Post on 08-Apr-2016
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chicxs
la noche cross
belleza
historias
.....y mucho más
Mientras buscaba a la chicx de tapa para este
número en la última reunión de la Banda del
Golden Cross en Casa Brandon, Eli me dice que
ella será (lo decía por Patricia Cede) la chicx
PLAYCROSS, cosa que me ahorró el trabajo de
buscar y una sabia elección por parte de ella,
resultado de ese momento que la divina Patricia
Cede es la chicx que engalana la portada de esta
revista. Gracias Eli!!!! ,y por supuesto gracias
Patricia por tu prestancia.
En esta edición está el relato de Sabrina Dossetti,
las fotos de la noche cross, velada que
disfrutamos entre amigxs, algún consejito sobre
maquillaje y algunas cosillas más.
Tan solo quiero decirles que PLAYCROSS está en
proceso de cambios , que en el futuro se notará,
como publicación que muta número tras número,
variando de contenido pero sin perder el hilo de la
temática crossdresser.
Por eso no se asombren por los cambios ya que
estos permitirán que esta revista pueda ser
disfrutada por todxs ustedes.
Sin más que decir les agradezco que confíen en el
trabajo que se realiza en conjunto con Guillermina
y Lucrecia que colaboran en la edición de cada
número de PLAYCROSS.
Un afectuoso saludo a todxs.
Martha Saffo
Que decir de mi primera vez?, fue casi sin
darme cuenta.
Tenía 12 años, hasta ese momento solo me
habían importado las cosas que le importan a
un niño. Estaba acostumbrado a quedarme solo
en casa, ya que mis padres se iban por asuntos
laborales y volvían a la noche, pero hubo un día
que fue distinto, estaba sentado en el borde de
la cama viendo TV, no recuerdo que, tampoco
importa, en determinado momento veo una pila
de toallasdobladas, y sentí la necesidad
irrefrenable de ponerme una a modo de pollera,
y lo hice, una vez hecho eso, camine por toda la
casa con modos femeninos, no sentí culpa, pero
sabía que no era una conducta muy aceptada.
Ese día paso, pero siguieron otros, esperaba
con ansia esos momentos de soledad, las
toallas quedaron atrás, ahora los zapatos y ropa
de mi madre eran el objetivo, luego fue el
maquillaje, y así fui perfeccionando mi
transformación. A los 14 ya la transformación
era casi total (faltaba la peluca), no dejaba pasar
ni una sola oportunidad para disfrutar de esos
momentos de femineidad, arreglé mis
actividades extra-curriculares (deporte, amigos,
etc), de forma de estar absolutamente libre en
esos momentos en que mis padres se iban.
Empecé a salir al fondo de la casa, que era
bastante amplio, y sucedió una vez que mi
madre llego antes sin aviso, y yo totalmente
hecha un nena!!!, como pude me saque todo y
lo acomodé, abrí la puerta, ella puso cara de
sospecha, algo pasaba, no podía demorar tanto,
creo que la explicación fue una necesidad
fisiológica, sentí que no me creyó. Peor fue la
sensación, cuando la vi acomodar la ropa con
un gesto y una mirada entre desaprobatoria y
resignada. No me dijo nada. Nunca me dijo
nada.
Capaz son locuras mías, pero para mí que sabia o por
lo menos intuía. A veces me pregunto si no hubiera
sido mejor que me dijera algo, cuando menos para
desaprobarme, eso me hubiera obligado a blanquear
la situación y no seguir en la oscuridad de la
ocultación.
El tiempo pasó, me independice, tuve un trabajo, una
casa donde vivir solo. Pasaron largas temporadas en
que deje de hacerlo, “tengo que dejar de hacerlo, yo
puedo”, me decía a mí mismo. Pero esa sensación
volvía, una y otra vez.
En una noche cruel de invierno, a la madrugada, me
transforme una vez más, como no lo había hecho
antes (esta vez cuidando hasta el mas mínimo detalle,
peluca incluida), y salí de casa, el momento de abrir
la puerta fue aterrador y espectacular, di unas vueltas
por el barrio, no sé si alguien me vio, ya no
importaba, la sensación era más fuerte, como una
acción tan simple puede hacerte sentir que haces
algo grandioso.
La “vueltita” por el barrio luego ya no era suficiente,
entonces, apareció una nueva idea, ir a un boliche!,
pero como?, una noche me harté de mis miedos y me
fui a un hotel, me cambié, salí, otra vez me aterré,
pero eso no me detuvo, al pasar por la recepción, el
hombre que estaba (mayor él), me miro con sorpresa
pero no con desaprobación, comprendí que pagando
la cuenta, lo demás no importaba. Pisé la calle,
todavía con temor, cuando sentí la brisa en la pollera,
los miedos empezaron a ceder, cuando escuché los
primeros piropos, aun los más guarangos, me sonreí,
cuando llegué al boliche (que lo elegí gay no tanto
por orientación sexual, sino por ser un lugar
presumiblemente más tolerante) sentí alegría, estaba
satisfecha.
Luego, siguieron muchas más salidas, hasta el
día de hoy, con anécdotas muy diversas,
aprendí a ver el cargoseo masculino desde el
otro lado, hice alguna amistad femenina, pero la
vez que en un boliche gay un tanto raro en sus
parámetros de admisión, no me querían dejar
entrar porque me confundieron con una mujer,
fue inolvidable.
Ahora pienso en más cosas, en ir a otras
ciudades, Buenos Aires tal vez, para seguir
dándole emoción a la vida de Sabrina (ese es el
nombre elegido, luego de algunos cambios e
indecisiones), el tiempo dirá pordonde iré.
P or si alguien se percató, a veces me refiero a
mí como masculino o femenino, no es
confusión, tiene que ver con el momento
temporal del relato.
Desde estas líneas deseo animar a aquellas que
aun no “salen”, la vida no creo que sea una
sola, pero hay que vivirla sin los miedos y
prejuicios que nos imponen.
Tal vez así descubramos que no somos tan
“raros” como pensamos y que los demás no
son tan “normales” como creíamos.
Sabrina Valeria Dossetti
www.zapatostraviesos.com.ar
info@zapatostraviesos.com.ar
MAQUILLAR EL ROSTRO
Para maquillar la cara es aconsejable seguir
todo un proceso que comienza con la
preparación de la piel del rostro para que
pueda recibir el resto de los productos de la
forma más efectiva. Cuando la piel está bien,
la crema hidratante o la crema de día será
suficiente para que resplandezca el
maquillaje, pero si se desea iluminar
un rostro cansado, si se tienen manchas u
ojeras, los poros muy abiertos o cualquier
otra imperfección, la base correctora resulta
imprescindible.
Es uno de los últimos productos incorporados
a la paleta del maquillaje de consumo, ya que
hasta principio de los años 80 sólo lo
utilizaban los maquilladores profesionales y
las gentes del espectáculo: mimo, teatro,
circo, etc.
Chanel fue la primera firma que lanzó al
mercado una crema de base llamada "Blanc",
inspirada en las bases correctoras de los
maquilladores profesionales.
Desde entonces ha ido evolucionando,
aligerando susntexturas e incorporando
distintos tonos carne para disimular los
defectos y resaltar la luminosidad de la piel.
Las bases corrigen de forma óptica el aspecto
apagado y gris, borran visualmente las
imperfecciones y son lo mejor para disimular
la mala cara. Se presentan en forma de
emulsión fluida, ligera y transparente, en
blanco o en tonos pastel y, además de dar
luminosidad a la piel, actúan como velos
correctores de la luz y contrarrestan la
tendencia amarillenta o grisáceas de la piel.
Permiten aclarar las zonas en sombra,
revalorizar los rasgos y aseguran una mejor
cohesión de la capa córnea, que se traduce en
un cutis más liso. Sus fórmulas van
enriquecidas con sustancias hidratantes
y protectoras y con distintos activos, elegidos
en función del problema que se quiera
disimular, de forma propiedades para reavivar
el cutis, extracto de ruscus por su poder
tonificante y derivados de regaliz por sus
virtudes suavizantes.
Las bases correctoras, también llamadas
embellecedoras, tienen la misión de unificar,
aclarar y matizar la piel de una forma discreta y
suave, proporcionando un efecto luminoso.
El fondo maquillaje "make up" , hasta hace poco
tiempo una máscara de color que cubría unificando
la piel del rostro, es uno de los productos que más ha
evolucionado hasta convertirse en un auténtico
producto de tratamiento, incorporando en su
composición sustancias tratantes como las de
cualquier crema de belleza.
Sin embargo, sigue siendo recomendable el uso de
una crema hidratante o una base de maquillaje, antes
de aplicar el maquillaje, ya que todos los productos de
tratamiento, pero sobre todo las bases correctoras,
sirven para corregir los problemas específicos de cada
piel. Lo correcto es aplicar en primer lugar una crema
apropiada al tipo de epidermis dejando pasar un rato
sobre todo si es untuosa antes de aplicar la base
correctora y, a continuación, el fondo de maquillaje.
APLICACIÓN DE UNA BASE
Las bases correctoras se utilizan siempre en
pequeñas cantidades para conseguir un efecto
luminoso. Se pueden aplicar en la totalidad del
rostro si la piel tiene mal aspecto, en una zona
para disimular las imperfecciones (manchas,
cicatrices, ojeras, granos) o, para atraer la luz
(alrededor de los ojos, en el contorno de los
labios, en la frente, los pómulos, la barbilla).
También se puede mezclar con el fondo de
maquillaje para lograr mayor resplandor.
BASES CORRECTORAS COLOREADAS
Las bases correctoras coloreadas cumplen un
efecto distinto según el color. Para elegirlo hay
que tener en cuenta el tono de la piel, el
ambiente, focos, luces, luz de día, y las
propiedades específicas de cada uno.
"El libro rojo de la Belleza". Alianza Editorial
señala distintos tipos de cremas correctoras:
Blanco: forma un fondo homogéneo muy puro
que da a la piel una transparencia diáfana y un
efecto suave unificado.
Rosa: proporciona buena cara durante todo el
año; rejuvenece, unifica e ilumina de forma muy
natural y refresca los cutis apagados. Es muy
recomendable para las pieles mates, átonas o
aceitunadas, a las que proporciona un
resplandor del que carecen.
Verde: esconde las imperfecciones y las
cicatrices y es perfecta para disimular rojeces y
cuperosis.
Malva: atrapa la luz, refresca los tonos
aceitunados o las pieles cansadas. Indicadas
para cutis congestionados o rubias con piel
clara.
Azul: muy favorecedor por la noche sobre
pieles mates u oscuras, ya que iguala el grano
de la piel e ilumina el tono.
ezineplaycross@yahoo.com,ar
Chicxs bellamente vestidas, listas
para ir a una fiesta de gala
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