¡QUE VIENEN LAS MEDUSAS!

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ARTICULO SOBRE MEDUSAS

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42 vida & artes EL PAÍS, domingo 7 de junio de 2009

sociedad

Sigilosamente, las gelatinosasmedusas se han ido convirtiendoen unmás que incómodo compa-ñero de baño en las playas espa-ñolas. El contacto accidental conla mayoría de estos cnidariosque habitan o llegan en enjam-bres a nuestras costas no revisteen general graves daños a los ba-ñistas, pero en los últimos vera-nos se dispararon las alarmas alavistar ejemplares de las espe-cies más peligrosas: un tipo decubomedusa (la avispa de marCarybdea marsupialis), y la cara-bela portuguesa (Physalia physa-lis), que en realidad no se tratade unamedusa, sino de una colo-nia de hidrozoos que confundepor su aspecto. Los científicoscreen que la sobrepesca está des-favoreciendo a los depredadoresnaturales de medusas (túnidos yotras especies de peces y tortu-gas marinas) y el aumento detemperatura del mar tambiénpuede aumentar la población deestos organismos.

Durante abril, el dispositivode observación y alerta del Insti-tuto Español de Oceanografía(IEO) detectó la presencia de al-gunos ejemplares de carabelaportuguesa en las costas de Mur-cia y, recientemente, en el Cantá-brico. El año pasado, el avista-miento en otras zonas tambiéncausó preocupación. La carabelaportuguesa, con una sombrilla re-

llena de gas que le permite flotar,es frecuente en aguas del Atlánti-co y penetra en el Mediterráneopor el estrecho de Gibraltar,arrastrada por vientos del oeste,pero no prospera en estas aguas.Sus tentáculos de hasta 20 me-tros tienen una gran concentra-ción de células con un potentetóxico.

Según Ignacio Franco, investi-

gador del Centro OceanográficodeMurcia, la cubomedusa que seencuentra en el Mediterráneo noes mortal como sus congéneresaustralianas, es poco abundante,no es costera y vive a profundida-des de 30 metros. Sin embargo,sus picaduras pueden provocarserias reacciones en personascon salud debilitada o en niños.

En el mar Mediterráneo, lasmás habituales son la Aurelia au-rita (medusa común), con muybajo poder venenoso, y otrasmáspeligrosas como laCotylorhiza tu-berculata (o huevo frito) yRhizos-toma pulmo, habituales duranteel verano. También se encuentrala Pelagia noctiluca, pero vive enmar abierto: las lluvias hacen debarrera salina y evitan que lle-gue a la costa. “No es una reglaexacta, porque también se avistóPelagia noctiluca en añosmuy llu-viosos, lo que indica que existenotros factores implicados”, diceVerónica Fuentes, investigadora

del Instituto de Ciencias delMar/CSIC de Barcelona (ICM).En Baleares se espera la prolife-ración de esta especie mientrasque en el Mar Menor este año nose espera la presencia de espe-cies peligrosas.

“Puede haber grandes bancosde medusas en alta mar y llegarpocas a la costa; y al contrario”,añade Fuentes. Por este motivo,cree necesario completar concampañas oceanográficas queevalúen las poblaciones los datosde avistamientos de estos orga-nismos a través del Plan Medu-sas, del Ministerio de Medio Am-biente, que este año lo ha extendi-do a todo el litoral español y quecuenta con la colaboración delCSIC y del IEO. La proliferaciónde medusas es un fenómeno to-davía poco estudiado en España.

En Cataluña, donde se presen-ta una gran variedad de medu-sas, el ICM analiza los datos deavistamientos en el litoral cata-

lán proporcionados por la Agen-cia Catalana del Agua, pero lasseries anuales aún son insuficien-tes para crear un modelo ecosis-témico con el cual hacer predic-ciones, afirma Fuentes.

En Canarias y Andalucía se in-troduce la tortuga boba (Carettacaretta) de las islas de Cabo Ver-de, medida que ha sido criticadapor entidades como EcologistasenAcción. Aseguran que esta tor-tuga tiene como alimento princi-pal un tipo de cangrejo. MedioAmbiente acaba de dar marchaatrás a la firma de un conveniocon cofradías de pesca de Balea-res para recoger medusas desdesus barcas. Según los científicos,las redes fragmentan los tentácu-los en el agua y así se multiplicala posibilidad de ser picado. Paracurarse en salud, este año bande-ras identificativas ondearán enlas playas de Baleares para aler-tar a los bañistas de la presenciade medusas.

¡Que vienenlas medusas!A Las costas españolas se preparanpara la invasión de invertebradosA Las especies más tóxicas ya se hanacercado a las orillas de las playas

Salir del agua y evitar pisarrestos en la orilla.

No rascar ni frotar la zonaafectada.

Lavar la herida con aguasalada, nunca dulce.

No utilizar amoniaco.

Retirar restos de filamentoscon pinzas o guantes.

Aplicar una bolsa de hielodurante 15 minutos.

Aplicar tintura de yodo paraevitar la infección.

Mayor precaución con niños,personas alérgicas, conproblemas cardiovasculares oasmáticas. Haber sufrido unapicadura en el pasadoaumenta la sensibilidad.

Ante una picadura

En los tentáculos de lasmedu-sas se encuentran filamentos ur-ticantes enrollados que se dispa-ran por contacto con la piel opor la diferencia de temperaturacon el cuerpo humano. La reac-ción humana a una picadura esmuy variable y depende de la es-pecie: la carabela portuguesa(Physalia phisalis) tiene 10 vecesmayor concentración de célulasurticantes (nematocistos) y unveneno más potente que la Pela-

gia noctiluca. En un individuo sa-no, la carabela portuguesa pro-duce heridas muy dolorosas ypuede llegar a causar espasmos;su veneno tiene un efecto neuro-tóxico o citotóxico, y a veces eshemolítico y cardiotóxico. En loscasosmás extremos puede llegara causar un choque anafiláctico.

La picadura de laPelagia noc-tiluca produce escozor y a vecesdolor intenso, pero también náu-seas, vómitos, rampas muscu-lares y dificultades respirato-rias. La Rhizostoma pulmo no

produce cuadros dermatológi-cos graves y la Cotylorhiza tuber-culata o huevo frito tiene unacapacidad irritante limitada. Elveneno de la Aurelia aurita tam-bién es escasamente tóxico. Y laVelella velella tiene una peligro-sidad prácticamente nula.

En general, el veneno pasamás rápidamente al torrentesanguíneo si el contacto es porel tronco o la cabeza. En niños,la reacción también es mayorpor la relación entre la superfi-cie afectada y el peso corporal.

La peligrosidad varía con la especieJ. C. A., Barcelona

JOAN CARLES AMBROJOBarcelona