Post on 02-Feb-2016
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Cada día procesamos información nueva que relacionamos con la ya conocida para darle un sentido
útil. Desde que de pequeños vemos televisión nos encontramos frente a clasificaciones generales que
muestran estereotipos. Éstos son activados en nosotros en unos pocos segundos, luego son olvidados
pero frente a algo que esté relacionado volveremos a este primer momento para asociar y procesar
dentro de un marco ya conocido. En esta relación creamos un puente entre el mundo y el
conocimiento. Son los estereotipos los que median uno con otro y de esta manera nos permiten
comprender el mundo. “¿Cómo examinar cada ser, cada objeto con su especificidad propia y en
detalle sin vincularlo a un tipo o una generalidad? Semejante procedimiento sería agotador y
prácticamente impensable en el transcurso de la existencia”.1
Sin embargo al hablar durante un viaje con un adolescente estadounidense, me dijo que él creía que
los estereotipos tenían un efecto negativo ala hora de comprender el mundo porque al ser generales
omiten los detalles y la originalidad queda perdida en una clasificación masiva. Yo lo tomo como que
la individualidad se pierde y esto puede ser una limitación a la hora de comprender al mundo como
una totalidad, pero por el otro lado pienso que si no fuera por los estereotipos comprendería aún
menos porque no podría asociar ni relacionar conceptos u emociones y mi cerebro no sería capaz de
procesar tal cantidad de datos.
Al hablar de estereotipos es importante recalcar que la connotación tanto positiva como negativa es
producto del análisis que cada actor de conocimiento, en su cultura, realiza. Es decir, más allá de lo
que para cada uno signifique existe una base común para el significado de esta palabra y que hace
que el sentido que le otorguemos tenga validez. Es este lugar común, recurrente, un estereotipo ya
que funciona como patrón para la comprensión del mismo.
Más allá de funcionar como patrón o molde, da por ende una clasificación y tiene a ser general ya que
al no indagar en los detalles puede recaer en un reduccionismo. Hablo de reduccionismo porque al
clasificar uno no toma en cuenta cada uno de los aspectos de la realidad o de las personas sino que
busca rasgos mas gruesos que pueda relacionar con otros para recordar, similar a lo que suelo hacer
en las evaluaciones con una regla memotécnica.
El uso de estereotipos constituye una imagen de pensamiento que busca establecer puentes entre el
mundo (no solo natural sino también de las ideas y social) y el conocimiento. Mediante éste, se
genera un atajo ya que supone una misma base de la cual partimos. Esta “base” es lo que Jung
presenta al hablar de que heredamos ideas por lo que el modus operandus ya está instalado en cada
uno de nosotros ser más eficaces en la comunicación ya que usando estereotipos no debemos
1 Lippman, Walter, “Opinion Publique”, citado en Estereotipos y clichés, Amossy, Ruth y Herschberg Pierrot, Anne, Colección Enciclopedia Semiológica, Buenos Aires, Eudeba, 2001
explicarnos cada vez. Por eso los estereotipos funcionan como atajos y nos permiten asociar y sacar
conclusiones.
Es aquí cuando podríamos interpretar una posible connotación positiva de lo que los estereotipos
implican, ya que nos permiten dar referencia y conocer de antemano. Este conocimiento previo,
general nos permite moldear y no tener que partir desde un punto de partida distinto al de otro actor
de conocimiento.
Analizando una primer área de conocimiento como lo son las ciencias sociales creo que el conocer de
antemano puede derivar en prejuicios. Cuando al aspecto categorizante del estereotipo se añaden
otros dos elementos: prejuicio y etnocentrismo llega la definición negativa que Charles Ramírez Berg
da: “Un estereotipo es el resultado de este proceso y puede ser definido como una generalización
negativa, proporcionada por un endogrupo (Nosotros), acerca de un exogrupo (Los otros)”. 2 De esta
manera decir mujeres débiles, gallegos brutos, judíos tacaños, inmigrantes ilegales, son algunos
ejemplos de categorías creadas desde el prejuicio, que al repetirse de manera constante se
naturalizan. La fuerza del estereotipo se mide en relación directa con el grado en que éste es
percibido como representación válida de la realidad. A partir de ahí se difunde efectivamente y se
autorreproduce.
Cuando escucho frases racistas de Adolf Hitler acerca de los judíos: “Senti escalofríos cuando por
primera vez descubría así en el judío al negociante, desalmado calculador, venal y desvergonzado…”3
creo evidente que el uso de los estereotipos funcionan como una limitación más que una necesidad
para la comprensión ya que este estereotipo del que la raza aria es superior a la judía va en contra de
las prédicas actuales a favor de los derechos humanos y despierta en mi una emoción de tristeza y
enojo hacia quienes ejercían antisemitismo. Mediante la educación desarrollamos una capacidad de
estar alertas y saber detectar cuando un estereotipo es útil y cuando se trata de un prejuicio o una
crítica racista y es por eso que si analizamos el estereotipo dentro de un marco temporal y cultural, si
por ejemplo observamos el racismo desde otra perspectiva, puede que este estereotipo ideológico
me permita comprender aquel pensamiento nazi. Al ser diferente a mi ideología occidental donde los
derechos humanos son altamente apoyados, no puedo clasificar dentro de mi patrón la ideología nazi
y con su contexto histórico puedo llegar a comprender, más allá de que sea algo que considere moral
y éticamente incorrecto, y darme una idea de lo que era vivir en aquella época. Aquí es cuando una
idea interesante acerca de los estereotipos aparece; éstos son culturales y mutables.
Un estereotipo puede dejar de serlo en cierta época y en una determinada cultura. El problema está
en que la selección de rasgos distintivos de los otros, realizada por un sector dominante, se acepta
como representativa. Por ejemplo aquí en el siglo XIX las mujeres no tenían ni voz ni voto, su rol era
2 Ramírez Berg, 2002 disponible en http://www.peterlang.com/download/extract/69429/extract_21849.pdf3 Hitler, Adolf ,”Mi lucha”, 2003 Consultado el día 21/8/14 http://nsl- server.com/Buecher/Fremde-Sprachen/Hitler,%20Adolf%20-%20Mein%20Kampf%20- %20Mi%20Lucha
ser amas de casas y esto constituía un estereotipo en la cultura argentina no determinado por ellas
pero indirectamente aceptado. Sin embargo hoy, siglo XXI, este estereotipo es anacrónico ya que hoy
día las mujeres son consideradas pares a los hombres, con igualdad de oportunidades. Esto pudo
cambiar ya que al ver que el estereotipo anterior del rol de la mujer estaba siendo motivo de
conflicto, muchas personas tuvieron una base de pensamiento que pudo se generalizado y al ser
ampliamente aceptado trascendió creando un nuevo rol más flexible para la mujer. Es decir, que los
estereotipos no solo pueden mutar, cuando una cultura quiere que otra idea contraria o
suplementaria trascienda sino que también moldean a las ideologías. Yo me pregunto, aquellas
personas que dicen no tener una ideología; ¿al negarla no están acaso teniendo una? Es decir, la
ausencia de ideología puede constituir tal y lo mismo con los estereotipos. Al decir que se puede
comprender sin estereotipos, no se esta utilizando una generalización que tiende a simplificar, es
decir ¿un estereotipo?
Pero realmente podemos tomar esto como un estereotipo? O no es más bien un modelo de
pensamiento. Aquí aparece un tema interesante, donde se establece la raya para detectar la
diferencia entre un estereotipo y un modelo de pensamiento. El estereotipo funciona a modo de
sistema cognitivo selectivo que organiza nuestro pensamiento, parecería ser del orden racional seguir
un modelo para organizar los pensamientos, siempre y cuando se discierna entre utilidad y prejuicio.
El año pasado, durante el British Tour con el colegio, estaba saliendo apurada de un local con una
bolsa grande de ropa y ésta se rompió. Mientras recojía todo, se acercaron unos chicos “punk” llenos
de piercings que me dieron miedo. Mi reacción en ese instante, producto de mi emoción, fue recojer
todo lo más rapido posible e irme. Sin embargo, haberlos prejuzgado no fue correcto porque de
hecho me corrieron para darme las cosas que habían quedado en el piso. En el momento en que las
emociones entran en juego como método de establecer un estereotipo es cuando éste se convierte
subjetivo y no nos permite comprender la realidad sino la versión que un actor de conocimiento le
otorgó.
En las ciencias naturales existen clasificaciones generales que nos permiten organizar la información,
pero implica por ejemplo la clave dicotómica ser un estereotipo? O pertenece mas bien a un modelo
de pensamiento. Existe entonces otra manera de comprender que no niega a los estereotipos sino
que los complementa. Los modelos de pensamiento pueden llevar a un estereotipo y estos a su vez
pueden también llevar a un modelo de pensamiento. Creo que no podríamos comprender al mundo
sin estereotipos pero tampoco sin modelos de pensamiento, y que no podríamos devenir en el desuso
de estereotipos porque al fin y al cabo surgirían como conclusión simplificada de estos modelos de
pensamiento. Por esto, al hablar de una clave dicotómica para clasificar a animales en sus clases,
estamos encarnando un estereotipo moldeado por un modelo de pensamiento. Gracias a este
estereotipo de clasificación animal, yo puedo predecir a que grupo puede llegar a pertenecer un
animal sin tener que hacer tediosos procesos metódicos, tomo un atajo que hace a la comprensión
eficaz.
Lo mismo sucede si se quiere, en las matemáticas, cuando al hablar de fórmulas como pueden serlo la
cuadrática o la resolvente, nos encontramos frente a un estereotipo sobre como resolver un
problema, sobre como encararlo y seguir un cierto patrón analítico. Ahora bien, se ha probado que
existe pensamiento lógico y propio de la razón en el cual una persona puede obviar el uso de
formulas, en este caso estereotipos, y resolver el problema. Pero si llevamos esto aun más lejos,
podemos ver que la falta de fórmula nuevamente es un patrón, es decir, aquellos que no estudian o
no conocen y tratan de ingeniárselas, siguen un cierto patrón, lo resuelven de maneras similares y
encarnan un estereotipo.
Como seres humanos tratamos de agrupar para facilitar la comprensión, si bien hay cuestiones que
exceden a nuestra razón, los estereotipos son efectivos a la hora de comunicar y establecer puentes
que nos acerquen a la comprensión. Para concluir, cuando reclamamos que un estereotipo nos aleja
de la verdad, como actores razonando debemos ser capaces de evaluar el estereotipo porque este es
un atajo para ayudarnos a comprender, no es la respuesta sino el camino hacia ella.
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Bibliografía
Amossy, Ruth y Herschberg Pierrot, Anne, Estereotipos y clichés, Colección Enciclopedia Semiológica, Buenos Aires, Eudeba, 2001.
Suriá, Raquel, Psicologia social: tema 5. estereotipos y prejuicios, 2010. Disponible en: http://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/14289/1/TEMA%205.%20ESTEREOTIPOS%20Y%20PREJUICIOS..pdf
Nikleva, Dimitrinka G., “Educación para la convivencia intercultural”,ARBOR Ciencia, España, 2012.
Disponible en: http://arbor.revistas.csic.es/index.php/arbor/article/view/1519/1531