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El legado de Julie Newman Francisco Romero PERSONAJES ALBERTO: El cabeza de familia. LUISA: Esposa de Alberto. AURELIA: Madre de Alberto. JAVIER: El hijo del matrimonio WASHINGTON PÉREZ: El albacea testamentario de Julie Newman. JANE: La amante de Washington Pérez El escenario refleja el interior del salón de una casa de clase media en la actualidad. Toda la obra transcurre en ese lugar donde cada uno de los miembros de la familia tiene su ubicación, con la excepción del hijo, que aún no ha encontrado cuál es su posición. Abundan los objetos inútiles, muchos adornos de infinidad de estilos aleatoriamente ordenados en torno al sofá y la televisión. ESCENA I ALBERTO lee el periódico sentado en su sillón. LUISA está cosiendo mientras escucha una pequeña radio que tiene encima de la máquina de coser. Entre ellos no se prestan atención. 1

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  • El legado de Julie NewmanFrancisco Romero

    PERSONAJES

    ALBERTO: El cabeza de familia.

    LUISA: Esposa de Alberto.

    AURELIA: Madre de Alberto.

    JAVIER: El hijo del matrimonio

    WASHINGTON PREZ:

    El albacea testamentario de JulieNewman.

    JANE: La amante de Washington Prez

    El escenario refleja el interior del saln de una casa declase media en la actualidad. Toda la obra transcurre enese lugar donde cada uno de los miembros de la familiatiene su ubicacin, con la excepcin del hijo, que an noha encontrado cul es su posicin. Abundan los objetos

    intiles, muchos adornos de infinidad de estilosaleatoriamente ordenados en torno al sof y la televisin.

    ESCENA I

    ALBERTO lee el peridico sentado en su silln. LUISAest cosiendo mientras escucha una pequea radio quetiene encima de la mquina de coser. Entre ellos no se

    prestan atencin. 1

  • LOCUTOR.- Vamos a continuar en nuestro programaHechos Cotidianos con una espeluznante historia pasionalacaecida en nuestra ciudad y que nos ha llenado de estupor. Unaentraable anciana de setenta y cinco aos envenena a su nueradiabtica tras cambiarle la insulina por amonaco.Posteriormente se suicida al no aceptar su hijo el plan de fugarsejuntos e iniciar una nueva vida...

    (Mientras se escucha la radio, entra AURELIA con unabotella de mistela y un vaso. Se sienta, llena el vaso ycomienza a barajar las cartas que hay sobre la mesa.)

    Antes de contarles este apasionante caso con todo detalle, lesdejamos con un mensaje de nuestro patrocinador.

    (Comienza a sonar msica y se escucha una voz de mujer.)

    LOCUTORA.- Usted, que siempre busca lo mejor para sufamilia, no se conforme con cualquier atad, elija el autnticoNew Relax, el nico diseado con tecnologa digital quepermitir un mejor descanso a sus seres ms queridos. NewRelax, paz para el cuerpo y el alma.

    AURELIA.- (A LUISA.) Apaga la radio!

    LUISA.- Por qu?

    AURELIA.- Porque me da la jaqueca y el humor se meavinagra cuando me duele la cabeza.

    LUISA.- Nunca la he conocido sin avinagrar.

    AURELIA.- Te he dicho que apagues la radio, que como lacoja yo va a ir por la ventana.

    LUISA.- (Apaga la radio muy molesta.) Y la mistela no leda jaqueca?

    AURELIA.- Nunca, precisamente, es lo nico que me aliviade los continuos disgustos que me dais.

    LUISA.- Claro, ahora la recetan los mdicos y la paga laSeguridad Social. La mistela es mejor que la aspirina. 2

  • AURELIA.- Pues s, y deja de molestarme que tengo cosasms importantes que hacer.

    LUISA.- Que yo la molesto! (A ALBERTO.) T, no tienesnada que decir!

    ALBERTO.- Yo? De qu?

    LUISA.- De nada, cario, de nada. T sigue pendiente delftbol que eso s es importante.

    ALBERTO.- Acaso me meto yo con los programas queescuchas en la radio?

    LUISA.- No, t nunca te metes con nadie ni te enteras de nadade lo que pasa en esta casa.

    ALBERTO.- Os juro que a veces no s lo que queris de m.

    AURELIA.- Yo quiero que me compres otra baraja, con staya no me salen los solitarios y es imposible de barajar encondiciones. Las cartas se pegan de lo gastadas que estn.

    ALBERTO.- Coger otra del banco cuando vaya a llevar labaja por la hernia.

    AURELIA.- Sabes que sas no me gustan, me molesta lapropaganda que llevan por detrs. Me distraen y no me puedoconcentrar en el juego.

    LUISA.- Digo yo que todas las barajas sern iguales.

    AURELIA.- (Con desprecio.) Qu sabrs t de las cartas!

    LUISA.- Es cierto que no s nada, yo no me he pasado la vidajugando junto a una botella y soando con la llegada de un golpede suerte. Yo he tenido que trabajar para salir adelante.

    AURELIA.- Y a lo que haces le llamas trabajar?

    LUISA.- S seora, yo me gano la vida dignamente con micostura y, por si fuera poco, llevo todo el peso de esta casa ensolitario. Nadie me ayuda y ya me estoy hartando.

    AURELIA.- No me hagas rer, te quejas por cuatro mserascosillas que haces. Si hubieras vivido en mis tiempos habrassabido lo que era trabajar. 3

  • LUISA.- Ya sali otra vez el disco rallado. En sus tiemposesto, en sus tiempos lo otro. Si hizo tantas cosas en sus tiempos,no me explico por qu se ha convertido en una vieja jugadoraalcohlica.

    AURELIA.- Desde luego no s lo que mi Alberto pudo ver enuna mujer tan empercuda cuando se cas. Con la depretendientas tan majas que tena e irse a casar con estamastuerza.

    LUISA.- Quizs lo hizo porque encontr a una mujer que eramucho mejor que la pcora de su madre.

    AURELIA.- Vaya! As que una desgraciada que se dejaprear por el primer imbcil que pasa a su lado se considera unagran mujer.

    LUISA.- Por entonces no era tan imbcil como ahora.

    AURELIA.- T le volviste idiota.

    ALBERTO.- Basta ya! Es que nunca vais a dejar deinsultaros? Porque digo yo que no ser tan difcil vivir con unpoco de paz.

    AURELIA.- Estaremos mucho ms tranquilos cuando t dejesde ser un calzonazos y hagas valer quien manda en esta casa.

    ALBERTO.- Mam, te he dicho muchas veces que aqu todossomos iguales y los problemas no se solucionan por la fuerza,sino con dilogo y un poco de buena voluntad.

    AURELIA.- Que yo soy igual que esa pelandusca! No scomo puedes tener la desfachatez de decirle esos insultos a tumadre.

    LUISA.- Un da me voy a cansar y la voy a armar muy gorda,Alberto, porque ya estoy harta de que esta bruja te tengadominado.

    AURELIA.- Bruja lo sers t, lagarta! (A ALBERTO.) Tumujer es peor que una vbora.

    LUISA.- (A ALBERTO.) Te das cuenta! Veinte aosesperando que me respete por lo que soy, pero siempre me haodiado por haberle robado al cenutrio de su querido hijo.

    AURELIA.- A los ladrones no se les respeta, se les encierraen la crcel hasta que se pudran.

    ALBERTO.- Silencio! As no arreglaremos nada. 4

  • AURELIA.- Si tu padre levantara la cabeza, l sabra cmoimponer el orden... Qu gran carcter tena mi Aquilino y lo bienque nos llevbamos en nuestro matrimonio, no como otros.

    LUISA.- Supongo que fue debido a tanta felicidad por lo queaprovech la primera ocasin que tuvo para tirarse de cabeza aun pozo.

    AURELIA.- Mientes! Todo el mundo sabe que fue undesgraciado accidente. l nunca hubiera hecho eso, mi Aquilinono era de los que se rajan.

    LUISA.- Pues debe ser el nico accidentado que ha dejadoescrita una carta al juez diciendo que no aguantaba ms.

    AURELIA.- Alberto, haz callar a esa arpa o me dar otroarrechucho al corazn!

    LUISA.- Arpa lo ser usted, querida suegra, que ya estoy muyharta de sus soponcios inventados.

    AURELIA.- No, si no parars hasta que me mates.

    LUISA.- Usted es la que nos va a matar a todos con susmajaderas. (Se vuelve hacia ALBERTO.) Vamos, di t algo delo que hemos hablado cuando ella no estaba delante. Ten valorpor una vez y reconoce que esto no puede seguir as.

    ALBERTO.- Yo...

    AURELIA.- Hijo mo, no me dirs que me insultas a miespalda, que desprecias a quien te trajo al mundo y se sacrificpara que llegaras a ser alguien.

    ALBERTO.- No, nunca te he insultado, pero ser mejorcambiar de tema o la volveremos a liar como siempre.

    AURELIA.- Pues dile a esa chismosa que no se meta con unaindefensa anciana.

    LUISA.- S, tan indefensa como un escorpin y con un hijoque es un miedica que se ha inventado una hernia para no tenerque ir a trabajar.

    ALBERTO.- Pero Luisa, no s cmo puedes pensar eso.

    AURELIA.- Hijo mo, no le hagas caso a esa bicha y sintatea descansar, no son buenos los sofocones para tu espalda. Conla de veces que te avis que esta mujer te iba a traer muchosdisgustos. Ni siquiera es capaz de traerte una bolsa de aguacaliente para que no sufras. 5

  • LUISA.- En la cabeza es donde tiene la hernia, pero sa no sele cura con agua caliente, sino con un buen garrotazo para quese entere de quien le emponzoa la sangre.

    ALBERTO.- Los dolores no me los invento y cada da sonms fuertes.

    AURELIA.- Claro que son ciertos, hijo mo, si lo raro es quehayas aguantado tanto al lado de esta fulana sin volverte loco.

    LUISA.- Esta fulana ya no aguanta ms si no se la respeta...(Se va.)

    ALBERTO.- Pero Luisa! Dnde vas? No iras a hacer unatontera? (Sale tras ella.)

    AURELIA.- (Sigue haciendo el solitario.) Jess bendito, qudifcil es que la dejen a una tranquila.

    (Se apaga la luz.)

    ESCENA II

    Antes de que se ilumine el saln comienza a escucharse lavoz de un LOCUTOR de radio.

    LOCUTOR.- Continuamos en nuestro programa con unanoticia de gran repercusin social. Debido a la persistencia de lahuelga de futbolistas, y ante la imposibilidad de encontrar unacuerdo diplomtico, se ha reunido con carcter de urgencia elconsejo de seguridad de la ONU. Por ahora, se ha descartado lapropuesta de un bombardeo selectivo de los campos de ftbol,pero se estudia la posibilidad de que las tropas de pacificacinal mando del almirante Johnson ocupen los estadios y formenequipos para continuar los campeonatos con normalidad. Variospases se han opuesto a esta medida al considerar que losmarines norteamericanos dejan mucho que desear comofutbolistas y eso podra adulterar la liga. 6

  • (ALBERTO est leyendo el peridico en el silln. EntraJAVIER y se acerca despacio a su padre.)

    JAVIER.- Supongo que no debe haber nadie ms informadode todo lo que ocurre en el mundo.

    ALBERTO.- No saba que eso fuera malo.

    JAVIER.- No es que sea malo, pero debe ser muy aburridopasarse toda la vida entre el peridico, la radio y la televisin.Imagino que en algn momento de tu juventud debiste hacercosas ms entretenidas, aunque puede que sea mucho imaginar.

    ALBERTO.- No es asunto tuyo lo que yo hiciera de joven, ysupongo que no habrs venido a hablarme de eso.

    JAVIER.- S y no... Vers, ltimamente la vida de estudiantese est poniendo muy cara y es imposible mantener un statusdigno con el salario de postguerra que se asigna en esta familia.

    ALBERTO.- Mis padres nunca me dieron dinero paracaprichos.

    JAVIER.- Y as te ha ido. No querrs que tu hijo crezca conlos mismos traumas que t?

    ALBERTO.- Yo no tengo ningn trauma!

    JAVIER.- Entonces debe ser terrible llevar una vida tandeprimente sin tener complejos.

    ALBERTO.- Mi vida es tal y como yo he querido que sea.

    (Entra LUISA, lleva una bata de flores en sus manos.)

    LUISA.- Alberto, prubate esta bata que le estoy haciendo adoa Fulgencia. Tengo que ver si la cada est bien y cogerle elbajo.

    ALBERTO.- Por qu yo?

    LUISA.- Porque eres de su misma talla y no te cuesta ningntrabajo. Al menos servirs para algo mientras ests de baja.Todo el da aqu encerrado sin hacer nada til. 7

  • (ALBERTO se levanta, se coloca la bata y LUISA se pone aajustarle el bajo.)

    JAVIER.- As que sta es la vida que has elegido llevar.

    ALBERTO.- (Enfadado.) Ya est bien de cachondearte de tupadre.

    LUISA.- No le hables as al chico.

    ALBERTO.- Y l, puede faltarme al respeto siempre que led la gana?

    JAVIER.- Lo siento, pero comprenders que es muy difcilrespetar a un padre que viste de flores.

    ALBERTO.- (A LUISA.) La culpa es tuya por consentirletodos los caprichos.

    LUISA.- No te muevas y djame terminar.

    (Suena el timbre de la puerta.)

    JAVIER.- Salgo yo, o prefieres imponer tu autoridad?

    ALBERTO.- (Quitndose la bata.) Abre la puerta de unamaldita vez.

    JAVIER.- As me gusta, que me lo pidas con educacin.(Sale.)

    ALBERTO.- Al menos estas cosas las podramos hacercuando el chico no estuviera delante.

    LUISA.- Como si yo tuviera tiempo para hacer las cosascuando a los dems les d la gana. Por cierto, tienes que ir almdico a que te recete ms pastillas para tu hernia, se estnacabando.

    ALBERTO.- La espera puede ser muy larga y me duele laespalda.

    LUISA.- Precisamente por eso vas al mdico, para que te cureo te deje por intil, como quiere tu madre. 8

  • (Regresa JAVIER llevando un sobre en la mano.)

    ALBERTO.- Qu es eso?

    JAVIER.- Era el cartero y me ha dado esta carta que viene deAmrica.

    ALBERTO.- (Extraado.) Quin me escribir?

    JAVIER.- No es para ti...

    (Entra AURELIA sofocada.)

    AURELIA.- Otra vez el ascensor estropeado, lo de esta casaes una vergenza, a este paso no voy a poder ir ni a misa.

    LUISA.- Pues dgaselo a su hijo que es el presidente de lacomunidad.

    ALBERTO.- Ya he avisado y maana vendrn a arreglarlo.

    LUISA.- Para que hagan la misma chapuza de la otra vez.

    ALBERTO.- Yo no entiendo de ascensores, o acaso tambinlo tengo que arreglar yo.

    LUISA.- Cundo has arreglado algo?

    JAVIER.- Os recuerdo que tenemos una carta pendiente.

    AURELIA.- Qu carta?

    JAVIER.- Una que te mandan desde los Estados Unidos deAmrica.

    AURELIA.- A m?

    JAVIER.- En el sobre pone Aurelia Retamero Expsito ysupongo que sa eres t.

    ALBERTO.- Quin la remite?

    JAVIER.- (Leyendo el sobre.) The Smith, Bennet, Wilsonand Prez lawyer office.

    ALBERTO.- Qu has dicho? 9

  • JAVIER.- Me parece que se trata de un bufete de abogados deLas Vegas.

    AURELIA.- Jess, Mara y Jos! Qu quiere de m esagente? Yo no he hecho nada.

    JAVIER.- Lo sabremos cuando leamos la carta.

    ALBERTO.- Dame el sobre para que la lea yo.

    JAVIER.- Acaso no te fas de m? Si viene escrita en inglsno entenders nada.

    ALBERTO.- Si es as, te pedir que la traduzcas.

    JAVIER.- Entonces puede que yo me invente la traduccin.

    LUISA.- (A ALBERTO.) Deja que el chico la lea.

    AURELIA.- (A JAVIER.) Dale la carta a tu padre de una vez.

    JAVIER.- (Lanzando el sobre a su padre.) Ah la tienes,toda para ti.

    ALBERTO.- (Abriendo el sobre.) se es el respeto que teensean en la Universidad?

    JAVIER.- No, es el que he aprendido en esta casa.

    AURELIA.- Vamos, lee la carta de una vez.

    ALBERTO.- Est escrita en castellano y parece importantepor los sellos y firmas que lleva.

    LUISA.- Por qu no te limitas a leerla y dejas que saquemosnuestras propias conclusiones?

    AURELIA.- Ay Jess bendito, qu nervios! Por qu meescribirn a m?

    ALBERTO.- (Leyendo.) Estimada seora Retamero: Comoalbacea testamentario de la gran actriz de Music Hall, JulieNewman, me dirijo a usted para notificarle su recientefallecimiento, que ha llenado de inmenso dolor a todos los quela adorbamos por su inimitable arte, y aprovecho paracomunicarle que en su testamento aparece usted como su nicaheredera.

    AURELIA.- Ay que me da el patats! Que se me ha muertoalguien y yo sin ponerme de luto! No ser del pueblo? 10

  • ALBERTO.- No, madre, no es nadie de all, se trata de unaartista que se llama Julie Newman. Supongo que debe tratarse deuna confusin.

    LUISA.- Eso sospecho.

    JAVIER.- Y cunta pasta ha dejado la piba?

    ALBERTO.- Si me dejis seguir leyendo, quizs podremosaclararlo todo.

    AURELIA.- Sigue, hijo mo, sigue.

    ALBERTO.- (Vuelve a leer.) Debido a lo complejo que seracontar todos los pormenores del testamento por carta, y por sernecesaria su firma para que pueda formalizarse la ltimavoluntad de la finada, le comunico que el prximo da veintisisdel corriente la visitar en su domicilio para aclararle todos losdetalles del testamento de la gran, y por todos amada, JulieNewman. Aqu termina la carta y la firma un tal WashingtonPrez.

    LUISA.- No entiendo nada. Qu tendr que ver esta viejacacata con una artista de cabaret?

    AURELIA.- Eso lo ser la furcia de tu madre.

    LUISA.- Precisamente, mi madre poltica lo es.

    AURELIA.- Ramera!

    JAVIER.- Pues yo supongo que deben ser muchas pelas,porque de lo contrario no se explica que este colega vaya a venirdesde Las Vegas slo para darle el psame a la abuela.

    AURELIA.- Y eso est muy largo?

    JAVIER.- En la parte de atrs del mapa.

    AURELIA.- Pobre hombre, hacerle venir desde tan lejos paranada.

    LUISA.- A ver si hay algo de suerte y se la lleva a la tumbacon la Julie sa.

    AURELIA.- No, si no se va a callar la muy zorra.

    ALBERTO.- Basta ya! As no hay quien pueda pensar.

    LUISA.- En qu? Desde cundo piensas t? 11

  • AURELIA.- (A ALBERTO.) No s cmo permites que esabicha te trate as.

    JAVIER.- Abuela, t no recuerdas a nadie de tu familia quese fuera a vivir a Amrica? Eso nos podra arreglar la vida.

    AURELIA.- Toda mi familia era muy decente y nunca sehubieran ido a vivir tan largo.

    ALBERTO.- Haz un esfuerzo, madre, hay mucho dinero enjuego y nuestro destino puede depender de ello.

    LUISA.- Lo dudo.

    AURELIA.- (Tras pensar un rato.) Por parte de mi madretodos estn en el pueblo, aunque la mayora ya descansa en pazen el cementerio. Por parte de mi padre eran muy brutos y todostrabajaban en el campo.

    JAVIER.- Pues estamos arreglados, habr otros que se llevenla pasta.

    LUISA.- Ya me extraaba a m que esta momia tuviera unpariente famoso.

    AURELIA.- Y no rabiars, mala pcora!

    ALBERTO.- Vamos, madre, intenta hacer un esfuerzo, puedetratarse de alguien que no ves desde hace muchos aos.

    AURELIA.- En todo caso slo quedara mi primo Julito, alque no veo desde que ramos muy jvenes. El pobre suframucho porque nadie de la familia comprenda su enormesensibilidad.

    ALBERTO.- Puede que ese Julio se casara con una americanamillonaria y sta haya querido recompensar a la familia de sumarido.

    AURELIA.- Ni hablar, de eso podis estar seguros.

    JAVIER.- Por qu?

    AURELIA.- El pobre Julito nunca se hubiera casado conninguna mujer, aunque fuera millonaria y americana.

    ALBERTO.- Cmo puedes estar tan segura? 12

  • AURELIA.- Por qu creis que se march del pueblo?Cuando mi to Eusebio se enter de que su hijo le tiraba los tejosal sobrino del cura, le dio tal somanta de palos que lo dejbaldao... Y con lo delicado y sensible que era Julito, a los ochoaos ya cantaba mejor que la Piquer... An recuerdo las ltimaspalabras que me dijo antes de partir con su hatillo al hombro,porque a m me quera mucho, yo era la nica que comprendasu desviacin.

    LUISA.- Qu dijo?

    AURELIA.- Esta tierra no es para m, Aurelia, hay muchobruto y poco artista, y algn da, cuando yo sea un nuevohombre, todos lamentarn el mal trato que me dieron, pero yaser demasiado tarde para que los perdone.

    ALBERTO.- Me temo que eso no nos sirve de mucho.

    JAVIER.- Un momento, s que sirve. Lo que acaba de contarla abuela lo aclara todo.

    ALBERTO.- No te entiendo.

    JAVIER.- Est muy claro, el to Julito se debi quitar lo quele sobraba en Amrica y se convirti en la cantante JulieNewman.

    AURELIA.- Qu barbaridades dices! La de guarreras queveis los jvenes en la tele.

    JAVIER.- Que s abuela! En ingls Newman significahombre nuevo y en Estados Unidos la mayora de los artistas sonhomosexuales, que all eso es tan normal como aqu ser delMadrid, aunque tambin es cierto que no todos se operan.

    LUISA.- Yo creo que Javier va a tener razn, y puede que elprimo Julito consiguiera su propsito.

    AURELIA.- (Llorando.) Mi pobre Julito. Mira que morirsetan joven, tan largo y tan cambiado... Tengo que ir a ver al padreDamin para que le haga una misa de funeral. Seguro que lehara mucha ilusin, l fue monaguillo y no veis lo bien quecantaba en el coro de la iglesia.

    ALBERTO.- En este momento hay cosas ms importantes enlas que pensar. 13

  • AURELIA.- Llevas razn, ahora que haca un mes que mehaba quitado el luto por el to Nicols tengo que volver a sacarla ropa negra. Y a ver cmo le cuento yo a mi gente el cambiotan grande de Julito. En el pueblo nunca lo entendern, all sonmuy suyos.

    JAVIER.- Abuela, la palabra correcta es primitivos.

    ALBERTO.- Todo eso es secundario. Ahora tenemos quepensar en lo que vamos a hacer con su herencia y en cmocausarle buena impresin al americano que nos va a traer eldinero, no vaya a ser que haya alguna clusula en el testamentoque le autorice a dejarnos sin blanca si no le gustamos.

    AURELIA.- Le haremos hermano de la Virgen.

    LUISA.- No creo que sa sea la mejor forma de impresionarle.Esa gente tiene creencias muy raras. Pienso que si le regalamosun lote de productos tpicos lo agradecer ms.

    JAVIER.- Con un poco de suerte se acab la poca deestudiante tercermundista. Ahora tendr mejores oportunidadespara ligar que el resto de mis compaeros.

    LUISA.- Dirs mejores oportunidades para estudiar.

    JAVIER.- Eso slo es para los que no tienen dinero. Losmillonarios se mueven en otro nivel.

    ALBERTO.- Lo primero es evitar que se enteren nuestrosconocidos. Si descubren la fortuna que vamos a heredar, sedesatar su envidia y nos acosarn como buitres para que lesdemos un prstamo.

    LUISA.- Pues yo no pienso pasarme la vida ocultndome, quea m tambin me gusta vivir como una seora y lucir ropa cara,y, por supuesto, lo primero es coger a una asistenta para que sehaga cargo de las labores de la casa nueva.

    ALBERTO.- Yo no digo que no podamos vivir mejor, perohabr que ir poco a poco, sin hacer demasiadas ostentaciones.

    AURELIA.- Me parece que estis haciendo demasiadosplanes con mi dinero. No olvidis que yo soy su nica herederay la que decidir cmo emplear la fortuna.

    LUISA.- Pero recuerde que lleva muchos aos viviendo acosta del trabajo de Alberto y mo.

    AURELIA.- Eso no es cierto, todo lo que tengo es mo. 14

  • LUISA.- Tendr cara dura.

    JAVIER.- Pues yo por ahora me conformo con una buenamoto. A las chicas les gustan los hombres duros que llevan unamoto grande entre las piernas.

    LUISA.- La moto puede esperar, lo principal es que terminesla carrera y te conviertas en un hombre de provecho, como Diosmanda.

    JAVIER.- Dnde se ha visto a un millonario con carrera?

    AURELIA.- Lo primero que har ser encargarle un nuevomanto a la Virgen del Sagrario. Qu necesitada est la pobre delucir un nuevo manto en las procesiones, y me gustara ser labenefactora de la parroquia del pueblo, ya estoy muy harta deque la viuda del coronel se lleve todos los mritos por suslimosnas.

    LUISA.- Eso, toda la herencia para hacerle un manto a laVirgen y que la familia se muera de hambre. Y que luego diganque no haba que encerrarla en el manicomio.

    AURELIA.- Aqu la nica loca eres t. Se trata de mi dineroy puedo disponer de l como me d la gana, y te aseguro que novers ni una peseta.

    LUISA.- Eso habr que verlo.

    AURELIA.- Por mis muertos te juro que ni un cntimo serpara ti, faltara ms, si sabr yo lo que tengo que hacer cuandosea rica.

    ALBERTO.- Ya habr tiempo para arreglar los pequeosdetalles. Me ocupar de organizarlo todo debidamente. No megustara que esta nueva situacin alterara la paz de la familia.

    JAVIER.- Qu paz? No saba que aqu hubiera paz.

    ALBERTO.- Ya est bien! No irs a estropearlo ahora.

    LUISA.- Deja al chico tranquilo!

    JAVIER.- Por cierto, qu da es hoy?

    LUISA.- Creo que es veinticinco.

    (Los cuatro se miran en silencio.) 15

  • ALBERTO.- Dios mo! Eso significa que maana viene elamericano. Hemos de hacer algo inmediatamente.

    AURELIA.- Tengo que ir a la peluquera. No quiero que mevea con este aspecto de pordiosera. Julito nunca me loperdonara.

    LUISA.- Yo tambin me voy. Tengo que hacerle unospespuntes a mi vestido nuevo.

    (Salen las dos.)

    ALBERTO.- Ves hijo, cuando llega el momento de lasdecisiones importantes a las mujeres slo les importa su aspecto,nosotros siempre nos tenemos que ocupar de los grandesmomentos.

    JAVIER.- De eso mismo quera hablarte cuando vine, dedecisiones importantes en los grandes momentos.

    ALBERTO.- En serio?

    JAVIER.- Por supuesto. Vers, esta tarde he quedado con unachica que est como un tren y es de muy buena familia.

    ALBERTO.- Y qu?

    JAVIER.- Supongo que no te gustara perder la posibilidad decontar con una maravillosa nuera por una absurda falta deliquidez. Pensaba pedirte dos mil pesetas, pero, como parece quevamos a ser ricos, me conformar con mil duros para estar a laaltura que requieren las circunstancias.

    (ALBERTO le mira muy serio antes de contestar.)

    ALBERTO.- T tienes mucha cara.

    JAVIER.- Supongo que comprenders que no puedo anular lacita por culpa de un fiambre.

    ALBERTO.- Ten un poco de respeto, que se trata del toJulio.

    JAVIER.- No, se trata de to Julie Newman. Y te recuerdo queestoy esperando una respuesta urgente. 16

  • (ALBERTO saca la cartera y le da el dinero.)

    No te arrepentirs de esta decisin. Te lo devolver cuandocobre mi parte de la herencia.

    (Sale JAVIER y la luz se apaga.)

    ESCENA II

    Se vuelve a escuchar la voz de un LOCUTOR con elescenario en penumbra.

    LOCUTOR.- Como dira el ms reputado filsofo de mipueblo, los tiempos cambian una barbaridad, y para comprobarloescuchen la siguiente noticia: El Vaticano ha encargado a unprestigioso grupo de investigadores afines el estudio gentico delos restos de los cincuenta ltimos papas con el objetivo deencontrar el gen portador de la santidad. El cardenal Cacerolli,supervisor del proyecto Santo Gen, ha declarado que con estainiciativa la Iglesia demuestra que siempre ha estado interesadaen los avances cientficos que tienen como objetivo engrandecerel alma humana y acercarla a Dios.

    (Cuando se ilumina el escenario, AURELIA est vestida deluto y rezando el rosario.)

    AURELIA.- (Cantando.) Dios te salve Mara, llena eres degracia, el seor es contigo, bendita t eres, entre todas lasmujeres, entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tuvientre, Jess. Santa, Santa Mara, madre de Dios, ruega pornosotros, por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestramuerte amn, Jess...

    (Entra JAVIER.) 17

  • JAVIER.- Qu haces abuela?

    AURELIA.- Lo que tenamos que estar haciendo todos, rezarpor la salvacin del alma del to Julito, que el pobre, con tantostrasiegos en su vida, seguro que se encuentra en el purgatorio.

    JAVIER.- Pues yo me conformo con que se salve su herencia.

    AURELIA.- Qu juventud ms descastada! Los padres deahora no saben ensear a sus hijos. Si hubieras dado con midifunto Aquilino, se s que te hubiera educado bien en la fe...

    JAVIER.- Qu fe?

    AURELIA.- La nica y verdadera. Pero ahora no meinterrumpas que ya he perdido la cuenta de los Avemaras quellevaba.

    JAVIER.- Acaso importa el nmero?

    AURELIA.- Nio, ten un respeto por nuestra Santa MadreIglesia! Un rosario es un rosario y hay que rezarlo como Diosmanda, de lo contrario pierde su valor.

    (Entran LUISA y ALBERTO, van discutiendo y LUISAlleva un collar en la mano.)

    ALBERTO.- Vamos, date prisa que el abogado debe estar apunto de llegar y no estaremos preparados.

    LUISA.- Javi, abrchame t el collar que tu padre es un intil.

    ALBERTO.- Yo tengo cosas ms importantes de las quepreocuparme. He de estar muy concentrado para que todo salgabien.

    LUISA.- Entonces lo llevamos claro, t slo eres capaz deconcentrarte cuando insultas al rbitro delante de la televisincon una cerveza en una mano y la bandera de tu equipo en laotra.

    ALBERTO.- Con eso no perjudico a nadie.

    AURELIA.- Luisa, te he dicho muchas veces que no me gustaque te metas con las aficiones de mi hijo.

    LUISA.- Es cierto, ya que es para lo nico que pone algo depasin en su vida es justo que la conserve. 18

  • ALBERTO.- No pretenders insinuar algo con eso.

    JAVIER.- Est muy claro, te acaba de decir que distas muchode ser el hombre de sus sueos, y me temo que eso es muydifcil que se arregle con el paso del tiempo.

    ALBERTO.- T cllate!

    JAVIER.- Me callo.

    (Suena el timbre de la puerta.)

    ALBERTO.- Rpido, sentaos todos, yo voy a abrir la puertay dejadme llevar la iniciativa de la conversacin con el abogado,es muy importante que l note que somos una familia unida. Esoes lo ms importante para ellos, en el fondo son muyconservadores.

    LUISA.- Unidsima.

    (ALBERTO sale y los otros se miran en silencio. Estnmuy tensos.)

    AURELIA.- (A JAVIER.) Estoy bien as?

    JAVIER.- Muy bien.

    LUISA.- Seguro que el abogado piensa que tambin usted escabaretera.

    (Regresa ALBERTO, va acompaado de WASHINGTONPREZ y de JANE. JANE tiene un cuerpo escultural, lleva

    ropa corta y muy ajustada y juega con una mquina devideojuegos.)

    ALBERTO.- Es un gran honor para nosotros recibirles ennuestra modesta vivienda, y quisiera que conocieran a todos losmiembros de la familia...

    PREZ.- (Con acento caribeo.) Como usted quiera. 19

  • ALBERTO.- sta gran mujer es mi santa madre, AureliaRetamero Expsito, a quien iba dirigida la carta, y se encuentramuy consternada por la terrible desgracia acaecida.

    AURELIA.- (Secndose las lgrimas con un pauelo.) Ay,Dios mo, que pena ms grande!

    ALBERTO.- sta es mi amada esposa, Luisa, y este joven esla alegra de la casa, nuestro hijo Javier.

    PREZ.- Encantado de conocerlos a todos. Yo soyWashington Prez y ella es Jane, pero no se molesten en darleconversacin, no entiende ni papa de su idioma, aunque tieneotras cualidades enormemente interesantes.

    JAVIER.- (Mirando fijamente a JANE mientras ella nodeja de jugar con la mquina.) Eso es evidente.

    LUISA.- Nio.

    PREZ.- (Besando la mano de AURELIA.) Lamento tenerque visitarla en tan penosas circunstancias, pero el deber queconlleva un acontecimiento tan luctuoso me obliga a realizargestiones no siempre deseadas.

    ALBERTO.- Lo comprendemos perfectamente. Pero no sigande pie y sintense.

    PREZ.- Sit down, Jane.

    JANE.- O. K. darling.

    (Se sienta en una silla y JAVIER se coloca cerca de ella,ALBERTO tambin la mira de reojo.)

    PREZ.- (Tras sentarse en un silln.) El avin es agotador,quince horas de viaje con escala en New York y ms de una horaac arriba dando vueltas alrededor del aeropuerto debido alcolapso del trfico areo. Hasta la pobre Jane agot todo elrepertorio de juegos de la maquinita y tuve que comprarlerecambio. El caos, esto es el caos.

    AURELIA.- (Llorando.) Sufri mucho?

    PREZ.- Lo que se dice sufrir, no, pero s que uno se cansa deque le tomen el pelo las compaas areas.

    ALBERTO.- Me parece que mi madre lo deca por Julie. 20

  • PREZ.- Ah, claro, por Julie! Qu lamentable despiste elmo.

    ALBERTO.- No se preocupe.

    PREZ.- (A AURELIA.) En cuanto a Julie puede estar muytranquila, le aseguro que no sufri nada, la mezcla debarbitricos, drogas y alcohol que se tom hubiera dejadotumbado a un elefante en menos de cinco minutos. Debi seruna muerte muy rpida y relajada.

    AURELIA.- (Alterada.) Est diciendo que se suicid?

    PREZ.- A lo bestia, hermana. En mi vida he visto un suicidiotan descomunal. Julie Newman nunca se andaba con rodeos ytodas sus decisiones eran a lo grande. S seora, era una mujermuy especial.

    AURELIA.- Ave Mara Pursima, qu desgracia ms grande!As nunca podr ir al cielo y el cura puede que se niegue aenterrarla en cristiano con el resto de la familia.

    ALBERTO.- (Cogiendo la mano de AURELIA.)Tranquilzate madre, hemos de ser fuertes en los momentostrgicos para superarnos ante las desgracias.

    PREZ.- S seor, una gran frase, pero si les sirve de algo, lespuedo asegurar que el cielo era lo ltimo que le preocupaba a ladifunta, aunque el fracaso de la ltima liposuccin la tena muycompungida.

    LUISA.- Lipoqu?

    PREZ.- Liposuccin, hermana, ya saben, quitarse los kilosque sobran mediante la absorcin de las grasas superfluas. En suprofesin una figura esbelta es muy importante... (Saca unpauelo y se seca una lgrima.) Fue trgico cuando losmdicos le dijeron que no podra volver a pisar el quirfano parahacerse ms arreglos. Yo creo que se fue el detonante quemotiv su decisin. Debe ser muy duro para una mujer que se haconstruido a s misma asumir que se paralicen las obras sinhaber culminado su gran creacin.

    AURELIA.- (Llorando.) Qu pena ms grande! No quieroni pensar lo que hubiera sufrido su pobre madre si se hubieraenterado de todo lo que padeci su criatura.

    JANE.- Im bored darling. Lets go to the casino.

    PREZ.- Shut up and play, baby. 21

  • ALBERTO.- Qu dice la seorita?

    PREZ.- Que se aburre si no le dan marcha y que le gustarair al casino.

    LUISA.- Nosotros tenemos un bingo, si quieren podemosechar una partida, es muy divertido.

    PREZ.- Muy agradecido, pero a nosotros slo nos interesael juego a nivel profesional, para divertirnos elegimos otrascosas.

    JAVIER.- (A JANE.) Can I play with you?

    JANE.- O. K.

    (JAVIER se pega a JANE y juega a la mquina con ella.)

    LUISA.- Nio, no te pegues tanto a la seorita.

    JAVIER.- Es que entonces no veo la pantalla.

    PREZ.- Djelo que se pegue, a Jane le gusta mucho elcontacto humano. En su trabajo eso es muy importante.

    ALBERTO.- Se dedica a las relaciones pblicas?

    PREZ.- Exactamente, las relaciones pblicas son suespecialidad. Jane hace striptease en un night club de Las Vegasy no vea cmo se contornea la muchacha. Si yo le contara sunumerito especial...

    LUISA.- Mi marido prefiere no saberlo.

    PREZ.- Lo entiendo, se puede crear aficin y luego se echade menos.

    (Mira a AURELIA que sigue llorando y se suena la narizcon un pauelo.)

    Cmo sufre la pobre. 22

  • ALBERTO.- Comprenda el disgusto de mi querida madre.Nuestra tradicin religiosa es muy grande y, como usted podrentender, no es fcil de asimilar un suicidio en una familia tandevota.

    PREZ.- Claro que lo entiendo, ya me lo avis Julie muchasveces. Siempre me deca: Mira Washintoncito -ella siempre mellamaba as en tono amigable, era una mujer muy directa ycariosa-, me gustara que conocieras mi tierra porque all sonigual de brutos que los americanos, pero con boina y navaja enlugar de sombrero y pistolas.

    AURELIA.- Qu pena tan grande! El pobre Julito nunca sehizo a nuestra manera de ser. Era tan tmido y delicado.

    PREZ.- Pues all viva como una reina, le encantabaexhibirse y disfrutaba una barbaridad en las fiestas, siempretena un party al que acudir con toda la cohorte de admiradoresa su lado, y les aseguro que sus boys eran cantidad dejulandrones. La troupe de la Newman los llamaban.

    LUISA.- Usted es americano?

    PREZ.- S, hermana, yo he jurado la Constitucin de losEstados Unidos de Amrica y gozo plenamente del americanway of life, que es lo ms grande que se puede ser en esta vida.

    JAVIER.- As que es un inmigrante.

    PREZ.- De eso nada, chico, yo soy un exiliao poltico. Tuveque huir de Cuba a causa de la dictadura, pero ya soy unamericano a todos los efectos, incluso tuve el inmenso honor devotar en las ltimas elecciones presidenciales. Qu emocin msgrande sent cuando introduje la papeleta en la urna, es comoperder la virginidad.

    JAVIER.- Y Washington es su autntico nombre?

    PREZ.- Ahora s, en Cuba yo me llamaba Fidel ErnestoPrez Guevara, pero al jurar la Constitucin decid adoptar elnombre del creador del pas ms libre del mundo.

    ALBERTO.- Y ahora, mister Prez, si no es mucha molestia,nos gustara conocer los detalles del testamento de nuestraquerida ta.

    PREZ.- Por supuesto, se es el principal motivo de mi viajey no me gustara mantenerles todo el tiempo ocupados connuestra molesta presencia. 23

  • LUISA.- Le aseguro que es un placer recibirlo en esta casa,ltimamente nos visita muy poca gente interesante con la que sepueda conversar.

    PREZ.- Muy agradecido. Yo pienso que la conversacin esun autntico arte, pero ahora ha llegado el momento de entrar enmateria. (Abre la cartera y saca unos papeles.)

    JANE.- Daddy, I need you.

    PREZ.- You play with the boy. Disclpenla, Jane es una fielrepresentante de la gloriosa civilizacin yankee: joven, frondosay con enormes posibilidades. Lstima que tiendan a joderlo todocuando abren la boca.

    ALBERTO.- Est disculpada.

    PREZ.- Sin embargo, su lengua es primorosa.

    JAVIER.- Qu hace con la lengua?

    LUISA.- Eso a ti no te importa. (A PREZ.) Puede continuarcuando lo desee.

    PREZ.- Continuemos entonces. Aqu est el curiosotestamento de Julie Newman. Les aseguro que en todos mis aosde experiencia en el mundo de la jurisprudencia no heencontrado un caso similar. Esta mujer tena un gran sentido delhumor, de eso no hay duda.

    ALBERTO.- Puede ser ms concreto.

    PREZ.- Ciertamente. (Comienza a leer.) Las Vegas a 7 dediciembre de 1998, por cierto, Julie eligi el da del combateentre el gran scar Manitas Valdez contra Willye TigerJhonson. Lo vieron?

    ALBERTO.- No, no lo vimos.

    PREZ.- No saben lo que se perdieron. Qu pelea, hermano!Knock-out en el sptimo. Cuando Manitas pasaba por msapuros sac su terrible uppercut de izquierda y envi a contarestrellas a la gran esperanza blanca. No vea la ilusin tan grandeque me llev, aparte de dos de los grandes, porque yo habaapostado por K. O en el sptimo, gracias al soplo que me dio unbuen amigo. Ya les he dicho que el juego es algo muy serio paranosotros y procuramos no dejar nada al azar.

    ALBERTO.- (Muy serio.) No entiendo nada de boxeo.

    PREZ.- Qu hombre ms soso! 24

  • LUISA.- Y que lo diga!

    ALBERTO.- (Molesto.) Podemos continuar?

    PREZ.- S, podemos. (Vuelve a leer.) Yo, Julie NewmanRetamero -ella siempre quiso conservar el apellido de su mam,por la que siempre guard un inmenso cario a pesar de suincomprensin-, en plena posesin de mis cabales, redacto miltima voluntad ante el eminente notario Thomas JeffersonPrez -mi primo Emilio, l tambin es un exiliao y juramos laconstitucin juntos-.

    LUISA.- Me puede decir si tiene ms familiares exiliados?

    PREZ.- S claro, est mi otro primo, Francis Delano Prez,que es el fiscal del distrito, mi to, el senador Abrahan LincolnPrez, y mi hermano, Buffalo Bill Prez, el jefe de la polica delestado.

    LUISA.- Veo que estn ustedes muy bien asentados en lasociedad Norteamericana.

    PREZ.- All todo es grande, hermana, y hay muchasoportunidades para cualquier individuo que quiera prosperar. Lasemana pasada sin ir ms lejos...

    ALBERTO.- (Cortndole.) Podemos seguir con la lecturadel testamento?

    PREZ.- Siiii, podemos continuar, le ruego que no seimpaciente. As que bamos por la ltima voluntad de la finada.

    ALBERTO.- As es.

    PREZ.- Ante todo no se sorprendan por lo que escuchen, leotextualmente: Ante todo quiero agradecer la gran acogida queel pueblo americano me ha dado, admitindome en su senocomo mujer, lo que siempre me he sentido, pero en mi tierra menegaron ese derecho que tiene toda persona de elegir su sexo.Aunque mi cario por esta tierra y sus gentes es inmenso, nopuedo olvidar el lugar donde nac y me cri.

    AURELIA.- (Llorando.) Ay mi pobre Julito, lo que debisufrir entre tanta gente rara! Sabe usted si recibi laextremauncin antes de morir?

    PREZ.- No la entiendo, hermana.

    AURELIA.- Que si muri en paz con el seor. 25

  • PREZ.- Con se que usted dice no lo s, pero con el fiscocumpli todas sus cuentas debidamente, de eso se encargpersonalmente nuestro magnfico asesor financiero, CharlesFoster...

    JAVIER.- Prez.

    PREZ.- No, Kane, mi estimado cuado Charles Foster Kane,el marido de mi hermana Marylin Monroe Prez.

    ALBERTO.- Con tanta interrupcin no vamos a permitir quemister Prez termine de leer el testamento, y supongo quetendrn prisa por regresar a su amado pas.

    PREZ.- No se preocupe por m, me encanta hablar, el nicodefecto que tienen los norteamericanos es que no le dan laimportancia que tiene a la palabra. La comunicacin entre laspersonas es algo grande, pero all se cultiva muy poco, todo loresuelven con vulgares monoslabos... Julie s que era una granhabladora, le encantaba tener un contertulio con el que poderplaticar hasta altas horas de la madrugada. Muchas noches,cuando terminaba su show en el casino, nos quedbamos durantehoras en su suite platicando junto a una botella de champn.Entonces me hablaba de ac, de su familia, de los rsticosaldeanos que vivan en su pueblo y de la gran cantidad depiedras y cardos que haba en las inmensas llanuras, aunque, esos, siempre me recordaba que las puestas de sol ms hermosaslas haba visto en la era de su to Genaro, cuando el sol caa trasla alameda de... Vaya, ahora no me acuerdo del nombre del tipose.

    AURELIA.- La alameda de Lupirino, un lugar precioso, qubuenos momentos pasamos all cuando ramos jvenes, lstimaque luego el alcalde mandase cortar todos los rboles parahacerse el chalet.

    PREZ.- Deba ser un lugar muy lindo, porque Julie siemprelo recordaba cuando llegaba el amanecer en plena resaca.

    AURELIA.- All estaba la alberca de don Fausto, los primerosbaos de nuestra infancia nos los dimos all.

    PREZ.- Es cierto, ella me lo cont. Me dijo que un da quese estaba baando junto a su prima en la alberca se dio cuenta deque la naturaleza le haba gastado una mala pasada hacindolacargar con unos atributos que ella no deseaba. Con lo biendiseada que estaba la figura de la mujer y lo chapucero quequedaba ese colgajo que penda en su anatoma, aunque no le 26

  • pareca tan feo cuando lo contemplaba en otros varones. Enaquel momento fue cuando comenz a plantearse la posibilidadde tomar las riendas de su propia naturaleza, aunque parece queeso no fue muy bien recibido por su familia.

    ALBERTO.- Me parece que esta conversacin est derivandoen un sentido que puede daar la sensibilidad de nuestro hijo.

    JAVIER.- Deja de decir estupideces, que aqu el nicoanalfabeto en estos temas eres t.

    LUISA.- En eso me parece que tu hijo tiene toda la razn.

    ALBERTO.- A cuento de qu viene eso ahora?

    PREZ.- Me parece que estbamos hablando de represinsexual.

    ALBERTO.- (Enfadado.) Yo no soy ningn reprimido.

    PREZ.- Me alegro mucho de saberlo, Jane es una granexperta en resolver estos casos. Su terapia es muy particular a lahora de levantar...

    LUISA.- (Cortndole.) No es necesario que explique condetalle las habilidades de su amiguita.

    AURELIA.- Anda Luisa, trae unas copitas de mistela ymantecados de los buenos para el seor Prez y su nia, novayan a pensar que somos unos desagradecidos.

    PREZ.- No se preocupen, ahora no me apetece tomar naday Jane slo come hamburguesas.

    AURELIA.- Pero si es una copita de nada, y est muy rica,adems los mantecados los he hecho con mi propia mano.Venga Luisa ve a por ellos y t, nio, deja de una vez lamaquinita y trae unas copitas para acompaar a nuestrosinvitados.

    PREZ.- No quisiera molestarles.

    AURELIA.- No es ninguna molestia, y no pueden hacernosel feo de rechazar nuestra invitacin.

    PREZ.- Si es una norma, aceptar con gusto. No me gustaromper las tradiciones de los lugares que visito, siempre ayudaa conocer la idiosincrasia de los pueblos. 27

  • (Salen LUISA y JAVIER. JANE deja la mquina, se colocaun walkman y comienza a bailar.)

    AURELIA.- Qu le pasa a la chica? Tiene azogue?

    PREZ.- No, pero tiene que distraerse continuamente con algoque no le haga pensar. sa es la mayor tortura que pueden sufrir,cuando tienen que pensar se pueden volver violentos.

    AURELIA.- Yo prefiero las cartas, a mi edad ya no estoy paradar brincos.

    (ALBERTO mira embobado los movimientos insinuantesde JANE.)

    PREZ.- En qu trabaja usted, Alberto?

    ALBERTO.- En un banco.

    PREZ.- Me alegro que tenga usted experiencia en manejarguita. Eso puede serles muy til.

    ALBERTO.- Se trata de mucha?

    PREZ.- Tiempo al tiempo, no sea usted impaciente. Lassorpresas necesitan de tiempo para poder disfrutarse plenamente.

    AURELIA.- Yo siempre cre en Julito, saba que era unabuena persona y que podra confiar en l.

    PREZ.- El tal Julito hace muchos aos que desapareci paraque, cuan Ave Fnix, surgiera de sus cenizas la esplndida JulieNewman.

    AURELIA.- Me cuesta mucho trabajo hacerme a la idea delcambio. No me imagino viendo a mi querido primo como mujer.

    PREZ.- No se preocupe, muy pronto la ver y tendr tiempopara acostumbrarse a los cambios.

    AURELIA.- Cmo! Qu est usted diciendo?

    PREZ.- Tranquilos, enseguida lo sabrn todo. 28

  • (Regresan LUISA y JAVIER, llevan una bandeja demantecados y una botella de mistela con varios vasos y los

    dejan sobre la mesa.)

    JAVIER.- Nos hemos perdido algo interesante?

    AURELIA.- Este hombre est diciendo cosas muy raras sobremi Julito.

    PREZ.- Todo tiene su lgica, y cuando me permitan leer eltestamento, lo entendern muy fcilmente.

    ALBERTO.- Eso es lo que estamos intentando desde quelleg, pero continuamente cambia de tema y nos tiene en ascuas.

    PREZ.- (A LUISA.) Esto tiene una pinta excelente, sugieroque hagamos un brindis por Julie Newman antes de continuar.Es lo menos que se merece por parte de su amada familia.

    LUISA.- Tiene usted toda la razn, va a pensar que somosunos desagradecidos que slo quieren el dinero, pero le aseguroque lo nico que nos preocupa en estos momentos es el recuerdode esa gran mujer.

    (LUISA va pasando la bandeja de mantecados mientrasJAVIER llena los vasos de mistela y los reparte.)

    PREZ.- (Levantando su vaso.) Julie, te promet quecumplira tus deseos y aqu me tienes. Me pediste que fuera tusojos y que contemplara lo que fue tu historia. T nuncaregresaste a tu tierra, pensaste que no te recordaran, pero hicistelo ms adecuado para que nunca te olviden. Por ti, Julie.

    (Todos brindan. JANE da un trago aparte.)

    JANE.- Fuck, is very sweet, I want whisky.

    PREZ.- Disclpenla, son de ideas fijas y no saben degustarlos sabores delicados, prefieren cosas ms fuertes.

    JAVIER.- Me temo que en esta casa el whisky no abunda. 29

  • ALBERTO.- Pero tenemos una botella de cazalla que puedeservir para la ocasin. Voy a por ella.

    JAVIER.- (Mientras sale ALBERTO.) Eso es muy fuerte yla vas a envenenar.

    PREZ.- No hay cuidado chico, a Jane la descubr trabajandoen un garito de Dakota del Norte y se beba media botella dewhisky de un trago mientras se desnudaba a veinte grados bajocero.

    JAVIER.- Me hubiera gustado verla.

    PREZ.- Cuando lo desees.

    LUISA.- (A JAVIER.) T no necesitas ver nada.

    (Regresa ALBERTO con una botella y, antes de que puedallenar el vaso de JANE, ella se la ha quitado de las manos y

    bebe a morro.)

    JANE.- Much better. (Contina bailando con la botella en lamano.)

    PREZ.- Sorprendente mujer, casi tanto como nuestra amadaJulie.

    JAVIER.- Cmo era el espectculo que haca?

    PREZ.- Quin, Julie o Jane?

    LUISA.- Julie, por supuesto.

    PREZ.- Divino, todo en ella rezumaba arte. Qu sensibilidad,qu delicadeza... Actuaba en el casino ms grande de Las Vegasy su nmero supona el momento estelar del show. De repentetodas las luces se apagaban y a la luz de unas velas aparecanocho jvenes fornidos, vestidos con mallas muy ajustadas, quellevaban a hombros una de esas carrozas que por ac sacan en loque ustedes llaman procesiones. Los chicos dejaban la carrozaen medio del escenario y sobre ella estaba Julie, toda tapada conun precioso mantn negro bordado con filigranas representativasde su tierra. El silencio era total y la tensin se mascaba. Derepente, se iniciaba un redoble de tambor y cada uno de losbailarines se acercaba a Julie y la liberaba de una de las prendasque la cubran. Al final se quedaba con un monsimo tanga de 30

  • lentejuelas y un minsculo top que apenas si poda disimular losinmensos atributos que se hizo implantar por los ms reputadoscirujanos. Entonces se iluminaba todo el escenario y seescuchaba un divino pasodoble que ella haba arreglado paracantar en ingls. (Emocionado.) Slo de recordarlo se me erizatodo el vello, todava puedo verla la noche de su ltimaactuacin. Tuvo la enorme delicadeza de despedirseinterpretando en espaol: La mantilla de blonda. Nadie podasuponer que eso era el anticipo del festn de pastillas que lallevaron a la muerte.

    AURELIA.- No era muy mayor para salir con tan poca ropa?

    PREZ.- Hasta los cincuenta consigui mantener un tipoesplndido. Luego empez a engordar, ella siempre deca quetena cuatro kilos de ms, pero deban ser unos veinticinco,aunque a sus incondicionales no les importaba, lo que contabaera su inmenso arte.

    LUISA.- Lstima que nunca la hubiramos visto actuar.

    PREZ.- Eso puede tener solucin.

    LUISA.- Acaso tiene un vdeo?

    PREZ.- No, no se trata de ninguna grabacin.

    ALBERTO.- No es por molestar, pero se puede saber cundopodremos seguir con la lectura del testamento.

    PREZ.- Ahora mismito. Y espero que comprendan la demoraporque era necesario que ustedes conocieran ms datos sobre subenefactora antes de saber con exactitud los detalles de suherencia.

    ALBERTO.- Reconozco que tiene usted razn, quizs me heprecipitado un poco, pero esto es tan nuevo para nosotros.

    PREZ.- Es muy natural que no se le mueran tas cabareterastodos los das. (Coge el papel.) Vayamos al grano y retomo lalectura. Nos habamos quedado en las muestras de gratitud haciael pas que la acogi con los brazos abiertos.

    ALBERTO.- As es.

    (Cuando va a seguir leyendo suena su telfono mvil.) 31

  • PREZ.- Disculpen un momentico. (Coge el telfono.) Al...S soy yo... No me digas que eres Mario Antonio!... Chico,cmo supiste de mi paradero?... Que t tambin ests ac!...Pero eso hemos de celebrarlo como se merece y tenemos tantascosas de que hablar... Por supuesto que quedamos para comer.Dime dnde ests y en quince minutos estoy all... (Coge unacarta de la baraja de AURELIA y escribe en ella.) Lo heentendido perfectamente. Ahora mismito cojo un taxi y voy paraall, tenemos que celebrarlo a lo grande.

    (Apaga el telfono y se guarda la carta en el bolsillo.Todos le miran expectantes.)

    PREZ.- Fjense que gran sorpresa. Mi amigo Mario Antonioest ac. Ms de quince aos sin verlo. Qu maravillosascasualidades depara la vida, y todo gracias a Julie.

    ALBERTO.- Y lo nuestro?

    PREZ.- Qu dice?

    ALBERTO.- La lectura de nuestro testamento cundo ser.

    PREZ.- (Mientras guarda los papeles.) Lo siento. Lesruego nos disculpen. Regresaremos nada ms terminar de comer.Ustedes entendern que me haga tanta ilusin ver a un amigoque es ms que un hermano. Juntos nos criamos y hasta noshicimos hombres con la misma mujer.

    JAVIER.- Y eso?

    PREZ.- Fue con Lupe la Grande en el viejo burdel delmalecn. Qu inmensidad de hembra, pero ahora, chico, notengo tiempo de contarte los detalles. Luego tendremos tiempopara todo, hemos de ir hasta la Plaza del General Cardona.

    JAVIER.- Si quieren puedo acompaarles para que no sepierdan.

    LUISA.- T te quedas.

    JAVIER.- Mam, tenemos que ser corteses con nuestrosinvitados.

    PREZ.- No quisiramos molestarte.

    JAVIER.- Ser un placer. 32

  • LUISA.- (A JAVIER.) Pero regresas a comer.

    PREZ.- Dejen que se quede a comer con nosotros, ser unhonor invitarle y regresaremos antes.

    ALBERTO.- Est bien. (A JAVIER.) Puedes irte con ellos,pero a ver cmo te portas.

    JAVIER.- Que soy mayor de edad y s lo que me hago.

    PREZ.- Hasta la tarde. (Hacindole un gesto a JANE.)Come on, baby. Lets to eat.

    JANE.- Im not hungry.

    ALBERTO.- Cundo volvern?

    PREZ.- Ahora mismito, apenas un par de horas de nada. Lojustito para saludarnos y hablar cuatro cosillas de los viejostiempos.

    JAVIER.- Yendo conmigo ahorraran mucho tiempo.

    (Salen y ALBERTO detrs de ellos. AURELIA, LUISA semiran muy serias. La luz se apaga.)

    ESCENA IV

    Se vuelve a escuchar a un LOCUTOR de radio con elescenario a oscuras.

    LOCUTOR.- En unos momentos comentaremos con nuestrostertulianos habituales una noticia sorprendente y que puederesultar muy difcil de entender en una sociedad como la nuestra,y les aseguro que no estamos en el da de los inocentes. EnTexas ha sido detenido un peligroso fumador en una redadarealizada por la polica durante la celebracin del congreso anualdel club de amigos del rifle. El fiscal solicita diez aos de crcel 33

  • para el detenido, y no slo por el humo desprendido por supeligroso cigarrillo, tambin se considera como agravante queel individuo no portara armas de fuego y llevara una pegatinaantibelicista. No s lo que pensaran ustedes, pero yo pienso queno vivimos en un mundo tan avanzado.

    (El escenario se ilumina cuando ALBERTO caminaimpaciente por el saln mientras LUISA cose un vestido y

    AURELIA juega a las cartas.)

    ALBERTO.- Apenas un par de horas, apenas un par de horas.Ya ha pasado da y medio y este to, su amiguita y Javier siguensin dar seales de vida. Cuando vuelvan me van escuchar.

    AURELIA.- No les habr pasado algo malo? Dicen que enel extranjero hay muchos criminales.

    LUISA.- Cuando Javier llam ayer dijo que estaban bien y quese retrasaran un poco.

    AURELIA.- A saber donde habrn pasado la noche.

    LUISA.- La culpa es de los americanos, Javier nunca hubierapasado la noche fuera sin avisarme.

    AURELIA.- Lo habrn secuestrado para pedirnos un rescatecon mi herencia.

    ALBERTO.- Ya he llamado a la polica y no saben nada.

    LUISA.- La culpa es tuya, mira que insistir en que se fuera conellos. Si al menos hubieras apuntado su nmero de telfono paratenerlo localizado.

    ALBERTO.- De sobra sabes que no me dio tiempo. Fue tododemasiado rpido.

    AURELIA.- Y encima ese desgraciado se ha llevado una cartade mi baraja y me rompe todas las combinaciones del juego.

    LUISA.- Y ahora salta con eso, como si no hubiera cosas msimportantes de las que preocuparse... Mi pobre hijo hadesaparecido y a la entraable anciana slo le preocupan lascartas.

    ALBERTO.- No hay que ser derrotistas, seguro que no tardanen aparecer y existe una explicacin lgica para todo. 34

  • AURELIA.- (Murmurando.) Ya les not yo algo raro desdeel principio a esos forasteros, pronto iba yo a dejar a mi hijo solocon esos. Desde luego, hay madres que son unas irresponsablesy convierten a sus hijos en unos desgraciados.

    LUISA.- Est hablando por usted, querida suegra?

    AURELIA.- No, sabes muy bien por quien lo digo.

    (Se escucha el ruido de la puerta que se cierra.)

    ALBERTO.- Ya han vuelto. Ha llegado el momento de queel padre de familia imponga su autoridad, esto no puede seguiras.

    (Entran el abogado y su acompaante junto a JAVIER.)

    PREZ.- Qu ritmo, chico! Qu marcha tan enorme tieneesta ciudad! Y yo que crea que lo de all era lo mejor.

    (Se vuelve hacia los otros y stos le miran muy serios.)

    No vean la suerte que tienen ustedes y cmo les envidio! Poderdisfrutar las veinticuatro horas del da de garito en garito sin quela fiesta decaiga. Jane se lo ha pasado en grande con sumuchacho... Qu pasa? Por qu nos miran tan serios? Acasoles ha ocurrido alguna desgracia familiar?

    ALBERTO.- No, pero han pasado bastante ms de dos horas.

    PREZ.- Ah, es por eso! Se podan haber venido conmigo yles aseguro que el tiempo hubiera volado. Con salsa caribea,unos buenos mojitos y cuatro hermosas hembras mulatasmoviendo sus esplndidos contornos no hay tiempo que valga.

    LUISA.- (A JAVIER.) Y t no has podido acordarte de tupobre madre? Toda la noche preocupada. 35

  • JAVIER.- S que me he acordado, pero ya os dije que estababien y no se trataba de llamar cada hora. Slo quera acompaara nuestros invitados para que no se perdieran.

    (JANE se acerca a JAVIER y lo abraza, parece que habebido ms de la cuenta.)

    JANE.- Im tired, Javi, lets go to sleep.

    LUISA.- Qu dice sa y por qu le hace arrumacos a mi hijo?

    PREZ.- Est cansada y quiere irse a la cama.

    LUISA.- Con mi Javi! Ni hablar!

    JAVIER.- Slo tiene sueo y quiere dormir un poco.

    LUISA.- Pues que se duerma en el silln y le quite las manosde encima a mi hijo. Yo no pas a la habitacin de un hombrehasta que me cas.

    PREZ.- Y no lo lamenta?

    (LUISA parece que va a contestar indignada, luego mira aALBERTO y su madre y se calla.)

    ALBERTO.- Claro que no lo lamenta. Aqu vive gente seriaque madruga para ir a trabajar y no podemos pasarnos todo elda de parranda.

    PREZ.- Qu lstima! Con lo bien que lo hubiera pasado conMario Antonio y su gente. Seguro que ahora no tendra esasojeras que muestran todo el estrs acumulado.

    AURELIA.- Es por culpa de la hernia.

    PREZ.- Eso es por estar todo el tiempo tensionado. Si no serelaja un poco, le puede dar un infarto y adis hermano, se acabla fiesta.

    LUISA.- Eso le digo yo, pero este hombre nunca ha sabidodivertirse.

    ALBERTO.- Yo s muy bien lo que hago, y me gustaraterminar con lo nuestro cuanto antes. 36

  • PREZ.- Por supuesto, a qu creen que he venido? (Abre lacartera. A JANE) Sit down and sleep, baby.

    JANE.- Alone?

    PREZ.- Yes, this is Spain.

    (Ella se deja caer en el silln abatida.)

    Desde que nos fuimos la pobrecita no ha pegado ojo, y puedenestar muy orgullosos de su hijo porque ha sido muy amable connosotros. En eso se ve que ha salido a su familia.

    AURELIA.- A m se me parece mucho.

    ALBERTO.- Podemos dejarnos de parecidos y continuar.

    PREZ.- Quieren que empiece de nuevo la lectura oprefieren que sigamos donde lo dejamos?

    ALBERTO.- Ser mejor la segunda opcin. No es necesarioque nos cuente la situacin de los exiliados cubanos, ni elcombate del manitas, ni los atardeceres en la alameda del toLupirino, ni el contenido del show que nuestra querida Julierealizaba en el mejor casino de las Vegas, ni las habilidades desu llamativa acompaante.

    PREZ.- De acuerdo, comprendo la indirecta. Ir directamenteal grano. Este hombre es muy susceptible, seguro que una lceraanda rondndole adems de la hernia.

    LUISA.- Disculpe a mi marido, aparte de lisiado, a veces es unpoco bruto.

    PREZ.- Oiga, no es difcil convivir con un marido tansimple?

    LUISA.- Mucho.

    ALBERTO.- Nuestros problemas matrimoniales losresolvemos en la intimidad y a nadie le interesan.

    PREZ.- Eso est muy bien. Con una msica linda, a la luz delas velas y con una copita de champagne todos los problemasconyugales se resuelven rpidamente.

    LUISA.- No es precisamente as como los arregla mi Alberto. 37

  • PREZ.- (A ALBERTO.) Dgame entonces cul es su mtodo.Me interesa aprender nuevas tcticas.

    JAVIER.- No creo que mi padre sea muy docto en ese tema.

    ALBERTO.- Y a cuento de qu viene esto ahora? Se suponeque bamos a hablar de un testamento.

    PREZ.- Muy cierto, as que hablemos de plata. (Comienzaa leer.) Aunque el dinero es un tema del que siempre me hamolestado hablar, es necesario que deje claro lo que se ha dehacer con mi fortuna una vez que fallezca, suponiendo que estoocurra alguna vez -por entonces ella no deba imaginar undesenlace tan rpido-. Muchas veces he pensado en quien seramerecedor de quedarse con mi herencia. He desestimadodejrsela a mis amigos ms cercanos porque ello podracondicionar el recuerdo que me tuvieran. Yo s que siempre mehan amado y no me gustara que se sintieran comprados con midinero. As que he pensado que mi familia del pueblo sera lams adecuada para hacerse cargo de mi fortuna...

    LUISA.- (Cortando la lectura.) Qu gran mujer!

    AURELIA.- Lo que yo digo, un encanto.

    PREZ.- (Sigue leyendo.) Tras informarme a travs de laembajada de cuantos familiares quedaban vivos -en lo cual yo leserv de gran ayuda-, he decidido que mi prima AureliaRetamero Expsito sea mi legataria.

    AURELIA.- Julito era un santo varn...

    (PREZ la mira muy serio.)

    Perdn, mi Julie era una santa.

    ALBERTO.- A cunto asciende la fortuna?

    PREZ.- Antes de los gastos que conlleva un testamento deesta ndole, se puede decir que asciende a dos millonestrescientos veinte mil dlares.

    JAVIER.- Ms de trescientos millones de pesetas!

    PREZ.- Chico, te felicito por tus buenas cualidades comomatemtico. 38

  • AURELIA.- (A punto de desmallarse.) Ay, Jess bendito,que me da un soponcio!

    (ALBERTO se acerca a ella y trata de ayudarla.)

    ALBERTO.- Tranquilzate madre, que las emociones fuertesno son buenas para tu corazn. (A JAVIER.) Rpido trae laspastillas de la tensin de la abuela que estn en su habitacin.

    JAVIER.- Las rojas o las verdes?

    LUISA.- Las rojas, las otras son laxantes.

    (A PREZ, mientras sale JAVIER.)

    La pobre sufre estreimiento crnico.

    ALBERTO.- Esto no le sucede muy a menudo.

    PREZ.- Los achaques al corazn o el estreimiento?

    ALBERTO.- Lo del corazn, por supuesto, a su edad, y contantos aos de esfuerzo y dolor, cualquier emocin fuerte le hacemella.

    LUISA.- Sobre todo si va acompaada de varias copas demistela.

    PREZ.- Para eso es mejor el mojito, no da ninguna resaca yalivia la mente.

    (Regresa JAVIER con la pastilla y un vaso de agua.)

    JAVIER.- (Le da la pastilla.) Toma abuela.

    PREZ.- nimo, hermana, que an le queda mucho merenguepor bailar.

    AURELIA.- Ya se me va pasando, hijo. Han sido muchasemociones fuertes para tan poco tiempo. 39

  • PREZ.- Es lgico que esto suceda, cuando yo fui recibidopor el presidente casi me desmayo por la ilusin. Yo, unmodesto exiliao cubano, comiendo en la Casa Blanca mano amano con el jefe del mundo. Menudo puntazo para micurrculum.

    LUISA.- Y su mujer es tan tiesa como dicen las revistas?

    PREZ.- De eso nada, la primera dama es una gran seora.

    ALBERTO.- No sabe cunto agradecemos la buena voluntadde nuestra ta y lo que usted ha hecho por hacrnosla llegar.

    PREZ.- No crea que lo hago por slo altruismo, ste es mitrabajo y cobro un buen pico por ello. Mi bufete no se dedica alas obras de caridad, quien quiera trabajar con nosotros ha detener plata, y all la plata sobra.

    ALBERTO.- Veo que es usted sincero, as que tambin lovoy a ser yo.

    PREZ.- Eso me gusta. Dgame.

    ALBERTO.- Se puede saber cundo se podr hacer efectivoel testamento?

    PREZ.- Le rogara que no se precipite porque todava no heterminado con la lectura de su ltima voluntad.

    AURELIA.- Todava hay ms?

    PREZ.- Alguna clusula no excesivamente importante,aunque seguramente repercutir en la cantidad a liquidar.

    LUISA.- Lo que me tema.

    ALBERTO.- Prosiga entonces con la lectura.

    PREZ.- Antes de continuar, he de aclararles que Julie tenaun inmenso afn de pasar a la posteridad para ser recordada a lolargo de los tiempos. Es lgico que toda persona que se debe asu pblico desee ocupar un hueco en la memoria de lahumanidad.

    LUISA.- Es algo muy natural, y ella se lo merece.

    JAVIER.- Y supongo que decidi que se le construyera unaestatua o un mausoleo en seal de homenaje. 40

  • PREZ.- El joven no va muy desencaminado, pero a Julie nole gustaban los gestos simblicos, ella prefera algo ms directoy tangible.

    ALBERTO.- Puede ser ms concreto?

    PREZ.- Por supuesto. Julie, en la ltima poca de su vida, secomenz a interesar en gran medida por los avances mdicos ycientficos, pensaba que una poca de gran esplendor seavecinaba.

    ALBERTO.- No estar diciendo que ha ordenado serhibernada?

    PREZ.- Claro que no, a ella le aterraba la posibilidad depasarse muchos aos metida en un congelador. Nunca le gustel fro y nadie que decide suicidarse piensa en la hibernacincomo la solucin a sus problemas.

    AURELIA.- No entiendo por qu han comenzado a hablarsobre el invierno cuando mi prima est todava de cuerpopresente.

    PREZ.- S seora, lleva toda la razn, usted va mucho msencaminada que su hijo. Julie siempre quera estar de cuerpopresente y sufra una inmensa claustrofobia, de ah que pusieratodo su empeo en encontrar la manera de que su cuerpo nofuera enterrado o incinerado cuando tuviera la desgracia defallecer.

    JAVIER.- Pues entonces que la disequen y la exhiban en unmuseo.

    PREZ.- Este chico es ciertamente brillante y capta muyrpidamente los conceptos, aunque la palabra disecar es un tantogrosera y anticuada. Julie prefera hablar de perduracin. Sumayor ilusin consista en que su gran obra, que era su propiocuerpo, perdurara durante las siguientes generaciones, y segnlos ms recientes estudios, combinando tcnicas de la taxidermiacon los ms sofisticados avances informticos, se puedeconseguir una perduracin activa durante infinidad de aos.

    AURELIA.- (A JAVIER.) De qu est hablando ahora?

    JAVIER.- Abuela, este hombre dice que han disecado a JulieNewman y le han colocado un ordenador para que no parezcamuerta.

    AURELIA.- Pero seguro que eso es un pecado muy grave quetraer la desgracia a nuestra familia. 41

  • PREZ.- Ese concepto retrogrado de pecado que tienenustedes ya ha desaparecido de nuestra civilizacin. Nosotrospreferimos hablar de lo que se puede hacer y de lo que no sepuede hacer, nuestra tica no va en funcin de unos rgidosconceptos morales. All, si algo se puede comprar lo tico eshacerlo y Julie est comprando su longevidad. Un clsicoejemplo del maravilloso sueo americano.

    (JAVIER mira a JANE que est dormida mientras sechupa el dedo gordo de la mano.)

    JAVIER.- S que es sugerente el sueo americano, lstima queal despertar tiendan a joderlo todo.

    PREZ.- Muy cido, chico, pero se no es el caso de Jane. Sialgn da te despiertas junto a ella vers que esextraordinariamente dulce.

    JAVIER.- No me importara.

    LUISA.- Pero a tu madre s.

    ALBERTO.- Me temo que lo que ha contado nos va a costarmucho dinero.

    PREZ.- A ustedes?

    ALBERTO.- Claro, se est hablando de nuestro testamento.

    PREZ.- Un momentico, caballero, que no es buenoprecipitarse. No olviden que ustedes todava no tienen ni uncentavo. La magnanimidad de Julie les ha tenido enconsideracin y ha nombrado a su madre como heredera. Perono se trata de coger la plata de la finada y olvidarse del fiambre.No seor, aqu hay unas normas que cumplir para con subenefactora.

    LUISA.- Disculpe a mi marido, a veces es bastante cafre y lecuesta razonar. Haremos todo lo que est en nuestras manos porestar a la altura de la gran Julie Newman.

    AURELIA.- Siempre hay que estar al lado de alguien tanquerido.

    PREZ.- sa es otra forma de hablar mucho ms inteligente.

    JAVIER.- Y puede explicarnos lo que van a hacer connuestra amada ta? 42

  • PREZ.- Pues mira chico, en este momento un grupo deinvestigadores de la Universidad de Eaton estn ultimando elproyecto Newman, que consiste en implantarle a la finadavarios microchips interconectados y unidos a una minsculaunidad central que han colocado en su cerebro y que le permitirrealizar una gran serie de acciones inteligentes.

    ALBERTO.- (Alarmado.) Quiere decir usted que hanconvertido a nuestra ta en un robot?

    PREZ.- Hay que ver lo cerril que puede ser este hombre.

    LUISA.- Mucho.

    PREZ.- No seor, su ta no ser un vulgar Frankenstein llenode cicatrices, hierros y tornillos. Ella mantendr su propia piely complexin fsica, eso s, con veinticinco kilos menos pararecordarla en toda su plenitud. La nica diferencia es que tendrun cable para conectarla a la corriente elctrica y estarcapacitada para interpretar sus mejores canciones y entablarconversaciones sobre distintas pocas de su vida. Podr moverlos labios, abrir y cerrar los ojos y balancear su cuerportmicamente, todo un prodigio de la tcnica made in USA.

    ALBERTO.- Pero es inmoral mantener en ese estado a unapersona muerta.

    PREZ.- Acaso es preferible encerrarla en un cajn y meterlabajo tierra para que se la coman los gusanos, o, por el contrario,es ms tico asarla en un horno como si fuera el pavo del da deaccin de gracias?

    ALBERTO.- Yo lo deca porque los muertos merecen unrespeto y no deben ser objeto de burla pblica.

    PREZ.- Eso a Julie la traa al fresco. Ella siempre me deca:Mira Washintoncito, a la gente le encanta envidiar lo que otroshan conseguido, pero nunca reconocern su esfuerzo, y a m meencanta que me envidien, aunque me desprecien y aparentenburlarse. Toda una filsofa, nuestra Julie era una granpensadora que desea dejar su legado a la humanidad.

    JAVIER.- Y una vez terminada la labor de reconstruccin,dnde perdurar el cuerpo de Julie?

    PREZ.- Ella pens mucho en eso hasta que lleg a unaacertada conclusin que me pareci imposible rebatirle, aunqueles aseguro que me doli.

    JAVIER.- Qu dijo? 43

  • PREZ.- Cosas muy sabias dijo: Durante la vida uno elige supropio camino, sus aciertos y sus errores le pertenecen, pero elacto de nacer y el acto de morir pertenecen a la familia. Si yonac en un lugar, mi muerte ha de devolverme all.

    LUISA.- Quiere decir que van a mandar para ac el cuerpo deJulie?

    PREZ.- A que les hace mucha ilusin?

    ALBERTO.- Dnde habra que dejarla? En el pueblo no hayningn recinto adecuado para instalarla.

    PREZ.- Por eso no se preocupe, ella estar encantada de seracogida por su familia ms allegada. En este saln su esplndidafigura lucir perfectamente y las lentejuelas de su escotadovestido darn mucha vida a toda la casa.

    ALBERTO.- Pero eso es imposible.

    PREZ.- Yo creo que aqu cabe perfectamente realizando unasencilla distribucin de mobiliario, slo es cuestin de unpequeo esfuerzo y de mucho amor.

    ALBERTO.- (Muy alterado.) Pero sabe lo que nos estpidiendo!

    PREZ.- (Muy serio.) S, que acojan en su casa a la queridata que ha tenido el maravilloso gesto de dejarles en herenciams de dos millones de dlares. No creo que eso sea pedirlesdemasiado en comparacin con lo que les estoy ofreciendo: unrinconcito a cambio de mucha plata.

    AURELIA.- Alberto, este hombre nos est pidiendo quetengamos en nuestra casa al primo Julito?

    ALBERTO.- A lo que queda de l.

    AURELIA.- Y no oler?

    PREZ.- A rosas, hermana, oler a Eau de Newman, ella tenasu propio perfume elaborado con esencia de rosas que inundarde frescor primaveral esta casa.

    LUISA.- Yo creo que si hacemos un esfuerzo entre todos nosera tan difcil de superar este trance.

    JAVIER.- Al fin y al cabo se trata del miembro ms generosoque jams ha tenido esta familia. 44

  • ALBERTO.- (Dirigindose a PREZ.) Esta decisin es muyimportante para el devenir de nuestra familia, creo que deberadarnos algn tiempo para hablarlo en privado antes de tomar unadecisin que puede transformar nuestra existencia.

    PREZ.- Muy coherentes suenan sus palabras, pero eso escompletamente imposible, puesto que yo podra pensar que sloles interesa el dinero que Julie les ha dejado y que ella comopersona les importa un bledo. No seor, eso no se puede hacer.Si usted tiene tica para aceptar una fortuna, tambin la ha detener para acoger a un familiar desamparado.

    AURELIA.- Yo, como familiar ms directo y como suheredera, digo que mi Julito se viene conmigo, al menos me harcompaa, y tenemos tantas cosas de que hablar.

    LUISA.- Por una vez estoy totalmente de acuerdo con misuegra, el cario por la familia est por encima del dinero.

    PREZ.- (A JAVIER.) Y t, chico, qu piensas?

    JAVIER.- Pues que toda muerte tiene un precio y ste parecemuy tentador como para dejarlo pasar.

    ALBERTO.- Javier, no hables as de tu ta. Ella se merece elmayor de nuestros respetos.

    PREZ.- Entonces, qu deciden?

    ALBERTO.- (Despus de mirar a todos.) Como portavoz dela familia en un momento tan delicado, digo que no es el dinerolo que mueve nuestra decisin, sino el gran amor que sentimospor el miembro de la familia que nos ha dejado lejos de nuestroentorno. Ella debe haber sufrido mucho durante los largos aosque ha permanecido alejada del calor del hogar y es justo que ensu lecho de muerte le sepamos dar el trato que se merece. Desdeeste momento sta es la casa de Julie Newman.

    PREZ.- Estremecedor discurso, hermano, digno del mejorde los polticos. Desde luego no hay nada como dar rienda sueltaa la sinceridad para mostrar nuestros ms profundossentimientos, y me siento orgulloso de que hayan sabido estar atan alto nivel. Sin duda Julie Newman estar en las mejoresmanos... Ahora slo falta que la heredera firme los papeles de laherencia para que todo sea legal, un mero trmite sinimportancia.

    (JANE se despierta.) 45

  • JANE.- Dear, Im sad.

    PREZ.- Just a moment, baby. La pobre est triste y lo pasamal cuando la sacan de su entorno.

    JAVIER.- Por mucho menos bombardean pases.

    PREZ.- Muy sarcstico, chico, t tienes futuro en lasbarricadas, tienes alma de revolucionario, pero yo prefiero loshoteles de cinco estrellas, el champn y las mujeres caras,aunque para que exista un triunfador han de quedar por elcamino muchos perdedores. sa es la regla bsica delcapitalismo, no lo olvides nunca.

    ALBERTO.- Y ahora que se ha solucionado el malentendido,y sin nimo de ser ambicioso, nos puede decir cunto dineronos quedar despus de todos los arreglos tcnicos que le estnrealizando a nuestra ta?

    PREZ.- Por eso no se preocupe, les aseguro que les quedarmucho ms de lo que necesitan. Ahora nos han de disculparporque se est haciendo tarde. Nuestro avin parte en dos horashacia Montecarlo, tengo un enorme inters profesional por vercomo funciona el mundo del juego por la vieja Europa, y le heprometido a Jane unas vacaciones en la costa azul para quepueda conocer de cerca el mundo de la realeza, la pobre todavasuea con prncipes. (Saca la copia del testamento y la acercaa AURELIA.) Ahora, si no le importa, firme estos papeles paraque todo est en orden.

    AURELIA.- Si firmo, no me meter en ningn lo?

    PREZ.- Le doy mi promesa de que no hay trampa, y, adems,ayudar a Julie a descansar en paz.

    AURELIA.- (Mientras firma.) Sea todo por el inmensocario que le tena a mi Julito y por cumplir su deseo depermanecer junto a sus seres queridos. Qu sera de nosotrossin el calor de una familia!

    PREZ.- (Recogiendo los papeles.) Unas palabras muyentraables. Ahora ha llegado el momento de la partida, en unpar de semanas volvern a tener noticias mas para informarlesde cmo se ha desarrollado todo e indicarles la fecha en la quepodrn recibir a nuestra querida Julie.

    ALBERTO.- (Dndole un abrazo.) Muchas gracias, donWashington, por todo lo que ha hecho por nosotros y por nuestrata. 46

  • PREZ.- Lo de ustedes ha sido por motivos profesionales yme congratulo de haberlos conocido, pero lo de su ta es por elinmenso amor que le guardaba... Hasta pronto. Come on,darling.

    (JANE se acerca a JAVIER y le da un beso en los labiosante la mirada sorprendida del resto de la familia.)

    JANE.- Bye.

    JAVIER.- I love Amrica.

    PREZ.- Lo ves, chico, aquello es otro mundo.

    JAVIER.- Ya lo veo.

    LUISA.- Pero mi hijo est muy bien en ste.

    AURELIA.- Aqu todas las mujeres somos ms decentes.(Mira a LUISA.) Bueno, casi todas.

    PREZ.- Eso no lo pongo en duda, aunque esa palabra tienepoca utilidad en una sociedad tan avanzada.

    ALBERTO.- Les acompaar a la puerta.

    (Salen ALBERTO, PREZ y JANE.)

    LUISA.- Ay, Dios mo, que somos millonarios!

    AURELIA.- Un momento, que aqu la nica millonaria es unaservidora.

    JAVIER.- Yo no s que pensar, hasta que no reciba la pasta noquiero hacerme excesivas ilusiones, aunque, por si acaso, tendrque ir mirando los precios de las motos para ganar tiempo.

    (Regresa ALBERTO.)

    ALBERTO.- (Entusiasmado.) Muy bien, ha salido todo dela manera que tena previsto: el abogado se ha marchadocontento y el dinero ser nuestro. 47

  • LUISA.- Desconoca tus dotes de estratega, yo ms bien diraque todo ha ido como ha querido el abogado.

    ALBERTO.- Eso es lo que yo le he hecho creer para que semarche satisfecho, pero si os hubierais fijado bien, habraiscomprobado con qu sutileza he conducido la situacin.

    JAVIER.- Has estado magistral, y si se queda algo ms detiempo hubieras logrado que no nos dejara ni un duro.

    ALBERTO.- T no sabes lo que dices.

    JAVIER.- Es cierto, no s lo que digo y por eso me ilusionamucho lo de tener que colocar a la momia en el medio delsaln... Si al menos tuviera todas las cualidades de Jane.

    LUISA.- Eso s que es un problema, nunca he podido ver a losmuertos, ni siquiera cuando amortajaron a mi padre pase a verle.

    AURELIA.- Yo no tengo inconveniente siempre que vayavestida con recato y no desluzca con el resto de la habitacin.

    LUISA.- Podramos ponerla detrs de un biombo que lamantuviera oculta de las visitas.

    ALBERTO.- Pero no os dais cuenta de que una vez quetengamos el dinero podremos hacer lo que queramos. Lo mejorser meterla en un cajn lleno de naftalina y llevarla al garaje delpueblo.

    AURELIA.- Qu pasara si se presenta el americano porsorpresa?

    ALBERTO.- Ya encontraremos la solucin.

    JAVIER.- Podramos decir que est en el taller para arreglaruna avera o pasando la revisin de los mil kilmetros.

    ALBERTO.- Ahora hay cosas ms importantes que hacer. Yotengo que ir al banco a informarme sobre la cotizacin del dlary buscar la forma de invertir el dinero de la manera msconveniente para el bienestar de la familia.

    AURELIA.- Dirs para mi bienestar, no olvides que yo soy lanica heredera.

    ALBERTO.- Lo s madre, pero lo mejor para ti tambin loser para el resto.

    LUISA.- Y a su edad puede que el da menos pensado le d unsncope y amanezca tan tiesa como su prima. 48

  • AURELIA.- Ay Alberto, que esta bruja me quiere envenenarpor mis riquezas!

    ALBERTO.- Aqu nadie va a envenenar a nadie y vamos aprocurar llevarnos todos bien.

    JAVIER.- Eso s que sera una novedad.

    LUISA.- Yo me voy a hacer la comida porque de lo contrariome va a tocar pelearme con la vieja avara. (Sale.)

    AURELIA.- Yo me voy a la iglesia para darle gracias a Diospor el milagro que me ha concedido.

    ALBERTO.- Salgo contigo madre.

    (Salen AURELIA y ALBERTO.)

    JAVIER.- Temblad chicas que aqu llega el duro Javier con sureluciente Harley. Prefiero ser un corrupto capitalista que unidealista sin hembra.

    (Sale y la luz se apaga.)

    ESCENA V

    Vuelve a sonar la radio.

    LOCUTOR.- Una extraordinaria acogida ha tenido la recienteiniciativa del Ministerio de Hacienda de popularizar ladeclaracin de la renta. Desde el primer da se han formadograndes colas en las administraciones, los ciudadanos estnimpacientes por presentar su declaracin, algo que nunca sehaba visto en este pas. El ministro ha declarado que la campaaJuegue con la Renta ha desbordado todas las previsionesiniciales y se espera que salga a la luz gran parte del dinero 49

  • negro que circula en este pas. Como sabrn, la brillante medidaofrece a los contribuyentes la posibilidad de jugarse el importede su declaracin con Hacienda. El juego queda a eleccin delcontribuyente, pudiendo elegir entre los dados, pquer, parchsy siete y media, entre otros juegos que gozan de gran raigambresocial. Esta medida no slo ofrece la posibilidad a losciudadanos de ahorrarse sus impuestos, adems, es generadorade empleo pblico, pues se ha creado la figura de crupier delestado al que han accedido mediante selectiva oposicin ms demil ciudadanos que sern los nicos autorizados para jugarse losfondos del erario pblico.

    (Se ilumina el escenario, detrs del sof hay un biombopor el que se ven unas lucecitas extraas. AURELIA est

    sentada junto a su mesa haciendo ganchillo y tiene unmando a distancia a su lado.)

    AURELIA.- Pues lo que yo te diga Julito, y, aunque tu padrefuera muy bruto, t no tenas derecho a darles ese disgusto.Puede que nunca te enteraras, pero la muerte de tu padre no sedebi a un accidente de caza, ya que encontraron la escopetaentre sus piernas y su dedo agarrando el gatillo. El pobre se vollos sesos del puro disgusto que tena, aunque la puntilla para lfue lo de tu hermana pequea, y es que me digo yo que cmo sele podra ocurrir quedarse preada a los quince aos del feriantenegro. Hay cosas que no se le pueden hacer a los padres, aunqueya nos dijo el Seor que la vida era un valle de lgrimas y quehabamos venido a este mundo para sufrir, pero lo de la Luca,tu madre, fue mucho peor, y es que los hombres lo tienen muchoms fcil, pues en cuanto se les mete la cobarda en el cuerpo loarreglan todo quitndose del medio, es muy cmodo pegarse untiro, colgarse de un rbol o tirarse de cabeza a un pozo cuandovienen mal dadas. Siempre es a nosotras a las que nos quedapenar con las desgracias. Por suerte, mi chico no me sali maloy aqu estamos mal que bien, aunque mi nuera no sea todo lobuena que yo hubiera querido para l, pero al menos le doygracias a Dios porque no me haya salido puta o algo peor, quede todo hay en la via del Seor, y al menos tengo un nieto queno es drogadicto ni delincuente. Pero tu santa madre, qu mal lopas. La gente cree que se pas los ltimos aos con las monjasde la Consolacin, pero es que nos daba mucha vergenzareconocer que la internaron en un manicomio. Hubo una pocaque se puso insoportable, se pasaba todo el tiempo en la calle 50

  • y asaltaba a la gente para decirle gritando: mi hija es una puta,mi hijo es maricn, mi nieto es negro y mi hombre se suicida.Qu soy yo? Y claro, a la gente no le gustaba escuchar esascosas porque est muy feo en una respetable mujer de su edad...En fin, no somos nadie Julito, pero al menos t pudiste saliradelante y encontraste una profesin bien pag, aunque para migusto un poco golfa...

    (Entra JAVIER.)

    JAVIER.- Con quin hablas, abuela?

    AURELIA.- Aqu tena unas palabras con mi Julito sobre loscaprichos de la vida, que a veces es muy perra.

    JAVIER.- Supongo que se tratara de un dilogo apasionante.

    AURELIA.- Cosas de viejos. Por cierto, quera preguntartealgo.

    JAVIER.- Pregunta.

    AURELIA.- T no sers invertido ni drogadicto?

    JAVIER.- Que yo sepa no, pero me temo que de eso nunca seest completamente seguro. Pregntaselo a tu primo, a ver quopina alguien tan docto en el tema.

    AURELIA.- Desde que ha llegado no hace nada ms quecantar canciones que no se entienden y a veces se arranca con elrelato de alguna de sus aventuras, aunque hasta ahora no hahablado nada de lo que yo conozco.

    JAVIER.- Qu ests haciendo? Es la primera vez que no teveo jugando a las cartas, rezando o viendo un culebrn en latelevisin.

    AURELIA.- Tengo que hacer un paito para colocarlo encimade Julito, har que est ms vistoso y podremos colocar la figurade la Virgen encima para que pueda contar con su bendicin.

    JAVIER.- Ni con el paito ni con la Virgen vas a conseguirque quede ms presentable ese prodigio de la tcnica americana,menuda chapuza han hecho despus de gastarse una autnticafortuna. 51

  • AURELIA.- Desde luego lo que han hecho con el pobre notiene perdn de Dios. Mira que meterlo en un sitio en el que nopuede rebullirse. Aunque peor hubiera sido tener que aguantara una momia que diera brincos continuamente.

    (Entra LUISA.)

    LUISA.- Necesito que alguien me ayude si queris que la cenaest preparada a su hora.

    AURELIA.- Yo estoy muy atrasada con mis labores y nopuedo perder el tiempo con tonteras.

    JAVIER.- Y yo tengo mucho que estudiar, pasado maanatengo un examen muy importante de cara a mi futuro, ya que laherencia no va a permitirme vivir de las rentas y la moto tendrque esperar.

    LUISA.- (Enfadada.) Est bien, hoy nos quedaremos sincenar, ya me estoy hartando de ser slo la chacha de esta casa.

    AURELIA.- (A JAVIER.) Qu le pasa a tu madre?

    LUISA.- Que no aguanto ms! Trabajo como una negra y nose me reconoce. Si al menos pudiramos contratar a unaasistenta por horas que me ayudara.

    AURELIA.- Yo creo que le est pasando lo mismico que a lapobre Luca. A su edad se le meti la locura en el cuerpo y ya nohubo quien se la sacara. No hay cura posible.

    LUISA.- Aqu la nica loca es usted que no para de fastidiartodo el da para enredarnos a todos.

    AURELIA.- Como me insultes le digo a mi hijo que sedivorcie y te quedas en la calle sin ver ni un duro. Alberto nuncapermitira que una verdulera insultara a su pobre madre.

    LUISA.- Pues se quedaran solos usted, su hijo y la muertaautomtica, que con un buen abogado demostrara los malostratos que se me han dado en esta casa y todo sera para miJavier y yo solos. (Mira a JAVIER.) Porque t te vienesconmigo.

    AURELIA.- De eso ni hablar, mi nieto merece algo mejor.

    LUISA.- Con su madre le basta, no necesita de una abuela quetiene una gran mancha en su pasado. 52

  • AURELIA.- La nica manch eres t, so empercuda.

    LUISA.- As que fue en la famosa alberca donde pas todo.Cunteme como lo hizo?

    AURELIA.- Cllate!

    (AURELIA pulsa el mando a distancia y se empieza aescuchar la cancin La mantilla de blonda cantada por

    una mujer en ingls.)

    JAVIER.- Desde lo de Julito Newman no hay quien aguanteen esta casa.

    LUISA.- (Alterada.) No la soporto ms, desde que lleg lamuerta se ha convertido en la duea de la casa y me saca dequicio.

    AURELIA.- Pues te aguantas, a mi primo y a una servidoranadie nos falta el respeto.

    LUISA.- Al menos poda bajarle el volumen para que nospudiramos entender como personas.

    AURELIA.- (Baja el volumen con el mando a distancia.)Esta cancin me gusta mucho y me trae muy buenos recuerdosde cuando bailbamos en la feria del pueblo.

    JAVIER.- Esos deban ser los famosos bailes prehistricos.

    LUISA.- Donde algunas leonas se desmadraban con susindefensos primos, y luego pasaba lo que pasaba.

    AURELIA.- Qu ests insinuando?

    LUISA.- Una servidora no insina, slo comenta lo que dijoel americano en su ltima carta, que, por cierto, tengo muy bienguardada bajo llave por si alguna vez necesito de ella. No estnlos tiempos para fiarse de nadie, y menos de una suegra.

    AURELIA.- Lo que dice es mentira, y se lo invent elGuasinton para no tener que darme todo el dinero que mi Julitome dej legalmente.

    JAVIER.- (Aparte.) Yo me voy a estudiar, que esto se puedeponer muy feo. (Sale.) 53

  • LUISA.- Pues yo le creo, no me extraa que el Julito, despusde ser forzado brutalmente por una prima tan horrorosa,decidiera apartarse para siempre de las mujeres. Y me temo quelo mismo le est pasando a su hijo.

    AURELIA.- A m nunca me faltaron hombres que mepretendieran, que una es muy mujer, no como otras desgraciadasque ni siquiera sirven para vestir santos.

    LUISA.- Es cierto que en mi vida slo he estado con elcalzonazos de su hijo, pero, hasta ahora, ni se me ha suicidadoni reniega pblicamente de las mujeres.

    (Entra ALBERTO con el peridico deportivo bajo elbrazo. Las dos le miran muy serias.)

    ALBERTO.- Quiero ver el partido en la tele, es posible queguardis un poco de silencio?

    LUISA.- El que faltaba, y encima viene con exigencias, comosi el ftbol fuera lo ms importante de la vida.

    ALBERTO.- Qu pasa ahora?

    AURELIA.- T ve el partido, hijo mo, que no pasa nada queno pueda arreglar tu madre.

    LUISA.- Claro que no pasa nada, slo que yo me mato atrabajar para que una vieja borracha se pase el da criticndomemientras su hijo herniado no es capaz de tomar decisiones.

    ALBERTO.- No s a cuento de qu vienen esos reproches.

    LUISA.- A cuento de tu querida ta Julie, la que no quiso serhombre por culpa de tu santa madre.

    ALBERTO.- Ese tema ya lo dejamos zanjado.

    LUISA.- Porque a vosotros os interesa que nada se sepa de eseasunto, pero si t hubieras sabido llevar las negociaciones conel abogado, ahora tendramos mucho ms dinero sin quetuviramos que aguantar a la muerta por cuatro mseros durosque todava no han pagado... Cunto ms me quedar por sufrir!

    AURELIA.- Lo que quiera el Seor. l siempre pone a pruebaa sus fieles, pero a las canallas las condena al infierno. 54

  • LUISA.- Y a las viejas violadoras las encierra en un asilo paraque paguen sus culpas y se pudran.

    AURELIA.- (A ALBERTO.) Ves como insulta a tu pobremadre, sabes que tengo razn cuando te digo que ella es la te haconvertido en un fantoche. La tenas que dejar.

    ALBERTO.- Aqu nadie va a dejar a nadie, ninguno tenemosotro lugar mejor adonde ir, y pienso que podemos estar muycontentos con obtener algn dinero gracias a alguien a quiendesconocamos hasta hace muy poco tiempo.

    AURELIA.- Gracias a m.

    LUISA.- Y para que esta avara se quede con unos duros tengoque aguantar a la cabaretera muerta en mi casa durante toda lavida.

    AURELIA.- (Subiendo el volumen de la msica con elmando a distancia.) Pues s, y a la que le moleste que sufra.

    ALBERTO.- Puedo sentarme ya a ver el ftbol? Debe estara punto de empezar y es muy importante.

    LUISA.- Pues mira por dnde he decidido que no vas a ver elpartido. Hoy nos arreglamos y vamos al teatro y despus a cenaren un buen restaurante, que ya no me acuerdo de cundo salimosla ltima vez solos.

    ALBERTO.- Pero mujer que est la liga en juego, si quierespodemos organizarlo para salir otro da.

    AURELIA.- (A LUISA.) Mi Alberto no puede salir estandotan pachucho, sabes muy bien que tiene que guardar reposo paracurarse la hernia.

    LUISA.- (A ALBERTO.) Y a mis nervios, qu pasa con misnervios, a nadie le importa lo que yo siento! Como no hagamosalgo con la muerta me muero, te juro que me muero.

    AURELIA.- Dios te oiga, as nuestra felicidad sera plena.Con dinero y sin nuera, eso s que sera un milagro. Qudescanso para esta casa!

    (La msica vuelve a sonar con fuerza.)

    LUISA.- (Gritando.) Apagad a la muerta de una vez! 55

  • AURELIA.- Cuando a m me d la gana.

    (Regresa JAVIER.)

    JAVIER.- Para una vez que quera estudiar no me dejis conel escndalo que os trais. As que he decidido ver en la tele elconcierto en directo de Ratas Infectas.

    ALBERTO.- Ahora no puedes. Voy a ver yo el partido.

    LUISA.- No, te he dicho que t te vienes al teatro y a cenar,que tenemos mucha