Post on 08-Jun-2020
Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas
menores de un año
Luz Omaira Rojas Benavides
Universidad Nacional de Colombia Facultad de Ciencias Humanas, Departamento de Trabajo Social
Bogotá, Colombia 2017
II Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas
menores de un año
Luz Omaira Rojas Benavides
Tesis de investigación presentada como requisito parcial para optar al título de: Magister en Trabajo Social con énfasis en Familias y Redes Sociales
Directora: Magister en Estudios de Población, Especialista en Terapia Sistémica, Yolanda Puyana Villamizar
Línea de Investigación: Familias y procesos sociales
Universidad Nacional de Colombia Facultad de Ciencias Humanas Departamento de Trabajo Social
Bogotá, Colombia 2017
Dedicado a
Las mujeres por inquietarme con
hechos, al ser quienes hacen sin
cansancio en una sociedad sin
reconocimiento.
Mi esposo, que ya se encuentra en
un lugar especial pero que durante
25 años compartió y apoyó ideales
de justicia y de armonización familiar.
Mis hijas quienes estuvieron
presentes en esta etapa de mi vida
profesional, brindándome cariño,
comprensión y ánimo para culminar
con éxito la meta propuesta.
Dios por iluminar en cada instante el
camino a seguir con sus bendiciones
tanto en los triunfos como en las
adversidades, para que todas mis
metas se hicieran realidad.
Agradecimientos
Agradezco a cada una de las mujeres participantes, Blanca, Leydi, Nancy, Cecilia, Mónica,
Magda, Marcy, Deicy, Liliana, Lorena, Luz, María, Martha, Carmelina y Sonia por su
gentileza para ser entrevistadas; ellas fueron quienes me permitieron adentrarme a sus
vivencias a través de sus relatos con una voluntad férrea de ser visibilizadas, sin miedos y
con un corazón abierto, quienes además querían expresarse. Les agradezco por todo lo
que me aportaron, puesto que lo hicieron con una sencillez incalculable.
A la profesora Yolanda Puyana Villamizar por sus aportes y conocimientos en el desarrollo
de este tema, además por la confianza que siempre demostró en mí y en mis capacidades.
A mi esposo, quién me alentó a desarrollar esta tesis, a mis hijas por su apoyo incondicional
en esta etapa profesional.
A las instituciones, las amigas y a las colegas que trabajan por hacer una vida más digna
para las mujeres, sus hijas, sus hijos en sus familias y en sus comunidades.
Resumen y Abstract VII
Resumen
Esta investigación responde ¿Qué significados y prácticas tienen las mujeres
madres de una niña o niño menor de un año cuando al mismo tiempo tiene el trabajo del
cuidado doméstico y un trabajo remunerado? Realiza un análisis sobre las situaciones que
viven las mujeres en el municipio de Duitama, Boyacá. Enmarca el rol familiar de la mujer
con la responsabilidad del trabajo del cuidado cuando es madre y, a la vez, su rol como
trabajadora remunerada.
Con un enfoque cualitativo, la investigación parte de las narrativas de 15 mujeres
madres de niñas y niños menores de un año. El cuidado de los niños en el primer año es
esencial para garantizar su supervivencia y es atribuido a que la madre tenga o no apoyo.
Esto evidencia lo crítico que puede ser una situación de ser madre de personas que
requieren el cien por ciento de atención con el requerimiento socioeconómico de responder
a un trabajo remunerado con exigencias trasgresoras de los escenarios en el que transita
la mujer. Los requerimientos del mundo laboral colisionan con el modelo de maternidad
intensiva. Así, las mujeres continúan siendo las responsables sobre la totalidad del trabajo
reproductivo al ser atributivo, naturalizado y sacralizado, y a la vez, incursionan en
escenarios de trabajo remunerado, generando sobrecargas y malestares.
El conocer el significado y la práctica de la responsabilidad de la mujer madre y
trabajadora, es indispensable para aportar al diseño, ajuste e implementación de políticas
más eficientes dirigidas a las mujeres, los niños y niñas con incidencia positiva en el
mercado laboral y el desarrollo social.
Palabras clave: Significados y prácticas; perspectiva de género; familia; trabajo del
cuidado doméstico; trabajo remunerado de la mujer; niñez menor de un año.
VII
I
Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
Abstract
Current study answers the question what meanings and practices have mothers
of children under one year when they have to do housework and paid work at the same
time? It analyzes the women situation in the municipality of Duitama, Boyacá. It reviews
the role of the women in their family with the responsibility of the maternity and paid work
simultaneously.
This study has a qualitative approach. It includes the stories of 15 infant under one year
old’s mothers. Caring for children under one year is essential to ensure their survival as
well as the support that mother receives. This period highlights how critical can be a
mother's situation of a child who demands 100% of attention, plus the socioeconomic
requirement to respond to paid work with transgressive demands of the scenarios that
women experiment. The demands of the working world collide with the intensive maternity
model. Thus, women are still responsible for the totality of reproductive work because it
has been attributed, naturalized and sacred to women. Being mothers, women raid into
paid work scenarios, which generate overloads and discomforts.
Know the meaning and practice of the responsibility of women as mothers and workers is
indispensable to contribute to the design, redesign and implementation of policies more
efficient directed to women and children with positive incidence in working market and
social development.
Keywords: Meanings and practices; gender perspective; family; housework; paid women's
work; childhood under one year.
Contenido IX
Contenido
Agradecimientos ............................................................................................................ V
Resumen ....................................................................................................................... VII
Abstract........................................................................................................................ VIII
Introducción .................................................................................................................. 15 Justificación ................................................................................................................ 15 Planteamiento del problema ....................................................................................... 17
Pregunta de investigación ........................................................................................ 19 Objetivos ..................................................................................................................... 20
Objetivo general............................................................................................. 20 Objetivos específicos ..................................................................................... 20
Metodología ................................................................................................................ 20 Postura epistemológica ............................................................................................ 22
Herramientas metodológicas ...................................................................................... 24 Fases del proceso de la investigación ...................................................................... 25
1. Marco conceptual: Mujeres madres que crían y trabajan.................................... 29 1.1 Conceptos de significados y prácticas .............................................................. 29
1.1.1 Significados ................................................................................................... 29 1.1.2 Prácticas ........................................................................................................ 31
1.2 Perspectiva de género ..................................................................................... 32 1.3 Familias cambios y estrategias......................................................................... 37
1.3.1 Transformaciones de las familias ................................................................... 37 1.3.2 Organización de las familias y los hogares .................................................... 38
1.4 El trabajo del cuidado doméstico ...................................................................... 43 1.4.1 Las dimensiones del trabajo del cuidado doméstico ...................................... 45 1.4.2 El trabajo del cuidado doméstico visto desde “El diamante del cuidado” ....... 47 1.4.3 La economía del cuidado ............................................................................... 48
1.5 El cuidado de las niñas y los niños menores de un año: riesgos y necesidades especiales ................................................................................................................... 50 1.6 Madres y el trabajo Remunerado: Interacción y dinámicas ............................... 55
1.6.1 Estudios sobre la participación de la mujer en el mercado laboral ................. 57 1.6.2 Legislación laboral para la madre trabajadora: aciertos y desaciertos ........... 59 1.6.3 Estado de bienestar ....................................................................................... 63
2. El contexto de Duitama, las condiciones sociales y culturales de las mujeres 67 2.1 Contexto del municipio de Duitama .................................................................. 67
X Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
2.2 Características y contexto de la mujer cuidadora y trabajadora con hijas e hijos menores de un año...................................................................................................... 69
2.2.1 Estructura de los hogares de las mujeres participantes del estudio ............... 71
3. El trabajo de cuidado doméstico de un grupo de mujeres con hijas e hijos menores de un año ....................................................................................................... 76
3.1 Sobre los significados del trabajo de cuidado ................................................... 76 3.1.1 Opinión de las madres respecto al cuidado ................................................... 78 3.1.2 Distribución del trabajo del cuidado doméstico .............................................. 80 3.1.2.1 Roles adscritos a los hombres en el cuidado doméstico......................... 81
3.2 El deber ser que justifica el cuidado en la maternidad ...................................... 92 3.3 El trabajo material, moral y emocional del cuidado ........................................... 94
3.3.1 El trabajo material del cuidado. ..................................................................... 95 3.3.2 El trabajo moral y emocional del cuidado ...................................................... 99
3.4 La sacralización de la maternidad una representación social dominante ........ 103 3.4.1 Noción del trabajo de cuidar ........................................................................ 104 3.4.2 El trabajo del cuidado para niñas y niños pequeños .................................... 107
3.5 Organización social del trabajo del cuidado .................................................... 108 3.5.1 El trabajo de cuidados en las relaciones familiares ..................................... 108 3.5.2 El mercado como trabajo de cuidados domésticos ...................................... 113 3.5.3 Las mujeres como miembros del Estado ..................................................... 116
4. Mujeres con hijas o hijos menores de un año con trabajo remunerado .......... 120 4.1 Recursos y capacidad económica que responden a la demanda del cuidado . 123 4.2 Elementos del trabajo remunerado: la regulación, los horarios y el pago ........ 126
4.2.1 Protección y regulación del trabajo remunerado de las mujeres .................. 126 4.2.2 Percepción del pago .................................................................................... 129
4.3 Trabajo remunerado informal .......................................................................... 130 4.4 Trabajo remunerado formal ............................................................................. 133
5. Mujeres que crían y trabajan: madres de hijas e hijos menores de un año que se debaten entre el trabajo de cuidado doméstico y el trabajo remunerado simultáneo ................................................................................................................... 135
5.1 Las dinámicas experimentadas por las mujeres en el contexto territorial frente al trabajo del cuidado doméstico y el trabajo remunerado ............................................. 135 5.2 Instituciones que apoyan el cuidado de las niñas y niños menores de un año 137 5.3 Interacción del trabajo remunerado y trabajo de cuidados con el Estado y el mercado. ................................................................................................................... 138
5.3.1 Presiones simultáneas asumiendo el rol de madre con el trabajo de cuidado doméstico y el trabajo remunerado ........................................................................ 146 5.3.2 La maternidad, el trabajo remunerado y el proyecto de vida........................ 148 5.3.3 Equilibrar la doble jornada ........................................................................... 149
Relatos de vida: Respuesta de las mujeres al rol de trabajo de cuidado de niñas y niños menores y al trabajo remunerado. .................................................................... 155
“Para lograr el cuidado ¡siempre corra que corra – me corre el agua! .................... 155 “Para lograr el cuidado ¡Es trillar y trillar! ............................................................... 157 “Para lograr el cuidado ¡A pesar de la ayuda una termina cansada!” ..................... 160 “Para lograr el cuidado ¡uno tiene que ser La Todera!” .......................................... 162 “Para lograr el cuidado ¡Además hay que cuchariarles!” ........................................ 166
6. Conclusiones y recomendaciones ..................................................................... 169
Contenido XI
6.1 Conclusiones ...................................................................................................169 6.2 Recomendaciones ...........................................................................................184
Bibliografía .................................................................................................................. 195
Contenido XII
Lista de figuras
Figura 1. Mapa del municipio de Duitama ....................................................................... 67
Figura 2. Sentimientos y significados sobre el cuidado expresados por las entrevistadas
..................................................................................................................................... 107
Contenido XIII
Lista de tablas
Tabla 1. Matriz de análisis .............................................................................................. 27
Tabla 2. Marco lógico ..................................................................................................... 28
Tabla 3. Tipologías de estructura familiar ....................................................................... 41
Tabla 4. Tipología generacional de hogares ................................................................... 42
Tabla 5. Tipología por ciclo de vida ................................................................................ 42
Tabla 6. Legislación de protección a la madre trabajadora. ............................................ 62
Tabla 7. Distribución político administrativa del municipio de Duitama ........................... 68
Tabla 8. Características socio demográficas de las mujeres entrevistadas .................... 69
Tabla 9. Estructuras familiares de las participantes del estudio ...................................... 71
Tabla 10. Caracterización de los padres que se vinculan a la investigación y su relación
con el paternar ............................................................................................................... 85
Tabla 11. Tipificación del padre y descripción ................................................................ 90
Tabla 12. Interacción del cuidado con el Estado y el mercado ......................................139
Tabla 13. Relación tipo de vinculación al trabajo y categorías del diamante del cuidado
......................................................................................................................................153
Introducción
Justificación
La presente investigación surgió de la inquietud personal, profesional y como
estudiante de la Maestría de Trabajo Social con énfasis en familia y procesos sociales en
relación con la comprensión de diferentes situaciones en temas de la familia, las mujeres
y la población infantil, enfatizando en la responsabilidad dada a las mujeres en dichas
situaciones. En el marco de la línea de investigación familia y procesos sociales, pretendo
orientar, (i) el cuidado que requiere el ser humano en determinados momentos del ciclo de
vida, más unas personas que otras, siendo una actividad imprescindible para la vida
humana y, (ii) el reconocimiento que tiene el cuidado en la vida social y la participación de
la mujer como cuidadora de los miembros de su familia; en relación con los cambios
recientes en las relaciones de género en nuestra sociedad, y principalmente la
participación activa de la mujer en la esfera pública.
La complejidad del cuidado como categoría analítica, la necesidad de comprender
mejor las relaciones sociales y las desigualdades en las que se suscribe y la búsqueda de
alternativas políticas más equitativas en torno al bienestar de la mujer, de sus hijos y de
sus familias, me exigen una aproximación al tema en varias dimensiones para construir
esa realidad.
A lo largo de mi actividad como enfermera especialista en salud familiar, he
encontrado que la atención de las madres de niñas y niños menores de un año ha estado
enfocada en el cuidado de la salud física, por ejemplo, el ejercicio de la alimentación
materna a niños y niñas proporcionada por las madres. No obstante, el acompañamiento a
las mujeres en dicho ejercicio durante las primeras etapas de vida del hijo es débil, no son
claras la rutas o mecanismos de apoyo a todos los procesos de crianza. Resultados de
16 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
esta debilidad son mujeres preocupadas, estresadas y desorientadas; inmersas en la
responsabilidad de atender a sus hijas e hijos fuera de una cotidianidad de ser mujer
trabajadora con necesidades de subsistencia y afecto.
El interés por el tema fue creciendo en el transcurso de formación en la Maestría
en Trabajo Social; con la cual incorporé conceptos en mi experiencia y ejercicio profesional
que fui consolidando y comprendiendo, tal como las construcciones socio culturales de la
población sujeto de esta investigación.
La comprensión de las dinámicas, prácticas y resolución de situaciones sociales y
cambios culturales, no hicieron parte de los enfoques o líneas de trabajo de mi formación
clínica de pregrado como enfermera. En la maestría hice parte del Semillero de
investigación sobre cuidado liderado por la docente Yolanda Puyana. Desde este espacio
colectivo de conocimiento, he podido indagar diversas posturas, avances e investigaciones
sobre el cuidado, los cuidados y para esta investigación, el trabajo de cuidados y la forma
como se ha introducido este tema en la sociedad.
¿Por qué realizar el estudio en el contexto Cundiboyacense de Colombia? La
región boyacense de Colombia merece una mirada especial en el tema de sociedad y
familia. Fals (2006) la define como “una sociedad cuyos miembros han sido casi
exclusivamente agricultores desde el comienzo de su historia, ha conservado tradiciones
y formas de vida que han reducido a un mínimo el cambio social” (p. 24). Además, el
altiplano boyacense se ha caracterizado por ser una de las regiones del país en donde se
asimiló con más fuerza y se mantiene la cultura hispánica y la herencia española del
modelo patriarcal. Wartenberg, (1992) explica que la cultura hispánica incorpora un modelo
propio de la pareja y familia patriarcal, y estos modelos se transmiten de generación en
generación a través del proceso de socialización, donde se interiorizan las normas que han
hecho posible la reproducción social en esta región. Adicionalmente, las dinámicas de las
relaciones conyugales y familiares son violentas y las mujeres del altiplano boyacense
permiten ser maltratadas y vulneradas en sus derechos.
Como área de investigación, quise adentrarme en la diversificación y el
reconocimiento de múltiples expresiones y formas de construcción de las dinámicas del
trabajo del cuidado doméstico de las mujeres madres de niñas y niños menores de un año
Capítulo 1 17
quienes adicionalmente tienen un trabajo remunerado en el contexto boyacense,
específicamente en la ciudad de Duitama.
Según las investigaciones realizadas por las diferentes instancias en temas de
asunto de familia en el contexto Duitamense, un gran número de mujeres acuden al Centro
de Apoyo a la familia -CAF con el fin de expresar formas de relaciones conflictivas,
violentas y profundamente lesivas para ellas, las niñas y los niños y sus familias.
Planteamiento del problema
El concepto de cuidado surge como una nueva perspectiva de análisis que tiene
disposición transversal entre disciplinas y parte desde la perspectiva del «cuidado igual a
trabajo» lo que permite otorgar al cuidado reconocimiento y valor.
El concepto de trabajo se remonta al proceso de industrialización. Actualmente es
entendido como una actividad realizada fuera de casa, asociado al pago salarial y
vinculado a una razón laboral. Este concepto excluye otras formas de trabajo y oculta gran
parte de las actividades del hogar desempeñadas principalmente por las mujeres.
Una de las formas de trabajo excluidas es el cuidado en el escenario familiar, donde
suceden dinámicas frecuentes, se han generado nuevas formas del cuidado y variedad de
relaciones entre los integrantes de la familia, y en consecuencia, también han surgido otras
necesidades y problemas.
Dichas dinámicas en las relaciones familiares frente al cuidado pueden mejorar la
calidad de vida de los integrantes, por ejemplo, en el cuidado de los menores o de las
personas adultas en situación de dependencia o en los momentos de enfermedad y
producir nuevas alternativas y modelos de cuidado.
En esta investigación, las mujeres en la actualidad perciben y significan la
organización y participación de los miembros de la familia y sus relaciones con el trabajo
del cuidado doméstico. Además de las variaciones dadas en las relaciones de género para
dar respuesta a las necesidades de cuidados de las niñas y niños más pequeños. Ante
esta situación, Tronto (2000) la enmarca con la siguiente pregunta “¿cómo ha sido posible
18 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
que a lo largo de la historia de los cuidados, hayan sido tan desconsiderados? y propone
la “búsqueda de fórmulas que permitan darles visibilidad” (p. 35).
El trabajo del cuidado también está asociado a las condiciones de vida de las
personas, a la forma de establecer redes de apoyo y a la capacidad económica social para
subsistir. En el caso de Duitama, El Departamento Administrativo Nacional de Estadística
- DANE (2004) refiere que el 9% de la población vive con necesidades básicas
insatisfechas -NBI y ocupa el sexto lugar a nivel nacional entre los municipios con menores
índices de NBI. Según las proyecciones del DANE para el año 2017, el municipio tiene
aproximadamente 113.000 personas, de las cuales el 54% son mujeres y el 46% hombres.
Además, el censo general del año 2005 evidenció que el 44% de las personas que vivía
en Duitama, había nacido en otro municipio (DANE, 2005).
La política pública de mujer y género en el municipio de Duitama se reglamentó a
partir del Acuerdo 021 del 13 de agosto de 2015. Este acuerdo ha permitido el
funcionamiento de instituciones como la Casa de la mujer y el Centro de atención a la
mujer y la familia, las cuales reportan que del total de consultantes de atención, el 55 %
son mujeres y entre las principales razones por las que acuden son la violencia
intrafamiliar, la dependencia económica y psicoafectiva y la demanda de programas para
la prevención de las violencias de género (Ramírez, 2012; 2015).
En cuanto a la atención institucional a niñas y niños se resalta la implementación de
salas de atención integral para enfermedades prevalentes de la infancia, la educación a
cuidadoras y cuidadores, el fomento de la lactancia materna y estrategias para el fomento
de la vacunación anual; programas relevantes en la disminución de la mortalidad de niñas
y niños menores de un año. (Ramírez, 2015).
La Encuesta de Hogares en Colombia realizada en el año 2005, indica que la
ocupación laboral de las mujeres de Duitama es desigual entre hombres y mujeres. La
encuesta señala que la tasa de desempleo es mayor en mujeres (13 %) que en hombres
(7 %) mientras que la tasa de ocupación se eleva para los hombres (70 %) en comparación
a la de las mujeres (47 %). Adicionalmente, en aquellos casos donde las mujeres se
encuentran realizando labores remuneradas, el 41 % corresponde a trabajos informales y
Capítulo 1 19
les imposibilita acceder a derechos laborales en términos de seguridad social y acceden a
los servicios de salud a través del régimen subsidiado (DANE, 2005).
Estas lecturas permiten observar los roles y opresiones condicionadas para las
mujeres, como lo mencionó De Beavoir (1949) en su famoso libro El segundo sexo “no se
nace mujer, se llega a serlo” (p. 109). Las identidades femeninas y masculinas se
construyen como parte de un orden simbólico determinado por el sistema patriarcal
dominante, que en este caso, es percibido en el contexto boyacense.
La ubicación de las participantes en este estudio en el contexto y diversidad del
departamento de Boyacá, constituye una oportunidad única para documentar la situación
que viven las mujeres madres de hijos menores de un año y trabajadoras, con el fin
transferir nuevas propuestas para la población infantil - especialmente para las madres, e
incidir en la formulación de políticas públicas que incluyan enfoques temáticos como el
autocuidado, la autoestima, los derechos y los deberes además del proyecto y la calidad
de vida.
Pregunta de investigación
En este estudio busco responder la siguiente pregunta.
¿Qué significados y prácticas tienen las mujeres madres de una niña o niño menor
de un año cuando al mismo tiempo tiene el trabajo del cuidado doméstico y un trabajo
remunerado?
Donde la principal característica de la sujeta de estudio es ser una mujer madre de un bebé
menor de un año y como condición realiza un trabajo remunerado. Por lo cual se requiere
realizar la descripción analítica de las mujeres en esta doble condición. Además, estas
mujeres pueden ser observadas en un proceso único del ciclo vital y asociarse a tener o
carecer de derechos para lograr su subsistencia y vivencia al ser madres de niños y niñas
que por su condición, demandan atención prioritaria y de cuidado especial claves en su
supervivencia y desarrollo vital. Las condiciones de estas mujeres están dadas en la
capacidad de responder a la vida personal, la responsabilidad en el trabajo remunerado y
el trabajo del cuidado doméstico de sus hijas e hijos.
20 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
Objetivos
Esta investigación busca cumplir los siguientes objetivos:
Objetivo general
Analizar significados y prácticas de las mujeres con hijas e hijos menores de un año
quienes en la actualidad y al mismo tiempo desarrollan el trabajo de cuidado doméstico y
un trabajo remunerado en el municipio de Duitama desde un enfoque de género.
Objetivos específicos
1. Describir los significados y prácticas sobre el trabajo del cuidado doméstico que
actualmente desempeña un grupo de mujeres trabajadoras que están criando
menores de un año de Duitama.
2. Describir los significados y prácticas sobre el trabajo remunerado que
actualmente realiza un grupo de mujeres trabajadoras que están criando
menores de un año de Duitama.
3. Articular la relación entre los significados y las prácticas sobre el trabajo del
cuidado doméstico y el trabajo remunerado desarrollado por un grupo de
mujeres trabajadoras que se encuentran criando menores de un año de
Duitama.
Metodología
A partir de los objetivos planteados, la metodología idónea para el desarrollo de
este trabajo es la investigación cualitativa, que busca particularizar a los sujetos de
investigación. En este estudio aplica a las mujeres madres de niñas o niños menores de
un año, quienes simultáneamente trabajan. Se busca comprender los significados y las
prácticas frente a esta doble condición, profundizar en la descripción y en el contexto
sociocultural en el se encuentran inmersas las participantes (Murcia, 2015). Además, el
abordaje de tipo cualitativo posiciona al investigador como un tejedor de historias, haciendo
Capítulo 1 21
uso de diferentes estrategias de recolección de datos que permiten responder a las
preguntas de investigación (Denzin y Lincoln, 2012).
La intencionalidad de este estudio descriptivo de orden cualitativo como afirma
(Sandoval, 2002) “apunta al esfuerzo de comprender la realidad social como fruto de un
proceso histórico de construcción visto a partir de la lógica y el sentir de sus protagonistas,
por ende, desde sus aspectos particulares y con una óptica interna” (p. 15). Es así como
se abre la posibilidad de abordar realidades objetivas e intersubjetivas, asumiéndolas
como objetos legítimos del conocimiento.
Se propone la estrategia de recolección de datos siguiendo la perspectiva de
construcción de corpus de la información. Esta estrategia postula un primer momento
donde la selección de los casos se hace con la lógica de relevancia teórica y temática. El
proceso de construcción del corpus es continuo en la inclusión y exclusión de casos de
acuerdo con los criterios desarrollados a lo largo de la investigación y buscando siempre
el punto de saturación (Bauer, 2003).
Para efectos de esta investigación, las personas con quienes se hizo la
investigación son las mujeres madres de niñas y niños menores de un año que viven en el
municipio de Duitama y tienen una actividad laboral y/o trabajo remunerado. Con esta
población y con la información recolectada se llevó a cabo el análisis y las
recomendaciones,
En este estudio se indaga, a través del análisis de los relatos de las entrevistadas,
la complejidad que recubre el trabajo del cuidado doméstico en las madres trabajadoras
con hijos menores de un año y el modo en que se cambia, mantiene, permanece y
reproduce, el deber ser del trabajo del cuidado doméstico para las mujeres. El ejercicio del
cuidado implica un saber discreto y de escasa visibilidad. De hecho, es de esta invisibilidad,
o al menos de su discreción, lo que depende el éxito. El cuidado se hace notar cuando
algo falla cuando falta o no se cubre adecuadamente la necesidad que lo motiva y, en este
sentido, presenta un déficit cotidiano de reconocimiento (Pascale, 2005).
Alguien tuvo que estar muy atento a ello, lo cual nos dice que cuidar tiene la
connotación de ser extremadamente complejo, que resulta particularmente difícil de
22 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
mantener cuando hay quejas, reclamos, discusiones y poderes que se observan en la vida
cotidiana de las sociedades actuales. Y, tanto la invisibilidad como la naturalización del
cuidado como parte esencial de la identidad femenina, hacen que el reto de comprender
el trabajo del cuidado en los entornos familiares sea aún mayor (Pascale, 2005).
Postura epistemológica
El paradigma que orienta esta investigación parte de una epistemología en la que
el propio sujeto es el generador del conocimiento. La investigadora en este caso, hace
parte del proceso de investigación y no es un sujeto neutro, al contrario, asume una
posición desde el inicio, modificando lo estudiado con dicha investigación a la par que es
modificado por ésta (Ibánez, 1991, p. 11).
Al pretender conocer las condiciones individuales, familiares y sociales que
actualmente influyen en las prácticas del trabajo del cuidado doméstico de la población de
las mujeres madres de niñas y de niños menores de un año con un trabajo remunerado en
la ciudad de Duitama; es necesario el diálogo entre el sujeto y el actor social. Como lo
explica Gergen (2006), las palabras no obtienen significado por la semejanza con la
realidad sino por el uso en la interacción social; por lo tanto, estas expresan alguna norma
convencional de los grupos sociales mediante un lenguaje particular y común que
evidencia valores y estilos de vida y adquiere una realidad local.
Conocer la realidad de las mujeres sobre su historia del trabajo del cuidado
doméstico en este momento de sus vidas requiere efectuarse a través de los significados,
sentidos y sentires expresados por ellas. Se necesita comprender a través de relatos
cotidianos, las variaciones en la forma y en el contenido acerca de las experiencias vividas,
ya que son múltiples las trayectorias e interpretaciones de un hecho social tan significativo
posiblemente para el grupo de mujeres de esta investigación.
Crear conocimiento social es posible a través de interpretaciones y significados a
la realidad por parte de un grupo de sujetos quienes viven relaciones y conexiones
causales concretas que pueden ser reiterativos en gran parte de los casos por condiciones
similares. “En definitiva resulta inalcanzable el objetivo de establecer los factores
determinantes de un conocimiento social o un comportamiento individual determinados,
Capítulo 1 23
pero sí es alcanzable el de esbozar las condiciones que los hacen posible” (Corbetta, 2007,
p. 23).
De este modo, pretendo involucrarme como parte constitutiva de los diálogos,
construir con los sujetos de investigación mediante una interacción y relación empática.
Esto se orienta hacia la construcción entre saber y conocer, donde no existen dualismos y
se pueden consolidar procesos inductivos, promover testimonios objetos de estudio,
siendo necesario influir en la realidad, alejarme y nuevamente mediar las construcciones,
sin limitar la influencia de esa realidad en mi persona como investigadora, sobre la
transformación mutua a través del relato. Es a partir de las relaciones que los seres
humanos obtienen sus concepciones de lo real, racional y bueno, esta misma forma de
evaluación también se aplica a la teoría del construccionismo social. Gergen (2006). De
eso se trata mi postura desde la epistemología, la cual me brindó una visión de la realidad,
los criterios y reorientó el proceso de investigación.
Asumir una postura dialógica, a compartir con las personas los significados en el
ámbito de la cultura, a observar al yo relacional que actúa en respuesta a otros o
influenciado por ellos y participar en la creación de significados propios y comunitarios.
Gergen (1996) complementa lo anterior diciendo que el conocimiento de cualquier tipo,
está anclado a una cultura, a una historia o a un contexto social, y por ende “los términos
con los cuales se comprende el mundo son artefactos sociales, productos de intercambio
entre la gente, históricamente situados” (p. 73).
Otra particularidad de esta postura del construccionismo social es el protagonismo
dado a los individuos, las significaciones lingüísticas se dan en las relaciones entre
individuos en la cotidianidad, es así como: “cada discurso surge de una comunidad de
usuarios del lenguaje que van construyendo, resignificando y transformando
constantemente los marcos de referencia gracias a sus interacciones, de forma tal que es
a través de las relaciones que nosotros, en cualquier momento, comenzamos los procesos
de reconstrucción del mundo” Perdomo (2002).
Esta postura construccionista en donde el significado surge de las formas de
relaciones humanas, está sujeto al cambio, se buscan transformaciones sociales
24 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
alternativas a las formas habituales de relación con el fin de intervenir en los “dominios de
la acción social” (Perdomo, 2002, p. 9).
A través de los relatos logro comprender el construccionismo social como
paradigma de esta investigación, y permite que las narraciones con significados y
prácticas, deroguen la realidad objetiva externa al sujeto sin la relación con sus entornos
y confirme la investigación como un proceso de comunicación construido a partir de los
dos lados, de las personas con quienes se investiga y a mí misma como investigadora.
Herramientas metodológicas
La principal herramienta metodológica utilizada en este estudio fue la entrevista
semiestructurada o etnográfica, definida como el encuentro social entre el investigador y
el sujeto de estudio, tipo conversación donde se genera información de interés para la
investigación (Di Virgilio y Cecilia, 2007).
En el desarrollo de la entrevista se construyó una guía de preguntas o temas claves
de interés para el estudio. La guía debe ser flexible y tiene como fin conocer los significados
y las prácticas del entrevistado. Así, la entrevista semiestructurada construye una
descripción densa de las representaciones de un determinado grupo social sobre un tema
particular (Gaskell, 2008).
Adicionalmente, la entrevista semiestructurada permite profundizar un núcleo
temático pertinente y su característica principal es que el entrevistado tiene la posibilidad
de describir situaciones, combinando tiempos y actores en un proceso dirigido a la
comprensión de las perspectivas que tienen los informantes respecto del criterio o
categoría de interpretación sobre la que se esté indagando (Ander - Egg, 1994).
La segunda herramienta de investigación fue la revisión de fuentes bibliográficas
sobre los conceptos temáticos, la línea de estudio y el sitio de estudio. Esto permitió
estructurar el análisis a realizar. La consulta documental como técnica de recolección de
información secundaria se inserta dentro del proceso etnográfico (Hammersley y Atkinson,
1994).
Capítulo 1 25
Fases del proceso de la investigación
El proceso de investigación se realizó en tres fases: la preparación, el trabajo de
campo y el análisis de la información, las cuales se describen a continuación:
Preparación
Previa a la visita de campo, se efectuó una revisión bibliográfica temática y
académica de textos que permitieron mayor comprensión del tema; además, documentos
detallados sobre mujeres trabajadoras madres de niños y niñas menores de un año en
otros contextos.
En el proceso de identificación de las mujeres a entrevistar se solicitó a la
Secretaría de Salud del municipio de Duitama, la base de datos de las mujeres que
hubieran tenido hijas o hijos en el último año. Con esta información, se escogieron mujeres
con diferentes perfiles que vivieran en área rural, periurbana y urbana, con el fin de
comprender y revelar los significados y las experiencias en la construcción de las
dinámicas del trabajo del cuidado doméstico en las madres con alguna forma laboral y/o
trabajo remunerado, en los cuales se producen algunos cambios de acuerdo con el área
donde residen; además de identificar la presencia de estructuras de exclusión y
desigualdad en las madres en el contexto rural y urbano Duitamense.
La selección de las participantes en el estudio inició delimitando la población,
incluyendo a las mujeres con hijas e hijos menores de un año que simultáneamente
tuvieran un trabajo remunerado en el municipio de Duitama. Dicha selección se tuvo en
cuenta una base de datos de la Empresa Social del Estado de Duitama (ESE Salud
Duitama).
En la base de datos estaban registradas 100 mujeres que acudían a la consulta de
vacunación. En ese momento, 50 de estas mujeres eran madres de hijas e hijos menores
de un año y de éstas, 24 tenían trabajo remunerado. A las 24 mujeres se les informó del
objetivo de la investigación y finalmente, 15 mujeres estuvieron de acuerdo en participar
en la investigación y firmaron el consentimiento informado (Anexo A).
26 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
A partir de la revisión documental y del ajuste continuo del proyecto, se realizó la
guía de entrevista (Anexo B), la cual contiene preguntas claves para inducir los relatos,
guiar el contenido de la conversación con cada una de las mujeres y así lograr los objetivos
propuestos en esta investigación.
Trabajo de campo
Una vez definidas las participantes, se estableció contacto telefónico para acordar
fecha, hora, lugar de la entrevista y forma de llegada a los lugares de residencia (Zona
rural, periurbana y urbana de la ciudad de Duitama). Previa firma del consentimiento
informado, las participantes fueron entrevistadas en los hogares, estaban acompañadas
de sus hijas o hijos y se realizaron en ambientes de cordialidad. En algunos casos, se tuvo
que realizar la entrevista en un segundo momento por falta de tiempo. Las entrevistas
fueron grabadas y posteriormente se transcribieron.
Análisis de la información
El análisis de la información recolectada estuvo orientado desde una perspectiva
interpretativa. La totalidad de las entrevistas transcritas fueron analizadas. El estudio fue
con base en los relatos de estas 15 mujeres, así como los documentos resultantes de la
legislación que incluye a las mujeres madres con hijos e hijas menores de un año con un
trabajo remunerado.
En el análisis se realizó codificación de conceptos. La codificación es aquella en la
cual se segmentan y se reorganizan los datos por medio de códigos o categorías que
sustentan el trabajo interpretativo con los datos. Así, la codificación se entiende como un
procedimiento analítico particular (Maxwell, 1996) para clasificar la información recolectada
en el trabajo de campo y en la revisión de fuentes primarias y secundarias. Esta
codificación fue realizada a partir de los contenidos de las entrevistas y la
conceptualización de los temas trabajados en esta investigación. La organización de esta
codificación partió de los conceptos que responden a los objetivos del estudio y de aquellos
sub códigos que aportan a la comprensión y estructuración de los intereses de la tesis.
Estos están organizados en la matriz de análisis (Tabla 1. Matriz de análisis).
Capítulo 1 27
Se utilizó el software NVivo 10 para la clasificación y categorización de la
información. Este software permite reunir toda la información: transcripciones de las
entrevistas y documentos de la legislación y posteriormente, codifica de acuerdo con las
categorías definidas por la investigadora.
A partir de esta clasificación, fue posible la sistematización e interpretación de las
unidades de análisis en el contraste de las diferentes fuentes de información y esto permitió
realizar algunas inferencias, orientadas por el marco conceptual de la investigación
(Valbuena, 2011).
Tabla 1. Matriz de análisis
Matriz de Análisis
Subtemas Categorías Subcategorías
Sig
nific
ados y
Prá
cticas (
Constr
uccio
nis
mo
)
Género
Mujeres con trabajo del cuidado doméstico con hijas menores de un año
Trabajo del cuidado doméstico
Dim
ens
iones Material
Emocional
Ética, Moral
Organización Social del cuidado
Dia
ma
nte
del
cuid
ado Familia
Estado
Mercado
Redes
Mujeres con trabajo remunerado
Trabajo Remunerado
Tip
o
Formal
Informal
Relación de mujeres con hijas e hijos menores de un año con trabajo remunerado
Relación entre el trabajo remunerado y el trabajo de cuidado
Conciliación
Conflictos
Efectos
Fuente. Elaboración propia.
A partir de matriz de la Tabla 1, diseñé el marco lógico de este estudio para guiar
la clasificación de los datos y presentación del análisis y resultados de la tesis (Tabla 2.
Marco lógico).
28 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
Tabla 2. Marco lógico
Objetivo general Objetivos
específicos Herramientas
metodológicas Actividades Metas Resultado final
Analizar significados y prácticas de las mujeres con hijas e hijos menores de un año quienes en la actualidad y al mismo tiempo desarrollan el trabajo de cuidado doméstico y un trabajo remunerado en el municipio de Duitama desde un enfoque de género.
1. Describir los significados y prácticas sobre el trabajo del cuidado doméstico que actualmente desempeña un grupo de mujeres trabajadoras que están criando menores de un año de Duitama.
Revisión de fuentes primarias y bibliográficas
Visita en campo de las mujeres con hijos e hijas menores de un año con trabajo remunerado
Descripción de los significados y prácticas del trabajo del cuidado doméstico.
Análisis de la información recolectada que permite comprender los significados y prácticas de las mujeres trabajadoras con hijas e hijos menores de un año de la ciudad de Duitama con respecto a la relación del trabajo del cuidado doméstico y su situación de trabajo remunerado en la actualidad.
Entrevistas semi estructuradas
Realización de la entrevista semi estructurada y observación en área doméstica
Revisión de fuentes conceptuales con respecto al trabajo del cuidado doméstico
2. Describir los significados y prácticas sobre el trabajo remunerado que actualmente realiza un grupo de mujeres trabajadoras que están criando menores de un año de Duitama.
Revisión de fuentes primarias y bibliográficas
Realización de la entrevista semi estructurada y observación en área doméstica
La descripción de los significados y prácticas de la situación de trabajo remunerado. Entrevistas semi
estructuradas Revisión de fuentes conceptuales y primarias con respecto al trabajo remunerado
3. Articular la relación entre los significados y las prácticas sobre el trabajo del cuidado doméstico y el trabajo remunerado desarrollado por un grupo de mujeres trabajadoras que se encuentran criando menores de un año de Duitama.
Uso de Software Nvivo 10. Análisis de la Información
Clasificación de la información recolectada.
La síntesis de la relación entre dos condiciones centrales el ser mujeres madres de hijas e hijos menores de un año que tienen el trabajo del cuidado doméstico y que a la vez tienen un trabajo remunerado
Síntesis y análisis de la información clasificada.
Fuente: Elaboración propia.
Capítulo 1 29
1. Marco conceptual: Mujeres madres que
crían y trabajan
Para visibilizar el trabajo del cuidado doméstico en las mujeres con sus hijas e hijos
menores de un año, es necesario observar los diferentes escenarios en los cuales estas
familias transitan, explorando en lo público y en lo privado, y su forma de vinculación al
trabajo remunerado por parte de las madres. Esto permitirá conocer los significados y las
prácticas de las mujeres con respecto al lugar que ellas ocupan en dichos escenarios y
sus demandas por lo cual establecen “espacios de construcción de identidad y autonomía,
de acciones colectivas y organizativas” (Lamus y Useche, 2002, p.31 ).
1.1 Conceptos de significados y prácticas
1.1.1 Significados
Jerome Brunner (1995), en su libro sobre los actos del significado, desarrolla una
teoría constructivista del aprendizaje, la cual establece que el individuo posee un mundo
interno donde se encuentran sus deseos, creencias, conocimientos que al entrar en
relación con el mundo externo con la cultura le permiten transformar sus creencias, sus
actos, sus acciones y sus significados. El ser humano es capaz de reflexionar sobre sí
mismo, dar interpretaciones a sus actos y elabora una serie de narraciones sobre su
realidad para darle un orden y un proceso descriptivo. La narración permite expresar
significado y sentimientos en una secuencia coherente.
Un relato contiene significantes considerados como signos regulados por objetos
materiales con métodos que seguimos para su realización:
“Las actividades de la vida diaria son consideradas dentro de un marco
comunicativo, por signos emitidos por el sujeto que proceden de su cuerpo, la
higiene, la alimentación, el paralenguaje verbal, los gestos, las posturas. Es así
que todos los actos de la vida diaria están cargados de significados y están
30 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
asociados a la identidad, la expresión y a la subjetividad. En el aspecto social estos
signos constituyen el reconocimiento mutuo de las personas de una determinada
cultura y por consiguiente la interacción social” (Moruno y Romero, 2006, p. 41).
Moruno y Romero (2006) definen el significado como una idea que sobresale de
una situación o circunstancia. Hay actos que pueden diferenciarse por otros por la forma
en que los realizamos o las motivaciones que tenemos para hacerlos:
“La forma de nuestro proceder cuando hacemos actos como: caminar, comer,
alimentarnos, el cuidado de nosotros mismos, cocinamos, arreglamos la casa, el
modo de cuidar a las otras personas, están regulados por normas culturales, que
establecen la manera adecuada de hacer todas las cosas y su significado” (p. 49).
El “significado” hace referencia al conocimiento, al valor y a la importancia dada por
cada persona y sociedad a algo; por lo tanto, es un acto significativo cuando tiene prioridad
entre otros. El significado es la forma de hacer saber, manifestar y declarar algo; es la
expresión de la identidad personal y hacer saber a los otros quienes somos (Moruno y
Romero, 2006).
Gergen (2006) parte del relacionamiento humano como un generador de lenguaje
y comprensión para dar significado. Así, una sociedad se mantiene articulada por la
participación en el sistema dado de significados, de lo cual también se deriva de la
comprensión social, él autor propone que:
“Los significados son una construcción relacional que necesita de acciones para
ser contextualizada, esto quiere decir que el lenguaje no tiene significado por sí solo, tan
solo adquiere su valor en relación con el otro. Las significaciones de la identidad y de las
emociones surgen de las narraciones surgidas en los intercambios relacionales y aluden a
una forma de funcionamiento social porque están insertas en circunstancias comunes a
determinado grupo humano” (p. 10)
Capítulo 1 31
Berger y Luckman (1979) refuerzan la segunda concepción del lenguaje, al definirlo
como “el sistema de signos más importante de la sociedad humana... su comprensión es
esencial para cualquier comprensión de la realidad de la vida cotidiana” (p. 55). La función
entonces, es significar la experiencia en el curso de la vida, resaltando el carácter dinámico
que tiene lugar en un sinnúmero de interacciones sociales que difieren en contenido y
forma.
Para efectos de este trabajo el “significado” es comprendido como la interpretación
dada por las mujeres evaluadas, al ciclo de vida que está viviendo en relación con trabajo
del cuidado doméstico y simultáneamente con el trabajo remunerado. También trata de
identificar los significados que el grupo de mujeres estudiadas hacen de su vida cotidiana,
insertas en un contexto comunicacional específico.
1.1.2 Prácticas
Las acciones de las personas cumplen una función práctica; estas son actos
organizados en el día a día que dan respuesta a una serie de necesidades básicas y
definición de normas sociales. De este modo, las prácticas contribuyen a la definición de
reglas internas y al significado del mundo social.
Estudiar la familia requiere análisis de las relaciones establecidas entre los
integrantes así como el significado de actos sostenidos y dirigidos por prácticas sociales y
normas culturales, intercambiadas y discutidas en la sociedad (Migliorini, 2011). Las
prácticas cotidianas son elementos constitutivos de aceptación emocional de la realidad
del mundo externo sin la cual no sería posible la existencia humana segura. Así mismo,
expresa Giddens (2002), la experiencia da confianza básica en las atenciones afectuosas
de los cuidadores en los primeros años de vida y vincula de manera decisiva la identidad
del Yo frente a los demás. La reciprocidad de las prácticas afectivas con los primeros
cuidadores es sociabilidad.
En la investigación las prácticas adquieren significado especial para la comprensión
de la dinámica familiar, del estado y la comunidad; en cuanto a la repartición de roles,
atribución por género y desde luego, permite conocerse como grupo social.
32 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
1.2 Perspectiva de género
La perspectiva de género ha orientado este estudio transversalmente. El género es
definido en los contextos sociales y culturales donde están inscritas las relaciones entre
mujeres y hombres junto con otras diferenciaciones como la edad, etnia, status
socioeconómico, nacionalidad, entre otras. El género es una construcción social y cultural
definida por lo que se entiende como masculino o femenino; por lo tanto, cambia en las
distintas sociedades y a través del tiempo. El género es susceptible de reinterpretación y
modificación; en palabras de Joan Scott (1990) es actuado. Así, se permite vincular el
género como elemento constitutivo de las relaciones sociales, con las de poder y con las
cuestiones culturales.
El género es una forma primaria de relaciones significantes de poder. Este es
constitutivo de las relaciones sociales basadas en las diferencias que distinguen a los
sexos en sus aspectos simbólico (representaciones de la diferencia sexual), lo normativo
(doctrinas que definen qué se espera de ser un varón o una hembra), lo institucional (roles
y trabajos asociados a las diferencias), lo subjetivo (identidades de hombres y mujeres) y
lo político que se refiere al campo en el que se ejerce, se legitima y se critica el poder
(Scott, 1992).
Históricamente el modelo de roles de género ha definido esquemas asumidos por
las mujeres y en el que apenas había margen para la creatividad (así como, su negativo,
para los hombres). Este papel asocia la feminidad con el sacrificio, la abnegación y la
privación de sí. Este código normativo ha construido a la cuidadora desde el “deber ser”
moral y afectivo ‘empático’, sea como madre, esposa, hija, hermana, nuera, cunada, nieta
o amiga. Dicho código moral define modelos del buen cuidado, es decir, aquel cuidado
prestado con amor y sin exigir, aparentemente, nada a cambio (Butler, 1990).
El principal modelo social de relaciones de género hasta tiempos recientes incluía
un reparto rígido de los roles sociales donde las mujeres se les asignaba y asumían las
responsabilidades familiares y delegaba principalmente a los hombres, el aporte los
ingresos económicos al núcleo familiar (del varón proveedor). Es decir, los hombres se
desentendían de cualquier tipo de obligación doméstica o lo hacían como ayuda, apoyo y
Capítulo 1 33
modo generoso, y generalmente, secundaria a las responsabilidades como proveedor. El
trabajo de las mujeres se vinculaba con el espacio privado del hogar, con lo doméstico,
con los asuntos reproductivos y, el trabajo de los hombres con el espacio público, con el
mercado laboral y lo productivo.
La vinculación de las mujeres al mercado laboral se ha dado por la inclusión
paulatina de mano de obra femenina en algunos espacios de trabajo asumidos inicialmente
por hombres, reduciendo la brecha entre las tasas de desempleo femenina y masculina.
Se presenta mayor vinculación de mujeres al mercado laboral, lo que según Pineda (2000),
no es un fenómeno negativo, por el contrario, es quizá el factor más importante para la
equidad de género
Los estudios de género propician la realización de múltiples estudios y analizan la
experiencia de las mujeres en el trabajo doméstico. Estos estudios cuestionan ideas
arraigadas tales como la familia es una unidad cooperativa, de apoyo mutuo y basada en
intereses comunes, y las desmienten; al contrario, en la familia existen relaciones de poder
desiguales (Giddens, 2002) en donde unos individuos se benefician más de los recursos
que otros.
La familia se analiza como el espacio en que los miembros interactúan con
relaciones de poder, de recursos, de tiempo y de capacidad de negociación desigual y
asimétrica e igualmente como ámbito para el ejercicio de los derechos individuales (Glaude
y Singly, 1986).
Constanza Tobío (2005) señala que en los últimos decenios del siglo XX se pasó
de un modelo familiar y laboral, en el cual la división de roles de género era muy marcada
a otro modelo en el que hombres y mujeres participan cada vez más al trabajo remunerado.
Sin embargo, este cambio de modelo cultural tiene a la mujer como protagonista y no se
ha dado una transformación en las relaciones de género, pues aún se mantienen
desigualdades en el contexto doméstico y familiar.
El pensamiento neoliberal y la extrema derecha omiten explicar múltiples
problemas sociales producto de la inequidad social. Así lo expresa Puyana (2007) a través
de su artículo “El familismo: una crítica desde la perspectiva de género y el feminismo”
34 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
donde resalta situaciones como la falta de oportunidades educativas, culturales y de
trabajo para mujeres jóvenes de sectores populares; el hacinamiento en los barrios
populares; la largas jornadas de trabajo que realizan las madres cabezas de familia
quienes deben trabajar muchas horas fuera del hogar para mantener la familia; la
corrupción de los políticos que extraen los recursos públicos y no llegan a quienes les
necesitan.
De otro lado, en los Lineamientos de la Política de Equidad de Género también se
menciona la situación de algunas mujeres en Colombia: “Las mujeres adultas que trabajan
fuera de casa enfrentan una triple jornada: el mercado laboral, los oficios del hogar y el
cuidado de los niños, personas en estado de discapacidad y ancianos y, el trabajo
comunitario” (Alta Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer, 2012, p. 12). Estas
situaciones inciden en las tensiones entre el trabajo remunerado y el no remunerado.
La construcción de roles basados en el género incluye discursos simbólicos,
culturales y materiales sobre el ejercicio de la maternidad. Esto ha implicado instaurar el
cuidado como una labor que involucra sentimientos de la madre hacia sus hijos e hijas,
minimizando prácticas amorosas sobre otros miembros de la familia. Acompañado de una
visión naturalista, el cuidado es concebido como un hecho biológico que antecede a la
cultura y obedece a leyes naturales (Badinter, 1991, p. 233).
La revisión de investigaciones en varios países latinoamericanos en relación con el
tiempo dedicado al trabajo doméstico y a la vida de pareja diferenciado por sexo, indican
la continuación de las inequidades de género y la visión de responsabilidad reproductiva
aún concentradas en las mujeres. Por ejemplo, un estudio realizado en Buenos Aires
(Argentina) indicó “un varón promedio participa apenas un décimo del trabajo cotidiano de
la casa” (Wainerman, 2008, p. 35).
Otros estudios de hogares en los que ambos conyugues son trabajadores resaltan
que las mujeres continúan realizando las labores domésticas como responsabilidad
atribuida. En el caso de Uruguay, Aguirre (2008) observó en la encuesta del uso del tiempo
y el trabajo no remunerado “cuando hay niños pequeños las mujeres son las cuidadoras
principales en el 90% de los hogares: unas les cuidan en calidad de madres otras
contratadas para el apoyo” (p. 26).
Capítulo 1 35
Las tasas de ocupación femenina distan de las masculinas en similar proporción a
las tasas de participación en la actividad económica, indicando las dificultades adicionales
de acceso al trabajo que tienen las mujeres frente a los hombres. Aun así, las tasas de
ocupación femenina aumentan más que la de los hombres, reduciendo la brecha entre
ambos sexos (Martínez, 2013).
La brecha de género en las tasas de empleo y de participación en la fuerza de
trabajo apenas se ha reducido. Entre 1995 y 2015, la tasa mundial de participación de las
mujeres en la fuerza de trabajo cayó del 52,4 al 49,6 por ciento, las cifras correspondientes
a los hombres fueron del 79,9 y del 76,1 por ciento, respectivamente. A escala mundial, la
probabilidad de que las mujeres participen en el mercado laboral sigue siendo casi 27
puntos porcentuales menor que la de los hombres (Organización Internacional del Trabajo
OIT, 2016).
El feminismo ha desentrañado el papel del trabajo de cuidado doméstico realizado
por las mujeres en los hogares y ha probado como al hacerse invisible, perpetúa la
opresión de las mujeres (Beauvoir, 1949). En los años 70 del siglo XX, la investigadora
Seccombe afirmó: “El trabajo que produce fuerza de trabajo y el que produce salario son
distintos. El trabajo de cuidado doméstico está incluido en el primero, pero no forma parte
del segundo” (Seccombe, 1975, citado por Puyana, 2012, p. 219). A partir de esta
afirmación, se desarrollaron conceptos como “trabajo de cuidado doméstico”, “la economía
del cuidado” y “el cuidado” para referirse al trabajo básico para la existencia de la vida y a
la producción económica. Determinantes que han penetrado en los discursos
institucionales de las políticas públicas y los planes de igualdad de oportunidades (Arango
y Molinier, 2011).
El análisis que realiza Fraser (2003), se centra en los obstáculos de políticas
públicas y la justicia social, y ha constituido un avance teórico frente a los dilemas de la
práctica social, además presenta las tres dimensiones de la teoría de la justicia: la
redistribución en la esfera económica, el reconocimiento en el ámbito socio-cultural y
posicionamiento en la política pública. Así, se plantea la importancia de un cambio que
incluya la reivindicación de las políticas sociales para las mujeres y en este caso, para las
madres trabajadoras con hijos menores de un año.
36 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
Según el Departamento Nacional de Planeación de Colombia, DNP (2010; 2014) a
través de la Subdirección de Género, la construcción de equidad entre mujeres y hombres
requiere impulsar acciones que compensen o moderen las discriminaciones que afectan a
unas y otros. Esta subdirección busca avanzar hacia la igualdad de derechos y
oportunidades lo cual demanda introducir de manera transversal y como eje conductor el
enfoque de género en las políticas públicas de equidad, en los planes, en los programas,
en los proyectos y en los mecanismos de trabajo de la administración pública como
categorías de análisis social y como método de identificación y corrección de
desigualdades.
Así mismo, el DNP establece un marco de colaboración, coordinación y
concertación interinstitucional entre todas las ramas del poder público, para desarrollar la
agenda nacional en materia de equidad de género acorde con los mandatos
constitucionales, legales y los compromisos internacionales adquiridos por el Estado
colombiano.
Todos los esfuerzos que el país realiza, orientados a mejorar la situación de la
población colombiana en general, deben afectar positivamente tanto a hombres como a
mujeres y así se irán cerrando las brechas de género, las brechas sociales, las brechas
culturales y las brechas regionales. El Plan Nacional de Desarrollo 2014 -2018 incluye
políticas relacionadas con la equidad de género, en el objetivo 1 “Garantías para la
igualdad de oportunidades en el goce efectivo de los derechos fundamentales” (p. 46).
Las políticas de familia deben tener correlación con las políticas de equidad de
género. El principio de antipobreza presentado por Fraser (2003) implica satisfacer las
necesidades de los hogares pobres, enfatizando en la protección a quienes conforman
hogares monoparentales y a quienes realizan las labores de crianza, cuidado y provisión
a los hijas e hijos.
Las políticas públicas deben incluir nuevos pactos sociales, cuyo centro sea la
igualdad y la democratización de la vida familiar, con implicaciones distintas en la
redistribución del poder, del tiempo y de los recursos, determinantes en cualquier política
social (Montaño, 2008).
Capítulo 1 37
Ante esta propuesta, se han creado estrategias a nivel mundial que aporten a la
construcción de un pensamiento más equilibrado sobre maternidad – paternidad -
responsabilidad comunitaria como grandes objetivos de Desarrollo y metas de desarrollo
sostenible “Lograr la Igualdad entre los Géneros y empoderar a todas las mujeres y las
niñas”. Dicha perspectiva de género debe servir como herramienta de análisis para la
comprensión del proceso del cuidado doméstico de las mujeres trabajadoras y sus familias
(PNUD, programa de las naciones unidad para el desarrollo, 2015 – 2030).
1.3 Familias cambios y estrategias
1.3.1 Transformaciones de las familias
Elizabeth Jelin (1988) en su libro Pan y Afectos menciona las transformaciones de
las familias, allí describe la democracia y la igualdad en la familia y las políticas públicas:
correctoras, compensadoras y transformadoras; incorporando equidad entre géneros,
defensa de los derechos humanos a través de la intervención pública en la vida privada,
manteniendo el equilibrio en la protección de la privacidad y la intimidad; la relación entre
familia y políticas de equidad e igualdad más amplias y de largo plazo. Este trabajo
comparte la invitación de Elizabeth Jelin a reflexionar sobre vínculo entre la modernidad y
las relaciones entre padres, madres e hijas e hijos, la dinámica institucional, las ideologías
sociales y políticas, la influencia del orden económico en la configuración de las relaciones,
la complejidad entre libertad y autonomía; como determinantes de vínculos,
comportamientos y prácticas específicas en las familias.
A través del tiempo se han dado cambios en la composición familiar. En el siglo XX
las mujeres podían controlar la cantidad de gestaciones y controlar el número de hijas e
hijos. En el año 1960, las políticas del gobierno de turno se ocupaban de problemas
demográficos y epidemiológicos relacionados con la natalidad y la salud pública.
Desde la segunda parte del siglo XX, la familia nuclear se ha venido diluyendo
debido a transformaciones económicas, sociales y culturales, así como a las continuas
luchas por los derechos ciudadanos de las mujeres (Pachón y Muñoz, 1996). Estos
38 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
cambios marcan otras relaciones de género en la familia con nuevos significados y
redefinen los significados que vinculaban a las mujeres, al mercado del trabajo, a la vida
familiar, social, política y cultural.
Las consideraciones teóricas planteadas desde la sociología inciden en el análisis
de la familia y penetran en los dominios de libertad/convivencia. Becky y Beck-Gernsheim
(2001) mencionan el cambio en la dinámica familiar, de la composición bilateral o
monogamia y patriarcal, hacia formas diferentes en todas las dimensiones de la vida social,
determinadas por las culturas particulares y por nuevos procesos de estructuración, dados
por la dinámica mundial, por el desarrollo de las tecnologías de la información y las formas
de comunicación actuales.
Gutiérrez (2010) conceptualiza a la familia como una institución cambiante,
histórica y permeada por la cultura y permite una mirada democrática a su dinámica, por
lo que "la institución de la familia constituye un campo desde los cuales se divisan y dentro
del cual se proyectan todas las instituciones de las comunidades en sus fallas y en sus
aciertos” (p.65).
1.3.2 Organización de las familias y los hogares
El grupo familiar constituye la instancia en la que se realizan las actividades
necesarias para la reproducción de la especie humana. Las relaciones de parentesco
sirven de base para la conformación de los hogares, allí se cumple el ciclo de reproducción
biológica en el que las nuevas generaciones entran a socializar y construir las primeras
identidades; además, satisfacer necesidades y encuadran las actividades de cuidado de
quiénes por su ciclo vital, no están en capacidad de atenderse a sí mismos. Así, el trabajo
reproductivo se convierte la base de sostenimiento de la sociedad productiva.
El concepto de red familiar ha dado muestras de gran potencialidad para el análisis
del papel desempeñado por las familias, y en ellas las mujeres. Los argumentos del
cuidado son establecidos a partir de las responsabilidades que socialmente se han
construido otorgando a la mujer la función de cuidadora (Gilligan, 2013).
Capítulo 1 39
El rol de cada persona integrante de la familia es central en el trabajo del cuidado
o su ausencia. El padre aparece aquí como protagonista en la relación con el hijo o hija
menor de un año y el cuidado que requiere. Por lo tanto, la presencia o ausencia del padre
determina la carga de la madre en el cuidado de los niños y niñas más pequeños.
Puyana y Lamus (2003) reconocen tres tendencias familiares de acuerdo con el
ejercicio de la paternidad y la maternidad en las últimas décadas:
En primer lugar, la tendencia tradicional en la cual el padre es valorado como
proveedor, función percibida como obligatoria por el hecho de ser padre; y la
representación social proclive a la maternidad como proyecto de vida central para la mujer
se resuelve con la estadía en el hogar siendo ella la encargada de la crianza y de los
asuntos domésticos de la prole (p. 59).
La segunda tendencia es la de transición, en la cual se concentran las actividades
que significan la relación directa con la prole, pero muy poco a lo correspondiente a las
tareas cotidianas, este padre se involucra en medio de una representación social que le
demanda ser un colaborador sin asumir responsabilidades, pues su compañera es quien
tiene dicha relación (p. 63-64).
Por último, se encuentra la tendencia de ruptura en la que los padres se pueden
caracterizar por rasgos distintivos sobre un denominador común, la construcción
permanente de acuerdos, normas y límites, cuando se trata de autoridad, provisión o
trabajo doméstico en el hogar (p. 66).
Mander (2001) señala que el rol del padre moderno adquiere diferentes formas lo
que hace difícil definirle legalmente. Se encuentran algunas características como la
disminución en el tiempo de convivencia con los hijos e hijas y sus madres, y se clasifican
de acuerdo con el tipo de paternidad que ejercen de la siguiente manera:
Padre divorciado: quien tiene contacto regular con sus hijos e hijas o
comparte la parentalidad con la madre en una base de igualdad.
Padrastro: quien toma el rol sustituto de paternidad, al casarse con una
mujer que tiene hijas o hijos.
40 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
Padre natural o padre soltero: Puede ser compañero de la madre o estar
ausente. En ocasiones llega a ser un donante de esperma para mujeres solteras, bebés
probeta o parejas homosexuales.
Al respecto, Gutierrez de Pineda (1975) distingue cuatro modelos en torno a la
imagen del padre:
El padre biológico activo en las distintas tipologías existentes.
El padre sustituto o padrastro.
El padre de status rol equiparado conyugalmente.
El progenitor ausente física o funcionalmente.
De acuerdo con la distancia o proximidad del modelo de paternidad hegemónica,
Robledo (2007) ubica las siguientes formas de paternar:
Padres presentes y muy próximos: quienes ejercen el rol de padres
asumiendo actividades y responsabilidades que tradicionalmente recaían en la madre.
Esta forma tiene dos variantes, cuando la mujer es la proveedora principal y cuando se
trata de un hogar monoparental paterno.
Neopatriarcal: son buenos proveedores, tienen poder al interior del hogar
y la familia en ámbitos que tradicionalmente son femeninos. Se caracterizan por el fuerte
involucramiento en la crianza de sus hijas e hijos y a diferencia de los antiguos padres
patriarcales, son cercanos a los hijos e hijas.
Periféricos: se caracterizan de acuerdo con su cercanía en la crianza y la
vida de sus hijos e hijas, son buenos proveedores; y a nivel personal. les preocupa los
éxitos laborales y el prestigio. La presencia de los padres periféricos es baja en la
cotidianidad de sus hijas e hijos, no se involucran activamente en la crianza pese a señalar
una relación afectuosa y cercana con sus hijas e hijos.
Robolledo (2007) menciona que en la actualidad los padres ejercen su rol
cercanamente al “materno” como portadores de nuevas subjetividades y que en sus
prácticas de dominio paterno ha re significado el modelo hegemónico en razón al mandato
del afecto y la comunicación.
Para efectos del presente ejercicio investigativo, se define a la familia como “un
grupo social unido por lazos de parentesco o consanguinidad y que cumplen la función de
Capítulo 1 41
reproducción humana y de socialización de la descendencia” (Arriagada; 2002: p. 45-46).
Por otro lado, el hogar se concibe como la “[…] persona o conjunto de personas sean
parientes o no parientes que residan habitualmente en una misma vivienda particular,
ocupada total o parcialmente y que comparten en común sus alimentos y que cumple con
estas tres condiciones, coresidencia, olla común e inclusión de parientes o no parientes”
(p. 21).
Sumado a lo anterior, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
CEPAL (2005) caracteriza a las familias en tres tipologías, las cuales se presentan en las
tablas a continuación, y es el marco de análisis para determinar la tipología de las familias
de las madres estudiadas.
Tabla 3. Tipologías de estructura familiar
Tipo de Familia Desagregada Descripción
Familias nucleares
Sin hijos
Padre o madre o ambos, con
o sin hijos.
Monoparental jefe hombres
Monoparental jefe mujeres
Biparental
Familias extensas
Monoparental jefe hombres.
Padre o madre o ambos, con
o sin hijos y otros parientes
Monoparental jefe mujeres
Biparental
Familias compuestas Padre o madre o ambos, con o sin hijos y con o sin otros
parientes y otros no parientes.
Familias no familias Hogar sin núcleo
Unipersonal
Fuente: La Tipología de estructura familiar en forma desagregada (Arriagada, 2002, p. 19)
Paralelamente a las tipologías familiares, están las estructuras determinadas por la
composición generacional de los hogares, las cuales se presentan en la ¡Error! No se
encuentra el origen de la referencia..
42 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
Tabla 4. Tipología generacional de hogares
Fuente: La Tipología de estructura generacional (Flórez y Soto, 2006).
La tercera tipología del ciclo de vida familiar, se construye a partir de lo propuesto
por Arraigada (2002) quién identifica fases por las que transitan los hogares del tipo
familiar. Esto se muestra en la ¡Error! No se encuentra el origen de la
referencia..
Tabla 5. Tipología por ciclo de vida
Tipología por ciclo de vida
Pareja sin hijos
Etapa inicial
Etapa de expansión
Etapa de consolidación
Etapa de salida
Pareja mayor sin hijos.
Fuente: La Tipología por Ciclo Vida (Arriagada, 2002)
Las familias boyacenses poseen una tipificación diversa que demarcan la extensión
del vínculo de parentesco que poseen.
Edad Hogar
0 a 14 años
Generacional
Sin generaciones intermedias
Multigeneracional
Sin adultos mayores
15 a 64 años
Si niñas-niños
Generacional
Multigeneracional
Sin adultos mayores
65 años y más
Generacional
Multigeneracional
Sin generaciones intermedias
Capítulo 1 43
“En este medio boyacense si bien priman las representaciones sociales proclives
a la familia patriarcal, las mujeres tienen en la práctica una mayor movilidad: son
más dadas al madre solterismo y a la unión libre que las santandereanas, en
ambas culturas las mujeres trabajan intensamente, pero en la Cundiboyacense
poseen más capacidad de manejar sus bienes y a menudo se dedican al
comercio” (Gutiérrez de Pineda, 1998, p. 46).
La Encuesta Nacional de Demografía y Salud, ENDS (2015) reporta que en
Colombia, la familia monoparental ha tenido un ascenso continuo, así en 1993 el 24 % de
hogares estaban conformados por madres solas, en el 2005 ascendieron a 30 %, en el
2010 al 34 % y en el 2015 sigue manteniéndose en aumento con un 36,4 % (Profamilia,
2015). Se puede también evidenciar que en Colombia se denuncian 41 procesos diarios
para establecer la paternidad de un niña o niño (El Tiempo, 2013). Otros datos expuestos
por la ENDS para el año 2015 con referencia a la mujer cuidadora que trabaja y que tiene
una hija o hijo menor de un año evidencian que el 53,6 % de las mujeres y el 75 % de los
hombres de 13 a 49 años trabajan actualmente, que el 17,0 % de las mujeres abandonó
sus estudios porque quedó en embarazo, de ellas, el 16,1 % de la zona urbana y el 19,2
% en el área rural.
Las personas depositan confianza en la familia por ser la primera institución a la
que se recurre en situaciones difíciles o de crisis. Según el PNUD, "la familia conforma un
espacio de acción en el que se definen las dimensiones más básicas de la seguridad
humana: los procesos de reproducción material y de integración social de las personas"
(Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD, 1998, p. 192).
En este marco, la concepción cultural, social de las familias y hogares entran a
determinar las relaciones colaborativas en la atención y trabajo del cuidado doméstico de
sus hijas e hijos o por el contrario, la saturación de dicha responsabilidad en las mujeres.
1.4 El trabajo del cuidado doméstico
44 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
El Cuidado es definido por Tronto (1994) como “una actividad característica de la
especie humana que incluye todo lo que hacemos para mantener, continuar o reparar
nuestro mundo, de tal manera que podamos vivir en él lo mejor posible” (p. 103). Implica
algún tipo de acción, puede referirse a una actividad o a un proceso, y es tanto una práctica
como una disposición.
El ideal demarcado en el imaginario de la sociedad era el de la mujer casada y
cumplía con su principal rol: ser madre y cuidadora. Esta determinación incluida en el
control social que sitúa a la identidad femenina en la realización de la maternidad. Ana
María Fernández (1997) expresa:
“Actualmente nuestra sociedad organiza el universo de significaciones en
relación con la maternidad alrededor de la idea mujer = madre: la maternidad es la
función de la mujer y a través de ella, la mujer alcanza su realización y su adultez.
Desde esta perspectiva, la maternidad da sentido a la feminidad; la madre es el
paradigma de la mujer, las identidades femeninas se construyen en función de ser
“esposas de” o “hijas de” y se define como único camino posible para las mujeres el
ser madres” (p.161).
Estudios particulares en América Latina, encaminados a conocer los significados
del cuidado y la maternidad entre grupos de mujeres de estrato social diferente, comparan
las interpretaciones de las mujeres en cuanto a su actividad laboral y el cuidado,
concluyendo que son las mujeres quienes mayoritariamente se encargan de las labores
del cuidado, con una mínima participación masculina (Esquivel, Faur, y Jelin, 2012;
Sánchez de Almeida, 2009).
Para la presente investigación, el término Cuidado es usado como el oficio y/o
trabajo en su diversidad, pluralidad y complejidad, como forma de reconocer que el
Cuidado es un trabajo con multiplicidad de actividades y oficios realizados en el ámbito
doméstico, con diferentes formas de remuneración y de calificación (Arango, 2010).
El cuidado es caracterizado como el “conjunto de múltiples actividades que
responden a las exigencias propias de las relaciones de dependencia. Además de las
Capítulo 1 45
implicaciones de hacer un trabajo que contribuye directamente a mantener o preservar la
vida del otro” (Arango y Moliner, 2011, p. 93).
El cuidado es un trabajo que garantiza la posibilidad de que un tercero pueda
sobrevivir o responder al bienestar de este ser. En el caso de la infancia el 10 % de los
niños nacidos en los últimos cinco años murió en el transcurso del primer mes de vida y
de estos el 16 % en el primer año de vida. En el caso del cuidador, el 10 % de las mujeres
de 13 a 49 años se encarga del cuidado de otros parientes, personas enfermas o personas
con discapacidad, frente al 1,4% de los hombres en el mismo rango de edad. El 32 % de
las mujeres de 13 a 49 años considera que el papel más importante de las mujeres es
cuidar la casa y cocinar para la familia. Al respecto, el 38 % de los hombres en el mismo
rango de edad piensa lo mismo (Profamilia, 2015)
Sen (1995), citado por Arenas (2016) refiere que “las mujeres se encuentran en la
encrucijada entre la actividad económica y el cuidado de los seres humanos… Ellas son
trabajadoras de ambas esferas… son las más sensibles a la necesidad de una mayor
integridad entre las dos” (p. 127). En este contexto, entra a comprenderse la categoría de
trabajo de cuidados doméstico no remunerado que ubica a la mujer en trabajos,
responsabilidades y dinámicas de servicio y que ocupan el tiempo de su día a día.
El cuidado se ha convertido en una perspectiva de análisis en la disciplina
sociológica, adquiriendo además un importante estatus en la política, se ha instalado en el
lenguaje de los estudios de género, y se ha posicionado en los enfoques de las políticas
públicas.
1.4.1 Las dimensiones del trabajo del cuidado doméstico
El cuidado tiene tres dimensiones desarrolladas por Salazar (2001), citada por
Martín (2008) y entran a discutir con otros postulados:
La primera es la dimensión material de los cuidados llamado tradicionalmente como
el trabajo doméstico. Esta conlleva a la elaboración de bienes y servicios dirigidos al
consumo en el hogar; es decir, lo que la mujer o las familias hacen en la casa, el tiempo
gastado en estas actividades y las acciones que realiza (Salazar, 2001).
46 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
La segunda es la dimensión emocional, en la cual las relaciones afectivas
profundas y se expresa en la vida cotidiana en sentimientos que unen la actividad
doméstica con el amor, frecuentemente se plasma bajo la metáfora “te cocino porque te
quiero”; en algunos momentos también expresa frustración y desaliento (Salazar, 2001).
La tercera es la dimensión moral, entendida como la ética que le brinda sentido
social a la acción de cuidar y la expectativa de gratificación no remunerada (Salazar, 2001).
Revalorizar el cuidado como ética es competencia de todas las personas porque
todos son receptores de cuidado, avanzaría aún más al considerar el trabajo y la ética del
cuidado como ética política, y valorizarla económicamente:
“Implica desasociarla [la ética] de las mujeres, poniendo como evidencia que las
actividades que se desarrollan en el cuidado son respuesta a la vulnerabilidad humana
en general y por lo tanto tienen una importancia absoluta para la vida en general, fuera
de los alcances meramente morales” (Paperman, 2011, p. 7)
El cuidado tiene connotación material como inmaterial. El primero establece la
capacidad de dar las condiciones materiales para la subsistencia del tercero a cuidar y el
segundo implica un vínculo afectivo, emotivo y sentimental entre quien brinda el cuidado y
quien lo recibe. Hochschild (1990) citado por Aguirre (2005) precisa sobre el cuidado como
un “resultado de muchos actos pequeños y sutiles, conscientes o inconscientes que no se
pueden considerar que sean completamente naturales o sin esfuerzo […]. Así las mujeres
dan en el cuidado mucho más que la naturaleza, brindan sentimientos, acciones,
conocimiento y tiempo” (p. 6).
Los trabajos de cuidado se han construido históricamente en estrecha relación
entre la dimensión de trabajo aún sin remuneración (trabajo experto, cualificado,
normativizado), la dimensión emocional, de responsabilidad y su desempeño dentro de un
sistema determinado de relaciones familiares y de género (Carrasco, Borderías, y Torns,
2011, p. 26).
Capítulo 1 47
Lagarreta (2011) diferencia la categoría de remuneración del trabajo del cuidado,
más allá de lo monetario e introduce la compensación vinculada a la satisfacción emocional
o al cumplimiento de una disposición moral frente a la prestación de un servicio o atención
de un tercero.
Por su parte, Gilligan (2013) considera que el Cuidado es “reconocer que se trata
ante todo de un trabajo, no solo el valor del cuidado en el plano simbólico de la civilización,
sino también apelar a la ética de la justicia” (p. 19).
En nuestra sociedad, el Cuidado puede ser un trabajo remunerado o no, el primero
puede formar parte del mercado del trabajo o laboral y se compensan con un ingreso
económico, pero es medido como un oficio de baja categoría y por lo tanto, de baja
remuneración. El cuidado no remunerado monetariamente, ocurre en la vida familiar y se
ligan a una disposición moral y cultural por las expectativas con que se hace visiones de
maternidad y género.
1.4.2 El trabajo del cuidado doméstico visto desde “El diamante del cuidado”
El cuidado debe ser cubierto cuando surge la necesidad y existen formas y modos
diferentes de ofrecer o recibir el cuidado a dichas necesidades, sea a través de la familia,
el Estado, el mercado, o incluso, a través de las redes o la comunidad. Es decir, el cuidado
está distribuido en estos cuatro pilares de bienestar. Estos pilares están inscritos en el
“diamante del cuidado” (Razavi, 2007).
El diamante del cuidado realizado por Razavi, (2007) es considerado como el
desempeño de la arquitectura del cuidado que presenta caras con tamaños diferentes en
cada sociedad.
El bienestar de las personas es comprendido desde el sistema de recursos –
incluidos los económicos, conseguidos a través del mercado, vinculados con las
prestaciones de los sistemas de seguridad y protección social, y finalmente, a través de lo
que aportan las propias familias. Por ello, a la hora de analizar el bienestar social, no se
48 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
pueden disociar ninguno de los cuatro pilares donde el Estado puede tener protagonismo
en la garantía de dicho bienestar (Sojo, 2007, p. 119).
Los planteamientos de Paperman (2011) y Tronto (2013) aluden a la democracia
del cuidado. Los argumentos de estas autoras parten de considerar que todos y todas
somos merecedores del cuidado en tanto somos ciudadanos; así, el cuidado es objeto de
garantía por parte del Estado.
Si bien en los últimos años se ha avanzado lentamente en la formulación e
implementación de la Ley del Cuidado 1413 del 2010, “Por medio de la cual se regula la
inclusión de la economía del cuidado en el sistema de cuentas nacionales con el objeto de
medir la contribución de la mujer al desarrollo económico y social del país y como
herramienta fundamental para la definición e implementación de políticas públicas”
(República de Colombia, 2010) y en las disposiciones legales que respaldan los trabajos
del cuidado doméstico; en Colombia es posible afirmar que la corresponsabilidad entre la
familia, el Estado y la sociedad así como la democratización de las relaciones familiares
con relación al trabajo del cuidado doméstico son asuntos no alcanzados. Además, poco
conocemos sobre los significados, los conflictos que las familias viven entre sí y su relación
con el tipo de ocupación, reflexión importante para el análisis de información de esta tesis.
1.4.3 La economía del cuidado
Desde los lineamientos internacionales, hechos por el PNUD según lo expuesto por
Esquivel (2011), se hace necesario medir y definir la economía del cuidado y así establecer
su aporte al desarrollo de los países.
La literatura acerca del cuidado, propone fortalecer el papel de las mujeres en el
hogar en la perspectiva de derechos y de desarrollo humano. Se consideran irreversibles
los cambios en la participación femenina en el mercado de trabajo y más bien, se dirigen
a desentrañar los múltiples trabajos no remunerados que ellas realizan. En esta
perspectiva, se desarrolla la economía feminista y la sociología cuyo objetivo es hacer
visible el papel de la mujer en la familia, develan el trabajo del cuidado y las relaciones de
Capítulo 1 49
opresión e inequidad que este conlleva (Carrasco, Borderias, y Torns, 2011; Esquivel,
2011).
El tema del trabajo de cuidado doméstico cobra cada día más fuerza en los análisis
sociales y económicos en diversos países. El Congreso de Colombia aprobó el 11 de
noviembre de 2010 la ley 1413, la cual define conceptos importantes para comprender la
economía del trabajo de cuidados y las actividades domésticas que la integran siendo un
paso importante para visibilizar la labor del cuidado al interior de los hogares (Congreso
de la República, 2010).
El DANE actualiza las cifras de la economía del cuidado que comprende la
producción, distribución, intercambio y consumo de los servicios de cuidado. Esta medición
como una cuenta satélite del Sistema de Cuentas Nacionales (SNC) y permite visibilizar la
relación entre la economía del cuidado con el resto de la economía, observando la
distribución de tiempos, trabajos, consumos e ingresos utilizados en una y otra.
Entre 2012 y 2015 las horas promedio trabajadas a la semana del total de la
población en edad de trabajar fueron 8,5 horas diarias para los hombres, y 9,9 horas diarias
para las mujeres. Así mismo, las mujeres trabajaron en promedio 10 horas a la semana
más que los hombres, en trabajo dentro y fuera de la frontera de producción del SNC, dado
que el promedio de horas trabajadas a la semana de los hombres en edad de trabajar fue
de 59 horas mientras que el de las mujeres fue de 69 horas (2017).
De acuerdo con la normativa, el DANE, el Ministerio de Hacienda y Crédito Público
deben iniciar el proceso de adecuación de procedimientos y gestiones para aplicar la
encuesta de uso del tiempo e incluir sus resultados en el SNC (República de Colombia,
2014).
Entidades de Naciones Unidas como la Organización Panamericana de la Salud -
OPS y la CEPAL (2005) han venido desarrollando investigaciones relacionadas con la
economía del cuidado. El propósito es visibilizar aquellas actividades domésticas
realizadas principalmente por mujeres y hasta ahora están en proceso de inclusión en las
estadísticas económicas y en la contabilidad nacional de los países. Estas iniciativas son
complementarias a la puesta en marcha de la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo
(ENUT) presente en cuatro países de Latinoamérica, Chile, Cuba, Uruguay y Venezuela;
50 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
los cuales ya tienen la encuesta elaborada y los países que están en proceso de construirla
como Bolivia, Cuba, Argentina, Brasil, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala,
Honduras y México. En Colombia el proyecto introdujo preguntas en la EUT con asuntos
de especial relevancia para esta investigación como los oficios realizados por las personas
en el hogar, el cuidado de los niños y niñas, entre otros. Estos avances, permiten visibilizar
como un problema público, el trabajo de cuidados doméstico realizado por las mujeres
desde un enfoque de derechos ciudadanos y de equidad de género (Freire, 2014).
El PNUD (2010) hace la evaluación del cumplimiento de las metas del milenio,
realizó 1.080 encuestas en varias ciudades del país con una muestra que incluía a las
mujeres agredidas alguna vez. Los resultados mostraron que el 81% de las madres
cuidaba los niños, mientras que apenas el 10% de los padres lo hacían. La preparación de
la comida era actividad de la madre en el 77% de los hogares y en contraste, el 6% de los
padres realizaban esta tarea. Lavar ropa era responsabilidad del 73% de las madres en
contraste, con el 5% de los padres. La única labor concentrada en los padres fue la compra
de alimentos más acorde con su papel de proveedor. La afirmación de las mujeres acerca
de una fuerza especial derivada de ser madres, les permite cumplir con múltiples roles al
tiempo y tener más tenacidad para el sacrificio.
El trabajo no remunerado comprende actividades realizadas en el hogar,
relacionadas con el sostenimiento de la vivienda, los cuidados a personas que conforman
la familia o la comunidad y el mantenimiento de la fuerza de trabajo remunerado. Esta
categoría se describe en el análisis de esta investigación como el trabajo de cuidados
domésticos y es considerada de fundamental importancia económica en la sociedad.
1.5 El cuidado de las niñas y los niños menores de un
año: riesgos y necesidades especiales
El trabajo del cuidado doméstico y la crianza hacen parte de la dinámica familiar
como prácticas sociales requeridas por todos los seres humanos durante su proceso vital
independientemente de la situación de vulnerabilidad o de autonomía que se tenga con o
sin la experiencia familiar. En esta perspectiva, la crianza contiene una expresión particular
Capítulo 1 51
del trabajo del cuidado doméstico que alude al acompañamiento, orientación e interacción
que brindan adultos cuidadores (padres, madres y demás familiares) ante la demanda de
formación de capacidades cognitivas, morales, éticos, culturales y emocionales en los
niños y niñas, y habilitarlos como integrantes y participantes de la sociedad.
La historia del padre, la infancia y la maternidad construidas por Badinter (1981)
permite afirmar que,
“Tal y como está concebida actualmente en nuestra sociedad, supone una nueva
esclavitud para las mujeres, porque anteponen el bebé a todo, a su propio
desarrollo personal, a su trabajo y a su pareja, muchas de ellas regresan al hogar
perdiendo el deseo de llevar a cabo sus logros” (p. 12).
La filósofa Badinter (1981), en su libro el amor maternal, expone la maternidad
vinculada a sus representaciones sociales, culturales y simbólicas adjudicadas a través de
los tiempos en un rol familiar bajo la idea patriarcal del cuidado de las hijas y los hijos y de
la sublevación jerárquica. Además, habla del conflicto ante las consecuencias de la
ofensiva naturalista, el mito muy útil durante siglos del instinto maternal y la posibilidad de
un modelo de maternidad a tiempo parcial que evite las frustraciones de no ser una buena
madre ni tampoco una mujer plena.
La francesa Ivonne Knibiehler (1996) en su sección del libro “Madres y Nodrizas”
muestra la perspectiva de las relaciones establecidas en torno a la lactancia y el cuidado
de los menores y los actores involucrados en ello, ya sea directa o indirectamente. Ella
misma expone que a partir de los años 70 comienza a surgir voces dentro del feminismo
proponiendo que junto a los objetivos de su lucha, debía incluirse el tema de la maternidad
como cuestión central de la identidad femenina (Knibiehler, 2007).
El documento “La aventura infantil a mediados del siglo” de Pachón y Muñoz (1996),
ofrece para esta investigación amplio conocimiento y recorrido a través del tiempo por los
diferentes momentos de transformación vividos en los niños, sus familias y los entornos en
Bogotá a mediados del siglo XX. Al contar la historia detallada de la cotidianidad de los
barrios, sugieren cada momento social y lo vivido dentro de los hogares tal como
construcciones, calles, formas de trabajo, productos alimenticios, descanso, transporte de
52 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
productos, entornos, ambientes, maternidad, ciclos de vida, relaciones sociales, de afecto,
de amor, de educación de salud, de familiaridad. Además, lo que pasaba en la época con
las mujeres y sus niños y niñas recién nacidos.
Pachón y Muñoz (1996) exponen que en 1941 la revista Cromos en la sección
llamada “el rincón de las mamás” publicaba instrucciones para las madres donde se les
recalcaba la función educativa de los hijas e hijos. Esta revista establecía dos opciones a
la llegada del recién nacido, (i) aceptar las necesidades propias del bebé o, (ii) acomodarse
a las exigencias de la educación moderna. Se conservaba aún el valor de la leche materna
como el mejor alimento. A través del análisis de la documentación periodística colombiana
las autoras permiten admirar y develar cómo a lo largo de la vida las concepciones de la
infancia no han sido estables sino, más bien variables dependiendo de las condiciones
sociales.
La maternidad y las representaciones sociales asociadas influyen distinto hacia la
igualdad de género. Un aspecto fundamental que ha generado cambios en la biografía
femenina es el nivel educativo, es decir, coexisten modernas formas culturales de
demostración del sistema patriarcal con disposición hacia la ideología de la igualdad,
respecto al compromiso en las tareas de la vida doméstica, en las profesiones, trabajos y
los diferentes oficios, aunque en el fondo el sistema patriarcal se esfuerza por sobrevivir y
defender las formas de control del hombre sobre la mujer en las prácticas cotidianas (Becky
y Beck-Gernsheim, 2001).
La Ley 1098 de 2006, que expide el Código de la Infancia y la Adolescencia en el
artículo 17 indica:
“El Derecho a la vida y a la calidad de vida y a un ambiente sano. Los niños,
las niñas y los adolescentes tienen derecho a la vida, a una buena calidad de vida y
a un ambiente sano en condiciones de dignidad y goce de todos sus derechos en
forma prevalente. La calidad de vida es esencial para su desarrollo integral acorde
con la dignidad de ser humano. Este derecho supone la generación de condiciones
que les aseguren desde la concepción cuidado, protección, alimentación nutritiva y
equilibrada, acceso a los servicios de salud, educación, vestuario adecuado,
Capítulo 1 53
recreación y vivienda segura dotada de servicios públicos esenciales en un ambiente
sano” (República de Colombia, 2006).
En Colombia, actualmente se han implementado políticas estatales sobre el trabajo
del cuidado doméstico para la atención a menores de un año como la política pública de
atención a la primera infancia. Durante los últimos 20 años sigue en ascenso la ampliación
de las coberturas de los programas del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF),
se ha disminuido la deserción y facilitado la asistencia a los servicios de salud. Sin
embargo, aún persiste la brecha entre lo formulado en las políticas respecto al acceso
efectivo y calidad de atención de los niños a estos servicios. Bajo la perspectiva de
derechos propuesta en el Código de Infancia y Adolescencia del 2006 existe baja cobertura
de atención (Duran Strauch, 2007).
A esta función materna en la familia se sumó la situación del mercado, a partir de
una lógica capitalista que valoró el trabajo como el productor de mercancías, privilegiando
los espacios de la esfera pública al hombre; mientras que el cuidado se instaló en el ámbito
de lo privado a la mujer, donde primaban los afectos, la dedicación y el amor, lo que hizo
invisible el reconocimiento de éste trabajo (Del Valle, 2008).
Al enfocarse en las mujeres madres de niñas y niños menores de un año, se
encuentra en la literatura general, la trascendencia del cuidado de los bebés al tener
dependencia total, alto grado de vulnerabilidad y de mortalidad tal y como lo muestra el
documento “cuidados de salud de ninas y ninos: Primer año postparto” (Fundación Santa
Fe Bogotá y Unicef, 2011).
El trabajo del cuidado doméstico es propio de la vida familiar e incluye a todos los
integrantes. La crianza constituye el principal momento de interacción de todos los seres
humanos como soporte de formación individual y social (Arango, Molinier, y Pascales,
2011).
“El potencial de la experiencia de la maternidad ha sido lo que históricamente ha
diferenciado la existencia femenina de la existencia pública en nuestra sociedad.
[La interpretación que la cultura hace de la maternidad] ha sido la base de la
discriminación, esto no ha cambiado con la desatención hacia el estatus de
54 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
madre o con la creencia que madre no es diferente a padre” (Fineman, 1995, pp.
27-28).
En este sentido, Patricia Farías Jiménez e Inés Botero Uribe (2016), exponen que
el primer año de vida de la niña o del niño es la edad más riesgosa, por lo que exige un
cuidado especial, es el ciclo de la vida que está basado en ser una época de alto nivel de
mortalidad, interacción neuronal y dependencia para suplir las necesidades básicas como
la alimentación, este está asociada con la lactancia y el inicio de la alimentación
complementaria. Las tasas de mortalidad infantil son más altas, siendo el primer mes de
nacido el rango que sobresale. En el primer año se desarrolla más el cerebro, hay mayores
interacciones neuronales, es cuando el niño crece con mayor rapidez y aprende más
rápido. La alimentación complementaria es importante porque el niño está aprendiendo
hábitos que perduran para el resto de su vida.
Los comportamientos y las prácticas de crianza y el cuidado de niñas y niños
menores de cinco años en el departamento de Boyacá, continúan fijados a los conceptos
de familia y a los procesos de socialización ligados a la cultura machista y patriarcal aún
vigentes. Los oficios domésticos y agrícolas de las mujeres hacen parte de las rutinas
diarias trasmitidos generacionalmente; afianzando y recreando en los niños y las niñas
roles sociales, políticos y económicos ligados al ámbito de una división sexual del trabajo
que históricamente ha logrado trascender la estructura familiar a lo social. El papel de
la mujer en los procesos de socialización y prácticas de crianza sigue siendo una
constante cultural central en lo urbano y lo rural, así como la ausencia de las
responsabilidades paternas. Sin embargo, la estructura familiar boyacense no es ajena a
los cambios derivados de los procesos de modernización social y cultural. Se observa la
transformación en los procesos de socialización primaria, donde por diversas razones se
delegan estas funciones a instituciones públicas y privadas debido a la vinculación laboral
de los padres y madres Triana y otros (2010).
Otro efecto de las transformaciones familiares en el trabajo del cuidado doméstico,
es el aumento de las separaciones conyugales y de las familias monoparentales con las
mujeres como cabeza de familia. En éste caso, las madres desarrollan al mismo tiempo
las tareas de atención a sus hijas e hijos pequeños, cumplen con las acciones de la
maternidad y deben comprometerse con la provisión económica a la familia.
Capítulo 1 55
1.6 Madres y el trabajo Remunerado: Interacción y
dinámicas
Los seres humanos dedicamos toda la energía al mundo de la producción, se
piensa en ganar para comprar toda clase de objetos y suplir necesidades, pero el mundo
de la reproducción no se ha pensado lo suficiente. Como afirma Castells (1996),
Es necesario asegurar que realizamos el trabajo socialmente necesario para la
reproducción. Incluyen no sólo las actividades domésticas, si no rescatar la vida afectiva
[...] aceptar en cada plano de la vida personal de hombres y mujeres, una relación
igualitaria, es en función de poder recuperar ese mundo afectivo, ese mundo de relación
profunda, de confianza (Castells, 1996).
Boff (2002) menciona “tenemos que construir la casa humana común – la Tierra-
para que quepan todos en ella. Urge moldearla de tal forma que pueda alimentar un nuevo
sueno civilizacional sostenible” (p.14).
La percepción de la maternidad y el trabajo formal como asuntos incompatibles es
reflejada en delegación a la mujer en la responsabilidad del cuidado durante los primeros
años de vida de sus hijos e hijas. Esto ha generado la idea de la maternidad como un
periodo de renuncia o postergación del proyecto profesional y personal (Yago y Martinez,
2009).
La vinculación paulatina de la mujer formalmente al ámbito laboral ha permitido que
las mujeres establezcan con la pareja acuerdos en relación con las tareas de cuidado de
los hijos y del hogar, aunque aún esté lejos de la corresponsabilidad (Torns y Sara, 2008).
En Colombia, la premisa de “la maternidad es biológica y la paternidad cultural” es
perpetuada en las políticas públicas y en la cultura. Esta premisa visibiliza sólo el esfuerzo
físico y el cansancio del padre como producto de una actividad laboral asalariada que
56 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
merece un descanso mientras que el agotamiento de la madre no es visible el rol inherente
a la madre le permite y le exige seguir cuidando y trabajando para atender las necesidades
de los hijas e hijos. Esta aceptación está dada sin mayor estudio, aunque padre y madre
desempeñen un trabajo remunerado fuera de casa (Igareda, 2010).
Chaura y Fuentes (2011) establecieron:
“La maternidad como el trabajo laboral de la mujer. Son bienes jurídicos igualmente
relevantes para la sociedad actual, por lo que el legislador se ha visto en la necesidad de
proteger ambos con el objetivo de lograr un equilibrio” (p.10).
A pesar de la creciente participación de las mujeres en el mercado laboral, el ideal
de mujer es igual al de madre como principal responsable de los cuidados de la familia y
pareciera ser parte de un modelo que persiste sin distinción de clase. Así entonces, las
diferencias sociales, territoriales, de oportunidades y de posición en el hogar demarcan
perfiles diferenciales en relación con el cuidado de los niños menores (Esquivel et al. 2012).
Esquivel et al. (2012) menciona “la observación sobre la dimensión del cuidado
abre un espectro analítico amplio, que obliga a trascender el espacio de la esfera privada
y a poner en consideración el modo en que distintas instituciones actúan como
proveedoras” (p.37).
La concentración de la carga familiar en las mujeres incide en el cumplimiento con
el trabajo fuera del hogar en condiciones favorables, generando una mayor dificultad para
ingresar y mantenerse en el mercado laboral, alcanzar movilidad ocupacional, participar
en los cargos de poder y más precariedad laboral con menos derechos en materia de
seguridad social (Alta Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer, 2012).
Según López Faugier (Citado por Pérez y Domínguez, 2012) desde el punto de
vista jurídico, la maternidad forma parte de la institución jurídica de la filiación, es decir, del
vínculo natural y/o jurídico que une a los descendientes con sus progenitores, y considera:
“La maternidad es un estado que tiene implicaciones sociales, políticas,
económicas y en materia de salud, por lo tanto, las políticas que la protegen suponen un
Capítulo 1 57
resultado de la forma como las sociedades abordan la cuestión y son el resultado directo
de su evolución histórica” (p.74).
La entrada de las mujeres al mundo laboral y el retiro parcial para ejercer la
maternidad creó necesidades que debían ser garantizadas por el Estado a través de
legislación laboral con miras a proteger la población materno-infantil.
Por otra parte, el sector productivo colombiano poco incluye en las políticas para
los trabajadores, la conciliación entre el trabajo del cuidado doméstico y el tiempo laboral
dependiendo más de la voluntad de las directivas de las empresas, del interés de los
sindicatos y de las organizaciones de trabajadores a través de los cuales hombres y
mujeres puedan demandar condiciones para ejercerlos.
1.6.1 Estudios sobre la participación de la mujer en el mercado laboral
Uno de los resultados de una investigación realizada en Montevideo indica que las
mujeres son percibidas como responsables de la gestión y tareas del hogar y que a su vez
es un sujeto económicamente activo; ellas dedicaban más tiempo que los hombres en la
realización de las tareas de cuidado de las niñas y los niños. Esa investigación concluye
que en el hogar continua la división sexual del trabajo y de cuidado infantil en la intensidad
y cantidad de tiempo dedicado a ellas, pero que esto no repercute en la división del trabajo
a nivel laboral (Aguirre, 2003).
Entre los estudios revisados, sobre el tema de la Conciliación del trabajo del
cuidado doméstico y el papel de las unidades productivas, sobresalen conclusiones acerca
de impacto del ejercicio del cuidado familiar en el trabajo, el estrés producido por los
problemas familiares, las contradicciones entre la participación laboral, en especial de las
madres para mejorar el ingreso familiar. Algunos de estos estudios concluyen que, aunque
las empresas colombianas tienden a preocuparse ahora más por la conciliación entre el
trabajo y familia, aún apenas se inicia un cambio al respecto y en general la
responsabilidad social se vislumbra hacia proyectos externos, pero no a las necesidades
58 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
quienes ejercen el trabajo del cuidado doméstico y al tiempo laboral (Chinchilla & 2004;
Ribero, 2005).
En el estudio de Olarte y Peña (2010), se evidenció la brecha salarial bruta por
maternidad. Ésta es de alrededor de 17.6% para mujeres entre 18 y 65 años de edad; es
más amplia para mujeres con hijas e hijos en edades entre los 0 y los 5 años de edad
aumentando a un 18.4%. Según las autoras, las razones que pueden estar generando la
existencia de esta brecha salarial es la pérdida de experiencia laboral, los menores niveles
de escolaridad, la preferencia por empleos flexibles, las mayores responsabilidades que
conlleva la maternidad y la discriminación.
Olarte (2010) mostró que no hay referencia ni particularidad en las condiciones del
cuidado familiar dentro de la normatividad laboral. Este autor describió los impactos en la
normativa en la vida de las mujeres que profundizan la discriminación:
Cambios incrementales en la jornada de trabajo disminuyen el tiempo libre a
expensas del tiempo que deben dedicar al cuidado de la familia.
Flexibilización en la jornada laboral y la conservación de turnos sucesivos sin
lugar al reconocimiento de recargos por trabajo extraordinario.
Imposición de jornadas desproporcionadas e injustificadas con el fin de lograr
las metas económicas de la empresa que son aceptadas sin discusión alguna
por las mujeres por temor de perder su empleo.
Salarios inferiores y reducidos. El trabajo en horas extras, nocturnas,
dominicales y festivos, ha afectado a la mujer induciéndola a realizar
actividades complementarias que la obligan a doblar o a triplicar su jornada de
trabajo o a incursionar en la informalidad, con el fin de equilibrar sus ingresos.
Como nos muestra la ENUT realizada por el DANE en el 2013, las mujeres tienen
una desventaja en su doble jornada laboral; entendiendo esto como “la carga combinada
de las demandas relacionadas con el trabajo remunerado y el trabajo no remunerado
correspondiente al trabajo del cuidado doméstico, se ha denominado como carga global
de trabajo” (p. 25). Los resultados de esta encuesta muestran que las mujeres tienen una
carga global de trabajo mayor que la de los hombres en dos horas aproximadamente; esta
diferencia se acentúa en las mujeres cabeza de familia en cuatro horas aproximadamente.
Capítulo 1 59
Si bien los cambios en las relaciones de género ocurren en todos los países
occidentales, en Colombia los trabajos del cuidado contienen su propia conceptualización.
La situación económica y laboral dada en inequitativa distribución de los ingresos y la baja
remuneración laboral, obliga a padres y madres, a vincularse al mercado laboral, para
alcanzar un nivel de vida apenas aceptable. Esto se evidencia cuando se contabiliza que
el 33 % de la población colombiana para el año 2012 vivía en situación de pobreza. Frente
a esta situación, opta por trabajar en condiciones adversas, cubrir extensas jornadas
laborales, con bajo acceso a la seguridad social y al transportarse desde lugares lejanos
al sitio de vivienda (Portafolio, 2013).
La ENUT mostró que aún el trabajo doméstico y del cuidado está concentrado en
las mujeres colombianas:
“Mientras que el 89 % de las mujeres realiza durante un día promedio actividades
de trabajo no remunerado de siete horas, el 63 % de los hombres hace estas mismas
actividades en tres horas. Es decir que las mujeres dedican más tiempo a éste tipo de
trabajo que los hombres. Estas brechas se amplían cuando se calculan tareas como el
suministro de alimentos, limpieza, mantenimiento y reparación del hogar” (DANE, 2014,
p. 25).
La encuesta indicó además que las mujeres ubicadas en las cabeceras municipales
se dedican 4:18 horas más que los hombres a actividades de cuidado, en contextos rurales
dedican 5:44 horas más. De tal modo, el tiempo que las mujeres dedican a estas
actividades en las zonas urbanas triplica el de los hombres y en la ruralidad lo cuadriplica
(DANE, 2014).
1.6.2 Legislación laboral para la madre trabajadora: aciertos y
desaciertos
Según la OIT (1981):
“Es de resaltar que Colombia no ha ratificado el Convenio 156 de la OIT sobre
trabajadoras y trabajadores con responsabilidades familiares, de tal forma que las medidas
de conciliación quedan casi exclusivamente limitadas al ámbito laboral formal, por lo que
60 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
es necesario trabajar en la cobertura de estas medidas para las personas sin garantías
laborales y en nuevas medidas que contribuyan con mayor fuerza a transformar los roles
de género frente al cuidado” (p. 38).
Montoya (2010) al indagar sobre el escenario previo y posterior a la ley 789 de 2002
en relación con las reformas de flexibilización laboral en el país, manifiesta que la
implementación de la norma y sus consecuentes impactos en la vida de las mujeres
colombianas tiene posturas contradictorias en el ejercicio de los derechos. Por un lado,
esta ley reconoce la importancia del trabajo productivo de las mujeres en el mercado
laboral y del otro lado, se evidencia el deterioro de condiciones laborales ubicándolas en
doble situación de desventaja; pues, afecta la realización del empleo y su consecuente
goce del derecho al trabajo en condiciones dignas.
En Colombia el debate respecto a la orientación de las políticas de familia se ha
politizado y polarizado entre dos posturas, (i) quienes pretenden retroceder la historia y
ven con un temor casi enfermizo, los cambios y las ganancias obtenidas por las mujeres
y, (ii) quienes desde una perspectiva de género, pensamos en la necesidad de la
construcción de un Estado laico, democrático y capaz de liderar una nueva redistribución
de los tiempos que la humanidad requiere para que entre todos y todas nos distribuyamos
el tiempo del trabajo reproductivo, el productivo y el tiempo libre.
Si bien en Colombia aún parece extraño pensar políticas nacionales de conciliación,
no existe una propuesta de concertación del sector privado y la familia. Algunas de las
políticas implementadas por las Alcaldías de Bogotá y Medellín, así como el documento
de la consultoría de Galvis (2011), ofrece la posibilidad de alcanzar políticas públicas para
la familia con perspectiva de derechos, que combinen la democratización del grupo y su
capacidad para gestionar el trabajo del cuidado doméstico de forma equitativa entre los
géneros.
Para el año 1919, la OIT adoptó el Convenio sobre la protección de la maternidad
(OIT,1919). En el caso de Colombia, la mujer había sido ignorada desde la Constitución
de 1886 que rigió por más de cien años. Fue solo a partir de 1953, que el país contempló
por medio de la ley 129, la normatividad para la mujer trabajadora en aspectos como
Capítulo 1 61
remuneración económica, trabajo nocturno y descanso de maternidad siguiendo con los
lineamientos dados por la OIT (Pérez y Domínguez, 2012).
Pérez y Domínguez (2012) señalan que desde el 2000 se han dado 22 sentencias
y han sido sustento jurídico de las políticas dirigidas a la mujer trabajadora a quien se le
garantizó el descanso remunerado en el periodo del parto y el posparto. El artículo 236 de
la ley 1468 de 2011, estipula el aumento en la licencia de maternidad de doce a catorce
semanas, incluyendo una semana obligatoria antes del parto y extendiendo la cobertura
de estos derechos a las madres adoptantes. También esta ley tiene en cuenta el
nacimiento de niños prematuros permitiendo que la licencia fuera contada desde el día del
nacimiento a término; contempla la muerte materna al hacer extensiva la licencia al padre
del niño; incluye al padre y reglamenta la licencia de paternidad de ocho días hábiles; con
miras a fortalecer el lazo familiar y el vínculo del padre con el recién nacido. La licencia de
paternidad y maternidad es asumida económicamente por la Empresa Promotora de Salud
- EPS, previa cotización al sistema de salud colombiano (Ministerio de Trabajo, 2011).
De acuerdo con la ley 1822 del 4 de enero del 2017, se modifica el artículo 236 del
código sustantivo del trabajo, donde toda trabajadora en estado de gestación tiene derecho
a una licencia de 18 semanas, contadas a partir del día del parto o del tiempo que estipule
el médico que debe ausentarse de su trabajo. A la madre se le deberá pagar el salario que
devengue al momento de iniciar la licencia. En caso de que la madre trabaje a destajo o
por tarea, se tomará en cuenta el salario promedio devengado por la trabajadora en el
último año de servicio (Congreso de Colombia, 2017).
Con respecto a la desigualdad entre géneros hay acuerdos internacionales, tales
como la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación en contra
de la mujer (CEDAW) en 1979 ratificado por el gobierno colombiano en 1981 y
posteriormente fue parte de las recomendaciones de Beijing en 1995 y varios acuerdos
firmados por el país con la OIT. Sin embargo, esta propuesta no ha trascendido más allá
de la formulación de políticas que aún son poco aplicadas (Ministerio del Trabajo, 2013).
A finales del 2013, el ministerio del trabajo lanzó el programa Equidad Laboral con
Enfoque de Género, estableciendo el compromiso con varias empresas de propiciar la
conciliación con perspectiva de equidad laboral e igualdad de género en las familias,
62 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
prevenir las discriminaciones e inequidades en el ámbito laboral por razones de género,
reducir las brechas de desempleo entre hombres y mujeres, así como la segregación
laboral de género, reducir la informalidad concentrada en las mujeres, promover y
fortalecer el diálogo social y además, generar mecanismos de vigilancia, control y
seguimiento a indicadores de brechas de género en el mercado laboral (Chaura y Fuentes,
2011).
La protección de las madres con niñas y niños menores de un año en el territorio
colombianos se inscribe en la constitución política, desde la cual se ha desarrollado otra
normatividad y sentencias de la corte constitucional. Como se observa en la ¡Error! No se
encuentra el origen de la referencia., la disposición de protección de la madre lactante
que trabaja, está asociada a aquella que cuenta con una actividad laboral formalizada por
contrato. Esto establece la informalidad laboral de las madres lactantes y quienes no están
cubiertas por la legislación colombiana, y por ende, se les vulnera el derecho
constitucional.
Tabla 6. Legislación de protección a la madre trabajadora.
Normatividad Descripción
Artículo 43. Constitución política 1991
Artículo 43 “… Durante el embarazo y después del parto gozará de especial asistencia y protección del Estado, y recibirá de éste subsidio alimentario si entonces estuviere desempleada o desamparada”
Artículo 53. Constitución política 1991
Igualdad de oportunidades para los trabajadores; remuneración mínima vital y móvil, proporcional a la cantidad y calidad de trabajo; estabilidad en el empleo; irrenunciabilidad a los beneficios mínimos establecidos en normas laborales; facultades para transigir y conciliar sobre derechos inciertos y discutibles; situación más favorable al trabajador en caso de duda en la aplicación e interpretación de las fuentes formales de derecho; primacía de la realidad sobre formalidades establecidas por los sujetos de las relaciones laborales; garantía a la seguridad social, la capacitación, el adiestramiento y el descanso necesario; protección especial a la mujer, a la maternidad y al trabajador menor de edad.
Ley 731 de 2002 Art. 29 En desarrollo del artículo 14 de la Ley 581 de 2000, el Gobierno, el Ministro de Trabajo y Seguridad Social, el Departamento Administrativo de la Función Pública y demás autoridades, vigilarán el cumplimiento de la legislación que establece igualdad de condiciones laborales, con especial cuidado a que se haga efectivo el principio de igual remuneración para trabajo igual en el sector rural, con el fin de eliminar las inequidades que al respecto se presentan entre hombres y mujeres rurales.
Ley 823 de 2003 Por la cual se dictan normas sobre igualdad de oportunidades para las mujeres.
Artículo 236 del Código Sustantivo del Trabajo —Subrogado. L. 50/90, Art. 34
Toda trabajadora en estado de embarazo tiene derecho a una licencia de doce (12) semanas en la época del parto, remunerada con el salario que devengue al entrar a disfrutar del descanso
Artículo 238 del Código Sustantivo del Trabajo: “1. Modificado. D. 13/67, art. 7º
El patrono está en la obligación de conceder a la trabajadora dos descansos de 30 minutos cada uno, dentro de la jornada para amamantar a su hijo, sin descuento alguno del salario por dicho concepto durante los primeros seis (6) meses de edad.
Artículo 239 del Código Sustantivo del Trabajo —
Ninguna trabajadora puede ser despedida por motivo de embarazo o lactancia
Capítulo 1 63
Fuente: Elaboración propia.
Además, prevalece la situación deficitaria para las mujeres con hijos e hijas
menores de un año, que limita su progreso y por ende la construcción del capital social,
así como también prevalecen las violaciones a sus derechos.
Aunque el ingreso al mercado laboral de las mujeres en Colombia ha aumentado,
esto no supone que las condiciones de dichos trabajos mejoren, pese a la firma de
convenios internacionales ni la formulación de políticas nacionales en relación con las
garantías laborales.
Finalmente, la visión del trabajo del cuidado doméstico que incorpore la protección
gubernamental y el cambio en las relaciones de género, es posible establecer el control
social y la definición de la responsabilidad del Estado como garante en la protección
integral de los ciudadanos. Según Carrasco, Borderias y Torns (2011) implica: “no solo
precisar la redefinición del trabajo de los cuidados domésticos y el tiempo necesario para
llevarlos a cabo, sino requiere el replanteamiento del vínculo fundador del propio Estado
de Bienestar” (p. 16).
1.6.3 Estado de bienestar
Se denomina Estado de Bienestar cuando busca como meta “garantizar los
mínimos básicos de protección social para sus ciudadanos” (Esping - Andersen, 2000,
p.48). Para cumplir este fin, el Estado se articula con la familia y el mercado. A partir del
capitalismo, los mercados se convierten en universales y el bienestar de los individuos
tiende a incluirse en el circuito monetario.
Subrogado. L. 50/90, art. 35:
Artículo 243 del Código Sustantivo del Trabajo
En caso de que el patrono no cumpla con la obligación de otorgar los descansos remunerados de que tratan los artículos 236 y 237, la trabajadora tiene derecho, como indemnización, al doble de la remuneración de los descansos no concedidos”.
Sentencia SU070 / 13 de la Corte Constitucional.
Fundamentos normativos de la protección laboral reforzada de mujer embarazada o en lactancia/protección laboral reforzada de mujer trabajadora embarazada o en lactancia
64 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
Una de las dimensiones es el grado de desmercantilización del bienestar, es decir,
la autonomía del intercambio mercantil debido a la reasignación de los recursos que
realizan las políticas públicas (Esping, 1990). Este trabajo pretende conocer el grado de
desmercantilización que permiten las políticas públicas estatales, a través de indicadores
tales como la cobertura, el gasto público y los criterios de acceso a la inversión pública,
por un lado, y del gasto y el consumo privado por el otro. Otra de las dimensiones
proporcionada por Orloff (1993) es el grado de familiarización del bienestar, es decir, la
autonomía entre la disponibilidad de trabajo femenino no remunerado basado en la división
sexual del trabajo, que se explora a través de aproximaciones, como la presencia de
cónyuges sin trabajo remunerado, de familias extensas y de servicio doméstico y la
ausencia de guarderías o regulaciones como las licencias por maternidad.
Otros asuntos que complementan el análisis sobre los estados de bienestar es lo
propuesto por Esping (1990) sobre la mercantilización de la fuerza de trabajo que logra
cada régimen de bienestar. Este fenómeno refleja la capacidad del mercado laboral para
proveer trabajo remunerado, así como determinar su calidad de dicho trabajo según la
estabilidad, la protección social y otras garantías laborales. Se valora a través de
indicadores de acceso al mercado laboral, como la ocupación o el desempleo, el tipo de
acceso con o sin distintos tipos de protección social y los ingresos obtenidos en el país o
a través de repatriación de recursos. Es importante considerar además a la población rural,
dado que crea condiciones diversas para el manejo de riesgos, reduciendo la dependencia
sobre los ingresos y aumentando la dependencia sobre la producción para el
autoconsumo.
Al estudiar el trabajo del cuidado doméstico en relación con el sector laboral con
perspectiva de género, eje transversal de la presente investigación, la mayoría de los
estudios usan como modelo teórico la articulación entre estas instancias. El modelo
propuesto por Esping- Andersen en 1990, corresponde al conocimiento del Estado de
bienestar en Europa, modelo enmarcado en: el análisis integrado de la economía y de la
política social; el análisis histórico comparado de los estados, regímenes de bienestar
social, las dimensiones familiares y de género en su estructuración. En este marco, se
tiene en cuenta no sólo el empleo y el Estado, sino las familias y en particular, a las
mujeres, quienes generan bienestar por la función interdependiente y complementaria.
Capítulo 1 65
Desde esta perspectiva se analiza la pertinencia o no del modelo para diferentes países
(Brabe y Riesco, 2006).
Martínez (2007) identifica tres tipos de Estado, (i) Estatal productivista el cual
mantiene la búsqueda continua de un Estado funcional a las demandas del mercado con
una actuación ágil para compensar las deficiencias; (ii) Estatal familiarista el cual se
diferencia por la forma de adquirir los mercados laborales, las políticas públicas son débiles
o inexistentes y por consiguiente, hay un aumento en la exigencia de la presencia del
trabajo de las mujeres en el ámbito doméstico; y, (iii) Estatal proteccionista el cual incluye
el diseño de políticas públicas con responsabilidades a las mujeres en el ámbito doméstico,
además, con mejor comprensión de las interacciones entre las metodologías de asignación
de recursos y requiere mayor capacidad de prever desencuentros y deficiencias, provocar
sinergias y comprender e incidir en la actual transición social que se encuentran las
mujeres.
Pribble (2004) plantea tres tipos de líneas de análisis a los efectos de la política
pública en la división sexual de trabajo comparando programas sociales: los normativos
como las licencias de maternidad, los asistenciales como cuidado de niñas y de niños y
los dirigidos a cambiar la división sexual del trabajo, como las asignaciones familiares.
El análisis muestra la importancia de la categoría de género en el marco de la
inversión social. Así, con esta investigación se pretende demostrar que las políticas
protegen exclusivamente la maternidad y la lactancia materna de las trabajadoras formales
y vinculadas al sistema general de seguridad social - SGSS.
En Colombia los diferentes modelos de desarrollo incluyen la corresponsabilidad y
en esa medida afectan en la variabilidad de los regímenes sociales. Durante la década de
los 60, los planes de desarrollo tenían como meta de gobierno, lograr el bienestar de la
población y para cumplirla se proyectaba activar la industrialización, el desarrollo agrario y
la seguridad social, articulados con la familia conformada por el padre proveedor y la madre
ama de casa. Sin embargo, esto fue solo un ideal, la mayoría de la población colombiana
en situación desfavorable no alcanzó a gozar del Estado de Bienestar. La política
económica neoliberal en Colombia a finales del siglo XX ocasionó la reducción salarial, la
precarización del trabajo y una fuerte crisis económica; la cual sumada al conflicto armado,
66 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
han incidido en el aumento de la pobreza y la demanda de nuevas políticas sociales
(Garay, 2010).
Los anteriores referentes conceptuales planteados son la base teórica que permite
realizar el análisis de las narraciones dadas por las madres trabajadoras con hijas e hijos
menores de un año entrevistadas y presentadas en los siguientes capítulos.
2. El contexto de Duitama, las condiciones
sociales y culturales de las mujeres
2.1 Contexto del municipio de Duitama
Las mujeres participantes de la presente investigación habitan en el municipio de
Duitama ubicado en el departamento de Boyacá en el valle que riega el río Chicamocha
entre los cauces de los ríos Chiticuy y Surba en el centro-oriente colombiano como parte
de la región geográfica andina. La ¡Error! No se encuentra el origen de la referencia.
ilustra la ubicación del municipio.
Figura 1. Mapa del municipio de Duitama
Fuente: Oficina de Planeación. Alcaldía Municipal de Duitama, 2015.
68 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
El municipio de Duitama es capital de la provincia del Tundama y está sobre el
corredor industrial del departamento de Boyacá. Limita al norte con los municipios de
Charalá y Enciso del departamento de Santander, al sur con los municipios de Tibasosa y
Paipa, al oriente con los municipios de Santa Rosa de Viterbo y Belén, y al occidente con
el municipio de Paipa. El municipio es llamado “la capital cívica de Boyacá” o “la perla de
Boyacá”; además, este es reconocido como el puerto transportador terrestre más
importante del oriente colombiano y un punto estratégico para las relaciones industriales y
comerciales de la región boyacense al encontrase ubicado sobre la troncal central del
norte. A nivel cultural, resalta por su patrimonio histórico Muisca y belleza paisajística.
La división político administrativa del municipio está distribuida en 19 veredas
ubicadas en 5 corregimientos y 62 barrios distribuidos en 8 comunas conforme a lo
dispuesto en el Acuerdo 039 de 2009 del Plan de Ordenamiento Territorial. Dicha
organización se agrupa tal como lo muestra la ¡Error! No se encuentra el origen
de la referencia..
Tabla 7. Distribución político administrativa del municipio de Duitama
Tipo de área Agrupación Veredas/barrios
Zona Rural
Corregimiento 1 Veredas: La parroquia, Siratá, Santa Lucía, San Antonio.
Corregimiento 2 Veredas: La pradera, San Antonio Norte
Corregimiento 3 Veredas: Surba, Bonza, Quebrada las Becerras, San Lorenzo de Arriba, San Lorenzo de Abajo, Higueras, Puente la Balsa, El Cajón, Aguatendida.
Corregimiento 4 Veredas: Santa Helena, El Carmen, Avendaños, Santa Bárbara, Santa Ana.
Corregimiento 5 Tocogua, San Luis, Aguatendida, Avendaños, El cajón, El Carmen, higueras.
Zona Urbana
Comuna 1 Barrios: Salesiano, Centro, El Carmen, María Auxiliadora, La Milagrosa, El Solano.
Comuna 2 Barrios: Cándido Quintero, San Fernando, Laureles, Arauquita, San Francisco, Higueras.
Comuna 3
Barrios: Las Delicias, Villa Korina, Alcázares, Santa Lucía, Divino Niño, Progreso Sector Guadalupe, Cundinamarca, Centro Pino, Rincón del Cargüa, Boyacá, Cargüa, La Fuente, Américas, El Recreo, Primero de Mayo.
Comuna 4 Once de Mayo, La Gruta, Colombia, Libertador, Santander, Manzanares, Siratá, Progreso Sector Seminario y la Tolosa.
Comuna 5 Vaticano, San Carlos, San Luis, San José Alto, San Vicente, San José Obrero, La Paz, Las Lajas, Camilo Torres, San Juan Bosco.
Comuna 6 La Floresta, Bochica, La Perla, Villa Juliana, Los Alpes y Simón Bolívar.
Comuna 7 La Esperanza, Sauzalito y Villa Rousse
Capítulo 69
Tipo de área Agrupación Veredas/barrios
Comuna 8 Villa Olímpica, Villa del Prado, Villa Zulima, Villa Margoth, Juan Grande, Santa Isabel y Cacique Tundama.
Fuente: Elaboración propia
2.2 Características y contexto de la mujer cuidadora y
trabajadora con hijas e hijos menores de un año
Las características socio demográficas de las mujeres que participaron de esta
investigación son presentadas en ¡Error! No se encuentra el origen de la referencia..
Tabla 8. Características socio demográficas de las mujeres entrevistadas
Nombre Edad
en años
Fecha de entrevista
Nombre y edad Hija – Hijo
Ubicación Nivel
educativo Trabajo
Remunerado
Tipos de afiliación al
SGSS
Blanca 39 5 de junio de 2015
Valentina - 5
meses
Rural Primaria completa
Informal, Agricultora, Tiempo completo y
fines de semana
Subsidiado
Carmelina 39 22 de febrero de
2016
Juan - 5 meses
Rural Secundaria completa
Informal, Servicios generales, Tiempo
completo
Subsidiado
Cecilia 46 30 de junio de 2015
Alejandro - 6
meses
Rural Primaria completa
Formal, Servicios generales–Ama de
llaves, Tiempo completo
Contributivo
Deicy 23 2 de noviembre de 2015
Pablo - 4 meses
Rural Secundaria completa
Informal, Servicios generales, Tiempo completo noche y fines de semana
Subsidiado
Leydi 25 12 de junio de 2015
Sara - 9 meses
Periurbana Secundaria completa
Informal, Cocinera, Tiempo parcial en la
noche y fines de semana
Subsidiado
Liliana 25 12 de noviembre de 2015
Natalia - 4 meses
Urbana Profesional Formal, Enfermera, Tiempo completo fines de semana
Contributivo
Lorena 32 12 de diciembre de
2015
Nicolás - 6 meses
Periurbana Profesional Formal, OPS, Psicóloga, Tiempo completo y fines de
semana
Contributivo
Luz 32 12 de diciembre de
2015
Juliana - 9 meses
Urbana Técnica Formal, OPS Auxiliar de enfermería,
Tiempo completo
Contributivo
Magda 30 7 de agosto de 2015
Daniel - 8 meses
Periurbana Secundaria completa
Informal, empleada de servicio, Tiempo parcial por días y fines de semana
Subsidiado
Marcy 35 12 de octubre de
2015
Tatiana - 8 meses
Urbana Profesional Formal, Secretaria Ejecutiva, Tiempo
completo
Contributivo
70 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
Fuente: Elaboración propia
Las mujeres participantes nacieron en el municipio de Duitama y por su rango etario
están en el grupo económicamente activa y fértil. El total de mujeres tienen a su cargo hijas
e hijos menores de un año de los cuales, 11 se encuentran entre los 6 y los 12 meses de
vida y 4 entre los 4 y 5 meses.
Del total de participantes, 8 habitan en la zona urbana, 4 en el área rural y 3 en
zona periurbana. Respecto a nivel educativo, 2 de las participantes cuentan con estudios
primarios completos, 5 con estudios secundarios completos, 4 con carreras técnicas, 3 son
profesionales y 1 es profesional con posgrado. Esto es reflejado en las formas cómo
acceden a trabajos remunerados formales e informales puesto que, como ellas lo
referencian, quienes tienen nivel de estudios primarios y secundarios (6 mujeres)
desempeñan trabajos informales, mientras que el total de mujeres que tienen formación
técnica, profesional y especialista (9 mujeres) han accedido a trabajos formales con
diferentes formas de contratación.
Esta información está acorde con lo que en varios estudios establece sobre la
marcada desigualdad en la correlación educación-trabajo. López y Nuñez (2007)
mencionan que en los niveles educativos más bajos están las mujeres del área rural
quiénes a su vez tienen a su cargo mayor número de hijos e hijas y dada su formación y
la falta de oportunidades laborales son quiénes se enfrentan a mayores dificultades para
acceder a empleos formales lo que las sitúa en la tasa de ocupación más baja y en la
Martha 31 14 de diciembre de
2015
Vanesa - 7 meses
Urbana Técnica Formal, OPS, Servicios generales Tiempo completo
Contributivo
Mónica 21 30 de junio de 2015
Laura - 9 meses
Urbana Secundaria completa
Informal, empleada de servicio, Tiempo parcial por días y fines de semana
Subsidiado
Paola 35 12 de junio de 2015
Andrés - 9 meses
Urbana Profesional especialista
Formal, Odontóloga Tiempo parcial –
atención en consulta particular
Contributivo
Sonia 31 17 de marzo de 2016
Esteban - 9 meses
Urbana Técnica Formal de planta, Auxiliar de
Contabilidad, Tiempo completo
Contributivo
María 33 17 de diciembre de
2015
Gabriela – 9
meses
Urbana Técnica Formal, OPS, Técnica en salud,
Tiempo para desarrollar tareas
Contributivo
Capítulo 71
mayor tasa de desempleo. Por ello, estas mujeres se clasifican como pobres debido a su
precaria formación educativa, los bajos salarios que devengan y su vinculación al sector
de trabajo informal.
La informalidad laboral conlleva mayores dificultades para las mujeres y el ejercicio
de la maternidad, caso distinto a las mujeres vinculadas al sector formal, quienes poseen
garantías en el acceso a ayudas y licencias de maternidad. Las participantes con trabajo
informales deben buscar alternativas de manutención durante y tras el parto; así como, en
los primeros meses de vida de sus hijas e hijos puesto que no pueden acceder a tales
derechos.
La diferencia de experiencias y perfiles de las mujeres permite observar diferencias
en el ejercicio de la maternidad según la vinculación laboral, identificando condicionantes
de vulnerabilidad, dinámicas distintas y formas en que se enfrentan las situaciones diarias
de vida.
2.2.1 Estructura de los hogares de las mujeres participantes del estudio
La estructura familiar de las participantes del estudio con base en las tipologías ya
presentadas y la información descrita es presentada en la ¡Error! No se encuentra el
origen de la referencia..
Tabla 9. Estructuras familiares de las participantes del estudio
Nombre Tipología de estructura familiar (Relación de parentesco)
Tipología generacional (Grupo etáreos)
Tipología de ciclo de vida (Relación de dependencia)
Blanca Hogar Extenso Biparental Hogar de (15 a 64) Multigeneracionales
Hogar en etapas: Inicial y de expansión
Carmelina Hogar Nuclear Monoparental con Jefe Mujer
Hogar de (15 a 64) Generacional
Hogar en etapa Inicial
Cecilia Hogar Extenso Monoparental con Jefe Mujer
Hogar de (15 a 64) Multigeneracionales
Hogar en etapa Inicial
Deicy Hogar Extenso Biparental Hogar de (15 a 64) Multigeneracionales
Hogar en etapa Inicial
Leydi Hogar Nuclear Monoparental con Jefe Mujer
Hogar de (15 a 64) Generacional
Hogar en etapas: Inicial y de expansión
72 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
Nombre Tipología de estructura familiar (Relación de parentesco)
Tipología generacional (Grupo etáreos)
Tipología de ciclo de vida (Relación de dependencia)
Liliana Hogar Nuclear Hogar de (15 a 64) Generacional
Hogar en etapas: Inicial y de expansión
Lorena Hogar Nuclear Hogar de (15 a 64) Generacional
Hogar en etapa Inicial
Luz Hogar Extenso Monoparental con Jefe Mujer
Hogar de (15 a 64) Multigeneracionales
Hogar en etapa Inicial
Magda Hogar Nuclear Hogar de (15 a 64) Generacional
Hogar en las etapas: Inicial, expansión y consolidación
Marcy Hogar Extenso Biparental Hogar de (15 a 64) Multigeneracionales
Hogar en etapas: Inicial y de consolidación
Martha Hogar Extenso Biparental Hogar de (15 a 64) Generacional
Hogar en etapas: Inicial y de expansión
Mónica Hogar Extenso Monoparental con Jefe Mujer
Hogar de (15 a 64) Multigeneracionales
Hogar en etapa Inicial
Paola Hogar Nuclear Hogar de (15 a 64) Generacional
Hogar en etapas: Inicial y de expansión
Sonia Hogar Nuclear Hogar de (15 a 64) Generacional
Hogar en las etapas: Inicial, expansión y consolidación
María Hogar Extenso Biparental Hogar de (15 a 64) Generacional
Hogar en etapas: Inicial y de expansión
Fuente: Elaboración propia.
El análisis entre tipologías familiares evidencia algunas observaciones. En primer
lugar, el cruce entre la tipología de estructura familiar y la de curso de vida revela que los
hogares donde la mujer es cabeza de familia poseen más de una hija o hijo y personas
mayores que requieren cuidado. Segundo, los hogares con jefatura femenina (extensos,
nucleares) están en las etapas iniciales o de expansión. Esto demuestra la responsabilidad
del cuidado y de manutención económica por parte de las mujeres.
Los patrones respecto al trabajo reproductivo derivados de la división sexual del
trabajo continúan estando vigentes pese a la vinculación laboral de las mujeres,
incrementando las dificultades experimentadas por las mujeres para conciliar la aspiración
y necesidad de generar ingresos con el imperativo de asegurar el cuidado de sus familiares
dependientes (Ullmann, Maldonado y Rico, 2014).
De modo particular, en los hogares con madres solteras se registra ausencia de
apoyo por parte del padre para el cuidado de los hijos e hijas y redes de apoyo débiles con
otros familiares como padres y hermanos o conocidos.
Capítulo 73
“Soy madre soltera y vivo con mis tres hijas, la mayor que tiene 9 años y se llama
Lina, la segunda tiene 7 años se llama Juliana y la bebé que se llama Sarita y tiene
9 meses, cada una es de un papá diferente que por cierto no me apoyan
económicamente para los gastos de las niñas” (Entrevista a Leidy).
La existencia de familias extensas que requieren soporte y cuidado hacia otros
integrantes, implicando mayor gasto de tiempo para ejercer labores de cuidado y de
recursos monetarios. Cecilia menciona:
“Yo vivo con mi madre de 72 años, ella está en la casita todo el tiempo, es enferma
de la cadera y no puede trabajar. Con mi bebé Alejandro que tiene los 6 meses y yo
Cecilia que tengo 46 anos… día por medio ayudo a banar a mi mamá y hacerle un
aseo a la cama de ella y una barrida a toda la casita. Mi mamá que tiene artritis, ella
donde se sienta y de ahí no quisiera ni moverse, tengo que ayudarla para todo,
entonces en la noche como puedo la hago caminar un poco, además de comprarle
la droga pues en la noche le doy la pasta para los dolores y luego todos a dormir”
(Entrevista a Cecilia).
En este mismo sentido, Blanca expresó:
“Con el trabajo de ambos se mantiene la casa, él me colabora a mí por cuidarle a
sus papás que ambos son de mucho cuidado, pero es la única forma en que el dinero
nos alcanza, pues si él tuviera que pagar a otra persona para cuidarlos no tendríamos
lo suficiente para el cuidado de mis ninas pequenas” (Entrevista a Blanca)
En Colombia, la tipología familiar más común es la extensa. Al respecto Yolanda
Puyana (2004) planteó a este tipo de familias como una red de apoyo que amortigua en la
mayoría de los casos, los efectos de crisis económica y de pobreza. Este es el caso de
Martha:
“Mi familia está conformada por mi esposo de 33 años, un niño de 7 años y las dos
niñas: una niña de 5 años y la pequeña de 7 meses, nosotros vivimos cerca de mi
suegra y de mi suegro, y compartimos la vivienda con una hermana de mi esposo
74 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
que también tiene una niña de 6 meses, ella es madre soltera, ambas estamos en la
época de la lactancia materna, entre las dos nos colaboramos en el cuidado de los
niños, ella me ayuda a cocinar uno que otro día; vivir cerca de mis suegros fue una
de las razones por las que estamos con ellos y tener el apoyo con el cuidado de la
niña pequeña; pero le cuento que es una situación dura pues somos 8 personas las
que vivimos en una casa muy pequeña” (Entrevista a Martha).
Las familias extensas permiten mayor apoyo para aquellas mujeres madres
solteras, les garantiza bienestar a ellas y sus hijos e hijas. Sobre esto, Mónica quien hace
parte de un hogar extenso expresa:
“Ya embarazada y con 18 años recién cumplidos, me tocó trabajar y cuidar a mi bebé,
ahora trabajo en un restaurante. Al tener la bebé, la abuela, o sea mi mamá, dice
que es mucha la felicidad, que este es el mejor regalo de la vida para ella, es como
quien se gana una lotería, que ella ayuda a cuidar a la bebé para que ella pueda
trabajar, además yo no puedo dedicarme a darle todo lo que la nina requiere”
(Entrevista a Mónica).
Otro factor asociado a la vulnerabilidad de las mujeres, se relaciona con hijos e
hijas producto de distintas relaciones de pareja. La manutención es motivo de
preocupación ante la negativa de los padres en el ejercicio de la responsabilidad
económica, como es el caso de Magda:
“Aquí viven los 4 niños, yo y mi esposo (el papá de los dos pequeños), los niños
grandes siempre se quejan y dicen que porque él no les ayuda, a mí me toca trabajar
mucho para darles lo que necesitan y les digo a ellos… si él no trabaja quién nos
colabora para la comida… él siempre dice que los niños grandes no son su
responsabilidad” (Entrevista a Magda).
Un asunto fundamental en el contexto rural de Boyacá es la persistencia de la
atribución exclusiva a las mujeres de la responsabilidad sobre el trabajo doméstico y
reproductivo, mientras los hombres se centran en arreglos locativos de la vivienda, el
trabajo agrícola y silvopastoriles junto con las mujeres, hijos e hijas, en aquellos casos
donde las familias son nucleares y cuentan con una parcela. Así lo relata Blanca:
Capítulo 75
“Además a mí me toca cuidar una vaquita es mi responsabilidad; además hay que
ayudarle a mi esposo en la agricultura, mi oficio es desyerbar, hay que ayudar con lo
que se ha sembrado, y en los fines de semana, con las tres niñas, me toca
acompañar al esposo a vender lo cultivado a la plaza de mercado” (Entrevista a
Blanca).
En la zona urbana, los hombres apoyan débilmente las labores domésticas y del
cuidado de los hijos. Así expresa Paola:
“Mi esposo, que es funcionario en el hospital, cuando llega a la casa que es bien
tarde de la noche, no me apoya ni en levantarse a ver el niño cuando llora, cuando
llega dice que viene muy cansado y solo se pone a ver televisión, al otro día sale
muy temprano y en los fines de semana se va para la finca” (Entrevista Paola).
A la vez, confluyen representaciones sociales proclives hacia la familia patriarcal
pese a que las mujeres en la práctica poseen una mayor movilidad, traducido en madre
solterismo y unión libre (Gutiérrez de Pineda, 1998). La idea concebida sobre la maternidad
conlleva a las mujeres a tomar la decisión de tener un hijo en aras de no estar sola y de
cumplir con el rol de la “buena madre”. Puyana (1998) plantea que una de las
características atribuidas a las mujeres es el requisito de la maternidad como forma de
realización. Es posible retomar aquí lo expresado por Cecilia:
“Me le entregué a él, él me lo propuso, yo le decía que no. Pero después pensé, si
nuevamente me propone yo le digo que sí, aunque ya tengo 45 años, mi deseo es
tener un hijo para mi compañía y poder ser madre y quedé embarazada, claro está,
con mucho miedo porque yo sabía que me iba a tocar sola, yo en este momento ni
sé dónde está él, ni me interesa” (Entrevista a Cecilia).
3. El trabajo de cuidado doméstico de un
grupo de mujeres con hijas e hijos
menores de un año
Culturalmente las mujeres tienen a cargo la responsabilidad de la subsistencia los
hijos e hijas menores de un año; ejerciéndola desde el trabajo moralmente establecido
como lo es el cuidado. Los bebés tienen mayor vulnerabilidad y requieren dedicación de
tiempo completo. Dicha dedicación es destinada a la madre y en algunos casos, se
comparte con las redes de apoyo familiares y sociales.
3.1 Sobre los significados del trabajo de cuidado
Las condiciones del cuidado de los hijos e hijas hacen parte de las preocupaciones
identificadas en las mujeres madres entrevistadas, especialmente cuando el cuidado lo
hace un tercero, quien puede olvidar daños y peligros a los que puede estar expuestos los
niños o niñas. En palabras de Liliana:
“Lo difícil es estar lejos, y es estar llamando, y estar detrás que ella esté bien,
la ansiedad de qué está haciendo y cómo está” (Entrevista a Liliana).
Las preocupaciones son mayores cuando las mujeres madres no tienen redes de
apoyo efectivas y no tienen recursos monetarios para garantizar las necesidades básicas
para ellas y sus familias. Leidy relata que:
Capítulo 77
“Cuando mi mamá no puede cuidarlas me toca dejarlas a ellas, ellas calientan
la comida sobretodo Lina, la más grandecita calienta el almuercito y la comidita, les
sirve a las hermanitas, yo las dejo con llave, encerradas” (Entrevista Leidy).
Las redes de apoyo disminuyen o aumentan dependiendo de las condiciones del
territorio que viven las mujeres con sus hijas e hijos. En lo urbano, el individualismo y la
desconfianza establecen la relación entre vecinos, imposibilitando la opción de encontrar
apoyo en el cuidado y protección de los niños y niñas pequeños. Según Lorena,
“No hay apoyo de los vecinos del barrio, ni de la comunidad, no aportan para
nada con el niño de uno, yo diría por lo menos que no hagan tanto ruido para que no
lo despierten, pero ni siquiera eso lo hacen” (Entrevista a Lorena).
El sentido de apoyo viene asociado al establecimiento de quién puede cuidar con
la mayor diligencia al menor según los criterios de la madre. Este estereotipo asociado a
que las cuidadoras deben ser mujeres y tener experiencia en la educación de hijos e hijas
como lo es la abuela, principalmente la materna. Según Mónica:
“La abuelita es quien la cuida, los fines de semana ella le da leche de tarro,
yo estoy muy tranquila, porque está en las mejores manos” (Entrevista a Mónica).
La abuela continúa siendo el principal apoyo para la mujer madres. Ellas dan
tranquilidad en el cuidado de las nietas o nietos. Las abuelas continúan asumiendo la
crianza, el cuidado y a veces manutención de las niñas y niños.
“Las tareas en el hogar son pesadas…la ventaja es que tengo a mi mamá, sin
ella sería pesado, porque tener un hijo es complicado, todo el tiempo es hacia ellos
y con ellos, hay que dedicar todo el tiempo. Para poder con el trabajo, el cuidado de
la bebé y las cosas de la casa, pues bien, pues como mi mamá es la que me colabora,
pues ella está súper pendiente de la niña, me ayuda con esa carga, si no fuera por
mi mamá sería muy complicado, porque ahí si uno con quien deja la niña, y además
está con la seguridad que está en buenas manos. Si no fuera así, sería de mucho
más esfuerzo, súper difícil, ahí si uno lo piensa… que como hago, ya queda más
complicado” (Entrevista a: Mónica).
78 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
El espectro de estrategias posibles que pueden adoptar las mujeres responsables
del cuidado familiar se amplía. El proceso de decisión y la emergencia de la cuidadora
familiar se gestan en la transición del care about («preocuparse por») al care for («cui- dar
de») (Hooyman y Gonyea, 1995). Carmelina expresa en este sentido, que pese a recibir el
apoyo por parte de su familia, persiste el miedo y la preocupación al dejar su hijo al cuidado
de otros.
“En ocasiones cuando no hay jardín les he pedido a mi familia el favor de
ayudarme con el niño, pero se hacen los difíciles y luego de rogar me lo cuidan,
ellos viven como a media hora caminando de mi casa a la de ellos, es una hermana
con su esposo y un hijo adolescente, le cuento que a mí no me gusta dejar al niño
con mi sobrino porque me da miedo con todo lo que dicen en las noticias y que él
le haga algo…me da mucho miedo” (Entrevista a Carmelina).
La manutención, reconocimiento y cuidado de los hijos e hijas conlleva dificultades
y desacierto en las madres. Por un lado, se encuentran los padres que hacen parte del
núcleo familiar, pero permanecen al margen del cuidado de sus hijos e hijas; por el otro,
están aquellos que no hacen parte de la estructura familiar y prestan una manutención
insuficiente o inexistente. Según el relato de una de las entrevistadas:
“El papá del niño falleció, él trabajaba en la policía, a él lo mataron y no
obtuve ningún aporte por el Estado ni apoyo después que el murió. El papá de la
niña, él supo que estaba embarazada y se fue y trató de esconderse; pues a veces
la llama y la saca, pero muy poco y ahí le da para los gastos de ella, pero es a
veces, no todo el tiempo y aunque lo demande, pero nunca le hicieron como mucho,
así, qué más alternativas tiene uno, sacarlos adelante porque el papá del niño
pequeño no me ayuda con las necesidades de los grandes” (Entrevista a Magda).
3.1.1 Opinión de las madres respecto al cuidado
Según la información brindada por las mujeres participantes, el cuidado se entiende
como la facultad de una persona para brindarlo; sin embargo, la responsabilidad del
cuidado puede desbordarse ante las capacidades y responsabilidades de quien ejerce el
cuidado, por lo cual se hace necesario el apoyo de redes parentales, amistades, vecinales
Capítulo 79
e institucionales. En el caso de niños y niñas menores de un año, contar con redes de
cuidado es fundamental en la reducción del riesgo de presentar enfermedades, incluso de
morir. Cuando los niños y niñas crecen, tienen mayores posibilidades de sobrevivencia y
de una vida plena (Ministerio de Protección Social, 2016).
La vinculación hegemónica del ser mujer y el rol materno conlleva a las
participantes a tener la responsabilidad completa sobre el bienestar de la familia. Las
mujeres deben atender las necesidades de todos los miembros de la familia sobre los
requerimientos personales, incluyendo el cuidado afectivo, en salud, de alimentación, de
sus hijos e hijas, compañero u otros, pero además, deben asumir la manutención del hogar,
lo cual es aceptado y naturalizado. Martha refiere:
“Lo que requiere una madre que está dando pecho… es mucho, pero le
cuento a mí me toca salir para mi trabajo con un café y un pan, llevar mi almuerzo
que es lenteja y arroz la mayoría de las veces y llegar en la noche a tomar agua de
panela con pan a veces una sopa, así paso el día. Me gustaría que todos en la casa
hiciéramos algo, que cada uno ayudara por lo menos con lo de cada uno, sabe una
cosa, aquí no nos enseñaron a comunicarnos, ni tener diálogo para llegar a acuerdos,
aquí se hacen las cosas porque toca y porque esa es la ley, porque le cuento, mi
suegra me dice que hay que atender mucho al esposo y además que hay que hacer
todo en la casa porque así les toco a ellas y por eso es que duran los matrimonios”
(Entrevista a Martha).
El principal mecanismo cultural por el cual la mujer asume esta sobrecarga de
responsabilidades es la culpa. En ocasiones, estas responsabilidades no corresponden
con los deseos de la mujer; socialmente es senalada y determina si lo que hace está “bien”
o “mal” y qué tan capaz es de asumir su rol y responsabilidad. Según Liliana:
“En cuanto a la relación entre el cuidado realizado en casa y el trabajo pues
yo siempre he querido salir y llegar con la misma energía que con la que me levanté.
Pero llego y no quiero hacer nada de nada, por ejemplo, que la grande hiciera sus
tareas sola, que Natalia (la bebé) se alimentara ya sola, que mi esposo me atendiera
y me trajera la comida, llegara hacer. Pero no es la vida, porque la vida es de otra
forma, llegar a la casa y no hacer de comer y las niñas con hambre y mi esposo llega
80 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
cansado y no atenderlo, no puedo, me siento mal, uno quisiera, pero no” (Entrevista
a Liliana).
Estas exigencias hacia la mujer se incrementan cuando los pequeños requieren
cuidados especiales por condiciones médicas, tras lo cual las madres modifican su
cotidianidad. Marcy lo refleja desde la relación con el papá de su hija.
“Un día amaneció con fiebre y la llevé al médico y pues no pude ir a trabajar
y me tocó pedir permiso, no tenía con quien dejarla, siempre le toca a uno, mi esposo
me acompaña a la consulta, pero a cuidarla no, pues él dice que eso es de mujeres”
(Entrevista a Marcy).
Algunas de las mujeres entrevistadas manifiestan que la principal fuente de apoyo
para delegar el cuidado de sus hijos e hijas, proviene de familiares cercanos, lo que les
permite tener espacios de libertad y descanso.
“Para apoyar a ese valor de madre trabajadora, está el entorno familiar, toda
la familia siempre está pendiente, hasta mi sobrino que me ayuda, él es hijo único
y siente ese afecto hacia el niño, (él) es de gran ayuda para mí. Mis suegros también
están, es muy agradable tener su compañía. Los fines de semana si estamos todos
y todos somos un apoyo hasta mi esposo y nos turnamos el oficio, este sábado le
corresponde a la nina grande” (Entrevista a Sonia).
3.1.2 Distribución del trabajo del cuidado doméstico
Los acuerdos sobre el trabajo del cuidado doméstico se realizan entre los
integrantes del hogar y las redes con que cuentan y pueden ser asumidos o manifiestos.
Las responsabilidades de cuidado son atribuidas de acuerdo con la edad, sexo y
parentesco.
Las mujeres describen a sus compañeros como colaboradores en el trabajo del
cuidado sin que se les confiera responsabilidades compartidas. La naturalización de roles
construidos por discursos desde la biología de género delega a las mujeres la capacidad
de reproducir la vida y deben extender dicha labor al trabajo doméstico enlazado con el
Capítulo 81
cuidado de la progenie (Lamus, et al, 2003). En los casos investigados, esto es justificado
por las largas jornadas de trabajo en las que se involucran los hombres fuera del espacio
doméstico. Frente a esto expresa Lorena:
“Las tareas del hogar las hago yo, pues a mí es la que me toca, yo soy la que
se, otras las hace mi esposito, el me ayuda a pringar los teteros y a tender la cama
entre semana cuando él tiene tiempo libre o si alguna cosa queda pendiente entre
los dos lo hacemos de pronto el sábado” (Entrevista a Lorena).
Si bien, la mujer asume mayoritariamente la responsabilidad del cuidado de los
hijas e hijos, considera clave la colaboración de su pareja y de los otros hijos grandes en
las labores de la casa. Sin embargo, se requiere el acompañamiento de la mujer.
“Para hacer el cuidado de la casa, me ayuda mi esposo, él trabaja en
vigilancia y él está pendiente de la casa dependiendo de su horario, yo trabajo de 7
a 12 o de 1 a 7. Los fines de semana me tocan estar más pendiente de la casa, estar
con el niño, estar pendiente de las otras ninas las grandes” (Entrevista a: Sonia).
Bajo estos discursos, se desconoce el cuidado como un trabajo, convirtiéndole en
una actividad feminizada, no remunerada y sin reconocimiento ni valoración social.
3.1.2.1 Roles adscritos a los hombres en el cuidado doméstico
En los hogares vinculados a la investigación, la paternidad en la vida de las hijas e
hijos de las mujeres entrevistadas es derivada del vínculo de pareja. En aquellos casos en
que la mujer convive con un compañero, la responsabilidad de éste en el cuidado es
limitada a sus posibilidades de “ayudar” a las labores otorgadas a la maternidad y a su
responsabilidad en el apoyo de subsistencia monetaria. Al contrario, ocurre cuando el
padre de los infantes no son parejas de la madre y quienes rompen esquemas de su
responsabilidad en el cuidado y en la manutención. En el caso de Sonia:
“El Rol paterno en casa, así igual a que él le colabore a uno. Esos hombres
machistas que no hacen nada, pero pues, así como mi esposo que hacemos cosas
equitativas, le ayudan mucho a las mujeres, pero siempre les toca más liviano porque
82 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
nosotras debemos velar por la familia. Este embarazo fue planeado y él ha sido un
buen papá él es consentidor y es blando en el trato al bebé y a las niñas, me ha
tocado regañarlo, porque él los mal cría todo el tiempo los defiende y no les exige
nada” (Entrevista a Sonia).
Estas afirmaciones se enlazan con lo que Fuller (2001) explica:
“Mientras la feminidad está marcada por la maternidad, uno de los atributos que
se le otorgan a la masculinidad es el tener las cualidades de ser un buen padre,
proveedor, como rol trascendental, y en la socialización se le obliga a desarrollar las
cualidades que la cultura le adscribe al respecto. Dicha masculinidad significa entonces
desarrollar su virilidad, su capacidad de competencia, el sentido de protección y el
cumplimiento de roles acordes a la protección de la familia a partir de generar los
recursos necesarios para su subsistencia” (p. 362).
Lo presentado por Fuller, parece mantenerse como parte de los ideales sobre la
maternidad y paternidad en relación con la feminidad y la masculinidad, respectivamente;
sin embargo, en el caso de las mujeres con trabajos remunerados, el rol masculino es
compartido o en muchos casos asumidos por las mujeres madres. En este sentido, el valor
sobre los atributos masculinos se juzga desde otras maneras por parte de las
entrevistadas.
“Pero todo pasó, porque saber que tengo a mi hija, saber que él es un buen
papá, es buen esposo, él nos consiente, nos cuida, el haber tenido familia nos unió
más, está más pendiente de mí y de sus hijas y la decisión fue de mi hija, mi esposo
y mía, de tener un segundo embarazo independientemente que fuera niño o niña lo
que fuera, que si podía ser una hermanita mejor. En el momento estamos bien y con
la familia y eso está bien” (Entrevista a Liliana).
La presencia del padre en el hogar es proporcional a la disponibilidad de tiempo
libre. Así, la paternidad no se asocia únicamente a la manutención económica del hogar,
sino a la posibilidad de descanso y dedicación a las familias, sin embargo, los hombres no
se han trascendido a asumir las responsabilidades en el cuidado de hijas e hijos y del
trabajo doméstico.
Capítulo 83
“Mi esposo trabaja como conductor, él viaja para la costa y digamos el sale
desde el miércoles, y llega el siguiente miércoles de la siguiente semana. Nos vemos
cada semana. Él se queda alrededor de un día a dos días con nosotros” (Entrevista
a María).
Puesto que la maternidad se inscribe en el orden social, a partir de las relaciones
de parentesco, construyendo valores otorgados al acto biológico de la procreación, los
hombres conciben el trabajo reproductivo como un campo en el que poseen la opción de
“ayudar” o de no hacerlo.
“La ayuda que recibo de mi esposo es que el da para las cosas de la casa,
pero él nunca las ayuda a cuidar, porque siempre está trabajando en el campo,
cuando tengo que salir dejo las dos más grandecitas solas en la casa y me llevo a la
bebé. A veces las niñas mayorcitas me ayudan a cuidar a la bebé, a lavar la loza, a
barrer la casa, la más pequeña es capaz de cambiar a la niña, arrullarla y dormirla y
es así como puedo hacer los oficios de la casa y en el campo” (Entrevista a Blanca).
Culturalmente, el rol del trabajo del cuidado es de las mujeres y son ellas las
capacitadas para hacerlo; el rol masculino en este cuidado, especialmente en el cuidado
de los hijos e hijas pequeños. Las madres desconfían en muchos casos en la capacidad
de los padres para ejercer este tipo de trabajo y toman la decisión por obligación de no
compartirlo. Magda expresa,
“No confío en ese cuidado que da el papá, porque él no sabe cómo darle el
alimento al bebé, como paladearlo, él eso no, si él no recibe bien, se desespera y
se estresa. Yo si lo puedo hacer pues porque uno ya de mamá ya sabe de pronto
la necesidad que tiene el niño y como él sabe que es la mamá también hay esa
confianza entre ambos” (Entrevista a Magda).
Otros padres asumen el papel ausente, pese a la presencia física en el hogar; no
conciben el cuidado como parte de su rol en la familia.
84 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
“Mi esposo, ¿En qué me apoya? jajaja, en apurarme, en la manana casi no…ni en
la tarde y llega muy tarde de la noche, para él es más importante su trabajo” (Entrevista a
Paola).
Las mujeres en algunos casos aceptan como única opción de pareja al padre de
sus hijos e hijas “el que le tocó”; esto bajo un ideal patriarcal impuesto por concepciones
religiosas que conlleva a que la mujer se mantenga en una constante queja y situaciones
de estrés enmarcados en la sumisión de sus parejas (Weber, 1910). Sobre esto, Blanca
comentó:
“Cuando nació mi niña me toco sola ir al hospital. Mi marido ni ayudar a
cargarlas, y son las 3 niñas, desde el principio me la deje montar, y a mí me da
miedo que él se vaya. Una vez me acuerdo que mi marido estaba jugando billar en
el pueblo, habíamos hecho mercado para subir hasta la casa, yo me eché el
mercado a la espalda, como si él no pudiera, en lugar de habérselo dejado a él para
que cogiera responsabilidad, yo como que asumo todo y él se hace el desentendido”
(Entrevista a Blanca).
En aquellos casos en el que el padre no mantiene una relación de pareja o
convivencia con la madre de sus hijas e hijos, a nivel social no es estigmatizado por
abandonar sus responsabilidades como progenitor a pesar de la normatividad existente al
respecto. Es el caso de Magda
“El papá de la niña, él supo que estaba embarazada y se fue y nunca volvió
cuando era pequeña, ahora grandecita, a veces la llama y la saca, a veces le da
platica para los gastos de ella, pero es a veces, no todo el tiempo, lo demande, pero
nunca le hicieron como mucho” (Entrevista a Magda).
Es común entre los relatos de las mujeres, el nombre de esposo, para designar al
padre de sus hijas e hijos. La caracterización de los padres que se vinculan a la
investigación y su relación con la paternidad siguiendo los postulados descritos por Puyana
y Lamus (2003); Mander (2001); Gutiérrez de Pineda (1975); Robledo (2007) en la ¡Error!
No se encuentra el origen de la referencia..
Capítulo 85
Tabla 10. Caracterización de los padres que se vinculan a la investigación y su relación con el paternar
Nombre Edad y
Ocupación Categorización de los padres Tipificación
Esposo de Blanca y padre de Vale
47 años y se dedica a la agricultura
"Mi esposo me da $ 50.000 pesos cada mes como pago por hacerle la comida a los obreros"
Padre Tradicional
"Mi esposo aporta todo lo que se gasta en todo el mes en el mercado por ahí es de 150.000"
" Él nunca las ayuda a cuidar, porque siempre está trabajando en el campo"
"Yo pienso que las tareas del hogar se han hecho así por costumbre, nos toca a las mujeres y que con mi esposo se dio ese acuerdo entre de los dos, "de por sí""
"Ahora con el nacimiento de la última niña ha cambiado mucho, ya no me pega, ni toma cerveza, ni se emborracha, para mí eso es muy importante que mi esposo se sienta muy tranquilo"
"Cuando nació la niña estuve 15 días acostada, mi esposo y las niñas me ayudaron a ver de la casa"
"Yo tengo que atender a mi esposo y cuidar del papá y de la mamá de Él, que ya están muy viejitos e impedidos"
Padre de Juan
40 años y es vacunador
" Ni siquiera me contestaba cuando lo llamaba, a penas supo que estaba embarazada se fue"
Padre Ausente – desentendido
"Ahora me toco demandarlo, pero dijo muchas mentiras para que la cuota le saliera bien bajita y ni siquiera me la consigna"
Padre de Alejo
35 años es Celador y Vigilante
"Él nunca se enteró que yo quede embarazada"
Padre Ausente – complaciente
"Me da miedo que se entere que el niño existe y de pronto me lo quite"
Esposo de Deicy y padre Pablo
23 años, es agricultor
"Para los cuidados de los niños, la plata la da mi esposo es el que custodia todos los gastos de los niños"
Padre Tradicional y pequeño rasgo en transición. "Mi esposo lleva a mi niña grande al jardín"
"Le cuento que en la mañana antes de salir de mi casa debo hacerle el almuerzo a mi esposo para su alimentación"
"mi esposo él al menos me ayuda, a veces se levanta arregla la niña"
"mi esposo el me ayuda con la niña grandecita pero lo del bebe me toca todo a mi"
"Menos mal que mi marido, él arregla la casa y si tiene tiempo tiende su cama, barre, no le gusta ver el desorden, tampoco una cosa así que uno diga todo el tiempo hace el oficio no...bueno al menos se preocupa"
86 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
Nombre Edad y
Ocupación Categorización de los padres Tipificación
"Mi esposo cree que no puedo seguir estudiando, por lo de los niños y el trabajo"
" Los dos nos turnamos con mi esposo y yo para estar con la niña en el hospital, él tuvo que volver a su trabajo y en cambio yo casi pierdo el trabajo"
"Mi esposo ya los conoce a los patrones y él sabe cómo es, como yo le he contado, sin embargo siempre me dice que no me quede, que no me demore, que la comida de los niños y la de Él"
Padre de Sara
32 años, es todero, servicios varios
"Porque con el papá de la bebecita pues estamos en proceso de la demanda, pero todavía no le han asignado nada y en este momento no está aportando, nada de parte de él, ni de la familia de él... nada es nada"
Padre Tradicional
"Cuando estaba el compañero, el papá de la bebé, nunca me ayudo, porque es que digamos, él con su trabajo, pues aparte las cosas de la casa y él llegaba cansado por lo de un día de trabajo pues nada, me tocaba así pues refunfuñara me tocaba a mí y yo le discutía pero él me trataba con groserías y muy mal, discutíamos"
"Si, si a veces me ayudaba, cuando estaba de genio y cuando quería como cogerme…"
Esposo de Liliana y padre de Nata
38 años y es funcionario general en una institución en Salud
"En los gastos de mi hogar, mi esposo, él nos apoya económicamente…"
Padre Tradicional y pequeño rasgo en transición.
"Yo hago que se levante, le subo el desayuno, porque está cansado"
"… luego él sale a llevar a la nina mayor al colegio"
"Mi esposo cuando él me ve muy cansada, él va y compra comida afuera y comemos así".
"Llega mi esposo a la hora del almuerzo y además hace su siesta, porque él trabaja de lunes a lunes"
"Las niñas con hambre y mi esposo llega cansado y no atenderlos, no puedo, me siento mal"
"Yo quisiera que mi esposo me atendiera y me trajera la comida, llegara hacer las cosas de la casa"
"Nunca nos niega nada, es esa contraprestación que cuando él llegue yo atenderlo, pero así mismo él es buen papá y buen esposo"
"Mis niñas y mi esposo son de esas personas que van dejando todo por donde van pasando, yo detrás de ellos recogiendo"
"saber que él es un buen papá, es buen esposo, él nos consiente, nos cuida, el haber tenido familia nos unió más, está más
Capítulo 87
Nombre Edad y
Ocupación Categorización de los padres Tipificación
pendiente de mí y de sus hijas y la decisión fue de mi hija, mi esposo y mía de tener un segundo embarazo
La ventaja es que tengo el apoyo de mi esposo, pero no es el caso, porque para eso yo trabajo y no que él me pague mis cosas"
"mi esposo también corre si la niña se enferma, él pide que le cubran el turno mientras atiende a la hija.
"Los conflictos con mi esposo porque trabajo hasta tarde, mi esposo me dice que, si me están pagando horas extras, a él no le gusta eso".
Esposo de Lorena y padre de Nico
33 años y es Psicólogo y músico
"Quien cuida a mi bebé es mi suegra o mi esposo dependiendo sino tiene consulta"
Padre en Ruptura
"Al medio día comparto con mi esposo y mi hijo"
"Mi esposo me recoge y nos vamos los dos para nuestra casa"
"El domingo me toca cuidar al bebé todo el día, sin embargo, el me deja preparada la comida, porque mi esposo trabaja todo el día"
"La distribución de las actividades del hogar con mi esposo se fue dando."
"Ni hemos discutido con mi esposo, al que le funcione por el tiempo lo hace y al que no, pues no hay problema, pues digamos que lo aplazamos y el que tenga la oportunidad de hacerlo lo hace.
"Es muy difícil así, entre los dos damos el dinero para la casa, pero el casi siempre está sin empleo, prácticamente yo soy la que doy el dinero para todos los gastos de la casa.
Esposo de Luz y padre de Juli
38 años y es electricista
"Mi esposo, mi papá y yo damos el dinero para mantener la casa".
Padre Ausente con rasgos de Tradicional "Mi esposo aporta lo del arriendo, el mercado,
como 800.000 pesos"
"Siento que es muy pesado con las tareas del hogar, porque como estoy sola con mis chiquitinas porque como mi esposo viaja constantemente, entonces todas las tareas me tocan a mí"
"Cuando el viene trata de estarse y compartir con la niña pero es solo un fin de semana cada 20 días"
"La grandecita es de otro papá que no es mi esposo y desde el nacimiento de está bebé ha sido muy difícil, pues con mi compañero actual no hacen sino pelear, hasta tuve que ir a la comisaria y el padre de la bebé no volvió por mucho tiempo"
88 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
Nombre Edad y
Ocupación Categorización de los padres Tipificación
Esposo de Magda y padre de Dani
38 años y es constructor
"Nosotros aportamos para los gastos de la familia, una parte mi esposo y otra parte yo"
Padre Tradicional
"Me toca hacerle el almuerzo a mi esposo todos los días, porque le toca llevar el almuerzo al trabajo"
"A veces él me dice que me ayuda y algunas veces él hace el desayuno"
"Pues a veces mi esposo trabaja los fines de semana, entonces hay que programarse con una plata extra"
"Mi esposo me ayuda con las tareas del hogar, a veces me hace el desayuno, él solo lo tengo los fines de semana, el resto me toca a mí"
"Con el niño al mes, me dijo mi esposo, pero ya puede ir a trabajar, se resignó, no le puso problema y me mando a trabajar"
Esposo de Marcy y padre de Tati
36 años es veterinario
"Vivimos con la abuelita de mi esposo doña Lilia que tiene 76 años"
Padre Transición
"Mi esposo y yo aportamos, él aporta lo que puede cuando tiene trabajo y pues si no tiene trabajo me toca a mí".
"Mi esposo y la abuelita se quedan y cuidan a la bebé en la mañana".
"El domingo todo el día con la bebé, con el esposo y la otra hija"
"Mi esposo me acompaña a la consulta, pero a cuidarla no, pues él dice que eso es de mujeres".
Esposo de Martha y padre de Vane
33 años es músico y diseñador
"Desde las 4 de la mañana me pongo a lavar la ropa de los niños y la ropa de mi esposo"
Padre entre Tradicional y en Transición. "Cuidar a mis niños, la casa y a mi esposo en
todo y en verdad de eso casi no puedo estar con Él, no puedo estoy tan cansada que lo único que quiero cuando tengo un tiempito es dormir".
"Sé que necesito el trabajo, pues, mi salario sirve para completar lo que mi esposo da para la casa"
"Mi esposo me ayuda en algunas labores en la casa, porque siempre llega cansado del trabajo, yo sé que el trabajo de él es muy pesado y a mí me da como pesar y le tengo consideración.
"Cuando llega del trabajo hay que atenderlo y hay que dejarlo dormir"
“Le cuento que mi suegra me dice que hay que atender mucho a mi esposo y además que hay que hacer todo el casa porque así le toco a ella y por eso es que duran los matrimonios”
Padre de Laura
24 años es policía
Desde que es policía ha estado en Villavicencio y así desde lejos no le ha dado ni cariño, ni atención, ni tiempo, ni me ayuda a
Padre Ausente
Capítulo 89
Nombre Edad y
Ocupación Categorización de los padres Tipificación
cuidarla, eso sí, me llama a saber ¿cómo ésta?”
Además yo me sacrifique y me salí de la formación de Policía que era mi sueño, para que el papá de la niña realizara el curso de policía y ahora ni me ayuda a ver por la niña"
Esposo de Paola y padre de Andrés
44 años – funcionario de salud
"Mi esposo se arreglar para irse a trabajar, miro que todo esté muy bien servido para él, desayuna y sale para el trabajo"
Padre Ausente con rasgos de Tradicional
Mi esposo me apura, no me colabora ni en la mañana,, ni en la tarde y llega muy tarde de la noche, por su trabajo en el hospital
"Los niños se duermen y no han visto al papá en todo el día"
"Mi esposo los fines de semana hace deporte y llega en la tarde a descansar, yo no pude volver al gimnasio"
"Por el trabajo de Julio, es que lo de las funciones de él, él no puede colaborarme, no viene en todo el día, y de verdad uno se cansa"
Esposo de Sonia y padre de Esteban
38 años y es Vigilante
"Para hacer el cuidado de la casa, me ayuda mi esposo él está pendiente de la casa dependiendo de su horario"
Padre en Ruptura
"También mi esposo, me ayuda a cuidar a mi bebé, cuando está libre".
"El bebé es demasiado inquieto y mi esposo prefiere ayudarme con las niñas grandes"
"Cuando esta mi esposo es el que lleva el niño al jardín de lo contrario me toca a mí y corra para no llegar tarde a mi trabajo"
"Mi esposo descansa del trabajo cada 15 días y ese día le toca el aseo a él"
"él cocina y nos deja preparada la comida, el barre la casa a diario y trapea de vez en cuando, él es hogareño y no le gusta tomar cerveza. Gracias a Dios no tengo queja de mi esposo".
"con mi esposo que hacemos cosas equitativas, le ayudan mucho a las mujeres, pero siempre les toca más liviano porque nosotras debemos velar por la familia"
"Cuando nació el bebé, gracias a Dios fue un hombre, mi esposo deseaba con todo su corazón que fuera su varón".
"Mi deseo si tuviera la oportunidad es estar más tiempo con mi esposo y separar un poco lo familiar de la pareja".
Esposo de María y padre de Gabi
37 años y es conductor y transportador
"yo aporto mi sueldo y mi esposo el de él". Padre Ausente en Transición
"Con mi esposo nos vemos cada semana. Él se queda alrededor de un día a dos días y se vuelve a ir"
90 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
Nombre Edad y
Ocupación Categorización de los padres Tipificación
"Mi esposo me ayuda a mí también, en las mañanas el me ayuda a arreglar a los niños y cuando él está él los lleva y él va y los recoge"
"Con mi esposo dividimos las tareas domésticas y nos distribuimos entre todos y con mi hijo mayor".
Fuente: Elaboración propia.
La tipificación de los padres demarca la caracterización del rol que juegan los
hombres procreadores de los hijos e hijas de las mujeres parte de este estudio, tal como
se indica en la ¡Error! No se encuentra el origen de la referencia..
Tabla 11. Tipificación del padre y descripción
Tipificación del padre Casos Características
Padre Ausente – desentendido, complaciente
3 Padre con una disminución de la convivencia
con sus hijos e hijas y con las madres
Padre Ausente con rasgos de Tradicional
2 Padre valorado por su papel de proveedor,
función que es percibida como obligatoria por el hecho de ser padre, por otro lado, la representación social proclive a la maternidad como proyecto de vida central para la mujer se resuelve con la estadía en el hogar, siendo ella la encargada de la crianza y de los asuntos domésticos de la prole
Padre Tradicional:
3
Padre Tradicional y pequeño rasgo en transición.
3 Padre que concentra las actividades que
significan la relación directa con la prole, pero muy poco a lo correspondiente a las tareas cotidianas, este padre se involucra en medio de una representación social que le demanda ser un colaborador, palabra que significa no responsabilizarse pues su compañera es la quien desempeña ese rol.
Padre Transición 1
Periférico 1
Se caracterizan de acuerdo a su gravitación en la crianza y la vida de sus hijos e hijas, son buenos proveedores, y a nivel personal les preocupa los éxitos laborales y el prestigio. Su presencia es baja en la cotidianidad de sus hijos e hijas, no se involucran activamente en la crianza, pese a señalar una relación afectuosa y cercana con sus hijos e hijas.
Padre en Ruptura 2
Son padres que pueden caracterizar sus rasgos distintivos sobre un denominador común: la construcción permanente de acuerdos, normas y límites, cuando se trata de la autoridad, la proveeduría o el trabajo doméstico en el hogar”
Fuente: Elaboración propia.
Capítulo 91
Los datos proporcionados y recolectados en la ¡Error! No se encuentra el origen
de la referencia. permite concluir que 9 de los padres no participan del trabajo de cuidado
doméstico, 6 tienen una baja participación, 8 se clasifican en la tendencia tradicional, 3
estan ausentes, 2 en transición, es decir que participan siempre y cuando hayan
situaciones especiales, y solo 2 de ellos en ruptura logrando así romper el concepto de
padre proveedor solamente y llegar a compartir las acciones del trabajo de cuidado.
El análisis de la información confirma que ante los cambios sociales y culturales
sobre una nueva paternidad, los hombres pueden tomar la decisión de ejercer el tipo de
rol que deseen, lo que se refleja en un generalizado papel patriarcal entre los participantes.
Como lo menciona Cano (2013) las clasificaciones ya desglosadas no son impositivas en
cada momento histórico.
La licencia de paternidad no es un tema común que tratan las mujeres
entrevistadas; sin embargo, aquellas que comentaron sobre esta manifestaron lo
importante que fue para ellas el apoyo de su pareja en el momento delicado del post parto:
“La licencia paternidad, fueron como dos semanas él llevó el acta de
nacimiento a la empresa le dieron ese tiempo y fue muy bueno, porque él me pudo
ayudar mucho en la casa y fue fundamental” (Entrevista a Sonia).
Las mujeres identifican que para algunos hombres, el tiempo de la licencia de
paternidad es un tiempo libre, tipo vacaciones que pueden usar para su conveniencia:
“En cuanto a la licencia de paternidad, no realmente el hombre no se
compromete como debería, él la pidió, se la dieron, pero él pensó que era un tiempo
que tenía libre, aprovecho ese tiempo para ocuparse de sus asuntos, pero realmente,
uno es el que tiene la tarea. (Entrevista a Paola)
92 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
3.2 El deber ser que justifica el cuidado en la maternidad
El primer conflicto referido por las mujeres fue la decisión de quedar en gestación.
La mayoría de ellas no tomó la decisión conscientemente, al contrario, la gestación fue
producto de no tener protección, mal cálculo o fallas del método de anticoncepción.
Socialmente, la suspensión voluntaria del embarazo es visto como “pecado”, “inmoral” e
“ilegal” y no hay más opción para las mujeres. Un ejemplo de esta situación fue descrito
por Mónica:
“Cuando salí del colegio me presente a la policía, allí estaba estudiando y
formándome como militar, conocí al papá de mi hija y éramos novios, cuando en
una de esas quede embarazada, ahí empezó mi calvario y mi alegría, pues tuve
que retirarme de la policía porque allí no se permitía relaciones familiares, entonces
si yo no me salía debía salir el papá de la niña y decidimos que yo me salía, fue así
que no pude cumplir mi sueno de ser policía por el cual había luchado tanto… ya
embarazada y luego me toco cuidar a mi bebé y por el momento solo trabajo en un
restaurante en las noches y los fines de semana, aunque es muy pesado, pero que
hago… me toca” (Entrevista a Mónica).
La elección de ser mamá está combinada con la frustración de no tomar una
decisión consciente de serlo. Esta aumenta frente a los conflictos latentes en la
cotidianidad ante las responsabilidades y la rutina que generan para las mujeres,
situaciones estresantes de difícil salida.
“Me desespero cuando la niña llora, que hay que cuidarla, aunque no sé qué
es… si siento rabia porque no esté él ahí, si… cómo que él no ayude, que yo estoy
poniendo todo y que él sí muy feliz logrando cumplir su sueno” (Entrevista a
Mónica).
La dualidad de la maternidad y las decisiones de vida son manifestadas en aquellas
cosas que dejaron de hacer por ser madres y sus vidas cambiaron con la maternidad:
Capítulo 93
“Fue un giro de 180 grados que es muy, muy difícil... después de ser uno
soltero y tener su libertad… y no tener quien le digan a uno qué hacer, que si sale un
paseo uno se va, todo eso… y ahora tener que decir que tengo que pensar en mis
hijos, que si me voy a alguna parte tengo que pensar en ellos…que van a comer”
(Entrevista a María).
La maternidad se comprende, a su vez, como la oportunidad de lograr un objetivo
individual o común con respecto a la familia y a la vida personal. Dice Lorena:
“Pues con mi bebé, para mí, si hay un horizonte nuevo, una motivación de
vida personal y familiar… el hecho de que es un niño pequeño y el único, es también
la decisión y la responsabilidad que yo decidí cuidarlo, y poner todo mi empeño de
continuar formando mi hogar. Me da gusto cuidarlo y me encantaría tener más tiempo
para dedicarle, claro que si me da gusto cuidarlo. Con mi bebé juego a estimularlo,
le hago masajes, le canto, le juego con la pelota esas grandes que se utilizan para
estimulación, y a la hora de dormir lo arrullo, lo bano para que descanse” (Entrevista
a Lorena).
La configuración familiar está dada en la mayoría de los casos desde la mujer y sus
decisiones. Sin embargo, esto puede generar malestar y problemas al estar acorde con el
constructo tradicional patriarcal del cómo debe ser.
“Con mis hijos grandes hay discusión con el papá de mi hijo pequeño y yo
les digo que si él no trabaja entonces en la casa todos los gastos me tocarían a
mi… le cuento que todos los días hay conflicto y yo quedo en la mitad, sufriendo”
(Entrevista a Magda).
Las relaciones de pareja son transformadas en la relación de padres y madres,
entrando en conflicto la relación de directa hombre - mujer. Para algunas mujeres existe el
temor de que luego del parto no puedan estar íntimamente con sus compañeros y por ello,
los pierdan. Martha expresa:
“A mi esposo hay que cuidarlo mucho, hacerle todo y consentirlo, en verdad
casi no puedo estar con él desde que nació el niño, no puedo siempre estoy tan
94 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
cansada que lo único que quiero cuando tengo un tiempito es dormir” (Entrevista a
Martha).
El conflicto de pareja está dado en la imposibilidad de asumir el trabajo del cuidado
y la maternidad y paternidad en términos de la conformación familiar y estructura de la vida
de las personas. Algunas mujeres entrevistadas terminaron su relación de pareja tras el
nacimiento de las hijas o hijos.
Cuando estaba mi compañero, él nunca me ayudo, él de su trabajo llegaba
cansado, pues nada, me tocaba así refunfuñara, me tocaba a mí. Yo le discutía,
pero él me trataba con groserías y muy mal, discutíamos, pues yo le decía,
ayúdeme, muy rara vez, rogándole hacia la comida… Él a veces estaba, otras veces
no estaba, se iba por allá con unos amigos a tomar, era tan difícil pues además
tocaba llegar a verlo borracho” (Entrevista a Leidy).
Los cambios de rutina después del nacimiento de la hija o hijo afectan a la mujer y
la cotidianidad; en el caso de nuevos padres, algunos aceptan los cambios, pero no lo
sienten como responsabilidad y permanece indiferentes ante las implicaciones de un
nuevo integrante del hogar. Al respecto Paola indica:
“Mi esposo se va hacer deporte sábados y domingos y se demora como
tres horas, en cambio yo ya no puedo volver a salir hacer deporte, pues quien se
queda con los niños. Luego de la maternidad no pude volver a salir, ir a bailar,
cuando cata ya estaba más grandecita y sin el bebé salíamos, pero ahora con el
bebé ya cambia la forma de salir, salimos los 4 para todo lado, y las vacaciones
ya se programan entorno a los niños, pero si hace faltan espacios de intimidad”
(Entrevista a Paola).
3.3 El trabajo material, moral y emocional del cuidado
El cuidado puede ser observado en tres dimensiones en el desarrollo como trabajo: desde
lo material que resuelve las condiciones de subsistencia de este, desde lo moral que
Capítulo 95
efectúa el deber ser de las condiciones socio culturales del cuidar y desde lo emocional
que expresa las condiciones individuales de las personas que lo efectúan.
3.3.1 El trabajo material del cuidado.
El trabajo de cuidado doméstico conlleva a la elaboración de bienes y servicios
dirigidos al consumo en el hogar. Es decir, la realización de oficios como aseo de la
vivienda, preparación de alimentos, mantenimiento de la ropa, a la vez está el cuidado
directo que implica la realización de actividades como higiene de los niños, ejercicios de
estimulación, acciones recreativas, acompañamiento en actividades de seguridad,
protección ante riesgos sociales presentes en el entorno, reuniones para los controles de
salud, cuidado del sueño. Además, orientar a otras personas en las mejores formas y
recomendaciones de cuidado, entre otros oficios domésticos y de protección derivados de
cada familia y entornos. En el caso de Cecilia expresa:
“Me levanto desde las 4 de la mañana, alisto el bebé para llevarlo a la
guardería, lo visto, lo baño y le doy el pecho… a veces se pega a mi pecho que no
quiere soltarlo… yo le digo que rápido que no nos va alcanzar el tiempo… mi mamá
lo entretiene para que no llore y me deje terminar de hacer la comida para dejársela
a mi mamá, yo como muy rápido para que me alcance el tiempo… El hacer todas
estas tareas es muy pesado, uno llega cansado a la casa en la noche con el niño
alzado y llegar a hacer oficio” (Entrevista a Cecilia).
Sobre este asunto, Comas (1995) plantea que los trabajos de cuidado doméstico
son,
“Tareas invisibles porque sólo se perciben cuando no se hacen, o cuando se
hacen mal, son tareas monótonas que giran en una rutina diaria, cuyo uno de sus
ejes es básicamente la alimentación. Se recrea de forma indefinida porque todo lo
que está limpio vuelve a ensuciarse y lo que esta ordenado vuelve a caer en el
desorden, siempre hay que volver a empezar, nunca hay un inicio ni un final
delimitados. Finalmente son tareas rutinarias, no presentan novedad alguna, ocupan
tiempo, energía, fuerza, pero la sensación es que es un tiempo vacío” (p. 188)
96 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
En esta línea Blanca reflexiona y expresa:
“Yo hubiera querido tener más plata, yo siento que las mujeres estamos
sobrecargadas, porque las mujeres siempre tenemos oficio, mientras que los
hombres sienten que acabaron su trabajo y se van a descansar” (Entrevista a
Blanca).
El trabajo de cuidados en el ámbito doméstico se convierte en rutinario, por lo que
la mujer, relatan estas labores marcando temporalidad y acciones en aras de responder a
todas las necesidades en su hogar, lo que les causa preocupación:
“El bebé me despierta a las cinco de la mañana; luego, pasamos a despertar
a la niña para alistarla para el colegio. A ambos los baño y los arreglo; pasamos a
desayunar y hay que cucharearles… miro que todo esté muy bien servido, le doy
pecho al bebé, más o menos media hora… en la noche, al bebé lo alisto para dormir
y nuevamente darle de comer hasta que se duerma, además se despierta varias
veces en la noche… los domingos y el fin de semana, las mismas actividades con
los niños y a la misma hora me despierta el nino parece una alarma” (Entrevista a
Paola).
Las exigencias socioculturales sobre el “cómo” “debe ser” la realización del trabajo
del cuidado en el hogar saturan a las mujeres a realizarlos “bien” si no es así estas serán
juzgadas por su incapacidad de responder a esta demanda familiar y social. Las mujeres
refieren constante preocupación por realizar todas las labores domésticas de forma
eficiente pese a que reconocen que estas actividades son cotidianas y no tienen fin. Un
ejemplo es el de Martha, quién sitúa ésta responsabilidad, como prioritaria por encima
incluso, del tiempo de descanso.
“Primero en la mañana muy temprano como a las 4 de la mañana hago el almuerzo
y el desayuno para mi hija mayor que tiene 5 años y para el niño que llevan el almuerzo al
jardín y al colegio, además me pongo a lavar la ropa de los niños y la ropa de mi esposo,
a esa hora hay que lavar porque es el tiempo en que llega el agua, a veces me ha tocado
pasar la noche sin dormir, lavando ropa. En la noche no alcanzo a terminar los otros oficios
Capítulo 97
me toca levantarme temprano hacer lo que no deje listo, como arreglar la cocina y el arreglo
de las otras partes de la casa, alistar la niña y el niño para el colegio, ya ellos se van para
sus actividades y me quedo con la bebé, estar atenta de enseñarla todas esas actividades
que hay que hacer para lo del desarrollo de la niña” (Entrevista a Martha).
La responsabilidad y la exigencia socio cultural para su realización generan
malestar en las mujeres quienes ven su cotidianidad saturada sin tiempo para descansar
o realizar otras actividades y la imposibilidad de transformar dicha realidad.
“Yo no descanso ni siquiera un segundo, cuando la siembra en el caso del
maíz a mí me toca desyerbar que es lo más pesado y como tengo la niña pequeña
me toca cargármela a la espalda, además, lo que cocino debo cargarlo hasta donde
están los obreros y de paso veo los animales” (Entrevista a Blanca)
Un punto resaltado por algunas mujeres participantes de esta investigación es la
alimentación, como tarea central en el cuidado de sus familiares. Lo que se acompaña de
labores de limpieza y “mantener la ropa limpia” se asocian con estatus y educación. La
capacidad de reproducir social y biológicamente la cultura enmarca el quehacer. En este
sentido relata Luz.
Un día mío: me levanto a las 5 am, hago el desayuno, alisto mis niñas y salgo
a las 6:30 porque la grandecita entra a las 7 am al colegio y llevo a la chiquitina a
donde la señora que me la cuida y yo entro a las 8 am a trabajar. En la tarde recojo
a mis hijas y llego a la casa y me pongo hacer la comida y el aseo de la casa…Los
fines de semana, el sábado me levanto y me quedo alistando en el hogar, la ropa de
las niñas, la mía. Y el domingo voy a misa para compartir con las chiquiticas. El
sábado me levanto a las 9 am hago el desayuno, después me pongo a arreglar la
casa, arreglar mis hijas, hago el almuerzo, las tareas… y a jugar con la bebé”
(Entrevista a Luz).
La perspectiva de género contribuye en el reconocimiento de las múltiples
dimensiones de la pobreza y el vínculo con el modelo de sociedad discriminante y
jerarquizado como lo es el latinoamericano, donde la desigualdad social por razones de
98 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
género, clase, etnia y generacional, son asumidas como “naturales” (CEPAL, 2005). Así
los expresa Magda.
“Yo me levanto por ahí a las 5 de la mañana me toca hacerle el almuerzo a
mi esposo porque le toca llevar el almuerzo, preparo algo para los niños que se van
para el colegio, después se levantan los pequeños darles el desayuno, al bebé
alistarlo dejar todo organizado para el almuerzo… tratar de adelantar es dejar la ropita
en agua y lavar la ropa de los niños y dejarla lista para que cuando uno vaya de afán
la ropa este lista, es ir lavando a diario, pues el oficio de la casa nos espera a nosotras
las mujeres. El oficio que yo hago es: lavar, trapear, limpiar los baños, organizar los
animalitos que están afuera, el perrito, los gatos darles de comer” (Entrevista a
Magda).
El tiempo para el descanso y el entretenimiento también es fundamental y en el
caso colombiano, se vincula culturalmente al día domingo, pero sin perder la rutina de los
otros días.
“Salgo a las 5 de la tarde y voy a recoger a mi hijo pequeño, luego a mi hijo
grande, estoy llegando a la casa más o menos a las 7 de la noche, donde tengo que
alistar todo para el día siguiente, tengo que dejar listo lo de las onces, el uniforme,
dejar listo todo lo de la casa, preparar los alimentos y así, todos los días y atiendo
todas las necesidades del bebé. El domingo después de mediodía salgo a disfrutar
con mis hijos. Nosotros con el bebé, jugamos, le leo cuento y bailamos” (Entrevista a
María).
En la actualidad, la tecnología es un recurso para la realización de tareas
domésticas, en algunos de los casos, poseer electrodomésticos como lavadora, nevera,
licuadora, microondas, entre otros, reduce tiempo y esfuerzo; sin embargo, algunas
mujeres no cuentan con los medios económicos para adquirir electrodomésticos y deben
realizar trabajos a mano y en ocasiones, deben trasladarse a lugares apartados de su
vivienda. Sobre esto, Cicerchia (2012) refiere que “todas estas funciones para el grupo
familiar [conllevan a] plantear el requerimiento de acciones y políticas para las familias” (p.
52). Blanca menciona que cotidianamente, debe lavar la ropa de todos los miembros de la
familia a mano.
Capítulo 99
“Yo siento que me esclavizo mucho, me levanto desde las 4 de la mañana
a 4:30 a más tardar, si en el día descanso una hora es mucho, además me toca
lavar la ropa de las 3 niñas, la mía y la de mi esposo en el pozo, porque a la casa
no llega el agua, me voy con el costalado de ropa y más encima la niña pequeña,
en una mano una y la otra niña más grandecita en la otra mano, en fin muy pesado
me toca, así nos toca a las mujeres… de lo que me da, me toca sacar para algún
dulcecito para las niñas y lo que se ofrezca en la casa” (Entrevista a Blanca).
3.3.2 El trabajo moral y emocional del cuidado
Esta dimensión enmarca el deber ser que justifica el cuidado, el “don de cuidar” y
la percepción de la justicia en el cuidar, es decir, las expectativas sobre el deber ser del
cuidado y las razones que justifican la responsabilidad sobre estas labores, a quiénes se
atribuyen y el para qué, sobre lo cual recae la búsqueda de compensación o retribución.
Los sentimientos y emociones generadas o atribuidas al trabajo del cuidado
doméstico realizado, frente a las acciones del cuidado y respecto a los arreglos, generan
satisfacción, pero a la vez insatisfacción o disgusto; además, de preocupaciones e
impotencias.
La dimensión emocional se sustenta en relaciones afectivas profundas, se expresa
cotidianamente en sentimientos ligados a la actividad doméstica, por ejemplo, es frecuente
la metáfora “te cocino porque te quiero” (Puyana y Barreto, 1996, p. 22).
Las mujeres madres de niña y niños menores de un año entrevistadas, indican que
son ellas quienes asumen la totalidad del trabajo de cuidado doméstico y en la mayoría de
los casos, la manutención. Pese a las variaciones generacionales, todavía se
sobreentiende que “las ninas y los ninos son de las madres” por lo que su cuidado se
convierte en un deber materno (Martín, 2014).
100 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
Esto se encuentra implícito en la interpretación de las necesidades biológicas de
niñas y niños menores de un año sobre la alimentación y cuidados, lo que implica un juicio
de valor sobre quién ejerce las tareas de cuidado que se hace visible cuando éste no se
efectúa de la manera que socialmente se ha establecido como adecuada (Moliner y
Arango, 2011). A su vez, no existe reconocimiento sobre el trabajo de cuidado ni
retribuciones monetarias o sociales.
El sistema patriarcal y las relaciones marcadas en los roles atribuidos con base en
el género establecen los lineamientos de la “buena maternidad” y asigna responsabilidades
sobre éste rol. Quién cuida, pierde visibilidad y toda su energía se direcciona a un “deber
ser”.
“En las propias rutinas más o menos conscientes se inscriben las normas
sociales y morales, también las justificaciones sobre dichas acciones. En torno al
proceso de amamantar una criatura, sin ir más lejos, se van incorporando
progresivamente una serie de normas sobre el deber ser del cuidado de las hijas y
de los hijos, sobre qué se entiende por buen cuidado” (Martín, 2014, p. 478).
Sobre esto, Mónica expresa:
“Por mi chinita hago todo lo que sea, lo único que me ha ayudado es compartir
responsabilidades con mi mamá, todavía uno trae muchos pensamientos que le
inculcaron desde pequeña, como: yo soy la mamá, yo soy la que le doy seno, yo soy
la mujer, soy la que tengo que llevar la carga, cierto… es como que la mujer no debe
depender tanto de la pareja, también uno debe conseguir lo que se necesita y
responder por la casa, la comida, la ropa, el aseo, todo y el cuidado de la niña,
además uno como que pasa a un segundo plano (Entrevista a Mónica).
La concepción de la idea de no necesitar a un tercero quien apoye en el trabajo del
cuidado, interpretación desafortunada de independencia que implica “no requerir del otro”
aumenta la carga de los hijos e hijas en las mujeres al asumirse en las formas
conservadoras del cuidado y la imposibilidad de buscar otras formas. El cuidado es
inherente a las mujeres madres, situación cuestionable, pero se sigue concibiendo como
esencial.
Capítulo 101
“Nosotras tenemos la mentalidad que nosotras somos las que debemos
cuidar, con esa mentalidad absurda es que nos criaron y pues nos toca que más
hacer…me siento triste porque el bebé necesita tiempo, necesita atención de la
mamá y no la tiene, porque como le digo el trabajo y las obligaciones, pero por la
situación me toca…para el cuidado del bebé lo hago yo solita porque como le estoy
dando seno, yo soy la que soy responsable del niño, ahora cada pesito hay que
utilizarlo en sus hijos, así haya que quitárselo a uno mismo, ya uno no puede
comprarse nada, porque los hijos son lo principal, dar todo lo que necesiten para su
cuidado… quitarse uno mismo el bocado de la boca por sus hijitos, yo debo pedirle
energía a Dios, porque me siento: cansada, agotaba, pero como los hijos son
chiquitos como decirles quite… además yo no puedo soy muy cariñosa y debo
cuidarlos muy bien” (Entrevista a Deicy).
La ambigüedad constante entre las prioridades, hace que las mujeres con trabajo
del cuidado doméstico busquen resolver qué hacer y con qué responder.
“A mí me toca muy duro llevar las cosas de la casa y también atender a mi
trabajo, pero lo más es el cuidado de mi niña me requiere mucho tiempo y dedicación
y no lo tengo, como quien dice: toco que creciera a lo que da la vida, como que todos
crecen y así va pasando el tiempo” (Entrevista a Martha)
De este modo, el presente para las mujeres entrevistadas, se construye en torno al
cuidado de sus hijas e hijos mientras que el futuro es incierto. Sus necesidades se
encaminan a un tercero y las posibilidades de cumplir con los requerimientos de su
cuidado.
“Yo pienso que en la vida hay tiempo para todo, entonces la prioridad hoy
son mis hijas, eso lo pienso por el momento, ya más adelante miraremos… Yo no
he logrado nada para mi… mi anhelo con todo el corazón era estudiar derecho,
siempre me ha llamado la atención y últimamente me ha dado más por ese deseo,
pero siempre caigo en la realidad que lo que toca es seguir cuidando y sacar
adelante a las niñas y a la bebé, ya después veremos qué pasa” (Entrevista a Leidy).
102 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
Las costumbres de la fe católica son importantes en el contexto de la investigación,
por ello es significativo senalar lo que López (1970) explica: “Las normas éticas del
cristianismo son acatadas con mucho fervor por la totalidad de nuestro pueblo colombiano”
(p. 183). Magda describe:
“El cuidado de este chiquitico para mí significa pues una responsabilidad
muy grande que Dios me ha dado para sacar mi hogar adelante y de acá en
adelante mis hijos vean de mí una madre que se esfuerza para que no tengan la
misma vida mía, pues con esfuerzo y pidiéndole y haciéndole caso a Dios que es
el que le da a uno fuerzas… pues es muy difícil” (Entrevista a Magda).
Las necesidades de la mujer entrevistada, quedan desligadas de sus prioridades,
las cuales se centran en sus hijas e hijos, el hogar y la familia.
“Uno almuerza extra-rápido que a veces no me alimenta porque uno está de
afán, más ahorita que la bebé está comiendo eso es primero a ella para que coma
que no se atore y la prioridad es ella y luego soy yo” (Entrevista a Marcy).
El propósito de afirmar una identidad de trabajo se trunca ante la pervivencia
de lógicas de invisibilización y desvalorización de los cuidados. Escuchar las voces
de quiénes provee el cuidado, constituye un paso fundamental para conocer sobre
sus realidades, con el fin de recrear nuevos conocimientos sobre las formas de la
moral y del trabajo del cuidado, para así construir una nueva ética del cuidado
(Molinier y Arango, 2011).
Esta moral está en los relatos de las mujeres mostrando una significación de la
maternidad como sinónimo de cuidado. En las mujeres, su responsabilidad sobre el
cuidado se asume como natural en correspondencia con la “tarea materna” excluyendo al
hombre de las mismas.
Capítulo 103
3.4 La sacralización de la maternidad una representación
social dominante
El papel activo de la madre en el cuidado de las y los menores fue recomendado
por el sistema de salud como estrategia de reducción de la mortalidad infantil, a la vez, en
la sociedad comenzó a penalizar y repudiar el abandono en las prácticas de crianza que
no incluyen a la madre. Se concibe a las madres, como naturalmente responsables de sus
hijas e hijos y del hogar.
“Yo le estoy dando al bebé todo lo que necesita y lo que ella realmente
requiere porque lo principal es el amor y el carino… Como en mi caso quien lleva la
responsabilidad de la niña soy yo, mi compañero está lejos, lo que es mi vida
prácticamente es hacer todo para el cuidado de la niña, lo que ella necesita y yo
donde quedo…eso me hace sentir muy triste y desesperada” (Entrevista a Mónica).
En ese sentido Fernández (2000) expone:
“Bajo la idea vuélvete indispensable para la familia y ganaras ciudadanía, las
mujeres aceptaron dicho papel. El estatus de la mujer rodeada de muchas hijas e
hijos, responsable de la vida emocional de la familia se resalta y ellas se adhieren a
este nuevo papel, posiblemente mejor al anterior” (p.42).
Esto está vinculado con las ideas de éxito sobre el trabajo de cuidado doméstico.
“Para el cuidado de mi hijo, el secreto es ser ordenado, disciplinado, todo el
tiempo estar pendiente de las necesidades de los de la casa, de tener para cada cosa
un tiempo. Yo creo que eso ha sido el éxito, porque realmente es muy pesado, cansa,
hay que llenarse de mucha paciencia para no desfallecer” (Entrevista a María).
Algunas de las mujeres entrevistadas, manifiestan preferencia sobre las funciones
de la maternidad, por encima de otras actividades, como parte de un imaginario ancestral
y les motiva a creer que las mujeres al ser madres, poseen cualidades inherentes para
velar por sus hijas e hijos, identificado en relatos como “Yo soy la que lo debo cuidar porque
104 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
soy la que sé y a mí es la que me toca, además todo el tiempo debo darle seno”. Una de
las preocupaciones más notorias son las limitaciones de tiempo para encargarse de todas
las actividades de cuidado que sus hijas e hijos requieren.
En el caso de Magda, agradece la posibilidad de tener a su hijo en el lugar de
trabajo y cuidarlo, olvidándose de sí misma, siendo una concepción de vida centrada en el
otro, junto con sentimientos de injusticia cuando no hay una clara expectativa de reparación
o retribución al trabajo de cuidados realizado. Magda expresa:
“Me lo amarro en la espalda hago lo que tenga que hacer con él colgado y
así siempre lo estoy cuidando, así nadie sepa cómo me toca” (Entrevista a Magda).
3.4.1 Noción del trabajo de cuidar
Las nociones sobre el trabajo de cuidar, son expresadas por las mujeres
entrevistadas, a través de sus emociones, percepciones y experiencias. Al respecto
refieren:
“Un bebé chiquito es complicado, cuidarlo porque es tan indefenso y requiere
de todo… cuidar a mi bebé me da gusto, es muy importante, pero desde que tenga
tiempo, porque de lo contrario es muy difícil, cuando uno tiene que trabajar, hay que
dejarlo en la guardería uno piensa, estará comiendo, estará con hambre, estará
llorando, le cambiarían el pañal, es mucha la preocupación” (Entrevista a Cecilia).
Hochschild (2008) indicó que el amor es concebido como el brindar cuidado bajo el
supuesto de que las emociones son el punto de vista del sujeto y la emoción se concibe
como “la cooperación corporal con una imagen, un pensamiento, un recuerdo: una
cooperación de la cual el individuo suele ser consecuente” (p. 115).
Esta perspectiva es la que se ha mostrado más idónea para el análisis del cuidado
en los entornos familiares. En esta investigación permiten comprender que en las familias
se cuida en nombre del amor, donde éste es convertido en deber, lazo o atadura que obliga
a las mujeres a debatirse entre su vida personal o privada y su vida doméstica-familiar. El
Capítulo 105
amor es entendido como compromiso moral con los seres queridos (Martín, 2014).
“Así esa hija sea de la patrona, igual es de uno y hay que cuidarla como si
fuera de uno, ser muy cariñosa con ella, darle amor, mucho amor, debo cuidarla muy
bien, así no lo valoren” (Entrevista a Deicy).
Martha concibe como punto central del trabajo de cuidado doméstico el ocuparse
de los demás en el tiempo que posee para sí misma y cuando no está trabajando fuera del
espacio doméstico. Es decir, utilizar el tiempo para velar que cada uno de ellos y ellas
estén bien y tengan sus necesidades resultas, por lo menos aquellas que ella puede
solucionar, Así que, para hacer frente a estas necesidades tan diferentes, como es el
cuidar de una menor lactante, esto puede llegar a ser agotador.
“Es dar todo el tiempo para lo básico en su cuidado, bañarla, vestirla,
cambiarle el pañal, consentirla, además de cuidar a mis otros niños, la casa y a mi
esposo, es dar de comer, entregarle los juguetes, hacer otras cosas en la casa hasta
atender a mis suegros que si me ayudan con la niña, pero ya están mayores y
requieren que yo los atienda” (Entrevista a Martha).
El siguiente significado sobre el cuidado está acompañado de decepción por parte
de las mujeres entrevistadas al encontrarse inmersas en las desigualdades de género son
determinadas para las mujeres. Esto es suscitado por la existencia de un nuevo marco
cultural con grandes cambios, en el que las mujeres se convierten en motor de cambio de
las relaciones familiares y conyugales, a partir de sus logros en cuanto a la independencia
económica y emocional y el aumento del poder de negociación de las mujeres (Castell,
1999). Ante esta situación, Blanca expresa:
“La maternidad me ha traído más compromisos, una responsabilidad grande,
es muy duro, y prácticamente me toca a mí hacerle todo, mi esposo ni se da por
enterado que hay que cuidar a las niñas y darles bienestar, a mí me gusta cuidarlas,
con la bebé le hablo, ella se ríe y es muy entendida, le doy de comer al seno y la
acuesto a dormir, limpiarle el pañal, yo creo que cuidándola y dándole la comida está
bien y además con lo que me paga por el trabajo en el campo es para ir a comernos
un helado el domingo con las ninas” (Entrevista a Blanca).
106 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
“Para mí es muy importante cuidar a la niña pequeñita porque es la bebé, y la
que más requiere de cuidados, cuando están tan pequeñitas son tan indefensas que
hay que hacerles todo hasta adivinarles que están sintiendo y quien más que la mamá
para entenderlas, pues por ahora a la bebé hay que cuidarla más, cuando se para
estar pendiente que no se caiga, que la bebé se atore, que la bebé está llorando, que
algo le está resintiendo. Para lograr cuidar la niña e ir al trabajo yo madrugo y dejo
hecha la comida de la niña y en la tarde llego a darle pecho, para una mamá no hay
algo más hermoso que ver a su bebé comiendo” (Entrevista a Leidy).
El trabajo de cuidado doméstico es una variable de análisis estratégico en las
sociedades modernas sobre el lazo social. La forma en que se construye la organización
de la provisión del cuidado, es clave para conocer el funcionamiento de la sociedad, en
cuanto a los efectos de integración social, equidad y democracia (Martín, 2014). Para Luz,
el cuidado también implica realizar cosas en colectivo, pasar tiempo divertido y aprender
juntos.
“Es importante cuidar de mi bebé, con la hermanita más grande, porque ella
le enseña y como es bebé está aprendiendo, nos gusta cuidarla, nos gusta bailar con
ella, jugar, le ponemos videos para que ella aplauda, para que se mueva, le
enseñamos a dar botes, a aplaudir, a levantar las manos y a tocarse la cabeza, hasta
la abuela aprende a cuidarla con canciones modernas para las niñas, hasta nos
reunimos en el barrio con las otras señoras y todo se convierte en una fiesta”.
(Entrevista a Luz).
Los sentimientos y significados sobre el cuidado se ilustran en la Figura 2.
Capítulo 107
Figura 2. Sentimientos y significados sobre el cuidado expresados por las entrevistadas
Fuente: Elaboración propia.
3.4.2 El trabajo del cuidado para niñas y niños pequeños
Las expresiones aquí expuestas destacan el importante papel de la maternidad en
el rol femenino, comparto con Puyana y Barreto (1996) sus postulados, cuando mencionan,
“La ideología patriarcal posiciona a las mujeres como sujetos dentro de las prácticas
sociales de la maternidad y por extensión normativa los deseos femeninos alrededor del
deseo maternal” (p. 128).
Badinter (1991) plantea la existencia de un conflicto de las consecuencias de la
ofensiva naturalista, el mito durante siglos del instinto maternal y la posibilidad de un
modelo de maternidad a tiempo parcial que evite las frustraciones de no ser una buena
madre ni tampoco una mujer plena. El “amor maternal”, como la maternidad, son
expresiones de ambigüedad entre el significado de ser mujer y la capacidad de ser madre,
así el sufrimiento es olvidado cuando pueden observar a sus hijas e hijos y el bienestar
que les ofrecen a través del cuidado, como es el caso de Sonia:
108 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
“La maternidad es fundamental para las mujeres. Las exigencias no son
siempre las mismas, lo llenan a uno de mucho afecto y muchas cosas, la maternidad
es diferente en cada uno de los hijos. Este último embarazo fue duro, porque me
tuvieron que aplicar un medicamento para que tuviera contracciones, el parto fue
muy agotador, porque fue del viernes hasta el domingo, pero después ya cuando
uno ve al bebé se le olvida a uno todo el sufrimiento, ese amor maternal que tiene
uno” (Entrevista a Sonia).
3.5 Organización social del trabajo del cuidado
El cuidado es entendido como el proceso complejo de actividades, en el que
interactúan actores e instituciones como la familia, el mercado y el Estado. Entender el
cuidado como parte de una organización social supone prestar atención no sólo a los
aspectos micro sociales sino también al rol de las políticas públicas sociales en la provisión
y regulación de las relaciones, actividades y responsabilidades del trabajo de cuidados
asignadas a distintas instituciones y sujetos.
Esquivel, faur y Jelin (2012) establecieron que el concepto de la “organización
social del cuidado” refiere a la configuración que surge del cruce entre las instituciones que
regulan y proveen servicios de cuidado infantil y los modos en que los hogares de distintos
niveles socioeconómicos y sus miembros se benefician de los mismos.
3.5.1 El trabajo de cuidados en las relaciones familiares
La rutina del día de la mayoría de las mujeres entrevistadas se organiza en torno a
las actividades del hogar y la responsabilidad del cuidado los hijos e hijas menores de un
año y de sus familias. Así, las mujeres llevan a cabo sus actividades diarias en un
constante ajetreo para lograr cumplir con los distintos roles que le son atribuidos con base
en la relación mujeres-madres. Los asuntos de la vida diaria y en la cotidianidad forman
parte de un confuso tejido en el cual se pone de manifiesto criterios como la
responsabilidad y las normas al interior de la familia, “los temas de las familias y el hogar,
las tareas domésticas, la gestión y los cuidados de las niñas y los niños, el afecto y la
Capítulo 109
devoción de la figura de la madre han sido y siguen siendo “asunto de mujeres” (Jelin,
1988, p. 70).
“Todos los días trato de recoger a la niña a las 11:30, llevar al bebé, porque
él es feliz que lo paseen y de ir a recoger a su hermanita es mucho trabajo. La recojo
y nos venimos para la casa, pues ahí llego y le doy nuevamente pecho al niño y nos
sentamos almorzar, le doy al bebé su sopa hay que vigilar que la hermanita coma,
aunque ella ya come sola. A veces se me duerme a veces no, no alcanzo ni hacer
un pequeño descanso, hay que salir nuevamente a llevar a la niña al colegio, ahí ya
son la 1:30 de la tarde y en la noche la rutina como todos los días, todo eso me toca
a mí, pues yo soy la mamá” (Entrevista a Paola).
La ambigüedad expresada en el deber hacer y ser de una madre de una niña o niño
menor de un año, que en la mayoría de veces, excluye la responsabilidad compartida del
cuidado de este ser junto con el padre y la organización equitativa de los roles del hogar.
Algunas mujeres de la sociedad boyacense, asumen la postura respecto de la
maternidad que difiere de las estructuras patriarcales, es decir, se ilustran de ideas
innovadoras que generan el debilitamiento de la autoridad patriarcal en la familia y la mayor
participación de los hombres en los oficios domésticos (Puyana y Mosquera, 2003).
Como se expresa en el siguiente relato, sobresale la división del trabajo más
equitativa, por lo que el hombre o padre, realiza algunas de las tareas del trabajo
reproductivo, acompañó a la madre tras del parto, y ambos acuerdan la manera de gastar
e invertir.
“Con mi familia distribuimos las actividades así: mi suegra me ayuda a
calentar los alimentos en la cocina ya que ellos como vienen a ayudarme a cuidar la
nina, mi esposo me ayuda en algunas labores en la casa… mientras la dieta el me
ayudaba con el cuidado de la niña grande…En los gastos de mi hogar, mi esposo, él
nos apoya económicamente… digamos $1.200.000 que son los gastos del hogar
pagando recibos, pagando a la persona que nos ayuda con los oficios en la casa y
colaborándonos en el cuidado de mis hijas” (Entrevista a Liliana).
110 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
Solo en algunos de los casos de los estudiados en esta investigación, y de forma
superficial, la distribución de las actividades para el cuidado de las hijas e hijos es
compartida y dada en pareja, puesto que esta empieza a desarrollar cualidades antes
reprimidas: él muestra más afectividad y ternura, ella mayor capacidad de tomar
decisiones. Es decir, esta unión es convertida en una pareja andrógena, entendido cuando
el hombre realiza funciones tradicionalmente feminizadas y la mujer asume las
masculinizadas en una dinámica de transformación (Badinter, 1987).
Del mismo modo, algunas de las familias de las mujeres entrevistadas o las de sus
esposos hacen parte del cuidado o apoyan el cuidado de las hijas e hijos menores, lo que
demuestra que ésta transformación en la pareja trasciende hacia sus familias. Esto es
señalado por relatos como el de Marcy.
“Mi familia y la familia de mi esposo quieren mucho a la bebé, sobre todo mi
abuelita que ella viene a cuidar a la bebé. Mis suegros se la llevan para la casa y la
tienen un ratico ya que viven cerca” (Marcy).
Sin embargo, la cultura patriarcal continúa implícita en la cotidianidad. En algunos
relatos es notaria la posición de las mismas madres frente al cuidado de sus hijas e hijos
menores con respecto a quién debe cuidar, aún se educa a las niñas para que reproduzcan
cualidades de servicio y subordinación atadas a una maternidad (Kaufman, 1995), por
ejemplo, Blanca les enseña a sus hijas:
“Las hermanitas me la ayudan a ver y le juegan mucho, yo quisiera darles
muchas cosas, pero el tiempo no me alcanza, además me ayudan a los oficios de la
casa, son mujercitas y yo les digo que vayan aprendiendo, para cuando les toque”
(Blanca).
Entre el cambio y la tradición, persiste la tradición y la reproducción de la división
social de roles. Además, las mujeres entrevistadas reconocen las acciones que se
requieren para que sus hijas e hijos tengan un buen desarrollo.
“Las actividades que le realizo al bebé son jueguitos, a las escondidas.
Además de los cuidados, asistimos a un programa con los de bienestar familiar se
Capítulo 111
hacen actividades con los niños de estimulación. De las actividades físicas que se le
hacen al niño: bañarlo, a él en la tina le doy un pocillo el empieza a jugar, echarse
agüita, lo visto, lo peino, consentirlo, le doy senito, cambio de pañal 2 veces en el
día” (Entrevista a Magda).
La frustración aparece cuando no se posee el tiempo suficiente para la atención de
la niña o el niño. El nuevo bebé se convierte en el centro de la vida de algunas de las
mujeres entrevistadas.
“La mayoría de veces me toca cocinar y hacer los oficios de la casa donde
trabajo con él bebé alzado, para que no llore y así todo el día. Hacer los oficios que
pueda con mi bebé alzado, con una mano lo alzo y con la otra mano hago el oficio,
lo meto en la ruana por debajo y lo enrollo. (Entrevista a Deicy).
“Yo creo que no le estoy dando todo lo que el niño necesita, porque a veces
no alcanza el tiempo y quisiera darle muchas cosas más. Además, quisiera darle que
las compotas y todo eso que venden para niños, pero la plata no me alcanza, además
me toca comprar los tarros de leche que me valen como $200.000 pesos en el mes
y no quisiera darle leche de cantina, porque dicen que es muy pesada para el niño y
sacarme la leche me llevaría mucho tiempo y como siempre estoy en carreras”
(Entrevista a Cecilia).
Las decisiones de trabajo también afectan las relaciones de pareja y las
responsabilidades sobre el cuidado. En ocasiones, los hombres se dedican a oficios que
los alejan del hogar, constituyendo una rutina de hogar con una pareja ausente por
momentos y una maternidad solitaria. Por otro lado, las relaciones contienen situaciones
que transforman la cotidianidad patriarcal para establecer interconexiones de carácter más
igualitario y moderno.
“Mi esposo, desde que nos casamos me ayuda más. Pues él fue criado con
la idea de que el hombre no hace nada, pero desde que nos casamos él me ayuda
más. Es más organizado, he logrado eso, la crianza de él era así. Pero ya conmigo
ha cambiado, él no hacía nada, nadie le decía nada, ya ahorita me colabora en la
112 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
casa. Él no me pelea, él me ve brava y espera que me pase y luego hablamos, él
dice que para pelear se necesitan dos y así él no pelea” (Entrevista a Marcy).
En otras relaciones, el patriarcalismo es acrecentado en las exigencias y conflictos.
“Los conflictos con mi esposo son cuando me demoro en alguna reunión,
porque trabajo hasta tarde, mi esposo me dice que, si me están pagando horas
extras, a él no le gusta eso. Con él si hablamos e hicimos un acuerdo con respecto
las tareas del hogar, antes de tener familia, eso lo hablamos. Frente a los conflictos,
no la verdad no, lo que si le molesta a él es que yo me ocupe en otras cosas y no
esté con ellos. Por ejemplo, que yo me ocupe en arreglar los cajones y deje esa
media hora de estar con él y las niñas. Él dice que tenemos una señora a quién se
le paga para que haga eso” (Entrevista a Liliana).
El cuidado se asocia profundamente con las desigualdades de recursos y de
género. La responsabilidad del hogar es de la mujer, de ella depende quién puede cuidar
sus hijas e hijos, sea que pueda pagarle a un tercero (por lo general mujer) o que tenga
apoyo de su entorno familiar, muchas veces generando un costo de más. Ante la
vulnerabilidad de las niñas y de los niños menores, las madres permanecen preocupadas
en sus trabajos. Así afirma Cecilia:
“Yo, estoy en el trabajo y me da miedo dejar al niño que me le hagan algo o
que no le sepan cuidar. No me gusta dejarlo solo, la verdad es que soy desconfiada
me pone muy nerviosa dejarlo con alguien que no sea yo” (Entrevista a Cecilia).
La cultura está permeada por la concepción del cuidado y del sometimiento hacia
las mujeres. La naturalización del cuidado está dada en la concepción de la
responsabilidad única de las mujeres, acompañado además de la necesidad de proveer
económicamente las necesidades de sus hijos e hijas, fuera de los requerimientos básicos
de subsistencia monetaria del hogar.
Si bien, la queja de las mujeres es constante, sobre estar cansadas, no tener
tiempo, no tener la posibilidad de estudiar o desarrollar actividades que les gustan y no
contar con apoyo del entorno que las rodea, especialmente de sus compañeros, así como
Capítulo 113
la falta de recursos monetarios para vivir con bienestar, rodea la ambigüedad de aceptar
la vida que eligieron vivir respecto a la realidad lejana del ideal de ser madre.
Las nuevas frustraciones están asociadas a la capacidad propia de darle a sus hijas
e hijos el tiempo, la manutención y el bienestar que ellas y ellos requieren.
“La actividad diaria, mas importante para mí son los tiempos que tengo para
compartir con la bebé, es tan importante, por qué es una niña pequeñita, es muy
importante su cuidado, es tan indefensa, es lo más hermoso, me da gusto cuidar al
bebé, pero eso no deja de ser una pesada labor” (Entrevista a Mónica).
3.5.2 El mercado como trabajo de cuidados domésticos
Esta investigación encuentra varias modalidades de articulación al trabajo de
cuidado doméstico. Las mujeres entrevistadas expresan que, el requerir tiempo para
trabajar en forma remunerada y no contar con ayuda familiar constante para el cuidado de
sus hijas o hijos, las lleva a buscar centros especializados o personas externas quienes
les brinden este servicio a cambio de un pago.
“Entonces llega la señora que me ayuda, ella viene todas las mañanas me ayuda a
cuidar al niño y hacer los alimentos y a servirlos, la señora es quien cuida al bebé mientras
salgo a trabajar, me ha colaborado con los oficios de la casa y del cuidado de la otra niña
también cuando yo no estoy. Yo le doy su sueldo de mi dinero para que me apoye con
esto; mientras yo termino de arreglar a la nina, ella me tiene el nino” (Entrevista a Paola).
En cuanto a la relación entre las actividades encaminadas a dar servicio para
facilitar el trabajo de cuidados domésticos, están las mujeres que se involucran en el
trabajo no remunerado y las mujeres que trabajan en condiciones de informalidad; ellas
soportan una carga mayor del trabajo de cuidados doméstico no remunerado. Por
consiguiente, con ocupaciones menos valoradas por el mercado y situaciones de
vulnerabilidad laboral y baja valoración dentro de los hogares y más fuertes posiciones de
género, son las mujeres las que se hacen cargo de él, independientemente de si realizan
114 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
un trabajo o no fuera de él, además entre ambos trabajos es de observar que el cuidado
de las niñas y los niños pequeños se hace en los tiempos libres o de descanso de las
mujeres entrevistadas en este estudio, sin distinción sobre la condición económica de
éstas. Al respecto Eleonor Faur afirma:
“Aunque se persigue la inclusión social mediante mecanismos de
transferencias y ampliación de derechos a diferencia del modelo social demócrata, la
matriz tradicional del género continúa permeando buena parte de las instituciones de
política social y la discriminación socioeconómica sigue presente” (Faur, 2014, p.
253).
Los trabajos de cuidado domésticos se distinguen como trabajos no remunerados,
es decir, el trabajo realizado en el hogar para el cuidado de otros, invisibilizado y sin
ninguna valoración monetaria, realizado las mujeres de este estudio y justificado por el
amor lo que conlleva a realizarlo con dedicación sin esperar reconocimiento. Esquivel
(2011) recalca que este trabajo reproductivo se torna “invisible” para las mediciones
estándares de la economía lo que refuerza su baja valoración social.
“La actividad diaria, más importante para mí es cuidar del hogar, tengo que
buscar los tiempos para compartir con el bebé, es tan importante, porque es un niño
tan pequeñito, tan indefenso, es muy importante darle su cuidado con mucho amor y
él de mi mamá que esta tan viejita e impedida y por supuesto el oficio de la casa; así
nadie lo reconozca, no lo valoré, ni nadie lo mire, pero eso no deja de ser una labor
muy pesad. (Entrevista a Cecilia).
El cuidado de quienes en un momento de la vida lo necesitan, no puede estar
solamente a cargo de las mujeres y es algo que merece todo el interés de la sociedad; la
subsistencia de las niñas y niños y su bienestar está en juego en la reproducción de la
humanidad, de la vida y de las nuevas generaciones y además está ligado a la protección
de la naturaleza. Parecería obvio, pero desafortunadamente, nuestra sociedad ha
valorizado el mercado y la producción, pero muy poco la esfera de la reproducción
(Castells, 1996). Las mujeres con quienes estudiadas proponen:
Capítulo 115
“Apoyar a las jóvenes madres que son mujeres motivadas, muy enérgicas
para que logren los proyectos de vida, sobretodo el de seguir estudiando como es mi
caso (Entrevista a Deicy).
“A mí me gustaría disfrutar más de este niño pequeñito de darle su pechito
cuando él lo requiera, de jugar y de disfrutar cada momento con él, me gustaría
poderle ofrecer sus cuidados con dedicación y tranquilidad, además de darle sus
cositas bonitas pero es que valen mucha plata, además de salir a un parque de
llevarlo en su coche todo muy elegante y para mí, me gustaría comer lo que requiere
una madre que está dando pecho” (Entrevista a Martha).
“El gobierno debe dar ayudas para las mamás como plata y tiempo, para estar
con los bebés, si fuera así yo sería muy feliz…Que de pronto el gobierno se pusiera
la mano en el corazón y que nos ayudara más, tuviera más consideración con
nosotras las madres” (Entrevista a Carmelina).
“Ojala hubiera un proyecto que pudiera considerar el tiempo de la maternidad un
poco más largo, sería tan bonito, como en otros países que dan el tiempo del primer año
de vida, con ese apoyo se le dan esas bases a los niños, se estimulan lo suficiente,
sabiendo que ese primer año es tan importante para su desarrollo y crecimiento, lo que se
haga ahí es básico para su vida futura, porque no hay nada más importante como estar
con el papá y la mamá, ese apoyo ayudaría mucho” (Entrevista a Lorena).
La responsabilidad de la familia propia y la responsabilidad del trabajo remunerado
generan la saturación y cansancio de las mujeres quienes no ven más opciones. Esto es
más visible cuando el trabajo remunerado tiene las mismas funciones es del trabajo del
cuidado como es el servicio doméstico. Este es el caso de Deisy:
“El trabajo fuera de mi casa es el cuidado de los niños pequeños de los
patrones que tengo que cuidarlos muy bien para que no les pase nada y el cuidado
de mi hijo a la vez, lo he logrado con mucha paciencia, toca a uno trillarse y pedir
mucho a Dios, trillarse es decir hacer lo más que pueda de oficio, hacer todo, barrer,
cocinar, así escurra agua… la baldosa blanca hay que restregarla mucho y echarle
cloros, además lavar los perros… es muy pesado” (Entrevista a Deicy).
116 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
3.5.3 Las mujeres como miembros del Estado
La dinámica del concepto del trabajo de cuidado doméstico debe dar cuenta de los
cambios estructurales y su influencia sobre las instituciones y sobre las personas entre las
que se distribuyen las funciones de cuidar (Arango y Molinier, 2011). El conocimiento de
políticas, normatividad y/o programas por parte de las mujeres entrevistadas, está
relacionado con la licencia de maternidad y la lactancia materna. En su mayoría
consideran, que éstas deberían cubrir más tiempo del establecido actualmente.
“Yo sugiero una licencia de maternidad de más tiempo, pues los bebés quedan
a los 3 meses y medio descubiertos, en un momento muy delicado. Si se dice que la
leche materna debe darse en forma exclusiva para ellos hasta los 6 meses entonces
imagínese uno dejándolos desde tan pequenos” (Entrevista a Sonia).
Algunas de las mujeres entrevistadas manifestaron no conocer programas de
atención, promoción o de cualquier otra índole que las acompañe a ellas y sus bebés por
concepto de ser niñas o niños menores de un año.
“Hay que decirle al gobierno y a las políticas públicas del país que existen
mamás que trabajan, que tienen hijos menores de un año y que además cuidan de
su casa, porque parece que lo desconocen, que es una situación complicada. Que
esas tres labores juntas, son muy mal pagas, que uno se arriesga mucho y que
tenemos el derecho de tener un proyecto de vida” (Entrevista a Mónica).
La preocupación constante de las mujeres entrevistadas es acerca de quién y
dónde pueden dejar a su hija o a su hijo para el cuidado durante el tiempo que ellas
trabajan. Esto es una de las solicitudes que hacen repetidamente:
“Yo creo que una política importante para madres es que el gobierno ponga
más sitios para el cuidado de las niñas y los niños, que capaciten personal que
puedan cuidar a nuestros hijos, a ser mejores personas, yo creo que con eso el
gobierno nos podría ayudar” (Entrevista a María).
Capítulo 117
El gobierno se ve como un actor lejano, ajeno a ellas y a su situación de vida; la
mayoría de las entrevistadas manifestaron:
“Los gobernantes ni si quisieran podrían hacer algo por nosotros, pero que al
no hacerlo, simplemente es responsabilidad de las madres trabajadoras lograr la
subsistencia de ellas y su familia” (Entrevista a Carmelina).
En el caso de Colombia las anteriores consideraciones han tenido un impacto
especial en las políticas para las mujeres y en especial con la ley 1413 del 2010, por la
cual “se regula la inclusión de la economía del cuidado al sistema de cuentas nacionales
con el objeto de medir la contribución de la mujer al desarrollo económico y social del país
y como herramienta fundamental para la definición e implementación de las políticas
públicas” (República de Colombia, 2010).
De hecho, el cuidado está situado en la intersección de las familias con las políticas
sociales y constituye un campo de actuación de las políticas hacia las familias. Sin
embargo, en palabras de las entrevistadas, hay desconocimiento de la existencia de
políticas públicas y su papel en la implementación.
“No conozco programas, ni políticas del gobierno que ayuden a las madres
trabajadoras, nadie a uno le pide opinión y somos nosotras las que estamos pasando
por esa situación” (Entrevista a Marcy).
En Colombia, la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer es la
encargada de diseñar, promover, coordinar e implementar una política para las mujeres
adultas, jóvenes y niñas, que contribuya al logro de relaciones de equidad y de igualdad
de oportunidades entre mujeres y hombres, que eleve la calidad de vida de las mujeres, el
respeto de los derechos humanos, la participación ciudadana, e impulse el fortalecimiento
de los procesos organizativos y de las organizaciones de mujeres. Sin embargo, para esta
investigación la mayoría de mujeres trabajadoras sobre el cuidado en sus hogares y en
escenarios remunerados, que tienen hijas e hijos pequeños, se sienten invisibilizadas y no
poseen conocimientos sobre la normatividad en las que ellas deben ser los actores clave.
Además, la responsabilidad de las autoridades locales y departamentales sigue siendo
oculta.
118 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
“De proyectos, programas, de aquí de la alcaldía, servicios que ofrezcan, el
estado de apoyar la mamita que tengan bebecitos, no, que sepa hasta el momento,
y de la comunidad del barrio, pues, aquí prácticamente cada quien en lo suyo, que
no tuvo que comer allá problema de él, si la vecina no tuvo problema de ella, que yo
tenga, yo tranquila, acá cada quien por su lado (Entrevista a Leydi).
Tiempo y dinero son algunas cosas solicitadas por las mujeres entrevistadas.
Tiempo para el trabajo del cuidado de sus hijas e hijos menores de un año y dinero para
mantener el hogar.
“Yo quisiera que existiera una ley que cubriera con ciertos costos, por lo
menos un subsidio donde fueran beneficiadas por ser madres cabezas de familia con
bebés en brazos o un buen trabajo, porque un bebé siempre requiere mucho tiempo
y mucho amor. Pensando en la lactancia materna el gobierno podía apoyar esta
circunstancia, de tener el tiempo suficiente para una lactancia exclusiva con todas
las de la ley” (Entrevista a Leidy).
Algunas de las mujeres entrevistadas reciben subsidios dirigidos a las familias con
hijas e hijos menores de un año, pero no es claro el beneficio que este trae y la gran
mayoría no saben que existe, además, consideran que es muy poco con respecto a la
necesidad que ellas tienen:
“No sé si hay programas para atención de los niños ni de las mujeres, si
recibimos lo de familias en acción, que nos dan por nutrición $100.000 para cada
familia, pero cada dos meses y $30.000 para ayuda del restaurante escolar, para las
niñas más grandecitas, pero también es cada dos meses” (Entrevista a Blanca).
Algunas de las mujeres entrevistadas van más allá de una solicitud de carencia
material hacia el gobierno y solicitan acciones que permitan un cambio socio-cultural:
“Yo pienso que la mejor forma en que el gobierno nos puede ayudar a las
madres con hijos pequeños y que nos toca trabajar en el campo, es dictar charlas
para que los maridos entiendan su responsabilidad. Además, que nosotras podamos
Capítulo 119
hacer cursos de computadores en forma fácil, llevar a las veredas estas charlas, a
mí que me queda tan difícil bajar al pueblo, podrían buscar la forma de llevarnos
capacitación cerca de nuestras casas, ya que si yo tengo más educación puedo
conseguirme un trabajo donde me paguen y tener a mis ninas mejor” (Entrevista a
Blanca).
En la actualidad, las licencias de maternidad varían entre 14 a 18 semanas y se
posee derecho a ésta total o parcialmente según los ingresos de las trabajadoras. Las
mujeres entrevistadas manifestaron que en el periodo de lactancia, presentaron
dificultades debido a las largas distancias entre sus lugares de trabajo y los espacios
domésticos. Frente a los tiempos de licencia otorgados, las mujeres mencionan que en
ocasiones destinan este periodo de formas diversas: para cubrir las necesidades propias
y del o la menor tras el parto, cuidando de otros hijos e hijas menores, corriendo el tiempo
una semana antes del parto, o juntando este periodo con el tiempo de vacaciones. En
cuanto a la atribución monetaria, se reconoce por parte de la mayoría de las mujeres,
inconvenientes administrativos y en un caso especial, por el tipo de contrato, que en éste
caso era por medio de una cooperativa, la madre solo recibió lo atribuido a un salario
mínimo vigente, pese a que su salario era mayor.
Estas políticas son ineficientes ante las necesidades de madres trabajadoras en la
informalidad, quiénes no tienen acceso a licencia de maternidad, ni al periodo de la
lactancia materna. Como se describe en algunos de los casos, el tiempo de recuperación
tras el proceso del parto y el periodo dedicado a la lactancia, en la mejor situación, fue
gozado durante 15 días, en otros casos se manifiesta que luego de una semana ya se
encontraban trabajando nuevamente. Además, dos de las mujeres entrevistadas refieren
haber aceptado condiciones laborales desfavorables en cuanto a pago y funciones a
desempeñar, sin exigir los derechos otorgados por ley, debido a la necesidad de suplir sus
gastos.
4. Mujeres con hijas o hijos menores de un
año con trabajo remunerado
La necesidad de recibir remuneración por parte de la mujer proviene de siglos
anteriores. La ausencia de pareja o de redes familiares ha generado que cierto tipo de
mujeres realicen actividades para recibir pago como es el caso del servicio doméstico, la
agricultura, entre otros.
Con la revolución feminista y otros procesos de la sociedad moderna, las mujeres
tomaron un papel más activo en las actividades productivas a partir de su incursión en
procesos educativos de mayor nivel socio cultural. Esto comenzó a evidenciar el papel de
la mujer en el mercado y su rol dentro de la productividad.
Por lo tanto, la incursión de la mujer en los trabajos remunerados no es nuevo, pero
sí lo es el comprender lo que esto implica en su vida. En la actualidad, la sociedad
occidental ha demarcado un estereotipo de la mujer llamado “la mujer maravilla” como
aquella que es capaz de tener su familia con todas las demandas conservadoras, tener
trabajos remunerados que le generen estatus y participar activamente en la sociedad
mientras mantiene una apariencia fresca y bajo los estereotipos de la belleza.
Esta imagen irreal de la mujer golpea fuertemente a las mujeres entrevistadas
quienes crecieron y viven en un territorio conservador que está fuertemente mezclado con
procesos de modernización capitalista como lo es Boyacá, cuna independista de Colombia,
fuertes manejos económicos y tradición de la ruana y casas de adobe. Por lo cual, ellas
adquieren en su rol de mujer el requerimiento de ser madres y la necesidad de generar,
Capítulo 121
para ellas y sus familias, recursos monetarios sobre la importancia de tener acceso a
fuentes monetarias estables y continuas para responder por sus gastos y deudas y
fundamentalmente para brindarles a sus hijas e hijos calidad de vida.
Aquí es pertinente retomar el término de transición en el contexto de la modernidad
lo que expresa un resquebrajamiento de las relaciones tradicionales a partir de ideas y
prácticas innovadoras o formas de pensar y sentir consideradas modernas, las cuales,
según lo expresa Puyana (2003) cambian. Sin embargo, algunas madres expresan
tensiones entre representaciones sociales innovadoras y las prácticas tradicionales;
porque, ellas se resisten a adoptar las representaciones y prácticas más propias de la
época alrededor de la división sexual de roles. Uno de los cambios dados lo constituye la
vinculación de la mujer al mercado laboral o el reconocimiento de su papel como
proveedora.
“Soy psicóloga y trabajo en una funeraria, yo viajo a algunos municipios
alrededor de Duitama, atiendo pacientes y dicto algunas conferencias, y
capacitaciones frente al tema de duelo y de la parte organizacional, las funciones y
actividades que realizo se consideran por los jefes muy importantes, además yo me
siento haciendo algo de mi profesión, en muchas ocasiones transformando el mundo,
el problema es que dejo al niño muy solito, pero yo soy la que aporto todo mi salario
para mantener la casa” (Entrevista a Lorena).
El fenómeno no se da de la misma forma entre los sexos, pues mientras las mujeres
ocupan espacios antes exclusivos para los hombres en el ámbito de lo público y ha ido
adquiriendo un mejor nivel educativo, estos apenas comienzan a acercarse a los espacios
domésticos (Gutierrez de Pineda, 1998).
La situación que viven las mujeres entrevistadas en comparación a la de sus
parejas, muestra diferencias: para ellas, incursionar en el trabajo remunerado contiene un
fin atractivo, de gusto, superación y es una fuente de dinero. En cambio, ellos no ven
beneficios o atractivo en el trabajo reproductivo.
“El cuidado que da el papá, es cuando le queda algo de tiempo, además lo
hace rápido, porque él dice que no sabe cómo darle el alimento al bebé, al paladearlo,
122 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
él eso no... si el bebé no le recibe bien, se desespera y se estresa, no le ve la
importancia de dedicarle tiempo al bebé. Yo si lo puedo hacer a mí me gusta pues
porque uno ya de mamá ya sabe de pronto la necesidad que tiene el niño y como el
bebé sabe que es la mamá también hay esa confianza entre ambos” (Entrevista a
Magda).
La falta de empleo formal con una remuneración justa o por lo menos ajustada a
suplir las necesidades básicas de estas mujeres es parte de su condición de vulnerabilidad
y la de la familia.
“Si no conseguí un trabajo formal, cuando no estaba embarazada, estando
embarazada, menos, donde me iban a emplear estando embarazada, claro que la
misma familia donde estoy trabajando, la señora me daba turnos de descanso, por
lo que el embarazo era muy delicado, de alto riesgo, porque la niña estaba bajita y si
alzaba una olla me dolía y por caminar rápido me dolía. Entonces la señora decidió
no darme más trabajo, igual no teníamos un contrato, uno no podía exigir. Después
al nacer la niña como a los 20 días empecé nuevamente a trabajar con ella”
(Entrevista a Leidy).
El trabajo remunerado es conseguido fuera del hogar; es decir, para estas mujeres
no ha sido posible adquirir actividades remuneradas que puedan realizar desde sus casas
y por lo tanto tienen que desplazarse fuera de este y que se hacen para un tercero. Las
formas de trabajo han evolucionado desde entonces, pero prevalece una visión
paradigmática del trabajo concebido como actividad industrial, asalariada, mercantil y
extradoméstica. Por todo ello, nombrar otras actividades no industriales, no remuneradas,
domésticas, se convierte en una tarea problemática (García, Luque, y Ayuso, 2007).
“Para mi sigo insistiendo si el gobierno le subsidiara más cosas uno no
tendría la necesitas de empezar a trabajar, porque uno trabaja para que sus hijos
puedan tener muchas cosas, pues como no lo hay, pues tiene que empezar a
trabajar ya” (Entrevista a Paola).
El trabajo remunerado, según los relatos de las entrevistadas, se deja agrupar en
dos formas: uno formal y el otro informal. El formal es el que está regido por la normatividad
Capítulo 123
laboral del país y el informal es aquel que no está medido por la normatividad y muchas
veces es dado de forma verbal.
La ausencia de la licencia de maternidad, está enfocada en la posibilidad de tener
un trabajo formal y la imposibilidad de obtener los derechos otorgados por ley.
“A la lactancia materna, no, porque como no tenía derechos, porque durante
el embarazo no trabaje en una empresa donde se trabajaba con todo lo de ley, era
muy difícil, tener acceso a ese tiempo; nunca ha sido justo, ni adecuados, ni los
tiempos, ni los pagos, para las que trabajamos en los restaurantes donde la patrona
es la que da los permisos por voluntad propia” (Entrevista a Leidy).
La informalidad acarrea falta de derechos. Puesto que las mujeres con este tipo de
trabajos no tienen un tipo de contrato y en la mayoría de los casos, no cotizan como
independientes en el sistema de seguridad social en salud, cumpliendo lo de ley con la
debida responsabilidad de los contratantes, no tienen acceso a ningún tipo de beneficio de
la misma y quedan sujetas a la voluntad de los “patrones” o personas que las contratan de
palabra.
“Cuando nació él bebé no tuve licencia de maternidad, no, no había forma,
nadie me pago al tener el bebé, pero pude estar algunos días con el bebé para
cuidarlo. Estaba aquí en la casa en ese mes estuve yendo una vez a la semana al
trabajo. Ahora que voy a trabajar la señora me da el tiempo para darle el pecho al
niño, pues ellos no dicen nada, ellos son conscientes, ella me ayuda a alzar al bebé,
un momentico, ella no se molesta” (Entrevista a Magda).
4.1 Recursos y capacidad económica que responden a la
demanda del cuidado
Los recursos económicos y la capacidad para solventar gastos para la manutención
de las mujeres y sus hijos e hijas dependen del trabajo en el cual las mujeres participantes
124 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
se desempeñan, los aportes de los padres de sus hijos e hijas, independientemente de si
son sus compañeros, aportes de terceros como los padres, madres y/o hermanas/os de
las mujeres o de otras personas que les apoyen de este modo. Esto demuestra que la
responsabilidad económica es compartida y no se diferencia por razones de género.
Las respuestas de las participantes, evidencian la necesidad de una contribución
por parte de hombres y mujeres para cubrir los gastos en sus hogares, como lo señalan
algunas mujeres.
“Mi esposo y yo aportamos, él aporta lo que puede cuando tiene trabajo y
pues si no tiene trabajo me toca todo a mí. Si le sale un contrato pues es bueno, pero
cuando no, es muy complicado, nos toca muy apretado” (Entrevista a Marcy).
En el caso de que las madres solteras, cuentan con el apoyo de familiares o pareja
debe asumir toda la responsabilidad sobre los gastos, bienestar y el cuidado de su hija y
en ocasiones de otros familiares.
“Los gastos de la casa están repartidos así: el papá de los dos grandes les da
la suma de 200.000 pesos mensuales y lo que yo trabaje cubre los gastos de la bebé
y los que se generen en esta casa, porque con el papá de la bebé estamos en el
proceso de la cuota, todavía no le han asignado nada y en este momento no está
aportando nada de parte de él, ni de la familia de él recibo nada, es decir nada, todo
me toca a mí” (Entrevista a Leidy).
La situación económica empeora cuando los ingresos son menores y existen
menos personas que aporten recursos monetarios al hogar. Así mismo, el no cumplimiento
de las responsabilidades por parte de los padres, conlleva a la mujer a adquirir distintos
roles y una sobrecarga de actividades y responsabilidades.
“El aporte para los gastos del hogar, como se dice, es mi persona la que
consigue todo, y lo que gano apenas alcanza para sobrevivir el mes, al final del mes
estoy alcanzada porque a pesar de que trato de ajustar los gastos, siempre llego al
final del mes con muy poca plata, es preocupante… lo único que digo es que me
toca a mí sola, pues mis hermanos mandan de vez en cuando algo de plata para
Capítulo 125
ayudar para los gastos de mi mamá, pero, en realidad a mí me toca llevar el gasto
diario que es el más pesado” (Entrevista a Cecilia).
Si bien cada situación familiar es diferente, el conjunto de mujeres entrevistadas
manifiesta la necesidad de mantener a sus hijas e hijos en buenas condiciones y suplir
todas sus necesidades. Por ello, las cargas de trabajo son asumidas sin cuestionar la
importancia o necesidad de repartir la responsabilidad de manutención en sus hogares,
por el contrario, la prioridad es responder económicamente a sus familias. Un ejemplo de
ello, lo menciona Lorena.
“Lo más importante para mí es cuidar a mi hijo e ir a trabajar, porque del
sueldo es de donde se saca el recurso para que mi hogar esté estable, se gasta en
alimentación, en pago de deudas y en lo necesario para cuidar a mi hijo, porque es
mi único hijo y es el motor de nuestra familia con mi esposo. A mi esposo le ha sido
difícil conseguir empleo con un sueldo fijo, él trabaja haciendo consultas a domicilio,
lo que le salga y a veces sale una o dos en la semana, es muy difícil así,
prácticamente yo soy la que doy el dinero para todos los gastos de la casa”
(Entrevista a Lorena).
La capacidad de solventar los gastos en los hogares es mayor en donde se
comparte la responsabilidad económica con varios miembros de la familia, incluyendo a
abuelos/as, hermanos/as u otro/as. Dentro del rol compartido, el aporte de cada miembro
no es establecido explícitamente. Un caso particular, es el de Sonia, quien la hija
adolescente aplicó conocimientos adquiridos en el colegio en la mediación de acuerdos
equitativos entre los padres frente al aporte económico respecto a los ingresos
devengados.
“En cuanto al apoyo financiero, él me apoya. Entonces la niña grande se dio
cuenta que al papá le quedaba poco dinero y que a mí me tocaba dar todo mi salario,
y nos sugirió que hiciéramos una contabilidad, ella en su cuaderno anotó todo lo que
ganábamos y en que se gastaba, Entonces ella misma sumo lo del mercado y que
necesitamos, saco los gastos por los servicios, entonces ella nos dijo... cada uno va
a dar por mitad y se arregló el problema que es que a mí me tocaba y a usted también
le toca… ya no. Entonces así hacemos en la casa, damos la mitad cada uno y si se
126 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
acaba algún alimento que consumimos él va comprando y así sucesivamente”
(Entrevista a Sonia).
4.2 Elementos del trabajo remunerado: la regulación, los
horarios y el pago
Como actividad realizada fuera del hogar en la mayoría de los casos, el trabajo remunerado
hace parte de la rutina y enmarca condiciones que incrementan la vulnerabilidad de las
mujeres y sus hijas e hijos. Dentro de las condiciones laborales se encuentra la regulación,
el horario a cumplir y la remuneración o pago derivado de las jornadas.
4.2.1 Protección y regulación del trabajo remunerado de las mujeres
El desplazamiento al lugar de trabajo cambia las actividades propias del hogar para
adquirir y apropiarse del rol de trabajadoras. Si bien, esto les ha generado complicaciones
y muchas veces frustraciones; también les permite un espacio propio de esparcimiento, de
socialización donde se asumen otras responsabilidades.
“Para mí es la mejor forma de tener otro ambiente, allí en mi trabajo tengo
amigas y hablo de otras cosas, hasta me río con mis compañeros, es un tiempo de
esparcimiento; yo sé que me toca muy pesado, como les contaba, pero allí la paso
muy bien; además, necesito el trabajo porque mi salario sirve para completar lo que
mi esposo da para la casa. Es muy poco pero, si yo no trabajo cómo sería la situación,
ni me la imagino, hay que pagar el arriendo, los gastos de las otras personas que
viven en la casa, los gastos de mis suegros, además hay que pagar la comida, los
gastos de los niños grandes y todo lo que requiere esta niña pequeña, no nos alcanza
ni para un helado los domingos, hay que distribuirlo en lo prioritario” (Entrevista a
Martha).
Capítulo 127
Así mismo Carmelina relata:
“Es agradable, hay días que son muy pesados y otros que no son tanto; yo
valoro mi trabajo porque charlo con mis compañeros de trabajo, nos reímos y
echamos chisme, eso hace que me guste ir a mi trabajo, pero el cuerpo si se cansa
y como me toca seguir con el cuidado del bebé, todo eso hay que aguantar”
(Entrevista a Carmelina).
Las mujeres entrevistadas ubicadas en zona rural tienen una particularidad, las
actividades que realizan en el hogar están mezcladas con las del trabajo y ambos roles
son difíciles de separar. El trabajo se convierte en responsabilidades del hogar. Por
ejemplo, Blanca comentó al respecto:
“Las vacas hay que ordeñarlas dos veces a las 8:30 de la mañana y cuatro
de la tarde, hay que cocinarles a los obreros y servirles, además hay que ayudar en
la agricultura, pues mi oficio es desyerbar; además, hay que ayudar con lo que se ha
sembrado, yo les ayudo a volear bultos al hombro, y en los fines de semana con las
tres niñas nos toca acompañar a él (esposo) a vender lo cultivado a la plaza de
mercado” (Entrevista a Blanca).
Es así como el trabajo de cuidado doméstico es introducido en el medio doméstico
y queda sin reconocimiento y por un requerimiento de pago monetario mínimo; volviéndose
una responsabilidad más del hogar. En este caso, el trabajo remunerado dentro del entorno
doméstico se vuelve una carga más del trabajo del cuidado y no un hecho separado.
“Además de cuidar de la casa, yo veo los animales, desyerbo, cocino para los
obreros y cuido los suegros que ya están muy ancianos y por esto me da $ 50.000
pesos por el trabajo en el cultivo, que no me alcanza para nada, siento que yo por
este trabajo me merezco $ 200.000” (Entrevista a Blanca).
Horarios
Las mujeres tienen estructurado su día a día, la planeación es clave para lograr
llevar a cabo todas las actividades del día: el cuidado de sus hijas e hijos menores de un
128 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
año, sus otras hijas e hijos, la alimentación, el aseo del hogar, las actividades de trabajo
cumpliendo horario, entre otras:
“Mis actividades en un día normal, yo me levanto a las 5 am, desde el día
anterior se deja todo listo, a pesar que ellas (las hijas) ya son grandes son “mami
hazme una trenza, hazme tal cosa…hazme tal otra”, deben estar desayunando a
las 6 am. A veces se me despierta el bebé y es duro porque hay que atenderlo, pero
también debo alistar las niñas y arreglarme para salir a trabajar, yo debo estar en
mi trabajo a las 7:00 en punto, de verdad todo es un caos. Cuando está mi esposo
no es demasiado duro con los tres, pero con el bebé sí porque me toca a mí. Si él
tiene otro turno no alcanza a llegar a ayudarme. Luego dele pecho al bebé, como
todavía está dormido, eso es corra llévelo donde mi mamita y pues si él está
despierto de una vez lo dejó listo y lo llevo al jardín. Al medio día y como está en el
jardín paso y le doy pecho. Me voy a mi casa, almuerzo y paso al trabajo que debo
entrar a la una de la tarde, no tenemos sino una hora de descanso al medio día. Ya
en el trabajo salgo a las 6 pm y ya el bebé está con mis hijas o con mi mamita, a
esa hora a preparar la comida, así las acostumbre con las niñas es que a las 8:30
de la noche ellas están durmiendo o viendo televisión. Porque la rutina es muy
complicada, en la noche aprovecho para lavar la ropa del bebé y de todos los de la
casa” (Entrevista a Sonia).
Algunas de estas mujeres trabajan de lunes a viernes, otras los fines de semana:
“El fin de semana trabajo, salgo a trabajar al medio día hasta la noche, por
ahí hasta las 11:30 a 12 de la noche es muy agotador, es pesadísimo uno ni se
sienta, que atienda mesas, que lave losa, que pele papas y el dueño del restaurante
no lo puede ver a uno descansando, a la hora que salgo cojo un taxi y para la casa
y a esa hora que llego la bebé se agarra de la tética hasta que nos quedamos
dormidas” (Entrevista a Mónica).
Esto define para ellas quién puede apoyarles en el cuidado de su bebé, muchas
veces con angustia del escenario de cuidado de los hijos e hijas:
Capítulo 129
“Luego salgo a eso de las 6:30 para la guardería, la profesora me hace el
favor de recibir mi hijo faltando 20 minutos para las 7 de la mañana, los otros niños
entran a las 8:00 pues si no es así, por el favor que me hace ella, no podría cumplir
mi horario de trabajo pues yo entro a las 7:00 de la mañana, yo busque en todas
las guardería, más económicas con la condición de que me lo recibieran a las 6:30
pero no fue posible y me tocó pagar esta guardería particular, que me cobra
$100.000 pesos por tenerme el niño, a las 12:00 me toca ir a recogerlo para darle
seno, almorzar y regresarlo nuevamente a la guardería a las 1:30 y corra para que
no se me haga tarde porque entro a las 2:00 de la tarde nuevamente y ahí me lo
tienen hasta las 5:00 de la tarde” (Entrevista a Cecilia).
4.2.2 Percepción del pago
El trabajo tiene un fin claro para las mujeres, recibir un pago para la manutención
de ellas y su familia. Si bien, para algunas también está asociado con un fin personal, la
importancia de suplir sus necesidades y las de sus familias, les lleva a aceptar pagos
inferiores y perpetuar así las injusticias en la equidad para las mujeres y el
aprovechamiento por parte del empleador:
“El pago que recibo por la hora trabajada, no es justo, pero yo acepté esas
condiciones más o menos yo gano por hora trabajada $ 2.500, no me parece justo,
pero es lo que tengo, y que me puedo acomodar para poder cuidar a la bebé. Yo
trabajo casi desde que nació la bebecita, desde el mes, no tuve licencia de
maternidad, ni el tiempo para la lactancia materna” (Entrevista a Mónica).
La necesidad de trabajar está centrada en la capacidad del hogar para subsistir,
para brindarles a sus hijas y sus hijos seguridad, alimentación, vivienda y cuidado.
“Nosotros aportamos para los gastos de la familia, una parte mi esposo y otra
parte yo; más o menos se distribuyen los gastos en alimentación, vestuario, servicios,
todo lo que se gana se da para la casa nunca alcanza para un ahorrito personal, él
paga las cosas de cuotas y yo tengo que sacar para el diario, si no tengo me toca
130 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
pedirle, o pedir fiado en la tienda y con el siguiente sueldo se cancela, pero siempre
vamos en deuda” (Entrevista a Magda).
Las entrevistadas con trabajo y garantías de ley como la afiliación a seguridad
social, estabilidad laboral, funciones claras y ambientes agradables, manifestaron que el
pago es la remuneración justa por su actividad, están conformes con lo que reciben y
sienten seguridad en términos económicos.
“Me gusta lo que hago, en lo que estoy, en el momento mis funciones son
adecuadas, no he sentido que el sueldo haya sido negativo, pues uno siempre
espera ganar bien y más, pero me siento bien paga con respecto a las actividades
que hago. Hay otra compañera que se contrató para apoyar mis actividades”
(Entrevista a Liliana).
Las entrevistadas manifestaron la importancia de tener trabajo, aunque el pago no
represente, ni corresponda a las funciones que desarrollan, ante la necesidad de tener
dinero así sea poco el margen de ganancia que requieren para suplir sus gastos. Por lo
que expresan temor por quedarse sin empleo:
“Tengo un contrato laboral me pagan un salario más o menos, el salario es
muy bajito en relación a las funciones y actividades que realizo, pero tengo con que
comprar lo necesario para el niño principalmente, pudiesen considerarse por los
jefes y que el salario pueda ser mejor, lo bueno es que el contrato no me lo han
quitado” (Entrevista a Lorena).
4.3 Trabajo remunerado informal
Si bien es cierto que las mujeres han trabajado siempre, no lo es menos que
generalmente lo han hecho en sectores informales y menos estratificados con escasa
remuneración y de forma transitoria, con horarios muy acomodados para los “patrones” y
concentrándose en actividades poco permanentes, compatibles con el cuidado de las
Capítulo 131
niñas y los niños, consideradas como una extensión de su cotidianidad doméstica
(Benería, 1999). Así lo referencian Deicy y Mónica:
“La patrona, ella, casi nunca está ahí en la casa, me toca el oficio de la casa
y a veces me toca venir los domingos en las horas de la mañana, pues ella me llama
y me dice que venga a trabajar y que me paga y que hago yo pues ir a trabajar y
dejar sola mi familia, pero uno por el trabajo hace lo que sea” (Entrevista a Deicy).
“Soy mesera, entonces me toca pasar los pedidos a las mesas, toca lavar
vasos y platos, todo el tiempo de pie, desde que llego hasta que me devuelvo, no hay
periodos de descanso, yo trabajo normalmente en la semana 3 horas en el día y el
fin de semana como 8 a 10 horas seguidas es decir como 40 horas a la semana, me
pagan por hora trabajada $ 2.500. Es un trabajo informal, no me tiene asegurada,
son las condiciones de trabajo y yo las acepte, si… así son, no tengo riesgos
laborales, nada de eso… que si uno se llega accidentar… porque si le llega a pasar
a uno algo, caerse como el piso permanece mojado… no tengo nada de seguridad
social” (Entrevista a Mónica).
La informalidad está dada a su vez por la necesidad y la demanda de oficios que
no buscan ser formalizados ni extensos. En esta medida, más allá de lo justo o de la falta
de claridad, la informalidad demarca las carencias de bienestar por lo que las acciones
están dirigidas a buscar subsistir.
“Y si a mí me sale trabajito en el fin de semana yo lo acepto, porque
necesitamos el dinero para sacar estos ninos adelante… “Mi trabajo consiste en lavar
los baños, son tres baños, después barrer bien todo, mover todo, y las camas, los
armarios, las mesas, todo para poder trapear, limpiar polvo, cocinar, limpiar vidrios,
aseo general. Sólo me siento a descansar un poquito solamente en el momento del
almuerzo, yo trabajo unas 5 o seis horas diarias, yo recibo de pago por ese trabajo
$15.000 pesos al día” (Entrevista a Magda).
En el trabajo informal no se asegura su permanencia, tampoco tienen acceso a los
derechos como trabajadoras, puesto que este tipo de trabajos no manejan contrato; esta
dado bajo la voluntad libre del contratante. Las actividades, los tiempos y las
132 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
responsabilidades no están definidas de manera explícita sino a través del tercero que
paga y con quien pueden o no tener niveles de confianza.
“Cuando me toca chicotear papa (es partir la papa para los toros), además de
echarles la sal, eso me toca hacer, los patrones lo cogieron de costumbre, eso ya
hace parte de mis funciones, por eso a veces digo, la gente a veces abusa como de
la confianza de uno. Siempre he escuchado eso de las vacaciones, ahora, para
diciembre necesitaba unos días para compartir con mis niños y mi esposo y no me
los dieron, no tengo vacaciones, el pago que recibo no es justo, la gente abusa de
uno, no le pagan lo que es justo… y uno como lo necesita uno recibe lo que le dan”
(Entrevista a Deicy).
Por otro lado, algunas de las mujeres madres entrevistadas destacan que la
inconformidad y la injusticia acrecientan en la informalidad. En su mayoría trabajan para
un tercero, no tienen negocios propios, lo que hace que reciban un sueldo o pago por el
servicio prestado que en la mayoría de los casos son injustos. Esto es apreciado
claramente desde las dos problemáticas claves del siglo pasado: mala distribución y
reconocimiento erróneo o menosprecio. Además, se suma la falta de ingresos suficientes,
la situación de subempleo o desempleo y la explotación económica.
Las consecuencias van más allá de la economía y la cultura; distorsionan la esfera
política, pues quien es pobre o mal valorado socialmente, difícilmente puede realizar
plenamente sus derechos políticos y decidir conjuntamente el destino de su sociedad
(Benería, 2008).
“En este momento trabajo como unas 12 horas diaria, me pagan los
$250.000 al mes, pero no puntuales, se llega el día y pasan de 4, a 6, días y
empiezan a pagarme… es que las gentes a veces abusan, sin contrato laboral, solo
de palabra…en fin, es tan injusto” (Entrevista a Deicy).
Para algunas mujeres, el rol materno y el trabajo están combinados; especialmente
en los trabajos informales que requieren del cuidado de un tercero o de servicio doméstico.
Para Deicy, el cuidado de su bebé está mezclado con los oficios de su trabajo en una casa
de familia. La dificultad se inscribe en el responder a ambas situaciones, cuando Deicy
Capítulo 133
menciona la palabra “A parte” describe otro tipo de trabajo con otras funciones, en la misma
casa de donde trabaja y por el mismo reducido salario:
“Llego a mi trabajo aquí esta otra niña pequeña que debo cuidar, tiene 3
añitos, no se está quieta y pues con mi pequeño hijo son dos de mucho cuidado,
hago el oficio de una casa muy grande, me toca lavar, tender camas, barrer, trapear,
hacer aseo y más. “A parte” de eso tengo que salir a cocinarle a los obreros y sacar
el ganado” (Entrevista a Deicy).
4.4 Trabajo remunerado formal
El trabajo formal incluye las garantías establecidas por ley. Tener este tipo de
trabajo brinda a las mujeres entrevistadas mayor estabilidad y capacidad de subsistencia.
Se base en un contrato y condiciones laborales enmarcadas en la ley y que les presta
algunos de los beneficios dados para las mujeres madres de niñas y de niños menores de
un año. Las responsabilidades del trabajo están estipuladas según la actividad de la
empresa y es prioridad durante el tiempo de ejecución de las actividades remuneradas.
“Conseguí este trabajo que requiere mucha atención y tiempo, si uno se
descuida se altera el trabajo. La cabeza siempre está ocupada. Trabajo 8 horas
diarias 44 horas de lunes a viernes y los sábados. Tengo todo lo de ley, vacaciones
y prestaciones. El sueldo es pues… bueno, pues comparado a otras personas, claro
está, que con lo que me toca hacer no es suficiente y no me alcanza para mis
necesidades… tengo pensión, EPS, caja de compensación, tengo todo lo de ley”
(Entrevista a Marcy).
El trabajo es una condición de necesidad para estas mujeres, requieren trabajar ya
sea como aporte económico o como las personas que sostienen en su totalidad el hogar,
por lo cual, no encuentran más alternativas para establecer otro tipo de decisiones.
“Mi esposo y yo aportamos, él aporta lo que puede cuando tiene trabajo y
pues si no tiene trabajo me toca todo a mí. Si le sale un contrato pues es bueno, pero
134 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
cuando no, es muy complicado, nos toca muy apretado, la mayoría de veces me toca
a mí, pues tengo este trabajo que me ha durado, pero en cualquier momento puedo
quedar sin trabajo ya que no tengo un contrato por orden por prestación de servicios”
(Entrevista a Lorena).
De las mujeres entrevistadas que cuentan con un trabajo formal, la mayoría tiene
un contrato por Orden de Prestación de Servicio - OPS; es decir, a tiempo definido y sin
prestaciones. Acceder a un trabajo formal entonces, no se convierte en garantía de
condiciones laborales favorables para todos los casos.
“Yo trabajo en un proyecto de prevención y de promoción de la salud, mi
trabajo consiste en hacer rutas por las veredas. Yo trabajo de las 8 am a las 12 y de
las 2 pm a las 5 pm. Son como 40 horas semanales. Recibo pago por este. Es un
trabajo por prestación de servicios. Y estoy contenta por el pago porque creo que es
justo por lo que hago. Respecto a mi seguridad social, yo soy la que pago mi
seguridad social como requisito para que me paguen el salario; pero no tengo ni
vacaciones y el día que se acabe el contrato no hay ni un pequeño ahorro eso que
llaman las cesantías. (Entrevista a María)”.
Pese a ello, el pago está sujeto a los gastos que tienen las mujeres y la oportunidad
que pueden tener al recibir dicho pago.
“Recibo un pago del salario mínimo y el contrato laboral es por un año, me
pagan todas las prestaciones, el pago que recibo no es justo, no sé que como
explicar, porque lo que uno recibe como me toca pagar muchas cosas no me alcanza,
para el fin de mes tengo que pagar una cuota al banco, hacer un mercado, pagar la
guardería, no me queda nada, así como recibo, así gasto” (Entrevista a Cecilia).
Capítulo 135
5. Mujeres que crían y trabajan: madres de
hijas e hijos menores de un año que se
debaten entre el trabajo de cuidado
doméstico y el trabajo remunerado
simultáneo
La relación entre el trabajo del cuidado doméstico y el trabajo remunerado para las
mujeres entrevistadas muestran una interdependencia compleja. Las decisiones que han
tomado estas mujeres y las demandas socioeconómicas, fuerzan a cumplir cabalmente
ambas condiciones. El ser mujeres madres de niñas o niños tan pequeños que requieren
tanta atención las ha obligado a tener un trabajo remunerado lo más fijo posible, en muchos
casos, sin importar si este cumple las condiciones estipuladas del derecho laboral.
Para ellas en este momento de su vida no hay opción: tienen una niña o niño que
requieren un cuidado extremo para subsistir y que depende de ellas este cuidado. Además,
tienen un trabajo remunerado que en la mayoría de los casos está asociado a darle
manutención a esta niña o niño menor de un año; pero en algunos casos, está dirigido a
una realización personal.
5.1 Las dinámicas experimentadas por las mujeres en el
contexto territorial frente al trabajo del cuidado doméstico y
el trabajo remunerado
Las condiciones de las mujeres entrevistadas ubicadas en la ciudad demarcan
problemáticas particulares en su cotidianidad como falta de apoyo económico para lograr
la subsistencia. Frente a la influencia del entorno particular sobre el cuidado de niños y
niñas menores de un año, Cecilia señala:
136 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
“Pues yo vivo muy lejos del trabajo y llego tan agotada que no me dan ni
ganas de ponerme a lavar y entonces con mucho esfuerzo le compro los pañales
desechables, ahorro la plata yéndome a pie hasta el trabajo, claro que con el niño
alzado… que ya pesa, llego a la guardería… que ya lo suelto, luego a correr para
llegar a tiempo a mi trabajo” (Entrevista a Cecilia).
Las condiciones de las mujeres residentes en la zonas periurbana y rural dificultan
el desplazamiento, requieren mayor tiempo para trasladarse entre la vivienda y el lugar de
trabajo, las distancias hacia las casas donde está las personas que las apoyan son largas
y la inseguridad en los alrededores del lugar donde cuidan a los niños y niñas. Así, Leidy
expresa su angustia:
“Mi mamá me cuida al bebé, ella vive en Torres de la Esperanza, esta
retiradita de donde yo vivo, todos los días me toca llevarle a la bebé hasta allá,
cuando salgo de trabajar voy y la recojo, a veces muy tarde de la noche, me da como
un poco de miedo, pues yo vivo en esta loma que acá en Duitama es muy peligrosa,
pero que más hago” (Entrevista a Leidy).
La distancia física entre su lugar de trabajo y el lugar que permanece su bebé
determina la posibilidad de su cuidado. La responsabilidad es centrada en un tercero y
dificulta las acciones de la madre como es amamantar a su hijo en horarios óptimos.
“En cuanto a los permisos para la lactancia y los cuidados del nino… yo digo
que ahora que estoy trabajando es tan difícil, cuando puedo voy hasta el jardín y le
doy de lactar, pero cuando no, ni modos, pues me queda siempre lejos y si me voy
a pie no alcanzo ni a darle el pecho y además no me alcanza la plata para pagar el
transporte en la buseta” (Entrevista a Carmelina).
La concepción del trabajo remunerado es diferenciada de las actividades realizadas
en el hogar y los cuidados de las hijas y los hijos. Si bien, para la mujer entrevistada su
hijo es más importante que otras responsabilidades, el tiempo que poseen para el trabajo
remunerado no les da el tiempo suficiente para cumplir con todas las tareas del hogar, lo
que les causa preocupación. Cecilia expresó su angustia:
Capítulo 137
“Todo el tiempo mientras estoy en el trabajo estoy muy preocupada y
regándole a Dios que no les pase nada a mi mamá y al bebé…Yo creo que no le
estoy dando todo lo que el niño necesita para su cuidado, porque a veces no alcanza
el tiempo y me toca trabajar para ganar el sueldo que es con lo que nos mantenemos,
yo quisiera darle muchas cosas más” (Entrevista a Cecilia).
5.2 Instituciones que apoyan el cuidado de las niñas y niños
menores de un año
Las alternativas que tiene la madre son reducidas lo que les genera un mayor grado
de vulnerabilidad al no contar con instituciones que puedan cuidar a sus hijos. Una de
alternativa son los centros de cuidado de la primera infancia o jardines infantiles, ya sean
de carácter privado o proporcionados por el ICBF. Si bien, para algunas es una opción
favorable, en otras, causa una preocupación profunda. En la percepción de Paola:
“Realmente la situación de vulnerabilidad que tienen los jardines de bienestar
familiar es lamentable, una profesora para muchos niños y cada uno de ellos con
muchas necesidades, y uno hace lo que sea por tener a los niños en lo mejor,
realmente en buenas condiciones… no hay nada que mi entorno me ofrezca”
(Entrevista a Paola).
Ante la ausencia de otras posibilidades, contar con espacios institucionales para el
cuidado de sus hijos mientras que ellas trabajar se convierte en un alivio.
“El municipio tiene el programa de bienestar familiar en el sector, ahí dejo a
mí niña y yo sé que ahí está muy bien, que come sus onces, que almuerza, que
juega, que se distrae, ahí es la consentida” (Entrevista a: Deicy).
El cansancio cotidiano de algunas de las mujeres participantes es influenciado por
los continuos y amplios desplazamientos, la inseguridad de la ciudad y las distancias entre
138 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
su lugar de trabajo y las instituciones de cuidado infantil, puesto que en sus lugares de
trabajo no cuentan con espacios para llevar a sus hijos e hijas.
“Yo continuo con los oficios que hay que hacer en mi trabajo, hasta las cinco
de la tarde, voy recojo al niño y lo primero que me toca hacer es darle el seno, porque
están que se me explotan los senos, la profesora me da permiso de darle ahí en la
guardería, y corra con el niño para la casita para que no nos coja la noche, pues
donde está la casita es muy oscura y se pone peligroso” (Entrevista a Cecilia).
A pesar de su estado de vulnerabilidad, algunas mujeres han encontrado en
programas de atención en modalidad familiar y comunitaria del ICBF, la posibilidad de tener
el cuidado de sus hijas e hijos menores de un año. Los jardines u hogares comunitarios de
bienestar, les permiten en algún grado tranquilidad y tiempo para trabajar fuera de los
espacios domésticos. En algunos casos, las madres buscan una institución privada o
reciben apoyo de un tercero debido a los horarios de trabajo.
“El municipio tiene el programa de bienestar familiar que ahí dejo a mí niña,
con este chiquitín no, de seis meses para arriba me lo reciben, entonces me toca
seguir con él cargado a la espalda en mi trabajo. Lo de Familias en acción no apoya
todas las veces pues a mí no me toco ese apoyo. A mí me salió ese programa con el
embarazo de la primera niña, después que ya no había cupo, que no sé qué paso y
me sacaron y no recibo nada de eso, de ningún programa, ni siquiera en talleres”.
(Entrevista a Deicy).
5.3 Interacción del trabajo remunerado y trabajo de cuidados
con el Estado y el mercado.
En relación con marco normativo vinculado al trabajo remunerado, las mujeres
trabajadoras entrevistadas refieren percibir vacíos con respecto a las necesidades
diferenciadas entre hombres y mujeres. Aquí es posible afirmar que los pactos de poder
en las instituciones sociales y políticas impiden el reconocimiento del papel de las mujeres
trabajadoras en la vida social, solo al insertarse en las instituciones de empleo, se
producen relaciones de poder y representaciones sociales que las legitiman.
Capítulo 139
Esto conlleva a la pregunta sobre ¿Qué ocurre en el Bienestar Social de las madres
trabajadoras con el cuidado de hijas e hijos menores de un año? Al respecto, Martínez
(2007) propone un análisis, partiendo de la identificación de las condiciones del trabajo y
su entorno, en el marco de los Estados de Bienestar, siendo “la capacidad, su grado y
maneras”, que posee la persona, la familia, el Estado y la comunidad para el manejo de
riesgos y la unidad de medida de análisis.
La interacción entre el Estado, el mercado y la familia permiten conocer el Bienestar
Social de las mujeres participantes de este estudio. La Tabla 12 a continuación, muestra
la situación frente al uso de la licencia de maternidad y la contratación del cuidado.
Tabla 12. Interacción del cuidado con el Estado y el mercado
Grupo de mujeres
Uso de la licencias de maternidad Contratación del cuidado
Blanca "Tengo Sisben - No tengo eso que llaman seguridad social - Cuando nació la niña estuve 15 días acostada, pero pasando los 15 días y nuevamente a trabajar"
"A mí me toca sola - cuando la siembra, a mí me toca desyerbar que es lo más pesado y como tengo la niña pequeña, yo la cuido todo el tiempo, a mí me toca cargármela a la espalda"
Carmelina "A mí me dieron la licencia de maternidad y en cuanto a los permisos para la lactancia pues me queda difícil pues estoy trabajando, cuando uno puede se va hasta el jardín y le doy de lactar, pero cuando no ni modos, pues me queda siempre lejos y si me voy a pie no alcanzo ni a darle el pecho y volver al trabajo, además no me alcanza la plata para pagar el transporte en buseta"
“Tengo el nino en el jardín, que me toca pagarlo de mi sueldo, cuando no hay jardín les he pedido el favor a mis hermanas de ayudarme con el niño pero se hacen los difíciles"
Cecilia "Estaba trabajando cuando nació el bebé, sin embargo no había alcanzado a pagar lo requerido para la licencia de maternidad, me falto un mes y no me la pagaron entonces me toco esos días que fueron como 15 días, estarme en la casa con unos ahorros"
"Busque en todas las guardería, la más económicas con la condición de que me lo recibieran a las 6:30 de la mañana pero no fue posible y me toco pagar esta guardería particular, que me cobra $100.000 pesos por tenerme el niño en el horario en que estoy trabajando"
Deicy "Mi contrato es de palabra con la patrona, es decir … no tuve licencia de maternidad, menos me la pagaron para la lactancia materna la patrona me permite cuidarlo a raticos en su casa que es donde yo trabajo"
"A mí me tocaba con el niño todo el tiempo durante mi trabajo en la casa de la patrona, pues en el sector donde vivo no hay guarderías"
140 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
Leydi "Nunca he tenido licencia de maternidad
porque es muy difícil, pues si no conseguí un trabajo formal cuando no estaba embarazada estando embarazada menos, en cuanto a la lactancia materna, no tengo ese tiempo como remunerado, como no es una empresa que tenga lo de ley, siempre ha sido muy difícil, nunca ha sido justo, ni adecuado ni los tiempos, ni los pagos"
A pesar que mi mamita es un poco malgeniada al pedirle el favor a veces me las cuida, cuando mi mamá no puede me toca dejar a las tres niñas solitas, pero por aquí, digamos los mismos vecinos, me ayudan a ponerles cuidado, pero me da miedo que les pase algo"
Liliana "Lo de seguridad social me lo han dado, pero los pagos de la licencia no han sido adecuados, el pago es malo y la oportunidad pésima, es la hora que no me han pagado la licencia completa, me pagaron un mes, al mes y medio de haber nacido la niña y no me han pagado el resto; en el pago de la licencia me llego solo la mitad de lo que gano… no sé por qué y nadie responde nada. El tiempo para la lactancia, aquí en la oficina me permiten traer a la bebé en horas laborales sin problema, y me dan el tiempo, pero no es remunerada"
A pesar que yo tengo una señora quién me colabora, ella llega a las 7 a.m y se va cuando ya llego a las 6 p.m, pero a pesar de eso es mucho lo que hay que hacer, yo soy la que la pago de mi salario,
Lorena Cuando nació mi bebé trabajaba y tuve derecho a la licencia de maternidad, por todo el tiempo, como el embarazo era de alto riesgo en los momentos necesarios también tuve incapacidad. La lactancia materna remunerada me la dieron yo tenía una hora diaria yo salía un poco más temprano para llegar a compartir con el niño, para el periodo de lactancia no lo pude disfrutar mucho, era muy triste, porque tenía que trabajar mucho y era muy pesado, tenía que viajar y no alcanzaba se perdía la hora del beneficio"
Las persona que cuida a mi bebé es mi suegra o mi esposo dependiendo, son muy queridos y me ayudan con el cuidado del niño, mientras yo estoy trabajando, porque apenas llego, todo me toca a mí"
Luz "Tuve derecho a la licencia de maternidad remunerada en los 3 primeros meses. Para la lactancia me daban 1 hora daría, trabajaba hasta las 12 para tomar 2 horas de almuerzo y así tener más tiempo. Eso fue por 3 meses más"
" Todos los días llevo a la chiquitina a donde la señora que me la cuida, yo entro a las 8 AM a trabajar me toca desplazarme y hacer recorridos, la Sra me la cuida hasta las 5 pm en punto, entonces corra para llegar en punto, yo le pago de mi salario"
Capítulo 141
Magda "Cuando nació él bebé no tuve licencia de maternidad, no... había forma, nadie me pago al tener el bebé, pero pude estar algunos días con el bebé para cuidarlo, pues estaba aquí en la casa, en ese mes estuve yendo una vez a la semana al trabajo, ahora que voy a trabajar la señora me da el tiempo para darle el pecho al niño, pues ellos no dicen nada, ellos son conscientes"
Mi trabajo es de palabra sin contrato, pero ella cuando me ve alcanzada, ella me ayuda a alzar al bebé, ella no se molesta, me da plata y yo le devuelvo con trabajo"
Marcy La licencia de maternidad, fue casi de 4 meses, porque tomé la licencia y la empate con las vacaciones, me pagaron todo cumplido, recibí el mismo salario mensualmente; el parto fue natural muy buena la atención. También tuve lactancia materna de una hora hasta que cumplí los 6 meses, eran muy cumplidos, no hubo problema.
La abuelita de mi esposo es quien viene a cuidar a la bebé, aunque está muy viejita, pero que hago, ella nos la cuida con la idea que nosotros la cuidemos a ella. Mis suegros se la llevan para la casa y la tienen a raticos ya que viven cerca.
Martha “Frente a la dieta…pues que dieta, pues a cuidar los tres niños, la casa y a seguir trabajando, no tengo un trabajo fijo, el trabajo es por contrato “prestación de servicio”; la licencia de maternidad me la pagaron muy mal, casi que no me la pagan pues decían que no había cotizado lo suficiente, me toco pelear para que me llegara la plata, menos del mínimo me salió y como a los cuatro meses del parto, en ese tiempo nos tocó, deber lo del arriendo y en la tienda que nos fiaban lo del mercado”
“Compartimos la vivienda con una hermana de mi esposo que también tiene una niña de 6 meses ella es madre soltera, ambas estamos en la época de la lactancia, entre las dos nos colaboramos en el cuidado de los niños, ella me ayuda a cocinar uno que otro día, fue una de las razones por las que estamos cerca de ellos, así podemos tener el apoyo con el cuidado de la niña pequeña, pero le cuanto que es una situación dura pues somos 8 personas las que vivimos en una casa muy pequena”
Mónica "El pago que recibo por la hora trabajada es más o menos $2.500 pesos, no es justo, pero yo acepte esas condiciones y eso es lo que tengo, además me puedo acomodar para poder cuidar a la bebé. Yo he trabajo desde el mes que nació la bebecita, no tuve licencia de maternidad, ni el tiempo para la lactancia materna.
“Para el cuidado de la bebé la ventaja es que tengo a mi mamá, cuando me llevo la niña chilla por la nieta y forma pataleta; yo digo, cómo sería si no estuviera mi mamá, es la que me colabora con el cuidado de la niña, y yo aporto para los gastos de la casa”
Paola En cuanto a la seguridad social, muy mal pues no recibe uno nada, yo cotice sobre el mínimo, me cubrió tres meses y el pago fue cumplido, y al mes ya estaba trabajando; Para el periodo de la lactancia mis papás me lo llevaban a una ciudad a una hora de viaje para poderlo lactar, desde el mes de nacido, no hubo ningún apoyo, ni de tiempo, ni económico”
La señora que me ayuda, llega todas las mañanas, me ayuda a cuidar al niño y hacer los alimentos y a servirlos, ella es quien cuida al bebé mientras salgo a trabajar; Yo le doy su sueldo de lo que gano para que me apoye con esto”
142 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
Fuente: Elaborada propia.
Las respuestas acerca del estado de bienestar de las mujeres con hijos menores
de un año y que trabajan estudiadas, conllevan a afirmar:
Los mercados laborales son insuficientes.
Las políticas públicas son débiles y en la gran mayoría de los casos de difícil
implementación.
En el entorno doméstico y en la comunidad la mujer madre desempeña el papel
protagónico en el cuidado de los menores.
Hay indiferencia marcada de la posición del estado alrededor de las familias en
cuanto al trabajo no remunerado.
Hay diferencia contrastada del trabajo remunerado en su forma de contratación.
Con todo lo anterior es posible decir que el estado de bienestar no tiene grados de
superación para enfrentar las situaciones presentadas. Los grados de capacidad que
tienen las madres para enfrentar esta situación consiste principalmente en llevar a sus
hijas e hijos a los jardines, buscando facilitar el tiempo de estadía en su lugar de trabajo.
La ausencia del Estado y cumplimiento a la legislación las mujeres son quienes
establecen estrategias para el cuidado de los menores de un año y lograr desarrollar una
Sonia La licencia de maternidad, fue lo normal, es decir: fueron 3 meses y la pagaron puntualmente. Me adelantaron una semana antes del nacimiento del bebé; De lactancia materna fue 1 hora diarias y lo pude hacer.
Al bebé lo tengo en un jardín de bienestar familiar, que queda por el camino hacia el trabajo, eso me facilita las cosas, sin embargo, solo lo reciben desde las 8:00 de la mañana y lo entregan a las 4:00 de la tarde y a esas horas estoy trabajando, me toca dejarlo pedirle el favor a mi mamá para que lo lleven y lo vuelvan a recoger, ella lo hace pero me toca darle para sus gastos; al medio día me toca ir al jardín a darle pecho pues no se permite sacarlo del jardín.
María “La licencia de maternidad la tuve cuando nació mi bebé, recibí el salario durante los 3 meses de la licencia. Frente a la lactancia materna fue de una media hora en la mañana y otra media hora por la tarde. Yo iba hasta la casa y le daba pecho, mi secreto para lograrlo es ser muy ordenado y disciplinado”
“Para el cuidado del bebé lo dejo con una señora que lo cuida todo el día, para lograr trabajar, yo le pago de mi salario, pues mi esposo dice que no trabaje y que cuide los ninos”
Capítulo 143
actividad de trabajo remunerado. Estrategias encaminadas a disminuir estas cargas y
alianzas familiares que con frecuencia no son reconocidas por quiénes formulan las
políticas públicas y los programas sociales. Esta situación la refleja Martha:
“Si no fuera porque comparto el cuidado de los niños con mi cuñada no
lograría trabajar, yo pienso que el gobierno nos debería ayudar a las mujeres en el
periodo del embarazo y la lactancia con disponernos más tiempo para el cuidado de
nuestros hijos, pero además ayudarnos con plata o podría darnos la posibilidad para
que nos podamos superar y mejorar nuestras condiciones laborales” (Entrevista a
Martha).
El apoyo gubernamental para cubrir necesidades de la población sobre el cuidado
de las nuevas generaciones, es parcial. Algunas de las mujeres no acceden a la licencia
de maternidad por no tener un trabajo formal y otras tienen que recibir pagos pequeños
por ser contratistas, llevándolas a la necesidad de trabajar sin esperar un apoyo económico
para la manutención de ella y del recién nacido. En otro caso, la atención de la primera
infancia está limitada a la posibilidad de madres comunitarias o de instituciones que no
tienen flexibilidad de horario para el cuidado de las niñas y de los niños menores de un
año, lo que genera inconvenientes ante los horarios de trabajo de las mujeres, acarreando
gastos adicionales, puesto que deben pagar una institución privada que les pueda cuidar
a sus bebés o en los casos en que es posible, llevárselos a su trabajo.
Sobre la Ley María o licencia de paternidad se observó en algunos casos que el
tiempo otorgado fue usado para otras actividades diferentes a la paternidad. En aquellos
casos donde los padres se involucraron en el cuidado durante la licencia, no se observaron
cambios sustanciales posteriores a la licencia, en la división sexual del trabajo.
Las mujeres que tienen un trabajo en el sistema formal, tuvieron acceso a la licencia
de maternidad y el tiempo para la lactancia materna (Una hora diaria, hasta cumplir los 6
meses el bebé), así lo referencia Sonia
“Con la licencia de maternidad me dieron el tiempo normal y me pagaron
puntualmente. Me adelantaron una semana antes de incapacidad e hicimos la vuelta,
144 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
los companeros me visitaron, me llamaban que como estaba… todo eso fue muy
gratificante para uno. De lactancia también me dieron el tiempo” (Entrevista a Sonia).
La opinión de la mayoría de estas mujeres es que este tipo de licencia debería ser
más larga, permitirles más tiempo con sus bebés, hasta que estos adquieran un poco de
independencia; por ejemplo, “en lo que ya pueden comer”.
“Me gustaría que el gobierno nos ayudara a las mujeres para lograr una
licencia de maternidad por lo menos de un año y poder dejar mi niño más
independiente y poder salir a trabajar con mejores condiciones laborales, como lo
hacen en otros países” (Entrevista a Paola).
Las dificultades de la licencia de maternidad son mayores para aquellas mujeres
que trabajan mediante un contrato por prestación de servicios y en algunos casos hay
demoras en el pago o negaciones por parte de la EPS.
“En cuanto a la seguridad social, muy mal pues no recibe uno nada, uno
cotiza su salud y ya. Me cubrió tres meses y el pago fue cumplido, pero no me
alcanzo para nada, me pagaron un mínimo. Pienso que debería ser mucho más
tiempo, debería ser hasta el año que la madre este con su hijo, y así también tener
tiempo para uno… que hubiese más incentivos y motivación sobre todo para la
lactancia materna, más sitios de recreación de estimulación temprana, en Duitama
no hay un sitio con esos requerimientos” (Entrevista a Paola).
La mayoría de las mujeres entrevistadas empezaron a trabajar luego de unos
meses de haber iniciado el embarazo, esa situación imposibilita el acceso a la licencia de
maternidad (18 semanas) y el apoyo económico, recursos que por ley son estipulados para
garantizar condiciones necesarias para las mujeres, en el momento del parto, la
maternidad y de la lactancia (Ministerio de Trabajo, 2011).
Las mujeres entrevistadas con trabajo de prestación de servicios, sintieron cómo
todo el tiempo quisieron vulnerar su derecho a la licencia de maternidad.
Capítulo 145
“Tengo la seguridad social, tengo la nueva EPS, en col - pensiones; yo estaba
trabajando cuando nació el bebé, sin embargo, no había alcanzado a pagar lo
requerido para la licencia de maternidad y me toco solo 15 días estarme en la casa
con el bebé, con unos ahorros que tenia de un trabajo anterior sostenerme esos días,
bueno, pero me atendieron por el Sisben y fue muy bien, ahora sí estoy trabajando
con todo lo de ley, pero en ese momento no, las señoras amigas me ayudaron con
algunos gastos. Para la lactancia materna, me toca hasta cuando salgo del trabajo
es que le puedo dar al pecho” (Entrevista a Cecilia).
Esto muestra la no universalidad de los derechos en Colombia y la requerida
formulación de políticas del cuidado. Las entrevistadas con trabajos informales ven la
licencia de maternidad como un imposible, estos mecanismos de ley solo están para las
que tienen un trabajo formal.
“No tuve licencia de maternidad, además me toco ir a trabajar al poco tiempo
de haber nacido el niño, porque si me demoraba 8 días más, me quitaban el trabajo,
no tuve licencia de maternidad, menos me la pagaron, los patrones se hicieron los
desentendidos, en cuanto al derecho al periodo de la lactancia materna, nooo… a mí
me tocaba sentarme un ratico, y lactarlo así de a poquitos” (Entrevista a Deicy).
Aunque la ley establece la atención, no existen derechos para sus bebés ni para
ellas, solo la capacidad de sobrevivir está en el día a día ajeno de la necesidad del trabajo
de cuidado.
“Yo siento que eso que dicen las mamás del cuidado de la dieta…, pues que
dieta… a cuidar los tres ninos, la casa y a seguir trabajando, pues yo no tengo un
trabajo por contrato o por prestación de servicio. Para mí no queda ni tiempo, ni plata
para darme los gusticos, siempre lo que tengo es para mi familia y mi casa”
(Entrevista a Martha).
La cotidianidad y las necesidades de las mujeres con sus hijas e hijos aún no se
han resuelto a pesar de los avances en términos legislativos.
146 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
“El gobierno debe tener una política para las mamás trabajadora con bebés:
que le paguen un salario justo, porque uno hace muchas cosas… que a uno le
exigieran menos horas de trabajo, que estuvieran pendiente de esas personas que
buscan empleadas…como uno, me hubiera gustado una licencia de maternidad con
todas las de la ley y que le prestaran servicios a uno… así de los de ley como el
mínimo… además para la lactancia me toca en los momenticos, y ahí dele el pecho…
cada ratico dele al bebé, menos mal que yo me traigo el bebé al trabajo, pero las que
no…” (Entrevista a Deicy).
En esa medida, la falta de leyes que garanticen los derechos de las madres con
sus hijos e hijas, sea por desconocimiento o por imposibilidad, incrementa la vulneración
y la necesidad de buscar alternativas para la manutención, irrumpiendo con los tiempos
necesario para el cuidado de las mujeres tras el parto. Las mujeres entrevistadas entienden
sus necesidades y conocen cómo podrían ser apoyadas desde el Estado para subsanar
las dinámicas del día a día.
“El gobierno debería sacar un programa donde se dé apoyo para compartir
más tiempo con los niños, para dedicarle más tiempo, pues ese primer año es
también donde se da el proceso de adaptación de una persona como madre
primeriza a los diferentes momentos, a las actividades, entonces hay que pensar
más en las madres trabajadoras que hayan oportunidades para compartir con el
bebé, igual que asegurar el trabajo de la madre, hay empresas que dejan que pase
el tiempo de la licencia de maternidad y lactancia para tomar la decisión de despido,
en esas condiciones no se puede asegurar la economía familiar” (Entrevista a
Lorena).
5.3.1 Presiones simultáneas asumiendo el rol de madre con el trabajo de cuidado doméstico y el trabajo remunerado
Las actividades incluidas en el trabajo de cuidado doméstico requieren una
clasificación que permita diferenciar, por ejemplo, los trabajos no remunerados realizados
en el hogar de los remunerados desempeñados en las instituciones estatales. Lo descrito
por la mayoría de las entrevistadas corresponde a lo planteado por Elizabeth Jelin (1988),
quién expone las demandas de las mujeres en el cuidado e implica carga doméstica.
Capítulo 147
“Las mujeres se enfrentan a resolver de manera estresante la incompatibilidad
de horarios y las exigencias de su trabajo laboral remunerado con el trabajo del
cuidado doméstico de sus hijas e hijos pequeños, lo expresan como presiones
cruzadas entre las demandas del rol de madre y ama de casa con el trabajo
remunerado constituyendo un determinante de la estrategia de participación de las
mujeres en la doble jornada” (Jelin, 1988, p. 30).
Al respecto, es posible afirmar que las mujeres entrevistadas tienen triples
jornadas, pues el cuidado de un o una menor de un año requiere de todo el tiempo y la
atención en el cuidado integral: tanto a nivel físico, emocional y social. Esto con actividades
complementarias que buscan bienestar en el crecimiento y desarrollo de una persona que
está pasando por el ciclo de vida donde los cuidados son interpretados y realizados por la
cuidadora; él o ella no los podría hacer sola o solo (Fundación Santa Fe de Bogotá, 2014).
“Hay que decirle al gobierno y a las políticas públicas de país que existen
mamás que trabajan, que tiene hijitos menores de un año que requieren que uno
les haga todo, no lo puedo dejar de observar, ni dejarlo un momento solo y que
además cuidan de su casa, porque parece que lo desconocen, que es una situación
muy complicada. Que esas tres labores juntas, son muy mal pagas, que uno se
arriesga mucho y que tenemos el derecho de tener un proyecto de vida” (Entrevista
a Mónica).
Las mujeres madres y trabajadoras llevan a cabo sus roles y manifiestan el deseo
de lograr hacerlo todo y buscar que el tiempo les alcance. Al respecto Martha comentó:
“En el trabajo tengo que llegar hacer muchas actividades soy la que llaman
“todera”, desde arreglar las oficinas, hacer los tintos… llevar acá y allá las cosas y
hacerles caso a todos mis compañeros… y mi responsabilidad en la familia, pues yo
siento que la niña me demanda mucho tiempo, ella está en esa edad que no se está
quieta, además quiere que este con ella, llora sino le pongo atención. Trato de dividir
los tiempos, pero por más que me lo propongo no lo logro, no me rinde, estoy
cansada siempre, cuando estoy en la casa y la niña está durmiendo adelanto el oficio,
148 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
y luego cuando ella se despierta si me queda algo de tiempo pienso que jugar con
ella es importante y trato de hacerlo, pero no es tan fácil” (Entrevista a Martha).
5.3.2 La maternidad, el trabajo remunerado y el proyecto de vida
La conciliación entre el trabajo del cuidado doméstico y el trabajo remunerado es
mínima y llena de obstáculos en la mayoría de los casos estudiados. En el sector formal
constituye un arreglo de las madres para proteger a sus hijos e hijas lo que acarrea tiempos
y espacios combinados donde las tareas de la maternidad son complementadas con
estrategias productivas. En el sector informal conlleva graves problemas de tiempo que
atentan contra la salud de las mujeres, que en la mayoría de los casos ni tiempo para
controlar su parte física, emocional y afectiva. En ambos contextos, su atención, sus
tiempos del trabajo remunerado y familiares les ocupan la vida diaria e impiden el que ellas
construyan el tiempo para su proyecto de vida y la reposición de las energías a través del
sueño,
“Tuve que dejar de seguir estudiando, la falta de plata, llego la niña y los
pañales y mi familia no tenía ya los recursos, me toco empezar a trabajar, ahí todo
se estanca y ahora con el bebé, pues así a pesar del esfuerzo y las ganas es la única
forma de ver la posibilidad de ponerme a estudiar. Lo que si se, es que soy una mujer
motivada, muy enérgica, joven y que con esfuerzo lograre los proyectos para mi vida,
sobretodo el de seguir estudiando” (Entrevista de Deicy).
Trabajar y mantener el hogar está relacionado con una visión sobre la “superación”
por parte de la mujer en aras de que sus hijos e hijas tengan un mayor bienestar y muchas
oportunidades. El sacrificio simboliza la base auténtica de la maternidad. Las madres
deben intuir y cuidar a sus hijas e hijos a partir de sus convicciones vitales, experiencias
de vida y de modo especial, su relación con la fe. En ellas que persisten rasgos religiosos
que prescriben normas morales. En la biblia, proverbios 31 menciona:
“Una buena ama de casa, ¿quién la encontrará? Es mucho más valiosa que
las perlas. El corazón de su marido confía en ella y no le faltará compensación. Ella
le hace el bien, y nunca el mal, todos los días de su vida. Se procura la lana y el lino,
Capítulo 149
y trabaja de buena gana con sus manos. Se levanta cuando aún es de noche, cuidada
sin cansancio, da la comida a sus hijos pequeños y a su familia y distribuye las tareas
a sus servidoras. Tiene en vista un campo, y lo adquiere, con el fruto de sus manos
planta una viña. Ciñe vigorosamente su cintura y fortalece sus brazos para el trabajo.
Ve con agrado que sus negocios prosperan, su lámpara no se apaga por la noche.
Aplica sus manos a la rueca y sus dedos manejan el huso. Abre su mano al desvalido
y tiende sus brazos al indigente. No teme por su casa cuando nieva, porque toda su
familia tiene la ropa forrada. Ella misma se hace sus mantas, y sus vestidos son de
lino fino y púrpura. Su marido es respetado en la puerta de la ciudad, cuando se
sienta entre los ancianos del lugar. Confecciona telas finas y las vende, y provee de
cinturones a los comerciantes. Está revestida de fortaleza y dignidad, y afronta
confiada el porvenir. Abre su boca con sabiduría y hay en sus labios una enseñanza
fiel. Vigila la marcha de su casa y no come el pan ociosamente. Sus hijos se levantan
y la felicitan, y también su marido la elogia: ¡Muchas mujeres han dado pruebas de
entereza, pero tú las superas a todas!". Engañoso es el encanto y vana la hermosura:
la mujer que teme al Señor merece ser alabada, Entréguenle el fruto de sus manos
y que sus obras la alaben públicamente” (Schökel 2009).
Las prioridades para la mujer no permiten ser complementarias entre el trabajo de
cuidado doméstico y el trabajo remunerado; en la mayoría de los casos chocan y generan
crisis para responder a ellas:
“Mi principal actividad es cuidar a mis hijos, pero por lo general no tengo todo
el tiempo para estar con ellos, entonces… cuidar de mis hijos es lo más importante
porque son el centro de mi vida, por ellos yo trabajo, por ellos yo hago todas las cosas
para tenerlos bien… Yo le estoy dando todo lo que él bebé necesita, pues, si…en la
medida en que lo que tengo, se lo doy” (Entrevista a María).
5.3.3 Equilibrar la doble jornada
El centro de la vida de las mujeres entrevistadas es la supervivencia de sus hijos e
hijas. Para ellas la claridad está dada en la necesidad que tienen estos niños/as para
subsistir; por lo cual, consideran que es temporal y que la prioridad es lograr este fin. Pero
150 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
persiste la situación de poder hacerlo a través de la costumbre sin repercutir en lo que esto
conlleva para su salud y situación emocional.
“Para equilibrar la doble jornada para la calidad de vida realmente no se
puede, uno se habitúa a ese esfuerzo a llevar esas jornadas, uno ya sabe, uno es
como un robot, uno ya se levanta y corre, ya no le afecta esa parte, uno se
acostumbra a ese ritmo. El tiempo para mí, para mis cosas en este momento no lo
tengo, hasta que mi bebé esté más grande en ese momento sí, de lo contrario todo
es para el bebé, para las niñas y para la casa y para el trabajo de afuera, más
adelante será otra cosa” (Entrevista a Sonia).
La diferencia económica entre la mujer demarca mayor o menor vulnerabilidad,
desesperación y dificultades, ante las sobrecargas de trabajo remunerado y la exigencia
sociocultural que les obliga a responder con todo.
“Ya dejo a la niña en el colegio, vengo y me desayuno y le doy pecho al bebé,
más o menos media hora y me voy al trabajo cuando tengo pacientes… a veces me
provoca llorar es tan difícil. Cuando yo me acuesto, siento en mi cuerpo un descanso
terrible, me siento muy agotada, algunos sábados trabajo todo el día, entonces
cuando llego, quedo en la cama rendida, y el domingo no quisiera levantarme, el
cuerpo me pide más descanso, pero me toca levantarme… yo me siento que no está
bien, no solo porque no me ayuden, sino porque los niños también necesitan que
este más tiempo con ellos… Uno analiza esta situación y le da más tristeza, yo que
tengo beneficios económicos, pero pienso en personas con más necesidades y en
verdad me da mucha tristeza, la diferencia es por el estrato social, las que les toca
dejar su niño guardado en donde una vecina o en un jardín donde se lo cuiden, pero
es con lo único que cuentan, ¡que tristeza!” (Entrevista a Paola).
El factor tiempo es clave para la combinación e interacción de los diferentes roles
que asumen las mujeres. La cantidad de tiempo que cada una de ellas utiliza en el día para
el trabajo normalmente es superior a lo que utiliza para la atención de sus hijas e hijos:
“Yo creo que no le doy todo lo que el niño necesita, le doy lo material, pero en
lo emocional considero que le hace falta más tiempo, le dedico más tiempo al trabajo
Capítulo 151
que el tiempo de compartir con mi pequeño, entonces como son tan poquitos los
espacios, tengo que aprovechar al máximo” (Entrevista a Lorena).
Algunas de las mujeres entrevistadas expresaron que deben planear, ajustar sus
actividades a sus responsabilidades, ser estrictas con su organización y estar en actividad
constante. De esta manera, logran desarrollar a plenitud sus distintos roles. En los
momentos de descanso de los demás, aprovechan para realizar actividades centrales y
evitar el caos.
“Yo siento que la doble jornada el trabajo y la familia, le toca a uno organizarse
y actuar todo rápido y en orden, rendir en las dos cosas, igual en la casa todo tenerlo
al día. Organizarme, correr, aprovechar cuando la bebita está dormida y corra hacer
oficio, aprovechar que ella se toma sus descansitos que para mí son valiosos”
(Entrevista a Marcy).
La sociedad ha regulado la maternidad a través de preceptos religiosos o de leyes
sobre el nacimiento, la crianza, y la protección de las nuevas generaciones, convirtiéndoles
en un hecho social que constituye un reto para la sobrevivencia de la colectividad, en el
que la maternidad y las responsabilidades atribuidas a ésta se naturalizan y sacralizan. El
reconocimiento de las mujeres entrevistadas sobre sus labores, acciones y logros como
madres y trabajadoras es central para su fortaleza psicológica.
“La simultaneidad del trabajo remunerado fuera de la casa, del trabajo del
cuidado dentro de la casa y del cuidado de este chiquitico para mí significa, pues es
una responsabilidad muy grande que Dios me ha dado para sacar mi hogar adelante
y de acá en adelante mis hijos vean de mí una madre que se esfuerza para que no
tengan la misma vida mía, pues con esfuerzo y pidiéndole a Dios que es el que le da
a uno fuerzas, la fuerza, pues es difícil, para el que está con Dios nada es imposible”
(Entrevista a Magda).
Tubert (citado por Burin y Meler, 1998) expresa en conexión a lo anterior: “cuidar la
progenie implica construir miembros de la comunidad y fortalecer vínculos regidos por
códigos contractuales y simbólicos” (p. 13). El esfuerzo y cansancio es el día a día de las
152 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
mujeres entrevistadas; el tener que dormir menos para poder realizar todas las actividades
importantes y obligatorias del día.
“El corre - corre se da más por la prioridad de llegar temprano al trabajo y a
todas las cosas que hay que hacer en el trabajo, de responder por informes, cosas
así, y se pierde la esencia de la maternidad, pienso que hasta lo familiar, porque ya
se le dedica el tiempo que le queda al bebecito y ya con el esposito no se puede
compartir ni siquiera en la intimidad, de muchas cosas también, como divertirse, se
esta tan cansada que eso pasa a segundo lugar” (Entrevista a Lorena).
El ideal de vida y la proyección, hace que las mujeres organicen sus actividades,
tiempo y prioridades para lograrlos. Por ejemplo, tener una alimentación sana, momento
de esparcimiento, viajes y estudio.
“En cuanto a la relación del trabajo con el cuidado de la casa, pues le toca a
uno madrugar un poquito, ser más organizada, levantar al bebé más temprano, y así
alcanzar hacer todo. Es difícil, uno siempre necesita cosas y quiere cosas que es difícil
conseguirlas, como una alimentación sana con frutas, verduras, carne, pero el sueldo
no alcanza para darse esos gustos, termina comiendo solo harinas. A veces uno en el
trabajo termina cansado y llega a la casa que uno quisiera descansar y uno sabe que
tiene que cuidar al bebé que bañarlo que acostarlo todo eso. Por ejemplo, uno quiere
y dice voy a comerme un helado y sacar al niño, pero a veces no se alcanza el tiempo,
ni la plata y uno quisiera que alguien le ayudara” (Entrevista a Carmelina).
A partir del diamante del cuidado: Estado, Mercado, Familia, Comunidad; es posible
realizar un análisis comparativo con respecto al trabajo del cuidado no remunerado y el
trabajo remunerado bien sean trabajo formal o informal. La Tabla 13 resume la situación
cotidiana de las mujeres.
Capítulo 153
Tabla 13. Relación tipo de vinculación al trabajo y categorías del diamante del cuidado
Tipo de vínculo al
trabajo Estado Mercado Familia Comunidad
De las entrevistadas 6 de ellas tiene un trabajo Informal. La tercera parte de estas mujeres vive en la ruralidad.
Todas estas mujeres tienen Sisben.
Todas tiene contrato de palabra y las acciones están sujeta a los terceros que son los que les pagan.
Todas las madres que viven en la ruralidad mezclan las actividades del hogar con las del trabajo remunerado; por lo que perciben que el trabajo se convierte en responsabilidades del hogar.
Para algunas madres el sitio de trabajo es un espacio para poder socializar y salir de la rutina del hogar.
Ninguna de ellas tuvo licencia de maternidad y el tiempo para la lactancia materna.
Todas las mujeres entrevistadas en este perfil están inconforme con el pago.
Todas las mujeres percibe que el hogar y el cuidado de los niños y las niñas es su responsabilidad sin que esta sea compartida.
Para la mitad de estas mujeres la mayor preocupación es con quién y en dónde pueden dejar a su hija o hijo para su cuidado mientras ellas trabajan. La mayoría tienen a su hija o hijo en un jardín. Pero solo hasta que la niña o el niño tenga 6 meses, antes de esa edad tuvieron mucha dificultad.
Todas las mujeres que trabajan en la informalidad tienen la percepción que no tiene protección del Estado como madre.
Todas trabajan por la necesidad de subsistir.
Todas las mujeres tiene naturalizado el rol de madres como el cuidado del hogar.
Y la otra mitad tiene redes familiares que los apoya Todas perciben
que no tiene estabilidad en el trabajo.
Todas frente al gobierno lo perciben como un actor ajeno
Para todas las mujeres el horario no es estable, puede variar y
154 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
Fuente: Elaboración propia.
a ellas y a su situación de vida.
depende del contratante.
Todas las mujeres trabajaron a las pocas semanas de tener a su hija e hijo.
Más de la mitad de las participantes están entre los 20 a los 30 años de edad. La tercera parte está llegando a los 40 años.
De las entrevistadas 9 de ellas tiene un Trabajo Formal. Todas estas mujeres viven en la zona urbana.
Todas las mujeres entrevistadas en la formalidad tienen afiliación por el sistema contributivo.
Solo una de las mujeres entrevistadas que laboran en la formalidad tienen un contrato de Planta y 8 de ellas que son la gran mayoría tienen contrato por “Orden de prestación de Servicio”.
Para la tercera parte de las participantes su pareja es apoyo para el cuidado de la hija o el hijo. Se apoyan en la abuela o en los jardines. La razón principal es por lo que él trabaja.
La preocupación principal es quién cuida a su hija e hijo menor de un año pues requieren un cuidado total mientras ellas trabajan. Generalmente, contratan a una niñera o tienen a su hija e hijo en el jardín y la pagan de su salario.
Todas tuvieron licencia de maternidad y lactancia materna.
Todas estas mujeres están entre los 30 a los 35 años de edad (personas económicamente activa).
La tercera parte de ellas sigue esperando que la EPS pague su licencia.
Todas las mujeres tiene la percepción que la licencia es muy corta y no permite el cuidado que requiere la niña o el niño a esa edad.
Todas las mujeres consideran que su responsabilidad es exclusivamente el cuidado del hogar y de sus hijas e hijos.
Relatos de vida: Respuesta de las mujeres al rol de trabajo de
cuidado de niñas y niños menores y al trabajo remunerado.
Para comprender mejor la situación particular de cada mujer entrevistada, y que
puede ser similar a otras mujeres, en este apartado serán presentados algunos relatos de
manera intertextual con el fin de redondear en un cada uno de estos las condiciones antes
presentadas en los capítulos anteriores.
Los relatos fueron elegidos establecidos por tener elementos comunes con
las historias de la totalidad de mujeres entrevistadas; en este caso, si bien cada mujer es
distinta; también, los elementos del estudio deslumbran condiciones semejantes entre sus
vidas.
En estos relatos se destaca como entre la rutina y la cotidianidad, las mujeres que
son madres, planean, fraccionan el tiempo y responden a su rol de un trabajo de cuidado
de niñas y niños menores de un año, además de tener un trabajo remunerado. Pese a que
existen quejas con respecto a esta situación, se identifican continuas reflexiones que les
llevan a aceptarlo como el deber ser.
“Para lograr el cuidado ¡siempre corra que corra – me corre el agua!
Cecilia es una mujer de 46 años de edad quien vive con su madre de 72 años con
tiene artritis y su hijo Alejandro de 6 meses de edad. Ella está soltera y el papá del hijo es
una persona quien no aporta a manutención del bebé ni apoya emocionalmente a su
cuidado. En su vida cotidiana, ella asume todas las tareas del hogar lo que tiene que
levantarse desde muy temprano y acostarse hasta muy tarde de la noche.
A nivel emocional, Cecilia manifestó en su relato que cuidar al bebé le da gusto; sin
embargo, cuidar al niño es difícil porque tiene que trabajar. Según sus palabras,
156 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
“al darle la comida al bebé siempre estoy de afán, además que se me ha
enfermado muchas veces, cuando tengo que trabajar hay que dejarlo en la guardería,
pero mi preocupación es estar pensando si estará bien o no, estará comiendo estará
con hambre. Lo baño en la noche, pues en la mañana no alcanzo, le doy nuevamente
seno hasta que se duerme y me pongo a lavar la ropa de los tres, día por medio baño
a mi mamá y le hago el aseo a toda la casa, siempre al acostarme estoy que no me
aguanto el dolor de cintura”.
En lo material, ella observa la necesidad de trabajar por ser la única persona en su
familia que puede adquirir ingresos monetarios para la sostenibilidad de su hogar. Ella
define su trabajo como “ama de llaves - oficios varios”. Para ella, este es el único tipo de
trabajo que puede obtener pues solo hizo primaria completa. A pesar de trabajar
arduamente, ella manifiesta que al final del mes “siempre esta alcanzada” y para ahorrar
se traslada de la casa al jardín y al trabajo caminando, compra lo estrictamente necesario
para preparar las comidas en una tienda que es más barato. Esto muestra una economía
de subsistencia, en la cual ella no puede pensar en comprar una casa, comprar bienes o
enfermarse.
Por no tener apoyo y tener que trabajar, Cecilia envía a su bebé al jardín entre
semana y los sábados ella no tiene o no observa más opción que dejar el bebé y la abuela
solos, eso le preocupa porque ambos requieren mucho cuidado.
El jardín donde deja a su bebé es privado por el horario de trabajo entre semana
que ella tiene; al tener que ser extendido entre las 7 AM a las 5PM; esto porque en los
jardines del ICBF solo le aceptan al bebé entre las 8 AM a las 4 PM; por lo cual, tiene que
pagar un servicio privado para poder trabajar. Ella cuando recoge al niño en el jardín lo
primero que hace es darle al seno, pues siente que se “le explotan los senos”, luego corre
con el niño para la casa, porque el camino es lejos, muy oscuro y es muy peligroso, ella
dice siempre estoy corriendo para llegar a tiempo y que pueda hacer todo.
En lo moral, ella vive bajo la idea que el cuidado y la responsabilidad están por
encima de su propio bienestar. Cecilia contó un ejemplo de esto:
¡Error! El resultado no es válido para una tabla. y recomendaciones 157
“Una noche en que el bebé se enfermó, yo le revisé todo el tiempo,
controlando que no le subiera la fiebre. En la mañana me dolía la espalda, los brazos,
todo el cuerpo, además, tenía angustia, cuando llegue con el niño al jardín, estaba
cerrado… sabe qué me provocó… botarlo por encima de la reja de la desesperación.
Me tocó dejárselo a mi mamá, que es una “quejadera”, e irme para el trabajo, con el
miedo de que no me creyeran la situación que paso con mi hijo la noche anterior y
ser despedida”.
Cecilia dice que la maternidad la cambio, que tiene más compromisos, más
responsabilidades, que ahora le toca más duro. Siente que entre lo que hace en la casa y
en el trabajo es muy pesado, tiene muchas dificultades, además manifiesta “que lo hace
con mucho esfuerzo y que hay que hacerle porque no hay de otra que el salario no
compensa lo que tiene que hacer”, califica el trabajo como esclavizante, cuando dice la
expresión “me corre el agua” (Entrevista a Cecilia).
“Para lograr el cuidado ¡Es trillar y trillar!
Deicy es una mujer de 21 años que vive en una vereda del área rural de Duitama
con su esposo de 23 años, con una hija de 2 años y un hijo de 3 meses, su abuelo de 78
años quien se la pasa en la casa porque ya no puede trabajar y su mamá de 45 años quien
atiende las labores del campo.
Con respecto a lo moral, ella significa su relación con su hijo menor con base en el
cuidado, según ella “lo hago (el cuidado) yo sola porque como le estoy dando seno, yo soy
la que soy responsable del nino”. Sin embargo, dentro de sus palabras expresa esa
contradicción cotidiana con respecto al cuidado, según ella “tener la mentalidad que las
mujeres somos las que cuidamos, pues es una mentalidad absurda pero fue con la que
nos criaron y eso es lo que nos ha hecho tanto dano… hay que trillarse para que el oficio
que de hecho y tener un poquito de tiempo para atender el nino”.
El cuidado y la responsabilidad de su hogar recae sobre ella, aunque considera que
recibe “ayuda” de su madre y esposo para el cuidado de la nina grande; pero siempre y
cuando esto no interfiera con las actividades de trabajo de ellos y no sea asumir realizar
158 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
acciones dispendiosas o claves como llevarlos al médico, Deicy comentaba al respecto “a
mí me toca llevar tanto a la niña como al bebé al médico por el Sisben y para eso me toca
pedir el permiso y solo me dan una hora, entonces me toca trillar para poder alcanzar hacer
el oficio”.
En general, ella siente que no alcanza a cumplir con su función de madre, esposa
e hija y afirma: “me siento como cansada, me siento que debo hacer muchas cosas y para
que lo logre me toca trillar”
En lo emocional, la maternidad tiene un doble significado que son contradictorios,
por una parte, está dada en la satisfacción de ser madre y por otra la frustración por serlo.
Con respecto a la maternidad, ella la denominó como “una experiencia donde mi proyecto
de vida se acabado… pues la llegada de la nina y luego la del bebé, hicieron que mis
planes de estudio acabaran, yo era la mejor del colegio, con mucho esfuerzo, llevando la
niña, porque el objetivo era graduarme para continuar con una carrera técnico en
administración; pero luego, con el embarazo del bebé, seguí estudiando y trabajando hasta
el día que en que él nació, descansé 8 días y continué con el esfuerzo de cumplir mi meta
de estudio, pero no lo logré y se derrumbó el sueño cuando se juntaron el cuidado del bebé
de la otra niña trabajar y cuidar de mi familia, con todo esto no fue posible”.
Cuando llega a su casa manifiesta con desgano “ya sé que la tarea me está
esperando en el lavadero”, antes de acostar a la nina trata de leerle cuentos o conversar
con ella de cómo le fue en el colegio, con el niño cuando está despierto lo arrulla hasta
que se duerme.
En cuanto a lo material, Deicy es una de las personas que aporta a su hogar en
cuanto los gastos familiares. Estos son asumidos entre ella, su esposo y su mamá; el
mercado lo hacen de 80.000 pesos y debe alcanzar para el mes, para el pago de los
servicios aportan todos, para los gastos del cuidado de los niños da una parte el esposo y
con lo del trabajo de Deicy se debe cubrir sus necesidades, el jardín de la niña y cuando
se necesita pagar a los obreros.
¡Error! El resultado no es válido para una tabla. y recomendaciones 159
Deicy define su trabajo como empleada del servicio en una casa de familia. Ella
entra a trabajar a las 8 de la manana y sale “hasta que los patrones llegan alrededor de
las 7 de la noche y a veces hasta más tarde” expresó ella. Por las responsabilidades del
hogar y el trabajo, ella se levanta a las 4:30 de la mañana para alcanzar a dejar la comida,
la casa arreglada y alistar a la niña para que el marido la lleve al jardín, luego alista al
pequeño para llevarlo al trabajo y con el bebé cargado salen a las 7:30 de la mañana a
coger la colectiva que los deja en cierto punto y de ahí tiene que caminar más o menos
unos 40 minutos loma abajo. Dentro de las acciones de su trabajo, ella tiene que cuidar la
niña pequeña de los patrones, atender a dos jóvenes (hijos de los patrones), el patrón y la
patrona, lavar la ropa, cocinar, arregla la casa, planchar, cocinar para los obreros, sacar el
ganado, chicotear papa, y lavar toda el área donde están los 4 perros grandes; cuando los
patrones se demoran tiene que quedarse hasta las 8:00. Por este trabajo a ella le pagan
$250.000 pesos mensuales.
En el trabajo cuida a su bebé, Deicy manifestó que muchas veces al bebé tiene que
amarrárselo en la espalda y con el hacer el oficio, le da el seno cada tres horas, así esta
calmado y no llora tanto.
En cuanto a la recreación de la familia manifiesta que no le queda tiempo, que en
algunas ocasiones es el esposo es quien llega y juega con los niños, y que de vez en
cuando los domingos almuerzan en el asadero; hay domingos en que le toca trabajar pues
los patrones la llaman para que los atienda.
En estas dimensiones, está aquella referenciada en la institucionalidad frente a la
atención de mujeres que son madres de niñas y niños menores de un año. Por no estar
cotizando salud o tener un trabajo formal no tuvo licencia de maternidad ni el tiempo para
la lactancia materna “para lactar al bebé me toca trillar con el oficio para que me rinda y
tener tiempo para amamantarlo a raticos”. Además, la institucionalidad es observada por
ella como la incapacidad de ofrecer un servicio que no sirve, pues la madre comunitaria de
ICBF solo recibe los niños de 8 de la mañana hasta las 4 de la tarde y dos veces en la
semana, en esas condiciones no es posible dejarlo, y ante las dificultades económicas
prefirió continuar con la maternidad en el trabajo y seguir como lo expresa: “trillando para
alcanzar hacer todo”.
160 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
Deicy manifiesta que el gobierno debe tener una política para las mamás
trabajadoras con bebés, que sea un pago de salario justo y a tiempo, horas de trabajo
justas teniendo en cuenta el tiempo de cuidado a sus hijos, un contrato con prestaciones
laborales porque como lo expresa “mi contrato es por mutuo acuerdo con la patrona, no
hay nada firmado, porque me hubiera gustado una licencia de maternidad con todas las
de la ley y que me pagaran lo de ley y el mínimo” (Entrevista a Deicy).
“Para lograr el cuidado ¡A pesar de la ayuda una termina cansada!”
Paola es profesional, vive con su esposo quien es funcionario de salud de 44 años
y trabaja en el hospital, su hija de 6 años, quien está en el jardín, y el bebé de 9 meses.
Desde la dimensión material, en el hogar de Paola, los gastos son distribuidos entre
los dos. Ella tiene un trabajo por prestación de servicios y los pagos es por la consulta. Ella
expresa que “el único pago que hace falta es el de la casa, pero para mi bienestar no es
justo, no es el ideal, pues tengo que dejar los niños, los desplazamientos, en fin, muchas
cosas, es un gran esfuerzo”.
Desde lo emocional, el cuidado del hogar es responsabilidad de ella; él solo hace
parte de la ayuda. Paola desde que se despierta atiende a la niña y al bebé en cuanto al
baño, el arreglo, darles la alimentación y lleva a la niña al jardín todos los días. Al ser su
responsabilidad, Paola contrató a una señora quien le ayuda con el cuidado del bebé y el
oficio de la casa mientras ella trabaja atendiendo pacientes. Al cuestionarse en que le
apoya el esposo manifiesta con risa “en apúrame”, justificando que él llega muy tarde de
la noche y su trabajo en el hospital es muy pesado.
En lo moral, el cuidado es la principal actividad de ella. De domingo a domingo el
bebé "parece una alarma" antes de las 6:00 de la mañana está llorando para que le dé
seno. Los fines de semana, el esposo se va hacer deporte como por tres horas; a diferencia
de ella, quien dice “yo ya no pudo volver a salir hacer deporte, pues quien se queda con
los niños, es que el bebé me requiere más o que yo estoy muy apegada a él, cuando yo
estoy trabajando, digo "el niño, que estará haciendo" y corra para poder estar con el nino”.
Para lograr llevar todas estas actividades, Paola expresó “ha sido tratando de distribuir el
¡Error! El resultado no es válido para una tabla. y recomendaciones 161
tiempo, darlo todo y quitarme el tiempo para mí, como ir al gimnasio, a estudiar, masajes
y sobre todo estar relajada, tranquila y sin afanes”.
Durante las noches el niño solo se duerme con ella, hace la última toma del seno a
las 11 de la noche y la despierta por ahí a las 3:00 de la mañana le da sentada y es como
20 minutos cada toma, relata diciendo que amanece igual de cansada y más cansada de
lo que se acostó. La responsabilidad es por encima de ella misma, en sus palabras “el
cuerpo me pide más descanso, pero me toca levantarme”.
Luego de la maternidad, ella no pudo volver a salir, ir a bailar; según Paola “ahora
con el bebé ya cambió la forma de salir, salimos los 4 para todo lado, y las vacaciones ya
se programan entorno a los ninos, pero si hace faltan espacios de intimidad”.
La distribución de las cuestiones económicas no tiene discusión, pero en cuanto a
funciones del cuidado de la casa y los niños siente que no está bien que no solo es porque
le ayude el esposo, sino porque los niños también necesitan estar más tiempo con él
expresa “de verdad uno se cansa, y cuando son las tareas con la nina, es muy duro, es
más el tiempo que yo necesito”.
“En lo propio me hace falta tener mi cuerpo como era antes, cambio muchísimo, sin
embargo, he logrado lo que he querido, cuando cata era chiquita, estudie mi especialidad,
y mi esposo me apoyo económicamente, mis papás que se quedaban con la niña, mientras
yo estudiaba que era desde el miércoles hasta el sábado de 7:00am a 7:00pm, y hacer los
trabajos de la Universidad con la niña, me falto viajar y quisiera ir a muchas partes”.
Con respecto a la institucionalidad, las contratistas están sujetas al pago que hacen
a la seguridad social para su licencia de maternidad, en el caso de Paola ella cotizaba por
el salario mínimo por lo cual, según ella “aunque me cubrió tres meses y el pago fue
cumplido, no me alcanzo para nada, por lo que al mes ya estaba trabajando, y en cuanto
al periodo de la lactancia no hubo ningún apoyo, ni de tiempo ni económico, pienso que
debería ser mucho más tiempo y los subsidios como en otros países se deberían de dar,
debería ser hasta el ano, para poder estar con los hijos, y tener tiempo para uno”.
162 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
En cuanto a la licencia de paternidad, su decepción se notó en sus palabras
“realmente el hombre no se compromete como debería, él (esposo) la pidió, la primera se
la negaron y luego se la tomó, pero es que ellos piensan que es un tiempo que tienen libre,
aprovechaban el tiempo para ocuparse de la finca, pero realmente uno es el que tiene la
tarea”.
El apoyo en la comunidad todo es privado realmente la situación de vulnerabilidad
que tienen los jardines de bienestar familiar es lamentable, una profesora para muchos
niños y cada uno de ellos con muchas necesidades, y uno hace lo que sea por tener a los
niños en lo mejor, realmente en buenas condiciones no hay nada que mi entorno me
ofrezca, (Entrevista a Paola).
“Para lograr el cuidado ¡uno tiene que ser La Todera!”
Martha vive con su esposo de 33 años, un niño de 7 años y las dos niñas una de 5
años y la pequeña de 7 meses. Ellos comparten la vivienda con la hermana de su esposo
que también tiene una niña de 6 meses, quien es soltera, ambas se colaboran en el
cuidado de los niños y niñas.
Dentro de la dimensión moral, el cuidado de los hijos del hogar hace parte esencial
de las actividades del día, sin desmedir el horario. Para Martha el día inicia a las 4 de la
mañana para hace la alimentación de todos en la casa; además, se pone a lavar la ropa
de los ninos y la ropa del esposo, ella explica “a esa hora hay que lavar porque es el tiempo
en que llega el agua, a veces, me ha tocado pasar la noche sin dormir, lavando ropa… si
en la noche no alcanzo a terminar los otros oficios me toca levantarme hacer lo que no
dejé listo, como arreglar la cocina y el arreglo de las otras partes de la casa, luego hay que
alistar la niña y el niño para el colegio, ya ellos se van para sus actividades y me quedo
con la bebé, estar atenta de enseñarla a todas esas actividades que hay que hacer para
lo del desarrollo de la nina”.
El ideal del cuidado se trastoca con la realidad del tener que hacer tantas
actividades en el día que frustra la posibilidad de brindar este ideal. En palabras de Martha
“A mí me gustaría disfrutar más de este niño pequeñito, de darle su pechito cuando él lo
¡Error! El resultado no es válido para una tabla. y recomendaciones 163
requiera, de jugar y de disfrutar cada momento; me gustaría poderle ofrecer sus cuidados
con dedicación y tranquilidad, además de darle sus cositas bonitas pero es que valen
mucha plata, además de salir a un parque de llevarlo en su coche todo muy elegante y
para mí me gustaría comer lo que requiere una madre que está dando pecho pero le cuento
a mí me toca salir para mi trabajo con un café y un pan llevar mi almuerzo que es lenteja
y arroz la mayoría de las veces y llegar en la noche a tomar agua de panela con pan a
veces un sopa, pero así paso el día. Me gustaría que todos en la casa hiciéramos algo,
que cada uno ayudara por lo menos con lo de cada uno, sabe una cosa, aquí no nos
enseñaron a comunicarnos, ni tener diálogo para llegar a acuerdos, aquí se hacen las
cosas por que toca y porque esa es la ley, porque le cuento mi suegra me dice que hay
que atender mucho al esposo y además que hay que hacer todo en la casa porque así les
toco a ellas y por eso es que duran los matrimonios”.
Con respecto a la dimensión material, para ella el trabajo hace parte esencial de la
vida y no solo es una condición de necesidad. Sin embargo, manifiesta: “ha sido un caos
pues siempre llego tarde, también siento que voy como medio arreglada, llego siempre
sudorosa y siento que siempre tengo que decir mentiras para justificar mis afanes pues lo
de la nina ya suena como a la misma disculpa”. Al trabajo tiene que llegar hacer muchas
actividades es la que llaman “todera”.
Una de las dificultades físicas de estar lactando a su bebé y estar trasladándose a
su lugar de trabajo es el dolor en los senos; en sus palabras “pues yo me saco la leche
antes de salir de la casa, pero como a las dos horas ya estoy otra vez con los senos que
no me los aguanto del dolor y una picada a la espalda que no me deja estar, pero que me
toca aguante hasta que llego otra vez a la casa y amamanto a la niña y descanso es como
si me quitaran un peso de encima”
El trabajo no siempre es una carga de más, a veces es una forma de cambiar de
actividad y sentir un poco de libertad, según Martha “es la mejor forma de tener otro
ambiente, allí en mi trabajo tengo amigas y hablo de otras cosas, hasta me rió con mis
compañeros, es un tiempo de esparcimiento, yo sé que me toca muy pesado, como les
contaba, pero allí la paso muy bien”, esto junto a la necesidad monetaria que viven mujeres
como ella “sé que además lo necesito, pues, mi salario sirve para completar lo que mi
esposo da para la casa, es muy poco pero si yo no trabajo como sería la situación, ni me
164 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
la imagino, hay que pagar el arriendo, los gastos de las otras personas que viven en la
casa, los gastos de mis suegros, además hay que pagar la comida, los gastos de los niños
grandes y todo lo que requiere esta niña pequeña, no nos alcanza ni para un helado los
domingos, hay que distribuirlo en lo prioritario”.
Con respecto a la dimensión emocional, el tiempo y la ocupación en la atención y
cuidado de los hijos e hijas menores de un año es indiscutible, la frustración de no poder
responder a esta responsabilidad imputada a la mujer evidencia el sentir de la mamá;
según Martha “yo siento que la nina me demanda mucho tiempo, ella está en esa edad
que no se está quieta, además quiere que este con ella, llora sino le pongo atención,
además, me salió tan llorona que mis suegros y mis cuñados se ponen como bravos por
tanto ruido, todavía tengo que darle de comer, atenderla, el cambio de pañales, entonces
me implica bastante tiempo, eso es una locura como le decía además de lo de la casa
también lo del trabajo, entonces trato de dividir los tiempos, pero por más que me lo
propongo no me rinde, cuando estoy en la casa y la niña está durmiendo adelanto el oficio,
cuando ella esta despierta si me queda algo de tiempo pienso que jugar con ella es
importante y trato de hacerlo pero no es tan fácil; por eso es que busco la ayuda de mi
suegra cuando voy a trabajar para atender la niña y los niños grandes cuando llegan a
casa, mientras yo llego de mi trabajo”.
La distribución de las tareas en el hogar está dada en la separación de roles, dado
en la justificación del porqué los otros hacen o no hace. Martha expresó “Con mi familia
distribuimos las actividades así: Mi suegra me ayuda a calentar los alimentos en la cocina
ya que ellos como vienen a cuidarme la niña hay que darles el almuerzo, mi esposo me
ayuda en algunas labores en la casa, porque siempre llega cansado del trabajo, yo sé que
el trabajo de él es muy pesado y a mí me da como pesar y le tengo consideración, mientras
la dieta el me ayudaba con el cuidado de los niños grandes, pero ahora no, pues su trabajo
es muy pesado cuando él llega hay que atenderlo y se deja descansar pues sumercé sabe
que donde me ponga a exigirle hasta me puede gritar o ponerse bravo ya suficiente tiene
con el ruido que hacen los niños y como le decía esta niña que salió muy llorona, a los
niños ni les ayuda hacer tareas, mi cuñada que es joven y tiene genio les revisa las
tareas”.
¡Error! El resultado no es válido para una tabla. y recomendaciones 165
Sin embargo, reflexiona sobre su diario vivir y muestra esas frustraciones que en
su responsabilidad es prohibido manifestar “yo sigo sintiendo que hago más labores que
él en casa, de todas formas siguen siendo como mi responsabilidad, y no me siento
conforme, me siento recargada, muy recarga a veces siento que el tiempo no me da para
hacer todo, a veces me siento triste, digamos que quiero hacer algo para mí, a veces siento
que por encargarme de las labores de la casa no hago nada de lo mío, de mi persona, de
mi vida; ya antes de los embarazos estaba estudiando, era alegre, me gustaba estar con
amigos, salir a pasear ahora no todo es oficio y no me alcanza el tiempo para terminarlo”.
El significado que ella da sobre el cuidado doméstico es “dar todo el tiempo para lo
básico en su cuidado, bañarla, vestirla, cambiarle el pañal, consentirla, además de cuidar
a mis niños, la casa y a mi esposo en todo y en verdad de eso casi no puedo estar con él,
no puedo estoy tan cansada que lo único que quiero cuando tengo un tiempito es dormir,
el cuidado doméstico es dar de comer entregarle los juguetes, hacer otras cosas en la casa
hasta atender a mis suegros que si me ayudan con la niña, pero ya están mayores y
requieren que yo los atienda, sabe que siento que podría darle más tiempo para jugar a
mis niños mayores pues sería muy importante para su desarrollo y como no se lo doy eso
me hace sentir muy preocupada y como con mucha culpa. Además, que es todo lo que me
propongo, pero la mayoría de las veces dejo muchas cosas pendientes y pendientes se
quedan”.
Ella tiene un contrato de prestación de servicios y por su tiempo de cotización
recibió menos de un salario mínimo. En sus palabras “ahí la licencia de maternidad es muy
rara, uno porque me la pagaron muy mal, casi que no me la pagan pues decían que no
había cotizado lo suficiente, eso me toco pelear para que me llegara la plática, menos del
mínimo me salió y como a los cuatro meses del parto, no se imaginan como nos tocó en
ese tiempo, aun debemos del arriendo y en la tienda que nos fiaban lo del mercado. Para
mi no queda ni tiempo, ni plata para darme los gusticos, siempre lo que tengo es para mi
familia y mi casa”. La necesidad de poder atender su post parto y cuidados requeridos fue
suplida por la necesidad de manutención.
Cuando yo me acuesto ya muy tarde de la noche, al estirarme en la cama siento
que se me abre la cintura, como que se me partiera el cuerpo en dos, en fin, me quedo
dormida y al otro día más y más, por hacer.
166 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
Si bien, la maternidad es vista como algo inherente de Martha, el cuidado de sí
misma es algo que ella no pudo volver a tener; la responsabilidad del cuidado va a otra
persona que está por encima de ella; según Martha “a mí me gustaría poder gozar de
periodos de descanso para mí, para mi parte de amigas, como le dijera a mí me gustaría
un paseo, algo así…. estoy cansada de la rutina, de mucho trabajo, y nada para mí… dejé
de estudiar por mi familia y me toca un trabajo muy pesado pues como no estudie así me
toca. El gobierno nos podría dar posibilidades para que nos podamos superar y mejorar
nuestras condiciones laborales” (Entrevista a Martha).
“Para lograr el cuidado ¡Además hay que cuchariarles!”
El hogar de Blanca de 39 años está conformado por el esposo de 47 años que se
dedica a la agricultura, la hija mayor de 6 años, la otra más de tres años y la bebé Valeria
de 3 meses. Ella vive con los abuelos quien cuida.
Con respecto a la dimensión material, es el esposo quien da la manutención del
hogar y quien decide darle un pago a Blanca de $50.000 por hace la preparación de la
comida para los obreros, pago con el que ella tiene que garantizar el mercado del mes en
la casa.
El cuidado es su responsabilidad, así como el hogar y que sus integrantes logren
hacer sus actividades sin poder discutir al respecto. Ella se levanta a las cinco de la
mañana, hace el desayuno y está pendiente que se bañen y se arreglen las niñas; luego
pone hacer el almuerzo y organiza la casa. Luego cuida a sus suegros de 96 años y 87
años, su suegra está en silla de ruedas y el abuelito se le dificulta movilizarse y dice “hay
que hacerles todo desde “cuchariarles” a ambos, es muy pesado, además me toca cuidar
una vaquita es mi responsabilidad; además, hay que ayudarle en la agricultura, mi oficio
es desyerbar, hay que ayudar con lo que se ha sembrado, les ayudo a volear bultos al
hombro, y en los fines de semana, con las tres niñas, me toca acompañar al esposo a
vender lo cultivado a la plaza de mercado. Los fines de semana los hombres de la vereda
juegan al fútbol y ellas y los vecinos los ven jugar, ese es el descanso”.
¡Error! El resultado no es válido para una tabla. y recomendaciones 167
La distribución de los oficios en el hogar recae en las mujeres. En cuanto a la ayuda
que reciben de su esposo es el dinero que usa para las cosas de la casa, pero él nunca
ayuda a cuidar a sus hijas, según Blanca “porque él siempre está trabajando en el campo,
cuando tengo que salir dejo a las niñas en la casa encerradas y me llevó a la bebé. A veces
las niñas mayorcitas me ayudan a cuidar a la bebé, a lavar la loza, a barrer la casa, la más
pequeña es capaz de cambiar a la niña y arrullarla y dormirla y es así como puedo hacer
los oficios de la casa, cuidar a los ancianos y el trabajo del campo”.
Ella se debate en la necesidad del cuidado de sus hijas y las responsabilidades del
trabajo y del hogar. El significado está asociado al requerimiento del cuidado de su hijo
pequeno y la frustración que esto le trae. Según ella “cuidar a un bebé pequeno es muy
complicado, hay que lavar los panales, banarla, hacerle todo, es tan indefensa… quisiera
darles muchas cosas pero el tiempo no me alcanza, ni la plata, a veces ellas se provocan
de muchas cosas y no se les puede dar; no quiero buscar mucho quien las cuide, porque
hay que pagar a alguien para que me las cuide, estoy esperando la posibilidad de llevarlas
a la escuela de la vereda y así voy a tener más posibilidades de trabajar en la agricultura
y apoyar a mi esposo en el trabajo del campo. Yo pienso que las tareas del hogar se han
hecho así por costumbre, nos toca a las mujeres y que con su esposo se dio ese acuerdo
entre de los dos de por sí”
En cuanto a la maternidad le ha traído compromisos, responsabilidad, es muy duro,
pero le gusta cuidarlas, dice: “con la bebé le hablo, ella se ríe y es muy entendida, le doy
de comer al seno y la acuesto a dormir, limpiarle el pañal, yo creo que cuidándola y dándole
la comida está bien”.
Dentro de su plan de vida hay muchos “me hubiera”, siente que ya no tiene la
posibilidad de realizarlo y que solo tiene la posibilidad de la vida que tiene en la actualidad.
En sus palabras “Me hubiera gustado estudiar sistemas, siento que no me queda el tiempo
para estudiar, me hubiera gustado tener más plata, y tener un trabajo, siente que las
mujeres estamos sobrecargadas porque siempre tenemos oficio, mientras, que los
hombres sienten que acabaron su trabajo y se van a descansar, duermen un rato, se van
a jugar, o a tomar y a nadie tienen que darle explicación, ni pedir permiso, hacen lo que
quieren, llegan y se sientan, en cambio nosotras no descansamos, cuando es la siembra
del maíz me toca desyerbar y me toca cargármela a la espalda, además lo que cocina lo
168 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
cargar hasta donde están los obreros… siento que me esclavizo mucho, me levanto desde
las 4 de la mañana, además me toca lavar la ropa de todos los de la casa en el pozo,
porque a la casa no llega el agua, me voy con el costalado de ropa y más encima la niña
pequeña, en una mano una y la otra en la otra mano, en fin muy pesado me eso nos toca
a las mujeres”
El conflicto que vive Blanca en su diario vivir con su esposo está inscrito en las
enseñanzas culturales de aguantarle al marido y la queja constante de tener que vivir esta
situación. En su reflexión ella cuenta “cuando nació la nina me tocó sola ir al hospital, mi
marido ni ayudar a cargarlas, y son las 3 niñas, desde el principio me la deje montar, y a
mí me da miedo que él se vaya; una vez para subir hasta la casa, yo me eché el mercado
a la espalda, como si él no pudiera, debí dejárselo a él para que cogiera responsabilidad,
yo como que asumo todo y él se hace el desentendido”.
Expresa que la mejor forma en que el gobierno les puede ayudar a las madres con
hijos pequeños y que les toca trabajar en el campo: es dictar charlas en las veredas para
que los maridos entiendan su responsabilidad, además que ellas puedan hacer cursos de
computadores en forma fácil, cerca de las casas, ya que si tienen más educación puede
conseguir un trabajo donde le paguen la afilien y tener a sus niñas mejor (Entrevista a
Blanca).
6. Conclusiones y recomendaciones
6.1 Conclusiones
Durante mi labor como enfermera comprendía que las mujeres madres tenían que
por su “naturalidad, “ser madres”” atender a sus hijas e hijos a pesar del sacrificio de ellas
mismas. Sin embargo, escuchar los relatos de las madres entrevistadas fue un
enfrentamiento con lo que consideraba acerca de la maternidad. Nunca pensé que muchas
de estas madres hubieran sido víctimas de la injusticia, de la inequidad de género y las
dificultades en la organización familiar, social y comunitaria del trabajo de cuidados.
Desde lo personal, este estudio me permitió reconocer el concepto de maternidad,
del trabajo del cuidado doméstico y comprender la necesidad de ampliarlos para la
sociedad para poder dar respuesta efectiva a las condiciones socioculturales que hemos
vivido las mujeres que somos madres y las estructuras que vienen desarrollándose para
aquellas que lo van hacer.
A través de los relatos logro comprender como el construccionismo social como
paradigma de esta investigación, me aclara como estas narraciones en las cuales están
insertas significados y prácticas, confirmen que no existe una realidad objetiva externa al
sujeto sin la relación con sus entornos y por otro lado, que la investigación es un proceso
de producción de conocimientos inserto en la comunicación que se construye, conlleva mi
transformación como investigadora y el compartir relatos con quienes investigo que
permiten sus autorreflexión.
La perspectiva de género permitió entender que las construcciones sociales y
culturales han inscrito el trabajo del cuidado en unas relaciones de poder asimétricas.
170 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
Estas relaciones se ven reflejadas en los significados y las prácticas que las cuidadoras
asumen. La relación entre género y la carga del trabajo de cuidado es estrecha muestra
como las mujeres en razón a la maternidad continúan siendo las principales agentes de
cuidado, realizando acciones no remuneradas, no valoradas, no reconocidas
socioculturalmente. La mayoría de los padres de la investigación están en la categoría de
ausentes…tradicionales. Una minoría de padres han hecho cambios es decir están en
transición y ruptura…son padres que se caracterizan por la construcción de acuerdos,
normas y límites cuando se trata de la proveeduría y el tiempo del trabajo del cuidado
doméstico. Adicionalmente existe dominación patriarcal que suelen ser legitimada por el
entorno social (cultural Boyacense).
Con respecto al trabajo del cuidado doméstico, se resalta el significado y las
prácticas de las mujeres entrevistadas. Estas mujeres asumen dicho trabajo y el rol de
proveedoras del cuidado de sus familias; se consideran a sí mismas indispensables en lo
relacionado con las prácticas de crianza de los hijos e hijas y, la transmisión de la tradición
y el cuidado del hogar.
De acuerdo con lo expresado en el párrafo anterior, las mujeres entrevistadas han
naturalizado e interiorizado el rol de proveedoras del cuidado, y establecen normas para
asumirlo por completo. Sin embargo, el trabajo del cuidado tiene una connotación
peyorativa y discriminada, son actividades no remuneradas, no valoradas, ni reconocidas
socioculturalmente. A estas mujeres madres “les toca” asumirlo sin queja y sin buscar
alternativas que garanticen un equilibrio sociocultural.
Según el concepto de cuidado como trabajo, la expresión “trabajo del cuidado
doméstico” hace referencia a las actividades que requieren energía, tiempo, y desgaste
físico y emocional. Las mujeres estudiadas cumplen a cabalidad los preceptos
mencionados como proveedoras de trabajo del cuidado doméstico en sus hogares, siendo
su actual proyecto de vida (madres y trabajadoras).
Cuando se habla del “trabajo del cuidado” se hace referencia a todas las
“actividades domésticas” las que se hacen en el “hogar”, es decir actividades que se rigen
bajo la ética femenina, la ética de la vida privada y lo privado asignado como
¡Error! El resultado no es válido para una tabla. y recomendaciones 171
responsabilidad de la mujer. Autoras como Luz Gabriela Arango y Pascale Moliniere
describen la ética femenina como aquella que naturaliza el cuidado como un deber a cargo
de la mujer. La ética femenina se ve reflejada todo el tiempo en las entrevistadas, en
expresiones como “todo me toca a mí, yo soy la que se, yo soy la mamá”, las cuales revelan
la asignación de todas las tareas domésticas a ellas por ser las madres y su adopción
como si fuera lo normal o habitual. Tronto profundiza aún más en la influencia del género
en estos roles, los cuales expresan poder y son representaciones sociales de
masculinidad. Estas representaciones sociales están construidas bajo la ética femenina, y
generan relaciones de poder que legitiman esta separación social de roles y la división
sexual del trabajo, vista en esta investigación con mayor carga para las madres y la falta
de corresponsabilidad del cuidado al interior de los hogares.
En la vida cotidiana, las mujeres viven sin ser conscientes de las prácticas de
dominación patriarcal que suelen ser legitimadas por el entorno social. Las mujeres
entrevistadas mencionaron prácticas que indican la naturaleza de cuidadoras y
desempeñan una función clave en la garantía de la crianza de las niñas y los niños. En
este planteamiento la cultura Boyacense establece medidas de protección mínimas y
estrategias limitadas para proveer bienestar a las mujeres de ejercer este rol impuesto.
La vida de estas mujeres se ha caracterizado por tener al hogar como el centro de
desempeño personal y laboral. Desde cortas edades, las mujeres por el hecho de ser
mujeres, fueron inducidas a participar en el trabajo del cuidado doméstico y asumirla por
completo en la adultez. Aprenden muchas veces a subyugarse, relegarse y despojarse de
la autonomía propia, de su familia y la sociedad. La naturalización de la división sexual del
trabajo ha generado que la responsabilidad se delegue únicamente en la madre y el castigo
por ser madres, es la saturación de actividades que le permitan responder como sujeto en
la sociedad, que exige acciones más allá de la capacidad humana.
El trabajo del cuidado doméstico de las mujeres entrevistadas las ha llevado a
ignorar su existencia y su aporte a la dinámica de socialización y reposición de la fuerza
de trabajo. Acciones como el mantenimiento del hogar en el ámbito familiar, la crianza de
los niños y niñas pequeños -que demanda la mayoría de la atención y el esfuerzo, el
ejercicio de la maternidad, el aporte a la estabilidad de la pareja; muchas veces conlleva
172 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
al detrimento de realización personal como mujer, así como su aporte económico, social y
cultural a la sociedad en general.
De acuerdo con los relatos, no se evidenciaron los motivos ni razones que tuvieron
las mujeres para llegar a ser madres y asumir la responsabilidad que implica la maternidad,
es decir, la maternidad no ha sido asumida por convicción o decisión si no por costumbre,
porque no había otras opciones. Las mujeres no cuestionan la posibilidad de tener hijas o
hijos y lo que esto puede llegar a conllevar.
Únicamente una madre manifestó su decisión consentida de quedar en embarazo,
planeándolo con su pareja y familia consideró, además, estar acompañada con las mejores
condiciones socioculturales propicias para lograr sacar adelante a su hijo.
En cuanto a la dimensión material del cuidado, las madres asumen la totalidad de
la responsabilidad del cuidado de sus hijas e hijos, con acciones que responden a las
necesidades de un bebé como son alimentación, vestido, juego y recreación. Dichas
jornadas son extenuantes y expresaron las entrevistadas que son tareas invisibles y
rutinarias, que gastan todo el tiempo, la energía y la fuerza pero que hay la sensación que
es un tiempo vacío, “de no haber hecho nada”. La rutina adquirida tras el nacimiento de
sus hijos solo las ha afectado a ellas por ser madres, son prioritarias por encima del
autocuidado y del descanso propio.
En los relatos de las mujeres fue posible observar que hay activismo traducido en
“haciendo y haciendo” sin un análisis hacia “¿dónde voy?” o “¿en qué estoy?” centrada en
soportar para cuidar y no se hace un progreso el proyecto de vida. Ellas enmarcan todo en
una visión abnegada de lo que “debe ser” lo que espera la sociedad, la familia, la pareja y
la hija o el hijo.
La visión cultural sigue siendo que el hogar es responsabilidad de las mujeres y de
ellas depende el bienestar de la familia. En la sociedad persisten esquemas de
vulnerabilidad y saturación cotidianas que las discriminan. Por ejemplo, las mujeres
entrevistadas refirieron que sus compañeros y/o esposos en su mayoría, las “apoyan” en
los quehaceres de la casa cuando “pueden” siempre y cuando tengan la disposición físico
¡Error! El resultado no es válido para una tabla. y recomendaciones 173
y emocional una vez regresen del trabajo. La mayoría de las entrevistadas los justificaron,
pero mantienen la queja de la falta de compromiso frente a la responsabilidad del hogar.
En cuanto a la dimensión emocional las entrevistadas encuentran ambivalencia en
los sentimientos que genera la maternidad y el trabajo. La idea de que la maternidad es
amor y ese amor las lleva a sentir culpa. Se angustian por estar trabajando y no estar con
el bebé y de estar con el bebé y no estar trabajando, la culpa por producto de esa idea de
ser primero que todo una madre amorosa y el amor como la base de los sentimientos que
se tienen en torno a la maternidad. Con la maternidad hay temor de que sus compañeros
las dejen solas por la atención que demanda el bebé.
Hay emociones atribuidas a cuidar que les generan dualidad de sentimientos. La
satisfacción de cuidar versus la insatisfacción de no ser reconocidas; disgusto,
preocupación e impotencia por no lograr apoyo para el cuidado de sus hijos; frustraciones
asociadas a la capacidad propia de darle a sus hijas e hijos tiempo, manutención y
bienestar requeridos.
El significado de ser madre, enmarca en ellas el deseo de tener hijas e hijos y la
oportunidad de lograr un objetivo individual o común con respecto a la familia y a la vida
personal.
La dimensión moral, es el principal mecanismo cultural por el cual las mujeres
entrevistadas asumen esta sobrecarga, es la culpa y determina si lo que hace es correcto
o no. Reconocen que si ellas fallan en la crianza del hijo o la hija serán castigadas por la
sociedad y con desconsuelo manifiestan que “No se estigmatiza al hombre a nivel social
por el abandono en el cuidado de las hijas e hijos”.
De acuerdo con las entrevistas, la responsabilidad de ser la madre es alta. Son las
encargadas de sus hijas e hijos, tengan o no pareja o familia que las apoye. La dualidad
de la maternidad y las decisiones de vida son manifestadas en aquellas cosas que dejaron
de hacer por ser madres; sin demeritar la felicidad de sus hijas e hijos.
En cuanto a la Organización Social del Cuidado por el diamante del cuidado
según Razavi, es considerada como el desempeño de la arquitectura del cuidado que
174 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
presenta caras con tamaños diferentes en la sociedad, es una categoría importante para
esta investigación. Los componentes de la organización Social del cuidado son mediados
por la familia, el estado, el mercado y las redes.
Por la Familia
Sobre la organización Social del cuidado, los relatos corroboran que la mujer es la
principal responsable de las funciones del trabajo del cuidado, dando respuesta a una
construcción social asumida. Tanto en el medio rural como urbano, las mujeres sean
hermanas, tías, abuelas, suegras son quienes garantizan el cuidado.
El grupo doméstico organiza el cuidado implícita o explícitamente, es decir, el
cuidado se realiza fundamentalmente en las familias por parte de las madres; hay
familiarización del cuidado, o sea, el trabajo del cuidado del menor de un año es se
distribuye entre las mujeres de una familia extensa.
Teniendo en cuenta la estructura familiar, la investigación revela que los hogares
donde la mujer es cabeza de familia tienen más de una hija o hijo y personas mayores que
requieren cuidado y que los hogares con jefatura femenina tanto extensos como nucleares
es la madre quien tiene la responsabilidad del cuidado y la totalidad de los gastos del
hogar. De ellas depende el sustento, la manutención económica y el bienestar de sus hijas
e hijos y en algunos casos de sus padres. En la familia nuclear los gastos del hogar son
compartidos por la pareja, pero con mayor aporte de la madre por las acciones de cuidado
con la hija o el hijo menor de un año.
Por el Estado
Las políticas nacionales son dicientes sobre este tema como lo establece el artículo
43 de la Constitución Política de Colombia (1991) “Durante el embarazo y después del
parto gozará de especial asistencia y protección del Estado, y recibirá de este subsidio
alimentario si entonces estuviere desempleada o desamparada”. No obstante, se evidencia
la preocupación que viven y relatan las mujeres lactantes, especialmente para que las
niñas y los niños en el primer año de vida sobrevivan y se les garanticen sus derechos.
¡Error! El resultado no es válido para una tabla. y recomendaciones 175
El reconocimiento de políticas, normatividad y/o programas de las mujeres
entrevistadas está relacionado con la licencia de maternidad y lactancia materna. No tienen
un conocimiento claro de cómo acceder al beneficio de la licencia de maternidad y de la
lactancia materna.
La licencia de maternidad solo es para aquellas que tienen acceso a un trabajo
formal y pueden asegurar en esos meses los ingresos requeridos. En el caso de no tener
un empleo formal, ella tiene que asumir su responsabilidad económica. Hay una diferencia
marcada en la forma del trabajo remunerado (informal/formal y del formal la forma de
contratación) frente al beneficio del uso de la licencia de maternidad y la lactancia materna.
En la contratación por OPS el responsable del pago es la EPS y las entrevistadas refirieron
demoras en el pago o centrándose en lo que la mujer cotizó. Respecto al trabajo
remunerado informal en los casos estudiados, las mujeres no accedieron a la licencia de
maternidad ni el tiempo para ejercer la lactancia materna. La ley María o licencia de
paternidad aplicó para los hombres que cumplieron con los requisitos. Sin embargo, esta
investigación demuestra que el acceso a las licencias legisladas es limitadas o precarias.
Si bien existe una política de derechos establecida para las mujeres con hijas e
hijos pequeños, éstas no se hacen visibles para favorecer la distribución del trabajo del
cuidado al interior de los hogares. La normatividad está situada en las necesidades de las
hijas e hijos más que en las que realmente favorecen a las mujeres; está establecido en el
cuidado y no en las necesidades. La mayoría de estas mujeres piensa que la licencia
debería ser más larga, hasta que sus bebes adquieran un poco más de independencia.
Persiste la preocupación de la persona más idónea con quién y dónde pueden dejar
a su hijo para el cuidado mientras ellas trabajan. Algunas mujeres han encontrado en
programas de atención a la primera infancia la posibilidad de tener el cuidado de sus hijas
e hijos, la asistencia a programas es muy parcial y el servicio es insuficiente.
El Estado se ve como un actor lejano, distante de la realidad de las mujeres
entrevistadas, con un papel débil a su situación de vida. Ellas no tienen suficiente
información de la oferta institucional que tiene el Estado para las mujeres. Aunque los hijos
de algunas entrevistadas son usuarias de programas como los del ICBF, deben reunir
ciertas condiciones tal como ser mayor de 6 meses y el horario de atención no coincide
176 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
con el horario de trabajo remunerado de las entrevistadas. En cuanto al acceso a los
jardines infantiles se dificulta su uso tanto en el área urbana como rural por las distancias.
Algunas reciben subsidios dirigidos a las familias con niñas y niños pequeños,
consideran que es muy poco con respecto a la necesidad que ellas tienen y la de sus hijas
e hijos. La gran mayoría de ellas tienen relación con el Estado a través de la atención en
salud con el régimen subsidiado según la clasificación SISBEN, que la califican como una
buena oportunidad para ellas y sus bebés.
Por el mercado
Los relatos permitieron corroborar que mientras exista el trabajo de cuidado y el
trabajo remunerado, la compra de servicios para el cuidado se hace a través de quien
realiza fundamentalmente el cuidado, es decir, la mujer (madre) en la familia. En la mayoría
de los casos estudiados, para el cuidado de las niñas y niños más pequeños tienen que
buscar una institución privada o recibir apoyo de un tercero, de lo cual el compromiso y
responsabilidad de la madre es pagarla de su propio salario.
Por las redes
Para el conjunto de mujeres entrevistadas, la organización social de cuidados es
escasa, en las mujeres que optan por la red parental, la madre es quién ejerce el trabajo
del cuidado doméstico, de lo contrario, se confiere a personas externas (mujer) mediante
una remuneración. Sus estrategias se establecen como una serie de acciones
encaminadas a articular el cuidado a cargo de otros familiares que pueden estar entre la
solidaridad y la remuneración y la mercantilización del cuidado como jardines públicos,
privados y servicio doméstico contratado.
Algunas de las entrevistadas cuentan con las redes vecinales, pero les significan
inseguridad y desconfianza. La ausencia de redes de apoyo efectivas, restringe a las
mujeres, puesto que sobre ellas recae la búsqueda de subsistencia y bienestar. Dado que
no existe un cambio sustancial en la división sexual del cuidado, las mujeres asumen más
cargas.
¡Error! El resultado no es válido para una tabla. y recomendaciones 177
En relación con el trabajo remunerado de las mujeres madres de niñas o niños
menores de un año se puede establecer el choque entre sus significados y prácticas en la
cotidianidad de estas mujeres; cuando el rol materno y el trabajo son simultáneos, la
dificultad manifiesta es lograr responder a ambas responsabilidades con resultados
satisfactorios.
La participación de la mujer en el mercado laboral, sin dejar las labores del trabajo
del cuidado, genera una crisis de familia. Esto significa para ellas un reto mayor para
quienes cumplen con las labores de crianza y cuidado de niñas, de niños y de
generaciones mayores.
La corresponsabilidad de género es inequitativa y la existencia de relaciones
asimétricas de poder, son más evidentes cuando se une la responsabilidad del trabajo del
cuidado y el mercado laboral, el cual se realiza para algunas de las mujeres como
reconocimiento social (asumirse no solamente como amas de casa, sino como
empresarias, trabajadoras, estudiantes y profesionales) y se hace evidente con una mayor
participación en las decisiones de la familia, adicional, a la satisfacción de la mujer como
parte de su desarrollo personal y profesional, sin embargo, la carga de responsabilidades
en la mujer se ve aumentada al asumir esta doble carga. Existen diferencias significativas
para las mujeres proveedoras de cuidado y contratadas en la informalidad generando más
consumo de energía y esfuerzo. Adicionalmente, hay deterioro físico y emocional,
representado en cansancio, fatiga y desánimo.
Este estudio se centró en dos tipos de trabajo remunerado para enfatizar el grado
de vulnerabilidad de las mujeres madres, el cual se acrecienta de acuerdo con el lugar de
residencia y nivel educativo. El primer tipo es el trabajo remunerado informal que como se
describió en el documento, no tiene ningún tipo de garantía y puede llegar a tener acciones
de explotación por no ser regulado más allá de la voluntad de un patrón; sin embargo, es
la opción con la que cuentan muchas mujeres para acceder a recursos monetarios ante la
falta de un empleo formal y la necesidad de sobrevivencia de su hija o hijo menor de un
año. El segundo tipo es el trabajo remunerado formal, el cual está sujeto a las
normatividades laborales y de trabajo independiente dado por el Estado y que tiene unos
niveles de garantías y derechos como es la licencia de maternidad y de lactancia materna.
178 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
La mayoría de las mujeres entrevistadas tiene la necesidad de suplir necesidades
monetarias de sus hijas e hijos y propias para sobrevivir. La mujer trabaja en la búsqueda
de ingresos y satisfacción como parte de su desarrollo personal y profesional. Así, las
mujeres acceden a recursos económicos para la manutención de sus familias, sin
embargo, el tipo de empleo define si la vulnerabilidad se incrementa o no y por ende, la
afectación en el cuidado de hijas e hijos menores de un año. Esto implica mayor esfuerzo
para ellas, porque quieren cumplir su rol de madres satisfactoriamente después de largas
jornadas laborales.
Más de la mitad de las entrevistadas tienen empleo formal y viven en la zona
urbana, con afiliación al sistema de salud en el régimen contributivo, tuvieron licencia de
maternidad y lactancia materna, pero la mitad de este grupo sigue esperando que la EPS
pague su licencia. Solo una de ellas tiene un trabajo de planta, la gran mayoría tiene
contrato por prestación de servicios y tienen que pagar su seguridad social; perciben
además, que no hay estabilidad laboral, únicamente acceden a contratos con tiempo
definido y sin prestaciones sociales.
La mitad restante de las mujeres refirió tener empleo informal en el momento de la
entrevista. De la totalidad de este grupo está vinculada al régimen subsidiado de salud y
no tuvieron licencia de maternidad, ni tiempo para la lactancia materna. Iniciaron a trabajar
al poco tiempo de tener su hija e hijo y los contratos establecidos eran verbales. Las
labores están sujetas a la decisión del contratante y todas manifestaron que la
remuneración era muy inferior a sus expectativas, no obstante, se conforman porque “lo
importante es tener trabajo” y les ayuda a suplir algunas de sus necesidades básicas,
inclusive hasta ahorrar.
Todas las madres que viven en la zona rural mezclan las actividades del hogar con
las del trabajo remunerado, por lo que perciben que el trabajo se convierte en
responsabilidades del hogar
Todas las mujeres que trabajan en la informalidad refirieron que no tienen
protección del Estado como madres. Todas trabajan por la necesidad de subsistir y
¡Error! El resultado no es válido para una tabla. y recomendaciones 179
perciben que no tienen estabilidad en el trabajo, el horario no es estable y depende del
contratante.
En el ámbito rural, el principal trabajo remunerado es informal. Este tipo de trabajo
está asociado al trabajo del cuidado; es decir, con la cotidianidad del hogar al mezclarse
en los espacios y en las actividades. La retribución económica está sujeta a la voluntad de
un tercero, el cual a veces es su pareja y a quienes ellas desde la formación tradicional y
conservadora sociocultural aceptan como patrono. La mayoría de las mujeres aceptan
estas condiciones por miedo a perder el trabajo y también por desconocimiento de la
remuneración económica ofrecida por el trabajo en el campo.
La mayor preocupación de las mujeres estudiadas es el quien y dónde pueden dejar
a su bebé para su cuidado mientras ellas trabajan. No obstante, el sitio de trabajo les
representa un espacio de socialización donde pueden salir de la rutina del hogar.
En el contexto urbano, el nivel educativo de las mujeres entrevistadas definió si el
accedían a trabajos formales e informales. Algunas mujeres con bajo nivel educativo
expresaron en las entrevistas que “les tocaron” trabajos con baja remuneración, con
contratos verbales e inestables porque no tenían más opciones, ni posibilidades frente a
las otras mujeres con mayor nivel educativo.
La oferta laboral en el municipio de Duitama es limitada y la mayoría de las ofertas
son informales. Siendo ésta la principal opción de muchas de las mujeres para acceder a
recursos monetarios ante la falta de un empleo formal. En el ámbito rural, el principal
trabajo remunerado es informal, mientras que en lo urbano, la diferenciación de lo informal
y formal está relacionado de forma directa con el nivel educativo y la posibilidad de acceso
de trabajo que el contexto laboral les brinda.
En la idiosincrasia de los boyacenses persiste la estructura patriarcal, manifestada
en la visión de las mujeres en los roles domésticos y reproductivos, y a los hombres en los
roles sociales y productivos. Sin embargo, esto solo ha existido en ideas conservadoras;
porque, la mujer ha sido parte de los roles productivos ante la necesidad de aportar, apoyar
o mantener la familia, vinculado siempre al rol reproductivo. En este momento, se evidencia
el reconocimiento de la mujer en espacios productivos y mayor incursión es espacios
180 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
laborales formales que mejoran la condición socio económica y el reconocimiento familiar
y social. En algunos espacios se evidencian cambios de paradigmas en cuanto al rol de la
mujer y se proyectan no solo como amas de casa, sino como empresarias, trabajadoras,
estudiantes y profesionales.
Como resultado de este estudio se resalta el valor que representa el desempeño
profesional y laboral para la mujer. El trabajo tiene incidencia en el carácter, las condiciones
de vida y las relaciones familiares y sociales. Los ingresos generados del trabajo
remunerado permiten a las mujeres aportar económicamente a la familia – y en algunos
casos, les da voz y voto en las decisiones; y aumentar la autoestima y confianza. Cuando
la administración de los recursos económicos de la familia está a cargo de las mujeres, se
observan resultados tangibles en corto tiempo, tales como mejoramiento de la
infraestructura de la vivienda, compra de electrodomésticos, participación familiar en las
decisiones y otros proyectos de vida.
La relación y la concertación de las responsabilidades del hogar, el trabajo
remunerado y tener niñas y niños menores de un año fueron consideradas como aspectos
demandantes para las mujeres entrevistadas. La priorización de estos roles y de las
responsabilidades, determina el bienestar y las decisiones que ellas toman en la
cotidianidad.
De acuerdo con concepciones históricas y culturales, las mujeres entrevistadas
consideraron el cuidado de las niñas y los niños como prioridad para garantizar la
protección y supervivencia, pero a la vez, no existen garantías para su manutención;
mostrando niveles de vulnerabilidad de las mujeres en tanto su condición de vida y en la
fortaleza de sus redes sociales.
El que las mujeres asuman las responsabilidades como la de trabajar y aportar
recursos económicos a la economía familiar no las exime de los compromisos al interior
del hogar; en algunos casos, las actividades aumentan al verse enfrentadas a las
actividades que implican los roles de mujer trabajadora, madre, esposa, hermana e hija.
¡Error! El resultado no es válido para una tabla. y recomendaciones 181
Cuando las mujeres tienen un trabajo remunerado se enfrentan a la ambivalencia
constante entre el cuidar a su bebé y la culpa de no cuidarlo, como consideran que se debe
hacer. Un factor clave en este proceso es el “no tener tiempo para”, la necesidad de
trabajar y la responsabilidad del hogar hace que ellas no encuentren el tiempo que
requieren para realizar sus actividades y las lleva a la frustración, al desánimo y al
cansancio.
Los problemas descritos por las entrevistadas, la relación asimétrica entre el trabajo
remunerado y el trabajo del cuidado doméstico en la zona rural, son consecuencia de la
ineficiente planeación gubernamental e implementación en los programas municipales. Se
desconocen las necesidades de las mujeres y de las madres y el resultado es el incremento
de la vulnerabilidad generada por programas instrumentados y ejecutados
inadecuadamente.
El trabajo del cuidado doméstico a menudo impidió que todas las mujeres del
estudio accedieran a mejores oportunidades de estudio y empleo. Las estrategias
sugeridas por las participantes se relacionaron con promover la participación de la mujer
en el trabajo remunerado, de tal forma que mejoren los ingresos sin demandas adicionales
de tiempo, se garantice el bienestar propio, el de sus hijas e hijos y el estado de salud
física y emocional.
Las mujeres entrevistadas solicitaron la inclusión de otras formas de
responsabilidad para el cuidado, aunque se trate de algo excepcional. Sin embargo, el
Estado continúa siendo ineficiente al plantear estrategias para la atención de niñas y niños
o para su cuidado.
Todas las mujeres sin importar el estrato socioeconómico, identifican ante la doble
jornada, el abandono, la explotación de la sociedad, se sienten relegadas en los diferentes
ámbitos tanto en la familia, en la institucionalidad y en la comunidad por la exigencia en
todos los sectores “El que no trabaja no come”.
El aporte económico de la mujer a la familia se subestima y el trabajo del cuidado
doméstico en el hogar sigue siendo invisible, a pesar de que el trabajo remunerado de las
mujeres no es algo nuevo. La mujer ha trabajado siempre, especialmente en el “rebusque”
182 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
de oficios y actividades para conseguir el sustento familiar. A veces con ayuda de un
compañero o de una familia extensa; pero ajeno que estos existan o no, es ella quien lidera
esta responsabilidad.
Las mujeres a diario proyectan imaginarios para ellas, sus hijas e hijos donde están
las motivaciones para el hacer, el estar, el sentir, condiciones para lograr su desarrollo.
Supone entonces el reconocimiento y valoración del trabajo remunerado de la mujer como
requisito para garantizar equidad entre hombres y mujeres en la distribución de los roles y
las funciones para desempeñar los trabajos del cuidado domésticos.
La revolución feminista ha categorizado al cuidado como un trabajo y lo entiende
como la serie de actividades dirigidas a reproducir la vida de nuevas generaciones, el papel
que juegan estas mujeres y que no es apreciado suficientemente por la sociedad. Según
las condiciones como este traspaso y reproducción de sociedad y cultura se realice, va a
influir en el crecimiento y en la identidad de dicha sociedad. Dadas las tradiciones tan
arraigadas en Duitama (Boyacá) hay más dificultades para reproducir la vida en
condiciones ideales.
La negociación sobre las prácticas y las responsabilidades del trabajo del cuidado
doméstico entre hombres y mujeres son muy complejas porque éstas se cruzan con el
discurso sobre el instinto y la naturalización del cuidar y el afecto que supuestamente esta
naturaleza para el cuidado conlleva: siempre las madres pendientes del cuidado y de todo
lo correspondiente a la casa y más, se encargan del cuidado del bebé cuando el padre
siempre se encuentra a la distancia de sus hijas e hijos.
La conciliación entre el trabajo remunerado y el trabajo del cuidado doméstico es
mínima y llena de obstáculos en la mayoría de los casos estudiados. Constituye más un
arreglo de las madres, para proteger a sus hijas e hijos menores de un año por su
requerimiento total de atención, vinculándose al sector informal, tiempos combinados entre
la tarea de maternidad complementadas con otras estrategias de productividad para
devengar ingresos; en el sector formal con graves problemas de tiempo que atentan contra
su salud. De todas formas, sus tiempos laborales y familiares les ocupan la vida diaria e
impiden que ellas construyan el tiempo para sí, no sólo su propio tiempo libre, sino lo más
¡Error! El resultado no es válido para una tabla. y recomendaciones 183
grave, el tiempo de la reposición de las energías a través del sueño, todas tienen unas
jornadas muy largas de actividad durante todo el día, la semana e inclusive el día domingo.
Una diferencia marcada entre el ámbito rural y el urbano es la posibilidad de trabajar
y cuidar a sus hijas o hijos menores de un año. En lo urbano no tienen posibilidad de llevar
a sus hijas e hijos al trabajo; por lo cual, tienen que dejarlo con terceros, sea este familiar,
una persona contratada para tal fin o en un jardín; sumando a sus gastos el cuidado de
sus bebés. En cambio, en lo rural las mujeres expresaron llevar a sus hijas e hijos al sitio
del trabajo referencian la posibilidad de ser ellas quienes asumen su cuidado y estar así
más tranquilas, pero a su vez manifiestan que esto implica una sobrecarga para realizar el
trabajo y el cuidado a la vez.
En lo relacionado con las mujeres en el proceso del trabajo de cuidado doméstico
y partiendo de los elementos antes expuestos, y de la experiencia concreta de las mismas,
es necesario resaltar la importancia que las mujeres tienen en la reproducción de la cultura
a partir de su lugar en la unidad doméstica y de las labores que realizan en la esfera de lo
cotidiano y lo privado, pero también a partir de la organización, es decir, que al insertarse
en la vida pública, las mujeres además juegan un papel central de la cultura, transformando
y adaptando elementos nuevos que permiten la mejor convivencia en las familias.
Transformar la sociedad es la clave. No es romper esquemas de familia o negar la
posibilidad que las mujeres trabajen. Al contrario, es involucrar más al colectivo familiar,
surge la necesidad de cambiar la división sexual del cuidado en la noción del trabajo del
cuidado doméstico que permita mejorar el tiempo que requieren las mujeres para poder
desempeñar un trabajo remunerado. Además, es mejorar las condiciones laborales para
que esta tenga la posibilidad de cuidar su familia sin sacrificar o delegar a terceros este
rol.
Las mujeres están redefiniendo interiormente su papel a jugar como mujeres más
visibles y autónomas, participar con sus relatos para la efectiva planeación de actores
claves como Estado, la familia, el mercado y la comunidad, es clave para lograr llevar a
cabo todas las actividades del día a día con el cuidado de sus hijas e hijos menores de un
año, sus otros hijos, la alimentación, el aseo del hogar, las actividades de trabajo
remunerado cumpliendo horario, entre otras. Significativamente está generando
sensibilidad y responsabilidad social. Y esto es porque la mujer más que criadora, más que
184 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
doméstica, es maestra y formadora emocional, física e intelectual de sus hijas e hijos. La
mujer es el punto de partida de generaciones y hay que hacerlo conocer.
6.2 Recomendaciones
A partir de los resultados obtenidos en esta investigación, puedo plantear:
La participación de la mujer en la gestión, organización y ejecución de las políticas
y planes de desarrollo, que permita empoderarla en liderazgo y en la capacidad en la toma
de decisiones; dándole condiciones y oportunidades de injerir en estos procesos desde la
pluralidad, diversidad y desde sus roles reproductivos, productivos y familiares.
Las políticas deben promover la inclusión de la mujer con el fin de mejorar los
procesos de transformación de la familia y la sociedad, a partir del fortalecimiento de la
cultura y el fomento del aprendizaje; establecer acuerdos, alianzas, diálogos, y
concertaciones para construir compromisos que incidan positivamente en el desarrollo
familiar y social.
Este tipo de investigaciones permite identificar puntos clave en los cuales las
políticas públicas establezcan acuerdos y encuentros sociales. Es decir, asuntos implícitos
a la sociedad pero han sido naturalizados y se ignoran en la cotidianidad. La sociedad civil
debe participar activamente en la construcción de políticas públicas incluyentes y no
esperar a que terceros lo hagan. En este sentido, las mujeres que participan en el trabajo
del cuidado doméstico de las niñas y los niños menores de un año y quienes ejercen un
trabajo remunerado para su sustento requieren mayor conciencia sobre lo que realizan, su
rol, su actitud y posicionamiento; de esta manera, plantear condiciones más justas, de
mayor bienestar tanto para ellas, las niñas y los niños menores de un año. En esa medida,
se podría llevar a cabo, la política municipal, departamental y nacional de equidad de
género, familia y cuidado que comprenda los siguientes aspectos:
¡Error! El resultado no es válido para una tabla. y recomendaciones 185
Realizar esfuerzos de sensibilización y promoción del enfoque y estrategias
de la iniciativa de armonización del trabajo del cuidado doméstico en el nivel local en los
diferentes organismos, instancias comprometidas con el desarrollo territorial para que
inserten el tema y las estrategias del trabajo remunerado de las mujeres con la doble
jornada y con hijas e hijos menores de un año en sus agendas y procesos que se logre
abordar con mayor efectividad los retos del desarrollo social.
Desarrollar habilidades en las familias y así éstas aprendan y reflexionen
sobre su dinámica, desarrollar la capacidad de empatizar, establecer interrelaciones y
crear una conciencia colectiva que permita organizar el trabajo del cuidado doméstico en
menores de un año en función de una visión de futuro.
Fortalecer las redes sociales y acceder a una nueva etapa de desarrollo
teórico y aplicativo en el campo de empoderamiento de las mujeres madres y trabajadoras.
Acompañar el proceso de autogestión del proyecto de vida a fin de
potencializar las destrezas y las competencias de las mujeres.
Generar espacios efectivos de discusión y reflexión crítica sobre la
influencia de los modos de vida, condicionados por factores económicos, políticos y
culturales, en la situación de las mujeres madres y trabajadoras.
Los cambios en los comportamientos son de difícil introducción, especialmente en
las relaciones interpersonales. El trabajo concertado, respetuoso y constante para que se
modifiquen las conductas asociadas al desconocimiento de los derechos de las mujeres,
requiera más de una generación para evaluarlo, sin embargo, a lo largo de la historia, las
sociedades que introducen cambios en favor de la protección de los derechos de las
mujeres, las niñas y los niños, quiénes son más vulnerables, reportan beneficios en la
dinámica social para lograr que ésta sociedad se comporte de manera más empática,
menos violenta y con mayor bienestar.
Fortalecer la identidad de estas mujeres en sus diferentes roles; lo caracterizado
en el contexto así lo evidencia, sus limitaciones culturales, sociales, educativas, la
invisibilidad social frente a su aporte al desarrollo, desde los espacios domésticos y
186 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
públicos como en sus trabajos remunerados; son realidades que transforman consciente
o inconscientemente su cotidianidad, así mismo la dicotomía entre los roles sociales
aprendidos y el deseo de ser, hacer y sentir; la contradicción entre la cultura patriarcal y la
situación generada por la modernidad, son experiencias nuevas y diferentes, que las
confunden pero que a la vez les crean expectativas de futuro. Aumentar al máximo el
efecto favorable que tiene el ingreso del concepto de trabajo del cuidado doméstico de la
mujer, demostrar y hacer todo lo posible por ampliar su capacidad para generar ingresos
y controlarlos, además de promover condiciones equitativas para permitirlo.
Lograr la equidad de género real, visible y palpable, es una necesidad imperiosa,
el reconocer el papel de la mujer en todos los ámbitos sociales y su aporte a la economía
del país y su desarrollo, puede hacer una gran diferencia en la calidad de vida no solo del
género femenino sino de todas las personas con las que una mujer tiene una relación
laboral, social, familiar, de pareja y parental.
Destacar el avance que suponen las nuevas tecnologías de la información para
mejorar las condiciones de vida de las mujeres, siempre que haya un acceso generalizado
y en igualdad de oportunidades a estas herramientas. Las administraciones deberían hacer
un gran esfuerzo para acercar las tecnologías de la información a las zonas rurales. Su
manejo generalizado cubriría muchas de las necesidades de información, formación,
intercambios de experiencias de la mujer rural.
Fortalecer el rol paterno en la familia mediante competencias para el trabajo del
cuidado doméstico frente a sus hijas e hijos menores, a través de procesos educativos en
los que adquieran estrategias personales, emocionales y educativas que les permitan
implicarse de forma eficaz en la construcción de una dinámica de convivencia familiar
positiva y en el desarrollo de modelos parentales adecuados para la familia, la sociedad y
la comunidad.
Incidir con respecto a la legislación institucionalidad con normativas que las
reconozcan como trabajadoras remuneradas (Informal) y además con las trabajadoras
formales que están sujetas al pago que hacen a la seguridad social para su licencia de
maternidad y el tiempo para la lactancia materna, debería ser mucho más tiempo y los
¡Error! El resultado no es válido para una tabla. y recomendaciones 187
subsidios como en otros países se deberían de dar hasta el año, para lograr un mayor
bienestar con las hijas e hijos, y tener tiempo para el cuidado de las mujeres en esta etapa
de la vida.
A partir de esta reflexión sobre los resultados obtenidos en esta investigación,
puedo plantear la importancia de implementar la normatividad explícita en la política
pública con respecto a la maternidad y al trabajo de las mujeres en este ciclo de vida. La
Constitución (ver Tabla 6) marca un camino de derecho clave que ha sido parcialmente
implementada en la sociedad colombiana y sus leyes. El Estado ha garantizado la atención
primaria para el parto de las mujeres (donde hay atención médica), pero más allá de este
derecho asistencial, la protección de la crianza en niñas y niños tan pequeños ha estado
dirigida a aquellas mujeres que tienen un trabajo remunerado formal y quienes, por lo tanto,
tienen acceso en tiempo y dinero de una licencia de maternidad y de lactancia.
Esto ocurre porque hay un desconocimiento, voluntario o discriminatorio, sobre las
necesidades y requerimiento de las familias, las mujeres y sus hijas e hijos para la
supervivencia y fortalecimiento social, cultural y biológica. Poner en un hecho “natural”
marca una generalidad inexistente entre los diferentes casos de ser madres, padres y de
crecer. Por lo tanto, es inherente que desde el sector público sea estudiada y reconocida
esta situación de las mujeres trabajadoras remuneradas formalmente pero también en la
informalidad vinculadas en la crianza de niñas y niños menores de un año a nivel nacional
yendo más allá de una condición asistencial a un reconocimiento social y legal en la labor
que tienen y deben realizar para tener un mejor entorno.
Si la reproducción y transformación de la cultura pasa principalmente por las
mujeres será necesario implementar en la política pública las condiciones que permitan
replantear la situación de la mujer con la doble jornada y en el trabajo del cuidado de una
hija e hijo menor de un año, construidas a partir de la cultura y en tanto son las mujeres
las principales reproductoras de esta, teniendo principios de equidad y justicia a su
situación para permitir que puedan desarrollar todas las expectativas que tienen frente al
desarrollo de su proyecto de vida.
A partir de esto, a nivel nacional, podría establecer cuáles son las acciones
inmediatas y cuáles deben ser implementadas a mediano y largo plazo. Acciones tales
188 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
como: garantizar la subsistencia del cuidador (en este caso las mujeres entrevistadas) y
las niñas y niños menores de un año, edad que tiene mayor riesgo de morbilidad y
mortalidad. Para esto el Estado y sus instituciones deben conocer la situación que viven
las diferentes familias en el país desde el requerimiento de la alimentación, vivienda y
seguridad.
Otro factor a mediano plazo sería dentro del ámbito escolar ampliar los derechos a
la equidad de género y sus implicaciones. Es decir, los mecanismos que la sociedad tiene
para educarse y organizarse deben estar acordes con sus necesidades y equilibrio. Esto
implicaría crear una cátedra de género que permita a los estudiantes comprender qué es
ser madre, qué es ser padre y sus implicaciones, esto para romper esquemas de “la hija o
el hijo es responsabilidad de la madre” para llegar a “la hija o el hijo es responsabilidad de
mamá, papá y familia principalmente y de la sociedad”; además, de mayor capacidad de
toma de decisiones.
A largo plazo, los procesos culturales y tradicionales deben transformarse a
condiciones de derecho y equidad. Esto ha estado pasando desde los cambios dados por
luchas desde lo femenino; por lo tanto, es un proceso lento que vendrá haciendo cambios
con cada generación. Esto permitirá en las próximas generaciones tener mayor conciencia
de toma de decisiones con respecto a la maternidad, derecho a la familia y equidad social.
A. Anexo: Consentimiento informado
OBJETIVO DE LA INVESTIGACIÓN
ANALIZAR LOS SIGNIFICADOS Y LAS PRÁCTICAS DE LAS MUJERES
TRABAJADORAS CON HIJAS E HIJOS MENORES DE UN AÑO DE LA CIUDAD DE
DUITAMA (BOYACÁ) EN RELACIÓN AL TRABAJO DEL CUIDADO DOMÉSTICO Y SU
SITUACIÓN DE TRABAJO REMUNERADO CON EL FIN DE APORTAR EN LA
IMPLEMENTACIÓN Y SEGUIMIENTOS DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS DENTRO DE
UNA PERSPECTIVA DE GÉNERO.
CONSENTIMIENTO INFORMADO
Yo _______________________________________, identificado/a con Cédula de
ciudadanía N° ________________________ al firmar el presente documento, manifiesto
que he sido informado/a sobre los objetivos del estudio adelantado y mencionado en la
parte superior de este documento.
He sido informado/a que con mi participación en esta entrevista voy a ayudar en
comprender en qué forma se percibe el trabajo del cuidado en el hogar: cuidado de los
hijos menores de un año, en relación con la vida de trabajo remunerado. A partir de esta y
otras entrevistas, el objetivo es formular sugerencias para una política pública que
responda a las necesidades de las mujeres madres y trabajadoras.
En este sentido, mi participación es voluntaria y la firma del presente documento avala mi
aceptación a lo descrito anteriormente, así como la grabación de la entrevista; también
podré retirarme del estudio cuando así lo desee.
___________________________ _________________________
Firma Ciudad y fecha
190 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
B. Anexo: Guía de entrevista .
Su participación en esta entrevista me va a ayudar a comprender en qué forma Ud. percibe
sus tareas en el hogar: cuidado de los hijos menores, tareas del hogar, la relación de su
vida en el hogar con su vida de trabajo remunerado. A partir de esta y otras entrevistas, mi
objetivo es formular sugerencias para una política pública que responda a las necesidades
de las mujeres madres con trabajo del cuidado doméstico con hijas e hijos menores de un
año y cuando a la vez trabajan en forma remunerada.
En este sentido es importante aclarar que:
Su participación es voluntaria
Es necesario autorizar la grabación de la entrevista para facilitar el proceso de análisis
de información
La información de la entrevista solo será manejada por los investigadores responsables
del tema, y que usted está en la libertad de cambiar su nombre por una clave si lo
considera necesario.
Si está de acuerdo con lo anterior, le solicito diligenciar el consentimiento informado y usted
se quedará con una copia del mismo.
Preguntas guía para la entrevista:
Esquema:
1. ¿Cómo es un día suyo?
2. ¿Cómo es su trabajo?
3. ¿Cuál es su relación con su familia?
4. ¿Cuáles son los roles de su familia?
5. ¿Qué es cuidado doméstico para usted?
6. ¿Qué es el trabajo remunerado?
7. ¿Qué actividades realiza con su bebé?
8. ¿Qué condiciones y cuidados propios y externos tuvo durante su embarazo y su
lactancia?
9. ¿A qué debe responder una política sobre la época de lactancia?
10. Para usted, ¿Cómo le habría gustado que fuera este primer año de vida de su
bebé?
Anexo A. Entrevista 191
11. ¿Cómo es la relación entre el trabajo de cuidado doméstico y el trabajo
remunerado?
1) Situación familiar de la entrevistada (conformación del hogar -personas que viven en
el hogar, grado de parentesco-)
Conformación de
la familia.
Edad Sexo Profesión Ocupación
¿Quién y cuánto dinero aportan las personas que viven en su hogar para los gastos de la
familia?
________________________________________________________________
2) Cotidianidad de la entrevistada:
¿Cómo es un día suyo ¿Qué hace Ud. un día entre semana?
Actividad Tiempo de dedicación
de hasta Tiempo
total
¿Cómo son sus fines de semana?
Actividad Tiempo de dedicación
de hasta Tiempo
total
¿Alguien le ayuda en estas tareas? ¿Cómo es la ayuda?
Quién le ayuda ¿Cómo? ¿Cuándo?
3) Toma de decisiones (división del trabajo):
¿Cómo se siente con la distribución de las tareas en su hogar?
________________________________________________________________
192 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
¿Ud. discutió con su marido / compañero o parientes sobre: ¿quién hace qué en el hogar?
________________________________________________________________
¿Hay conflictos familiares frente a la distribución de las actividades en el hogar?
¿Cuál es la actividad diaria más importante para Ud.? ¿Por qué?
4) El cuidado de las hijas e hijos pequeños:
Hablemos acerca de las actividades con sus hija e hijo bebé:
¿Es importante cuidar a su hija o hijo pequeño? ¿Por qué?
________________________________________________________________
¿Le da gusto cuidar a su bebé? ____________________
¿Qué actividades realiza con su bebé?
_______________________________________________
¿Usted cree que le está dando todo lo que el niño necesita? ¿Por qué?
_______________________________________________________________
¿Cómo ha sido la atención médica para su niño y para usted?
________________________________________________________________
(Si no salió arriba en el cuadro: ¿Alguien le ayuda en el cuidado de su bebé? ¿Cómo?)
________________________________________________________________
¿En qué cambio su vida la maternidad?
________________________________________________________________
Cuéntame de algo que hubiera querido hacer y no ha logrado en esta época de su vida:
________________________________________________________________
Anexo A. Entrevista 193
5) El trabajo remunerado
Ud. realiza también actividades diferentes a las del hogar. Descríbame en qué consiste
este trabajo:
________________________________________________________________
¿Cuántas horas trabaja a la semana normalmente? ____________
¿Cómo es el pago por ese trabajo remunerado? ___________________
¿Su trabajo es formal o informal? (con contrato laboral o por servicios / sin contrato)
________________________________________________________________
¿Cree Ud. que el pago que recibe es justo? ¿Se siente Ud. conforme con ese pago? ¿Por
qué?
_______________________________________________________________
¿Tiene Ud. afiliación a la Seguridad Social? ¿En qué forma?
________________________________________________________________
¿Trabajaba Ud. cuando nació su bebé? SI __ NO __
¿Tuvo derecho a licencia de maternidad? SI __ NO __
¿Cuánto recibió mensualmente? _________ ¿Por cuánto tiempo? ___________
¿Tuvo derecho al periodo de la lactancia materna remunerada? SI___ NO __
¿Cuáles fueron las condiciones? ¿En la casa? ___ En el trabajo? ____
Describa cómo fue:
________________________________________________________________
¿Cuánto recibió mensualmente? _________ ¿Por cuánto tiempo? ___________
¿Cree Ud. que los pagos por licencia de maternidad y lactancia materna es adecuado?
¿Por qué?
________________________________________________________________
194 Significados y prácticas del cuidado familiar doméstico de mujeres trabajadoras con hijos e hijas menores de un año
6) Percepción sobre la carga de la doble-jornada
Cuéntame la situación que ha vivido en esta combinación de trabajo fuera de casa y el
cuidado de su hijo/a: ¿Cómo lo ha logrado?
________________________________________________________________
¿Ha tenido alguna emergencia y como hizo?
________________________________________________________________
¿Conoce Ud. programas o proyectos que le ofrezca el Estado/gobierno y que puedan
apoyarla en su situación? (triple jornada: cuidado del bebé + oficios del hogar + trabajo
fuera de casa)
________________________________________________________________
¿Siente apoyo de sus vecinos, de su barrio, de la comunidad?
________________________________________________________________
¿Tiene Ud. conflictos con sus parientes/marido o compañero por el hecho de trabajar
también fuera del hogar? ¿Por qué?
________________________________________________________________
¿Cómo cree Ud. que podría ser una buena política del gobierno para apoyar a las madres
trabajadoras?
________________________________________________________________
Le agradezco su tiempo y disposición para esta entrevista,
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