Post on 21-Jul-2022
TÍTULO DE PONENCIA:
La Crisis Del Canal de Suez: El ocaso de la diplomacia imperial
Autores:
Hugo Sallis (hugosallis@gmail.com)
Lic. Emilio Rufail (emiliorufail@yahoo.com)
Institución de pertenencia:
Universidad Abierta Interamericana (UAI), carreras Relaciones Internacionales y
Ciencias Políticas, Sede Buenos Aires, Argentina.
AREA TEMATICA:
17. Política Internacional, Relaciones Internacionales, Política Exterior e
Integración Regional
“Trabajo preparado para su presentación en el 9º Congreso Latinoamericano de
Ciencia Política, organizado por la Asociación Latinoamericana de Ciencia
Política (ALACIP). Montevideo, 26 al 28 de julio de 2017”
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Breve currículum de los autores
Lic. Emilio Rufail: Licenciado en Relaciones Internacionales (Universidad
Católica de Córdoba), Especialista en Estudios Árabes, Americanos-Árabes e
Islámicos (Universidad Nacional de Tres de Febrero), Profesor Universitario:
Profesor de Seguridad y Política Internacional, Seminario Taller de Integración I y
Problemática del Mundo Actual en la Universidad Abierta Interamericana. Profesor
de Seguridad Internacional y Seminario sobre Medio Oriente en la Universidad
Católica de Córdoba. Investigador en el Instituto de Artes y Ciencias de
la Diversidad Cultural IDEIA, de la Universidad Nacional de Tres de Febrero.
emiliorufail@yahoo.com
Hugo Sallis: Estudiante de Ciencia Política en la Universidad Abierta
Interamericana (UAI). Estudiante de Posgrado Especialización en Docencia
Universitaria en la Universidad Abierta Interamericana (UAI). Alumno auxiliar
docente de la cátedra “Seguridad y Política Internacional” y “Seminario Taller de
Integración I” ambas a cargo del Lic. Emilio Rufail en la Universidad Abierta
Interamericana (UAI). Integrante del proyecto de investigación “Análisis de la toma
de decisiones y del proceso de negociación en la cuestión MALVINAS de 1983-
2014”, ganador del concurso Malvinas en la Universidad del Ministerio de
Educación. Investigador del Centro de Altos Estudios en Ciencias Sociales
(CAECS). Integrante de la Red Nacional de Investigadores. Miembro de Grupo
Pharos. hugosallis@gmail.com
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RESUMEN
Este trabajo describe y analiza los sucesos en el marco de la guerra fría conocidos
como “La Crisis del Canal de Suez”. Tal abordaje es debido al accionar de los
distintos actores en pugna en este conflicto internacional y las implicancias para
estos en las décadas siguientes. El objetivo de este trabajo es plantear “La Crisis del
Canal de Suez” como el fin de un paradigma en la diplomacia y un reordenamiento
de las potencias mundiales. Este intento fue conseguido mediante la revisión
bibliográfica tanto actual como de la época que aportaron datos y descripciones
necesarias para el estudio del caso y su posterior análisis. Tomando la Conferencia
de Bandung, del 18 de Abril de 1955 como punto de partida del desarrollo histórico
analizado. El estudio evidenció que “La Crisis del Canal de Suez” fue el accionar
final de las antiguas potencias coloniales de manera unilateral dando lugar al
reordenamiento y la consolidación del sistema bipolar establecido en la guerra fría,
reflejando a su vez el rol de los nacionalismos árabes.
Palabras-claves: Suez. Diplomacia. Guerra fría.
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La Crisis Del Canal de Suez: El ocaso de la diplomacia imperial
“Hombre enfermo de Europa” Nicolás I
El Imperio Otomano que ocupaba un vasto territorio extendiéndose desde el Medio
Oriente, pasando por el Magreb, en el norte de África, alcanzando los Balcanes,
Hungría y el sur de Rusia; quedo a las puertas del corazón de Europa, Viena, en
1529. Aunque ante la incapacidad de hacer un avance en su formato de gobierno y
retomar su característica de imperio para mediados de 1800 se encontraba en un
lento proceso de descomposición; es válido decir, sin entrar en detalle ya que no es
el fin de este texto, que se conjugaron tres factores que llevaron al imperio otomano
a esta situación que terminaría en su desmembramiento. En primer lugar, las
continuas pérdidas territoriales sufridas en manos de las potencias europeas, ya que
estas veían como una amenaza latente el poderío turco otomano, tanto territorial
como marítimo, sumado a esto la posesión de los Dardanelos, el mar de Mármara
que es el paso al mar Negro y el preciado estrecho de Bósforo, en resumen, la
conexión entre el mar Negro y el mar Mediterráneo. Puntos fundamentales para el
transporte a las ciudades europeas de las materias primas de las colonias del otro
lado del globo. La Rusia zarista era la principal afectada por estas posesiones del
Imperio Otomano. Desde los tiempos de Pedro El Grande, Rusia tenía como
objetivo principal el control de los Dardanelos. Durante el siglo XIX todas las
potencias europeas estaban de acuerdo de que el “hombre enfermo de Europa” debía
morir y a su vez todas estaban interesadas en adueñarse de sus vastos territorios y
recursos. Los intereses de Rusia en el mar Negro promovieron constantes amenazas
al Imperio Otomano; Catalina II La Grande, de la dinastía Romanov, fue quien, en la
segunda mitad del siglo XVIII, logró conquistar por la fuerza toda la costa norte del
mar Negro. El imperio ruso, como ya dijimos, fue siempre la mayor amenaza militar
para los turcos otomanos, gracias a esto, por la fuerza o tratados, fue apoderándose
de las posesiones otomanas en el mar Negro y logrando grandes beneficios para las
embarcaciones rusas que cruzaran por los Dardanelos. No fueron pocas las chances
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que los zares tuvieron para conquistar Constantinopla y los estrechos de la región,
logrando así separar a los turcos otomanos de Europa, pero en cada ocasión que esto
ocurría las demás potencias europeas intervenían para frenar el avance ruso.
Preferían turcos debilitados controlando los estrechos que a la creciente Rusia
imperial. En este juego de intereses ya se vislumbraba las potencias con peso militar
que luego se involucrarían en la Gran Guerra.
Los otros dos factores de índole interno, claves para el proceso de desintegración
otomana, fueron: En primer lugar, la corrupción que había puertas adentro del
imperio, existía un eximio sistema de sobornos que abarcaba todos los niveles
sociales, todo tenía un valor y se regían por esto; hasta los favores del sultán tenían
un precio. En el momento que un pachá o bajá en su formato más antiguo era
designado por el sultán para controlar una región o provincia, le entregaba el control
total de esta para ser explotada, tanto en recursos como la población, sin ningún tipo
de restricción; al sultán sólo le importaba que le llegaran los ingresos de esta
provincia para acumular más tesoros que eran su único interés, ya que como el
pachá cobraba los impuestos o como explotaba al pueblo para conseguir los recursos
no le era de mayor importancia. Esto llevó a la segunda causa interna, que fue la
desmoralización de los turcos, ya que la corrupción y la explotación por parte de la
elite gobernante comenzaron a provocar rebeliones por parte de grandes sectores
turcos que se encontraron al mismo nivel de opresión que los pueblos dominados
por el imperio, ambos eran subyugados y explotados por la corrupción de los
dirigentes. Esto provocó gran descontento con toda la estructura orgánica
administrativa que hacia el final del imperio tomó mayor magnitud.
Por lo que podemos decir, que la diplomacia europea hacia grandes esfuerzos para
mantener el statu quo de la región y no permitir que ninguna potencia fuera la única
heredera de los dominios otomanos. Francia hacia muchos esfuerzos diplomáticos y
de otros tipos para quedarse con la región de Siria y el Líbano. Por su parte Gran
Bretaña ponía sus mayores recursos en el mar Mediterráneo y la zona más oriental
del Medio Oriente gracias a su poderío naval. Además, los pueblos de los Balcanes
comenzaron a independizarse del Imperio Otomano, fuertemente apoyados por las
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potencias europeas que encontraron el mecanismo de la división como herramienta
para sus fines. Así Serbia, Grecia, Rumania y un poco más tarde Bulgaria lograron
ser independiente. Rusia se apostó con firmeza en la costa, tanto septentrional como
oriental del mar Negro, en Crimea y la región de Cáucaso. Austria, que le había
quitado Hungría a los turcos en 1699, en 1908 terminó por quedarse con Bosnia y
Herzegovina. En 1882 desembarcó en la isla de Chipre y en Egipto la poderosa Gran
Bretaña. Italia se hizo de Tripolitania, actualmente parte de Libia, en 1911 poniendo
así un pie en el Magreb. Finalmente, Francia conquistaría Argelia en 1830 y Túnez
en 1881; también se convertiría en la protectora de la cristiandad en la región, lo que
le permitió ampliar su influencia.
Entonces el Canal de Suez, la obra de Lesseps, tomó un gran valor y a su vez
valorizó toda la región del mar Mediterráneo oriental y a Egipto. La creación, como
luego veremos, concretaría la súper carretera del comercio marítimo mundial. Por
tanto, era cuestión de tiempo que el mayor imperio marítimo fijara sus intereses en
la región egipcia; mientras continuaba conteniendo a Rusia en la zona de Bósforo y
los Dardanelos poniendo gran esfuerzo e interés en las posesiones de gran
importancia en el camino hacia el Golfo Pérsico, la India y el Lejano Oriente; esto
era la porción que el Imperio Británico pretendía arrancarle al moribundo Imperio
Otomano. Pero la nueva potencia imperial alemana también tenía intereses sobre las
posesiones del Imperio Otomano y estas iban a convertirse en la principal causa de
rivalidades entre los imperios germánicos y británicos. El programa de expansión
alemán, el “drang nach osten” la marcha hacia el este, era la más clara muestra de
esta aspiración imperialista alemana, representada con un grandioso proyecto
ferroviario para unir Berlín y Bagdad que sería la respuesta terrestre a la avanzada
marítima británica. Varios fueron los métodos utilizados por las potencias en Medio
Oriente para expandir su influencia, con una clara preponderancia de dominio ingles
que provocó que entrara en ebullición el espíritu nacionalista de los pueblos árabes,
cuyos dirigentes apoyaban moralmente las iniciativas germanas, con la esperanza
que llegado el momento lograrían su independencia para liberarse del yugo turco
otomano.
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No paso mucho tiempo para que los pueblos árabes se dieran cuenta de que sus
esperanzas de independencia en la Gran Guerra tenían pocas chances de hacerse
realidad, ninguno de estos pueblos alcanzó su objetivo y en contraposición con esto
Francia y Gran Bretaña, con gran manejo diplomático luego de la guerra y con
acuerdo entre ambos, lograron repartirse el Medio Oriente como si fuera un botín de
guerra en el cual Gran Bretaña se llevó la mayor porción. Egipto tomó mayor
relevancia relativa en la región al ser cultural y políticamente el más adelantado de
los pueblos árabes, su posición geopolítica y su riqueza natural hacen de Egipto una
gran región periférica muy preciada para las grandes potencias imperiales.
En 1840, Egipto consigue su autonomía bajo la soberanía turca, con la ayuda
británica, por lo que vale decir que los turcos habían dado paso a un control casi
total de Egipto a los ingleses. Desde que en 1882 los británicos ocuparon, en
principio, de forma provisional Egipto, este último se vio más preocupado por
liberarse de la presión británica que de la influencia turca. Esto se agravó aún más
luego de que la ocupación británica se proclamara permanente después de su alianza
con Francia en 1904 y su posterior reconocimiento de la ocupación francesa en
Argelia y Marruecos a cambio del reconocimiento francés de la ocupación británica
sobre Egipto. Sumado a ello, en 1914 Inglaterra convirtió la ocupación en
protectorado y comenzó una serie de cambios que incluyeron el arresto y exilio en la
isla de Malta de los líderes de los movimientos nacionalistas, quitó del poder al
jedive de Egipto, Abbas Hilmi II hombre que había reconquistado Sudan y
construido la primera presa de Asuán en 1902, colocando en su lugar al príncipe
Hussein Kamel como presidente del parlamento consultivo con el título de Sultán de
Egipto y Sudan. En 1917, Hussein muere y los británicos colocan al príncipe Fuan I,
quien había sido formado en Europa, como sultán. Esta coronación le hizo obtener el
triste reconocimiento de ser el único sultán nombrado por los ingleses y debiendo ser
su sucesor aprobado por estos. En 1922 se produce “la declaración de febrero” que
intento, sin éxito, ser un paso a la independencia y declaración constitucional de
Egipto dado las presiones populares para poner fin al protectorado. Por esto Fuan I
se convirtió en Rey constitucional y posteriormente disolvió el parlamento. A su
muerte, su hijo Faruk I, llamado también Fuad II, asume el trono en 1936 con tan
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sólo 16 años, para luego de vivir de forma ostentosa, mientras su pueblo padecía
grandes necesidades, razón por la cual se ganó el descontento de los sectores
nacionalistas que secretamente formaron el movimiento de oficiales libres y en 1952
derrocaron a Faruk I asumiendo el gobierno. El general Mohamed Naguib asumió
como presidente de la Republica de Egipto, luego de una efímera regencia, poniendo
así fin a la monarquía.
El Canal
La idea de una comunicación marítima entre el mar Mediterráneo y el mar Rojo
empieza muchos siglos atrás, muchos fueron los que quisieron llevar adelante esta
monumental empresa, pero fue Fernando De Lesseps1 quien tuvo la formidable
capacidad de llevar a buen puerto su construcción.
En la antigüedad se creía que el nivel del mar Rojo era más alto que el nivel del mar
Mediterráneo por lo que las primeras ideas tan solo buscaban la comunicación entre
el mar Rojo y el Nilo inferior. Podemos decir que el primero que inicio el proyecto
fue Sesostris2, citado por Aristóteles
3 en su Meteorología, en la que dice “que
suspendió los trabajos porque se encontró que el mar estaba más alto que la tierra”.
Napoleón Bonaparte4 en 1799 solicitó al ingeniero M. Lèpere un análisis sobre la
región y el tema de las diferencias de niveles. El trabajo de M. Lèpere es la base
fundamental de los trabajos posteriores, en el análisis describía que encontraba una
diferencia de casi 10 metros entre ambos mares. En 1847 Louis Maurice Adolphe
Linant de Bellefonds5, ingeniero al servicio del Virrey Mahamed Ali publica los
resultados de sus investigaciones y demuestra que la diferencia de M. Lèpere es un
error y que la diferencia apenas llegaba a los 18 centímetros; esto fue retomado por
1 Diplomático y empresario francés, 1805-1894
2 Faraón de la Dinastía XII de Egipto, 1971-1928 a. C.
3 Filósofo, lógico y científico de la Antigua Grecia, 384-322 a.C. Socrático, asesor de Alejandro Magno
4 Militar y gobernante francés, 1769-1821. Su influencia se extendió por toda Europa y gran parte del mundo.
5 Ingeniero y explorador francés, 1798-1893
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Lesseps quien en 1854 viajó a Egipto para ver el ascenso al trono de su amigo
Mohamed Said6.
En diciembre de 1858 la sociedad del Istmo de Suez quedó constituida con un
capital de 200 millones de francos, en ella quedaban representados la mayoría de los
estados europeos a excepción de Inglaterra. Poco más de 10 años después se
inauguró la monumental obra de ingeniería que la antigüedad no pudo concretar,
constituyendo un gran avance en el acercamiento entre los pueblos, pero también un
gran paso de acercamiento de las potencias hacia las importantes regiones
proveedoras de materias primas necesarias para sus industrias.
La Compañía del Canal de Suez se había constituido en 1858 dividida en 400 mil
acciones, las cuales Francia poseía casi el 52% y Egipto el 44%, el 4% restante
estaba formado por los países europeos, menos Inglaterra.
El 23 de octubre de 1887 se firmó el acuerdo franco-británico relativo a la
neutralidad del Istmo y del Canal de Suez, en el que se dejaba claro que el canal
estaría siempre libre y abierto, ya sea en tiempos de paz como en tiempos de guerra,
a toda embarcación de comercio y de guerra sin distinción de bandera. Luego en la
Convención del Canal de Suez de 1888 se extendió el acuerdo firmado antes por
franceses y británicos a Alemania, Austria, España, Italia, los Países Bajos, Rusia y
Turquía.
Conferencia de Bandung
La complejidad que encierran los problemas económicos y sociales propios de los
países de la periferia y la gran crisis institucional que sufren, producto en gran parte
de esos mismos problemas, ha dado nacimiento en los pueblos árabes a una fuerte
corriente de movilidad social que trata de encauzar en un esfuerzo común todas las
aspiraciones que tienden a una solución integral de sus conflictividades. Resultado
de esto, motivado por factores geográficos, religiosos, culturales y étnicos, son las
6 Valí de Egipto y Sudán entre 1854 y 1863
10
tratativas por concretar la gran aspiración de los pueblos desde el norte de África
hasta los lejanos rincones de Asia: la libre autodeterminación de los pueblos sin
influencias coloniales. Es ampliamente consensuado que sólo puede concretarse por
la consolidación de un bloque homogéneo capaz de ponerle un freno a la inferencia
de los países coloniales o imperialistas.
Por lo antes descripto, consideramos que el antecedente directo de la Crisis del
Canal de Suez lo constituye la Conferencia de Bandung, del 18 de abril de 1955. Es
válido decir que con la conferencia empezaba a conjugarse una nueva era en el
destino de los pueblos representados. Las hegemonías que se disputaban el control
del globo en esos tiempos redoblaron sus esfuerzos por influir en los participantes de
la conferencia para encaminarla a una posición que las favoreciera. Luego de
distintos planteos de las diferentes naciones, se impuso la conciencia nacional, la
comunión de intereses, el deseo y necesidad de formar un sólido bloque para una
liberación definitiva de toda tutela sobre cualquier otra tendencia. En la enunciación
de sus conclusiones se evidencia la clara posición neutralista y de sentido nacional,
de las cuales Egipto e India fueron sus principales impulsoras.
En su primer punto declara “el colonialismo en todas sus manifestaciones es un mal
al que debe ponerse fin rápidamente” así de esta forma la conferencia
institucionaliza una lucha y concreta una situación internacional que sólo puede
resolverse con el retiro de su posición de dominio por las potencias que aun
sojuzgan, política y económicamente, a los pueblos de África y Asia. La declaración
continúa diciendo “el sojuzgamiento, la dominación y la explotación son la
negación de los derechos humanos fundamentales, reconocidos universalmente en
la carta de las Naciones Unidas y constituye un impedimento para la promoción de
la paz y la cooperación mundial” queda evidenciado el mal estado por el que
atravesaron sus pueblos a causa de los mezquinos intereses colonialistas.
Los otros dos puntos de la declaración de Bandung al decir “que declara su apoyo a
la causa de la libertad y la independencia de sus pueblos” y “al dirigir un
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llamamiento a todas las potencias para que otorguen dicha libertad”, completan la
reafirmación imponente de sus propósitos.
Estas posiciones, propugnadas y respaldadas por Egipto indican sustancialmente
cual será la conducta política de este país en los años siguientes a la conferencia de
Bandung. Es importante observar una labor de este pueblo que configura una
política de defensa y recuperación nacional, tratando de extender su influencia a los
demás países de la región, convirtiendo su planteo nacional en una lógica integral
que abarca el resurgimiento de todo Medio Oriente y que obra a despecho de los
grandes internacionales vinculados.
Entonces, el panorama que vive Medio Oriente previo a la Crisis del Canal de Suez,
con la influencia colonialista por un lado, que trata por todos los medios de
mantenerse y extenderse, y por el otro, los pueblos dispuestos a cumplir su mandato
histórico. A la cabeza de los pueblos árabes esta la Nación Egipcia, este liderazgo no
obedece a factores casuales ni circunstanciales, ni tampoco a una aspiración de
hegemónico imperialismo; si no que la razón de su predominio debe ser buscada en
una resultante de factores, entre los cuales se unen sus tradición histórica, su
potencial económico, su ubicación estratégica, su diversidad étnica, la profunda
transformación vivida en estos años, y la confianza y esperanza que es para los
pueblos su planteo internacional.
La crisis
En el siglo XX, el Canal de Suez se había convertido en la principal arteria para
abastecer de petróleo a la Europa Occidental. Aunque debilitada luego de la segunda
Guerra Mundial, Gran Bretaña seguía considerándose como potencia dominante en
Medio Oriente, basándose en dos pilares, Irán que la abastecía de petróleo por medio
de una compañía anglo-iraní y la base estratégica que poseía en Egipto.
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Con el apoyo de los países recién independizados, el primer ministro iraní,
Muhammad Mossadegh7, no dudó en nacionalizar la industria petrolera en 1951,
exigiendo a las tropas británicas su retiro inmediato del complejo petrolero de
Abadán. Gran Bretaña en ese momento no se consideró lo bastante poderosa para
emprender una acción militar tan cerca de las fronteras soviéticas sin el apoyo
estadounidense, que se lo negó inmediatamente. Entonces no encontró mejor salida
que retirarse a su base principal a lo largo del Canal de Suez. Aun cuando unos años
después el golpe de estado promovido de forma encubierta por los Estados Unidos
derrocara al primer ministro iraní, no se logró la restauración del dominio británico
en Irán.
Como fue comentado anteriormente, en 1952 un grupo de jóvenes oficiales de ideas
nacionalistas y anticoloniales, el movimiento de oficiales libres entre los cuales se
encontraba el coronel Gamal Adbel Nasser8, lograron derrocar al Rey Faruk I
9 y
asumen el poder del país.
Nasser, al apelar al nacionalismo árabe, se convirtió en una figura carismática y
convocante. Traía consigo el dolor por la humillación producida por la derrota árabe
en la guerra de 1948 contra Israel, además en la creación de un Estado judío vio la
consagración de un siglo de predominio colonial occidental en la región, por lo que
estaba decidido a expulsar a Francia y Gran Bretaña del mundo árabe.
En 1956, el año de la revolución húngara, la guerra fría se mudó a Medio Oriente,
una zona que hasta entonces había sido secundaria en la lucha entre las grandes
potencias. En la crisis del Canal de Suez se combinaron dos problemáticas
insipientes, por un lado, el movimiento de descolonización de mediados de siglo y el
despertar del mundo árabe.
7 Primer Ministro Iraní entre 1951 y 1953, derrocado por la CIA y el MI6 por la serie de transformaciones llevadas en Irán.
8 Presidente de Egipto entre 1956 y 1970, considerado el líder del mundo árabe más influyente del siglo XX
9 Rey de Egipto y Sudan entre 1936 y 1952.
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El Canal de Suez, que fuera construido, como antes comentamos, por el Segundo
Imperio Francés con la ayuda de la fuerza de trabajo del pueblo egipcio, se
constituyó como una sociedad francesa con participación egipcia llamada Compañía
Universal del Canal Marítimo de Suez. Los problemas económicos de Egipto
propiciaron la introducción de Gran Bretaña en la sociedad al comprar las acciones
de la compañía que estaban en poder egipcio. Ya en 1956 el canal era
mayoritariamente de capitales franceses y británicos. El surgimiento de Nasser
evidenció un conflicto hasta entonces latente entre Estados Unidos y sus principales
aliados de la OTAN por la cuestión del colonialismo.
Con el objetivo de mejorar su desarrollo económico, Egipto encaró el proyecto de
construir la Represa de Asuán, esta era un elemento indispensable para posicionar
económicamente a la nación. El gobierno egipcio consideraba vital antes de iniciar
la construcción tener un acuerdo con Sudan, que sería materializado en un acuerdo
entre ambas naciones para no ir en contra de los intereses de ninguna y a su vez
buscar la mejor forma para un beneficio conjunto. Ahmed Hussein, embajador
egipcio, declaró que “el país desea la ayuda del oeste para financiar la obra”. El
proyecto tenía un costo inicial 1300 millones de dólares, que serían suministrados
por las potencias occidentales de la siguiente manera: 200 millones de dólares serían
enviados por el Banco Mundial en calidad de préstamo y 200 millones
proporcionarían Estados Unidos y Gran Bretaña; con estos fondos se podría iniciar
los trabajos.
Los rumores cada vez más grandes de que Rusia estaba lista para promover una
ayuda financiera a Egipto provocaron varias desmentidas de la diplomacia egipcia,
ya que hasta ese momento las negociaciones se manejaban con cierta normalidad,
pero de repente los Estados Unidos retiraron la oferta de financiamiento por medio
del Departamento de Estado aduciendo que “los Estados Unidos consideran que los
acontecimientos en los meses posteriores a la oferta han sido desfavorables al buen
desarrollo del proyecto” también alegaba que no se avanzó en un acuerdo entre
Egipto y Sudan, además de que ambas naciones no contaban con los recursos
adecuados. A esta decisión la siguió una declaración similar por parte de Gran
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Bretaña, en resumen el rechazo a la financiación se sostenía por dos factores desde
los canales de comunicación oficial, la primera que no existían acuerdos entre
Egipto, Sudan, Uganda y Kenia que son los países que bordean el rio Nilo; y como
segundo factor la incapacidad económica de los estados para realizar las tareas de
finalización del proyecto. Aunque el trasfondo político decía otra cosa, básicamente
cuatro puntos empujaron el cambio de estrategia occidental. En primer lugar es que
Nasser al no inclinarse definitivamente por ninguno de los dos bloques obtenía
beneficios sin ningún tipo de compromiso, el segundo punto relacionado con el
primero era el hecho de que Nasser no le servía entrar en contacto firme con el
bloque comunista para no perder el apoyo de las India y Yugoslavia. Por otra parte,
que las naciones occidentales se habían dejado engañar por el juego de Egipto que
sólo beneficiaba a este último en su prestigio en la Liga Árabe y los países del tercer
mundo, por último fue la cuestión del petróleo, Rusia vendía petróleo a Israel, lo que
hacía del apoyo ruso a Egipto variable, por lo que llevar a los países de la liga árabe
a un intento de nacionalizar los recurso podría llevar a un estado completo de guerra
en medio oriente. La Unión Soviética anunció por medio de su Ministro de
Relaciones Exteriores, Dmitri Shepílov, quien tiempo después intentaría dar un
golpe contra Nikita Kruschev, que el país no pensaba por el momento financiar la
construcción de la represa aunque si consideraba dar ayuda técnica y económica
para desarrollar la industria egipcia, ya que se consideraba de igual importancia la
industria como la construcción de la represa.
Frente a la anuncios de ambos bloques, el mundo árabe llevó adelante un repudio
generalizado ante lo que ellos consideraban “el imperialismo colonialista” por
realizar todo tipo de maniobras políticas en contra del pueblo egipcio, para llevar al
país a una dependencia de los intereses colonialistas. Los diarios locales hablaron de
“puñalada por la espalda” por parte de Occidente y llamaban a no sacrificar nada de
su soberanía interna o externa a cambio de ayuda soviética o estadounidense. Las
presiones sobre Nasser por parte del pueblo egipcio aumentaban y desde el lado
soviético declaraban que la actitud de occidente era por el reconocimiento de Egipto
del gobierno comunista de China. Entre tanto el presidente egipcio declaro que la
represa de Asuán será construida, que sus planes económicos para el desarrollo del
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país seguirán adelante y que el oeste “se trague su frustración”. Siguiendo en la línea
de declaraciones grandilocuentes el embajador ruso con motivo de la inauguración
del oleoducto que unía El Cairo con Suez comentó que “estamos listos para financiar
la represa si Egipto nos lo pide”; pero en esa misma fecha Nasser informo al pueblo
que la represa se construirá igual “como muestra de dignidad y prestigio”.
Anunciaba así que el 26 de Julio anunciaría al país los planes para la construcción de
la represa y otros grandes proyectos.
El 26 de julio de 1956 el coronel Nasser anunció la nacionalización de la Compañía
Universal del Canal Marítimo de Suez con esta medida se podría disponer de 100
millones de dólares anuales para la financiación de la construcción de la represa de
Asuán sin intervención de potencias extranjeras ni prestamos de organismos
internacionales. El Canal de Suez, ocupado hasta esa fecha durante 74 años por la
armada británica, queda en total control de Egipto ya que para el presidente había
sido construido con el esfuerzo y dinero del pueblo egipcio.
Las presiones por parte de Francia y Gran Bretaña no tardaron en aparecer, Charles
De Gaulle10
acusaba a Nasser de apoyar económicamente al Frente de Liberación
Nacional Argelino, por su parte Gran Bretaña estaba más ocupada en tratar de
mantener su posición en la zona.
Al día siguiente del anuncio de Nasser, el gobierno británico dirigió una nota a
Egipto en la cual decía “…Su Majestad Británica protesta contra la acción
arbitraria, que constituye una amenaza a la libertad de navegación por una vía de
vital importancia internacional, y se reserva todos los derechos, y los de los
nacionales del Reino Unido, que están sancionados por los acuerdos en vigor. La
responsabilidad por las consecuencias deberán recaer por completo sobre el
gobierno egipcio”; también el 27 de julio en Paris luego de varias reuniones el
Ministro de Negocios Extranjeros, Christian Pineau, declaraba que su país “no
aceptaría a acción unilateral del coronel Nasser” al nacionalizar la Compañía del
10
Presidente de la República Francesa entre 1959 y 1969
16
Canal de Suez y que su accionar estaría en consonancia con Gran Bretaña y Estados
Unidos. El día 29 de julio se iniciaron en Londres conversaciones sobre la crisis de
Suez entre el Secretario de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, Selwyn Lloyd, el
ministro de negocios extranjeros de Francia Christian Pineau y Mr. Robert Murphy
Subsecretario segundo del Departamento de Estado de los Estados Unidos. Por
instrucciones del presidente Eisenhower, Mr. Foster Dulles, secretario de estado, que
se encontraba de visita en el Perú, viajo a Londres de urgencia llegando el día 31 de
Julio participar de la ronda de conversaciones. Finalizaron el 2 de agosto anunciando
que el 16 del mismo mes se abriría una conferencia internacional de veinticuatro
países, que sería convocada por el gobierno británico, para analizar la creación de un
organismo internacional que se encargara de asegurar la libertad de tránsito del canal
de Suez, siempre respetando los intereses de Egipto.
El día 31 de agosto Nikita Kruschev pronunciaba en Moscú un discurso en el cual
explicaba que no veía causa de alarma en la acción del gobierno egipcio, la cual
había producido “mucha excitación” en Gran Bretaña y Francia.
Dado el tenor de las disputas diplomáticas y la falta de apoyo concreto de Estados
Unidos, Gran Bretaña y Francia llevaron adelante un plan de contingencia. Por lo
que las potencias coloniales decidieron bilateralmente formar una coalición para un
avance militar sobre el Canal de Suez. A la coalición franco-británica se unió Israel
preocupada por una parte, porque el canal representaba su única vía de suministros y
por la otra, por el crecimiento del nacionalismo árabe en la región. Con una
estrategia maquiavélica los miembros de la coalición decidieron que Israel atacaría
primero, ante la respuesta inmediata de Egipto sobre el avance israelí Gran Bretaña
y Francia solicitarían a las fuerzas de Egipto e Israel que se retirasen de la zona del
canal para luego entrar en acción. Con el previsible rechazo de Egipto las dos viejas
potencias coloniales entrarían en acción y tomarían posesión del canal. La operación
se realizó según el calendario resuelto y el 5 de noviembre las tropas franco-
británicas desembarcaron en Port-Said. Sin embargo, no tuvieron en cuenta la
respuesta inmediata y contundente de la URSS y de los EEUU.
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Nikita Kruschev11
amenazó con una represaría nuclear contra Francia y Gran
Bretaña, el Presidente del Consejo de Ministros de la URSS, Nikolái Bulganin,
afirmó “estamos plenamente resueltos a aplastar a los agresores mediante el uso de
la fuerza y restaurar la paz en el Este”12
, el mensaje era más que claro. Para los
Estados Unidos el episodio fue considerado como una violación directa al Pacto del
Atlántico, el presidente Dwight D. Eisenhower13
se sorprendió al ver que sus aliados
eran capaces de “semejante chapuza”14
.
Estados Unidos presionó a la ONU para que condenase contundentemente la
operación en el Canal de Suez y propicio un ataque económico contra la libra
esterlina. Aunque la balanza en cuenta corriente de Gran Bretaña era superavitaria15
,
el Banco de Inglaterra se vio confrontado con una especulación generalizada durante
la Crisis del Canal de Suez de 1956 y obligado a abandonar la paridad monetaria,
que se había fijado en US$2,80 por libra en 1949 y que el gobierno creía importante
mantener porque la consideraba adecuada para el comercio exterior, porque temía
las consecuencias inflacionarias de tener que pagar dólares “caros” por las
importaciones de petróleo mientras el Canal de Suez estuviera imposibilitado para
británicos, y porque estimaba que la estabilidad cambiaria era esencial para
conservar la zona de la libra esterlina como zona comercial preferencial y el papel
de la libra como moneda de reserva. Si bien Gran Bretaña aún no había establecido
un sistema de plena convertibilidad externa, su sistema de controles de capital era
fragmentario y poroso, y era común considerar la libra como moneda de reserva e
instrumento de inversión.
La extraña coalición abandonó progresivamente la zona para dejar la entrada a las
fuerzas de interposición de la ONU, fue aquí donde por primera vez intervenían los
cascos azules en un conflicto.
11
Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética entre 1953 y 1964 12 Kissinger, H. (1994). La Diplomacia. 13
Presidente de los Estados Unidos entre 1953 y 1961 14
Powasky, R. (2000). La Guerra Fría, Estados Unidos y la Unión Soviética. 15
Boughton J. (2001). Finanzas & Desarrollo, La crisis de Suez de 1956, ¿primera crisis financiera del siglo XXI?
18
En diciembre el secretario de estado de los Estados Unidos, John Foster Dulles16
,
publica la llamada “doctrina Eisenhower” para el Medio Oriente, que promueve
ayuda económica y la resistencia a toda acción soviética.
El 22 de diciembre de 1956 son evacuados los últimos contingentes de Gran Bretaña
de la zona del canal.
En marzo de 1957 el ejército israelí evacua la zona de Sinaí y la Franja de Gaza,
para abril de ese año el canal es reabierto a la navegación marítima bajo el control
absoluto de Egipto.
Nuevo orden internacional
Es la crisis del Canal de Suez el fin de Francia y Gran Bretaña como potencias
coloniales? a su vez, se puede tomar este hecho histórico como el cierre definitivo de
la historia del colonialismo imperial clásico?
Luego de la Segunda Guerra Mundial no tardaron en aparecer diferencias entre las
potencias vencedoras, podemos entender como la más presente y luego representada
en la guerra fría fue entre Estados Unidos y la URSS, aun cuando esto se llevó el
protagonismo en la segunda parte del siglo no podemos dejar de nombrar las
diferencias en el seno de la OTAN.
Como fue comentado anteriormente, el surgimiento de Nasser hizo salir a la luz las
diferencias entre estadounidenses y británicos sobre el colonialismo; tema del que
conservan posiciones antagónicas. Es adecuado considerar que el orden
internacional iba camino al sistema bipolar de superpotencias y, aun cuando la
historia así lo decía, Francia y Gran Bretaña habían dejado de ser potencias
predominantes como en el siglo anterior y debían conformarse con un papel
segundario en este sistema. Pero fue este conflicto lo que determino definitivamente
16
Secretario de Estado de los Estados Unidos entre 1953 y 1959
19
ese paso de Estados Unidos a superpotencia juntos a la URSS dejando en un lugar de
potencias de segunda orden a británicos y franceses.
En un contexto mundial en donde la etapa de las descolonizaciones ya era inevitable
y el despertar del mundo árabe era una realidad para las potencias, podemos desde la
Crisis del Canal de Suez evidenciar el comportamiento de los vencedores de la
Segunda Guerra Mundial como un reflejo de lo que sería su accionar en las décadas
siguientes.
Podemos analizar los resultados varios de la Crisis del Canal de Suez; en primera
instancia Israel, la retirada forzosa dejó un sinsabor variado, ya que aunque la
milicia israelí no encontró ninguna resistencia en su avance por el Sinaí, ninguno de
los objetivos políticos del conflicto bélico habían sido logrados. Egipto no se
comprometió a cambiar su actitud frente a Israel aunque reabrió el paso de los
estrechos de Tirán para la circulación de los barcos israelíes. Aquí queda
evidenciado que una campaña sin la organización como procuraba Maquiavelo17
puede traer resultados contrarios a los buscados y terminar siendo contraproducente
el accionar, también está presente la subestimación indirecta del enemigo en la que
se vio Israel al avanzar por Sinaí, otra de las cosas de las que Maquiavelo considera
un peligro para el buen desarrollo de las campañas militares. Israel, que
paulatinamente pasaba bajo la órbita de los Estados Unidos en el marco de la guerra
fría y la doctrina Eisenhower, debió abandonar todo territorio egipcio ocupado.
Claramente Nasser fue el mayor beneficiado. Aunque militarmente había fracasado,
políticamente salió reforzado ya que el canal de Suez siguió nacionalizado y, ante
los ojos de la opinión pública árabe, se había enfrentado a Gran Bretaña, a Francia y
sobre todo a Israel sin haber sido derrotado. Nasser fue aclamado como un héroe en
el mundo árabe. Aun en la derrota militar, supo verse beneficiado con los erráticos
accionares de sus enemigos, tomando como herramienta el relato del nacionalismo
árabe en contra de los imperios coloniales.
17
Filósofo, diplomático y escritor italiano, 1469-1527. Sus obras influencian la política y relaciones de poder hasta nuestros
días.
20
Francia, luego de ser desautorizado por su socio de la OTAN, tomó una actitud
distante con Estados Unidos, promoviendo así la fabricación propia de armas
nucleares; ya que luego de las amenazas de los soviéticos ya no podía confiar en sus
socios como respaldo nuclear. Luego los franceses tendrían, cinco años más tarde,
que pasar por otro duro golpe a su colonialismo residual, la independencia argelina.
La alianza entre británicos, franceses e israelitas se deshizo a los pocos días de
iniciada la invasión. Si bien entre británicos y franceses existió más entendimiento
durante los meses de puja diplomática en las Naciones Unidas.
Por su parte URSS reforzó su prestigio en el mundo árabe donde encontraría terreno
para la expansión de su zona de influencia. La URSS tenía todo a su alcance, había
logrado penetrar en el Medio Oriente, había logrado controlar el levantamiento
húngaro y por si fuera poco había amenazado con bombas nucleares a Europa
Occidental.
Toda la reprobación internacional cayó sobre Francia y Gran Bretaña por el avance
sobre Suez, mientras que con esto la URSS dispersaba la atención sobre sus brutales
manejos en la rebelión húngara.
Sin un cambio de postura de las partes, era evidente que la crisis entre Israel y
Egipto no tardaría en volver a estallar. Fue así que en junio de 1967, tras un nuevo
bloqueo de los egipcios en los estrechos del Tirán, se desencadenó lo que se llamó la
Guerra de los Seis Días18
que puede ser tomada como la continuación natural de la
Crisis del Canal de Suez.
18
Conflicto entre la RAU (Jordania, Egipto, Irak y Siria) e Israel entre el 5 y el 10 de Junio de 1967
21
A modo de conclusión
En los pocos días de beligerancia y sus consecuentes acciones políticas y
diplomáticas encontramos todos los componentes para poder afirmar que 1956 fue
para Medio Oriente un cambio histórico.
Este cambio comenzó en la conferencia de Bandung de 1955 para luego el 26 de
julio de 1956, en Alejandría, el líder de Egipto Gamal Adbel Nasser proclamara la
nacionalización de la Compañía Marítima de Canal de Suez.
El acuerdo “Sykes – Picot” que se realizó antes de finalizada la Primera Guerra
Mundial y definía la repartición de las potencias triunfantes de las tierras del
agonizante Imperio Otomano19
con el estilo colonial, tuvo su reafirmación en la
Conferencia de San Remo entre los aliados de la Primera Guerra Mundial, seis años
después, rediseñando definitivamente el mapa de Medio Oriente.
Con esto dividieron la región en cinco mandatos bajo el aval de la Sociedad de
Naciones20
, en ese momento Egipto se convirtió en un estado independiente aunque
el Canal de Suez seguía bajo el control extranjero mediante la compañía marítima.
Este es el orden geopolítico que se sostuvo hasta después de la Segunda Guerra
Mundial, finales de la década del cuarenta.
El conflicto que desato la nacionalización de la Compañía Marítima del Canal de
Suez en 1956 fue el punto final de esta era.
Por lo que podemos decir que la Crisis del Canal de Suez significó el ocaso de las
viejas fuerzas coloniales y el surgimiento de nuevas superpotencias que manejarían
desde entonces el Medio Oriente, era el turno de Estados Unidos y la URSS en la
región, periodo que perduró hasta que fue derrumbado el Muro de Berlín en la
década del noventa.
19
Imperio turco de la dinastía Osmanlí que controlo el norte de África, Oriente próximo y parte de Asia Central (1299-1923) 20
Organismo internacional creado en el Tratado de Versalles en 1919
22
El conflicto fue el fin de una época. Se materializaba la desaparición, no solamente
en Medio Oriente sino que también sobre la escena internacional en general, de dos
de las antiguas grandes potencias, Francia y Gran Bretaña.
La época del colonialismo con este hecho pasó definitivamente a la historia, para
franceses y británicos la retirada forzada de la guerra fue una comprobación
desalentadora de que ya no eran más que potencias de segundo orden, subordinadas
a los poderes hegemónicos de la época, Estados Unidos y la URSS.
Posemos concluir señalando que la Crisis del Canal de Suez y la Revolución
Húngara de 1956 son los últimos capítulos de la historia remanente del Siglo XIX, el
primero como el fin de la diplomacia imperial y el segundo como el último episodio,
aunque tardío, de la Primavera de los Pueblos.
23
Bibliografía
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la nacionalización del Canal de Suez. Publicado por el gobierno egipcio, El Cairo -
Egipto
Kissinger, H. (2001). La Diplomacia. Fondo de Cultura Económica, Distrito Federal
- México
Powasky, R. (2000). La Guerra Fría, Estados Unidos y la Unión Soviética. Crítica,
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Buenos Aires - Argentina
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Borja, R. (1956). Suez, lugar estratégico en que se enfrentan y chocan dos mundos
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24
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Canal de Suez. Editorial Jerusalén, Buenos Aires - Argentina
Burchell, S. (1965). El Canal de Suez desde sus orígenes hasta hoy. Editorial Timun
Mas, Barcelona – España