Revista 01

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Revista de fotos

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EDITORAL

Hemos creado una sociedad basada en el consumo y en la necesidad de poseer,

por inútil que pueda resultar no disfrutar tanto como podemos comprar, al mismo tiempo

que esa misma sociedad expulsa y margina a quienes no están dentro de ese mecanismo

de compra contínua, sociedad que culpabiliza de su suerte al expulsado, sociedad que

mira para otro lado en tanto no se vea salpicada por los problemas que ella misma genera.

Resulta paradójico que sólo quien ha sido expulsado sea capaz de reinventar un nuevo

modelo en el que acomodar sus posibilidades a sus necesidades, y aprende lo superfluo

que es lo que para su vecino es tan necesario, aprende a valorar lo que antes le pasaba

desapercibido y ve con cierta sorna y mucha claridad todo aquello que antes tenía vedado

por la falta de tiempo.

Un tema y distintas maneras de abordarlo, así podríamos resumir el esquema de éste

primer número. Que dure.

Han colaborado en éste número.

Agustín Rueda Palomares

Mariano Belmar.

Eduardo Longoni.

Juan Luis Rúa.

Lourdes Santos Bajo.

Mikel Alba.

Antonio Cantabrana.

Mi especial agradecimiento a Juan Pixelecta por su ayuda.

Esta revista es para ti. Si te ha gustado y quieres colaborar con tus fotos, envía

un mail a ancama17@hotmail.com o a ancama17@gmail.com.

Agustín Rueda Palomares

http://agustinruedaphoto.blogspot.com.es

Mariano Belmar

http://mbelmart.1x.com/

http://www.flickr.com/photos/mar_fotografia/

http://500px.com/Mariano_Belmar

"Deambulando por paisajes imaginarios, perdidos en las sombras de

la mente y el entorno, seres expulsados en su nacimiento, expulsados

a un mundo que no conocen ni les reconoce, andan sin rumbo es este

valle sin un dios que les proteja."

“Exiliados”

“En el umbral”

“La puerta”

“El Camino”

“ “Transito”

Eduardo Longoni

http://www.eduardolongoni.com.ar/

La Argentina, mi país, tiene el triste mérito de haber aportado una

nueva palabra a la lengua castellana; desaparecidos.

La dictadura militar que asoló estas tierras entre 1976 y 1983 dejó 30.000

desaparecidos. Militantes, estudiantes, obreros, que de la noche a la mañana

eran borrados de la faz de la tierra. Ni presos, ni fusilados, desaparecidos, la

más terrible de las condenas, la supresión de la identidad. Poco a poco fueron

sus madres, que ya no tenían nada que perder, porque, ¿qué más se puede

perder luego de perder un hijo?, las que empezaron a reclamar, a organizarse,

a insistir, a resquebrajar los cimientos de la dictadura militar. Un 30 de abril

de 1977 se reunieron en la Plaza de Mayo, frente a la Casa de Gobierno. Lo

recuerda Pepa Noia, que fue la primera en llegar de esas 14 madres

desesperadas. Como la policía no las dejaba en paz y les pedía que se fueran,

que no podían permanecer reunidas en ese lugar, se les ocurrió empezar a

caminar alrededor de la Pirámide de la plaza. Allí nació la Ronda de las

Madres que nunca se apagó; jueves a jueves, con lluvia, calor o frío se las

puede ver marchar, cada vez más viejitas pero cada cada vez más valientes.

Nunca recuperaron a sus hijos, cobardemente asesinados por los militares,

pero si recuperaron más de 100 nietos, nacidos en cautiverio en los centros

clandestinos de detención. Y también recuperaron para todos los argentinos

la idea de la lucha, de la resistencia.

La democracia de mi país se funda en varios pilares, pero quizá el más

sólido sea el que representan las Madres de Plaza de Mayo.

E. Longoni.

“Pepa Noia, la primera madre. 2002”

“Madre, homenaje en el río. 1995”

“Madres y policías. 1981”

“ “Llanto en la ronda de las Madres. 1981”

“Madres contra las leyes del olvido. 1987”

“Ronda de las Madres. 1981”

“Gases lacrimógenos sobre una Madre. 2001”

Juan Luis Rúa

www.juanluisrua.com

http://www.flickriver.com/photos/xohanchupito/

Jamas en su vida habia visto las cosas , las cosas de la vida cotidiana, con

mayor claridad.

!Y todas y cada una de ellas parecían estar siendo envenenadas por sus ojos!.

"La hoguera de las vanidades" Tom Wolfe

La fraga es un tapiz de vida apretado contra las arrugas de la tierra;

en sus cuevas se hunde,en sus cerros se eleva,en sus llanos se iguala.

"El bosque animado" Wenceslao Fernández Florez

NIÑOS SIN INFANCIA Paradojas

Texto y fotos: Lourdes Santos Bajo

http://www.flickr.com/photos/lourdessantosbajo/

http://lourdessb.blogspot.com.es/

Nada sorprende más a los ojos del turista en África, nada se adentra más allá

de su retina, hacia el centro de las emociones, que la visión de esos niños y

niñas sin infancia.

En un país y en otro, con apenas diferencias, es fácil contemplarlos

arrastrando sobre su cuerpo la pesada carga de sus responsabilidades desde

casi la cuna.

¿Por qué a mí?

A veces el tópico “una imagen vale más que mil palabras” es totalmente cierto.

Una mirada que se hunde en nuestra retina para llegar allí donde no cabe la indiferencia. Un rostro que nos mira y nos hace pensar en las

injusticias del mundo.

Y es que en la mirada y expresión de este pequeño maliense parece condensarse toda la injusticia de la dura vida que le ha tocado vivir. En

Djenné, Malí.

← El aguador

Como un adulto, el pequeño dogón transporta con una carretilla bidones de agua desde el pozo comunitario hasta el lugar donde nos

alojamos. En Koundou, Malí.

Ellos y ellas contribuyen a la economía familiar al mismo tiempo que

aprenden las tareas que habrán de realizar el resto de su vida. Un aprendizaje

que las más de las veces se realiza sobre el terreno, porque no hay tiempo, ni

escuela, ni medios que les permitan el total desarrollo de sus capacidades, ni a

sus países salir del subdesarrollo en el que se encuentran inmersos.

La escuela de la vida

Desde muy pequeñas, las niñas aprenden a transportar el agua sobre su cabeza sin que se derrame, un aprendizaje que requiere la máxima

concentración.

En un poblado próximo a la ciudad de Gaoua, Burkina Faso.

Mirada → El mercado de pescado junto al lago Awasa es todo un mundo en el que se mezclan pescadores en sus barcas,

niños que limpian pescado o arreglan las redes, pelícanos que acuden al lugar para alimentarse con los restos,

mujeres preparando comida, pescadores lavándose en las orillas del lago y más allá lavando su propia ropa...

En medio de todo el caos aparente de este pequeño mundo, la mirada de este niño no deja indiferente a nadie.

En Awasa, Etiopía.

Una mirada superficial, desde nuestro eurocentrismo, sólo despertaría en

nosotros emociones y sentimientos parecidos a la compasión o el paternalismo,

al imaginar la dureza de su vida cotidiana. Basta un poco más de luz, una

mirada más atenta, para descubrir la paradoja de que sus carencias están

teñidas de la abundancia de lo que a nosotros tan autosatisfechos nos falta, y

que nos trae de nuevo a ese lugar común de que el dinero no hace la felicidad.

Caminos de África

La pequeña hamer regresa a su poblado al atardecer. Sus pies conocen bien el polvo de los caminos y su espalda se dobla por la pesada

carga de leña. En la mano, una valiosa botella de plástico que algún turista le ha dado en el camping de Turmi, Etiopía.

¿Hay algo más bello que su sonrisa? →

Una sonrisa que sale del corazón es mucho más que una expresión espontánea de felicidad. Es también, y sobre todo, un

gran regalo para los demás, el regalo de alguien con mucha riqueza interior.

A pesar de la dureza de sus condiciones de vida, la sonrisa espontánea ilumina con frecuencia el rostro de muchos niños

y niñas en África.

En Po, Burkina Faso.

Nuestros niños y niñas han nacido en la facilidad y la abundancia de bienes

materiales y caprichos, pero en esta sociedad de la prisa, en muchos casos son

sólo mendigos disfrazados de riqueza. Mendigos que piden atención, cariño y

en suma, tiempo, ese tiempo del que carecemos en la vida acelerada que nos

ha tocado vivir.

Emociones Nunca los regalos materiales podrán sustituir el cariño, la preocupación y el amor de un padre hacia su hijo.

Cerca de Kampala, Uganda.

Todo se recicla→

Cualquier cosa inservible, aún es buena para jugar.

Cerca del nacimiento del Nilo Blanco en el lago Victoria, Uganda.

En África no necesitan Barbies

No importa el país, en África las niñas suelen hacer el papel de madres de sus hermanos pequeños…

Una tarea más que las aparta de la escuela a pesar de la importancia que tiene la educación para su futuro y el del continente.

Según UNICEF la educación contribuye a mejorar las condiciones de vida y romper el círculo de pobreza que sufren millones de niños y

niñas en los países en desarrollo. Más en concreto, la educación de las niñas es fundamental para el futuro de un país. Una niña

escolarizada tenderá a casarse más tarde y a tener menos hijos que tendrán más posibilidades de sobrevivir, estarán mejor alimentados y

recibirán una educación.

En Zigla Koulpele, Burkina Faso.

Vendo tomates

¿Cuántos Einstein, Shakespeare o Marie Curie de piel oscura se han perdido para la humanidad?

¿Puede salir adelante el continente africano sin personal cualificado, sin médicos, sin ingenieros, sin profesores...?

¿Puede salir adelante un continente si sus niños –y más aún las niñas- no pueden ir a la escuela?

¿Tendremos alguna responsabilidad en el retraso que sufre el continente?

Escribe Javier Reverte en su libro “El sueño de África”: “Tan sólo entre los siglos XV y XIX, unos 15 millones de esclavos salieron

embarcados de sus costas hacia otros continentes. De ellos, millón y medio murieron en el camino. Pero no existen cifras concretas de

aquellos que no llegaron nunca a ser embarcados, los que murieron en los asaltos de los negreros a las aldeas ignoradas y los que

fallecieron en las penosas marchas de las caravanas que los transportaban encadenados hasta las costas. El corazón se nos congela cuando

hacemos un cálculo aproximado.”

Toda la riqueza humana y material de un continente puesta al servicio de otros.

Y lo peor de todo es que –aunque más sutil- sigue siendo así.

En el mercado de Po, Burkina Faso.

En África, como en los países de nuestro entorno, hay niños y niñas tristes

mientras que otros irradian felicidad y alegría. Colonialismos de épocas

pretéritas y de nuevo estilo han empobrecido sus países, han roto fronteras

naturales y condenado a entenderse a etnias históricamente irreconciliables,

sin embargo hay algo que no hemos logrado ni lograremos arrebatarles, que es

la alegría y la fuerza de sus niños y niñas. AFORTUNADAMENTE.

Risas y sonrisas

Estamos equivocados cuando nos medimos por lo que tenemos y no por lo que somos. La riqueza no da la felicidad.

Alegría de ser amigas en un poblado de la etnia bambara, Malí.

La fuerza de África →

En los niños y niñas está la fuerza de África. Apostar por su salud y

por su educación es apostar por el futuro del continente.

En las calles de Kisumu, Kenia.

Mikel Alba.

http://www.flickr.com/photos/lasfotosdemikel/

“Ahogado en las penas”.

“Infancia perdida”.

“No mires atrás”.