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    Representaciones de un territorio. La frontera mapuche en

    los proyectos ilustrados del Reino de Chile en la segunda

    mitad del siglo XVIII

    Natalia Gndara

    Pontificia Universidad Catlica de Valparaso, Chile

    : dx.doi.org/10.7440/histcrit59.2016.04Artculo recibido: 16 de febrero de 2015/ Aprobado: 02 de julio de 2015/Modificado: 22 de julio de 2015

    Resumen: Este artculo tiene por objetivo analizar las representaciones que elaboraron las autoridadesdel Reino de Chile sobre el territorio de la frontera mapuche. La investigacin se realiz a partir de cuatroproyectos de expansin territorial promovidos durante la segunda mitad del siglo XVIII. Los hallazgos de esteestudio indican que los proyectistas idearon estrategias pacficas para integrar esta frontera al Reino de Chile,con el fin de articular este espacio en trminos defensivos-estratgicos e incorporarlo a la cultura y economa

    coloniales. El diseo de estos proyectos estuvo a cargo de intelectuales que adaptaron principios ilustradospara resolver el problema fronterizo, creando nuevas representaciones sobre este espacio que resaltaron suimportancia dentro del sistema territorial colonial espaol.

    Palabras clave:fontera, Chile, ilustracin (Tesaurus); territorio, mapuches representacin (palabras clave del autor).

    Representations of a erritory: Te Mapuche Frontier in the Enlightened Projects of

    the Kingdom of Chile in the Second Half of the 18th Century

    Abstract: Te objective of this article is to analyze the representations elaborated by the authorities of theKingdom of Chile regarding the territory of the Mapuche frontier. Te research was done on the basis of fourprojects of territorial expansion promoted during the second half of the 18th century. Te findings of this

    study indicate that those who planned these projects devised peaceful strategies for integrating said frontierinto the Kingdom of Chile, in order to articulate said space in defensive-strategic terms and incorporate it intothe colonial culture and economy. Te projects were designed by intellectuals who adapted the principles ofthe Enlightenment to resolve the problem of the frontier, thus creating new representations regarding thisspace that emphasized its importance within the Spanish colonial territorial system.

    Keywords:fontier, Chile (Tesaurus); representation, territory, Enlightenment, Mapuches (authors keywords).

    Representaes de um territrio. A fronteira mapuche nos projetos ilustrados do

    Reino do Chile na segunda metade do sculo XVIII

    Resumo: Este artigo tem por objetivo analisar as representaes que as autoridades do Reino do Chileelaboraram sobre o territrio da fronteira mapuche. Esta pesquisa foi realizada a partir de quatro projetosde expanso territorial promovidos durante a segunda metade do sculo XVIII. As constataes deste estudoindicam que os projetistas idealizaram estratgias pacficas para integrar essa fronteira ao Reino do Chile a fimde articular esse espao em termos defensivos-estratgicos e incorpor-lo cultura e economia coloniais.O desenho desses projetos esteve a cargo de intelectuais que adotaram princpios ilustrados para resolvero problema fronteirio criando novas representaes sobre esse espao que ressaltaram sua importnciadentro do sistema territorial colonial espanhol.

    Palavras-chave:fonteira, Chile, iluminismo (Tesaurus); representao, territrio, mapuches (autor de palavras-chave).

    Este artculo es fruto de la investigacin de la tesis para optar al grado de Magster, titulada Interpretaciones yrepresentaciones de un territorio. La Frontera en los proyectos ilustrados de la segunda mitad del siglo XVIII,financiada por la beca CONICY 2012-2014.

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    62 Representaciones de un territorio. La frontera mapuche en los proyectos ilustrados del Reino de ChileNatalia Gndara

    Introduccin

    Durante el siglo XVIII, la seguridad territorial del Imperio hispano estaba siendo amenazadapor las potencias extranjeras en especial, por Inglaterra, lo cual pona en riesgo la soberana de laCorona en el espacio americano. Segn John Elliott, la guerra de los Siete Aos dej al descubierto

    las carencias de un sistema de defensa mal preparado para la guerra fronteriza a gran escala y los

    ataques anfibios1. La toma de La Habana y de Manila en 1762, por ejemplo, evidenci de manera

    clara la vulnerabilidad territorial del Imperio espaol. A partir de este episodio, el gobierno espaol

    puso en marcha una serie de reformas administrativas y militares en todo el imperio, y se constru-

    yeron nuevos complejos defensivos en las posiciones indianas del Caribe, Ro de la Plata y el sur de

    Chile. La importancia de esta estrategia radica en que la poltica colonial apuntaba a unir enclaves

    militares a travs de distintos territorios2. El objetivo de estas medidas era estructurar el espacio ame-

    ricano, vertebrar la defensa de las posesiones espaolas y hacer desaparecer las fronteras interiores

    integrando el espacio hispanoamericano en un sistema territorial colonial. Los espacios marginales,

    como la colonia de Sacramento o la costa este centroamericana, y las fronteras del Norte de Nueva

    Espaa, la Araucana y la Patagonia desempearon un rol clave en esta configuracin del espacio

    territorial y martimo de la Corona espaola en Amrica. La proteccin y defensa de estos territorios

    para el control geopoltico se asumieron como vitales para la mantencin del dominio hispano y para

    la defensa de los centros polticos y econmicos. De esta forma, las fronteras intertnicas se trans-

    formaron en un problema para la configuracin del espacio de influencia espaol, en la medida que

    dejaban entrever la vulnerabilidad del dominio espaol en el continente. En este contexto emergen

    diferentes proyectos para integrar las zonas marginales y fronterizas al sistema territorial hispano3.

    La historiografa preocupada por las fronteras ha visto un auge significativo en las ltimas dca-das, puesto que, como lo seala Hebe Clementi, la historia de Amrica Latina es la historia de la

    transformacin y expansin de sucesivas fronteras4. Esta concepcin abri nuevas alternativas de

    anlisis, profundizando y complejizando el estudio de la historia en estos pases. Ahora bien, el con-

    ceptofonterano se restringe a su significado de lmite fsico y cultural; por el contrario, se propone

    una mirada amplia que la comprenda como una regin que abarca las fronteras y sus hinterlands5.

    Esto, como lo seala Guillaume Boccara, se debe a que las fronteras son reas de soberanas imbri-

    1 John Elliott,Imperios del Mundo Atlntico. Espaa y Gran Bretaa en Amrica (1492-1830) (Mxico: Editorial

    aurus, 2009), 436.2 Ximena Urbina,La fontera de arriba en Chile colonial: interaccin hispano-indgena en el territorio entre Valdivia

    y Chilo e imaginario de sus bordes geogrficos, 1600-1800(Valparaso: Ediciones Universitarias de Valparaso,2009), 239.

    3 Vase: Carlos Lzaro, El reformismo borbnico y los indgenas fronterizos, enEl reormismo borbnico: unavisin interdisciplinar, editado por Agustn Guimer (Madrid: Alianza Universidad, 1996), 277-292.

    4 Refirase a Hebe Clementi,La fontera en Amrica. Una clave interpretativa de la historia americana(BuenosAires: Editorial Leviatn, 1985).

    5 Guillaume Boccara, Gnesis y estructura de los complejos fronterizos euro-indgenas. Repensando los mrge-nes americanos a partir (y ms all) de la obra de Nathan Wachtel.Memoria Americana n. 13 (2005): 46.

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    cadas, o de interpenetracin de varios espacios polticos6. En este sentido, un espacio es fronterizo

    cuando una de las culturas o estados en contacto tiene pretensin de avanzar sobre l y hacerlo suyo,

    es decir, transformar lo ajeno en propio, por medio de la incorporacin de la poblacin que ocupa

    tales tierras, su desplazamiento o simplemente de su expulsin7. Las fronteras en cuanto zonas

    de contacto son espacios sociales donde culturas dispares se encuentran, chocan y se enfrentan, amenudo dentro de relaciones altamente asimtricas de dominacin y subordinacin8.

    El territorio habitado por los mapuches, tradicionalmente conocido como el Estado de Arauco,

    La Frontera o La Araucana, es un ejemplo clsico del tipo de frontera descrito. Este espacio se

    extenda desde el ro Biobo hasta aproximadamente el ro oltn, expandiendo su dominio hacia

    las pampas9. Despus de la batalla de Curalaba, en 1598, las comunidades mapuches expulsaron a

    los conquistadores espaoles y quemaron las siete ciudades construidas al sur del ro Biobo, que

    estableci una frontera con el Reino de Chile. En este proceso se configur una imagen negativa

    de la frontera como tierra de guerra, lo que motiv a Diego de Rosales, en el siglo XVII, a bauti-

    zarlo como el Flandes indiano. Pero adems, durante los siglos coloniales el estado de Arauco

    fue sometido a diferentes estrategias de integracin. La accin blica, las misiones, el comercio y

    los parlamentos fueron los medios ms utilizados para incorporar y asimilar este territorio a los

    cnones culturales y polticos espaoles. A pesar de no estar incorporado, los hispanocriollos que

    habitaron el Reino de Chile siempre pensaron este territorio como el rea de expansin natural del

    dominio indiano al sur del continente, por lo que su independencia era vista como un problema

    para la soberana poltica y territorial del reino y, por extensin, del Virreinato peruano.

    A mediados del siglo XVIII se desarrollaron diversos planes y proyectos de integracin territo-

    rial de La Araucana al Reino de Chile, muchos de los cuales fueron guiados por las ideas ilustradas.

    Este artculo tiene el propsito de estudiar cuatro de estos proyectos, con el objetivo de analizar las

    interpretaciones y representaciones que construyeron sobre el territorio de la frontera mapuche,

    con la finalidad de contribuir al conocimiento de las fronteras hispanoamericanas y comprender

    las diferentes estrategias de dominacin coloniales sobre el territorio mapuche durante la segundamitad del siglo XVIII. Aunque se escribieron otros proyectos similares en el mismo perodo10,

    estos cuatro planes son considerados aqu por la importancia histrica de sus autores y los obje-

    tivos trazados por los proyectistas. Si bien estas fuentes estn separadas por cincuenta aos, los

    medios propuestos para la integracin de la Araucana son similares. En este sentido, la rebelin

    indgena de 1766 no signific cambios importantes en las estrategias de dominio propuestas por

    los autores, ello en la medida que la construccin de villas, fuertes, y la actividad misional, eran

    estrategias aprobadas por la Corona.

    Por tanto, los proyectos que se analizarn en las prximas pginas son testimonio de la impor-

    tancia geogrfica y poltica que adquiri el espacio fronterizo mapuche durante la segunda mitad

    6 Boccara, Gnesis y estructura, 46.

    7 Urbina,La fontera de arriba, 28.

    8 Mary Louise Pratt, Ojos imperiales. Literatura de viajes y transculturacin(Mxico: FCE, 2010), 31.

    9 Vase: Ral Mandrini y Sara Ortelli, Los Araucanos en las Pampas (c.1700-1850), en Colonizacin, resistenciay mestizaje en las Amricas (siglos XVI-XX), editado por Guillaume Boccara (Quito: Ediciones Abya-Yala/Insti-tuto Francs de Estudios Andinos, 2002), 237-258.

    10 Sobre este tema: Antonio Sors, Historia del reino de Chile situado en la Amrica meridional.Revista Chilenade Historia y Geograan. 45 (1923): 49-86.

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    64 Representaciones de un territorio. La frontera mapuche en los proyectos ilustrados del Reino de ChileNatalia Gndara

    del siglo XVIII. El estudio de estos documentos busca abrir nuevos espacios al anlisis histrico

    del territorio mapuche, dando nfasis al carcter sociocultural de las representaciones espacia-

    les. Aunque estos proyectos nunca fueron implementados, interesa estudiar aqu la construccin

    discursiva que se hace de la Araucana desde la perspectiva colonial. Sobre este punto es impor-

    tante tener en cuenta que la historiografa latinoamericana no ha dado suficiente importancia a losproyectos construidos desde el pensamiento ilustrado en Hispanoamrica, y tampoco se ha preo-

    cupado por los efectos de la adopcin de este discurso en la forma de pensar, concebir y apropiar

    el territorio; por lo que se espera que este artculo sea una contribucin al conocimiento de estas

    fuentes y las lgicas que las motivan.

    Adems, si se tiene en cuenta que de manera tradicional esta historiografa sobre la frontera

    mapuche ha sostenido que durante el perodo estudiado el objeto de la poltica indiana era el con-

    trol de los vasallos, remarcando la diferencia con el perodo republicano, donde la clave radicaba

    en el control territorial. Este artculo busca matizar estas diferencias, pues evidencia la preocupa-

    cin y valoracin estratgicas y econmicas de la Araucana en los discursos coloniales. En este

    sentido, es importante remarcar cmo estos intelectuales problematizaron la cuestin de la fron-

    tera intertnica mapuche, en un contexto de creciente presin inglesa sobre el Pacfico Sur. Por

    ello, se piensa a la Araucana como un espacio clave para mantener la paz y estabilidad internas del

    Reino de Chile, conectndolo al mismo tiempo al sistema de defensa imperial.

    1. Los proyectos y el pensamiento ilustrado en Hispanoamrica

    La Ilustracin, entendida como discurso social, establece un rgimen de verdad que crea obje-

    tos de conocimiento y modela las representaciones sobre la sociedad, la economa, la naturaleza,

    el territorio, entre otros. El pensamiento ilustrado floreci plenamente entre los hispanocriollos

    durante la segunda mitad del siglo XVIII, manifestndose en el realce del estudio de la economa,

    la poltica y la filosofa, para luego ser aplicado en la administracin colonial. Su fundamento dis-cursivo radicaba en la creencia en el poder de la observacin y la fe en la razn como los nicos

    medios vlidos para intervenir en la realidad social y en la naturaleza. Los intelectuales y burcra-

    tas aplicaron estos fundamentos a sus polticas con el fin de aumentar el comercio, la industria, la

    produccin y las rentas pblicas. Segn Mauricio Nieto, el gobierno espaol bas sus polticas en

    el supuesto de que la adquisicin y aplicacin de conocimientos cientficos incrementara su poder

    poltico y econmico11, puesto que para los ilustrados la clave del progreso econmico radicaba

    en la explotacin eficiente y racional de los recursos naturales. Los reformadores borbnicos en

    Espaa e Hispanoamrica esperaban impulsar el progreso mediante la aplicacin de los mtodos

    de la ciencia a la sociedad. Estos personajes racionalizaron las estructuras administrativas, busca-

    ron formas de promover el crecimiento econmico y recopilaron y analizaron datos12

    ; para ello,adoptaron enfoques racionales a los problemas polticos, econmicos, sociales y territoriales.

    Esto, de acuerdo con Margarita Garrido, porque el discurso ilustrado alcanz a afectar todos los

    aspectos de las colonias13.

    11 Mauricio Nieto, Polticas imperiales de la Ilustracin espaola: Historia Natural y la apropiacin del NuevoMundo.Historia Crtica n. 11 (1995): 39.

    12 David Weber,Brbaros. Los espaoles y sus salvajes en la era de la Ilustracin(Barcelona: Crtica, 2007), 17.

    13 Margarita Garrido, La historia colonial en historia crtica: un balance.Historia Crtica n. 25 (2003): 47.

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    La Ilustracin hispanoamericana es un tema complejo y altamente debatido por la historio-

    grafa, y su tratamiento en profundidad excede los propsitos de este ensayo. No obstante, es

    importante remarcar que los proyectos son uno de los productos ms importantes de la Ilustra-

    cin hispana e hispanoamericana, por extensin. Segn David Weber, el siglo XVIII fue una

    poca marcada por la labor de los proyectistas, vale decir, ensayistas que inundaban al gobiernocon planes de posibles reformas14. En relacin con lo anterior, Jos Muoz tambin considera

    que los proyectos son un producto tpico del racionalismo, y agrega que el proyectismo es una

    forma consustancial de ver, plantear y resolver los problemas de aquel perodo15. En la mayora de

    los casos, fueron fomentados por los propios monarcas, miembros importantes del gabinete y altas

    autoridades indianas.

    En cuanto a los proyectistas, se trataba de hombres cultos y eruditos con estudios formales y

    experiencia profesional, y ms o menos influidos por la corriente de la Ilustracin. A tal categora

    pertenecan los obispos y los provinciales de las rdenes religiosas, las altas autoridades civiles y

    militares16. De all que sus proyectos hayan surgido de su conocimiento y experiencia particulares

    sobre el problema. Su objetivo era proponer los medios, estrategias y posibles soluciones a pro-

    blemas concretos que aquejaban a cualquier rubro de la administracin imperial. Por lo general,

    los proyectos tenan una estructura argumentativa comn, donde se analizaba una situacin, se

    desarrollaba un diagnstico de las causas del problema y se presentaba una serie de soluciones para

    dar fin a la problemtica. Esta estructura argumentativa responde a que la funcin bsica de los

    proyectos radicaba en su utilidad a los intereses monrquicos.

    Esta tipo de proyectismo es fruto del perodo de renovacin imperial borbnica, por

    cuanto estos planes propusieron una forma de control y dominacin poltica, econmica, social

    y territorial ms profunda. En este contexto de reformas, los territorios marginales, perifricos y

    fronterizos tambin fueron objeto de diversos proyectos emanados de la administracin colonial

    indiana, cuyo fin radicaba en la incorporacin y asimilacin total de estos territorios y su poblacin

    a los mrgenes de la soberana poltica del Imperio espaol. Durante todo este siglo, autoridadespolticas, religiosas y militares escribieron diferentes proyectos y planes, cuyo objetivo era la ane-

    xin del territorio dominado por comunidades indgenas que permanecan independientes y/o

    territorios que todava no se haban asimilado totalmente a la soberana indiana, tales como las

    islas del Caribe, Florida, la frontera norte de Nueva Espaa y la frontera sur del Reino de Chile.

    En esta oportunidad se analizarn los proyectos esbozados por el jesuita Joaqun Villarreal; el

    oidor de la Audiencia de Santiago, Jos Perfecto de Salas; el ingeniero militar y futuro virrey del

    Per Ambrosio OHiggins, y el militar Vicente Carvallo, quienes plantearon un programa con

    diferentes soluciones para anexar de forma pacfica el territorio dominado por los mapuches al sur

    del ro Biobo. El sacerdote Joaqun Villarreal fue procurador de la Compaa de Jess en Chile;

    en 1743 escribi sus Representaciones del reino de Chile sobre la importancia y necesidad dereducir a pueblos sus habitantes dispersos por los campos [] y sobre la importancia y necesidad

    14 Weber,Brbaros. Los espaoles, 209.

    15 Jos Muoz, Los proyectos sobre Espaa e Indias en el siglo XVIII: el proyectismo como gnero. EstudiosPolticos LIV, n. 8 (1955): 174.

    16 Alfredo Jimnez, El brbaro en la mente y la voz del ilustrado: la frontera norte de Nueva Espaa, enEl GranNorte Mexicano. Indios, misioneros y pobladores entre el mito y la historia,editado por Salvador Bernabu (Sevi-lla: CSIC, 2009), 364.

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    de sujetar y reducir a pueblos los indios araucanos, propuestas aprobadas por el Rey y convertidas

    en Ley en 1744 con la Real Cdula de 5 de abril, documentos fundamentales para la poltica de

    urbanizacin del reino. Mientras que Jos Perfecto de Salas fue un destacado burcrata, quien en

    su calidad de oidor de la Real Audiencia de Santiago en 1750 redact un extenso informe al Rey,

    donde se refiri al territorio del reino y su administracin dando cuenta de los mayores proble-mas que observ durante su recorrido de inspeccin. En el informe otorg especial atencin a

    los problemas de administracin de justicia y a la necesidad de reducir a la poblacin a pueblos.

    Asimismo, dedic varias pginas a la situacin de la frontera mapuche, denunciando la ineficacia

    del ejrcito fronterizo y proponiendo medidas para incorporar este espacio de forma definitiva.

    De igual forma, como ingeniero militar emplazado en la Frontera, en 1767 Ambrosio OHiggins

    desarroll un tercer proyecto de integracin del espacio fronterizo mapuche. Con una amplia visin

    territorial, estructur un proyecto en que consideraba el traslado de la lnea fronteriza al sur. Su obje-

    tivo era integrar el espacio fronterizo mapuche a partir de la construccin de poblaciones, con el fin

    de proteger la frontera, tener libre trnsito a Valdivia y Chilo y establecer vas de comunicacin con

    Buenos Aires a travs de la Pampa. En 1793, el Capitn de Dragones Vicente Carvallo present un

    memorial al Rey sobre cmo reconquistar y repoblar las ciudades destruidas al sur del ro Biobo.

    Con este documento, el militar buscaba repoblar el espacio fronterizo para conseguir un doble fin:

    primero, aumentar la defensa del reino y evitar el asedio de las potencias enemigas, y, segundo, asi-

    milar la poblacin fronteriza para incrementar la productividad e industria en la zona.

    2. Los proyectos de expansin territorial sobre la frontera mapuche

    Los proyectos escritos por Villarreal, Salas, OHiggins y Carvallo resignificaron la Frontera a la luz

    de los cambios del sistema global de poder imperial de poder espaol y el inters ingls por avanzar

    sobre el Pacfico Sur, con la intencin de vertebrar el territorio con fines defensivos, estratgicos

    y econmicos. Las representaciones construidas por estos intelectuales responden a una formade pensar el territorio que no slo est relacionada con el dominio poltico, sino que fundamen-

    talmente est ligada a la idea de utilidad y funcionalidad del espacio geogrfico, cuestin que se

    alinea con los principios ilustrados y el carcter reformista de aquel perodo. Adems de lo ante-

    rior, la experiencia personal de cada autor, sus objetivos y sus observaciones, fueron motivaciones

    importantes que subyacen en el diseo de cada proyecto. La promocin personal en la carrera civil

    o militar, la intencin de ganar notoriedad dentro de la administracin indiana o la denuncia de

    problemas e irregularidades son aspectos relevantes que condicionan la escritura de estos planes.

    La lectura crtica de estos proyectos evidencia el carcter histrico de las fronteras. Como

    rea de soberanas mltiples, la frontera mapuche se vio sometida a diversas interpretaciones y

    representaciones sociales. Es por ello que se debe destacar que no todos los sujetos hispanos larepresentaban de la misma forma: as, la interpretacin de un misionero era muy distinta a la de

    un militar o a la de un burcrata. A pesar de la diferencia de caracteres y de trayectorias, cada uno

    de estos intelectuales dio importancia poltica, econmica y estratgica al espacio mapuche como

    un territorio necesario para la consolidacin poltica y econmica del reino y, por extensin, del

    imperio. De modo e intensidad distintos, cada uno de estos sujetos tuvo en algn punto de su

    vida contacto directo con la frontera mapuche.

    A partir de una visin utilitarista del territorio, los proyectistas buscaron pacificar y civilizar

    la frontera, que era comprendida como espacio vaco o carente de orden. Este ltimo rasgo es el

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    que hace que estos proyectos sean diferentes a otros discursos ideados con anterioridad, pues no

    se trata de someter el territorio a travs de la guerra o slo cristianizar a la poblacin, sino que el

    objetivo tambin pretenda incorporar, asimilar y ordenar el territorio. Al mismo tiempo, estos

    proyectos asimilan discursiva y simblicamente a las comunidades mapuches, tratndolas como

    un elemento ms del paisaje. A partir de esta consideracin, se plantea la incorporacin de losindios como beneficiosa para el reino, el erario y los propios grupos que habitaban este espacio.

    As lo describe Carvallo: gustarn entonces el bien de la sociedad, y separados de la disparada

    dispersin en que viven, dejarn la vida de fieras que ahora llevan. Se alejar de ellos la miseria

    y tendrn sus das alegres en medio de la abundancia17. ambin es importante destacar la rele-

    vancia que los autores asignan al mestizaje racial18y la asimilacin cultural mapuche, pues, como

    seala OHiggins, lo fundamental era hacer de stos razonables vasallos19.

    La idea de progreso que subyace al discurso de estos cuatro planes se relaciona con el desarrollo

    material y productivo, que toma como punto de referencia las sociedades europeas20. Los autores

    aplicaron esta racionalidad para pensar el territorio mapuche, incorporarlo y asimilarlo desde una

    perspectiva sistmica al resto del reino, enfatizando el peligro que significaba tener una frontera sin

    control. Por un lado, se pensaba en la amenaza interna, debido al miedo latente de rebelin ind-

    gena, y, por el otro, estaba el peligro externo de invasin extranjera, en especial de Inglaterra. Como

    seala Len, lo que se tema desde las autoridades polticas y militares era la confluencia de estas

    dos amenazas21. Para los proyectistas, la insumisin de los mapuches y la desconexin de este espa-

    cio planteaban serios problemas para la comunicacin y defensa tanto territorial del Reino de Chile

    como martima del Pacfico Sur. Por ello, a mediados del siglo XVIII, la Araucana se transform en

    un problema poltico-territorial que cuestionaba la consolidacin de la sociedad del reino al norte

    de la Frontera y dejaba entrever la situacin de aislamiento de Valdivia y Chilo y la vulnerabilidad

    17 Vicente Carvallo, Memorial de Vicente Carvallo Goyeneche al rey, sobre cmo reconquistar y repoblar lasciudades destruidas al sur del ro Biobo, en Serie de estudios y documentos para la historia de las ciudades delreino, omo II Rgimen legal de la undacin de las ciudades en Chile durante el siglo XVIII, editado por SantiagoLorenzo (Santiago: Academia Chilena de la Historia, 2004),313.

    18 Este aspecto es principalmente importante para Salas, quien lo usa para justificar el dominio de la Araucana.Informe sobre el Reino de Chile, Santiago, 1750, en Archivo Nacional Histrico (ANH), Fondo CapitanaGeneral, vol. 714, ff. 360-371v. El documento se encuentra tambin compilado en: Jos de Salas, Informe sobreel Reino de Chile, en Un letrado del siglo XVIII, el doctor Jos Perecto de Salas, Ricardo Donoso (Buenos Aires:Universidad de Buenos Aires, 1963), 103-133.

    19 Ambrosio OHiggins, Descripcin del Reino de Chile. Sus productos, comercio y habitantes. Reflexiones so-bre su estado actual con algunas proposiciones relativas a la reduccin de indios infieles, y adelantamiento deaquellos dominios de su Majestad, 1767, enEl Marqus de Osorno Don Ambrosio Higgins: 1720-1801,RicardoDonoso (Santiago: Ediciones Universidad de Chile, 1941), 437.

    20 Esto se refleja claramente cuando se describen las potencialidades del territorio. Vase OHiggins, Des-cripcin del Reino, 431-434; Carvallo, Memorial de Vicente Carvallo, 314; De Salas, Informe sobre elReino, 107; Villarreal, Representacin del Reino de Chile. Sobre la importancia y necesidad de sujetary reducir a los pueblos indios araucanos. La imposibi lidad de conseguirlo, perseverando en la conductapasada; y la facilidad con que puede lograrse sin costo alguno del real erario por medio de las providen-cias que se expresan, en Serie de estudios y documentos para la historia de las ciudades del reino, omo IIRgimen legal de la undacin de las ciudades en Chile durante el s iglo XVIII, editado por Santiago Lorenzo(Santiago: Academia Chilena de la Historia, 2004), 27.

    21 Leonardo Len, Los araucanos y la amenaza de ultramar, 1750-1807.Revista de Indias54, n. 201 (1994):313-354.

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    68 Representaciones de un territorio. La frontera mapuche en los proyectos ilustrados del Reino de ChileNatalia Gndara

    del dominio espaol en el Mar del Sur. Ahora bien, la difusin y circulacin de las ideas ilustradas

    no son los nicos motores que explican la aparicin de estos proyectos de expansin hacia la Fron-

    tera. Las relaciones hispano-mapuches, relativamente pacficas, as como la experiencia personal y

    las observaciones que cada autor realiz en terreno, sirvieron como justificaciones para escribir y

    promocionar planes de expansin hacia el espacio dominado por las comunidades mapuches.El contacto hispano-mapuche durante los primeros siglos coloniales se caracteriz por la guerra

    y el enfrentamiento blico. Sin embargo, esto empez a cambiar de manera gradual hacia mediados

    de siglo XVII, cuando se comenz a propiciar otro tipo de estrategia de contacto, como las misio-

    nes, el comercio y, especialmente, la realizacin de parlamentos22. La intensificacin del contacto

    fronterizo a fines del siglo XVII y durante el siglo XVIII estuvo marcada tambin por la aparicin de

    diferentes funcionarios fronterizos, como el comisario de naciones y los capitanes de amigos, figuras

    que actuaron como mediadores culturales y polticos, ayudando a profundizar las redes de contacto

    entre ambos grupos23. Durante la segunda mitad de este ltimo siglo, las autoridades indianas

    tanto metropolitanas como locales buscaron priorizar polticas de paz y contacto pacfico, como

    el comercio, la actividad misional desarrollada por jesuitas y franciscanos y la realizacin de pactos

    en los Parlamentos. Al mismo tiempo, se prosegua con la estrategia de creacin de fuertes y fortines

    militares, que fueron pensados como medios de contacto, defensa y avanzada hacia la frontera.

    Sin embargo, y a pesar de las diversas estrategias de dominacin blicas o pacficas por

    parte de la administracin civil y militar del Reino de Chile, el territorio mapuche permaneca

    independiente. Los eventos calificados como rebeliones por parte de los espaoles en dos pero-

    dos (1723-1726 y 1766-1771)24 ponan en evidencia la vulnerabilidad y falta de control sobre la

    Araucana, que cuestionaban, al mismo tiempo, los medios de contacto con las comunidades loca-

    les no sometidas y los mecanismos de avance sobre la Frontera. De acuerdo con Len, el hecho

    de que los mapuches no hubieran podido ser reducidos a la vida social y cristiana [] era percibido

    como un peligro por las autoridades de Chile25. Con todo, y pese a estos intervalos de conflicto

    blico, las circunstancias locales propias de un contacto fronterizo ms pacfico propiciaron elcontexto para el diseo de planes de integracin y asimilacin territorial del estado de Arauco 26.

    Al no estar asimilada al sistema imperial espaol, la frontera mapuche era concebida por los

    proyectistas como un espacio dominado por la barbarie y la idolatra, carente de orden y polica.

    Y era vista, sobre todo, como una amenaza para la soberana poltica y territorial del reino. En sus

    proyectos, estos intelectuales desarrollaron un diagnstico sobre las dificultades y amenazas que

    22 Refirase a Sergio Villalobos,La vida fonteriza en Chile (Madrid: Mapfre, 1992); Sergio Villalobos et al.,Rela-ciones fonterizas en la Araucana(Santiago: Universidad Catlica, 1982).

    23 Vase Guillaume Boccara,Los vencedores. Historia del pueblo mapuche en la poca colonial(Santiago: Universi-

    dad Catlica del Norte/Ocho Libros Editores, 2007).

    24 Segn Casanova, la rebelin de 1723 se gener en el comercio fronterizo, en las obligaciones abusivas im-puestas a los indgenas. A su vez, la rebelin de 1766 tuvo por causa el propsito de reunir a los araucanos enpueblos, Holdenis Casanova, Las rebeliones araucanas del siglo XVIII (emuco: Ediciones Universidad de LaFrontera, 1987), 105.

    25 Leonardo Len, Que la dicha herida se la dio de buena, sin que interviniese traicin alguna: El ordenamientodel espacio fronterizo mapuche, 1726-1760.Historia Social y de las Mentalidadesn. 5 (2001): 155.

    26 Jos Manuel Zavala,Los mapuches del siglo XVIII. Dinmica intertnica y estrategias de resistencia (emuco:Edi-ciones Universidad Catlica de emuco, 2011), 130-134; Santiago Lorenzo, La vida fronteriza y los proyectosfronterizos para integrar a los araucanos a mediados del siglo XVIII. iempo y Espacio n.3(1992): 55-64.

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    significaba tenerlo sin dominio poltico; para ello, formularon un plan con soluciones concretas,

    con el fin de poner trmino a este problema.

    2.1. Diagnstico sobre el problema del territorio fronterizo

    En sus proyectos, los cuatro intelectuales ilustrados dieron cuenta de la vulnerabilidad territorialque significaba para el reino tener este espacio fronterizo sin dominar, pues no slo representaba

    una amenaza para la soberana desde el punto de vista de las posibles rebeliones de las comunida-

    des no sometidas, sino que tambin haca al reino vulnerable a invasiones extranjeras, implicando

    una seria amenaza para su comunicacin y articulacin territorial. al como lo ha evidenciado la

    historiografa chilena, el valor de Chile como colonia hispana radicaba fundamentalmente en su

    importancia estratgica, por su carcter de llave para la navegacin del Mar del Sur y su posicin

    de antemural del rico Virreinato del Per27. Los cuatro proyectos que se presentan ilustraron la

    importancia de la ubicacin del reino en su relacin con el sistema de defensa imperial y, al mismo

    tiempo, dieron a conocer la vulnerabilidad militar y territorial que significaba tener una frontera

    intertnica dentro de este espacio.

    De acuerdo con el anlisis de los proyectistas, el Reino de Chile presentaba grandes poten-

    cialidades, por su ubicacin, clima y fertilidad de sus valles; sin embargo, todos estos elementos

    positivos se vean truncados por la marginalidad, incomunicacin y desproteccin en las que se

    viva. Para Salas y Villarreal, el problema principal estaba centrado en la despoblacin del Reino de

    Chile28. Mientras que para Carvallo, los mayores desafos que deba superar la colonia chilena eran

    la desproteccin en cuanto a defensa y la pobreza material de los habitantes29. Por su parte,

    Ambrosio OHiggins aseguraba que el progreso del reino se vea interrumpido por la existencia de

    la frontera controlada por indios brbaros que impedan el desarrollo del comercio, la agricultura

    y otras empresas30.

    Para los proyectistas, el territorio mapuche impeda la comunicacin y pona en entredicho la

    soberana territorial del Imperio espaol en el Pacfico Sur americano. As, el aislamiento y la inco-municacin de Valdivia y Chilo se pensaban como un importante problema para el progreso y la

    felicidad del reino. De este modo, la integracin de la frontera a Chile significara la vertebracin

    del territorio y su comunicacin expedita con sus ciudades, plazas y puertos, vitales para asegurar

    la defensa y la consolidacin territorial de la colonia de Chile. En segundo lugar, otro elemento

    que agravaba el diagnstico era la posible alianza entre las comunidades locales no sometidas y los

    extranjeros. El jesuita Villarreal denunciaba as la situacin:

    de la conquista de cualquiera de los dos puertos expresados, resulta no solo la ruina de toda la

    costa del mar del sur, sino tambin la conquista del reino de Chile, valindose para hacerla de

    nuestros propios indios, que estando tan preocupados contra nuestra nacin por las extorsiones

    experimentadas en lo pasado, y que recelan continuarn en el futuro, fcilmente se dejaran indu-cir a costa de algunos regalillos a declararnos la guerra31.

    27 Vase: Gabriel Guarda,Flandes Indiano. Las ortificaciones del Reino de Chile 1541-1826(Santiago: EdicionesUniversidad Catlica de Chile, 1990).

    28 Villarreal, Representacin del Reino, 24, De Salas, Informe sobre el Reino, 110.

    29 Carvallo, Memorial de Vicente Carvallo, 302.

    30 OHiggins, Descripcin del Reino, 433-434.

    31 Villarreal, Representacin del Reino, 38.

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    70 Representaciones de un territorio. La frontera mapuche en los proyectos ilustrados del Reino de ChileNatalia Gndara

    Un tercer aspecto relevante dentro del diagnstico fue la importante posicin del territorio

    mapuche en cuanto a su proyeccin hacia los territorios ms australes. Incorporar la frontera mapu-

    che a la soberana de Reino de Chile significara, por ejemplo, una proyeccin hacia el estrecho de

    Magallanes y el Cabo de Hornos, lugares que, si bien no estaban dominados por los espaoles,

    eran incluidos dentro de su esfera de influencia. Asimismo, tal como evidenciaron OHiggins yCarvallo, la integracin de la Araucana permitira la proyeccin hacia el oriente, para incorporar

    las inexploradas tierras de las pampas y Patagonia32. De all la importancia que adquiri la tierra

    mapuche dentro de su posicin en el continente. A partir de este diagnstico, los cuatro intelec-

    tuales consideraron pertinente elaborar un plan de intervencin poltica-territorial, con el fin de

    asimilar de manera efectiva esta frontera al sistema imperial.

    2.2. Elementos en comn en los cuatro proyectos

    El elemento central comn a los proyectos de Salas, Villarreal, Carvallo y OHiggins es la confi-

    guracin de una interpretacin y representacin del territorio fronterizo. En cada uno se plante

    la conformacin de un pensamiento geogrfico sistmico sobre el Reino de Chile. Dentro de este

    marco, la Araucana se integra a un todo territorial, con el objetivo de vertebrar el espacio con fines

    defensivos, polticos y econmicos. La frontera mapuche es comprendida e interpretada como un

    espacio por pacificar, integrndolo a las lgicas de la cultura, economa y poltica hispanocriollas.

    A pesar de sus diferentes enfoques, estos cuatro proyectos mantienen una estructura argu-

    mentativa similar. Cada uno de ellos comienza articulando su anlisis a partir de una descripcin

    geogrfica del territorio chileno, en general, y de la frontera mapuche, en particular. Segn

    Jaime Borja, este tipo de descripcin era pensada como una de las partes fundamentales de los

    discursos coloniales, que era empleada como mecanismo argumentativo con el fin de amplificar

    el problema sobre el cual se quera llamar la atencin y, con ello, persuadir al lector33. Dentro de

    esta descripcin, los proyectistas potencian la riqueza, fertilidad y bondad climtica del terri-

    torio del reino. Las palabras de Villarreal representan un ejemplo de lo sostenido al describir lariqueza mineral del reino: No es menos fecundo de minerales, pudiendo decirse de su terreno

    ser como una plancha de oro casi de la extensin del reino [] Es notoria la abundancia y buena

    calidad de las minas de cobre que se benefician en Coquimbo, y son muchsimas las que pueden

    labrarse en todo el reino34.

    Desde esta perspectiva, la necesidad de integrar todo el territorio en trminos econmicos es

    descrita de manera amplia por cada autor. El aprovechamiento de los recursos hdricos, mineros

    y agrcolas de todo el reino, en particular de la Frontera, es enfatizado en cada proyecto, cuestin

    especficamente importante para OHiggins, quien subrayaba la necesidad de utilizar todos los

    recursos, incluso los forestales, no ponderados por los otros intelectuales: y al sur del Rio Biobo,

    especialmente desde el ro Imperial por la costa de Arauco hasta Valdivia y Chilo, hay montescontinuados, cargados de Pellin o Roble, y otros rboles [] entre ellos muy adecuados para edifi-

    cios y construcciones de navos, palos masteleros, vergas, etc.35.

    32 OHiggins, Descripcin del Reino, 437;Carvallo, Memorial de Vicente Carvallo, 323.

    33 Jaime Borja, Idolatra, tirana y barbarie. La construccin del indgena en una crnica indiana, enPasseurs,mediadores culturales y agentes de la primera globalizacin en el Mundo Ibrico, siglos XVI-XIX, editado por Scar-lett OPhelan y Carmen Salazar-Soler (Lima: Editorial Pontificia Universidad Catlica del Per, 2005), 35.

    34 Villarreal, Representacin del Reino, 23.

    35 OHiggins, Descripcin del Reino, 432.

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    El segundo aspecto comn a los cuatro proyectos son los elementos de anlisis e interpreta-

    cin. Cada proyectista articul una completa argumentacin sobre el fracaso de los medios de

    contacto utilizados hasta ese momento, pero adems cada uno realiz una crtica importante a

    las formas de contacto fronterizas. Por ejemplo, Salas centr su crtica en la accin del Ejrcito, al

    argumentar que: los medios hasta aqu practicados no han tenido proporcin con el fin, pues porel de la guerra no se ha avanzado un palmo de tierra ms all de la barrera que siempre han tenido

    los indios, y el de la predicacin no ha cogido el fruto de un indio perfectamente convertido36.

    Otra de las crticas persistentes haca referencia al accionar de los capitanes de amigos, figu-

    ras vistas como negativas, que atentaban contra las relaciones pacficas hispano-mapuches. Por

    ejemplo, Para Salas, estos funcionarios son representados como tipos corruptos y negligentes que

    exacerban la animadversin de los indios contra los espaoles37. En tanto, para OHiggins se haca

    imperativo terminar todos los ultrajes38, mientras que para Villarreal era fundamental dar trato

    justo a los araucanos, y lleg a argumentar que convendra tratarlos como si fueran de nuestra

    propia nacin39, apuntando su crtica al rol de los funcionarios de la frontera. El comercio hispa-

    no-indgena tambin fue analizado por los proyectistas. Desde su visin ilustrada, fue visto como

    un elemento positivo que deba ser controlado por el estado colonial para hacerlo ms provechoso

    para el reino. En este mismo sentido, OHiggins y Carvallo sostenan la necesidad de fomentar

    industrias artesanales locales para hacer viables econmicamente estos proyectos40.

    La actividad misional tambin fue objeto de importantes crticas por parte de estos proyec-

    tistas, quienes argumentaban que, a pesar de la buena intencin de los religiosos, las misiones no

    haban logrado apaciguar a los indios, y mucho menos su evangelizacin41. As, OHiggins, Salas y

    Villarreal proponan supeditar el sistema misional al proyecto de reduccin de indios en pueblos42.

    Para Carvallo, quien escribi su proyecto luego de la rebelin de 1766 y de la expulsin de los jesui-

    tas de Amrica, esta empresa, adems de ftil, represent una verdadera carga econmica para la

    Corona. Segn este autor, la barbaridad de los araucanos impeda cualquier acto de sometimiento

    mediante la fe, pues afirmaba que nada ms se avanza con este mtodo que exponer lo sagrado alos riesgos del ultraje43.

    odas estas crticas se apoyaron en dos elementos centrales del discurso ilustrado. El primero

    radica en la importancia de la experiencia y la observacin. Las interpretaciones sobre el espacio

    mapuche que desarrollaron estos proyectistas se sostienen como crtica fundamentada, debido a

    la experiencia que cada uno tuvo. Ya sea como militar, en funciones burocrticas o religiosas, cada

    autor construy su interpretacin a partir de lo que vio y vivi. Por tanto, las representaciones

    construidas se validaron por esta misma experiencia. El segundo elemento clave son la funcionali-

    36 De Salas, Informe sobre el Reino, 127.

    37 Vase De Salas, Informe sobre el Reino, 118-119; Villarreal, Representacin del Reino, 42.

    38 OHiggins, Descripcin del Reino, 442-443.

    39 Villarreal, Representacin del Reino, 43.

    40 Vase OHiggins, Descripcin del Reino, 443; tambin, Carvallo, Memorial de Vicente Carvallo, 316.

    41 Villarreal no critica la actividad misional, sino el contexto de extorsin y abusos en los cuales se desarrolla.Vase Villarreal, Representacin del Reino, 41-42.

    42 Vase: OHiggins, Descripcin del Reino, 439; De Salas, Informe sobre el Reino, 127; Villarreal, Represen-tacin del Reino, 42-43.

    43 Carvallo, Memorial de Vicente Carvallo, 372.

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    72 Representaciones de un territorio. La frontera mapuche en los proyectos ilustrados del Reino de ChileNatalia Gndara

    dad y utilidad. Los autores comprendieron la necesidad poltica y militar de anexar estos territorios

    y, al mismo tiempo, concibieron su utilidad en trminos econmicos, productivos y estratgicos.

    Se trataba de incorporar el territorio al orden geoeconmico colonial y a los patrones culturales

    de la civilizacin hispana. Por ltimo, el tercer elemento transversal a estos cuatro proyectos fue la

    formacin de un plan de accin para incorporar de manera permanente la frontera a la soberanaterritorial del Reino de Chile. A partir de este diagnstico, cada proyectista propuso una serie de

    medidas para solucionar el problema que representaba el territorio independiente que habitaban

    las comunidades mapuches. Esto es lo que se revisar a continuacin.

    2.3. Soluciones al problema de la frontera

    Desde la perspectiva analtica de esta investigacin, es importante estudiar ahora cmo estos intelec-

    tuales entendieron la necesidad de integrar la frontera mapuche, con el fin de articularla econmica

    y polticamente con el resto del territorio del Reino de Chile y el Virreinato peruano. A partir de

    sus anlisis, los proyectistas comprendieron que el territorio mapuche no poda ser conquistado ni

    ocupado blicamente, pues los recursos militares eran limitados y no haba suficientes incentivos

    econmicos para el desarrollo de esta empresa. Segn los autores, no slo era necesario integrar este

    espacio intermedio que cortaba las comunicaciones del reino, impidiendo la continuidad terrestre,

    sino que tambin era importante hacer de este espacio un territorio productivo. Desde esta lgica, se

    pens en disear un plan a largo plazo con diferentes etapas que pudiera incorporar y asimilar paula-

    tinamente la frontera a la soberana poltica y territorial del sistema imperial hispano.

    Cada proyectista reflexion en torno a los medios ms favorables para lograr la integracin

    y anexin de la frontera mapuche. odos coincidieron en que las villas eran el mecanismo para

    lograr estos objetivos de forma pacfica y relativamente barata para las arcas imperiales. No slo

    pensaban que era importante profundizar el contacto con las comunidades ms inmediatas a la

    frontera como aquellas que vivan aledaas a los fuertes y haciendas espaoles, sino que tam-

    bin era fundamental la integracin de aquellas comunidades ms interiores con las que habamenos contacto e intercambio comercial. Por tanto, la primera medida que se plante, y la ms

    importante, fue la reduccin de las comunidades indgenas a pueblos. Se debe destacar que para

    los proyectistas, la reduccin de la poblacin era vista como un imperativo religioso, econmico y

    geopoltico para el progreso del reino. Por ello, la construccin de villas era entendida como una

    estrategia integral de control del espacio fronterizo y de su poblacin.

    La estrategia de reduccin de la poblacin en ciudades fue una constante de la poltica colo-

    nial hispana sobre los territorios americanos. Los historiadores han argumentado ampliamente

    que la organizacin socioterritorial de las colonias hispanoamericanas en ciudades tuvo un claro

    objetivo poltico-civilizatorio, que se transform en el eje territorial del proceso de aculturacin

    de las comunidades indgenas locales. al como lo sostiene Francisco de Solano, la conformacinde ncleos urbanos se torna fundamental para la conquista de Amrica, pues su funcin bsica es

    la potenciacin de los espacios, la ereccin de lugares de vigilancia y el establecimiento de una

    constante presencia de soberana44. Desde la visin ilustrada y utilitarista del siglo XVIII, la cons-

    truccin de villas tuvo la finalidad de organizar y transformar los territorios en unidades polticas

    y econmicas ms maniobrables y productivas. A partir de esta iniciativa, las autoridades borb-

    44 Francisco de Solano, Ciudades hispanoamericanas y pueblos de indios (Madrid:CSIC, 1990), 32.

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    nicas buscaron la integracin de todas las comunidades al sistema econmico, poltico y territorial

    del imperio. A travs de ella se lograban la civilizacin de las sociedades perifricas y la integra-

    cin de todos los espacios al sistema colonial. Adems, para Solano, la mayora de las fundaciones

    de pueblos hispanoamericanos durante el siglo XVIII tuvieron fines estratgicos, convirtindolas

    en puestos de avanzada, lmite y frontera45

    .El proceso de reduccin de las poblaciones indgenas debe ser comprendido entonces como

    una estrategia de transformacin y aculturacin del orden socioespacial indgena. La organizacin

    del territorio en ciudades posibilita la implementacin del orden colonial y legitima el control pol-

    tico, cultural y econmico de la administracin colonial. De acuerdo adems con Marta Herrera,

    con la creacin de pueblos de indios no slo se trataba de nuclear a la poblacin, sino de lograr

    que el ordenamiento de estos ncleos reflejara el sistema simblico de valores y jerarquas his-

    panas, de tal manera que legitimara el orden colonial46. La reduccin de la poblacin indgena a

    pueblos tena como fin pacificar y asimilar a las comunidades locales a la cultura y economa hispa-

    nocriollas, tal como lo mandaba la Real Ordenanza de 1573 de Felipe II. Con este documento, las

    autoridades metropolitanas instaron a colonizar y expandir el dominio indiano a partir de la fun-

    dacin de ciudades. Los proyectos de estos cuatro intelectuales hacen eco de estos argumentos, y

    para su anlisis se debe tomar en consideracin que esta Ordenanza no haba podido ser aplicada

    en Chile durante todo el siglo XVII y gran parte del siglo XVIII, por ser ste un territorio perif-

    rico, ruralizado y sometido constantemente a rebeliones indgenas y desastres naturales.

    Para estos proyectos, la estrategia de reduccin de los indios en pueblos posibilitara el control

    del territorio, hara ms eficiente la reparticin de los recursos, reforzara las medidas de defensa

    territorial y permitira la vida civilizada y cristiana de los sujetos. As lo sintetiza el jesuita Villa-

    rreal, quien pondera la estrategia poblacional no slo como un medio de sujecin efectivo, sino

    tambin pacfico, pues con la ereccin de pueblos en la frontera se ir minorando la idolatra, se

    ampliar la dominacin espaola sin gasto del erario, sin derramar sangre, ni colmar el infierno

    con las almas de aquellos infieles desdichados47. En tanto, para los proyectistas, la vida urbanaplanteaba una serie de beneficios tiles tanto para la administracin indiana como para los mismos

    pobladores. As, por ejemplo, Carvallo afirmaba que la vida urbana en las villas hara de estos

    pobladores sujetos civilizados y cristianos:

    Gustarn entonces el bien de la sociedad, y separados de la disparada dispersin en que viven, deja-

    rn la vida de fieras que ahora llevan. Se alejar de ellos la miseria y tendrn sus das alegres en medio

    de la abundancia. Establecern una perpetua reconciliacin con la quietud viviendo en nimo tran-

    45 La creacin de centros urbanos en todo el norte de Nueva Espaa obedece a este principio; el nacimiento deSan Antonio de Bjar en 1744, en exas, y la fundacin de San Francisco de la Alta California, en 1776, sonejemplos de esta poltica. ambin se construyeron ncleos urbanos en plena zona de indios, con el objetivo depacificar y civilizar estas fronteras. La fundacin de pueblos de indios en Paraguay a partir de 1789 es un ejem-plo de ello, al instalarse varias aldeas en urum con indios mbay, as como en imb, Naranjay y Meloda.Francisco Solano, Ciudades hispanoamericanas, 94. Adems, debe citarse el caso de la ciudad de Buenos Airesy su hinterland. Vase: Mariana Canedo, Fortines y pueblos en Buenos Aires del siglo XVIII: Una poltica deurbanizacin para la frontera?.Mundo Agrario 7, n. 13 (2007): s/p., .

    46 Ver: Marta Herrera, Ordenamiento espacial de los pueblos de indios: dominacin y resistencia en la sociedadcolonial.Revista Fronteras de la Historia2 (1998): 113-114.

    47 Villarreal, Representacin del Reino, 28.

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    74 Representaciones de un territorio. La frontera mapuche en los proyectos ilustrados del Reino de ChileNatalia Gndara

    quilo y sosegado [] Abjurarn el pernicioso libertinaje, cuya detestable prctica les hace desmentir

    la nacionalidad que gozan, y gustarn de la suavidad de la ley, que contiene al hombre en sus deberes.

    Y, para decirlo de una vez, abominarn unos la infame apostasa a que se abandonaron, y otros la ciega

    gentilidad, y se liberarn de la tirana con el que demonio les oprime48.

    En sintona con lo anterior, para OHiggins el espritu de poblaciones consista tambin en

    proteger el comercio, la agricultura y la industria49, mientras que para Villarreal la construccin de las

    villas fronterizas significaba para los indios la oportunidad de instruirse en los misterios de la fe, de

    frecuentar los sacramentos, y morir con ellos, y con un sacerdote que les ayude en aquel terrible paso.

    Podr el celo del cura y corregidor refrenar sus liviandades y castigar los hurtos y dems delitos50.

    Por otro lado, no debe olvidarse que para estos personajes ligados al poder colonial, la sujecin

    de la poblacin a la vida urbana se traduca en la incorporacin de estas comunidades a la vida

    civil y a la vida cristiana. Como argumenta Nieto, para los pensadores ilustrados hispanoameri-

    canos, el control de la poblacin, su educacin religiosa y su inclusin en un social civilizado,

    requiere de su incorporacin en las prcticas cristianas y por lo tanto la Iglesia como organismo

    del Estado, tiene una responsabilidad mayor51. Bajo esta lgica, la reduccin a pueblos y villas

    buscaba desarrollar una administracin efectiva de los recursos, asegurar el control de las comuni-

    dades indgenas no integradas hasta ese momento y potenciar el adoctrinamiento religioso de

    stas. Lo importante, desde esta perspectiva, es comprender que los intelectuales pensaban la vida

    urbana como la forma de vida civilizada, pues, tal como lo sostiene Villarreal, la vida en la ciudad

    es fundamento de toda felicidad que puede gozarse en la vida52.

    El control de la frontera, a partir de la reduccin de los indios en pueblos, significara al mismo

    tiempo la integracin comunicacional, la potenciacin del comercio y la conexin de los espa-

    cios aislados. En tal sentido, para Ambrosio OHiggins era urgente el conseguir el libre trnsito

    y comunicacin entre la Frontera y la Plaza de Valdivia con la facilidad de poder socorrer a esta

    en qualesquiera urgencia con tropa y vveres, objeto desde luego sumamente importante 53. A lamisma conclusin lleg Salas, quien planteaba que entre los grandes provechos que se reporta-

    ran de la reduccin de los indios y reforma del ejrcito, no fuera menos el principal que de esa

    manera se franqueasen los caminos y hubiese libre trnsito y comunicacin por tierra con Valdivia

    y Chilo54. Asimismo, OHiggins planteaba que el control de la Araucana permitira proyectar

    el dominio territorial hacia las pampas, la misma opinin que sostendra Carvallo aos ms tarde.

    Para llevar a cabo esta proyeccin territorial, ambos autores consideraban necesario trasladar la

    frontera hacia el sur y crear una serie de fuertes en la lnea fronteriza 55.

    La visin geoestratgica del territorio es un pilar fundamental para comprender el sentido de estos

    48 Carvallo, Memorial de Vicente Carvallo, 313.

    49 OHiggins, Descripcin del Reino, 439.

    50 Villarreal, Representacin del Reino, 28; De Salas, Informe sobre el Reino, 122.

    51 Mauricio Nieto, Orden natural y orden social: ciencia y poltica en el Semanario del Nuevo Reino de Granada (Madrid: CSIC, 2007), 189.

    52 Villarreal, Representacin del Reino, 24

    53 OHiggins, Descripcin del Reino, 436.

    54 De Salas, Informe sobre el Reino, 127; Villarreal, Representacin del Reino, 37.

    55 OHiggins, Descripcin del Reino, 436; Carvallo, Memorial de Vicente Carvallo, 328.

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    cuatro proyectos de integracin fronteriza. Los autores buscaban articular poltica y econmicamente

    todo el territorio, pues, tal como lo seala OHiggins, la verdadera defensa de Chile y de toda Amrica

    consiste en la multitud de sus poblaciones, su disposicin y modo de gobernarlas56. Segn, Nieto,

    Castao y Ojeda, el control del territorio y de la poblacin se transform en el principal objetivo de

    los proyectos ilustrados hispanoamericanos de la segunda mitad del siglo XVIII. El afn por constituirindividuos productivos para el reino se convierte en un problema poltico esencial: la necesidad de

    transformar la sociedad en una colectividad productiva trasciende su dimensin propiamente econ-

    mica y se inscribe dentro de un proyecto de civilizacin en el cual lo moral y lo material aparecen como

    esferas difcilmente separables57, cuestin particularmente apreciable en los proyecto de OHiggins

    y Carvallo. Desde una perspectiva pragmtica y utilitarista propia del pensamiento ilustrado his-

    pano, estos proyectos comprendieron la creacin de pueblos como herramientas esenciales para el

    fortalecimiento de la produccin y la asimilacin econmica de la Araucana.

    Al igual que OHiggins y Salas, Carvallo ponder las ventajas econmicas que traera al reino

    y al erario la incorporacin de este territorio a travs de la creacin de pueblos. En su argumen-

    tacin, el militar explica los beneficios del cese de hostilidades y establece que al crear pueblos se

    avanzara en el progreso del reino, al incorporar nuevos vasallos y al explotar nuevas tierras. En

    su proyecto, la creacin de pueblos en la frontera no slo ser calificada como til, sino tambin

    como indispensable para el progreso:

    entrarn al dominio de la agricultura los fertilsimos campos que jams fueron heridos de la punta

    del arado, y que se podrn trabajar las ricas minas de piedras preciosas, plata, oro y cobre que

    oculta su malicia [] recuperar ms de cien mil vasallos que se substrajeron de su obediencia al

    real erario, porque cesarn las contribuciones que hace a esta ingrata y prfida nacin. Recoger

    gruesas cantidades de derecho de alcabalas, y con el aumento de vecindario le tendrn de traba-

    jadores la agricultura y minera, y percibir el erario una considerable entrada de estos ramos58.

    Con el fin de llevar a cabo de forma efectiva la anexin de la Araucana, los intelectuales inte-graron la estrategia poblacional a una serie de medidas secundarias y subordinadas que permitiran

    reforzar el control de la poblacin y su territorio. Para ello, se deban optimizar los recursos y

    transformar las estrategias de contacto en la frontera. Por ejemplo, para Jos de Salas era vital

    reformar la accin del Ejrcito y redistribuir el Real Situado, ya que con estas medidas se lograra

    controlar la seguridad de la regin y del Ejrcito59. Junto con Villarreal, Salas consider impor-

    tante la incorporacin poltica de jefes y caciques mapuches, con el fin de darles una serie de

    honores y privilegios perpetuos propios de su supremo carcter60. La estrategia era realzar y esti-

    mular la jerarqua dentro de las comunidades, potenciando la figura del cacique, desarticulando,

    de esta manera, la sociabilidad ms horizontal propia de las comunidades indgenas de esta zona.

    En este mismo sentido, el autor consider relevante trasladar a los hijos de los caciques a centros

    56 OHiggins, Descripcin del Reino, 435.

    57 Mauricio Nieto, Paola Castao, Diana Ojeda,Ilustracin y orden social: el problema de la poblacin en el Se-manario de Nuevo Reino de Granada (1808-1810).Revista de Indias LXV, n. 235(2005):691.

    58 Carvallo, Memorial de Vicente Carvallo, 308.

    59 De Salas, Informe sobre el Reino, 125.

    60 Villarreal, Representacin del Reino, 44; Vase De Salas, Informe sobre el Reino, 122.

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    de estudios hispanos, con el fin de educarlos en los principios culturales del cristianismo61. Con

    esta estrategia se buscaba incorporar poltica y culturalmente a las nuevas generaciones de lderes

    de estas comunidades independientes.

    Por su parte, OHiggins planteaba la necesidad de organizar una intervencin del espacio

    mapuche articulado no slo en pueblos, sino tambin a partir de una lnea de fortines militarescon capacidad para contener cien familias, con el fin de asegurar la defensa de amenazas inter-

    nas y extranjeras y articular la comunicacin del territorio. Con este mtodo se podra lograr

    un trnsito expedito por toda la frontera interior llegando incluso a atravesar hasta las pampas,

    en la actual Argentina. Al respecto, el ingeniero argumentaba que con los fuertes no tendrn

    que temer los pasajeros, arrieros y conductores del comercio a Chile, y pueblos del Per en sus

    trnsitos desde Buenos Aires, de las incursiones, robos, que los indios de las pampas y la sierra

    estn continuamente haciendo contra los espaoles62. Desde la perspectiva de OHiggins, estas

    plazas fortificadas vendran a actuar como pequeos centros urbanos, porque no slo tendran

    una funcin de defensa del territorio, sino que seran lugares estratgicos de comercio, vigilancia y

    civilizacin. Lo que buscaba OHiggins con esta medida era el control de toda el rea habitada por

    las comunidades indgenas, ampliando su dominio hacia los espacios transcordilleranos.

    Los cuatro proyectos buscaban articular estas estrategias sin causar enfrentamientos blicos ni

    gastos al real erario; por el contrario, buscaban incorporarlas para fomentar su explotacin agrcola,

    mineral e incluso forestal. odos los autores se preocuparon por la viabilidad econmica del proyecto

    que presentaban. Por ejemplo, Carvallo y OHiggins plantearon la necesidad de fortalecer la integra-

    cin del territorio mapuche a partir de la generacin de una industria artesanal textil y la explotacin

    de los recursos mineros y forestales de la zona. Asimismo, se da cuenta de la importancia de brindar

    a estos nuevos pueblos fronterizos todos los recursos necesarios para la vida en estas comunidades.

    Por ejemplo, Carvallo crea que era fundamental para atraer poblacin y consolidar la empresa de

    fundaciones construir hospitales, iglesias y conventos religiosos, para as satisfacer las necesidades

    bsicas de los pobladores. Otra preocupacin fue la atraccin de ms poblacin a estas nuevas ciu-dades. Los intelectuales argumentaban que el xito del programa de fundacin de pueblos radicaba

    en la atraccin y mantencin de poblacin en estas nuevas villas. As, la solucin que dio Carvallo

    fue la potenciacin de la migracin de 1.400 familias, 700 de las cuales deban venir de Chilo, por

    ser gente robusta criada en el trabajo y por naturaleza industriosa y laboriosa63, y el resto, de los

    obispados de Santiago y Concepcin. De la misma opinin era Villarreal, quien deca que convena

    formar los diferentes pueblos con los mismos espaoles y mestizos de las islas de Chilo y los indios

    de las cercanas64. OHiggins, por su parte, promova tambin la migracin de extranjeros, con el fin

    de potenciar en la zona las industrias textil y forestal65.

    En definitiva, los cuatro proyectos basaron el control territorial hispano sobre la frontera

    mapuche en la instauracin de poblaciones. Junto con ello, plantearon tambin la realizacin de

    61 De Salas, Informe sobre el Reino, 125.

    62 OHiggins, Descripcin del Reino, 439. Para profundizar este tema, refirase a Daniel Villar y Juan Jim-nez, Un argel disimulado. Aucan y poder entre los corsarios de Mamil Mapu (segunda mitad del siglo XVIII).Nuevo Mundo Mundos Nuevos, Debates 2005, doi: dx.do.org/10.4000/nuevomundo.656.

    63 Carvallo, Memorial de Vicente Carvallo, 318.

    64 Villarreal, Representacin del Reino, 44.

    65 OHiggins, Descripcin del Reino, 443.

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    otras estrategias secundarias como la creacin de una lnea de fuertes en la frontera, la cooptacin

    de los lderes indgenas, la potenciacin de misiones para la evangelizacin de las comunidades no

    sometidas, la reforma del Ejrcito, en el caso de Salas, y la migracin de poblacin blanca y mestiza

    para fortalecer el sistema de pueblos ideado.

    Conclusiones

    La historiografa contempornea ha demostrado cmo en la frontera mapuche no hubo una poltica

    clara, un plan de accin estructurado por parte de los hispanocriollos para la incorporacin definitiva

    de este territorio y su poblacin, y ha acentuado, por otra parte, la existencia de una frontera viva din-

    mica y cambiante, en la cual ambos grupos interactuaban de acuerdo con sus intereses. No obstante

    estos avances historiogrficos, se han dejado de lado las imgenes y representaciones que se tenan

    de estos territorios. al como lo dice Margarita Garrido, contribuir al estudio de las representaciones

    implica entender las mltiples dimensiones tanto la econmica como la social y la cultural66, agregando,

    desde nuestra perspectiva, la dimensin espacial. Esto significa, entre otras cosas, preguntarse sobre los

    discursos y representaciones que modelan las prcticas sociales acerca del territorio.

    La importancia de estos proyectos radica, no en su impacto poltico, ni en la efectividad de las solu-

    ciones ideadas, sino en las nuevas interpretaciones que hicieron de un espacio territorial perifrico y

    fronterizo como el territorio mapuche de frontera hacia mediados del siglo XVIII. El objetivo de estos

    planes no era anexar este espacio en un afn imperialista, sino asimilar el territorio mapuche desde los

    criterios de la utilidad, el progreso y el orden, en un contexto de cambios del sistema internacional de

    poder y el inters ingls por avanzar sobre el Pacfico Sur. Estos planes son ledos como productos del

    discurso ilustrado y la mentalidad reformista del siglo XVIII. El mrito de estos autores se basa en la

    capacidad de discutir y replantearse las concepciones sobre el territorio y sus habitantes, en un con-

    texto cultural e intelectual que no acostumbraba a criticar a las autoridades y la tradicin.

    La relevancia histrica de cada uno es la articulacin de una visin territorial sistmica queconecta el denominado estado de Arauco con el territorio del reino y con las dinmicas del espa-

    cio de influencia hispana a nivel global. Chile, en cuanto colonia perifrica, tena valor dentro del

    espacio imperial como antemural del Virreinato peruano. A nivel local, la existencia del territorio

    mapuche molde el desarrollo histrico del reino. La emergencia de un Chile de paz al norte

    del ro Biobo y otro de guerra hacia el sur tuvo importantes efectos en el desarrollo econmico,

    poltico y social durante el perodo colonial. Como otras fronteras, el espacio controlado por las

    comunidades mapuches, hacia mediados del siglo XVIII, segua independiente, haciendo de esta

    regin una zona vulnerable a las invasiones extranjeras y a las rebeliones indgenas.

    Las representaciones que los intelectuales ilustrados construyeron sobre este espacio giran en

    torno a dos ejes: primero, su importancia geoestratgica, y segundo, su potencialidad econmica. Enestos proyectos se desarrolla una interpretacin de la frontera como un espacio problemtico, por

    cuanto representa una fractura en el sistema territorial del Reino de Chile. Segn los proyectistas, la

    existencia de este territorio controlado por comunidades independientes impeda la comunicacin

    terrestre, aislando las zonas de Valdivia y Chilo. Asimismo, en su diagnstico evidencian la vulne-

    rabilidad que significaba para la administracin local este espacio frente a las posibles amenazas de

    66 Garrido, La historia colonial, 43.

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    rebeliones de las comunidades que habitaban la frontera y sus interiores, y la potencial alianza que

    stas podan hacer con los enemigos de la Corona espaola. En trminos culturales, este espacio fue

    representado como un espacio sin polica, sin orden ni religin.

    Desde una perspectiva econmica, la frontera mapuche fue pensada como un territorio rico en

    recursos forestales, mineros y agrcolas, pero que aparece sin explotar. Para Salas y Villarreal, pero enespecial para Carvallo y OHiggins, la existencia de estos recursos legitimara la intervencin y ocupa-

    cin definitiva de este espacio a partir de una serie de estrategias y medidas ms eficientes. Los autores

    coincidieron en que la mejor forma de asimilar este espacio sera la reduccin de los indios en pueblos,

    que cumpliran dos funciones claves: por un lado, la dominacin e integracin de la Frontera y sus habi-

    tantes, y por otro, los pueblos seran la mxima empresa de defensa y seguridad del territorio. Con estos

    pueblos, los proyectistas buscaban apuntar a diversos objetivos: controlar efectivamente el territorio

    con el fin de asegurar la defensa del Pacfico Sur y eliminar las posibles rebeliones de las comunidades

    mapuches. Segundo, integrar la comunicacin terrestre del Reino de Chile, vertebrando el territorio

    de norte a sur, de Copiap a Valdivia. ercero, ahorrar recursos del erario fiscal y distribuir de mejor

    manera el situado. Cuarto, convertir a las poblaciones mapuches definitivamente al cristianismo y asi-

    milarlas a los cnones culturales hispanos. Por ltimo, los autores buscaban incorporar estos territorios

    al sistema econmico colonial, a partir de una explotacin de sus recursos naturales.

    El inters por parte de la monarqua espaola por las fronteras pone en evidencia una nueva

    relacin del imperio con el territorio americano, cuestin que se demuestra en la generacin de

    proyectos de expansin territorial, planes de defensa y reformas administrativas. Es en este sentido

    que resulta interesante apuntar cmo los ideales de orden, progreso y utilidad no slo se adaptaron

    a las reformas polticas, econmicas y administrativas llevadas a cabo por el Imperio espaol en

    Amrica, sino que stas tambin tuvieron un impacto en la forma de concebir y organizar el terri-

    torio, incluso en aquellos lugares como las fronteras del norte de Mxico y de Chile, que, si bien no

    estaban dominadas, eran consideradas igualmente como propias.

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    Natalia GndaraProfesora de Historia, Geografa y Ciencias Sociales de la Universidad de Valparaso (Chile). Magster

    en Historia del Instituto de Historia y Licenciada en Historia (mencin Ciencia Poltica) por la misma

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    10 (2013): 13-21. [email protected]