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Secuencia. Revista de historia y ciencias
sociales
ISSN: 0186-0348
Instituto de Investigaciones Dr. José María
Luis Mora
México
Peralta Rodríguez, José Roberto
Enfermedades oculares y su atención en la población novohispana de la ciudad de México. Siglos XVI
y XVII
Secuencia. Revista de historia y ciencias sociales, núm. 70, enero-abril, 2008, pp. 11-44
Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora
Distrito Federal, México
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Artículos
José Roberto Peralta Rodríguez
Maestro en Ciencias Morfológicas. Profesor e investigador de la Sección de Estudios de Posgradoe Investigación de la Escuela Superior de Medicina del IPN y becario del Programa al Estímulo delDesempeño Académico de la misma institución. Participa como profesor de licenciatura y posgrado;ha publicado diversos trabajos en revistas nacionales relacionados con aspectos optomérricos y deoftalmogénesis.
Resumen
El propósito del presente trabajo fue precisarlas enfermedades oculares en la población novohispana de la ciudad de México y los sujetosencargados de atenderlos dentro de su contextosocial y urbano. Condiciones inapropiadas desanidad generaron padecimientos levesy severos,estos últimos condujeron a la ceguera, por acción de microorganismos transferidos y locales,accidentes y probablemente por el mestizaje.
Militares improvisados en terapéutica, cirujanos,clérigos y médicos europeos e indígenas losatendieron de acuerdo con su nivel y concepción humoral de la enfermedad; alrededor de1616 el oculista inició su participación. Paraello, en la colonia, prevaleció el vínculo entreel médico y el cirujano, no así con el maestro vidriero que elaborab-a los anteojos para afeccionesvisuales no invalidantes.
Palabras clave:Afecciones visuales no invalidantes, atención de padecimientos oculares, ceguera,
maestro vidriero, oculista, padecimientos oculares.
Fecha de recepción:
septiembrede 2006Fecha de aceptación:
febrero de 2007
Eye Diseases and their Treatrnentin the Novohispanic Population of Mexico
City, 16th and 17th Centuries
JoséRoberto Peralta Rodríguez
MA in Morphological Sciences P rofessor and researcher at the Graduare Studies and ResearchSecrion of che IPN Advanced Schoo l of Medicin e and grane holder of rhe Program ro Enco urageAcademic Performance ar che sam e insr iruri on . Teaches at rhe undergraduare and graduare leve!and has published severa! works in Mexican journals on oprornetric and ophrhalmogenctic aspecrs.
Abstraet
The aim of this anide was ro idenrify th e eyediseases among the Novo-Hispanic populatio nofMexico City and those responsible for treating rhern within rheir social and urban context ,Inadequate health conditions creaced borh slightand severe ailments, rhe larter leading ro blindness as a resul r of local and cransferred rnicroorga nisms, accidencs and probably rnis cegenarion . Milicary rnen who improv ised wic h
therapeutic te ch niques, surgeons, clerics andEuropean and indigenous docto r>rreated rhernin accordance wich their level and humora! concep tio n of disease and in approxima rely 16 16 ,oculists began ro be invo lved . Thus , during th ecolonial era, a st rong link prevailed berweendocrors and su rgeo ns, although not wi th themaster glaz ier who produced speccaclcs for dealing wi th non-incapacirating visua l ailmenrs .
Key w ords:Non-incapacirating visual ailm ents , treatrnent of ocular ailrnen ts , bl índ ness,
master g lazier, ocu list, ocu lar ailrnents,
Final submission:Scptcmbcr 2006
Acceptance:February 2007
Enfermedades oculares y su atenciónen la población novohispana de la ciudad
de México. Siglos XVI y XVII
JoséRoberto Peralta Rodríguez*
INTRODUCCIÓN
L as alteraciones funcionales del serhumano que lo han llevado a la enfermedad y a la pérdida de su vida
han existido a lo largo de la historia de lahumanidad, asimismo este se ha interesado por el origen y proceso que conduce alos procesospatológicos con el fin de otorgar atención a los enfermos para así preservar la vida. También ha puesto empeñopor conocer y comprender cómo la sociedad ha establecido formas de arención yprevención del daño a la salud dentro delcontexto de la concepción de la mismaenfermedad y del nivel de conocimientocientífico propio de cada época.
En relación con el desarrollo históricode la medicina en nuestro país, la atenciónse ha centrado en aspectos generales y enalgunas áreas enfocadas a padecimientosparticulares, por lo que ha sido posibledeterminar enfermedades que afectaron ala población antepasada, con base en hallazgos de vestigios humanos, En forma
* Agradezco a la Secretaría de Investigación yPosgrado y a la Comisión de Operación y Fomento deActividades Académicas (COFAA)del Instituto Politécnico Nacional por el apoyo financiero concedido pararealizar esta investigación.
simultánea esto ha llevado a conocer elorigen y evolución de lo que muchos añosdespués seríael ámbito de algunas especialidades médicas; sin embargo, para el casode la oftalmología y disciplinas afines estose ha realizado sólo en forma general y apartir del siglo XIX. Los estudios paleoparológicos han revelado la presencia de algunas enfermedades oculares como efectocolateral de padecimientos sistémicos, noobstante, es posible tener idea más ampliade estas a partir del análisis de testimonios documentales sobre los procedimientos utilizados para tratar de restablecer lasalud ocular y de las condiciones ambientales que pudieron propiciarlas.
El abordaje referente a las enfermedades del globo ocular durante el periodocolonial en la sociedad novohispana de laciudad de México no se ha realizado, portanto el acercarse a estosaspectospermitiráampliar el conocimiento de la historia dela medicina en nuestro país durante dichoperiodo, así como dilucidar la idea generalque se tenía sobre la salud ocular en estasociedad, lo que contribuirá a generarplanteamientos respecto al desarrollo dela salud pública. Por otra parte, contribuyea reconocer el origen de la especialidadmédica de la oftalmología y su cercaníacon otros ámbitos laborales, que a futuroserían áreas profesionales entre las que es-
Secuencia [13] núm. 70, enero-abril 2008
tablecerá interrelación y que formarán parte de un sistema de atención.
El propósito de este artículo es el deesclarecer cómo se procuró dar atención aproblemas oculares en la ciudad en los siglos XVI y XVII; para ello se plantearon lossiguientes objetivos: 1) determinar los padecimienros oculares más frecuentes de laépocay su origen, 2) reconocer en forma generallos tratamientos para estos, 3) establecer la existenciadel personal con formación médica, o afín a ella, que atendía estetipo de enfermedades, dentro del contexto social y urbano de la época referida.
Para lograr los dos primeros se realizóla búsqueda en los acervos reservados debibliotecas y centros de documentaciónespecializados de la ciudad de México, asícomo su análisis, de tratados médicos yobras de! siglo XVI y XVII que refirieranpadecimientos oculares y sus tratamientos(véase cuadro 1). Para e! último objetivofueron analizados documentos relacionados con médicos y cirujanos que atendíanpadecimientos generales y oculares, localizados en el Archivo Histórico del Ayuntamiento y Archivo General de la Nación, 10que se integró con resultados de trabajosanteriores y bibliografía complementaria.Conjuntamente se buscaron representacionesgráficas referentes a lo abordado con elfin de apoyar la información recabada.
ENFERMEDADES OCULARES
La concepción de la enfermedad del sujetoen Nueva España en los siglos XVI y XVII
era la misma que predominaba en Europa,resultado del desequilibrio de humorespresentes en el cuerpo humano y del efectode los astros. Se basaba en las teorías hipocrática y galénica que consideraban a este
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poseedor de cuatro humores: sangre, bilisamarilla, flema y bilis negra, producidosen e! corazón, hígado, cerebro y bazo, respectivamente. La predominancia sutil decada uno de ellos determinaba el temperamento del sujeto, por lo que podía ser detipo sanguíneo, colérico, flemático y melancólico, respectivamente. Por otra partese partía de la idea de que el hombre era unmicrocosmos y que los humores presentaban "calidades" de los principios constitutivos de todos los cuerpos de la naturaleza,por tanto en la sangre se reflejarían las delfuego yagua; en la flema, las de aire yagua; en la bilis negra, las del agua y tierra, y en la bilis amarilla, las de la tierra yfuego. Al modificarse dichas calidades, loshumores se verían alterados y se manifestarían los padecimientos, por lo que lostratamientos estuvieron enfocados a eliminar el "humor pecante" y así restablecerdicho equilibrio.
Al momento en que los conquistadoresse lanzaron a la búsqueda de nuevos territorios, se manifestaron problemas de salud;durante el transcurso de los viajes surgíanaccidentes y enfermedades que requeríanatención, asimismo las tropas militares laarriesgaban al enfrentar situaciones adversas de tipo climático, de la naturaleza y alrealizarse enfrentamientos bélicos contralos indígenas. Ante esto, e! Consejo deIndias promulgó -por medio de diversasordenanzas- que un cirujano! formara parte de la tripulación de los buques que viajaran al Nuevo Mundo, aunque al pareceresto no fue del todo cumplido.
La experiencia referente a lesiones yaccidentes sufridos por los soldados durante las incursiones militares en el continente americano llevó a considerar que
1 Rodríguez, Cirujanos, 2004, pp . 15-26.
JOSÉ ROBERTO PERALTA RODRiGUEZ
Cuadro 1. Obras consultadas para el análisis de padecimientos oculares
Año Título Autor Tipo
1552 Libellus deMedicinalibus 1ndorum Herbis Mart ín de la Cruz M1578 Sumay recopilación dechirugi«, con un artepara Alonso Lópcz de H inojosos M
sangrar muy útil y provechosa1590 Problemas y secretos maravillosos delas Indias Juan de Cárdenas M1592 Tratado breve demedicina y de todas Agustín Farfán M
las enfermedades1598 Acta deacreditación detitulo médico Fernando Rangel Ortiz M1599 Milicia y descripción de las Indias Bernardo de Vargas Machuca NM1607 Verdadera medicina y astrología Juan de Barrios M1627 Teoría y práctica encirugía Juan de Vigo M1657 Estudioso discurso philosophia anatomia y teatro Jerónimo Becerra NM
ingenioso de los órgarJos y sentidos interioresy exteriores delhombre
1670 Palestra historialdevirtudesy ejemplares Francisco Burgoa NMapostólicos
1674 Tesoro de medicinas para diversas enfermedades Gregario López NM1684 A cta deacreditación detítl/lo médico Juan Escobar M
M = médica; NM = no médica.
junto con el armamento se contara con unbotiquín con remedios sencillos para atender a los heridos y enfermos; esto se aprecia en la obra Miliciay descripción de lasIndias, editada en 1599,2 en la que se hacemención de las enfermedades y lesionesmás comunes, entre ellas las oculares . Losremedios mencionados eran sencillos, detipo emergente, inclusive se menciona laconveniencia de solicitar también la ayudadel "santo ensalmo" para conseguir el alivio. En forma particular dicha obra noprecisa los padecimientos de tipo ocular,indica solamente sus remedios según fuerala causa, "de frío o sereno" o "de calor"; sinembargo, para determinar esta, se requeríadel manejo de conocimiento particular,
2 Vargas, Milicia, 1892, pp. 125-140.
según Enrico Martínez;? lo más probablees que este conocimiento no fuera del dominio de los militares. En las tropas, contaran o no con el elemento mencionado,ocasionalmente se encontraba a alguiencon ciertas habilidades para la curación deheridas sin estar plenamente preparadopara ello, ya que su actividad era otra: artillero, fabricante de tambores o negociante de vino y comestibles ."
Respecto a lesiones oculares, los conquistadores Bernal Díaz del Castillo? yLópez de Górnara" mencionan la lesión
3 Martfnez, Repertorio, 1991, pp. 315-318.4 Fernández, Cirngia, 1936, p. 3.5 Díaz, Historia, 2002 , pp. 239-240.6 López de Gómara, Conquista, 2004 , pp . 232
233.
ENFERMEDADES OCULARES Y SU ATENCiÓN EN LA POBLACiÓN NOVOHISPANA 15
que sufrió Pánfilo de Narváez, con unapica o lanza, en 1520 al intentar apresar aHernán Cortés. La expresión referida porDíaz del Castillo es que "estaba muy malherido y quebrado el ojo", además menciona que se solicitó ayuda al maestre Juan,que formaba parte de la tropa de Narváez;este título se otorgaba desde la edad mediaa los cirujanos." El término "quebrado" serefería a una lesión con pérdida funcionaldel globo ocular y no se utilizaba en loslibros médicos de la época, por lo que seconsidera un término de uso popular.
Según las crónicas y diversos estudios,la ciudad de Tenochtitlan antes de la llegada de los españoles tenía buenas condiciones sanitarias;" sin embargo, a partir dela invasión, se produjo una estela de destrucción y matanza de indígenas, lo queprovocó que estas se modificaran. La presencia de soldados y esclavos infectados yprovenientes de otras colonias propiciaronla diseminación de diversos microorganismos, lo que generó epidemias. Específicamente la viruela ingresó a República Dominicana (La Española) en 1518 y de ahía Nueva España en 1520,9 esta ocasionó lamuerte de gran parte de la población y aotra la dejó ciega, así lo refiere fray Bernardino de Sahagún: "Esta pestilencia matógentes sin número, muchas murieron porque no había quien pudiese hacer comida;los que escaparon de esta pestilencia quedaron con las carasahoyadas, y algunos conlos ojos quebrados.t'" Se tiene registro deque a esta epidemia la precedió la de 1515al norte de Yucatán, y posterior a la de
7 San Martín, Influjo, 1892, p . 13.B Ortiz, Medicina, 2003, pp. 148-157, YGonzá
lez, Polüicas, 2001, pp . 103-113 .9 Alvarez, Historia, 1960, p. 45.10 Sahagún, Historia, 1975. pp. 744-745.
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1520 le siguieron otras cuatro, en total seisen el siglo XVI y tres en el XVII. 11 Se haestimado que sujetos no inmunes a esteagente infeccioso presentaron riesgo de lecalidad de 30 a 60%, aquellos indígenasque llegaron a sobrevivir presentaron secuelas dermatológicas y oftálmicas severas,como la ceguera, no así los europeos porpresentar mayor resistencia, pues este agente se encontraba en su continente desdela edad media.V La epidemia de sarampión también afectó la mucosa ocular, conentojecimiento e inflamación del globoocular acompañado de lagrimeo.
Los padecimientos oculares no relacionados con enfermedades sistémicas estuvieron presentes en la población peninsular e indígena, según los libros médicoseditados en Nueva España durante lossiglos XVI y XVII , que debieron ser consultados por los médicos y cirujanos novohispanos. Galeno refería la existencia de110 males oculares.P sin embargo, lospadecimientos identificados en las obrasanalizadas no registran este número, perosí expresan la existencia de infecciones<conjuntivitis), catarata y nube (leucoma)en forma reiterativa. Con respecto a estosdos términos se aprecia que los utilizabanen forma indistinta, probablemente porque algunas de la obras fueron escritas porsujetos que no eran médicos, aunque seintuye que las diferenciaban por el tratamiento aplicado a la catarata. Padecíantambién afecciones del aparato lagrimal,carnosidad (pterigión), traumatismos y sededuce la presencia de glaucoma por eltratamiento que proporcionaban.
11 García, Celis y Carboney, "Viruela", 1992,pp. 1-2.
12 Balanguer, Nombre, 2003 , pp. 19-28 .13 Barrios, Verdadera, 1607. p. 68.
JOSÉ ROBERTO PERALTA RODRIGUEZ
El principio humoral servía de fundamento para explicar el or igen de las cnfermedades oculares, aunque también se proponían otras causas, como se aprecia en laobra de López de Hinojosos de 1578,quien trató de clasificarlas a partir de ellas,como se aprecia en uno de los párrafos desu libro:
enfermedad vienea losojospor causas primitivas y antecedentes, acontece haber golpey caer polvo en los ojos, aunque sea pocosueleaccidentarse. La causaantecedente es elhumor que correde la cabeza y de estos accidentes viene la virtud de losojosa enflaquecerlay durar mucho la enfermedad y a criarlenubes en losojospor la mucha continuaciónde tiempo que corre allí el humor. Cuandoestos accidentes vienen de cólera frente alenfermo más dolor y calor. Algunas vecestiene arenilla entre los ojosy de losmismosojosy de losánguloscon mo[...]dicacion dentro y aspereza en ellos y es propiamente enfermedad contagiosapor esose pegá con facilidad al otro ojO.14
Esta obra es interesante por varios aspectos, uno es la consideración de factoresque pudieran influir en las característicasde salud y longevidad de la población existente en Nueva España. Otro es el referente a la forma de tratamiento para elalivio de una de las molestias de las conjuntivitis o de la obstrucción de la vía lagrimal, que consiste en lagrimeo excesivoy constante. Menciona que en caso de noser útiles los remedios mencionados, habíaque aplicar "un parchecito de tacamahacaen la sien junto al cabo del ojo enfermo".15Este aditamento sería el "chiqueador", ya
14 López, Summa, 1578, pp. 70-71." lbid., p. 72.
fucra de terciopelo o de carey, utilizadopara quitar jaquecas!" y comúnmente representado en retratos femeninos dc laépoca colonial. A partir de lo referido porHinojosos, este tipo de elemento, el chiqueador, tendría una variante de utilización. Más adelante del párrafo referido expresa que de no ser útil el parchecito,
es bueno cortarle la vena que trae el humoral ojo y así de cortar junto alojo, a la partede detrás a la puncicade la cejay así se hacede estamanera. Ligatlecon un paño el cuelloque parezcaque le quiere ahogar hasta quehaga apariencia dicha vena al sentido de lavista o del tacto y con una lanceta la abrany se queme con un cauterio [...] se meta dentro de un grano de inciensoy [...] cuidandoque no se le cierreel orificio poniéndole cadadía el inciensoencima de las cejas un pañomojado en vino y cuando la llaga se va cerrando se pone un parche de racarnahaca.' 7
Lo anterior muestra lo violento y traumático del tratamiento al que se sometíael enfermo. Quizá el sujeto al desconocerlo accedía a él , pero una vez experimentado o referido por otra persona, probablemente buscaría alguna alternativa para sucuración, por lo que podría recurrir almédico indígena o bien continuar con lamolestia.
El término de tacamahaca se refiere alas hojas o resina balsámica del árbol delgénero Elapbrium (E. 'Iomentosum y E. Tecamabaca). Este nombre y el de tecomhacaes la forma valenciacla adoptada al parecerdesde 1663 del término náhuatl tecamacao tecomacibayac. Aparece en los libros dePedro Arias de Benavides y de Juan Fra-
16 Martínez, "Magnificencia", 1991, p. 60.17 López, Summ«, 1578, pp. 73-74.
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gasa referentes a la utilización de vegetalescomo formas de terapia médica. Su aplicación era como analgésico en situacionesde dolor de vientre y de "uijada", así comopara "evitar el corrimiento hacia la cabezaque se colocaba detrás de las orejas".18
En particular, Cárdenas, religioso agustino que estudió medicina en la colonia yeditó su obra en 1591, refiere la asociaciónde la ceguera a la viruela, aunque tambiénconsideraba el humo excesivo que existfaen las viviendas y la ingesra desmedidadel vino "de tierra". Esta privación de lavista fue producto de la cicatrización depústulas en la córnea, porción anatómicatransparente en condiciones normales, enla que se generaba una mancha blanquizcaque obstaculizaba el paso de la luz y eradenominada "nube", término de uso popular utilizado desde la edad media19 yque aparece en los textos revisados. En estos últimos se menciona este padecimientocon dicho término o bien el de tipo médico, leucoma, utilizado desde el año de1514; por otra parte, otros autores lo refieren como un "accidente de los ojos" yno asociado a la viruela, a excepción deCárdenas. Este autor menciona los posiblesmecanismos de origen de la ceguera:
no es necesario referir en particular todas lasenfermedades por donde se viene a perderla visra y como esto sucede por opilación yobstrucción de los nervios ópticos, o por estar el daño en las telas o túnicas de los ojoso en los propios humores que están en laparte interior de ellos.?"
1" Fresquet, Inicios, 1992, pp . 281-307, YFlores,Historia, 1982, t . 1, p . 63 .
19 Esteban, "Cicatrices", 1999.20 Cárdenas,Problemas, 196 5, pp. 223-226.
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En relación con otros padecimientosoculares, este mismo autor expresa que
las cosas que más ofenden y dañan a la vistason los ajos, el vino, los demasiados actosvenéreos, el polvo, lashabas, el humo y sobretodo velar demasiado, todas estas cosas sonmuy dispuestas y apropiadas a ofender y dañar la visra"
Asimismo, concebía que estos elementos enviaban humos y vapores, gruesos ypesados, desde el estómago hasta el cerebro, lo que generaba daño ocular. Los vapores, al desplazarse desde el cerebro hastael ojo, por los nervios ópticos, "embotan,entorpecen y enturbian los espíritus visivos en quien se sujeta la virtud visiva".22En particular se interesaba por la ceguerade los indios.
Pedro García Farfán, en 1592, expresóen su obra una clasificación general de lasenfermedades oculares, aunque ahonda enlos tratamientos. En especial mencionaque una de las causas de inflamación ocular es el "corrimiento de sangre por estarmuy lleno el cuerpo o las venas de la cabeza" o debido a "algún humor coléricomezclado con la sangre aunque no hayaabundancia de ella".23 Por otra parte, esimportante comentar que a partir de loque relata en relación con los padecimientos existentes, se aprecia el que probablemente sería un glaucoma, o bien una neuritis. Menciona dos ideas importantes quehacen pensar en este padecimiento: que lospacientes llegaban a presentar la adnata(conjuntiva), "llena de muchas venas", yque "la inflamación es grande y el dolor
21 Ibid., pp. 224- 225.22 Ibid., p. 226.23 Farfán, Tratado, 1592, p. 127.
JOSÉ ROBERTO PERALTA RODRIGUEZ
mucho",24 aspectos que conforman en parte el cuadro clínico que actualmente seconsidera como "ojo rojo" y que el signode dolor es particular del glaucoma, queal no ser tratado conduce a la ceguera. Párrafos adelante, este autor expresa que"cada día vemos a muchos quedar sin visión y a otros que les faltan los ojos de lacara por no atreverse algunos que profesanla medicina a hacerles sangrías de la cabeza",25 además menciona que para esta situación de inflamación, si el tratamientode las sangrías no diera resultado, debidoa que "si el dolor fuera tan grande [...],añadan a este remedio dos granos de opiomolido",26 esto último confirma el signopatognomónica del glaucoma que es elintenso dolor. Aplicaban en ese entoncessangrías y ventosas en el cuello, con lo queobviamente no disminuía la presión intraocular, lo que ocasionaba la pérdida dela visión. El manuscrito pictórico de De laCruz y Badiana presenta en el capítulo JJlo relacionado con las afecciones ocularesy en estas aparece el glaucornar'? sin embargo, la explicación del padecimiento nocorresponde a este, ni se encuentra en lossiguientes aparrados de enfermedades oculares. Podría pensarse que esta obra enfatizara en alguna parte de su contenido loreferente al intenso dolor ocular, pero no esasí, lo que hace pensar que esta afecciónprobablemente no la padecieran los indígenas y sí la población peninsular y mestiza.
De las obras escritas en el siglo XVII,
la de Juan Barrios, ediradaen 1607, es considerada la más completa de este periodo.En esta obra expresa la diversidad de cau-
24 tu«, p. 128 .25 ¡bid.26 tus; p. 129 .27 Cruz, Libe/Ita, 1991, p. 33.
sas de las enfermedades oculares, entreellas el velar, la luz solar, el humo, la abundancia de sangre, por humor colérico y porotros tipos de ellos; sin embargo, refiereun padecimiento denominado dureza delojo o prerigión, engrosamiento conjuntival que progresivamente invade la superficie corneal y que llega a impedir la visión.Es posible que lo calificara así por la apariencia de origen de este tejido, esto esproveniente de la esclerótica, ya que unade las características de esta es la dureza.Además manifiesta su experiencia de haberla cortado varias ocasiones al padre Antonio de Sales, lo más factible es que sebasara en lo recomendado por Galeno, estoes, por "cirugía y hierro".28 Este padecimiento y su tratamiento no se mencionanen las obras previamente comentadas, aunque los médicos indígenas, varios añosatrás, lo eliminaban rambién por mediosquirúrgicos.I? Otra obra de dicho siglo, yque no es precisamente de carácter médico, es la de Francisco de Burgoa en la quenarra el procedimiento para "batir la cataratas". Se aprecia la forma de desprendercon una aguja el ligamento que sostiene alcristalino opaco para lograr modificar suposición y permitir así el paso de luz haciala retina y con ello la visión; sin embargo,no se utilizaba, al parecer, ningún tipo deanestesiay además existía el riesgo de generar la pérdida del globo ocular por vaciamiento de este, como fue el caso narradodel fraileLope de Cuellar,"? u otras lesiones.
Durante la búsqueda de tratados médicos que ahondaran en los padecimientosoculares, se identificaron dos documentos que dan fe de bachilleres que obtuvie-
28 Barrios, Verdadera, 1607, p. 70.29 Flores, Historia, 1982, p. 110.30 Burgoa, Palestra, 1934, pp. 354-355.
ENFERMEDADES OCULARES Y SU ATENCiÓN EN LA POBLACiÓN NOVOHISPANA 19
ron el grado de médico, uno de ellos de1598 de Fernando Rangel Orriz y el otrode 1684 de Juan Escobar y Soltero; los dosdan idea del tema sobre el que versaronsus exámenes ante los jurados de la Universidad. El primero fue sobre el dolorocular y su tratamiento con base en baños,fomentos, extravasación de sangre y otrasformas, acorde con lo mencionado por Hipócrates en su sentencia sexta, aforismotrigésimo primero. Expresa cinco conclusiones en las que refiere que el dolor oculares cruel, de aparición repentina y que refleja destemplanza de los humores en elhombre; la principal forma de tratamientoera el corte en la vena para extraer sangre,aunque deja entrever que había otro detipo vegetal que ayudaba a extraer los humores putrefactos que ocasionaban la dolencia. El segundo documento indica quese trató de la disertación médica y filosófica respecto al aparato ocular como elemento que permitía determinar afeccionescorporales; presenta tres conclusionesenfocadas a la importancia y susceptibilidadde este órgano , así como su relación conlos humores alterados que influyen en elcuerpo"! (imágenes 1 y 2).
Estos documentos inducen a pensarsobre la exigua consideración hacia losojos, probablemente por la menor frecuencia de sus padecimientos ante la de otrosórganos; sin embargo, emerge nuevamenteel paradigma del dolor ocular, lo que conduce a considerar que probablemente estesigno fuera frecuente y,por lo tanto, relacionado con el padecimiento del glaucoma, situación que llamaba la atención delos médicos para su solución.
31 Archivo General de la Nación (en adelanteAGN). Universidad, vol. 284, f 201; vol. 285, r. 1,fr. 281 Y289.
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Unos de los aspectos no consideradoscomo enfermedades, sino como afeccionesde tipo visual presentes en la sociedad yabordados en los libros de medicina de lossiglos XVI y XVII, fueron la nictalopía oceguera nocturna y las anomalías visualescomo la miopía, hipermetropía y presbicia, no bajo el término que actualmentese conoce, pero sí referidas por los síntomas que presentaban los sujetos. En laobra del siglo XVI de Juan de Cárdenas serefiere que "las especies que representanlos objetos y cosas visibles pueden pasara la pupila del ojo donde se ejecuta el misteriosos acto de ver".32 En la de GarcíaFarfán se aprecia el término de "flaca vista", no asociada a las nubes ni a las cataratas; sólo se hace referencia al tratamientoutilizado en forma líquida para realizarlavadosde ojos o bien de purgas.P Juan deBarrios hace referenciaen su libro de 1607a la situación "de los que no ven bien ytienen oscuridad en la vista",34 este últimotérmino aplicado por los latinos; ademáshace la aclaración de que "aparece la pupila sin afección pura y lirnpia'Y' y quepuede manifestarse en forma rápida o lentapero atribuida
principalmente a humores crasos, y fríos, yde calientes, desecando y arrugando las telasy nervios como acontece a los viejos, puédesehacer de mucha tristeza o por debilidad delos espíritus visivos o por muchas evacuaciones desecando estas partes.t?
32 Cárdenas, Problemas, 1965, p. 224.33 Farfán, Tratado, 1592, p. 131.3' Barrios, Verdadera, 1607, p. 70.3S iu«; p. 7I.36 [bid.
JOSÉ ROBERTO PERALTA RODRIGUEZ
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Imagen 1. Documento probatorio de la acreditación de Fernando Rangel Ortiz como médico en1598. En la parte final se aprecian las conclusiones de su disertación .Fuente: Archivo General de la Nación, Universidad, vol. 284, f. 201.
ENFERMEDADES OCULARES Y SU ATENCiÓN EN LA POBLACiÓN NOVOHISPANA 21
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Imagen 2. Documento probatorio de la acreditación de Juan Escobar como médico en 1684. Enla parte final se aprecian las conclusiones de su disertación.Fuente: Archivo General de la Nación, Universidad, 285, t . 1, f. 281.
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22 JÓSÉ ROBERTO PERALTA RODRiGUEZ
Jerónimo Becerra expresa en su libro(1657) conceptos referentes al proceso dela visión sin ser del todo claro (imagen 3);a partir de la redacción se deduce que laconcepción del fenómeno de la visión lesera complejo:
Formase esta visión en la pupila del ojo donde está el humor cristalino alimentado de lavirtud del cerebro que por los conductos delos nervios ópticos le es comunicada y enella se reciben las especies que remite el ob
. jeto que están en la superficie de todo, loscuerpos y necesitara de aire y luz en el espacio medioY
Como se aprecia, se atribuía la visióna la pupila o cristalino, lo que probablemente panía de la observación de que alpresentarse en la zona pupilar una coloración blanquizca (catarata),o bien una mancha superficial de esta tonalidad (leucoma),se impedía la visión, sin saber que esta reside en la retina. Es muy probable que lapérdida de visión, sin estar asociada conla opacidad, generara cuestionamientos eincertidumbre respecto a la idea del sitiode residencia de la visión.
En el libro de Juan de Vigo de 1627,se encuentra la idea clara de los vicios derefracción ocular, aunque sin utilizar términos en particular para cada uno; sólorefiere lo siguiente:
si los espíritus fueran muchos y sutiles vende lejos discerniendo las cosas pequeñas y sifueran pocos y sutiles ven de cerca y no delejos, y así los tales espíritus placer en la mucha claridad ni en la mucha sutilidad de lasmedicinas, ni en el movimiento fuerte desu cuerpo; los espíritus que son pocos en
37 Bezerra, EJtudioJo, 1657, p. 2.
cantidad y raros causan mala vista porqueven mal de lejos y mal de cerca y por tantoesto se entristece de la luz y no puede verbien [...], y si los espíritus fueran muchos encantidad y gruesos, entonces ven más lejosque de cerca [...] concluyo que la buena vista es la que sigue a la debida cantidad, claridad de los espíri tus y por eso cuando talesespíritus fuesen muy claros verían de nochecomo ven los búhos y garos."
En esta obra se aprecia el término de"espíritus visivos" (concepto implicadopara explicar el proceso de la visión segúnla corriente estoica), producto de la mezcladel "pneuma o espíritu" tomado del aire através de la respiración y del generado porla digestión de los alimentos. Esta licuefacción se realizaba en la base del cerebroy se desplazaba por los nervios ópticos hasta llegar al cristalino, en donde se pensabaque residía la visión, para salir del ojo y localizarse en su cercanía. A su vez los espíritus visivos serían transformados por laacción del medio, lo que propiciaría sudesplazamiento a distancia, para así, a manera de palpación, percatarse de los objetos. Lo anterior permite entender la ideareferente a la cantidad de los espíritus visivos que, fueran muchos o pocos, afectaríanla visión y asimismo la presencia de quehumores vaporosos, generados en excesopor algunos alimentos, afectarían el globoocular y la visión .
Ante lo anterior resulta interesanteconsiderar lo expresado en uno de los párrafos del libro de Geronymo Bezerra, laidea de interponer un elemento entre elojo y el objeto con el fin de proporcionarmejoría:
38 Vigo, Teoría, 1627, pp. 137-138.
ENFERMEDADES OCULARES Y SU ATENCiÓN EN LA POBLACiÓN NOVOHISPANA 23
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Imagen 3. Portada del libro de Geronyrno Bezerra en el que aborda la fisiología de los órganos delos sentidos, ent re ellos la del globo ocular, de acuerdo con la concepción de ese entonces.Fuenre: Guerra, Iconograf ía, 1955.
24 Jos é ROBERTO PERALTA RODR IGUEZ
de la potencia y el objeto se forma la noticia de todas las cosas y estas dichas especiesson insensibles aunque algunos pensaron locontrario, fabricando instrumentos para dara entender que se podía ver como toda la representación objeriva que se halla en la partey punto medio de cualquier cosa.39
El elemento al que se hace referencia,el "instrumento", podría considerarsecomo las lentes, que servirían para mejorarla visión; sin embargo, este autor no estaba, al parecer, muy convencido de ello, yaque no hace más énfasis. Gregario López,en su obra, menciona como remedio paraclarificar la vista la mezcla de polvo resultante de frotar la piedra amatista con mármol y disuelta en agua de hinojo/'" Delos libros analizados, este último es el único en el que apareceel tratamiento con baseen polvo de rocas, terapia utilizada en diversos padecimientos oculares por lapidarios medievales, sustentada en la analogíade que las piedras de coloración roja seaplicaban para fortalecer la sangre; estaidea provenía de viejas tradiciones del antiguo Egipto o de civilizaciones asirio-babilónicas .4 1
FACTORES CONDICIONANTESDE LAS ENFERMEDADES OCULARESY DE SU ATENCIÓN
Previamente a la llegada de los conquistadores, la sociedad indígena de la ciudadde Tenochtitlan presentaba padecimientosoculares; sin embargo, hasta el momento
39 Bezerra, Estudioso, 1657, p . 4 .40 López, Tesoro, 1990, p. 82.41 Esteban de Antonio, "Oculísrica", 1999, pp.
58-76.
se carece de información acerca de si estoseran los mismos o diferían de los que seobservaban en la época colonial, todo hacepensar que algunos eran similares comoel de la "carnosidad o pterigión", pues losmédicos indígenas aplicaban tratamientoquirúrgico. Es probable que algunos padecimientos se manifestaran al modificarse laforma de vida, costumbres y hábitos alimentarios; asimismo por la presencia decolonizadores y esclavos transmisoresde otras enfermedades, así como por el ingreso de variedades de animales no existentes en el nuevo continente, portadoresde microorganismos patógenos. En formasimultánea los colonizadores presentaronpadecimientos no conocidos en su sitio deorigen, por lo que la variabilidad de padecimientos se diversificó. Un aspecto pococonsiderado es la consecuencia biológicadel mestizaje, que involucra la variabilidadgenética, lo que pudo condicionar la susceptibilidad o resistenciaa presentar diversos padecimientos y asimismo su transferencia a las generaciones siguientes. Enla actualidad se considera que las características genéticas del sujeto puede serun factor que lo predisponga a padecerciertas enfermedades.
Dadas las características del presentetrabajo, se consideró la organización socialcomo factor que contribuyó al aspecto sanitario de la ciudad y a la distribución delpersonal dedicado a proporcionar atencióna los enfermos y también a la vigilanciade la práctica médica.
CONDICIONES SANITARlAS
La reconstrucción de la ciudad que sería lacapital de Nueva España la realizó el personal designado por Hernán Cortés, al
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mismo tiempo se estableció la traza delterreno en el que se asignaron inicialmentesolares y huertas a integrantes del ejércitodel conquistador. A medida que llegabanmás colonizadores, algunos de ellos conrecursos económicos, se solicitaba espaciopara la construcción de viviendas. Se consideró que la zona donde se asentaría lapoblación se dividiría en espacios rectangulares; el centro fue destinado a los españoles, con el fin de concentrar el gobierno,proporcionar seguridad de sus pobladoresy facilitar la evangelización; el espacio periférico se designó a los indígenas: Santiago Tlaltelolco, San Sebastián Atzacoalco,San Pablo Zoquiapan, Santa María Cuepopan y San Juan Moyotlán.v'
El panorama inicial se constituía dezonas en construcción de viviendas, templos y conventos con calles apenas insinuadas, y además canales y acequias urilizadospara el tránsito y desagüe de la laguna,terrenos anegados, zonas áridas por deforestación y otras ampliamente arboladas.Con el tiempo este panorama se modificó.Cervantes de Salazar expresa que los edificios españoles se encontraban rodeadosde casas de los indígenas, humildes y dispuestas en forma desordenada; por lo tanto, se propició la formación de suburbioso arrabales, con casas de adobe, madera ytechos de tejamanil, barro o paja, y piso detierra.4 3 Con el incremento de la poblacióncolonizadora y mestiza, se pasó a construircasas en zonas periféricas, así que los asentamientos indígenas quedaron dentro dela ciudad, lo que condicionó que el perso-
42 Mier y Terán, Primera, 2005 , pp . 102-127 , YSánchez, "Población", 2004 , p. 41.
4 3 Galindo, H istoria, 1925, pp. 81-137; Cervantes, México, 1986, pp . 64-100, y Sánchez de Tagle,Dueños, 1997 , p. 57.
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nal y sitios que atendía a los enfermos quedarán dentro de la zona urbana.
Entre 1524 y 1535, las actas del Cabildo de la ciudad manifiestan el interés porcuidar las condiciones sanitarias; los acuerdos tomados se enfocan en solicitar a lapoblación la limpieza de sus calles y se establece que los propietarios de ganadoporcino lo controlen y cuiden para impedir su dispersión por las calles, para asímantener la limpieza de la ciudad y evitarla contaminación del agua, so pena de aplicar multas, Asimismo, otro aspecto que semanifiesta es la insistencia de la autoridaden cercar las propiedades con el fin de evitar la acumulación de desperdicios.?" hastael siglo XVII se contó con sistema de recolección de basura4 5 y a pesar de ser utilizado, gran cantidad de esta se desechabasin control, lo que ocasionaba sitios que"impregnándose el aire de todas las hecesy vapores corruptos que exhala inmundiciarecogida y como estancada en los hoyos ybarrancos que se hacen con el continuotráfico".46El establecimiento de las medidas anteriores lleva a pensar que en puentes, atarjeas y acequias se propiciaba lainmundicia, por lo tanto, era común encontrar aguas sucias y pestilentes, contaminadas por excremento de ganado y desperdicios de toda clase que la poblacióndesechaba en ellas y en terrenos no bardeados, que eran focos de propagación detodo tipo de infecciones. Aunado a lo anterior, "los naturales de la baja plebe" tenían costumbres
44 Mier y Terán, Primera, 2005, pp. 152, 155157,193-198,211,214,240,241,247 ,280,287,310,313, 334, 364, 370 , 394, 410 , YSánchez deTagle, Dueño«, 1997, p. 57.
4, León, "Cielo", 2005, p. 20.46 Sánchez de Tagle, Dueños, 1997 , p. 57.
JOSÉ ROBERTO PERALTA RODRIGUEZ
contrarias al natural instinto de las gentes oprimeros movimientos de la razón, todos loshombres en todas las panes, aun sin usar delos actos reflejos de ellas, como por instintonatural buscan las tinieblas y lugares másocultos para exonerarse de las corporales inmundicias, aquí parece que haciendo ostentación de su propia porquería, hacen tambiénlas excreciones de sus cuerpos en el mediodía,en las plazas y en los lugares más públicos."
El cuidado de la sanidad de la vía pública decayó con el tiempo, las calles quedaron abandonadas a las costumbres ynecesidades de quienes vivían en ellas oposeían talleres, algunos se interesaban pormantenerlas en condiciones favorables, yafuera por aspectos estéticos o por beneficiopropio más que por salubridad. Para 1613,mediante una ordenanza, la Audiencia cedió al Ayuntamiento la responsabilidaddel saneamiento de la ciudad. De esta manera, se encargaría de un sinnúmero de actividades de supervisión y cuidado de diversos aspectos relacionados con la saludde la población, como abastecimiento delagua, recolecciónde basura, limpieza de calles, plazas, canales, cloacas, atarjeas, acequias y drenaje; del buen estado de alimentos y expendios de bebidas, inspecciónde fondas, vinaterías, panaderías, rastros,tocinerías, así como del cuidado de cementerios, hospitales, asilos, boticas y de lasactividades de quienes atendieran enfermos. Todo lo anterior requería de organización y de personal que desempeñara eltrabajo y que lo supervisara, lo que suponía demasiado esfuerzo y constancia queno fue posible de sostener ante la rapidezdel crecimiento de la población; por ello,las condiciones sanitarias decayeron con
47 Fernández, "Puertas", 2005, p. 69.
el tiempo y se incrementó la demanda deagua, entre otras necesidades.:"
La arquitectura inicial de las casas erasemejante a fortalezas : base de cal y cantera con vigas de madera, pocas puertas yventanas hacia la calle; en el interior teníangrandes patios, al estilo de las poblacionesespañolas, con cuadras para caballos y salasde armas Lasconstrucciones se fueron modificando, solían tener dos patios: el principal, en cuyo rededor se distribuían lashabitaciones importantes. En el patio deservicio, que se encontraba a un costado, selocalizaba la letrina o "secreta"; no se acostumbraba que las habitaciones contarancon espacio para esta, únicamente se encontraba la tina, el aguamanil y el tocador,resguardados de la vista por medio debiombos. Por tanto, las letrinas se ubicaban alejadas de las habitaciones, pues eranlugares pestilentes, sin agua corriente; sumobiliario consistía en un tablón con varias perforaciones amplias. Cada vez quehabía la necesidad de defecar y orinar enlas habitaciones, los miembros de la familia hacían uso de tazas de noche o bacinicasy orinales; por las noches estos aditamentos se colocaban junto a las camas y por lamañana los desechos eran vertidos en lascalles o en los retretes."? Aunque cada casatenía sus particularidades tenían un patrónparecido, sus variantes estaban en la capacidad de construcción, compra o alquiler.Otros tipos de vivienda fueron las casasde huéspedes y de vecindad generadas porel incremento de la población, lo que llevóal hacinamiento.
Loanterior da idea de que las infecciones oculares se manifestaban por las condi-
48 Sánchez de Tagle, Dueños, 1997 , pp. 13-97,49 Femández, "Puertas", 2005, pp. 60- 61, 67-6iJ,
y Curiel, "Ajuares", 2005, pp. 96-97.
ENFERMEDADES OCULARES Y SU ATENCiÓN EN LA POBLACiÓN NOVOHISPANA 27
ciones particulares de la ciudad y de lasviviendas que, aunadas a situaciones defrecuentes inundaciones y terremotos, podrían propiciar aún más la presencia depadecimientos tanto generales como oculares. Otros padecimientos más severos,asociados a enfermedades sistémicas, pudieron ser provocados por la .presencia demicroorganismos y parásitos en el ganadoequino y porcino u otros animales, que alser introducidos en la invasión y colonización actuaron como vectores. Padecimientos precolombinos, como la leishmaniasis,sífilis, tuberculosis, tripanosiomasis y oncocercosis,provocaron lesiones retinianas,corneales y glaucoma, condicionantes deceguera.i" en la población, mientras queotros agentes, como los de la cisticercosisy tracoma.?! que probablemente llegaroncon los europeos, también la generaron.Así, tanto conquistados como conquistadores padecieron de enfermedades generalesy oculares desconocidas para ambos.
Otra forma posible de daño ocular fuela relacionada con las actividades laboralesde alarifeso albañiles: al utilizar cal blancapara recubrir las superficies de iglesias ycasas se ocasionaban lesiones corneales,conjuntivales y palpebrales, o bien el alojamiento de arenillas o panículas de canteraal ser decoradas las fachadas de estas construcciones.V de igual forma se afectaban
'0 Ortiz de Montellano, Medicina, 2003, p. 152,YFrancisco Guerra y Ma. C. Sánchez Telles, "Lasenfermedades del homb re americano", pp. 27-29, en<www.ucm .es/bucm/revistas/ghi/0211611l!articulos/guce9090110019a.pdf> [consulta el 12 deabril de 2006].
51 Somolinos, Relación, 1978 , p. 262, YMcGibony, "Trachorna", 1942, pp . 21-23 .
'2 Super,VitÚt, 1983, pp. 23-29, YBaudor, VitÚt,1992, p. 266 .
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los herreros, probablemente por el desprendimiento de partículas de metal yexposición al calor intenso en la forja delmetal. Aunque en la cercanía de la ciudadde México no existían minas, los indígenasy esclavos negros debieron presentar afecciones oculares asociadas a padecimientospulmonares, o bien los plateros expuestosa excesivas cantidades de este metal padecían argirosis, es decir, daño en la conjuntiva ocular y corneal.
Cronistas de la época relatan que enNueva España se realizaban festejospúblicos religiosos y civiles en los que se empleaban juegos pirotécnicos elaboradoscon pólvora negra, también utilizada enlos armamentos; lo más seguro es que sehayan presentado accidentes por quemaduras en diferentes regiones corporales,entre ellas la ocular; asimismo los traumatismos en este órgano por acciones violentas, incluidas riñas y asalros.?" Otro aspecto también accidental y probable fue lalesión retiniana por observar direcramentelos eclipses." ante la curiosidad del fenómeno por la creencia de su influencia endiversos acontecimientos de la vida cotidiana individual y colectiva de la sociedadnovohispana; lo anterior pudo haber causado pérdida de visión central.
POBLACIÓN y PERSONAL DEDICADOA LA ATENCIÓN DE ENFERMEDADES
Un aspecto inquietante ha sido determinarnuméricamente la población existente enel nuevo continente y la que llegó específicamente a Nueva España. El interés dediversos investigadores ha llevado a ex-
'3 Baudot, VitÚt, 1992, p. 275.'4 Moreno, "Astronomía", 1999, pp. 52-59.
JOSÉ ROBERTO PERALTA RODRíGUEZ
presar cifras aproximadas ante lo complejode la indagación, pues se requiere del análisis de documentación localizada en diversos sitios y zonas geográficas. Para considerar la migración de peninsulares haciaNueva España y su estancia en ella, es necesario partir desde el momento en queCortés reclutó en Cuba a la mayoría desus soldados. De ellos sólo se han identificados a 743 y es probable que un númeroindeterminado falleciera en acciones bélicas o por otras causas y por lo tanto noaparecieran en los registros referentes alotorgamiento de solares una vez consumada la toma de la ciudad; Dorantes deCarranza refiere que en 1604 se contabilizó a 1 326 conquisradores.P?
Se tiene registro de que entre 1520 y1539,13262 peninsulares y europeos tramitaron su migración hacia México y Santo Domingo, siendo el primero el sitiopreferido. De estos migrantes, 845 eranmujeres, 252 de ellas viajaban con sus maridos y 85 se reunirían con ellos; 457 eransolteras y niñas, y más de 51 viudas y mujeres de estado civil incierto.56 En relacióncon la población en Nueva España, se tiene conocimiento de que el virrey Antoniode Mendoza, en 1535, determinó que secuantificaran las viviendas españolas; sinembargo, no se asentaron en las actas delCabildo posteriores a este año los datosreferentes al total de habitantes. Se ha determinado que hasta ese año, el Cabidohabía otorgado un total de 534 solares,sin contar los otorgados por Cortés en uninicio y por el Cabildo previamente a1524, pues no se tiene registro."? Tan sólopara tener una idea general del número
55 Martínez, Pasajeros, 1999, p. 170.56 lbid.•p. 171.57 Mier y Terán, Primera,2005, p. 470.
poblacional hasta el año de 1535, bastaríamultiplicar la cifra de solares otorgados,en donde se supone que vivía una familiaintegrada por cuatro miembros (dos hijosserían suficientes, al menos, para prolongarla hasta la segunda generación), el totalsería de 2 136 pobladores peninsulares oeuropeos; sin embargo, esta cantidad nosería del todo exacta, ya que algunos deellos serían solteros o tendrían más hijoscon mujeres indígenas y peninsulares ytambién habría que considerar el promedio de vida en ese entonces. A esta cantidad habría que sumar la de los indígenas,mestizos, criollos y población de color.Boyd-Bowman considera que entre 1520y 1559 residían tan sólo 1 150 pobladoresespañoles y europeos en la ciudad de MéxiCO.58 Entre 1560 y 1579 persistía en España el interés por viajar a América: de7 218 viajeros la mayoría elegía a Méxica, 59 aunque es de suponer que no rodosse asentaron en la ciudad de México, puesexistían otras regiones territoriales en proceso de colonización. La gran cantidad deinmigrantes se dio ante la crisis económicacreciente de España, ya que las ciudadescoloniales generaban la esperanza de mejores condiciones de vida, lo anterior sereforzaba por lo expresado en cartas privadas de pobladores de Puebla. Ante estollegaron más mujeres casadas y solteras,mercaderes, artesanos, letrados, ademásde nobles o hidalgos, en mayor parte peninsulares y, en menor proporción, italianos y franceses. Aunque Aguirre Beltránestimó que en Nueva España, en 1570,la población negra llegó a 20 569; la deblancos, 6 464, y la población mestiza ensus variantes y la indígena seguían siendo
5" Martínez, Pasajeros, 1999 , p. 177.59 lbid., p . 180 .
ENFERMEDADES OCULARES Y SU ATENCiÓN EN LA POBLACiÓN NOVOHISPANA 29
las predorninantes.f" Sin embargo, no seha precisado el descenso demográfico deeste sector de la población ante las diversasepidemias que lo afectaron desde 1520 yen los periodos de 1545-1548 , 15631564,1576-1581 Y1587-1588, ademásdel que generó la esclavitud, el maltrato yla pobreza. Se estima que tan sólo en elbarrio de Tlatelolco en 1623 existían12000 indígenas, 6 000 en 1634 y menos de esta cantidad en 1646; se consideraque la población indígena de la capital,excluyendo a la de Tlarelolco, se había reducido a mediados del siglo XVII a 20 000personas.?' En relación con la poblaciónmestiza, que siempre fue minimizada porlos peninsulares, junto con los indígenasconformaron el grupo poblacional máscuantioso; sin embargo, no se ha estimadoel total.
De cualquier forma el incremento paulatino de la población en la ciudad de México se dio, las propias condiciones de viday de migración hacia la colonia generó requerimientos de todo tipo en la mismaproporción, incluida la demanda de atención de enfermos. Específicamente en relación con el personal que atendía enfermos,en un inicio algunos de los elementos queintegraban el ejército de Hernán Cortésprestaban esta atención en forma empírica,más tarde arribaron peninsulares y europeos con conocimiento médico formal ytambién clérigos, además de los que tenían preparación informal, como los flebotornianos o barberos. Aunado a ellos seencontraban los médicos indígenas quecon el paso del tiempo sumaron a su conocimiento la medicina europea y formasde tratamiento utilizadas por otras cultu-
60 Aguirre, Población, 1972 , p. 220.6 1 Israel, Razas, 1997, p. 49.
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ras como la africana, lo que llevó a la presencia de curanderos perseguidos por laInquisición ante los procedimientos supersticiosos o mágicos aplicados comotratamiento.
En parte, la forma de distribución dela población en la colonia determinó laubicación de quienes prestarían esta atención. Los médicos peninsulares, clase aristócrata de entonces, se establecieron en elcentro de la ciudad y también aquellosque tuvieran o no la formación de cirujanoy flebotomianos ; los frailes que ejercíantambién esta función se ubicaban en sitioscontiguos a los conventos y ubicados entrelos límites territoriales de la "gente con ysin razón", lo que facilitaba su acercamiento a los indígenas para su conversión. Enla periferia quedaron los médicos indígenas que atenderían a la población allegadaa sus formas de tratamiento, también peninsulares que, ante la desilusión de lostratamientos aplicados por sus compatriotas, buscarían solución a sus problemas desalud, según lo comenta Motolinía.62
En este artículo, se determinó la cantidad de sujetos que atendía a los habitantes de la ciudad de México en la época colonial ; se identificaron en los siglos XVI yXVII la existencia de 171 médicos y 116cirujanos ; el número de ambos para cadasiglo se mantiene alrededor de 86 y 58,respectivamente.v' En un inicio predomi-
67 Benavenre, Historia, 2003, p. J81.63 Somolinos, Relación, 1978; García, Bibliografía,
1954, pp. 223-242; Rodríguez-Sala, Hospital, 2004,pp. 99-100; AGN, Universidad, exp. 108, f. 99; exp.7S, f. 71; exp. SO, fs. lOS-110; exp. 127, f. lS7;exp. 43, fs. 59-60; exp. 131, fs. 172-174; exp. 34,f. 15; exp. 68 , k 67-68; exp. 4, ff. 5-6; exp.5, f. 6;exp. 104,f. 105;exp. 14,fS. 17-18;exp. 12,f. 31;exp.17, fs. 17-18; exp. 18, f. 19; exp.15, f. 19; exp. 37,
JOSÉ ROBERTO PERALTA RODRíGUEZ
naron notablemente los médicos peninsulares sobre los portugueses y alemanes,asimismo en los cirujanos en los que también se encontraban portugueses ingleses,francesesy holandeses. Aunque la Universidad de México fue constituida en 1553,el número de egresados en el área médicaentre 1567 y 1597 fue de catorce, lo queequivale a dos médicos egresados poraño,64 número reducido ante las necesidades. En relación con el personal que aten-
f. 56; exp. 20, IS.28-29; exp. 36, IS. 52-53; exp. 77,f. 91; exp. 90, fs. 122-123; vol. 284 , f. 201; vol. 285 ,t . 1, fs. 281, 289; vol. 284, f. 369 ; vol. 284, f. 395;vol. 284, f. 418; vol. 284, f. 369; vol. 284 , f. 395; vol.284" f. 418; AGN, Reales cédulas, vol. 36, exp. 358,f. 295 ; vol. 33, exp. 395, f. 450; vol. 33, exp , 208, f.199; vol. 30, exp. 681, f. 248; vol. 77, exp. 73 , f. 2;vol. 24, exp. 29, f. 37; vol. 24, exp . 62, f. 87; vol.33, exp. 275, f. 280; vol. 33, exp. 276, f. 28 ; vol. 40 ,exp. 41, fs. 38-39; vol. 50, exp' 20, /S. 31-31V;vol. 11,exp. 73, f. 110; vol. 18, exp. 60, f. 59; vol. 28, exp.668, f. 500; vol. 28, exp. 471, f. 354; vol. 18, exp.307, f. 222; vol. 11, exp. 73, f. 110; vo!. 18, exp. 60 ,f. 599v; vol. 18, exp. 307, f. 222; vol. 28, exp. 471,f. 354; vol. 28, exp. 668, f. 500; AGN, Indios, vol. 23,exp. 412, fs. 399-400; AGN, General de Partes, vol.8 , exp. 32, f. 17; AGN, Matrimonios, vol. 179, exp.1242, f. 4 ; vol. 128, exp. 154 , fs, 388-390; vol. 28,exp. 150, fs.400-402; exp. 107, vol. 29, fs. 249-250;vol. 49, exp. 10, fs, 23-24; vol. 24 , exp. 26, fs, 126128; vol. 28, exp. 14, fs. 41-42; vol, 65, exp. 34, fs.123-125; vol. 98, exp. 61, fs. 155-157; vol. 98, exp.64, fs. 164-166; vol. 98 , exp. 75-77, fs. 195-200;vol. 113, exp. 32, fs. 83-85; vol. 122, exp. 14, fs. 6162; vol. 122, exp. 34,fs. 112-114; vol. 126, exp. 57,fs. 167-169; vol. 135, exp. 33, fs. 5-6; vol. 183, exp.89, f. 5; vol. 136, exp. 48, f. 8; vol. 136, exp. 62,f. 8; vol. 138, exp. 96, fs. 7-9; vol. 172, exp. 29, f. 2v;vol. 172, exp. 54 , f. 2; vol. 172, exp. 182, f. 4; vol.183, exp. 39, f. 3v; vol. 183 , exp. 93, f. 3; vol. 195 ,exp. 58, f. 3; vol. 198, exp. 70, f.2; AGN, Inquisición,vol. 681, exp . 14, f. 28.
64 AGN, Universidad, vol. 1, 1567-1598.
día a enfermos sin ser de las dos condiciones mencionadas, esto es frailes y médicosindígenas, los registros aún son menores,se cuantificó alrededor de 42, dato no muyconfiable, ya que de seguro la cantidad demédicos indígenas era mayor.
Algunos de los médicos y cirujanosemigraron a Puebla, Morelia y otras regiones, lo que se confirma en las actas del Cabildo del año de 1532. Uegó a tal gradola migración poblacional que dos años mástarde se manifestaba la preocupación deeste ante el riesgo de que la ciudad cayeraen manos de los indígenas.65 El dato anterior y lo expresado por Sahagún dan ideade que el número de médicos y cirujanospeninsulares, junto con los médicos indígenas, file insuficiente para atender a lapoblación de Nueva España, sobre tododurante las epidemias que padeció la ciudad de México. Por otra parte, este aspectogeneraba que algunos de ellos incrementaran el monto de sus honorarios, a pesar deque desde 1536 el mismo Ayuntamientohabía tasado este en medio peso por visita,66 costo semejante alque obtenía un carpintero indígena diariamente en 1556.67
Esto significaría que este tendría que dejarde comer un día para realizar el pago porla visita médica, además habría que sumarel gasto del medicamento, en caso de necesitarlo, el cual tendría que adquirir conel boticario.
Lo difícil que era la inspección y control de los ejecutantes de las acciones médicas, así como la escasez de trabajo paragran parte de la población, propició en lacolonia y en el continente europeo la presencia de sujetos que se hacían pasar por
65 Mier y Terán, Primera, 2005 .66 García, Bibliografía, 1954, p. 258.67 Baudor , Vida, 1992, p. 272 .
ENFERMEDADES OCULARES Y SU ATENCiÓN EN LA POBLACiÓN NOVOHISPANA 31
médicos y cirujanos como una forma deobtener recursos económicos , ya que además de cobrar por la visita estaba obligadoel "complemento o sorpresa" que la gentepudiente acostumbraba a otorgar, este podía ser una mula o bien alhajas con diamante o metales preciados que se colocaban debajo de la almohada del enfermo, obien en ocasiones se pedía anticipo parainiciar la cura. 68
Con esto se concluye que el serviciomédico era privativo para cierto sector dela población; sin embargo, otra proporción de quienes atendía a los enfermos carecía de la idea mercantilista de su actividad, por lo que atendía a la poblaciónhumilde como uno de los deberes de suprofesión, aspecto legislativo español establecido desde antes de la conquista deAmérica y que probablemente se mantuvoen algunos médicos. La otra opción quetenía la población era acudit a los conventos y hospitales para ser atendidos de susenfermedades. Según Gage, los indígenasacudían poco al médico, pero sí con los médicos aztecas y con equivalentes a los farmacéuticos que asistían al mercado conungüentos, jarabes y otras drogas apropiadas 69 (imagen 4).
Las fuentes de información revisadasmuestran que el médico de la época atendía todo tipo de padecimientos, sin embargo, su participación se enfocaba en administrar tratamiento mediante diversoscompuestos con base en productos vegetales, animales y humanos, elaborados y distribuidos por elboticario. En el casode quese considerara que los remedios eran ineficacesse recomendaba la extracción de sangre, esta lo realizaba el cirujano, barbero
68 Rico, Vida, 1974, pp. 82-91.69 Gage, ViajeJ, 1987, p . 134.
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o flebotomiano, pero con la recomendacióndel primero y bajo su presencia, según seaprecia en Ley 7, apartado 14, de la Recopilaáón de Leyes de Indias en donde se menciona que el encargado de curar cataratas"haya de asistir (e, 2) juntamente con ellosal cortar y curar, médico o cirujano aprobado, y que en otra manera no puedancortar ni curar't.?? La razón de la designación particular para la aplicación de variantes de tratamiento data de la edad media, ya que la realización de cualquierlabor manual era considerada de poca relevancia, por ello el acto quirúrgico eratransferido al cirujano y no al médico. Aunado a lo anterior, se tenía la concepciónde que el cuerpo era una vil prisión delalma que no merecía atención y ademásde que el cuerpo de los muertos era sucioe impío y había que abstenerse de tocarloy mancharse con su sangre. Para los clérigas , el cuarto Concilio Lateranense (1215)les prohibió la práctica médica cuandoesta implicara cortar o quemar; sin embargo, en varias ocasiones las congregaciones concedieron permiso a sacerdotespara elaborar y distribuir medicamentos. Para aquellos sacerdotes que hubiesensido médicos debían practicar la profesiónen forma "gratis y por el amor de Dioshacia todos y ante la ausencia de otros rn édicos'"" (imagen 5). Por esto, no es excepcional que religiosos como FranciscoBurgoa u otros batieran cataratas y proporcionaran tratamientos médicos o elaboraran obras de consulta en las que se mencionaban formas de tratamiento a diversospadecimientos. En general, la práctica qui-
70 Álvarez etal., Historia, 1960, p. 91.71 Fanning, William H.W., "Medicina y ley ca
nónica", en <www.enciclopediacatolica.com/m/medycanon > [consulta el 28 de abril de 2006] .
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15u.
Imagen 4. Representación pictórica del Códice Florentino en que se registra la aplicación de goras ofrálmicas a base de extractosvegetales utili zados por los médicos aztecas.Fuente: Sahagún, Historia, 1926: Reproducción autorizada por el Inst ituto N acional de Antropología e Hi storia. CONACULTAINAH-Méx.
Figura 5. Recuadro de la pinr ura t itu lada 5(111 Camilo de Lesis, del siglo XVIII (autor novoh ispanoanónimo). Se represenra a clérigos al cuidado y ate nc i ón de los enfermos.Fuente: Col. del Museo de la Basílica de Guadalupe. Reprod ucción aut orizada.
34 J OSÉ R OBERTO P ERALTA R ODRíGUEZ
rúrgica y la extravasación sanguínea fuetrasladada al cirujano y barbero, lo que enforma colateral otorgaba niveles inferiores dentro de la escala profesional y social.
Lo anterior da idea de la pauta de loque tiempo después serán las especialidades médicas; en París en el siglo XIII ya setenía la costumbre de capacitar sujetospara la solución quirúrgica de padecimientos específicos como hernias, cálculos renales y cataratas. por lo que se supone queestos padecimientos eran frecuentes en lapoblación y, por lo tanto, existía personalpara dedicarse a ello. La existencia de ciertas formas de especialización en los dominios españoles se dio desde 1517 en la islaLa Española (República Dominicana) en elámbito de los médicos , cirujanos, especieros, herbolarios, ensalmadores, oculistas yhechiceros." En forma particular, se promulgó la legislación dictada por Españapara el gobierno del Nuevo Mundo, muestra de ello es una de las cédulas enviadaal virrey y Audiencia de Perú en 1579 enla que establecía que "no se permita ejercer como médico, cirujano, boticario, barbero, argibrista, oculista y otros tocante ala medicina y cirugía sin ser examinado",en ella también se indicaba el costo delexamen, de tres ducados.?" que una vezaprobado permitiría ejercer como oculista .Este costo correspondía aproximadamentea 33 reales. Sin embargo, al parecer la figura del oculista en el reino español estabapresente ya desde el siglo xv, pues en unarecopilación de las Leyes de Indias, en suLey VlI, apartado 14, se indica que se darálicencia para "curar cataratas" a quienesla hayan obtenido así en años anreriores."?
72 Álvarez etal., Historia, 1960, p. 86.73 Encinas, Cedulario, 1945, t. r, p . 225.74 Álvarez etal., Historia, 1960, p. 91.
Al realizar este artículo se ha determinado que la atención de padecimientosoculares en la ciudad de México se otorgaba, por una parte , por algunos cirujanos yaespecializados. En documentos existentesse indica que en el año de 1616, FranciscoDrago era "hombre muy eminente y singular en esta ciudad para batir cataratasy curar cualesquier enfermedad de los ojosy para gastar, extirpar, carnosidades y socorrer con remedios muy eficacesa la dificultad de los orines."?
Este cirujano de origen genovés desarrolló esta actividad subvencionado por elCabildo hasta el año de 1625 . Su presenciaen la ciudad de México era ilegal, fue detenido durante una redada destinada adetectar indocumentados paraser deportados al continente europeo; sin embargo,la población solicitó al Cabildo su permanencia en la ciudad con el argumento delprestigio alcanzado.?" La petición fue apoyada por el protomédico doctor JerónimoHerrera y por los médicos Diego Cisneros,Diego de los Ríos y Alonso García de Tapia, con lo que se evitó su salida de la colonia. El gobierno lo contrató para que"atendiera a los pobres" y por ello se lepagaba 200 pesos al año; sin embargo,cada año se renovaba su contratación. Sunombre, licenciado Valle Francisco Drago,aparece en el escrito que envió al Cabildodonde expone el haber laborado hasta elmes de enero de 1626 y que se le adeudaba dos meses de sueldo. A partir de estedocumento fechado en 1628 su nombreya no aparece en la contratación de espe-
75 Archivo Histótico del Distrito Federal (en adelante AHDF), Ana, de Cabildo, 1621-1623, núm. inv.65t1, libro 24, pp. 42-43.
76 AHDF, Actas de Cabildo, 1614-1617, núm .inv. 650 A, libro 21 , pp. 103-104.
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cialistas que hacía el Cabildo y tampoco seaprecia en las actas de este el interés porcontratar a otro oculista."? Llama la atención que Francisco Drago , además de tratar enfermos de cataratas , atend ía "ta~a~o
nes de orina , hernias y quebraduras". II 10ante rior se realizaba en Europa desde e!siglo XII, ya que se capaci taba a ciruianospara atender estos padecimie ntos;" porotra parte, desde el sig lo x se considerabaque la orina se producía de los cuatro humores y, seg ún la escuela h ipocráti ca-gal énica, era uno de los eleme ntos en el quese podía reconocer desajustes del funcionam iento orgánico. Siglos después, específicamente en el XVI, Paracelso afirma ba quea pa rt ir de la orina se podía predecir e!funcionamiento global de! organismo, porlo que la muestra de orina fue utilizadapara el d iagnóstico de enfermedades. Deun vaso de muestra se consideraba que lacapa supe rior simbolizaba la cabeza, el siguiente nivel el pecho, el tercero el vientre y el m ás profundo correspondería alaparato urogenital. Para llegar al diagnóst ico del sitio de afección se ag itaba el vasopara que se formara espuma, si esta bajabaal segundo nivel y lentamente volvía a lasuperficie, significaba que los órganos delpecho eran el sitio de la enfermedad, perosi subía con rapidez, el lugar de la enfermedad era la cabeza y probablemente los ojos.
La relación de Drago con los médi cosmencionados fue, en primer lugar, porque
77 AHDf , Actas de Cabildo, 1626-1628, núm .inv. 659 A, libro 16, p. 151.
7' AHDF, Actas de Cab ildo, 1621-16 23. núm.inv. 650 A, libro 21, p. 38 1.
79 Porenziani B.,Jul io C , "Historia de la urologíamundial siglo 1 d . C al siglo v d . C ", en <http ://medjax.apends.be/urologiaaldialurologia_v2Ihisrorialcronologíalmund ial/siglolO.asp> [consulta en octubrede 2005].
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Diego de los Ríos yJerónimo H errera participaron como protomédicos desde añosprevios al m omento en que se solicita supe rm anencia en la ciudad y hasta 1621 ,además am bos fueron médicos del SancoOficio; es probable que lo conocieran dadasu habil idad, o bien porque lo hayan exam inado para poder ejercer. A pesar de labúsqueda de diversos documentos en losque se refiriera su práct ica profesional enhospitales de la ciudad de México, no fueposible precisar el sitio; sin embargo, elapoyo Otorgado por Diego Cisneros, queno perteneció al Protomedicato ni a la Inquisición, pudo ser consecuencia del reconocimiento de su capac idad al haber laborado conjun tamente en el H ospital dela Con cepción de Nuestra Señora o en eldel Amor de Dios , lo más probable es quehaya sido en este último puesto que recibía apoyo gubernamental, aunq ue estabadestinado a enfermos venéreos. Tampocose descarta la idea de que laborara en orrossitios como el hospital del Espíritu SancoyNuestra Señora de los Remedios , dedicadoa ate nder mujeres y hombres españolespobres. Por otra parte, el pago del Cabildono siempre era puntual, lo que se apreciaen las aetas por el reclamo de médicos y 31g ibristas, y por ello es probable de queDrago atendiera fuera de él, lo que le per mitía tener ing resos adi cionales.
Es de considera r la petición de la sociedad para que Drago no saliera de la ciudad, esto lleva a suponer que cierta partede la población se preo cupab a por carecer de este tipo de especialista; aunado a loancerior, tam bién se plantea la duda por lafalta de incerés del Cabild o por cont ratara otro oculista. Asimismo resulta intrigante que Drago sólo estu viera po r un lapsode nueve años, qu izá fue extraditado comootros m édicos no peninsulares al irnpo-
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nerse la autoridad de la Fiscalía de la RealAudiencia sobre la del Cabildo para expulsar indocumentados o bien por no serafines a las creencias religiosas.
Además de los médicos y cirujanos quepudieron atender padecimientos oculares,cada uno de acuerdo con su enfoque detratamiento, algunos religiosos también10 realizaron, un ejemplo de ello fue el"batir" la catarata. En la obra de fray Francisco de Burgoa, editada en 1670, se expresa que fray Lope de Cuéllar fue sometido a este procedimiento, pues padecíade "catarata levadiza" y una vez de que laconsideraron "ya madura y fácil de batida,con parecer de todos, se encomendó a unreligiosos lego, que teníamos, excelentecirujano y boticario, hombre de grandesexperiencias y que había curado a otrosde aquel achaque'U"
Otro ejemplo del interés de los clérigospor colaborar en la atención a los problemas de salud fue el de escribir tratados demedicamentos, como Gregario López, quepresenta apartados específicos para problemas oculares; asimismo los cirujanoshicieron lo mismo con el fin de que fueranutilizados por clérigos y personas que deseara auxiliar a enfermos en sitios en donde no había médicos ni cirujanos.
Lo mencionado hasta el momentomuestra que en la ciudad de México elpersonal dedicado a tratar padecimientosoculares estaba integrado por médicos, cirujanos y eclesiásticos; no obstante, laatención hacia los padecimientos visuales,descritospor sus síntomas, y referidoscomo"debilidad de la virtud visiva, enflaquecetla vista y enturbiar los espíritus visivos",fueron del ámbito del maestro vidriero alrededor del año de 1652 y en 1786 por
80 Burgoa, Palestra, 1934, pp. 354-355.
el graduador de anreojos/" El interesadoen mejorar su visión debió acudir con elmaestro vidriero para que los elaborara obien a una tienda de venta de estos ya existente en la ciudad en el año de 1689. Estosaditamentos se comercializaban tambiénen mercados, ya fuera como artículo queentraba ilegalmente de Europa o bien porque fueron sustraídos de sus dueños .YAunque existían vendedores ambulantesque recorrían las calles ofreciendo sus artículos, es probable que estos no los ofrecieran porque su costo propiciaría el asaltoal vendedor. El procedimiento para determinar el anteojo con el que mejorara lavisión fue empírico, únicamente se seleccionaba el que proporcionara mejor visióndespués de colocarse varios. Los anteojostuvieron un costo económico alto, por loque una minoría de la población los usaba;aparte de la característica mencionada, laincomodidad de algunos de ellos por elmaterial con que estaban elaborados y porel aspecto estético propició su uso, redu cid083 (imagen 6).
La relación profesional entre el cirujanoy el médico estuvo fundamentada legalmente, sin embargo, al parecer, por diversos factores, no siempre era así. La relacióncon el maestro vidriero pudo ser casual einformal, en parte por la idea poco cIaradela función visual y su alteración, no obstante, la circunstancia principal de la ausencia de esta relación fue la concepciónde la acción de las lentes para mejorar lavisión, pues se contraponía con la teoríahumoral.
Actualmente en las relaciones de tratados médicos traídos de Europa hacia Amé-
81 Peralta, "Desarrollo", 2005, pp. 26, 4L82 [bid" pp . 30-32.83 Ibid., pp. 38-40.
ENFERMEDADES OCULARES Y SU ATENCiÓN EN LA POBLACiÓN NOVOHISPANA 37
Imagen 6. Fragrnenro del cuadro titulado El nacimietnode la VirgenMana de Cristóbal de Villalpando,de pri ncip ios del sig lo XV III. Muestra uno de los modelos de anteojos de los sig los XVII y XV III.
Fuente: Col. del Museo de la Basílica de Gu adalupe. Reproducción autorizada.
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rica para médicos y cirujanos formados yen vías de serlo, no se ha identificado ellibro de Ben ito Daza de Valdés , editadoen España en 1613, que es considerado ellibro más importante de la época referentea los anteojos (imagen 7). Uno de sus capítulos, el de "Diálogos", narra la relaciónent re médico y maestro vidriero, el doctorprecisa la form a de tratar la catarata y dejaver que además de ser conocedor de aspectos anatómicos y quirúrgicos ocularestambién lo era referente a los anteojos, sinembargo, aclara que el maestro vidrieroes quien recomienda anteojos para remediar los problemas visuales.t" Aunque esteapartado es una forma literaria de la épocarenacentista, también se encuentra en laobra del doctor Farfán y en la de Cervantesde Salazar. El primero comenta con susalumnos o interlocutores lo referente a t ratamientos médicos y el segundo dialoga lavida cotidian a y caracter ísricas de la ciudadde México en el siglo XVI con otros dospersonajes. Esto muestra que el m éd icodel siglo XVII conocía diversas formas detratamiento y probablemente al especialista que pudiera proporcionarlo, quizá ennuestro país esto se diera tiempo después.Lo más seguro era que el médico part icipara en forma conjunta, al menos con elcirujano, para dar solución al problemadel paciente, lo que refleja la relación intraprofesional poco abordada en nuestropaís, ya existente, au nque reglamentadaen el sig lo xvn"
Toda actividad laboral en Nueva España fue controlada y regulada pot el gobierno , ya fuera el virrey o el Ayuntamiento , ya fuera en forma directa, como en elcaso de la práctica médica, por medio del
84 Márguez, Libro, 1923, pp . 209- 232."' León. "Evolución", 1999, pp. 253-260.
Protomedicato, o a través de los gremios,en el caso de las actividades artesanalesdel vidrio, o sea para el m aescro vidrieroque elaboraba anteojos y que probablemente perteneciera al gremio de los loceros, pues el número de vidrieros no eratan numeroso como el de los plateros, sastres u otros.86 Este control se establecióen España desde la edad med ia y fue traspelada a las colonias españolas canto porcostumbre como por cédulas reales . Elanálisis de las funciones de ambas entidades de vigilancia muestra que el interésera proteger a la sociedad de profesionalesimprovisados, ya fueran del ámbito de lamedicina o de los oficios artesanales; sinembargo, encontraba el reclamo de privilegios y derechos de estos, como fue laprotección a competencia desleal, exenciónde impuestos, preservar y fomentar el monopolio de las actividades artesanales, precios uniformes de actividades y productosy otras prerrogativas m ás, que simultáneamente llevaban a ocupar un est rato en lasociedad novohispana.
Las funciones del Protomedicato fueron múltiples y obviamente realizadas porm édicos, en el caso de los ciru janos únicamente era llamado uno para part icipa r enel examen de algún cirujano y si se presencara un candidato a farmacéutico se incorporaba al jurado de examen a un faculrat íva de esta rama, los otros dos integrantesdel jurado eran médicos. En particular parael cirujano Drago, que era genovés, el Protomedicato tuvo que examinarlo paraejercer y también tuvo que presentar un documento que avalarasu preparación, pues eranalgunos de los requisitos para facultativosextranjeros; sin embargo, aún no se han encontrado documentos que comprueben esto.
80 Peralta, "Desarrollo", 200 5, p. 12.
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POR EL L. BENITO DACA DE VALDES..NOtariodc elSanco Oficío dela Cíadad de Sevilla,
5:J E 1) 1 C.Á1> o A NYEST'll..L SEÑ.OtJt4Je 14 Fumj4nta de laOU4aJ deCordoua.
I~o·~·"~·~··ª··_·'-'---"' ""íiiiiiii_e o N P II 1 VIL B G 1 O.
lmprel1'o en Scuilla. ~01' Diego l:'tTC'Z. Aiíode1 () ; J.
Imagen 7. Portada del libro dc Benito Daza de Valdés, hasta ahora el primer libro editado encastellano en el que se aborda la recomendación de lentes y aspectos relacionados.Fuente: Márquez, Libro, 19230
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Otra de las normas del Protom edicatoestablecía qu e para presentar examen serequería experiencia previa de cinco añoscomo cirujano, por lo que si Drago fue identificado como oculista en 1616, su estancia en la colonia debió de ser por lo menosa partir de 1611 para ser examinado.
En relación con el Protomedicato, este,ant e la escasez de mé dicos y cirujanos enlos años previos de la fundación de la Universidad donde se formaban médicos, debió de ser flexible ante las normas establecidas al menos durante los primeros añosy sobre todo en las épocas de epidemiasparapoder atender a la pob lación enferma.Por otra parte, si su interés iba dirigidoal establecimiento de condiciones sanitarías más propicias y al apoyo económicohacia los hospitales por par te del Ayuntamiento, esto debió verse reflejado en documentos que manifestaran su participaciónactiva para evitar el cierre de hospitales,pero no fue así. Las grandes necesidadeseconómicas por las mismas característicasde los hospitales, que no sólo atendían aenfermos, sino también a menesterososque requerían alimentación y hospedaje,propiciaban la dificultad paramantenerlosaun con aportaciones económicas de algunos miembros de la sociedad y de lasestrategias implementadas por las órdenesreligiosas. Por lo anterior podría pensarseque el Ayuntamiento influía en el Protomedi cato más como medio de control - apesar de que el rey tenía potestad sobreeste pero que se diluía ame la d istanciageográfica- , por el ingreso económico,producto del pago de derecho a examenpara realizar el ejercicio profesional y mul tas, que como un apoyo para la sociedaden materia de salud . Asimismo, algunosmédicos que participaban como profesoresen la Universidad veían a este como una
fuente más de ingresos, ya que con ser catedrático de Prima de Medicina automáticamente fungiría corno protomédico, loque daba reconocimiento en el ám bitoacadémico y social, además de beneficioseconómicos, y a su vez el acceso a nivelesgubernamentales, pues el tercer protomédico, de mercedogracia, era nombrado porel virrey.'"
CONCLUSIONES
A partir de los objetivos propuestos eneste trabajo, se concluye que las enfermedades oculares en la población novohispana fueron diversas y generaron lesiones leves y severas. Estas últimas condujeron ala inva lidez por ceguera, provocada poracciones bélicas, accidentes laborales y durante la vida cotidiana; por procesos degenerativos propios de las estructuras oculares , como el glaucoma, probablementetransferido genéticamente por el mest izaje; asimismo como resultante del tratamiento quirúrgico propio de la época, ypor contagio de microorganismos transmi tidos por militares, civiles, esclavos y especiesanimales presentes en el territorio conquistado. Orras de las afeccionesfueron lasde tipo visual que no ocasionaban la invalidez, sin embargo, afectaron el pleno desarrollo de las actividades de los sujetos; suconcepción impidió de alguna forma eluso de las lentes porque eran poco consideradas .
Aunque las condiciones de salubridadde la ciudad de México fueron una preocupación del Cabildo, las med idas establecidas para procurarla no siempre fueronatendidas por la población, asimismo las
87 Flores y Troncoso, H istoria , 1982 , t . 2, p. 179.
ENFE RMEDADES OCULARES Y SU ATENCiÓN EN LA POBLACiÓN NOVOHISPANA 41
características de las viviendas de los diferentes sectores de la sociedad propició lapresencia de padecimientos contagiosossistémicos y oculares.
La sociedad novohispana no tuvo suficientes médicos y cirujanos que proporcionaran atención a padecimientos generalesy oculares, por lo que sacerdoresy médicosindígenas participaron en ello. La formade asistencia a la población era particularpor los tipos de tratamientos aplicados ypara algunos de ellos la actividad estuvorestringida por costumbres y reglamentación. Lapresencia del oculista en la ciudad de México se dio a partir de 1611,sin embargo no fueron numerosos; la atención a las afecciones visuales no invalidantes pudo ser proporcionada por e! maestrovidriero a partir de 1652 en forma circunstancial y aislada de toda relación médi ca,al menos en Nueva España.
La participación de! Protomedicato seenfocó únicamente hacia la supervisión dela actividad de! personal que proporcionaba atención a los enfermos fuera o no calificado, su influencia ante el Ayuntamientofue mín ima para el mantenimiento y promoción de sitios de atención a enfermos,los que en su mayor parte fueron creadosy solventados por civiles y religiosos; e!Cabildo contrataba al personal médicopara brindar este tipo de atención y ocasionalmente intervenían en su mantenimiento.
A partir de este trabajo surgen otrosplanteamientos como son la incidencia dela ceguera en la pobl ación indígena en laépoca precorresiana, la presencia de oculistas en otras ciudades principales de lascolonias españolas hacia donde emigrabanmédicos y cirujanos, la participación deotras formas de asisrencia a padecim ientosgenerales y oculares, así como la indaga-
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ción respecto a la relación interprofesionalentre e! personal que atendía a los enfermos en el cont inente americano a partirdel siglo XVII .
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