Post on 08-Jul-2015
Hola Fermín, tras una buena siesta y una ducha de reflexiones, lo primero que me gustaría
hacer es darte las gracias de corazón por hacer que todos podamos disfrutar de esta increíble
experiencia. Esta segunda vez que he hecho el camino de Santiago, he que rido buscar más a
Dios, porque me parece un buen objetivo de todo esto. He ido más despacio, he analizado con
más detalles, he prestado más atención, pero sobretodo he reflexionado.
Mi primera reflexión, consiste en darme cuenta del error que casi todos cometemos (me
incluyo). Casi todos, que andamos de fe un poco escasos, buscamos notar la presencia de Dios
de forma física, mediante condiciones absurdas que nosotros mismos ponemos.
Me he dado cuenta que Dios está mucho más allá, ¿por qué es Dios el único que tiene que
esforzarse en demostrarnos qué está ahí, y no nosotros a Él?
En este camino, he solucionado muchas de mis preguntas. Para que Dios me encuentre a mí, le
he buscado yo también. He descubierto que es para mí Dios. Tras unos días pensando y d ando
vueltas, he encontrado a Dios en personas, en palabras, en sensaciones y sentimientos e
incluso en paisajes.
El camino hace que nos sensibilicemos, de verdad, te entrar unas ganas enormes de querer ser
mejor persona, y yo ahí, veo a Dios.
El camino hace que seamos humildes, que crezcamos como personas solidarias y que
quedemos satisfechos con nosotros mismos después de ayudar a alguien. Ahí, también he
visto a Dios.
Cuando empieza a salir el sol que ilumina todas las gotitas de agua de roció de las plantas de
millones de tonalidades verdes, cuando observas eso, la sensación que se crea en tu interior,
te la ha regalado Dios.
Y sobretodo he visto a Dios, en el amor, el esfuerzo, la fe, la dedicación, la amabilidad y la
solidaridad de otras personas. Ahí he visto reflejado a Dios.
Creo que estamos mal acostumbrados a esperar cosas de Dios sin nosotros ofrecerle nada. Mi
fe ha crecido enormemente durante este viaje, y me encantaría que al igual que yo veo a Dios
en algunas personas, que alguien pueda verlo en mí.
Todo lo que hemos crecido durante este trocito de nuestra vida, debería seguir funcionando,
debemos trabajar en ello y esforzarnos, para tener fe, pero sobretodo, para poder regalarla.
Gracias por transmitirme tu fe, y por haberme dado la oportunidad de ver en ti, un poquito de
Dios.
Espero poder volver a repetir, y que el camino de la fe en Dios nunca acabe.
Paula Fernández Amat.