Cuentan que en una antigua guerra, tras un día de durosenfrentamientos en el campo de batalla, donde los soldados de ambos

ambos bandos habían peleado por su vida con gran bravura, unsoldado se acercó a un superior para solicitar un permiso especial:

- Capitán, mi amigo no ha regresado del campo de

batalla. Solicito permiso para ir a buscarlo inmediatamente.- ¡Permiso denegado, soldado! –le respondió el capitán- Todavía hay

puntos en conflicto dentro del campo de batalla, no quiero quearriesgue su vida por un hombre que, seguramente, ya esté muerto.

El soldado sabía que si desobedecía una orden directa podría

buscarse muchos problemas, pero sin pensárselo dos veces, se dio lavuelta y regresó al campo de batalla en busca de su amigo.

Al cabo de un tiempo, el soldado consiguió regresar al

campamento transportando el cadáver de su amigo, a pesar de que élmismo estaba malherido.

Sin tiempo para nada más, sus compañeros le avisaron que debía

personarse inmediatamente en la tienda de su superior, pues el capitánse había enterado de lo sucedido y estaba furioso:

- ¡Le di una orden que usted desobedeció! –gritó el

capitán- ¡Le dije que su amigo habría muerto y aún así fue a buscarle!,¿merecía la pena arriesgar su vida por traer un cadáver de vuelta?

Y el soldado, herido y agotado por el esfuerzo y la pena respondió:

- Por supuesto que ha merecido la pena, señor. Cuando encontré a miamigo todavía estaba vivo y pudo decirme: “...sabía que vendrías a

buscarme…”

~Anónimo~

¡Y colorín colorado,

cuento contado,

cuento acabado!