Post on 19-Oct-2018
“Desde un tren africano”, Miguel Aranguren
"Al ordenar los armarios del cuarto, esparcí sobre la mesa los papeles amontonados en
un cajón. Entre ellos apareció un cuaderno de tapas azules; uno de los muchos que había
utilizado en mi etapa de estudiante. Este cuaderno poseía una peculiaridad: en la
cubierta señalaba <<Diario de Kenya>>. Lo redacté durante mi primer verano en
África".
Miguel Aranguren publicó su primera novela con diecinueve años, toda una aventura
editorial que se saldó con la venta de todos los ejemplares por lugares tan singulares
como Madrid, Buenos Aires o México D.F. Todavía sin pretensiones literarias, el autor
aprovechó los diarios de sus viajes a Kenya (país en el que había pasado los veranos de
1987, 1988 y 1989) para componer una novela autobiográfica en la que se entremezclan
aventuras en la naturaleza incomparable de la sabana africana junto con los
descubrimientos de un adolescente inquieto por la verdad. África se convierte, de esta
manera, en un marco incomparable donde el autor se enfrenta a la vida y a la muerte
(la de Santiago Eguidazu, un buen amigo), a la belleza del paisaje africano y al misterio
de Dios. La novela nos lleva, con distintas peripecias, a Nairobi, Strathmore College (el
primer colegio del África negra que no excluyó a los alumnos por motivos de raza o
credo), a la miserable barriada de Huruma, al mercado de frutas, al desierto de
Amboseli, a un tren que cruza la sabana y a Mombasa.
A continuación, unas líneas de la novela nos sumergen de lleno en la zozobra del alma
del protagonista tras los difíciles acontecimientos a los que se tuvo que enfrentar:
“¿Qué pretendes exigirme...? Nunca te he dado mucho. Me reservo mi tiempo, mis
ocupaciones, no vayas a pedírmelo todo. Y ahora... Ahora callas, como si quisieras que
“Desde un tren africano”, Miguel Aranguren
me concentrara en atrapar las imágenes de este vagón al igual que la hormiga que hace
acopio de reservas, para después meditarlas en España, lejos, muy lejos, tal vez lejos
para siempre de esta tierra de promisión en la que tan fácil me resulta entusiasmarme
por las infinitas posibilidades que ofrece estar vivo. Sin embargo..., la muerte nos
acompaña: los chicos han colocado unos sacos terreros para que el ataúd no se mueva
con los vaivenes de la locomotora. ¿No es una ironía? El comienzo de la vida luchando
por acotar al poder de la muerte. De la muerte de un corazón joven.
A veces creo que las risas y las canciones han enmudecido. ¿Quién puede cantar cuando
el alma viaja rota? Las voces polifónicas de esta África que canta tan bien parecen
acompañar al vasto silencio de la sabana, donde los pájaros nocturnos han enmudecido
para que sean estas melodías sencillas, repetitivas, las que acaricien la hierba seca, los
lomos de un rinoceronte huidizo, la melena hirsuta de un mandril. ¿No los oyes? Desde
el otro compartimento llegan risas y golpeteos de tambor. Son los niños, los niños con los
que Santi hablaba. ¿Acaso los corazones no viajan rotos...? Su amigo viaja en un cajón
de pino sin barnizar, rígido y helado, mas ellos cantan. ¿De qué has compuesto su
sangre para que, a pesar de todo, permanezcan serenos y felices?
La madrugada anterior al accidente cantábamos con él, ¿recuerdas? Aunque apenas
sabía rasgar la guitarra y su voz desafinara casi todas las notas, a los niños les gusta
cantar y hacía lo imposible por atrapar el compás de sus letras, lo que a ellos les
despertaba una torrentera de carcajadas.
Vuelvo a llorar, Dios mío. Estoy persuadido de que Santi era necesario en África... Y yo
también, lo sé. Perdona mis tonterías. Aún me parece un sueño lo que ha sucedido. Hace
unas horas caminábamos juntos por el arrecife... Me gustaría tanto parecerme a él...
“Desde un tren africano”, Miguel Aranguren
Vivir su misma entrega y morir con su misma paz, seguro de haber cumplido la misión
que me encomendaras.”
"África es un continente cada día más cerca de la materia literaria, solapada hasta
ahora en relatos de misioneros o de cazadores. Miguel Aranguren avanza a sus
diecinueve años como un novelista de interés con esta novela-reportaje en la que
Kenya pone el fulgor africano, y el autor, además de un estilo abierto y directo, un
poco de biografía (...) Algo bíblico y algo bélico flota en el ambiente, como en un
cuadro, en el que no faltan las emociones"
(ABC, 1 de Diciembre 1990 )
EL AUTOR Miguel Aranguren (1970), es uno de los novelistas contemporáneos
que ha publicado a más temprana edad (su primer libro apareció
en la editorial Espasa cuando acababa de cumplir diecinueve años)
y uno de los articulistas más incipientes del periodismo español
(firmó su primera columna de opinión en El Mundo, a los
veintitrés).
Es autor de “El arca de la isla” y “La hija del ministro” (La Esfera de los Libros), “La
sangre del pelícano” (Editorial Libroslibres), “Los guardianes del agua”, “Monzón sobre
Bombay”, “Desde un tren africano” y “Aquel verano” (todas ellas en ediciones Palabra),
“Desde un tren africano”, Miguel Aranguren
“La sombra del cóndor” (Editex), “Cuando el otoño se levanta” (Editorial Belácqua),
“Hijos del paraíso” (Martínez Roca) y “El mirador del valle” (Tempo).
Publica artículos de opinión en el diario digital Teinteresa.es, y ha sido columnista de la
revista TELVA, los semanarios ÉPOCA y ALBA y Selecciones Reader`s Digest.
También colabora como columnista en el semanario El Observador (México) y en la
revista Empresa (Argentina).
Ha firmado como columnista en el diario El Mundo, los diarios del Grupo Vocento y las
revistas HOLA, Única y Diva.
Ha colaborado con las cadenas radiofónicas COPE y ABC Punto Radio.
Desde 2004 dirige el proyecto Excelencia Literaria, proyecto de “cazatalentos”
literarios.
Está casado y es padre de cuatro hijos.
Más información:
www.miguelaranguren.com
www.excelencialiteraria.com