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Signos de Fe Manifestaciones de la fe en la vida diaria del creyente
Introducción 5
I. La oración como signo 9
1 Timoteo 2:8
II. Nuestro exterior testifica 17
1 Timoteo 2:9-10
III. Vidas irreprensibles 25
1 Timoteo 3:1-7
IV. De una sola pieza 33
1 Timoteo 3:8-13
V. Libertad con sabiduría 41
1 Timoteo 4:1-5
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Introducción
Los signos forman parte esencial de nuestra comunicación.
Cada signo señala hacia algo específico y dentro de la cultura
donde es utilizado es comprendido ya que cada uno de ellos
tiene un cometido y una circunstancia donde es utilizado.
Cada signo representa algo. En realidad el mismo signo
puede ser de una naturaleza totalmente distinta a lo que
señala. Sin embargo, al hacerlo tiene contenidos que son
claramente entendidos.
Tomemos por ejemplo el signo de no
estacionarse. Este signo puede estar
elaborado de cualquier material y
colocado en diversos espacios. La
naturaleza misma del que está hecho es
completamente diferente a lo que señala.
Pero donde quiera que lo veamos muestra inequívocamente
un contenido. Que ha de ser obedecido o en su defecto
enfrentar las sanciones correspondientes.
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En la vida cristiana, también existen signos, que se utilizan
para señalar algunos de los actos de Dios o en su caso el
carácter cristiano.
El arcoíris es un signo del Pacto de Dios con Noé.
11 Estableceré mi pacto con vosotros, y no exterminaré
ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más
diluvio para destruir la tierra. 12 Y dijo Dios: Esta es la
señal del pacto que yo establezco entre mí y vosotros y
todo ser viviente que está con vosotros, por siglos
perpetuos: 13 Mi arco he puesto en las nubes, el cual
será por señal del pacto entre mí y la tierra. Génesis
9:11-13
Los elementos de la Santa Cena, son signos del Pacto de
redención.
19 Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio,
diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado;
haced esto en memoria de mí. 20 De igual manera,
después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta
copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros
se derrama. Lucas 22:19-20
Como podemos observar el arcoíris, el pan o el vino, en su
naturaleza, no tienen nada que ver con el Pacto al que
señalan. Sin embargo lo comunican. Y aun cuando son
recursos pedagógicos, no pueden ser substituidos por otros,
sin que se pierda el sentido de lo que están mostrando.
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De forma semejante a estos signos, podemos también hablar
de los signos que muestran la fe de un creyente y que señalan
su madurez y carácter.
De este modo si bien la fe es un bien intangible, no por ello
deja de mostrarse a través de diferentes signos. De tal
manera que cada uno de estos señalan hacia la fe que les
produce, aunque en sí mismos no son la fe.
El considerar estos signos, en la vida de un creyente, ha de
servirnos a nivel personal para corroborar nuestro propio
avance en la fe. Cada uno de ellos muestra la madurez que
podemos esperar al respecto de los que han caminado con
Cristo.
También estos signos al mostrarse externamente nos
permiten identificarnos con los que han seguido el camino.
Sin embargo hemos de reconocer que no es el signo lo que
nos hace cristianos, sino que cada uno de ellos y su conjunto
(aunque reconocemos que hay más signos, nos hemos
limitado a estos por los propósitos de nuestro estudio)
señalan aquello que lo ha producido, que es precisamente el
haber nacido de nuevo en la fe de Cristo.
Reconocemos también que los signos pudieran ser
reproducidos artificialmente, pero el ejercicio conjunto de
los mismos, puede ser un buen síntoma para reconocer a los
que son de Cristo.
9
La oración como signo Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando
manos santas, sin ira ni contienda.
1 Timoteo 2:8
Si hay un signo tangible de la experiencia cristiana, no son los
grandes templos, o las innumerables obras de arte cristiano
que podríamos encontrar por todo el mundo. Sino algo más
intangible, pero al mismo tiempo inequívoco de una relación
con Dios. Se trata de la oración.
Es la oración un signo distintivo de aquel que tiene una
relación con Dios. Desde nuestros primeros pasos en la fe, se
nos enseña que tener una relación con Dios, es a través de la
oración y la lectura bíblica. Podríamos decir que desde la
experiencia humana la salvación inicia con la oración.
Iniciamos a ser hijos de Dios, cuando oramos confesando
nuestro pecado y recibiendo el perdón y salvación otorgados
por Cristo. De allí en adelante la vida de fe se debería de
caracterizar por la oración.
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Aprendemos que orar es la forma de comunicarnos con Dios.
Es la disciplina espiritual más accesible para cualquier
cristiano. Pues está al alcance de todos, en cualquier lugar, y
en cualquier momento.
La premisa sobre la que está basada la oración, es también la
más importante de todas para la fe cristiana. Pues más allá
del conocimiento de las doctrinas bíblicas. Un creyente en
cualquier momento, puede simplemente inclinar su cabeza y
orar. Teniendo la confianza de que Dios, estará
escuchándole.
La experiencia cristiana, transcurre toda, con la premisa de
que siempre estamos frente al rostro de Dios. En esto nos
diferenciamos de otras expresiones religiosas, que requieren
de ciertos lugares sagrados para establecer su relación con la
deidad, o por lo menos estar orientados hacia donde se
encuentre su santuario.
Con esto, no es que la fe cristiana desdeñe los lugares de
culto. Pues también se construyen estos con la misma
finalidad con la que fue construido el templo en la época de
Salomón.
Oye, pues, la oración de tu siervo, y de tu pueblo
Israel; cuando oren en este lugar, también tú lo oirás
en el lugar de tu morada, en los cielos; escucha y
perdona. 1 Reyes 8:30
Pero siguiendo las enseñanzas de Jesucristo, en lugar de
sacralizar solo el templo, como lugar de adoración.
11
Consideramos sagrado todo lugar donde su pueblo se reúne
para adorar.
Porque donde están dos o tres congregados en mi
nombre, allí estoy yo en medio de ellos. Mateo 18:20
De esta forma, podemos decir que el mundo completo es el
santuario donde podemos comunicarnos con Dios. Lo que
hace posible esto, es precisamente el saber que siempre
estamos en Su presencia.
Esto posibilita que podamos poner en práctica la
recomendación apostólica de: Orad sin cesar. 1Ts 5:17. Pues
ciertamente es posible hacer de la vida una oración
extensiva. Donde cada cosa que hago frente al Señor, pueda
ser una oración de gratitud.
Un signo del creyente es que ora.
Hay muchas formas de cómo valorar la experiencia cristiana.
En ocasiones se utilizarán factores externos, como la
asistencia regular al templo, o su participación en las
actividades u organizaciones de la iglesia. En otros casos
quizá se prefiera la participación en la evangelización o en la
obra social. Pero en todos estos casos son actividades
internas del individuo que si bien pueden ser resultado de
una experiencia de fe. También es posible que sea
simplemente el ejercicio de una religiosidad asimilada.
12
Por ello al considerar los rasgos distintivos del ser cristiano,
hemos de ir a lo profundo del ser. Y en ello la oración tiene
un papel preponderante. Pues mientras las otras actividades
se pueden realizar, por gusto, imposición o hasta por interés
personal. La oración surge de la necesidad de comunicarse
con Dios para alabarlo, agradecer y encontrar en El, dirección
y fortaleza.
Sin embargo también hemos de saber, que la oración no se
trata de ningún acto mecánico. Y si bien puede ser una
oración privada o comunitaria, tiene sus propios criterios,
que están establecidos en la Palabra. Aquí consideraremos
cinco de ellos.
1. Creer. Para algunos, esta observación puede ser
superflua. Pero realmente es esencial. La oración solo
puede hacerse desde el horizonte del que cree que
Dios es galardonador de los que lo buscan (Hebreos
11:6). Las palabras de Jesús sobre este tema son: Y
todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo
recibiréis. Mateo 21:22. Esto ha de hacernos
reflexionar, cuantas oraciones se hacen sin, de
verdad creer que Dios va a contestarlas. Acaso
porque nos las encargaron o porque debo hacerlas, e
incluso como parte de mi cultura evangélica, pero en
el fondo sin estar muy interesado de sobre el tema.
2. Perseverar. La oración es inherente a la vida
cristiana. Nuestro nuevo nacimiento, inicia con una
oración, y es la oración la práctica cristiana que habrá
13
de acompañarnos a lo largo de la vida, hasta que
lleguemos a la presencia de nuestro creador.
Perseverad en la oración, velando en ella con acción
de gracias; Colosenses 4:2 Perseverar en la oración,
es seguir orando a pesar de las dificultades que se
puedan presentar. No es un asunto de temporada,
sino algo en lo que nos empeñamos todos los días.
Cuando estoy pasando problemas, y más en los
tiempos en los que debo agradecer por las bondades
que Dios nos da. Cuando me siento inclinado a orar,
y mucho más aún cuando no tengo ganas, pues en
ese momento es cuando más lo necesito.
3. A favor de otros. Si repasamos las dos oraciones de
Jesús que están registradas en la Biblia (Padre
Nuestro y la Oración sacerdotal), nos podremos dar
cuanta del enorme contraste entre esas oraciones y
las que se suelen hacer en los templos. La oración en
los templos están plagadas de solicitudes
mayoritariamente personales o por asuntos de
nuestro interés. En contraste la oración del
Padrenuestro se limita a pedir lo necesario para el
día, el perdón y la capacidad para salir victorioso en
la tentación. Y en la oración sacerdotal Jesús, se
dedica a orar por sus discípulos. Eso es lo que
aprendió la iglesia primitiva. Y de allí la fortaleza
espiritual que le caracterizó. Orando en todo tiempo
con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando
en ello con toda perseverancia y súplica por todos
los santos; Efesios 6:18
14
4. Confiados. Algunas de las cosas que caracterizan a
nuestra cultura es el sentimiento de inseguridad. Las
personas llegan experimentar fuerte estrés, debido a
la inseguridad que perciben para su vida. Están pre-
ocupados, por el trabajo, la salud, los hijos, las
escuelas, la economía del país, y un largo etc. Esto
hace a las personas, propensos a accidentes y
enfermedades cardiacas. Se ponen irritables y las
personas que están cerca sufren las consecuencias de
ello, particularmente su familia, ya que es el espacio
donde pueden explotar, sin aparentes repercusiones.
La oración ha de llevarnos a un ambiente de paz y
contentamiento sabiendo que es Dios, quien tiene el
control y que Él puede dirigir nuestra vida mejor de lo
que nosotros, podemos hacerlo. Por nada estéis
afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones
delante de Dios en toda oración y ruego, con acción
de gracias. Filipenses 4:6.
5. Santidad. La oración se realiza desde la experiencia
del que ha sido reconciliado con Dios, y que ahora
puede llamarle Padre. Y es, en virtud de ese carácter
de Dios, que nosotros somos llamados a vivir en
santidad. Esto ha de llevarnos a que nuestras
oraciones, las realicemos por motivos lícitos, acordes
a la voluntad del Padre. Pero también en el ejercicio
de una conducta que agrada al Señor. Quiero, pues,
que los hombres oren en todo lugar, levantando
manos santas, sin ira ni contienda. 1 Timoteo 2:8
15
Orar en toda circunstancia
Si queremos reconocer entonces a un creyente en Jesucristo,
hemos de aprender a ver una persona que acostumbra orar
en todas las circunstancias. Como una manera natural de dar
la gloria a Dios, pero también como el que busca
constantemente la dirección de su Señor. La vida de oración
en ese sentido se vuelve extensiva para todas las áreas de la
vida.
13 ¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración.
¿Está alguno alegre? Cante alabanzas. 14 ¿Está alguno
enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la
iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el
nombre del Señor. 15 Y la oración de fe salvará al
enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido
pecados, le serán perdonados. 16 Confesaos vuestras
ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que
seáis sanados. La oración eficaz del justo puede
mucho. Santiago 5:13-16
Este breve fragmento nos muestra la gama e importancia de
la oración en la vida de los creyentes. Incluso cuando algunos
de los que se desvían de la fe, agregan cargas, a los creyentes,
ajenas a lo escrito en el Evangelio. Allí la oración como acto
de búsqueda de dar la gloria a Dios, ha de servir para
bendecir al Señor por todo lo que Él ha puesto en este mundo
para bendición de sus hijos.
Porque por la palabra de Dios y por la oración es
santificado. 1 Timoteo 4:5
16
Finalmente oramos sabiendo que en algún momento,
cuando estemos en la presencia del Señor ya no será
necesario. Pero mientras llega ese momento nos
preparamos para ese encuentro, donde también hemos de
dar cuenta de esta mayordomía que Dios nos encomendó.
Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues,
sobrios, y velad en oración. 1 Pedro 4:7
17
Nuestro exterior testifica Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con
pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni
vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a
mujeres que profesan piedad.
1 Timoteo 2:9-10
Es cierto que la fe cristiana, tiene que ver con la
espiritualidad y esto es un asunto interno. Así como también
es cierto que la nueva vida en Cristo, es algo que ocurre
primordialmente en el corazón y esto también es interno y
espiritual. Pero el corazón al ser el centro de la experiencia
humana, habrá de manifestarse externamente. Tal y como
Jesús dijo:
El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca
buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca
malas cosas. Mateo 12:35
De modo que conforme es el corazón del ser humano, de
esta forma habrá de manifestarse. Entonces un signo de la
presencia de Cristo en la vida de una persona son los cambios
que se producen en su forma de vivir.
18
Estos cambios habrán de abarcar diversas áreas.
1. Hábitos religiosos.
2. Comportamiento social
3. Moralidad y carácter
4. Ética de vida
En el estudio anterior, nos ocupamos brevemente de los
hábitos religiosos, y mencionamos que un signo, de un
creyente es que ora, como un medio de adoración y
búsqueda de la dirección de Dios para su vida. Ahora nos toca
concentrarnos más en el comportamiento social. Como
dijimos anteriormente estos signos en sí mismos no son lo
que nos hacen cristianos, y ninguno de ellos de forma aislada
nos mostraría que estamos frente a un verdadero cristiano.
Pero el conjunto de estos signos, es lo que podemos esperar
ver, como la forma en cómo se manifiesta externamente la
fe de un creyente. El Apóstol Pablo escribiendo a Timoteo, le
insta a llevar una vida ejemplar es estas áreas.
12 Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo
de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu,
fe y pureza. 13 Entre tanto que voy, ocúpate en la
lectura, la exhortación y la enseñanza 1 Timoteo 4:12-
13
Se trata de ser ejemplo. O dicho de otra forma de ser modelo
en el mundo, de la obra que Cristo hace en la vida de los que
creen en El. De allí que nuestra manera externa de
comportarnos es la que da testimonio de en quien creemos.
19
Transformación integral
Cuando un sociólogo revisa los cambios producidos en un
creyente, es posible que considere en primer lugar los
hábitos religiosos. En ese nivel puede como ya muchas veces
se ha señalado, que se trate solamente de una sustitución de
ritos. Es decir antes asistía a la misa y ahora asiste al culto, la
parroquia se convirtió en templo y la diferencia pareciera
radicar solamente en la cantidad de ocasiones que asiste a
una actividad religiosa. El porcentaje de católicos que asiste
con regularidad a misa es de un 45 % mientras que del lado
protestante el porcentaje al 85%.
Si bien esto refleja un buen síntoma, no es esto lo que la
Biblia nos lleva a considerar cuando hablamos de hombres y
mujeres que habiendo nacido de nuevo, han sido
transformados por el poder del evangelio. Pues hemos de
esperar en quienes han nacido de nuevo una transformación
integral que afectará todas las áreas de su comportamiento
social. Como el Apóstol Pablo señalo:
Solamente que os comportéis como es digno del
evangelio de Cristo… Filipenses 1:27
El comportarme dignamente, en las Escrituras, tiene
referentes claros. Que si bien no delimitan específicamente.
Si presentan ejes de acción que los creyentes podemos
seguir en cualquier cultura y en cualquier época,
indistintamente de si somos hombres o mujeres o la edad
que tengamos. Estos ejes de acción son:
20
Una nueva forma de pensar
No os conforméis a este siglo, sino transformaos por
medio de la renovación de vuestro entendimiento,
para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de
Dios, agradable y perfecta. Romanos 12:2
Una nueva forma de hablar
Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca,
sino la que sea buena para la necesaria edificación, a
fin de dar gracia a los oyentes. Efesios 4:29
Una nueva forma de relacionarse
Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros
enemigos, haced bien a los que os aborrecen;
bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os
calumnian. Lucas 6:27-28
Una nueva forma de instruirme
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero,
todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo
amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud
alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
Filipenses 4:8
Una nueva forma de comer
Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo
todo para la gloria de Dios. 1 Corintios 10:31
21
Una nueva forma de disponer del tiempo
Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como
necios sino como sabios, aprovechando bien el
tiempo, porque los días son malos Efesios 5:15-16
Una nueva forma de utilizar el dinero
Pues doy testimonio de que con agrado han dado
conforme a sus fuerzas, y aún más allá de sus fuerzas,
pidiéndonos con muchos ruegos que les
concediésemos el privilegio de participar en este
servicio para los santos. Y no como lo esperábamos,
sino que a sí mismos se dieron primeramente al Señor,
y luego a nosotros por la voluntad de Dios; 2 Corintios
8:3-5
Una nueva forma de vestir
Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa
decorosa, con pudor y modestia; no con peinado
ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino
con buenas obras, como corresponde a mujeres que
profesan piedad. 1 Timoteo 2:9-10
Una nueva forma de ver la vida 12 De manera que la muerte actúa en nosotros, y en
vosotros la vida. 13 Pero teniendo el mismo espíritu de
fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual
hablé, nosotros también creemos, por lo cual también
hablamos, 14 sabiendo que el que resucitó al Señor
Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y
nos presentará juntamente con vosotros. 15 Porque
22
todas estas cosas padecemos por amor a vosotros,
para que abundando la gracia por medio de muchos,
la acción de gracias sobreabunde para gloria de Dios. 16 Por tanto, no desmayamos; antes aunque este
nuestro hombre exterior se va desgastando, el
interior no obstante se renueva de día en día. 17
Porque esta leve tribulación momentánea produce en
nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de
gloria; 18 no mirando nosotros las cosas que se ven,
sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son
temporales, pero las que no se ven son eternas. 2
Corintios 4:12-18
Para algunos el considerar cada uno de estos ejes de acción
en los que los cristianos han sido llamados a participar,
pueden parecer un tanto abrumadores. Pero hay que
recordar que en realidad se trata de vivir de acuerdo con la
nueva naturaleza espiritual que hemos recibido al ser nuevos
creyentes.
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura
es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas
nuevas. 2 Corintios 5:17
Este proceso de cambio, ha de ocurrir desde el interior. Pues
no se trata de asumir tal o cual postura.
Por ejemplo podríamos con cierta facilidad modificar nuestra
forma de vestir. Las mujeres usar faldas largas y todos los
varones empezar a vestir de trajes obscuros. Pero el texto no
dice eso específicamente. Sino que dice que vistamos con
decoro, pudor y modestia. El solo cambiar nuestra
23
vestimenta sería equivalente a usar nuestro disfraz de
cristianos, para venir al culto.
Por ello es que el cambio ha de venir desde dentro y
exteriorizarse integralmente. Y esto ocurre como una obra
de la acción del Espíritu en la vida del creyente
Espiritualidad vivencial
Para algunos hablar de las cosas del espíritu es hablar de algo
intangible y metafísico. Pero la espiritualidad en la Biblia,
lejos de ser algo solo para el interior del ser, se manifiesta a
través de toda la vida. Así que la nueva vida en Cristo se vive
bajo la influencia del Espíritu. De esta forma, espiritualidad y
santidad han de manifestarse de forma natural en todas las
cosas que hacemos, y no de manera limitada en los actos
religiosos.
Esta espiritualidad vivencial, nos llevará a experimentar
cambios profundos en nuestra conducta e incluso en nuestro
carácter. Y aun cuando el cambio lo produce el Espíritu de
Dios quien mora en nosotros, también nosotros somos
participantes del proceso de santificación. Por ello se nos
requiere que cambiemos nuestra forma de vida. 22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos
del viejo hombre, que está viciado conforme a los
deseos engañosos, 23 y renovaos en el espíritu de
vuestra mente, 24 y vestíos del nuevo hombre, creado
según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
Efesios 4:22-24
24
Por la acción del Espíritu de Dios actuando en la vida del
creyente, se espera que esta transformación ocurra. Como
fruto natural de nuestro andar en Cristo.
Parte del ser cristiano, es ser diferente. Pero no se trata
meramente de ser contra-culturales, rechazando
simplemente lo que está a nuestro derredor. Sino de
transformar la cultura donde Dios nos ha puesto, siendo en
ella Sal y Luz.
Tampoco se trata de asilarnos del mundo, o de hacer como
que no estamos allí. No podemos ser como el avestruz, que
entierra su cabeza mientras que todo su cuerpo sigue
expuesto. Fuimos puestos como luminares del mundo, para
señalar y transformarlo a través de nuestras acciones.
Se trata de usar el carácter cristiano, como medio para la
evangelización. Que en términos del evangelio de Marcos
sería algo como esto: en tanto vas por el mundo, predicar el
evangelio a toda criatura. Marcos 16:15 paráfrasis
Las formas de hacerlo abarcan, nuestras palabras, y acciones.
De modo que toda nuestra vida sirve para testificar de la
obra que Cristo ha hecho en nosotros y a través de la cual
testificamos y damos gloria a Dios. Es por ello que bien
podemos decir como el himnólogo. Más santidad dame.
Para así cumplir con mi papel de dar testimonio de Cristo a
través de la forma en cómo vivo en este mundo.
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Vidas irreprensibles 1 Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. 2
Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una
sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para
enseñar; 3 no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de
ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; 4 que
gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda
honestidad 5 (pues el que no sabe gobernar su propia casa,
¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?); 6 no un neófito, no sea que
envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 7 También es
necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que
no caiga en descrédito y en lazo del diablo
1 Timoteo 3:1-7
En la naturaleza hay signos distintivos que nos hablan de la
madurez. Podemos reconocer que la fruta está madura, por
su color, aroma y textura. E incluso la madurez en el ser
humano se denota, en los cambios físicos, pero
particularmente en las formas de pensar y actuar. Donde
sentimientos, emociones y carácter son considerados como
símbolos de la madurez humana.
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De forma análoga, podemos hablar de cristianos maduros,
aquí los signos, no son cuantos años tiene asistiendo al
templo. Pues los años en el templo son signo de antigüedad
no de madurez. Piense en un joven que asiste desde
pequeño al templo. Seguramente en ese sentido tiene más
antigüedad que un adulto que se integró a la iglesia hace tres
años. Por ello la madurez cristiana, no tiene que ver con años
de permanencia. La madurez cristiana la hemos de reconocer
como dominio propio.
Este dominio propio se expresa en las escrituras como el
tener vidas irreprensibles. Que hemos de aspirar a ver en
cada creyente maduro en Cristo.
Irreprensibles
Un cristiano maduro es un hombre al que no se le puede
criticar de nada. Se trata de una condición de vida que no
está expuesta al ataque, de una vida que no está expuesta a
la censura. Dentro de sus labores es tan perfecto que no se
le puede encontrar un fallo. Si se trata de su confidencialidad
esta es inviolable.
No solo se trata de estar libres de faltas a que se puedan
señalar, sino también tener tan buen carácter que no le
permita estar expuesto a la crítica. La palabra que usa la
Biblia es irreprensible. Es decir una vida tal que aún sus
enemigos no tengan nada que puedan usar en su contra.
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Este es el ideal de la madurez cristiana. En el día de hoy
nuestra vida puede parecer lejos de ese ideal, es la meta
hacia la que hemos se seguir caminando. 12 No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto;
sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo
cual fui también asido por Cristo Jesús. 13 Hermanos,
yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero
una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda
atrás, y extendiéndome a lo que está delante, 14
prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento
de Dios en Cristo Jesús. Filipenses 3:12-14
Expresar madurez en Cristo es necesario por causa de
nuestro testimonio. El mundo necesita conocer vidas con tal
modo de pureza, que no deje ninguna grieta abierta para la
crítica. Las características de una vida irreprensible son
mostradas a través de cinco elementos que se encuentran en
positivo y otros cinco que son enunciados de forma negativa.
Dignidad y fidelidad en el matrimonio.
Una persona madura en la fe, es una persona fiel en su
matrimonio y mantiene su matrimonio en pureza. Esto que
parece tan obvio es importante en nuestra cultura como lo
fue en la cultura judía del NT. Pues se ha dicho, y con mucho
acierto, que la única virtud totalmente nueva que aportó al
mundo el Cristianismo fue la castidad.
Entre los judíos como con los romanos y griegos el tener
diversas esposas era lo común. Y aun cuando en los distintos
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grupos se consideraba estar casado como el estado ideal, al
mismo tiempo podían llegar a tener diversas concubinas y el
divorcio era un asunto común. Generando con esto todo un
caos moral en la sociedad y la consecuente desintegración
social.
En nuestro país, la situación no es muy diferente. Según el
INEGI en los últimos 10 años el monto de los matrimonios se
redujo en 19 % y el de los divorcios aumento el 74 %.
Por ello un signo de la madurez cristiana es permanecer
siendo marido de una sola mujer. La Iglesia cristiana ha de
mantenerse como señal de santidad y estabilidad en medio
de una sociedad que necesita dirección.
Control en su carácter
Las personas maduras en la fe, tienen control de su carácter.
No quiere decir que nunca se disgusten, sino que saben
controlarse Ef. 4:26 y el enojo, no llega a causar daños
mayores ni a ellos ni a la gente que está a su alrededor. Es
decir no actúan motivados por su enojo.
Dos palabras califican el carácter de los cristianos maduros:
Sobriedad y Prudencia
Sobriedad: la persona que se controla y es moderada en su
forma de actuar, al tiempo que es sencillo, sin artificios.
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Prudencia: Una persona que con mente sana, tiene dominio
propio. No se deja guiar por sus sentimientos.
Como signos de madurez cristiana, cuán importante resulta
cuando una persona, no emprende acciones por las
apariencias, corazonadas y menos aún en medio de su enojo.
Por el contrario, evalúa posibilidades, y las confronta con la
Palabra de Dios que le sirve de guía en su vida y toma tiempo
para consultar en oración. Incluso cuando se requiere una
respuesta rápida, al estar impregnado de la Palabra, actuará
en función de esos principios.
Ordenado
Si hay algo que puede desalentar a las personas que están a
nuestro lado, es cuando nuestra vida misma es un caos. El
orden es algo esencial cuando consideramos la madurez. Se
requiere para muchas áreas de la vida personal y más aún
cuando se manejan relaciones interpersonales.
Desde el noviazgo y hasta en las relaciones de trabajo. El ser
ordenado es un factor, que siempre habrá de dar buen
testimonio de las personas. Por el contrario, los que son
desordenados, se vuelven no confiables, para las personas
que le rodean. Llegan tarde, no cumplen con sus
compromisos o solo lo hacen parcialmente.
Hospedador
He aquí una, una característica de los que llegan a la
madurez. No solo se trata de los que están dispuestos a
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hospedar personas, sino que se sienten amor por los que son
extraños. El amor que prodigan a los foráneos les hace crear
grandes lazos de empatía. Que se desarrollan de forma
natural, de modo que disponen los recursos que Dios les
brindó a favor del otro, superando la otredad, para hacerse
familia con ellos.
Discipulador
La madurez cristiana, también tiene como objetivo el
reproducir la experiencia que Dios nos ha permitido vivir,
ahora en favor de otros, desarrollando discípulos de Cristo.
Enseñándoles que guarden todas las cosas que Cristo nos ha
mandado.
La reproducción discipular, es parte esencial de llegar a la
madurez, ahora está en la capacidad de reproducir la fe que
le ha sido dada por Cristo, a través de otros creyentes.
Sirviendo de modelo y guía para otros. Toda su vida, se
convierte en el modo de como enseñan, no solo sus palabras.
El ejemplo de su casa es la prueba misma de su madurez.
Pues la forma en como lo ha hecho en su familia, es una
muestra tangible de su madurez.
Del mismo modo que se hacen cinco afirmaciones sobre lo
que significa ser irreprensibles, también se destacan cinco
afirmaciones por la vía de lo que no es compatible con el
tener una vida libre de reprensiones. Aquí hay que reconocer
que la partícula No, en este sentido es excluyente, es decir,
lo que debe estar presente.
31
No dado al vino
La sobriedad es un asunto de vital importancia cuando
hablamos del carácter cristiano. En culturas como la nuestra
donde el alcoholismo es una enfermedad social, cuan
importantes es mantener el testimonio cristiano. Pues quien
se embriaga, también pierde el buen juicio y puede poner en
mal el carácter de la fe cristiana. No os embriaguéis con vino,
en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu,
Efesios 5:18
No belicoso
En ocasiones, se llega a considerar como un signo positivo,
aquella persona que lucha y agrede a otros por defender sus
ideas o los que consideran sus derechos. Pero otro signo de
la obra del Espíritu de Dios en la vida del creyente es la
amabilidad. La bondad y la misericordia son las formas de
como Jesús se comportó en este mundo, incluso con sus
enemigos. El apóstol Pablo después de describir como Jesús
no se aferró a ser igual a Dios, nos recomienda. Vuestra
gentileza sea conocida de todos los hombres. Filipenses 4:5
No Codicioso.
La codicia es un mal que fácilmente corrompe al ser humano.
Pues pretende estar haciendo lo correcto, cuando en verdad
está defraudando a las personas. Es la búsqueda de una
ganancia deshonesta acosta de la integridad de otra persona
y con consecuente prejuicio. Pesa falsa y medida falsa,
Ambas cosas son abominación a Jehová. Proverbios 20:10
32
No tacaño.
La avaricia en el Nuevo Testamento es considerada como
idolatría (Col 3:5). Pues la obtención de más dinero se vuelve
en el fin de algunos seres humanos, olvidándose con ello de
la solidaridad y gratitud. En lugar de ser generosos con lo que
Dios les ha dado, buscan atesorar para sí. Porque raíz de
todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando
algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de
muchos dolores. 1 Timoteo 6:10
No un recién convertido
La madurez en Cristo es fruto de haber andado con Cristo y
con su iglesia. No es cuestión irrestricta de años, sino de la
experiencia vital de estar con Dios. Donde la iglesia misma
sirve de testigo de que es alguien que ha permanecido.
Madurez, también equivale a fidelidad. Es por ello que se
considera como signo de madurez cristiana, a aquellos que
desde que fueron llamados a estar con Cristo, han
permanecido sin fluctuar.
Cada uno de estos rasgos, integra a una persona que puede
ser considerada como irreprensible. Y son las características
que hemos de buscar desarrolladas en las personas que son
de Cristo.
Sabiendo que el crecimiento lo proporciona Dios, pongamos
nuestra vida en sus manos para que Él nos moldee y nos
permita ser instrumentos de honra para gloria suya.
33
De una sola pieza 8 Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no
dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas; 9 que guarden el misterio de la fe con limpia conciencia. 10 Y éstos
también sean sometidos a prueba primero, y entonces ejerzan el
diaconado, si son irreprensibles. 11 Las mujeres asimismo sean
honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo. 12 Los
diáconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien
sus hijos y sus casas. 13 Porque los que ejerzan bien el diaconado,
ganan para sí un grado honroso, y mucha confianza en la fe que
es en Cristo Jesús.
1 Timoteo 3:8-13
En los trabajos artesanales se consideran como objetos de
mucho valor cuando las piezas labradas son elaboradas de
una sola pieza. La forma de su elaboración es más compleja
y solo los artesanos más competentes son capaces de
realizarlos. En otros casos cuando los productos son
elaborados de una sola pieza, esto es símbolo de una mayor
resistencia, ya que no hay partes que sean potencialmente
puntos de debilidad. También hay otro tipo de productos,
donde lo importante es que no haya mezclas en su
34
elaboración de esta forma el que sean 100 % de una sola fibra
es símbolo de calidad y pureza.
Integridad Cristiana
Todas esas características que apreciamos de distintos
productos, los podemos comparar con lo que esperamos de
cristianos que están plenamente desarrollados. Para usar las
mismas palabras, los cristianos maduros son de una sola
pieza, es decir no presenta puntos de debilidad, Dios ha
trabajado en el arduamente, para hacer de su vida un
instrumento de honra. Son 100 % cristianos, es decir
manifiestan su fe todo el tiempo. En los distintos escenarios
donde día a día su vida discurre ellos actúan siempre guiados
por la Escritura. El salmo 15 en tan solo 5 versículos nos
presenta una poderosa descripción de lo que implica la
integridad cristiana.
1 Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo?
¿Quién morará en tu monte santo? 2 El que anda en integridad y hace justicia,
Y habla verdad en su corazón. 3 El que no calumnia con su lengua,
Ni hace mal a su prójimo,
Ni admite reproche alguno contra su vecino. 4 Aquel a cuyos ojos el vil es menospreciado,
Pero honra a los que temen a Jehová.
El que aun jurando en daño suyo, no por eso cambia; 5 Quien su dinero no dio a usura,
Ni contra el inocente admitió cohecho.
El que hace estas cosas, no resbalará jamás.
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Justicia como Valor central
En la tríada que nos presenta nuestro texto de referencia,
podemos ver que la práctica de la justicia es un elemento
central. Y aun cuando en la estructura del texto existen otros
elementos como honestidad y verdad, estos son también
partes integrantes de la justicia. Pues no puede haber justicia
sin verdad y tampoco habría justicia sin honestidad en la
forma de vida.
vida honesta hace lo justo dice la verdad
No ofende a nadie
No busca el mal de otros
No calumnia
El paralelismo que utiliza el texto, también coloca los mismos
valores en su sentido prohibitivo, para reforzar el principio
positivo.
La integridad, tiene componentes específicos, más allá de
una vida religiosa, se trata de una ética de vida. Vive de forma
honesta. Esto inmediatamente tiene referentes sociales. Su
forma de obtener los ingresos cotidianos para la vida son
medios honestos, no solamente legales. Su comportamiento
social, familiar e individual, también son considerados
honestos, por su propia sociedad, que es donde vive y en la
que da testimonio.
Practicante de la justicia. Pues hay una enorme diferencia
entre estar de acuerdo con la justicia e incluso hablar de ella
y ser practicante de la misma. El ser practicante de la justicia,
le involucra personalmente. Su vida en este sentido esta
36
vinculada con lo que hace. Ser practicante de la justicia, le
lleva a tomar posición al respecto de las injusticias que ve en
su derredor. De modo que su hacer justicia, le compromete
con prácticas específicas donde el mismo es gestor de justicia
para otros.
La verdad. Su hablar es sencillo y directo. Dice la verdad, no
hay en sus palabras segundas intenciones y de ningún modo
sus palabras tienen como propósito el engaño. La verdad no
tiene matices, solo es una.
Hacer lo que Dios hace
Es un signo de la madurez cristiana, seguir los caminos de
Dios, es por ello que le lleva a apartarse de las prácticas de
unos al mismo tiempo que reunirse y honrar a otros.
Se aparta de los que Dios rechaza
Honra a los que honran a Dios
Nos son conocidas las prácticas que Dios rechaza y que en las
Escrituras son consideradas como el fruto de la carne.
19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son:
adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20
idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos,
iras, contiendas, disensiones, herejías, 21 envidias,
homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a
estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo
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he dicho antes, que los que practican tales cosas no
heredarán el reino de Dios. Gálatas 5:19-20
Algunos pensarían que apartare de los que practican estas
cosas equivaldría a tener que generar una sociedad distinta.
Y de hecho se han generado históricamente proyectos, de
colonización solo para cristianos o incluso proyectos más
reducidos, como escuelas clubs, etc. Solo para cristianos.
Pero estos proyectos olvidan que fuimos llamados a dar
testimonio de Dios en este mundo. Justo las personas que
más necesitan el testimonio cristiano, son las practicantes de
esas obras de la carne. Entonces nuestro posicionamiento ha
de ser otro que solo aislarnos o rechazar el contacto con
estas personas. Se trata de un modo concreto de no ser
participar de las obras de injusticia
No seáis, pues, partícipes con ellos. 8 Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz. Efesios 5:7-8
Integridad a toda prueba Seguramente la integridad de los que deciden seguir el camino de cristo en algunos momentos ha de ser probada, pero podemos salir victoriosos, cuando en dependencia de nuestro Dios, nos dejamos conducir por las acciones del espíritu a través de una ética social que habrá de permitirnos dar testimonio del Dios en el que hemos creído.
Cumple aunque salga perdiendo
Presta sin cobrar intereses
No acepta sobornos
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La integridad de un cristiano, es un asunto que debería ser a
toda prueba. Ya que su palabra y testimonio no son cuestión
de su religión, sino que tienen que ver con su propio ser, ya
que realmente tienen que ver con el reflejo de su propia
naturaleza que ha recibido por la acción del Espíritu de Dios.
Por tratarse de la forma en cómo se manifiesta
exteriormente nuestro ser cristiano. Le lleva a tomar
seriamente lo que dice y hace. Siempre guiado por las
premisas de justicia emanadas de su relación con el que es
Totalmente Santo. Es por ello que cumplirá los tratos donde
ha empeñado su palabra, aun cuando en ello pudiera perder
la ganancia esperada. Sabe que es más importante su
testimonio (y de mayor valía) que el hecho de obtener algún
ingreso extra.
En el trato que tiene para con sus semejantes, les trata con
respeto y dignidad, es por ello que siguiendo las enseñanzas
de la Ley del Dios, no participa de los proyectos donde la
usura está presente.
Cuando prestares dinero a uno de mi pueblo, al pobre
que está contigo, no te portarás con él como logrero,
ni le impondrás usura. Éxodo 22:25
Los conceptos de justicia y honestidad, evitan que medre a
costa de la vida de otra persona, pues reconoce en su
prójimo a otros que también pueden ser llamados a ser
pueblo de Dios.
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Reconoce que abusar del pobre que tiene que recurrir a un
préstamo es contrario a la voluntad de Dios, por atentar
contra la dignidad del otro. 36 No tomarás de él usura ni ganancia, sino tendrás
temor de tu Dios, y tu hermano vivirá contigo. 37 No
le darás tu dinero a usura, ni tus víveres a ganancia.
Levítico 25:36-37
Afectar al pobre ganando a costa de él, es un prejuicio a la
misma humanidad. Y significa no solo no reconocer la
dignidad de mi semejante, sino también considerar la
dignidad que Dios nos ha dado como insignificante. Pues al
ser todos participantes de un mismo proyecto de Dios, la
dignidad del otro es al mismo tiempo la mía. Por ello no se
hará participe de proyectos que puedan poner en
cuestionamiento la sobrevivencia digna de alguno de sus
semejantes. Incluso como practicante de la justicia, habrá de
señalar como un pecado social cuando otros así lo
practiquen.
La integridad cristiana, es uno de los valores que han de
caracterizar a cada miembro del cuerpo de Cristo. De modo
que en el trato con los demás por ser practicantes de una
vida honesta, habrán de abstenerse de la práctica del
soborno.
En el sentido pasivo, hemos de evitar ser sobornados, en
cualquiera de las formas que este se presente. Pues el
soborno, si bien en ocasiones se hace en forma económica o
en especie. También en ocasiones adquiere otras formas.
40
Como es el tráfico de influencias, otros momentos adquiere
formas más sutiles, pero no por ello menos eficientes, pues
el chantaje sentimental, también tiene como propósito el
vulnerar la justicia, para obtener el bien o el favor deseado,
sin respetar los derechos de los otros y quebrantando la
justicia y en ocasiones la legalidad.
En su sentido activo, hemos de cuidarnos de no practicar el
cohecho o soborno para la obtención de lo que nos interesa.
En lugar de ello, hemos de aprender a esperar en Dios, en su
Justicia, bondad y providencia. Creyendo que el proveerá lo
necesario para la subsistencia nuestra y la de los que
dependen de nosotros.
Evitar la práctica del sobornos, tiene propósitos más amplios
que la moralidad. Pues si bien vivimos en una sociedad
acostumbrada a ese estilo de vida. Nuestra motivación no
está en la moralidad. Sino en poder reflejar la presencia de
Dios en este mundo.
para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios
sin mancha en medio de una generación maligna y
perversa, en medio de la cual resplandecéis como
luminares en el mundo; Filipenses 2:15
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Libertad con sabíduría 1 Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos
algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores
y a doctrinas de demonios; 2 por la hipocresía de mentirosos que,
teniendo cauterizada la conciencia, 3 prohibirán casarse, y
mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con
acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han
conocido la verdad. 4 Porque todo lo que Dios creó es bueno, y
nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias; 5 porque
por la palabra de Dios y por la oración es santificado.
1 Timoteo 4:1-5
El uso de la libertad es un signo de madurez
Conforme los niños van creciendo van adquiriendo más
capacidades y con ello, van adquiriendo más libertades. Sin
embargo en el proceso mismo, es común que no tengan el
conocimiento adecuado y pueden llegar a tener accidentes,
muchos de ellos sin consecuencias, pero si no se les sigue
instruyendo acerca de las libertades que adquieren, es
posible que se puedan causar daños irreparables.
Por ejemplo un niño aprende a andar y con ello la libertad de
andar por toda la casa, pero hay espacios dentro de la casa
que pueden ser peligrosos para él. Sus padres, han de ir
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instruyéndolo acerca de ello, por ejemplo aproximarse a una
escalera puede ser peligroso para él. Su andar sin embargo
más adelante le llevará a salir de casa, seguramente los
primeros pasos acompañado de sus padres, pero poco a
poco también deberá aprender que en la calle ha de
conducirse con sabiduría al cruzar las calles. Abusar de su
libertad y cruzar sin ningún cuidado puede causarle la
muerte.
Con el paso del tiempo, andar en las calles será algo común
para el ahora joven. Ha adquirido capacidad para poder
deambular libremente. Pero eso no quiere decir que pueda
usar su libertad irrestrictamente. Pues si bien puede ahora
tiene libertad para estar en muchos sitios, ha de usar el
siguiente principio para el uso de su libertad.
Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es
lícito, pero no todo edifica. 1 Corintios 10:23
La libertad es un don que Dios nos ha dado, para que la
disfrutemos, pero hemos de aprender a usar con sabiduría
para que resulte en bendición para nuestra vida.
La sabiduría para usar la libertad, que Dios nos ha dado, se
deriva del conocimiento de la voluntad revelada de Dios. Por
ello Él nos doto de la presencia del Espíritu, para que
conociendo la verdad fuéramos verdaderamente libre.
y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Juan
8:32
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Cuida la libertad que Dios te dio
En la medida que el cristianismo se ha propagado por el
mundo, han crecido también a su lado otros grupos que con
la intención de llevar la verdad más lejos de lo revelado y
terminan creando interpretaciones ajenas a las Escrituras.
Para la época del ministerio de Jesús ya había ese tipo de
desviaciones. Sobre enfatizaban ciertos puntos de la
Escritura, de tal forma que lo enseñado por ellos, provocaba
que las personas se alejaran del mandamiento de Dios.
Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis
a la tradición de los hombres: los lavamientos de los
jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas
cosas semejantes. Marcos 7:8
Esta actitud persiste hasta el día de hoy, los errores de
interpretación bíblica se siguen sobreponiendo a lo
enseñado en las Escrituras y se reproducen
generacionalmente, perpetuando y acrecentando la
tendencia del error.
Cuatro tendencias comunes son:
Judaizar al Cristianismo: Hoy es común encontrar un
sinnúmero de grupos de corte mesiánico. Su tendencia
es repetir ciertas prácticas judías, como si se tratara de
un modo de ser más cristiano. Olvidando lo enseñado
en la Biblia sobre el no judaizar. Gal. 2:14
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Sincretización de la fe: Crean un acomodo de los conceptos
mágico religiosos de la cultura, y revistiéndolos de un
barniz cristiano. Son presentados como una versión
más espiritual y cercana a las personas. Cuando en
realidad les están vendiendo su propia religiosidad del
animismo ancestral.
Religiones de éxito: Todos sus predicadores son presentados
como pertenecientes al grupo de Ricos y Famosos. No
es raro que entre estos estén relacionados algunos
artistas que se han hecho cristianos. Su producto es
fácil de conseguir en el amplio mercado religioso
evangélico que se ha creado. Ha resultado fácil olvidar
que nuestro Salvador, se hizo pobre, de tal forma que
no tuvo en donde recostar su cabeza.
Sensualidad espiritual: Sin duda que los seres humanos
somos también personas con sentimientos y no solo es
intelecto. Pero cuando la religión pasa a ser solo la
búsqueda de la experiencia sensual, se convierte en un
camino interminable, pues la experiencia de los
sentidos, siempre ha de ir más lejos. La experiencia de
catarsis que se genera con el canto y danza, son
interpretados como fruto de la llenura del Espíritu,
cuando lo que más se ha enfatizado es el darle gusto a
la carne.
Cada una de están tendencias, tienen su propia forma de
limitar la libertad cristiana. Algunas ocasiones imponiendo
formas de vestir, comer, etc.
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En otras ocasiones la fe la tornan sobre objetos o personas.
Creando una especie de amuletos o fetiches. Cuando la fe
bíblica habla de ver al invisible.
En el tercer caso se le venden a las personas falsas
esperanzas de éxito, que se suelen pagar caro
económicamente además a la obediencia irrestricta al
ministro o al grupo. Claro siempre hay uno que si
experimento el éxito como muestra de que el sistema
funciona y así poder seguir manteniendo el sueño de éxito.
En el cuarto caso el enardecer los sentidos, tiene sus
consecuencias, y es donde más abusos de personas se suelen
generar. Pues una vez que los centros de los sentidos son
afectados, es mucho más sencillo manipular a las masas.
Las cuatro tendencias, comparten elementos comunes.
1. Uso superficial de las Escrituras.
2. Personalidades fuertemente carismáticas
3. Religiones centradas en el ser humano
La libertad que Dios nos ha dado es valiosísima, costó la vida
de Jesús. Hemos de mantenernos firmes en ella sin
participar de tendencias que nos hagan desvalorar la gracia.
Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos
hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de
esclavitud. Gálatas 5:1
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Disfrutar la libertad con responsabilidad
De inicio nuestro título podría parecer una paradoja, pero
ese es justo el mensaje que viene desde el inicio de la Biblia.
Dios creo un Edén y puso a Adán y a Eva en el para qué
disfrutaran de lo que Dios había hecho para ellos. La
encomienda es que lo usarán para los propósitos para los
que se los dio.
Pongamos un ejemplo. Un teléfono celular, tiene funciones
específicas para el cual fue diseñado. Y puede operar
eficientemente, si lo utilizas para ese propósito y le das el
cuidado adecuado. Pero cuando lo usas de forma diferente a
los propósitos para los que fue diseñado o no lo cuidas
adecuadamente. Seguramente su vida útil habrá de
disminuirse considerablemente. Y no es difícil que pronto
quede inutilizado.
Dios nos diseñó con propósitos específicos, y de hecho aun
cuando todos compartimos una misión común consistente
en darle la gloria a Dios y disfrutar de su presencia. También
podemos fácilmente identificar que ese dar la gloria a Dios,
adquiere dimensiones particulares, en cada uno de nosotros.
Los propósitos específicos de Dios para cada uno de
nosotros, están relacionados con los dones y talentos que Él
nos ha otorgado. Así como el entorno específico donde nos
ha puesto para que desde esa experiencia exclusiva
disfrutemos de Su presencia y demos frutos para su gloria.
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Podríamos decir en ese sentido que hay un proyecto
específico para cada uno de nosotros. Donde ejercemos la
libertad que Dios nos ha dado, la disfrutamos y le honramos
de acuerdo con lo que el mismo nos ha dado. Usemos los
siguientes versículos para poder visualizarlo.
De manera que cada uno de nosotros dará a Dios
cuenta de sí. Romanos 14:12
Cada primer día de la semana cada uno de vosotros
ponga aparte algo, según haya prosperado,
guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan
entonces ofrendas. 1 Corintios 16:2
Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que
es bueno, para edificación. Romanos 15:2
Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a
los otros, como buenos administradores de la
multiforme gracia de Dios. 1 Pedro 4:10
Los cuatro versículos representan un área específica, pero
mantienen en común el énfasis de que cada uno, de
nosotros, como creyente maduro ha de ser responsable de
lo que Dios le ha dado.
1. El cómo usamos la libertad, y los dones que Dios nos
ha brindado es un asunto personal. Pero nuestras
individualidades tienen repercusiones en el conjunto
del pueblo creyente. David peco, y las consecuencias
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fueron para todo el pueblo. Como responsables de
familia, pecamos y las consecuencias pueden
repercutir en toda nuestra familia. Un pecado
individual, también repercute en toda una iglesia.
Entonces, si bien es cierto que habremos de dar
cuentas solo por lo nuestro, lo que hacemos también
beneficia o perjudica a la comunidad completa.
2. Nuestra respuesta en gratitud a lo que Dios nos dio
es también personal. Damos de lo que Él nos dio. No
se trata de poner cuotas ni hay mínimos o máximos
establecidos. Cada uno, hemos de nosotros ha de dar
gracias y participar de la obra, de acuerdo al nivel de
bendiciones que ha recibido y de la gratitud que
manifiesta para Dios.
3. El servicio al prójimo, también es de carácter
individual. Si bien en ocasiones hemos de
organizarnos como iglesia para servir a nuestra
comunidad. El servicio empieza en lo individual, de
acuerdo a lo que tú posees y que te ha sido dado por
Dios, en dones, tiempo, habilidades, etc.
4. Los dones que hemos recibido no son para usufructo
personal sino para bendición de la comunidad. Al
ejercerlos eficientemente, estamos contribuyendo a
la edificación del cuerpo de Cristo.
Se trata entonces de ser buenos mayordomos de la libertad
que Dios nos ha dado. Esa mayordomía inicia cuando usamos
sus dones para darle la gloria a Dios y para bendición de su
pueblo.