Post on 31-Oct-2014
PROBLEMATIZACION DE NUESTRO MUNDO.
1) El hambre
Ochocientos cincuenta y cuatro millones de personas del mundo
están subalimentadas. Según la organización, “las tendencias más
recientes son verdaderamente preocupantes”. Muestran un
aumento de 26 millones de personas desnutridas entre 1995-1997
y 2001-2003, luego de una baja de 100 millones en los años 80. La
mediocridad de estos resultados oculta importantes disparidades
regionales.
2) La pobreza
Es una situación o forma de vida que surge como producto de la
imposibilidad de acceso o carencia de los recursos para satisfacer
las necesidades físicas y psíquicas básicas humanas que inciden
en un desgaste del nivel y calidad de vida de las personas, tales
como la alimentación, la vivienda, la educación, la asistencia
sanitaria o el acceso al agua potable. También se suelen
considerar la falta de medios para poder acceder a tales recursos,
como el desempleo, la falta de ingresos o un nivel bajo de los
mismos.
En los países en desarrollo viven 1300 millones de personas por
debajo de la línea de pobreza, más de 100 millones de personas
viven en estas condiciones en los países industrializados.
En los países pobres, 120 millones de personas carecen de agua
potable, 842 millones de adultos son analfabetas, 766 millones no
cuentan con servicios de salud, 507 millones cuentan con una
esperanza de vida de tan sólo 40 años de edad, 158 millones de
niños sufren algún grado de desnutrición y 110 millones en edad
escolar no asisten a la escuela
3) El calentamiento global
El calentamiento global, ha traído consigo gran cantidad de
consecuencias muy perjudiciales para los seres humanos,
actualmente se pueden observar cambios en el clima que lo
demuestran, la temperatura global ha aumentado
aproximadamente 0.8 ºC
éste calor afecta a las precipitaciones debido a que el proceso de
evaporación se ve acelerado al haber temperaturas más altas, y
esto aumenta la humedad en el aire y las precipitaciones que
afectan a todo el planeta, ya que origina frecuentes inundaciones
y deslizamientos de tierra, lo que produce grandes pérdidas
materiales y humanas.
El calentamiento global es un mal que nos está afectando
permanentemente de diferentes maneras, causando pérdidas
humanas y materiales, si no se toman medidas inmediatas para
detenerlo en aproximadamente 100 años habrá grandes
consecuencias para la humanidad y todos los seres vivos.
La excesiva expulsión de gases invernadero como lo son el gas
metano, CO2, entre otros es una de las principales causas del
calentamiento global, además de la tala indiscriminada de los
bosques que son los "pulmones" del planeta.
Se requiere atención urgente de todos los gobiernos de todos los
países del mundo para que pongan en práctica planes, y medidas
ambientales para evitar que éste problema continúe, además de
poner en vigencia leyes contra la emisión excesiva de gases
invernadero, por parte de grandes industrias y fábricas, así como
promover planes que apoyen el uso del gas natural, en vez de
combustibles fósiles.
Si sigue aumentando la temperatura en el planeta podría cambiar
el régimen de vientos y lluvias que ha prevalecido durante cientos
y miles de años, y del cual depende la vida de millones de
personas, además al subir el nivel del mar las zonas costeras bajas
y las islas se ven amenazadas .
4) La guerra
Es quizá una de las más antiguas de todas las relaciones
internacionales, aunque se convierte en un fenómeno particular
con el comienzo de las civilizaciones. Supone el enfrentamiento
organizado de grupos humanos armados, con el propósito de
controlar recursos naturales o humanos, o el desarme,
sometimiento y, en su caso, destrucción del enemigo, y se
producen por múltiples causas, entre las que suelen estar el
mantenimiento o el cambio de relaciones de poder, dirimir
disputas económicas o territoriales.
Producen muchas muertes y sufrimientos, crisis humanitarias,
cada vez más refugiados y desplazados, crisis alimentarias y
medioambientales.
5) La violencia de genero
La violencia de género es la que se produce como consecuencia de
las desigualdades entre los géneros, generalmente por parte del
hombre hacia la mujer, pero incluso puede darse en sentido
inverso. Durante los últimos decenios, la violencia de género se ha
reconocido y tratado como un problema público, en lugar de un
problema privado.
Todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino
que signifique o suponga un daño o sufrimiento físico, sexual o
psicológico, así como las amenazas de tales actos, la coacción, la
privación de libertad, la discriminación, tanto si se producen en la
vida pública como en la vida privada, es violencia contra la mujer.
La gran mayoría de actos de violencia de género que se producen,
lo son en contra de las mujeres, de sus derechos, de su libertad,
de su integridad física o moral y de su desarrollo personal.
La violencia contra las mujeres es un fenómeno universal y
estructural que adopta múltiples manifestaciones: discriminación,
marginación, exclusión, etcétera. Cualquier mujer, por el solo
hecho de serlo y al margen de su credo, origen, edad, educación,
trabajo, etcétera, es susceptible de ser objeto de algún tipo de
agresión o discriminación. Por ello, estos actos de violencia contra
las mujeres son calificados genéricamente, como violencia de
género.
6) El racismo
La doctrina del racismo afirma que la sangre es la marca de la
identidad nacional-étnica y sostiene que las características innatas
determinan biológicamente el comportamiento humano.
7) La concentración del poder en manos de unos pocos
privilegiados
Hoy en día, a pesar de la independencia de gran número de
pueblos colonizados en el pasado, el poder se concentra cada vez
más en las manos de unas pocas naciones y compañías, sobre todo
del Norte, y ese poder, que se extiende por todo el mundo y a
muchas esferas de la vida, es considerable. Las principales
decisiones corren a cargo de unas 30 naciones y 60
corporaciones. La deliberada globalización de la producción, el
capital y el comercio refuerza con creces el poder de los centros
financieros del mercado mundial
8) La drogodependencia.
Es un problema de salud causado por el uso frecuente de
sustancias adictivas. Por norma general, la drogodependencia se
trata más de una necesidad psicológica que física.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) entiende por droga
“cualquier sustancia que produce alteraciones de las funciones
mentales y psíquicas, especialmente las que son formadoras de
hábitos, y expresa además, que abuso de drogas es el consumo
habitual de estas sustancias, de manera continua y peligrosa, sin
prescripción correcta. Sin embargo, en el corto tiempo dedicado a
esta investigación sobre el tema, diríamos que droga es cualquier
sustancia capaz de crear dependencia tanto física como psíquica,
y que además modifique la conducta.
Se calcula que en estos momentos, de las personas que nacen en
el planeta, 10 % tendrá en el transcurso de sus vidas adicción a
una sustancia que modifica la conducta, y que alrededor de 4 ó 5
% tendrá conductas desastrosas bajo la influencia de las drogas.
Si sumamos ambos resultados tendremos mil millones de personas
que representan la sexta parte de la población mundial.
9) La obsesión por la estética
Estamos en una sociedad en la que existe una clara obsesión por
la belleza. De hecho, la preocupación por la estética y la
apariencia física ya no es solo un rasgo femenino sino también
masculino. La preocupación por la estética tiene su máxima
expresión en los casos de personas que tienen una clara obsesión
por la cirugía estética. Personas que han pasado en más de una
ocasión por el quirófano con el objetivo de lograr el cuerpo
perfecto.
Desgraciadamente, el anti envejecimiento resulta muy rentable
hoy en día y los pacientes con DDC siempre pueden encontrar a
alguien dispuesto a satisfacer sus deseos. No obstante, siendo el
DDC poco frecuente, las expresiones congeladas y los labios
voluminosos se deben a un impulso mucho más prosaico:
empiezas y, debido a una confluencia de factores emocionales y
ambientales, ya no puedes parar. Los médicos señalan que la
gente con personalidad adictiva es más propensa a abusar, pero
que puede pasarnos a cualquiera de nosotros… siempre y cuando
seamos suficientemente ricos.
10) El consumismo excesivo
En el mundo actual existen muchos millones de personas cuyo
nivel de consumo no alcanza a cubrir sus necesidades básicas.
Dicho en lenguaje sencillo, se trata de millones de personas –en su
mayoría niños– que sufren hambre y miseria. En contrapartida,
otros millones de personas –aunque muchos menos que los
anteriores– consumen demasiado, sin que ello signifique que sus
necesidades básicas –como seres humanos– se vean así cubiertas.
El resultado de la situación anterior no es solo un mundo injusto –
que por supuesto lo es– sino un mundo que va derecho al desastre
ambiental. No precisamente por culpa de quienes consumen poco,
sino por quienes lo hacen en exceso. Si bien esto es aplicable al
consumo de prácticamente cualquier producto –desde petróleo a
camarones– el consumo de papel y cartón sirve para ejemplificar
el problema.
El tema trasciende entonces a la responsabilidad del consumidor
individual y se enmarca en el plano más amplio de la sociedad de
consumo. Por tanto, no se resuelve simplemente culpabilizando al
individuo, sino que se trata de un tema que debe ser resuelto a
nivel de la sociedad en su conjunto.
11) El nivel de vida
No existe ninguna razón biológica para que la esperanza de vida
varíe hasta más de 40 años de un país a otro, o para que varíe
varias decenas de años en una misma ciudad dependiendo del
barrio en el que uno viva. Las condiciones sociales en las que las
personas nacen, crecen, trabajan y envejecen determinan su
buena o mala salud. Esta es la principal conclusión de un informe
de la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentado hoy en
Ginebra tras tres años de trabajo.
“La combinación nefasta de circunstancias económicas injustas y
políticas sociales pobres está matando a la gente a gran escala”,
ha asegurado el presidente de la Comisión de la OMS, Michael
Marmot, en la presentación de la investigación, titulada Informe
sobre Determinantes Sociales de la Salud. La Comisión de la OMS
es una red mundial de instancias normativas, investigadores y
organismos de la sociedad civil que la Organización Mundial de la
Salud creó en 2005.
El informe pone de manifiesto que la esperanza de vida varía
radicalmente entre los países ricos y los más pobres, y dentro de
cada país viven menos los más desfavorecidos
12) La inmigración
LA INMIGRACION, EN VEZ DE UN PROBLEMA; DEBERIA SER
UNA OPORTUNIDAD. Esta necesidad de mayor control y
legalidad se refleja en el debate nacional en torno a la
inmigración: ningún político, de derecha o de izquierda, quiere ser
visto como blando en aplicar la ley. Incluso los acérrimos
partidarios de reformas liberalizadoras -medidas que permitieran
la entrada de más trabajadores inmigrantes al país- están a favor
de reforzar la frontera e inspeccionar a empleadores que
contratan trabajadores no autorizados. Los analistas del TWI
resumen la situación en esta forma: “Los tradicionales mensajes
progresistas de imparcialidad y justicia carecen de potencia”,
alegan. “Duro, justo y práctico” son palabras mucho más eficaces.
Y cuando hablan de “justicia”, no se refieren a ser justos con los
inmigrantes, sino, por el contrario, con los contribuyentes: con
personas que, como las mujeres de Texas, sienten que los
inmigrantes son una carga porque utilizan los servicios del
gobierno más de lo que les corresponde.
13) Las religiones
Se considera religión a un sistema de prácticas relativas a cosas
sagradas y se caracteriza por la división del mundo en dos polos:
lo sagrado y lo profano. La palabra religión, común a todas las
lenguas de la Europa occidental, es una forma romana de la
palabra "religio". La etimología más probable de este nombre la
relaciona con el verbo "legere" (re-legere, re-ligere: recogerse,
repasar en el espíritu, discurrir en un matiz de concentración y a
veces inquietud).
¿Cuál es el problema de la religión hoy? Aparentemente nuestra
época parece ser emocionante, caracterizada como una nueva
edad de la espiritualidad y multiplicidad de maneras de la fe. La
religión, identificada como institución, está siendo substituida
extensamente por la búsqueda de una espiritualidad más
personal. Esta espiritualidad parece ofrecer una perspectiva más
amplia de la vida y realidad sin compromisos institucionales. Esta
también más abierta a la creencia y a las prácticas miradas
tradicionalmente como paganas o supersticiosas. Pluralismo y
diversidad es también un sello de nuestra época. Celebramos
nuestras diferencias, evitando cualquier juicio en las
implicaciones de varias trayectorias espirituales. Sin embargo, la
religión, fe, y la espiritualidad siguen siendo problemas para
nosotros.
Por ejemplo, la religión es un problema intelectual, un problema
social y un problema espiritual. La interpretación intelectual de la
religión es la relación de la fe y de la razón. ¿Es la fe solamente fe
oculta? ¿Cual es el papel de la crítica intelectual en desarrollar la
fe religiosa? ¿Cómo se integrara la fe religiosa que con la
comprensión científica moderna? ¿El problema social de la
religión en qué medida debe la fe religiosa implicarse en asuntos
públicos? ¿Cómo somos para considerar las formas de fe que
insisten en su manera en sociedad, a pesar de la pluralidad de
visiones religiosas? ¿La fe nos da derecho a imponer nuestras
opiniones sociales ante otras? El problema espiritual de la fe
religiosa es si la religión anima formas sutiles de egoísmo o
inspira esfuerzos altruistas amplios, incluyentes.
PERCEPCION DEL MUNDO E IDEOLOGÍA.
El hecho de que el mundo que conocemos sea un constructo de
nuestro cerebro no significa que sea un constructo arbitrario-un
fantasma creado por las expectativas o el contexto social. Nuestro
sistema perceptivo esta diseñado para registrar aspectos del
mundo exterior que fueron importantes para nuestra
supervivencia, como los tamaños, las formas, y los materiales de
los objetos.
Resulta beneficioso observar el enfoque histórico del fenómeno de
la globalización, tomando en consideración que el proceso de
integración funcional de actividades dispersas de la sociedad
global se acelera con el surgimiento y evolución de las relaciones
capitalistas de producción. En el comportamiento de esta
dinámica incidieron múltiples factores, destacándose los procesos
de acumulación que dieron lugar al desarrollo de ese modo de
producción durante los siglos XV y XVI. Se puede apuntar q los
procesos culturales han acompañado simultáneamente los
procesos políticos, económicos y militares. Por lo que la reflexión
sobre la dimensión social y cultural de la globalización. esta
profundamente vinculada con una mayor intensificación de las
relaciones sociales y con el avance del colonialismo , los cuales en
su conjunto han propuesto en contacto las más diversas
contradicciones, costumbres de vida y de solución de problemas
de la existencia humana.
UN PROCESO SOCIO HISTÓRICO. (GLOBALIZACIÓN O
GLOBALIZACIONES)
Largos años de resistencia indígena: La conquista y colonización
llevada a cabo por la metrópoli española casi conduce a la
aniquilación de la comunidad originaria en todo el continente
americano.
Sucedieron también infinidad de levantamientos populares que
culminaron con los veinte años de guerra de independencia que
dejaron al país diezmado. Los objetivos planteados en la fundación
de la república naciente (Venezuela), una vez terminada la lucha
independentista fueron desconocidos y confiscados por los
señores de la oligarquía y los antiguos generales que participaron
en aquel proceso; estos últimos en poco tiempo se convirtieron en
grandes propietarios terratenientes, y se adueñaron del poder
político y económico gobernando para intereses grupales y de
cúpulas. Se desligaron por completo de los grandes intereses de la
población.
No pasaron veinte años para que ocurrieran nuevos
levantamientos populares y revolucionarios. La guerra federal
resultó ser expresión de una nueva lucha del pueblo por su
liberación. Proceso que fue truncado con la traición y asesinato de
Zamora. El tratado de coche cierra con broche de oro la
conciliación entre liberales y conservadores para darle rienda
suelta a las ambiciones de los oligarcas. Nuevamente los intereses
de de los sectores populares quedaron suspendidos a la espera de
mejores tiempos.
Ya en la primera parte del siglo veinte, una sociedad empobrecida
cae en manos de la más vil dictadura: La de Juan Vicente Gómez.
En la última década de su gobierno fue cuando se incubó un
modelo político sustentado en la extracción de riqueza petrolera.
Fue así como se sustituyó la anterior economía agro-exportadora
por una nueva, con graves consecuencias para el campo.
La relación porcentual 70-30 en cuanto a la ubicación geográfica
de una población eminentemente rural, se invierte radicalmente,
generando los grandes cinturones de miseria alrededor de los
enclaves industriales y consolidando el latifundio en una fase
moderna (las haciendas).
Los grandes chorros de petróleo abrieron las fauces del consumo
energético mundial. De un país desconocido en el mapa, pasamos
a ser el principal exportador de energía del mundo. El creciente
torrente de ingresos que representaba la producción petrolera
puso en manos del Estado venezolano inmensos recursos
económicos. La aplicación de la política de concesiones a
empresas internacionales principalmente, preparó las condiciones
para el surgimiento de un sector empresarial parasitario a la
sombra del nuevo estado nacional, favoreciéndose especialmente,
un conjunto de comerciantes poseedores de tierras rurales y
urbanas los cuáles integraban (como integran aún hoy) los
sectores dominantes de la sociedad, mientras una parte
considerable de los militares se hallaban a su servicio. Al mismo
tiempo se dio la formación de verdaderas mafias de sindicalistas
burocratizados y desclasados que se incorporaron al festín y
reparto de riqueza nacional, en contra de los trabajadores que
supuestamente “representaban”.
En el orden político e ideológico, la ausencia de una clase
trabajadora con suficiente conciencia de su papel en la sociedad y
en relación con el destino de la nación (lo que se resume en un
solo concepto: conciencia de clase), condujo a que se entregara la
dirección en el orden estratégico a los sectores medios de la
escala social, por tratarse de personal calificado (profesionales
universitarios y técnicos especializados). Fueron (en su mayoría)
egresados de las universidades quienes emprendieron la
formación de los partidos de izquierda y de derecha.
Antes de proseguir con el presente repaso de nuestra historia, es
importante advertir que hacia la década de los años cincuenta, se
entra por completo en la fórmula de las políticas económicas
enmarcadas dentro del modelo de “sustitución de importaciones”
(también llamadas políticas keynessianas, entre las cuales se
destacan por ejemplo, los subsidios a los productores y en general
la política proteccionista de “fomento” a la industria nacional).
Ello trae como consecuencia la concentración en el aparato del
Estado, de todas las políticas gubernamentales, tanto las
económicas como las sociales, dando origen en Venezuela a una
imitación de lo que en Norteamérica y Europa se conoce como el
“Estado de bienestar”. Dicho modelo comienza a experimentar
notables signos de agotamiento hacia la década de 1970, abriendo
camino a la política de las llamadas “economías globalizadas”, es
decir el “triunfo” de la economía de mercado (Neo-Liberalismo),
con los resultados y consecuencias ya conocidos (se comienzan a
desatar, a partir de los años ochenta la devaluación, inflación,
desempleo y en definitiva, la miseria del pueblo venezolano).
De ese modo avanza la década de 1980, donde avanzan a su vez,
las medidas privatizadoras.
Todas empresas básicas que se encontraban bajo control del
Estado pasaron a manos privadas, quedando bajo el dominio de
las multinacionales del capital (SIDOR, CANTV, líneas aéreas,
varias empresas del ramo alimenticio, etc.) Fue tal el esquema de
shock que le impusieron al país los grandes acreedores (FMI,
Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo), que la
sociedad toda es sacudida en toda su estructura por la rebelión
popular del 27 y 28 de febrero de 1.989; en aquella rebelión el
pueblo vio, por lo menos de manera fugaz, la posibilidad de
recuperar lo que por tanto tiempo se le había arrebatado, sin
embargo terminó viéndose impedido de alcanzar cualquier
objetivo estratégico como clase(sobre todo por las limitaciones
atribuibles a la espontaneidad de aquella explosión social). La
ausencia de un programa de acción con objetivos políticos claros
desdibujó el “hacerse sentir” del pueblo, convirtiéndolo en la peor
masacre que conoció la historia venezolana después de la
conquista. Miles de hombres, mujeres y niños fueron asesinados y
desaparecidos por los órganos de seguridad del Estado. Esta fue
una lección que supo dar el sistema imperante, para que sirviera
de escarmiento a la osadía de desafiar el orden institucional de
aquel entonces.
En la década siguiente (años 90), el deterioro de las condiciones
de vida de las venezolanas y venezolanos, junto al inevitable
desmoronamiento del ineficaz sistema político que había nacido
con la caída de Marcos Pérez Jiménez en 1958 abonaron el
terreno para las insurrecciones militares de 1992 lideradas por la
juventud patriótica de fines de siglo pasado y el triunfo electoral
de 1998 con Hugo Chávez a la cabeza. Ambos episodios cerraron
el ciclo puntofijista de la democracia representativa, y abrieron
una opción opuesta al modelo desarrollista neoliberal.
Luego de aquel recorrido veloz de la historia nuestra, podemos
caracterizar el la realidad socio-histórica de la nación con los
siguientes elementos:
1. Desarrollo parcial de un capitalismo tardío, y dependiente,
caracterizado en lo fundamental por una economía supeditada a la
renta del petróleo.
2. Capitalismo de Estado: Control de la economía y el poder
político por parte de un aparato burocrático y tecnocrático que se
reproduce así mismo periódicamente por la vía electoral.
3. Un sector privado que tiende a alimentarse de los privilegios
que le otorga el Estado rentista. Con visión imperial, atado a las
multinacionales.
4. Sectores medios funcionales a la lógica capitalista, los cuáles
mantienen cautivo (aún en la actualidad) al Estado.
5. 1983 – 1998: Un creciente contingente popular, compuesto de
trabajadores industriales, campesinos y estatales, junto a un
número cada vez mayor de trabajadores de la economía informal y
desempleados, bajo condiciones de marginación en continuo
empeoramiento.
6. El surgimiento de partidos políticos que funcionaron como
operadores políticos de los intereses oligárquicos del país.
7. Un seudo-movimiento obrero y campesino aburguesado y
desclasado que terminó favoreciendo la aplicación de políticas
anti-populares.
GLOBALIZACION COMO IDEOLOGIA.
(GLOBALIZACION O GLOBALIZACIONES)
En el marco de una agresiva penetración ideológica,
especialmente en América Latina, se usa la globalización para
justificar acciones derivadas de las relaciones de poder, tanto en
el plano internacional como en el plano nacional de cada uno de
los países. Con la caída de la URSS se acentuó el intento de
sostener la existencia de un pensamiento único basado en el
neoliberalismo. Sirvan a vía de ejemplo medidas propias de esta
concepción:
La apertura comercial no es un fenómeno inevitable de la
globalización sino el fruto de los intereses dominantes de los
países desarrollados, especialmente de Estados Unidos, para
colocar sus productos y resolver su déficit de balanza comercial.
Si bien hay una tendencia a la apertura económica, tanto en la
Unión Europea como en Estados Unidos y en el Sudeste asiático
se mantienen protecciones y subsidios a los productos agrícolas y
mecanismos paraarancelarios en el resto de las actividades
productivas. Estas medidas, que afectaron a la región
latinoamericana, muestran que la apertura comercial no es
inevitable. Subsisten los grandes bloques económicos y las
intervenciones estatales derivadas de las distintas relaciones de
poder. Esto no significa desconocer la necesidad de mejorar los
niveles de competitividad de los países de la región ¬dada la
velocidad de la revolución tecnológica en los últimos tiempos¬ y
la prioridad que debe otorgarse al mundo del conocimiento.
Las privatizaciones tampoco son consecuencia inevitable de un
fenómeno de globalización. Derivan de una fuerte corriente
ideológica que facilita el aprovechamiento por parte de las
grandes empresas trasnacionales de los elevados excedentes
financieros internacionales. En la búsqueda de una mejor
rentabilidad, penetran en mercados, como el de los servicios
públicos de América Latina.
El debilitamiento del Estado en sus distintas funciones tampoco es
consecuencia de la globalización, como lo muestra su
mantenimiento y fuerza en el Sudeste asiático, en Europa
occidental y el propio intervencionismo de las políticas de la
Reserva Federal en Estados Unidos. En América Latina es el fruto
de la ideología dominante en determinados períodos y de la
relación de fuerzas entre quienes pretenden darle mayor
protagonismo al mercado y al sector privado y quienes buscan
mantener cierta dirección económica y ciertas bases del Estado de
bienestar para atender objetivos de equidad, de igualdad y de
justicia social.
Esta ideología de la globalización, que en el campo económico es
conocida como neoliberalismo ¬y que tuvo y, en cierta medida,
sigue gozando de gran aceptación en América Latina¬ tiene una
fuerza extraordinaria. Coincide con la ideología del poder
financiero internacional que hoy tiene cierto predominio; se
trasmite mediante los medios de comunicación, especialmente la
televisión y las poderosas agencias de noticias internacionales; se
efectiviza en las condiciones exigidas en los préstamos de los
organismos financieros internacionales, de una enorme influencia
en América Latina y mucho menor predicamento en el resto del
mundo; y es apoyada por las tecnocracias de muchos de los
gobiernos de los países de la región, sobre todo por los
presidentes de los bancos centrales y algunos ministros de
Economía, Finanzas o Hacienda que funcionan como verdaderos
superministros.
Esta ideología ha penetrado con empuje en la región pero sus
propuestas no pudieron resolver ¬e incluso agudizaron¬ los
problemas sociales como la pobreza, la marginalidad, las
desigualdades y la violencia en las zonas urbanas, que afectan la
calidad de vida de las grandes mayorías de la población. Su
fracaso facilitó la presencia de nuevos gobiernos progresistas en
la región.
GLOBALIZACIÓN
Podemos llamar globalización como tal a la globalidad o
mundialización de la segunda modernidad[2], en la que los
Estados nacionales soberanos, al imbricarse de manera múltiple
con actores transnacionales ven desdibujada su soberanía. Esta
globalidad de la segunda modernización se identifica con la fase
expansiva del capital financiero.
A diferencia de la globalidad anterior, la tendencia que se impuso
fue una ruptura del compromiso entre el trabajo y el capital,
desde el capital. «Este capitalismo de reformas –afirma Franz
Hinkelammert— había puesto junto a la mano invisible de Adam
Smith la mano visible de Lord Keynes. Ahora el capitalismo retiró
la mano de Keynes y se volvió a presentar como el capitalismo
salvaje que había sido».[3] Al dejar sin efecto su compromiso con
la fuerza de trabajo, que implicaba asegurar condiciones humanas
de reproducción en las que la actividad en la producción podía no
ser vivida como pura explotación, genera la situación y amenaza
de la flexibilización, la precarización y la exclusión.
Las empresas multinacionales o transnacionales son la expresión
concreta del actual proceso de mundialización y como tales
constituyen los agentes activos del proceso. Las grandes
transnacionales disponen hoy de redes internas que les permiten
administrar las relaciones entre producción, investigación,
innovación y comercialización en escala planetaria y en su seno se
producen flujos de bienes, servicios e información sin tener en
cuenta las fronteras nacionales. Al desarrollar sus actividades en
cualquier país, optan por aquellos donde los gastos de
funcionamiento sean más bajos. La acción de dichas empresas da
lugar a importantes modificaciones de tipo estructural en el
funcionamiento del capitalismo. Sus exigencias son: ajustes
estructurales, desregulación, desempleo masivo, redistribución de
la renta a favor de los ricos, privatización de los bienes públicos.
Esto significa que se ha generalizado la propiedad internacional
de las empresas: deja de ser exclusivamente de capitalistas de un
mismo origen nacional y se funde en un solo capital, en el cual el
origen nacional de sus propietarios pierde sentido. También se ha
hecho mundial la rentabilidad y la valorización del capital. En
otras palabras: los capitales se internacionalizaron ayer (en un
cambio claramente cuantitativo) para transnacionalizarse hoy (en
un cambio fundamentalmente cualitativo). Esta nueva cualidad
está dada, entre otros aspectos, por el hecho de que las antiguas
empresas internacionales de compra-venta se convierten en
empresas de producción mundial, favorecida por los avances
tecnológicos en las comunicaciones, la información y el
transporte.
El Estado-nación se debilita por las agresiones de las gigantescas
empresas transnacionales, siendo estas últimas la objetivación en
la práctica de ese fenómeno abstracto llamado
transnacionalización del capitalismo. Estas empresas no son otra
cosa que la transformación cualitativa de los viejos monopolios del
siglo pasado, que tuvieron su culminación alrededor de la Primera
Guerra Mundial. Las empresas transnacionales actuales -
conformadas desde la segunda postguerra- cumplen con su
naturaleza de máximos monopolios: coartan la plena libertad de
comercio mundial y entorpecen el libre juego de las fuerzas del
mercado.
Las empresas privadas de América Latina y del Sur han sido cada
vez más incorporadas e insertas en forma dependiente a la lógica
del capital central. La empresa nacional, tanto privada como
estatal, queda cada vez más marginada y en posición asimétrica
frente a la empresa transnacional, crecientemente aislada de la
lógica del mercado doméstico y de la lógica de la sobrevivencia de
las grandes mayorías pauperizadas.
GLOBALISMO
El globalismo puede ser considerado como la ideología
hegemónica del gran capital transnacional en la globalización.
Reduce la pluridimensionalidad de la globalización a una sola
dimensión: la económica. Es la concepción según la cual el
mercado mundial desaloja o sustituye el quehacer político.
En síntesis, la globalización es un proceso objetivo[4], no un mero
concepto, asentado en un salto cualitativo en el desarrollo de las
fuerzas productivas que se opera a partir de las modernas
tecnologías. Es oportuno recordar que a cada nivel de desarrollo
de las fuerzas productivas dentro del capitalismo corresponde un
tipo de expansión del capital en la búsqueda del «mercado
mundial» y normalmente va asociado a una forma concreta de
imperialismo.
La historia nos ha enseñado que las formas y extensión de la
dominación imperialista han sido unas en el pasado y son otras
hoy en día. El imperialismo «clásico» nunca llegó a dominar todo
el planeta, el imperialismo actual impregna todas las esferas de la
vida material y cultural del orbe, aun aquellas que margina.
La globalización se ha constituido en una transformación
sustantiva del capitalismo y ha desarrollado una nueva relación de
interdependencia más allá de los estados nacionales. El punto de
vista de Marx sobre un mercado mundial, y su noción que la
necesidad de un mercado en constante expansión para sus
productos persigue a la burguesía sobre toda la superficie del
globo, aparece enfatizado en esta «teoría» de la globalización. No
es contra la globalización que debemos encarar la lucha sino
contra el modo de apropiación de los productos del trabajo social,
la explotación o la exclusión (caras de una misma moneda) y la
consecuente alienación que opera en todos los ámbitos de la vida
material y espiritual de los pueblos y las personas.
Frente a este cuadro podemos afirmar la necesidad de cambiar el
rumbo de la globalización, teniendo en cuenta, en primera
instancia, la necesidad de una democratización en la
globalización, como una alternativa posible y deseable al
totalitarismo del mercado que la misma ha desplegado
planetariamente en el proceso de su totalización imperialista.
Resumiendo este punto, abogamos por priorizar el debate entre
quienes pretendemos dar otro curso a la historia, sacándolo de la
agenda que impulsan las transnacionales. Al respecto señalamos
la pertinencia de colocar el tema sobre la idea de la apropiación
de la globalización por el pueblo. «Algún día no nos separán
orígenes étnicos, ni chovinismos nacionales ni fronteras, ni ríos ni
mares, ni océanos ni distancias –pronostica Fidel Castro-.
Seremos, por encima de todo, seres humanos llamados a vivir
inevitablemente en un mundo globalizado, pero verdaderamente
justo, solidario y pacífico».
Primer Y Segundo Material Didactico América del Sur: la gran mercancía […] por añoranza de lo inesperado, nosotros, habitantes de un planeta regido por burocracias y reglamentos nacionalistas, controlado por pasaportes y fronteras, seguimos creando regiones que no caben en este mundo, lugares que se insertan en los rígidos atlas oficiales con tenacidad y artimaña de anarquistas. Alberto Manguel (1) Las riquezas incalculables de petróleo, gas, minerales, agua, productos agrícolas y pecuarios y recursos biogenéticos hacen de Sur América una de las más importantes despensas genéticas, energéticas, alimentarias y culturales del planeta, con gran atractivo para los inversionistas privados. Los grupos financieros internacionales, con fondos que han pasado por diversas denominaciones –como petrodólares, eurodólares, euromonedas y préstamos financieros internacionales–, hoy día incorporan un nuevo producto denominado los “derivados financieros”, que son opciones de compra o venta de acciones o divisas para todo tipo de productos y que en la actualidad alcanzan el novedoso y sofisticado mercado del control, exploración y explotación de territorios. El 30 de diciembre de 1901, ante la Segunda Conferencia Internacional Americana, en la ciudad de México, se presentó la relación de los viajes de exploración hechos por el Señor general don Rafael Reyes y sus hermanos don Néstor y don Enrique, titulado “A través de la América del Sur” (2). Ahí quedaron destacadas la riqueza hídrica y su red natural de interconexión fluvial como uno de los
potenciales principales de Sur América. La realización del Ferrocarril Intercontinental y las hidrovías, junto con algunos nodos de unión carreteables, harían posible el sueño de la red suramericana para el intercambio comercial de la región con el Pacífico (Asia) y el Atlántico (Caribe, Estados Unidos y Europa). Desde entonces, están visionadas varias redes y rutas de intercambio como la vía fluvial y marítima que puede interconectar y avanza sobre el río Putumayo (Colombia) y llega hasta Rio de Janeiro (Brasil). El oro, las esmeraldas, los productos agrícolas y pecuarios, la riqueza y variedad biogenéticas, las riquezas energéticas e hídricas y, obviamente, la posición geoestratégica fueron la base fundamental de esa anticipada y ambiciosa propuesta política y comercial. El texto de Reyes, iniciado con la sentencia “En ninguna ocasión, como en la presente, hemos vacilado tanto para dejar correr la pluma sobre el papel”, presagiaba el proceso de ocupación, explotación y usurpación del territorio de nuestra América del Sur durante los siguientes “cien años –ya no solo– de soledad”. El mundo se entera de América Desde el siglo XVI, América del Sur se perfilaba como uno de los más grandes e influyentes poderes políticos de Europa y el mundo, y las redes y sistemas viales para el intercambio comercial (fluviales, marítimas y de caminos reales y veredales) comenzaron a ser la preocupación fundamental para esta naciente economía colonial. “La independencia del dominio español no nos puso a salvo de la demencia”, como anotara Gabriel García Márquez (3). Guerras de independencia, golpes militares, derrocamientos de gobiernos democráticos, violencias de todo cuño, y un cúmulo de imposiciones políticas, comerciales, financieras y culturales marcan el ritmo de la historia de este apetecido rincón de la Tierra en el que las exigencias de la globalización económica del liberalismo a ultranza hacen de
nuestra América del Sur un territorio estratégico en lo político y lo económico. Fueron expediciones precursoras para el conocimiento de la riqueza continental la del gran navegante fluvial don Miguel María Lisbo (brasileño), quien atracara en La Guaira (Venezuela) el 21 de septiembre de 1852; las expediciones y relatos del Barón de Humboldt, que exaltaban los Valles de Aragua, también en Venezuela, y las incursiones por el Río de la Magdalena, el Atrato, el Darién, La Plata y tantos otros. Y cómo no mencionar las inolvidables páginas de relatos, visiones y sentimientos libertarios del Correo del Orinoco (4), fundado por Simón Bolívar en Angostura en junio de 1818.Valores estratégicos Todo este telón escénico es sucedido por un sinnúmero de intervenciones que nueva ocupación. De 1904 a 1914(5), la Fundación Rockefeller proyectaba la conquista del “exótico paraíso selvático” del Amazonas. En 1924 se extendía “cordón sanitario” desde México hasta el norte de Sur América, con el fin fundamentan la gran misión de sin fronteras el de proteger la incipiente pero lucrativa industria frutícola multinacional. La década del 30, como puede apreciarse en el documento presentado por la Sociedad Americana de la Biblia (19 de mayo de 1931), presencia centenares de misiones evangelizadoras en busca de la salvación de este tradicional “centro de impiedad latinoamericano”, y el espíritu filantrópico de la Fundación Rockefeller inunda los campos paganos de nuestra América sureña. El eco de los incas (sabios aborígenes) quedó para siempre atrapado en la expedición a los Nascas, al Tiahuanaco y a las 3.000 millas de Cordillera Andina recorrida en la misión investigadora de 1937. La “Venezuela Connection” de 1939, que culmina con la “Compañía de Fomento Venezolana”, presagia también los actuales organismos y pactos comerciales
(ALCAOMC). Abastecedores de energía y alimentos durante la Segunda Guerra Mundial, fuimos objeto de grandes inversiones para el saqueo de nuestros recursos. Igualmente, las más grandes empresas de telecomunicaciones nunca antes vistas se apoderaban paulatinamente de nuestro espacio radioeléctrico. Programas de radio de CIAA. Rockefeller; 1.267 periódicos expandidos como una gran red de información desde México hasta la Patagonia (Chile-Argentina). También, el Instituto Nacional Indígena, la Fundación Interamericana de Educación, el Instituto Lingüístico de Verano y el Consejo de Investigaciones Sociales fueron unas de las tantas organizaciones que en la década del 40 continuaron la estrategia de expansión social y cultural de los intereses estadounidenses sobre nuestro territorio. Los memorables 1942, 1948, 1953, años del Plan Marshall, nos recuerdan a los habitantes de estas olvidadas comarcas que la conquista por la vía de la guerra era en serio. La inquietud por la superpoblación de nuestro continente en los años 50 y 60 nos colocó nuevamente en la mira. “La Sangre del Cóndor”, en la década del 60, como eufemísticamente se denominó, fue el plan de control natal de poblaciones indígenas más genocida que recuerden los hermanos bolivianos; los cerca de 200.000 niños(as) que morían en América Latina antes de cumplir dos años en esta misma década; y la “Operación Auca”, que en el corazón ecuatorianoperuano inaugura la conquista por el petróleo en nuestras tierras, hoy extendido a los Llanos Orientales colombianos y el territorio venezolano, son proyectos lesivos del Imperio sobre América Latina. Junto a todo esto, no se pueden olvidar programas de investigación y extensión agrícola como la Corporación Internacional de Economías Básicas (IBEC, 1954), que inunda los campos de Minas Gerais, Goias, Sao Paulo y Paraná (Brasil) para fundar la hoy conocida Isla Continental
Brasileña. El centro especializado de Investigaciones en Fruticultura en Petrolina (Brasil); el Centro de Investigaciones en Agricultura Tropical (CIAT, en Palmira, Colombia), especializado en estudios de maíz, algodón y yuca; los centros de estudios y bancos de semillas en el Tacna peruano; los Observatorios de Energía Electromagnética (cerca de 44 en los años 50), en el sur del Perú; y la construcción de Interconexiones Ferroviarias: Corumbá a Santa Cruz de la Sierra (Bolivia, 1956); los corredores intermodales Centro, Norte y Noroeste del Brasil; y la gran Red Fluvial Suramericana (SARS-IFSA) (6), que unirá el Atlántico con el Pacífico desde la desembocadura del río Amazonas (Belém do Pará, Brasil) hasta Puerto Asís, en la parte navegable del río Putumayo (Colombia), para llegar finalmente por tierra al puerto de Tumaco en el Pacífico, junto con la hidrovía que conecta las costas venezolanas (Delta del Orinoco) con el río de La Plata (Argentina, Uruguay) (ver mapa 1). Pero no se deben dejar de considerar el Proyecto Genoma Humano (PGH) y el proyecto Diversidad del Genoma Humano (PDGH), auspiciados por el Departamento de Energía y el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos de América, que junto con las más de 100 organizaciones que el complejo industrial y militar de la familia Rockefeller fundó en el mundo entre 1950 y 1974, dan cuenta de la intensión neocolonizadora que el imperio norteamericano tiene sobre nuestros territorios. Sólo basta con recordar aquí las recientes intervenciones con el Plan Colombia, también llamado Plan Sur o Plan Américas, que al lado del sistema comercial integrado Alca garantizan el control y dominio de las riquezas y mercados suramericanos.
Territorios estratégicos En armónica convivencia, miles de comunidades indígenas, negras y de poco mestizaje que habitan extensas zonas de América del Sur han sido objeto de exterminio o desplazamiento forzado. Las riquezas incalculables de petróleo, gas, minerales, agua, productos agrícolas y pecuarios, y recursos biogenéticos hacen de este continente una de las más importantes despensas genéticas, energéticas, alimentarias y culturales del planeta, de gran atractivo para los inversionistas privados. Así, únicamente para mencionar un caso, el coleccionista de bosques tropicales y millonario brasileño Cecilio do Rego Almeida, en 1995 compró 4’640.000 hectáreas de la selva del Amazonas (7). En igual forma, la posición geoestratégica (ver Mapa 2), no sólo en su red intermodal (ríoscarreteras-ferrovías y mares) (8) sino también en sus conexiones a través de líneas de fibra óptica, cableado terrestre y submarino, espacio radioeléctrico y demás sistemas de telecomunicaciones (mapa 3), proyectan a América del Sur como un territorio de gran valor ante los ojos e intereses del gobierno estadounidense y el capital financiero internacional. Con sus 2’772.000 millas cuadradas, no pasa ignorada la grandeza del territorio amazónico. Tampoco dejan de advertirse los 1’800.000 kilómetros cuadrados de la Isla Continental Brasileña que, por sus características, gran extensión completamente plana, muy rica en agua potable subterránea, interconectada por extensos ríos navegables, reserva productora de oxígeno y con 365 días al año de producción continua de energía solar, se proyecta como un territorio estratégico para la producción de alimentos, primordialmente frutas, peces y ganado. Resaltan también los territorios del Pantanal Brasileño y el “Chocó Bio-Pacífico”, dos de los bancos naturales de reservas genéticas más biodiversos del planeta.
Territorios como mercancía Desde los años 60, los Grupos Financieros Internacionales (GFI) han acumulado una enorme cantidad de fondos en continuo crecimiento, que –pasando por diversas denominaciones: petrodólares, eurodólares, euromonedas y préstamos financieros internacionales– en nuestro tiempo deben ser ampliados para incorporar un nuevo ‘producto’ denominado “derivados financieros” (9). Mediante títulos y obligaciones, se da un interjuego de apuestas entre los propios especuladores, y entre estos y el público en general. Las pantallas del mercado electrónico dan cuenta de este voraz mercado, y el espectáculo de la acumulación sin fronteras puede ser asistido en “vivo y en directo” y de manera ininterrumpida desde 1985. Estos “derivados”, que resultan de múltiples opciones de compra o venta de acciones o divisas, se han extendido a todo tipo de productos y hoy día alcanzan el novedoso y sofisticado mercado del control, exploración y explotación de territorios. Se configuran a partir de acuerdos o pactos internacionales, que a la manera de una transacción comercial definen el precio actual del territorio que se hará efectivo en una fecha pactada y en la cual debe ser entregado el ‘producto’ (territorio) con las transformaciones y condiciones pactadas. En términos comerciales, estas transacciones –que pueden llamarse “contratos de futuro”– son de bajo riesgo, ya que eliminan las fluctuaciones propias del mercado de intereses y capitales, al definir con anterioridad las tasas de intermediación unidas a la “moneda dura” en la cual se pactan, generalmente dólares. Operan igualmente con las mismas reglas de cualquier “oferta pública de adquisiciones”, con la garantía de estar ordinariamente comprendidos en las “agendas de desarrollo” definidas (no pactadas) por la banca multilateral a través de los organismos del Sistema de las Naciones Unidas (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional), otros ‘pactos’ o
acuerdos internacionales (Organización Mundial del Comercio, Alca) y los Estados que tienen la jurisdicción políticoadministrativa del territorio objeto de la transacción. Adicionalmente se realiza la transacción bajo una estructura bancaria conocida como off shore, que tiene lugar fuera del territorio nacional, totalmente desregularizada y protegida o constituida por los llamados “paraísos fiscales”. Pero este novedoso mercado no sólo se rige por criterios típicamente económicos sino que también se configura a partir de todo tipo de acuerdos y pactos de diversa índole: reformas sociales, educativas, de seguridad social; fondos de inversión para el desarrollo, ajustes fiscales, privatización de las empresas públicas, reformas pensionales, contratos sobre regalías derivadas de la explotación e investigación de recursos energéticos y biogenéticos, políticas de desarrollo científico y tecnológico, acuerdos sobre propiedad y patentes, concesiones para la construcción y administración de infraestructura vial y comercial, planes y proyectos de interdicción e intervención policial y militar, acuerdos y pactos internacionales sobre la propiedad, control y explotación de recursos ambientales, y demás instrumentos que esta máquina creadora de control, especulación y dominio internacional pueda imaginar. De igual manera, para garantizar la sostenibilidad en el tiempo de dichos intereses, los gobiernos que intervienen en dichas transacciones comerciales, se comprometen a desarrollar las reformas legislativas necesarias que garanticen un pertinente “marco de legalidad” nacional e internacional. Así, hemos asistido desde los años 60 al ajuste normativo más alucinado en la historia de América Latina, que va desde publicitadas y pomposas “reformas constitucionales”, expedición de leyes especiales de todo tipo (privatización de empresas, recursos hídricos, energéticos, genéticos y ambientales, de minas
y energía, de patentes, etcétera), y planes y proyectos especiales de cooperación internacional que en la mayoría de las veces se diseñan desde el Imperio (para el caso latinoamericano, el gobierno y Congreso de los Estados Unidos). Los territorios que hoy salen al mercado bajo esta modalidad financiera, con determinadas tipologías y características biofísicas, demográficas, económicas, sociales y culturales, deben ser transformados o conservados de acuerdo con lo que espera o define para el futuro el nuevo dueño-controlador. Así, los Estados deben prever inversiones tendientes a adecuar la infraestructura y la ‘legalidad’ de los territorios durante el tiempo definido en el contrato: construcciones viales, plataforma físico-tecnológica propicia para la vocación comercial, productiva, de servicios o investigativa que se proyecta; desplazamiento de poblaciones –cuando no la aniquilación– que puedan ser ‘obstáculos’ para los intereses del gran capital interesado en el territorio; legislación que garantice, dentro de los marcos institucionales y normativos de cada nación, el cumplimiento de lo pactado; las reservas presupuestales y planes de inversión, hechos por los gobiernos, necesarios para cumplir con las obligaciones pactadas por el país, la región o la localidad en que está ubicado el territorio, y naturalmente los compromisos políticos que garanticen el éxito del proyecto. Todas estas inversiones y acciones públicas, en tanto se cumplan y garanticen, agregan valor al territorio. A tal nivel llegan, que en muchos casos se implementan operaciones militares (guerras locales) para desplazar, controlar y aniquilar poblaciones, maniobras que son consideradas, cuando son necesarias, como valores agregados. Finalmente, al igual que describíamos los antecedentes en el tiempo de estos megaproyectos, también su proyección va más allá del futuro inmediato e implica grandes transacciones económicas, financieras y técnicas, así como la
construcción de opinión y políticas que se proyectan para varias décadas en el futuro. Tendremos quizá que volver a la pregunta provocadora del científico Carl Sagan (10) de “¿por qué, si podemos recordar el pasado, no podemos recordar el futuro?” ¿o por lo menos anticiparnos? Únicamente será posible con la resistencia de los pueblos, fundada en el conocimiento de los grandes proyectos que predeterminan nuestra vida diaria y con la firme convicción de que “nos reunimos hoy para cambiar el mundo; nos encontramos aquí con un propósito más modesto: sólo para hacer un mundo nuevo” (11).