Sarcasmos matrimoniales

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Él: No sé por qué usas sostén; no tienes nada que poner en el.

Ella: Bueno tú usas calzoncillos, ¿no?.

Ella: No,

querido. Yo te

amaría sin importar

quien te la dejó.

Él: Me amas solo porque mi padre me dejó una fortuna.

Ella: ¿Cómo es que vienes a casa medio borracho?.

Él: No es mi culpa;

se me acabó el dinero.

Ella: - Cinco centímetros

menos y serías una reina.

Él:

- Cinco

centímetros más y

sería un rey.

Escrito en la pared del baño de damas:Mi esposo me sigue

a todas partes.

Debajo: No es cierto, no lo hago.

Él: Salgamos a divertirnos

esta noche.

Ella: Buena idea. El que llegue

primero deja la luz de la entrada

encendida.

Él: - ¿Ensayamos una posición diferente esta noche?.

Ella: - Buena idea; tú te paras

al lado de la mesa de planchar y yo me siento en

el sofá a ver televisión.

Un matrimonio circulaba en su vehículo por la cordillera alpina sin decirse ni una palabra debido a una pelea que acababan de tener, y sin ninguna perspectiva de reconciliación mientras pasaban por una hacienda donde había varias mulas y cochinos.

El esposo sarcásticamente preguntó: - ¿Familiares tuyos?. - Sí... mis suegros.

Un matrimonio estaba conversando:

- Amor mío, ¿crees en el

amor

a primera vista?.

- Lógico, si te hubiera mirado dos veces no me habría

casado...

- ¿Sabes querida?- Cuando hablas me recuerdas al mar.

- ¡Qué bonito! No sabía que te impresionara tanto...

- No me impresionas... ¡me mareas!.

- Claro. Ya sabes que lloro porcualquier estupidez.

El marido le pregunta a su mujer:

- Querida, ¿cuando me muera vas a llorar mucho?.

La mujer lo mira y responde: - Que probablemente me casé contigo por dinero...

Era verano y hacía mucho calor. El marido sale del baño y le dice a su mujer: - Hace mucho calor y tengo que cortar el césped. ¿Qué crees tú que dirán los vecinos si salgo en pelotas?.

Dos caballeros que se movían muy deprisa en el interior de un hipermercado con sus carritos de compras se chocan. Uno le dice al otro: - Perdóneme usted; es que busco a mi señora. - Qué coincidencia, yo también. Ya estoy desesperado. - Bueno tal vez le pueda ayudar. ¿Cómo es su señora?. - Es alta, de pelo castaño claro, piernas bien torneadas, pechos firmes, un culo precioso, en fin muy bonita... ¿y la suya?. - Olvídese de la mía, vamos a buscar la suya.

Que tengas bello día...