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PREVENCIÓN DEL SUICIDIO MANUAL PARA
PROFESORES Y EDUCADORES
En el mundo entero, el suicidio está entre las cinco mayores causas
de muerte en la faja etaria de 15 a 19 años. En varios países él está
como la primera o segunda causa de muerte entre niños y niñas en
esa misma faja etaria. Siendo así, la prevención del suicidio entre
niños y adolescentes es de alta prioridad. Debido al hecho de en
muchas regiones y países la mayoría de los adolescentes de esa
edad frecuentan la escuela, esto parece ser un excelente local para
desenvolver la prevención. Este documento fue primeramente
desarrollado para profesores y otros trabajadores de escuelas,
como orientadores educacionales, médicos, enfermeros, asistentes
sociales y miembros de la dirección de la escuela. Entretanto,
profesionales de la salud pública y otros grupos interesados en el
programa de prevención del suicidio encontrarán informaciones
útiles. Este manual describe brevemente la dimensión del problema
en jóvenes, muestra los factores más importantes de protección y
de riesgo por tras de los comportamientos. Ensaña como identificar
y lidiar con individuos en riesgo y también como actuar en
tentativas de suicidio o el suicidio en si cuando ocurre en el medio
escolar. Actualmente, el suicidio entre niños menores de 15 años es
común y raro antes de los 12 años. La mayoría de los suicidios
ocurre entre los niños mayores de 14 años, principalmente al inicio
de la adolescencia. Sin embargo, en algunos países está ocurriendo
un aumento alarmante en los suicidios entre niños menores de 15
años, bien como en la faja etaria de los 15 a los 19 años. Los
métodos de suicidio varían entre países. En algunos países, por
ejemplo, e uso de pesticidas es un método común de suicidio, con
todo, en otros, la intoxicación con medicamentos y gases arrojados
por coches y el uso de armas son más frecuentes. Los niños mueren
mucho más por el suicidio que las niñas; una razón puede ser
porque ellos usan métodos violentos más frecuentemente que las
niñas para cometer suicidio, como ahorcamiento, armas de fuego y
explosivos. Entretanto, em algunos países el suicidio es más
frecuente entre niñas entre 15 y 19 años que entre niños de la
misma edad. En las últimas décadas la proporción de niñas usando
métodos violentos han aumentado. Cuando es posible, un mejor
abordaje para la prevención del suicidio en la escuela es la
elaboración de un trabajo en grupo que incluye profesores, médicos
enfermeros, psicólogos y asistentes sociales de la propia escuela,
trabajando em conjunto con agentes de la comunidad. Tener
pensamientos suicidas una vez u otra no es anormal. Ellos son
parte del proceso de desenvolvimiento normal del paso de la
infancia para la adolescencia, à medida que se lidia con problemas
existenciales y se está intentando comprender la vida, la muerte y
el significado de la existencia. Estudios con cuestionarios muestran
que más de la mitad de los estudiantes de segundo grado ya
tuvieron pensamientos de suicidio.(1) Los jóvenes precisan
conversar sobre esos asuntos con los adultos.(2) Los pensamientos
suicidas se tornan anormales cuando la realización de esos
pensamientos parece ser la única solución de los problemas para
los niños y los adolescentes. Tenemos entonces un serio riesgo de
tentativa de suicidio o suicidio.
UN PROBLEMA SUBESTIMADO
En algunos casos, puede ser imposible determinar si la muerte (4),
por ejemplo, fue por accidente de coche, ahogamiento, caída y
sobredosis por drogas ilícitas, fue intencional o no. El
comportamiento suicida del adolescente es de modo general poco
notificado, porque muchas de las muertes de ese tipo son
incorrectamente clasificadas con no intenciones u accidentales.
Estudios pos-muerte de adolescentes que fallecieran por causa
violentas indican que ellos no constituyen un grupo homogéneo.
Ellos muestran manifestaciones súbitas de autodestrucción y
tendencias de riesgo (4) Mientras algunas de las muertes pueden
haber sido causadas por actos no intencionados, otras son de actos
intencionados resultantes del dolor que están viviendo.
Contribuyendo para eso, la definición de tentativa de suicidio usada
por los estudiantes difiere de la usada por los psiquiatras.
Resultados de entrevistas revelan que es dos veces mayor el
número de tentativas de suicidio cuando ellas son realizadas por
psiquiatras. La mejor explicación para eso es que las personas
jóvenes que responden a cuestionamientos anónimos están usando
una definición más restricta de tentativa de suicidio que la usada
por profesionales. Además más, sólo el 50% de los adolescentes que
referirán haber intentado suicidio procuraron auxilio médico. Por
tanto, el número de tentativas de suicidio tratados en hospitales no
es un indicador real del problema en la comunidad.
Resumidamente, los niños adolescentes cometen suicidio más
frecuentemente que las niñas. Todavía, la tasa de tentativas de
suicidio es de dos a tres veces mayor entre niñas. Ellas sufren más
de depresión que los niños, sin embargo hallan más fácil conversar
sobre sus problemas y procurar ayuda, eso probablemente ayuda a
prevenir actos fatales. Los niños frecuentemente son más agresivos
e impulsivos, y no es raro actuar bajo el efecto de alcohol y drogas
ilícitas, lo que probablemente contribuye para actos fatales.
FACTORES DE PROTECCIÓN
Los Factores importantes que ofrecen protección contra el
comportamiento suicida son:
Padrones familiares • buen relacionamiento con familiares; •
apoyo familiar. Personalidad y estilo cognitivo • buenas
habilidades/ relaciones sociales; • confianza en si mismo, en sus
conquistas y su situación actual; • capacidad de procurar ayuda
cuando surgen dificultades, ej. En trabajos escolares;• capacidad
de procurar consejos cuando decisiones importantes deben ser
tomadas; • estar abierto para los consejos y las soluciones de otras
personas más experimentadas; • estar abierto al conocimiento.
Factores culturales y socio-demográficos: • integración social, ej. A
través de la participación en deportes, iglesias, clubes y otras
actividades; • buen relacionamiento con colegas de la escuela; •
buen relacionamiento con profesores y otros adultos; • aceptación
de la ayuda de personas relevantes.
FACTORES Y SITUACIONES DE RIESGO
El comportamiento suicida en ciertas situaciones particulares es
más común en determinadas familias que en otras, por factores
ambientales y genéticos. Los Estudios muestran que todos los
factores y situaciones descritas abajo están frecuentemente
asociados a tentativas de suicidio y suicidio entre niños y
adolescentes. Mas debe ser recordado que ellos no están
necesariamente presentes en todos los casos. Se debe recordar que
los factores y situaciones de riesgo descritas abajo varían entre
continentes y países, dependiendo de factores culturales, políticos y
económicos que difieren aún mismo en países vecinos.
Factores culturales y socio-demográficos Bajo nivel socioeconómico
y/u educacional, y desempleo en la familia son factores de riesgo.
La población indígena y la de emigrantes pueden formar parte de
este grupo ya que ellos frecuentemente pasan por dificultades
emocionales, lingüísticas, y poseen una pobre red de apoyo social.
En la mayoría de los casos, estos factores están combinados con el
impacto psicológico de tortura, heridas de guerra y aislamiento
(más en el caso de refugiados). Estos aspectos culturales están
relacionados con la poca participación en las actividades sociales
rutinarias, así como con conflictos por diferentes valores. Conflictos
estos, en especial, son importantes para jovencitas nacidas y
criadas en un país nuevo y libre, más que mantienen fuertes raíces
en sus culturas de origen, con padres más conservadores aun.
Cada persona individualmente es influenciada por tradiciones
culturales colectivas. Los niños y los adolescentes que carecen de
raíces culturales tienen marcados problemas de identidad y falta
de modelo para la resolución de los conflictos. En algunas
situaciones estresantes, ellos pueden recurrir a un comportamiento
autodestructivo, como tentativa de suicidio o suicidio.
Existe un riesgo aumentado de comportamiento suicida entre la
población indígena versus a no-indígena.
La inconformidad con los atributos de género y cuestiones
relacionadas con la identidad y orientación sexual también son
factores de riesgo para el comportamiento suicida. Los niños y los
adolescentes que no son aceptados abiertamente en su cultura, por
los padres y familiares, o en la escuela y otras instituciones tienen
serios problemas de aceptación y falta de modelos de identificación
para un desenvolvimiento adecuado.
PADRÓN FAMILIAR Y EVENTOS DE VIDA NEGATIVOS DURANTE LA
INFANCIA
Los padrones familiares destructivos y eventos traumáticos al
inicio de la infancia afectan la vida posteriormente, principalmente
si hubo dificultad en lidiar con el trauma.
Aspectos de la disfunción e instabilidad familiar y eventos de vida
negativos descubiertos en niños y adolescentes suicidas son: •
psicopatología de los padres, con presencia de trastornos afectivos
y otros trastornos psiquiátricos; • abuso de alcohol y otras
substancias, o comportamiento anti-social en la familia; • historia
de suicidio o tentativas en la familia; • abuso y violencia familiar
(incluye abuso físico y sexual en la infancia); • cuidado insuficiente
proveniente de los padres/guardianes, con poca comunicación
familiar; • riñas frecuentes entre padres/guardianes, con tensión y
agresión; • divorcio, separación o muerte de padres/guardianes; •
autoridad excesiva o inadecuada de padres/guardianes; • falta de
tiempo de los padres/guardianes para observar y lidiar con estrese
emocional de los niños, creando un ambiente emocional negativo
de rechazo y negligencia; • rigidez familiar; • familia adoptiva •
Estos padrones familiares frecuentemente, mas no siempre, están
presentes en casos de niños y adolescentes que intentan o cometen
suicidio. Evidencias sugieren que personas jóvenes suicidas
frecuentemente vienen de familias con más de un problema, siendo
así los riesgos son cumulativos. Como ellos son leales a los padres y
algunas veces no desean, o son prohibidos de revelar secretos
familiares, generalmente se resisten en procurar ayuda fuera de la
familia.
ESTILO DE PERSONALIDAD Y COGNITIVO
Los trazos de personalidad siguientes son frecuentemente
observados durante la adolescencia, están también asociados con
el riesgo de tentativas de suicidio y suicidio (más frecuentemente
concomitantes a trastornos mentales), por tanto su utilidad en
predecir suicidio es limitada: • humor inestable; • rabia y
comportamiento agresivo; • comportamiento anti-social; •
comportamiento manipulativo • alta impulsividad; • irritabilidad; •
pensamiento y padrones rígidos de enfrentamiento de problemas •
poca habilidad para resolver problemas; • dificultad en aceptar la
realidad; • tendencia a vivir en un mundo ilusorio; • fantasías de
grandeza alternando con sentimientos de menos valía; • baja
tolerancia a frustraciones ; • ansiedad, particularmente con
señales de sufrimiento físico o frustración leves; • perfeccionismo; •
sentimientos de inferioridad e incerteza que pueden estar
mascarados por manifestaciones exageradas de superioridad,
comportamiento provocativo o de rechazo a colegas y adultos,
incluyendo a los padres; • incertezas en relación, identidad u
orientación sexual; • relacionamientos ambivalentes con padres,
otros adultos y amigos.
En cuanto hay mucho intereses en las correlaciones entre factores
cognitivos y de personalidad con el riesgo de comportamiento
suicida entre adolescentes, las pesquisas disponibles muestran que
cualquier trazo cognitivo o de personalidad especifico es
generalmente escaso y frecuentemente equivocado.
TRASTORNOS PSIQUIÁTRICOS
El comportamiento suicida es más frecuente en niños y
adolescentes con los trastornos psiquiátricos siguientes.
Depresión
La combinación de síntomas depresivos y el comportamiento anti-
social han sido descritos como el antecedente más común entre
adolescentes suicidas. Varios estudios han demostrado que más de
tres cuartos de aquellos que eventualmente se quitan sus propias
vidas presentan uno o más síntomas depresivos muchos sufren de
trastorno depresivo ya establecido.
Estudiantes que sufren de depresión generalmente se quejan de
síntomas físicos cuando procuran al médico. Estas quejas
somáticas, como dolor de cabeza, de estómago, en las piernas o el
pecho, son frecuentes.
Las jovencitas deprimidas tienen fuertes tendencias de abandono,
se tornan quietas, sin esperanzas e inactivas. Ya los chavales
deprimidos tienden a presentar comportamiento agresivo e
inadecuado, acaban demandando más atención de sus padres y
profesores. La agresividad puede llevar a la soledad, que es
aisladamente un factor de riesgo para el comportamiento suicida.
A pesar de los síntomas depresivos o trastornos depresivos ser
comunes en niños suicidas, ellos no son necesariamente
concomitantes a los pensamientos suicidas o tentativas de suicidio.
Los adolescentes pueden matarse sin estar deprimidos, y pueden
estar deprimidos y no matarse.
TRASTORNOS DE ANSIEDAD
Estudios han verificado una relación consistente entre trastornos
de ansiedad y tentativas de suicidio entre los hombres, existe una
asociación más débil entre las mujeres. Trazos de ansiedad
parecen afectar el riesgo de comportamiento suicida de forma
relativamente independiente a la depresión. Esto sugiere que el
grado de ansiedad de los adolescentes debe ser valorado y tratado.
Los síntomas psicosomáticos también están frecuentemente
presentes em personas atormentadas con pensamientos suicidas.
ABUSO DE ALCOHOL Y DROGAS
Historial de abuso de alcohol y drogas está presente entre muchos
niños y adolescentes que cometen suicidio. En este grupo eterio han
sido encontrado que uno de cada cuatro paciente suicida consumió
alcohol o drogas antes del acto.
TRASTORNOS ALIMENTARIOS
Por causa de la insatisfacción con sus cuerpos, muchas criaturas y
adolescentes intentan perder peso y están preocupados con lo que
deben o no comer. Cerca del 1 al 2% de las adolescentes femeninas
sufren de anorexia o bulimia. Las niñas anoréxicas muy
frecuentemente también sufren de depresión. El riesgo de suicidio
entre niñas anoréxicas es en general 20 veces mayor que el de la
población joven. Descubrimientos recientes muestran que los
niños también pueden sufrir de anorexia y bulimia.
TRASTORNOS PSICÓTICOS
A pesar de pocas niñas y adolescentes presentaron una forma
severa de trastorno psiquiátrico, como esquizofrenia o trastorno
afectivo bipolar, o riesgo de suicidio es muy alto entre los afectados.
La mayoría de los jóvenes psicóticos es caracterizada por
presentar varios factores de riesgo, como problemas con bebida,
humo excesivo y abuso de drogas.
PREVIAS TENTATIVAS DE SUICIDIO
Historia de una única tentativa de suicidio o tentativas recurrentes,
con o sin los trastornos psiquiátricos mencionados antes, es un
importante factor de riesgo para el comportamiento suicida.
La presencia de eventos de vida negativos como desencadenadores
de comportamiento suicida
Mayor susceptibilidad al estrés, estilo cognitivo y trazos de
personalidad mencionados anteriormente (decurrentes de factores
genéticos, padrones familiares y eventos de vida estresantes en el
inicio del desenvolvimiento), son generalmente observados en
niños y adolescentes suicidas. Esta susceptibilidad torna difícil
lidiar con eventos de vida negativos, el comportamiento suicida es,
por tanto precedido de eventos estresantes. Ellos desencadenan
sentimientos de abandono y desesperanza, esto puede traer a la
cabeza pensamientos de suicidio y llevar a la tentativa de suicidio
o suicidio.
SITUACIONES DE RIESGO Y EVENTOS QUE PUEDEN
DESENCADENAR TENTATIVAS DE SUICIDIO O
SUICIDIO SON:
• Sensaciones que pueden ser vividas como prejudiciales (sin
necesariamente ser evaluadas objetivamente): niños y adolescentes
vulnerables pueden percibir situaciones triviales como siendo
profundamente dañinas y reaccionan con comportamiento
ansioso y caótico, en cuanto jóvenes suicidas perciben tales
situaciones como amenazas directas contra su autoimagen y sufren
como si hubiese una herida en la dignidad personal. • Problemas
familiares; • separación de amigos, enamorado(a), colegas de clase,
etc.,;• muerte de la persona amada y/o significativa; • término de
relacionamiento amoroso; • conflictos o perdidas interpersonales; •
problemas legales o disciplinarios; • opresión por su grupo de
identificación o comportamiento auto-destructivo para aceptación
en el grupo; • opresión y victimización; • decepción con resultados
escolares y falencia en los estudios; • demandas altas en la escuela
durante época de exámenes; • desempleo y dificultades financieras;
• embarazo indeseada, aborto; • infección por HIV u otra
enfermedad sexualmente transmisible; • enfermedad física grave; •
desastres naturales.
COMO IDENTIFICAR ESTUDIANTES EM CONFLICTO
Y CON POSÍBLE RIESGO DE SUICIDIO
IDENTIFICACIÓN DEL SUFRIMIENTO
Cualquier cambio súbito o dramático que afecte el desempeño, la
capacidad de prestar atención o el comportamiento de niños u
adolescentes debe ser llevado seriamente, como: • falta de interés
en las actividades habituales; • declino general en las notas; •
disminución en el esfuerzo/interés; • mala conducta en las clases; •
faltas no justificadas y/u repetidas, quedar “matando aula”; •
consumo excesivo de cigarros (tabaco) o de bebida alcohólica, o
abuso de drogas (incluyendo marihuana ); • incidentes
envolviendo a la policía y al o estudiante violento.
Estos factores ayudan a identificar estudiantes em riesgo para
sufrimiento mental y social que pueden presentar pensamientos de
suicidio que en último caso llevar al comportamiento suicida. Si
alguno de esas señales fueran identificados por un profesor u
orientador escolar, el grupo coordinador de la escuela debe ser
alertado y las medidas deben ser tomadas para obtener una
avaluación detallada del estudiante, desde que el indique
sufrimiento severo en que el resultado, en algunos casos, puede ser
el comportamiento suicida.
EVALUACIÓN DEL RIESGO DE SUICIDIO
Cuando se evalúa el riesgo de suicidio, el equipo escolar debe estar
atento al hecho de que los problemas son siempre
multidimensionales.
TENTATIVAS PREVIAS DE SUICIDIO
Tener historial de tentativas previas de suicidio es uno de los
factores más significativos de riesgo. Las personas jóvenes en
sufrimiento tienden a repetir sus actos.
DEPRESIÓN
Otro factor de riesgo importante es la depresión. El diagnóstico de
depresión debe ser hecho por el médico o por el psiquiatra de
niños y adolescentes, aunque los profesores y coordinadores de la
escuela deben estar atentos para la variedad de síntomas que
forman parte del síndrome depresivo. La dificultad para evaluarse
la depresión está ligada al hecho de que estados normales del
desenvolvimiento del adolescente comparten algunas
características con la depresión. El adolescente en su estado
normal, y durante el curso de la adolescencia puede presentar baja
auto-estima, desesperanza, problemas de concentración y de sueño.
Estos son algunos factores comunes a trastorno depresivo, mas no
hay motivo para alarma, excepto si ellos estuvieren persistiendo o
aumentando su severidad. En comparación a los adultos, los más
jóvenes tienden a actuar impulsivamente, comer y dormir más.
Pensamientos depresivos pueden estar normalmente presentes en
la adolescencia, cuando el joven se preocupa con asuntos
existenciales, y reflexionan el proceso normal de desenvolvimiento.
La intensidad de los pensamientos suicidas, su profundidad y
duración, el contexto en el cual ellos surgen y la imposibilidad de
mudar el foco de atención de los niños o adolescentes de esos
pensamientos (por ejemplo, su persistencia) es lo que distingue un
joven normal de aquel que está en conflicto ante una crisis suicida.
SITUACIONES DE RIESGO
Otra tarea importante es identificar situaciones ambientales
negativas y eventos de vida negativos, como destacados
anteriormente, que activan pensamientos suicidas y aumentan el
riesgo de suicidio.
¿COMO SE DEVE MANEJAR A LOS
ESTUDIANTES BAJO EL RIESGO DE SUICIDIO
Reconocer una persona joven en sufrimiento, que precisa de ayuda,
normalmente no es el problema. Saber cómo actuar y responder
frente a los niños y adolescentes suicidas es mucho más difícil.
Algunos funcionarios de escuelas han aprendido a lidiar con el
sufrimiento y con los estudiantes suicidas a través de la
sensibilidad y del respeto, mientras que otros no. Las habilidades
de este último grupo deben ser primoreadas. El equilibrio a ser
alcanzado en el contacto con el estudiante suicida está en algún
punto entre la distancia y la proximidad, y entre empatía y respeto.
El reconocimiento y el manejo de una crisis suicida en estudiantes
puede desencadenar conflictos entre profesores y otros
funcionarios de la escuela, ya que ellos tienen poco entrenamiento
específico para lidiar con la situación, poco tiempo, o temen
enfrentar sus propios problemas psicológicos.
PREVENCIÓN GENERAL: ANTES Y DESPUÉS
QUE EL ACTO SUICIDA ACONTECE
El aspecto más importante para cualquier prevención de suicidio
es el reconocimiento de los niños y adolescentes en sufrimiento y/o
con el riesgo aumentado para el suicidio. Para atender esta meta,
debe ser dada en fase particular las situaciones relacionadas a los
funcionarios de la escuela y a los alumnos, de acuerdo con los
objetivos descritos abajo. Muchos especialistas comparten el punto
de vista de que bastaría enseñar a los jóvenes sobre suicidio
explícitamente. No en tanto, ellos recomiendan que asuntos
relacionados al suicidio sean abordados a través de una óptica
positiva de salud mental.
Fortificando la salud mental de profesores y otros funcionarios de
la escuela
Antes de todo, es esencial asegurar el bienestar y el equilibrio de
profesores y funcionarios de la escuela. Para ellos, el ambiente de
trabajo puede terner rechazo agresivo y algunas veces violentos.
Por tanto ellos precisan de material informativo que mejore sus
comprensiones y proponga reacciones adecuadas para ellos
propios, estudiantes y para colegas con posibles dificultades y/o
trastornos mentales. Ellos deberían también tener acceso al apoyo
y, si es necesario, al tratamiento.
FORTIFICANDO LA AUTO-ESTIMA DE LOS
ESTUDIANTES
Tener auto-estima positiva protege a los niños y adolescentes
contra problemas mentales y desesperanza, y hace que ellos
consigan lidiar adecuadamente con las dificultades y situaciones de
vida estresantes. Para promover una auto-estima positiva en los
niños y adolescentes una variedad de técnicas pueden ser usadas.
Algunos abordajes recomendados están alistadas abajo: •
Experiencias de vida positivas que podrán ayudar a crear una
identificación positiva en los jóvenes deben ser acentuadas.
Experiencias pasadas positivas aumentan las oportunidades de un
futuro más confiado en los jóvenes. • Los niños y los adolescentes
no deben ser constantemente presionados para hacer más, o mejor.
• No es suficiente que los adultos digan que aman a los niños; ellas
precisan sentirse amadas. Existe una gran diferencia entre ser
amado y sentirse amado. • Los niños no deberán solamente ser
aceptadas, mas también deseadas, como ellas son. Ellas deben
sentirse especiales solo porque ellas existen.
En cuanto a la simpatía impide la auto-estima, la empatía la
refuerza, pues el juzgamiento es dejado de lado. La autonomía y el
dominio son los bloques de construcción en el desenvolvimiento de
una auto-estima positiva al inicio de la infancia. El
desenvolvimiento de la auto-estima en los niños y en los
adolescentes depende de sus desenvolvimientos físicos, sociales y de
habilidades vocacionales.
Para atender una elevada auto-estima, los adolescentes precisan
establecer una independencia definitiva de la familia y colegas;
capacidad de relacionarse con el sexo opuesto; prepararse para
una ocupación que le sustente; y establecer una filosofía de vida
significativa y practicable. Introducir un entrenamiento de cómo
lidiar con hechos como parte regular del currículo es una
estrategia efectiva. El programa debe focalizar el aprendizaje en
como ofrecer apoyo y, si es necesario, como procurar la ayuda de
adultos. El sistema educacional debería también favorecer el
desenvolvimiento y consolidación de cada censo de identidad de los
estudiantes. Promover la estabilidad y la continuidad de los
alumnos en los estudios es otro objetivo importante.
PROMOVIENDO EXPRESIÓN EMOCIONAL
Los niños y los adolescentes deben ser enseñados a
limpiar sus propios sentimientos seriamente y ser
encorajados a confiar en sus padres y otros adultos,
como profesores, médicos y enfermeros de la
escuela, amigos, entrenadores deportivos, y
orientadores religiosos.
PREVINIENDO EL COMPORTAMIENTO
DESAFIADOR Y LA VIOLENCIA ESCOLAR
Medios específicos deben estar a disposición en el sistema
educacional para prevenir el comportamiento desafiador y la
violencia dentro y alrededor de la escuela, con la finalidad de
crearse un ambiente seguro y sin intolerancia.
PREVINIENDO INFORMACIÓN SOBRE
SERVICIOS DE SALUD
La disponibilidad de servicios específicos debe ser asegurada a
través de amplia publicación de números de teléfono para, poner
ejemplo, líneas de ayuda para situaciones de crisis y emergencias,
números de emergencias psiquiátricas, y tornarlos accesibles a los
jóvenes.
INTERVENCIÓN CUANDO EL RIESGO DE
SUICIDIO ES IDENTIFICADO
En la mayoría de los casos, los niños y los adolescentes que están
sufriendo y/o con riesgo de comportamiento suicida también
poseen problemas de comunicación. Consecuentemente, es
importante establecer un diálogo con la persona que está sufriendo
y/o con riesgos de suicidio.
COMUNICACIÓN
El primer paso en la prevención del suicidio es invariablemente
establecer una comunicación con confianza. Durante el
desenvolvimiento del proceso de suicidio, la comunicación mutua
entre jóvenes suicidas y aquellos a su alrededor es de crucial
importancia. La falta de comunicación y una red de apoyo
desestructurada resultan en: • Silencio y aumento de las tensiones
en los relacionamientos. Los adultos temen desencadenar el
suicidio en niños y adolescentes si discutieran a respecto de
pensamientos y mensajes suicidas, esto es frecuentemente la razón
del silencio y de la falta de diálogo.
• Ambivalencia obvia.
Comprensivamente, la confrontación de adultos con una criatura o
adolescente suicida trae sus propios conflictos psíquicos a la
cabeza. La tensión psicológica que ocurre al depararse con un niño
o adolescente en conflicto o suicida es generalmente algo pesado, y
envuelve una gama enorme de reacciones emocionales. En algunos
casos, los problemas emocionales no resueltos de los adultos
cuando en contacto con niños y adolescentes suicidas puede
traerlos a la superficie. Tales problemas pueden ser acentuados
entre funcionarios de la escuela, cuya ambivalencia – queriendo,
mas simultáneamente no desear o no estar disponible, para ayudar
al estudiante suicida – puede hacer que se evite el diálogo.
• Agresión directa o indirecta.
El poco confort de los adultos algunas veces es tan grande que sus
últimas reacciones para niños o adolescente en conflicto o suicida
es una agresión verbal o no-verbal.
• Es importante comprender que el profesor no está solo en ese
proceso de comunicación, y aprender cómo obtener una buena
comunicación es fundamental. El diálogo debe ser creado y
adaptado para cada situación. El diálogo implica, primeramente y
más importante, en el reconocimiento de la identidad de los niños y
adolescentes y también de sus necesidades de ayuda.
Las niñas y los adolescentes en conflicto o con riesgo de suicidio
son frecuentemente hipersensibles al estilo de comunicación de las
otras personas en la mayor parte del tiempo. Esto porque ellas
generalmente tuvieron durante su desenvolvimiento,
relacionamientos de poca confianza con sus familiares y colegas, y
también vivenciaran una falta de interés, respeto o hasta amor. Esa
hipersensibilidad delos estudiantes suicidas está aparente tanto en
su comunicación verbal como no-verbal. Aquí, el lenguaje corporal
tiene un papel importante en la comunicación verbal. Entre tanto,
los adultos no deberían sentirse desanimados frente a la
reluctancia en hablar de esos niños y de esos adolescentes. En vez
de eso, ellos deberían acordarse que esa es una actitud de evitación
y frecuentemente una señal de falta de confianza en los adultos. Los
niños y los adolescentes suicidas también presentan ambivalencia
importante relación a aceptar o rechazar la ayuda que está siendo
ofrecida, y en relación a vivir o morir. Esta ambivalencia tiene
repercusiones evidentes en el comportamiento de los jóvenes
suicidas, que pueden presentar mudanzas súbitas, como procurar
ayuda y después rechazar, con eso pueden ser mal interpretados
por los otros.
MEJORANDO LAS HABILIDADES DE LOS
FUNCIONARIOS DE LA ESCUELA
Esto puede ser hecho a través de cursos de entrenamientos
especiales que busquen mejorar la comunicación entre los
estudiantes en conflicto y/o suicidas y sus profesores, y aumentar la
detección y comprensión del riesgo de suicidio. Entrenar a todos los
funcionarios de la escuela para mejorar sus capacidades de hablar,
entre ellos mismos y con los estudiantes sobre la vida y asuntos
relacionados con la muerte, mejorar la identificación de
sufrimiento, depresión y comportamiento suicida, y ampliar el
conocimiento en relación a los locales y formas de apoyo
disponibles, son medidas cruciales en la prevención del suicidio. Los
manuales de prevención de suicidio son herramientas importantes
en ese trabajo, deben tener metas claras y límites precisos bien
definidos.
ENCAMINAR PARA PROFESIONALES
Una inmediata, autoritaria y decisiva intervención, por ej. Llevar al
joven suicida al clínico general, al psiquiatra infantil o la
emergencia de un hospital, puede salvar una vida. Para ser
efectivos, los servicios de salud deben ser percibidos como
accesibles, atractivos y no-estigmatizantes. Los estuantes en
conflicto y/o suicidas deben ser encaminados activamente y
personalmente por los funcionarios de la escuela, y recibidos por
un equipo compuesto de médicos, enfermeros, asistentes sociales y
representantes legales para asegurar los derechos del niño. Esta
transferencia activa del estudiante para un centro de salud
previene la renuncia durante el proceso de encaminamiento, que
puede acontecer cuando este es hecho solamente vía
correspondencia.
Removiendo los medios de suicidio al alcance de las niños y
adolescentes en conflicto o con ideas de suicidio
Varias formas de supervisión y remover o vigilar medicamentos
peligrosos, armas de fuego, pesticidas, explosivos, cuchillos, tanto
en la escuela como en las casas de los alumnos y otros locales, son
importantes medidas para preservar la vida. Ya que esas medidas
solas no son suficientes para prevenir el suicidio a largo plazo, el
apoyo psicológico debe ser ofrecido al mismo tiempo.
Cuando hubo una tentativa de suicidio o suicidio
Informando profesores y colegas de clase
las Escuelas precisan tener un plano de emergencia sobre como
informar a los funcionarios, especialmente a los profesores, y
también a los colegas más próximos y a los padres, cuando la
tentativa de suicidio o el suicidio ocurre en la escuela, el objetivo =
es prevenir una sucesión de suicidios. El efecto contagioso
resultante de un niño o adolescente suicida es la tendencia que
ellos tienen en identificarse con soluciones destructivas adoptadas
por personas que intentaran o cometerán el suicidio. Las s
recomendaciones de cómo manejar o prevenir suicidios en cadena,
desenvueltas y promulgadas por el Centro de Control de Dolencias
de Estados Unidos en 1994 están siendo ampliamente utilizadas. Es
importante identificar todos los estudiantes suicidas, los de la
misma clase y los de las otras. Un suicidio en cadena puede envolver
no solo a los niños y a los adolescentes que conocen unos a los
ostros: mismo los jóvenes que están lejos de la victima de suicidio o
nunca lo conocerán pueden identificarse con su comportamiento y
recurrir al suicidio como resultado. Colegas de clase, funcionarios
de la escuela y los padres deben apropiadamente informados sobre
la tentativa de suicidio o suicidio del alumno y el sufrimiento
causado por tal acto debe ser trabajado.
RESUMEN DE LAS RECOMENDACIONES
El suicidio no es un flash incomprensible de la depresión:
estudiantes suicidas dan avisos suficientes y oportunidades para
intervención. En la prevención del suicidio, profesores y
funcionarios de la escuela encaran un desafío de gran estrategia
importante, en el cual es fundamental: • identificar estudiantes con
trastornos de personalidad y ofrecer apoyo psicológico; • crear
vínculos próximos con los jóvenes conversando con ellos e intentar
comprenderlos y ayudarlos; • aliviar el estrés mental; • ser
observador y entrenado para el reconocimiento precoz de
comportamientos suicidas, sea a través de comunicaciones
verbales y/o cambios de comportamientos; • ayudar a los alumnos
menos habilidosos con sus trabajos escolares; • observar alumnos
que “matan” aulas; • desmitificar los trastornos mentales y ayudar
a eliminar el abuso de álcelo y drogas; • encaminar a los
estudiantes para el tratamiento de trastornos psiquiátricos, y
abuso de alcohol y drogas; • restringir el acceso de los estudiantes a
métodos posibles de suicidio – drogas tóxicas o letales, pesticidas,
armas de fuego y otras armas, etc.; • proveer a los profesores y a
otros profesionales de la escuela el acceso a formas de aliviar su
estrés en el trabajo
Traducido por: M. C. R