-La Escuela de Frankfurt Frente Al Poder(CC)

7/21/2019 -La Escuela de Frankfurt Frente Al Poder(CC)

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La Escuela de Frankfurt frente al poder

Jos Flix Hoyo

Introduccin

El cuerpo principal de este trabajo se encuentra constituido por el texto de la

conferencia presentada en la UAM-Xochimilco, en agosto de 1992.

En esa ocasin se ofreci una visin introductoria para estudiantes de li-

cenciatura de sociologa acerca de la concepcin de la denominada Escuela

de Frankfurt sobre la poltica y el Estado.

El hecho de que la conferencia y el texto de este artculo se restrinjan a

una presentacin de carcter introductorio no significa que se reduzca a una

visin descriptiva, `neutra' y acrtica de los autores y concepciones caracte-

rizadas. La propia Teora Crtica demanda una distancia crtica respecto de s

misma y requiere ser sometida a un balance reflexivo. Consiguientemente, ni

puede ni debe ocultarse que estamos presentando una interpretacin que pre-

tende asumir la orientacin medular de la propia Escuela de Frankfurt, es

decir, el pensamiento dialctico y el criticismo.

Ubicacin histrica

La obra terica y filosfica de la denominada Escuela de Frankfurt, puede

caracterizarse ms bien como un movimiento intelectual que como una es-

cuela;' se desarrolla de manera paralela y mantiene un debate permanente con

otras dos corrientes de pensamiento que ocupan en su poca el escenario

mundial: por un lado, el neopositivismo o positivismo lgico, y por otro el

1. M. Abensour, La thorie

critique :

une pense de 1 exil , enArchives de Philosophie,

t. 45,

nm. 2

junio , 1982.

Cfr

P-L., Assoun,

La Escuela de Frankfurt,

PUF Pub. Cruz.

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marxismo vulgar, expresin de la experiencia retrgada del estalinismo en

la Unin Sovitica. Esta doble polmica caracteriza y marca el desarrollo de la

Teora Crtica, que se asume como crtica poltica de los sistemas de domi-

nacin de su poca (tanto del capitalismo y el fascismo como del seudo so-

cialismo sovitico) y se asume como crtica del pensamiento reduccionista o

razn instrumental con el que se opera en esos sistemas: el positivismo l-

gico y el dogmatismo seudo marxista del Diamat .

En los autorizados y puntuales trabajos de Martin Jay se presenta de mane-

ra detallada y pormenorizada la evolucin, el desarrollo y la cronologa de esta

corriente de pensamiento y de sus autores ms representativos.' Para fines in-

troductorios nos bastar recordar que el Instituto de Investigacin Social de

Frankfurt (Institut Fur Socialforschung) se funda oficialmente en 1923, despus

de las discusiones de las Semanas de trabajo marxistas . Desde su inaugura-

cin, en 1924, el director Karl Grnberg defini su programa de trabajo orien-

tado hacia el marxismo en sentido cientfico pero no poltico partidario. Desde

1931 Max Horkheimer ocup el cargo de director del Instituto; a partir de 1933,

cuando Hitler lleg al poder, la sede del Instituto se traslad a Ginebra, y en

1934 se instal en Nueva York y slo volvi a establecerse en Alemania

hasta 1950. Despus de una veintena ms de aos de trabajo creativo mueren

los filsofos ms representativos: Adorno (1969) y Horkheimer (1973).

Antecedentes filosficos

Las fuentes

clsicas

La relacin de laTeora Crtica con las fuentes clsicas de la filosofa alemana

tiene un peso fundamental. La tesis de G. Friedman, segn la cual juzgar que

la Escuela de Frankfurt es hegeliana no es ms satisfactorio que considerarla

marxista 3 nos parece definitivamente insostenible; esa interpretacin expresa

el desconocimiento o la incomprensin de las teoras que pretende explicar.

2. Martin

Jay

La imaginacin dialctica

Madrid

Taurus, 1973.

3. G. Friedman

La filosofa poltica de la Escuela de Frankfurt,

Mxico, FCE, 1986, p. 52.

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El propio Horkheimer explicit en sus escritos la profunda influencia que

ejerci en la Teora Crtica el pensamiento de Hegel, Marx, Nietzsche, Scho-

penhauer y Freud y, obviamente, el criticismo kantiano recibido de su maes-

tro Hans Cornelius.4

Precisemos las influencias que ejercieron las obras de estos pensadores en

la construccin de la Teora Crtica de la Escuela de Frankfurt:

A) La benfica influencia del criticismo kantiano resulta manifiesta des-

de la autodenominacin de la Teora Crtica . Podemos afirmar que este cri-

ticismo constituy la propedutica y la profilaxis que permitieron la vitalidad,

la agudeza y la lucidez de los filsofos de la Escuela de Frankfurt y de algu-

nos de sus antecesores inmediatos, quienes mantuvieron esa doble polmica

contra el positivismo lgico y contra el marxismo sovitico.

Recordemos brevemente el postulado crtico de la filosofa kantiana, ex-

presado en la

Crtica de la razn pura:

En todas sus faenas, la razn debe

someterse a la crtica, a cuya libertad no puede atentar con prohibicin algu-

na sin

perjudicarse a s misma y atraerse una sospecha desfavorable. Pues

bien, nada hay tan importante en materia de cualidad ni nada tan sagrado, que

pueda sustraerse a esta indagacin fiscalizadora y verificadora que no admi-

te autoridad... Mas aunque la razn no puede resistirse nunca a la crtica, tam-

poco tiene siempre motivo para asustarse de ella .5

B) A pesar de la primera lectura superficial de la filosofa hegeliana -que

Horkheimer nos resea en uno de sus primeros escritos de 1932-, en los tra-

bajos fundamentales de estos filsofos se muestra explcitamente la profun-

da influencia que ejerci sobre ellos el pensamiento dialctico y las grandes

obras filosficas de G. W. F. Hegel.b

El conocimiento directo de la obra de Hegel nos puede permitir tambin una

distancia crtica con las interpretaciones que formulan estos filsofos acerca de

4. M. Horkheimer,

Teora crtica,

Buenos Aires, Amorrortu, p. 2; Sociedad

en transicin

Madrid,

Pennsula

, cap. 4 y 5.

5. E. Kant,

Crtica de la razn pura. Cfr.

L. Goldman,

Introduccin a la filosofa de Kant,

Buenos Aires. Amorrortu.

6. M. Horkheimer, Hegel y el problema de la metafsica , en Historia...

Alianza Editorial; T. W.

Adorno,

Tres estudios sobre Hegel,

Madrid, Taurus;

Dialctica negativa, Madrid, Taurus ; H. Marcu-

se, Ontologa de Hegel,

Mxico,

Martnez Roca,

Razn y revolucin, Madrid, Alianza Editorial.

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la obra hegeliana, las cuales no se alejaron suficientemente de las concepcio-

nes materialistas , simplificadoras y unilaterales del marxismo sovitico.

Sin embargo, a reserva de las precisiones, correcciones y matices que re-

querira un trabajo ms conciso, y a reserva de comprender las etapas parti-

culares de la Teora Crtica, podemos destacar algunas cuestiones fundamen-

tales en las cuales se asume la herencia del pensamiento hegeliano:

1. La adopcin del modelo terico hegeliano en el que se establece la

distincin y las relaciones entre Estado y sociedad civil y entre Estado y go-

bierno, comprendidos en su procesualidad y su historicidad efectiva, en tan-

to concrecin de la libertad histricamente determinada.'

2. La asuncin de las tareas que Hegel propone a los filsofos de nuestra

poca: comprender el espritu de nuestro tiempo, que es natural en nosotros,

y sacarlo de su naturalidad, es decir, de su encierro sin vida, a la luz del

da y conscientemente .'

En otras palabras, nos indica que: La Tarea de la filosofa es concebir

lo

que es,

pues

lo que es es la razn . Esto significa la reformulacin del lega-

do milenario expresado por Platn: tiene por objeto la ciencia conocer aque-

llo que es precisamente tal cual es .' Recordemos ms explcitamente la

formulacin hegeliana: Considerar algo racionalmente no quiere decir acer-

car la razn al objeto desde fuera y elaborarlo por medio de ella, sino que el

objeto es por s mismo racional. La tarea de la ciencia es llevar a la concien-

cia este trabajo propio de la razn de la cosa .`

3. El carcter dialgico de la filosofa dialctica, que se expresa particular-

mente en los conceptos

de superacin (Aufheben) y refutacin (Widerlegung):

La superacin presenta su verdadera doble significacin: es al mismo

tiempo un

negar y un mantener (...) La refutacin deber ser, pues, en

rigor, el desarrollo del mismo principio, refutado, complementando sus de-

ficiencias, pues de otro modo se equivocar acerca de s misma... . sta es la

7. Cfr.

Bobbio - Bovero Sociedad y Estado en la filosofa moderna

Mxico, FCE.

8. G. W. F

.

Hegel

Historia

de la filosofa,

t. III, Mxico

FCE, p. 518,

9. Platn

Dilogos, Mxico

,

Porra

, p. 531.

10. G. W. F

Hegel

Principios de la filosofa del derecho

Barcelona

, EDHASA, prgf

.

31, p. 93.

11. G. W. F. Hegel

Fenomenologa del espritu Mxico FCE, pp

.

72 y

18 .

3 4


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Recordemos que El espritu de utopa,

de Bloch se edit en 1918, y que

en 1923 se public Historia y conciencia de clase de Lukcs, y Marxismo y

filosofa

de Korsch. En estas obras se presentaba una confrontacin directa

con el dogmatismo y la positivizacin propias del marxismo vulgar; se subra-

yaba vehementemente el carcter filosfico de la obra de Marx y la herencia

del pensamiento dialctico; se trascenda el materialismo mecnico de la Se-

gunda Internacional, y se asuma la dialecticidad de la relacin sujeto-objeto

frente al objetivismo y la teora del reflejo que se perfilaban desde entonces.

Bloch se atreva a plantear filosficamente el papel de la utopa en la his-

toria; Lukcs replanteaba el papel de la consciencia y Korsch destacaba el

papel de la filosofa en el pensamiento marxista. Mientras tanto, los tericos

del reduccionismo vulgar seudo marxista arremetan contra estos pensadores

que se atrevan a expresarse a contracorriente.

No podemos entrar aqu en los detalles de las biografas intelectuales de

estos filsofos, pero es necesario destacar que constituyen una importantsi-

ma fuente y un punto de referencia con el que la Escuela de Frankfurt se

mantuvo en dilogo a lo largo de su historia.

Las obras de madurez de Bloch y Lukcs,

El principio Esperanza, y la

Onto-

loga del ser social'

constituyen la culminacin de largas dcadas de experien-

cia y reflexin a travs de las cuales pretendieron pensar la sociedad y la historia

desde una perspectiva dialctica. A pesar de las diferencias y las polmicas que

la Teora Crtica mantuvo con estos filsofos, no puede soslayarse la resonancia

que las obras de stos tuvieron en su pensamiento: el caso de las obras de madu-

rez de Marcuse resulta particularmente significativo.

b. El psicoanlisis de Sigmund Freud

Horkheimer, Adorno y Marcuse reconocieron reiteradamente su deuda con la

concepcin psicoanaltica freudiana y asumieron la tarea de desarrollar las ela-

boraciones iniciadas por Wilhelm Reich para entablar una relacin dialgica en-

tre la teora dialctica de la sociedad y la psicologa profunda elaborada por

Sigmund Freud. Esta apertura dialctica les permiti avanzar en una compren-

13. E. Bloch,

El principio Esperanza, Madrid,

Aguilar

; G. Lukcs. Ontologa dell'es.rere sociales

Roma

Riuniti

; en Mxico

la edit

la UACH (

Sociologa Rural).

3 6

irupHMl I I


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Sin ms profunda e integral de los fenmenos humanos, en sus dimensiones

individual, social y poltica, es decir, en su dialecticidad ontolgica.14 Mientras

tanto, la psicologa conductista y la reflexologa sovitica se desarrollaban en

caminos, concepciones y ritmos sorprendentemente paralelos, como concepcio-

nes mecanicistas y reduccionistas de la psicologa, y de esta manera, se desar-

maban para comprender cabalmente los procesos psicolgicos.

A reserva de las precisiones, crticas, correcciones y matices que puedan

efectuarse desde la filosofa, y que por cierto fueron indicadas por Marcuse,

la vertiente freudiana resultaba profundamente fecunda para comprender los

procesos polticos y sociales. Recordemos que Freud expresaba que la psi-

cologa individual es al mismo tiempo psicologa social , y que asumi la

tarea de reflexionar sobre los procesos culturales, histricos y sociales des-

de la ptica psicoanaltica y que mantena cierta apertura frente a las inter-

pretaciones sociales formuladas por Marx.35

c. Influencias secundarias

Sin incurrir en detalles, nos reduciremos a recordar que los tericos de la Es-

cuela de Frankfurt explictaron las influencias recibidas a travs del estudio

de la obras de Schopenhauer, Nietzsche y Heidegger, respecto de quienes asu-

men, por cierto, una postura crtica.

Los pensadores fundamentales

Quines fueron los tericos del crculo central de la Escuela de Frankfurt?

Sus principales bigrafos destacan una caracterstica muy importante, la cual

por cierto comparten con Bloch, Lukcs y el propio Freud: Se trata de pen-

sadores formados en el seno de la cultura juda alemana, todos ellos pertene-

cientes a familias adineradas y cultas.

14. T. W. Adorno, La revisin del psicoanlisis

, en Sociolgica

Madrid

Taurus

;

M. Horkheimer,

El psicoanlisis desde el punto de vista de la sociologa , idem; Marcuse Eros

y civil -acin

Mxico,

Joaqun Mortiz

Psicoanlisis

y poltica. Cfr. W Reich

Materialismo dialctico y psicoanlisis.

15. S. Freud

S. El malestar en la cultura

Psicologa de las

masas

;

L. Marcuse

Sigmund Freud

Alianza Editorial

cap. 4.

3 7


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Habermas y otros autores' subrayan que los hbitos intelectuales propios

de la cultura juda preparan a los intelectuales en el ejercicio de la exgesis

y la hermenutica de los textos sagrados y en la reflexin acerca de la histo-

ria pasada, as como vislumbrar y esperar un futuro de salvacin. Efectiva-

mente, la cultura juda ha producido grandes pensadores, filsofos e

historiadores, entre los cuales se encuentran tambin Marx y Trotsky. Este

bagaje cultural opera en el caso de los filsofos de la corriente estudiada e

interacta con las experiencias propias de la poca, con la sensibilidad par-

ticular adquirida en el seno de sus familias y con la formacin y las influen-

cias filosficas recibidas.

Ya hemos sealado otra importante caracterstica intelectual de estos

pensadores, tambin compartida con Bloch, Lukcs y Walter Benjamin,

consistente en su formacin originaria en el criticismo kantiano. Cada uno

de estos pensadores haba abrevado en la filosofa de Kant antes de des-

cubrir la dialctica hegeliana y la teora marxista de la sociedad, de tal

manera que en cierto sentido estaban

curados en salud

frente al pensa-

miento que desarrollaban los tericos del marxismo oficial, caracterizables

por su empirismo, dogmatismo, reduccionismo, mecanicismo y econo-

micismo.

El aspecto de los temas y problemas desarrollados por la Teora Crtica

representa un amplio abanico que va desde los problemas clsicos de la filo-

sofa, la epistemologa, la metafsica y la ontologa; las cuestiones metodo-

lgicas de la sociologa; la historia, el socialismo y la utopa; el Estado, la

sociedad civil, la violencia y el fascismo; la cultura, la moral, el prejuicio y

la ideologa; el psicoanlisis, el individuo y la sexualidad; la economa, la tec-

nologa y la ecologa; el arte y la experiencia esttica...

Bastar con enumerar algunas de las principales obras de estos autores para

ofrecer una visin de las aportaciones fundamentales en este espectro temtico:

a) Walter Benjamin:

Sobre el programa de la filosofa venidera (1918); So-

bre el lenguaje en general y sobre el lenguaje de los humanos

(1916);

Para

16. Martin Jay

La imaginacin

,... op. cit.;

Adorno

Mxico

Siglo Veintiuno editores

;

J. Haber-

mas, Perfiles

filosfico-polticos Madrid

Taurus

; B. Witte Walter Benjamn Madrid , G

edisa; Andr

Nicolas Marcuse,

Pars, Seghers

; J-M. Palmier

Introduccin a Marcuse

Buenos Aires,

Ed. de la Flor.

3 8


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una crtica de la violencia

(1921);

La obra de arte en la poca de su re-

productividad tcnica

(1936);

Tesis de filosofa de la historia

(1940).

b)

Max Horkheimer:

Los comienzos de la filosofa burguesa de la histo

ria (1930);

Materialismo y metafsica

(1933);

Autoridad y familia

(1936);

Teora tradicional y teora crtica

(1937);

La funcin social de

la filosofa (1939); Dialctica de la Ilustracin (1947);

Sobre el con-

cepto de la razn (1951); Lo poltico y lo social (1950);

Sociologa y

filosofa (1959);

Crtica de la razn

instrumental (1967);

Marx en la

actualidad

(1968); Sobre el concepto de libertad

(1962); La teora cr

tica ayer y hoy

(1970);

El psicoanlisis desde el punto de vista de la

sociologa

(1968).

c) T. W. Adorno: La actualidad de la filosofa

(1931);

Husserl y el problema

del idealismo (1940); El psicoanlisis rev isado (1946);

Dialctica de la

Ilustracin

(1947);

Minima

morala

(1951);

Prismas: crtica cultural y so-

ciedad

(1955);

La sociologa y la investigacin emprica (1957); Dialc-

tica negativa

(1966);

Sobre la metacrtica de la teora del conocimiento

(1956); Tres estudios sobre Hegel (1971); Teora esttica (1970);

Termi-

nologa filosfica

(1973);

Sobre

Benjamin

(1970). (Los trabajos sobre

msica y esttica forman una amplia lista que omitimos aqu).

d) H.

Marcuse:

La ontologa de Hegel y la Teora de la historicidad (1932);

Razn y revolucin

(1941); Filosofa y teora crtica (1937);

El carc

ter afirmativo de la cultura (1937); Eros y civilizacin (1955); El mar-

xismo

sovitico: un anlisis crtico

(1958); El hombre unidimensional

(1964);

La tolerancia represiva

(1965); Negaciones:. ensayos de teora

crtica

(1968); Un ensayo sobre la liberacin (1969);

Contrarrevolucin

y revuelta (1972);

El fin de la utopa

(1968); La dimensin esttica

(1978).

Haremos abstraccin de las obras de otros colaboradores de la Escuela de

Frankfurt para simplificar esta exposicin, as como de los trabajos de Jr-

gen abermas

y su relacin con la Teora Crtica. Como seala C. F. Geyer,

existen intentos de una transformacin de la teora crtica que no tienen en

comn con sta sino ciertos puntos de partida en los respectivos planteamien-

tos. Esto vale, sobre todo, para los trabajos de J. Habermas quien, no obstante

haber sido a menudo considerado como uno de los representantes de la Teo-

3 9


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ra Crtica

... la orientacin de su pensamiento

...

permite inferir slo un inte-

rs relativo en las posiciones centrales de Horkheimer

y Adorno .

Las mediaciones del poder y las mediaciones conceptuales

Como puede deducirse de lo expuesto hasta aqu, la Teora Crtica adopta la

herencia terica de la concepcin dialctica sobre el Estado y el poder for-

mulada por Hegel y desarrollada crticamente por Marx. Por consiguiente, no

encontraremos una propuesta terica de orden diferente.

Mientras que el `marxismo' sovitico se reduca a repetir las tesis plan-

teadas por Marx, los filsofos de la Escuela de Frankfurt estudiaban e inves-

tigaban las mediaciones a travs de las cuales se establecen y operan las

estructuras de dominacin en la sociedad civil, en la esfera de la familia, y

en las estructuras psicolgicas del inconsciente y del superyo de los indivi-

duos. La profundidad, lucidez y agudeza con la que penetran en estas dimen-

siones constituye el resultado de su apertura filosfica respecto de la teora

psicoanaltica freudiana, que permite una mayor fineza en el anlisis y com-

prensin de los procesos de estructuracin de la psicologa individual y co-

lectiva.

En esta perspectiva, en los estudios de la Teora Crtica se emprenda la

investigacin de las estructuras familiares, de su contribucin a la conforma-

cin psicolgica de los individuos, a la formacin de su conciencia moral y

la sumisin o la independencia frente a la autoridad y el poder. Estudiaron la

cultura, la moral, los prejuicios y las ideologas como mediadoras de las es-

tructuras de dominacin; la funcin de la tecnologa, de las ciencias y del

pensamiento instrumental en la dominacin de la naturaleza por el hombre

y en la propia dominacin del hombre por el hombre. Es decir, encontraron

que la ciencia, la tecnologa y el pensamiento instrumental tienen un carc-

ter poltico; que la economa es poltica y que la propia psicologa se ha con-

vertido tambin en poltica. Con su peculiar agudeza Marcuse estudi

minuciosamente estos procesos y descubri el carcter fetichista y enjenante

17. C. F. Geyer, Teora crtica, Alfa.

3

^1 IAR Il,..l


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de estas mediaciones; de ah que concordara con Horkheimer y Adorno al des-

cubrir el carcter crecientemente totalitario, aniquilante y enajenante de la

sociedad industrial (capitalista) avanzada, tal como lo resumi brillantemente

en Eros y civilizacin:

Los problemas psicolgicos se convierten en proble-

mas polticos; el desorden privado refleja ms directamente que antes el des-

orden de la totalidad, y la curacin del desorden personal depende ms

directamente que antes de la curacin del desorden general. La era tiende a

ser totalitaria... .

Desde otro ngulo, en

El hombre unidimensional caracteriz la cuestin

de la tcnica, afirmando que el conductismo acadmico y social vienen a

encontrarse en un plano comn: el de la sociedad avanzada que convierte el

progreso cientfico y tcnico en un instrumento de dominacin (...) Las tc-

nicas de industrializacin son tcnicas polticas y como tales prejuzgan las

posibilidades de la Razn y de la Libertad .18

Utopa y proyecto

El proyecto poltico o utopa de la Escuela de Frankfurt sufre transformacio-

nes a lo largo de su desarrollo, las cuales se generan en las transformaciones

de la realidad social y poltica que tienen lugar durante el periodo histrico

en el que viven, actan y piensan los tericos de esta corriente. Sus anlisis

de la realidad durante el perodo de entreguerras les lleva a esperar una trans-

formacin revolucionaria de la sociedad, en tanto que los acontecimientos que

se desarrollan alrededor de la segunda guerra mundial les conducen a otro tipo

de conclusiones.

La experiencia del estalinismo en la URSS y su extensin como sistema de

dominacin despus de la guerra, y particularmente la terrible experiencia del

nazismo y sus campos de exterminio -situacin que ellos sufren como ju-

dos- impactan y sellan a estos filsofos, y condicionan su evolucin pesi-

mista en el periodo de posguerra. La propia experiencia vivida en Estados

Unidos, la constatacin de los procesos de enajenacin que se derivan del

18. H. Marcuse

Eros y civilizacin,... op. cit.; El hombre

unidimensional

Mxico , Joaqun Mortiz.

3


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hiperdesarrollo de la tecnologa y de la sociedad de consumo, les conducen

-particularmente a Marcuse- a comprender la perspectiva amenazante de

un futuro hiperadministrado, totalitario, enajenante y controlado.

Hacia el final de su vida, Horkhemer caracterizaba el pesimismo que com-

parta con Adorno: Consiste... en intentar realizar aquello que se considera como

verdadero y bueno. Y as nuestro lema fue: ser pesimistas tericos y optimistas

prcticos .` Pero ya desde el final de la guerra, en la

Dialctica de la Ilustracin

pone en cuestin la racionalidad de la historia y al propio concepto de razn.

Para nosotros la Teora Crtica, que no admite ninguna autoridad indiscu-

tible, nos demanda asumir respecto de ella misma una distancia crtica, y nos

conduce a distinguir, como ense Platn, entre

doxa y episteme, entre opi-

nin y filosofa. Por consiguiente, necesitamos distinguir la actitud pesimis-

ta, derivada de los procesos psicolgicos y las experiencias de los filsofos,

de aquello que constituye la mdula filosfica de las teoras. As nos prepa-

ramos para ir ms lejos que estos pensadores en la bsqueda de la compren-

sin de la realidad, en la crtica radical del mundo y la poca que vivimos, y

en la propia construccin de la filosofa y en su realizacin y superacin,

Dialctcamente hablando, la superacin de la Teora Crtica requiere la apro-

piacin de su agudeza y vitalidad, para corregir sus debilidades y desarrollar

su fuerza y su potencia.

A nuestro juicio, la continuidad y desarrollo superior de la obra crtica de

la Escuela de Frankfurt es lograda con mayor plenitud en los trabajos de Her-

bert Marcuse, quien establece una estimulante y fecunda relacin con los

movimientos contestatarios de los estudiantes universitarios en 1968. En sus

escritos de ese periodo,

Un ensayo sobre la liberacin; El f in de la utopa y

Contrarrevolucin y revuelta, se plasma la rica tradicin de la Teora Crti-

ca, se enfocan los problemas fundamentales de la poca y se descubren ca-

minos para la negacin de lo establecido.

En 1951, en su

Minima moralia,

Adorno haba esbozado su concepcin

sobre el futuro deseable de la sociedad: Una sociedad emancipada no sera,

sin embargo un estado de uniformidad sino la realizacin de lo general

en la conciliacin de las diferencias. La poltica, que ha de tomar esto bien en

19. La teora crtica ayer y hoy , en

Sociedad en transicin,... op. cit.

3 2

if f 1 1111 ) 1 1 mu


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serio, no debera por eso propagar la igualdad abstracta de los hombres, ni

siquiera como idea. En lugar de ello debera sealar la mala igualdad existente

hoy..., pero concibiendo la mejor situacin como aqulla en la que se pueda

ser diferente sin temor .

Marcuse, por su parte, en 1968 formulaba su concepcin, clara y sin-

tticamente,

en La liberacin de la sociedad opulenta:

El socialismo se de-

fine en sus trminos ms utpicos, entre otras cosas, por la abolicin del

trabajo (enajenado), la terminacin de la lucha por la existencia -esto es,

la vida como fin en s misma y no ya como un medio para un fin-, y la li-

beracin de la sensibilidad y la sensualidad humanas, no como un factor

privado, sino como una fuerza para la transformacin de la existencia hu-

mana y de su entorno. Conceder a la sensibilidad y a la sensualidad sus pro-

pios derechos es uno de los objetivos bsicos del socialismo integral . Estas

caractersticas presuponen una transvaloracin total de los valores, una

nueva antropologa. Presuponen un tipo de hombres que rechacen los prin-

cipios de actuacin que gobiernan las sociedades establecidas; un tipo de

hombre que se haya liberado por s mismo de la agresividad y la brutalidad

inherentes a la organizacin de la sociedad establecida, y a su moral puri-

tana e hipcrita; un tipo de hombre que sea biolgicamente incapaz de com-

batir en las guerras y de crear sufrimiento; un tipo de hombre que tenga una

buena consciencia del goce y del placer, y que trabaje, colectiva e indivi-

dualmente, en favor de un entorno individual y social en que sea posible una

existencia as .

Esto significa uno de los sueos ms antiguos de toda la teora y la prc-

tica radical. Significa que la imaginacin creadora, y no solamente la racio-

nalidad del principio de actuacin, se convertira en una fuerza productiva

aplicada a la transformacin del universo natural y social. Significara el sur-

gimiento de una forma de realidad que es la obra y el medio de la sensibili-

dad y la sensualidad en el desarrollo del hombre... significara una realidad

`esttica', la sociedad como obra de arte. sta es hoy la ms utpica, la ms

radical posibilidad de liberacin (...) Solamente en un universo as puede ser

el hombre verdaderamente libre y se pueden establecer relaciones autntica-

mente humanas entre seres libres (...) en un sentido muy preciso tenemos que

ser libres para crear una sociedad libre (y para lograr esto) debemos hacer

3 3


14/14

frente al adoctrinamiento para la servidumbre con el adoctrinamiento para la

libertad .1121

La vitalidad, la fuerza y penetracin del pensamiento crtico y de la dia-

lctica asumidos por Marcse le permitieron comprender, con una gran luci-

dez, las perspectivas amenazantes, tanto para la humanidad como para la

naturaleza, derivadas de la organizacin de los sistemas de dominacin y

explotacin imperantes (del capitalismo y del burocratismo sovitico). La

actualidad de su balance crtico y de su utopa (compartiendo la filosofa de

E. Bloch) nos invitan a comprender y transformar la realidad que hoy vivi-

mos y que amenaza a la libertad y a la propia vida.

20. H. Marcuse

Un ensayo sobre la liberacin,

Mxico

,

Joaqun Mortiz

;

Contrarrevolucin y

revuelta Mxico

Joaqun Mortiz ; El fin de

la utopa

Mxico, Siglo Veintiuno editores;

Poltica y

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fr

J. M. Vincent, La thorie

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-La Escuela de Frankfurt Frente Al Poder(CC)

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