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La radio libre española (1975–1986): una institución subcultural.
José Emilio Pérez Martínez
Departamento Historia Contemporánea (UCM)
Voy a tratar de exponer las consideraciones teóricas que enmarcan mi investigación
sobre la Radio Libre española durante la Transición a la democracia,1 subrayando el aparato
crítico en el que se está insertando. He subordinado los habituales enfoques en ciencias de la
información y en el estudio de los movimientos sociales a la perspectiva cultural en un sentido
lato, incorporando elementos de la Escuela de Birmingham (Centre for Contemporary Cultural
Studies, CCCS), en particular de su análisis de las subculturas.2 Pretendo de este modo
separarme de los lineamientos establecidos en la escasa bibliografía existente, sin dejar
lógicamente de tenerla como punto de partida obligatorio. Autores como Emilio Prado3, Maria
Teresa Santos Díez4 o Miguel Aguilera5, entre otros, son el pilar sobre el que ha de apoyarse
cualquier investigación sobre radios libres, por suponer el primer esfuerzo científico por el
tratamiento del tema, pero en ninguno de ellos aparece contemplada la posible consideración
del fenómeno desde una perspectiva cultural.
El primer paso lógico para un desarrollo teórico de la radio libre es definir qué se entiende por
radio libre, dar una definición del objeto de estudio. Una radio libre sería, en sus características
esenciales, una emisora radiofónica con un carácter autónomo, independiente, laico y plural,
promovida y gestionada desde asociaciones sin ánimo de lucro, con un funcionamiento
democrático y compartido, cuando no asambleario, y cuyos objetivos se dirigen hacia
promover el derecho a la comunicación y a la información, una práctica radiofónica
participativa, pluralista y reivindicativa, así como desarrollar una importante labor social. Esta
definición por supuesto es general, no contempla las diferentes posibilidades y variantes que
1 Adelanto planteamientos de la tesis doctoral que estoy realizando bajo dirección de Elena Hernández Sandoica en el Departamento de Historia Contemporánea de la Universidad Complutense de Madrid, bajo el título “Nuevos movimientos culturales en España (1975 – 1986): la radio libre”.2 La conjunción radio y subcultura tendría un referente lejano en el estudio de Kristen Harina sobre el fenómeno de los radioaficionados en Estados Unidos, Harin, K.: Ham Radio’s Technical Culture, MIT Press, Cambridge, 2007. 3 Prado, E.: “El movimiento por la libertad de emisión en España”. En Bassets, L. De las ondas rojas a las radios libres, Gustavo Gili, Barcelona, 1981. pp.237-289.4 Santos Díez, M.T.: Radios comerciales-ondas libres. Onda Cero, Bilbao, 1994 y “Origen y desarrollo de las emisoras de FM que emiten sin concesión administrativa en el país Vasco”, Edición Digital, 2003. Originalmente publicado en Estudios sobre el medio periodístico.5 Aguilera, M.: Radios libre y radios piratas, Forja, Madrid, 1985.
encierra en sí mismo el fenómeno de la radiodifusión libre. Sin embargo sí que resulta de
primera necesidad establecer una primera distinción entre la radio libre y la radio pirata,
denominaciones que en determinados momentos se han usado indistintamente. De este modo,
hay que señalar que pese a que ambos modelos radiofónicos emiten sin licencia, a la radio
pirata la movería un afán mercantilista, incluyendo publicidad y persiguiendo el beneficio
económico, mientras que a las emisoras consideradas libres las movería un principio altruista
de democratización de la comunicación, en ningún caso, como ya se enunció anteriormente, el
ánimo de lucro. La radio libre española nace a finales de la década de 1970 y se desarrolla
durante la primera mitad de la década siguiente, de ahí que se hayan situado los límites
cronológicos en los años de 1975 y 1986, para permitir analizar los años de mayor
efervescencia en la historia del movimiento, su nacimiento, expansión y estabilización.
De entre las diversas consideraciones teóricas que pueden hacerse sobre la radio libre, en esta
comunicación se exponen y analizan tres: las posibles causas del nacimiento de la radio libre,
la consideración de la misma como institución subcultural y por último, la posible clasificación
de las emisoras.
1. Causas del desarrollo de la radio libre: ‘anomia comunicacional’.
Históricamente la radio libre española tiene dos antecedentes directos y muy influyentes en los
movimientos de la radio libre franceses e italianos, desarrollados en los primeros años de la
década de 1970 y cuya existencia recibió en la prensa alternativa española una amplia
cobertura, convirtiéndolas en el referente más inmediato del movimiento español.
De un breve análisis de la situación social de los tres países mediterráneos se obtienen una
serie de puntos en común, que llevarían a establecer un modelo de comportamiento coincidente
en los tres casos. Hablamos de tres países que son democracias occidentales, en el caso de
España recién nacida, cuyos textos constitucionales establecen la libertad de opinión y de
expresión, pero cuyos sistemas de comunicación están monopolizados por el gobierno. A esta
situación paradójica habría que añadirle un punto más para establecer correctamente la
ecuación: el abaratamiento de las tecnologías necesarias para construir un aparato emisor. A la
altura de los años setenta las tecnologías se habían democratizado, de manera que por muy
poco dinero era posible para un colectivo o entidad adquirir lo necesario para la construcción
de una emisora de radio. Por otro lado, los conocimientos necesarios para poner en marcha y
utilizar una emisora radiofónica venían facilitados por la democratización de las universidades
y la aparición de ingenieros en telecomunicaciones o equivalentes.
Ante esta situación en la que tanto la tecnología como la legislación, los textos
constitucionales, facilitan la expansión y la democratización de la comunicación, mientras que
la misma permanece monopolizada por el estado, surgiría lo que se ha decidido denominar
‘anomia comunicacional’. El término anomia proviene de la sociología de Émile Durkheim y
haría referencia a “un estado de desorientación provocado por los procesos de cambio del
mundo contemporáneo que hacen que las normas sociales pierdan influencia sobre el
comportamiento individual”6. Esta falta de sentido o de desesperación, que normalmente han
provocado los rápidos cambios de la sociedad moderna, puede encontrarse también como
resultado de la situación paradójica antes mencionada. La existencia de toda una serie de
posibilidades, tanto legales como tecnológicas y de conocimiento, para democratizar las
comunicaciones y el mantenimiento de éstas en regímenes de monopolio generaría una
sensación de ‘anomia comunicacional’. Un sin sentido, una desesperación, cuya salida sería,
aplicando la adaptación del concepto de anomia dada por Merton, una resolución a la tensión a
la que se ven expuestos los individuos cuando las normas aceptadas entran en conflicto con la
realidad social7. Aplicada originalmente a las explicaciones de la desviación y el delito, esta
consideración explicaría el porqué de la aparición de la necesidad de establecer emisoras de
radio libre. Las normas aceptadas, las libertades supuestamente recogidas en las constituciones,
chocan con la realidad social imperante, los monopolios de la comunicación, de manera que los
individuos buscan su propia respuesta a esta situación de tensión, adoptando en este caso un
reacción rebelde8 y constituyendo sus propias emisoras ante la negativa de los gobiernos a
democratizar los sistemas de comunicación e incluir a los individuos en ellos.
2. La radio libre como institución subcultural.
A la hora de analizar la radio libre española en la investigación a la que se está haciendo
referencia se ha partido de la consideración de la misma como una institución subcultural.
6 Giddens, A.: Sociología, Alianza Editorial, Madrid, 2004, p. 854.7 Giddens, A.: Sociología… p. 272-274.8 Merton identificó cinco posibles reacciones a las situaciones de anomia: conformistas, innovadores, ritualistas, retirados y rebeldes, siendo éstos aquellos que rechazarían por igual los valores existentes y los medios, haciendo lo posible por cambiar y reconstruir el sistema social. La construcción de radios libres parece que corresponde con este tipo de respuesta. Ver Giddens, A.: Sociología… p.273.
Antes de entrar en el desarrollo de la idea de institución subcultural es necesario fijar los dos
conceptos sobre los que se levanta el concepto: subcultura e institución. Por lo tanto, ¿qué es
una subcultura? Las subculturas son formas culturales concretas y localizadas dentro de una de
las culturas de clase que componen la sociedad moderna. Estas subculturas son a la vez
distintas de y parte de sus respectivas culturas parentales (‘parent cultures’), pero también han
de verse en relación con la cultura dominante para ver su papel en el contexto general de la
sociedad. Supondrían, de hecho, una respuesta a las tensiones provocadas por las dos
formaciones culturales antes mentadas, parental y dominante, sobre los individuos. Para los
pensadores de la escuela de Birmingham las subculturas presentarían una serie de
características concretas dependiendo de la clase de su cultura parental9. Serían, siguiendo a
Dick Hebdige “formas expresivas” que expresarían “una tensión fundamental entre aquéllos en
el poder y aquéllos condenados a una posición subordinada”. Esta tensión estaría “expresada
figurativamente en forma de estilo subcultural”, pudiendo por lo tanto interpretarse la
subcultura como una “forma de resistencia en la cual las contradicciones experimentadas y las
objeciones a esta ideología dominante son oblicuamente representadas en el estilo”10. Como
formas culturales, por lo tanto, las subculturas presentarían su distintiva forma de vida, sus
significados, valores e ideas encarnados en instituciones, en relaciones sociales, en sistemas de
creencias, en los usos de los objetos que les rodean y su vida material. Tendrían también sus
propios mapas de significados, sus prácticas culturales características y sus sistemas de
representaciones11. La idea defendida en esta investigación que se está desarrollando sería que
la radio libre española nació dentro de una subcultura militante propia de la España del
momento. Una subcultura heredera en muchos aspectos de su cultura parental de clase
trabajadora, aunque incluyendo elementos de subculturas de clase media (contraculturas),
dando lugar a una suerte de híbrido subcultural.
Por otro lado, las instituciones culturales en las modernas sociedades post-industriales, tal y
como sería el caso de la España de la Transición, serían aquellas soluciones culturales
mediante las cuales las clases dominantes ejercerían su dominio, sus mecanismos represivos,
9 Para un lectura en profundidad del fenómeno de la subcultura,: Hall, S. y Jefferson, T.: Resistance through rituals. Youth subcultures in post-war Britain, Routledge, Londres, 1993; Hebdige, D.: Subcultura. El significado del estilo, Paidós, Barcelona, 2004; Martín Cabello, A.: La Escuela de Birmingham. El Centre for Contemporary Cultural Studies y el origen de los estudios culturales, Servicio de Publicaciones Universidad Rey Juan Carlos, Madrid, 2006, pp. 105 – 131 y Turner, G.: British Cultural Studies: an introduction, Routledge, Londres, 1996, pp. 102 – 108. 10 Citado en Martín Cabello, A.: La Escuela de Birmingham... p. 114.11 Hall, S. y Jefferson, T.: Resistance through rituals… pp.10 y 11.
proyectando su ideología, la dominante, sobre las clases subalternas. Instala en ellas pautas de
consenso, de aceptación lógica, de subordinación, consentimiento y pasividad, sometiendo a la
sociedad civil a las pulsiones del bloque dominante. El concepto de institución cultural se
asimilaría al de Aparato Ideológico Estatal propugnado por Althusser. Gramsci situaba a los
medios de comunicación de masas entre estas instituciones, el elemento más prominente y
dinámico de esta estructura ideológica12, aunque no el único.
Si los medios de comunicación de masas desarrollan este papel en las sociedades capitalistas
parece posible establecer un paralelismo entre el papel de los mass-media y el de la radio libre.
Es decir, si los medios de comunicación de masas son los encargados de reproducir la
ideología dominante en el contexto social más amplio, configurando la sociedad, es posible
afirmar que a un nivel subcultural la radio libre desempeñaría el mismo papel, reproduciendo
en una suerte de feedback las condiciones de existencia de dicha subcultura, ya que ésta,
siguiendo de nuevo a Gramsci, “adquiere la psicología de clase dominante y se organiza como
tal”13, es decir, tomándola como un todo podrían aplicarse sobre ella algunos de los esquemas
analíticos con los que se trata a la cultura dominante. Esta afirmación no implica en ningún
momento que la subcultura pase a ser descontextualizada y luego estudiada, en ningún
momento podrá analizarse una subcultura desligada de la doble tensión que mantiene por un
lado con su cultura parental y por otro con la cultura dominante, sino que, como toda
formación cultural, las subculturas establecen sus propias cosmovisiones, prácticas,
representaciones y mapas de conocimiento, así como las instituciones encargadas de
reproducirlas y convertirlas en hegemónicas dentro del propio ambiente subcultural. La radio
libre por lo tanto juega en el mundo de la subcultura un papel de vital importancia,
conformando la agenda y ayudando a constituir e institucionalizar los discursos de este
conjunto cultural, ya que además de institución se constituye como práctica cultural. Es decir,
la escucha y puesta en funcionamiento de este tipo de emisoras conformaría uno de los
elementos característicos y definitorios de la ya mentada subcultura militante que circunscribe
a la radio libre.
En la radio libre se hacen visibles parte de las resistencias y tensiones existentes entre la
subcultura y sus respectivas culturas parental y dominante. Así es posible, siguiendo a Stuart
Hall, afirmar que la radio libre supondría, en sus formas de emitir y sus contenidos, el triunfo y
12 Gramsci, A.: “Cultural Themes: Ideological Material”. En Dirham, M.G. y Kellner, D. (eds.): Media and cultural studies. Keyworks, Blackwell Publishers, Oxford, 2001, p.46.13 Gramsci, A.: Antología, Siglo XXI Editores, Madrid, 2007, p.66.
la institucionalización de los códigos de denotación oposicionales. En su ya clásico artículo
“Encoding/Decoding”14 Hall proponía un nuevo vocabulario y una nueva teoría de la
producción cultural y su recepción. En los procesos de comunicación no habría nada natural,
los mensajes tienen que ser construidos y elaborados y dado que el proceso de elaboración de
los mismos sería un fenómeno social activamente interpretativo, el momento de su recepción
también lo sería. Los códigos empleados para la elaboración del mensaje, y sus homónimos
para decodificarlo, nos serían dados por las instituciones, pudiendo parecernos por ello
naturales. A pesar de estos códigos, los mensajes nunca tendrían un significado completamente
fijado, sino que permitirían cierta polisemia. Aún presentando unos significados dominantes,
aquellos en la mente de quien elaboraba el mensaje y entendiendo siempre dominante como
preferido, en ningún caso estableciendo un proceso unidireccional, Hall fijó tres categorías
desde las cuales podría decodificarse un mensaje dado: posición dominante o preferida
(dominant or preferred position), la posición negociada (negotiated position) y la posición
oposicional (opositional position). La dominante decodificaría el mensaje acorde con la
connotación dominante, la negociada aceptaría el mensaje pero reservándose el derecho de
realizar aplicaciones negociadas del mismo y por último, la oposicional que entendería el
mensaje dominante y su denotación, pero lo inserta en un marco de referencia alternativo, de
manera que termina por significar lo contrario, en una relectura casi contestataria.
La subcultura militante en la que se inserta la radio libre normalmente decodifica los mensajes
producidos por los medios de comunicación ‘oficiales’ en código oposicional, manifestando
abiertamente su descontento y oposición. Este tipo de tensiones con la cultura dominante son
propios de toda subcultura, pero lo característico de ésta que nos ocupa es la
institucionalización del código oposicional, es decir su encarnación en la radio libre como
respuesta a la insatisfacción producida por los sistemas de comunicación existentes y la
transformación de este modelo de codificación en posición codificadora de mensajes creando
un modelo de comunicación alternativo, en forma y contenidos, al existente, sostenido por la
cultura dominante.
3. Tipología de las radios libres.
14 Hall, S.: “Enconding/Decoding”. En Hall, S. et al. Culture, Media, Language, Hutchinson, Londres, 1980, pp. 128-38.
Uno de los hechos que más sorprenden cuando uno profundiza en el tema de la radio libre es la
variedad de circunstancias y formas en las que nacen y se manifiestan las emisoras que
componen el espectro de la radio libre española. Miguel Aguilera en su libro ya mentado,
Radios libres y radios piratas15 establece una tipología de la radio libre a raíz del estudio de los
casos francés e italiano. En su modelo Aguilera incluye tanto radios comerciales, como radios
piratas, que cómo se anotó anteriormente nada tienen que ver con nuestro objeto de estudio,
por lo tanto han sido eliminadas de la reelaboración que del mismo aquí se presenta.
Tres son las categorías en las que pueden ordenarse las emisoras de radio libre: las emisoras
sociales, las de partido (o políticas) y las independientes (o epicúreas). La primera de las
categorías incluiría a la gran mayoría de emisoras activas en España en aquellos años. Serían
las emisoras con conciencia social, conscientes de pertenecer a un movimiento por la libertad
de emisión, provenientes muchas de ellas de movimientos como el vecinal o ecologista y en
relación, por lo tanto, con muchos de los movimientos sociales del momento.
El segundo tipo, el de las radios políticas o de partido, sería aquel en el que se enmarcarían las
emisoras promovidas, subvencionadas o mantenidas por partidos políticos. En España este tipo
de emisoras no fue demasiado común, al contrario que en Italia, aunque al parecer existieron
algunas emisoras ligadas de alguna manera a movimientos y colectivos de extrema derecha
como CEDADE16, por un extremo del espectro político, y por otro los casos de Radio Luna y
Onda Cero, ambos en Madrid, relacionados la primera con círculos sindicales cercanos a la
CNT, y a partidos de extrema izquierda como la Liga Comunista Revolucionaria o el
Movimiento Comunista la segunda. En torno a las radios políticas o de partido se instituyó un
fuerte debate dentro del movimiento de las radios libres en España, un debate que llegó a su
punto álgido cuando en una de las reuniones de la Coordinadora Estatal de Radios Libres se
propuso desde Onda Verde la expulsión de Onda Cero de la misma17. Aunque la causa de este
debate puede situarse en la fuerte política personalista llevada a cabo por la dirección de Onda
Verde, encabezada por Esteban Ibarra, más teniendo en cuenta que Onda Cero no era
realmente una radio de partido, si bien muchos de sus integrantes provenían de los ya mentados
partidos, el debate y el rechazo de este modelo de radio por parte del movimiento de las radios
libres nos remite a una de las tensiones mantenidas por la subcultura militante con su cultura
15 Aguilera, M.: Radios libre y radios piratas, Forja, Madrid, 1985.16 Virus: Radios libres… toda una vida por delante. En www.zaragozarebelde.org, información obtenida el 19/04/2010.17 Gómez, A.: “Las radios libres acuerdan exigir el 33% del dial”, El País, 06/03/1985. Edición digital.
parental obrerista. La negación y rechazo de la influencia de los partidos políticos de clase
sobre los asuntos e instituciones de la subcultura supone una ruptura con las instituciones y
formas de funcionamiento clásicas de la cultura parental, donde los partidos de clase jugaban
un papel de importancia en cuestiones de representación, organización y construcción de
identidades a través de la simpatía o la militancia, favoreciendo solidaridades y relaciones de
clase.
El último tipo de emisora lo conformarían las emisoras independientes o epicúreas, aquellas
que conformadas normalmente por grupos de amigos se constituían únicamente por el placer
de emitir. Dentro de este tipo se encontraría la emisora madrileña La Cadena del Water, una
emisora cuyas características, formas de actuación y repercusiones, la sitúan como un caso
aparte dentro de la radio libre española.
4. Problemáticas.
De las misma manera que no hay dos sin tres, no se plantean postulados teóricos que no lleven
implícitos en sí mismos una problemática y cómo esta comunicación expone una serie de
planteamientos teóricos, parece justo enunciar también sus contrapartidas y las problemáticas
que presentan las mismas.
El concepto de ‘anomia comunicacional’, y su aplicación a la radio libre, plantea en sí mismo
la problemática de su total validez o no como herramienta analítica. En el presente estadio de
investigación, sin embargo, aparece como un útil concepto explicativo, que sitúa el nacimiento
del movimiento en unos parámetros socioculturales diferentes de los habituales orígenes
políticos y contestatarios atribuidos al fenómeno.
El grueso de la problemática originada por los planteamientos teóricos aquí expuestos se
plantea en torno a las cuestiones de índole subcultural. Primeramente, la filiación de la
subcultura militante en cuyo seno nace la radio libre a una clase social u otra, supone en sí
mismo un punto cuyo posible debate pretende superarse con la noción de híbrido subcultural.
La extracción social mixta de los integrantes de las radios libres implica a priori una
imposibilidad de fijar con claridad si nos encontramos ante una subcultura de clase trabajadora
o por el contrario una de clase media (contracultura). Así mismo, la presente subcultura
presenta características propias de ambos modelos de subcultura, lo que dificulta aún más su
clasificación concreta. Por un lado la diferenciación mediante el estilo, propia de las
subculturas de clase trabajadora, se manifestaría, no tanto en lo externo y material – el ropaje,
como sucedía con las subculturas clásicas analizadas por el CCCS: mods, skinheads o teddy-
boys – como en el lenguaje a la hora de emitir, siempre cercano, “de calle”. De igual manera, y
a pesar de que el movimiento llega a organizarse a nivel nacional, valora los entornos ya
existentes, como el barrio, el distrito o la ciudad, centrándose muchas emisoras en estos
ámbitos y convirtiéndolos en su hábitat natural. Por otro lado analizando esta subcultura
militante también se encuentran rasgos propios de las subculturas de clase media. La
subcultura analizada presenta un aspecto político más propio de las contraculturas de clase
media que de las subculturas de clase trabajadora, creando unas contradicciones generales en
toda la sociedad – el fenómeno, sus reivindicaciones y su devenir llegaron a ocupar multitud en
la prensa nacional – y augurando nuevas formas sociales.18 Como puede comprobarse no es
posible fijar la filiación parental de la presente subcultura de manera clara, por lo tanto puede
que nos encontremos ante un caso de hibridación subcultural, una forma mixta característica de
la España del momento, pues no hay que olvidar que las subculturas son siempre productos de
su tiempo y éstas no pueden entenderse si no es en su contexto.
Por último, habría que señalar dos cuestiones derivadas del papel que juegan las clases sociales
en el esquema analítico de las subculturas: por un lado la pertinencia o no de afirmar la
existencia de clases sociales en la España del momento, y por otro de la cuestión de la
hegemonía y cómo se soluciona ésta en torno a la subcultura. Comenzando por el tema de la
existencia de clases sociales en la España del momento, ésta es una condición a priori para la
existencia de subculturas, no es posible establecerlas ni estudiarlas sin ese condicionante y
condición primera, por lo tanto habrá que reconocer la existencia de clases sociales en España
en los años en los que se desarrolla la investigación. Dicha existencia no se abraza como un
dogma de fe, todo lo contrario, la conflictividad social con sus reivindicaciones obreristas por
un lado y la proliferación de partidos de extrema izquierda y movilizaciones de todo tipo que
mantuvieron viva la cultura de clase trabajadora, justifican esta existencia del sistema clásico
de clases en el momento en el que se inserta la investigación.
En cuanto a la cuestión de la hegemonía, éste es un concepto importado del pensamiento de
Gramsci por los pensadores de la Escuela de Birmingham para explicar las relaciones entre
culturas dominantes y dominadas. El concepto haría referencia:
18 Martín Cabello, A.: La escuela de Birmingham… pp. 110.113.
“al momento cuando la clase dominante es capaz no sólo de ejercer coerción sobre una clase
subordinada, sino de ejercer una “hegemonía” o “autoridad total” sobre las clases
subordinadas. Esto envuelve el ejercicio de una clase especial de poder – el poder de
estructurar alternativas y de contener oportunidades, de ganar y delimitar el consenso, de tal
forma que la concesión de legitimidad hacia las clases dominantes aparezca no solo como
“espontánea”, sino natural y normal”19.
La posición de las clases subordinadas es constantemente negociada en el campo de las
superestructuras pues el objetivo de la hegemonía es reproducir esa situación de dominación,
por lo tanto, llegado el momento, la clase hegemónica incorporaría novedades provenientes de
las clases subordinadas a su repertorio cultural con el objetivo de continuar con esta lógica
reproductora. Al igual que muchas de las subculturas estudiadas por la Escuela de Birmingham
fueron asimiladas por el mainstream, despojándolas de sus contenidos de resistencia y tensión,
es posible ver cómo muchas de las características de la radio libre serían asimiladas por las
instituciones al servicio de las clases dominantes, hacemos referencia a, entre otras: la
democratización de la comunicación mediante intervenciones cómo la entrada de llamadas en
directo durante las radiodifusiones, la proliferación de las actuaciones y retransmisiones a pie
de calle, el estilo fresco e innovador, etc. Estas incorporaciones no se producen ipso facto, sino
que se producirían a medio/largo plazo, pero su inclusión y contemplación ayudaría a fijar los
contenidos expuestos anteriormente.
Hasta aquí llegarían las disquisiciones teóricas que componen, de momento, el marco teórico
en el que se está desarrollando esta investigación que esperamos concluya con la elaboración
de la ya mentada tesis doctoral. El carácter provisional y revisable de muchas de las
afirmaciones presentadas en esta comunicación es incontestable, pero esa es la magia de la
ciencia y la condición primera para el desarrollo de la misma, la evolución y modificación de
los principios teóricos según avanzan las investigaciones.
19 Hall, S. y Jefferson T.: The politics of popular culture: culture and subculture. Citado en Martín Cabello, A.: La Escuela de Birmingham… p.107.