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DOCl1f'1f:~NTO DE TRABAJO .. " FROG1~1A FLACSO-SANTIAGO DE CHILE NUMERO 320, Octubre 1986. <:::::......
flACSO . Biblioteca
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. LOS PARADIGr~S EN EL ESTUDIO DEL ,
MILITARISMO EN AMERICA LATINA
Fernando Bustamante
....
Esta serie de Documentos es editada por el Programa de la Facultad Latino~mericana de Ciencias Sociales (FLACSO), en Santiago de Chile. Las opiniones que en los documentos se presentan, así como los análisis e interpretaciones que en ellos se contienen, son de la responsabilidad exclusiva de sus autores y no refleja necesariamente los puntos de vista de la Facultad.
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".:::~~dJ r ua el,()!::"me importancia en el desarrollo de los diversos
Los estudiosos del tema han intentado una
serie de: ,;~~tJJ.j,cé1.ciones y han creado una serie d o escuelas de pe}];
s am í C~1 t o :re specto a.'. t erna .. Estas escuelas contienen W1a serie
de modc l.os y supuestos interpretativos que orientan y regulan el
e s Fuor-z o cJ=~iicativo.
En 2St¡~ Go~unento se intenta \.:la.sificar y describir estos en
foques, procurando establecer los ejes en torno a los cuales se
di fC{'e::1c 'i an y ~n torno a los cuales s e relacionan. Ellos suponen
una serie de hip6t~sis implícitas sobre la naturaleza del proble
ma , cuya e Luc i clac i on puede ayudar a entender qué es lo 'LUe es tamos
hac ienclo cuando abo rd amos r~l tópico del militarismo.
H qz .-,e-a. ~; ~ut;;
.-. -'-" -. •.~• .....
INTRODUCCION
-. El tema de la presencia mili ta.r en la vida polí tica de los
países latinoamericanos. ha sido, casi desde la fundación de és
tos como entida.des políticas autónomas, un problema que recorre
su literatura, sus ciencias ,sociales y su periodismo, como un
tópico que no por ser casi obsesivo, deja de ser relevante aún
hoy en día; con tanta o más fuerza de lo que fuera en las épo
cas de Domingo Faustino Sarmiento y Bartolomé Mitre.
FLACSU - BibJiollCl
En los tiempos que corren, las FF .AA. r e t oz-nan por doquier
a sus cuarteles y toman una posición de aparen~e presciendencia
política. Sin embargo, no costaría mucho demostrar que este re
pliegue no las deja por complej:o libres de un papel político más
o menos encubierto, y que muchas veces (i.e. en Brasil, en Boli
vía), su ausencia del primer plano político no deja rle estar a
campanada por una acción sostenida y de gran alcance en la -. vida .: . '; ;",
cotidiana de i \ ' .-r : ,.
las instituciones y aparatos del Estado. Por otra
parte ": como lo demues.tran recientes acontecimientos en Perú y
Ecuador, no puede descartarse que el actual ciclo de "c i v i Li d ad "
en ascenso, no sea sino otro episodio como otros ya vividos en
los cuales el siempre elusivo ordenamiento democrático estable
parece a punto de alcanzarse a través delconL.nente. Estos epi
sodios de difusión del civilismo político, han sido invariable
mente seguidos por etapas donde el militarismo abierto ha sido
hegemónico. Véase sino el mapa de América La t i na a principios
de los iliios' 1960: en Venezuela, la dictadura de pérez Jimépez
había sido liquidada y los civiles estaban en el p.oder; en Co
lombia el bipartidismo liberal-conservador hab í a contenido el
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·lez: -;-~YL -""""-"". - -- .=-',:",..... ~ &- .:;;~ ........
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militarismo::-populista de Rojas Pinilla; en Ecuador, ''{"elasco Iba , .
rra inis:iaba su cuarto período presidencial después de más de
una década de inusitada estabilidad democrática en su país, En :.' .:
Perú el presidente Prado contenía las amenazas simultáneas del
aprlsmo y del odrismo, y la A~ción popular parecía ofrecer la . ": ,
esp~ranza de ~n ce~~ri?mo reformista dinámico, capaz de erigirse
en alternativa a ~os otros dos contendores irreductib~es, En .. ' '. .1. ,'.
Chile, Jorge Alessandri presidía sobre el sexto gobierno consti
tucional chileno consecutivo en un sistema que parecía haber al
canzado la misma es t ab i Li dad casi "natur-a í que el uruguayo y el''
costarricense, los cuales a ~u vez más se asemejaban a las demo
" cr-ac i as europeas de la segunda posguerra que a los crónicamente
inestables países de su propia región. . .
Finalmente, en Argentina, Bolivia y.Brasil, los civiles rete . r "/
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nían el pod~: con mayor o menor firmeza. Sólo Paraguay,con,.el: . ~ ~ . .
.-Gra~, Stroessner, ~parecía com~un islote anómalo y atrasado en
,este medio marcado por la "mar-ea democrática", Los palses cen
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troamericanos eran otra historia, mientras México, al margen de . . .'
la naturaleza misma de sus insti t uc í.ones represent;ativas, .s i al
go había logrado, era disciplinar y subo~dinar más plename~te r'
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que ningún otro país a sus fuerzas .armadas. '.. :.J .
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Lo ocu~rido con post~rioridad es de sobra conocido. Aunque" '" .. -:.";. ' .
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no se trata de caer en una visión fatalista de rtciclos" ineluc......~.:., •.;.i' ._..' I_r ;'.:~.
tables, la experiencia de losé'\!los 60, nos debe. llevar a evitar ". : . ," 1 .. : ( .•
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la tentación de pensar que la ~ler~ retirada de las FF. AA. a sus
actividades estrechamente profesionales, ahuyenta por ello y de
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.....
fLACSU - Biblioteca
Tradicionalmente, el tema de lo militar .fue para las elites
civiles de la regi6n objeto más de exorcismo que de estudio, más
de polémica que de d i á.l oqo , más de negación que de .í.nves t i qac i ón .
El despertar de esta auto~impuesta ignorancia óe los intelectua
les siempre fue tan rudo como inesperado'.
En los 'últimos treinta arlo s , sin embargo. la actitud 'polémi
ca de los Sarmiento, Mitre, l"[ontalvo, Gallegos, Encina entre mu
chos otros, fue'paulatinamente reemplazada por los primeros es
fuerzos sistemáticos por abordar el tema del militarismo en la
política desde una ?erspectiva que se quería mef's cercana a las •
ciencias sociales que germinaban en Europa y.los Estados Unidos.
En este pel':loc1o hañ surgido una serie de formas de ver el proble. ma que han competido y polemizado entre sí de maner-a vigorosa y
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;sin duda enriquecedor~. El plur~lismo de enfoques ha encontrado
c..::spbIle todojen América. Lat i na un campo de aplicación favorable.
Podríamos .'dcci:r:, que desde el puntO' de vista de las ciencias so
ciales contemporáne~sl América Latina h~ funcion.:\do como·una f1 a_
n01'nalía" kuhniana, l/ qUE! desemboca en una disputa inter-paradia
rná t í.c a al' estilo descri topor Lakatos y en su propia versión de
la lógic~ del desarrollo :de la ciencia.
El carácter "anómaLo" del caso latinoamericano tiene el si
guientefundament.o: la tradición liberal dominante en las cíen
c í.as polí tic as , a partir del siglo XIX, suponía que .Los: sis temas
políticos evOlucionaban en función del desarrollo general de la
sociedad y la economía de los p.,aíses. Cada etapa de desarrollo
se asociaría naturalmente a un cierto sistema de gobierno que le
·ser~a pr9pio Y adecuado. Esto, bajo formas distintas se halla
'presE?nte,en Comte, Spencer, los pluralistas'norteamericanos, :etc.,
'Y baj~ otra forma diferente en el propio marxismo. El desarro
,llO· .:gei.;gapi talismo Y de la "moder-rridad ti, debería conducir a ..la
paulatina implantación Y afianzamiento de las formas que la dem2
cracia liberal, civilista Y burguesa había desarrollado en los
pa~ses de capitalismo originario.
,La expec tat i va era de que a medida que América Latina, fuese
a!ej%ndos.~·~¡.el}:.yirt,ud del propio desarrollo de su modernidad: eC2
nómí.ca , dl?',sus fuentes oligárquicas, absolutistas y pat r-í.món í a
:l:e.~, tal. como estas s~ expresaban en la colonia Y sus sugervive!l
~. ~:C.i,as ,. el nu li tarismo Y el autori tarismo irían siendo desplazados
cpof.A~s ;~ormas clásicaS de democracia constitucional Y republic~
..Uí~J . ;:\:/1:'-~ ,. i.DJ lB ~ kBI liIm li88 .. ~ liB1 l'Iii d!i c.D ~
-5..'
na. Es de not~r que en esta visión el militarismo es interpreta
do con la misma mirada que los jacobinos y sus sucesores intelec
tuales ar-r-o j abar. sobre 1,). política del "Anc i en I(.égime;l. El mili
tarismo era visto como expresión c ombi.n.idn del absoLu t i smo rnoriá r
quico y del feudalismo que tenícJ. su soporte armado en ejércitos
fuertemente dirigidos y permeados por el espíri t.u del Estado pre
moderno. Militarismo y feudalismo, militarismo y conservaduris
mo, militarismo y estatismo absolutista, milita.rismo y estamento.
lismo t r-ad.i.ci ona I aparecían, como diadas concep-·
tualmente inextrincables. FUeso . Bibliot~
Del mlsmo modo se interpretaba dominantemente el militarismo . ~
latinoamericano. Era este un síntomll del atraso hi5:tórico de los
nuevos países del continente. Su desaparición era una consecuen
cia esperada de las leyes del desarrolloh~stórico que el pensa
miento heredero del racionalismo-ilruninista consideraban más oí .
menos rlsólidas tl •
Este- "op t i.rn i srno nist ór-í.co" se halla aún presente y tiene fuer
za tan tarde como en la década de los illíos 60. Un ejemplo•. 1,
parti
cularmente vivido de esta perspectiva y de las predicciones que
de ella se desprendían la tenemos en la obra de .l ohn .j ohnsori . l! ,."
~in embargo, fue cada vez más evidente ~,~ que la moderni 60.
ción y el de.sar-r-oLt.o c.el capi talismo en: Amér-í ca Latina no ;t.r~j e
ron las consecuencias esperadas. Así.comq¡no trajeron e~;4~~a
rrollo como se entendía en los países oe industrialización ...más
temprana (anomalía que trajo co;;'sigo la teoría de la dependencia
" . -6
íoal es t ruc turaj smo c ep a l i ano ) : en el p Lano político no traj e
,., ¡ron la eliminación de La polí t i c a de fuerza encar-nada en .Los re
. ... gímenes,mili tares o en su aplastante influencia sobre ,la,:esf;~l'a
" de la pol í t ca civil.í
" -. • ~ /; ', .1
"Este esc ánda ro teórico para la consciencia decimonónica de
lªs ciencias políticas, empieza a ser enfrentad~ desde distintas
vías y da origen a una serie de enfoques, no siempre mutuamente
excluyentes, q:ueprocurap. tener éxito en ajus taro: super-arvLas
dificultades que el sistema "p t oLemcí.co ". del liberalismo histo
ricista había traido consigo. El resto de esta ponencia está
de~tinada a pasar una apretada revi~ta a estas visiones competi
tivas .:
'-, .- . :.~ '.-" "
.. , t., :": Cªbe) , sin, emi)argo, señalar que aquí no me referiré él lo que
.comúnment;e se: entiende por J1escuela.s:1 doctrinarias. En otras
palabras, lo habitu.:ll ha sido oponer entidades tales como el mar
xismo contra la teoría de la modernización, o el hispanismo 11 ·::9j:·~ontra el cosmopolitismo 21, o el positivismo contra el estructu
_.j r·-!:alismo, . etc.
Lo que haremos aquí es diferente. Se trata, d,e ponerven ~e
lieve ciertos modelos de pensillniento que no son necesariamente
" teorías .en "s í. mismas, . sino modos de ver la realidad que pre!ig~
,ran y conf?~m.an de antemano las respuestas a las que se quiere
.. llega::r.Hás: que cuerpos de doctrina, son los lentes (ut Ldz andoí
una socorrida metáfora) con los cuales se examina el tem~;yque
: pueden muy bien hallarse,pre$cntes como supuestos compartidos en
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autores y t enctenc i as por 10 d~rnJ.s d i.s í mi.Lc s y has t a recíprocamen
te polémicos. Así I no s tocar:\. seríJ.lar el parecido que en a Lqurios
enfoques, hay ~ntre pOSlclones propl~s de analistas marxistas y
otros que nada quieren tener que ver con esta tendencia, así como
Las que, hay ent r-e v i s i.one s propias de apologis t as del mili t ar i smo
y de quienes Se presentan entre 'sus crí~icos. FLACSQ - Biblioteca
Estas visiones que c~la escuelo. combina de manera sui generis
han sido aquí bau t i z adcs de manora "ad hoc ". Se tratará de expli
c ar- lo que en el~_2.s permite semejante denominación. Esta lista
no pretende de. antemano ser oxhaus t Vi), sino que más bi en hace uní
balance .pz-ov i s-i onal y al cual perfectamente podrían darse al terna
tivas y recortes pe:-cfectaJl\entc vú i c os o plausibles. Estas son:í
la organización_/sic()-soci2.~; la instrwnentalista; la corporatis
ta; la J:.dealista/~st~tal; la .:eFofesionalista; la teleológico-fun
cionali5:!_ta y la !ealisté\/es_tré\té;Lica.
~erspectiVa S2~nizacional/sico-socii)l
IJa Segunda Guer~'a Mundiéll t r a jo aparej ados los primeros esfuer
zos s i s t cmá t i.co s por ap Li.c ar: las herramientas de la naciente socio
logía y de La sicologlA-social conduc tis t a al e s t ud i o "c i en t ífic o"
de las condicionantes que determinab¿m lél moral y la célpacidéld de
las unidades militélres en <1CCiÓll. Esté\ línea de estudios que el
famoso trabajo "The Arn.::,::,-·ican Soldier: r ej empLí f i.c a notoriamente §/, , .
confluye al termin.:'I.T el conflicto con los estudios destinados a
comprender las d~terminé1ntes de la conducta burocr6tica y de lélS
organizaciones formales. Aquí, 10 que se enfatizél es 81 ¿onjunto
de factores que conf'or'man una "cu.ítur-a organi z ac .i on.vL'". generada
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como resulto.do de la.s interacciones y'procesos funcionales que
"se dan en eJ. marco de Las r-ut i nas cor i.d i anas del personal. A
partir de este punto se cree poder deriv~r ciertos conocimientos
sobre la Porma cómo este :lethos: r Func í.oriar-Lo se t r aduce en ac t í
tudes, conocimientos y acciones dirigid-:\s hacia el medio :unbien
té circundll:1te, incluído en Qste el sistemw político. \,
Dentro de este lTI.:u'co, gozó de gr:1n influencia aqu~ll<l corrien
te de estudios surgida en torno a investigaciones sobre los efec
tos de una determinadasocialize:tción sobre las actitudes políti
cas básicas (subyacentes), tal es el Caso de los estudios sobre
-~ '~lIpersonalidad autori t ar í a'' de Adorno y sus colaboradores. '1/ El ~
medio militar és visto como un ámbito de resocializución de su
personal, en el cual se logra transformar al-individuo en otra
persona diferente a lu que era en lcJ. vida civil, y esta transfor
mación se logr:l no solo, ,ni-principalmente a. través de la indoc
trinación, sino que también a través del poder model~dor que re
visten cierta:; interacciones primarias que reproducen o-equivalen
funcionalmente- la esfera Pami.Lí.ar' en que, se educa al rrí.ño . El re
cluta o cadete- son vistos como objeto de estos poderosos procesos
'en los cuales, se lo convierte en una especie dE: "n.í.río" que- debe
transferir sus pulsiones afectivas y morales hacia sus superiores
y su institución a' fin de ser reconstruido como pcrsonalidud,en " >~ el proceso de: convertirse en miembro de III organización. Las. FF.
AA. son, vistas en este contexto como "ámb.í tos soc í.aj es rto t a Les :' . y Este término denota -una si t uac i ón social en la cual la -grarpma
yor-í c , sino t odas las .í nt ez-acc í.ories sociales significativas del
'O, individuo se realize:tn ~l interior de un solo grupo u organiz<:\.ci6n,
. -_ .. . . ' t., ..'.~ ~
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la cual provee y control~ tod~s las instanciAs necesarias para
el funcionamiento sico-soci:tl, y v~ces, incluso biológico del su
jeto. En este c~so -del cual l~s situaciones carcelarias consti
tuyen un e j omp lo par t LcuLa rmente po.rc:,-digmático-, no es t an impar
t an t e en t end er- La .inter-acc i ón de los mi cmbr-os de 1:1 orgrmización
con el mundo cxtra.-org::mizélcion<J.l. Es t o.s .in t er-acc i onos s<::rc1n vis
tas como efectos a ser explicados por rcferenciü él LJ.s int~raccio
conjunto de disposi ines y a la form~ción de una person~lidad y un
ciones en el seno de la organlz~clon. De este modd, la conducta ce
Ejemplo dey de un modo de vida interno.
política del militar, ser~ entendida como
explicaciones influi
fruto de una formación ~
f das o consonantes con este enfoque son aque Las que hacen referení
cia a 1.:1. "men t a Lí.dzid pru.s i ana': o los "va í or-es feudales:', o. .bí.en
al es tilo de r-e í ac i cnes interperson.::l1es "autoritarias n dentro de
los cuarteles, como causantes de las formas ue acción política
,de las F'F. Ah. hac i a su en torno. Se trata pues de uno. especie de
"m.i.c.r-oec onomí a moral [f de las Armas, cuya agregé\.ción permi te una
justa interpretación de las raíces de 1.:1. conducto. ob s e.rvada , Es
te enfoque derivé\. en proposlclones de política hacia los milita
res que pLant oan la necesidad de en.Ea t i z ar- 1.:1. educación y forma
ción del oficial de acuerdo a ciertos moldes o modelos con prefe
rencia a otros. As:í., se tratar6. dp cre;:J.r relaciones interperso
nales de unoou otro tipo a fin de estimular el desarrollo de ac
titudes congruentes hacia la sociedad civil y hacia sU$.agentes
políticos .: • "
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zÓr
Los problemas. de este enfoque son varios: se ha se~alado,la
dificultad que tiene para entender el surgimiento de la predomi
nanCla de tal o cual tipo de interacción al interior de los cuar
teles, los problemas '"que se siguen de asregar conductas indivi
·'duales a nive l macro, problemas empíricos tales como, por ej em
plo, el hecho de que ciertos ejércitos q~e comparten pautas de
socialización e interacción internas similares ejercen una pre
sencia en la.política nacional muy diferente, o que en circunstan
cias históricas distintas, un mismo ejército dotado de una rorma
ción sico-sociaJ. invariante actuará de maneras comp Letamentie opue~
tas, o al menos s~gnificativamente diferentes. Este conjunto de
problemas, y otros que omito aquí en aras de la brevedad, han lle
vado a un cierto eclipse de. la popularidad de estas explicaciones.
______40 _,','E1 Lns t.rumcnt a l í.smo
En esta perspectiva, se enfatiza el hecho de que la acción mi ) .
litar en la política debe ubicarse en el marco de las relaciones
de la institución castrense, como tal, dentro del marco de sus rela
ciones sociales con una sociedad civil, a su vez compuesta de gru
pos variados y competitivos, dotados de intereses contrapuestos.
Entender a las FF. AA. ' implica' entender el conjunto de intereses , "
... " (O,
sociales que buscan, a través' de ':'ellas, imponer su programa polí ti
co sobre el conjunto de los demás .c ' La" intervenció~: de las' FF. AA. , ,
en política se haría en aras de los intereses de terceros. Las -,
FF.AA. serían un instrumento, librazo armador! de algún grupo o co
alición de grupos civiles, En medio del "mar-emaqnum " de ros' in
tereses civiles en lucha, las FF.i\A. tendrían la particularidad
-·11
de no ser ellas mlsmasun interés al mlsrno nivel qué los otros.
Esta forma de pensar implica la existencia explícita o implíci
ta de una teorla más'gen~ral sobre la sociedad que, jW1tO con
establecer un mapa de los intereses y de su génesis (en torno a
qué ellos se estructuran), postula que la conducta política y ~
el Estado aparecen a partir de determinaciones que hallan .. su cu g 1:)
na en el seno de la sociedad civil. 10. racionalidad de acci6n a:l a
de los militares y su orientaci6n a metas políticas no nacería S'
de algún hecho relevante propio de su situación o (je su medio a ambiente moral interno. Estos últimos s610 explicarían los me
canlsmos por medio de los cuales los intereses civiles son trans
mitidos y se impon~na su interior. políticamente lo único inte
resante·de los militares consiste en sabe:r c6mo es que llegan a
definirse. por, tal o cUéll .facci6n o interés' s oc i e t a L, hasta con
vertirse,en·su brazo armado; Por lo demás comprender ~l' milita
rismo político nos'remite rápidamente a tratar de entenderlas
metas, sistemas de necesidades y aspiraciones de determinados ac
tores sociales que usan 2. los mili tares como recurso de poder ri~
ro. imponer sus soluciones políticas al resto de la sociedad y a
los grupos en lucha o competencia.
Esta perspectiva·tiene una serie de variantes, seríalaremos
,algunas: a) 10s militares son presentadoscomo;'agentes:1 de un
poder externo. Normalmente esto inVOlucra sostene1;',que las~con
duc t as de las FF. AA. son "t e Lec omaridadas " por un ac t orvextr-a-cs o
cietal o.alguna de sus ~gencias o ciudadanos particular~s (em
. presas, hombres de negocios, pollticos o colegas de otras FF.i-\A.
amigas) . Esta perspectj.va puede, pero no requiere, incluir 0.1"
;;;;;¡
·. -12
guna teoría "consp i r-ator i a L". La acción de los mili tares "tele
c omandados " puede ser fruto de una colusión directa, '}/ pero. pue
de ser también fruto de la internalización de una ideología co
mún, o de un deseo autónomo de defender dichos intereses extra
nacionales, o puede apoyarse en cosmovisiones confluyentes,. fru
.to de procesos de socialización organizacional compartidos 'y/o
dependientes. Estas acciones determinadas exógen~nente pueden
pues ser frutos ya sea del "complot:', o bien, ser expresión de
procesos más sutiles de hegemonía transnacional.
Esta interpretación es frecuente entre autores marxistas, na
cionalistas, conservadores, y a veces halla cabida en los ~náli
sis de part í.do s vpo Li ticos a t ravés del Tercer Hundo. la! ,b) El
mili t ar-i smo en po l í tita es visto como fruto. de la adhesión de
Las FE. AA. al proyecto o a los valores de algún grupo interno,
nacional. A su vez hay aquí la tentación "consp í r-at or-í af ", si
bien, lo más específico en esta variante es la idea de que el mi
litarismo, en toda sus formas, constituye un vehículo de confor
mación y consolidación del poder (y hasta la hegemonía) de deter
minados contrincantes políticos definidos societalmente. Por al
gún mecanismo: origen de clase de los oficiales, socialización
en valores de clase o grupo, convergencia objetiva de intereses
institucionales, rutina, política etc., los militares desarrolla
rían una afi~idad electiva hacia los intereses de ciertas clases
o grupos y actuarían como sus agentes en el nivel del Estado.
Hay distintas variantes aquí según cual sea el mecanismo ~~ tran~
misión de la influencia civil hacia los cuarteles, o según cuál
sea la clase que supuestamente canalizaría su búsqueda de poder a
,13-
través de los cuarteles. 'Jna tesis dí:.: gran impacto ha sido la
de "el goJpe mili tar de clase median propuesta por Nun,····· .
' T l~ -1/Huntlngton y vOIlnson. ~~ Sll (;st;:; caso 1 se? trata de sostener
que las FF.AA. han constituido el mecanismo "
funcionalmente más
adecuado en j'IJ'10::::,'j ca :":i:1,tina para imponer la' hegemonía y el pro
yecto de desarrollo de los grupos medios contra las oligarquías
-tradicionales. f:l.4cso
'8i~ Los militare?s son vistos corno el "brazo armado" de las nuc ~t€t:i
. , vas clases que surgen de la modernizaci6n socioecon6mica, pero
que son incapaces de imponerse directamentc a la vieja estructu
ra de dominación. La i.:ltervención mili -;':C\.r a favor de los pro
gramas y de las perspectivas de la clase media es el sustituto
de las deficiencias hegemónicas que su particular historia impo
ne a estas clases. El recurso de rodar faltantc en su práctica
ísocial "y política directa es sup ido por las FF'. ML Estas úl ti
m-as pueden ser descritas como pcr-t cncc i.cn t c s ella.s mismas a la .r
clase media, y su acci6n seY':L3 entonces una man i Fe s t ac i óri d e
°solidaridad rl de clase, () bien debido a procesos locales de
transmisi6n de valores y de satelizaci6n intelectual y moral de
los cuadros ca~trenses.
e) Existe otr~ corriente en la cual, los militares son V1S
tos como agentes de gnlpos dominantes. En vez de ser vistos ca ,
mo factores des~stabilizantcs del sistema de estrati2i¿~ci6n , '
del poder pre-existente se les asigna la propensi6n a ser bási, . ,.-- r
camente los sos t oncdoxcs de las hegemonías ya e s t ab Lec i.de.s pre·
viamente por otros conductos. En Cst8 sentido deben distinguir
-14- " ..
se entre las líneas que ven en los militares sostenedores'prefe
renciales de las clases dominantes tradicionales, prc-capitalis
tas (las "o Li qar-qu.ías " 12/), de los que tienden a ver su inte:r
vención en la política como resultado de los esfuerzos de nuevos
grupos dominantes (fracciones nuevas, monopólicas, transnaciona
ljzadas) por reorganizar ei sistema de poder a espaldas de grupos
dominantes tradicionales, pero ~in por ello entregar el Estado a
la influencia de sectores subordinados o intermedios ll/.
Esta última variante ha sido frecue~te entre las explicaci~
nes de corte marxista, pero no es exclusiva de los autores de
esta escuela. Existen vertientes más recientes de teorías de la
modernización donde estos tipos de análisis se hallan de alguna
manera presentes l:j/ .
. -, d ) Finalmente, existen modalidades de la explicación ;'instI']¿
mentalista~', que suponen la participación política de los milita
res como expresión de intereses socictales, pero quena analizan v a estos últimos ~n términos de clase, sino que hacen un corte de
la sociedad civil en el· que se privilegia el rol de elites comp~
ti tivas (escuela :1eli tis taa), grupos de presión (escueta ptur'a
lista), grupos étnicos o religiosos. En el caso de estos últimos,
se puede constatar que son mucho más frecuentes entre autores c~ ,
yas experiencias de observación iniciales han tenido como escena.. .
rio ·los países africanos o asiáticos l2/. Aquí también ex i ste
una división .ent r-e quienes postulan una a Lí.anz.a de los mili tares ;~
con los sectores tltradicionales!l de la sociedad 1:§/, y quienes
los ven más bien aliados con los grupos emergentes o marginales
a los arreglos (~C dom¿_n::::.c~_óYl p o Li tic a v i o cn t c s . En todo caso,
en todas c s t as vcr-s íonos I C:~. h i Lo conductor común estriba en -,
que los mili t ·-T~S son "Ji s LOS CGfI\ui.l1S t .i. tuc .i óri al servicio de r n
tereses societ2-:.ec; ueYleyaJos y pr0pulsaJos deséle fuera de los
cuarteles, cualquj~r~ que sea el mecanj.smo por el cual el mili
tar es :::r~C1Hta.c10:1 pal'2. servir de agente promotor del interés
.civil respectivo. FLACSU - Biblioteca
.~2~r.r.:.0.8:.~n g~J.~S:2.;.L~por,::,.tismonpredat:orio:! o los mili tares al
servis).o q~~.Y~.S2.Ei-.9 :~n!er~~
Esta persp~ctiva e~fatiza que las raices de la actividad po ,
lí tica de los mili t are s deben buscarse en la naturaleza de los
.i n t er'e s e s propios d'3 las F~;·. AA. como grupo social que pos ee as
piraciones y metas qUE: no pueden reducirse a mero "reflejo;' del
de otros gru'[)os"
.!\qui se: mant i erie 12. perspcctiv21 sociológica del modelo "ins
trumentalis t a " . La razón de ser de la actividad política sigue . . . .
estand~ en la. p r on... oci(S~ <le Ln t ere s e s soc i.e ta.Le s , el t e j ido de
la sociedad sigue siendo el motor ~ltimo de lo político. Pero, " -; 0.
adife~encia del raradigma'ant~rio:r, los ~ilitares pasan a ser . . ~ ,
parte del campo de fu~rz¿s y un grupo de lnteres mas, que en vez
de representar a otros, se representa antes que nada a si mismo, • . ,.1" '-; .; :
y que solo represen~.a a otros en la medida en que hay de por me
dio una relación de a l anz a si/. En estas relaciones de alianí
Za, los militares estarían de-2.cuerdo en promo"','er interes~s de
sus aliados civiles, a cambio de similar sostén en lo q~~ guar
da relación de SlJ.S propios intereses corno grupo definido al ni
·...
-16
vel de la sociedad civil. Los militares entrarian en conductas
coalicionales' armados con su propia agenda de prioridades que
tienen por objeto su propio bienestar o promoción como grupo so
cial, funcional y económico. Sus aliados serian aquellos que
instrwnentalmente sean capaces de ofrecerles mejores perspecti
vas de maximizar las funciones de bienestar corporativo que los
coalicionales r ~ armados definirian como su óptimo deseable.
La actuación..de los mili tares estaría determinada por la mo
tivación de awnentar su rol comu grupo, asegurarse un cierto ni
vel de acceso a recursos económicos y de poder, prestigio e in
fluencia, asi como de asegurarse el tipo de medios que conside
ran adecuados para el cumplimiento de sus funciones corporativo
profesionales.
El lazo con otros grupos se entiende ya no como fruto de una
hegemonia ideo16gica o de un com~n origen, sino como resultado
de los cálculos de costo-beneficio que como ¡factores económicos
maxi.mí.z ador-es " realizarían los mili tares. De ser los agentes
inconscie~tes de la historia de otros, pasan a ser actores raci2 .. nales, conscientes y egoístas que estarian orientados básicamen
te por la con~ecución de sus propias metas autodeterminadas.
Dentro de esta familia de explicaciones pueden dtstinguirse
las siguientes variantes: a) Aquel interés sustantivo que los
oficiales desearían maximizar a través de su actividad politica
sería el inter~s personal y la promoción de la función de bienes
tar de los altos mandos, de una clique de oficiales, o de su co
, "
-17 -
mandan te en jefe. Es tu. L:~~pllcación aparece con par-t i cular énfa
SlS en aquellos p-studios que tienen en mente la experiencia de
países africcnos o centroameric?nos. Sin embargo; es en oca
si6n llevado m~s all~, gener~lmente en asociación con visiones -,
conspiratoriales o de análisis elitistas. Lo que constituye el
contenido moraJ. de la actividad militar es el inter~s personal,
particular de los altos mandos o grupos dentro de los altosman
dos. Debe dejarse en claro, s i n embargo, que este interés per-.,.,
sonal no necesariamente debe ser de carácter venal. El c~rác- ~ en o
ter sustantivo de lo que los dirigentes corporativos persiguen ::J,j
puede ser prestigio, p¿der,promoci6n social, bienes cconómicosi
o incluso imponer alguna noción ideosincrática de la moralidad i o del bien (figura de:;' tirano "nor-a.í í.s t a "}. b ) Esta defensa de
intereses particulares se hace extensiva a todo el personal del
instituto militar. En otru.s palabras, la política de las FF.AA. -,
puede s e.r vista como 12.. p r-omoc ón agregada de los intereses deí
bienestar de todo' el cuerpo a.rmado, mejor dicho, de todos sus in
tegrantes en tanto personas pri 'ladas. Ahor-a el poder mili tal' no
solo que es utilizado para sostener las ambiciones de un restrin
gidogrupo de illtus mandos, sino que todo el aparato se presenta
involucrado en la repartición de beneficios. En esta perspecti
va ya no se abr-e una cues t i.ón que quedaba .impLfc íta en la ver-s ión
"a". En esta última se debe preguntar cómo la eli te dirigen te de
las FF.AA. logra captar y mantener el apoyo del resto de la oro-ª.
nizaci6n castrense, en vistas que esta no aparece beneficiá~dose ,
igualmente de los Erutos de la presencia política de los-prime
ros. Aquí, en la medida que se trata de un sistema generaliza-,
do de reparto de despojos, tal cuestión puede darse como resuel
... -Hl
ta por postulado.
c ) La variante "pro.Pc s i ona l i s t a" de la tesis del cor-p or-at í s
mo. En esta variante, ya no se trata de explicar la actividad
pOlitica militar por referencia a la utilización que hacen sus
miembros de los recursos organizacionales para defender sus in
tereses personales (sean estos agregados i.e. Guardia Nacional
somocista, o restringidos, dictadura Garcia Heza en Bolivia). ,r , ,Aqui se trata de quelás FF .1\1\. ac tuar-í an sobre la base de la de
,fensa de sus intereses en tanto corporación profesional. No se
trataría tanto de la defensa del interés personal de sus indivi
duos, sino de la def~nsa de aquellos que es bueno para las orga
nizaciones castrenses independientemente del bienestar de sus in
, t.egrantes. Aquí cabe por ejemplo que se presenten conductas' "aL
.truis tas (1 o sacrificadas por parte de los oficiales "por el bien
d.e la institución:!. El horizonte mental y atitudinal de los ofi
ciales estaría estructurado en torno al 'imperativo ético de la
defensa de la situación de las FF.AA. en tanto estructura imper
.sqnal, cuyas funciones trascienden con mucho la ventaja de sus
integrantes., El rol poLí t i co de los oficiales se entendería en
'función del imperativo de asegurar el bien de las FF.&\., defini •
do éste de acuerdo a alguna serie de nociones generales e imper
sonales sobre lo que constituye la esencia ,trascendental de 'ta
l~s institu~iones ~.
Generalmente, 'existe aquí el supuesto de que el bien ~ue se
trata de maximizar es la defensa o seguridad nacional, de la cual
las FF.AA. serían, en todo caso, elemento central. De este modo
-19
puede haber un s upues t o aquí, de que la d cfcns a d e L interés COI'
porativo está lig~do a la d~fensa de una noción del bien com~n
estatal, pero esto no es necesario. Basta que se considere ne'. .
cesario defender la posici6n social y ccon6mica de l~s institu
ciones armadas, sea cual sea (;1 discurso o la conexión obj~tiva
entre esta defensa corporativa y las necesidades de la defensa
<nacional, pudiendo incluso llegarse a producir divergencias en
tre ambos planos. El punto aquí, es que de haber conflicto, los
militares preferirán actuar para d~fendcr a su aparato organiza
cional, a~n a costa de sacrificar el bien com~n y el 8stado; por
ejemplo tr-aycnrlo aliados externos que pueden ayud ar-Los él defen
derse de una amenaza interna, aunque ello pueda implicar una le
sión a la s ober-an í a nacional. l. e. 81 peso eX,tgerado que el régi
meE de Banzer en Bolivia dio u los intereses argentinos y brasi
leros en aras del apoyo que sus FF .s»: Y sector empresarial le da ~- .... .
ban para mantener a raya a los e~emig~s internos del régimen mi
litar, con costos sobre la soberanía boliviana. FLACSU . tsl~jotD
Los militares como elite orq~nica estatista
En la perspectiva "cor-p cr-at i s t a ". los val o.re s políticos que
rigen la conducta de .las FF. i\.A. pueden ser vistos como el resul
tado de una "Fe t i ch.í z ac i ón" moral de 12. institución (en el caso
más favorable y de sus miembros, en el menos favorable). Las
FF.AA. se deben al Estado, pero el instrumento se convierte en
el medio, ~n una clásica inversi6n de la relación medios-fines.
Se asume que el bien del instrumento puede ser interpretado
"tout-court n como el bien del objetivo (el Estado, el bien co
~. :t-~.
-20- ... , .
mÚll); al punto que la problematicidad iill1erente a toda relación
.ins t r'ument a I o med.iadora se pierde y se ocul t a ,
" :
En c.unb i.o , en la perspectiva que presentamos en este acápi
te, la acción política de los mili t are s en función del "Ln t er-é s
de estado~', no sufre de los efectos citados unteriormente. Tal
como ha sido utilizada por a~tores como Horowitz. y Trimberger
l:...2/, Finer 20/, Rouquie 1l/, V2..ras, e t . al. ~~/,. el interés carpo
rativo no logra eclipsar a las necesidades e imperativos que se
.~esprenden de las necesidades de organización política de:la :he
gemonía y poder del Estado nacional.
De acuerdo con esto, la ccnduc t a polí ticade los militares
.. ,' estará regida por alguna formulación o máxima que ponga en. el
centro de sus preocupaciones la "vocac i ón" y la "saqz-ada misión"
del militar de defender y promover el desarrollo del Estado, de
r acue.rdo con alguna definición más o menos sustantiva -conscien
te o inconsciente- de qué sería aquello que constituiría el des
tino y la esencia inmanente del "aLma" del Estado.
La formación de los mili t are s como. grupo po.í í t í.camente acti
vo se entendería no tillltO desde tm~ perspectiva propia de la
"soc í.ed ad c i.v í L'", esto es, como grupq definido en torno a intere '..
;, ". ses particulares que hace valer frente o a través del Estadq;
, . '." '. , ., ~
con el cual establecerla una relacion de exterioridad prud~ncial;
sino que, al ~ontrario, deberíu. entenders~ como proceso de .forma
ción de una capa especializada de intelectuales de Estado, cuyo i :
interés particular coincidiera, en medida, con una noción ideal t,
" ,, • l
r.6 !LB 11. ,
-21
, ,.
respecto al inter6s universal de la asoci~ci6n política como
tal. Por lo tanto, las VI;'. ",-,'\. deben c::ntendcrse como apor-n t o de
Estado, no cerno grupo s oc i a t . .su modo de.; existir social podría
entenderse mejor él la luz de su autoconsciencia y de su conscien
cia respecto a su función estatal/universal y como apelrato polí
tico. SU,acci6n - de acu~rdo con esto - s610 puede hacerse int2
ligible en términos del proyecto ético-político que las motiva y
que ellas adoptan como suyo, intentando imputárselo al Estado, y
a t r avós de és t a a la riac ión. El problema de los r-umbos pol í t i
cos de la institución militar debe, entonces, verse como resulta
do de las luchas societalesy culturales en torno él la defini
ción del contenido sustantivo de aquel interés del cual las FF.
lll\. serían ;lguardicl.YJ.es" él la mancra de una "e as ta s ac er'do t a I.'". fLACSU - 13IDIIOtet::a
Por lo tanto, las FF.AA. pueden ser explicadas mucho' mejor
mediante una descripción del proceso de formación y adopción' de
una ser~e de valores e ideales no particularistas que constitui
rían la base del fU.11cionamiento objetivo de la oficialidad como
grupo de. funcionarios de estado.
En esta perspectiva, los mjlitares no soninstnuncntos de
terceros, ni menos agentes maximizadores de sus utilidades pri
vadas o corporativas particulares, sino que actores que priori
zan sus conductas y actitudes de acuerdo con percepciones espe
c í Picas referentes a aJ_guna máxima ética de car-ác t cr-rceteqór-Lco
y que tiene la figura del Estado-nación como objeto cat&ctico
dominante. . ,~
-·2'2
, Aquí también existen posibles variantes. La propia autocon
sc~en~ia ideológica de Jos lnilitares tiende a ver -especial~ente
~ través de doctrinas cemo la de La "seguridad nacional ;'- la re
lacióh' entre la devoción militar y el interés nacional como no
··problemá.tica. El culto mili tar del Estado definiría la substan
cia ética de éste, y esta sustancia ética se impondría, circular
mente, como imperativo moral de la acción del militar. Este se
ría una especie de :'idealismo mst i co " a través del cual las FF.
AA. tenderían a autoexplicarse. ¡.
Exis te, .. sin embargo, o tr-a ve-rsión de es te enfoque; que si
bien·reconoce que a nivel:'rriotivacional-valórico la forma de la
:lsagrada misión ll puede· tener una eficacia positiva en definir
los parámetros de la conducta política del militar, reconoce que
la semántica de la rlsag-rada mis i ón" constituye tan solo un marco
cate~orial de la apercepci6n del sujeto, pero que no define a
priori como necesario ningún contenido determinado. Así, en nom
bre de la seguridad nacional se puede impulsar la reforma agra
r-i a (Perú, Ecuador) o Li.qui.darLa (Chile). En otras palabras, la
explicación "LdeaLí s t a" es más que una mera tautología, solo si
reconocemos en la "sagrada misión!' solo un marco o registro
en ·el cual debe Lrnpos t ar-s etcua í qu i.er- discurso que pretenda fa:!':..
mar la opinión de los oficiales, de donde quiera que este dis
curso venga. El sentido concreto y la implementación contex~
tual; que los actores den a~este principio ético de devoción al
Estado, .deberá ser recons truido y reformulado en cada caso-y ca
yuntura, y debe ser visto como un objeto de lucha tanto social,
como intelectual y corporativa, con su contenido como trofeo.
. ,
¡ -23
En cada c r-cuns t anc i a histórica, el contenido sustantivo delí
-,
supremo interés del Estado es objeto de una re-elaboración y de
una lucha cultural/discursiva, en la cual los militares son a la
vez sujeto y objeto, y a rrav&s de la cual se constituyen en tan
to tales. De todos medos, la noción genérica de la misión tras
cendental de los militares frente al estado es un molde sin el
cual ningún discurso colectivo puede aspirar n1 a constituir a
las FF.AA., ni a motivar su acción pOlítica. Su car~cter abstrac
to y apriorístico, es precisamente lo que permite que se convier
ta en campo de luchas históricas y en posible'máxima legitimadora
de una forma determinada de organizar e institucionalizar de mane
ra universalista a la corporación militar. fLACSO . UitllJotee.s
Cabe terminar sefíalando, que en esta perspectiva, la forma
ción social de los militares puede fácilmente ser visto corno un
acápite dentro del tema más general del proceso de formación de
10s'intelectu2..1es y otros fu.ncionarios públicos de la cultura. ; l.'
Este paradigma se asocia sobretodo a las primeras formula
ciones de Huntington ~11 sobre el tema, a ~ucian Pye ~ y se
halla también presente en la obra de Alfred Stepan ~ .
. ' ..'.'
Hientras en el c:nfoque anterior, los militares actúan sobre 1 f.-}' 1
la política en virtud de un .compromiso valórico con una visión
pOlítica del Estaq.o-Nacional que sienten es el deber y :lraison
d t e t r-e " de sus instituciones; aquí, la politicidad de la'~ FF.AA.
sería el reflejo o subproducto no anticipado de las caracterís
1 . -
·~-..... 11 •••·· ••••·'.·f e...
-24
ticas sustantivas de su quehac~r técnico en tanto conjunto de
pr~~tic~s profesionales. En este contexto la pr~ctica profesio
nal se entiende como una manera de hacer o ejecutar unata~ea
especializada, definida por objetivos y métodos a-políticos.
Se trata de un ej erc i c í o qe la "tecrie " más que de la. "prax i s " . ,. . ..
-acción racional guiada por fines morales y orientados a,l¿l_co.-".
munidad-. Es la racionalidad de la "t ecrie " -acción racional o
rientada a una producci.ón vest i.da en cosas, objetivos, más que
sentidos-, la que definiría la esencia o diferencia específica
de "Lo " mili tar . Lo mili tar sería un oficio definido por su ob
jetivo "técnico fl y por sus medios instrumentales-materiales.
La "pr-e s i.óri" militar sobre la esfera pol í tica sería fruto de
la necesidad de los mili tares de resolver quiebres y dísPunc í.o
nes que resultarían de urt desarrollo asincrónico entre.la Pmoder
nización" y la lógica racional-instrumental prevaleciente en los
cuarteles (:!islotes <ie modernidad"), y la incapacidad de la so
ciedad política civil para proporcionarles a las FF.AA. en entor
no compatible y congruente.
Sociedades tradicionales, adscriptivas, no-racionales no so
lo no proporcionarían a las FF .I\A. los medios y condiciones para
su desempeño en tanto "qui s t es" de modernidad en el seno de la
nación, sino~ que amenazaría con ser factores de disolución y-de
"cor-rupc í.ón" generada desde fuera. En aras de su prop~a super
vivencia como grup~ "t écní.co" definido de acuerdo a normas ;:ra
cional-instrumentales, los militares se verían impelidos, casi
a pesar suyo a 'tomar responsabilidades en el proceso de incubar
t ut~",v - ulllJloteca
-25-. #
'
t .'
y forzar el dGsarrollo de una sociedad y de un estado donde pri
maran las mi snias normas que al interior de los cuarteles I
y hagan p os i b Le :el desarrollo insti tucional de las FF . ¡V\. como
, profesió~, o sea: como "modo de hac cr-" , como productores de t e.rrni.na
dos de cierto bien:' seguriGad/soberanía/disuasión, etc.'
En este sentido, sin embargo, se sertala, que la modernizaci6n
-bas ada en una definición de rol basada en la e spec i a.í í z ac i ón , efi
ciencia,~ficacia, identidad como'corporaci6n profe~ional y ~enti
do de responsabilidad; llGva al espontáneo desarrollo de ~n deseo
de no inmiscuirsG en pOlítica, y hacia el desarrollo de FF.AA, no
~-....-intervencionistas, FLACSQ - 8iblioteca
-,
De hecho, en contraste con el enfoque precedente, la interven -,
ci6n militar en'política te~dria como objeto crear las condicio-,
nes para que, en el futuro, los militares puedan dedicarse a su
labor t~cnico-profesionalqueincluyela abstención frente a los
grandes problemas va í or-í.cos de la pol tica. El horizonte éticoí
del militar consiste en la búsqueda de un estado de cosas, en el
cual no- pueda ni tcmga por qué ser po t i co . Lo esencial y consí í
~ti tutiva -de las FF. 1\1'1., -al menes como aspiraci6n inmanente- sería
la creación d~ ¡~sta asepsia frente a lo ~tico-universalista,-para
podeTdesa~roll~r sus propios valores de naturaleza apolítica e
instrumental. Nientras en elenfbque "LdeaLí s t a " la raz6n de ser
militar estaba radicada en la lucha por definir e imponer valores
,~tico-politicosl en este caso, está dada por la neCesidad de po,
del' sustraerse a tal campo de preocupaciones, que le serlan por
naturaleza extralÍos y perturbadores;
-'
-26
e ...
En esta pt2rspectiva los int2res0s particulares de·las F;F;AA.
sólo existen en el s~ntido 2strecho de la defensa de laautono
mía profesional, en una reivindicación de "no-d rrt er-Per-enc a" porí
parte de terceros. Por lo tanto, si bien al igual quelayisión
"cor-por-a t i s t a.', se concibe que los mili tares sean movidos. por in
tereses :'gremiales", estos intereses se circunscriben no tanto a
. la defensa del grupo en tanto colectividad humana concreta, sino
a la dePens a .. ,de un "saberc-hac er-" , de una tecnología o pr o.Eesí.ón • • __ o , Se trata de la defensa de .'(alores universalistas, pero no colec
tivos. Estos valores universalistas no se refieren a nociones
de bien com~n o a la esfera del 8stado; sino que se parecen m~s
a la defensa de un "e t hos " segmental, como, por ejemplo, .la éti
ca científica o la ética médica o la ética propia del clérigo.
Se trata de valores un í ver-s a I í.s t as pero sólo vát dos .den t ro deí
la. estrecha esfera del ~bito de los quehaceres de un grupo de es
pecialist~s, cada uno de los cuales est~consagrado a un valor
trascendental, impersonal, altruista, pero que sólo concierne· a
él y a su~pares. Por ejemplo, se entiende que un científico se
"sac r-i Pi.que " en aras de la verdad (Galileo); pero tal conducta
no se pide ni espera de' un lego, '0 que un médico se "sacr-í.Eí que "
, por sus enfermos; pero ello no se espera de otros sectores de ,la
sociedad. Asimismo, habría un conjunto de valores superiores en :
aras de los cuales el militar debería estar dispuesto a sacrifi
c ars e ; pero es t cs se entienden como aplicables para ..;los de su ;.
condición y no para todo el mundo, ni como norma de·cqnducta so
cial generalizable. sí en el modelo de tipo "LdeaLí.s t a " se tt r a. ;~
taba..de la defensa de "universales-generales", aquí se trata de ~: ,",!
la de.fensa de "un i versales-res tringidos", y es en es tos "univer
. -,
r " -27
sales-res t r-í nq d os " que la racionalidad última del quehacer políí
tico-militar deberá buscarse.
Para resumir: aquello que define las actitudes y orientaci6n
valorati va del mili tar, es la naturaleza "técnica:' de su quehacer
profesional, y no una serie de compromisos ideológico-políticos
más generales. Sus intervenciones políticas ser~n ~rient~das por
la necesidad de crearse un entorno social en el cual puedan lle
var adelaúte eficazmente su particular tipo de profesión, y no
por un interés trascendental dirigido al Estado por sí y en tanto
tal. fLACSO . Btblíot"
El interés "cor'p or-a t í.vo'! de las FF .AA. no ser~ como en la
perspectiva "corpor-a t i s t a " , un reflejo del deseo de los' mili tares
de.hallar satisfacciones en tanto grupo; sino en el de funcionali
zar la sociedad para que cierto tipo de práctica que ellos repre
sentan sea posible.
El funcionalismo teleológico
; Etlesta estructura explicativa se arqumen t ar-á que la raciona
lid~d del comportamiento político-militar debe entenderse en re
ferencia a algún imperativo universal vinculado al mantenimiento . :. I .
de una situación social, o, en otras versiones, a una dinámica
hist6rica.orientada hacia algún destino formulable com<? utopía.
Esta racionalidad es universalista como la del mode¡o,esta
tista/elitista; pero, mientras esta última es una racionalidad
..,.
eficaz en tanto (y so l o I2n tanto) los actores la asumen; la ra
cionalidad funcionalista puedl2 prescindir 'del supuesto metodoló
gico individualista. La explicación funcional postula un impe
rativo, requisito o lógica de funcionamiento societal que debe,
por fuerza cumplírse por medio de algún mecanismo; y en cuya au
sencia, el proceso social que se intenta explicar se desorgani
zaría sería imposible, o inasible conceptualmente.'
La' lógica del "Lmperat i vo funcional" puede ser formulada im
. , personalmente y al margen de los designios y auto~explicación de
los actores. Conforma procesos que se imponen :Icon necesidad de
hierro:' por encima de lo que creen y quieren hacer los sujetos.
Estos aparecen (en tanto su acción reviste scnt í.do ), como r'porta
..... dores:' o "aqent es rr de esta meta-racionalidad impersonal a la que •
<.terminan por servir por, .anqas o por mangas. Las formas empíri
cas de la consciencia vienen a ser un no-problema; si ellas ·se
conforman a la racionalidad del proceso general, entonces' se ha
llan desde ya explicados por éste y la necesidad que impone; su
propia naturaleza se halla ya <:;S?:1.ltenida_y_9:esar:rollada.en el im
peratiyo funcional; si, por el contrario, divergen y niegan el .!?: »:r- r: >: t.. J. l.
, meta-proceso, deben ser vistas como "residuos ti . o como "Fa.Lsa cons
: ..'
~
c í enc í a" tanto menos problemática cuanto que a- sus cspa.tdas.j.se." . • . • ._ .• 1 ......
afirme de todas formas el proceso que no :r:'.~.gistran rn, asumen.
.... _:."
Así, pues, en esta perspectiva, los militares actuarán en
función de algún imperativo. "histórico ll , qU;~.los convertirá
. . .
quiéranlo o no en instrumentos y garan,tes.de algún proceso.im
personal en desarrollo.
~ .' -29
.. Exi;ten diversas variantes de la argumentación funcionalis
ta, según como se estipule el tiro de proceso del que las rp.AA.
serían soporte funciona.l,
. 1. En la t eo'ri a de la. modernización, por ejemplo, en .I chns on
.26/, y Pye 27/ se enfatiza que los mili tares son portadores del
proceso histórico de secularización y, modernización y desarro
llo politico de las sociedades atrasadas. Su particul~r especi
ficidad técnico/profesional las coloca en situación de ser la al
ternativa óptima, por medio de la cual estos procesos adquieren
impetus p-n las respectivas sociedades. Su papel será la de ser
la' eli te crucial que' impulsará el avanc e de es tas sociedades has
ta niveles de desarrollo y de modernidad comparables con las de
':'. 'las naciones actualmente más avanzadas. 'LACSo . BlbJlOtlCl
2. La segunda variante se halla presente en autores marxis
tas , teóricos de la dependencia y también en algunos que sin ser
lo toman prestado abundantemente de esta escuela. Tal es, por
ejemplo, el caso de la interpretación de O'Donnell sobre los re
gimenes r¡bur~crático-autorita;ios:l' 28/ de la década pasada.
En es te caso, la interv'enciÓnpoliticá ide:.;los militares, y
las formas concretas que .toma es, al menos en parte, explicada
parlas.
necesidades de adaptación sistémicas a cambios en la , .
estruc t ur-a internacional del capi talismo. Este proceso evoluti
, vo.ide l capitalismo y sus leyes particulares de desarrollo,; .gene
ran en las economías nacionales una serie de tensiones, que re
qu er-en respuestas adaptativas que equivalen a una refuncionalií
i-30
O t. ,
(1' ' \ ... \ _ .. _~---.
." zación de las ~structuras internas. Las leyes en acción del ca
pitalismo en sus distintas fases determinan imperativos funciona
les, que a su vez, obligan a las sociedades nacionales a modifi
carse a fin de preservar su existencia y la existencia del siste
ma global. Los gobiernos militares serían la respuesta adaptati
va concreta que en ciertos cor.textos (sociedades de sustitución
de importaciones) satisfacen la citada necesidad funcional.
,.:
En este caso, los militares son vistos como los agentes por
tadores de la racionalidad propia del desarrollo cosmopolita del - -
capi tal, empeñados en r'e e s tructurar (:Irefundar t l ) sus sociedades
a fin de resolver los [Jcuellos de botella tl provocados por el ago
tamiento de las posibilidades de las anteriores formas de inser
ción, y los obstáculos que éste ha creado para un capitalismo na
cional conectado viablemente al internacional.
Asimismo, el proceso de redemocratización en los años 80 se
rávisto como resultado de nuevos cambios sist~nicos ~ue reque
rirán nuevas adaptaciones nacionales que implican el restableci
miento de sociedades democráticas, al menos en lo formal.
Las explicaciones realista/estratégicas ."..
Este tipo de explicaciones han adquirido nuevo impulso gra
cias a Rouqn í e m y otros ." S{¡ argumento básico es de que en la
explicación de las formas de conducta y roles asumidos por-las
FF.AA. de los países latinoamericanos, no es conveniente perder ;~
de vista la importancia que pueden adquirir las formas de inse~
. ,JI
·cion de .
los distintos Estados 2n "
el contexto • .1'... • ..'
estrateglco lnter
•
-31? .'
.. nacional. Es fundamental tener presente el tipo de desafíos a
-, los que se hallan expuestas las diferentes naciones y sus FF.
AA., Y cuáles son los recursos con que en un momento dado, pw=
den contar para hacer frente ~ dicho desafío. Este tipo de ex
plicación se halla presente también, aunque bajo 10 forma de de
terminismo geográfico, en la vieja geopolítica.
En todo caso, el punto que aquí se trata de enfatizar es que~4 ~
no es correcto olvidar que~, después de todo, los ej érci tos han ,
sido diseYiados, antes'que nada para la guerra con un enemigo e~
terno actual o potencial; para estar preparados ante la posibi
lidad de tal conflicto y anticiparse a éste y a sus efectos, y
para ser un actor institucional privilegiado (y especializado)
en el manejo de las relaciones de un país con su entorno. Las
actitudes, demandas y percepciones de las FF.i\A. hacia su socie
dad civil estarán sin duda telÍidas por el contexto internacio
nal, las hipótesis de guerra, los desafíos y las restricciones
que ellas deben o consideran que deben enfrentar.
Por ejemplo, ciertas conductas y transformaciones ideológi
cas que experimentan Las FF .AA. Lat í noamer-i c anas durante .los años
.". 70 y fines de los 60, pueden correlacionarse con el debilitamien
to del concepto de "defens a hemisférica" y, ciel "p anamer-Lc arrí srno ".
Este d~bilitillniento y la pérdida de los roles que en~+ in
terior del citado sistema se asignaba a las FF.AA. latinoameri
canas hizo posible que éstas com.enzaran a r-ep cns ar' sus p::r:wble
mas en términos de otros desafíos: internos, locales, regiona
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les, sub-regionales, o en l~ óptica de la contradicción Norte/'Sur
(i.e. muchas actitudés de los ejércitos ecuatorianos, peruano, o,
incluso, argentino). Así, muchas tendencias, ,conductas y actitu .
des históricamentG condicionad~s pudieron salir del eclipse en
que las había sumido la hegemonL:l del sistema de defensa hemisfé
rica con su enfoque obscsivilln~nte encadenado al conflicto Este-
Oeste.
Aunque, en general, no'sc sostiene que la polític~m~~itar
se pueda entender exclusivcrnent c a través de esta óptica" la na
turaleza de las presiones que el s i s t ema internacional ejerce s.2
bre las FF.AA. de cada país, debe, sin duda, tenerse en cuenta. ~ : ... ".) .' ._I",~: .:
Conclusiones
A través de esta exposición-hemos intentado exponer las dife
rentes paradigmas interpretativos que han tenido mayor importan
cia en la li teraturasobre la conducta política "de las insti tu
ciones castrenses en Latinoamérica. nás que escuelas, estos mar
cos de análisis constituyen "Lóq í c as " o "p roqramas " de investig~
ci.ón que pueden ser utilizados por distint-as escue.ras de formas ...
distintas.' Así, por e jempLo, los análisis marxistas , han recu . rrido sobre todo a visi-ones instrurnentalistas, teleológico-fun .-'
cionales, estratégico-globalistas ycorporatistas; mientras que ,
los teóricos vinculados a 'la escuela de la I'modernización",· han
,recurrido a lógicas teleológic'o-funcionales, corporatistas y pr.2
fesionalistas. .., ','
En todo caso, esta apretada revisión 'permite desarrollar las
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• ..f'
bases para una r<=construcción más profunda de los supu~stos epl2
temológicos y teóricos del discurso académico frente él un irotro"
cuya presencia y acción es y ha sido para los estudiosos civiles
tanto fuente de escándalo, de fascinaci6n y de problemas comprc~
SlVOS e interpretativos corno tal vez ningún otro grupo de poder ~
dentro de las sociedades del continente. Entender la forma como ~ e
se ha procurado entender a los militares puede ser una buena for ~
~ ma de entender como entienden los intelectuales civiles su pro- a
apio rol frente a los mismos problemas de gobernabilidad y desa
rrollo nacional, que las FF.AA. con variado 6xito han buscado en
frentar desde su propia situación institucional y social. Este
documento puede ser un paso preliminar para abordar los fenóme
nos de mutua comprensi6n entre FF.AA., intelectuales civiles y
sociedad nacional; condición, a nuestro entender, para la supera
ción de las escisiones históricas entre las semánticas políticas
que cada uno de estos tres términos ha sufrido con respecto a los
demás.
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