Veinte mil leguas de viaxe submariño-Pablo

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Transcript of Veinte mil leguas de viaxe submariño-Pablo

Fue notable el año 1866, por un acontecimiento singular, un fenómeno no explicado ni explicable, que indudablemente nadie ha olvidado. (...)

(...) El caso es que, hacía algún tiempo que varios buques se habían encontrado en el mar con una cosa enorme, un objeto largo, fusiforme, a veces fosforescente, infinitamente más vasto y más rápido que una ballena.C.I,1ªp

(…), el 20 de julio de 1866, el vapor Governor Higginson, había encontrado aquella masa movediza a cinco millas al este de las costas de Australia.(...) Observóse también semejante hecho el 23 de julio del mismo año en los mares del Pacífico, por el Cristobal Colón, de la West India and Pacific Steam Navigation Company. (...) Quince días más tarde, a dos mil leguas de allí, el Helvetia, de la Compañía Nacional, y el Shannon, del Royal Mail, navegando ambos en aquella parte del Atlántico comprendida entre EEUU y Europa, distinguieron respectivamente al monstruo a los 42º 15´latitud norte y 60º 35´de longitud al oeste del meridiano de GreenwichCI,1ªp

En todos los grandes centros el monstruo se puso de moda.(...) Reaparecieron en los periódicos todos los seres imaginarios y gigantescos desde la ballena blanca, el terrible Moby Dick de las regiones hiperbóreas, hasta el Kraken desmesurado…CI,1ªp

A las cuatro y diecisiete minutos de la tarde, mientras los pasajeros se hallaban reunidos en el salón, sobrevino un choque, aunque poco sensible, en el casco del Scotia, (...)

-¡A pique! ¡Nos vamos a pique!

(...) Los ingenieros procedieron a visitar el Scotia, que se dejó en dique seco, y no pudieron creer lo que sus ojos veían: a dos metros y medio, por debajo del calado, existian una abertura regular en forma de triángulo isósceles.CI,1ªp

Cuando llegué a Nueva York, muchas personas me hicieron el honor de consultarme sobre el inexplicable fenómeno. (...)

Y así, <<el honorable Pierre Aronnax, profesor del Museo de París>>, fue emplazado por el New York Herald para formular una opinión cualquiera.

>>Así, pues --decía yo despues de haber examinado una por una las difrentes hipótesis, quedando desechada toda otra suposición--, es necesario admitir la existencia de un animal marino de excesivo poder.CII,1ªp

>>El narval vulgar, o unicornio de mar, alcanza a veces la longitud de sesenta pies. Quintuplicad, decuplicad esta dimensión, dad al cetáceo la fuerza proporcionada a su talla, acrecentad sus armas ofensivas, y obtendréis el animal deseado<<CII,1ªp

>>Señor:>>Si quereis uniros a la

expedición del Abraham Lincoln, el Gobierno de la Unión verá con placer que Francia esté representada por vos en esta empresa. El comandante Farragut tiene un camarote a vuestra disposición.

>>muy cordialmente vuestro,>>J.B. Hobson,>>Secretario de la Marina<<CII,1ªp

Conseil era mi criado, muchacho adicto que en todos mis viajes me acompañaba; buen flamenco a quien yo quería, correspondiéndome él; entre flemático por naturaleza, bueno por principios, celoso por hábito, poco asustadizo de las sorpresas de esta vida, muy mañoso, apto para toda clase de servicios, y, a pesar de su apellido, nada aficionado a dar consejos, aún cuando se los pidiesen.

-¿El señor me llama? - preguntó al entrar.-Si, muchacho. Prepárate, prepárate. Partimos dentro de dos horas-Como usted guste -respondió con tranquilidad Conseil.CIII,1ªp

(...) Subí a bordo y pregunté por el comandante Farragut. Me condujo un marinero a la toldilla, donde me encontré delante de un oficial de simpático aspecto que me alargó la mano.

-¿El señor Pierre Aronnax? -preguntó-El mismo -respondi. ¿El comandante Farragut?-En persona. Sed bienvenido, señor profesor. Vuestro camarote os aguardaCIII,1ªp

Los muelles de Brooklyn, y toda la parte de Nueva York que se encuentra sobre la orilla del río del Este estaban cubiertos de curiosos. (...) Millares de pañuelos se agitaron sobre la compacta masa y saludaron al Abraham Lincoln hasta que llegó a las aguas de Hudson, en la punta de aquella península alargada que constituye la ciudad de Nueva YorkCIII,1ªp

Era Ned Land un canadiense, cuya habilidad era poco común, y que no conocía rival en su peligrosos oficio. Destreza y sangre fría, audacia y sagacidad, cualidades que poseía en grado superior, y bien necesitaba ser una ballena muy ladina, o un cachalote singularmente astuto, para librarse de su arponazo.

Rayaba Ned Land en los cuarenta años. Era un hombre de elevada estatura, más de seis pies ingleses, vigorosamente conformado, de aspecto grave, poco comunicativo, violento a veces, y muy colérico cuando le contrariaban. Su persona llamaba la atención, y el poder de su mirada acentuaba singularmente su fisonomía.CIV,1ªp

(…) El 20 de julio, el trópico de Capricornio fue cruzado a los 105º de longitud, y el 27 del propio mes atravesábamos el ecuador por el centesimodécimo meridiano. Consignado esto, la fragata tomó una dirección más marcada al oeste, y penetró en los mares centrales del Pacífico. (...)CV,1ªp

(...) Los botes rodaron en todas direcciones alrededor del Abraham Lincoln, mientras se quedaba parado, y no dejaron un solo punto sin explorar. Pero había llegado la tarde del día 4 de noviembre sin haberse descubierto aún ese misterioso submarinoCV,1ªp

(...) A dos cables del Abraham Lincoln y de su aleta de estribor, el mar parecía estar alumbrado por debajo. No era un simple fenómeno de fosforescencia, ni podía haber equivocación- El monstruo, sumergido a algunos metros de la superficie de las aguas, proyectaba aquel resplandor, muy intenso, pero inexplicable, que ya los informes de algunos capitanes habían mencionado. (...)CVI,1ªp

La fragata se acercó sin ruido, paró la máquina a dos cables del animal, y se deslizó sobre su simple andar. (...) En aquel momento, inclinado sobre la batayola del castillo, veía debajo de mi a Ned Land, agarrado con una mano en el moco del bauprés, y blandiendo en la otra su terrible arpón. Apenas le separaban veinte pies del animal inmóvil. CVI,1ªp

(...), y dos enormes mangas de agua cayeron sobre la cubierta, corriendo de proa a popa como un torrente, derribando a los hombres y rompiendo las trincas del maderamenCVI,1ªp

Se produjo un espantoso choque; y fui arrojado por encima de la batayola sin haber tenido tiempo de agarrarme, y precipitado al mar.CVI, 1ªp

De pronto me sentí asido por una mano vigorosa que me levantó violentamente a la superficie del mar, y percibí estas palabras pronunciadas a mi oído:-Si quiere el señor tomarse la molestia de apoyarse en mi hombro, nadará mucho mejor.

Agarré con una mano el brazo de mi fiel Conseil

-¿Ned! -Exclamé-¡En persona, y corriendo tras de su conquistado premio! -respndió el canadiense.-¿Habéis sido arrojado al mar por el choque de la fragata?-Sí, señor profesor, peromás afortunado, he podido tomar casi inmediatament pie sobre un islote flotante.-¡Un islote!-O, mejor dicho, sobre vuestro narval gigantescoCVII,1ªp

De pronto, en el interior del barco resonó un ruído de herrajes. Se levantó una trampilla; un hombre apareció, dio un grito singular, y desapareció enseguida.Algunos instantes después, ocho fornidos mocetones, cubierto el rostro, aparecían silenciosamente y nos metían en su formidable máquina. CVII,1ªp

Percibimos un ruido de cerrojos, la puerta se abrió, y aparecieron dos hombres.El uno era de corta estatura, (...) El segundo desconocido merece una descripción más detallada (...)No hubiera podido precisar si aquel personaje tenía treinta y cinco o cincuenta años. Su estatura era alta, su frente ancha, su nariz recta, su boca dibujada con perfección, sus dientes magníficos, sus manos finas y largas, (...).Aquel hombre constituía ciertamente el tipo más admirable que jamás he visto.CVII,1ªp

Entretanto, el criado, mudo y tal vez sordo, había dispuesto la mesa, poniendo tres cubiertos.

Cada objeto, cuchillo, tenedor, cuchara, plato, tenía una letra rodeada de una divisa, y cuyo facsimil es el siguiente:

¡Móvil dentro del elemento móvil! Esta divisa se aplicaba perfectamente al aparato submarino (....). La letra N era sin duda la inicial del nombre del personaje enigmático que mandaba en el fondo de los mares.CVIII,1ªp

Antes de poder hacer el menor movimiento para impedirlo, el canadiense se había arrojado sobre aquel desgraciado, y derribándolo, lo tenía agarrado por la garganta. (...)-Calmaos, señor Land; y vos, señor profesor, tened la bondad de escucharme. CIX,1ªp

Al oir aquellas palabras, Ned land se levantó súbitamente. (...) El jefe, apoyado sobre el ángulo de la mesa y cruzado de brazos, nos observaba con profunda atención (...)CX,1ªp

He roto con la sociedad entera, por motivos que yo solo tengo el derecho de apreciar. no obedezco a sus reglas,(...)CX,1ªp

Desconoceis la mayor parte de estos manjares.Hace mucho tiempo que he renunciado a los alimentos terrestres y no por eso me encuentro mal.-¿Con que todos estos alimentos son producto del mar.-Sí, señor profesor el mar provee todas mis necesidades.CX,1ªp

-Os doy las gracias,le dije al capitán, por haber puesto esta biblioteca a mi disposición:en ella hay tesoros de ciencia de los que pienso aprovecharme.CXI,1ªp

-Comprendo,capitán,comprendo el placer de pasearse entre semejantes riquezas. Sois de aquellos que han reunido por sí mismos sus tesoros. Ningún museo de Europa posee una colección comparable con la vuestra.CXI,1ªp

-Existe un agente poderoso, obediente, rápido, fácil, que se pliega a todos los usos y que reina a bordo de mi barco como dueño y señor. Todo se hace aquí por su mediación. Me alumbra, me calienta y es el alma de mis aparatos mecánicos. Ese agente es la electricidad.

-¡La electricidad! -exclamé bastante sorprendido.

-Sí, señor.

-Sin embargo, capitán, la extremada rapidez de movimientos que usted posee no concuerda con el poder de la electricidad. Hasta ahora la potencia dinámica de la electricidad se ha mostrado muy restringida y no ha podido producir más que muy pequeñas fuerzas.

-Señor profesor, mi electricidad no es la de todo el mundo, y eso es todo cuanto puedo decirle.

CXII,1ªp

-He aquí, señor Aronnax, las diferentes dimensiones del barco en que se halla. Como ve, es un cilindro muy alargado, de extremos cónicos. Tiene, pues, la forma de un cigarro, la misma que ha sido ya adoptada en Londres en varias construcciones del mismo género. La longitud de este cilindro, de extremo a extremo, es de setenta metros, y su bao, en su mayor anchura, es de ocho metros.

CXIII,1ªp

<<Quedé profundamente dormido, mientras el Nautilus se deslizaba por la rápida corriente del río Negro>>.CXIV,1ªp

Distinguíase perfectamente el mar en un radio de media milla alrededor del nautilus. ¡Qué espectáculo! ¿Cómo podría describirse la belleza de aquella inmensidad? ¿Quién podría pintar los efectos de la luz a través de aquellas masas transparentes, y la suavidad de aquellas degradaciones sucesivas hasta las capas inferiores y superiores del océano?CXIV,1ªp

<<Durante dos horas, todo un ejército acuático escoltó al Nautilus>>. CXIV,1ªp

<<-¿Bosques submarinos?-Sí, profesor.-¿Y usted se ofrece a enseñármelos?-En efecto.-¿A pie?-Y sin mojarse.-¿Cazando?-Cazando.-¿Escopeta en mano?-Sí.>>

<<Encontré un islote descubierto en 1801 por el capitán Crespo y al que los antiguos mapas españoles llamaban roca de la plata>>CXV,1ªp

Los vestidos se componían de pantalón y chaqueta, terminado el primero en un par de gruesas botas de pesada suela de plomo.El tejido de la chaqueta estaba reforzado con laminillas de cobre que acorazaban el pecho, lo resguardaban del embate de las aguas y permitían que los pulmones funcionaran libremente; sus magas terminaban en forma de guantes almohadillados que no estorbaban en modo alguno los movimientos de la mano. Como se ve, había mucha diferencia entre estas escafandras perfeccionadas y esos trajes informes, como corazas de corcho, sobrevestas, cofres, etc.., inventados y perfeccionados en el siglo XVIII.CXVI,1ªp

El suelo estaba lleno de pólipos equinodermos: las cornularias, que viven aisladamente;los enjambres de oculinas vírgenes, designadas en otro tiempo con el nombre de coral blanco; las fungias, erizadas en forma de seta; las anémonas, adherentes por su disco muscular presentaban el aspecto de un inmenso cuadro de flores, esmaltado de porpitas engalanadas con sus collares de tentáculos azulados, de estrellas de mar, que cuajaban la arena, y cuyos festones mecían a impulso de las ligeras ondulaciones producidas por nuestra marcha.Moluscos que cubrian el suelo a millares, las pedrinas concéntricas, los martillos, las donáceas, verdaderas conchas saltadoras, los trocos y otros mil productos del inagotable océanoCXVI,1ªp

“Nada tenemos a la vista”.Y, en efecto, el océano estaba desierto. Ni una sola vela se divisaba en el horizonte. Las alturas de la isla de Crespo habían desaparecido durante la noche. El mar, absorviendo los colores del prima, a excepción de los azules, reflejaba estos últimos en todas direcciones, revistiéndose con un admirable matiz de añil. CXVIII,1ªp

-¡Un navío!. -exlamé.-¡Si, señor! -respondió el canadiense-, Un navó desamprado que se ha ido a pique.CXVIII,1ªp

Los islotes con los que la Boussole y la Astrobale se habían estrellado. Llegamos a el archipiélago de pomatuCXIX,1ªp

Dos días después de haber cruzado el mar de Coral, el 4 de enero, tuvimos a la vista las costas de la Papuasia. En tal ocasión, el capitán Nemo me comunicó su propósito de pasar al océano Índico por el estrecho de Torres. La información se limitó a eso. Ned vio con placer que mediante tal ruta nos acercábamos a los mares europeos.CXX,1ªp

De pronto, un choque me derribó. El Nautilus había tocado un escollo y permanecía inmóvil, algo escorado a babor.CXX,1ªp

A las ocho y media, la canoa del Nautilus estaba ya, divisando la isla de Gueboroar,y poco después encallaba en una playa arenosa,después de haber cruzado con toda facilidad el anillo coralino que rodeaba a la isla.CXX,1ªp

-Escúcheme una palabra, maestro Land, le dije al arponero que se disponía a devastar otro cocotero. El coco es buena cosa, pero antes de llenar con él la canoa, me parece prudente ver si la isla no produce otras sustancias no menos útiles. Las legumbres frescas serían bien recibidas en la despensa del Nautilus. CXXI,1ªp

Nos hallábamos absortos Conseil y yo en la contemplación de nuestro tesoro, con el que esperaba enriquecer el museo, cuando una maldita piedra, lanzada por un indígena, rompió el precioso objeto en la mano de Conseil.(...)

El primero de los indígenas que tocó el pasamano de la escalera, rechazado hacia atrás por no sé qué fuerza invisible.(...) Ned Land, llevado de sus violentos instintos, se lanzó a la escalera. Pero nada más tocar el pasamano,fue derribado a su vez.

-¡Mil diantres!- bramó-. ¡Me ha golpeado un rayo!(...)CXXII,1ªp

Yo seguía tales estudios con el más vivo interés. El capitán Nemo ponía en ellos una verdadera pasión.A menudo me preguntaba yo con qué fin procedía él a esas observaciones. ¿Las hacía en beneficio de sus semejantes? No era probable que así fuera, pues, un día u otro, los resultados de sus trabajos debían perecer con él en algún mar ignorado.(...)

El segundo atrajo de nuevo la atención del capitán. Éste suspendió su paseo y dirigió otra vez el catalejo hacia el punto indicado. (...) Me disponía a observar a mi vez el punto indicado, cuando se me arrancó brutalmente el instrumento de la mano(...)

Así pues, no bastaba inflingirnos la prisión para ocultarnos los proyectos del capitán Nemo, sino que además había que narcotizarnos.(...)CXXIII,1ªp

“Al día siguiente, por la mañana, cuando subí al puente hallé allí al capitán Nemo (...).Nada me dijo del muerto.(...)”

“Una ligera pendiente nos condujo a un fondo accidentado, (...) reconocí inmediatamente la maravillosa región a la que nos conducía el capitán Nemo. Era el Reino del Coral.”

“Yo conocía los últimos estudios hechos sobre este curioso zoófito (...) y nada podía tener más interés para mí visitar uno de estos bosques petrificados”.CXXIV,1ªp

“Al cabo de unas horas de marcha habíamos llegado al límite extremo de la formación del coral.”

“Mis compañeros y yo suspendimos nuestra marcha al ver que el capitán Nemo se había detenido (...) fue entonces cuando me di cuenta de que cuatro de ellos llevaban sobre sus hombros un objeto de forma oblonga”.

“A una señal del capitán Nemo, se adelantó uno de sus hombres y comenzó a excavar un agujero con un pico”.

“El agujero se convirtió en una fosa, en la que metieron el cuerpo”.“El capitán Nemo y sus hombres se acercaron a la tumba, extendieron sus manos en un gesto de despedida”.CXXIV,1ªp

“Al disponerse el Nautilus a practicar su inmersión, descendí al salón”.

“Estábamos surcando las aguas del océano Índico,(...) durante varios días el Nautilus navegó entre 100 y 200 m de profundidad”.

“Vi algunas especies que no me había sido dado poder observar hasta entonces”.CI,2ªp

infusorios

“ Hacía las siete de la tarde, el Nautilus. se halló en medio de un mar blanquecino que se diría de leche”.

“Conseil no podía dar crédito a sus ojos y me interrogó sobre las causas del singular fenómeno”.“-Es lo que se llama un mar de leche- le respondí-(...).

-Pero, ¿puede decirme el señor cuál es la causa de este singular efecto?-.

-Esto que tanto te sorprende es debida a infusorios, una especie de gusanillos luminosos, incoloros y gelatinosos (...)”.

“Hacia media noche el mar recuperó su aspecto ordinario”.CI,2ªp

La perla no es más que una concreción nacarada de forma globulosa, que se adhiere a la concha de la ostra o se incrusta en los pliegues del animal. Cuando se aloja en las valvas, la perla es adherente; cuando lo hace en la carne, está suelta. Siempre tiene por núcleo un pequeño cuerpo duro, ya sea un óvulo estéril, ya un grano de arena, en torno al cual va depositándose la materia nacarada a lo largo de varios años, sucesivamente y en capas finas y concéntricas.

CII,2ªp

Era un hombre, un hombre vivo, un indio, un negro, un pescador, un pobre diablo sin duda, que iba a rebuscar antes de la cosecha. Distinguí desde mi puesto la quilla de su canoa, situada a algunos pies sobre su cabeza, y pude observar que se sumergía y volvía a la superficie.CIII,2ªp

Pero ese capricho no puede llevarnos lejos -dijo Ned-. El golfo Pérsico no tiene salida. Y si nos adentramos en él no tardaremos en volver sobre nuestros pasos.CIV,2ªp

Crecian allí esponjas de todas las formas: pediculadas, foliáceas, globulares y digitadas. Tambien crecian distintos tipos de algas.CIV,2ªp

Un tunel submarino!¡Una comunicación entre dos mares!¿Quien ha oido tal cosa?CV,2ªp

¡Ah! ¡Se mueve, se sumerje! ¡Mil diantres! ¿Que animal puede ser? No tiene cola bifurcada como las ballenas o los cachalotes y sus aletas parecen mienbros troncadosCV,2ªp

Pocas palabras. Que estamos en Europa y que antes que los antojos del capitán Nemo nos lleven hasta el fondo de los mares polares otra vez a Oceanía, deseo huír del Nautilus. CVI,2ªp

“Nos encontrábamos en la batalla naval del 23 de octubre de 1702”CVIII,2ªp

“Los tripulantes “saquearon” el tesoro del escenario de la batalla naval”CVIII,2ªp

“… incendió los galeones y se sepultaron con sus inmensos tesoros…”CVIII,2ªp

“¡Estaba contemplando aquella región sumergida…”CIX,2ªp

Se escribía el 20 de febrero y aún se notaba el frío, subí al puente de mando. El Capitán Nemo se encontraba dando órdenes de entrar en la cueva submarina.CXX,2ªp

Una vez allí, reposamos, ya que al Nautilus no le quedaba mucho combustible.CX,2ªp

Ya fuera, nos encontrábamos pasando por Cabo de Hornos y nos dirijíamos al Polo Sur.CXII,2ªp

Ya nos encontrábamos rodeados por el hielo, cuando nos topamos con un grupo de cachalotes y ballenas. La tripulación reaccionó rápidamente y lo convirtieron en un mar, frío y ensangrentado.CXII,2ªp

Pues bien- replico el canadiense-, ¿por qué ha de haber más?Miré con fijeza a Ned Land, cuyas intenciones se adivinaban facilmente.

De repente a tripulación vio un grupo de ballenas y por otro lado uno de cachalotes. Las dos pandillas de mamíferos empezaron una gran pelea.CXII,2ºP

Ned Land se sumó a la lucha. Cogió los mandos del submarino y rapidamente, despues de varios giros bruscos empezó a atacar; fué partiendo todos los animales por la mitad.Después de luchar contra las ballenas y cachalotes el Nautilus se vio nadando en un mar de sangre.CXII,2ªp

El profesor Aronnax notó que Ned Land cada vez se comportaba de una forma más agresiva a medida que avanzaba el viaje.

El 14 de marzo y a los 55º de longitud, adevertí algunos hielos flotantes, si bien no eran más que pedazos sueltos y descoloridos, de veite a veiticinco pies, formando escollos, contar los cuales se estrellaba el mar.CXIII,2ªp

Los hielos nos rodeaban por todos lados y cerraban el horizonte. Sin embargo, el capitán Nemo seguía sorteándolos por los pasos que quedaban libres y avanzaba hacia el polo.CXIII,2ªp

-¿Un incidente, capitán?-No, señor;ahora es un accidente.-¿grave?-Tal vez.-¿Y el peligro es inminente?-No.-Ha varado el nautilus?-Sí-¿Y la causa ha sido...¿?

--Un capricho de la naturaleza,no la impericia de los hombressCXV,2ªp

Hacía tiempo que Nemo se había vuelto más hosco, menos comunicativo;parecía que huía de mí y le veía rarísimas veces(...)Antes se complacía por explicarme las maravillas submarinas,ahora me dejaba entregarme a mis estudios, sin acudir al salón

El 20 de abril estábamos a una profundidad media de 1500 metros.Ned me llamó hacia un formidable hormiguero que había entre las grandes algas.-Ahí debe haber cavernas de pulpos- dije--¿Qué?-exclamó Conseil-¿Calamares simples,calamares de la clase cefalópodos?-No,pulpos de gran tamaño.Pero el amigo Ned no se ha equivocado sin duda,porque no veo nada(...)-¿Qué habéis visto eso?-exclamó el canadiense-Si,Ned-¿Y dónde?-En una iglesia en Sant Malo-contestó consejo--¡En una iglesia!CXVIII,2ªp

-¡Buena y curiosa colección de pulpos!-En efecto, señor naturalista -me respondió-, y vamos a batirnos con ellos cuerpo a cuerpo.-¿Cuerpo a cuerpo? -le dije-Si señor. La hélice está parada, y creo que las mandíbulas córneas de unp de esos calamares se han agarrado a una de las aletas, lo cual nos impide andar--¿Y que vais a hacer?-Subir a la superficie y matar a toda esa podredumbreCXVIII,2ªp

Había allí diez hombres armados con hachas de abordaje y distipulos para el ataque.Conseil y yo empuñamos dos hachas y,Ned Land un arpón.-¡Que espectaculo!El desgraciado habia asido por el tentaculo y y,poegado a sus ventosas sufria fuertes balanceos y gritaba:¡Socorro!¡Socorro!El capitan Nemo se precipito sobre el pulpo y de un hachazo le corto otro brazo.¡Qué escena tan horrible!CXVIII,2ªp

La tempestad estalló el 8 de mayo,precisamente justo cuando el Nautilus flotaba a la altura de Long Island.Puedo describirla,porque en vez de huir de ella,refugiándose en las profundidades del mar,el capitán Nemo quiso por un inexplicable capricho,arrostrarla en la superficie(...)

El barómetro bajó a 710 milimetros,como sucedio en 1860,en la isla de Reunión,durante un huracán.A las 22:00 de la noche el cielo era todo fuego.Un estruendo terrible atronaba el espacio.CXIX,2ªp

El Nautilus lo siguió hasta su fondo más bajo, situado a cuatro mil cuatrocientos treinta y un metros, y allí reposaba todavía sin sufrir ningún esfuerzo de tracción. Luego, nos aproximamos al lugar en que se había verificado el accidente de 1863.El fondo oceánico formaba un ancho valle de ciento veinte kilómetros, en el que hubiera podido colocarse al Mont Blanc sin que su cima emergiera del agua. El valle está cerrado al Este por una muralla de dos mil metros cortada a pico. Llegamos allí el 28 de mayo. En ese momento, el Nautilus no estaba más que a ciento cincuenta kilómetros de Irlanda.CXX,2ªp

-¡Capitán!No respondió.Le dejé y subí a la plataforma. Conseil y Ned Land me habían precedido.-¿De dónde viene esa detonación? -pregunté.-Un cañonazo -respondió Ned Land.Miré en la dirección del navío que había visto. Se acercaba al Nautilus y se veía que forzaba el vapor. Seis millas le separaban de nosotros.-¿Qué barco es ése, Ned?-Por su aparejo y por la altura de sus masteleros -respondió el canadiense -apostaría a que es un barco de guerra. ¡Ojalá pueda llegar hasta nosotros y echar a pique a este condenado Nautilus!-¿Y qué daño podría hacerle al Nautilus, Ned? -dijo Conseil-. ¿Puede atacarle bajo el agua, cañonearle en el fondo del mar?-Dígame, Ned, ¿puede usted reconocer la nacionalidad de ese barco?CXXI,2ªp

-Señor Aronnax, prepárese para huir…-¿Cuándo?--le pregunté.-Esta misma noche, Conseil también viene- me contestó el canadiense.CXXI,2ªp

El navío comenzó a describir una espiral, cuyo radio disminuía progresivamente, arrastrando consigo al bote, sujeto todavía a su costado.

Los pernos cedieron y la canoa fue impulsada al espacio en medio de un torbellino, y así fue como mi cabeza chocó bruscamente contra uno de los listones de metal de la embarcación, y la violencia del golpe me hizo perder el conocimineto. CXXII,2ªp

Así fue como terminó nuestro viaje. Al recobrar el conocimiento, me encontré acostado en la cabaña de un pescador en las islas Loffoden. Mis dos compañeros, sanos y salvos se encontraban allí. CXXIII,2ªp

<<Quién ha podido jamás sondear las profundidades del abismo…?>>, hay dos hombres entre todos los hombres que tienen el derecho de contestarla: el capitán Nemo y yo.CXXIII;2ªp

Recorrido del Nautilus