Irritabilidad y agresividad
Cambios en los hábitos de sueño
Desorientación
Pérdida de inhibiciones
Delirios
Muchas habilidades importantes no se pierden hasta que la enfermedad está muy
avanzada. Por ejemplo la capacidad de leer, bailar y cantar, participar en manualidades
y aficiones, contar historias e incluso recordar.
Esto se debe a que la información, habilidades y hábitos aprendidos temprano en la
vida son algunas de las últimas habilidades que se pierden cuando la enfermedad
progresa. Aprovechando estas habilidades la persona puede seguir teniendo éxitos y
mantener una alta calidad de vida, incluso cuando está en la fase moderada de la
enfermedad.
Abunda más en; Los 10 primeros síntomas del Alzheimer y 25 signos y síntomas de la
enfermedad de Alzheimer.
Causas de la enfermedad de Alzheimer
Los científicos creen que en la mayoría de los pacientes, la enfermedad de Alzheimer se
desarrolla por una combinación de factores genéticos, estilo de vida y factores
ambientales que afectan el cerebro a través del tiempo. Menos del 5 por ciento de las
veces, la enfermedad de Alzheimer es causada por cambios genéticos específicos.
Aunque las causas del Alzheimer aún no se entienden completamente, su efecto sobre
el cerebro es claro. Esta enfermedad daña y mata las células del cerebro. Un cerebro
afectado tiene muchas menos células y menos conexiones entre ellas, que un cerebro
sano.
A medida que las células cerebrales mueren, surge una contracción significativa en el
cerebro. Cuando los médicos examinan el tejido cerebral afectado por el Alzheimer bajo
el microscopio, pueden observar dos tipos de anomalías que se consideran
características de la enfermedad:
Las placas: estas acumulaciones de la proteína llamada beta-amiloide pueden
dañar y destruir las células del cerebro de varias maneras, incluyendo la
interferencia con la comunicación de célula a célula. Esto se considera como el
principal sospechoso de la muerte de las células cerebrales en la enfermedad de
Alzheimer.
Los enredos: las células del cerebro dependen de un sistema de apoyo y
transporte interno para llevar nutrientes y otros materiales esenciales a través de
sus largas extensiones. Este sistema requiere la estructura normal y el
funcionamiento de una proteína llamada tau. En la enfermedad de Alzheimer, los
filamentos de la proteína tau giran en ovillos anormales dentro de las células
cerebrales, lo que lleva al fracaso del sistema de transporte. Este fracaso también
está fuertemente implicado en la decadencia y muerte de las células cerebrales.
Más sobre el tema en Causas de la enfermedad de Alzheimer.
Factores de riesgo del Alzheimer
La edad
El aumento de la edad es el factor de riesgo conocido más importante para la
enfermedad de Alzheimer. Esta condición no es parte del envejecimiento normal, pero
el riesgo aumenta considerablemente después de llegar a los 65 años. Casi la mitad de
los mayores de 85 años tienen la enfermedad de Alzheimer.
Las personas con cambios genéticos muy raros, que prácticamente garantizan que van
a desarrollar la enfermedad de Alzheimer, comienzan a experimentar los síntomas ya
en sus 30 años.
Los antecedentes familiares y la genética
El riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer parece aumentar si un familiar de
primer grado, padres o hermanos, tiene la enfermedad. Los científicos han identificado
cambios raros (mutaciones) en tres genes que prácticamente garantizan que si una
persona los hereda, desarrollará la enfermedad de Alzheimer. Pero estas mutaciones
representan menos del 5 por ciento de los pacientes.
La mayoría de los mecanismos genéticos de la enfermedad de Alzheimer dentro de una
misma familia siguen siendo inexplicados en gran medida. Las investigaciones sobre los
genes de riesgo han encontrado hasta el momento el papel de la apolipoproteína E4
(APOE e4). Han sido identificados otros genes de riesgo, pero no se han confirmado de
manera concluyente.
El sexo
Las mujeres pueden ser más propensas a desarrollar la enfermedad de Alzheimer que
los hombres, en parte porque viven más tiempo.
El deterioro cognitivo leve
Las personas con deterioro cognitivo leve (DCL) tienen problemas de memoria u otros
síntomas de deterioro cognitivo peores de lo que cabría esperar para su edad, pero no
lo suficientemente graves como para ser diagnosticados como demencia.
Se dice que tienen un mayor riesgo, pero no una certeza, de desarrollar demencia más
adelante. La adopción de medidas para desarrollar un estilo de vida saludable y las
estrategias de salud para compensar la pérdida de memoria en esta etapa, puede
ayudar a retrasar o prevenir la progresión a la demencia.
Un traumatismo craneal del pasado
Las personas que han tenido un trauma grave en la cabeza parecen tener un mayor
riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
Estilos de vida y la salud del corazón
No se ha demostrado de manera concluyente que exista un factor de estilo de vida
capaz de reducir el riesgo de padecer Alzheimer. Sin embargo, algunas evidencias
sugieren que los mismos factores que ponen en riesgo de enfermedades del corazón
también pueden aumentar la probabilidad de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
Ejemplos incluyen:
Falta de ejercicio
Fumar
Presión arterial alta
Colesterol alto
Niveles elevados de homocisteína
La diabetes mal controlada
Una dieta carente de frutas y verduras
Estos factores de riesgo también están vinculados a la demencia vascular, un tipo de
demencia causada por daños en los vasos sanguíneos del cerebro. En colaboración con
un plan de atención médica, estos factores no solo ayudarán a proteger tu corazón,
también pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar el Alzheimer y la demencia
vascular.
El aprendizaje permanente y el compromiso social
Los estudios han encontrado una asociación entre la participación en actividades
mentalmente y socialmente estimulantes y un menor riesgo de enfermedad de
Alzheimer. Los factores que pueden reducir ese riesgo incluyen:
Los niveles más altos de educación formal
Un trabajo estimulante
Las actividades de ocio mentalmente desafiantes, como leer, jugar o tocar un
instrumento musical
Interacciones sociales frecuentes
Los científicos aún no pueden explicar este enlace. Una teoría plantea que el uso del
cerebro desarrolla más conexiones de célula a célula, lo que protege al cerebro contra
el impacto de los cambios relacionados con el Alzheimer.
Sigue con más en Los genes del Alzheimer: ¿Estás en riesgo?
Complicaciones de la enfermedad de Alzheimer
La pérdida de memoria y del lenguaje, el deterioro del juicio y otros cambios cognitivos
causados por la enfermedad de Alzheimer pueden complicar el tratamiento de otras
condiciones de salud. Una persona con Alzheimer puede no ser capaz de:
Comunicar que está experimentando dolor, por ejemplo, de un problema dental
Informar sobre los síntomas de otra enfermedad
Seguir un plan de tratamiento prescrito
Observar o describir los efectos secundarios de los medicamentos
A medida que la enfermedad de Alzheimer progresa hasta sus últimas etapas, los
cambios cerebrales comienzan a afectar las funciones físicas, como la deglución, el
equilibrio y el control del esfínter. Estos efectos pueden aumentar la vulnerabilidad ante
problemas de salud adicionales, tales como:
La neumonía y otras infecciones: la dificultad para tragar puede hacer que las
personas con Alzheimer inhalen (aspiren) alimentos o líquidos en sus vías
respiratorias y los pulmones, lo que puede causar neumonía.
La incapacidad de controlar el vaciado de la vejiga (incontinencia urinaria) puede
requerir la colocación de un catéter urinario. Tener un catéter aumenta el riesgo de
infecciones del tracto urinario y puede conducir a otras infecciones más graves que
amenazan la vida.
Lesiones por caídas: las personas con Alzheimer se vuelven cada vez más
vulnerables a caer. Las caídas pueden provocar fracturas y son una causa común
de lesiones graves en la cabeza.
Continúa leyendo en; ¿Cuáles son las 7 fases de la enfermedad de
Alzheimer? y Alzheimer de inicio temprano: cuando los síntomas comienzan antes de
los 65 años
Preparación para una cita médica
Una persona puede decidir que quiere hablar con su médico acerca de la pérdida de
memoria u otros cambios cognitivos, o puede buscar ayuda a instancias de un miembro
de la familia que organice su cita y lo acompañe. Es probable que comience acudiendo
a su médico de familia o médico de cabecera, quien puede hacer referencia a un
neurólogo, psiquiatra, neuro-psicólogo u otro especialista para obtener una evaluación
adicional.
Debido a que las citas médicas pueden ser breves y a menudo hay muchos temas que
abordar, es una buena idea prepararse con anticipación. Aquí listamos algunas
sugerencias que pueden ser de mucha ayuda.
Lo que puedes hacer:
Estar al tanto de cualquier restricción previa a la cita. Cuando haga la cita,
pregunte si necesita ayunar para un análisis de sangre o si necesita hacer algo
específico para prepararse antes de las pruebas de diagnóstico.
Anotar todos los síntomas. El médico querrá saber detalles sobre lo que está
causando su preocupación. Tome notas sobre algunos de los ejemplos más
importantes de la falta de memoria u otros lapsos que desee comentar. Por
ejemplo si tiene problemas para encontrar las llaves, o si ha encontrado las llaves
en el congelador. Trate de recordar cuando empezó a sospechar que algo podría
estar mal. Si piensa que sus problemas están empeorando, debe estar dispuesto a
explicar por qué.
Llevar a un familiar o amigo, si es posible. La confirmación de un familiar o amigo
de confianza puede jugar un papel clave en la determinación de que sus
dificultades son evidentes para los demás. Tener a alguien a tu lado también
puede ayudarte a recordar la información proporcionada durante la cita.
Hacer una lista de otras condiciones médicas. El médico querrá saber si
actualmente está recibiendo tratamiento para la diabetes, enfermedades del
corazón, derrames cerebrales anteriores o cualquier otra condición.
Hacer una lista de todos los medicamentos que toma, incluyendo los
medicamentos de venta libre y vitaminas o suplementos.
Preguntas para su médico:
Dado que el tiempo con su médico es limitado, preparar una lista de preguntas le
ayudará a sacar el máximo provecho de la cita. Algunas preguntas pueden ser:
¿Mi cambio de memoria es anormal para mi edad y mis antecedentes de salud?
Si es así, ¿cree que mis síntomas se deben a la enfermedad de Alzheimer?
¿Qué pruebas necesito?
Si mi diagnóstico es la enfermedad de Alzheimer, ¿usted u otro médico podrá
manejar mi cuidado continuo? ¿Puede ayudarme a conseguir un plan para la
atención continua?
¿Qué tratamientos o programas están disponibles? ¿Qué tan efectivos son estos
tratamientos?
¿Qué medicamentos existen? ¿Cuáles son los posibles efectos secundarios?
¿Hay una alternativa a la medicina que me está recetando?
¿Existe algún estudio clínico de tratamientos experimentales que deba considerar?
¿Cómo va a progresar mi enfermedad a través del tiempo?
¿Los síntomas actuales pueden afectar la forma en que manejo mis otras
condiciones de salud?
¿Tiene folletos u otro material impreso que pueda llevar a casa conmigo? ¿Qué
sitios web y recursos de apoyo me recomienda?
Además de las preguntas que ha preparado con anticipación, no dude en preguntar
cualquier cosa que no entienda.
¿Qué esperar de su médico?
Es muy probable que el médico también tenga preguntas para usted. Por ejemplo:
¿Qué tipo de dificultades de memoria y lapsus mentales tiene? ¿Cuándo los notó
por primera vez?
¿Los síntomas son cada vez peor, o a veces mejoran y empeoran?
¿Ha dejado de hacer ciertas actividades, como la gestión de las finanzas o las
compras?
¿Se siente más triste o más ansioso de lo normal?
¿Se ha desorientado últimamente en una ruta de carretera o en una situación que
suele ser familiar para usted?
¿Alguien ha expresado preocupación inusual acerca de su forma de conducir?
¿Ha notado algún cambio en la forma en que tiende a reaccionar ante personas o
eventos?
¿Tiene más energía de lo habitual, menos de lo normal o casi lo mismo?
¿Qué medicamentos está tomando? ¿Está tomando cualquier tipo de vitaminas o
suplementos?
¿Bebe alcohol? ¿Cuánto?
¿Para qué otras condiciones médicas está recibiendo tratamiento?
¿Ha notado algún temblor o dificultad para caminar?
¿Está teniendo problemas para recordar sus citas o cuándo tomar sus
medicamentos?
¿Alguien más en su familia siempre tiene problemas de memoria? ¿Alguna vez
alguien fue diagnosticado con la enfermedad de Alzheimer o demencia?
También te puede interesar; Tipos de demencia.
Pruebas y diagnóstico para la enfermedad de Alzheimer
No hay ninguna prueba específica que confirme que alguien tiene la enfermedad de
Alzheimer. Los médicos hacen un juicio acerca de si la enfermedad de Alzheimer es la
causa más probable de los síntomas, en base a la información que proporciona el
paciente y los resultados de varias pruebas que pueden ayudar a aclarar el diagnóstico.
Los médicos casi siempre pueden determinar si la persona tiene demencia, y a menudo
pueden identificar si la demencia se debe a la enfermedad de Alzheimer. Esta
enfermedad se puede diagnosticar con exactitud sólo después de la muerte, cuando el
examen microscópico del cerebro revela las placas y ovillos característicos.
Para ayudar a distinguir la enfermedad de Alzheimer de otras causas de pérdida de la
memoria, los médicos actualmente suelen basarse en los siguientes tipos de pruebas.
Examen físico y neurológico
El médico realiza un examen físico y es probable que revise la salud neurológica general
probando:
Los reflejos
El tono muscular y fuerza
La capacidad para levantarse de una silla y caminar por la habitación
El sentido de la vista y el oído
La coordinación
El balance
Pruebas de laboratorio
Los análisis de sangre pueden ayudar a descartar otras posibles causas de la pérdida de
memoria y confusión, como los trastornos de la tiroides o deficiencias vitamínicas.
Prueba del estado mental
El médico puede realizar una breve prueba del estado mental para evaluar la memoria
y otras habilidades de pensamiento. Estas pruebas del estado mental se pueden hacer
en períodos tan cortos como en unos 10 minutos.
Pruebas neuropsicológicas
El médico puede recomendar una evaluación más amplia del pensamiento y la
memoria. Las formas más largas de estas pruebas neuropsicológicas, que pueden
tardar varias horas en completarse, suelen proporcionar detalles adicionales acerca de
la función mental en comparación con otras personas “de edad y nivel de educación
similar.
Este tipo de pruebas puede ser especialmente útil si el médico piensa que el paciente
está en una fase muy temprana de la enfermedad de Alzheimer u otra demencia.
También pueden ayudar a identificar patrones de cambio asociados con diferentes tipos
de demencia y a estimar la capacidad para gestionar de forma segura las actividades
importantes, como la toma de decisiones financieras y médicas.
Imagen mental
Las imágenes del cerebro se utilizan principalmente para establecer con claridad
anomalías visibles que se relacionan con la enfermedad de Alzheimer, como accidentes
cerebrovasculares, traumatismos o tumores, que puedan causar un cambio cognitivo.
Las nuevas aplicaciones de imagen pueden permitir que los médicos detecten cambios
específicos del cerebro causados por el Alzheimer.
Las tecnologías de imágenes cerebrales incluyen:
Imágenes por resonancia magnética: esta tecnología utiliza ondas de radio y un
potente campo magnético para producir imágenes detalladas del cerebro. El
paciente debe acostarse en una mesa estrecha que se desliza hacia la resonancia
magnética producida por una máquina en forma de tubo. Las resonancias
magnéticas son indoloras, pero algunas personas sienten claustrofobia dentro de la
máquina y se molestan por el ruido.
Las resonancias magnéticas se utilizan para descartar otras enfermedades que pueden
explicar o se agregan a los síntomas cognitivos. Además, se pueden usar para evaluar
si se ha producido la contracción en las regiones del cerebro implicadas en la
enfermedad de Alzheimer.
La tomografía computarizada (TC): para una tomografía computarizada, los
rayos X pasan a través de su cuerpo desde varios ángulos y una computadora
utiliza esta información para crear imágenes transversales del cerebro. Se utiliza
actualmente sobre todo para descartar tumores, accidentes cerebrovasculares y
lesiones en la cabeza.
Tomografía por emisión de positrones: durante una exploración de este tipo,
el paciente es inyectado con un trazador radiactivo de bajo nivel. Luego se acuesta
en una mesa mientras un escáner rastrea el flujo del trazador a través del cerebro.
El trazador puede ser una forma especial de glucosa (azúcar) que muestra la actividad
general en varias regiones del cerebro. Esto puede mostrar qué partes del cerebro no
están funcionando bien. Las nuevas técnicas de tomografía por emisión de positrones
pueden detectar el nivel de placas y ovillos en el cerebro, las dos alteraciones clave
vinculadas a la enfermedad de Alzheimer.
Las futuras pruebas de diagnóstico
Los investigadores y médicos siguen trabajando para desarrollar nuevas herramientas
que diagnostiquen definitivamente la enfermedad de Alzheimer. Otro objetivo
importante es detectar la enfermedad antes que cause los síntomas específicos. Las
nuevas pruebas bajo investigación incluyen:
Enfoques adicionales a las imágenes del cerebro
Pruebas más sensibles para la capacidad mental
Medición de proteínas clave o proteínas patrones en sangre o líquido
cefalorraquídeo (biomarcadores)
Tratamientos y medicamentos para el Alzheimer
Medicamentos
Los medicamentos actuales para el Alzheimer pueden ayudar temporalmente con los
síntomas de memoria y otros cambios cognitivos. Los dos tipos de medicamentos para
tratar los síntomas cognitivos son:
Medicamentos inhibidores de la colinesterasa: estos funcionan aumentando
los niveles de comunicación química de célula a célula empobrecida en el cerebro
por la enfermedad de Alzheimer. La mayoría de los pacientes logran mantener sus
síntomas a raya durante un tiempo.
Los inhibidores de la colinesterasa comúnmente prescritos incluyen donepezil (Aricept),
galantamina (Reminyl) y la rivastigmina (Exelon). Los principales efectos secundarios
de estos medicamentos son diarreas, náuseas y trastornos del sueño.
La memantina (Namenda): este medicamento funciona en otra red de
comunicación de las células cerebrales y ralentiza la progresión de los síntomas en
casos moderados a severos de la enfermedad. A veces se utiliza en combinación
con un inhibidor de la colinesterasa.
Crear un ambiente seguro y de apoyo
La adaptación de la vivienda a las necesidades de una persona con la enfermedad de
Alzheimer es una parte importante de cualquier plan de tratamiento. Para estos
pacientes, establecer, fortalecer hábitos rutinarios y minimizar las tareas exigentes de
memoria puede hacer la vida mucho más fácil.
Para apoyar el bienestar de la persona y su capacidad continua de desenvolverse, se
pueden tomar las siguientes medidas:
Mantener siempre las llaves, carteras, teléfonos móviles y otros objetos de valor
en el mismo lugar de su casa, para que no se pierdan.
Consultar si el médico puede simplificar su régimen de medicamentos con la
dosificación una vez al día.
Garantizar que sus finanzas estén en pago automático o caja automática.
Desarrollar el hábito de llevar un teléfono móvil con capacidad de localización para
llamar en caso de que estar perdido o confundido. De esa forma las personas
pueden realizar un seguimiento de su ubicación a través del teléfono.
Hacer las citas regulares en el mismo día y a la misma hora siempre que sea
posible.
Utilizar un calendario o pizarra blanca en el hogar para realizar un seguimiento de
los horarios diarios. Construir el hábito de chequear cada aspecto terminado, de
modo que se pueda asegurar su realización.
Retirar los muebles en exceso, el desorden y las alfombras.
Instalar pasamanos resistentes en las escaleras y en los baños.
Asegurarse de que los zapatos son cómodos y proporcionan una buena tracción.
Reducir el número de espejos. Las personas con Alzheimer pueden encontrar
imágenes en los espejos confusas o aterradoras.
Ejercicio
El ejercicio regular es una parte importante para la salud de todos y los pacientes de
Alzheimer no son una excepción. Actividades tales como caminar 30 minutos cada día
pueden ayudar a mejorar el estado de ánimo y mantener la salud de sus articulaciones,
músculos y el corazón.
El ejercicio también puede promover el sueño reparador y prevenir el estreñimiento. Es
preciso que la persona con Alzheimer lleve una identificación si camina solo.
Aquellas personas con la enfermedad de Alzheimer que desarrollan problemas para
caminar pueden utilizar una bicicleta estacionaria o participar en ejercicios de silla. Se
recomienda buscar programas de ejercicios dirigidos a los adultos mayores en la
televisión o en línea.
Nutrición
Las personas con Alzheimer pueden olvidarse de comer, perder interés en la
preparación de comidas o no alimentarse correctamente. También pueden olvidarse de
beber suficiente agua, lo que provoca deshidratación y estreñimiento.
Se recomienda:
Batidos saludables y altos en calorías: los batidos se pueden complementar
con proteínas en polvo (disponibles en tiendas y farmacias) o simplemente hacer
batidos que incluyan sus ingredientes favoritos.
Agua, jugos y otras bebidas saludables: una persona con Alzheimer debe
consumir varios vasos de líquido todos los días. Debe evitar las bebidas con
cafeína, ya que pueden aumentar la inquietud, interferir con el sueño y provocar la
necesidad frecuente de orinar.
Ciertos suplementos nutricionales se comercializan como “alimentos médicos”
específicamente para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer. La Administración
de Alimentos y Medicamentos (FDA) no aprueba dichos productos comerciales. Pese a
las afirmaciones de marketing, no hay datos definitivos que muestren que ninguno de
estos suplementos sea beneficioso o seguro.
Estilo de vida y remedios caseros
Se han realizado varios estudios para confirmar si la dieta, el ejercicio u otras opciones
de estilo de vida saludable pueden prevenir o revertir el deterioro cognitivo. Aunque los
resultados no son del todo concluyentes, está claro que estas opciones saludables
promueven la buena salud en general y pueden desempeñar un papel importante en el
mantenimiento de la salud cognitiva. Dicho esto, es bueno incluir las siguientes
estrategias en el plan de bienestar general:
Se ha demostrado que hacer ejercicio de manera regular tiene grandes beneficios
para la salud del corazón, previene el deterioro cognitivo y ayuda a mejorar el
estado de ánimo.
Consumir una dieta baja en grasas, rica en frutas y verduras es otra opción
saludable para el corazón, que también puede ayudar a proteger la salud
cognitiva.
Los ácidos grasos Omega-3 son buenos para el corazón. La mayoría de las
investigaciones que muestran un posible beneficio para la salud cognitiva utilizan
el consumo de pescado como un criterio para la cantidad de ácidos grasos omega-
3 consumidos.
El compromiso social y la estimulación intelectual pueden hacer la vida más
satisfactoria y ayudar a preservar la función mental.
Sigue aprendiendo en; 8 Mitos sobre el Alzheimer y Tratamientos para la enfermedad
de Alzheimer.
Medicina alternativa
Varias mezclas de hierbas, vitaminas y otros suplementos son ampliamente promovidos
para apoyar la salud cognitiva, prevenir o retrasar la enfermedad de Alzheimer.
Actualmente, no hay pruebas sólidas de que alguna de estas terapias retarden la
progresión del deterioro cognitivo.
Algunos de los tratamientos que se han estudiado recientemente incluyen:
Los ácidos grasos Omega-3: las investigaciones recientes afirman que se han
obtenido datos más fuertes, aunque no son pruebas definitivas, de que los ácidos
grasos omega-3 presentes en el aceite de pescado pueden ayudar a prevenir el
deterioro cognitivo.
La curcumina: esta hierba proviene de la cúrcuma, tiene propiedades anti-
inflamatorias y antioxidantes que pueden afectar los procesos químicos en el
cerebro. Sin embargo hasta el momento, los ensayos clínicos no han encontrado
ningún beneficio para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer.
Ginkgo: es un extracto obtenido de dicha planta que contiene varias sustancias a
las que se les atribuye propiedades beneficiosas para tratar la enfermedad de
Alzheimer. Sin embargo, un amplio estudio realizado para confirmarlo demostró
que no posee ningún efecto para prevenir o retrasar la enfermedad de Alzheimer.
Es importante aclarar que los suplementos promovidos para la salud cognitiva pueden
interactuar con los medicamentos que el paciente está tomando para la enfermedad de
Alzheimer u otras condiciones de salud. La persona debe trabajar en estrecha
colaboración con su equipo de atención médica para crear el plan de tratamiento más
adecuado, asegurándose de entender los riesgos y beneficios de todo lo que esto
incluye.
Abunda más en; Tratamientos alternativos para el Alzheimer: lo que debes saber.
Afrontamiento y apoyo
Las personas con la enfermedad de Alzheimer experimentan una mezcla de emociones:
confusión, frustración, ira, miedo, incertidumbre, dolor y depresión.
Si usted está cuidando a alguien con Alzheimer, puede ayudarle a enfrentar la
enfermedad estando a su lado para escucharle, tranquilizarle, brindarle su apoyo y
hacer todo lo posible para que dicha persona mantenga la dignidad y el auto- respeto.
Un entorno familiar tranquilo y estable puede ayudar a reducir los problemas de
comportamiento. Las nuevas situaciones, el ruido, los grandes grupos de personas o las
tareas complicadas pueden causar ansiedad. Cuando una persona con Alzheimer se
enoja, la capacidad de pensar con claridad disminuye aún más.
El cuidado del cuidador
El cuidado de una persona con la enfermedad de Alzheimer es física y emocionalmente
exigente. Los sentimientos de ira y culpa, el estrés y el desánimo, la preocupación, el
dolor y el aislamiento social son muy comunes.
El cuidado puede afectar incluso la salud física del cuidador. Si ese fuera el caso,
recuerde que prestar atención a sus propias necesidades y bienestar es una de las
cosas más importantes que puede hacer por esa persona que padece Alzheimer.
Si eres cuidador de un paciente con la enfermedad de Alzheimer, puedes ayudarte a ti
mismo de la siguiente manera:
Aprendiendo todo lo que puedas acerca de la enfermedad.
Haciendo preguntas a los médicos, trabajadores sociales y otras personas
involucradas en el cuidado del paciente.
Pidiendo ayuda a amigos u otros miembros de la familia cuando la necesite.
Tomando un descanso todos los días.
Pasando tiempo con tus amigos.
Cuidando tu propia salud, comiendo alimentos saludables y haciendo ejercicio.
Uniéndote a un grupo de apoyo
Haciendo uso de un centro local de día para adultos, si es posible.
Muchas personas con Alzheimer y sus familiares se benefician con el asesoramiento y
los servicios de apoyo locales. Póngase en contacto con uno de estos grupos en su
localidad.
Más sobre el tema en; Alzheimer: cuidados en la etapa más avanzada y final de la vida.
Prevención del Alzheimer
En este momento, no hay una forma comprobada para prevenir la enfermedad de
Alzheimer. Las investigaciones sobre las estrategias de prevención siguen en curso. La
evidencia más fuerte hasta el momento sugiere que es posible reducir el riesgo de
desarrollar la enfermedad al reducir el riesgo de enfermedades del corazón.
Esto se debe a que muchos de los factores que aumentan el riesgo de enfermedad
cardíaca también pueden aumentar el riesgo de la enfermedad de Alzheimer y la
demencia vascular. Los factores más importantes que pueden estar involucrados
incluyen la presión arterial alta, el colesterol alto, el exceso de peso y la diabetes.
Se están desarrollando nuevos programas dirigidos a las personas con alto riesgo de
demencia. Estos programas multi-componentes fomentan la actividad física, la
estimulación cognitiva, el compromiso social y el consumo de una dieta saludable.
Además enseñan estrategias de compensación de memoria que ayudan a optimizar la
función diaria, incluso si los cambios cerebrales progresan. Mantenerse activo física,
mental y socialmente, puede hacer la vida más agradable y también puede ayudar a
reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
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