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FACULTAD DE AGRONOMÍA UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PAMPA
TESIS PARA ALCANZAR ELGRADO DE INGENIERO
AGRÓNOMO
“Disponibilidad de Nitrógeno determinada por SPADy respuesta a la fertilización nitrogenada de un
cultivo de maíz en la región semiárida pampeana.”
Agustín Civalero y Gabriel Kolman
30/05/2013
Tesis Civalero-Kolman Facultad de Agronomía UNLPam 0
Contenido
TESIS PARA ALCANZAR EL GRADO DE INGENIERO AGRÓNOMO...................................................2
Título....................................................................................................................................................2
Integrantes...........................................................................................................................................2
Director................................................................................................................................................2
Co-Director..........................................................................................................................................2
Resumen.................................................................................................................................................2
Introducción.............................................................................................................................................2
Objetivos.................................................................................................................................................3
Materiales y métodos..............................................................................................................................4
Resultados..............................................................................................................................................5
Relación entre lectura SPAD y contenido de NO3 (Kg N/Ha) en muestras de suelo.........................12
Evolución del contenido de N disponible a lo largo del ciclo de maíz y respuesta del cultivo............12
Conclusiones.........................................................................................................................................13
Bibliografía............................................................................................................................................13
Tesis Civalero-Kolman Facultad de Agronomía UNLPam 1
TESIS PARA ALCANZAR EL GRADO DE INGENIERO AGRÓNOMO
Título: “Respuesta a la fertilización nitrogenada en dos sistemas de labranzas de un cultivo de maíz enla región semiárida pampeana.”
Integrantes: Civalero Agustín y Kolman Gabriel
Director: Elke Noellemeyer
Co-Director: Romina Fernández
Resumen
El nitrógeno es uno de los elementos minerales que más limitan la producción del maíz, por lo que se
han realizado gran cantidad de ensayos para determinar ésta limitante y el efecto de la fertilización
sobre el cultivo. Por otro lado, existen metodologías de diagnóstico a través de mediciones de
nitrógeno de nitratos en el suelo antes del período máximo de crecimiento del cultivo (V5 – V6), se lo
considera un índice de intensidad de mineralización, ya que indica la cantidad de nitrógeno que se ha
mineralizado durante el barbecho y en las primeras etapas del cultivo, en donde la absorción de
nitrógeno es baja. (Bock and Kelley, 1992). El objetivo de este trabajo fue evaluar el efecto de la
siembra directa (SD), de la labranza convencional (LC) y de la fertilización nitrogenada sobre el
rendimiento de maíz y su relación con el diagnóstico de nitrógeno. La determinación de los contenidos
de nitrógeno de nitratos (ácido cromotrópico) se realizó en intervalos de 20 cm hasta los 60 cm de
profundidad. Los momentos de muestreos fueron en V2 (16/12), V6 (15/1), floración (11/2) y madurez
fisiológica (28/4). La fertilización no afecto los rendimientos en maíz en SD cuando las dosis fueron
bajas pero a altas dosis los rendimientos fueron significativamente mayores, mientras que en SC los
rendimientos variaron significativamente ante menores dosis; pero siempre hubo mayores
rendimientos en SD comparando los mismos tratamientos en SC. Esto se pudo explicar ya que en
siembra directa habría mayor mineralización del componente nitrógeno y menores pérdidas por
lixiviación.
Introducción
El área sembrada con maíz bajo el sistema de siembra directa (SD) se ha incrementado en forma
sostenida desde mediados de la década de los noventa. Durante el ciclo 2001-2002 el área de maíz en
SD en la Región Pampeana superó los 1,7 millones de hectáreas lo que representó el 56 % del área
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sembrada con maíz en Argentina (AAPRESID, 2003). Este cultivo tiene gran capacidad para lograr
altos rendimientos cuando crece sin limitaciones ambientales, pero resulta inestable frente a
situaciones de estrés, especialmente en el período de floración. Una limitante importante para la
producción de maíz es el contenido de nitrógeno (N) en el suelo y, debido a las altas cantidades
requeridas, es frecuente observar deficiencias de este nutriente que afectan su crecimiento vegetativo
(Uhart y Andrade, 1995a) y reproductivo (Uhart y Andrade, 1995b). El uso de labranzas
conservacionistas y en particular la siembra directa (SD) producen una serie de cambios en el
ambiente edáfico, siendo el más relevante, la menor disponibilidad de nitrógeno mineral durante los
primeros años de su implementación (Fox y Bandel, 1986).
En los últimos años se ha avanzado notablemente en el diagnóstico de las necesidades de nutrientes
en la región pampeana, con mayor énfasis en el nitrógeno y fósforo. Los requerimientos de estos
nutrientes no pueden ser cubiertos por la oferta de los suelos en la mayoría de los casos, por lo que se
debe recurrir a la fertilización (Echeverría et al, 2002). Por lo tanto, la fertilización nitrogenada con
dosis mayores es una práctica necesaria para la obtención de similares rendimientos que bajo
labranza convencional (Domínguez et al, 2000), por lo menos durante los primeros años de
implementada dicha técnica.
Los métodos de diagnóstico de requerimiento de nitrógeno (N) para maíz más difundidos se basan en
la determinación del contenido de nitratos en el suelo al momento de la siembra o al estadio de seis
hojas (NSV6) (Sainz Rozas et al, 2000). El primero tiene la desventaja de no caracterizar la oferta de N
durante el ciclo del cultivo por mineralización, la cual puede ser relevante. El NSV6 representa el N
disponible a la siembra, más el aportado por mineralización hasta V6, menos las pérdidas en ese
período.
Las mediciones con el SPAD permiten evaluar indirectamente y en forma no destructiva el estado de
nutrición nitrogenada del cultivo. Para el sudeste bonaerense las mediciones con el SPAD en V6 se
asociaron débilmente con el rendimiento del cultivo y esta relación mejoró en estadios posteriores
(Sainz Rozas y Echeverría, 1998), sin embargo esto no ha sido confirmado en otros ambientes.
Objetivos
• Evaluar la productividad del cultivo de maíz en dos sistemas de labranzas contrastantes.
• Evaluar el efecto de la fertilización en el maíz sobre su productividad en ambos sistemas de
labranzas.
• Evaluar la incidencia de la fertilización nitrogenada sobre la eficiencia del uso del agua en el
cultivo de maíz
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Materiales y métodos
En la región semiárida pampeana central, se desarrollan los sistemas mixtos de producción, ganadero-
agrícola, y agrícola-ganadero. Si bien el orden de suelos Molisoles conforma unidades prácticamente
puras, la región se encuentra dividida en dos unidades geomorfológicas, que resultan contrastantes: la
Planicie Medanosa (PM) y la Planicie con Tosca (PT).
La subregión de la PM abarca aproximadamente 920.000ha y se localiza en el extremo noreste de la
provincia de La Pampa, entre los meridianos 63° y 64°15´ W y los paralelos 35° y 37°15´ S.
En esta región, y sobre un suelo Haplustol éntico (con un perfil típico A, AC, C y Ck) se estableció en
agosto de 1993 un ensayo de evaluación de sistemas de labranzas con dos tratamientos, siembra
directa (SD) y siembra convencional (SC), en franjas apareadas con tres repeticiones. Cada parcela de
sistema de labranza midió 15 m por 200 m.
La secuencia de cultivo desde 1993 hasta el 2009 fue girasol, trigo, avena, maíz, girasol, trigo, 4 años
de pastura (alfalfa con festuca), soja, girasol, maíz, soja, soja, maíz, centeno y maíz.
La experiencia se desarrolló sobre este último cultivo, bajo condiciones de campo en un lote de
producción bajo SD y SC sin deficiencias de fósforo y azufre. El diseño experimental se realizó en
bloques completamente aleatorizados, con cuatro repeticiones y los tratamientos fueron 4 niveles de
N: 0, 60, 120 y 180 kg N/ha, aplicados como urea. Las unidades experimentales se establecieron en
parcelas de 5 metros de ancho y 10 metros de largo. El cultivo se sembró el 4 de diciembre de 2009
con un distanciamiento de 52 cm y una densidad de logro de 3,5 pl./m lineal (67.307 pl./ha).
Los muestreos de humedad (método gravimétrico) se realizaron en intervalos de 20 cm hasta 140 cm
de profundidad y la determinación de los contenidos de nitrógeno de nitratos (acido cromotrópico)
también en intervalos de 20 cm hasta los 60 cm de profundidad. Los momentos de muestreos fueron
en V2 (16/12), V6 (15/1), floración (11/2) y madurez fisiológica (28/4). Se evaluó el contenido de
clorofila con el Minolta SPAD 502 al estadio de V6 en la última hoja totalmente expandida, al mismo
tiempo que se tomó el contenido de humedad en ese estadio.
Se calculó el uso consuntivo de agua en mm (UC) del cultivo de maíz, a partir de las precipitaciones y
el cambio en el contenido de agua almacenada en el suelo desde la siembra hasta el secado del CC y
desde siembra hasta la cosecha de maíz (Lopez y Arrue, 1997). Además se determinó la eficiencia en
la utilización del agua (EUA kg grano/mm/ha), mediante el cociente entre el grano producido de maíz y
el UC (mm).
En estadios de madurez fisiológica se determinó por cosecha manual (2 m2) y trilladora estacionaria la
producción de granos y el peso de 1000 semillas.
Las precipitaciones registradas entre el mes de junio y la fecha de siembra del cultivo de maíz fueron
182 mm, de las cuales las más importantes ocurrieron en septiembre con 66 mm y en noviembre con
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100 mm. Entre la siembra (4-12) y el primer muestreo de humedad y nitratos correspondiente al
estadio de V2 (16-12) se registraron 35 mm, de V2 a V6 (15-1) 175 mm, hasta floración (11-2) las
precipitaciones registradas fueron de 70 mm y hasta madurez fisiológica del cultivo de maíz (28-4) se
contabilizaron 163 mm, de las cuales la mayor cantidad precipitada fue en febrero, con unos 60 mm en
el mes de marzo.
Figura 1: Lluvias ocurridas durante el desarrollo del cultivo de maíz.
Los resultados fueron analizados estadísticamente a través de análisis de varianza y prueba de LSD a
α < 0,05 con el software Infostat.
Resultados
Al momento de la siembra del cultivo de maíz en el sistema de SD, el suelo presentaba 25 mm más de
agua total que en SC (Tabla 1). Si bien las precipitaciones registradas previamente a la siembra del
maíz fueron considerables (Figura 1), las mismas recargaron el perfil hasta los 60-80 cm de
profundidad (Figura 2), ya que a los 80 cm de profundidad el agua en ambos sistemas de labranzas se
encontraba en punto de marchitez permanente.
En el estadio de V6 la diferencia entre los dos sistemas de labranzas fue aún mayor (52 mm) mientras
que para los momentos de floración y madurez fisiológica si bien el sistema en SD presentaba mayor
contenido de agua útil, esta diferencia fue menor que la encontrada anteriormente (17 y 6 mm
respectivamente). Los perfiles de humedad a madurez fisiológica de los tratamientos bajo SC testigo
(T), SD T y SD fertilizado (F) contenían agua útil hasta los 60 cm de profundidad, mientras que el perfil
de SC F se encontró con contenidos hídricos por debajo del punto de marchitez permanente.
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Tanto para la siembra, como en V6 y floración del maíz, en el tratamiento T las diferencias en los
contenidos de agua a favor del sistema en SD fueron estadísticamente significativas. Mientras que en
madurez fisiológica no hubo diferencias significativas entre las labranzas.
Figura 2: Perfil de humedad a la siembra de maíz en siembra directa (SD) y siembra convencional
(SC)
Tabla 1: Agua total hasta 140 cm de profundidad en tratamiento testigo, a la siembra, V6, floración y
madurez fisiológica (M.F.)
LabranzaHumedad (mm)
Siembra V6 Floración M.F.
SC 148 b 173 b 110 b 123 a
SD 173 a 225 a 127 a 129 a
Las letras muestran diferencias significativas entre las labranzas (p<0.05).
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Figura 3: Perfil de humedad a madurez fisiológica de maíz en siembra directa testigo (SD T) y
fertilizado (SD F) y siembra convencional testigo (SC T) y fertilizado (SC F).
Para el tratamiento que recibió la mayor fertilización (180 kg de N/ha) al momento de V6 el sistema en
SD se encontraba con mayor contenido de agua que SC (44 mm) presentando diferencias
significativas, esta diferencia se redujo en el periodo de floración (6 mm a favor de SD), pero a
cosecha el contenido de agua en SD nuevamente fue muy superior al encontrado en el sistema de SC
(54 mm) con diferencias significativas.
Considerando el mismo sistema de labranzas se puede observar que los contenidos de agua en el
estadio de V6 y en madurez fisiológica fueron menores en el tratamiento con fertilización nitrogenada.
En el sistema en SD también se registraron menores contenidos de agua en el tratamiento con N en
V6 y en floración (Tabla 2).
Varios estudios encontraron mayor cantidad de agua en SD lo cual se ha atribuido al efecto que tienen
los residuos sobre la superficie del suelo disminuyendo la temperatura del suelo y el escurrimiento del
agua (Dao, 1993; Johnson, Lowery, 1985; Bennie y Hensley, 2000; Fernández et al, 2008).
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Tabla 2: Agua total hasta 140 cm de profundidad en el tratamiento fertilizado, en V6, floración y
madurez fisiológica (M.F.)
Labranza
Humedad (mm)Siembra V6 Floración MF
SC 148 b 162 b 117 b 86 bSD 173 a 206 a 123 a 140 aLas letras muestran diferencias significativas entre las labranzas (p<0.05).
En la Tabla 3 se presentan los rendimientos de maíz para cada labranza de los distintos tratamientos
de fertilización con nitrógeno. Se puede observar que el sistema en SC presento un incremento en el
rendimiento de maíz con respecto al testigo de 1480, 3164 y 5026 kg/ha para las dosis de 60, 120 y
180 kg de N/ha respectivamente. La respuesta de rendimiento se presenta en la Figura 4, y
correpondió a 1480, 1684, 1862 kg/ha a medida que se aumenta la dosis de fertilizacion .
En el sistema en SD el rendimiento del maíz con respecto al testigo fue de 1242, 1576 y 3313 kg ha-1
para la dosis de 60, 120 y 180 kg de N/ha respectivamente. En este sistema de labranza la respuesta
a la fertilización fue de 1242, 334 y 1737 kg ha-1 con el aumento de la dosis de fertilización.
Analizando el rendimiento de maíz pero teniendo en cuenta las labranzas, se observaron diferencias
significativas solo en los tratamientos T y 60. El sistema en SD presentó 2893, 2655, 1305 y
1180 kg ha-1 más que en SC, para los tratamientos de T, 60, 120 y 180 respectivamente.
Resultados de Saks et al, (2012) demuestran que los rendimientos promedios alcanzados en SD
variaron entre genotipos y nivel de fertilización. El genotipo ciclo largo presento una amplia variación
en el rendimiento (5570-18440 kg ha-1) y respuesta a la fertilización (1834-9438 kg ha-1). Mientras que
en el genotipo ciclo corto la variación de rendimiento fue menor (6555-11009 kg ha-1). Similar tendencia
se observó en la respuesta a la fertilización (1764-4454 kg ha-1).
El peso de mil granos se presenta en la Tabla 4, el mismo varió con la fertilización tanto en SC (247 a
327 gr) como en SD (294 a 342 gr), además comparando cada tratamiento de fertilización entre las
labranzas en todos los casos fue mayor en el sistema en SD aunque solo presentó diferencia
significativa en el tratamiento con 60 kg de N/ha.
Se demostró que el rango de variación del número de granos/m2 como respuesta a la fertilización con
N fue significativa (p<0.05) y que este componente de rendimiento es el que más afectó la producción
de granos. Los resultados además indicaron que el rendimiento fue mayor en SD lo cual estaría
relacionado con mejores condiciones hídricas durante el ciclo del cultivo dando lugar a un mayor peso
de granos.
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Tabla 3: Rendimiento de maíz en tratamientos testigo (T) y fertilizados con 60, 120 y 180 kg/ha.
Labranza Tratamientos (kg N/ha)
T 60 120 180SC 6959 b B 8439 b B 10123 ba A 11985 a A
SD 9852 b A 11094 ba A 11428 ba A 13165 a A
Letras minúsculas muestran diferencias significativas entre dosis y letras mayusculas muestran
diferencias significativas entre labranzas (p<0.05).
Tabla 4: Peso de mil granos en los tratamientos testigo (T) y fertilizados con 60, 120 y 180 kg/ha.
LabranzaTratamientos (kg N/ha)
T 60 120 180
SC 247 a A 294 ab A 327 b A 325 b A
SD 294 a A 319 ab B 329 ab A 342 b A
Figura 4: Respuesta del cultivo de maíz, a la fertilización nitrogenada en siembra directa (SD) y
convencional (SC)
El UC del cultivo en SC fue de 505mm para el tratamiento fertilizado y de 468mm para el testigo, pero
en el sistema en siembra directa el UC para el tratamiento fertilizado fue de 476mm y para el testigo de
487mm. Resultados de Saks et al, (2012) y Barbieri et al, (2012) demostraron que el UC fue muy
similar entre dosis de fertilización de maíz tanto en la Región Semiárida Pampeana como en el
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Sudeste de Buenos Aires, destacando que la evapotranspiración del cultivo de maíz no fue afectada
por la fertilización nitrogenada.
En relación a la EUA los valores para el tratamiento testigo fue de 14 kg/mm ha para SC y 20 kg/mm
ha en el caso de SD. Para los tratamientos fertilizados fueron de 23 kg/mm ha para SC y 27 kg/mm ha
para SD. Se puede observar que hubo mayor eficiencia en el UC para los tratamientos fertilizados en
ambas labranzas. La fertilización nitrogenada permitiría incrementar la EUA del cultivo de maíz,
afectando en menor medida al UC. Otros resultados en la región semiárida pampeana demuestran que
la EUA se incremento en un 59 y 81 % en los genotipos ciclo corto y ciclo largo por efecto de la
fertilización nitrogenada. No obstante, la fertilización no modifico el UC de cada genotipo (Saks et al.,
2012)
Uhaldegaray (2012) obtuvo similares resultados, con EUA de 8 a 24 kg/mm ha en maíz sin fertilizar y
fertilizado respectivamente. Los efectos de la fertilización nitrogenada sobre la mejora en la EUA y ET
son similares a los descriptos por Albarenque et al, (2012).
Figura 5: Uso consuntivo (UC) y eficiencia en el uso del agua (EUA) para siembra convencional (SC) y
directa (SD), testigo (T) y fertilizado (F).
Al momento de la siembra los contenidos de N-NO3- fueron mayores en SC, aunque no presentaron
diferencias estadísticas con respecto a SD (Tabla 5).
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En V6 en ambos sistemas de labranzas, se observó que a mayor nivel de fertilización dentro de cada
labranza se encontraron mayores niveles de N de NO3- en suelo (Tabla 5). Para todos los
tratamientos se hallaron mayores valores de N-NO3- en SD, excepto en el tratamiento con mayor nivel
de fertilización, registrándose diferencias significativas entre las labranzas solamente en el tratamiento
testigo.
En general los valores de N-NO3- fueron bajos lo cual se podría atribuir al consumo por parte del cultivo
y al lavado por lixiviación debido a las precipitaciones registradas entre V2 y V6. Los mayores valores
de N disponible en SD entre la siembra y V6 se podrían explicar por la mineralización de residuos y de
materia orgánica en este sistema de labranza (Kalbitz, 2003; Cookson et al, 2005; Garnier et al, 2008;
Schmidt et al, 2011), aunque también es probable que haya inmovilización de este elemento por parte
de los microorganismos (Kristensen et al, 2003; Molina et al, 2005). Este último proceso parecería
predominar en floración del cultivo de maíz, cuando el consumo por parte del cultivo ya fue menor, al
respecto se observaron menores valores de N-NO3- disponible en SD comparado con SC, sin
presentar diferencias significativas.
Estudios demostraron que la fertilización no afecta la actividad biológica y la biomasa microbiana del
suelo, lo que indicaría que no se produce la inmovilización de nitrógeno ya que análisis realizados por
determinación isotópica de N15 en la biomasa microbiana permitió determinar que el 25% del N
presente en la misma provenía del fertilizante. Esto sugiere que hubo un intercambio entre el N del
fertilizante y el contenido en la biomasa microbiana, que determino una subestimación del grado de
aprovechamiento de este nutriente al utilizar la metodología isotópica (Peter ED. et al, 1986).
En el tratamiento testigo no se encontraron diferencias significativas entre SC y SD, 16,3 y 12,6 KgN-
NO3/ha respectivamente. Lo mismo se observo para el tratamiento 180 con valores de 42,4 y 31 kgN-
NO3/ha para SC y SD respectivamente. Cabe recalcar que en SC se observaron mayores niveles de
N para ambos tratamientos. En floración en el tratamiento testigo y fertilizado con 180 kg/ha los
mayores valores de N-NO3- se hallaron en SC aunque no se encontraron diferencias significativas
entre sistemas de labranzas.
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Tabla 5: Contenido de N-NO3- en siembra directa (SD) y siembra convencional (SC) a la siembra, en
V6 y floración del cultivo de maíz.
N-NO3-
(kg/ha):Siembra (4/12/09) V6 (21/01/10)
Floración
(11/02/10)
Tratamientos 0 60 120 180 0 180SC 55.2 a 3.3b 7.9a 18.6a 33.1a 16.3a 42.4aSD 46.3 a 11.6a 16.1a 21.3a 24.3a 12.6a 31.0aLas letras muestran diferencias significativas entre las labranzas (p<0.05).
Figura 6: Relación entre lectura SPAD y contenido de N-NO3- (Kg N/Ha) en muestras de suelo
La intensidad de coloración verde de las hojas de la espiga varió entre 42 y 50,5 unidades SPAD
mostrando diferencias entre sitios y dosis de N aplicadas en la siembra (Figura 6). En general esta
variable fue mayor en los tratamientos fertilizados que en el tratamiento control sin fertilización y se
relacionó positivamente con las dosis de N aplicadas en el momento de la siembra. Se pudo observar
que ante la presencia de elevadas fertilizaciones, el SPAD no determina diferencias entre dosis, esto
puede estar atribuido a la poca diferenciación entre el color verde de las hojas.
Evolución del contenido de N disponible a lo largo del ciclo de maíz y respuesta del cultivo
Observando los datos encontramos un buen nivel de N a la siembra del cultivo tanto para el
tratamiento de SD como SC, aunque viéndose una diferencia a favor de SC en 10 kg N
aproximadamente, posiblemente atribuible a la inmovilización microbiana de N en la SD.
En las muestras obtenidas en V6 se observa una menor concentración de Nitratos en el suelo, que
además del consumo del cultivo, puede ser atribuible a las altas precipitaciones ocurridas entre el
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momento de fertilización y toma de muestras. Éstas pueden haber producido un lavado en el perfil,
afectando considerablemente a la SC ya que respecto a SD, el suelo se encuentra más desprotegido y
con menos estructuración, facilitando este proceso.
Los datos observados del análisis de NO3 en floración, muestran que tanto para SD como para SC
hubo un aumento en la concentración de Nitratos en el suelo. Es notable un mayor aumento en SC
debido a la facilidad de degradación que tiene el suelo en ese sistema de labranza por sus condiciones
de aireación debido a la remoción del perfil, temperatura y buen contenido de humedad por las
abundantes precipitaciones. Contrariamente, el suelo en SD se comporta de manera diferente debido a
que generalmente tiene menos temperatura y hay una población microbiana abundante que inmoviliza
N disminuyendo la disponibilidad de éste.
En forma general se observa que en SD la concentración de NO3 es baja a siembra, pero a lo largo
del ciclo hay un aporte de NO3 continuo. Esto podría explicarse con la acumulación de MO a través
de los años en este sistema de labranza, teniendo como característica un gran porcentaje de ésta
como lábil. La provisión de N disponible mediante la mineralización de materia orgánica podría también
explicar la falta de respuesta a la fertilización en nitrogenada en SD. Aunque generalmente se estipula
que cultivos en SD sufren menor disponibilidad de N debido a la inmovilización de este elemento por la
alta disponibilidad de residuos con alta relación C/N (Soane et al, 2012), en este ensayo de larga
duración el suelo bajo SD aparentemente tiene mayor capacidad de mineralización de N. Similares
resultados han sido obtenidos en ensayos de larga duración de SD (Álvaro-Fuentes et al, 2009;
Alvarez and Steinbach, 2009; Alletto et al, 2011). Lo anteriormente expuesto explica la curva de
rendimientos, la cual en labranza convencional es notablemente creciente con mayores respuestas
entre tratamientos; al contrario de esto, la curva en SD tiene una pendiente pequeña con menores
respuestas entre tratamientos pero parte de un rendimiento considerablemente mayor.
Conclusiones
El cultivo de maíz en SD solamente respondió a la dosis más alta de fertilización nitrogenada, mientras
que en SC la respuesta fue significativa en dosis menores. Esto se correspondió con altos niveles de N
disponible en el suelo bajo SD que se explicarían por mayor mineralización de este elemento y
menores pérdidas por lixiviación. El efecto de SD luego de más de 15 años, por lo tanto es de mejorar
la disponibilidad de N para el cultivo, inverso a lo que ocurre durante los primeros años de este sistema
de labranza.
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Bibliografía
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