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dialktica
INTRODUCCIN
Qu hacemos?Cuestin en perspectivas, perspectivas en cuestin
COLECTIVO DE TRABAJO
/D OD LQWHUPLQDEOH &XiQWR KDUi TXH QR SDVD 6HQWtD HO IUtR HQORVKXHVRV6HDFRPRGyDWUiVGHODPXMHUGHVDFRQHJURJDVWDGR=DSDWHyHOSLVR0LUy ODKRUDHQHOFHOXODUSXOVyXQERWyQ\SDVyGH WHPD +XHOH D KXPR$ FDxR GH HVFDSH GH FDPLyQ 6H SHUGLyHQHOFLHORJULV(QODVKRMDVPDUURQHV(QODVDPDULOODVDOFDHU(QODVSRFDVYHUGHV(QHOFRQWUDVWH/OHJDURQWUHVMXQWRV6HVXELyDOWHUFHURWDPELpQOOHQR$JDUUDGRDOFDxRGHOWHFKRFHUUyORVRMRV&DEHFHy WUHV R FXDWUR YHFHV 6H FDtD XQ SRFR HQFLPD GHO GH DOODGR(OFROHFWLYRVHIUHQyDPLWDGGHFXDGUDVLQSDUDGDGHOFDUULOL]TXLHUGR$EULyGHOWRGRORVRMRV7RGDODFROXPQDGHDXWRVHVWDEDIUHQDGD
La realidad es desprolija. Cuando D. empez a tipear estas palabras, otros
signos haban clavado sus banderas en el cuerpo.
%RFLQD]RV+D\XQFRUWHHQODRWUDFXDGUDHVFXFKy$OJXQRVEXGRV0XUPXOORV'HXQYRODQWD]RHOFROHFWLYRSDVySRUDUULEDGHODVOtQHDVDPDULOODVTXHPDUFDEDQODGREOHPDQR\VHGHVYLy9ROYLyDGREODUDXQDVFXDGUDVSDUDUHWRPDU&XiQWRKDFtDTXHQRSDVDEDSRUDFi/HYDQWyODFDEH]D&XiQWR"&XiQWRKDFH"1RORSRGtDFUHHU'LH]"2QFH
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(UDQORVVLJQRVGHXQGUDPD1RHQVHQWLGRFLQHPDWRJUiFRRWHOHQRYHOHVFRsino en el sentido clsico en que los griegos decan (drama), un hacer o una actuacin. Del cuerpo en los acontecimientos y de los
acontecimientos en el cuerpo. Porque si es cierto que no podemos baarnos
dos veces en el mismo ro, la razn es doble: cambia el ro y cambiamos
nosotros.
6LQWLyFRPRVLHOWLHPSRQRKXELHUDSDVDGR2FRPRVLOHFD\HUDHQHOFXHUSRWRGRHQXQ LQVWDQWH*LUDEDHOFXHOOR ODFDEH]DSDUDUHWHQHU XQ SRFRPiV GH OD LPDJHQ TXH VH HVFDSDED (O FROHFWLYRDFHOHUDED FRQ UXLGR (VDSL]DUUD HQ OD SXHUWD QRHVWDED DTXHOODPHVDGHDGHQWURVt2QFHDxRV4XpVHUtDGH)UDQFRGH%iUEDUDGH/DXUD"$5REHUWR\(GJDUGRGRVGHORVYLHMRVGHHVRVSDUDORVTXHVHKDFtDXQVLOHQFLRHVSHFLDOORVKDEtDYLVWRKDFtDSRFR7DPELpQGHVGHDIXHUDPLUDQGRGHFRVWDGRFRQGLVLPXORDWUDYpVGHORVYLGULRVGHXQD8QLGDG%iVLFD'HXQD8QLGDG%iVLFD/OHYDUtDQWDPELpQHOORVODOLVWDGHRUDGRUHV"3RQGUtDQHOFURQyPHWURVREUHODPHVD"&RQWXYRODULVDHQXQDPXHFD0LUyHOWHFKR0LUyHOSLVR6DFXGLyODFDEH]D/HVXELyGHVGHHOHVWyPDJRXQDVHQVDFLyQDPDUJDSRUODJDUJDQWD4XpVHUtDGH/DXUD"
Entonces D. se pregunt si vala la pena retomar cierta lgica para el
anlisis de coyuntura: situacin intergalctica, Va Lctea, sistema solar,
regional de planetas terrestres (Mercurio, Venus, Tierra, Marte), mapamundi,
subcontinente... situacin de D. Y se respondi que, por esta vez, no vala
la pena. Tambin se pregunt si haca falta arremeter contra el dirigentismo
de las orgnicas o de cualquier otro estamento social, as que empez a
releer anteriores editoriales: Para todos y para nadie (n 25); Capital: ese
brillante objeto del deseo (n 24); Las cuas de Hefesto (n 23)... y D.
interrumpi la serie, mir el [WXUH del Mundial y se respondi que no, que no haca falta.
Sin embargo, D. advirti que, en el campo de las activaciones militantes
anticapitalistas, aquellas que proponen formas de intervencin ms alejadas
de los presupuestos de las orgnicas, encuentran un espacio comn en ciertos
SULQFLSLRV PiV R PHQRV H[SOLFLWDGRV TXH SRQHQ HQ FXHVWLyQ GHQLFLRQHVWUDGLFLRQDOHVGHODL]TXLHUGDSDUWLGDULDQDFLGDDQHVGHOVLJOR;,;&RSLDPRVdel cuaderno de apuntes de D.:
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El cuestionamiento a las limitaciones en entender la coaccin econmica como razn suficiente para explicar la dominacin capitalista y la mal entendida determinacin de la consciencia por el ser social (Dialktica 25), constituyeron las crticas (i) del economicismo (por su incapacidad para responder por qu se est tan a gusto con la explotacin capitalista propia y ajena), (ii) de la definicin clsica del sujeto revolucionario (por su incapacidad para comprender las diversidad en la que se trama la universalidad de la clase trabajadora diversidad que excede el arquetipo del obrero manual) y fundamentalmente (iii) de la delimitacin del espacio de intervencin donde horadar la relacin social capitalista (por emplazar en la fbrica el mbito privilegiado de lucha).
Estas crticas, conjetur nuestro extrao personaje, reorientaron discusiones
vigentes que, nutridas de experiencias histricas y luchas sociales (los
fascismos, movimientos descolonizadores, luchas armadas, el feminismo y
ODFXHVWLyQGHJpQHURHWFGHVSOD]DURQHOHQWHQGLPLHQWR\ODVGHQLFLRQHVde lneas de accin sobre la relacin social capitalista hacia los aspectos
concernientes a la GRPLQDFLyQHQVXDVSHFWRLGHROyJLFREn este marco, la propuesta terica de Antonio Gramsci se erige en referencia fundacional de
lo que podemos llamar EDWDOOD LGHROyJLFRFXOWXUDO que orient gran parte de la militancia de los PCs y tambin buena parte de las militancias de la
denominada izquierda independiente.
(O FROHFWLYR YROYLy D OD DYHQLGD &XDQGR pO HPSH]y D SDUWLFLSDUKDEtDQWRPDGRHOORFDOKDFtDXQRVGtDV/RVEUD]RVUDVSDGRVODPXJUHHQWUHODVXxDV)XHURQWUHVRFXDWURMRUQDGDVVHJXLGDVGHOLPSLH]D$Kt VH DUPy HO JUXSLWR (UDQ ORV ~QLFRV TXH VLHPSUH VH TXHGDEDQELHQKDVWDHOQDOOLPSLDQGR\DVtIXHVLHPSUHHVRVGRVDxRVPiVRPHQRV (O FLQHGHEDWH ODV HVWDV HQ VROLGDULGDG ODVPDUFKDV)XHVLPSOHPHQWHDKRUDORYHDKRUDORVLHQWHSHURQRVHDQLPDDGHFtUVHORIHOL]4XL]iVWRGDYtDHVWpHOPXUDO6RQUtH6LQPXHFD&RPLVLyQ GH DUWH UPDURQ DEDMR 3HUR FDPXDGDV HQWUH ODVUDPDV\ODVKRMDVGHORViUEROHVDODFUtOLFRHVWDPSDURQFRQPDUUyQFRQYHUGHFRQDPDULOORHQOtQHDVFXUYDVFDVLLPSHUFHSWLEOHVXQDHIHXQDEHXQDHOH7DPELpQXQDWH$KtHVWDEDQORVFXDWUR$OJXLHQOH HVWRUQXGD HQ OD RUHMD /H WRVH &XiQGR HPSH]y D SXGULUVH ODFRVD" &XiQGRGHMyGH LU" %DMDHQ ODSUy[LPD" OHSUHJXQWDQ1R0LUDHOFHOXODU
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$ ORV ~OWLPRV TXH FRQYRFDURQ XQD$VDPEOHD ORV UDMDURQ GH XQD*UHPLR"(VWiQWRGRVHQWRQJDGRV/DPXMHUGHOVDFRQHJURWRFDHOWLPEUHVHDFRPRGDHOSHOR+XHOHDFUHPDSDUDODFDUD9ROYtDOOiSRUHO6t&KDUODVREUHVREHUDQtDDOLPHQWDULDRDOJRDVtFRQXQPRYLPLHQWRFDPSHVLQR6RQRFKRHQWRQFHV%XVFDEDDKRUD ORYHD/DXUD0LUDHOUHORM7DPSRFRHVWDED%iUEDUDQL)UDQFR/HYDQWDODFDEH]D3HUPLVRSHUPLVR(OSDYLPHQWRHVWiGXURFRPRHOIUtR%DMD9HDXQQHQHGHJXDUGDSROYRTXHOHGDXQDEUD]R\XQEHVRDXQDPXMHUHQODYHUHGD\VDOHFRUULHQGRSDUDODHVFXHOD6DFDVXELOOHWHUDODDEUHDOPHGLR'RVFDULWDVVRQULHQWHV$XQDOHIDOWDQODVSDOHWDVODRWUDWLHQHFKXSHWH6RQUtH&XDQGRVDOtWRGDYtDGRUPtDQ/DSXWDPDGUHHOtaperFRQODYLDQGD$FRPHUDOJRSRUODFDOOHGHSDUDGRHQWUHODEXUR\ODEXUR6HFLHUUDKDVWDDUULEDODFDPSHUD$SXUDHOSDVR(VWiOOHJDQGRWDUGH
Por momentos, el drama mezcla los signos en el cuerpo de D. y la memoria
GHODVFRVDVLQWHUHUHODPHPRULDGHODVSDODEUDV&DYLODHQYR]DOWDUHVSHFWRGH ORV SUHVXSXHVWRV FRQ TXH RSHUD OD L]TXLHUGD SDUWLGDULD WURWVNLVWD ODSHUVSHFWLYDJUDPVFLDQDWLHQHODYHQWDMDGHIRUPXODUODSUHJXQWDDFHUFDGHOSDSHO TXH FXPSOH HQ OD GRPLQDFLyQ FDSLWDOLVWD OD SURGXFFLyQ LGHROyJLFD'HVGH HVWH SXQWR GH YLVWD OD IRUPDFLyQ GH FRQVHQVRV TXH UHIXHU]DQ ODUHODFLyQGHGRPLQDFLyQQRVHGLVXHOYHVyORFRQODDJLWDFLyQGHODVFRQVLJQDVDGHFXDGDVHQORVPRPHQWRVRSRUWXQRVVLQRFRQXQDPiVPRURVD\DPSOLDSURGXFFLyQ FXOWXUDO 1R REVWDQWH HVWH UHFRQRFLPLHQWR GH OD LPSRUWDQFLDGH ORVSUREOHPDV LGHROyJLFRV WLHQGHDGHVHQWHQGHUVHGHRDVXEHVWLPDUHOYDORUGHla-ma-ne-ra-en-que-se-pro-du-ceODLGHRORJtDHVGHFLUQRUHSDUDRVyORORKDFHWHyULFDPHQWHHQODVSDUWLFXODULGDGHVGHVXSURSLRSURFHVRGHSURGXFFLyQ. Ejemplo a mano (aunque no en las manos) del lector de estas lneas: una revista a cargo de un sector especial del aparato militante
TXH WLHQHFRPRGHVWLQRIRUPDUDVXVEDVHVHQSRFRGLHUHGHOSURFHVRGHproduccin y las intenciones de la prensa burguesa, pues se trata de que
algunos ya correctamente formados formen a otros, y no de autoformarse
permanentemente.
3HURTXphacs, tanto tiempo! Cmo ands? No te reconoc Qu sorpresa verte por ac! Qu alegra che! Ests igual, como dicen en la propaganda! Vas a arrancar a estudiar o ya venas? Mir qu bueno S, yo estoy estudiando, me quedan un par de materias, se me hizo un poco larga Y, ac me ves, militando Mir vos Pensar que nos conocimos en la Plaza, boludo Trece aos van a ser, no?
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y ahora ac S Tom, llevte un volante. Va a estar buensima la charla. S, es muy piola, la tiene re clara. Latinoamrica hoy: estado y movimientos populares, un buen tema Son un par de organizaciones de ac de la Facu No, con los troskos no se puede hacer nada. Bueno, pero eso es para evitar que vuelva la Franja y s, todo rosca, pero qu se la va a hacer, es parte de la poltica. Pero contme de vos Qu bueno verte. No, no s nada de l. Es verdad, estbamos siempre juntos, s Tampoco supe de Brbara. Cmo nos fuimos perdiendo, eh? Pero bueno, ahora con Facebook Dale, despus te lo paso. Qu carrera me dijiste? Ah, mucho no conozco. Pero acercte all a la mesita, pregunt por Tato o por Mechi, dec que te mando yo. Son dos compaeros re grosos y que te van a poder orientar sobre materias, docentes. Y Vt KD\ FiWHGUDV PiV SLRODVTXHRWUDVy algunas que son la muerte. Mejor averiguar, si no, te pods comer un garrn. Por dnde ests viviendo? Porque estamos juntando avales para las elecciones S, para presentarnos. Es una FKD\XQDIRWRFRSLDGHO'1,Penslo, no hay apuro todava, pero es nada ms que para que nos podamos presentar. Viste que cambi la ley. As que entonces no ests ms por el barrio Con razn no nos cruzamos. No che, no volv ms despus de aquella vez, a veces paso por la puerta Te acords? S, una cagada La gente empez a dejar de venir. Un poco por eso quizs, pero tampoco se puede sostener algo as toda la vida. Nos faltaba algo ms orgnico, ms organizado, una herramienta poltica posta.
La ideologa como problema se dijo D. con un poco de esfuerzo, ya que
el apetito empezaba a perturbarlo y recin haba puesto a calentar el agua
SDUDORVGHRVQRVHUHGXFHDOFRQWHQLGRGHXQSURGXFWROLEURVUHYLVWDVpelculas, VSRWVde campaa, etc.), sino que WLHQHVXRULJHQHQODRUJDQL]DFLyQGHOWUDEDMRTXHODSURGXFH, en donde principalmente se condensan y a partir de donde se despliegan los problemas ideolgicos y del resto de los mbitos
de la produccin social. Si en el seno del proceso de produccin de un bien de
contenido pretendidamente FRQWUDKHJHPyQLFR1 se establece la desigualdad entre sus miembros, al liberar otro ejemplo que D. tena entre ceja y ceja,
con el aporte monetario de sus compaeros asalariados, a otros militantes de
la necesidad de la venta de su propia fuerza de trabajo para que se dediquen
de lleno a tareas de la organizacin (con la concentracin de referencia, saber
1 Concepto de dudosa formulacin por parte de Gramsci, pero insistente entre quienes se reconocen gramscianos.
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y poder que esta operacin implica), poco dista esta divisin del trabajo al
interior de la organizacin y los efectos ideolgicos implicados en ella, de
aspectos claves del proceso capitalista que se pretende criticar.
S, nos re caba Vivamos ah. y es que ramos pendejos Me acuerdo, me acuerdo De Alberto, de Edgardo, de la Nely. Una grosa la Nely, la tena muy clara. Me dijeron que despus se cay mal mal. Tuvo quilombo con los hijos. S, a veces venan. Estuvo media depre, viste. Pero no s cmo andar, perd contacto Lo TXHVpHVTXHGHMyGHLU7HDFRUGiVGHHVDHVWD"%ROXGR)ORUde bardo! Y, como siempre, nos tocaba limpiar el bao a nosotros Cmo nos cagaban, que hijos de puta. Un asco y es que estaba barata la barra. Era la poltica. Vendimos todo. Me acuerdo del (GJDUIXPDQGRSDUDQRGRUPLUVH,JXDOFDEHFHDEDHQHOULQFyQ4Xpcago de risa y ahora estoy ac, s. A veces me acuerdo de nuestras andanzas Los de ahora? Son unos fenmenos. La tienen muy clara los compas. Mucha juventud. Ahora un par se fueron a Brasil, a un encuentro de militantes de base. Estuve a punto de ir. Mi compaero est all. Otros hace un tiempo que estn en Venezuela. Otros que van y vienen Que cmo iba a hacer con el laburo? No, ahora estoy con una renta de la organizacin Es que estaba militando mucho, con el laburo se me complicaba, y los compaeros me la ofrecieron.
D. empezaba a redondear su idea del asunto. Nos referimos a con qu
DFRPSDxDUORVGHRV7DPELpQHPSH]DEDDUHGRQGHDUVXLGHDGHORVOtPLWHVde la concepcin gramsciana del estado, y de las tcticas y estrategias polticas
que se derivan de ella. En el abordaje del problema de la produccin de
hegemona, el estado tiende a concebirse como un aparato ms de produccin
ideolgica. De esta manera, se valora positivamente su ocupacin progresiva,
en el marco de una JXHUUD GH SRVLFLRQHV, con el objeto de favorecer una produccin de ideologa contrahegemnica y de un conjunto de polticas que
puedan mejorar las condiciones del pueblo2. Se acta, en efecto, como si el HVWDGRFDSLWDOLVWDQRFRQFHQWUDUDFDUDFWHUtVWLFDVHVSHFtFDVTXHORGLIHUHQFLDQde cualquier otra institucin, como si no fuera la comisin que administra los
negocios comunitarios de la ntegra clase burguesa3, como si se lo pudiera
2 Pueblo, dicen, y no clase trabajadora
3 Marx, K. y Engels, F. (2008). (OPDQLHVWRFRPXQLVWDBuenos Aires: ediciones Herramienta. [Trad. Miguel Vedda]
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transformar lentamente desde dentro en un sentido socialista. An cuando
se utiliza la frmula dentro y contra el estado, el contra tiende a quedar
DIXHUDGHODVLQLFLDWLYDV\GHODVUHH[LRQHVSROtWLFDV\DYHFHVVyORTXHGDen la mencin testimonial-discursiva de determinadas consignas Parece
existir el riesgo de que se trace un recorrido inverso, en el que la lgica estatal
tiende a transformar lentamente las organizaciones que pretenden ocuparlo
tal cual est y, al mismo tiempo, combatirlo.
El estado burgus tiene bajo su poder no slo los principales resortes de la
produccin ideolgica (las elecciones republicanas generan la ilusin de que
los trabajadores deciden sobre el poder del estado, cuando no hacen ms
que delegarlo, as como, en ltima instancia, los medios de comunicacin,
las escuelas, los sindicatos, los partidos polticos, etc., dependen de que el
estado los lleve adelante, gestione y/o permita su funcionamiento) sino que
tambin concentra el monopolio de la violencia. Estas dos caractersticas
lo hacen una institucin diferenciada y fundamental en la perpetuacin del
capitalismo. El desentendimiento respecto de este problema por parte de la
nueva izquierda (y de la vieja izquierda tambin) tiene como consecuencia
que su participacin (o el intento) en espacios representativos de la repblica
burguesa tiende a no ir acompaada de una FUtWLFDSHUPDQHQWH del carcter de clase de ese estado, ni de la creacin y experimentacin constantes con
nuevas formas de la accin poltica que no se reduzcan a su contrario: la
delegacin absoluta.
&yPRGHFtV"6tHVYHUGDGVtVHQRVIXHURQDOJXQRVHVFLHUWRSHURPX\SRFRV\KDFHXQUDWR\DXQSDUGHDxRV6tFRQHOWHPDGHTXHVLDSR\DPRVD&KiYH] WDPELpQKD\TXHDSR\DUDFi(V WRGDXQDGLVFXVLyQ6tEROXGR(UD\R6DOtHQHOVSRW1RPHhags rer! Me viste? Qu vergenza! Nos cagamos de risa para hacerlo Mal. Y vos ests militando? Pero vos tens que ir a cursar, no?, y yo ac dndote charla Dale, otro da hablamos ms tranquilos y la seguimos. Yo estoy siempre Qu alegra verte, che. S, buscme. Nos vemos! Pero banc Franco!, dejme tu mail! S boludo, dale. y vemos lo del aval. Uh, no tengo hoja. Ni birome. Mejor anot el mo Claro, en el cel, que vieja que soy. Dale, anot: Laura guin bajo ochenta y uno, s, guin bajo, arroba
' WHUPLQyGHSLFDU ODVQXHFHV\ OD DOEDKDFD HFKy ORVGHRVHQ ODROOD\mientras pelaba dientes de ajo, record otro aspecto cuestionable de la
izquierda independiente: el hecho de que los LQWHOHFWXDOHV RUJiQLFRV,
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quienes producen ideologa afn a los criterios de la organizacin, tengan
o carezcan de militancia poltica. Un LQWHOHFWXDORUJiQLFR, en efecto, puede investigar sobre movimientos sociales y acompaar sus iniciativas, o las de
otras organizaciones polticas, participando de charlas, marchas, dictando
cursos de formacin para militantes, produciendo investigaciones en el
marco de la academia y/o adhiriendo a solicitadas y documentos de estos
movimientos y organizaciones, al tiempo en que no milita en ellas. Tambin
puede prescindir de cualquier otra militancia, incluso de la participacin en
ORVJUHPLRVSURSLRVGHVXWUDEDMRHVSHFtFRSRUPHGLRGHOFXDOUHSURGXFHsu existencia, y continuar siendo un LQWHOHFWXDORUJiQLFR. As, el LQWHOHFWXDOorgnico acta como si los problemas de su trabajo no fueran problemas
relevantes para la militancia anticapitalista, como si l estuviera por fuera de
las contradicciones de clase y necesitara ir a buscarlas, como si en su propia
condicin de trabajador no se jugara nada, y s en la condicin de otros4.
/RVGHRVOLVWRV1XHVWURSHUVRQDMHFRQFHSWXDOSXVRHOFRODGRUHQODEDFKD\
4 Me parece que lo que ahora debe tomarse en cuenta en el intelectual no es el que sea portador de valores universales, sino que es alguien que ocupa una SRVLFLyQHVSHFtFDSHURGHXQDHVSHFLFLGDGTXHHVWiOLJDGDDODVIXQFLRQHVgenerales del dispositivo de verdad en una sociedad como la nuestra. Dicho de RWURPRGRHOLQWHOHFWXDOUHVSRQGHDXQDWULSOHHVSHFLFLGDGODHVSHFLFLGDGGHsu posicin de clase (pequeo burgus al servicio del capitalismo, intelectual RUJiQLFRGHOSUROHWDULDGRODHVSHFLFLGDGGHVXVFRQGLFLRQHVGHYLGD\GHtrabajo, ligadas a su condicin de intelectual (su dominio de investigacin, su lugar en un laboratorio, las exigencias econmicas o polticas a las que se somete o contra las que se rebela, en la universidad, el hospital, etc.); QDOPHQWHODHVSHFLFLGDGGHODSROtWLFDGHYHUGDGHQQXHVWUDVVRFLHGDGHV
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agit otro rasgo en comn con los partidos de la izquierda partidaria tradicional:
la nueva izquierda gramsciana piensa el problema de los dirigentes slo
en trminos de FRQWHQLGR. Las dirigencias se deciden en relacin con la capacidad de liderazgo de sus integrantes, de su formacin, de su carisma,
de su historia, incluso de su carcter de LQWHOHFWXDORUJiQLFR, etc., pero no se cuestiona la relacin con la clase de esta dirigencia, es decir, la manera en
que se decide colectivamente delegar algunas funciones en personas o grupos
delimitados. As, no se problematiza ni la forma en que se producen los
consensos y los mandatos al interior de la organizacin, ni la generacin de
aperturas hacia la clase en su conjunto para la construccin de la lnea poltica
que se lleva adelante en los espacios representativos, ni el establecimiento de
mecanismos de control y de revocabilidad sobre los representantes. De esta
manera, el problema de la direccin de la clase se reduce al hecho de producir
una buena dirigencia en tanto sector especializado, como si la direccin de
la poltica de una clase no fuera un problema de toda la clase. Esta solucin
del problema de la direccin recrea el problema de la divisin entre dirigentes
y dirigidos, base de toda forma de dominacin social, pens D. mientras
rallaba un poco de queso. Sonr de placer y anot:
De ah la renuencia de la izquierda gramsciana a construir democracia de base. A pesar de que es lo que dicen que hacen, lo que realmente hacenbasta con cruzarlos en una asamblea de carrera, en una asamblea de toda la facultad, en un plenario de delegadxs de cualquier sindicato es tratar de imponer la lnea de su partido, redundando su fracaso en la obturacin del desarrollo del proceso asambleario de discusin. As, cualquier construccin de mandato queda subsumida a lo que determine la inteligencia de su propia organizacin. Ej.: en las marchas sindicales es fcil verlos con las pecheras y la bandera de la agrupacin interna al sindicato, antes que con sus compaerxs de trabajo.
Noches ms tarde, D. reley los apuntes y se detuvo en una frase: A pesar
de que es lo que dicen que hacen... OR TXH GLFHQ TXH KDFHQ OR TXHGLFHQTXpGLFHQ Levant la vista en direccin al ropero, mir las cajas donde archiva volantes, declaraciones, diagnsticos, programas, y pens en
la insistencia con que la izquierda gramsciana suele apelar a la coyuntura
histrica. A menudo nica, irrenunciable, la coyuntura nos obliga
y nos impone tales o cuales tareas, adhesiones, alianzas. D. se acord de
Hegel y de una frase que haba ledo en la revista /LWHUDO(1975):/DpSLFDGHODFR\XQWXUDHVXQDPHWDItVLFDGHORSRUWXQLVPR
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Ahora parece que la coyuntura histrica nos llama a construir una
organizacin fuerte, masiva, FHQWUDOL]DGD. Al parecer, los tiempos del trabajo meramente de base han cumplido su ciclo: No hay que perderlo PERO
hay que VXSHUDUOR. Las asambleas, la horizontalidad, la lucha contra el sustitucionismo de la representacin poltica estaban bien para diciembre
de 2001 y un poco para el 2002 PERO ahora es el momento de dar el
paso o, mejor todava, el salto hacia la herramienta poltica. Cuntxs
compaerxs pasaron del asamblesmo, la horizontalidad, la autonoma y los
delegados revocables al dirigentismo? O, acaso, desde el comienzo aspiraban
a eso? Cundo empez a ir mal la cosa? Bah, estuvo bien alguna vez?
^ > ^ >Autonomismo de clase, tent D., en busca de una etiqueta que apaciguara el
entendimiento. Ni gramsciana ni trotskista, diferente del autonomismo
D VHFDV OD WHQGHQFLD DXWRQRPLVWD GH FODVH DUPD OD DXWRQRPtD GH VXVactivaciones militantes en sus prcticas cotidianas respecto de cualquier otra
organizacin superior (agrupacin, dirigente, partido, estado o cualquier otra
LQVWLWXFLyQVRFLDO\DUPDDOPLVPRWLHPSRTXHHVDVSUiFWLFDVSHUWHQHFHQa un colectivo mayor que las integra: la clase trabajadora, el conjunto de
lxs productorxs de la totalidad de la riqueza social, clase que se conforma
en una relacin de antagonismo irreductible con el capital que la domina y
SDUDVLWD/DGHQLFLyQQRVDWLV]RGHOWRGRQLD'QLDOHQWHQGLPLHQWR6Hmir las manos para orientarse, como ensea Don Juan. Y agreg: En este
marco, aquella autonoma parcial slo adquiere sentido si se coorganiza en la
lucha del conjunto de la clase para alcanzar una autonoma lo ms completa
posible, para lo cual se torna necesario buscar la manera de terminar con la
existencia de la divisin en clases.
,> h
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>DHay un falso dilema al que creen enfrentarse ciertas organizaciones
GH EDVH HQ ORV OODPDGRV PRPHQWRV GH UHXMR R ELHQ UHQXQFLDQ D VXautonoma parcial en funcin de una lucha ms general y, as, abandonan
la horizontalidad como forma organizativa deseable, para internarse en la
verticalidad delegativa; ii) o bien se mantienen en su autonoma parcial y
renuncian a formas mayores de organizacin, hasta que aclare o hasta que
oscurezca En aquella renuncia, asumida hoy por la izquierda gramsciana, el carcter progresivo del intento de centralizacin poltica se realiza pagando
el costo de la introyeccin, al interior de las organizaciones de los trabajadores,
de la divisin entre dirigentes y dirigidxs, escisin que sustenta la divisin
en clases que se pretende erradicar. Por su parte, en ese mantenerse hasta
que aclare u oscurezca, practicado hoy por el autonomismo a secas,
se asla la activacin parcial del resto de la clase y, si bien puede resultar
productiva la experiencia en s misma y como testimonio de otra manera de
hacer las cosas, deviene en improductiva por cerrada sobre s: el capital bien
se puede permitir algunas manchas de relativa autonoma que no cuestionen
su dominio general (y que, hasta incluso, al permitirlas, les puedan en algn
aspecto resultar funcional). Quienes escribimos esto consideramos que ese
falso dilema se puede conjurar: existe la posibilidad de experimentar en la
creacin de niveles superestructurales de centralizacin poltica, que se
construyan sobre el fundamento de la autonoma de sus instancias de base
y que, a su vez, se propongan promoverla, para, en este proceso, ampliar y
profundizar la autonoma de la clase en su conjunto.
>^>d hd>s^s
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Por supuesto que esta experimentacin no est libre de problemas. Pero son
otros problemas. Problemas diferentes de los que interpelan al dirigentismo,
al contenidismo, a la pica de la coyuntura, al estatalismo, al autonomismo a
secas. Problemas FXDOLWDWLYDPHQWHdiferentes, dado que su reconocimiento y el desarrollo de estrategias para su abordaje nos permiten continuar con
la ampliacin de la autonoma de la clase y no, D SULRUL, determinar su impedimento. Vamos a enlistar algunos de esos problemas, desde el interior
de esa tendencia etiquetada como autonomismo de clase, mientras D.
contina mirndose las manos.
W>> Z,^>
a) Reproduccin inconsciente a nivel individual y colectivo de problemas que
VHSUHWHQGHQHYLWDUFLUFXODFLyQGHFLHQWHGHODLQIRUPDFLyQFULVWDOL]DFLyQGHfunciones y roles, exceso o carencia de participacin poltica de algunxs
militantes, resolucin en instancias inadecuadas, por superestructurales,
GHSUREOHPDVFROHFWLYRVGHEDVHVXSHUSRVLFLyQHQWUHDQLGDGHVDIHFWLYDVy polticas que obturan el dilogo y la fundamentacin de las diferentes
posturas, aceptacin acrtica de la escisin extrema entre vida privada y
vida pblica, la cual puede llevar a contradicciones inabordables entre una y otra esfera del desarrollo subjetivo con sus consecuentes efectos polticos,
desigualdad poltica entre gneros, entre otros. La aparicin de estos problemas
no slo se deben, entre las causas posibles, a que an nos resta mucho trabajo
por hacer respecto del modo de organizacin, sino porque contamos con una
historia individual y colectiva atravesada por relaciones capitalistas, que
modulan nuestra subjetividad en general y que no se desarticulan slo con
HQXQFLDUHOGHVHRGHVXQDOL]DFLyQ\PHQRVD~QPLHQWUDVHOFDSLWDOLVPRVLJDvigente y nos siga interpelando casi a cada momento
sD,>d>Dd D z d Z^K >d
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dialktica
b) Problemas inmanentes al tipo de organizacin superestructural: cmo
y cunta informacin hacer circular sobre las activaciones locales para
TXH DO WLHPSR TXH VHD OD VXFLHQWH SDUD SURSLFLDU OD FHQWUDOL]DFLyQ QRobture por su cantidad su anlisis colectivo?, qu instancias generar para
permitir el tratamiento acorde de esta informacin y estas problemticas,
dado que todxs no pueden opinar de todo todo el tiempo, pero que a su vez no se desvinculen, en el desarrollo de su elaboracin y resolucin, del
conjunto de la organizacin?, cmo compartir experiencias previas por
parte de compaerxs de mayor trayectoria poltica sin obturar la posibilidad
de que las nuevas experiencias puedan ser diferentes y sin recaer en roles
paternalistas?, cmo relacionarse con la experiencia compartida por
compaerxs sin copiar recetas, ni instituir dirigentes, ni reaccionar
negativamente D SULRUL SDUD DUPDUVH VLQR UHDOL]DQGR HQ OR SRVLEOH XQDapropiacin creativa?, cmo abordar los problemas de la vida privada que
inciden en el mbito poltico colectivo sin coartar la autonoma individual?,
cmo sugerir propuestas colectivas frente a problemticas de las activaciones
locales sin que se conviertan en rdenes ni sean percibidas como tales
por parte de lxs integrantes que efectivamente militan en esos espacios?,
en suma, cmo FHQWUDOL]DU FROHFWLYDPHQWH UHVSHWDQGR OR VXFLHQWH ODVautonomas individuales de los integrantes del colectivo y comprendiendo
ODVHVSHFLFLGDGHVGHVXVPLOLWDQFLDV"d > & ^^^dc) Delegacin de hecho en la participacin en funciones institucionales
representativas con mandato de base (delegados gremiales, listas sindicales,
cargos electivos, etc.): pese al consenso colectivo respecto de la metodologa
de funcionamiento, la participacin del conjunto de lxs compaerxs es
LQVXFLHQWHSDUD OOHYDUODDGHFXDGDPHQWHD ODSUiFWLFD/DV UD]RQHVGHHVWHproblema, sospechamos, coinciden en lo fundamental con las enumeradas en
el punto a
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dialktica
W^^d) Activacin en espacios que no comparten nuestra concepcin sobre la
manera de hacer poltica, pero en donde la participacin es indispensable:
cmo impulsar y favorecer la autoorganizacin?, cmo dejar sentada
una postura cuando las decisiones que se toman son contrarias a nuestras
concepciones?, cmo minimizar el desgaste subjetivo que implica una
correlacin de fuerzas ampliamente desfavorable para evitar en lo posible el
abandono de la activacin?
As, militamos conscientes del carcter contingente, fragmentario,
H[SHULPHQWDO\SURYLVRULRGHQXHVWUDVSUiFWLFDV'HODLQVXFLHQFLD\GHELOLGDGde nuestras respuestas tentativas frente a la complejidad y proliferacin
de las preguntas, cuando son tan pocxs quienes, por no buscar atajos,
estn dispuestxs a formularlas y enfrentarlas. Militamos conscientes de la
existencia de elementos inconscientes que tensionan nuestras prcticas desde
dentro. Y conscientes de que, an en su marginalidad actual, expresan una
tendencia que, con distintas intensidades en lugares y tiempos, se remonta al
origen mismo de la lucha del trabajo contra el capital. De esta manera, estas
OtQHDVQDOHVQRSXHGHQVHUPiVTXHXQERFHWR'UHFXHUGDD%RUJHV8QWH[WRGHQLWLYRHVKLMRGHODVXSHUVWLFLyQRHOFDQVDQFLR
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Noviembre de 2014