Post on 06-Dec-2014
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El Consorcio Platja de Palma lo forman:
el • Gobierno de España,a través del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio
el • Govern de les Illes Balearsel • Consell de Mallorcael • Ajuntament de Palmael • Ajuntament de Llucmajor
• Margarita Nájera Aranzábal. Comisionada del Gobierno de España para la Platja de Palma
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El turismo mallorquín y balear afronta un
momento crucial, un nuevo reto de cara al
futuro: la reconversión integral de la Playa de
Palma. Una reconversión que busca cambiar
el modelo turístico actual con el objetivo de
revalorizar la zona y convertirla en un referente
del turismo costero nacional e internacional.
Como indica el texto del acuerdo del Consejo
de Ministros, el Proyecto de Reforma de la Playa
de Palma debe ser un modelo de actuación en
que calidad, competitividad y la sostenibilidad
se aúnen para afrontar los retos que el cambio
global y el cambio climático representan para
el sector.
Desde la creación del Consorcio de la Playa
de Palma en 2005, desde la Secretaría
General de Turismo del Ministerio de Industria,
Turismo y Comercio del Gobierno de España;
la Conselleria de Turismo del Govern de les
Illes Balears; el Consell de Mallorca; y los
Ayuntamientos de Palma y Llucmajor hemos
trabajado arduamente para acometer con éxito
un proyecto tan importante para el turismo y la
economía de Balears .
Después de más de cinco años inmersos
en el proyecto, ya estamos en condiciones
de presentar el Plan de Acción Integral de la
Reforma de la Playa de Palma (PAI), ahora
tenemos una estrategia documentada y
planificada, ahora contamos con un documento
que recoge las líneas estratégicas, los objetivos
y las actuaciones, que marcarán el éxito en
las distintas fases de este proyecto, que inició
su andadura el año 2005 con la creación del
Consorcio de la Playa de Palma y cuyo plazo de
ejecución finalizará en 2020.
Quiero destacar el espíritu de cooperación y
colaboración entre los diferentes responsables
de las cinco instituciones que conforman el
Consorcio de la Playa de Palma y que han
ejercido su responsabilidad en este proyecto en
los últimos cinco años. Como muestra de eso,
debemos destacar que todas las decisiones
adoptadas por la Junta Rectora del Consorcio se
han aprobado de manera consensuada y
por unanimidad.
También deseo agradecer el trabajo del equipo
del Consorcio y de los profesionales que han
participado en los estudios y trabajos técnicos
que han permitido llegar al documento que
hoy presentamos.
Finalmente, en nombre del Govern de les
Illes Balears, quiero poner de manifiesto
nuestro compromiso con la transformación del
destino turístico de la Playa de Palma, algo
que supondrá un impulso hacia el éxito de las
empresas, el bienestar de los vecinos, la mejora
de las condiciones laborales de los trabajadores,
así como la mejora del confort de
nuestros visitantes.
SALUDA DE JOANA BARCELÓ MARTÍ
PRESIDENTA DEL CONSORCIO Y CONSELLERA DE TURISMO Y TRABAJO DEL GOVERN DE LES ILLES BALEARS
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El Gobierno de España creó a finales del
año 2008 la figura de la Comisionada
como un impulso para reforzar el proyecto
de la Revalorización Integral de la Platja de
Palma, como instrumento de intervención
y dinamización de los trabajos técnicos, de
la gestión institucional y de la participación
empresarial, sindical y cívica en todo el proceso.
En mayo de 2009 presentamos el Avance del
proyecto a desarrollar a medio y largo plazo para
conseguir la Revalorización Integral de Platja de
Palma.
Hoy cumplimos nuestro compromiso de
presentar los documentos definitivos, que
marcarán el largo camino que tenemos que
recorrer para asegurar el futuro a un destino
agotado, pero que fue la cuna del turismo
costero y que, durante 60 años, nos ha aportado
actividad económica, empleo y bienestar,
aunque también es lógico reconocer, que
a veces se hizo a costa de superar la carga
ecológica y de alterar gravemente nuestro
entorno costero, marino, rural y social, así como
de nuestro patrimonio paisajístico y cultural.
Es una gran satisfacción poder presentar en
estos momentos, los resultados del trabajo
realizado por un equipo complejo y amplio
de profesionales, técnicos y especialistas,
en diversos ámbitos del conocimiento del
mundo turístico, de la planificación y el diseño
urbanístico, de gestión eficiente y sostenible
de los recursos, también de la ecología, la
sociología, la economía, el sindicalismo, la
seguridad, los servicios digitales, así como de la
participación, la comunicación y la gobernanza.
Ha sido un grupo de expertos que han dedicado
sus mejores tiempos y esfuerzos, a la creación
de una hoja de ruta de éxito para un destino
turístico que se merece una oportunidad para
seguir facilitando la vida a miles de personas y
PRESENTACIÓN DE MARGARITA NáJERA ARANzABAL
COMISIONADA DEL GOBIERNO DE ESPAñA PARA PLATJA DE PALMA YGERENTE DEL CONSORCIO DE PLATJA DE PALMA
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miles de empresas que, hasta hoy, han tenido
amenazada su continuidad y supervivencia.
Ese grupo de profesionales, ha funcionado
como una flota de expertos coordinados y
sincronizados. Todos y todas han cooperado
y colaborado lealmente, de forma eficiente
e ilusionada, en el convencimiento de que
el trabajo realizado, servirá para asegurar la
continuidad, con prosperidad, de Platja de
Palma y, que además, marcará el devenir de los
destinos turísticos costeros del siglo XXI.
Si hoy tenemos una propuesta para presentar
a la sociedad y a las instituciones, es gracias al
entusiasmo y al buen hacer que ha presidido
el trabajo de estos profesionales y al de todas
las personas que nos aportado sus criterios,
valoraciones y sugerencias, basados en sus
investigaciones y conocimientos. A todos y a
todas, les hemos de rendir reconocimiento
y gratitud.
Los documentos que presentamos conforman
la Estrategia para la Revalorización Integral
de Platja de Palma, formado por tres
bloques diferenciados: Platja de Palma;
Hacia el turismo del Siglo XXI, para
difundir ampliamente la propuesta global,
La Revalorización de Platja de Palma: Plan
de Acción Integral, con los fundamentos y
propuestas de actuaciones estratégicas y
el de los instrumentos urbanísticos. Estos
documentos se han redactado de acuerdo
con las 7 estrategias y los 30 objetivos, que
desde la presentación del Avance del Plan
en mayo de 2009, hemos confirmado y
ajustado con los trabajos y estudios realizados,
además de contrastarlo con las instituciones,
las organizaciones políticas, empresariales y
sindicales, así como con la sociedad civil.
Platja de Palma; Hacia el turismo del Siglo XXI,
tiene un carácter divulgativo. Se pretende hacer
llegar al mayor número posible de personas,
la estrategia, las acciones y el proceso que
proponemos para conseguir las metas marcadas.
Los documentos de las actuaciones estratégicas
lo conforman el Plan de Acción Integral (PAI)
y las Memorias Técnicas de los equipos
profesionales que han intervenido en el proceso
de definición de la estrategia global, a través de
29 Programas y de 98 Acciones.
Los documentos de los instrumentos
urbanísticos lo componen el Máster Plan y
el Plan de Reconversión Integral. El PRI es
el documento urbanístico de las propuestas
del Máster Plan que tendrán repercusión
en el territorio. El PRI se conforma como los
instrumentos de los planeamientos municipales,
en el que se regulan los derechos y deberes
de los propietarios incluidos en el ámbito, así
como de las operaciones programadas por
las administraciones públicas y los plazos
para acometerlas. Con estas dos decisiones
lograremos la base para la reconversión y
rehabilitación de la Playa de Palma, para
alcanzar su Revalorización Integral.
Hemos definido la propuesta de intervención en
Platja de Palma como un sistema complejo y
coordinado de actuaciones público-privadas, con
la meta de la transformación integral del destino.
Consideramos que este gran reto colectivo, es
un proyecto-proceso con ejecuciones a corto,
medio y largo plazo, en el que se irá avanzando,
analizando y evaluando, para proyectar ajustes
que nos permitirán mejorar las intervenciones.
Desgraciadamente no contamos con
experiencias previas de referencia equiparables
a nuestro proyecto, pero la ruta trazada en estos
documentos, nos dan la guía que necesitamos
para acertar en las decisiones que debemos
adoptar y en las acciones que debemos ejecutar.
Hemos desarrollado un despliegue de trabajos
y estudios amplio, que continuarán con la
elaboración de una propuesta de intervención
en el campo del arte, de la museística de alto
nivel o de las infraestructuras necesarias para
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contar con opciones en el turismo del ámbito del
consumo cultural y artístico. De la misma forma,
seguiremos avanzando con la presentación de
una alternativa facilitadora de la reconversión
de la oferta de servicios comerciales y de
la restauración, que elaboraremos en los
próximos meses y en consenso con los sectores
implicados.
Los trabajos realizados han tenido un horizonte
prioritario: crear un modelo de turismo de
éxito, prosperidad y continuidad en el siglo XXI.
Hemos estudiado la tendencia de los mercados
emisores, las exigencias y preferencias de los
visitantes a los que aspiramos, además de
localizar los focos principales de los mejores
visitantes potenciales, tanto por su cantidad
como por su mayor capacidad de gasto y las
facilidades en las conexiones aéreas. Así nos
aseguramos la rentabilidad y la actividad
económica durante los 12 meses del año.
Apostamos por el cambio del actual modelo de
negocio existente para que el futuro de nuestras
empresas esté garantizado, construyendo
un nuevo paradigma turístico que combine
calidad hotelera, servicios y prestaciones
novedosos, bajo el principio de la sostenibilidad
y la ecoeficiencia, con un funcionamiento de
gestión integral del destino, participada por
entes privados y públicos, presididos por los
parámetros de coordinación, eficacia, eficiencia
y rentabilidad.
Con esas condiciones nos aseguramos la
garantía de ofrecer un producto con variedad,
confort, salud, seguridad, disfrute y ocio,
que hagan las estancias de los visitantes
inolvidables, con experiencias atractivas y muy
variadas, lo que facilitará que sus estancias sean
más largas y mas repetitivas.
Para lograrlo consideramos conveniente
acomodar el volumen actual de la oferta de los
alojamientos turísticos, a las posibilidades de la
demanda y preferencias de calidad y servicios
actuales y futuros. Eso hace imprescindible,
la reducción de la oferta de alojamiento con
dificultades de adaptación a los nuevos tiempos
y a los nuevos segmentos de visitantes y que se
facilite su retirada y desaparición del mercado.
Apostamos por tanto, por una reducción
significativa del número de las actuales plazas
de alojamiento, con el fin de que mejore de
manera ostensible la oferta media, en beneficio
del conjunto del destino, de la rentabilidad de
las empresas y de la mejora del empleo.
Los objetivos propuestos son ambiciosos
y dependen, en gran parte, de la iniciativa
privada, por ello, se ha elaborado una propuesta
de proyecto de “Ley de Medidas Fiscales y
Financieras” que apoye y estimule a los agentes
privados para la realización de las inversiones y
actuaciones previstas en el PAI.
Estas medidas tributarias previstas en el
Avance del Proyecto de Ley, se encaminan,
por una parte, a atenuar la carga fiscal de
las empresas establecidas en la zona, para
minimizar sus costes ante una posible reducción
de su actividad durante las obras de mayor
envergadura. Por otra parte, se establece un
sistema de incentivos a la inversión privada,
mediante la aplicación de medidas tributarias
que convierta en neutras determinadas
operaciones desde el punto de vista fiscal,
de tal manera, que la fiscalidad sea un factor
dinamizador y estimulante de nuevas inversiones.
Hemos estudiado los rasgos diferenciadores
que debe contener un destino de éxito para las
próximas décadas. Sin duda, uno de ellos será,
que el mejor destino del futuro debe responder
al cambio global, al cambio climático y será el
que favorezca las reducciones de emisiones de
CO2 a la atmósfera.
Los destinos que no respondan a esos
requisitos, bajarán de categoría, perderán el
tren de la modernidad y la innovación, dejarán
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de figurar en el catálogo de las preferencias de
muchos turistas y de los mayoristas turísticos.
La meta diseñada es conseguir que al final del
proceso en Platja de Palma, se compense hasta
cero emisiones de CO2. Ese logro merece el
esfuerzo, que sin duda nos situará en la élite de
los destinos turísticos innovadores, avanzados y
de éxito en el siglo XXI.
Con el mismo criterio nos planteamos otra
condición indispensable: la mejora sustancial
de los entornos urbanos, naturales, paisajísticos
y rurales, así como los costeros y marinos. La
rehabilitación y recuperación de los valores
medioambientales en el espacio terrestre y
marino, nos permitirá construir un destino
turístico de la mejor calidad con los mayores
atractivos y valores.
Es una meta difícil pero consideramos que es
una apuesta segura si aspiramos a atraer a los
visitantes más exigentes, más conscientes de
sus responsabilidades medioambientales, que
demandan servicios de calidad y prestaciones
hoy inexistentes en nuestros hoteles y en el
entorno que los acoge.
El diseño urbanístico, la revalorización y
transformación del entorno urbano están
pensados para la mejora de confort de los
visitantes y del bienestar de los residentes.
Pretendemos hacer más humano, cómodo,
atractivo y seguro, los paseos, plazas, playas,
zonas de ocio y de comercio. Esto repercutirá
en la calidad de las estancias y en el bienestar
de los que nos visitan, pero también de las
personas que residen en Platja de Palma, lo que
sin duda mejorará la convivencia del turismo y la
residencia permanente.
En paralelo a estas actuaciones nos
proponemos ejecutar las acciones que doten
de sostenibilidad y eficiencia a la movilidad,
accesibilidad y conectividad interna y externa
de la zona, que son necesarias para crear el
mejor entorno, con reducciones de elementos
contaminantes, ruidos e incomodidades.
La sostenibilidad integral del destino en su
conjunto, exigirá el compromiso inversor privado
para hacer ecoeficientes las instalaciones de las
empresas, las viviendas y las infraestructuras
básicas. En esa tarea será insuficiente la acción
pública. Por tanto, todo esto nos exigirá un
cambio cultural y de mentalidad a empresarios,
trabajadores, residentes y visitantes, así como
a los responsables institucionales, tarea que
estamos dispuestos a asumir.
Platja de Palma será un destino destacado
y avanzado en el uso de las TICs, tanto en
los sistemas de gestión interna, como en la
comercialización y promoción, así como en
las atenciones y fidelización de los visitantes
desde su llegada al aeropuerto como en sus
estancias. Para conseguirlo habrá que inventar
nuevos contextos, apoyados en infraestructuras
inteligentes, tecnologías facilitadoras y la
capacitación de organizar y crear información útil
e importante, tanto para el turista y como para la
ciudadanía. Sin duda necesitaremos un esfuerzo
en este campo, que estamos dispuestos a
realizar.
El proyecto-proceso que presentamos para la
transformación de la Platja de Palma, cuenta
además con otros rasgos distintivos muy
singulares que lo convierten en un proyecto
único, porque contempla la transformación de
un espacio urbano consolidado, sin necesidad
de desmontarlo ni cerrar por obras ni esperar a
su declive total. El destino seguirá funcionando
mientras se produce la transformación. El
turismo nacional e internacional seguirá
encontrando, dentro de la oferta en el
Mediterráneo, a Platja de Palma como destino
turístico operativo, a la vez que realizamos su
reconversión.
Por tanto, las obras se iniciarán en tres puntos
del destino: Can Pastilla, Sometimes-Las
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Maravillas y s’Arenal de Palma y Llucmajor.
Utilizaremos la temporada baja para llevar a
cabo las obras de mayor envergadura, con el
objetivo de aminorar las molestias y afectar
lo menos posible a la actividad turística. Se
procederá al inicio de actuaciones que no
afectan de forma significativa a la actividad
turística. Para ello necesitaremos la coordinación
de proyectos y la sincronización de la inversión
pública con la inversión de iniciativa privada.
En el PAI atendemos las necesidades de
mejora de la calidad de vida y residencial de
la ciudadanía. La población residente, que
desde siempre vive en la zona, mantendrá
sus residencias evitando que se desvirtúe
sociológicamente el lugar en el que viven.
Se mejorarán los servicios, las instalaciones
e infraestructuras, pero se conservará el
espíritu de siempre, manteniendo su tipología
sociológica.
Las personas que viven y trabajan en la
actual Platja de Palma, han estado desde el
principio de nuestra gestión en el centro de
las preocupaciones. El empleo, la vivienda,
la formación, la educación, la seguridad y la
vertebración y cohesión social y cultural, se han
incorporado a la estrategia global del proyecto.
Por ese motivo, hemos desarrollado un plan
de mejora integral del parque de viviendas
actuales y se procederá a la supresión de las
infraviviendas existentes, sin desplazamientos
que supongan la expulsión de la zona y eviten la
discriminación o la marginación.
La implantación progresiva del nuevo modelo
turístico, la transformación urbana y la
rehabilitación integral de los establecimientos
hoteleros y residenciales potenciarán la creación
de empleo y facilitarán e incrementarán el
trabajo de mayor y mejor cualificación, ampliarán
la actividad a lo largo de los doce meses, que
aminore la estacionalidad y diversifique los
empleos y las profesiones, nacerán nuevas
oportunidades profesionales para los jóvenes.
De la misma forma, desde el Consorcio
asumimos nuestra función de dinamizadores
de la negociación y el encuentro de los agentes
sindicales y empresariales, para que las
recolocaciones, la mejora del empleo y de la
cualificación profesional, sumen energías en la
transformación del destino.
Otro rasgo distintivo de este proyecto de reforma,
reconversión y transformación, es que cuenta
con una Ley Urbanística para la Reconversión de
Platja de Palma, que, por primera vez en España,
concentra en un organismo público el poder
de decisión y ejecución de toda la normativa
urbanística, turística y medioambiental para
agilizar la tramitación del proceso de cambio
urbano.
Pretendemos en definitiva, sincronizar las
iniciativas públicas y privadas, para ganar
eficiencia y agilidad en la gestión global. Esta
Ley Urbanística no sería posible sin el pacto
de los partidos políticos, el acuerdo de las
instituciones implicadas y la adhesión de la
ciudadanía y de los actores sociales.
Esta concentración de capacidad de decisión
urbanística y normativa ofrecerá las máximas
garantías de estabilidad, continuidad y
aceptación por parte de las instituciones locales,
insular, autonómica y estatal, así como de los
actores sociales, sindicales, empresariales y
profesionales.
Igualmente, la intervención pública garantizará la
estabilidad en la realización de sus inversiones,
para promover la remodelación y creación
de nueva infraestructura pública, así como
otras inversiones sin atractivo de rentabilidad
económica, pero con gran potencial de crear un
entorno y unos servicios de una alta calidad.
Estas inversiones se programan por un volumen
de más de 1.200 millones de euros hasta 2020.
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También se recogen en el programa económico
del PAI, la programación de las inversiones
privadas necesarias para alcanzar la meta
propuesta. Consideramos crucial la participación
de la inversión privada para el éxito del proyecto,
por lo que hemos estudiado las condiciones
más adecuadas para alcanzar tasas de
retorno homologables a las del mercado de
inversiones no especulativas. Hemos calibrado
la posibilidades de la inversión privada en los
sectores ya establecidos en Platja de Palma, así
como otros más novedosos, que crearán nuevas
oportunidades para emprendedores e inversores.
El cálculo establecido para la inversión privada
en estas intervenciones, alcanza la cifra de
2.600 millones de euros hasta 2020.
Por otra parte es necesario y posible convertir
Playa de Palma en referente de la seguridad
integral en un destino turístico. Los problemas
de seguridad en la Playa de Palma son
recurrentes y acompañarán al menos durante la
fase inicial, el proceso de revaloración. Creemos
importante establecer estrategias y mecanismos
de análisis y observación de la seguridad, e
incluso sentar las bases para la mejora, si cabe,
de la coordinación y la colaboración de todas
las administraciones y policías implicadas en
este ámbito. Se pretende que en todas las
actuaciones urbanísticas que se desarrollarán
en la zona, el elemento de la seguridad sea
tenido en cuenta en el diseño y planificación
de espacios, ya que se ha demostrado que
esta incorporación produce efectos importantes
de mejora en la prevención de la inseguridad
ambiental y facilita la percepción de seguridad
del visitante.
Otro rasgo significativo del proyecto-proceso
ha sido, la consideración de que el entramado
de actuaciones y propuestas del PAI, gozara
de verosimilitud y credibilidad, para lo que es
básico que aseguremos la estabilidad normativa,
la continuidad en el tiempo, la firmeza en la
toma de decisiones complejas. Era preciso
que contáramos con un catalizador para fundir
los intereses de todos los actores sociales e
institucionales implicados. Ese catalizador ha
sido el modelo de gobernanza para la gestión de
la transformación y revalorización de Platja
de Palma.
El modelo de gobernanza que hemos aplicado,
ha estado presidido por los principios de la
negociación, el consenso, el acuerdo, el pacto,
la transparencia y el rendimiento de cuentas.
A través de esos principios queremos declarar
a Platja de Palma libre de especulación y, por
tanto, centrado en la máxima de que todos
ganemos, que ningún sector, grupo o segmento,
imponga sus ventajas o sus ganancias, por
encima o a costa de otros.
Buena muestra de ese modelo de gobernanza
ha sido el funcionamiento del Consorcio desde
su creación. Todos los acuerdos se adoptan
por unanimidad, independientemente de las
vinculaciones de partido de los responsables
institucionales que lo forman.
Igualmente podemos mostrar, la actitud de los
partidos políticos, tanto la de los que tienen
responsabilidades de gobierno, como la de los
que las tienen desde la oposición, ya sea en
el tratamiento del proyecto y la tramitación de
la Ley Urbanística para Reconversión de Platja
de Palma, que previsiblemente será aprobada
por unanimidad y por lectura única, en sesión
extraordinaria del Parlament de les Illes Balears,
como en la aceptación de las bases y ejes
estratégicos del PAI.
También podemos mostrar con satisfacción,
las adhesiones manifestadas por empresarios,
sindicalistas, comerciantes y restauradores,
pensadores y profesionales, vecinos y vecinas,
así como representantes de entidades vecinales.
Hasta ahora, ese modelo de gobernanza, nos
ha obligado a múltiples reuniones, contactos,
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entrevistas y negociaciones. Nos sentimos
orgullosos del trabajo realizado. Conocemos los
riesgos y las dificultades que se nos presentan,
pero también sabemos que unidos, juntos,
remando en el mismo sentido y sin perder el
ritmo, este gran proyecto es realizable y será
imparable.
A lo largo de estos meses he percibido que
todos estamos convencidos de la necesidad
de actuar frente al deterioro galopante que
nos amenaza. De la misma forma que he
sentido que, todos, estamos dispuestos a ser
protagonistas de la construcción del mejor futuro
que podemos dejar a las nuevas generaciones.
Nos espera la recreación de un hermoso destino
turístico para ofrecer a los mejores visitantes
y un excelente lugar para vivir, transformado y
revitalizado. Tenemos la gran oportunidad de
construirlo juntos, desde hoy hasta el año 2020.
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EDITA:
Consorcio Platja de Palma
Concepción, diseño y maquetación de esta Publicación:
Alberto Corazón / Diseño Público
© Fotografías:
Comparini Asociados
West8, urban design and landscape architecture office
IDOM, Ingeniería, Arquitectura y Consultoría
Pere Canals
AHPP
Redacción y divulgación:
Abril Cultura y C. Garrido
Algunas de las imágenes publicadas en el presente libro pertenecen al Archivo de Onofre Llinás, el propietario y
depositario del cual es el sr. Pere Canals, al que agradecemos su amabilidad
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Platja de PalmaHacia el turismo del Siglo XXI
• Dunas y pioneros 17• Del “Boom” a nuestros días 25
• Un paseo por la Platja de Palma de 2025 37• Cómo se hace la revalorización integral 73
• Epílogo 87
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Pere Canals
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Capítulo 1
Dunas y pioneros
Un paisaje simbólicoHorizonte luminoso, paisaje, plenitud interior.
En el siglo XXI, el turismo se ha convertido
en un motor económico mundial. Una
actividad que nadie puede desconocer o
ignorar. Existen todo tipo de modalidades,
estudios, sistemas para garantizar mejores
ofertas. El turismo es decisivo para muchos
países, entre ellos el nuestro.
Por eso sorprende que la base más profunda
del hecho turístico, su auténtica raíz,
permanezca todavía en la sombra. ¿Qué
ocurre cuando te haces una pregunta tan
simple como: cuál es el origen psicológico
del turismo? Es decir: ¿qué mecanismo no
consciente hace que todos queramos viajar,
conocer y pasar unos días en según qué
lugares? ¿Qué nos atrae? ¿Qué buscamos?
¿Cuál es nuestra recompensa? ¿Por qué
algunos sitios y otros no tanto?
Es una ingenuidad o una visión simplista
creer que la gente hace turismo o viaja
simplemente por el factor de confort de un
hotel, por unos determinados servicios, por
una oferta de tal o cual signo. De acuerdo,
todo eso pesa mucho. Pero hay algo más.
¿Dónde radica el alma de ese peregrinaje?
En la antigüedad, ya existían los turistas.
Algunos griegos viajaban por ejemplo
a Troya. Buscaban el origen de sus
mitos, las resonancias de los poemas
homéricos. Uno de los primeros “souvenirs”
documentados data de la época helenística.
Cuando Alejandro Magno, que se creía
reencarnación de Aquiles, visitaba Troya y un
avispado le intentó vender una lira que era
la del mismísimo Paris.
Durante los siglos XVIII y XIX se formó la
noción moderna de lo “turístico”. Algunos
países recibían un flujo constante de
viajeros. Como Suiza, por la magnitud de sus
paisajes y montañas. O Italia, gracias a las
resonancias del mundo clásico. O España,
como un rincón pintoresco y literario.
Si intentamos hacer una abstracción,
nos daremos cuenta de que en el origen
del turismo existe al menos un factor
determinante. Lo que podríamos llamar “el
síndrome del paraíso”.
¿Qué es el paraíso? Es en cierto modo
un lugar fuera del tiempo, con sus propias
reglas geográficas. Debe romper con lo que
entendemos por paisaje rutinario. Debe
impresionarnos, despertar resonancias con
nuestras imaginaciones.
Pero, además, ha de poseer un sentido
especial del tiempo. Hacernos flotar.
Extender mucho los segundos, que corran
muy lentos. O al revés, que de repente
vuelen a toda prisa dándonos la sensación
de vivir al máximo.
Lo más importante de todo: debe contribuir
a la felicidad. Debe simbolizar en cierto
modo la armonía interior.
Pues bien, esa cadena de significados
que comienza en un paisaje simbólico,
seguido de un sentido especial del tiempo
y rematado por una sensación de plenitud,
eso es lo que todos buscamos cuando
viajamos y hacemos turismo. En mayor o
menor medida, buscamos paraísos.
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Si intentamos representarnos la imagen
prototípica del “paraíso mediterráneo”,
¿qué tenemos? En primer lugar un amplio
horizonte, un azul luminoso, la luz del sol
moldeándolo todo, un clima acogedor. A
continuación, el mar. Un mar amplio, de
color turquesa, que parezca pintado en un
decorado y produzca el deseo del baño, que
te adormezca con el ritmo de las olas. Y, como
complemento, una costa. Pinares, metáfora
de todo lo mediterráneo, y sobre todo dunas.
Arena blanca, limpia. Esa arena que en las
Balears tiene un origen biológico y no tanto
mineral. Hecho que explica su suavidad y
luminiscencia. Porque está formada por restos
de conchas, caracolas, organismos marinos.
En el continente, los ríos arrastran muchos
derrubios minerales. Pero en las Islas no hay
ríos. La arena es como un producto de la
artesanía milenaria de las olas.
Esa combinación de cielo, mar y una costa
con pinares y dunas tiene una imagen
concreta. La Platja de Palma.
El caserío de los republicanos En el arco que forma la bahía de Palma
están contenidos todos los ingredientes del
“paraíso mediterráneo”. La cinta arenosa
de 5’5 kms. con un rico sistema dunar. El
bosque de pino y matorral en una segunda
línea. Pero sobre todo el mar, desplegado
a lo ancho de todo el horizonte como una
invitación al sueño y al viaje.
Ahora bien, si leemos la historia de esa gran
playa, nos sorprenderá descubrir que su
consideración paradisíaca es bien reciente.
Absolutamente moderna.
Durante siglos, la zona aledaña al mar
estaba cubierta sobre todo por humedales,
de los cuales la zona de Ses Fontanelles
es un testimonio valioso. Las comunidades
prehistóricas, que aprovechaban el agua y
la caza de las marismas, se fueron a vivir
tierra adentro. Así se explica que los restos
hallados estén en Son Oms Vell (al lado del
aeropuerto de Son Sant Joan), las cuevas
sepulcrales de Son Sunyer, o los grandes
poblados de la zona de Llucmajor como
Capocorb y Es Pedregar. Y nunca cerca de
la playa.
Las marismas eran un foco importante de
enfermedades, sobre todo de paludismo. Y
a lo largo del tiempo las fueron desecando
por la zona de Sant Jordi, para hacer más
habitable toda esta extensión. Otro peligro
importante eran las “razzias” piratas,
que desde el siglo XVI hasta casi el XIX
amenazaban a cualquier lugar costero.
Las “possessions” o casas rurales se
completaban con una torre de defensa.
Para que sus habitantes pudiesen refugiarse
allí en caso de alarma y evitar que los
convirtieran en cautivos, amontonados en
las cárceles de Argel a la espera de un
negro destino.
De manera que si volviésemos los
ojos hasta el siglo XVIII, por ejemplo,
encontraríamos algo muy diferente. En
la época del famoso mapa del Cardenal
Despuig sólo unas cuantas “possessions” se
reparten la extensión de lo que hoy es una
zona turística famosa: Son Verí d’Abaix, Son
Delabau... Por no haber, no había ni camino
para llegar a lo que hoy entendemos como
Y, como complemento, una costa. Pinares, metáfora de todo lo mediterráneo, y sobre todo dunas. Arena blanca, limpia. Esa arena que en Balears tiene un origen biológico.
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S’Arenal. Los carros seguían el Camí des
Palmer, que se desviaba hacia el bosque de
Son Sunyer sin llegar al mar.
Sólo arena, pinos, y mucha Posidonia. Las
hojas de esa planta marina, que aunque
popularmente es conocida como “s’alga”
no es tal, marcaron la historia de la
Platja de Palma.
La ruralía utiliza tradicionalmente “s’alga”
como fertilizante o para sustrato de rediles
y establos. Estacionalmente, los payeses de
Llucmajor se dirigían hacia el mar en busca
de un cargamento de hojas de Posidonia.
Para facilitar ese acceso, en 1861 se abre el
Camí de s’Algar, comunicando directamente
Llucmajor con la desembocadura del Torrent
des Jueus. En lo que era un simple “algar”
o acumulación de “algas” surge el primer
topónimo: Es Pouet d’en Vaquer. Un pozo
donde hombres y bestias podían abrevar. La
primera marca humana de lo que más tarde
habría de ser S’Arenal.
La zona costera ya era frecuentada por los
canteros desde 1847. La piedra arenisca
o “marès” de la bahía fue muy utilizada
desde tiempos inmemoriales, sobre todo
la que se encuentra en los acantilados que
llevan a Cap Blanc. No en vano una de esas
“mareseres” se conoce como “les pedreres
de la Seu” por el convencimiento de que
salió de allí una parte de los sillares con los
que se construyó la catedral de Mallorca. La
cercanía al mar facilitaba el transporte de
las piezas por barca.
La Platja de Palma tuvo por lo tanto
una primera población no estable de
campesinos en busca de “alga”, pescadores
y canteros. Todos compartían un paisaje
absolutamente virgen.
Fue ese valor de horizonte y naturaleza lo
que motivó la primera colonia vacacional.
Las casas de recreo surgen alrededor de
1872, incluso conocemos el nombre de uno
de los pioneros: Nicolás Taberner, famoso
por sus ideas republicanas.
El archiduque Luis Salvador describe así la
zona aquel mismo año: “Se llega a la playa
arenosa cruzando la desembocadura del
Torrent dels Jueus. A mano izquierda, hay
dos casitas con un cercado de piedra en
cuyo recinto se almacenan las algas que el
mar echa a la playa (...) A continuación se
encuentra una pequeña cantera y grandes
matas de lentiscos. Pasada una barrera, se
disfruta de una soberbia vista de la bahía de
Palma: el terreno es ondulado, formado por
bancos de marés sobre los cuales crecen
varios grupos de pinos (...) Es muy bella la
vista de Son Sunyer, con la deslumbrante
playa de arena delante y las lomas de Son
Seguí detrás, paisaje enmarcado por la
sierra de Tramuntana, que se ve en último
término (...) Hay en este sitio nueve casas
modernas, de gente que viene a bañarse en
esta playa”.
El conjuro paradisíaco estaba formulado.
El germen de todo lo que ocurriría después
nacía en ese grupito de casas de veraneo,
en medio de un paisaje de horizonte, mar
y armonía.
Pere Canals
20
Un elemento fundacional sería el grupo
de casas que ocupaban la primera fila de
la orilla, frente a una “tenassa” o losa de
piedra. Al lado estaba la desembocadura del
Torrent des Jueus y algo más allá el “mollet”
para los pescadores y canteros. Aquella
agrupación de casas se llamó enseguida
“S’Illeta des Republicans”. “Illeta” por su
configuración de manzana de once casas
más un terreno sin edificar. Y también porque
en los días de temporal las olas rompían
muy cerca, y el agua acababa rodeando
la zona como si fuese realmente una isla.
Lo de las “casetes dels Republicans” se
fundamentaba en la presencia de militantes
republicanos bastante notorios, como el
caso de Mateu Martí conocido popularmente
como “Ateu Martí”. Ese pequeño núcleo
también se denominaba S’Almadrava, por la
existencia de unas instalaciones para este
tipo de pesca. La Illeta dels Republicans
desapareció en 1973.
También influyó la existencia del fuerte de
Cap Enderrocat, cuyo camino militar sigue
dando hoy nombre a una de las calles
principales de S’Arenal. Así fue naciendo
un caserío de casas muy sencillas. Estaban
construidas con grandes bloques de marés,
con dos pisos, porche y terraza superior.
Las vigas eran de lentisco o sabina, y según
el gusto del propietario se adornaban las
fachadas con balaustradas muy simples.
Los canteros vaciaban primero el terreno,
para sacar la piedra. Luego aprovechaban
parte del hueco para la cisterna, y encima
levantaban casas muy humildes, de un solo
piso, que todavía podemos contemplar en el
Carrer Sant Cristòfol.
La vocación proto-turística de esa zona
ya aparecía en el hecho de que su primer
patrón fuera Sant Cristòfol, santo al que
popularmente se atribuía una extraña
influencia: si alguien se bañaba en su
festividad, se ahogaba o salía malparado.
Con la entrada en el siglo XX, esa vocación
urbana se iría consolidando. El “Caseriu
des Republicans” contaba ya con tabernas
y tiendas. Fue también la época en que
comenzó la explotación turística de Can
Pastilla. En tiempos de la I Guerra Mundial,
un fabricante de licores de la barriada
palmesana de Son Alegre concibió la idea.
Bartolomé Riutord no tenía tanto una visión
comercial como familiar y de recreo. “Lo que
voy a hacer será oloroso, el más delicioso
bouquet de la moderna construcción, algo
así como la conversión en piedra de las
esencias de mis productos Golúa y Alfonso
XIII, fina canela, estomacal y deliciosa”.
Riutord adquirió aquellos terrenos desiertos,
arenosos, situados junto a mar. Y los intentó
revalorizar construyendo el hotel-restaurant
Can Pastilla. Entre Can Pastilla y S’Arenal
sólo había dunas y pinares, entre los que
destacaba la blanca casita porticada con
torre de Can Moner.
Dos acontecimientos fundamentales
coinciden también en esa época. El
primero tiene lugar en 1916, cuando se
inaugura la línea del ferrocarril Palma-
Santanyí. Fue una revolución. Primero por
la obra pública: dos grandes viaductos, el
del Torrent des Jueus (actual divisoria entre
Palma y Llucmajor) y el llamado “Pont de
ses Set Boques”; así como la estación. En
segundo lugar por el flujo comercial que
Entre Can Pastilla y S’Arenal sólo había dunas y pinares, entre los que destacaba la blanca casita porticada con torre de Can Moner.
21
suponía. La piedra de las canteras se podía
trasladar por vía férrea, lo mismo que las
mercancías, el ganado y las provisiones para
el fuerte de Cap Enderrocat.
Pero además, el tren cambió la forma
de vida. Muchos de los “trencadors” de
la canteras se podían trasladar con más
facilidad para trabajar en la zona, sin las
incomodidades de ir y volver en carro o a
pie. Aparecían nuevos trabajos, como el jefe
de estación. Un personaje de gran prestigio
para la gente del pueblo. O los guardavías.
El topónimo de Ses Cadenes recuerda un
paso a nivel donde una “madona” cerraba y
abría el paso con cadenas al paso de cada
convoy. Y de paso tenía un pequeño puesto
de venta para sacarse “quatre doblers”
(“cuatro perras”).
Casi al mismo tiempo, Francisco Berga, un
hombre emprendedor y con visión de futuro
(no en vano era natural del barrio marinero
de Santa Catalina) abría el primer hotel en
S’Arenal. El Hotel Términus. Tenía bar, sala-
comedor, cocina, cuatro habitaciones dobles
y dos individuales, más un wc general.
Berga hacía de director, barman y cocinero
a la vez. La clientela era escasa y de trato
muy familiar: palmesanos, algún militar
del fuerte. En 1919 tomó una iniciativa
visionaria: presentó una solicitud para
levantar un balneario frente al hotel.
La década de 1920 nacía así con la
formulación de lo que sería años más tarde
la Platja de Palma.
El sueño de una Olimpia modernaResulta muy curioso mirar hacia atrás,
y comprobar la gran diferencia entre la
“industria de los bañistas” de aquel principio
del siglo XX y la actual. En la guía de
Baleares de Pere Alcàntara Penya se puede
leer en referencia a la Platja de Palma: “El
arenal suele ser concurrido por personas
que desean pasar un día de solaz en el
campo, sin testigos que presencien sus
locuras, al ir rodando por los montes de
arena como si fuesen montañas rusas”.
Esa apoteosis de la arena era la
característica de ese paisaje. Bartomeu
Font Obrador lo evocaba líricamente: “Arena,
tanta arena, que nos invitaba a correr y
revolcarnos como si fuese un lecho suave y
pulidísimo. Las cebollas marinas, los lirios
de mar de flor blanca y perfume suavísimo
e intenso, los cardos de finas espinas que
atraían a numerosas mariposas, los saltos
inesperados y ligeros de los saltamontes,
los pinos, los acebuches, las sabinas, los
lentiscos (....) Todo era un bello paisaje
de una rusticidad y un bucolismo que
habría sido la fuente de inspiración para
los mejores artistas pintores. ¿Y qué decir
de las puestas de sol? El espectáculo sólo
se podía contemplar entre el silencio y la
veneración, delante de una grandeza que
era obra del mismo Creador. S’Arenal era
entonces el arenal”.
Pere Canals
22
Era corriente acudir a aquella larga cinta
arenosa para tomar unos baños. Pero hay
que pensar que entonces lo normal era
que hombres y mujeres se bañasen por
separado. Incluso se marcaba con letreros
el emplazamiento debido para solteros,
casados y mujeres solas. Sin olvidar que
la playa tenía también su rincón para “ses
bísties”. Ya que era habitual llevar al ganado
o las caballerizas hasta el mar. Caballos,
yeguas, mulos, borricos, compartían también
las delicias de un mar azul y transparente.
La segregación por sexos venía de antiguo.
En la zona rocosa de Son Verí todavía
se conservan dos o tres rincones con el
topónimo de “els banys de sa senyora”.
Indicando que ese sitio estaba reservado
para el disfrute marino de la propietaria
de la “possessió”. Lejos de miradas
inoportunas.
Porque los conflictos también estallaban.
Así, en 1915 hubo un auténtico revuelo
que salió incluso reflejado en la prensa. Los
causantes fueron una serie de varones que,
sin hacer caso a las normas, se bañaban
“sin calzoncillos” a la vista de mujeres y
niños. Aquel primigenio nudismo ya indica
hasta qué punto empezaban a cambiar las
costumbres y las ideas.
Esa transformación se traslada también
a la primera mentalidad turística. Gaspar
Bennàssar, notorio arquitecto palmesano
y autor de importantes edificios, da una
conferencia en la Asociación de la Prensa
el año 1913. Eran los tiempos de las
“ciudades-jardín”. Y Bennàssar se adelanta
más de un siglo a su tiempo. Propone
cumplir “el bello sueño de construir en el
arenal de Son Sunyer una ciudad sportiva
(sic), transformarlo en una Olimpia
moderna”. Se conserva el diseño urbanístico
de aquella idea profética. Un plano en el
que toda la primera línea estaba reservada
a zona verde, con unos veinte metros de
separación entre las viviendas y la playa.
La concentración urbana se situaba en un
segundo plano y sin destruir el paisaje.
Bennàssar quería contribuir a “una industria
del bañista acorde con las excepcionales
condiciones de aquella playa, que habría
de ser poblada muy pronto por poéticas
casetas, risueños chalets y confortables
hoteles y restaurants”.
La propuesta no tuvo ningún eco entre los
hombres de negocios, que como explicaba
ya entonces el semanario “Llucmajor”:
“fijándose en la proporción o tipo medio de
habitante por kilómetro de línea para ser
económicamente explotable, la consideraron
una ilusión”.
Es sintomático como ya a principios del
siglo XX, antes de cualquier explotación
masiva, salga a la luz el problema de fondo
que ha sido una constante en la historia
posterior de la Platja de Palma. La falta
de visión para llevar a cabo una actividad
turística razonable y rentable, pero al mismo
tiempo sostenible y capaz de conservar los
atractivos de la zona.
Podemos pensar que las exigencias
ecológicas y conservacionistas son cosa de
hoy. Pero leamos esta elegía de la revista
“Concepción Arenal” de 1929: “Estos días se
ve concurridísima la encantadora playa de
nuestro poblado. Por ero, es una verdadera
lástima que siga la destrucción de la playa
Pere Canals
23
mejor de la isla. Precisamente toda la labor
destructora está actualmente llevándose a
cabo como satánica delectación. Montones
de algas han sido extraídas del puertecito
y colocados junto al malecón. En algunos
sitios la playa sólo tiene dos metros que
se han ido ganando al mar destruyendo la
belleza inenarrable que la hacía adorable
(...) La Comandancia de Marina debe
prohibir que en terrenos de zona marítima
sea levantados indecorosos malecones y
ridículos paseos en detrimento de la belleza
natural que en su playa tenía el Arenal”.
A finales del siglo XIX y principios del
XX, la intuición de lo que había de ser el
turismo resultaba bastante distinta a lo
que luego se convertiría en realidad. El
gran intelectual Miquel dels Sants Oliver
escribía en 1890: “El día que aumenten
las facilidades de comunicación, el día en
que la publicidad periodística haga llegar a
todos los extremos del mundo la seguridad
de encontrar los medios de que hoy por hoy
se carece; el día en que se pueda coger
una ‘Guide’ o un ‘Itineraire de Majorque’ que
conduzca de la mano al viajero, el día en
que se haya inaugurado un hotel elegante
y se monte un servicio completo de hotel,
expediciones a Valldemossa, a Sóller, a
las cuevas de Artà, sabiendo que a la hora
precisa y sin necesidades de encargarse
de ello lo tendrían todo arreglado, desde la
comida a los carruajes, entonces podremos
estar seguros de ver el nombre de Mallorca
citado en todas partes y contaremos con esa
influencia que se trata de atraer y estimular”.
Esa era la concepción de aquel tiempo. Una
“industria de los forasteros” que combinaba
los atractivos naturales para artistas, las
delicias del “sanatorio marítimo” y los
“pequeños rincones parisinos” en una oferta
de élite. Esperaban la llegada de gente culta,
de una minoría selecta capaz de apreciar
todas esos sensibles atractivos. En aquel
momento nadie hubiera sospechado que el
futuro de Mallorca pasaba por un turismo de
masas, basado en el ocio y protagonizado
mayormente por la clase media-baja.
Esa primera formulación despertó la
iniciativa privada. Los orígenes del turismo
están ligados a una serie de empresarios
precursores, gente trabajadora y con ilusión,
que viendo la posibilidad de salir de una
economía meramente de subsistencia se
lanzaron a la conquista del mundo. Con las
únicas armas de ese paisaje de fábula, ese
cielo, ese mar, y también el carácter afable y
acogedor de la isla.
Un ejemplo fue Manuel Fontirroig, que
había hecho negocios en Bombay y
Calcuta, y regresó a la isla con ganas de
contribuir al progreso de su tierra. Su idea
fue construir un “trenet” de vía estrecha
para unir Can Pastilla y S’Arenal. Aquella
iniciativa, indudablemente visionaria
para el año 1921, duró poco y acabó en
fracaso económico. Aunque dio pábulo a
numerosas anécdotas sobre el carácter
entrañable y calmoso del “carrilet”. Dado
que los pasajeros siempre eran los mismos,
el conductor se esperaba en la parada si
alguno todavía no había llegado. Y a medio
camino paraba la locomotora de fuel para
saltar a la arena y recoger unos cuantos
troncos, que por la noche le servirían para
calentar la casa. Eran indudablemente otros
tiempos.
Los orígenes del turismo están ligados a una serie de empresarios precursores, gente trabajadora y con ilusión, que se lanzaron a la conquista del mundo.
24
Texto de pie de foto que corresponda Pere Canals
25
Balearización El año 1975, el semanario francés
“L’Express” se inventa un término para
explicar el rechazo de los corsos al turismo:
la “balearización”. El neologismo sirve para
explicar la explotación turística abusiva y
desordenada de un territorio. Y se aplica de
forma un tanto injusta a las Balears, puesto
que ya en aquel momento en la costa
levantina y catalana había otros modelos
bastante más flagrantes.
Pero la palabra hace fortuna. Y sirve para
evocar el “boom” turístico que comenzó de
forma inesperada a principio de los 60 y no
cesó de crecer hasta la crisis del petróleo
de 1973.
La Platja de Palma fue uno de los
protagonistas de aquel cambio histórico.
Cuando el turismo convierte a Mallorca
en una sociedad basada en los servicios.
Y actividades como la agricultura y la
industria quedan en segundo plano. Los
valores sociales y culturales experimentan
a consecuencia de ello una transformación
profunda, originada por la llegada masiva
de turistas europeos. No son los artistas o
diletantes con que soñaban los pioneros,
sino trabajadores con un nivel adquisitivo
lo suficientemente alto como para pagarse
unas vacaciones de sol y playa. El cambio
de moneda les favorece, la isla ofrece un
auténtico paraíso de clima y paisaje para
los que viven en los países de la Europa
fría. Y además tanto el régimen como el
empresariado se vuelcan en esa
nueva actividad.
Curiosamente, en un primer momento el
turismo significa para el régimen franquista
sobre todo una cuestión de propaganda.
No se alcanza a comprender la envergadura
económica que puede suponer. De ahí
las pintorescas campañas del “turista
número....”, que parecen propagar a los
cuatro vientos las bondades de la dictadura
frente a la anterior presión internacional.
Al mismo tiempo, el “boom” o explosión
turística de los años 60 produce una
total inversión social. De ser tierra de
emigrantes, tanto hacia América como a
Europa, Mallorca se convierte de repente en
receptora de inmigración. La construcción
de nuevos hoteles ofrece trabajo a una
gran población venida de las zonas más
deprimidas de la Península, donde la
agricultura no ofrece apenas perspectivas
de futuro. Esa inmigración nacional crea
una nueva clase, subordinada a la industria
turística. El germen de una sociedad
diferente.
Incluso la valoración de la tierra da un
vuelco. Durante siglos, las zonas costeras no
valían nada. Peligrosas e improductivas, sólo
servían para extraer “s’alga”. En los repartos
de herencias, “s’hereu” o heredero principal
se llevaba las fincas de cultivo, siempre en
zonas interiores. Al más desfavorecido le
tocaban las playas y zonas marinas.
Esa valoración catastral sufre un auténtico
terremoto. Los que tenían tierras
consideradas “de tercera” ven cómo de
Capítulo 2
Del Boom a nuestros días
26
repente su precio se revaloriza cada día más.
En cambio las propiedades tradicionales de
campo o montaña se estancan,
pierden valor.
El turismo despierta un frenesí que parece
no tener límites. El ministerio de Información
y Turismo que dirige Fraga Iribarne se
vanagloria de que en 1964 “se inaugura un
hotel cada dos días, cuatro horas y cuarenta
y cinco minutos”. El propio Fraga acude
triunfal en Mallorca a la abertura del “hotel
número mil”: el Hotel de Mar.
En ese contexto, la Platja de Palma se
transforma vertiginosamente. No sólo
aumentan las plazas hoteleras, sino también
las segundas residencias. Entre 1960 y
1968 se pasa de los 11 hoteles y 8 hostales
a 47 hoteles y 32 hostales. Desde 1966 a
1970 la cifra se incrementa con 59 hoteles
más y 38 hostales. De 1971 a 1974 se
añaden 25 hoteles y 10 hostales. Incluso
después de la crisis del petróleo, entre 1975
y 1980, aparecen 5 nuevos hoteles.
Surgen los hoteles que serían símbolos
de la Platja de Palma. La pensión Brisas
convertida luego en el hotel San Francisco,
el Copacabana, el Tívoli, el Solimar, el
Acapulco, el Neptuno, el San Diego y
tantos otros...
La Platja de Palma se convierte en la mayor
concentración hotelera de Mallorca y la
más alta del Mediterráneo. Es el tiempo en
que se repite que “la Platja de Palma tiene
más plazas que Grecia y Túnez juntos”. En
1989 se contabilizan 114 hoteles, además
de 55 hostales y bloques de apartamentos.
Lo que facilita también el desarrollo de una
oferta complementaria a base de pequeños
comercios, agencias de viaje, restaurantes y
bares, discotecas, parques acuáticos, etc.
Ese crecimiento supone por un lado la
consolidación de un espíritu empresarial,
el aprovechamiento de una oportunidad
histórica, la ilusión por establecer nuevos
tipos de negocio. Pero cuando se produce
la crisis del petróleo en 1973, aparece
también la primera conciencia crítica.
Tal como escribe el geógrafo Pere Salvà:
“El crecimiento urbanístico fue caótico
por la ausencia de ordenación territorial,
implicando en todos los casos un deterioro
acelerado de los recursos paisajísticos
(...) Un ejemplo significativo es la Platja
de Palma, donde existe una línea de
edificaciones altas que imponen una muralla
de cemento”. La “balearización”.
A partir de 1977, año en que entra en
escena el movimiento ecologista, aquel
modelo desarrollista de los años 60 entra
en discusión. Mallorca experimenta a partir
de ese año, cuando un grupo de jóvenes
invade simbólicamente Sa Dragonera
para evitar su urbanización, una fuerte
ambivalencia. Por un lado, su economía
depende ya exclusivamente del turismo.
Pere Canals
27
Pero ha pasado la euforia de los años 60 y
comienzan a verse los problemas que origina
una explotación sin planificar. Siguiendo
la lógica de los primeros años, los parajes
más emblemáticos se ven amenazados por
planes de explotación urbanística. Pero una
parte de la sociedad civil reacciona y, para
evitarlo, se ponen en marcha campañas a
favor la integridad de lugares como Cala
Mondragó, la Albufera de Muro, o la playa de
Es Trenc.
La sociedad mallorquina tomará entonces
consciencia de que el medio ambiente,
los lugares emblemáticos, representan
un activo para ese turismo del que vive. Y
que si quiere mantener una competitividad
cada día más amenazada por la subida
de los precios y la masificación, no puede
continuar con un desarrollo indefinido. La
dinámica eufórica de los años 60 se ha
terminado.
Un destino maduro y en declive. Cincuenta años después, ¿Qué ha pasado
en la Platja de Palma? Utilicemos un recurso
muy propio de nuestros días: el Google
Earth. Busquemos el arco de la bahía. ¿Qué
vemos? La fotografía satélite es toda una
radiografía de la situación actual en esta
zona.
Ahí está el mar, el agua de un azul
profundo. Intuimos ese horizonte paisajístico
privilegiado. La arena destaca como un
ribete luminoso, marca metro a metro el
perfil de la costa. Pero en tierra, es como
si se intentaran colocar varias fichas de un
puzzle que no coinciden.
La primera fila aparece con una textura
geométrica, apretada y compacta. Se
distingue perfectamente la construcción
intensiva, por la densidad de las
edificaciones, y también el desorden, la
falta de espacios intermedios, los trazados
divergentes de las calles, la ausencia de
esponjamiento. Y detrás de ese ribete de
cemento, vemos el paisaje intemporal. Los
campos de cultivo, el horizonte agrario tal
como estaba hace cien años. Eso sí, cruzado
por una autovía y diferentes carreteras.
Piezas que no encajan, realidades que se
dan la espalda.
En la actualidad, la Platja de Palma como
entidad urbanística tiene 1.000 hectáreas
de extensión. Una población censada de
29.247 residentes, de los cuales 9.000
han llegado de otros lugares. Como lugar
turístico, es lo que los sociólogos llaman
“un destino maduro y en declive”. Contiene
43.000 plazas hoteleras contenidas en
182 establecimientos, y 21.000 camas
de segunda vivienda. Su situación es muy
compleja. Pero para resumirla en un símil
basta con darse cuenta de que el nombre
de Platja de Palma se ha convertido en
sinónimo de turismo barato, masificado; de
playa, discoteca y cerveza.
Los problemas que la Platja de Palma tiene
como destino turístico son muy serios.
Ha perdido competitividad por diferentes
factores. En primer lugar, a causa del
envejecimiento de parte de la oferta hotelera.
Al proceder muchos establecimientos de
los tiempos del “boom”, los estándars
de calidad resultan incompatibles con lo
Los problemas que la Platja de Palma tiene como destino turístico son muy serios. Ha perdido competitividad por diferentes factores.
28
que hoy se espera de un destino turístico
puntero. Esa obsolescencia se une a un bajo
nivel de inversiones, que ha dejado la oferta
a la deriva.
La Platja de Palma se basa en estos
momentos en un modelo de turismo de
masas. Los precios son bajos y por lo tanto
se necesita un número elevado de turistas.
Mientras el promedio español es de 907
euros por viaje y 95 por persona y día, en la
Platja de Palma se reduce a 479 euros por
viaje y 65 por persona y día.
La oferta está enfocada además hacia la
temporada de verano, basada en el sol y
la playa. Lo que hace que cuando pasan
los meses estivales, el modelo deje de ser
eficaz. La estacionalidad resulta inevitable
y se intenta paliar en algunos casos con
paquetes de touroperadores y grupos de
jubilados. Eso no evita que el turismo
descienda un 75 % al acabar la temporada.
El perfil del turista está muy sectorializado.
Existe un manifiesto monocultivo alemán,
lo cual origina una imagen de marca
que puede ser negativa para otras
nacionalidades. La Platja de Palma tiene en
Alemania la imagen de un lugar barato, de
juergas y borracheras, muy poco atractivo
para los que no participen en este concepto
de vacaciones. Cada verano, revistas y
televisiones se encargan de recordarlo.
Si analizamos la oferta hotelera,
comprobamos que la mayor parte de
los establecimientos hoteleros son de 3
estrellas. No existe ningún establecimiento
de 5 estrellas. Lo cual reafirma ese perfil de
un turismo barato y poco exigente que ha
acabado por imponerse.
Las tendencias de futuro pasan por
un turista más selectivo, que pide
ofertas extrahoteleras y tiene en cuenta
aspectos como el “wellness”, la cultura,
el senderismo, las actividades deportivas,
etc. En ese aspecto, la Platja de Palma
sólo puede ofrecer su magnífico paisaje y
una concentración de bares, restaurantes
y comercios muy convencional. Cada día
le resulta más difícil competir con nuevos
destinos cuyos costes de producción son
menores y la capacidad de innovación
mayor. Estamos hablando de lugares
emergentes como Croacia, Turquía,
Marruecos, México o Thailandia.
Examinemos ahora la oferta que
complementa la estancia hotelera. El sector
de la restauración cuenta con unos 400
establecimientos. Pero la gran mayoría se
basan en una cocina estándar, un servicio
poco variado y un producto de calidad
media-baja. Dada la numerosa oferta, la
rivalidad entre los locales es muy acentuada.
Y a veces la competitividad de lo que se
ofrece no se basa tanto en la calidad
sino en el precio barato, a costa del nivel
del producto. A pesar de su privilegiada
ubicación geográfica, la Platja de Palma no
ha podido hasta ahora consolidar un turismo
gastronómico, modalidad que se considera
un activo muy interesante en otras zonas.
AHPP
29
En el sector comercial ocurre un poco
lo mismo. Encontramos unos 500
establecimientos comerciales que se dirigen
al turismo de masas. Es decir, productos
estandar y de poca calidad. La imagen más
típica es la del “souvenir”, un modelo que
apenas ha cambiado desde los años 60
y se sustenta a base de objetos playeros,
recuerdos “típicos” tan dudosos como los
sombreros mejicanos o las muñequitas
andaluzas, y un sinfín de cosas en general
baratas y de poco gusto. La zona no ha
sabido aprovechar el filón que supone por
ejemplo la artesanía local.
Si examinamos el sector dedicado al
entretenimiento, la estandarización
se acentúa todavía más. La Platja de
Palma se identifica con hileras de bares y
discotecas, al estilo de muchos otros lugares
turísticos del Mediterráneo. No existe un
elemento caracterizador, a no ser la intensa
masificación. La oferta se completa con
otros servicios igualmente habituales en
muchos lugares como parques acuáticos,
acuario, etc. Teniendo en cuenta la
personalidad de la Platja de Palma no se ha
sabido generar una proyección igualmente
singular a la hora de ofrecer actividades de
ocio complementarias al sol y la playa.
El turismo desde sus inicios tuvo un contacto
más o menos intenso con lo cultural. En
el caso de la Platja de Palma, también
este aspecto brilla por su ausencia. Los
recursos de interés que contiene esa zona
son múltiples. Desde áreas naturales como
torrentes, acantilados, las marismas de Ses
Fontanelles o el propio arenal. Las canteras
y su mundo representan un testimonio
etnológico lleno de interés. Los monumentos
prehistóricos de los alrededores son
impresionantes. Existen además enormes
posibilidades basadas por ejemplo en la
arquitectura popular, el trabajo de la “pedra
en sec”, los antiguos elementos de la vía
férrea, los recintos militares sin utilizar...
Todo ello no sólo no está aprovechado,
sino que permanece en un estado de
lamentable abandono. Porque no entra
dentro del retrato-robot del turista al que va
dirigido el producto. Lo mismo ocurre con
las excursiones programadas, que siguen
todavía con los modelos más tópicos y
antiguos (cuevas, tiendas de recuerdos,
evocación de Chopin y George Sand), sin
generar nuevas ofertas que sin embargo
están bien a mano.
A eso se une el total desfase ante una
cultura cada día más tecnologizada. Esos
nuevos recursos no se aplican con eficacia
al producto turístico Platja de Palma. Con
lo cual se desaprovechan las inmensas
posibilidades de acceder a un turismo
más exigente y que valora desde el “wi-fi”
hasta los complementos vía internet de las
actividades que pueda llevar a cabo en su
destino vacacional.
Ese aspecto cultural tiene un último lastre. A
pesar de la cercanía geográfica, la Platja de
Palma vive a años luz de la ciudad de Palma.
Son dos mundos divergentes y que no se
miran de frente ni apenas se comunican.
Teniendo en cuenta la importancia de
Palma como capital cultural, sus grandes
posibilidades, falta esa sinergia que permita
Teniendo en cuenta la personalidad de la Platja de Palma no se ha sabido generar una proyección igualmente singular a la hora de ofrecer actividades de ocio complementarias al sol y la playa.
30
un contacto mucho más fácil y cotidiano
entre un lugar y otro.
A la vista de todo eso, no es de extrañar que
las previsiones dentro del sector sean muy
pesimistas. Los touroperadores que operan
en la Platja de Palma consideran que la
sostenibilidad del destino se reduce a un
3’1 sobre 10. Una encuesta revela que un
65 % está convencido de que la situación de
la Platja de Palma será peor dentro de diez
años. Los que creen que seguirá igual que
en la actualidad son un 35 %.
Y el porcentaje de touroperadores
convencidos de que la situación irá a mejor
en el futuro es de... 0%.
Un entorno urbanístico estresadoEl turismo no se reduce a la ocupación
hotelera. Es una actividad que modela su
propio entorno. Crea un mundo propio a su
alrededor que también constituye un reflejo
de su realidad. Urbanísticamente hablando,
la Platja de Palma tiene problemas similares
a los de su explotación económica. Es un
entorno sometido a estrés.
Varios son los factores que contribuyen a
ello. En los años 60, cuando la actividad
hotelera representaba una novedad
absoluta, nadie se planteaba si duraría
poco o mucho, ni tampoco si tendría
consecuencias a largo término. La forma
de actuar de aquellos momentos era a
corto plazo, aprovechando la ausencia de
planificación para improvisar y seguir la
política de hechos consumados.
Así se explica la baja calidad urbanística
del conjunto de la Platja de Palma. La
mayoría de los establecimientos aspiraban
a ocupar la primera fila, enfrente mismo del
mar. Con ello se creó una auténtica barrera
urbanística, de altura desproporcionada
y unos parámetros arquitectónicos muy
deficientes. Lo mismo puede decirse de la
concepción de muchos edificios, de sus
materiales, de su aspecto, incluso de su
funcionalidad.
La homogeneidad del frente marítimo es
hoy uno de los problemas más evidentes.
Al contrario de lo que imaginó el arquitecto
Bennàssar a principios de siglo, aquí no se
optó por una “ciudad jardín” sino por un
modelo periurbano. Con el agravante de que
las mayores alturas son precisamente las
que están más cerca del mar. Eso desfiguró
gravemente el perfil del paisaje, y creó
un ambiente urbano de segunda fila, sin
caracteres que le aseguraran un atractivo
para el futuro. No hay un criterio urbanístico
coherente, sino una amalgama de poca
calidad estética. Con un parque inmobiliario
muy deteriorado por el paso del tiempo.
AHPP
31
La monotonía y banalidad de ese entorno
se agravan con la falta de equipamientos
públicos, que sólo muy lentamente se ha
ido subsanando. El espacio público ha
estado siempre en función de los intereses
privados. Eso se aprecia en la preeminencia
de lugares pensados para automóviles
sobre los espacios de uso común. A lo que
se une el problema de los accesos, que
con el tiempo han devenido absolutamente
impropios para un centro turístico de la
envergadura de la Platja de Palma. Además
del déficit de transportes públicos eficaces
que comuniquen la zona turística con la
capital y el resto de la isla.
Urbanísticamente hablando, la Platja de
Palma contiene un conjunto anticuado y con
graves carencias de fondo.
Encrucijada socialLa actividad turística y el urbanismo marcan
un tercer ámbito: el social. Aquí la Platja
de Palma también se encuentra en una
difícil encrucijada. La puesta en marcha de
hoteles y restaurantes generó primero una
inmigración peninsular, a la que se unió más
tarde la mano de obra extranjera. En estos
momentos, la polarización social se acentúa
cada día más.
Socialmente hablando, la Platja de Palma
es un aglomerado de antiguos residentes,
dueños de segundas residencias, turistas,
trabajadores y personas en la frontera de
la exclusión social, que se aprovechan del
mundo turístico para cometer pequeños
delitos y vivir a salto de mata. El problema
de la inseguridad ciudadana ha ido
creciendo con el tiempo, hasta convertirse
en un tema que parece irresoluble. Es una
realidad que daña profundamente la imagen
de marca, y que ha convertido lo que antes
se tenía por un lugar tranquilo y residencial
en una especie de suburbio conflictivo.
El antiguo Caserío de los Republicanos,
orgulloso de su carácter “arenaler”, ha ido
perdiendo sus señas de identidad. Sólo
en una pequeña parte se mantiene ese
legado de otros tiempos, el hilo conductor
que sitúa a una población dentro de su
contexto histórico. La realidad actual apenas
tiene que ver con el pasado, se ha roto el
conocimiento transmisor.
El caldo de cultivo de todo ello es la
precariedad laboral de muchos trabajadores,
el bajo nivel salarial dado el poco volumen
de negocio, la falta de una política eficaz
de integración en el caso de la población
inmigrada, el alto índice de fracaso escolar,
la formación profesional deficiente. Es como
si la degradación urbanística se reflejase en
ese espejo de realidades humanas. Hasta
tal punto que resulta difícil separar una
de otra. Las viviendas sin condiciones, los
barrios ruidosos, las calles sin servicios.
Resulta asombroso encontrar en algunas
zonas de la Platja de Palma un mosaico a
base de coquetas villas de recreo, antiguas
canteras, pensiones cerradas ocupadas
por inmigrantes, sótanos sin condiciones
higiénicas habitados por familias, hoteles,
restaurantes, edificios a medio acabar,
paseos y callejones. Como si en algunos
aspectos el destino turístico puntero
compartiera urbanismo con un
auténtico “ghetto”.
En los años 60, cuando la actividad hotelera representaba una novedad absoluta, nadie se planteaba si duraría poco o mucho, ni tampoco si tendría consecuencias a largo término.
32
El agotamiento del tejido productivo también
influye en los pequeños comerciantes o
empresarios, que ven cómo su modelo
parece destinado a desaparecer sin que
puedan evitarlo.
El desafío social depende de la economía
y el urbanismo. Y resulta tan trascendental
como estos.
Un entorno natural sometido a presión Uno de los temas que más urgentemente se
plantea en estos momentos es la prevención
del cambio climático. Los estudios
científicos confirman esta tendencia, que
por supuesto afectará de lleno a la actividad
turística.
Este cambio es un fenómeno global, que
incumbe a todo el planeta. Pero localmente
tiene incidencias diferentes y también puede
ser detectado con mayor facilidad. Según los
estudios que maneja el IMEDEA (Instituto
Mediterráneo de Estudios Avanzados), queda
en evidencia la subida de la temperatura
media atmosférica en la zona de la Platja
de Palma. Gracias sobre todo a los datos
suministrados por el cercano aeropuerto de
Son Sant Joan.
Para 2050, las previsiones anuncian un
incremento de 0’3 grados por década
en los primeros diez metros de agua.
Eso supondría una temperatura media
de 20’5 grados frente a los 19 actuales.
Como consecuencia, aumentará la
salinidad. Estas dos variables permiten
calcular que la subida del nivel del mar
en la Platja de Palma será superior a la
media mediterránea. Mientras ésta se cifra
en 0’18 cms. por década, en la Platja de
Palma sería de 0’87 cms. por década. En
estas previsiones habría que tener presente
también la componente atmosférica y la
masa que provenga del deshielo. Con todos
esos datos en la mano, se puede suponer
que en 2050 el nivel del mar en la Platja
de Palma se sitúe entre 5 y 13 cms. más
elevado que el actual.
Otro parámetro que hoy en día resulta
imprescindible es el de la biodiversidad.
El carácter urbano de la Platja de Palma
pone en peligro la existencia de especies
y ecosistemas valiosos. Así ocurre con los
pinares y maquias o garrigas mediterráneas
que han caracterizado el paisaje de
este lugar, deformadas por la intrusión
urbanística y convertidas a veces en
auténticos basureros.
Las praderas de Posidonia oceánica son las
mismas que suministraron durante siglos
“s’alga” que los campesinos iban a buscar.
Es una planta de vital importancia, tanto
por su condición de albergue y criadero
de especies marinas, como por su función
fijadora de la arena. En la actualidad, las
praderas de esta zona se encuentran en
mal estado y sufren además un excesivo
aporte de materia orgánica, debido a la
concentración humana.
Lo mismo puede decirse del humedal de
Ses Fontanelles, un resto de las extensas
marismas que en otros tiempos cubrieron
la zona y la mayor zona húmeda del sur
de la isla. Las lagunas presentan períodos
prolongados de anoxia o falta de oxígeno
y padecen los efectos de la alta presión
urbanística que las rodea. Su perímetro
Con todos esos datos en la mano, la previsión para 2050 es que el nivel del mar en la Platja de Palma se sitúe entre 5 y 13 cms. más elevado que el actual.
33
inicial ha ido reduciéndose paulatinamente
a causa de las obras de drenaje y las
canalizaciones. Lo que, sumado al relleno
de escombros, ha ocasionado un desajuste
importante del ciclo hidrológico. Ses
Fontanelles son sin duda la zona natural de
mayor interés de la Platja de Palma y allí
se encuentra la planta endémica Limonium
barceloi. Está incluida en la “lista roja”
nacional y también sobrevive en la zona de
Son Verí y el Torrent des Jueus. La población
actual se reduce a unos 300 individuos.
Otras especies vegetales y animales
representan valores naturales que obligan
a conservar este patrimonio. Aspecto que
no se ha tenido en cuenta a lo largo del
desarrollo urbanístico hasta hace muy poco.
Un problema grave es el de la calidad de
las aguas. Los análisis realizados hasta el
momento detectan un incremento de las
bacterias indicadoras de contaminación
fecal. Así como la proliferación de biomasa
a causa de la descarga de nutrientes,
causada por el uso intensivo de aguas
depuradas y por la fertilización agrícola. No
hay que olvidar que el cercano Pla de Sant
Jordi es, junto al eje Inca-Sa Pobla, la zona
de cultivo más productiva de la isla. Para
evitar los problemas de salinización de los
acuíferos se emplean aguas depuradas, lo
que favorece la eutrofización o aumento de
nutrientes. Hasta índices que sobrepasan los
límites legales.
La cercanía de Palma produce otra
cadena de problemas relacionados con
la calidad de las aguas. Así, cuando se
producen fuertes lluvias los torrentes llevan
sus aportes hasta el mar. Los vertidos
incontrolados, la separación incompleta
de las redes de pluviales y fecales, así
como el insuficiente tratamiento de las
aguas residuales son responsables de la
contaminación fecal en la zona de la Platja
de Palma. Un arco costero muy sensible a
la acción de torrentes, emisarios y puertos
situados en la bahía.
También el ecosistema urbano produce
sus propios problemas ambientales.
Desde la introducción de especies invasoras
(vegetales como el Carpobrotus o el Aloe,
animales como el gato feral y la rata negra),
hasta los depósitos de escombros o las
infraestructuras abandonadas. A lo que hay
que sumar problemas como los residuos,
considerables en un centro turístico, o la
contaminación acústica y lumínica.
El indicador de futuro en lo medioambiental
se basa en la sostenibilidad. Y es más que
evidente que la actual situación de la Platja
de Palma no cumple con esa condición.
AHPP
34
Qué pasa si no se hace nadaCualquier persona sensata, sin necesidad de
ser un experto, comprende que todo cuanto
hemos ido recogiendo supone una auténtica
incógnita cara al futuro. ¿Qué pasa si todo
sigue igual? ¿Qué ocurre si no se hace
nada?
Las previsiones son rotundas. De no
tomarse medidas, en los próximos veinte
años disminuirán la ocupación hotelera, el
volumen de negocio y con ello el índice de
prosperidad. Las estancias turísticas serán
menos y más cortas.
Si continúa el monocultivo del producto “sol
y playa” se bloqueará la puesta en marcha
de nuevos atractivos, y con ellos se perderá
la posibilidad de obtener inversiones. Esta
situación dejaría a la Platja de Palma en
inferioridad de condiciones frente a los
destinos competidores que sí que mejoren
su oferta.
Eso supondrá la pérdida de puestos de
trabajo y el crecimiento de la precariedad
laboral. El índice de bienestar empeorará y
generará una agudización de las tensiones
sociales. Las bolsas de exclusión social y
delincuencia pueden aumentar.
En los campos medioambiental y
urbanístico el horizonte también resulta
sombrío. El paisaje urbano estaría
condenado a una homogeneización por
lo bajo, como resultado de la expansión
de comercios de baja calidad. La presión
urbana puede aumentar hasta extremos
insostenibles sobre los recursos naturales.
Se consolidaría la degradación de área
situada alrededor de la autovía. Y el
crecimiento del tejido urbano seguiría
modificando las zonas naturales todavía
existentes.
Los problemas de contaminación del agua
se agravarían. La Platja de Palma sufriría
los efectos de un cambio climático que no
habría contribuido a evitar.
La conclusión resulta tan elemental como
devastadora.
¿Qué hacer para evitarlo?
Si continúa el monocultivo del producto “sol y playa” se bloqueará la puesta en marcha de nuevos atractivos, y con ellos se perderá la posibilidad de obtener inversiones.
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Capítulo 3
Un paseo por la Platja de Palma
de 2025
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Una renovación integral Proyectémonos ahora hacia el futuro.
Quién sabe los medios de conocimiento
geográfico que existirán de aquí a veinte
años. Pero supongamos que podemos seguir
empleando la fotografía de satélite, mucho
más perfeccionada. Imaginemos que nos
asomamos a la misma imagen de la Platja
de Palma en el Google Earth de 2025.
¿Qué vemos?
El mar, la curva de la bahía, los colores,
la morfología sigue igual. Tal vez con
alguna variación en el nivel del mar que
no podemos apreciar desde la altura. Pero
enseguida notamos un cambio sustancial.
Si en 2010 apreciábamos el choque entre
varias piezas que no casaban, ahora en
cambio la visión es diferente. Para empezar,
la línea compacta de cemento que reseguía
el perfil del mar se ha roto. En muchos
lugares se percibe la existencia de edificios
y manzanas. Pero están aisladas, componen
sistemas geométricos y regulares. Están
separadas por zonas verdes, por espacios
vacíos. Ya no se produce aquella sensación
un poco angustiante de congestión
edificativa. La costa aparece esponjada y
distendida.
La disposición regular de los espacios
urbanísticos sugiere desde el espacio
una planificación, un plan preestablecido.
Puedes adivinar la existencia de diferentes
centros o núcleos, cada uno con su propia
disposición. Distintos pero relacionados
entre ellos, formando parte de un mismo
sistema que “respira”, “dialoga”.
Ya no existe una retícula caótica de calles
y caminos. Las vías de acceso están bien
definidas, y dentro de las diferentes zonas
urbanísticas las calles se intercalan con
espacios vacíos y zonas de vegetación. Si
antes la imagen suscitaba la analogía de un
borrón, de una mancha, ahora parece una
escritura. Una palabra compuesta por letras
y espacios en blanco. Con un significado.
Si te fijas más, compruebas que la
antigua separación entre zona urbanizada
y paisaje rural ha quedado desdibujada.
La aglomeración urbana ha ido perdiendo
densidad para dejar entrar manchas de
bosque, de campos. Existen caminos que
se internan por los alrededores. Todo indica
que ambos mundos ya no se dan la espalda,
sino que caminan en una misma dirección.
Lo mismo se podría decir de la relación con
la ciudad de Palma. Se puede distinguir la
existencia de una vía de enlace, el trazado
continuo de las comunicaciones que llevan
de la ciudad a la Platja de Palma. También
en este caso se ha roto la barrera de un
paisaje perimetral y degradado, que rodeaba
como una fea alambrada a la capital
mallorquina. Por el mar, la bahía se integra
suavemente en su realidad urbana.
Si antes el espacio urbano suscitaba la analogía de un borrón, de una mancha, ahora parece una escritura. Una palabra compuesta por letras y espacios en blanco. Con un significado.
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Contemplas los alrededores, y parece claro
que la población turística de la Platja de
Palma está relacionada con una serie de
espacios cercanos. Hacia los acantilados de
Cap Enderrocat, por el interior del bosque,
siguiendo los torrentes, en los espacios de
las canteras. Adivinas itinerarios, lugares
de interés, senderos. Las ramificaciones
salen del núcleo urbano y se extienden a su
alrededor como símbolo de la curiosidad y
el conocimiento.
El mapa de esa realidad, siendo el mismo
lugar geográfico, ha cambiado por completo.
con sólo contemplar esa imagen te das
cuenta.
¿Qué ha pasado?
Estamos viendo el resultado de una
acción colectiva, de un esfuerzo que en
un determinado momento podía parecer
utópico. Como las iniciativas de los pioneros
del turismo, que apostaron por aquello
en lo que poca gente creía. Siguieron
adelante a pesar de la desconfianza o el
desconocimiento. Y al final funcionó.
Esa Platja de Palma de 2025 es el
producto de una iniciativa que nace el año
2005. Cuando se constituye el Consorcio
Urbanístico de la Platja de Palma. Para
enfrentar todos los problemas acumulados
durante los últimos años, se toma una
decisión radical. Elaborar un Proyecto de
Renovación Integral de la Platja de Palma.
Eso supone una experiencia piloto no
sólo a nivel insular, sino también a escala
nacional. Representa una idea simétrica al
“boom” y los inicios. Si entonces los temas
se resolvían sobre la marcha, con ilusión
e iniciativa, ahora se trata de acometer
algo igualmente novedoso e ilusionante.
Poner las bases del turismo del siglo XXI de
una forma integral, planificada, estudiada.
Abandonar la inercia y cambiarla por una
planificación futurista.
Experiencias como las de Miami o la reforma
de Bilbao demuestran que cambiar la
realidad es posible. La Platja de Palma, en
ese 2025, se ha convertido en un ejemplo.
Un referente a nivel mundial.
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Experiencias como las de Miami o Bilbao demuestran que cambiar la realidad es posible. La Platja de Palma, en ese 2025, se ha convertido en un ejemplo. Un referente a nivel mundial.
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Seguimos en 2025. Hemos subido al moderno tranvía que comunica Palma con su playa. Desde el primer momento, algo nos llama la atención. La gente.
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Los nuevos turistasSeguimos en 2025. Hemos subido al
moderno tranvía que comunica Palma con
su playa. Desde el primer momento, algo
nos llama la atención. La gente. Para un
ciudadano de 2010 la Platja de Palma se
caracteriza por un cierto tipo de turismo,
con muchos jóvenes que busca diversión
a espuertas, visitantes de nivel económico
reducido, grupos que acuden sobre todo por
los precios baratos y no se interesan más
que por la playa y la discoteca.
Sin embargo, los turistas con los que
nos encontramos responden a un perfil
diferente. En primer lugar ya no predomina
exclusivamente la nacionalidad alemana,
sino que se reparte entre visitantes
españoles y de países cercanos como
Francia, Italia o los Países Bajos. El aumento
del precio del combustible ha acabado con
el “turismo de largo recorrido”, estimulando
mercados más próximos. Es un público más
maduro, con un nivel de ingresos medio-
alto, por su aspecto podemos adivinar que
no están en la Platja de Palma sólo por la
cerveza y la sombrilla. Parece gente exigente,
interesada en los incentivos del lugar donde
se encuentran. Adivinas que saben lo que
buscan, se informan. Los ves consultando
datos en sus móviles, que probablemente en
2025 habrán sustituido a los ordenadores
portátiles.
No es que se haya producido una mutación
espontánea. Se trata del resultado de una
acción continuada y muy bien pensada.
Los estudios del Proyecto de Renovación
Integral calcularon la existencia de diversos
mercados. El denominado “mercado de
vacaciones” supone en Europa un potencial
de 120 millones de turistas. El “mercado de
viajes”, unos 40 millones.
Estos dos sectores son mercados genéricos,
masivos, pero existen otros cuatro con
intereses más específicos. Como el mercado
de la salud y el bienestar. Un sector
emergente que se basa en los centros de
“wellness”, con actividades relacionadas con
la salud física, los “spa”, las terapias, etc.
En Europa supone en estos momentos un
potencial de 10 millones de turistas.
Otro mercado genérico en alza es el
que se basa en actividades deportivas.
Desde excursiones en bicicleta o kayak a
actividades de montaña, senderismo,
buceo, etc.
Los viajes con interés especial, es decir
aquellos que se dirigen a un atractivo
en particular como pueden ser algunos
temas culturales, también suponen unos
10 millones de turistas potenciales. Y
finalmente, el mercado de las reuniones de
empresa significa un sector muy amplio,
donde se combinan prácticamente todos
los atractivos anteriores para complementar
unos días de trabajo: convenciones,
seminarios, reuniones, etc.
Los viajes con interés especial, es decir aquellos que se dirigen a un atractivo en particular como pueden ser algunos temas culturales, también suponen unos 10 millones de turistas.
45
El gran cambio en la tipología del turismo
que apreciamos en el tranvía es el resultado
de una actuación coherente y voluntaria
por sacar a la Platja de Palma de una sola
categoría: la del “mercado de vacaciones”.
Esa línea de actuación tenía una base
filosófica: reducir el número de turistas.
Abandonar la idea de que la cantidad suple
a la calidad. El Plan de Reforma Integral
contempla una disminución del 29 % en las
cantidades de visitantes. Todo lo contrario de
los célebres “turistas número...” de los años
del “boom”. Se trata de cambiar el modelo
actual de 43.000 plazas turísticas por una
media de 21.000, con una estacionalidad
mucho menos marcada.
A cambio, se pusieron en marcha estrategias
para conseguir un nuevo modelo de cliente.
Ese mismo que contemplamos en el tranvía.
Un público que busca sobre todo nuevos
estímulos, experiencias, y no la repetición
de la fórmula playa-sol-discoteca.
Para ello se ha construido una nueva
oferta basada en lo que los sociólogos
llamarían “emociones positivas”. Es decir:
el ocio experiencial dentro de un entorno
mediterráneo seguro y armónico.
Ese turista más innovador puede elevar el
nivel de gastos medios, hasta llegar a los
158 euros diarios frente a los 65 actuales.
Eso supone que los ingresos turísticos se
duplican. De los 612 millones de euros
anuales a los 1.000.
Al principio podía parecer un cambio
conceptual, una idea. Pero la puesta en
marcha de ideas eficaces, apoyadas con
los medios suficientes, llega a cambiar el
mundo. Porque la sustitución del antiguo
turismo de masas por ese de intereses
más genéricos ha generado todo un
dominó económico. La oferta comercial se
ha reducido pero ha ganado en calidad.
Al aumentar el nivel de la marca, se han
obtenido más inversiones. La Platja de
Palma ha dejado de ser un lugar de escasa
rentabilidad, para convertirse en un destino
puntero en el cual muchas empresas
quieren tener nuevos horizontes de negocio.
Se ha roto por fin el círculo vicioso que
atenazaba el futuro de este destino.
Y el indicio son esos turistas que consultan
su móvil o contemplan la llegada a la Platja
de Palma desde el tranvía. Los accesos a
la zona turística han cambiado mucho. Ese
espacio de bienvenida ya no es suburbial,
sino emblemático. Integrado en el paisaje,
simboliza la puerta de entrada a Mallorca
para todos los que llegan por el aeropuerto.
Con una categoría estética y urbanística
acorde a tal significación. Zonas verdes,
plazas, obras de arte. No tienes la impresión
de llegar a la parte trasera de una barriada
turística, sino que el protocolo urbanístico
y estético te está mostrando las virtudes
y posibilidades al lugar en el que estás
entrando.
Ese turista más innovador puede elevar el nivel de gastos medios, hasta llegar a los 158 euros diarios frente a los 65 actuales. Eso supone que los ingresos turísticos se duplican.
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Es lo que en el proyecto se ha denominado “centros de pueblo”. Los núcleos aglutinan los elementos urbanos de vida cotidiana, pero unidos a una determinada experiencia turística.
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Otra percepción del turismoCuando llegamos a la Platja de Palma,
la imagen nos sorprende. Estamos
acostumbrados a un escenario de
edificios que cuentan con bastantes
alturas, separados por calles en ocasiones
demasiado estrechas. Los hoteles solían
tener una fachada-pantalla dirigida al mar, y
en su base se abrían numerosos comercios
que compiten a veces de forma estridente
con sus rótulos.
En la etapa anterior, el paso de los coches,
la gente, la densidad urbanística, constituía
una especie de elemento impulsor hacia
la playa y el mar. Porque allí todo es
espacio, amplitud, horizonte. Cambias el
sonido urbano por la música de las olas.
La vida en un centro turístico de esas
características supone una especie de
péndulo entre el vacío de la playa bajo el sol
y el abigarramiento de las horas de bares,
restaurantes y discotecas.
Sin embargo, en esa Platja de Palma
de 2025 nos encontramos con una
primera novedad. Ya no estamos en una
acumulación de pequeños núcleos que han
ido creciendo hasta unirse unos con otros:
Can Pastilla, Sometimes, Las Maravillas, Ses
Cadenes, S’Arenal... Esa lógica urbanística
ha desaparecido.
El tejido construido se ha ido modelando
según otro criterio. No se trata de la mera
superposición, sino de una racionalización.
Cada espacio se ha modelado según unos
determinados objetivos, para convertirse
en un núcleo de interés propio. Es lo que
en el proyecto se ha denominado “centros
de pueblo”. Los núcleos aglutinan los
elementos urbanos de vida cotidiana,
pero unidos a una determinada
experiencia turística.
Así, el turista se encuentra por ejemplo
un Pueblo Mediterráneo en Can Pastilla,
un Centro Lifestyle basado en la salud
en Sometimes. Las Maravillas funciona
como un Centro Animado, concentrando
determinadas ofertas de ocio, y en cambio
S’Arenal ha rescatado parte de su antiguo
patrimonio con la función de un Pueblo
de Pescadores.
El diseño de estos núcleos, que
están singularizados pero a la vez
interrelacionados entre sí, se ha hecho
a partir de unos puntos temáticos. Es lo
que los técnicos denominan “catedrales”.
Lugares con un alto índice de atractivo que
permiten sustentar un tejido urbanístico y
una oferta temática a su alrededor. Es el
caso por ejemplo de un edificio vanguardista
que nos llama enseguida la atención. Se
trata del Centro Mediterráneo. Otro polo
de atención son un Palacio de Danza,
Música y Espectáculos, capaz de concitar la
atención de un público internacional. Aquí
se presenta una oferta de primera fila, capaz
de competir con los festivales más notorios
del país. Con la gran ventaja de un entorno
muy especial.
Cada espacio se ha modelado según unos determinados objetivos, para convertirse en un núcleo de interés propio. Es lo que en el proyecto se ha denominado “centros de pueblo”.
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Lo mismo ocurre con un hotel presentado
como “el más Bio del mundo”, donde los
clientes cuentan con el atractivo especial de
saber que todo está calculado de la forma
más sostenible posible. Es un gran avance
y también un refuerzo para la autoestima
turística.
También la zona natural de Ses Fontanelles
ha dejado de ser un derrelicto. Ya no
está aislada, invadida por los escombros,
ignorada. Sino que se ha convertido en
un espacio protegido. Lo merece, al ser el
último testimonio de aquellas marismas
primigenias que marcaron este paisaje. Pero
al mismo tiempo no se trata de un recurso
cerrado, meramente conservacional. Juega
también un papel destacadísimo como
elemento didáctico, con un aviario y centro
de interpretación, con rincones para la
observación de las especies y zonas de
uso público.
El visitante de ese 2025 llega al inicio de la
zona acantilada y tiene a su disposición un
inmenso mirador sobre la bahía. La costa
de Son Verí cuenta con un paseo diseñado
para el disfrute de esa panorámica, y que
aprovecha también como elemento singular
las antiguas canteras al borde del mar, un
paisaje hoy en total degradación.
El viejo fuerte de Cap Enderrocat, que tanto
contribuyó a la historia de la Platja de
Palma, sigue jugando un importante papel.
Después de quedar inutilizado y restar vacío
mucho tiempo, ha sido reacondicionado
como un hotel de 6 estrellas. Un centro de
interés que ofrece la naturaleza en estado
virgen, las vistas soberbias, las viejas
construcciones, junto con otros alicientes
como la tecnología punta o una gastronomía
de alto nivel.
Ese diseño de “catedrales” o centros
de interés permite, en un segundo nivel,
rescatar otros elementos destacables que
anteriormente permanecían ignorados. Por
ejemplo, el extenso pinar de la Porciúncula
supone un homenaje a los bosques
mediterráneos que cubrieron esta costa
durante siglos. Al reconocerse su entidad
natural se garantiza la conservación y al
mismo tiempo puede servir de atractivo,
con una señalética didáctica e itinerarios
para su disfrute.
El Torrent des Jueus, que también jugó
siempre un papel destacado, deja de ser
una vaguada dejada a su suerte para
constituir un elemento simbólico de la
Platja de Palma. Desde el topónimo, que
recuerda la huída de los conversos a los
que perseguía la Inquisición en el siglo XVII,
a su función divisoria entre los términos
de Palma y Llucmajor. Sin olvidar el rico
ecosistema del torrente o la existencia
del majestuoso viaducto del tren. De ser
un reducto desaprovechado ha pasado a
representar una zona con itinerarios, paneles
explicativos, y una preservación asegurada
del medio natural.
“El hotel más Bio del mundo”, donde los clientes cuentan con el atractivo especial de saber que todo está calculado de la forma más sostenible posible.
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El Torrent des Jueus, que también jugó siempre un papel destacado, deja de ser una vaguada dejada a su suerte para constituir un elemento simbólico de la Platja de Palma.
52
Siguiendo esta misma lógica, incluso
las playas están dispuestas de forma
temática. Para que el baño no sea una
misma experiencia en todo el arco arenoso,
sino que los amantes de la vivencia
tranquila y ensoñadora no coincidan por
ejemplo con los que practican deportes.
Una parte de la playa se mantiene en
estado natural, otra se convierte en paseo
mediterráneo con bares y terrazas, otra en
un bulevar. Todo se basa en un análisis de la
experiencia. En un trabajo de diversificación
de los distintos atractivos que coinciden en
la Platja de Palma.
Naturalmente, los hoteles participan en
ello. Paseamos por la Platja de Palma del
futuro y apreciamos enseguida un cambio.
Los nuevos edificios y los reformados evitan
el fallo que se cometió en la época de
los pioneros. Entonces se adoptaron los
principios estéticos del momento, aquello
que en los años 60 o 70 se consideraban
“moderno” y que luego ha envejecido. Hasta
convertirse en una visible exposición de
criterios ya obsoletos.
Ahora, el paseante no contempla hoteles-
torre, ni grandes fachadas-cortina. Las
nuevas edificaciones y las reformas se han
pensado teniendo en cuenta el futuro. Y para
asegurar esa pervivencia qué mejor que
recurrir también a las raíces. Se combinan
así elementos muy avanzados con los estilos
tradicionales mallorquines, extrapolando
aquella estética sencilla y mediterránea de
la Platja de Palma de principios del siglo XX.
Dándole a la arquitectura un carácter que
complementa, valora, aún más el paisaje en
lugar de enfrentarse a él.
La rehabilitación de los antiguos edificios
se ha realizado de forma muy controlada.
Y para ello ha sido muy eficaz el sello de
Calidad Ambiental, que certifica los criterios
que se han empleado en las construcciones.
Asegura que sean adecuados a las nuevas
exigencias de sostenibilidad y mínimo
impacto. Gracias a ello, una parte del
parque inmobiliario ha dejado de ser una
carga para convertirse en un inversión de
futuro.
La reforma urbanística ha tenido en
cuenta los edificios singulares y de valor
histórico. El paseante puede contemplar
las primeras casas de la Platja de Palma,
con su estructura sencilla y mediterránea,
bien conservadas y explicadas. Los viejos
elementos urbanos como aljibes o “parets
seques”, los locales de más tradición como
comercios o cafés, han sido restaurados
y además cuentan con una explicación
rotulada que realza su valor. No sólo no se
ha perdido el valor “de siempre”, sino que
ese patrimonio se ha rescatado del olvido y
la mezcolanza para hacer de él un elemento
más de atractivo turístico.
También ha cambiado la retícula urbana.
Ya no cruzas por calles estrechas, donde
aparcan los coches o cuesta caminar por
culpa de la estrechez de las aceras. Las
calles son amplias, arboladas. La movilidad
se ha revisado según los criterios de nuestro
tiempo. Eso supone una preeminencia de
espacios comunes, una reducción del tráfico
y una racionalización de los aparcamientos.
Y también la habilitación de carriles-bicis
que permiten desplazarse fácilmente.
Las nuevas edificaciones y las reformas se han pensado teniendo en cuenta el futuro. Y para asegurar esa pervivencia qué mejor que recurrir también a las raíces.
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Los turistas tienen a su disposición un
eficaz sistema de “bicing” o alquiler de
bicicletas, lo que evita mover los coches
para desplazamientos cortos. Lo mismo
puede decirse de los numerosos accesos
pensados para personas con movilidad
reducida. Se acabó la sensación de agobio y
de incomodidad.
El problema de los camiones y vehículos de
suministros se ha solucionado de una forma
muy racional. Habilitando en la parte exterior
de la zona un Centro de Consolidación
de Mercancías. Una especie de “estación
central de mercancías” de la Platja de
Palma, donde se realizan las operaciones
más pesadas de carga y descarga. El
traslado a los posteriores puntos de
suministro se hace de manera menos
impactante y de forma individual.
Y por supuesto, el tranvía. Se trata de
una gran transformación en el campo de
la movilidad, al permitir el traslado hasta
Palma de forma rápida y cómoda. Esta
línea ha supuesto, en versión siglo XXI, lo
que representó aquel tren de comienzos
del XX. La puesta en marcha de un sistema
de comunicación capaz de revolucionar
muchos aspectos de la vida cotidiana.
Además de evitar la congestión del tráfico, la
contaminación y el gasto energético.
En este proceso de transformación, los
hoteles de la Platja de Palma ya no tienen
una media de 3 estrellas. Han pasado a la
categoría superior, de 4 estrellas “plus”, y
eso se nota sobre todo en el personal y la
organización. Basta con entrar en cualquiera
de esos establecimientos hoteleros para
darte cuenta de que han sido planificados
por expertos en gestión turística. Cuentan
con los servicios adecuados para la
demanda de los clientes, y sobre todo han
incorporado las últimas tecnologías no sólo
pensando en los turistas (con sistemas
automatizados) sino en la propia gestión
interna de la empresa.
Todo ello ha sido posible porque existe una
Agencia de gestión de la Platja de Palma
que diseña y gestiona los procesos clave
de transformación. Se ha hecho un gran
trabajo para el rescate y promoción de la
marca, lo que obliga a un constante análisis
y al autoexamen. Pasaron a la historia los
tiempos de la improvisación. La Platja de
Palma tiene detrás una estrategia que aplica
las nuevas tecnologías en su márketing,
y que está obligada a seguir los últimos
avances para incorporarlos.
No ha sido una iniciativa unilateral.
Han colaborado tanto el sector público
como el privado, tanto hoteleros como
touroperadores o compañías aéreas.
La adhesión social ha sido un factor
imprescindible, porque la población ha
comprendido que se encontraba en un
momento histórico y que debía colaborar en
ese desafío. Lo que estaba en juego era el
futuro de todos.
Gracias a ello el mercado turístico global,
en ese lejano 2025, ha cambiado su
percepción sobre la Platja de Palma.
En lugar de representar un lugar de “sol y
cerveza” ha pasado a ser un ejemplo
a imitar.
La adhesión social ha sido un factor imprescindible, porque la población ha comprendido que se encontraba en un momento histórico y que debía colaborar en ese desafío.
La nueva Platja de Palma tiene detrás una estrategia que aplica las nuevas tecnologías en su márketing, y que está obligada a seguir los últimos avances para incorporarlos.
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Un referente de sostenibilidad ambientalOtro elemento difícil de visualizar, pero
determinante, es el factor medioambiental.
En este ámbito el paso ha sido de gigante.
La Platja de Palma de 2025 no tiene
nada que ver con la del 2010 y mucho
menos con la del siglo XX. Las necesidades
medioambientales no sólo constituyen un
imperativo legal y también ético, sino que
con el aumento de la conciencia ciudadana,
lo ecológico ha terminado por convertirse en
un activo turístico.
Y la Platja de Palma puede en ese momento
colocar al lado de la arena, el mar, el sol,
los atractivos de ocio y culturales, otro
eslogan definitivo: es un destino turístico
ejemplarmente sostenible.
Cuando paseamos por sus calles no
podemos percibirlo de una forma directa,
pero sí inferirlo de muchos aspectos. Por
ejemplo, el objetivo de conseguir el Balance
0 de emisiones de C02 para 2050 resulta
fácil de adivinar en la racionalización del
tráfico automovilístico, el impulso a las
bicicletas, el uso del tranvía, la ausencia
de contaminación por la combustión de
calefacciones. La impresión inconsciente
que recibe el viajero es la de un lugar
“limpio”, gestionado de una forma muy
avanzada y exigente.
Es una realidad que no se ha conseguido
sólo con una planificación rigurosa, sino
también por medio de un seguimiento diario.
Es el trabajo por ejemplo del Ente Energético
de la Platja de Palma, que centraliza todo lo
relacionado con la energía.
La eficiencia energética es total. El
balance se basa en un 100 % de utilización
de energías renovables. Se han terminado
los despilfarros de electricidad, agua
caliente, sistemas de combustión. Los
hoteles y los edificios residenciales cuentan
con energías alternativas para suplir al
máximo las convencionales, pero por otro
lado también utilizan sistemas de reciclaje
y de ahorro energético. Para centralizar los
centros de producción de estas tecnologías
limpias se han habilitado fuera del núcleo
urbanístico unas centrales, desde las cuales
se sirve la energía al centro. Es el concepto
de “turismo responsable” que también forma
parte de la marca Platja de Palma.
Si la política energética resulta difícil de
ver, el tema de la calidad del agua resulta
algo más patente. En 2025, los análisis
del agua del mar han revelado un drástico
descenso en los niveles de contaminación.
Eso es consecuencia en primer lugar de una
actuación integral por eliminar los vertidos,
sean directos o sean a partir del lecho de
los torrentes de la zona que luego acaban
arrastrados hasta la costa. Al mismo tiempo
se han habilitado soluciones de drenaje
sostenible. De esta manera se ha evitado al
máximo el exceso de materia orgánica en las
aguas marinas y la contaminación fecal.
La impresión inconsciente que recibe el viajero es la de un lugar “limpio”, gestionado de una forma muy avanzada y exigente.
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De manera directa, eso ha supuesto la
conservación de las praderas de Posidonia.
Ya que el enturbiamiento de las aguas
supone un perjuicio para esas plantas, que
como tales realizan la función clorofílica
a partir de la luz solar aunque sea en el
fondo submarino. Otro aspecto importante
ha sido el abandono de la mal llamada
“regeneración” de playas, que consiste
simplemente en la succión de arenales
submarinos para ser depositados después en
un lugar distinto. Esta arena no consolidada
sólo dura un corto período, hasta que los
temporales de invierno se la llevan a causa
de su escasa fijación. Y justamente al
arrastrarla mar adentro perjudica de forma
colateral a las praderas de Posidonia. Son
precisamente las hojas de esta planta, la
famosa “alga”, las que contribuyen a fijar la
arena en la zona de vaivén.
Los estudios realizados revelan que la
superficie de arena no ha tenido una
pérdida significativa en los últimos años.
Después de la drástica remodelación
efectuada a finales de los años 80, cuando
el espacio playero aumentó nada menos que
en un 60 %. De todas formas, en ese futuro
2025 existe un sistema de control para
detectar el comportamiento morfodinámico
de la playa, como consecuencia del cambio
climático que a buen seguro afectará
también al nivel de la Platja de Palma.
Independientemente de sea cual sea ese
impacto, lo que está asegurado es que nada
de cuanto se haga en esta zona contribuirá
a ese cambio global. Sino que, por el
contrario, se tomarán todas las medidas
para compensarlo en la mayor
medida posible.
La sostenibilidad se asegura también en
lo que se refiere al agua potable. Todo
el sistema está pensado para eliminar al
menos un 35 % de consumo. Eso resulta
especialmente necesario en un destino
turístico, donde es fácil caer en el derroche
de agua. Los sistemas de hoteles y viviendas
están pensados para ello. Y también se ha
revisado y regenerado la red de canalización,
evitando ese porcentaje tan elevado que
suponen las pérdidas.
Lo mismo puede decirse de otro mal
endémico de todo núcleo vacacional: los
residuos. Se trata de una gran población
flotante y que además consume muchos
productos perecederos y genera una
cantidad importante de desperdicios, lo cual
a su vez ha representado durante mucho
tiempo un grave problema ecológico. El
principio a partir del cual se ha actuado
ha sido “0 residuos al vertedero”. Se trata
de establecer un ciclo de vida circular para
cualquier materia desechada. Es decir,
un sistema de reciclaje que reaproveche
los diferentes materiales, seleccionados
preferentemente en origen, evitando su
acumulación inerte. En ese aspecto, la Platja
de Palma se convierte en otro referente
internacional al conseguir que sus miles
de visitantes no amontonen ningún tipo
de residuo contaminante ni obliguen a un
costoso sistema de eliminación. El sistema
circular permite que nada se pierda y que no
se causen daños al medio ambiente.
Todo el sistema está pensado para eliminar al menos un 35 % de consumo. Eso resulta especialmente necesario en un destino turístico, donde es fácil caer en el derroche de agua.
Los hoteles y los edificios residenciales cuentan con energías alternativas para suplir al máximo las convencionales, y también utilizan sistemas de reciclaje y de ahorro energético.
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Volvamos a nuestro paseante. Percibirá otro
aspecto relacionado con el medio ambiente.
Y muy importante. La reducción del
impacto acústico.
Al lado del bullicio típico de los centros
turísticos de finales del siglo XX, la
Platja de Palma del 2025 resulta mucho
más silenciosa. Incluso en las zonas
inmediatas a la autovía ha descendido el
nivel de contaminación sonora. Eso se ha
conseguido instalando pantallas acústicas
y sobre todo pavimentando esa ruta con un
producto fonoreductor.
En cuanto al aeropuerto, el cumplimiento
riguroso de los niveles legales establecidos
por el documento SIRPA ha conseguido
reducir el impacto sonoro, tal como ha
ocurrido en poblaciones como Barcelona.
De manera que el turista no escucha ni
músicas estridentes, ni ruidos de motores
o claxons, ni el rumor lejano de la autovía.
Parece como si el sonido del mar y de
las zonas verdes fuera más próximo, más
perceptible. Eso, muy lejos de ser un
detalle irrelevante, constituye un factor
emocional de primer orden. Cualquier
psicólogo sabe del efecto enervante y
neurotizador de un ruido elevado que se
produce de forma continua.
Al reducir esa emisión, todo el conjunto
urbano se ha aproximado más a la
atmósfera sonora de sus orígenes. Al mar y
el viento pasando por las ramas de
los pinos.
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61
El factor socialLa realidad empresarial en la Platja de
Palma de 2025 es bien distinta a la de
veinte años atrás. El factor humano supone
un condicionante de primer orden, la punta
de lanza de cualquier acción colectiva,
y eso se ha tenido en cuenta. Este ha
sido el sentido, por ejemplo, del Plan de
Modernización Comercial. Una actuación
dirigida directamente a apoyar a la
pequeña y mediana empresa y a los nuevos
emprendedores.
Se trata de cambiar la realidad comercial
de la Platja de Palma. Y para ello hace falta
un perfil empresarial capaz de innovar, de
adaptarse al nuevo modelo turístico que
se ha generado. La acción de este Plan
incluye medidas regulatorias, fiscales,
financieras y organizativas. El resultado
son unas iniciativas empresariales que han
evolucionado desde los antiguos moldes y
ofrecen un panorama de negocio capaz de
satisfacer a la nueva clientela de la Platja
de Palma. Unos profesionales y directivos
que han incorporado a su gestión las nuevas
tecnologías, la exigencia de sostenibilidad y
los modernos cauces de comercialización.
Y que gracias al posicionamiento de esa
nueva oferta han logrado sobre todo atraer
inversiones al sector.
Y si hablamos de factor humano, hemos
de considerar que el mundo turístico no
se reduce a la explotación de una serie
de recursos. Ni queda encajonado en los
hoteles o las residencias. Detrás del mundo
turístico existe una amplia realidad humana
y social que transcurre de forma paralela al
mundo económico.
Durante una época del siglo XX se cultivó
la imagen de la “sombra social” del mundo
turístico. Eso supone que detrás de la
fachada de algunos destinos había una
realidad oculta de tipo social que no se
correspondía con los estándares de la
marca. Ese turismo de graves desigualdades,
donde el trabajador y el residente se
beneficiaban de la industria pero al mismo
tiempo pagaban un alto coste en calidad de
vida o laboral, pertenece al pasado.
El nuevo modelo que representa la Platja
de Palma parte de la ecuación de menos
cantidad igual a más calidad. Y en este
apartado también se incluyen más puestos
de trabajo, mayor profesionalidad y mejor
calidad de vida para los residentes.
Estamos por lo tanto ante una sociedad más
justa, más competitiva y más cohesionada.
Existe un empleo más estable, lejos de
los ciclos estacionales de otros tiempos.
Mejores horizontes laborales, superiores
condiciones de trabajo y también salarios
más elevados. El diálogo social y la
modernización empresarial ha permitido
un gran avance en ese territorio humano
que, a la postre, beneficia directamente a la
economía turística.
El factor humano supone la punta de lanza de cualquier acción colectiva, y eso se ha tenido en cuenta. Este ha sido el sentido de, por ejemplo, el Plan de Modernización Comercial.
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Estamos, en 2025, ante una sociedad más justa, más competitiva y más cohesionada. Existe un empleo más estable, lejos de los ciclos estacionales de otros tiempos.
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Dos son los grandes campos que se
abren. En primer lugar, el laboral. El punto
de partida es un Protocolo de empleo
conseguido a partir del acuerdo entre
los agentes sociales y económicos. Era
un paso necesario para reducir el primer
impacto de la reconversión turística. Evitar
que los costes de ese proceso afectaran
a los trabajadores del sector. Para ello se
ha impulsado la formación y el reciclaje de
conocimientos, de manera que se puedan
cubrir los puestos de trabajo que surgen con
el nuevo modelo turístico.
Con esa finalidad se crea un Centro de
Formación que al mismo tiempo sirve
para canalizar las ofertas laborales a los
trabajadores de la zona. Y se lleva a cabo
una labor conjunta con las diferentes
administraciones que garantice el éxito de
esta gestión.
En la Platja de Palma del 2025 ha
desaparecido por lo tanto toda desigualdad
estructural en las relaciones laborales.
Los avances que se han conseguido en
el mercado turístico han repercutido
directamente en la profesionalidad y nivel de
vida de los trabajadores. La progresión hacia
adelante ha sido compartida por todos
los sectores.
Y no olvidemos el tema social. Porque
la reforma integral de la Platja de Palma
no se ha realizado pensando sólo en el
negocio turístico, sino también en la propia
población en sí. En su tejido social, en su
razón de ser.
Una primera prioridad es la educación.
Supone la base de cualquier sociedad, y
los problemas de desestructuración familiar
y fracaso escolar lastran gravemente los
cimientos de cualquier comunidad. Eso
explica que, al lado de las medidas de
reforma urbanística, de las iniciativas
de negocio turístico, de la aplicación de
nuevas tecnologías y paradigmas, no se
haya olvidado la educación. La respuesta
a esa necesidad ha sido un Plan de éxito
escolar cuyo objetivo es asegurar que los
estudiantes prolonguen sus estudios más
allá de la ESO, y en un segundo escalón
ayudar a la integración laboral.
Otra necesidad atendida es la cohesión
social. Ninguna iniciativa global puede
apoyarse en una sociedad con problemas
de desigualdad, marginación o inseguridad
ciudadana. Así, el primer esfuerzo fue
atender a las familias afectadas por el
proceso de reforma urbanística, a fin de
evitar que se provocaran situaciones de
pérdida de recursos. Ha sido un trabajo que
en 2025 ya no se aprecia, porque tuvo lugar
sobre todo en los primeros años. Cuando
muchas familias de repente veían cómo las
nuevas obras les afectaban directamente.
El cuidado por atenderlas fue paralelo a la
lenta reestructuración del tejido urbano.
Ninguna iniciativa global puede apoyarse en una sociedad con problemas de desigualdad, marginación o inseguridad ciudadana.
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Al mismo tiempo se reparó un agravio que
fue general durante los primeros años
del turismo. El choque de culturas que se
produjo fue en detrimento de la identidad
local. Aparecieron numerosas mistificaciones
que bajo la etiqueta de lo “típico” crearon
una imagen enmascarada de la realidad.
En muchos casos, el turismo de masas
constituyó un factor de pérdida de señas de
identidad, tanto por ese arquetipo falseado
como por la movilidad de la población y la
mezcla de gente de diferentes orígenes.
Nada de eso aparece en la Platja de
Palma de 2025. La reforma integral ha
tenido en cuenta también la cohesión
identitaria. Se han recuperado los
emblemas de la historia de la Platja de
Palma. Desde enclaves paisajísticos como
Ses Fontanelles a testimonios etnológicos.
Así ocurre por ejemplo con el mundo de
las canteras. Recreado de forma didáctica
para explicar cómo fue la vida de aquellos
“trencadors” que pasaron gran parte de su
vida extrayendo bloques de piedra. En unas
condiciones de gran dureza.
No sólo se trata sin embargo de un
aspecto cultural. La mejora de los
equipamientos sociales ha favorecido un
amplio abanico de actividades: educativas,
de ocio, culturales, de salud, organizativas.
Se han creado las condiciones para una
sociedad civil activa y potente, que refuerce
la autoestima de una población que ha
dado un giro coperniciano a la actividad
turística. Que se ha colocado en cabeza y
ha reivindicado el nombre de la Platja de
Palma como marca de buen paisaje y
buen hacer.
Por lo tanto, esa Platja de Palma de 2025
no es un invento artificial, sino el producto
de una sociedad que la respalda. Que
ha intervenido activamente en su proceso
de realización, y que luego proyecta sus
valores en actividades, entidades, fiestas,
símbolos... El significado es la emoción
mediterránea, el civismo, la hospitalidad, la
multiculturalidad.
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La mejora de los equipamientos sociales ha favorecido un amplio abanico de actividades: educativas, de ocio, culturales, de salud, organizativas. Se han creado las condiciones para una sociedad civil activa y potente, que refuerce la autoestima de una población que ha dado un giro coperniciano a la actividad turística.
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En ese movimiento va implícita una lucha
contra la marginalidad. Las bolsas de
población en riesgo de exclusión social han
sido objeto de un programa concreto. Como
por ejemplo a través de una empresa de
inserción social, que ofrece posibilidades de
trabajo y ayuda a las personas que pasan
por una situación de este tipo.
Se trabaja activamente por la integración
de la población inmigrante, suprimiendo
cualquier tipo de desigualdad estructural
y facilitando la convivencia, la formación y
la cobertura social. Lo mismo ocurre con
respecto a los temas más importantes
relativos a la salud pública. No se ha
obviado este aspecto tan decisivo de la
calidad de vida. Existen programas piloto
preventivos dedicados a problemas sociales
como el alcoholismo, el tabaquismo, la
obesidad, los estilos de vida saludables, etc.
Toda aglomeración, y mucho más cuando
tiene las características del turismo,
produce un efecto indeseable como es la
delincuencia. La Platja de Palma de 2025 ha
pasado página de aquellos tiempos en que
su solo nombre era sinónimo de pequeños
hurtos, prostitución o consumo de droga.
Ha contribuido en gran manera el propio
urbanismo, al reconvertir zonas marginales y
degradadas en nuevos usos, y dignificar en
conjunto el modo de vida y la población de
este destino turístico. También ha jugado un
papel decisivo el trabajo social, evitando las
bolsas de pobreza o exclusión, y eliminando
poco a poco las situaciones conflictivas que
dan lugar a la actividad delictiva.
Durante todo ese proceso ha sido
fundamental la existencia de un
Observatorio de la Seguridad. Examinando
de forma constante los problemas y las
situaciones que podrían producirse en
un futuro. En ese tránsito, las labores de
prevención resultaron de gran eficacia. Y al
mismo tiempo se llevó a cabo un esfuerzo
por atender y ayudar a las víctimas de esos
delitos.
De manera que nuestro paseante camina
confiado. No percibe ningún tipo de
atmósfera enrarecida, si siente la existencia
de amenazas a su alrededor. La Platja de
Palma, en su acción social, ha creado un
código de comportamientos éticos. Unos
principios de convivencia y solidaridad
que están implícitos en las relaciones
entre turistas y residentes, trabajadores y
empresarios, particulares y administración.
Si muchos problemas sociales surgen de
su propio contexto, también puede decirse
lo contrario. Cuando un contexto crea unas
condiciones de prosperidad, avance y
autoestima, eso se traduce en una realidad
social.
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Si muchos problemas sociales surgen de su propio contexto, también puede decirse lo contrario. Cuando un contexto crea unas condiciones de prosperidad, avance y autoestima, eso se traduce en una realidad social.
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Por lo tanto, esa Platja de Palma de 2025 no es un invento artificial, sino el producto de una sociedad que la respalda. Que ha intervenido activamente en su proceso de realización, y que luego proyecta sus valores en actividades, entidades, fiestas, símbolos... El significado es la emoción mediterránea, el civismo, la hospitalidad, la multiculturalidad
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Capítulo 4
Cómo se hace la revalorización
integral
UN NUEVO CONTEXTO ECONÓMICO Y TURÍSTICO
Volvamos al presente. Hemos visto en un
“flash” imaginario el destino final de todo
este proceso de reforma, el objetivo a
cumplir. ¿Pero cómo se transforma una
realidad turística como la Platja de Palma de
nuestros días en algo tan distinto? ¿Cuál es
el proceso?
Antes de explicar ese mecanismo, debemos
ser conscientes de un hecho. El mundo
actual se encuentra en una encrucijada
histórica. Vivimos un nuevo contexto
económico, sin cuya valoración es imposible
hacer planes de futuro.
La reforma integral de la Platja de
Palma parte de esa evidencia, de este
conocimiento real. De lo contrario, sería un
mero ejercicio voluntarista, sin un anclaje
efectivo.
¿Y cuál es ese nuevo contexto?
Los analistas hablan de un cambio de
ciclo histórico y de época. Lo que hasta
hace unos años era válido ya no lo es. Hay
que tomar conciencia de ello. Y tratar de
identificar esos cambios, para valorar en
qué medida afectan a la realidad de la zona.
En este sentido, el Consorcio de la Platja
de Palma ha precisado seis escenarios
de futuro, a partir de los cuales se han
orientado las estrategias de actuación.
7474
El PUNTO PRIMERO es la evidencia de un “cambio global”. No vivimos una crisis puntual
de tipo económico o financiero, sino que
estamos pagando la factura del progresivo
desbordamiento de la biocapacidad del
planeta.
La constante alteración de los ciclos vitales
de la biosfera, en temas como el clima
o la biodiversidad, así como la escasez
estructural de algunos recursos básicos
como el petróleo marcan profundamente
este momento histórico. Hay que ser
conscientes, por ejemplo, de que se acaba
la era del combustible abundante y barato.
Lo que obliga a nuevos usos energéticos.
El SEGUNDO PUNTO parte de una evidencia. Las incertidumbres del ciclo “post-crisis” no son pasajeras como muchos pretenden ni acabarán conduciendo al mismo modelo de “crecimiento ilimitado”. Por
el contrario esos efectos pueden durar
bastante tiempo, y nos llevarán a un futuro
donde los patrones de desarrollo serán
distintos.
El cambio climático y la cuestión energética
resultarán determinantes. Un cierto número
de países con necesidades energéticas
crecientes tropezarán para salir de la
crisis con el problema del encarecimiento
de los combustibles. Es previsible que la
resolución de sus dificultades económicas
quede estrangulada por el alza de los
precios del petróleo. Los tiempos en que
era más barato volar a Londres que pagar
el taxi al aeropuerto se están acabando.
Habrá que comprar, comer y viajar de forma
más inteligente. La energía nos costará
mucho más cara. Habrá que gastar menos y
aprovecharla mejor.
Un TERCER PUNTO de partida nos indica que la preocupación medioambiental será cada vez más determinante. Lo que indica
más presión social y mayor necesidad de
regular. Mientras los sectores más avanzados
se comprometen activamente con ese
cambio global, los viejos hábitos, las marcas
y los mitos consumistas, se deshacen en sus
contradicciones. A tal velocidad que cuesta
adivinar cuáles son los nuevos paradigmas a
emplear.
Algunos ejemplos son ilustrativos. Como
el caso de Detroit, la capital mundial del
automóvil que no supo prever el cambio
energético. O la explosión del “efecto
Dubai” como apoteosis de un urbanismo
ya obsoleto, de una opulencia insostenible
simbolizada por sus rascacielos. Los
referentes de lo que habrá de ser el siglo XXI
son diferentes, y apenas están empezando a
adivinarse.
Un CUARTO PUNTO se basa en una simple deducción. Teniendo en cuenta ese escenario global, el transporte y la aviación se verán afectados cada vez más por restricciones tanto ambientales como energéticas. La forma de viajar en el futuro será distinta,
y por lo tanto el mercado turístico cambiará
con ello.
El transporte constituye el segundo
generador de emisiones de gases de efecto
invernadero. Es por lo tanto uno de los
principales objetivos de los programas
internacionales de control climático. Cuando
se produzca el aumento del precio del crudo,
el sector aeronáutico - que hasta ahora ha
vivido una gran expansión - se encontrará
ante una situación de enorme complejidad.
7575
No podrán mantenerse las condiciones,
precios y flujos actuales de los viajes en
avión. Ni la inmensa mayoría del engranaje
turístico que se fundamenta en este tipo de
transporte.
QUINTO PUNTO: el turismo se verá indefectiblemente afectado por ese cambio de época y sistema. Lo mismo ocurrirá
con la totalidad de las actividades
económicas en las que el precio del petróleo
pueda incidir. En estos momentos, el
turismo mueve, aloja y suministra servicios
vacacionales a unos 900 millones de
turistas en todo el mundo. Un sector de
tanto calado tendrá que reposicionarse a la
fuerza ante los cambios que se avecinan.
Eso significa por ejemplo: retroceso en
la tendencia al alza de los viajes “low
cost”; más regulación sobre las emisiones
causadas por el tráfico aéreo por cuestiones
climáticas; cambios en los hábitos de vida
consumistas que incluyen las vacaciones
anuales; y una nueva vivencia, ya que al
salir más caro un viaje largo se buscarán
destinos más cercanos, pero que a cambio
proporcionen un bagaje experiencial más
intenso.
El SEXTO PUNTO nos afecta directamente. El turismo de litoral como el de la Platja de Palma ha de asumir el final de la era del “crecimiento ilimitado”. El desbordamiento de la
biocapacidad del sistema costero y el ajuste
de precios a la baja así lo determinarán.
Los estudios indican que, más allá de la
crisis, los parámetros económicos clave (el
impacto económico, las pernoctaciones o
el gasto medio diario) se han ralentizado o
están estancados desde finales del siglo XX.
Al mismo tiempo, el grado de satisfacción
de nuestros clientes se resquebraja ante
el deterioro y la pérdida de atractivo de los
destinos.
Este diagnóstico resulta especialmente
grave en el caso de la Platja de Palma. Un
entorno cultural y paisajístico excepcional
pero con una previsible incidencia del
cambio climático a medio plazo. Una oferta
predominantemente masiva, barata y
centrada en el “sol y playa” que desborda
la capacidad de acogida del sistema. Un
exceso de plazas y de insuficiente calidad.
Buenas conexiones, pero al mismo tiempo
una dependencia casi total del sistema
aéreo masivo y barato. Y finalmente con un
sector empresarial líder en su campo, que
sorprendentemente coexiste con un déficit
importante de estrategias de innovación y
adaptación a los nuevos tiempos.
La apuesta de futuro pasa necesariamente por la revaloración y por un reposicionamiento integral. De
forma coherente con los retos y cambios
históricos que antes hemos visto.
¿Pero cómo se hace?
7676
LOS INSTRUMENTOS DEL CAMBIO
La política de revalorización integral de
la Platja de Palma parte de un principio
estratégico: recuperar valor, competitividad,
atractivo y sostenibilidad para la zona. Para
alcanzar esa meta se ponen en marcha
diversos instrumentos de planificación, que
serán los que abordarán los múltiples planos
de un proyecto que resulta muy complejo. El
conjunto está integrado en la Estrategia para
la Revalorización de la Platja de Palma y
consta de un instrumento estratégico y otros
dos urbanísticos.
El instrumento estratégico es el Plan
de Acción Integral. Ahí están las metas,
estrategias y contenidos, dentro de un
documento trasdisciplinar que establece
un planeamiento estratégico. Contiene los
programas y las acciones que permiten
alcanzar los objetivos previstos, así como
un sistema de Indicadores destinado a irlos
evaluando a través del tiempo.
Dado que en este proceso participan
diferentes actores institucionales, sociales,
públicos y privados, el Plan de Acción
Integral busca las compatibilidades y
sinergias entre los mismos. Esos diferentes
elementos son regidos por una gestión
conjunta o “gobernanza”. Se imbrican así
los campos económico, turístico, ambiental,
social, urbanístico y tecnológico en una
visión central. Siempre con el objetivo de
garantizar un mayor valor económico, la
mejora de las condiciones sociales, y la
reducción de la carga ecológica, tanto local
como global.
En lo que se refiere al campo urbanístico,
se utilizan dos instrumentos. El Master
Plan aporta una visión general de futuro,
a partir de la cual se desarrollan los
planes y proyectos legales que se han de
ir generando en la zona. Por otro lado, el
Plan de Reconversión Urbanística define
la estructura, clasificación y calificación
del suelo. Así como los sistemas naturales,
la ordenación de la edificación, las
infraestructuras y los sistemas de gestión.
¿Cómo se articula algo tan complejo
como el Plan de Acción Integral de la
Platja de Palma? La respuesta se resume
en una figura de triángulo. En la cúspide
se encuentra la meta. Son los objetivos
generales de la Estrategia de Revalorización
Integral de la Platja de Palma.
En un segundo nivel hallamos las 7
estrategias o grandes líneas de acción, que
a su vez se concretan en 30 objetivos.
Descendemos otro escalón, y allí
encontramos el siguiente nivel de
concreción. Son en total 29 programas que
definen grandes campos de acción. Y 97
acciones operativas que suponen la forma
práctica de conseguirlos.
Finalmente, en la base del triángulo
podemos ver un sistema de 28 indicadores
que aseguran el sistema de evaluación y
seguimiento de todo lo anterior.
Esta es la arquitectura del Plan de Acción
Integral, que podemos ver a continuación
escalón por escalón.
1META
7 ESTRATEGIAS30 OBJECTIVOS
29 INDICADORES
29 PROGRAMAS98 ACCIONES
7777
LAS METAS
Los momentos históricos de cambio son
encrucijadas difíciles. Los que consiguen
avanzar lo hacen fijándose más en lo que
nace que volviendo la mirada hacia lo que
desaparece. Leyendo la página que se abre
y no la que se cierra.
Con esta filosofía, el Plan de Acción Integral
parte de un objetivo muy claro: impulsar
una revalorización general de la Platja de
Palma, que sea capaz de estimular en este
momento de cambio global un nuevo ciclo,
basado en la innovación, la prosperidad y la
sostenibilidad.
Se trata por lo tanto de una apuesta de
futuro, y no de un conjunto de medidas
paliativas. La primera proyección ha de ser
el compromiso de ofrecer a los empresarios,
trabajadores y población de la Platja de
Palma una alternativa muy ambiciosa.
Capaz de ser puesta en práctica como una
realidad. La segunda proyección será facilitar
nuevas lógicas, criterios y propuestas que
sirva para reformular el futuro del maltrecho
litoral mediterráneo español.
En este proceso existen una serie de
oportunidades y condiciones de éxito a
tener en cuenta. A pesar de que la oferta
de la Platja de Palma sufre una pérdida
de valor estratégico, por otro lado cuenta
con unas condiciones excepcionales para
reposicionarse. Es necesario aceptar el
agotamiento y las tendencias de declive que
existen en estos momentos. Ser conscientes
de que una supervivencia del actual modelo
sólo pasaría por continuos reajustes a la
baja, calidad y precio, hasta llegar a cotas
que podrían llegar a ser insoportables.
Como respuesta a ello se trata de capitalizar
los potentes factores geográficos y de éxito:
excelente clima, calidad de la bahía y de
la playa, proximidad al aeropuerto y a la
ciudad de Palma, posibilidad de revalorizar
su entorno urbano y natural, capacidad
para generar nuevos atractivos turísticos.
Es decir, el punto de partida adecuado
para evolucionar hacia una excelencia
integral. Eso significa: valores mediterráneos
renovados, condiciones ambientales
ejemplares, capacidad para atraer a un
nuevo tipo de turismo, evolución hacia
menor número de clientes de mayor calidad,
una temporada más prolongada y menor
dependencia del transporte de bajo coste.
Se trata de lograr que la marca Platja
de Palma sea un referente del turismo
mediterráneo del siglo XXI.
Un proyecto de estas características
supone una necesaria integralidad, ya que
los sectores afectados son múltiples y
interactúan entre ellos. Ha de generar un
ciclo de prosperidad socioeconómica en
la zona, ser un espacio vital e interesante,
mejorar la calidad de vida y el trabajo de la
población local, rehabilitar el espacio urbano
edificado, reducir la carga ecológica, ponerse
en la vanguardia de innovación tecnológica,
y sobre todo habilitar una potente capacidad
de gestión o gobernanza, para articular
el liderazgo público, la concertación
empresarial y la participación social.
El alcance real de la revaloración integral
de la Platja de Palma depende de factores
como contar con un buen proyecto a largo
plazo, que sea muy ambicioso; conseguir un
fuerte compromiso y liderazgo institucional;
contar con respaldo social y empresarial; y
disponer del mejor talento empresarial para
llevar adelante el proyecto.
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SIETE ESTRATEGIAS
A partir de las metas, el Plan de Acción
Integrado define siete estrategias o líneas de
fuerza, y los objetivos en que se concretan.
Los criterios de base para trazar las
estrategias y objetivos han sido: que sean
suficientes como para abordar la globalidad
del proyecto, que sean coherentes con el
fondo del proyecto, y una visión integrada
capaz de producir sinergias entre las
diferentes líneas de trabajo.
La primera estrategia se refiere a la actividad turística y tiene como
objetivos:
- Implementar un proyecto turístico
innovador, sostenible y de éxito.
- Revalorizar el espacio y las instalaciones
turísticas en clave mediterránea.
- Atraer una demanda de mayor valor,
que suponga una temporada más
prolongada, y con menos dependencia
del transporte masivo y barato.
- Crear una nueva oferta de valor añadido,
gracias a la relación privilegiada con la
bahía, la ciudad de Palma y el conjunto
de la isla.
- Poner en marcha los recursos y procesos
clave para un proyecto turístico muy
ambicioso.
La segunda estrategia tiene que ver con las condiciones medioambientales. Con la
colaboración del IMEDEA se proponen los
siguientes objetivos:
- Establecer las recomendaciones
generales de adaptación y resiliencia
(término que significa la capacidad
de superar un problema para seguir
proyectando el futuro) de la Platja de
Palma frente al cambio climático.
- Conservar la biodiversidad y recuperar
la función de los ecosistemas litorales,
terrestres y marinos.
- Gestionar de forma sostenible las
dinámicas naturales y antrópicas de la
playa.
- Mejorar la calidad integral de las aguas
subterráneas, terrestres y marinas, así
como prever la variación futura del
sistema natural.
- Establecer e implementar medidas para
que los ecosistemas urbanos sean
sostenibles.
La tercera estrategia contiene las líneas de actuación referentes al aspecto social y laboral. Sus objetivos son:
- Mejorar la oferta y la calidad del empleo
en la Platja de Palma.
- Fortalecer la cohesión social y la
sensibilidad comunitaria en relación a
las estrategias de cambio.
- Renovar el tejido productivo de las
pequeñas y medianas empresas.
Una cuarta estrategia hace referencia a la revalorización del sistema territorial urbano, teniendo en cuenta la conexión con la bahía,
la ciudad de Palma y el resto de la isla. Los
objetivos son:
- Revalorizar y rehabilitar el sistema
urbano y el paisaje en clave sostenible
y mediterránea, sin que se produzcan
nuevos crecimientos.
- Potenciar el atractivo urbano
diversificando las experiencias urbanas
y turísticas.
- Crear una red potente de piezas
simbólicas que revaloricen el sistema
urbano.
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En la quinta estrategia se recogen las directrices para reducir la carga ecológica tanto a
nivel local como global. Sus objetivos son:
- Plantear un escenario final que sea
“neutral en carbono”, gracias a las
energías renovables.
- Mejorar la calidad del ciclo del agua,
reducir su consumo, garantizar su calidad
y retornarla al medio en las mismas
condiciones que tenía inicialmente.
- Reducir la generación de residuos
urbanos. Maximizar su revalorización y
plantear el “0 residuos a vertedero”.
- Reducir el nivel de ruidos, y ajustar el
impacto sónico del aeropuerto a los
límites legales establecidos.
- Acometer la rehabilitación de toda la
edificación turística y residencial.
Revalorizarla y reducir su carga
ambiental, así como el número de plazas
turísticas.
- Mejorar la movilidad, garantizando
la accesibilidad. Se contempla la
disminución sensible del tráfico, con
un escenario final de “balance 0 en
carbono” en cuanto se refiere a los
desplazamientos locales.
La sexta estrategia se basa en utilizar los avances tecnológicos para mejorar el nivel de vida de residentes y
turistas en la Platja de Palma. Sus objetivos
son:
- Dotar a la zona de infraestructura
tecnológica y de comunicación, de forma
que actúe como un aliciente y un factor
de revalorización.
- Facilitar aquellos servicios avanzados
que ayuden a la competitividad y
productividad de las empresas.
- Construir una potente red de servicios
orientados al turista.
- Facilitar al ciudadano el acceso integral a
internet, y a los servicios públicos.
- Optimizar la gestión y aprovechar al
máximo los servicios disponibles.
Finalmente, la séptima estrategia se basa en un concepto de reciente creación, como es la gobernanza. Este término se aplica para designar la
calidad, eficacia y buena orientación en
la acción conjunta entre instituciones y
sociedad civil. Se entiende por ello el respaldo
estratégico de un frente común institucional,
político, empresarial y social al proceso
de reforma. Unido a una potente gestión
operativa. En esa línea, los objetivos son:
- Llevar a cabo un pacto institucional y
social que dé estabilidad y fuerza al
proyecto.
- Implantar un sistema de gestión y
evaluación transparente.
- Impulsar un amplio proceso participativo
con los diferentes actores públicos y
privados implicados en el proyecto.
Para llevar a la realidad las estrategias y
objetivos se ponen en marcha 29 programas.
Son visiones que abarcan los distintos
campos de acción: la posición turística, el
cambio climático y los sistemas naturales, la
calidad de vida y el empleo, el entorno urbano
y turístico, los servicios urbanos, la educación
y movilidad, los servicios de tecnologías de
la Comunicación, y la gobernanza o gestión
conjunta. El total de estos programas se
concretan en 98 acciones operativas. Este
tercer nivel del triángulo estratégico debe
concebirse como una “hoja de ruta”, no como
una serie cerrada. Aquí los criterios han sido
la coherencia con la filosofía de fondo que
subyace a la reforma, la compacidad que
permite abordar campos comprensibles y
coherentes, y la creación de sinergias con los
otros objetivos y estrategias del plan.
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LAS ACCIONES MáS INMEDIATAS
El proceso de la reforma, a causa de su
amplitud de contenidos, ha de concebirse
como un plan-proceso de largo recorrido. Se
trabaja con tres proyecciones temporales:
inmediata (antes del 2012), a corto plazo
(2015), a medio plazo (2020) y a largo
plazo (más allá del 2020).
El Plan de Acción Integral contempla una
serie de acciones inmediatas. En un primer
momento se deben conseguir los pactos
institucionales y sociales que proporcionen
estabilidad al proyecto. Deberán aprobarse
las leyes y planes correspondientes, así
como crearse un órgano de gestión y una
red social.
Además, en ese primera fase tendrán lugar
las siguientes actuaciones:
- Esponjamiento de los primeros edificios
para iniciar la reurbanización.
- Puesta en marcha de dos concursos de
arquitectos de prestigio internacional
para elaborar los proyectos de nuevas
“catedrales” o grandes equipamientos
capaces de generar nuevas
experiencias turísticas. Se emplea el
símil de las catedrales medievales
porque, como ellas, generan un
urbanismo propio a su alrededor. De la
misma manera, esos centros turísticos
confieren un valor añadido muy
especial a la zona donde son creados.
- El compromiso de importantes
inversiones privadas, como nuevos
desarrollos hoteleros de referencia
internacional y la construcción de un
gran centro comercial.
- El inicio de la rehabilitación urbana de
diez manzanas.
- La presentación de cinco paseos e
itinerarios en el entorno de la Platja de
Palma.
- La construcción de un paseo hasta Cap
Enderrocat.
- La presentación y puesta en
funcionamiento del plan de seguridad,
así como del plan de empleo y
formación específica de la Platja de
Palma.
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SEIS GRANDES CENTROS TEMÁTICOS O “CATEDRALES”Una parte importante de la captación de un nuevo turismo se apoya en la creación de
grandes centros temáticos. El desarrollo de una faceta determinada actúa como atractivo
para posibles visitantes que compartan esa actividad o afición.
El proyecto contempla los siguientes centros temáticos:
- El Centro Mediterráneo. Un reflejo de la arquitectura mediterránea tradicional, un centro
de promoción de la cultura popular, y al mismo tiempo sede internacional de un centro
de estudios, exploración y afición al mundo oceanográfico.
- El Hotel más Bio del mundo. Un establecimiento que desarrolla toda una serie de
atractivos para la clientela basados en la sostenibilidad.
- El Centro de Wellness. Una reunión de establecimientos de “wellness”, “spa”, medicina
preventiva y tratamientos “anti-aging” (anti-envejecimiento) pionera en Europa.
- El Centro Deportivo. Unas instalaciones que permitirán a deportistas y clubes deportivos
practicar “stages” y programas especiales.
- El Palacio de Danza, Música y Espectáculos. Servirá de punto neurálgico para la
concentración de grandes “shows” de entretenimiento y eventos culturales.
- El hotel del Cap Enderrocat. Un espacio de estancia y diversión de alto nivel, con mirador
a la bahía de Palma, tipología de parador y con tres restaurantes mediterráneos
aprovechando el antiguo emplazamiento militar.
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HORIzONTE 2015
El Plan de Acción Integral contempla
también una Etapa de Revalorización Integral
a corto plazo, es decir centrada en el año
2015. Esta fase ha de servir como muestra
del cambio y del nuevo posicionamiento
turístico de la Platja de Palma. Al mismo
tiempo, tiene la función de actuar como
punta de lanza para la siguiente etapa,
situada cinco años después.
Para 2015 se establece por ejemplo la
creación de tres de los llamados “espacios
tractores”. El objetivo es que la Platja de
Palma se vea así impulsada desde sus tres
zonas clave.
Paralelamente, en la segunda línea de esas
mismas zonas se desarrollarán programas
de rehabilitación residencial y turística.
El objetivo es aprovechar la influencia de
los “espacios tractores” para acometer su
revalorización.
Cuando emplea el término rehabilitación,
el Plan de Acción Integral se refiere a
una acción integral. Es decir, que afecta
a edificios turísticos y residenciales, así
como a los servicios urbanos adscritos a
los mismos. Igualmente, está calculada
una reducción del 50 % de los impactos
climáticos y ambientales, así como del
número de plazas turísticas.
TRES GRANDES ESPACIOS PARA EL CAMBIO
Los tres espacios que actuarán como fuerza motriz o tractora para impulsar el cambio de la
Platja de Palma son:
- Las Maravillas-La Porciúncula. Es el eje principal debido a su centralidad, popularidad e
importancia turística. Aquí se concentran una serie de actividades transformadoras como
espacios urbanos y naturales relacionados con un Parque del Agua y un Jardín Botánico;
un frente marítimo; nuevos hoteles de categoría y alguno de los centros de actividades o
“catedrales” como el Centro Deportivo o el Centro Wellness.
- Can Pastilla-Ses Fontanelles. La zona cuenta con un carácter turístico y residencial, una
excelente fachada al mar y un puerto deportivo. Debe servir como “puerta de entrada” a la
zona por su proximidad al aeropuerto. Es también el enlace con la ciudad de Palma. Sus
centros de interés se encuentran en el espacio natural de Ses Fontanelles, el Acuarium ya
existente, un nuevo Centro Comercial y una zona hotelera con capacidad de acoger nuevas
instalaciones.
- S’Arenal. Esta zona, correspondiente a los municipios de Palma y Llucmajor, se concibe
como pieza de arranque de la revalorización del sureste de la Platja de Palma. Para generar
interés se llevará a cabo el Jardín del Torrent des Jueus, en la desembocadura del mismo.
También está prevista la remodelación de la marina por el lado de la playa, para crear una
zona de ocio y restauración. La fachada marítima se rehabilitará, con la creación de un
frente comercial entre el Torrent des Jueus y el puerto deportivo.
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En este mismo momento de la reforma,
se ponen en marcha acciones que inciden
en los sistemas naturales, el metabolismo
urbano (emisiones de CO2, consumo de
agua, generación de residuos y ruido) así
como en la movilidad local.
En relación a la gobernanza,
durante esta fase tiene
especial importancia
la implantación del
nuevo modelo turístico
y de la gestión general.
Al mismo tiempo se
consolidan las relaciones
con las instituciones y la
sociedad civil, así como la
participación de los actores
locales.
Las inversiones más
importantes en este
momento se destinan a
programas y acciones que
tratan sobre el entorno urbano y turístico (un
44 % del total). Le sigue el total destinado
a las edificaciones tanto turísticas como
residenciales, sumadas a las mejoras en
movilidad (un 36 %). Los servicios urbanos
tienen asignado un 8 % del presupuesto.
Estas cifras reflejan el esfuerzo inversor en la
obtención de un nuevo valor turístico.
REHABILITACIÓN INTEGRAL DE 2.290 VIVIENDAS
El objetivo del programa de Rehabilitación se plantea en dos
fases. La primera, de tres años, supone rehabilitar íntegramente
118 edificios en 10 manzanas. Se trata de un total de unas
600 viviendas situadas en Can Pastilla, y S’Arenal. Servirá de
experiencia piloto para un proceso posterior, que se concreta en
un plazo de dos años, de manera que a su finalización se hayan
rehabilitado las 2.290 viviendas previstas.
Esta rehabilitación tendrá lugar a partir de convenios voluntarios
con los propietarios de las viviendas afectadas. Se cuenta
para ello con la colaboración del ministerio de la Vivienda, la
conselleria d’Habitatge del Govern balear, y el consorcio de la
Platja de Palma.
REDUCCIÓN DE LA CARGA ECOLÓGICA
El horizonte de 2015 incluye los primeros proyectos
de implantación de energías renovables. Ello
supondrá una reducción del 19 % en las emisiones
de CO2. Al mismo tiempo se disminuirá la generación
de residuos en un 20 %. El consumo de agua potable
se economizará en un 29 %. Y en cuanto al aumento
del transporte público frente al privado, el índice
previsto es del 25 %.
A PARTIR DE 2015, UN 43 % MáS DE EMPLEO
Dentro de esta misma fase centrada
en 2015, los datos relativos al campo
laboral y social resultan ya relevantes.
El promedio anual de empleo en la
Platja de Palma aumenta un 43 %.
Mayor índice es el que alcanza la
formación y cualificación profesional
que se coloca en un 67 % más. En
cuanto al terreno de la cultura cívica y la mejora en el nivel de
satisfacción del residente, se calcula un aumento del 33 %.
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HORIzONTE 2020
Dentro de esta reforma integral, la fecha
del año 2020 supone la consolidación de
acciones ya implantadas, y un nuevo paso
en la dinámica de transformación de la
Platja de Palma.
Así, en 2020 los tres “espacios tractores”
de Can Pastilla, las Maravillas y S’Arenal
completan su consolidación. Se terminan
los accesos desde la autovía, al tiempo que
se mejora su interconexión en la segunda
y tercera línea litoral. El tranvía llega hasta
S’Arenal, y de esta forma se fortalecen
todavía más sus centros de interés turístico.
Los grandes atractivos o “catedrales”
se completan con un elemento nuevo:
el Hotel más Bio del mundo. Se acaban
equipamientos como el Palacio de la Danza,
Música y Espectáculos o la zona natural de
Ses Fontanelles. También es el momento
en que se da fin a la primera parte de la
reforma y acondicionamiento del Torrent des
Jueus. El frente marítimo se articula con la
finalización del paseo.
En lo que se refiere a la rehabilitación
urbanística, se despliega en toda su
amplitud. Entre 2016 y 2020 se habrá
actuado sobre 8.600 plazas. De manera que
el cómputo total acumulado habrá llegado
a la reforma de 21.500 plazas turísticas,
prácticamente la mitad de las existentes en
la actualidad. Ese total se transformará en
10.750 nuevas plazas convenientemente
certificadas.
En el ámbito residencial, ese año 2020
se alcanzará la cifra de 7.600 viviendas
rehabilitadas (de ellas 5.300 en ese período
2016-2020).
El cumplimiento de metas resulta también
significativo en el campo medioambiental.
En 2020 se conseguirá el nivel de reducción
de emisiones climáticas establecido en el
compromiso de la Unión Europea. Se estará
en un porcentaje del 50 % en lo referente
a implantación de energías renovables y
redes inteligentes, así como en la reducción
de emisiones de CO2. La disminución en
producción de residuos se situará en el
30 %. La mejora en el aprovechamiento
del agua potable alcanzará el 43 %. Y la
mejora en la distribución modal a favor del
transporte público supondrá un 50 %.
En las inversiones previstas para la Etapa de
Rehabilitación Integral 2020, las partidas
más importantes son las relacionadas con
Idom
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los programas y acciones que tratan sobre la
edificación tanto turística como residencial,
unidas a las mejoras de movilidad (42
%). Le siguen los fondos destinados a la
mejora del entorno urbano y turístico (38
%). Mientras que a los servicios urbanos se
destina un 9 %.
Dentro del largo proceso de la rehabilitación
integral, en esta fase se pone énfasis en
el alojamiento y los servicios turísticos.
Después de anteriores inversiones para
cambiar el signo turístico de la zona,
y resolver sus problemas sociales y
medioambientales, en este momento el
esfuerzo se concentra en consolidar el
reposicionamiento turístico de la Platja de
Palma.
Convertirla de forma definitiva en un destino
líder por su innovación.
UN 78% MáS EMPLEO A PARTIR DE 2020
El sector social y laboral acusan también
la progresión en la reforma integral de
la Platja de Palma. Para este horizonte
de 2020 se prevé un 78 % más en el
promedio de empleo anual. Una cifra muy
significativa a la que se une nada menos
que un 89 % de aumento en la formación
y cualificación profesional. En cuanto a la
cultura cívica y la mejora en la satisfacción
del residente, se estará en un 66 % más.
Si tenemos en cuenta que se calcula un
100 % en estos indicadores para el final
del proceso, podemos darnos cuenta de
la gran progresión realizada. En 2020 se
estará realmente muy cerca de cumplir los
objetivos de la rehabilitación integral de la
Platja de Palma.
8686
Comparini Asociados
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Desde las primeras sensaciones de paraíso,
dunas y horizonte hasta este siglo XXI,
la Platja de Palma ha vivido una gran
transformación. Pero en esta última fase, el
proceso de cambio se ha realizado de una
forma coherente con esa función anímica,
sensorial, que hizo nacer el turismo como
fenómeno social.
El callejón sin salida de una época
condicionada por factores como el derroche
energético, el crecimiento urbanístico
sin fin y la cantidad antes de la calidad
ha sido sustituido por una nueva vía. Un
replanteamiento a fondo, encarando los
desafíos del nuevo ciclo histórico que nada
más comienza. Y sobre todo la búsqueda de
una satisfacción interna en la experiencia
del turismo. Sea por la calidad del entorno
paisajístico, sea por las sensaciones
que puede experimentar el visitante.
Entre ellas, también la de saber que se
encuentra en un destino socialmente justo y
medioambientalmente sostenible.
Y algo también muy importante. El acuerdo
entre instituciones y sociedad civil, por
encima de los avatares electorales, no
sólo garantiza el éxito del proyecto sino
que refuerza la idea de que la sociedad
mallorquina es consciente de la importancia
de un turismo adecuado al nuevo tiempo.
Y en ese tema, más allá de las ideas y las
diferencias, todos son capaces de encarar
un mismo objetivo.
La experiencia de la Platja de Palma
está llamada a ejemplarizar cómo puede
cambiarse el destino de un lugar turístico.
Desde el punto técnico, desde las acciones
concretas, y también desde el impulso
social.
Como un mensaje, esa meta de futuro
se concreta con las mismas imágenes
simbólicas de los orígenes.
Horizonte luminoso, paisaje, plenitud interior.
Epílogo
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