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Segunda PEC Prehistoria II. Jose Ramón Rodrigo González. Centro asociado Gregorio Marañón. 52106371D.
EJERCICIO 1: Un estudio sobre la evolución de las espadas desde los inicios
de la Edad del Bronce hasta finales de la Segunda Edad del Hierro.
1. Bronce Antiguo y Medio. Egeo y Grecia.
En el Bronce Antiguo y Medio en las islas Cícladas a comienzos del III milenio, la metalurgia
ya había comenzado a diseñar armas, aunque no son las espadas las más representativas, sino
las puntas de lanza y los puñales.
La evolución de los puñales largos estaría encaminada a la producción de espadas, destacan
en este sentido los largos puñales, casi espadas que se encontraron en Amorgos (isla de las
Cicladas).
En el Bronce Medio, algunas de las islas Cícladas aparecen fortificadas, lo que denota un
sentimiento de inseguridad y la preparación de una parte de la sociedad para la guerra, lo que
llevaría aparejado la evolución del armamento desde el periodo del Bronce antiguo. La
generalización del Bronce da la oportunidad a la producción de nuevas armas, entre ellas
espadas. Uno de los puntos de producción importante con respecto a la metalurgia será
Mallia, además los contactos que ahora realiza la isla de Creta, con Egipto, Próximo Oriente y
la Grecia continental, tendrán su influencia en el desarrollo de algunas armas.
En la creta Neopalacial coincidiendo con el apogeo de la isla y el desarrollo de sus centros
palaciales, es cuando tiene comienzo el desarrollo de las espadas tipo A, éstas recuerdan a los
primitivos puñales que se desarrollan en la primera parte del III milenio a.C. Algunas de estas
espadas tienen un contexto más religioso que guerrero y su posesión en la sociedad sería un
reflejo de su estatus. La mayoría de las espadas son encontradas en las tumbas masculinas,
acompañadas también de otro tipo de ajuar y de lanzas o puñales. Por otro lado, tablillas
encontradas en Knossos atestiguan la fabricación de espadas, pero sin llegar a ser una
autentica industria.
Durante este Bronce Medio la tipología de las espadas están representadas por el tipo de
empuñadura, el diseño y evolución de esta.
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Cuadro nº1.
La figura b representa la espadas de tipo A, se puede apreciar como varían los tamaños
pero la evolución más destacada entre la espada tipo A y B, (b, c en la imagen) es la
empuñadura para reforzar el mango, que era sujeto por remaches y siendo este el punto débil
de las espadas. Las figuras d y e son una de las evoluciones que se expandirán por todo el
Egeo, estas tienen la lengüeta en forma de T, el motivo de su forma sigue siendo un mayor
refuerzo de la empuñadura.
Con la desaparición de Knossos en 1300 a.C. es Micenas quien ocupa un papel
predominante en el mediterráneo oriental. Se construyen grandes ciudadelas con importantes
murallas, y se aplica a la arquitectura algunas técnicas para una mejor defensa ante un ataque
o asedio. Ejemplo de ello son las ciudades de la propia Micenas y Tirinto, las cuales dotan a su
edificación algunos medios como asegurarse el abastecimiento de agua o la utilización de
poternas para emboscar al enemigo. Los elementos hallados por la arqueología muestran una
sociedad preparada y pertrechada para el combate, además de realizar tareas propias de una
economía agrícola-ganadera y poseer un sistema de administración complejo y burocrático.
Los textos de lineal B, hablan de un wanax que significa “jefe del pueblo” y de un
Lawagetas, “jefe de la tropa”, esto muestra una sociedad jerarquizada en el que una parte de
ella es guerrera o está militarizada. El arte también muestra esa faceta guerrera de una parte
de la sociedad, ejemplo de ello es “Vaso de los Guerreros”, donde se ve a una serie de
soldados pertrechados para el combate.
Son las tumbas micénicas de los círculos A y B donde se han encontrado algunos de los
tipos de espadas, utilizados por una parte de esta sociedad. Junto a un ajuar rico en elementos
suntuarios, joyas y otros elementos aparecen las espadas junto a otros elementos guerreros.
Probablemente las espadas encontradas en estos ajuares, no serían para el combate, sino que
tendrían una función de ritual funerario. No obstante se han hallado también otros tipos de
espadas orientadas al combate.
Esta imagen corresponde a un tipo de daga hallada
en el círculo A, que se data en el Heládico Reciente. Se puede apreciar además de su rica
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decoración, los remaches que sujetarían la hoja a la empuñadura. Por otro lado, las espadas
para combate estarían entre los modelos que surgen a partir de la fig. D del cuadro 1., son
espadas realizadas para golpear con el filo.
Ejemplo de espada micénica, tipo f
Desde un punto de vista social y económico, la evolución de las espadas y su tipología
responden a la demanda que las sociedades jerarquizadas pudieron hacer de este tipo de
armas, tanto de Creta como de la Grecia continental. En ambas regiones existe una elite social
que dispone de este armamento y otros instrumentos de guerra, algunos de estos pertrechos,
denotan por su terminación su pertenecía a una clase dirigente enriquecida, posiblemente
gracias al comercio o al control que se ejerce sobre las rutas comerciales que existen entre
Próximo Oriente, Egipto y las islas griegas entre las que se incluye la propia Creta. También la
relación con culturas de Oriente y Egipto influiría en los artesanos, realizando producciones
que se asemejasen a lo realizado en estas áreas o aplicasen los conocimientos para producir
sus propios tipos. Desde el punto de vista artesano se busca en algunas ocasiones un producto
ornamental, es decir, un armamento que no se emplea en la guerra, sino que puede tener un
significado simbólico ritual o religioso, o simplemente engrandecer la figura de algún personaje
de la elite guerrera o gobernante, el otro punto de vista es el de una búsqueda de efectividad y
durabilidad del arma, empleada ésta como un elemento de combate.
2. Europa Central, Oriental, Norte y Regiones Atlánticas.
2.1 Europa oriental.
En el segundo milenio a.C. en la zona oriental hay dos grandes culturas representadas por
Monteoru y Otomani. En el segundo periodo de la Edad de Bronce, en torno a 1700-1500 a.C.
se llevaría a cabo un empleo más intensivo del Bronce, éste repercutiría en la fabricación de
armas y el aumento de éstas.
Ambas culturas están jerarquizadas por una elite guerrera, que pondrá un importante
empeño en el control de la explotación de metal, lo que les garantiza una base de riqueza,
adquiriendo también un papel importante la actividad comercial. Sus poblados se erigen en
zonas fácilmente defensivas, además utilizan elementos defensivos como murallas o fosos,
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todo ello indica que una parte de su sociedad debía estar vinculada a la milicia o grupo
guerrero. Este factor guerrero de las sociedades, es un hándicap para el desarrollo de las
armas y por tanto de las espadas.
Tanto Monteoru como la cultura Otomani, están influenciados por la cultura helena, de la
cual obtienen elementos como las espadas, en el caso de la cultura Otomani, ésta elaborará
sus espadas donde incluiría en el las hojas elementos de decoración propios de la cultura
helena como dibujos de espirales. Por lo que respecta a su morfología estas espadas serían de
dos filos, con una longitud de entre 20-30 cm, es decir una espada corta, con una empuñadura
o lengüeta realizada también en algún material como la madera o el marfil que estarían sujetas
a la hoja con remaches y con un nervio en su zona central que le da mayor resistencia.
2.2 Europa Central.
Una de las culturas destacadas en esta zona central de Europa es la cultura de Únetice, esta
cultura no destacará el uso de las espadas, sino el de los puñales de hoja triangular, que han
sido hallados en las tumbas de mayor relevancia y que muestran una elite social que tendría
un papel dirigente.
Su sucesora la Cultura de Túmulos, pues esta cultura vendrá a ocupar los territorios
ocupados por la Cultura Únetice, en su fase de plenitud desarrollará también una tipología de
espadas con una nervadura central y que estarían dotadas de un doble filo, diseñadas como las
espadas helenas para asestar golpes con el filo. Su contacto con la cultura micénica del Bronce
medio, debió de influir en la elaboración de las tipologías de espadas, ya que esta cultura
también al igual que Únetice, llevaría a cabo una importante comercialización de productos.
Además su situación geográfica le permitiría entrar en contacto con las culturas del norte de
Europa, de las cuales obtendría material como el ámbar con el que llegaría a comercializar.
Ejercerían también un cierto control sobre las rutas comerciales. El desarrollo comercial y
metalúrgico debió de ser un factor principal para desarrollar en el Bronce Medio, la producción
y uso de espadas.
Modelo espada Cultura de Túmulos.
El modelo g del cuadro nº 1 guarda similitud con el tipo de espada de la Cultura de
Túmulos. La lengüeta aparece perforada para sobre poner en ella algún tipo de empuñadura.
Poseían una nervadura central que les daría mayor rigidez a la hoja, separada ésta en dos filos
que convergen en punta, con la que además se podría asestar un estoque, aunque
probablemente estas se usaran producir el corte con el filo de la hoja.
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2.3 Norte de Europa y Regiones Atlánticas.
En la región del norte de Europa en el Bronce Pleno, a mediados del II milenio, en el Bronce
Pleno se desarrolla notablemente la metalurgia. En estas regiones del norte de Europa como la
actual Dinamarca, se lleva a cabo un fructífero comercio de ámbar, con el que conseguirán
materiales como el cobre y estaño con el que desarrollar su metalurgia. Entre los restos
arqueológicos de estas culturas, se han llegado a hallar algunos tipos de espadas, donde su
lengüeta sería adornada con empuñaduras de ámbar y oro, un claro manifiesto del nivel de
riqueza alcanzado por las jefaturas de estos pueblos.
En la imagen se puede apreciar la lengüeta y la forma de U de la parte que se uniría a la
hoja de la espada. En esa forma de U se puede ver los remaches con los que se adhería la hoja,
posiblemente su hoja se asemeje a las de centro Europa, con un doble filo convergente en una
punta y utilizada para asestar golpes cortantes. Se puede observar como al final de la lengüeta
se aplica una especie de reborde, con la misión de poder obtener una mayor sujeción y así
también una mayor destreza.
De las regiones atlánticas destacara la tipología de espada
denominada Saint Brandan. Se datan en el Bronce Medio, momento en
el que la producción metalúrgica del bronce tiene un mayor auge que
en el periodo anterior. En esta área de la región atlántica destaca la
cultura de los túmulos Armoricanos, donde los restos fúnebres
hallados, muestran un rico ajuar con sepulturas construidas con sillarejo
y cubiertas por montículos. A su vez se han hallado otras menos ostentosas por lo que la
sociedad estaría estratificada y diferenciada. Son estas tumbas de mayor riqueza donde se han
hallado el tipo de espadas que parece estarían reservadas sólo para ese tipo de elite social y
que además de como arma podría funcionar como un símbolo de prestigio que acompañaba al
difunto en su tumba.
En la imagen se puede apreciar una espada similar a las
encontradas en los ajuares funerarios, de las tumbas
pertenecientes a las jefaturas de algunos de estos pueblos de
la región atlántica. En concreto, este tipo aparece en la región
francesa de Bretaña y el modelo se data entre el Bronce medio
y Final. En ella se puede apreciar el doble filo, con una nervadura en la zona central, que baja
hasta la base de la espada, donde se aloja también una lengüeta casi en forma de U, y en la
que al igual que en la zona del norte de Europa, se encuentra con unos remaches que sujetan
la hoja.
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3. Bronce Final evolución de la espada.
El contexto en el que se desenvuelve la evolución de la espada en este periodo que va
desde mediados del siglo XIII a.C hasta el siglo VIII a.C. está marcado por grandes cambios
tanto a nivel social como económico.
Desde el punto de vista metalúrgico que está más relacionado con la producción de
espadas, es el momento en el cual se generaliza el uso del bronce. Las producciones tanto de
cobre como de estaño sufren una mayor demanda, este último hace que las regiones
atlánticas adquieran un papel destacado. Se llevan a cabo nuevas técnicas para la extracción
de los metales, y a nivel de producción metalúrgica se perfeccionan los hornos de fundición y
moldes bivalvos. Todos estos factores están directamente ligados a como cambiará y se
desarrollará la producción de espadas.
El comercio es otra de las actividades que más desarrollo tendrán, metales, sal y otros
productos de intercambio reactivarán las relaciones comerciales. Por tanto el intercambio
también beneficia a la divulgar los distintos modelos de espada y también sus evoluciones.
La cultura de Campos de Urnas será protagonista en la mayor parte del continente
europeo, desde las zonas orientales hasta el norte de la Península Ibérica. En esta cultura
existen grandes poblados fortificados, con la realización de murallas, fosos y terraplenes. Sus
sociedades disponen de clanes guerreros, que forman elites, en sus ajuares se muestra parte
de los elementos guerreros como las espadas o hachas y cascos. Este interés por la seguridad y
control de los recursos e incluso de las vías de comercio, harán que proliferen las innovaciones
en distintas armas, tanto las de protección como las de ataque en las que se incluyen las
espadas. Otras regiones como el atlántico norte, Península Ibérica o la Europa Nórdica,
también incluyen este tipo de sociedades, por lo que también desarrollarán influenciados por
otras zonas de Europa distintos tipos de armas incluyendo las espadas, aunque realizaran sus
modelos en los talleres locales, algo que dará exclusividad y diferenciación a los distintos tipos
de espadas que aparecen en este final del Bronce.
Por lo que respecta a las espadas vinculadas a estas elites guerreras, se desarrollan varias
tipologías, esto pone de manifiesto la diversificación de los talleres de fundición, mostrando
con ello las diferencias en la elaboración y finalización de las espadas.
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Cuadro nº2. Espadas, (según Eiroa)
Entre las distintas tipologías de espada en el momento inicial del Bronce Final están las
espadas de Monza. Son espadas con una lengüeta espigada y reforzada con remaches para su
inserción en la empuñadura. En la imagen del cuadro corresponde a la espada nº 7.
Es otra imagen de este tipo de espada de
espiga, es un dibujo de la espada de Carcabuey en Córdoba. Esta tiene similitud con la de
Monza, en Francia, aunque carece de remaches y probablemente sea una variante regional.
Esta es otra imagen de las espadas de tipo Monza, hallada en Francia. En la imagen se
puede ver que si posee los orificios para albergar y sujetar la lengüeta. Son hojas de más de 50
cm. Son espadas de doble filo y donde se aprecia un mayor trabajo artesano sobre la hoja y
con una nervadura que le da un importante refuerzo. Esto último persigue el dar una mayor
durabilidad y la menor posibilidad de rotura de la hoja.
Las de Rixheim son otro tipo de espadas del principio del Bronce final, datadas entre el
1200 y 1000 a.C. En el cuadro nº2 ejemplo de éstas serían (nº 2, nº3).
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Todos ellos son ejemplos del tipo Rixheim, sus diferentes tipologías presentan distintas
lengüetas y por otro lado se aprecia como algunas de ellas en la lengüeta posee una serie de
orificios para los remaches que sujetaran las distintas empuñaduras. Todas ellas poseen
nervaduras en las hojas con el objetivo de hacer perdurar más la hoja y hacer más difícil su
rotura, poseen doble filo que converge en la punta distal y todas ellas tienen dimensiones que
superan los 50 cm de longitud. Las diferencias en las lengüetas además de responder a la
diversidad de talleres metalúrgicos, es la búsqueda también de perfeccionar esa parte del
arma, en concreto su adherencia a la empuñadura y que no sea un punto de rotura, además de
facilitar el manejo y destreza para quien la porta.
En una evolución con respecto a la empuñadura, aparece el pomo macizo. Este elemento
daría un mayor equilibrio a la espada, lo que facilitaría también una mejor destreza, además de
ser un elemento también ofensivo con el que poder golpear al oponente. También estarían las
de empuñadura maciza que buscan dar mayor garantía de durabilidad y de equilibrio para el
arma.
Son ejemplos del tipo de espadas con una empuñadura maciza y en ellas se aprecia el
pomo. Por lo que respecta a sus hojas son de doble filo con distintas nervaduras. En algunas de
ellas se sigue apreciando los remaches que unen la lengüeta con la hoja.
Las espadas de hoja pistiliforme son otro de los modelos que evolucionan en el inicio de
este Final del Bronce.
Ejemplo de la espada pistiliforme y distintas empuñaduras todas ellas son de tipo atlántico,
aunque los intercambios conducirán a que este tipo de espada evolucione y se expanda,
siendo el centro de Europa y la zona occidental atlántica donde han tenido lugar un mayor
número de hallazgos. Una de las principales novedades en esta tipología de espada es la unión
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entre la lengüeta y la hoja. En ningún momento aparecen los remaches que aparecían en otros
modelos y que tenían como función sujetar la lengüeta con la hoja. Para su elaboración se
recurría a un molde, posteriormente la hoja podía recibir algún tratamiento en la forja y
también algún tratamiento para endurecer el metal.
Las espadas de “lengua de carpa” son otro modelo que comienza a aparecer entorno al
siglo X a.C. y perdurará hasta mediados del siglo VIII a.C. Como elemento diferenciador con las
pistiliformes es su hoja, ésta presenta un marcado estrechamiento en la zona distal, lo que la
otorga una hoja que acaba en una punta con la que poder asestar estoques y no sólo limitarse
al corte de cualquiera de sus dos filos.
En la imagen aparecen distintos tipos de lengüeta para las espadas de “lengua de Carpa”, se
puede apreciar distinto número de perforaciones para los remache, por lo que dispondrían de
distintos enmangues o empuñaduras, las guardias también serían distintas, se aprecia también
que en la aproximación a la lengüeta, su acabado es distinto. Todas estas diferencias marcan
las distintas tipologías de las cuales dispuso este tipo de espada, pues su expansión se realizó
por toda Europa, desde la Península Ibérica, Centro, Este de Europa, regiones atlánticas, e
incluso llegando también al Mediterráneo central e Islas Británicas.
4. La evolución de la Espada en la Edad del Hierro.
Los prehistoriadores datan el inicio del hierro en el año 700 en la Europa Templada, aunque
el conocimiento del metal ya era anterior. Los inicios de la metalurgia del hierro están
marcados por la dificultad que con lleva su elaboración; el proceso de carburación y el
templado. Incluso en la segunda edad de hierro, muchos talleres de Europa no poseen todavía
gran destreza en el templado.
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El entorno o contexto donde se comenzarán a desarrollar las primeras espadas de hierro, es
el final del Bronce y comienzos del Hierro en su primera edad. De manera que la producción de
espadas serán coetáneas durante un periodo, para luego terminar desarrollándose sólo las de
hierro. En un principio durante los siglos VIII y VI los objetos de hierro son elementos de
prestigio, dirigidos a unas pocas elites sociales, en concreto a sus jefaturas guerreras y entre
estos objetos de hierro, es la espada uno de los más destacados.
Estas sociedades guerreras disponen de una elite y de una jefatura o príncipe que dirige los
distintos pueblos, una estructura social que ya está presente en el Bronce y que durante la
Edad del Hierro perdura y se desarrolla. Al igual que en el Bronce se mantiene una sociedad
guerrera necesitada de armamento, tanto defensivo como de ataque. Las jefaturas guerreras
mantienen el control mediante su destreza militar además están en posesión de controlar las
producciones de hierro. Estas elites harán de sus poblados sus residencias, y ejercerán un
control sobre el territorio, en el que se incluyen también las vías de comercio, estos dos
hechos junto a la concentración de población en un poblado, que es también un punto de
producción y distribución hacen adquirir al poblado un mayor grado de importancia, por lo que
se hace necesario tanto para la elite guerrera como para la población disponer de un
armamento y de elementos defensivos tanto naturales como artificiales.
Es también un periodo de crecimiento económico basado en la producción e intercambio
de artículos como las materias primas y otros productos donde destacan los provenientes de la
zona griega y fenicia o de sus colonias mediterráneas que abastecerán de productos de lujo a
las mencionadas elites o jefaturas guerreras del interior del continente.
La segunda edad de hierro trae consigo un cambio marcado por necesidades
socioeconómicas que convertirán el uso del hierro en un objeto de uso generalizado e
imprescindible, además el comercio entonces será mucho más abierto que en los inicios del
periodo de la edad del Bronce.
Tras la cultura de Campos de Urna, se rompe la costumbre del rito de incineración que
mantenía esta cultura. Destaca en la Europa templada en las regiones de Francia y Alemania la
Cultura de Hallstat, entre los siglos VIII y VII. En su cultura metalúrgica los objetos de mayor
prestigio son las espadas, conocidas gracias a los suntuosos y ricos ajuares presentes en su
elite guerrera, sus tumbas han destacado de manera notable por los distintos elementos que
acompañan al difunto, llegando a ser denominadas
como “tumbas principescas”. Entre los ajuares
destacan dos tipos de espadas; las del tipo
Midelheim que poseen un pomo macizo y con una
peculiar forma de sombrero, que podría cumplir la función de guardia, una protección para la
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mano de quien porta la espada. Este tipo de sombrero en muchos caso era ricamente
decorado con un recubrimiento de oro, se trataría de una espada de doble filo pero dispuesta
con una punta cortante.
Otra de las espadas a destacar son las denominadas de “antenas”. Estas ya aparecen en el
bronce y también se desarrollan en esta primera edad del hierro en la cultura de Hallstat, pues
durante sus inicios convivirían los dos materiales para el diseño de las espadas.
Su evolución morfológicamente está en la empuñadura, en concreto en las formas que hoy
día se denominan “antenas”. Desde un principio en las empuñadura aparece unas especies de
“antenas” con forma de discos posteriormente evolucionarían hacia unas formas globulares
que finalmente terminarían diseñándose con unos simples remates. Es un tipo de espada que
con distintas morfologías para su empuñadura se extenderá de manera notable por Europa,
desde las Islas Británicas hasta el norte de la Península Itálica, Balcanes y Península Ibérica.
Las hojas de estas espadas como las halladas en la Península Ibérica, aparecen con
acanaladuras con el objetivo de aligerar el arma, poseen un doble filo y una punta por lo que
se emplearía como arma cortante y de estoque. Muchas espadas de este tipo presentan la
técnica del nielado de plata y oro o incluso incrustaciones de algunas piedras. Hay que
destacar también las fundas de estas espadas, donde se ha llevado a cabo una labor de
embellecimiento. Este refinado trabajo muestra el interés por la opulencia y prestigio a quien
finalmente las portaba. Es este un ejemplo de la riqueza acumulada en estas sociedades
guerreras, por los caudillos o príncipes hallsáticos, los únicos con recursos para poder obtener
este tipo de elementos y que están presentes en las denominadas “tumbas principescas”.
La segunda Edad de Hierro en la Europa Templada es conocida bajo el calificativo de la
Cultura de la Tène. El nombre es el epónimo del yacimiento que da nombre a esta cultura y
que ha proporcionado un importante número de restos arqueológicos, entre los que se
encuentran objetos de producción metalúrgica como las espadas. La cultura de la Tène se
prolongaría desde el siglo V a.C. hasta la mitad del siglo I a.C. y se expande por toda la Europa
Central y para con el tiempo expandirse hacia las Islas Británicas, interior de la Península
Ibérica, Norte de Italia, Balcanes, Norte de Grecia y la Península de Anatolia.
En la cultura de la Tene, en los enterramientos escavados, es donde se ha podido obtener
ejemplos de las distintas espadas con las que algunas minorías de su sociedad se enterraban.
En estos enterramientos no hay la opulencia que en la cultura de Hallstat, no son “tumbas
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principescas” pero si una determinada suntuosidad que quiere reafirmar la posición alcanzada
por el difunto y entre los objetos hallados se encuentran como elementos de prestigio las
espadas.
En la sociedad lateniense el modelo de liderazgo estuvo al igual que anteriormente en la de
Hallstat, en una jerarquía militar, con unos lideres guerreros y ciertas cohortes militares bajo
su mandato. Esto muestra un panorama militar donde las armas tienen un papel destacado en
la sociedad. Por otro lado las razzias destinadas al saqueo, ocupación de tierras y la
competencia entre los distintos caudillos, mostrarían una cultura militar en la sociedad.
En la segunda edad de hierro dentro de la cultura lateniense, en referencia a la metalurgia
se produce una intensificación de la producción en las minas, además de un incremento en
todos los artículos de hierro. En lo que refiere a la producción de las espadas hay una
diversidad de tipologías, que responden a una producción y estilo local o una generalización de
un modelo en un determinado territorio. Entre los siglos V-III se realizará una producción de
espadas cortas, pero su evolución mostrará una serie de espadas largas capaces de superar
incluso el metro de longitud, con una lengüeta de espiga y de doble filo.
Durante toda la segunda Edad del Hierro se siguieron diseñando en Europa distintos
modelos de espada, todas ellas con un doble filo y una punta cortante. Las tipologías estarían
marcadas por las distintas longitudes de las hojas, que presentan acanaladuras y nervios para
hacer que éstas sean más manejables aligerando la hoja o con las nervaduras más resistentes,
además de variaciones en el proceso del forjado. Las empuñaduras varían y son frecuentes las
espadas de antenas, con un pomo macizo o empuñadura maciza. Hay que destacar en la Edad
del Hierro en el sudeste de la Península Ibérica, la utilización de la falcata.
La falcata era una espada de hierro originaria de Iberia, relacionada con las culturas
indígenas de la Península, los pueblos íberos o los celtíberos que se asentaban en los límites
cercanos a los primeros. Es una espada de medio metro, un arma de doble filo pero que sólo
ocupa una parte próxima a la punta, de manera que también debió emplearse como arma de
estoque. Su hoja presenta acanaladuras con el objetivo como en otras tipologías de aligerar el
arma, por otro lado, estas acanaladuras permitieron el embellecimiento de estas armas con
una decoración en damasquinado rellenando las incisiones realizadas en la hoja con hilos de
plata. Su particularidad fue la gran calidad del hierro y la técnica con la que se forjaban, que les
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daba una dureza y flexibilidad destacada. Sus lengüetas se retuercen y forma un ángulo curvo
en el cual se terminaba con algún tipo de forjado de figura, como una cabeza de caballo. Junto
con la espada de antenas presente también en la Península, más en las zonas de influencia
celta, pudieron haber servido como referente a la Gladius Hispaniensis en el siglo III a.C. Que
sería también una espada corta con doble filo, que los romanos desarrollaron. Era un arma de
ataque rápido de estocada, por tanto podía emplearse para dar un corte o estocada al
enemigo.
Bibliografía y Webgrafía, Ejercicio nº1:
Prehistoria II. Las Sociedades Metalúrgicas. Ana Fernández Vega.
La guerra en el mundo antiguo. Philip De Souza. Ediciones AKAL.
POLEMOS. Le contexte guerrier en égée á l´age du Bronze. Université de Liége. Editado por Robert Laffineur.
Introducción a la prehistoria: La evolución de la cultura humana. Josep
M. Fullola i Pericot, Jordi Nadal Lorenzo. Editorial UOC.
Memorias perdidas: Grecia y el mundo oriental. Francisco Javier Gómez
Espelosín. Ediciones AKAL. 2013.
http://www.uclm.com/profesorado/cpoyato/armas.htm.
Blog de Ana Vázquez Hoys.
http://artefacts.mom.fr/en/home.php
Documentos:
La Técnica de Construcción de Algunas Espadas de Antenas de la Meseta. Francisco Javier García Lledó.
Las espadas en lengua de carpa-aspectos morfológicos, metalúrgicos y culturales. Trabajos de Prehistoria 67, Nº2 ISSN 0082-5638. Dirk Brandherm, Magdalena Moskal-del Hoyo. http://tp.revistas.csic.es/index.php/tp/article/viewArticle/338.
ESPADAS Y PUÑALES DEL BRONCE FINAL: EL DEPÓSITO DE ARMAS DE PUERTOLLANO (CIUDAD REAL).IGNACIO MONTERO RUIZ MACARENA FERNÁNDEZ
RODRÍGUEZ BLANCA GÓMEZ TUBIO Mª ANGELES ONTALBA SALAMANC
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EJERCICIO 2:
Realice una correspondencia entre las figuras y los temas que le proponemos
en esta PEC. Finalmente, inserte cada figura/tema en su marco geográfico.
Tema A: Círculo funerario A .Vaso de los Guerreros. Fig. nº2
La Crátera está datada en el HR III C, momento en el que se desarrollan distintos
estilos locales, en este caso es el segundo estilo pictórico. En las cerámicas de este
periodo aparecen composiciones figurativas, en este caso el desfile de unos guerreros
ataviados con sus pertechos y despedidos por una mujer de luto. La sociedad
micénica es una sociedad estratificada, dominada por una nobleza guerrera que es la
que concentra el poder. El arte cerámico en este estilo figurativo muestra a esa
sociedad guerrera, capaz de realizar expediciones militares. El arte en este caso sirve
como elemento divulgador de algún hecho o acontecimiento militar, como en este caso
es la despedida de los soldados.
Los restos arqueológicos en el Círculo funerario A, muestra entre sus ajuares
algunas armas, puntas de lanza o flecha. Son restos que también evidencian la
importancia del elemento guerrero en la socideda de ese momento, a pesar de que
éstos circulos son anteriores en el tiempo al estilo cerámico de la crátera.
En conclusión, entiendo que el nexo de unión entre el tema y la crátera, es el
desarrollo desde el incio de la civilización micenica, de una sociedad guerrera que
acapara una notariezad importante en la sociedad, siendo un de los estamentos más
altos, en su jerarquía. Su reflejo en el arte, es una muestra de esa parte de la sociedad
micénica y de la importancia adquirida.
Bibliografía utilizada:
HISTORIA DE LA CULTURA MATERIAL DEL MUNDO CLASICO. Mar
Zarzalejos Prieto. Uned.2010.
Tema B: Los Emporion. Dracma de Masallia. Fig. nº3.
La colonización griega en el Mediterráneo occidental y central se produce en
distintas regiones geográficas, desde s. VIII a de C. La imagen nº 3 corresponde al
anverso y reveso del dracma de Masallia.
Masallia es una de las colonias foceas destacadas en el Mediterráneo occidental,
además de Emporion (Ampurias). Ambos son enclaves territoriales que apenas
contarán con un territorio adyacente. Masallia controlará los mercados costeros
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próximos, desde la propia Ampurias, hasta la comercialización con el centro de Europa
y la Magna Grecia.
Por otra parte, la difusión y uso de la moneda en el Mediterráneo se favoreció por la
colonización griega. Las redes comerciales inauguradas por las metrópolis donde en
un principio se comercializaron productos agrícolas y artículos de lujo por metales
como el oro, plata o cobre etc. posteriormente pasará a intercambiar y a poner en
circulación las primeras monedas. La evolución será tal que las propias colonias
llegaran a acuñar su propia moneda, como es el caso de Cumas, en la Península
Itálica. La plata empleada en el comercio pasaría a ser utilizada en forma de moneda,
tomando como ejemplo la colonia focense de Emporion, ésta comenzó a realizar sus
acuñaciones a partir del siglo V a.C.
Fuentes antiguas como Trogo Pompeyo, antiguo historiador romano del siglo I a.C.
Narra las influencias griegas en las poblaciones indígenas galas. De cómo éstas
sufren una aculturización o helenización que va desde la propias producciones
agrícolas, comercio, arquitectura o religión, hasta la propia elaboración de moneda con
el paso del tiempo. En conclusión el nexo de unión entre las monedas y el tema de los
emporios, es la relación comercial y aculturización, que surgirían con las creaciones de
los emporios y colonias griegas.
Webgrafía y Bibliografía.
Historia de Grecia antigua. Por Fco. Javier Gómez. Editorial Akal 2001.
http://www.imperio-numismatico.com/t84299-dracma-de-massalia-maa-m-aet-121-82-a-c-galia
http://www.tesorillo.com/grecia/griegas3.htm
http://gl.www.mcu.es/museos/docs/MC/ActasNumis/Acunaciones_antiguas_Peninsula_iberica.pdf
Tema C: Las Tumbas Principescas. Carro ceremonial. Fig.1.
En la cultura de Hallstat durante su desarrollo a partir de la mitad del siglo VII a.C.
El poder en lo poblados de la primera edad del hierro se concentra en manos de una
elite. Estas tienen la necesidad de controlar no sólo el poder político sino también el
comercial y económico de su entorno. Es por tanto, la representación de una sociedad
jerarquizada donde existe una aristocracia con nivel de vida muy ostentoso, algo que
se refleja en las inhumanaciones que esta cultura realiza, en las denominadas "tumbas
principescas".
La tipología de enterramientos de esta minoría dirigente presenta grandes túmulos,
con distintas cámaras funerarias. Estos enterramientos presentan una gran riqueza, en
cuanto a elementos o artículos de lujo. Entre los distintos elementos que se han
encontrado, se encuentran grandes divanes, puñales, dagas, calderos con trípodes y
un elemento característico en aquellas se daba más énfasis al difunto, el carro
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ceremonial. Este tipo de carros eran depositados junto a los restos del difunto,
pudiendo aparecer desmontados o totalmente construidos para su uso.
El nexo de unión entre las denominadas "tumbas principescas" y el carro
ceremonial es el simbolismo que el propio carro representa, un elemento de prestigio y
de status dentro de la propia estructura social. El carro ya había sido en otras culturas
de la edad de Bronce, un elemento de prestigio, en especial para aquellos individuos
guerreros, que entraban en combate con él. En esta cultura del Hallstat se pone de
manifiesto la relación entre jefatura y símbolo de prestigio que el carro representa en
el ajuar funerario.
Bibliografía.
Prehistoria II. Las Sociedades Metalúrgicas. Ana Fernández Vega.
Protohistoria: Pueblos y Culturas en el Mediterráneo entre los siglos XIV y II a.C. Francisco García Alonso, Gloria Munilla. Universidad Barcelona.2004.
Tema D: La Talasocracia. Fresco del Pescador Akrotiri.
En el periodo Neopalacial, con la construcción de los segundos palacios se reactiva
la sociedad cretense. En este periodo del segundo milenio se suele hablar de un
establecimiento de redes comerciales, por parte de los centros palaciales destacados
de la isla, llegando a considerarse como la existencia de una talasocracia cretense en
su zona de influencia, llegando a establecer colonias o factorías fuera de la propia isla.
Un posible ejemplo de esta talasocracia sería la propia isla de Thera en Akrotari.
Durante este periodo Creta pudo quedar perfectamente integrada en una red
comercial, en la que no sólo se vincula las islas próximas sino también la propia
península de Anatolia, Egipto o la Grecia continental. Una red por la que circularían
todo tipo de metales, con distintas escalas. Los intercambios no son tan sólo
comerciales, sino que la interacción también con lleva influencias culturales, tanto para
la propia isla de Creta, como para los contactos que ésta tuviera.
El nexo de unión entre el fresco de Akrotiri, en la actual Santorini, y la talasocracia
es la influencia Cretense en este periodo de los segundos palacios, sobre las islas
próximas a Creta. Una influencia que va más allá del propio significado de la
Talasocracia, entendida como dominio marítimo comercial de Creta, pues también
está presente la influencia de ésta en la cultura de aquellos puntos de comercialización
e intercambio.
Bibliografía.
Introducción a la prehistoria: La evolución de la cultura humana. Josep M. Fullola, Jordi Nadal Lorenzo. Editorial UOC.
Memorias perdidas: Grecia y el mundo oriental. Francisco Javier Gómez Espelosín. Ediciones AKAL. 2013.
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Tema E: Las primeras jefaturas guerreras. Casco de Bronce de Beitch.
En el mundo funerario de la cultura de Únetice aparecen las denominadas “tumbas
reales”. Estas tumbas se han hallado en las afueras de las necrópolis, realizadas bajo
túmulo, destacarán por sus esplendidos ajuares, una muestra de una sociedad
desigual y que está estratificada, siendo su cúspide ocupada por una jefatura guerrera.
Tanto la cultura de Únetice como la de Otomani, en el Bronce Antiguo, sus jefaturas
ejercerán un cierto control sobre la explotación de recursos, tales como los minerales.
No sólo lo harían sobre las explotaciones de recursos, sino que su situación geográfica
y la ubicación de sus poblados buscarán además controlar las vías de comercio que
se encuentren en su entorno. Toda esta actividad de control es fundamental para el
desarrollo y enriquecimiento de estas jefaturas guerreras.
La elección de la ubicación de los poblados, además del aprovechamiento de las
defensas naturales, es probable que buscaran el dominio de algún área o región. El
nexo de unión entre el casco y estas primeras jefaturas guerreras, es el reflejo de una
sociedad guerrera, jerarquizada que busca mantener no sólo un control en su
sociedad sino en el entorno que le rodea, aprovechando todo ello para afianzar su
poder.
Bibliografía:
• Prehistoria II. Las Sociedades Metalúrgicas. Ana Fernández Vega.
Tema F: Los oppidas y el casco de parada militar de la Tene B.
En la cultura de la Tene, a partir del siglo II a.C. se produce un cambio en el modelo
de poblamiento. Las excavaciones arqueológicas han mostrado que durante la mayor
parte de esta cultura, sus modelos de poblados han estado carentes de sistemas
defensivos, el cambio por tanto es la aparición de los oppidas, calificativo que Julio
César otorgaría a los poblados fortificados en las Guerra de las Galias.
La construcción de los oppidas no son meramente militares sino que las posiciones
que ocupan, son también por la necesidad de unos recursos y un control territorial
además de las vías de comunicación de su entorno.
El casco de bronce es la muestra de una sociedad guerrera, con una parte de esta
más enriquecida, que puede poseer elementos de prestigio como el casco mostrado.
La milicia lateniense no es una estructura cerrada, es un grupo abierto donde los
jóvenes pueden ir integrándose y además pueden ascender y enriquecerse, pudiendo
llegar a ser sus caudillos. Por otra parte, estos mismos caudillos guerreros, por medio
de las guerras, saqueos y ocupaciones de tierra, engrandecen su estatus o lo
mantienen, casi como un medio de vida y una forma de ascender dentro de esta
sociedad para el resto de la sociedad guerrera que forma parte de la elite social.
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Los restos funerarios de las sociedades dirigentes destacarán por su acumulación
de objetos suntuosos y de riqueza, como el casco mostrado, aunque sin dar lugar a las
“tumbas principescas” de la cultura de Hallstat. En estas tumbas también aparecerán
importaciones orientalizantes, fruto de las relaciones con las distintas colonias griegas,
aun así son pocas las tumbas localizadas con estos tipos de restos. El nexo de unión
entre el casco y los oppidas son sus clases dirigentes o elites, capaces de acumular
estos elementos suntuosos que muestran el enriquecimiento de éstas.
Bibliografía:
Prehistoria II. Las Sociedades Metalúrgicas. Ana Fernández Vega.
Tema G: La incineración en la Edad del Hierro.
Una de las manifestaciones culturales más importante de la Edad del Hierro en la
península Itálica es la cultura Villanoviana. Su núcleo fundamental se sitúa en las
provincias de Emilia y la Toscana, aunque en el inicio de la edad del Hierro se
expandirá a otras regiones de Italia.
La cultura Villanoviana se remonta al siglo IX, en el Bronce Final y está muy unida
en su tradición funeraria a la Cultura del Campo de Urnas, también del Bronce Final.
En el siglo VIII a.C. se observan importantes cambios sociales, los restos hallados en
las tumbas muestran algunos de los cambios. Los restos hallados en las tumbas
muestran objetos de riqueza; entre los que están las armas, adornos, oro, o productos
de importación tanto griegos como orientales, sobre todo la cerámica griega. La
imagen es una urna de incineración, en la que aparecen grabadas algunas grecas,
una ornamentación típica griega, que evidencia el comercio y el intercambio con la
cultura helena.
El nexo de unión entre la urna cineraria y la incineración en la edad de Hierro, es el
conservadurismo tradicional de esta cultura, que aunque se vio influenciada por las
colonias griegas próximas, mantendría en algunos aspectos algunas de sus
tradiciones del Bronce Final como la incineración y el depositar las cenizas del difunto
en urnas, aunque éstas fueran manufacturas de otras culturas.
Bibliografía:
Prehistoria II. Las Sociedades Metalúrgicas. Ana Fernández Vega.
Tema H: Montelius I-II y las figuras de ámbar.
La imagen muestra figuras de animales elaborados en ámabar. Se han elaborado
en los periodos de Montelius I-II, contemporáneos al Bronce Antiguo centroeuropeo y
el Bronce Medio en Europa Central.
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En el norte de Europa los asentamientos mantienen un importante contacto con la
Europa Central, donde se desarrolla la Cultura de Unetice del Bronce Antiguo y la
posterior Cultura de Túmulos del Bronce Medio. En la zona donde se desarrollan estos
grupos no existen recursos mineros pero si poseen este producto del ámbar. Se trata
de un material que exportan a muy larga distancia a través de rutas preestablecidas.
Este comercio les permite el intercambio de productos como el cobre o el estaño. Es el
ámabar el que pudo haber puesto en contacto a la Cultura de Unetice con la Montelius
I, durante el Bronce Antiguo. Uno de los medios de económicos de la Cultura de
Unetice es el control del comercio, por lo que en sus áreas de influencia serían éstos
quienes ejercerían un aprovechamiento de este material, también las culturas de
túmulos tienen entre sus medios económicos, el control de rutas comerciales de
ámbar.
Por tanto el nexo de unión estaría en el propio material del ámbar, con el que se
realizarían las figuritas que se muestran en la imagen, un material con el que los
pueblos de las Culturas de Montelius I-II comercializarían y les daría la oportunidad de
desarrollar su propia metalurgia al importar los recursos mineros que necesitasen.
Bibliografía:
Prehistoria II. Las Sociedades Metalúrgicas. Ana Fernández Vega.
Tema I: Los Grabados rupestres en Suecia. Petroglifos del Bronce.
Los petroglifos de Tamum en Suecia es uno de los más destacados de la Edad del
Bronce. Estos representan acciones de la vida cotidiana de las poblaciones, son
figuras esquemáticas que representan a distintos personajes con distintas actitudes,
también aparecen animales, embarcaciones o algunos simbolismos de importancia
para estas culturas. La teoría es que estos dibujos ilustran la vida y creencia de estos
pueblos nórdicos europeos. Su datación está entre el año 1500-1000 a.C. en el Bronce
Final y coincidente con las culturas de Montelius III-IV.
En las representaciones también se muestran algunos discos o círculos, los
estudios sobre estas sociedades concluyen que estas representaciones de forma
circular podían estar en relación con el aspecto religioso o ritual. En el momento de su
ejecución es coincidente con el crecimiento demográfico, el desarrollo económico y
comercial de esta parte de Europa. Por tanto, el nexo de unión entre los petroglifos y
los grabados rupestres, es un medio de expresión donde queda registrado el
desarrollo del momento y la intención de que sus acciones y creencias quedasen
reflejadas con este medio de arte, donde el entorno natural es el lienzo donde mejor
consideran expresarlo.
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Bibliografía y Webgrafía:
Prehistoria II. Las Sociedades Metalúrgicas. Ana Fernández Vega.
http://es.wikipedia.org/wiki/Grabados_rupestres_de_Tanum
http://docsetools.com/articulos-informativos/article_65573.html. Petroglyph,
Historia, Interpretación. Lista de los sitios petroglifos.
Fig 1. Carro ceremonial.
Fig 2. Vaso de los
guerreros.
Fig3. Darcma de Masallia.
Fig 4. Figuras de ámbar.
Fig.5 Urna incineración.
Fig.6 Casco Bronce
Unetice.
Fig.7 Casco parada
militar. Cultura La Téne
B.
Fig. 8 Pescador Isla de
Tera.
Fig. 9 Petroglifos. Suecia.