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Personas sordas y diferencia cultural
Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
Claudia Cristina Saldarriaga Bohórquez
Universidad Nacional de Colombia
Facultad de Ciencias Humanas, Maestría en Estudios Culturales
Bogotá, Colombia
2014
Personas sordas y diferencia cultural
Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
Claudia Cristina Saldarriaga Bohórquez
Tesis presentada como requisito parcial para optar al título de:
Magister en Estudios Culturales
Directora:
Luisa Piedrahíta Jaramillo
Líneas de Investigación:
Comunicación, cultura y poder
Identidades, alteridades y nuevas etnicidades
Universidad Nacional de Colombia
Facultad de Ciencias Humanas, Maestría en Estudios Culturales
Bogotá, Colombia
2014
Contenido
Resumen ........................................................................................................................ VII
Introducción .................................................................................................................... 1
I. Un poco de contexto: aclaraciones sobre las personas sordas en general y
sobre la investigación en particular ............................................................................... 5
1. La sordera, lejos de una mirada médica, desde una visión cultural ........................ 5
Persona sorda o Sorda .............................................................................................. 5
Comunidad sorda ....................................................................................................... 7
La historia educativa de las personas sordas ............................................................. 8
2. Estudios culturales y estudios sordos .................................................................. 13
El concepto de cultura .............................................................................................. 14
Estudios culturales ................................................................................................... 16
Estudios sordos ........................................................................................................ 18
3. El cómo y el con quién de esta investigación ....................................................... 19
Los participantes ...................................................................................................... 20
Los debates: espacios de encuentro y discusión ...................................................... 23
Las herramientas...................................................................................................... 24
Sistematización y análisis de la información ............................................................. 26
Mi papel como investigadora .................................................................................... 29
II. Las lenguas ............................................................................................................ 31
Lengua oral, marcador de diferencias ......................................................................... 32
Lengua de señas, aspecto importante en la definición de identidad como persona sorda
................................................................................................................................... 34
Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
Lengua escrita, herramienta de poder ......................................................................... 43
La traducción ............................................................................................................... 49
III. La diferencia como referencia identitaria ..............................................................52
Diferencia, otredad e identidad .................................................................................... 53
Autoafirmación cultural: representaciones propias y compartidas de la sordera .......... 60
Fundarvid como agencia y sus procesos culturales ..................................................... 70
IV. El peso hegemónico del mundo oyente ................................................................79
Hegemonía, biopoder y corpopolítica .......................................................................... 80
El oyente como referente hegemónico del sordo ......................................................... 83
Régimen de verdad 1: Lo que los sordos saben que dicen los oyentes de ellos .......86
Régimen de verdad 2: La respuesta de los sordos a los oyentes ..............................88
Régimen de verdad 3: Lo que dicen los sordos de sí mismos ...................................94
Régimen de verdad 4: Las perspectivas de vida como sordo....................................96
V. Conclusiones ..........................................................................................................99
Sobre las representaciones y las relaciones de poder ................................................. 99
Sobre las implicaciones académicas de esta investigación ....................................... 101
Anexos: Clips de video ................................................................................................ 104
Bibliografía ................................................................................................................... 105
Resumen y Abstract VII
Resumen
Actualmente existen en el país pocas investigaciones que aborden el tema de la sordera
desde perspectivas diferentes a los sectores salud, educación y comunicación; y me
refiero específicamente a la perspectiva cultural. Esta propuesta investigativa, planteada
desde una mirada distante de la discapacidad, partió de la siguiente pregunta de
investigación: ¿Qué prácticas discursivas-identitarias construyen los miembros de
la Fundación Árbol de Vida FUNDARVID frente a la diferencia cultural de ser
sordos? La propuesta investigativa, buscaba conocer, analizar y comprender las
representaciones que, sobre los sordos como concepto general que abarca rasgos
constitutivos de esta colectividad1, han construido los miembros de FUNDARVID.
La investigación, que privilegió en lo metodológico la realización de debates como
situaciones de interacción permanente entre la investigadora oyente y los participantes
sordos, posibilitó vislumbrar tres aspectos importantes en las representaciones que de
los sordos hacen los miembros de Fundarvid: 1) El componente lingüístico, no solo es de
suma importancia para la comunicación entre sordos y oyentes, es también un elemento
con una fuerte carga de poder en esta relación. 2) La diferenciación con el oyente se
convierte en la principal forma de construcción de identidad para los sordos de la
investigación quienes también, a través de su participación en la fundación, descubren
otras formas de ser sordo al interior de su colectivo. 3) La historia de los sordos ha
estado marcada por dos formas de poder que han querido regular su conducta: la
1 Entiéndase por rasgos constitutivos la condición biológica, comunicativa, social y política de las
personas sordas desde la diferencia cultural. Estos rasgos guiaron metodológicamente la presente investigación.
Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
corpopolítica desde la intervención sobre sus cuerpos y, la hegemonía desde las
acciones e ideas; ambas generan una tensión constante entre sordos y oyentes.
Palabras clave: estudios culturales, estudios sordos, cultura sorda, persona sorda,
identidad, representación, hegemonía, corpopolítica.
Abstract
Currently there are a few researches in the country that addresses the issue of deafness
from different perspectives to health, education and communication sectors; I am
referring specifically to the cultural perspective. This research proposal raised from a
distant look of disability left the following research question:
What discursive practices construct identity-members of the Tree of Life
Foundation FUNDARVID to cultural difference of being deaf?
The research proposal sought to know, analyze and understand the representations on
deaf as a general concept that encompasses constituent features of this community2,
have built FUNDARVID members.
The research, methodologically privileged conducting ongoing debates as situations
interaction between the researcher listener and the deaf participants, allowed to glimpse
three important aspects in the representations of deaf members of Fundarvid: 1) The
language component, it is not only important for communication between deaf and
2 Understood by constituent biological traits, communicative, social and political status of deaf people from cultural difference. These features methodologically guided this research.
listeners, is also an element with a strong sense of power in this relationship. 2) The
differentiation with the listener becomes the main form of identity construction for deaf
research who also, through their participation in the foundation, find other ways to be deaf
within their group. 3) The story of the deaf has been marked by two forms of power that
wanted to regulate their behavior: corpopolítica from surgery on their bodies and
hegemony from the actions and ideas; both generate a constant tension between deaf
and listener.
Keywords: Cultural Studies, Deaf Studies, Deaf Culture, Deaf person, identity,
representation, hegemony, corpopolítica.
Introducción
La Fundación Árbol de Vida FUNDARVID es una organización bogotana, sin ánimo de
lucro, fundada hace aproximadamente 12 años y conformada por personas sordas
usuarias de la lengua de señas colombiana3, en su mayoría estudiantes universitarios y/o
profesionales. Se reúnen semanalmente para compartir experiencias de vida, socializar
inquietudes personales o académicas, profundizar en temas actuales que son de interés
común a sus miembros, reflexionar sobre aspectos de la comunicación en lengua de
señas y en lengua escrita, así como para practicar deportes y realizar diferentes
actividades recreativas y comunitarias como bazares, juegos y paseos. Por mi cercanía
laboral a algunos de los miembros de este colectivo, como compañera docente, he
observado que están construyendo un discurso sobre la manera de ‘ser’ sordo desde la
discusión acerca de la inclusión cultural y la diferencia cultural, la cual, en este caso, no
busca excluir a los oyentes sino pensar nuevos términos para el encuentro con ellos.
El problema de investigación procede del desarrollo histórico particular en el que he
podido reconocer cómo distintas maneras de ser sordo han definido los discursos y las
prácticas de este colectivo y de las personas que trabajan con ellos. Las estrategias
culturales de este colectivo se derivan de estas maneras de pensar-se y entender-se, ya
sea para fortalecerse como diferencia, para enfrentar discursos extendidos sobre
discapacidad o para entrar en comunicación con mayorías oyentes.
3 La lengua de señas colombiana es la lengua que usa la mayoría de personas sordas en nuestro
país, a quienes suele llamárseles ‘comunidad sorda colombiana’. Esta lengua cuenta con su propio sistema de reglas gramaticales y pragmáticas, aunque el canal comunicativo privilegia la visión.
Introducción
En esta investigación planteé como objetivo general el comprender las prácticas
discursivas-identitarias que, sobre la base de una tensión constante entre las
representaciones de sordos y oyentes, construyen los miembros de la Fundación Árbol
de Vida frente a la diferencia cultural de ser sordos. Para lograrlo, propuse como
objetivos específicos los siguientes: 1. Conocer las prácticas discursivas-identitarias de
los miembros de FUNDARVID frente a la diferencia cultural de ser sordos. 2. Analizar las
prácticas discursivas y enunciativas de las personas sordas y oyentes que frecuentan la
Fundación Árbol de Vida respecto a la sordera. 3. Detectar las relaciones de poder que
circulan en dichas prácticas y generan diversas representaciones.
Este trabajo inicia con un capítulo dedicado a contextualizar el tema de la sordera en
general y la investigación en particular; allí se aclaran conceptos y prácticas de la
sordera, de los estudios culturales en relación con los estudios sordos (planteados
inicialmente en la educación) y del aspecto metodológico. Al plantear un espacio de
discusión en la modalidad de debates, se requirió de un exhaustivo proceso de
traducción de la lengua usada por los participantes que, aunque manejada por la
investigadora, tuvo que traducirse para producir esta monografía.
Este aspecto lingüístico, de gran relevancia en la investigación, se desarrolla más
detenidamente en el segundo capítulo, donde se explican y detallan cada una de las
lenguas que no solo se usan en el trabajo investigativo sino que entran en un constante
juego de poderes entre sordos y oyentes.
Seguidamente, está el tercer capítulo dedicado a los temas diferencia e identidad que
parten de la tradicional oposición binaria sordo-oyente para extenderse a subjetividades
sobre sordo y sordera al interior de su propio colectivo. Se destaca aquí a Fundarvid
Introducción
como agencia que contribuye con la construcción de estas subjetividades y con la
producción cultural de una parte del colectivo sordo bogotano.
Finalmente se encuentra un cuarto capítulo que pone en evidencia las relaciones de
poder existentes tanto entre sordos y oyentes como entre los mismos sordos. Aquí no
sólo se ponen en juego los conceptos de hegemonía, biopoder y corpopolítica
(estrechamente relacionados con las representaciones de sordera que están en
constante relación-tensión) sino que también se presenta al ‘mundo oyente’ como
referente innegable en la construcción de subjetividades sordas.
I. Un poco de contexto: aclaraciones sobre las personas sordas en general y sobre la investigación en particular
1. La sordera, lejos de una mirada médica, desde una visión cultural
Considero importante dejar claro que, aunque la sordera es una discapacidad sensorial4,
para efectos de esta investigación la sordera no se considera desde la diferencia física-
sensorial que la inscribe como discapacidad, sino desde la diferencia que parte de lo
lingüístico y se desplaza hacia lo cultural, resaltando que las personas sordas no
presentan imposibilidad en la comunicación humana, pues cuentan con un sistema
propio de comunicación llamado ‘lengua de señas’. Para comprender mejor esta postura,
se presentan a continuación los enfoques y referentes históricos que han permitido una
evolución del concepto de sordera hacia miradas un poco alejadas de la cuestión física.
Persona sorda o Sorda
El abordaje de la sordera ha tenido históricamente dos visiones o concepciones
disciplinares: la primera denominada clínico terapéutica, ha estado enfocada en la
deficiencia, en diagnosticar, según el grado de pérdida auditiva de la persona que la
‘padece’, las posibilidades de ser rehabilitado. Aquí la limitación física se homologa con
limitación intelectual. Por ello, desde este enfoque, la educación de las personas sordas
se enmarca en una educación asistencialista y terapéutica con miras al aprendizaje de la
lectura labio-facial, la interpretación de sonidos amplificados y la producción del habla. A
4 Discapacidad porque físicamente existe una imposibilidad para escuchar parcial o totalmente los
sonidos del entorno y sensorial porque la escucha es comprendida como uno de los cinco sentidos que tenemos los seres humanos para acceder a algún tipo de información, desde mi parecer, es el sentido que prioriza la comunicación humana a través de las lenguas orales.
6 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
pesar de esto, las personas sordas han usado, entre ellas y de manera espontánea, sus
manos y gestos para comunicarse, incluso casi a escondidas cuando se les ha prohibido
esta forma de interacción.
La segunda concepción llamada socio-antropológica recoge aportes de la antropología,
la sociología, la lingüística y la pedagogía para propiciar un cambio en los planos social,
comunicativo y educativo en beneficio de las personas sordas. (Consuegra, Franco,
González, Lora, Rendón y Saldarriaga, 2002). Aquí el abordaje de la sordera no se hace
desde la perspectica médica sino cultural, ya no se habla de limitación física sino de
diferencia lingüística. Se reconocen las señas como una lengua que le permite a la
persona sorda producir su identidad e interactuar con el mundo. Las personas sordas
“dejan de ser impedidas y se convierten en individuos pertenecientes a una cultura
minoritaria, usuarios de una lengua también minoritaria, inmersos en un colectivo
lingüístico y cultural mayoritario diferente” (Patiño, Oviedo y Gerner, 2001:12). Cultura y
lengua minoritaria porque aglutina sólo las personas usuarias de una lengua, que no
suele ser materna y que se adquiere por interacción y contacto entre pares.
De estas concepciones surge la propuesta, de la Federación Mundial de Sordos (FMS),
de distinguir gramaticalmente entre ambas: sugieren que cuando se haga referencia a
aquellos sordos que han aceptado su condición sociológica y lingüística se utilice la
palabra con mayúscula en oposición a las alusiones que hagan referencia a la condición
puramente audiológica (Patiño, Oviedo y Gerner, 2001), las cuales se marcan con letra
minúscula inicial.
Aunque la presente investigación se esbozó desde una visión socio-antropológica de
sordo, no tomará en cuenta la anterior sugerencia, pues pretende traspasar los
señalamientos clasificatorios sobre la sordera en uno u otro enfoque. Aclaro que al referir
persona sorda o sordo/sorda esta investigación alude a la totalidad del ser, sin detallar
qué tipo de disminución auditiva tiene o qué lengua prefiere.
Comunidad sorda
El enfoque socio-antropológico considera a las personas sordas como un colectivo con
particularidades similares que denominó Comunidad sorda. Esta surge de la distinción
lingüística que reconoce que las personas sordas tienen una lengua propia que las
cohesiona. En ella sus miembros comparten sentimientos de identidad grupal, de
autorreconocimiento como sordo, lo cual redefine la sordera como una diferencia y no
como deficiencia (Skliar y otros, 1995).
Desde el campo educativo, algunos autores que han trabajdo sobre la sordera, se han
aventurado a nombrar la comunidad sorda como una cultura diferente, detallando rasgos
característicos para sustentar sus postulados como son: priorizan la información visual y
por ello determinan acciones particulares como buscar lugares iluminados, quitar
elementos que interfieran en la comunicación (floreros, candelabros, etc), usar elementos
luminosos o vibratorios para identificar las señales del entorno (timbres, teléfonos,
despertadores), agruparse en lugares específicos de la ciudad, aprovechar las nuevas
tecnologías para la comunicación a distancia (Fridman, 2000). Reconociendo lo
problemático e inusual de esta cuestión, me distancio de esta referencia a lo cultural para
abordar la investigación desde las miradas de los participantes y sus representaciones
frente a la sordera.
8 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
Como se mencionó en un principio, el tema de la sordera se ha abordado casi siempre
desde los campos de la medicina, la lingüística y desde algunos aspectos de la
sociología, la antropología y la pedagogía. Es precisamente esta última disciplina desde
donde surgieron los intereses para esta investigación; por desempeñarme como docente
de niños sordos durante varios años y por tener como colegas, compañeros y amigos a
varias personas sordas, sé que la pedagogía ha canalizado históricamente la mayoría de
los aportes sobre el tema desde una perspectiva humana y social, pues la educación ha
sido una necesidad primordial para el ser humano y los sordos no quedaron por fuera de
esta cuestión. A continuación se hace un pequeño recuento histórico sobre la educación
de los sordos para comprender sus aportes a la evolución del tema.
La historia educativa de las personas sordas
Revisando la historia educativa de las personas sordas en el contexto mundial, siguiendo
a Sánchez (1990), comprendo que ésta ha sido vinculada desde mucho tiempo atrás con
la educación para las personas en situación de discapacidad, una educación especial
que atraviesa etapas históricamente relacionadas con la “anormalidad” en términos
foucaultianos (2007). En la Antigüedad y en la Edad Media se les llamaba sordomudos a
las personas sordas (aún hoy en Colombia muchas personas utilizan este término), pues
se consideraba en estrecha relación la audición con la palabra, así quien nacía sordo
también era mudo. Los sordomudos eran ineducables pero, en esas épocas, se les
permitía comunicarse a través de señas. Algunos pocos sordos de familias influyentes
pudieron contar con una educación casi personalizada con la que se buscaba el
desarrollo de su pensamiento para adquirir conocimientos (especialmente de sus
derechos legales), a través de la enseñanza de la lengua escrita sin mediación de la
lengua oral.
El Renacimiento reforzó la idea de humanidad de los sordos y comenzó a generar
cambios en la concepción de sordera, pues consideró que al ser el hombre protagonista
y constructor de su propio conocimiento, podía también el sordo aprender desde sus
propias capacidades. Con la caída del feudalismo, los sordos se agruparon, formaron
comunidades lingüísticas y desarrollaron las lenguas de señas. Sin embargo en el siglo
XVIII la palabra hablada tomó fuerza como única forma efectiva de comunicación y dio
origen al oralismo, cuyo propósito era controlar y corregir a los desviados a través de la
comprensión gramatical, percepción y producción del habla. Es aquí donde la historia
educativa de las personas sordas tiene su momento cumbre de oposición entre los
oralistas y los gestualistas. “Los primeros exigían que el sordo se rehabilitase, que
superase su sordera y que hablase y se comportase como si no fuese sordo […] para
que los sordos se hicieran acreedores de la aceptación social […] Los segundos, más
tolerantes, fueron capaces de ver que los sordos desarrollaban lenguaje y poseían una
lengua que, aunque diferente, era eficaz para la comunicación y les abría las puertas al
conocimiento –incluyendo el de la lengua oral- a la cultura” (Sánchez, 1990: 50).
Durante el II Congreso Internacional de Educación del Sordo, realizado en Milán en 1880,
sus organizadores y participantes, en su mayoría oralistas, reforzaron la primacía de la
palabra hablada, condenaron la lengua de señas y aclamaron “la conveniencia absoluta
de la metodología oralista; [estas decisiones] fueron mandatorias en todo el mundo y
especialmente en los países europeos y latinoamericanos” (Sánchez, 1990: 67). En el
siglo XIX la educación en Estados Unidos brindó un ambiente favorable para los sordos.
Se fundaron escuelas que, a través del método combinado usaron las señas para
alcanzar el aprendizaje del habla. El método combinado es también llamado método
simultáneo o Comunicación Total, consiste en la utilización simultánea de la lengua oral y
10 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
las señas del idioma de los sordos. Su uso “sólo se plantea para una situación de
comunicación entre sordos y oyentes, porque tanto los oyentes entre sí como los sordos
entre sí hablarían sin problemas la lengua que dominan” (Sánchez, 1990: 133). Esto
permitió que se estructuraran y fortalecieran comunidades de sordos, integradas también
por amigos oyentes, que comenzaron a reclamar sus derechos y continuaron con la
defensa del gesto.
En el siglo XX, la medicina, la pedagogía y la psicología se encargarían de estudiar la
sordera para orientar su tratamiento a través de procedimientos “tan ingeniosos como
ineficaces o contraproducentes” (Sánchez, 1990: 79). La sordera fue definida como una
enfermedad que requería de rehabilitación y, las conductas de los sordos fueron
señaladas de anormales, casi psicóticas; por ello la sordera no se limitaba solamente a
una incapacidad en la comunicación humana sino que invadía todo el ser. La lengua se
señas se emparentó con un supuesto lenguaje de los simios y se nombró como
obstáculo para el desarrollo de la abstracción y para la socialización con el mundo
oyente.
La enseñanza dejó de lado los criterios pedagógicos elementales y pasó de ser una
práctica docente a ser una práctica exclusivamente terapéutica para quienes podían ser
rehabilitados (mayoritariamente sordos hipoacúsicos, es decir, sordos que tienen una
pérdida parcial de la capacidad auditiva que puede ser leve o moderada, y sordos post
lingüísticos o poslocutivos, personas que quedaron sordas luego de adquirir una lengua
oral), mientras que para los sordos no tan aptos (como los sordos profundos, sordera
también llamada cofosis, que refiere la pérdida total de la audición) tuvo más un tinte de
orientación vocacional (Sánchez, 1990).
Luego de casi cien años de reinado, el oralismo y la concepción médica comenzaron a
decaer gracias a la consideración que William Stokoe hizo de la lengua de señas
americana como un objeto de estudio científico. Este lingüista y docente del Gallaudet
College, investigó la estructura de la lengua de señas estadounidense y sus hallazgos
posibilitaron un cambio en la percepción hacia los sordos, viéndolos ya “como miembros
de una comunidad minoritaria que habla un idioma propio, y que tienen que aprender la
lengua oral como una segunda lengua. Surge naturalmente la opción de una educación
bilingüe para el sordo, lo que provoca una súbita desazón entre los que hasta este
momento habían dominado la escena en la educación de los sordos” (Sánchez, 1990:
127). Desde entonces y hasta los años ochenta, se intentó mediar la enseñanza en
ambas lenguas proponiendo la Comunicación Total como la opción más propicia para
ello; sin embargo el concepto de unidad de lengua5 entre los pueblos se asoció a la
comunidad sorda y la imposibilidad del método simultáneo fue un hecho.
La reestructuración de la educación para las minorías lingüísticas permeó también la
educación para los sordos y la educación bilingüe se presentó como la mejor opción.
Estas nuevas concepciones posibilitaron que hoy en día, la lengua de señas haya sido
reconocida legalmente en algunos países como lengua propia de las personas sordas a
través de la cual se canalizan la mayoría de los procesos de enseñanza. Se tienen
referencias de países como Austria, Finlandia, Portugal, Uganda y Venezuela donde el
reconocimiento es constitucional, mientras que en países como Estados Unidos, Islandia,
5 Concepto que parte del relato religioso de la ciudad de Babel y que se asocia políticamente a la
relación entre Estado y Lenguaje. Para algunos pueblos, en circunstancias de juzgamiento o persecución, la lengua adquiere gran valor por ser el pilar de su identidad cultural y luchan por conservarla (Sánchez, 1990).
12 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
Noruega se regula desde su relación con la educación o con la accesibilidad a la
comunicación como en España y Turquía. Países como Brasil, Eslovaquia, República
Checa, Tailandia [y Colombia a través de la Ley 324 de 1996] la reconocen mediante una
ley específica (Jarque, 2012). Sin embargo, por ser una lengua ágrafa, continúa
imponiéndose sobre ella la supremacía de la lengua mayoritaria, ya no tanto en su forma
oral sino escrita.
La educación para las personas sordas en Colombia, luego de pasar por etapas de
asistencialismo y rehabilitación durante aproximadamente 60 años (se tienen datos
desde los años 20 hasta los años 80) apostó por una educación bilingüe para sordos6
que desde hace aproximadamente tres décadas se viene implementando de forma
gradual en distintas instituciones educativas del país. Aquí se encuentran experiencias
que van desde la primera infancia hasta la educación superior, donde los sordos
intervienen como estudiantes, docentes o modelos lingüísticos. La figura de modelo
lingüístico se plantea, en los proyectos educativos de instituciones que atienden
estudiantes sordos, como una persona sorda facilitadora para la adquisición de la lengua
de señas que “muestra la lengua de señas colombiana en uso, la modela para los
aprendices sordos y oyentes” además de ser un agente educativo relevante en la
formación de estos chicos pues “tienen el conocimiento implícito de ser y vivir como
sordos, por lo tanto manifiestan y transmiten en sus interacciones comunicativas
cotidianas el patrimonio de valores de una comunidad” (INSOR, 2006). Todas estas
experiencias educativas se encuentran en el marco de la inclusión escolar y social,
6 “Es la que reconoce que hay sordos que viven una situación bilingüe en Lengua de Señas
Colombiana y Castellano, por lo tanto su educación debe ser vehiculizada a través de la Lengua de Señas Colombiana y se debe facilitar el Castellano como segundo idioma en su modalidad escrita primordialmente u oral en los casos en que esto sea posible” (Diario Oficial, 2005).
términos referidos actualmente a los procesos de reconocimiento de las diferencias y
equiparación de oportunidades en los campos educativo, laboral y social. Políticamente,
la inclusión, se define como una estrategia que, reconociendo al sujeto con discapacidad
como un sujeto capaz y diverso, busca la equidad en la educación, es decir, una
“Educación para Todos” (Caicedo Obando, 2013).
La posibilidad legal7 de contar ahora con servicios de interpretación en lengua de señas,
ha permitido la participación de más personas sordas en espacios educativos, políticos,
comerciales, religiosos, etc. Por ello existen actualmente sordos, profesionales en
diferentes disciplinas (como educación, comunicación social y derecho), que ejercen su
profesión en beneficio de su propia comunidad8.
2. Estudios culturales y estudios sordos
De estas transformaciones en el campo educativo y con el reciente ingreso de personas
sordas a la educación superior, surge la propuesta de hablar de estudios sordos en
educación. Ésta intenta rebasar los límites disciplinares tradicionales sobre la sordera y
se encuentra muy a tono con la propuesta transdisciplinar de los estudios culturales. Esta
7 La ley colombiana 982 de 2005 expone la Integración con intérprete al aula regular como “una
alternativa educativa para sordos que usan la Lengua de Señas Colombiana. Los educandos sordos se integran en colegios de oyentes, a la básica secundaria y media contando con el servicio de intérprete y las condiciones que responden a sus particularidades lingüísticas y comunicativas.” Además en su artículo 4° expone su responsabilidad en cuanto a la prestación del servicio de interpretación “El Estado garantizará y proveerá la ayuda de intérpretes y guías intérprete idóneos para que sea este un medio a través del cual las personas sordas y sordociegas puedan acceder a todos los servicios que como ciudadanos colombianos les confiere la Constitución. Para ello el Estado organizará a través de entidades oficiales y a través de convenios con asociaciones de intérpretes y asociaciones de sordos la presencia de intérpretes y guías intérpretes, para el acceso a los servicios mencionados” (Diario Oficial, 2005).
8 Fundarvid cuenta con sordos profesionales egresados de algunas universidades bogotanas
como la Universidad Manuela Beltrán y la Universidad Pedagógica Nacional. Se tiene referencia de otras personas sordas graduadas de la Universidad Nacional sede Bogotá, la Universidad de La Sabana y la Corporación Universitaria INPHAU.
14 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
investigación toma los conceptos de sordo y sordera desde una visión cultural simbólica
en los llamados estudios culturales e intenta nutrir la propuesta de los estudios sordos
para que avance más allá de lo educativo.
El concepto de cultura
Raymond Williams, fundador de los estudios culturales británicos, realizó un recuento
histórico-conceptual del concepto de cultura desde su definición de cultivo hasta llegar a
una categorización final de las posibles formas de asumir el concepto como 1) procesos
de desarrollo intelectual, espiritual y estético, es decir, procesos culturales 2) modos de
vida de un pueblo, un período, un grupo o la humanidad y 3) obras y prácticas de la
actividad intelectual y artística. En los estudios culturales la referencia a la cultura es, en
lo fundamental, a sistemas significantes o simbólicos, es decir a la relación entre
producción material y producción simbólica.
Rosaldo (citado por Grossberg, 2003), propone abandonar la idea de que la diferencia es
sinónimo de cultura para apoyar la noción alternativa del carácter productivo de la
cultura, es decir, analizar el tipo de organización que resulta de esas diferencias se
aclara que al hablar de diferencia cultural en esta investigación, no me refiero a las
personas sordas como una cultura particular y homogénea sino a los procesos
simbólicos y de significación que ellos mismos generan frente a la noción de sordo y
sordera.
Sugieren Deleuze y Guattari (también citados por Grossberg, 2003), que en la cultura no
importa medir el status de grupos identitarios “la cuestión [...] no es si el status de las
mujeres o de los de abajo es mejor o peor, sino el tipo de organización de la que resulta
ese status” (165). Aquí la cultura es un campo de batalla por la significación, es decir,
está marcada políticamente por la lucha por el poder. Batalla que se libra al interior del
sistema hegemónico capitalista entre éste y sus oposiciones o resistencias (Piedrahíta,
2006).
Los estudios culturales toman una nueva posición frente a la cultura donde ésta no
solamente es un reflejo de los procesos de producción sino un espacio de debate
político, mediado por análisis transversales de los procesos históricos (economía,
política, etc.) y por el rechazo a la división de la cultura en alta y popular. La cultura, para
los estudios culturales, tiene una doble articulación en cuanto ésta es el objeto de estudio
y el espacio donde se hacen intervenciones críticas, es decir, donde se posibilita su
estudio. Es por ello que esta investigación se inscribe en los estudios culturales, pues
reconoce que en los encuentros entre y con personas sordas se tejen constantes
diálogos, reflexiones y acciones cargadas de significado político, lo cual implica hablar de
cultura, no de discapacidad. Esto a su vez supone que en dichas interacciones se
evidencien las relaciones de poder que fluyen entre los interlocutores, las cuales pueden
y deben ser objeto de estudio en este campo.
Clifford Geertz propone una mirada interdisciplinaria, reconociendo que el sujeto está
inscrito en redes de significado que se producen en las interacciones. Estas redes de
significados no se dan en espacios neutros sino cargados de controversia, oposiciones y
luchas por definir los significados, por eso es importante entender el postestructuralismo
porque el conocimiento y la subjetividad, hacen parte de esas redes que no se alejan de
intereses políticos. Williams vio la cultura desde la historia pero Geertz definió que,
dentro de lo social, las acciones están modeladas a su vez por dimensiones simbólicas
(Ballén, 2007).
16 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
Estudios culturales
La flexibilidad de los estudios culturales, destacados por su carácter inter y trans-
disciplinario, posibilita la no separación y distanciamiento entre las disciplinas; éstos
pueden tomar de varias de ellas lo que les sirve para analizar la cultura, pero esta
multiplicidad no da garantías sobre las preguntas ni los métodos y los lleva a tratar de
disolver la discrepancia entre teoría y práctica. Sin embargo, los estudios culturales, ante
sus múltiples posibilidades de estudio y ante la imposibilidad de especificarlos en todos
los contextos en los que trabaja, no pueden ser tomados como una “cosa” sin límites. La
tradición política e intelectual que los sustenta, propone una posibilidad de delimitación:
examinar las prácticas culturales desde las relaciones de poder (Rincón y Rincón, 2007).
Los Estudios Culturales son una reflexión de la cultura y desde la cultura. Ubican la
cultura como un lugar de enunciación de lo que somos. Su emergencia, en estas
latitudes, se encuentra vinculada con el debate en torno al postmodernismo: con el
quiebre de los relatos disciplinarios y la incredulidad en los meta relatos que guiaban la
forma de comprender el mundo. Los estudios culturales repiensan los métodos y
discursos de las disciplinas, intentando superar algunas de sus limitaciones, para poder
trabajar desde la inter y la transdisciplinariedad. Además de esto, revisan lo político y su
relación con la cultura. En otras palabras, su interés político de transformación social y
cultural, los lleva a intentar politizar la cultura y a ocuparse del estudio de sociedades
concretas. Los estudios culturales no son nuevos por su novedad sino porque introducen
otras formas de abordar problemas ya conocidos. En América se caracterizan por su
fuerte relación con las teorías postmodernas y su fuerte debate en torno a los problemas
derivados del concepto de identidad, de los abusos hegemónicos, del poder disciplinar,
sobre la dependencia respecto a Europa y la relación entre modernidad y tradición.
Los estudios culturales surgen y funcionan como marcos para la comprensión de
problemas concretos en la sociedad, como es el caso de lo popular y lo masivo, en un
amplio sentido político. Son un campo de reflexión en un marco local, que establece
puentes con otras disciplinas ante nuevos objetos de estudios. Este carácter
interdisciplinario no se debe a que tiene ciertas equivalencias con las disciplinas o porque
toma prestado cosas de ellas. Lo interdisciplinario de los estudios culturales está
presente tanto en su ámbito epistemológico como metodológico: en sus objetos, sus
investigaciones, sus preguntas y en la forma en que trabajan (Álvarez y Lozano, 2007).
Los Estudios Culturales se presentan como innovadores porque mezclan diferentes
métodos, y permiten al sujeto investigador hacerse preguntas que antes no se hacían por
salirse de aquello para lo que había sido formado. Se preocupan por las prácticas
cotidianas donde, según Foucault, se da una revalorización del poder que ya no circula
únicamente de arriba a abajo, sino que también se da el micro poder entre los de abajo.
Aquí algunos temas, que parecieran muy concretos, pensados aparentemente desde
relaciones de micro poder, terminan siendo pertinentes y articulados con asuntos más
relevantes para una planeación cultural más general. Que en esta investigación se haya
dado prioridad a los espacios de encuentro y discusión a través de debates con personas
sordas para hablar sobre ellos mismos, confirma por qué este estudio está suscrito aquí.
Este enfoque metodológico innovador posibilitó una interacción más cercana entre la
investigadora y los participantes y valoró las prácticas discursivas allí surgidas.
18 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
Estudios sordos
Durante las dos últimas décadas ha proliferado la publicación de temas sobre los sordos
y la sordera que trascienden los constantes abordajes planteados desde el campo
educativo. Allí se comenzó a adoptar el término estudios sordos en educación, definidos
como un territorio de investigación educativa y de proposiciones políticas que, mediante
un conjunto de concepciones lingüísticas, culturales, comunitarias y de identidades,
definen una particular aproximación al conocimiento y a los discursos sobre la sordera y
los sordos. Estos estudios comprendieron la sordera como una experiencia visual, una
identidad múltiple y multifacética, que se construye en una diferencia políticamente
reconocida y localizada, la mayor parte de las veces, dentro del discurso sobre la
deficiencia (Skliar, 1997). Sin embargo, esta afiliación al campo educativo ha ido
ampliándose a otros temas más generales luego del XII Congreso de la Federación
Mundial de Sordos realizado en Viena en 1995. Allí surgieron diferentes temas con
problemas como la situación de las mujeres sordas, de los sordos desempleados y de los
sordos inmigrantes en países nórdicos, del abuso de los niños sordos, del paternalismo
de los sordos europeos en los proyectos para sordos del África, de los sordos
homosexuales, etc.
Muy en sintonía con los postulados de los estudios culturales, Carlos Skliar (1997)
plantea una serie de premisas que los estudios sordos entran a liderar y que apoyan mis
reflexiones en esta investigación pues, como citaré a continuación, considero superan el
aspecto pedagógico y aplican a perspectivas más amplias. Algunas de estas premisas
son:
una profundización para el análisis de los mecanismos de poder y de saber de la
ideología dominante en la educación de los sordos, desde sus orígenes, su actualidad y
sus perspectivas de futuro; además, un refinamiento en la discusión sobre las relaciones
de poder y de saber entre oyentes y sordos.
un consenso acerca de las potencialidades educacionales de los sordos,
descentrado de los imperativos curriculares oyentes, de lo oral, del escuchar, del leer y el
escribir, y centrado en las especificidades lingüísticas, cognitivas, comunitarias, de
participación educativa y culturales de los sordos.
una ampliación y una multiplicación de los espacios conquistados por los sordos
dentro de su educación, en dirección inversa a las típicas concesiones fragmentarias y
discontinuas que propone la mayoría de los oyentes.
Este autor aclara que su definición de los estudios sordos en educación excluye las
referencias con enfoques clínicos pues limitan la elaboración de experiencias que
benefician otra mirada de los sordos. Enfatiza en “que los poderes y los saberes
audiológicos/audiométricos constituyen verdaderos factores de control y de opresión
sobre ellos” (Skliar, 1997: 242).
3. El cómo y el con quién de esta investigación
Para el desarrollo de esta investigación adopté una metodología cualitativa de enfoque
etnográfico pues, como lo expresa Rosana Guber (2001), no pretendía trabajar “sobre” la
población sorda sino “con” y “a partir” de ella. Quería indagar por las representaciones de
persona sorda que surgen en este colectivo desde sus prácticas discursivas y culturales.
Este enfoque metodológico permitió generar situaciones de interacción como la
modalidad de Debate, en donde lo más importante fue el diálogo y la confrontación
permanentes entre las representaciones que sobre los sordos tenían las mismas
personas sordas participantes de la investigación y las expuestas por mí, como vocera de
20 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
las representaciones de los oyentes, a través de la socialización de producciones
académicas sobre sordos hechas por oyentes.
A continuación presento de manera más detallada el ejercicio metodológico de este
trabajo investigativo. Primero expongo el proceso de recolección de información que
incluye una descripción de los participantes, los espacios de discusión a través de
debates y las herramientas utilizadas en la obtención de información. Seguidamente
presento el proceso de sistematización y análisis toda la información producida que
incluye las categorías de análisis propuestas antes y después del trabajo de campo. Al
final de este apartado enuncio las implicaciones personales en mi papel de investigadora.
Los participantes
Trabajé con los miembros activos de la Fundación Árbol de Vida (FUNDARVID), ubicada
en el barrio Santa Helenita de la ciudad de Bogotá. Esta fundación se conformó en el año
1999 por las primeras personas sordas que ingresaron a la educación superior.
Inicialmente crearon una especie de grupo de estudio para suplir sus necesidades
académicas y comunicativas, luego se convirtió en la fundación. En ella participan
actualmente un promedio de 65 socios mayoría sordos, aunque también están vinculadas
algunas personas oyentes como familiares, docentes e intérpretes de personas sordas.
Gran parte de los socios pioneros son profesionales y/o universitarios, que se reúnen
semanalmente para desarrollar actividades sociales, recreativas, deportivas,
comunitarias y principalmente actividades de autoformación académica y de
fortalecimiento de la lengua de señas. Se preocupan por generar nuevas señas de
vocabulario especializado con el que puedan tener mejores desempeños en la educación
superior y en sus interacciones como profesionales.
Escogí este colectivo de personas sordas, entre las tres asociaciones de sordos que
existen en Bogotá: Fundación Árbol de Vida FUNDARVID, Sociedad de Sordos de
Bogotá SORDEBOG y Asociación de Sordos de Suba ASORSUB. La Federación
Nacional de Sordos de Colombia FENASCOL que tiene su sede en Bogotá, no es otra
asociación más sino que se presenta como el principal órgano consultivo e informativo
especializado en las personas sordas, encargado de agrupar las asociaciones de sordos
del país para “apoyarlas, orientarlas, coordinarlas, defenderlas y consolidarlas”
(FENASCOL, 2013). Desde mi apreciación, Fundarvid es un grupo creado con intereses
de reflexión, conocimiento y crecimiento intelectual; sus prácticas culturales distan un
poco de las demás asociaciones de sordos en el sentido que dan a sus reuniones
semanales, pues buscan tener espacios de información, diálogo y construcción frente a
temas de actualidad que consideran de interés para sus miembros. Supe de él por varios
amigos sordos co-fundadores y socios actuales de la fundación con quienes desde
tiempo atrás vengo compartiendo reflexiones que iniciaron en el ambiente educativo,
pero que traspasaron la frontera disciplinar para estar muy a tono con los postulados de
los estudios culturales. Percibo una actitud crítica en ellos que consideré valiosa para
esta investigación.
En este grupo identifico como líderes a dos personas sordas que por seguridad llamaré
Mauricio y Erica. El primero es un hombre de 38 años de edad, profesional egresado de
la Universidad San Buenaventura en licenciatura. Actualmente se desempeña como
docente de planta en un colegio distrital con inclusión de estudiantes sordos. La mujer,
hija de padres sordos, tiene 27 años de edad; es egresada de la Universidad Pedagógica
Nacional como psicopedagoga. Trabaja como docente de niños sordos de primer ciclo en
el Colegio Nuestra Señora de la Sabiduría. Los dos son los encargados de programar y
22 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
desarrollar las actividades cada semana. Son quienes asisten sin falta, convocan,
recolectan el dinero que pagan los asociados, organizan el espacio de encuentro y son
referentes de liderazgo para los socios e invitados ocasionales.
Para el trabajo de campo realicé inicialmente una consulta con uno de ellos,
comentándole a grandes rasgos el propósito de la investigación y solicitándole me
permitiera tener un espacio de trabajo con los asistentes a las reuniones semanales.
Luego de concedido el espacio, trabajé con ellos todos los sábados dos horas, durante
un semestre. Los sujetos participantes en el proceso investigativo no fueron siempre los
mismos; a cada reunión asisten los socios de la fundación que varían y oscilan en
asistencia dependiendo de las temáticas a abordar o de las actividades propuestas. A
pesar de no contar con un grupo permanente durante las sesiones de trabajo, se
vincularon a ellas unas cinco personas de manera activa y constante, mientras fue
inevitable tener personas nuevas cada semana.
Presento a continuación el perfil de las personas sordas que participaron con mayor
constancia en las sesiones y que se citan en esta monografía. Para proteger su
identidad, decidí cambiar sus nombres:
Yeny es una mujer de 29 años; hija de padres oyentes; bachiller; trabajó en un aula para
niños sordos de una institución educativa en Honda (Tolima) como apoyo a la docente
titular. Le gusta aprovechar las redes sociales para conocer y estar en contacto con
personas sordas de otros países.
Johana es una mujer de 26 años; hija de padres oyentes; estudió en el SENA algo
relacionado con ilustración; trabaja actualmente como independiente elaborando material
didáctico en lengua de señas para niños sordos.
Edwin es un hombre de 25 años, nació en el Caquetá, pero desde los cuatro años vive
en Bogotá con su mamá oyente. Se considera un especialista en técnicas de arte (dibujo,
moldeado y pintura). Actualmente trabaja como socio de Johana elaborando material
didáctico en lengua de señas para niños sordos.
Sandra es una mujer de 30 años; bachiller; trabaja actualmente como empacadora de
alimentos.
Carlos es un hombre de 27 años, estudiante de licenciatura en matemáticas de la
Universidad Pedagógica Nacional.
Alberto es un hombre de 25 años, hijo de padres oyentes; trabaja como empacador.
Felipe es un hombre de 28 años, hijo de padres oyentes aunque tiene un hermano mayor
sordo; actualmente trabaja en una empresa de alimentos.
Liliana es una mujer de 26 años; hija de padres oyentes; bachiller; trabaja actualmente en
una empresa de alimentos.
Los debates: espacios de encuentro y discusión
Antes de comenzar con esta estrategia, hice una presentación general del proyecto a los
participantes que incluyó la realización de una actividad inicial para comprender y acordar
una seña sobre uno de los conceptos principales en la investigación: la representación.
Luego de esto se pasó a desarrollar el trabajo principal de los debates.
La dinámica para estos debates comenzaba con la presentación del tema por tratar en
cada encuentro. Ésta podía ser presentada por una persona sorda desde su experiencia
o conocimiento previo frente al tema y luego por mí como oyente desde los aportes
académicos de quienes han teorizado la sordera y lo que se relaciona con ella. Después
de las presentaciones, pasábamos a un espacio de discusión colectiva sobre las
exposiciones, guiado por unas preguntas orientadoras que planteaba a los asistentes.
24 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
Todo esto se hizo siempre en lengua de señas. Aunque inicialmente se pretendía trabajar
cada temática por sesión, la complejidad de éstas implicó dedicar aproximadamente tres
sesiones por cada una. A continuación presento los temas propuestos durante las
sesiones de trabajo:
TEMAS PREGUNTAS ORIENTADORAS
Persona sorda
¿quién es?, ¿cómo se reconoce que una
persona es sorda?, ¿qué aspectos la
diferencian de otros?
Comunidad sorda ¿qué es?, ¿quiénes la integran?, ¿qué
actividades realiza?
Asociaciones y colectivos de
personas sordas
¿qué hacen?, ¿para qué se reúnen?, ¿son
necesarios?
Inclusión social ¿se siente segregado/incluido socialmente?,
¿qué políticas los favorecen?
Tabla N° 1. Temas para los debates
Las herramientas
Aunque la estrategia de plantear los debates y participar en ellos fue la herramienta
principal para la producción de información, se desprendieron de ella una serie de
acciones necesarias para registrar los aportes dados por todos los participantes en
dichos debates. Considero que la observación fue la acción más constante e importante
hecha durante los encuentros en mi rol asumido como vocera de la perspectiva de los
oyentes que han teorizado la sordera. Esto, más que defender una postura, me permitió
primero conocer las reacciones que frente a la perspectiva oyente tenían los sujetos
sordos; segundo, conocer y analizar las reacciones propias frente al constante flujo de
información en otra lengua que, finalmente, me llevaban consciente e inconscientemente
a asumir varios roles (moderadora, participante, etnógrafa) . Pienso que la observación
participante permite conocer al otro y a uno mismo frente a las acciones de ese otro.
Como participante e investigadora a la vez sentía la necesidad de realizar un registro
escrito de mis apreciaciones posterior al encuentro, por ello usé el Diario de Campo. Esta
misma estrategia la propuse a los participantes para hacerla de forma narrada en su
lengua, también al final de cada encuentro. Para ello habilité un espacio de
autograbación; en un extremo del salón donde nos reuníamos, dejaba disponible mi
portátil con el programa de grabación (CyberLink YouCam) encendido para que quien
quisiera contar su experiencia en cada sesión lo hiciera dejando allí su opinión. Debo
destacar que el diario de campo fue tal vez el instrumento más relevante en este proceso
investigativo, no sólo por su obvia necesidad en la producción de conocimientos sino
porque se presenta como un momento de profunda reflexión, donde existe la posibilidad
de conectar aquellas ideas vagas que nacieron del debate, de expresar otras tantas que
tal vez se pensaron y no se enunciaron durante la discusión, además de presentarse
como momento inspirador de acciones, de planes futuros, de cambios y hasta de
expresiones catárticas.
Otra acción necesaria para el registro, fue la videograbación de algunas sesiones con el
fin de volver a ellas para relacionar, categorizar o seleccionar información. Con esto fui
un poco estratégica al solicitar que alguno de los participantes colaborara con las
grabaciones, para así darme cuenta qué apartes grababan y qué no, a cuáles
intervenciones le daban mayor importancia y a cuáles no, qué personas tenían mayor
importancia en cuanto a participación y cuáles tenían menor importancia durante la
26 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
discusión. Esto afectó la investigación en dos aspectos: uno, algunas cosas que yo
consideraba importantes no fueron registradas y dos, pude autoanalizarme desde la
mirada de otro, pues en varias de esas grabaciones fui yo la protagonista. Esto me lleva
a comprender que para algunas personas sordas las intervenciones de una persona
oyente son más valoradas que las de otro sordo y que muchas veces ni le permiten a
este último terminar sus intervenciones porque otro querrá intervenir para reforzar sus
postulados.
Finalmente una acción que también surgió de los debates fue el ineludible uso de la
escritura mayoritariamente por mi parte para explicar algunos conceptos o relaciones,
aunque también surgieron algunos pequeños aportes de otros participantes. Para esto
tomé fotografías a los registros escritos en el tablero y recogí algunos escritos hechos
durante una sesión, en la que se propuso responder a una pregunta de manera personal
que consideré mejor hacer así para evitar permear un tema de discusión con la
apreciación mayoritaria sobre persona sorda.
Sistematización y análisis de la información
Para el procesamiento de la información, se plantee unas categorías iniciales que
surgieron de mis reflexiones iniciales antes de plantear el proyecto (incluso antes de
ingresar a la maestría) y durante los encuentros del trabajo de campo. Nociones como
lengua de señas, lengua escrita, diferencia, cultura sorda e identidad, que reiteradamente
aparecían en conversaciones laborales e informales con amigos sordos, fueron cruciales
en la formulación de esta clasificación. A continuación se presentan y explican las
categorías iniciales:
CATEGORÍA DESCRIPCIÓN
Las lenguas en uso
Surge de las constantes referencias que
las personas sordas de este colectivo
hacen frente al uso, reconocimiento y
fortalecimiento de su lengua en
contraposición a las demandas oyentes por
aprender la lengua mayoritaria ya sea en
forma oral o escrita.
Diferencia como referencia identitaria
Hay una clasificación implícita de diferencia
cuando se habla de sordos y oyentes, de
hipoacúsicos y oralizados, e igualmente
cuando alguna persona sorda presenta
otro tipo de discapacidad.
Fundarvid como agencia y sus
procesos culturales
Son las reclamaciones, propuestas o
quejas que se dirigen a diferentes públicos
como el Estado y sus sectores (salud,
educación, trabajo, comunicaciones), la
familia, los oyentes y los mismos sordos.
Relación-Tensión entre diferentes
Existe un constante señalamiento al oyente
como punto de referencia, ya sea para
conocerlo, comprenderlo, parecerse u
oponerse a él.
Tabla N° 2. Descripción de categorías iniciales
28 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
Estas categorizaciones posibilitaron el estudio de información valiosa obtenida a través
de los registros video grabados, las fotografías y los diarios de campo. Este trabajo de
categorización inicial implicó realizar procesos de observación, comprensión,
interpretación y traducción de la información desde la lengua de señas hacia la lengua
escrita. Mi trabajo como traductora de esta información fue riguroso, pues debía revisar
varias veces cada video para interpretar no sólo los enunciados sino la intención e
información implícita que hay detrás de ellos en los elementos constitutivos de la
expresión (gestos, miradas, pausas, entonación, etc.).
Luego de tener categorizada la información video grabada, escrita y fotografiada, realicé
el estudio de los datos a la luz de algunos conceptos teóricos abordados durante las
clases de maestría. Surgieron aquí nuevas categorías que ayudan a comprender y a
organizar los resultados con información cruzada entre mis categorías iniciales y teorías
relacionadas con los estudios culturales. En la siguiente tabla se presentan las categorías
que resultaron de la relectura y el estudio de la información primaria.
CATEGORÍAS INICIALES CATEGORÍAS EMERGENTES
Las lenguas en uso
Rechazo hacia la lengua oral.
Fortalecimiento de la lengua de señas.
La escritura como herramienta de poder.
Diferencia como referencia identitaria
Conflicto: ser o no ser sordo.
Experiencias de vida desde lo corporal
(visual, gestual, táctil, espacial).
Autoafirmación cultural.
Relación-Tensión entre diferentes El peso hegemónico del mundo oyente.
Fundarvid como agencia y sus procesos
culturales
Producción y reproducción de
conocimiento.
Tabla N° 3. Categorías emergentes
Mi papel como investigadora
Reconociendo que, al ser oyente, al tener por primera lengua el español y al tener
experiencias de vida corporales diferentes (más audibles) interactúo con las personas
sordas desde otras miradas que producen e interpretan realidades posiblemente
diferentes a las de los actores participantes. Entré al campo asumiendo el rol de
investigadora-participante con la intensión de contarle a los participantes sordos, durante
los debates, las producciones culturales hachas por algunas personas oyentes sobre la
sordera. Así me vinculé permanentemente a las situaciones de interacción donde los
actores y yo debatíamos las temáticas propuestas, con miras a conocer las
reflexividades9 de estas personas e incorporar a la investigación sus perspectivas en
cuanto a la vida de las personas sordas.
Además de proponer, desarrollar y participar en los debates, también me vinculé a las
demás actividades semanales que el grupo hacía pues, por un lado necesitaba aprender
y comprender las señas específicas que crearon para ahondar en conceptos teóricos y
de otro lado quería conocer las dinámicas de funcionamiento del grupo, en donde se
diera la oportunidad de interactuar con sus miembros de forma espontánea.
9 El concepto reflexividades adoptado por Rosana Guber (2001) en su texto La etnografía.
Método, campo y reflexividad, se refiere a las descripciones de situaciones que constituyen la realidad tal como se ejecuta la vida cotidiana.
30 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
Como lo expresé anteriormente, también desempeñé la función de traductora, pues el
trabajo de campo fue hecho totalmente en lengua de señas. Esta labor un tanto
dispendiosa tuvo grandes implicaciones prácticas y teóricas en el desarrollo de esta
investigación, por ello se dedica un apartado especial a la traducción al final del siguiente
capítulo.
II. Las lenguas
El aspecto lingüístico se presenta en esta investigación como un elemento relevante y
recurrente; por ello, antes de exponer las reflexiones frente a cada una de las lenguas
que se mencionan aquí, considero necesario establecer la diferencia entre conceptos que
muchas veces son tomados con igual significado.
Recurriendo a autores tradicionales como Saussure (1949) y Sapir (1974), se comprende
que el lenguaje es la capacidad mental por la cual todos los seres humanos podemos
comunicarnos; para hacer efectiva dicha capacidad inventamos sistemas de códigos que
llamamos lenguas las cuales permiten comprendernos en los actos comunicativos. El
habla por su parte es la forma que solemos usar para activar la mayoría de las lenguas
que en el mundo son orales. Sin embargo el uso del canal auditivo-oral no es la única vía
para usar una lengua, es el caso de las lenguas de señas, que a través de las manos, el
rostro y los movimientos del torso y los brazos usa el canal viso-gestual. Su ejecución es
conocida como la acción de señar y quienes la usan en diversos contextos comunicativos
son llamados señantes.
Existe una tensión constante entre las distintas posiciones que tanto sordos como
oyentes tienen frente al uso de la lengua de señas, la lengua oral o la lengua escrita. El
buen dominio de una u otra genera diferencias entre los sordos y refleja el grado de
importancia dado a las lenguas en cuestión. Aquí la referencia hacia las lenguas aclara el
panorama lingüístico-cultural de la investigación y determina la identificación que los
sordos hacen de sí mismos, al igual que las representaciones que comienzan a tejerse
entre unos y otros.
32 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
Lengua oral, marcador de diferencias
Como se mencioné en el aparte anterior, las lenguas del mundo son en su mayoría
orales, privilegian en sus hablantes el uso de los oídos para su recepción y del aparato
fonoarticulador para su emisión. Requieren del encuentro físico con entre sus
interlocutores y sus mensajes pasan tras cada interacción, es decir, no perduran en el
tiempo si éstas no son grabadas. Lo mismo aplica para el caso de las lenguas de señas,
que requieren de interacción cara a cara así sea a través de medios electrónicos.
La historia de la humanidad da cuenta de cómo las lenguas orales fueron priorizadas,
pues entre las producciones gestuales y verbales de los primeros pobladores poco a
poco fue tomando fuerza y perfeccionándose la comunicación a través del canal oral, así
los gestos pasaron a ser un apoyo del habla (Oviedo, 1998). Gestualidad y la
corporalidad, al privilegiar el canal visual para la recepción de la información, pasaron a
ser la base sobre la que las personas sordas construirían poco a poco su propia lengua.
El privilegio de estas lenguas mayoritarias marcó siglos de discriminación lingüística y
social hacia las personas sordas pues, al considerar que sólo el habla posibilitaba
desarrollar el pensamiento, se argumentó que el signo gestual y corporal mataba la
palabra y restringía el acceso al conocimiento. Se negó a los sordos el uso natural10 de
10 “[…] las lenguas de señas son lenguas naturales porque cumplen, en las comunidades que las
usan, funciones idénticas a las que cumplen las lenguas habladas para las personas oyentes: se adquieren naturalmente, permiten a los niños desarrollar el pensamiento, resuelven las necesidades comunicativas y expresivas cotidianas de la comunidad, se convierten en un factor de identidad del grupo, etc” (Oviedo, 2001: 13).
sus señas y, por ende, el desarrollo de sus lenguas. Se les impuso hablar y comprender
auditiva o visualmente la lengua oral de su entorno11.
Actualmente, en Colombia, los sordos que dominan en mayor grado la lengua oral,
suelen ser tratados como diferentes por los sordos señantes. Aunque no son rechazados
directamente, no son sentidos como miembros con identidad sorda ni como parte del
colectivo sea este Fundarvid o cualquier otro. Las diferencias entre sordos son marcadas
entre ellos por sus habilidades con las lenguas que usan en la comunicación cotidiana.
Consideran que alguien con buenos desempeños en lengua oral no puede ser un
representante o modelo de los sordos usuarios y defensores de la lengua de señas, tanto
dentro como fuera de su colectivo.
[…] puede representar a los sordos medios (hipoacúsicos) si tiene la costumbre de oralizar, pero si tiene habilidades en lengua de señas no hay problema en representar a los sordos, eso depende de las habilidades que tenga cada uno. -Johana- (ver clip de video MOV091) Los sordos medios son diferentes a los sordos usuarios de la lengua de señas colombiana […] la clave de la diferencia está en las habilidades en lengua de señas. -Alberto-
Se evidencia aquí al interior del colectivo, la presencia del fenómeno de Diglosia, donde
se privilegia el uso de la lengua de señas por encima de la lengua oral. Sin embargo no
sucede lo mismo con la lengua escrita pues, como se abordará más adelante, el
bilingüismo logra colocar al mismo nivel de importancia para los sordos la lengua de
señas y la lengua mayoritaria en su forma escrita.
11 Para desarrollar el habla desde temprana edad, incluso hoy en día, se les realizan terapias
verbo-tonales donde el manejo de la respiración, la articulación y las vibraciones toman relevancia. La comprensión auditiva, también desde temprana edad, se realiza con apoyo de aparatos amplificadores como audífonos o implantes. Mientras que la comprensión visual del habla se entrena a través de la lectura de los labios y el rostro.
34 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
Lengua de señas, aspecto importante en la definición de identidad como
persona sorda Las lenguas de señas privilegian en sus señantes los ojos y el tacto para la recepción y
las manos, los gestos y el torso para la emisión de mensajes. Los sordos recurren al
mismo medio comunicativo en el cual comparten una característica trascendental: las
interacciones con el entorno se estructuran desde lo corporal, incluso quienes quedan
sordos en edad adulta y han sido hablantes de una lengua oral recurren a todas las
formas que el lenguaje visual [corporal] les provee (Fridman, 2009). La forma diferente de
ver y conocer el mundo desde la experiencia visual y corporal de la persona sorda sólo
fue reconocida por los oyentes al aceptar que su forma de comunicación correspondía a
una lengua con características diferentes pero con funciones similares a las lenguas
orales.
Las lenguas de señas usadas por las personas sordas no son sólo una forma de
comunicación a través del movimiento de las manos sino todo un entramado que
involucra también los gestos, el movimiento del cuerpo y las miradas. Tienen estructuras
gramaticales definidas y características funcionales/comunicativas similares a las lenguas
orales del mundo, de las cuales también tienen gran influencia pues, aunque casi en
cada país existe una lengua de señas específica que se diferencia de las demás; las
lenguas de señas adoptan aspectos sociales y culturales de la lengua oral que se habla
en la región donde se usa.
Es por esto que las lenguas de señas no son universales; no puede afirmarse que por
recurrir a signos manuales, por cierto muy icónicos, todas las lenguas de señas del
mundo son iguales. Cada lengua de señas está fuertemente influenciada por la lengua
oral del entorno donde se desarrolla, me atrevo a decir que esta influencia se debe a los
cruces históricos en los usos que tanto sordos y oyentes hacen de las lenguas orales y
las señas como es el caso de la Comunicación Total. Por ello en cada país se nombra la
lengua de señas con el gentilicio propio de esa nación entiéndase por ejemplo Lengua de
Señas Colombiana, Lengua de Señas Americana, Lengua de Señas Cubana, etc.
Para las personas sordas, el buen manejo de las señas los destaca en su colectivo;
quienes tienen mayor y mejor uso de la lengua de señas son admirados por su
elocuencia y reconocidos como líderes. Si un sordo no se enorgullece de las señas, no
es bien visto por quienes sí lo hacen y tiende a ser rechazado por varias personas del
colectivo que las usa.
No me parece [correcto] que si un sordo va caminando y moviendo sus manos haciendo señas, se achante o intente mostrar con vanidad que puede hablar oralmente al ser observado por un oyente que lo mira con extrañeza porque le parecen raras las señas y deduce que él es sordo. -Yeny-
Aunque son de reciente uso y estudio, se cree que las lenguas de señas han existido
desde siempre gracias a que un conjunto de señas o códigos señados, generados por
habitantes sordos de las ciudades, fueron evolucionando con el tiempo hasta convertirse
en lo que hoy se denomina Lengua de Señas (LS) (Oviedo, 2001). Las referencias más
remotas del uso de las LS datan del siglo XVIII en Francia, donde el Abad Charles Michel
de L’Epée la usó para ‘educar’ a sordos. Aunque oyente, se le considera como un
personaje importante en la historia de los sordos, pues fue el primero en darle un estatus
lingüístico a la lengua de señas al considerarla un sistema de signos que cumplía con las
funciones de una lengua. La reconoció como lengua natural de las personas sordas
36 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
adecuada para desarrollar el pensamiento y la comunicación entre ellas. Sin embargo,
por los prejuicios propios de su época, pensaba que la LS era naturalmente incompleta y
que debía ser mejorada y universalizada; por ello introdujo en sus clases lo que
denominó ‘signos metódicos’12 que serían la primera aplicación de lo que hoy se conoce
como ‘lengua signada’13 o representación espacial de la lengua oral (Sánchez, 1990).
También se tienen referencias de lugares donde, por cuestiones genéticas, la gran
cantidad de habitantes sordos genera una comunicación fluida y poco discriminatoria
entre sordos y oyentes a través de una lengua de señas. Es el caso de comunidades
indígenas como los UrubúKaapor en Brasil y un grupo de aldeas mayayucatecas en
México. También de comunidades apartadas como la población de Adamorobe en
Ghana, la comunidad beduina de AlSayyid en Israel, los habitantes de la isla
estadounidense Martha´s Vineyard y los habitantes de la isla colombiana de
Providencia.14
En la Colombia continental se tienen datos desde el año 1924 sobre la instauración de
internados en Bogotá y Medellín para infantes con limitaciones sensoriales que acudían
de diferentes regiones del país para ser rehabilitados en la comunicación oral. Pese a
12 Signos que representan palabras de una lengua oral y que no tienen una configuración gestual,
por ejemplo las preposiciones y los artículos (Sánchez, 1990). 13
Fusión de algunas señas de la LS de los sordos con signos arbitrarios de una lengua oral siguiendo la estructura gramatical de esta última (Sánchez, 1990). 14
Datos tomados de un pequeño artículo escrito por Alejandro Oviedo donde se afirma que en algunos lugares, a causa del alto grado de endogamia, existe un gen recesivo de sordera que conduce a que haya un gran número de personas sordas que no son discriminadas por los habitantes oyentes, sino que por el contrario se desarrolla y aprende en conjunto una lengua de señas. “Los antropólogos que han estudiado estos casos coinciden en afirmar que no existen, en esas comunidades, valoraciones negativas acerca de la sordera, que es vista simplemente como una característica cultural de algunos miembros del grupo” (Oviedo, 2006:1).
ello, este espacio de encuentro propició intercambios comunicativos a través de códigos
señados restringidos15 que poco a poco fueron desarrollando como lengua.
Al adquirirse como primera lengua en interacción con otros pares, las lenguas de señas
posibilitan a las personas sordas tener mejores desarrollos de su intelecto, pues con ellas
acceden a los conocimientos del mundo, los nombran y establecen relaciones entre ellos.
Por privilegiar el canal viso-gestual de comunicación, es de más fácil acceso para las
personas sordas; éstas confirman, ante quienes dicen que las señas no tienen estatus de
lengua por ser tan diferentes a las lenguas orales, que efectivamente la lengua de señas
es un idioma, su idioma, con el cual se expresan y se comunican.
Los sordos sí nos expresamos a través de la LS […] tenemos un idioma que es la Lengua de Señas, tenemos manejo gestual y corporal para expresarnos y conversar con los demás miembros sordos de nuestra comunidad en diferentes espacios […] sabemos perfectamente que podemos comunicarnos y expresarnos a través de nuestra lengua y ya!. -Sandra- La lengua de señas sirve muchísimo; significa que, al adquirirla, podemos tener mayores desarrollos. Aprendemos una lengua; así como en Japón tienen una lengua en pictogramas que es diferente a la mía y a otras lenguas que se desarrollan, así también los Sordos tenemos la lengua de señas. -Johana-
En mi caso particular, comencé a aprender lengua de señas colombiana en la
universidad de Antioquia durante el pregrado en educación especial, motivada
principalmente por el interés de comunicarme con un familiar contemporáneo que nació
sordo, a quien realmente conocí cuando comenzamos a platicar en señas. Desde allí y
15 No es aún una lengua sino un código de comunicación que usan varias personas sordas
retomando del entorno elementos visuales significativos que se enriquecen con las experiencias propias en diversas situaciones comunicativas. Se asemeja a un pidgin o sistema de comunicación que ha surgido en lugares donde convergen diferentes idiomas (Oviedo, 2001).
38 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
durante los años de contacto con personas sordas, he observado que éstas, incluso en
Fundarvid, siempre hablan del aprendizaje de la lengua oral como un proceso tortuoso,
algo que no les gusta porque involucra tratamientos terapéuticos repetitivos, poco
comprensibles.
[…] los profesores comenzaban a exigirme que mejor hablara, pero yo no comprendía nada y era incapaz de aprender a hablar […] fui débil y me dejé influenciar un poco, comencé a oralizar y los profesores muy contentos decían que estaba progresando. -Yeny-
Por ello, cuando descubren la lengua de señas, la prefieren por encima de la lengua oral
y del uso de aparatos tecnológicos que amplían el sonido perceptible como los audífonos
o el implante coclear.
Yo quería progresar con las señas, pero me sometían; quería decirles que la lengua de señas sí servía, no el oralismo. -Yeny- Al ver las señas boté el audífono y empecé a adquirirla visualmente, me encantaba; comencé a comprender todo con mayor claridad, estaba contenta, entendía y me sentía muy feliz. -Johana-
Además la preferencia por esta lengua traspasa las fronteras comunicativas entre países
y regiones donde muchos sordos, gracias a los avances tecnológicos como la internet, se
hacen amigos porque comparten no sólo una lengua, sino una vivencia similar.
¡Uf! Yo sí tengo muchos amigos sordos fuera del país, los conozco por facebook y por chat […] tengo una gran amiga en España, otra en Inglaterra a quien me gustaría visitar próximamente. También tengo amigos en México, en África, en Canadá […] poco a poco voy a prendiendo las señas de sus países aunque a veces es un poco difícil, pero me gusta esforzarme en aprender para conocer más de los sordos que viven en otros lugares. -Yeny-
Cuando las personas sordas han sido obligadas a aprender y a usar otra lengua, que
suele ser la lengua que prevalece en el entorno en su forma oral, y luego descubren o
conocen la lengua de señas a través del contacto con sordos que la usan, la mayoría
pasa por un momento de escogencia donde reconocen que con las señas se sienten
mucho mejor. Muchos expresan este momento como un descubrimiento que les cambia
la vida pues comprenden mejor la información brindada por otros, se sienten cómodos
usándola y reconocen que sería mejor adquirirla desde edad temprana. Allí donde los
padres usan la lengua de señas, los niños sordos comprenden su idioma, tienen buenas
bases de construcción de su lengua que les permite interactuar, desarrollar su
pensamiento, ser ciudadanos entre otras cosas.
Parece que a la mayoría nos gusta más las señas, nos gusta más este idioma desde que estamos pequeños. -Alberto- Los niños sordos deben primero aprender la lengua de señas, que es su primera lengua. -Johana-
Son pocos los hijos sordos de padres sordos. Éstos suelen tener mejores desempeños
en el uso de la lengua de señas porque no sólo es su primera lengua, sino también su
lengua materna porque la aprenden en casa, la conocen mejor y les permiten
identificarse como miembros de una colectividad desde sus primeros años, cosas que no
siempre le ocurren a los sordos hijos de padres oyentes que adquieren la lengua de
señas en contacto con otros sordos y en otros momentos posteriores a su nacimiento.
Continué usando las señas que hasta ahora me hacen sentir bien, alegre e inteligente; [con ella] comprendo las señas y las lecturas. -Johana-
40 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
Estos testimonios ratifican la necesidad que tienen las personas sordas de acceder a una
lengua que aprovecha su principal canal de comunicación: la visión. Sin embargo, que
los sordos digan esto, no es muy notable para los oyentes que teorizan la sordera, pues
creen que eso ya se dijo hace mucho tiempo.
[…] es una bobada que los sordos se ‘estanquen’ en contar sus historias de vida porque deberían estar haciendo otras cosas en beneficio de su comunidad. –“Isabela” (2009)16-
De tiempo atrás, los autores oyentes que apoyan la ‘causa sorda’ desde la diferencia y
no desde la discapacidad, vienen haciendo varias defensas a favor de este colectivo;
muchos de éstos fueron quienes lucharon en nuestro país por el reconocimiento legal de
la lengua de señas como ‘lengua’ propia de las personas sordas, hecho que inspirado en
el principio constitucional de respeto de la dignidad humana (no discriminación a las
personas discapacitadas, igualdad de derechos y garantías) culminó con la aprobación
de la ley 324 de 1996.
Tiempo después una persona ensordecida, usuaria de la lengua oral y opositora de que
la lengua de señas fuera reconocida oficialmente como lengua propia de las personas
sordas, logró a través de una tutela17 derogar el artículo que en la ley permitía el
reconocimiento de esta lengua desde una perspectiva de diversidad cultural. Varias
personas sordas participaron de esta lucha y aún hoy la continúan defendiendo, pues ven
con claridad que su primera lengua no se ha reconocido verdaderamente y, en
16 “Isabela” (2009). Nombre creado para proteger la identidad de una persona oyente con quien tuve una conversación informal luego del evento Diversidad sorda, su inclusión en la educación superior y formación de intérpretes. Universidad Nacional. Bogotá, Noviembre 13. Registro manuscrito. 17
Ver sentencia C-128 de 2002
contrapeso, la lengua escrita comienza a ser más demandada por los oyentes hacia los
sordos como en épocas anteriores se hizo lo mismo con la lengua oral.
Los miembros y participantes de Fundarvid coinciden en afirmar que, por encima de
estas demandas, para ellos es más importante fortalecer primero la que consideran su
primera lengua pues la falta de comunicación en una lengua consolidada, afecta la
relación con las demás personas desde lo afectivo y lo formativo. Reconocen las
debilidades de la lengua de señas, por lo cual ven la necesidad de potenciar más su uso
para nutrirla; ésta es precisamente una de las tareas realizadas por Fundarvid.
Desde sus inicios, los miembros fundadores que en su mayoría eran estudiantes
universitarios vieron la necesidad de crear nuevas señas para nombrar conceptos
académicos; esto los condujo a realizar reflexiones metalingüísticas de las señas que
usaban, es decir, estudiar su lengua en relación con los conceptos que iban aprendiendo
y con su forma particular de comprender el mundo desde la sordera; bajo estos análisis
comenzaron a cambiar y crear señas intentando dar lógica a las raíces lingüísticas de la
lengua de señas colombiana.
En el plano local y el nacional, las señas creadas en Fundarvid comienzan a ser usadas
por personas sordas e intérpretes, especialmente en contextos académicos que exigen
mayores conceptualizaciones. Algunos colectivos de sordos e incluso personas oyentes
no ven con buenos ojos estos cambios ‘arbitrarios’ en señas ya tradicionales, ni están de
acuerdo con la configuración de algunas señas nuevas, pues consideran que van en
contravía de la producción natural de señas y la evolución de la lengua. Sin embargo
para muchos otros sordos, especialmente jóvenes estudiantes, estas novedades son
atractivas y acuden a los encuentros semanales con el ánimo de enriquecer su lengua y
42 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
compartir experiencias que trascienden las actividades recreo-deportivas tradicionales en
las asociaciones de sordos del país hacia intercambios de tinte más intelectual que
vinculan sus intereses asociativos, legales, formativos e informativos.
Ingresé sin saber bien qué era esto, me esforcé en aprender nuevas señas y nuevas experiencias [ahora] como socio de Fundarvid he adquirido experiencias gracias a la lengua de señas, pues ésta facilita que rápidamente aprenda cosas aquí en Fundarvid a quien agradezco por ayudarme a aprender nuevas señas y conocimientos. -Edwin- (Ver clip de video MOV078) Interactuamos en lengua de señas para fortalecerla desde su base. -Yeny- Además al crear nuevas señas, todos mejoramos nuestro intelecto, encontramos relaciones y significados. -Johana-
Este interés compartido por los miembros de Fundarvid en reivindicar y fortalecer mucho
más la lengua de señas colombiana, parte de la preocupación sentida por el uso que de
la lengua vienen observando en los diferentes usuarios, especialmente niños sordos e
intérpretes, que ahora parece ser un obstáculo en los procesos de formación e
información. Dicen algunas personas de Fundarvid que los niños no comprenden
correctamente el significado de varias señas, por lo que las tergiversan cambiando su
configuración o usándolas fuera de contextos adecuados.
Les he preguntado a niños sordos de primaria qué significa esto (realiza la seña de ‘comunicación’) y me responden que significa ‘besar’. Pregunte usted y verá. -Erica-
Algo similar sucede con los intérpretes que les prestan el servicio de interpretación en
lugares como instituciones educativas, eventos públicos, servicios de televisión, entre
otros, a quienes critican fuertemente por no realizar interpretaciones claras y amplias, por
omitir información valiosa o por no transmitir información de manera acertada sin alejarse
de la intención del emisor.
[…] con el intérprete me fue peor, su lengua de señas era muy regular y hacía español signado. Yo no pude tolerar esto, no entendía sus señas y venía que también mis seis compañeros estaban muy atrasados en el uso de las señas; yo sentía que tenía muchas debilidades […] Depende de las habilidades del intérprete […] Por ejemplo si es muy hábil, los sordos captarán fácilmente, pero si es insuficiente señando, los sordos, como idiotas, a todo van a decir qué sí entienden, van a estar distraídos conversando; al estar así el intérprete se ofuscará e irá a decirle al profesor ‘así son los sordos de conchudos’ y no [me parece], ese es un problema de la defectuosa educación que hay. -Yeny-
Por ello ahora, entre sus acciones permanentes está la exigencia de tener buenos
interlocutores en su primera lengua, especialmente por parte de quienes median su
comunicación entre las dos lenguas en las que viven inmersos, la lengua de señas
colombiana y el español escrito y hablado. Docentes, intérpretes y pares con buen
desempeño en lengua de señas son validados como miembros y aceptados dentro del
colectivo.
Lengua escrita, herramienta de poder
La lengua escrita comprende los procesos de lectura y escritura que, aunque recíprocos,
son tomados como procesos diferentes que requieren de habilidades distintas18. Van de
la mano de las lenguas orales, aunque los contextos y canales comunicativos varían
18 “[…] leer es un proceso de construcción de significados entre el lector, el texto y el contexto. Es
decir, el escritor no es el portador único del significado; el lector tiene significados, conocimientos previos que enriquecen la comprensión. La escritura, en cambio, se presenta como algo más que un simple artefacto mecánico, pues a través de ella se pueden hacer registros, comunicarse, controlar o influir sobre la conducta de otros, trascender las condiciones inmediatas, prefigurar y modificar la acción, proseguir discusiones abiertas, ir decantando conocimiento” (Consuegra, Franco, González, Lora, Rendón, y Saldarriaga, 2002: 38).
44 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
entre uno y otro. No requiere de la interacción cara a cara y su mensaje perdura a través
del tiempo.
A diferencia de las lenguas orales y de señas, que se adquieren por interacción entre sus
usuarios, la lengua escrita no se adquiere espontáneamente sino que requiere de
procesos de enseñanza formal o informal para acceder a ella.
[Los sordos no] saben leer ni escribir, por muchas razones como tener una mala educación; ese es su problema. Encontramos que les falta motivación e interés, esto interés. -Mauricio-
En la presente investigación se comprende la lengua escrita como una herramienta de
comunicación, de expresión y de acceso a la información que, al privilegiar el uso del
canal visual, usan las personas sordas de una manera diferente a las estructuras
adoptadas por las personas oyentes. Los escritos de sordos no son totalmente
comprensibles para las personas oyentes, pero entre los usuarios sordos parece haber
una buena comprensión de ellos.
Yo que soy Sorda no leo ni escribo perfecto; compartiendo con otras personas podría… (intenta decir “enseñar-le o enseñar-me” pero no realiza la seña completa)… eso depende, hay varios sordos que pueden leer y escribir, pero hay otros que tienen dificultades para aprenderlo, eso depende. -Yeny-
En los últimos 50 años el reconocimiento de la lengua de señas como lengua propia de
las personas sordas, ha estado acompañado de la necesidad (más sentida por los
oyentes que por los mismos sordos) de aprender la lengua mayoritaria que se usa en su
entorno. Como la modalidad oral de este aprendizaje ha tenido pocos avances en la
etapa escolar, ahora la demanda por aprender la lengua mayoritaria se cambió por la
modalidad escrita, para lo cual se comienza a hablar de bilingüismo de y para los sordos.
La llamada educación bilingüe para sordos, se promueve como un modelo educativo que
ofrece condiciones lingüísticas y culturales para que la persona sorda, en interacción con
otros sordos, desarrolle su lengua de señas y, con ella, su pensamiento y su lenguaje.
Aquí todos los conocimientos específicos son mediados a través de la lengua de señas
con metodologías que privilegian el canal visual y la interacción entre pares. Además, se
planteó que este modelo le permitiría a la persona sorda dominar la lengua mayoritaria
de la comunidad en la que vive para obtener información significativa del mundo y de la
cultura (Consuegra, Franco, González, Lora, Rendón y Saldarriaga, 2002).
Esta estrategia se fundamenta en el respeto de la diferencia lingüística y cultural de las
personas sordas, pero también en la necesidad de permanecer en contacto con una
sociedad mayoritariamente oyente a través de la lectura y la escritura de su lengua,
priorizando para ello el canal visual. En nuestro país, al igual que en muchos otros, se
han intentado implementar desde hace aproximadamente 20 años programas educativos
bilingües en varias instituciones educativas públicas y privadas.
En los grados iniciales se busca que los estudiantes sordos adquieran y fortalezcan su
lengua de señas en compañía de docentes sordos u oyentes con buen manejo de ella,
mientras van cursando los niveles de educación formal. Así continúan en la educación
básica aunque para la secundaria se integran con compañeros oyentes teniendo el
apoyo en el aula de un intérprete de la lengua de señas y por fuera de ella a un equipo
46 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
de profesionales19 que acompañan su proceso y orientan a los docentes oyentes. En la
educación superior comienza a permitirse el ingreso de estudiantes sordos también con
intérpretes que, en la mayoría de los casos, apoyan el proceso de inclusión dentro y
fuera de las clases. Aunque no es su función, los intérpretes en la educación superior no
sólo interpretan las clases magistrales sino que también, muchas veces, actúan como
asesores de los docentes y los directivos, como lectores en lengua de señas o
traductores/correctores de los trabajos en lengua escrita para los estudiantes sordos a
quienes le interpretan.
Como mencioné anteriormente, las personas sordas usan la lengua escrita para múltiples
funciones. Sin embargo sus lecturas y producciones distan en gran medida de las hechas
por oyentes; por ello, suelen ser nombrados frecuentemente como analfabetas. Así son
pocos los sordos que tienen acercamientos a la estructura gramatical oyente, quienes lo
hacen logran tener estatus y poder al interior de su colectivo y mayor reconocimiento
fuera de él por parte de las personas oyentes.
Los sordos estamos tranquilos, ellos nos ven así y comprenden que tenemos una cultura propia que es más tranquila, pero que tenemos un problema y es la lectura y escritura, es un problema que todos sabemos […] necesitamos saber leer y escribir español curiosear (por contexto creo que se refiere a interesarse en). Manejar las señas está bien, pero necesitamos leer y escribir para informarnos, ese es el punto. -Alberto- (Ver clip de video MOV08C)
19 En el contexto educativo distrital, las instituciones públicas cuentan con la figura de “docentes
de apoyo” o maestras de apoyo” encargadas del liderar los procesos de inclusión con toda la comunidad educativa (directivos, padres de familia, docentes, modelos lingüísticos, intérpretes,). Además los estudiantes sordos de secundaria reciben clases de lengua de señas como primera lengua y clases de lengua escrita como segunda lengua; esto con la misma intensidad horaria que sus compañeros oyentes reciben clases de español e inglés aunque con profesores y espacios diferentes. Las pocas instituciones educativas privadas para sordos, cuentan además con otros profesionales como psicólogos y fonoaudiólogos para acompañar los procesos de inclusión.
No es posible asegurar que los avances o las dificultades hacia el aprendizaje de la
lectura y la escritura por parte de los sordos sean una consecuencia del modelo
educativo bilingüe, pues en nuestro país no ha sido aplicado con todo su rigor. El hecho
es que actualmente la mayoría de sordos no leen ni escriben como los oyentes quisieran,
pero sería un error afirmar que los sordos “no saben leer ni escribir” cuando recurren
permanentemente a este medio de comunicación para recibir o enviar información. La
demanda por tener sordos competentes en segunda lengua ha hecho que se critique el
modelo bilingüe porque aún no arroja los resultados esperados en cuanto al nivel y
dominio de la segunda lengua.
El hecho de que actualmente en el campo educativo se está exigiendo a las personas
sordas un nivel medio de dominio del español, es decir, que los sordos lean y escriban
como un oyente promedio, pone en juego el concepto teórico de purismo idiomático. Aquí
aunque se reconozca y respete en los sordos el uso de su primera lengua, se reivindica
la supremacía de la lengua mayoritaria que “deben” aprender los miembros del colectivo
minoritario para garantizar la comunicación entre ambos.
[…] estaba cansada de que todos mis compañeros sordos me dijeran que para qué quería mejorar mi lengua de señas si aprender a leer y a escribir era mejor, nos hacía más sabios que otros; yo callaba humildemente. -Yeny-
En este sentido, el mundo oyente se presenta ante los sordos como una ciudad letrada.
Éste es el lugar donde habitan los letrados y donde se articula el poder con el orden de
signos del mundo lingüístico. “Podría decirse que la escritura concluye absorbiendo toda
la libertad humana, porque sólo en su campo se tiende la batalla de nuevos sectores que
48 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
disputan posiciones de poder” (Rama, 1984: 9). Por ello el poder de la palabra escrita
genera una brecha entre quienes la dominan y quienes carecen de ella.
Nosotros debemos aprender bien a leer y a escribir, pues aprendiendo el idioma de los oyentes y con argumentos teóricos podremos demostrarles quiénes somos los sordos. -Erica-
Este concepto aporta al análisis de esta investigación al relacionarlo con las tensiones
entre sordos y oyentes generadas por el limitado acceso a la información a través del
castellano en su modalidad escrita como lengua dominante. Aquí somos los oyentes
quienes producimos teóricamente sobre las personas sordas en una lengua que ellos no
dominan, en contraste con el desconocimiento por parte de los sordos de muchos textos
que hablan de ellos.
El poco dominio del castellano escrito hace ver a las personas sordas siempre en
desventaja frente a los oyentes quienes, con discursos sobre la diversidad por la defensa
de igualdad de derechos y la equiparación de oportunidades, los obligan a acceder a ella
a través de la educación, negándoles espacios y formas de enunciación propias e
imponiendo otras ajenas a sus condiciones personales y estilo de vida.
[…] si alguien viene yo con gusto comenzaría a enseñarle lengua de señas, leer y escribir aparte (creo que el sentido es decir que por ahora no le interesa), lo primero será la lengua de señas, esforzarme en que la misma persona oyente aprenda […], primero es importante que le enseñe lengua de señas, si me pongo a interactuar leyendo y escribiendo fracasarían las señas. -Yeny-
A continuación intento explicar el concepto de traducción a la luz de teorías relacionadas
con los estudios culturales, pues en el trabajo del traductor también hay dispositivos de
poder que legitiman ciertos discursos. Éste fue un componente especial y relevante
durante toda la investigación al permitir el constante intercambio comunicativo entre
lenguas: la lengua de señas usada durante los encuentros con los sujetos de la
investigación para desarrollar las actividades propuestas, la lengua oral usada por la
investigadora durante las sesiones de asesoría para hablar del proceso investigativo y la
lengua escrita usada en ambos contextos y en la realización de esta monografía.
La traducción
Este concepto cobra especial importancia en esta investigación, pues casi todo el trabajo
de campo se desarrolló en lengua de señas, lengua que carece de escritura20 y por lo
tanto tuvo que ser video grabada para luego, durante el análisis, ser “traducida” al
lenguaje exigido por la academia. El trabajo de proponer una discusión debatida en la
lengua de los participantes para ser luego capturada en la escritura, me exigió reflexionar
sobre el uso que hago de la lengua de señas y la lengua escrita, además reflexionar
sobre mi papel de “investigadora” y “traductora” entre el mundo sordo y el mundo oyente-
lector.
Entre las varias implicaciones contenidas en la perspectiva foucaultiana de la
representación, se encuentra el de la interpretación-traducción que, para el caso de esta
investigación, fue de gran importancia durante el proceso de análisis de la información
para el cumplimiento de los objetivos propuestos. Foucault expone que la Interpretación-
Traducción es necesaria para comprender los sentidos y conceptos que varían entre una
cultura y otra entre un tiempo y otro. La traducción debe vincular el mundo de las cosas,
el mundo conceptual y el mundo de los signos a través de códigos (convenciones
20 “Las comunidades sordas suelen ser colectivos ágrafos, por lo que no se cuenta comúnmente
con documentos que respalden su historia”. (Oviedo, 2001: 36).
50 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
sociales, no fijas que cambian imperceptiblemente) conocidos para unos y otros con el fin
de conocer su correspondencia.
En lo personal, considero que mi nivel de uso de la lengua de señas colombiana me
permite interactuar en diferentes contextos y sostener una conversación fluida con
personas sordas. Esta habilidad me permitió, no sólo desarrollar la propuesta
metodológica a través de debates sino, revisar cada uno de los videos hechos durante
las sesiones y los registros autograbados por los participantes, tipo diario de campo,
muchas veces repitiendo la observación para traducir al castellano escrito lo dicho por los
debatientes, al tiempo que cada comentario se clasificaba en alguna de las categorías
iniciales propuestas. La tarea de ‘traducir’ las opiniones de ‘otros’ evidencia la
imposibilidad de la objetividad; en este trabajo investigativo las opiniones de los
participantes sordos están, inevitablemente, atravesadas por la subjetividad de la
investigadora oyente.
El concepto de diglosia, adoptado desde los estudios culturales, intentan explicar esta
dualidad: entendido como la consecuencia de la división de ciudad entre letrados e
iletrados, donde confluyen dos lenguas (la pública y la popular), puede relacionarse con
el hecho de que aún no se conocen producciones culturales de las personas sordas en el
contexto nacional, pues de existir, no se encontrarían en castellano escrito sino en su
lengua natural a través de registros video grabados o de escrituras gráficas emergentes
como es el caso de la visagrafía21.
21 La visagrafía es un sistema de símbolos escritos que tienen como propósito permitir que la
persona sorda escriba de una forma acorde a la lengua de señas. En Colombia ha sido utilizado por la Escuela de la Palabra en la ciudad de Pereira (Blog sobre sordera, 2013). Su uso no ha sido generalizado ni divulgado en todo el país.
Antes y durante el trabajo investigativo, estuve visitando la fundación en calidad de
observadora participante. Participé directamente en las actividades sociales y
académicas semanales de la fundación, asistiendo todos los sábados a las reuniones de
grupo; me entrevisté informalmente con dos de sus miembros-fundadores, quienes me
contaron un poco de la historia y los propósitos de esta fundación. Además asistí a
eventos académicos organizados por y para instituciones y profesionales que trabajan
con población sorda, a los cuales, en menor proporción, también acudieron personas
sordas de Fundarvid. De todas estas actividades surgieron reflexiones que registré en
forma escrita, tiempo después de sucedido el hecho, por lo que son el reflejo de un
recuerdo que rescata lo más relevante del acontecimiento y no son una fiel traducción de
lo expresado por los actores. Estos registros escritos posteriores siempre se soportaron
en mis recuerdos y en la traducción subjetiva que hacía de lo observado en lengua de
señas a la interpretación personal en lengua escrita.
Las reflexiones de los participantes presentadas en esta investigación no representan
una fiel transcripción de lo planteado por ellos, pues como se explicó anteriormente,
éstas surgieron, en un principio, de conversaciones informales en los espacios de
encuentro semanales en la fundación y luego, de las discusiones en los debates. Lo
presentado aquí intenta ser un recuento de los aspectos que consideré centrales en
dichos intercambios comunicativos, los cuales se desarrollaron completamente en lengua
de señas.
52 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
III. La diferencia como referencia identitaria
El reconocimiento de la sordera y de las personas sordas ha sido señalado desde
diversos ámbitos teóricos. Muchos de ellos sólo se dedicaron a hacer una diferenciación
de oposición binaria (sordos-oyentes) que, como expone Derrida (1968), se sustenta en
la necesidad de ambos, cada uno existe porque existe el otro, sin el otro no hay uno, sin
uno y otro no hay différance. Para Derrida, este concepto es el movimiento por el cual la
lengua o código (sistema de signos) se constituye “históricamente” como entramado de
diferencias, algo así como lo intangible o implícito en el habla cuando se usa la lengua
(Derrida, 1968). Este binarismo ha provocado el señalamiento de particularidades que
apartan a un bando de otro, dando la idea soterrada de considerarlos homogéneos en su
interior.
Esta investigación partió del concepto de différence, según lo expone Derrida como lo
evidente, lo tangible, al hacer referencia al aspecto fisiológico en las percepciones sobre
los sordos como discapacitados o subalternos que son otros, distintos al oyente
dominante y capaz. Retomó también el concepto différance para referirse a la
multiplicidad de personas sordas, los sordos otros que, como colectivo, son una
construcción social que no es un conjunto homogéneo. Finalmente, da una mirada desde
el concepto de otredad para reconocer al otro desde lo que es, independientemente de
su condición fisiológica o de su identificación con un grupo.
Esta propuesta parte de la tradicional diferencia binaria sordo-oyente para indagar por la
otredad. A continuación presentaré cómo se han marcado las diferencias en las personas
sordas, a la luz de los testimonios de los participantes y de conceptos teóricos relevantes
en la investigación.
Diferencia, otredad e identidad
La condición de sordera como incapacidad para escuchar sólo se detecta a simple vista
cuando una persona en esta condición no responde a sonidos del entorno o usa alguna
forma comunicativa que es poco común para la mayoría, es decir, hasta que una persona
no mueva sus manos para comunicarse por medio de señas o hasta que no enuncie
algunas palabras en un tono de voz poco frecuente, con pausas, omisiones y sonoridad
diferente no se detectará que posee una diferencia corporal: no escuchar. Si un sordo
intenta parecerse a los oyentes hablando oralmente se detectará fácilmente su
diferencia.
Cuando un sordo medio22 se comunica hablando con la mayoría de oyentes, por ejemplo yo que soy sordo medio hablo con una mayoría oyente, éstos me dicen que mi voz suena raro. Los oyentes se quejan de que nuestra voz es carrasposa, ruidosa. Uno como sordo medio se siente [mal] y poco después, por la diferencia, decide dejarlos e involucrarse más con los sordos que usan las señas, que son más atractivas. -Alberto- Una persona al ver a otra mover las manos extrañamente, puede decir que parece un mico, que es gracioso, puede no comprender pero asombrarse, eso depende […] Los oyentes en general tienen cosas positivas y negativas […] desde lo negativo, miran despectivamente y dicen ‘tan raras y graciosas las señas; con eso tan raro no pueden aprender, no entiendo. Creo que un sordo tampoco comprende ningún significado, además se ve muy chistoso’. -Yeny-
En este caso las diferencias se detectan externamente desde el cuerpo y desde allí
tienden a generalizar todo el ser; en términos derridianos su diferencia “no posibilita al
22 Al decir sordo medio se refiere a hipoacúsico o persona que tiene restos auditivos.
54 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
sujeto hablante [señante] ser consciencia presente, pues la différance cuestiona la
presencia o existencialiad del ser, busca su dominación” (Derrida, 1968, 14). Al identificar
que una persona es sorda no se piensa en cómo ha afrontado sus barreras
comunicativas, ni en el camino que ha recorrido para superarlas. Mucho menos en si se
reconoce como discapacitado o no, simplemente se le otorga un nombre, una
clasificación: si no escucha es sordo o sordomudo. Esto es lo que Heidegger llama
“conservación” de la diferencia en la lengua, que define como des-poseimiento/des-
unimiento de la presencia, es decir, al rotularse, el ser desaparece y se inscribe en la
generalidad de la diferencia.
Por ejemplo, si voy a que me hagan un examen de oídos y el doctor me dice ‘¡ay! Usted está gravemente enferma, está sorda’, yo le respondería: ‘disculpe, pero yo no estoy enferma, no tengo ningún problema. Yo tengo lenguaje en mi cerebro. -Yeny- (Ver clip de video MOV082)
Desde el postulado de Heidegger se comprende que la diferencia es algo innombrable
que está más allá de las diferencias porque las crea, las produce; la diferencia escapa a
todos los nombres que puede recibir, está por fuera de un texto. La différance no es una
especie, no es apropiación ni expropiación es lo otro (Derrida, 1968). Una persona sorda
no es la consecuencia de su limitación física, alguien enfermo o discapacitado; es ante
todo un ser humano que piensa, decide y actúa de forma particular a cualquier otra
persona. Es innegable la estrecha relación entre los conceptos de diferencia y otredad,
sin embargo apremia aquí la crítica hecha de Grossberg. Este autor propone que los
estudios culturales se han anclado en trabajos que sólo siguen la línea de las teorías de
la diferencia en vez de la teoría de la otredad.
Las teorías de la diferencia son dominantes del campo teórico contemporáneo, se basan
en la noción de la diferencia como relación de términos que producen identidades. “[…]
toman la diferencia misma como un dato conocido, la economía a partir de la cual se
producen las identidades” (Grossberg, 2003:159). Las teorías de la otredad critican la
diferencia y la exponen como un efecto del poder, algo producido históricamente e
impuesto a lo real. La otredad reconoce al otro por lo que es, no en su esencia o
trascendencia sino en su particularidad contextual de afectar y afectarse. Para este caso,
reconocer que los sordos tienen otras formas de conocer e influir el mundo es tan válido
como reconocer que, a los oyentes nos sucede algo similar porque también somos otros.
En la lógica de lo moderno, diferencia y otredad son un material de poder discursivo.
Aquí el acto de poder radica en reducir toda una diversidad a términos semánticos y
diferenciales mundos existentes (reducir algo a la nada, a otro singular, diferente), esto
es lo que se conoce como “poder discursivo”.
Mi cuerpo no puede escuchar, tiene un daño en el oído solamente una limitación auditiva. Pero mi cuerpo tiene identidad, como decía esta persona Sorda, Yeny. -Johana- (Ver clip de video MOV085)
Pese a las críticas sobre que los estudios culturales se han centrado demasiado en el
estudio de la identidad y la diferencia de grupos totalizados que reflejan una posición de
poder; debe destacarse que éstos profundizan la crítica a lo moderno en su forma de
concebir la cultura y se centran en el estudio de las representaciones para entender la
configuración social e histórica del poder.
Sentimos que generalmente nos dicen ‘mudo’, mudo. -Carlos-
56 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
Es común escuchar a personas oyentes nombrar a los sordos como sordomudos;
muchos se preguntan de manera general por qué son mudos si hay evidencias de que
muchos pueden hablar o mínimamente emitir sonidos y palabras cortas. La verdad es
que la mayoría de las personas sordas sólo tienen la limitación física de la audición, para
ser mudos tendrían que tener problemas en su aparato fonoarticulador; pero como esto
no suele ser así, no son mudos. Además la mayoría de personas sordas rechazan el
término ‘sordomudo’ o ‘mudo’ porque lo consideran un estigma de inferioridad, una forma
despectiva de nombrarlos que rechazan conjuntamente.
Aunque la distinción estratégica adoptada por los estudios culturales refiere que no hay
identidades específicas, auténticas, definidas por experiencias comunes, puede pensarse
que la idea de rechazar como grupo el estigma de ‘mudo’ argumentando que mudo es
quien no puede comunicarse, pero ellos sí lo hacen a través de sus manos, es un indicio
de su identidad como sordos. Las identidades no son “plenamente constituidas,
independientes y distintivas [no existen] identidades auténticas y originarias basadas en
un origen o experiencia universalmente compartidos” (Grossberg, 2003: 152). Estas
siempre dependen de su diferencia: la negación de otro término.
¿Quieren que les explique la diferencia entre sordo y sordomudo?, yo ya la he entendido y me ha tocado explicársela a varias personas que me lo preguntan. -Yeny-
Los sordos aislados, que nunca tuvieron contacto con otras personas sordas usuarias de
lenguas de señas, se sienten únicos y diferentes hasta que, luego del primer encuentro
con otras personas sordas y del primer contacto con las señas, descubren que
físicamente no es la boca ni los oídos lo que los diferencia sino las manos, las manos son
su conexión. Es así como la lengua de señas se convierte en el elemento cohesionador
que les permite ingresar a un mundo nuevo.
Mi mamá pensaba que yo era el único sordo pero no le importó […] Yo no me comunicaba de ninguna forma, no sabía leer ni escribir el español, tampoco sabía lengua de señas, estaba en ceros. Lo único que sabía hacer perfectamente era dibujar […] Aún no sabía la lengua de señas, me expresaba a través de gestos lo cual fue muy importante para que ahora supiera manejar una buena expresión en señas. Esto lo fui aprendiendo poco a poco hasta ahora que ya soy más grande y joven porque antes me faltaba aprender lengua de señas. […] Al llegar al INSOR pregunté a mi mamá que quienes eran esos y ella con gestos me explicó que eran sordos, que no escuchaban; esto me asustó porque no podía creer que existieran otras personas como yo, me sentía único. […] Me sorprendió que allá todos los sordos movieran sus manos, yo me asusté al verlos e intenté preguntar qué era eso; me dijeron que era una escuela de sordos donde educaban y formaban más fácilmente a los sordos. Yo seguía asustado y con dudas de seguir, mamá insistía y finalmente ingresamos […] ese día fue como un despertar, me impactó y atrajo muchísimo [haber estado con otros sordos]. Mamá me acompañó [al colegio], al llegar habían muchos sordos que me miraban como preguntando quién era […] Todos movían las manos, para mí era muy extraño ver tanto movimiento, era como un gran desorden que no entendía y no me gustaba. […] me quedé muy quieto viendo cómo todos participaban moviendo sus manos, fue peor porque no comprendía nada, no eran grandes sino pequeños con quienes estaba. Después con el paso del tiempo los sordos fueron enseñándome señas y poco a poco fui comprendiendo algunos significados. […] quería tener más tiempo para aprender más lengua de señas, necesitaba con urgencia adquirir más conocimientos sobre ella. -No importa, la comunidad sorda es amplia- me dijeron, había más sordos en los colegios distritales y podría contactarme con ellos. Lo pensé -OK- y fui hasta el colegio Manuela Beltrán para conocer a otros sordos. -Edwin-
La identidad, para los estudios culturales, comprende una serie de figuras que se cruzan
y contraponen como son différance, fragmentación, hibridez, frontera y diáspora las
cuales contemplan y teorizan la identidad; para Grossberg son estructuras de
temporalidad más que de espacialidad y reducen el poder a los discursos de la
representación, es decir, ignoran las relaciones del poder en de los grupos subalternos.
En este caso, las diferencias corporales también son detectadas entre las mismas
58 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
personas sordas; “es sordo medio o casi sordo”, “no sabe lengua de señas”, “sabe
hablar” éstas se inclinan más hacia el manejo de una lengua u otra convirtiéndose en la
primera forma de diferenciación en los colectivos, que posibilita la posterior diferenciación
desde los aspectos lingüístico y cultural. El sordo subalterno también tiene poder y
conocimiento que utiliza con el oyente dominante y con sus colegas subalternos.
Dice Mauricio al recibir un nuevo estudiante sordo: Yo me turbé ¡a los cinco años quedó sordo! -sí, tiene sordera, no escucha- [me cuentan] ¿cómo era posible eso? les pregunto ¿él sabe señas? -no, el habla- [me responden]. Yo estaba desconcertado, veía que la mamá le hablaba, él la miraba un rato pero luego se ofuscaba, explotaba en llanto y renegaba hablando. -Mauricio- Mauricio habla de una experiencia laboral donde una estudiante hipoacúsica lo sorprende por su poca comprensión comunicativa: […] al pedirle la tarea sobre el universo, ella coloca árboles, pasto y animales; ella debería saber porque escucha algo por un oído. Le digo que me disculpe pero que esa no era la tarea, ya tiene 16 años, está grande ¿cómo puede ser eso? es hipoacúsica, habla y sabe algunas señas. Esto me confunde bastante y confirma que los hipoacúsicos en centro y Suramérica tienen graves problemas, que están muy mal. -Mauricio-
Clínicamente también se han hecho distinciones entre las personas sordas de acuerdo
con sus niveles de escucha (sordo profundo, sordo severo, sordo medio, sordo leve), al
tipo y lugar de la lesión que causa la sordera (lateral o bilateral, interna, media o externa)
e incluso al momento de adquisición de la sordera (prelocutivo, perilocutivo o
poslocutivo). Algunas de estas distinciones surgidas de la medicina, han sido adoptadas
por sordos y oyentes para diferenciar las personas que pueden o no vincularse a una
colectividad que se reconoce y nombra más allá de los estigmas clínicos.
Lo de la persona enferma… que si una persona ensordecida es enferma, sí es enferma. -Johana-
En este caso, por ejemplo, un miembro de Fundarvid asegura que a una persona que
pierde la audición después de haber vivido mucho tiempo como oyente, la considera
enferma porque nació y creció construyendo la visión de mundo desde los sonidos, como
oyente; al quedar sorda no puede convertirse automáticamente en sordo con identidad y
visión de mundo sordo, sino que se ve en falta y anhela tener nuevamente lo que perdió.
Sus percepciones del mundo son diferentes.
El ruido significa una cosa diferente para las personas sordas (mucho movimiento de
manos, de cuerpos). No puede decirse que el ruido, el sonido, la música no existen para
los sordos. Tampoco puede decirse que los sordos viven en el silencio, tal vez este no
signifique lo mismo que significa para los oyentes. La pérdida genera angustia. Teniendo
esto en cuenta, una persona sorda de Fundarvid relaciona dos personas diferentes,
contrarias, que padecen angustia similar por una pérdida; en un caso una persona oyente
que pierde la audición, en otro caso una persona sorda que nunca ha tenido la audición
pero pierde la tranquilidad cuando se le intenta hacer escuchar a través de aparatos
tecnológicos. Aunque estas dos personas son completamente diferentes, comparten
sensaciones similares y experiencias contrarias a la vez que pasan desapercibidas pues,
el tipo de situación y la excesiva atención a la separación entre grupos o colectivos
invisibiliza estas conexiones.
El oyente está acostumbrado a escuchar desde pequeño, ya adulto comienza a perder su audición, se estresa y se angustia. El sordo está bien, pero si lo implantan se siente igual que el oyente, quedan igual de estresados, uno porque necesita un implante para seguir escuchando, otro porque es sordo y no lo necesita, nunca ha escuchado nada y tanto ruido le molesta. ¿Cómo dos personas diferentes pueden sentirse igual de angustiadas?. -Alberto-
60 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
Existe una tensión importante entre la autoafirmación y la pérdida que se distancia de
ideas de anormalidad o discapacidad. El sordo no ha perdido nada, pero se angustia al
ser implantado, el oyente que pierde la audición se angustia si no tiene acceso a una
tecnología que le ayude a recuperarla. En ambos se presenta la angustia pero por
causas opuestas. Ambos evidencian cierto temor hacia la otredad, pues es una
posibilidad que les cambiaría la vida y los pondrá en el lugar del otro. Como veremos a
continuación, los sordos también se nombran de acuerdo con el tipo de lengua que usan
y al reconocimiento que hagan de sí como persona.
Autoafirmación cultural: representaciones propias y compartidas de la
sordera
En esta investigación el concepto de representación tiene gran relevancia en tanto sus
objetivos buscan conocer y comprender las representaciones que sobre persona sorda
producen los miembros de Fundarvid. Desde una perspectiva semiótica, para Barthes el
concepto de representación es un proceso mediante el cual, a través del lenguaje, se
produce sentido en estrecha relación con la cultura. Sin embargo existe otra postura
desarrollada por Foucault en donde por encima del lenguaje, está lo que denomina el
discurso que produce poder y conocimiento.
Los sordos oralizados, es decir aquellos que superaron procesos formativos y de
rehabilitación en lengua oral, pueden ‘parecer’ oyentes si cuentan con el dinero para
realizar las intervenciones médicas y terapéuticas necesarias en la corrección de su
diferencia corporal. A través de programas como Colombia Oye, el gobierno colombiano
ofrece beneficios para que personas sordas de bajos recursos puedan tener la
posibilidad de acceder a instrumentos de elevado costo que, en algunos casos, les
permite escuchar, amplificar el sonido, aprender a leer y a escribir de una manera
funcional. Este programa, que inició en el año 1999 como una campaña estatal para
ayudar a los niños y adultos con limitaciones auditivas a través de la donación de
audífonos, tiene como propósito apoyar a la población sorda y con deficiencias auditivas,
con tecnología que permita el desarrollo de sus actividades cotidianas con mayor
independencia y seguridad; esto a través de servicios tecnológicos de comunicación que
permiten a los beneficiarios, tener contacto directo con personas oyentes y sordas, en
cualquier momento y desde cualquier lugar.
Este apoyo estatal en pro de la “normalidad” no es bien visto por los miembros de
Fundarvid, pues consideran que se pierde dinero en acciones que no benefician a la
persona sorda porque primero, no hay procesos adecuados de selección, tratamiento y
seguimiento en la implementación de estos equipos y segundo, a la mayoría de personas
sordas le incomoda (por cuestiones de adaptabilidad) llevar permanentemente estos
aparatos.
Que a los pobres les repartan audífonos y les den implantes no sirve de nada, todos los audífonos los tienen guardados […] El problema es que hay un mal uso de la tecnología en los países de centro y Suramérica […] El gobierno debería ahorrarse ese dinero y detener la donación [de estos elementos tecnológicos], ¿para qué les reparten cosas si saben y sabemos que se pierden millones, ah?. -Mauricio- (Ver clip de video MOV092)
El implante coclear es un instrumento que, a través de una intervención clínica, busca
lograr la conexión de ondas sonoras entre el cerebro y el oído cuando existe algún daño
que la interrumpe. Después de la cirugía se hace necesario realizar un acompañamiento
terapéutico para que la persona que lo use aprenda a discriminar los sonidos que
62 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
comienza a escuchar. Sin este apoyo, las personas sordas implantadas difícilmente
logran usar su oído para escuchar como lo hace una persona oyente desde pequeña.
Los sordos implantados en Colombia, en su mayoría niños, no suelen tener estos apoyos
terapéuticos; muchos son implantados por ganar tutelas sin un estudio previo de
viabilidad para el implante, por esto no logran tener avances significativos y,
posteriormente rechazan el aparato. Son muchas las personas sordas que por esta razón
en el país no aceptan la operación para colocarse implantes cocleares. Las personas
sordas adultas se oponen a estas operaciones y comentan a través de redes sociales los
perjuicios que, en cuestiones de salud, estas intervenciones pueden acarrear.
[…] el implante aflige a las personas sordas generación tras generación, ha provocado duros traumas que a través del tiempo molesta, no gusta ¡sirve más la lengua de señas!; ha sido un sufrimiento crecer con él. -Johana-
Tener los recursos para implantarse o para usar otras tecnologías es un factor que pone
a prueba la postura autoafirmativa de entenderse como diferentes culturalmente y con
derechos y deseos de serlo: no oír se torna para la mayoría de miembros de Fundarvid
como diferencia cultural. Habrá quienes ven esta diferencia como una opción de
segunda: no tengo plata, entonces me toca sentir “orgullo sordo”. Pero la realidad es que
muchos, no quieren buscar el dinero ni el recurso legal, o tienen la posibilidad económica
y legal, pero no usan la opción tecnológica para incluirse en la sociedad mayoritaria, en el
mundo cultural de los oyentes.
Al ver las señas voté el audífono y empecé a adquirirla visualmente, me encantaba; comencé a comprender todo con mayor claridad, estaba contenta, entendía y me sentía muy feliz. -Johana-
Yo quería progresar con las señas, pero me sometían; quería decirles que la lengua de señas sí servía, no el oralismo. -Yeny-
Estos testimonios indican la autoafirmación cultural como la necesidad que tienen las
personas sordas de acceder a una lengua que aprovecha la visión y la corporalidad como
su principal canal de comunicación. Prefieren las señas por encima del uso de aparatos
tecnológicos. La experiencia de ser implantados o de haber usado algún aparato auditivo
une a varias personas sordas como grupo que, por sus amargos recuerdos, encuentra
semejanzas con las que se identifican como pares. Se aclara que no para todos los
sordos usar un aparato auditivo es sinónimo de pesadumbre, algunos lo usan para estar
alerta en situaciones sonoras cotidianas como el paso de auto, el timbre del teléfono o el
llamado a la puerta. Sin embargo coinciden en decir que estos aparatos no les permite
comprender parcial o totalmente experiencias comunicativas orales.
[los sordos] sabemos perfectamente que podemos comunicarnos y expresarnos a través de nuestra lengua y ¡ya!. -Sandra- (Ver clip de video Capture_20100717_8)
Al no escuchar, las personas sordas toman como recurso primario de comunicación y de
acceso a la información el canal visual, lo cual genera una forma particular de
comprender las cosas que suceden en su contexto y con ello crear ideas del mundo.
Allí [en las familias] donde los padres usan la lengua de señas, los niños sordos comprenden su idioma tienen buenas bases de construcción de su lengua que les permite interactuar, desarrollar su pensamiento, ser ciudadanos entre otras cosas. -Yeny- (Ver clip de video MOV07B)
64 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
Existe la necesidad de transmitir los conocimientos del mundo a través de la lengua de
señas, por eso para muchas personas sordas es importantísimo que los niños sordos,
desde muy temprana edad, estén en contacto con usuarios de la lengua de señas. En
este acto se refleja conciencia social de transferir su herencia cultural: la lengua como
elemento importante de vinculación a su comunidad y a la sociedad en general.
Los niños sordos deben primero aprender la lengua de señas, que es su primera lengua […] la lengua de señas proporciona herramientas que sirven a algunos niños, [éstas] pueden dárselas a través de lengua de señas ¿por qué no? -Johana- […] observé que todos los niños sordos estaban en ceros con su lengua de señas. Pensé que yo estuve en esa misma situación antes cuando me quejaba, pero no importó; puse todo mi empeño en darles mucha lengua de señas. -Yeny-
La lengua de señas es un aspecto importante en la definición de identidad como persona
sorda, pues “permite el cambio de representación y una mejor comunicación (+) imagen
positiva.” (Imágenes del tablero) Estas son las ventajas que los sordos ven en la lengua
de señas y que expresan a la sociedad. He aquí una muestra de relativismo cultural que
aclara, que el sentido nunca es fijo, final o verdadero sino que está moviéndose y cambia
de una cultura a otra de acuerdo con los códigos empleados en cada una; por ello la
traducción aparece tan necesaria para la correspondencia entre la asignación de sentido
que hacen las culturas.
Para el caso de los sordos que tienen mayores restos auditivos o que perdieron la
audición durante o después de la adquisición de la lengua oral, podría suponerse que la
mayoría maneja tanto la lengua oral como la lengua de señas, pero esto no suele
suceder así: si son de estratos altos normalmente acceden a terapias de rehabilitación
para potenciar el uso de la lengua oral, algunos lo logran y se desenvuelven como
oyentes; pero otros no lo logran o no tienen los recursos para hacerlo.
La mayoría de los implantados son pobres y no avanzan aunque tengan un implante puesto; casos así sin progresos hay muchos, los veo y sé que eso no sirve. Pero contrariamente a esto, en Centro y Suramérica, hay unos poquísimos casos de profesionales con muy buenas habilidades orales que con ayuda del implante o del audífono son ahora profesionales […] con los pobres que son implantados es imposible, ¿para qué los médicos les dicen que sí, que continúen con él si saben del contexto centro y suramericano? […] De otro lado, las personas que usan audífono, algunas son profesionales, pero requirieron de costosas y especiales asesorías orales viajando a otros países, con profesores que estudiaron en Inglaterra o Francia contratados para enseñarles particularmente; ahora algunos de ellos son políticos… o se desempeñan en múltiples cargos. -Mauricio-
Aquí la diferencia de clase marca una diferenciación entre sordos usuarios de la lengua
de señas y sordos usuarios de la lengua oral (generalmente con apoyos tecnológicos)
dada por las posibilidades de cambiar su condición de acuerdo con los recursos
económicos a los que puede acceder.
En cualquier caso, para muchos sordos priman las demandas por ser, vivir y actuar como
oyentes, demandas que vienen de casa, pero al no tener una lengua definida para
manifestar sus necesidades comunicativas comienza a mezclar gestos, señas naturales y
las pocas palabras adquiridas en su afán de comunicarse. Para cualquier persona este
sordo es un discapacitado e incluso retardado en aprendizajes y comunicación, suele ser
otro diferente con el que ni los señantes ni los oralizados se identifican.
Este otro sordo es el sujeto producido por el discurso del que es subordinado. Como dice
Foucault “Hay dos sentidos de la palabra sujeto: sujeto al control de alguien y en su
dependencia, y ligado a su (de él) propia identidad por una conciencia y conocimiento.
66 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
Ambos sentidos sugieren una forma de poder que subyuga y hace sujeción” (Foucault,
en Hall 2002:40). El discurso le asigna al sujeto una posición desde donde éste da
sentido y construye conocimiento. El discurso produce una posición-sujeto para el
espectador-sujeto (Hall, 2002) así el sentido siempre dependerá de donde se ubique el
sujeto.
Con el tiempo los sordos fueron enseñándome señas y poco a poco fui comprendiendo algunos significados. Recuerdo mucho que allá en la Sabiduría los sordos me corregían cuando usaba señas diferentes […] he adquirido experiencias gracias a la lengua de señas, pues ésta facilita que rápidamente aprenda cosas aquí en Fundarvid. -Edwin-
La doble sujeción del discurso es evidente aquí en el testimonio de Edwin, pues
dependía de sus compañeros de colegio para ingresar al colectivo y de sí mismo para
optar por espacios que le permitieran permanecer allí. Foucault aborda el discurso como
una forma de conducta que siempre indaga por el proceder del sentido en contexto.
Estas conductas que incluyen enunciados, reglas, sujetos, acciones cobran importancia
en momentos o períodos históricos específicos, pues como dice Hall, “es imposible
determinar el sentido de un objeto fuera de su contexto de uso […] el concepto de
discurso no es acerca de si las cosas existen sino sobre de dónde viene el sentido” (Hall,
2002: 28).
Laclau y Mouffe (en Hall 1997) definen el discurso como un conjunto sistemático de
relaciones que incluyen dentro de sí lo lingüístico y lo no lingüístico, pero hacen claridad
en que esta definición no se refiere a una combinación entre habla y escritura, pues ellas
son sólo componentes internos del discurso. Para estos autores el discurso, más que
sentido, produce conocimiento, pues el sentido no es fijo ni depende solamente del
lenguaje sino que, gracias al discurso que enmarca los objetos en un contexto, cobra
valores diferentes que se convierten en conocimientos. A estos eventos discursivos que
producen conocimiento Foucault (1979) las llama prácticas discursivas.
Como lo plantea Sánchez (2010) “las prácticas discursivas se diferencian de la capacidad
racional de las personas de expresar ideas mediante la construcción de frases
gramaticales pues va referido a un discurso como práctica, en el que decir (el enunciar)
se convierte también en el hacer” (9). Aunque en el trabajo de campo de esta
investigación, privilegié el enunciar a través de la discusión de temáticas en la modalidad
de debate, los aportes señados de los participantes no fueron lo único valorado durante
el análisis de la información, pues el abordaje de las prácticas discursivas obliga a
retomar aquellos aspectos que permean y desbordan los enunciados como la
organización de turnos en las intervenciones, la disposición de los elementos en el
espacio de la reunión, la corporalidad de los participantes durante sus participaciones,
entre otros.
Hall plantea que son las prácticas discursivas las que producen conocimiento, no el
sujeto. Éste dependerá siempre del discurso que se inscribe en un período y una cultura
particular, nunca podrá estar fuera de él pero si deberá someterse a sus reglas de poder
y de conocimiento. A pesar de esto, el sujeto tiene la posibilidad de generar prácticas
subalternas que permiten la transformación de las prácticas hegemónicas en las que está
inscrito. “Es gracias a las pugnas entre lo establecido y la necesidad de transformación
(entre lo dominante-subalterno, hegemónico-contrahegemónico) que se generan
dinámicas que posibilitan que tanto la hegemonía como determinadas prácticas
discursivas se mantengan o muten.” (Sánchez 2009: 9)
68 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
Cuando las personas sordas se reúnen en espacios de encuentro como Fundarvid, como
miembros o simplemente participantes eventuales, suelen compartir experiencias de vida
y reflexiones personales con las que muchos se sienten identificados; esto permite que
se unan en torno a prácticas similares. Suele suceder que al encontrar semejanzas con
otros, las personas sordas, como cualquier ser humano, se congreguen para compartir
esas similitudes, para encontrar eco en sus pláticas y para buscar respuestas a
preguntas compartidas.
Llegué afortunadamente a Fundarvid, a quien agradezco los conocimientos adquiridos. En intercambios comunicativos me corregían las señas para usarlas adecuadamente y aunque no soy perfecta en mi lenguaje, agradezco los conocimientos que Fundarvid me ha dado compartiendo con los demás. Esto me ayudó en el colegio porque comencé a sentirme mejor […] Ahora asisto aquí todos los sábados para adquirir más señas. Con respecto a las representaciones de las personas sordas, tengo que decir que no he crecido muy feliz, a veces me he acongojado. -Yeny-
Al ver sus conversaciones sobre cómo nacieron, cómo crecieron, cómo han sido
educados, cómo han afrontado el entorno oyente, se trazan líneas paralelas en sus
múltiples historias que bien podrían tomarse como circunstancias necesarias para
nombrarse ‘sordo’ o ‘sorda’. Entre ellas se encuentran: haber nacido con notables
problemas auditivos, reconocerse en primer momento como alguien diferente, no haber
adquirido desde temprana edad una lengua o código comunicativo común. Es curioso ver
cómo la mayoría hablan, en sus experiencias de vida, del proceso de adquisición de la
lengua de señas o de ‘adquirir más señas’, pues se evidencia un proceso hegemónico
interno en el que los sordos más aventajados en el uso que llevan más tiempo usando la
lengua de señas actúan como formadores de los nuevos integrantes que no tienen el
mismo dominio en esta lengua.
[Sobre un niño sordo nuevo en su escuela] debía consentirlo, hablarle poco a poco en señas y sí, comenzó a usar unas cuantas señas y a buscarme, no estaba con los demás sólo compartía conmigo porque lo consentía y lo corregía, le decía qué cosas estaban mal y no podía seguir haciéndolas. -Mauricio-
No todas las historias de vida de las personas sordas actúan como referentes de
identificación, algunas marcan diferencias que, aunque sutiles, generan entre ellos tratos
y prácticas diferenciales. Desde las diferenciaciones fisiológicas, enunciadas al principio
de este apartado, la hipoacusia podría ser la frontera que separa a los oyentes de los
sordos. Pero quienes viven allí el conflicto de ser o no ser lo uno o lo otro es constante.
No ser de aquí o de allí abre las posibilidades de moverse entre los poderes
circundantes; pero también niega la posibilidad de reconocimiento identitario en uno u
otro bando. Las personas sordas se refieren a ellos como ‘otros diferentes’.
Es hipoacúsica, habla y sabe algunas señas. Esto me confunde bastante y confirma que los hipoacúsicos en centro y Suramérica tienen graves problemas, que están muy mal. -Mauricio-
Mauricio, líder de Fundarvid, compara y analiza a dos niños de la misma edad, uno sordo
y otro oyente, concluyendo que sabe más el oyente porque escuchó y aprendió a
identificar las palabras escritas que el sordo a la misma edad desconoce; considera que
los sordos están en desventaja cuando nacen en un entorno oyente porque sus padres
no saben lengua de señas. Esta persona aprueba lo dicho por la mayoría de personas
oyentes: quien escucha puede acceder al lenguaje y por ende a los conocimientos del
mundo.
Esta situación de frontera parece despertar en las personas sordas inquietudes frente a
la relación escuchar-saber como un poder superior al de ver-saber. De manera implícita
70 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
muchos sordos aceptan el precepto de que quien no escucha no sabe. Por ello es común
que al referirse al dominio de los conocimientos del entorno coloquen al oyente en un
lugar superior, pues se legitiman las vías de acceso auditivo más que las visuales.
A pesar de ello, Mauricio hace una reflexión donde intenta acercarse a la diferencia como
otra cosa, no como inferioridad porque reconoce que falta pensar más en por qué los
sordos son así, falta estudiarlos detenidamente, investigar las causas. Pero reaparece
nuevamente la dificultad/diferencia en cuanto a la comunicación a través de la lectura y la
escritura, que para mí es un elemento al cual los oyentes le dan un gran valor pero que,
considero los sordos usan de otra manera, no como se quiere; por ello este mismo sordo
los señala como pobres de pensamiento, pobres de motivación… pero ¿si la motivación
está en otro lado aún no detectado, si la motivación no es necesariamente la misma
motivación de quienes escuchan sino motivaciones visuales?
Fundarvid como agencia y sus procesos culturales
Para comprender un poco más la crítica a los conceptos de diferencia e identidad y para
ampliar el abordaje teórico de la otredad, es necesario abordar también los conceptos de
subjetividad y agencia que, no sólo se cruzan con los antes mencionados, sino que
permiten comprender las acciones culturales del colectivo participante en la
investigación.
Subjetividad es lo que produce la experiencia misma, el cuerpo como expresión que
refleja lo externo en el interior de sí mismo. Ubica a los sujetos en diferentes posiciones
que permiten o restringen la experiencia, su representación y la legitimación de estas. “La
subjetividad sólo es posible en los lugares construidos por el colonizador. De hecho,
Spivak, (1998) parece sostener que la subjetividad es en sí misma una categoría
occidental usada, en la relación colonial, para construir un sujeto como su otro”
(Grossberg 2003: 164). En el caso particular de esta investigación, algunas personas
sordas manifestaron querer que sus opiniones (las expresadas en durante los debates)
fueran difundidas y atendidas por mí, ante los demás oyentes según ellos, para ser
comprendidos:
Opino que los sordos tenemos derecho a defendernos y debatir u opinar sobre cosas tan interesantes como las que hoy Claudia muy profundamente nos explicó para que aprendamos […] pues los sordos, por estar trabajando o en otras actividades, ignoramos a la sociedad mayoritaria; por eso a los oyentes les queda muy fácil estar burlándose de nosotros llamándonos mudos. No, no, no los sordos debemos abrir nuestra mente, explicar y divulgar estas teorías para que los sordos mejoremos y cambiemos las percepciones de los oyentes, pues nuestro problema es sólo que no escuchamos y no más, así continuaremos bien. Creo que a todos nos interesa mucho estos debates y opiniones […] bien, gracias. -Carlos- (Ver clip de video Capture_20101016_5) Ojalá esto se divulgara para tener mayor consciencia sobre la comunidad sorda, la sordera y el ser sordo. -Edwin-
Es evidente en estos enunciados la relación colonial entre sordos y oyentes, donde el
sordo subalterno parece esperar la redención por parte de su mismo opresor oyente. No
parece haber autonomía colectiva para enfrentarse y rebelarse contra quien lo manipula.
Kant planteó la existencia de una conciencia autorreflexiva que se relaciona con la
experiencia y que dependía de dos oposiciones: una de la identidad con la diferencia y
otra de la subjetividad con la temporalidad, es así como la conciencia se apropia del otro
para totalizar y trascender el caos (Grossberg, 2003: 170). De esto se deduce que la
identidad es, en su totalidad, una construcción histórica y que cada uno de sus planos de
individuación se construyen temporalmente. Sin embargo Grossberg expone cómo
entender estos planos de individuación desde la lógica espacial:
72 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
Del primero, la subjetividad como conciencia interna del tiempo, dice que estas
posiciones están más en el espacio que en el tiempo al ser modos de
pertenencia/afiliación que nos definen espacialmente en relación con otros. Así el acceso
al conocimiento está determinado por los lugares desde los cuales habla la gente. “La
subjetividad describe los puntos de adhesión desde donde experimentamos el mundo”
(Grossberg, 2003: 171). Sobre esto se presenta a continuación un ejemplo de cómo una
persona sorda analiza un señalamiento particular, hecho por sordos y oyentes, que
generaliza a los sordos como ‘chismosos’:
Sobre el problema colectivo de los sordos que inventan y hablan por debajo [chismes]. Yo, como profesional en psicopedagogía, respondo: Me doy cuenta que eso depende, depende de los progresos en los niveles de confianza. Pienso que la causa de eso está en la falta de confianza en uno mismo […] si no tengo confianza en mí mismo, peor será confiar en otro ¿cómo confiar en otra persona si no se comprende qué significa tener confianza en uno mismo? si no se hace primero en mí y luego en otros será imposible de comprender. A veces veo personas que no comprenden qué significa confianza propia, les pregunto si tienen y responden con duda diferentes cosas. Les pregunto que, como persona, si por ejemplo usted piensa que es una persona que puede o no puede alcanzar algún logro, se considera fuerte o débil, pero al preguntar dicen que están confundidos que no tienen claro si son fuertes o débiles. Y pienso primero, grave que no se conozcan a sí mismos, es imposible que se tengan confianza, ¿cómo saberlo? Segundo, si le pregunto por otra persona responderá igualmente confundido, esa es una grave consecuencia. Si no hay confianza propia, todos aceptarán hablar por debajo de todos y será un caos. -Erica- (Ver clip de video MOV09D)
El segundo, la identidad como construcción temporal de la diferencia, puede ser
reconceptualizada como diferentes modos de existencia espacial; es decir, según como
se vive en un lugar, más allá de las clasificaciones tradicionales de identidad. Finalmente
sobre la agencia como desplazamiento temporal de la diferencia dice que es más un
asunto de relaciones entre lugares y espacios y de distribución de la gente en ellos. Los
lugares son producidos en afán de crear espacios limitados.
Para esta investigación, agencia tiene que ver con la acción y el cambio, con la
transformación continua de la realidad y el ejercicio del poder. Según Marx debe
entenderse cómo los hombres hacen la historia en circunstancias creadas por otros. Aquí
Fundarvid se toma como agencia al reconocer que ella involucra relaciones de acceso y
participación con el fin de ocupar lugares de acción y poder desde la práctica de las
capacidades propias.
No recuerdo bien la fecha en que llegué por primera vez a Fundarvid, pero creo que fue en el 2005 aproximadamente. Ingresé sin saber bien qué era esto. Me esforcé en aprender nuevas señas y nuevas experiencias. Aquí comprendí que, gracias a las enseñanzas de mi madre y a mi esfuerzo personal en la práctica diaria porque no tuve un profesor que me enseñara, ahora soy un especialista en técnicas de arte (dibujo, moldeado y pintura). […] me ha servido estar aquí en Fundarvid porque he adquirido muchas experiencias durante estos cuatro años y poco a poco he comprendido más las señas diferentes. Ahora tengo buenos conocimientos de la lengua de señas. Mi lectura y escritura no es perfecta, pero cuando no sé algo trato de relacionar palabra–seña y mis experiencias, ayudándome en diálogo con otros (creo que se refiere a otros miembros de Fundarvid). Aprendo mucho del contexto; al ir por la calle orientándome con otros sordos o jugando futbol, adquiero nuevas experiencias y conocimientos, aunque mi mamá se preocupa cuando es tarde en la noche. Me dan las 11 pm ó 10 pm jugando y relacionando el contexto, aprendiendo y fortaleciéndome con nuevos conocimientos, llego a casa ignorando su preocupación, le explico qué estaba haciendo y ella comprende; así poco a poco ahora me voy independizando de ella. Desde pequeño siempre he sido muy dependiente de ella, recuerdo en la Sabiduría cuando no me quería despegar de ella, pero un Sordo me avisó que debía independizarme porque en un futuro me perjudicaría cuando ella muriera. Y sí, así es como poco a poco he ido acostumbrándome a ser independiente; como socio de Fundarvid he adquirido experiencias gracias a la lengua de señas, pues ésta facilita que rápidamente aprenda cosas aquí en Fundarvid a quien agradezco por ayudarme a aprender nuevas señas y conocimientos. Muchas gracias Fundarvid. -Edwin-
74 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
La agencia, como marca de un lugar, está constituida por tres máquinas de poder: 1)
sociedades de soberanía (materialidad del cuerpo) que en el caso de Fundarvid se
constituye en las personas que asisten allí sean sordas, hipoacúsicas u oyentes,
convocadas por intereses compartidos basados en la comunicación. 2) sociedades
disciplinarias (vigilancia y normalización) reflejadas en las instituciones que
históricamente han aportado a la sordera como la escuela, la familia y la medicina 3)
sociedades de movilización disciplinada (control de la movilidad) evidenciado aquí en los
líderes sordos y oyentes de esta fundación, quienes marcan las pautas de acción como
colectivo y permean en gran medida su producción cultural.
En conclusión los “modos de pertenencia de la subjetividad” definen clases de personas,
lugares desde donde se nombran. Los “modos de pertenencia de la agencia” definen
actos, acciones, lugares que dan poder a poblaciones particulares. Y las condiciones de
posibilidad de la agencia (la aptitud de hacer historia) no son intrínsecas ni de los sujetos
ni de los yos. La agencia es el resultado de la movilidad y el emplazamiento; define los
lugares y las detecciones de pertenencia e identificación en donde grupos determinados
obtienen poder/agencia para continuar o seguir adelante. Según O’Hanlon (citado por
Grossberg, 2003) son campos de actividad donde se articulan identidades subjetivas en
lugares y espacios específicos (que dan placer, deseo y fuerza). La agencia es obtención
de poder en determinados sitios por determinados vectores.
El análisis sugiere que esas identidades, aunque se articulan de manera conjunta, no son
ni equivalentes ni reductibles entre sí ni a posiciones epistemológicas de subjetividad.
Grossberg sugiere no continuar fundando las teorías de la identidad en las lógicas
modernas de la diferencia, la individualidad y la temporalidad, pues considera que las
consecuencias se verán en la imposibilidad de realizar los postulados enunciados “las
implicaciones radicales del lenguaje cada vez más espacial […] seguirán siendo
irrealizadas e irrealizables” (Grossberg, 2003: 174). Estas claridades conceptuales
aportan al análisis de la información en esta investigación, en el sentido de ver a los
participantes, sus acciones y postulados no como un todo homogéneo por el sólo hecho
de pertenecer a un colectivo específico, sino como subjetividades con posibilidad de
agencia. Dialogando con varias personas sordas, participantes o no de estos debates, se
evidencian sus preocupaciones por generar cambios en las representaciones que tienen
de ellos, no sólo los oyentes sino entre ellos mismos; para esto proponen muchas ideas
que abarcan cambios desde la autoconciencia hasta en las relaciones con las
instituciones de control y normalización.
Los sordos no tenemos comprensión de ello (refiriéndose a los significados de ‘confianza’ y de ‘amigos’). Ese es un problema en el que coincidimos como docentes (señalando a Mauricio). ¿Cuáles son las soluciones? […] yo por ejemplo pienso que enderezar un árbol que creció torcido es imposible; tal vez existan algunas pocas posibilidades de que con el tiempo poco a poco se vayan enderezando y se acepta, pero cuando se invierten esfuerzos en enderezarlo y después de mucho tiempo permanece igual, es difícil que cambie, así será para siempre. Hay algo importante para nosotros los docentes, pues tenemos una gran responsabilidad con la educación en Colombia: los niños, debemos corregirlos detectando cuándo se están comenzando a ‘torcer’, manejando las situaciones, corrigiéndolos cada vez para que crezcan derechos. -Erica-
Las prácticas discursivas de este colectivo, a través del ejercicio de los debates,
evidenciaron que como grupo con unas identificaciones propias que los diferencia de los
oyentes e incluso de otras colectividades sordas, los miembros de Fundarvid tienen unos
objetivos claros de participación que parten de intereses individuales y se conectan
posteriormente con otros grupales. Esta conexión responde a las fuerzas de poder
hegemónico instaurado por los oyentes a lo largo de la historia y genera nuevas
76 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
relaciones de poder entre las personas sordas que lideran procesos de asociación, en
este caso con fines de reconocimiento y autoformación. Entre las actividades que este
colectivo realiza están:
La creación de señas específicas para nombrar conceptos complejos que aún no
tenían alguna seña o que la tenían pero, desde la concepción del colectivo, no tenía una
justificación lógica en su estructuración.
El estudio de alternativas nacientes sobre la posibilidad de escribir la lengua de
señas; es decir, la posibilidad de pasar una lengua tridimensional a un espacio
bidimensional con proyección de beneficio en la educación de las personas sordas.
Compartir información sobre la cotidianidad del país y del mundo a través de la
observación de noticias, películas y documentales que suelen ser interpretadas por una
persona oyente que asiste regularmente a las reuniones de grupo y les ‘colabora’
administrativamente.
Generar espacios periódicos de encuentro entre sordos con fines sociales
(especialmente para la sostenibilidad económica de la fundación), recreativos (como
salidas o paseos), religiosos (participación en actos católicos) y de intercambio cultural
(aprovechan las visitas de sordos de otras ciudades y otros países para conocer sus
situaciones particulares).
En un primer momento del planteamiento de mi investigación, rotulé a los miembros de
este grupo como ‘intelectuales’, pues mi percepción apuntaba a que quienes venían a
estas reuniones tenían un propósito común: ampliar sus conocimientos del entorno que
posee una sociedad tan bombardeada de información y a la cual los sordos pueden
ingresar sólo a través de la información que reciben visualmente. Allí los asistentes y
fundadores en su mayoría eran universitarios que requerían comprender conceptos
usados por los oyentes y para los cuales aún no se tenían señas específicas entonces,
tras discusiones y puestas en común sobre los significados, allí se creaban.
Fundarvid significó para mí un grupo de construcción y crecimiento intelectual, muy
diferente a otros grupos o asociaciones que confluyen con intereses recreativos y
sociales. Sin embargo en el trabajo práctico pude observar que para muchos sordos este
lugar se ha convertido en un lugar idealizado como ‘templo de conocimiento’, pues ser
refieren a él como dador de conocimientos; es decir la imagen de sus líderes y
fundadores coinciden con una imagen similar a sabios, especialmente la figura de una
persona oyente que los ha acompañado desde sus inicios y a quien frecuentemente
señalan como la que brinda apoyo.
Una persona intérprete de Fundarvid, Elvira23, apoya a todos los sordos reforzando los temas allí aprendidos para que avancen en sus estudios. […] primero la LSC y, segundo, la asesoría de Cristina fueron muy importantes para ‘elevar mi capacidad intelectual’. -Yeny-
Hay una búsqueda constante de oyentes para ampliar sus conocimientos o para
comprender información a la que acceden principalmente a través de lo visual.
Comprendo esto como poder acceder a los conocimientos de los oyentes siempre y
cuando se transmitan en señas para que los sordos puedan tenerlos. Pero muchos
interrogantes vienen a mi cabeza: para los sordos ¿son sólo válidos los conocimientos de
23 “Elvira” (2010). Nombre creado para proteger la identidad de una persona oyente cofundadora de FUNDARVID. Ha trabajado como intérprete de sordos desde hace aproximadamente unos 20 años, cuando aún esta labor no se había consolidado como ahora. Apoya voluntaria y permanentemente la fundación desde lo administrativo y lo operativo. Ella acompaña las reuniones semanales y en las actividades programadas presta sus servicios como intérprete cuando allí lo requieran. Esta persona no participó de las actividades que desarrollé durante el proyecto, aunque sí tuve unas pocas conversaciones informales con ella, de las cuales quedó un registro manuscrito.
78 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
los oyentes?, las personas sordas ¿crean otro tipo de conocimientos?, si es así ¿cómo
los transmiten unos a otros?
IV. El peso hegemónico del mundo oyente
Estrechamente relacionado con el concepto de representación en Foucault, se encuentra
el de hegemonía planteado por Gramsci, que ha sido un componente esencial en el
proceso de conformación de los Estudios Culturales. Este concepto es entendido como
una forma de poder que, a través de las prácticas discursivas de lucha, intenta regular la
conducta de otros para ganar posiciones jerárquicas sobre ellos desde el pensamiento o
desde la práctica. Este apartado pretende primero, poner en juego los conceptos de
hegemonía, biopoder y corpopolítica que están muy relacionados con las
representaciones de sordera y segundo, mostrar cómo el ‘mundo de los oyentes’ es un
referente innegable en la construcción de subjetividades sordas, donde las
representaciones de sordos y oyentes están en una constante relación-tensión.
Para comprender cómo funcionan las relaciones de poder en la hegemonía, se hace
necesario exponer primero, de manera breve, el concepto de poder. En su estrecha
relación con el discurso, el poder es un modo en que ciertas acciones modifican otras. No
puede decirse que es una cualidad negativa poseída o ejercida por alguien, como lo
explica Foucault, “Lo que hace que el poder agarre, que se le acepte, es simplemente
que no pesa solamente como una fuerza que dice no, sino que de hecho va más allá,
produce cosas, induce placer, forma saber, produce discursos; es preciso considerarlo
como una red productiva que atraviesa todo el cuerpo social más que una instancia
negativa que tiene como función reprimir.” (Foucault 1999:48). Esta red productiva que
transforma acciones sociales se ejecuta a través del discurso; es así como en las
prácticas o dispositivos de poder se establecen regímenes de verdad, es decir los
discursos que los grupos sociales acogen como verdaderos. Este último apartado
80 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
intentará exponer cuatro discursos de poder que, considero, fueron reiterativos en los
aportes de los participantes durante esta investigación y que nombro como regímenes de
verdad porque están instaurados en su cotidianidad.
No existe un poder universal; el poder existe sólo cuando es puesto en acción, no
directamente sobre los otros sino sobre las acciones de los otros; es una acción sobre
otra acción. No es unidireccional, sino que fluye entre todo los niveles de relación
jerárquica. El poder no es uno sólo, ni es el mismo siempre; también está en continuo
cambio. Algunos conceptos surgen/existen como construcciones discursivas (coloniales)
de los cuales no pueden escapar. Así, todo conocimiento (desde las relaciones de poder)
debería condenarse como apropiador y opresivo (la curiosidad transformada en poder)
(Grossberg, 2003)
Hegemonía, biopoder y corpopolítica
El biopoder es una nueva tecnología de poder que, a pesar de no ser disciplinaria,
integra el poder disciplinario. Esta tecnología está dirigida a la multiplicidad de los seres
humanos, a la masa global, al hombre/especie y se interesa por procesos medibles
demográficamente como la natalidad, la mortalidad y la longevidad consideradas por
Foucault como los primeros objetos de saber y los primeros blancos de control de este
poder, llamado biopolítica. Estos procesos posibilitaron la introducción de una nueva
medicina dirigida a la higiene y a la medicalización pública, de donde surgen instituciones
asistenciales y mecanismos de seguridad encargados de velar por las anomalías y la
vejez, pues la biopolítica interviene en ellas al estar por fuera de la capacidad de
actividad y productividad.
Desde el argumento de Rose (citado por Muñoz, 2007), la sociedad disciplinaria era la
sociedad de los espacios cerrados, del panóptico, en donde hay unos cuerpos dispuestos
en un lugar de encierro: la prisión, la escuela, el hospital, el manicomio, lo que llamó las
instituciones totales, aquellas instituciones en las que todos supieran que alguien los
podía vigilar (el guarda, el maestro, el enfermero), es un modelo de sociedad con un
poder visible, un control sobre lo que hacen los cuerpos, con el propósito de producir
cuerpos dóciles. Hegemonía y corpopolítica son formas de poder que regulan la conducta
de otros, uno desde las acciones y las ideas, otro desde la intervención sobre los
cuerpos.
El paso a una sociedad de control se permite mediante el uso de unos mecanismos y de
una puesta en juego en donde el sujeto de poder es menos visible. En la sociedad
disciplinaria los inspectores son remplazados por regulaciones sobre los resultados; la
sociedad del control controla ahora los resultados y no las acciones. Se obtiene una
forma de control sobre las formas de pensar y no sobre los contenidos del conocimiento.
En la sociedad de control, mediante indagaciones sociológicas, se trata de descubrir
cuáles son los intereses “naturales” de la gente y “trabajar” a partir de ellas, ya no se trata
de exigir obediencia sino de “meterse” en los flujos de la vida de los sujetos. En la
sociedad de control, el sujeto de poder genera la idea de conocer cuáles son los mejores
intereses de una población, esto crea sujetos que, cuando se miran a sí mismos, se auto
gobiernan y piensan que lo hacen libremente. Rose dice que esa mirada ingenua ya tiene
dispuesta las formas de control que dispusieron los saberes modernos.
La construcción del sujeto o mejor, la fabricación de la subjetividad del sujeto moderno se
naturalizó, se aceptó, se normalizó; esos saberes se metieron ya, no sólo en las
82 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
instituciones, sino en la intimidad cotidiana. Somos felices, creemos que es la mejor
forma de ser nosotros, pues ese poder logró penetrar en nuestras maneras de
autogobierno. Esas nuevas formas de gobierno operan ya por fuera de los lugares de
encierro y logran que nos autogobernemos de cierta manera, con la falacia de creer que
somos más libres, aunque efectivamente estemos sujetados (Mellizo, 2007).
Cuando se habla de identidad, el poder social se sitúa en el cuerpo. Para Fanon y
Césaire, que coinciden en la búsqueda de la subjetividad del colonizado, la identidad
tiene como lugar central el cuerpo, considerándolo como primer territorio de la política en
una articulación corpopolítica de raza, color y memoria. El asunto de la diferencia se
plantea en la posibilidad de reconocerse a sí mismo, a su mismidad. Por lo tanto, la
cuestión del asimilacionismo, como lo llama Césaire, es rechazada, ya que la noción del
pensamiento francés que buscaba la integración de los colonizados reconoce la
diferencia pero no reconoce las múltiples diferencias que deben hacer parte de la
universalidad (Roatta, 2010).
Lo que en mi proyecto llamo diferencia cultural está muy relacionado con el concepto de
corpopolítica e identidad planteado por Fanon (1987), referido específicamente a la
diferencia en el uso de una lengua viso-gestual que genera otras formas de conocer el
mundo y vivir en él. Aquí el conocimiento gnoseológico valora el cuerpo como el primer
territorio de la política; éste tiene raza, color, sentimientos, memoria, herida colonial.
Cuerpo y lugar integran lo gnoseológico como otras formas de conocimiento. Otra forma
de decir y de conocer diferente al constructo epistemológico europeo. Estos
planteamientos aportan a la comprensión de las formas en que las personas sordas se
relacionan con el entorno desde lo corporal, específicamente al construir una idea de
“mundo sordo” donde prima la información visual y táctil. “Ese mundo en
compartimientos, ese mundo cortado en dos está habitado por especies diferentes. La
originalidad del contexto colonial es que las realidades económicas, las desigualdades, la
enorme diferencia de los modos de vida, no llegan nunca a ocultar las realidades
humanas” (Fanon, 1987: 17).
El oyente como referente hegemónico del sordo
Gramsci consideraba que los aspectos culturales de la sociedad son lugares desde los
cuales se podían realizar acciones políticas que creaban y reproducían la hegemonía.
Según él, el poder que ejercen las clases dominantes sobre las clases sometidas no sólo
tiene que ver con los aparatos de represión del Estado, sino a través de otros aparatos
como por ejemplo, el sistema educativo, las instituciones religiosas o los medios de
comunicación. Estos medios servirían para reproducir y someter las otras clases a la
ideología de los más poderosos. Como hemos visto, en la historia de los sordos,
específicamente en lo relativo a la educación y a las lenguas privilegiadas para la
comunicación, se conjugan acciones que generan un poder opresor de una mayoría
oyente, hablante y lectora-escritora sobre una minoría sorda, señante y analfabeta.
Comparto la idea propuesta por Sánchez (2009), quien nombra a los sordos como
‘lectores analfabetas’, pues considera que la alfabetización no tiene nada que ver con
que una persona sea lectora o escritora competente. Sánchez plantea que la
alfabetización es un proceso relacionado con la conciencia fonológica que sólo vivencian
las personas oyentes al conocer los aspectos sonoros del habla, lo cual hace posible
relacionar grafías con fonemas. En el caso de las personas sordas, plantea la posibilidad
de nombrar esta conciencia como visual, referida a los aspectos cinéticos de las lenguas
de señas y que sería indebido relacionar con el sistema de escritura alfabético oyente.
84 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
“En términos puramente especulativos, pudiese pensarse que este conocimiento podría
tener que ver con un inexistente sistema de escritura basado en la representación gráfica
de elementos no significativos de las señas […] la única posibilidad que tienen los sordos
de acceder a la lengua escrita es saltándose el proceso de alfabetización. Leer y escribir
las palabras en castellano ‐ y las frases y los párrafos ‐ como si fuese un sistema no
alfabético, logográfico o ideográfico” (Sánchez, 2009: 3)
El poder hegemónico coloca a las personas oyentes en la mira de las personas sordas
como un referente de identificación, sea este opuesto o similar. La vacilación entre ser o
no ser sordo, despierta en el interior de este colectivo un señalamiento de las diferencias
que surgen de la comparación con el oyente. Esto podría entenderse en los mismos
términos que se le otorga a la occidentalización y al ejercicio de poder implicado en ella.
Reconozco aquí una mirada ‘occidentalizada’ de la sordera, donde los mismos sordos
intentan parecerse al oyente, estigmatizando a sus pares sordos al decir: los sordos son
chismosos porque son incivilizados, porque no tienen educación de calidad, porque no
saben leer ni escribir, porque no realizan las mismas actividades que los civilizados (leer
el periódico, observar las noticias), porque no se parecen a él.
¡Ah! conchudos, bien. Eso que dicen de todos los sordos, lo comparto. Son perezosos eso confirma que muchos no saben hacer tareas de cuentas, no saben leer ni escribir. En general la culpa la tienen los padres que subestiman a sus hijos sordos y no les permiten hacer nada. Ellos mismos [ni] trapean, [ni] tienden las camas. -Mauricio- ¡Hey!, ¡oye! (señalando hacia donde estoy) sí, sí, Lo que nos cuentas que dicen [los oyentes], sí ¡bravo! (festeja con sarcasmo)… por los profesores (aplaude irónicamente), pero yo no estoy de acuerdo porque los profesores o cualquier oyente, como los médicos, con ver a una persona sorda interpretan ‘así es su cultura, chismosa’ no, no, no. Me parece también que los oyentes son iguales. Igual porque hablan unos de otros ‘imagínate que esto, eso y aquello’ [luego] abiertamente lo cuentan, lloran y reniegan por esto igual que los sordos, es cultural porque es normal expresarse, normal… espera (en ese momento es
interrumpida por alguien del público a quien se queda observando y luego le dice) espera… es cultural la lengua de señas. -Yeny- Lo que ella (refiriéndose a mí) nos cuenta, que en general los sordos son así: hablan por debajo y son chismosos. El problema es… ella tiene razón y estoy de acuerdo con eso, es correcto. Muchos son entrometidos, hablan indirectamente, se entrometen en esto, en eso y en aquello […] No saben de teorías, de cosas abstractas, de eso no saben nada. Pero de lo concreto, de eso sí hablan y hablan ‘imagínate que esto, esto… como te parece que quedó embarazada, etc, etc’ entre otras bobadas. Ese es el problema ¡oiga! No, no haga eso, eso de hablar indirectamente es feo. El problema es que leen y escriben muy poco y muy regular. Nunca leen el periódico, observan las noticias en televisión pero no saben de ellas, ese es el problema. ¿Son ellos los malos? No; falta reflexionar más, ver desde diferentes miradas por qué los sordos son así. Si entramos a investigar las causas de esto, veremos que su pensamiento es muy pobre. Entonces ¡los sordos no sirven! No, es que no saben leer ni escribir, por muchas razones como tener una mala educación; ese es su problema. Encontramos que les falta motivación e interés, eso interés. -Mauricio-
Existe, según el consenso de varios sordos de Fundarvid, poca experiencia en la
organización colectiva que reúna los intereses comunes y se presenten como unidad de
argumentos. A mi modo de ver, esto es debido en parte a que durante mucho tiempo no
se les ha permitido participar, siempre los oyentes han tomado decisiones por ellos, les
hemos dicho qué deben hacer y cómo lo debe hacer.
Los sordos solemos debatir diferentes cosas […] tenemos derecho a defendernos y debatir u opinar […] los sordos debemos abrir nuestra mente, explicar y divulgar estas teorías para que los sordos mejoremos y cambiemos las percepciones de los oyentes, pues nuestro problema es sólo que no escuchamos y no más, así continuaremos bien. Creo que a todos nos interesa mucho estos debates. -Carlos- Necesitamos cambios para el futuro […] los sordos necesitamos concientizarnos y reflexionar conjuntamente en diálogo e interrogación constante […] Decimos que sí podemos, pero tenemos que mostrarlo; para eso es importante traer argumentos y teorías, necesitamos compartir diferentes visiones para poder dar una respuesta. -Yeny-
Esta persona, miembro de Fundarvid, reconoce que sin una ‘teoría’ o consenso grupal
(como lo interpreto yo al traducirlo) no se puede explicar a los oyentes cuáles son sus
86 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
diferencias. Aparece nuevamente lo hegemónico oyente pues parece privilegiar la
búsqueda por sensibilizar a los oyentes, pensar en ideas o en estrategias con referencia
a los oyentes más que pensar en sí mismos, en su visión sobre sí mismos. Prima aquí la
idea de que es muy importante la visión de los oyentes sobre los sordos. Los sordos no
están en total acuerdo con lo propuesto o solicitado por los oyentes porque éstos no
comprenden la forma particular en que los sordos comprenden el mundo, pero es
precisamente esto, cuando se refiere a construir teorías o a pensar estrategias
consensuadas, lo que ellos como colectivo no han definido aún en su objetivo colectivo
de sensibilizar a los oyentes. Sin embargo como se presentó en el apartado anterior, este
colectivo realiza algunas actividades que pueden nombrarse como estrategias de
identificación que, sin ser tan discutidas al interior de su colectivo, sensibilizan o dan a
conocer otras formas de ser sordos.
Régimen de verdad 1: Lo que los sordos saben que dicen los oyentes de
ellos
Son muchos los comentarios, reflejo de las representaciones, que la sociedad general
hace sobre las personas sordas. Algunas personas que no tienen contacto con sordos
dicen que, cuando estos hacen señas, parecen micos pues no consideran la lengua de
señas una forma de comunicación válida y formal, por lo que se burlan de quienes la
usan (recuerdo que una vez también fui víctima de esas burlas cuando caminaba con un
amigo sordo por la calle y creyeron que yo también era sorda).
[Somos] tratados como micos [...] la familia no acepta [la lengua de señas]; hay apoyo con la forma ‘primitiva’ de comunicación [señas naturales]. Su uso depende del estrato social, se usan dos lenguas lengua de señas y lengua oral (dependiendo del contexto donde necesite comunicarse). El médico dijo a mi mamá que yo era sordo y
ella se entristeció muchísimo […] Algunos nos respetan, otros tienen resignación y confianza. -Edwin-
La aceptación y resignación de la sordera suele venir de los padres oyentes con hijos
sordos que no reconocen en estos una forma de comunicación diferente; su trato hacia
ellos no es igual que hacia los demás hijos oyentes; asumen su rol de padres desde el
conformismo o desde la sobreprotección porque no pueden subsanar la falta de
comunicación en una lengua que no dominan ni aceptan. Por esto, en Colombia, algunas
personas oyentes que trabajan con personas sordas dicen comúnmente que los sordos
son extranjeros en su propia casa.
Ser sordo o sorda no deberían ser diagnósticos negativos para las familias, deberían ser
palabras que simplemente marcan una diferencia, como cuando se dice tener un pariente
extranjero que vive y se comunica diferente. Pero estos conceptos están fatalmente
ligados al campo médico y legal donde se nombran como ‘personas con o en situación
de discapacidad sensorial’ una diferencia subvalorada.
“[El sordo] no entiende” es una frase que frecuentemente usamos los oyentes cuando
nos referimos a las dificultades comunicativas con los sordos, incluso quienes que
tenemos contacto con ellos en lengua de señas. La seña ‘entender’ suele ser una
muletilla en la comunicación entre sordos y oyentes para verificar su comprensión. Varios
sordos lo han manifestado así y rechazan esta acción. Algo similar ocurre con la
constante referencia a los ejemplos; dicen que los oyentes usan con frecuencia la seña
‘por ejemplo’ para hablar de algo que no tiene seña, mientras que ellos no lo hacen,
simplemente describen la referencia. Las personas sordas consideran que los oyentes,
gracias al poder que tienen sobre la lengua mayoritaria, los estigmatizan como ‘personas
88 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
de pensamiento concreto’ o ‘con dificultades de comprender conceptos complejos’, es
decir ‘faltos de conocimiento’.
[…] los oyentes siempre le dicen a los sordos medios que sus voces son feas, ruidosas, que no les gusta como hablamos. -Alberto-
Sobre la posibilidad de comunicarse oralmente, saben que quienes lo hacen no son
vistos como ‘normales’ entre los oyentes pues la voz, como elemento físico de
‘normalidad’ no tiene un sonido parecido al de la mayoría. Esto señala también una
diferencia.
Régimen de verdad 2: La respuesta de los sordos a los oyentes
[…] nos dicen ‘mudo, mudo’ pues los sordos, por estar trabajando o en otras actividades, ignoramos a la sociedad mayoritaria; por eso a los oyentes les queda muy fácil estar burlándose de nosotros llamándonos mudos. -Carlos-
La palabra “mudo” es considerada por las personas sordas un estigma de inferioridad,
una forma despectiva de nombrarlos que rechazan conjuntamente; es una de las pocas
cosas que comparten y que como grupo no aceptan. Parece haber una notoria distancia
por parte de los sordos hacia los oyentes (existe una barrera comunicativa como causa
evidente), pues se sienten constantemente burlados, señalados, objeto de diversión por
parte de los oyentes.
Yo no me sentía feliz, me sentía extraña e incapaz de relacionarme hablando con los oyentes; intentaba adivinarles algunas cosas pero siempre me equivocaba […] Por culpa de los errores de los profesores, comprendía poco en mis interacciones. -Yeny-
Carlos Skliar propone un término muy relacionarlo con el de colonización de Fanon
(corpo-biopolítica), oyentización “[…] oyentismo y oyentización, constiyen neologismos
para describir prácticas colonialistas de los oyentes que hacen que los sordos sean
obligados a narrarse, juzgarse y pensarse como si fuesen oyentes. Es en esa práctica,
justamente, donde muchos sordos se ven a sí mismos como deficientes, incompletos,
pseudo-oyentes, etc” (Skliar, 2014[1998]: 8). Según esto, las personas sordas inmersas
en proceso de oyentización, no se sienten cómodas usando la lengua oral en la
comunicación cotidiana y culpan a la educación por no brindarles las herramientas
necesarias para hacerla eficiente.
En los colegios también podemos ver a los oyentes que saben señas e interactúan con los sordos, o también los padres de sordos usan la lengua de señas; por eso es importante la lengua de señas. -Yeny-
Es valioso para los sordos que muchas personas oyentes se esfuercen por aprender la
LSC, así podrán interactuar con ellos y conocer mejor el mundo oyente. La imposibilidad
de una comunicación efectiva genera supuestos de unos sobre otros.
Para mí es difícil comunicarme [con oyentes], no puedo hacerlo. -Alberto- Finalmente me pasé a trabajar, no sabía cómo era, nunca había tenido contacto con otros y era la primera vez que me comunicaba a través de lo escrito; así continué, escribiéndome con otros. Como con señas no me entienden, nos escribimos; pero si quieren copiar o hacer mis señas, con mucho gusto nos ayudamos con las señas… no es más, y ya. -Felipe-
Aparece nuevamente la necesidad de que los oyentes aprendan LSC para poder
interactuar y conocer a los sordos. La escritura también aparece como posibilidad de
comunicación, pero la mayoría de los sordos reconocen las limitaciones que tienen para
hacerlo de la misma manera que los oyentes; además la comunicación a través de la
90 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
escritura restringe el sentido y fluidez que tiene la comunicación cara a cara (sea oral o
señada).
Para la mayoría de oyentes, un sordo destacado es aquel que se asemeja al oyente, es
decir, que tiene buen desarrollo de su oralidad y puede comunicarse verbalmente con
otro oyente. Para los sordos, un sordo destacado es aquel que mejores desempeños en
lengua de señas tiene y que está poco ‘contaminado’ del entorno oyente; que tiene
excelentes ideas para defender a su comunidad, pero también tiene contacto y
conocimiento del mundo oyente.
Había sordos y oyentes interactuando, el jefe sabía cómo tratar los sordos. Había buenas relaciones aunque a veces me la dedicaban para que trabajara rápido. -Yeny-
La integración social, laboral y escolar suele limitarse a compartir un espacio físico,
donde el contacto entre unos y otros es mínimo. Esto ha servido para que los oyentes
conozcan un poco de los sordos y se inquieten por aprender lo básico de la lengua de
señas colombiana. A los sordos les ha servido para conocer también el mundo oyente y
para intentar competir con ellos, ser como ellos, darse a conocer desde su diferencia.
En mi trabajo ha sido difícil porque los sordos estamos laborando pasivamente, recibiendo un pago por nuestro trabajo. Estamos de acuerdo en que queremos subir de nivel (se refiere a escalar laboralmente) [por eso] yo misma animo a los sordos para que debatamos y desde antes nos organicemos pensando soluciones a proponer [a la empresa] en una próxima reunión. -Liliana- (Ver clip de video MOV084)
Para algunos sordos, la relación con los oyentes ha significado un rechazo constante,
especialmente la relación familiar que catalogan de tortuosa debido a las bajas
expectativas que los padres colocan en ellos, además de la segregación y el trato como
discapacitado que les dan; pero lo que principalmente los afecta es la falta de
comunicación con los padres.
Pero lo que más me afecta es que mi papá me discrimine un poco, pero no importa seré positiva, estaré bien. -Yeny- Ya en los enfrentamientos [futbolísticos] los oyentes muestran todo su profesionalismo para jugar, lo cual nosotros también queremos e intentamos hacer y cuando por derecho el resultado nos favorece, vemos que cambia la mirada de los oyentes quienes creían que éramos discapacitados o no sabíamos jugar. -Edwin-
Para otros esto ha servido de motivación para un enfrentamiento social en el que se
muestran ante los oyentes como personas capaces de hacer las mismas cosas motriz y
cognitivamente. Evidencio una necesidad de mostrarse como personas normales sin que
puedan ser relacionados o tildados como anormales o enfermos, mostrando que su
diferencia radica principalmente en el uso de otra lengua no oral sino viso gestual.
Si un oyente me ve, comenzará a decir “¡ay! ¡qué grave! ¡pobrecita! Tiene problemas auditivos, no escucha”. Yo le diría “un momento, debe respetarme, no oír no es una enfermedad, no es un problema. Tengo las señas”. ¡El oyente quedará pasmado! […] esta persona también debe esforzarse en comprender qué significa ‘sordo’ por sí mismo, que no haya dependencia sino que ella misma comprenda lo que significa ‘sordo’. Yo también me esforzaré en comprender lo que significa ‘oyente’. -Yeny-
La mayoría de personas sordas ansían poder comunicarse y relacionarse con todos los
oyentes, parece haber un interés en comprender cómo es la vida de un oyente (forma de
pensar, de construir conocimientos del mundo y de actuar en él), pero también hay un
interés que se torna casi en necesidad: que los oyentes tengan estas mismas inquietudes
92 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
por los sordos para identificar las diferencias sin necesidad de intermediarios, sólo por la
acción de la interacción entre dos seres humanos diferentes.
[…] pero depende del oyente porque a veces la relación con él es difícil, tensa. La cultura del sordo y la cultura del oyente no son iguales, son muy diferentes – Johana- (Ver clip de video Capture_20100717_2) [...] Quieren animarnos y plantearnos diversos objetivos con los que nosotros a veces no estamos de acuerdo, estamos a la defensiva. Parece como si fueran los positivos y nosotros los negativos. -Yeny-
Algunas personas sordas de Fundarvid reconocen que la diferencia entre sordos y
oyentes genera tensión en su relación. Parece que se sintieran intimidados por los
oyentes cuando éstos les plantean necesidades que no ven como propias porque lo
hacen desde la mirada oyente, lo cual los hace ver como negativos por no compartir el
mismo objetivo o la misma visión. ¿por qué y cómo están a la defensiva de los oyentes?
Esto no es claro para mí.
[…los oyentes nos dicen:] -no es necesario llamarse sordos, se siente mal; son sólo limitados auditivos- Yo les digo -¡alto! no estoy de acuerdo, soy normal, soy sorda; tengo derecho a ingresar [a estudiar]- esa es mi respuesta puntual. -Yeny-
Creo que este es un pequeño ejemplo de lo que se plantea en el comentario anterior, eso
de no compartir la mirada: para los oyentes está bien decir limitados auditivos pero no
para los sordos, pues denota anormalidad, mientras que ‘sordo(a)’ denota diferencia y
normalidad.
Pero el oyente no me comprende -¿qué es eso? No conozco FENASCOL-. Yo ingreso con él a internet; abrimos y vemos a un sordo señando rápido, le pregunto al oyente si entiende algo pero dice que no -¡ah! Entonces para qué me critica- le digo. El oyente reconoce que sí,
le falta conocer [a los sordos]. Ahora él ha comprendido de a poco, ha mejorado y ha cambiado un poco. -Alberto-
La incomprensión genera ignorancia de uno hacia otro. Según este sordo, quisiera poder
sacar de la ignorancia al oyente haciéndole ver que no es posible juzgar cuando se
desconoce algo; lo invita a conocer para cambiar su percepción, su representación hacia
él.
Como queremos, insistimos y peleamos con los oyentes que nos dicen -no, no, no es posible, es peligroso, se pueden amputar los dedos; ustedes no escuchan, no, no, no (niegan la posibilidad) - y les respondemos -¡claro que podemos!, podemos ver, los sordos no somos bobos, podemos y queremos hacerlo-. Ellos se siguen negando y continuamos peleando e insistiendo en busca de una solución. Aún ahora continuamos discutiendo. -Liliana-
Al expresar “Los oyentes nos niegan la posibilidad”, reconocen que hay un poder de los
oyentes sobre ellos, dominación frente a sus capacidades e ideales, ¿puede hablarse de
un reconocimiento hegemónico del otro por parte de estas personas sordas? Este poder
les ha permitido a los oyentes estigmatizar a los sordos, pero ¿acaso los sordos no han
construido también estigmas o representaciones frente a los oyentes?
No estoy de acuerdo con que nos llamen implantados, enfermos, atrasados mentales, retardados, entre otros. Los médicos sólo atienden lo ‘peligroso’ (creo que usa esta seña aunque no es clara) -Johana-
Los oyentes se ponen a la defensiva diciendo que los sordos no podemos ingresar a la educación. Los sordos insistimos en que sí podemos, pero ellos nos dicen qué es muy complicado. Ese es el problema de la educación, mientras que la inclusión social es mucho más fácil; nos integramos más fácilmente con los oyentes, por ejemplo en un deporte como el baloncesto, porque no hay comunicación, todos ven y disfrutan el partido, igual sucede con el fútbol. Sordos y oyentes se integran en cualquier juego deportivo, así los oyentes ven que los sordos son inteligentes. En cambio aquí (señala el espacio donde había mencionado la inclusión educativa), los oyentes no entienden y mal interpretan a los sordos; se angustian porque creen que no podemos ingresar a la educación. -Yeny-
94 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
¿Qué significará para Yeny decir que los oyentes están a la defensiva?. Ella propone
compartir espacios sociales pero no espacios educativos. Según esto, el valor de la
educación es vital para las personas sordas en su proceso de crecimiento y formación
académico-intelectual como forma de demostrar que cognitivamente no tienen
dificultades y que pueden ser igual de inteligentes que los oyentes. Toma los
señalamientos y estigmatizaciones de los oyentes en el campo educativo como
anormales. Comprendo que cuando se refiere a ‘ingresar’ a la educación, no está
hablando del acceso sino de la capacidad cognitiva que tienen para asumir el reto
educativo.
Régimen de verdad 3: Lo que dicen los sordos de sí mismos
Los médicos piensan que los sordos tenemos dificultades del lenguaje, nos ven como retardados. -Yeny-
Concientes de los señalamientos hechos permanentemente por los oyentes, como ‘debe
curarse’, ‘obligar a hablar’, ‘tiene mala información’, en sus discursos dejan claro que: la
sordera no se cura, muchos sordos no se consideran enfermos, los sordos no rechazan
el habla oral pero reivindican el uso y fortalecimiento de su lengua de señas.
Si [el niño] fuera oyente ¿querría que fuera [sordo] igual a mí? Entonces lo llevaría al médico y le pediría que por favor lo dejara sordo ¿le quitaría su audición? No, lo dejaría en su condición normal (podría traducirse también natural), que crezca así; estaría atenta a la información que me sirva o a la ayuda que me pudieran brindar para criarlo; compartiría experiencias con otras personas, sería normal. Pero eso de dedicársela, insistiendo a toda costa en el implante, obligarlo e implantarlo… eso es… de mucho sufrimiento, se siente mucho dolor… no, no, no [quiero o queremos] más. -Johana-
Normalidad como naturalidad, como algo que está dado y no se tiene el derecho a
cambiarlo porque generaría mucho dolor. Si se es sordo es natural, si se es oyente
también es natural. Es natural que existan las diferencias, lo no natural es que se
intenten cambiarlas según el criterio de uno u otro bando que suele ser quien tiene el
control o poder sobre el otro.
En el INSOR donde promocionaban el implante coclear. Papá muy animado me dijo que él lo pagaba, pero yo sentía que eso no era bueno… antes Rolando (es una persona sorda que trabaja en el INSOR) me había dicho que tuviera cuidado porque la oralidad implicaba sufrimiento, me explicó que debía tomar medicinas y asistir a terapias. Papá insistía en ser una buena opción, yo no le dije nada más. -Alberto-
Oralidad como sinónimo de sufrimiento, de la mano del enfoque clínico, mencionado en
los primeros debates. Reconocen que el enfoque clínico de la sordera se ha impuesto al
socio-antropológico, ha persistido a lo largo de los años y beneficia la estigmatización de
los sordos como no aptos para la comunicación efectiva. Sin embargo también hay un
autorreconocimiento de subordinación, resignación y aceptación por parte del sordo que
no está de acuerdo con esta estigmatización.
[…] les piden -diga mamá- y el oyente se sorprende y lo aplaude. Pero si un oyente ‘morboso’ piensa en pedir que se diga alguna palabra grosera, por ejemplo puta, con curiosidad lo pide para escuchar cómo se escucha [en la voz de un sordo]. El sordo inocentemente lo dice, el oyente se lo celebra y continúa dándole más groserías; el sordo sigue sumiso… ¿cómo es eso?, ¿qué se dice ahí? -Alberto-
Autocrítica por sumisión, por acceder a los deseos de burla por parte de quienes los ven
como extraños en su forma de hablar. Refleja sentimiento de uso y abuso; se sienten
utilizados para divertir a los demás.
96 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
Régimen de verdad 4: Las perspectivas de vida como sordo
Ignorar y rebeldía, es la propuesta de una persona sorda frente a los señalamientos y
tratos que reciben de médicos, familiares y personas en general de la sociedad
mayoritaria oyente. Aquí la rebeldía es una forma de defensa o rebelión usada por una
persona sorda al sentirse atacada y oprimida por los oyentes. Hay cierta resistencia a las
acciones de los oyentes que van en contravía de las acciones sordas.
Me encontré sola, integrada con muchos oyentes que hablaban a mí alrededor y yo sin entender. Los profesores también me hablaban, cerca y de frente, pero yo no entendía nada, no hallaba qué hacer. Aunque ya más o menos me había adaptado. -Yeny-
La integración de las personas sordas a las aulas y escuelas regulares fue una farsa
porque internamente (en las aulas y los espacios de clase) existía una permanente
separación entre estudiantes oyentes y estudiantes sordos; sus intereses, forma de
comunicación y relaciones con el entorno es diferente. Aunque hoy en día hay más
garantías en los procesos de inclusión, unos y otros se adaptan a compartir el espacio
escolar juntos intercambiando algunos aprendizajes entre sus modos de vida sin que ello
trascienda en gran medida sus cotidianidades.
Me muestro como un modelo, uso mi lengua de señas para que cuando los oyentes me vean se inquieten por preguntar qué es la lengua de señas [...] Una persona al ver a otra mover las manos extrañamente puede decir que parece un mico, que es gracioso, puede no comprender pero asombrarse, eso depende. Los oyentes en general tienen cosas positivas y negativas. Desde lo positivo pueden decir ‘¡qué chévere las señas! ¿Cómo se hace? Yo quiero aprender’ yo con mucho gusto compartiría con ellos a través de la comunicación en señas y los oyentes se interesarían, muy bien. -Yeny-
Hay una gran expectativa e interés en que los oyentes muestren gusto por las señas, lo
cual genera en algunos sordos sentimientos de solidaridad para que el otro aprenda su
lengua y se interese en conocer cómo vive él.
Depende, si leo y escribo algo sencillo que el oyente no logra interpretar porque es diferente al español que él habla, me angustiaría. -Yeny-
Parece haber un temor implícito en la relación comunicativa a través de la escritura. La
angustia es mayor y la brecha entre ambos aumenta cuando, en la búsqueda de una
forma de comunicación común la lectura y la escritura tampoco responden a esta
necesidad. Muchos oyentes se sorprenden al saber que los sordos no leen ni escriben
igual que ellos, lo cual se convierte en una barrera mayor de interacción y limita las
posibilidades de comunicación.
V. Conclusiones
Sobre las representaciones y las relaciones de poder
Como lo expone Hall (2002) representación tienen una estrecha relación con el concepto
de poder, pues debe entenderse desde términos simbólicos más amplios y culturales. Así
comprendo que el concepto de persona sorda es una producción discursiva que nació y
evolucionó durante la historia educativa de quienes físicamente no pueden escuchar e
implementan otra forma de comunicación con la que comprenden y se relacionan con el
mundo de manera diferente. Estos discursos han producido muchos tipos de persona
sorda, al igual que infinidad de conocimientos específicos desde diferentes disciplinas
que han definido el abordaje político, social, educativo y ético de esta diferencia.
El enfoque socio-antropológico de la sordera, que pareciera da una mirada distinta a las
personas sordas, se presenta también como un discurso hegemónico sobre los sordos
en el que los oyentes ya no son opresores que dominan sus cuerpos sino dictadores que
determinan sus acciones y manipulan sus ideas. Las prácticas enunciativas, por parte de
los sordos participantes, confirman la apropiación del discurso oyente sobre el enfoque
socio antropológico de la sordera (están de acuerdo con él y lo repiten); sin embargo, sus
acciones distan de las demandas oyentes, pues las preocupaciones actuales de los
sordos participantes se centran en el fortalecimiento, la promoción y divulgación de la
lengua de señas como lengua primera y propia de los sordos, acciones que los oyentes
dicen haber superado.
Muchas de las luchas lideradas por oyentes y apoyadas por las personas sordas no
cuentan como luchas propias del colectivo sordo, pues para los oyentes cosas como ésta
100 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
(el reconocimiento de la lengua de señas) ya está superado, mientras que para los
sordos aún es una batalla no ganada. Por ello Fundarvid reconoce la lengua de señas
como aspecto importante en la definición de identidad, pero defiende su uso adecuado y
se preocupa por fortalecerla, por ser efectivos en su comunicación.
Las luchas ‘ganadas’ por otros están estrechamente relacionadas con el concepto de
muerte inscrito en el racismo. Este biopoder, llamado por Foucault poder de
regularización (Foucault, 1999 [1976]) sobre la población sorda en este caso, ejerce el
derecho de muerte política sobre quienes considera inferiores, anormales y degenerados
que constituyen un riesgo biológico para el resto de la población. A mi modo de ver este
riesgo se traduce en la imposibilidad de universalizar ciertas lenguas aunque se
reconozcan y ‘respeten’ ciertas otras.
La biopolítica toma acontecimientos aleatorios y colectivos que suceden o se desarrollan
en un largo tiempo de duración y que se manifiestan en efectos económicos y políticos.
Introduce mecanismos globales, reguladores y de seguridad presentes ante el carácter
aleatorio de los fenómenos; encargados de mantener un equilibrio y de asegurar una
regularización. Esta regularización bien puede traducirse al campo educativo donde se
ha hecho demandante a las personas sordas ser bilingües; es decir, aceptar que usen
señas para que a través de ellas se les enseñe y exija leer y escribir. Esto, según los
oyentes, sustenta la promesa de la integración educativa, social, laboral y el acceso a la
información.
Hay, por parte de las personas sordas participantes, un deseo recurrente en ser
conocidos por lo que son como personas más allá de los señalamientos como
discapacitados; sin embargo este estigma parece reafirmarse: colocan este deseo en
manos de los oyentes que se relacionan con ellos reflejando en esta acción vínculos de
subordinación hacia los oyentes. Los sordos suelen tener cierta dependencia hacia los
oyentes intérpretes para el manejo de información; aunque confíen poco en ellos o
renieguen de su mal uso de la lengua de señas ‘esperan’ que sean ellos, los oyentes,
quienes ‘hablen por los sordos’. En el mejor caso de esta situación, piensan en actuar
como Calibán: aprender la lengua de su opresor para defenderse de él.
Estas reflexiones preliminares sobre las relaciones de poder y sobre las prácticas
discursivas en torno a ser sordo generan, desde los estudios culturales, un abanico de
amplias posibilidades de abordar el tema de la sordera más allá de los tradicionales
abordajes disciplinares (especialmente la medicina, la lingüística y la pedagogía). A
continuación se presentan algunas posibilidades de avance al respecto, arrojadas por
esta investigación.
Sobre las implicaciones académicas de esta investigación
Al vincular este trabajo investigativo en los estudios culturales, relacionándolos también
con la propuesta disciplinar de los estudios sordos en educación, se hace necesario
repensar el abordaje la sordera desde perspectivas más amplias al educativa, donde ha
estado anclada desde mucho tiempo atrás y a la cual, considero, le debe haberla sacado
de la mirada clínica inicial. La hegemonía plantea la necesidad de pensar y repensar la
noción de cultura existente, de replantear las miradas tradicionales sobre la cultura y
reivindicar la posibilidad de nuevas miradas sobre ella y sus objetos.
La verdad es que es muy difícil, con la experiencia me di cuenta que lo dicho teóricamente en educación puede sonar muy elevado, retórico; pero al meterme en el trabajo [expresión de sorpresa]… antes tenía una
102 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
representación determinada de la educación; pero al llegar al trabajo práctico lo que sabía cambió. ¡Uy! El cambio fue del 100%. Eso es [expresión de incertidumbre] interesante. -Erica-
Como lo expone esta persona sorda, profesional en el campo educativo (del cual yo
también provengo), el trabajo práctico de cualquier campo abre las miradas disciplinares
incrustadas en lo retórico de sus teorías. Es así como los estudios culturales, con su
mirada transdisciplinar y su fuerza en el planteamiento metodológico diverso, me
permitió, no sólo plantear esta investigación por fuera de las tradicionales disciplinadas
que abordan el tema, sino abrir la posibilidad de continuar abordándolo desde muchas
otras miradas.
Una de ellas tiene que ver con algo que fue crucial pero también escamado en el
desarrollo de mi investigación: la traducción. Al interpretar, de las señas a lo escrito, las
intervenciones de los participantes sordos en el proyecto, luchaba con intentar no dejar
escapar el sentido de cada emisor-autor de una opinión, cuando la escritura se queda tan
corta para expresar su sentir. Este fue un sentimiento constante en esta titánica labor.
Abordar futuras investigaciones culturales en el campo de la sordera tendrá, por regla,
que ahondar en la relación escritura-subalternidad y en conceptos como ciudad letrada,
diglosia y purismo idiomático.
Muchas pueden ser las posibilidades investigativas sobre los sordos desde el campo de
los estudios culturales, algunas más como: la creación de colectivos sordos, las
producciones y reproducciones culturales de estos colectivos que, aunque se abordaron
superficialmente aquí, no han sido profundizadas en nuestro contexto local y nacional; la
relación de las producciones culturales con el agenciamiento de una política pública más
detallada a favor de las personas sordas; la relación entre tecnología, clase e identidad,
que también se mencionó someramente aquí, entre otras.
Sin embargo, a manera personal, son muchos más los interrogantes que me quedan
luego de haber llegado a la maestría con muchas expectativas y de haber transitado por
ella sintiéndome una subalterna por la academia (siempre sentí que el peso de esa gran
maquinaria académica se imponía ante mí como opresora, donde yo estaba lejos de
alcanzar el lugar del erudito). Aunque no soy sorda, ni me identifico como tal, me
considero miembro de esa diferencia y constantemente me preguntó ¿cuál es mi papel?,
¿acaso produzco conocimientos para ellos en una lengua que no dominan?, ¿interpreto
el mundo académico para ellos o los interpreto a ellos a la luz de la academia?, ¿los
traiciono?, ¿cómo se entiende esto desde mi posición cuando constantemente
intercambiamos conocimientos de cada mundo (mi mundo como oyente y el de ellos
como sordos)?
104 Personas sordas y diferencia cultural Representaciones hegemónicas y críticas de la sordera
Anexos: Clips de video
A continuación se relacionan los clips de video tomados de algunas sesiones de los
debates, los cuales se encuentran en el CD adjunto a esta monografía.
Código del clip de video Página Fecha Participante
MOV091 33 Noviembre 20 de 2010 Johana
MOV085 55 Noviembre 20 de 2010
Capture_20100717_2 91 Julio 17 de 2010
MOV082 54 Noviembre 20 de 2010 Yeny
MOV07B 63 Noviembre 13 de 2010
MOV078 42 Noviembre 6 de 2010 Edwin
MOV08C 46 Noviembre 20 de 2010 Alberto
MOV092 61 Noviembre 20 de 2010 Mauricio
Capture_20100717_8 63 Julio 17 de 2010 Sandra
Capture_20101016_5 71 Octubre 16 de 2010 Carlos
MOV09D 72 Noviembre 20 de 2010 Erica
MOV084 89 Noviembre 20 de 2010 Liliana
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