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TEMA 4: LA PERSONALIDAD, LA INTELIGENCIA Y EL APRENDIZAJE
1. LA PERSONALIDAD
El término personalidad procede del vocablo latino “persona”, que deriva del griego prosopon, cuyo
significado es máscara, aquella que utilizaban los actores en las representaciones de los personajes del
teatro clásico. Esta máscara tenía dos finalidades:
a) Representar lo que en el lenguaje de teatro actual se llama el personaje, es decir, el papel que el actor
desempeña en el drama.
b) Amplificar el sonido de la voz humana, lo que era posible por la forma en que estaba construida la
máscara. Los romanos llamaban a este artefacto persona (de per sonare, sonar a través de) y del latín ha
pasado a todos los idiomas modernos. En la actualidad, podemos considerar que la personalidad es una
especie de máscara tras la que nos ocultamos, para no mostrar lo que realmente somos en nuestra interacción
con los demás. Sea como fuere, la personalidad, es una especie de figura geométrica de múltiples caras que
comienza en nuestra infancia y se desarrolla poco a poco hasta lograr que nuestra conducta sea estable y
consistente.
Ahora bien, desde el ámbito de la psicología, para entender qué es la personalidad es conveniente ponerla
en relación con dos conceptos muy relacionados entre sí, temperamento y carácter, lo cual nos permitirá
aclarar su significado.
- Por temperamento se entiende el conjunto de disposiciones afectivas predominantes que determina
las reacciones emotivas habituales de un individuo. Cuando se dice que una persona es “muy
temperamental”, o que tiene un “temperamento muy fuerte”, se entiende que reacciona de forma
exagerada, y que hay que “tener cuidado” con él. El temperamento se basa en la herencia biológica.
Por ello, es difícilmente modificable. Representa la base constitucional de nuestra conducta, dado
que incluye el sustrato neurológico y endocrinológico, desde el que comienza a formarse la
personalidad.
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- El carácter, en cambio, es el conjunto de hábitos de comportamiento que se ha ido adquiriendo
durante la vida. Por tanto, el carácter es aprendido, no innato o hereditario, es una adquisición. Uno
es, pues, responsable de su propio carácter, al menos en cierta medida (ya que muchos rasgos de
carácter se deben a aprendizajes en los que quizá no hemos tenido mucha responsabilidad:
aprendizajes infantiles, por ejemplo). Los rasgos de carácter suelen ser juzgados por los demás con
calificativos como “bueno” o “malo”. Por esta razón, el carácter se ve afectado casi siempre de una
valoración moral de carácter social. Constituye la base psíquica o psicológica de la personalidad.
Así pues, la personalidad es, en principio, la reunión de temperamento y carácter en una sola estructura.
De hecho, es muy difícil distinguir los rasgos temperamentales y los rasgos de carácter, por lo que es
preferible hablar únicamente de “personalidad”.
Por otro lado, es necesario indicar qué elementos o factores son comunes o divergen en las distintas
teorías sobre la personalidad. Son los siguientes:
a) La importancia otorgada al inconsciente varía según las teorías: para el Psicoanálisis de S. Freud es
esencial a la hora de explicar la personalidad. Su importancia es mínima o nula en la teoría conductista.
b) Otro punto grave de divergencia es el determinar la importancia que tiene el aprendizaje o el carácter
innato en el desarrollo de la personalidad. Si se admite una base hereditaria de la personalidad, el problema
radica entonces en saber cuál de los dos factores –herencia o ambiente y aprendizaje – es más determinante.
c) Algunas teorías hablan del desarrollo de la personalidad y nos indican qué etapas de la vida son
fundamentales para adquisición de la misma; por ejemplo, la teoría de Freud otorga un gran importancia
a la infancia.
En definitiva, podemos definir la personalidad como las pautas de pensamiento, percepción y
comportamiento relativamente fijas y estables, profundamente enraizadas en cada sujeto: los rasgos
temperamentales y los rasgos del carácter.
La personalidad es el término con el que se suele designar lo que de único, de singular, tiene un individuo,
las características que lo distinguen de los demás.
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2. TEORÍAS SOBRE LA PERSONALIDAD
En el desarrollo de la psicología como ciencia se han planteado distintas teorías sobre la personalidad. Las
distintas teorías psicológicas recalcan determinados aspectos de la personalidad y discrepan unas de otras
sobre cómo se organizan, se desarrollan y se manifiestan en el comportamiento. Podemos destacar las
siguientes:
2.1 Teoría de los humores o temperamentos
El cuerpo humano asociado con la teoría de la teoría de los humores o temperamento es la más antigua
teoría de la personalidad. La correcta distribución o armonía de los humores determinaba el estado de
salud o enfermedad en el cuerpo. Su base filosófica se encuentra en Empédocles y la teoría de los cuatro
elemetos componentes de la esencia de la Naturaleza o Physis. Los elementos del mundo están
representados en la forma de los cuatro humores: sangre, bilis negra, bilis amarilla y flema. Si uno de
estos humores predomina en el cuerpo se observará el predominio de un temperamento, siendo tal
correspondencia la siguiente:
Los rasgos que definen los distintos tipos de humores o temperamentos son los siguientes:
1. Temperamento sanguíneo: vivaz, extrovertido, decidido, abierto, sentimental.
2. Temperamento flemático: tranquilo, no se enfada, no pierde la compostura, no se enfada.
3. Temperamento colérico: irascible, irritable, práctico, enérgico, activo, ambicioso.
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4. Temperamento melancólico: introvertido, meditativo, retraído, propenso a la depresión.
2.2 Teoría de los biotipos
William Sheldon estableció una teoría de la personalidad basada en la tipología de tres tipos básicos
distintos en base a características biológicas externas (biotipos): el endomorfo, el mesomorfo, y el
ectomorfo. A cada uno de estos tipos biológicos correspondería un determinado temperamento que llevaría
asociado una serie de rasgos:
1. El tipo viscerotónico (endomorfo). Constitución física: complexión gruesa. Posee tendencia a la
cordialidad, facilidad para la comunicación, reacciones lentas, sociable, desgarbado, gusto por la
comodidad y la comida, tolerante
2. Tipo somatotónico (mesomorfo). Constitución física: complexión fuerte y musculosa. Tendencia
a ser agresivo, enérgico, tenaz dominio de sí mismo
3. Tipo cerebrotónico (ectomorfo). Constitución física: complexión delgada. Tendencia a ser poco
comunicativo y reflexivo, aspecto cohibido, receloso, actitud imprevisible.
Esta teoría de los biotipos, aunque puede darse en ciertos sujetos y coincidir, podríamos encontrar
individuos en los que no haya una correspondencia entre el biotipo y sus rasgos, puesto que se trata de
unas generalidades que no se han demostrado en todos las personas.
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2.3 .Teoría de los rasgos
¿Qué son los rasgos de personalidad?
Un rasgo (la timidez, por ejemplo) es una pauta de conducta relativamente estable que hace que las personas
se comporten de cierta manera. La teoría de los rasgos de la personalidad es una de las principales áreas
teóricas en el estudio de la personalidad. La teoría de los rasgos se centra en el estudio de las diferencias
entre los individuos. La combinación e interacción de diversos rasgos forman una personalidad que
es única para cada individuo. La teoría de los rasgos ha sido desarrollada por los siguientes autores:
A. Teoría de los rasgos de Catell
Catell sostenía que todos los individuos tienen rasgos idénticos, pero en distinto grado, por lo tanto, no hay
dos individuos exactamente iguales. Encontró dieciséis factores de la personalidad que permiten describir
a los individuos. ¨La personalidad es lo que determina la conducta en una situación definida y un estado de
ánimo concreto”.
Dimensiones de Rasgos
Factor Descripción (grado alto) Descripción (grado bajo) A Comunicativo, afectuoso Reservado, desprendido, crítico B Inteligente, pensamiento abstracto Poco inteligente, pensativo, concreto C Emocionalmente estable , realista Se transforma fácilmente, sentimental E Necio, agresivo, terco Humilde, suave, adaptable F Descuidado, impulsivo. vivaz Sombrío, prudente, serio G Concienzudo, perseverante Expeditivo, no le importan las reglas
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H Atrevido, socialmente audaz Vergonzoso, retraído, tímido I Flexible, perseverante Inflexible, confiado en si mismo L Suspicaz, engreído Confiado, aceptable M Imaginativo Práctico, cuidadoso M Astuto, calculador Franco, natural O Aprensivo, se censura a sí mismo Seguro de sí, confiable Q1 Experimentador, liberal Conservador Q2 Autosuficiente Dependiente del grupo Q3 Controlado, socialmente preciso Indisciplinado, autoconflictivo Q4 Tenso, frustrado Suave, tranquilo
b. Teoría de los rasgos de G.Allport
En 1936, el psicólogo Gordon Allport, encontró que un solo diccionario de inglés contiene más de 4.000
palabras que describen los diferentes rasgos de personalidad. Categorizó estos rasgos en tres niveles:
-Rasgos cardinales: son los rasgos que predominan en toda la vida de un individuo. Son los que
caracterizan y moldean su comportamiento . Por ejemplo, la responsabilidad y sentido del deber, la
extraversión, etc.
-Rasgos centrales: son las características generales que forman los fundamentos de su personalidad .
Términos tales como inteligente, honesto, tímido o ansioso se consideran rasgos centrales.
-Rasgos secundarios: son los rasgos relacionados con las actitudes o preferencias y aparecen solo en ciertas
situaciones o bajo circunstancias específicas. Por ejemplo, “ponerse nervioso cuando se habla en público”,
ser “tímido” ante la presencia de determinada persona.
c. Teoría de los rasgos de Eysenck
Fue formulada por Hans Eysenck (1916-1997) y puede ser considerada como un modelo psicobiológico
de la personalidad, aunque considera que tenemos hábitos aprendidos que son de gran importancia.
Eysenck señala dos conceptos básicos que forman la estructura de la personalidad: introversión y
extroversión.
-El introvertido es subjetivo y suele ser controlado aunque tiende hacia su propio interior.
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-El extrovertido es más objetivo, tiene mayor grado de actividad conductual y de espontaneidad
y tiende hacia el exterior.
Los introvertidos se interesan principalmente por sus pensamientos y sentimientos, por su mundo interior.
Tienden a ser profundamente introspectivos.
Los extrovertidos se interesan por el mundo exterior de la gente y de las cosas, tratan de ser más sociables
y de estar más al tanto de lo que pasa en su entorno.
Eysenck relaciona estos conceptos con los de estabilidad e inestabilidad y estableció los siguientes tipos de
personalidad con sus respectivos rasgos:
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2.4. La teoría psicoanalítica de la personalidad de S. Freud.
La teoría sobre la personalidad propuesta por Sigmund Freud (1856-1939) supone uno de los
descubrimientos más importantes de este autor al proponer la existencia del inconsciente o de los procesos
mentales inconscientes, es decir, hasta Freud se consideraba que la conciencia racional del hombre junto
con su voluntad y su imaginación definían los rasgos esenciales de la mente, es decir, que su
comportamiento se hallaba determinado por su razón consciente; sin embargo, la existencia del
inconsciente en el hombre va a tener gran importancia en la conducta del mismo, es más, Freud nos dice:
“lo mental en sí es inconsciente y la conciencia no es sino una cualidad que puede venir a añadirse a
actos psíquicos aislados”.
Las obras de Freud que sientan la base de su teoría psicoanalítica son La interpretación de los sueños y
Tres ensayos para una teoría sexual publicadas alrededor de 1900. En la primera obra nos viene a decir
que el sueño constituye el modelo de la formación del inconsciente. Ahora bien ¿qué es lo inconsciente
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dentro de la vida psiquica del ser humano? Dicho de forma genérica lo inconsciente es todo aquello que
reprimimos y que se halla dentro de nuestra vida psíquica o mente y aflora o sale a la luz de diversa formas
siendo una de ellas el sueño, pero lo hace de forma simbólica, de ahí que los sueños tengan que ser
interpretados.
La personalidad es como un icerberg, con una pequeña base visible que es la parte consciente (el Yo) y la
mayor parte sumergida, que es el inconsciente (el Ello), que es una fuerza dinámica de la vida mental y que
ejerce presiones e influencias sobre lo que una persona piensa y dice.
Freud propone una teoría de la personalidad que se estructura en tres elementos fundamentales que rigen
nuestra vida mental y nuestro comportamiento. Son los siguientes:
-El ELLO. Se compone de todas las pulsiones innatas (agresivas y sexuales) reprimidas y, además, de todo
lo que ha ido siendo reprimido (deseos, recuerdos); el “ello” es la parte más primitiva del aparato psíquico
y, además, tiene un carácter dinámico. Se identifica con el inconsciente. Esta parte de nuestra mente se rige
por el principio del placer (tendencia a conseguir placer y evitar el dolor). Puede aflorar a nuestra conciencia
a través de los sueños, los lapsus linguae, los actos fallidos, etc. Cuando el niño nace predomina
esencialmente el Ello.
-El YO . Se compone de elementos conscientes: percepción externa o del mundo, percepción interna,
procesos intelectuales, recuerdos no reprimidos, aprendizajes, mecanismos de defensa. Se rige por el
principio de realidad (tendencia a adaptarse al ambiente, regula los deseos en función de la sociedad), que
se genera en el niño cuando éste percibe que sus deseos no pueden ser realizados siempre.
-El SUPERYÓ. Es el moral que impone la sociedad al individuo, esto es, su interiorización genera la
conciencia moral, son las barreras que nos ponen los demás frente a los deseos que pretende realizar el
Ello. El Superyó castiga las infracciones del Yo haciéndole sentirse culpable.
El yo se opone entre dos fuerzas que se oponen: el Ello y el Superyó. Esta situación del yo genera un estado
de inestabilidad cuando el yo no logra un equilibrio entre ambas fuerzas, lo que da lugar a distintos de
neurosis, que son distintas formas de ansiedad: fobias, miedos, paranoias, etc. Nuestra personalidad se forja
en esta dialéctica (lucha) entre el Ello y el Superyo, siendo el Yo el que busca una determinación para
alcanzar la estabilidad. De esta manera, el Yo se defiende de las demandas del Ello y de las presiones del
Superyo mediante los llamados mecanismos de defensa, que son los siguientes:
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1. La represión. El Yo se libera de los deseos que no puede satisfacer y del sentimiento de culpa que
le impone el Superyo reprimiéndoos y enviándolos al inconsciente, pudiéndose manifestar en los
sueños.
2. La proyección. Es el mecanismo por el cual sentimientos o ideas dolorosas son proyectadas hacia
otras personas o cosas cercanas, pero que el individuo siente ajenas y que no tienen nada que ver
con él. El profesor me ha suspendido porque me tiene manía.
3. La racionalización. Se sustituye una razón real que no es aceptable, por otra que resulte aceptable.
Es decir, se cambia la perspectiva de la realidad a través de ofrecer una explicación diferente. Por
ejemplo, un hombre se enamora perdidamente de una mujer, e inician una relación. Al cabo de un
mes de empezar el noviazgo, la mujer rompe la relación porque considera que el hombre tiene una
autoconfianza muy baja y no le deja respirar. Pese a que el hombre lleva tres fracasos amorosos
consecutivos por la misma razón, concluye: “ya sabía que este hombre era un perdedor”, o bien
"desde el primer momento supe que este hombre no me convenía".
4. La regresión. Hace referencia a cualquier retroceso a situaciones o hábitos anteriores, un retorno a
los patrones de comportamiento inmaduro. Por ejemplo, un adolescente al que no se le permite irse
un fin de semana a casa de un amigo y reacciona con un berrinche y grita delante de sus padres,
como si fuera un niño de menor edad.
5. La negación. Es el mecanismo por el cual el sujeto bloquea eventos externos para que no formen
parte de la consciencia y, por tanto, trata aspectos evidentes de la realidad como si no existieran.
Por ejemplo, nos negamos aceptar la muerte de un ser querido como si fuese algo irreal.
6. La sublimación. Sublimar consistiría en mudar el fin pulsional hacia una actividad desexualizada,
intentando su realización, por ejemplo mediante tareas creativas o de prestigio social: arte, religión,
ciencia, política, tecnología.
Para Freud los rasgos determinantes de la personalidad se fijan en los seis primeros años de vida; con
posterioridad el ser humano se limita a reelaborar dichos rasgos procurando adaptarlos a su situación
personal y social.
4. CEREBRO YPERSONALIDAD: EL CASO DE PHINEAS GAGE.
Phineas P. Gage (1823-1861) fue un obrero estadounidense de ferrocarriles, quien debido a un accidente
sufrió daños severos en el cerebro, específicamente en parte del lóbulo frontal. Un error en su trabajo hizo
que, cuando este obrero intentaba compactar la pólvora colocada en la roca utilizando una barra de metal,
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saltase una chispa. La explosión de la mezcla se produjo a escasos centímetros de la cara del joven y, como
resultado, la barra de metal de un metro de longitud y unos tres centímetros de diámetro le atravesó el
cráneo antes de aterrizar a más de veinte metros de donde se encontraba inicialmente. En la imagen
siguiente aparece P.Gage con la barra que le atravesó la cabeza
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Phineas Gage, recobró la consciencia unos minutos más tarde con un agujero que trazaba una diagonal
desde una de sus mejillas hasta la parte superior de la cabeza, justo encima de la frente.
Sin embargo, Phineas Gage no sólo sobrevivió a esta experiencia, sino que fue capaz de recobrar la mayor
parte de sus habilidades mentales y pasó a la historia como uno de los casos más estudiados en los campos
de la psicología y la neurociencia. Sin embargo, aunque objetivamente no parecía tener problemas
intelectuales, su personalidad parecía haber cambiado a raíz del accidente. Phineas Gage ya no era el
mismo. De este modo, al parecer tras diez semanas, las funciones del cerebro de Gage parecían haberse
recuperado casi automáticamente, como si los tejidos celulares del cerebro hubiesen sabido reorganizarse
para compensar la ausencia de varios centímetros cúbicos de lóbulo frontal. Cuando volvió a trabajar en la
obra, el obrero mesurado y cordial que todos conocían había desaparecido, para dar paso a una persona con
mal genio, fácil de irritar, dado al derroche, impaciente e irreverente, que se dejaba llevar por deseos fruto
de sus capricho y que pensaba poco o nada en los demás.
De esta manera, el accidente de P. Gage sirvió para señalar las bases biológicas en las que se sustentan los
procesos psicológicos, en este caso, la personalidad . Además, el caso también sirvió para reforzar la
hipótesis de que diferentes áreas del cerebro se ocupan de diferentes aspectos de la conducta.
El caso de Gage está considerado como una de las primeras pruebas científicas que sugerían que una lesión
del lóbulo frontalpodía alterar aspectos de la personalidad, la emoción y la interacción social. Antes de este
caso, los lóbulos frontales se consideraban estructuras sin función y sin relación alguna con el
comportamiento humano.
El neurólogo Antonio Damásio, en su obra El error de Descartes, ha estudiado en profundidad el caso de
Phineas Gage, sugiriendo que existe una relación entre los lóbulos frontales, la emoción y la toma de
decisiones. Asimismo, considera este caso como histórico por creer que fue el comienzo del estudio de la
base biológica del comportamiento. En este sentido, Damasio se pregunta:
“… ¿qué habría pensado Descartes si hubiera conocido el caso Gage y tuviera los conocimientos de
neurobiología que ahora tenemos? ¿Habría preguntado acerca de la glándula pineal de Gage?
Resulta un tanto injusto atribuirle Descartes este juicio, dado que podríamos pensar en sentido contrario
¿qué pensaría Damasio de Gage si hubiese vivido en el siglo XVII, el siglo de Descartes, con los
conocimientos sobre el cerebro que se tenían en aquel momento? Para ser justos, debemos comprender que
siempre estamos determinados por el tiempo en el que nos toca vivir y por los conocimientos que tenemos
en cada período histórico. No es que sea un error de Descartes sino el condicionamiento histórico del
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conocimiento aplicable a cualquier autor. Dentro de un siglo los conocimientos de las neurociencias serán
distintos de los que conoce Antonio Damasio.
5. TRASTORNOS PATOLÓGICOS DE LA PERSONALIDAD.
Por otro lado, es necesario mencionar lo que se denomina como trastornos patológicos de la
personalidad, que se pueden clasificar en dos tipos: neurosis y psicosis.
NEUROSIS
Se designa con este término a una serie de reacciones emocionales exageradas (angustia desmedida,
depresiones reactivas, depresiones exageradas ante un evento externo, fuertes sentimientos de culpabilidad,
autocrítica exacerbada, etc.) ante determinadas situaciones. Durante mucho tiempo se consideró que las
neurosis tenían un origen orgánico. Freud vinculó las neurosis a trastornos de tipo psicológico motivados
por un anormal desarrollo de la libido.
Tipos de neurosis:
1. Neurosis obsesivo-compulsiva (TOC en la actualidad). Va acompañada de actos irracionales y
repetitivos que el individuo se ve obligado a realizar. Tales como lavarse las manos continuamente, no pisar
las líneas que forman las baldosas de la acera, o pisarlas según un determinado orden, tocar las puertas al
pasar, contar las escaleras al subir, volver a revisar algo que se acaba de hacer una y otra vez, obsesión por
la limpieza y el orden, etc. Según el psicoanálisis tales actos serían sustitutos de impulsos reprimidos.
2. Neurosis fóbica. Va acompañada de un temor irracional a ciertos lugares, cosas, personas o animales.
Entre las más conocidas están la agorafobia (temor a los espacios abiertos), claustrofobia (temor a los
espacios cerrados), temor a los gatos, a las arañas, a las alturas, etc.
3. Hipocondría. Se manifiesta en una obsesión con las enfermedades, el individuo cree padecer todo tipo
de enfermedades.
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4. Neurastenia. El neurasténico sufre una sensación de cansancio, físico y psíquico, permanente.
5.Psicopatía. Se caracteriza por una incapacidad del individuo para prever las consecuencias de sus actos.
Los psicópatas carecen de todo sentimiento de culpa o compromiso con el prójimo. La psicopatía grave
puede degenerar en asesinatos en serie, donde el psicópata concibe a la víctimas como meras piezas de caza
sin el menor grado de empatía.
6.Neurosis de conversión. Caso extremo de neurosis en el que el individuo llega a desarrollar síntomas de
una enfermedad física (parálisis, tics, pérdidas de visión, etc.) aun cuando su organismo no sufra ningún
trastorno.
7.Trastorno límite de la personlaidad o Bordeline. Las personas se sienten vacías y abandonadas, y
pueden tener dificultades para hacer frente a los acontecimientos estresantes. Tienen una personalidad
débil y cambiante, y dudan de todo. Pueden pasar de momentos de calma a momentos de ira, ansiedad o
desesperación en solo unos segundos.. Estas personas viven sus emociones al máximo, y sus relaciones
amorosas son intensas, porque idolatran a la otra persona.
8.Trastorno bipolar. Las personas con trastorno bipolar tienen cambios inusuales en el estado de ánimo.
A veces se sienten muy felices y “animados” y son mucho más enérgicos y activos de lo habitual. Esto se
llama un episodio maníaco. Otras veces, las personas con trastorno bipolar se sienten muy tristes y
“deprimidos”, tienen poca energía y son mucho menos activos de lo normal. Esto se conoce como depresión
o un episodio depresivo.
PSICOSIS
Al igual que la neurosis, la psicosis se caracteriza por desarreglos emocionales pero que afectan a la propia
conciencia del individuo. Al contrario que el neurótico (de quien se puede decir que la realidad le impacta
de modo exagerado), el psicótico pierde el sentido de la realidad y se vuelca hacia su propio mundo.
Se suele distinguir entre psicosis provocadas por desarreglos orgánicos (debidos al abuso de drogas:
alcohol, accidentes, etc.) y las debidas a causas psíquicas.
Tipos de psicosis: entre las psicosis debidas a causas psíquicas se encuentran:
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1. Psicosis maníaco-depresiva. El individuo pasa cíclicamente de estados de euforia (maníacos), en los que
está alborozado y derrocha energías a estados depresivos, en los que se siente melancólico, a disgusto
consigo mismo y siente tentaciones de suicidio.
2. Paranoia. Bajo los efectos de la paranoia el individuo vive en un mundo ilusorio, en el que suele sufrir
delirios de grandeza (por ejemplo, piensa que está destinado a salvar el mundo o a su país, o se cree víctima
de complots internacionales).
3. Esquizofrenia. El esquizofrénico se caracteriza por vivir en un mundo ilusorio donde la pérdida de
contacto con la realidad es mayor aún que en el caso de la paranoia. Asimismo, el esquizofrénico sufre una
alteración total del funcionamiento de su pensamiento. Su conducta puede resultar violenta necesitando el
uso de fármacos.