Traumatismos e Historia

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Analisis de la transmision historica del trauma

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  • Traumatismos e Historia. Los modos de destitucin de la subjetividadEnsayo

    AutoraBettina Calvi

    ResumenExisten mltiples traumatismos que puede sufrir un sujeto, pero slo algunosresponden a la categoras de traumatismos en los que el otro humano tieneresponsabilidad absoluta. Incluimos dentro de esta categora tanto a ltraumatismo causado por hechos como el abuso sexual en la infancia comoaquellos causados por situaciones extremas tales como los campos deexterminio, el terrorismo de Estado, y por ltimo las desvastadorassituaciones producidas por los efectos del neoliberalismo. Todas estassituaciones traumticas producen efectos devastadores en la subjetividad. Losconceptos de trasmisin inter e intrageneracional, secreto, cripta y fantasmapermiten analizar estos cuadros. Proponemos la construccin del relato,desde una memoria historizante como la posibilidad de intervenir sobre lasubjetividad devastada.

    Traumatismos e Historia. Los modos de destitucin de la subjetividad.Los efectos psquicos que afectan a las vctimas de una catstrofe social

    dependern de diversos factores, entre los que podemos sealar la posicindel sujeto frente al traumatismo, las formas primeras de simbolizacinespontnea que haya podido realizar y los modos en los que pueda irresignificando, entramando el suceso en su historia vivencial singular. Sinembargo, tambin depender de las formas que el suceso vaya adquiriendo enel imaginario colectivo y de las respuestas sociales que puedan generarsefrente a la catstrofe.

    Ahora bien, qu ocurre cuando la catstrofe no es social sino privada y seinscribe como interrupcin de la historia en el sujeto?

    El abuso sexual en la infancia es la forma paradigmtica de una catstrofeprivada que acontece en la intimidad y que la nia- o sufre en la ms absolutasoledad e inermidad. Pero esa inermidad tambin es comn a todas lasvctimas de las llamadas situaciones extremas.Inermidad que resulta tambindel hecho de que el resto de la sociedad acepta y silencia estas situaciones.Desde el lugar de quin sufre estos traumatismos las palabras no alcanzanpara describir la situacin y el sujeto se silencia. Quin ha sido desubjetivadoen su silencio se transforma en testigo, experiencia sta que no tiene pruebasde verdad ms que las de su propio cuerpo, su memoria, la fragilidad de unamemoria que construir un relato fragmentado, fracturado, frgil. Laverdadera memoria se guarda en silencio y provoca un desmantelamiento dela lgica existente, sin tiempo ni preparacin para la creacin de una lgicanueva, situacin que produce un efecto desubjetivante que no implica lainstitucin de nuevas marcas, sino la destitucin de todas ellas; teniendolugar, as, una especie de borramiento subjetivo.Sostenemos que la respuesta del entorno frente a la palabra del nio o de lania que denuncia por ejemplo una situacin de abuso, ser determinante enla magnitud de sus efectos traumticos. Slo as podra considerarse eltrauma ligado a una prctica de recomposicin metablica de la subjetividad

  • singular que permita incluir lo nuevo. Dicha recomposicin supondra untrabajo de simbolizacin historizante, productora de sentido. Del mismomodo todo acto que inscriba en el discurso social, los delitos cometidos bajosituacin de terrorismo de estado, tiene un efecto restitutivo para los sujetosvctimas de los mismos, ya que hace pblico lo que haba transcurrido en elsecreto de la clandestinidad donde la impunidad dominaba la escena.

    Ana Berenzin (1998) sostuvo en su ensayo sobre la crueldad que la mismaes un rasgo exclusivo de la especie humana, se trata de una violenciaorganizada para hacer padecer a otros sin conmoverse o con complacencia...La destructividad es un modo de desligazn, anulacin o desaparicin delotro.Sealaremos, adems, la fuerte crtica que esta misma autora realiza alconcepto banalidad del mal formulado por Hannah Arendt en su libroEichman en Jerusaln. La banalidad del mal . Berenzin, fundamenta que elmal nunca puede ser banal si tenemos en cuenta las consecuenciasdestructivas e irreparables que produce. Adems, sostiene que en lainformacin sobre el Holocausto se fue perfilando una igualacin peligrosaentre vctimas y victimarios. Es un grave error perder de vista que slo losvictimarios fueron los responsables de una poltica de la crueldad. Laculpabilizacin generalizada de vctimas y victimarios, desemboca en elplanteo de Arendt de banalidad del mal, porque es la condicin misma delconcepto de mal la que permite su generalizacin, dado que presupone la noresponsabilidad subjetiva frente a la participacin activa en la crueldad. Lacrueldad se ejerce en nombre de algn bien y para evitar un mal, segn eldiscurso del dominador y sus cmplices, quienes la justifican. Esto los vuelveresponsables de sus actos.En este sentido vemos como muchas veces los abusadores utilizan frente a lania el argumento de que es por su bien que las violan, abusan y someten,cuando no argumentan que su accionar fue provocado por las actitudes de lavctima. Es preciso preguntarse cmo intervenir para que las vctimas directasno queden atrapadas en la identidad del vencido. Sabemos que una de lasmodalidades de los discursos homogeneizantes de la lgica del dominadorconsiste en provocar la autoculpabilizacin que tiene efectos destructivos quese suman a la situacin traumtica padecida.

    El acto cruel encuentra al otro sin posibilidad de reaccionar, sin recursospara hacerlo, para pensar, o para protegerse; coarta sus vnculos y suspertenencias.

    La escena cruel tiene como caracterstica que no puede hablar de ella niquien es despojado de su subjetividad, destituido, ni ese otro cruel que, entanto tal, tambin es despojado de su condicin humana. Slo el testigo serquin nombre el acto cruel de despojo, mostrando que para hablar de laescena hay que salir de ella.Desde otra perspectiva encontramos que Serge Tisseron plantea que elindividuo es un grupo interiorizado cuya psique est sometida a la prueba delas generaciones. Este es el abordaje que Nicolas Abraham inaugurara hace uncuarto de siglo con su teora del fantasma (fantome). Muchos trabajosactuales sobre la trasmisin psquica advierten la revolucin operada por esteabordaje pero no siempre miden su apuesta: la existencia del lazo social comosoporte del hecho psquico individual. La expresin trasmisin psquicapone los intercambios entre generaciones bajo un aspecto familiar, el de los

  • valores, las creencias y las competencias que garantizan la continuidadfamiliar, grupal y cultural.

    El riesgo de la palabra trasmisin consiste en que puede hacernos creer quealgunos contenidos mentales puedan trasmitirse como se trasmiten bienes. Esfundamental aclarar que an cuando la realidad psquica de los padresmodela la de los hijos, esta nunca es modelada en forma pasiva. No existejams una trasmisin ni una recepcin pasiva de un cuerpo extraoprocedente de una generacin anterior. La vida psquica del beb se construyeen interrelacin con la vida psquica de quienes lo rodean, quedando marcadapor la de sus padres pero, a travs de ellos, tambin por la de susascendientes. La mayora de estas operaciones psquicas son inconscientes yaquellas que no lo son en el momento de su instalacin rpidamente pasan aserlo. Resultan del doble movimiento de las impresiones de los padres sobrelos hijos y de las expresiones de los hijos hacia los padres. Las primeras,hacen intervenir las diversas expresiones de los padres y su recepcin por elhijo, en tanto que las segundas se organizan en torno a las posibilidadesexpresivas de los hijos, pero tambin, en torno a las intolerancias de lasincitaciones de los padres con respecto a ellos mismos. Luego, intervienenotros factores ligados a los diferentes momentos de construccin de la vidapsquica del nio que transforman sus propios objetos internos, confirmandoo contrariando los mecanismos psquicos ya instalados. Aqu interviene elentorno en sentido amplio y no slo en entorno familiar.En relacin a estoAbraham enuncia la nocin de trabajo del fantasma entre generaciones.Los complejos vnculos intergeneracionales influyen en toda la trama, sinembargo, las influencias son considerables sobre todo en la relacin con suspropios hijos. Se ejercen segn mecanismos conscientes pero tambininconscientes. Si bien las herencias psquicas garantizan la conservacin de lasadquisiciones y el potencial espiritual de la humanidad, tambin trasmiten alos hijos la carga de la superacin de las cuestiones que quedaron ensuspenso en el inconsciente de sus padres y ancestros.

    Freud (1914) plante que todo individuo est dividido entre dosnecesidades ser para s mismo su propio fin y ser el eslabn de una cadenaa la que est sujeto sin la participacin de su voluntad. Adems, vea lacontinuidad transgeneracional esencialmente en la constitucin del supery ydel ideal del yo. Efectivamente para el nio, el supery no se constituye sobreel modelo de su padre sino sobre el modelo del supery de ste. Por estasinstancias psquicas (el supery y el ideal del yo), los padres consideran a sushijos herederos de sus deseos irrealizados, a la vez que de sus propiasinhibiciones y prohibiciones. Los hijos estn capturados en sistemas dedependencias de los padres y las influencias constituyen tanto una potencialcomo una desventaja.

    Las investigaciones sobre las influencias psquicas que durante muchotiempo fueron desestimadas por los psicoanalistas que ponan nfasis en losdeterminismos intrapsquicos del inconsciente, han sido inauguradasrealmente por los trabajos de Nicolas Abraham y Maria Torok (1961- 1975)sobre el duelo, la cripta y el fantasma. Estos autores plantean una claradistincin entre las influencias intergeneracionales y las influenciastransgeneracionales. Las primeras son las que se producen entre generacionesadyacentes en situacin de relacin directa. Las segundas se producen atravs de la sucesin de las generaciones: los contenidos psquicos de los

  • hijos pueden estar marcados por el funcionamiento psquico de abuelos o deancestros que no hayan conocido, pero cuya vida psquica marc a suspropios padres. Las nociones de cripta y de fantasma permiten concebir una metapsicologade los clivajes del yo y del trabajo del fantasma en el inconsciente, puedenesclarecer la vida psquica de diferentes categoras de pacientes. Entre ellosubicamos aquellos pacientes que fueron vctimas de la categora detraumatismos antes mencionada. cuyas vivencias se mantuvieron en el mshondo secreto durante muchos aos de su vida, en algunos casos incluso,durante toda su vida, siendo revelado el secreto en generaciones posteriores.

    Estos autores sostienen que en la clnica psicoanaltica se encuentran casosen los que topan con un discurso que escapa a toda tentativa decomplementacin conforme a las reglas del anlisis clsico. Este seraparticularmente el caso de pacientes portadores de cripta. Consideranimprescindible indicar sus rasgos ms generales antes de abordar losfantasmas, dado que se encuentran ms casos donde, a partir de un padreportador de cripta, se elaborar un fantasma. En la criptoforia la experienciams importante para la vida de una persona debe ser conservada, puesto queel deseo de la persona est ligado a ella y debe ser ocultada a causa de lavergenza ocasionada por padre o un ancestro que tiene valor de ideal del yopara la persona, y que ha sido protagonista de la experiencia de la que setrata.

    La criptoforia juega un importante papel en la gnesis de variadostrastornos mentales: depresiones, (hipo)manas, melancola, sensacionescorporales extraas, conductas mimticas con un difunto, cleptomana,fetichismo, alcoholismo y enfermedades orgnicas llamadas psicosomticas.Fuera de los perodos turbulentos, los clivajes del yo pueden ser mudos, perolos pacientes sufren habitualmente de falta de ganas de vivir y de amar, ascomo de variaciones en su creatividad.

    Cuando un padre es portador de cripta, su hijo se topar en los perodosdonde el clivaje del yo subsiste y donde la cripta est muda, con un silencioselectivo sobre todo lo que toca de alguna manera el secreto encriptado, demanera que el psiquismo estar marcado por una falla global.

    A diferencia del padre, que se ha visto llevado a la renegacin de unaexperiencia fundamental de su propia vida, el hijo ser vctima de unaforclusin parcial en la medida en que un elemento esencial de su historiafamiliar no puede ser dicho a tiempo y en una forma asimilable para el nio.En los momentos donde el padre o la madre portadores de cripta sedescompensan, el nio- a se enfrenta con la violencia de los afectos parentalesen forma de angustia, clera o depresin. La nia- o deber realizar todo untrabajo psquico a fin de intentar comprender lo que sucede en su entorno.Suele suceder que los actos extraos y los restos de palabras escuchados,reunidos en un ambiente dramtico, terminen construyendo en su menteformaciones ms extraas an.

    Cuando el portador de fantasma es el descendiente de un portador defantasma activo y el trabajo del fantasma interviene en segunda generacin, lasituacin es ms compleja an. Lo que es ya inmombrable para el padre esimpensable para su descendiente. Estos pacientes suelen presentar sntomascorporales bizarros y angustias sin nombre.

  • Para Abraham y Torok el psicoanlisis se vuelve necesario cuando elproceso de introyeccin se haya perturbado por el peso de traumatismos queel sujeto no logra superar por s mismo ni con la ayuda de su entorno, debidoa un exceso de sufrimiento psquico. Este es el punto de vista econmico deFreud. Desde all, podemos entender como varan las posibilidades detolerancia de un duelo. Estas posibilidades dependen de las condicionesfamiliares y sociales al momento de la prdida y posteriores y, tambin, de lascircunstancias en que tuvo lugar la prdida. Dependen, adems, de lascaractersticas del que sufre el duelo, del objeto perdido y de la cualidad desus relaciones.

    Veremos a continuacin un material clnico que puede ser pensado a la luzde estas conceptualizaciones.

    Miranda es una nia de nueve aos que consulta debido a severosproblemas en su aprendizaje. No logra recordar lo que le fue explicado, supensamiento es concreto, su atencin es lbil y si bien es una nia tranquilacon muy buena socializacin y con mucha capacidad para la actividad motriz,todo su desempeo escolar se ve seriamente afectado. Los padres de Mirandaatraviesan una crisis matrimonial y les resulta difcil trabajar en lasentrevistas de padres. La madre se encuentra muy angustiada, razn por lacual, se intensifican algunas entrevistas con ella. En el curso de las mismas,relata situaciones de su infancia, bastante complejas. Se referir al maltrato alque su hermano mayor la haba sometido. La analista la interroga acerca delas caractersticas de ese maltrato, que slo era mencionado a travs degolpes. Ante la pregunta, Patricia manifiesta que va a hablar de algo quenunca haba dicho: su hermano la haba violado durante mucho tiempo. Alcomienzo, el hermano le deca que si ella le permita tener estos juegos, ellasera grande. Al principio, Patricia, crey que se trataba de un juego. Mstarde, cuando comenz a resistirse con mayor firmeza, los ataquescomenzaron a ser muy violentos (su hermano la ataba y la someta cada vezque los padres se iban a trabajar y quedaba al cuidado de los hermanosmenores). Ella viva amenazada, tratando de no quedar a solas con l ydeseando escapar de estas situaciones. Los padres nunca se enteraron, hastaque, poco tiempo atrs, ella se lo dice a la madre, quien no manifiesta ningunareaccin frente al relato. Patricia haba callado este secreto durante aos,sintindose avergonzada y silenciando el hecho. Intentaba no recordar, peromuchos de sus trastornos actuales, la reenviaban an sin quererlo a aquellassituaciones. Senta dificultad para sobrellevar su vida sexual e incluso paraconservar sus embarazos. Viva torturada por situaciones en las que quedabaatrapada, en una posicin de vctima y sin capacidad de defensa. Intentabaocultar su depresin, saturando su vida de innumerables actividades frente alas que luego quedaba abrumada. Miranda, su hija, tambin haba sido vctimade situaciones de mucha agresin en la infancia, frente a las cuales la madrese mostraba absolutamente inerme (situaciones de agresin en el jardn porparte docentes o de otros nios, maltrato protagonizado por el mdico que laatenda, etc.).

    Patricia relata que a partir del abuso - abuso que no pensaba revelar nunca,pero que frente a la pregunta de la analista no pudo callar- , se encerr en smisma, no tena amigas, ni tena una vida fuera de su casa, slo le quedaba elinfierno privado en el que se senta atrapada. hermano le quebr a golpes lanariz y el brazo y ella siempre estaba llena de moretones, pero los padres no

  • lo notaban 1. El nico que saba lo que ocurra en la casa era su hermanomenor que fue quin le hizo frente al hermano mayor y as ste dej deviolarla. Pero unos aos despus, este hermano, muy querido por ella, muereen un trgico accidente.

    Patricia sufri importantes trastornos que fueron, desde episodiosanorxicos a episodios bulmicos reiterados; excesos de entrenamiento fsico,aumento de peso desmedido y abrupto, y otras perturbaciones importantes.Podra pensarse que el cuerpo desvastado no cesaba de mostrarsilenciosamente un sufrimiento que trataba de ofrecerse a la mirada.

    La madre se mantena muy distante de su hija mujer y sostena que loschicos deban arreglrselas solos. Tampoco quera que su hija continuaraestudiando,. Cabe aclarar que la madre tambin la golpeaba. Curiosamente,Patricia no parece sentir odio por esta madre, su actitud ms bien es de unaresignacin melanclica. Se muestra renuente al recuerdo, intentando negartodos estos episodios de violencia. Miranda tampoco recordaba: no recordabalo que le enseaban, no recordaba lo que estudi, le resultaba sumamentedificultoso articular un relato y, frente a situaciones donde se senta agredida,quedaba paralizada.

    Resultaba imposible abordar el sntoma de Miranda, sin poner a trabajareste secreto familiar que se hallaba encriptado. Sin embargo, cabe aclarar queal traumatismo ocasionado por el abuso, se sumaba el del duelo por elhermano muerto, que haba sido el nico conocedor del terrible secreto; as,con su abrupta muerte la cripta vuelve a cerrarse.

    Tengamos en cuenta que, por un tiempo, el que sufre un duelo retoma ensu yo al conjunto de los elementos que conciernen al difunto y sus relacionesmutuas, y debe hacer las paces con todo lo que ha sucedido, renunciando a loque ya nunca podr suceder. Este trabajo, que Freud ha descritoampliamente, es un proceso necesario, independiente de la voluntad, pero engran medida consciente. Lo que se privilegia no es la muerte del objeto, sino elconjunto de los recuerdos de lo que se ha vivido con l durante toda la vida.En este caso, una de las cosas que ella haba compartido con el hermanomuerto era justamente esta situacin traumtica y este secreto. Podramospensar que esta cuestin complejiza el trabajo de este duelo, que ademsqueda asociado al traumatismo del abuso. Los secretos encriptados puedencorresponder a un sufrimiento indecible ligado a una escena donde el sujetofue testigo directo; movilizando siempre las propias mociones libidinales oagresivas del sujeto, as como su narcisismo, en la medida en que el objetotuviera valor de ideal del yo para l. La escena traumtica cae bajo unarenegacin radical. La renegacin recae sobre el problema psquico encuestin y secundariamente sobre todo elemento de la realidad externa quepudiera conducir a su evocacin. Hay horrores y terrores que no tienenpalabras que puedan representarlos y que, adems, difcilmente encuentrenodos que puedan escucharlos y comprenderlos, de modo que el sobrevivientede un drama, en principio, necesita un largo perodo de tiempo para realizarun trabajo psquico silencioso.

    Debemos interrogarnos, entonces, sobre el devenir de lo que se encontraraprivado de inscripcin o de representacin para una generacin y susefectos en la generacin venidera. Es decir, esta problemtica que Miranda1 Ese hermano actualmente maltrata a su beb hasta ocasionarle importan tes traumatismos,

    sin que nadie lo denuncie.

  • presentaba en relacin a la memoria podra vincularse con el mandato deolvidar, al que su madre debi someterse para ocultar el abuso incestuoso delque fue vctima en su propia infancia?

    La economa del fantasma resulta del sufrimiento persistente del niofrente a un padre o una madre portadora ella misma de cripta o fantasma .Lania comparte por empata la vergenza y/o las sensaciones de ominosidadexperimentadas por la madre. La actividad fantasmtica representa para el youn traumatismo constante. El sujeto se ve compelido a conductas reactivasque tienen por finalidad reducir, al menos momentneamente, eltraumatismo. Si bien estas conductas intentan curar el fantasma,habitualmente slo consiguen engaarlo o paralizarlo temporalmente.Mientras que el smbolo - sntoma histrico- es un compromiso entre el deseodel sujeto y las prohibiciones parentales interiorizadas, la obsesin por loextrao en el psiquismo compele al sujeto a conductas reactivas que noparecen directamente simblicas con relacin a l mismo. No se trata de queno sean simblicas, sino que simbolizan con la realidad encriptada de lamadre. Se trata de la vergenza del sujeto mismo respecto de ciertosacontecimientos de su propia vida y de su desarrollo como nia y delsentimiento de vergenza y culpabilidad de quien, sin saberlo, va a devenirportadora de un terrible secreto.

    Ningn duelo puede efectuarse en relacin a una historia que fuetrasmitida bajo la forma del silencio o de la mentira y es probable que apartir de ella se genere un enduelamiento sin fin de una profundamelancola.

    La clnica nos muestra el papel que desempea el silencio en lasdificultades para vivir que padecen los hijos de personas que han sufridosituaciones extremas, tales como las vctimas del Terrorismo de Estado.Podemos mencionar entre ellas, lgicamente y en primer lugar, a las vctimasdel nazismo, tambin las vctimas de la represin poltica de la dictaduramilitar que, particularmente en Argentina consisti en la desaparicin depersonas. La desaparicin era secuestro, tortura, asesinato, todo en un marcode clandestinidad, violando incluso los instrumentos legales autoritarios yrepresivos que la propia dictadura haba impuesto y que proscriban laactividad poltica o social opositora. El saldo ms concreto de esa dictadurafueron los 30.000 desaparecidos, nios apropiados, y una memoria socialdevastada, entre otras heridas .Por ltimo no podemos dejar de mencionarque el terror hoy es tambin efecto de los procesos neoliberales.

    El abuso sexual infantil como problemtica de la infancia en situacin deriesgo, debe ser incluido entre estos traumatismos, ya que tambin all para elnio todas las garantas constitucionales han sido abolidas y la clandestinidada la que el adulto, con sus actos perversos lo somete, marcan la cada de todalegalidad que site al adulto como alguien que debe proteger y cuidar al nio,y a ste como un sujeto de derechos que hay que respetar. Por lo tanto,podramos pensar que los efectos psquicos del abuso, en el psiquismoinfantil, podran equipararse a la cada del estado de derecho en unasociedad. Desde esta concepcin toda intervencin que no le otorgue a estostraumatismos el estatuto que le corresponde , revictimiza a quienes handebido soportar estos hechos. Slo la denuncia, el relato de los hechos y lacondena para el victimario inscriben una huella sobre la que puedereconstituirse la memoria.

  • Por otra parte, vemos que los hijos de las vctimas son vctimas del secretode un origen perturbado, de una interrupcin en la trama de una historiafamiliar sacudida por los acontecimientos histricos. Sufren en su propiocuerpo un duelo imposible de efectivizar y una dificultad de amar una novelafamiliar que les permita construir un futuro. Se trata de un trgico quiebre enla transmisin que exige de los padres que, a pesar del dolor, pongan enpalabras aquello que les ha sucedido (suicidios, abusos, muertes violentas oirrupcin brutal de la historia) a fin de que, asumiendo su propia vida,puedan reconstruir para su descendencia una trama que la historia familiar osocial ha destruido profunda y prolongadamente. Las situaciones antesmencionadas, sumen al sujeto en una profunda perplejidad que formaparte del proceso de destitucin de subjetividad.

    En relacin a los efectos que en la subjetividad han producido los procesosneoliberales, diremos que el terror es la figura que los define.Entendiendopor terror , tal como Silvia Bleichmar lo distingue aquellas situaciones dondeel sujeto sabe a qu le teme pero no tiene posibilidad de instrumentardefensas frente a lo temido. Es as que queda sumido en esa profundaperplejidad. Perplejo ante la corrupcin que impregna todas y cada una denuestras instituciones , el sujeto slo mira el empobrecimiento de sectoresotrora productivos, el incremento de los violentos marginales violentadosdesde su temprana infancia, la rubia clase media acomodada que reclama mscastigo y mano dura para los que no tienen acomodo alguno, la educacin enla miseria mientras funcionarios academicistas pregonan las bondades deteoras importadas por quin nos domina y explota.y el desempleo acechandoen cada familia..Al mismo tiempo en las instituciones la expresin tranzapoltica se acua como antecedente necesario y suficiente para cubrir cargosque no se cubren por antecedentes y trayectoria profesional. Estos son sloalgunos de los paisajes en los que nos toca vivir da a da. en nuestro pas.An as el sujeto subsiste a pesar de todo. Pero la clnica nos muestra lasmarcas que este entorno provoca en la subjetividad. Recordemos que el yo nopuede constituirse si no es en relacin a su entorno y entonces he aqu eldilema cmo constituirse en relacin a referentes perversos?. Referentes quetransgreden cotidianamente la normas de la cultura de pertenencia?

    Vemos que la relacin accin consecuencia estalla en momentos dedeconstruccin histrica as se fracturan todas las legalidades instituidas yse instala un modo perverso consistente justamente en la ausencia de unalegalidad. Se producen entonces lo que llamamos modos de destitucin de lasubjetividad que adquieren fisonomas singulares

    Finalmente diremos que es fundamental recuperar la teora deltraumatismo para intervenir en las problemticas que nos atraviesanactualmente. El secreto encriptado en el silencio impide la trasmisin inter eintrageneracional imposibilitando la simbolizacin de las situaciones de altopotencial traumticos que desgraciadamente cada vez ms personas padecenda a da. Como psicoanalistas debemos responder a una tica que no ignore,ni olvide los efectos que la historia produce en la conmocionada subjetividadde nuestros das.Bettina Calvi.

  • Bibliografa

    Arendt, Hannah. Eichman en Jerusaln. Un estudio sobre la banalidad del mal.Editorial Lumen, 1987.

    Berenzin, Ana. La oscuridad en los ojos. Ensayo psicoanaltico sobre lacrueldad . Rosario, Homo Sapiens Ediciones, 1998.

    Bleichmar ,Silvia.Traumatismo y simbolizacin:los modos del sufrimientoinfantilSeminario indito cedido gentilmente por la autora.

    Bleichmar, Silvia Dolor Pas. Bs As , Libros del Zorzal, 2002.

    Bleichmar, Silvia Clnica psicoanaltica y Neognesis.Bs As Amorrortu editores.1999.

    AAVV.El psiquismo ante la prueba de las generaciones.Clnica del fantasma.S.Tisseron. M.Torok. N.Rand. C.Nachin.P Hachet. J.C.Rouchy. Bs As, Amorrortueditores ,1997.