Post on 03-Jul-2015
Preguntas más frecuentes (y respuestas)
Contestación a las preguntas y dudas más frecuentes, por Raúl de la Rosa
Si desea preguntar sobre alguna cuestión que no esté ya planteada en el siguiente directorio,
envíe la pregunta a la atención de Raúl de la Rosa.
¿Cuáles son los focos más frecuentes de contaminación electromagnética de extremadamente
bajas frecuencias?
Los campos electromagnéticos (CEM) de baja frecuencia (50 Hz) se generan alrededor de las líneas
eléctricas de alta, media y baja tensión y en general de los cables de cualquier instalación eléctrica.
También los generan cualquier equipo eléctrico que esté en funcionamiento: motores industriales
o electrodomésticos, caso de secadores de pelo, batidoras... (suelen provocar campos muy
elevados, que por su cercanía al operador o usuario pueden provocar altos riesgos si la exposición
es prolongada), equipos electrónicos (ordenadores, equipos de música, televisores...)
transformadores (hay que tener en cuenta que muchos aparatos o electrodomésticos los llevan
incorporados).
¿Cuáles son los focos más frecuentes de contaminación electromagnética de radiofrecuencia?
Las radiofrecuencias (RF) son emitidas principalmente por antenas de telefonía, radio y televisión.
Según el tipo de antena la radiación se dirige hacia una zona determinada (unidireccionales) o más
ampliamente (omnidireccionales). No hay que olvidar otros focos de radiofrecuencias, caso de los
hornos microondas o los radares.
¿Porqué nos afectan los campos electromagnéticos?
Nuestro organismo y el de todos los seres vivos, funcionan mediante corrientes eléctricas y
magnéticas muy débiles. Este es uno de los motivos principales de que campos electromagnéticos
artificiales provoquen trastornos en su funcionamiento, que se traducen en síntomas caso de
alergias, cansancio crónico, insomnio, migrañas, cambios de comportamiento, ansiedad, falta de
concentración, entre otros muchos, e incluso graves enfermedades, caso de cierto tipo de
cánceres en adultos, leucemias en niños, abortos, problemas cardiacos..., tal como indican muchas
investigaciones científicas.
¿Cuáles son las investigaciones más relevantes?
Existen en la actualidad miles de trabajos sobre campos electromagnéticos y salud. Es obvio que si
no hubieran resultados que indicara la existencia de riesgos en las conclusiones de estos trabajos
no se hubiera investigado tanto en esta línea.
En el año 1992, el Instituto Karolinska de Estocolmo presentó los resultados de su trabajo sobre el
efecto de los campos electromagnéticos en las personas. El ámbito temporal que abarcó la
investigación epidemiológica fue de 25 años, sobre una población de cerca de 500.000 personas
que vivían cerca de líneas de alta tensión.
Los resultados fueron concluyentes: a partir de las 0.2 microTeslas (200 nanoTeslas), aumentaron
considerablemente los riesgos de las personas expuestas. La conclusión fue que: a menor distancia
con respecto a la línea eléctrica, mayor era el riesgo.
¿Cuándo existe riesgo?
Siempre que hay una exposición a radiaciones de líneas eléctricas, estaciones transformadoras,
aparatos eléctricos, antenas de telefonía, radio, televisión... existe un riesgo, que, dependerá de
las dosis recibidas y de la capacidad de respuesta del organismo. Los niños son, evidentemente,
mucho más sensibles a los nocivos efectos de estas exposiciones, sobre todo cuando son
prolongadas. La contaminación electromagnética se considera más peligrosa por la noche, cuando
el cuerpo está en reposo y es más vulnerable ya que se segregan una serie de sustancias vitales
(melatonina...) para el correcto funcionamiento del organismo que se ven alteradas si estamos
sometidos a estas radiaciones. También aumenta el riesgo cuando nos encontramos sometidos a
situaciones de estrés, cansancio, enfermedad...
¿A partir de qué dosis existe riesgo?
Es difícil establecer un límite seguro, ya que se ha ido comprobando que los valores considerados
seguros han sido, una y otra vez, superados por la realidad y se han tenido que ir rebajando las
dosis aceptables. Por tanto, tal como dije al juez en uno de los casos en que he estado como
perito, la única dosis segura es la 0, es decir no estar expuesto a radiaciones artificiales. A partir de
ahí considero que hay muchos condicionamientos que hacen que unas dosis puedan considerarse
peligrosas o no. La edad, el estado de salud, la hora en que se recibe, el tiempo de exposición... Sin
embargo existe bastante unanimidad en el mundo científico independiente de que a partir de los 2
mili Gauss (200 nano Teslas – 0.2 microteslas), nos enfrentamos con un aumento del riesgo con
respecto a las personas no irradiadas. Aunque debemos tener en cuenta que hay personas mucho
más sensibles y que en valores inferiores pueden mostrar síntomas y trastornos en su salud.
¿Cómo podemos valorar los riesgos a los que estamos sometidos si no disponemos de
instrumentos de medición?
Cuando no disponemos de aparatos de medición, lo cual es lo más frecuente, hay otra formas de
valorar si nuestro hogar está contaminado.
Si vivimos encima a cerca de un transformador de la compañía eléctrica, probablemente las dosis
que recibirá nuestra vivienda serán más elevados que los que el principio de precaución aconseja,
al igual que si estamos cerca de una línea eléctrica de alta tensión. De la misma forma debemos
alejarnos de aparatos eléctricos que se encuentren enchufados, en muchos casos hasta un metro
de distancia como mínimo (radiorreloj, televisor...). Los aparatos que funcionan a pilas no emiten
ninguna radiación.
Las antenas de telefonía, radio y televisión irradian radiofrecuencias más o menos intensidad
dependiendo del tipo de antena, frecuencia, potencia, altura con respecto a nuestra vivienda,
obstáculos y distancia: la distancia es la mejor solución a la radiación. Cuanta mayor sea la
distancia de una fuente emisora menor será la radiación que recibamos, aunque en el caso de las
antenas debemos de tener en cuenta los otros condicionantes citados
¿En España se han realizado investigaciones sobre los efectos de las radiaciones?
Entre otros, José Luis Bardasano, director del "Instituto de Bioelectromagnetismo Alonso de
Santacruz" de la Universidad de Alcalá de Henares, ha realizado distintos trabajos sobre los efectos
de los campos electromagnéticos y ha comprobado que el funcionamiento de la glándula pineal se
altera por efecto de los campos electromagnéticos artificiales. Esta glándula segrega la hormona
melatonina, parte fundamental del sistema inmunológico, y que regula el crecimiento celular.
Yo mismo he realizado algunos trabajos en laboratorio, junto con el profesor Nuñez, en la
Universidad de Biológicas de Valencia, en los cuales comprobamos la respuesta de estrés en los
organismos expuestos a campos electromagnéticos similares a los que reciben muchas personas
diariamente. Asimismo, comprobamos una menor respuesta inmunológica. La exposición a
campos electromagnéticos favorece la aparición de procesos infecciosos y alergias, y favorece el
crecimiento anómalo de las células.
Contaminación electromagnética
¿Qué es la contaminación electromagnética?
La contaminación electromagnética (CEM), a veces denominada electropolución, es la
contaminación que producen las radiaciones generadas por muy diversos equipos eléctricos y/o
electrónicos. Es decir, son las radiaciones provocadas por ondas electromagnéticas de origen
antrópico (no natural).
Fuente : www.covace.org
Se suelen dividir, a efectos de su estudio, en dos clases: las ondas de baja frecuencia y las
microondas u ondas de frecuencia mucho más alta.
Las ondas electromagnéticas de muy baja frecuencia, que son las emitidas por las Líneas de Alta
Tensión (LATs), las estaciones y subestaciones transformadoras eléctricas y los dispositivos
eléctricos, incluso caseros, se sitúan en el extremo inferior del espectro electromagnético.
Por el contrario, las microondas, emitidas por los radares, los hornos de microondas, las antenas y
estaciones base de telefonía móvil, los teléfonos móviles, los teléfonos fijos inalámbricos caseros.
los sistemas WiFi, WiMax, Bluetooth, los monitores de bebés, etc., se sitúan en el extremo
superior del espectro CEM, justo antes de los rayos infrarrojos. (Véanse en Internet los numerosos
gráficos que ilustran estas distinciones poniendo en el buscador las palabras "espectro
electromagnético").
En las publicaciones científicas de prestigio, cada día hay más estudios de renombrados
investigadores y epidemiólogos que avalan que las radiaciones electromagnéticas emitidas por las
líneas y transformadores eléctricos, las antenas de telefonía y los teléfonos móviles, el WIFI y otras
fuentes de emisión CEM producen efectos nocivos en las personas y los seres vivos en general.
Hay estudios que relacionan la contaminación electromagnética con enfermedades graves como:
el cáncer, la leucemia infantil, las arritmias, la trombosis y otras afecciones cardiovasculares y del
sistema nervioso, así como con las enfermedades autoinmunes, el insomnio, la tensión alta, la
electrosensibilidad o síndrome de las microondas, la fibromialgia, el síndrome de fatiga crónica, la
esclerosis múltiple, la hiperactividad infantil, el Alzheimer, la infertilidad, etc.
Véase la definición de “Contaminación electromagnética” en Wikipedia.
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¿Qué es la radiación electromagnética?
Algunas definiciones y conceptos que pueden verse en Internet:
La radiación electromagnética esta formada por la combinación de campos eléctricos y campos
magnéticos, que se propagan a través del espacio en forma de ondas portadoras de energía. A
diferencia de otros tipos de onda, como el sonido, que necesitan un medio material para
propagarse, la radiación electromagnética se puede propagar en el vacío. En el siglo XIX se
pensaba que existía una sustancia indetectable, llamada éter, que ocupaba el vacío y servía de
medio de propagación de las ondas electromagnéticas. El estudio teórico de la radiación
electromagnética se denomina electrodinámica y es un subcampo del electromagnetismo.
(Definición extractada del artículo sobre Radiación electromagnética de http://es.wikipedia.org/).
Véase también en Wikipedia:
· Onda electromagnética
· Espectro electromagnético
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Efectos para la salud de la contaminación electromagnética (CEM)
Los efectos nocivos para la salud de la CEM, tanto de baja frecuencia como de microondas, se
conocían desde las primeras aplicaciones de estas tecnologías. Sin embargo, el camino para el
reconocimiento oficial y legal de su nocividad viene siendo muy arduo y largo debido a los
intereses industriales y políticos en juego.
Si se difundieran los riesgos que estas tecnologías entrañan y se legislara la protección de los seres
vivos con criterios estrictamente científicos y sanitarios, se tendría que derogar la mayor parte de
las legislaciones vigentes, incluida la del Estado español, que fueron promulgadas al dictado de los
poderosos lobbies industriales.
La CEM de los campos electromagnéticos de Baja Frecuencia, también llamada en inglés ELF (se
puede buscar en Internet como ExtremelyLowFrequencyFields) constituye un segmento aparte de
la CEM, ya que las ondas de muy baja frecuencia se caracterizan por la separación del campo
magnético del campo eléctrico y se miden y apantallan de forma diferent que las ondas
electromagnéticas de alta frecuencia de microondas. Su nocividad para los seres vivos está más
reconocida por los organismos internacionales que definen los parámetros de aceptación oficial y
legalidad que la nocividad de las microondas.Aún así, en estados como el español y otros muchos,
se sigue actuando en materia de ubicación de LATs, estaciones transformadoras eléctricas,
transformadores de zona o barrio, etc. como si se desconociera su peligrosidad. En nuestro
apartado sobre Fuentes de emisión tenemos un espacio para la Baja Frecuencia, bajo el título
Líneas de Alta Tension..., etc. Allí iremos colgando artículos e información de interés sobre los
problemas que genera la contaminación de baja frecuencia y la falta de una normativa estatal,
autonómica y municipal que, basándose en el Principio de Precaución, proteja la salud y el medio
ambiente.