01- De Crítica a Administración Capital

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5 Razón y Revolución es una publicación del Centro de Estudios e Investigación en Ciencias Sociales Consejo Editorial: Eduardo Sartelli Gonzalo Sanz Cerbino Rosana López Rodriguez Juan Kornblih Marina Kabat Fabián Harari Stella Grenat Editor Responsable: Juan Kornblih Diseño de tapa: Sebastián Cominiello Diseño de interior: Tamara Seiffer Redacción: Condarco 90, Ciudad de Buenos Aires, C1406AEB Dirección de correo electrónico: [email protected] ISSN 1515-1913 Editado en la Ciudad de Buenos Aires. Impreso en Pavón 1625, C.P. 1870 Registro de propiedad en trámite. Todos los artículos firmados corren por exclusiva responsabilidad de los autores. CEICS: [email protected] Prensa y difusión: [email protected] Ediciones ryr: [email protected] www.razonyrevolucion.org Razón y Revolución es indizada, con inclusión de resúmenes, en Latindex y Dialnet Editorial De la crítica a la administración del capital Parece mentira tener que empezar una editorial de una revista que publica autores marxistas explicando que el Estado no expresa el interés general ni el bien común. En tanto expresión política donde se condensan las relaciones capitalistas, el Estado es capitalista. Esto no significa que responda siempre a tal o cual empresario o grupo de empresarios en particular, ni que no pueda ceder ante demandas obre- ras. Pero que en alguna de sus acciones enfrente a un grupo de capita- listas (por ejemplo a través de estatizaciones) nunca debe hacer perder de vista que lo hace en tanto expresión de relaciones que le impiden, más allá de la voluntad de los burócratas y gobernantes de turno, ser algo diferente a su naturaleza. Que la fuerza ganada por la clase obre- ra permita algunas conquistas, no debe ocultar que lo que se alcanza son, a lo sumo, mejores condiciones sociales y políticas de venta de la fuerza de trabajo. En definitiva, la acción del Estado capitalista pue- de modificar en forma circunstancial las condiciones de la explotación pero nunca cuestionarla. Puede afectar intereses particulares de uno u otro capitalista, pero siempre a favor del resto de los patrones, nunca en forma anticapitalista. ¿Por qué repetimos estas perogrulladas? Porque a algunos mar- xistas se les ha olvidado este ABC para el cual no hace falta remitirse ni a El Capital de Marx ni a El Estado y la Revolución de Lenin. El caso más paradigmático por estas tierras es el de muchos funcionarios que de “economistas críticos” y reivindicadores de Marx pasaron a las filas del Estado con cargos de relieve en el Ministerio de Economía. Situación que ya se había vivido en Venezuela con “marxistas” al fren- te de Ministerios o cargos políticos clave, o con los economistas radi- cals (muchos de ellos marxistas) estadounidenses pidiendo regulación bancaria y expansión del gasto como salida de la crisis. Se trata de la expresión acabada de toda una corriente de intelectuales a nivel inter- nacional que sin renegar de un lenguaje marxistoide apoyan el inter- vencionismo estatal como forma de paliar los efectos de la crisis mun- dial. Se da una especie de boom de lo que podemos llamar “marxismo

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  • 5Razn y Revolucin es una publicacin del Centro de Estudios e Investigacin en Ciencias Sociales

    Consejo Editorial:Eduardo SartelliGonzalo Sanz CerbinoRosana Lpez RodriguezJuan KornblihttMarina KabatFabin HarariStella Grenat

    Editor Responsable:Juan Kornblihtt

    Diseo de tapa: Sebastin Cominiello

    Diseo de interior:Tamara Seiffer

    Redaccin:Condarco 90, Ciudad de Buenos Aires, C1406AEB

    Direccin de correo electrnico:[email protected] 1515-1913Editado en la Ciudad de Buenos Aires. Impreso en Pavn 1625, C.P. 1870Registro de propiedad en trmite. Todos los artculos firmados corren por exclusiva responsabilidad de los autores.

    CEICS: [email protected] y difusin: [email protected]

    Ediciones ryr: [email protected]

    Razn y Revolucin es indizada, con inclusin de resmenes, en Latindex y Dialnet

    Editorial

    De la crtica a la administracin del capital

    Parece mentira tener que empezar una editorial de una revista que publica autores marxistas explicando que el Estado no expresa el inters general ni el bien comn. En tanto expresin poltica donde se condensan las relaciones capitalistas, el Estado es capitalista. Esto no significa que responda siempre a tal o cual empresario o grupo de empresarios en particular, ni que no pueda ceder ante demandas obre-ras. Pero que en alguna de sus acciones enfrente a un grupo de capita-listas (por ejemplo a travs de estatizaciones) nunca debe hacer perder de vista que lo hace en tanto expresin de relaciones que le impiden, ms all de la voluntad de los burcratas y gobernantes de turno, ser algo diferente a su naturaleza. Que la fuerza ganada por la clase obre-ra permita algunas conquistas, no debe ocultar que lo que se alcanza son, a lo sumo, mejores condiciones sociales y polticas de venta de la fuerza de trabajo. En definitiva, la accin del Estado capitalista pue-de modificar en forma circunstancial las condiciones de la explotacin pero nunca cuestionarla. Puede afectar intereses particulares de uno u otro capitalista, pero siempre a favor del resto de los patrones, nunca en forma anticapitalista.

    Por qu repetimos estas perogrulladas? Porque a algunos mar-xistas se les ha olvidado este ABC para el cual no hace falta remitirse ni a El Capital de Marx ni a El Estado y la Revolucin de Lenin. El caso ms paradigmtico por estas tierras es el de muchos funcionarios que de economistas crticos y reivindicadores de Marx pasaron a las filas del Estado con cargos de relieve en el Ministerio de Economa. Situacin que ya se haba vivido en Venezuela con marxistas al fren-te de Ministerios o cargos polticos clave, o con los economistas radi-cals (muchos de ellos marxistas) estadounidenses pidiendo regulacin bancaria y expansin del gasto como salida de la crisis. Se trata de la expresin acabada de toda una corriente de intelectuales a nivel inter-nacional que sin renegar de un lenguaje marxistoide apoyan el inter-vencionismo estatal como forma de paliar los efectos de la crisis mun-dial. Se da una especie de boom de lo que podemos llamar marxismo

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    keynesiano que no solo ve positiva la insercin en el Estado sino que cree que ste puede dominar al capital y moldearlo hacia un desarrollo ms equilibrado.

    En este nmero de la revista, diversos artculos muestran que no solo es reaccionario ser un funcionario del Estado burgus sino que la idea de que es posible frenar las tendencias del capital a travs de su accin es una utopa. En el dossier Acumulacin de capital y cri-sis, el artculo colectivo de Lewinger et al muestra cmo los intentos del Estado de coordinar polticas cambiarias no fracasan por fallas de coordinacin sino porque expresan la impotencia ante la sobreproduc-cin que lleva a un estallido cada vez mayor de la crisis internacional. En ese mismo sentido, Sutherland da cuenta de cmo la poltica eco-nmica chavista (realizada por varios de esos marxistas devenidos en funcionarios del Estado capitalista) lejos est de revertir la desigualdad social. En el dossier sobre Clase Obrera, el artculo de Harari pole-miza contra la idea de que el Estado argentino con sus polticas revirti en los ltimos aos el proceso de consolidacin de la sobrepoblacin relativa, tesis reforzada por el artculo de Guevara que muestra cmo tanto en Argentina como en Brasil las condiciones de venta de la fuerza de trabajo en el sector automotriz, pese a las mejoras, no pudo revertir la tendencia a su deterioro. Por su parte, Soler nos muestra en su tra-bajo sobre el gobierno de Ragone en Salta cmo la dicotoma peronis-mo de izquierda o de derecha en los 70 sirvi para ocultar el carcter de clase (burgus) de su gobierno, supuestamente popular. Mientras tanto, Valente Santana nos recuerda que los organismos internacio-nales, aunque proclamen combatir la pobreza actan a favor de las empresas y los gobiernos antes que de los trabajadores.

    La crisis, as como arrastra a muchos a radicalizarse, abre oportuni-dades para un recambio de funcionarios al servicio del capital. Muchos que hasta ahora se mantuvieron impolutos gracias a su lugar crtico, de golpe se vuelven tiles. De la toma del poder (si es que alguna vez se la plantearon) al ascenso a cargos burocrticos en los cuales se cree tener el poder. No es el primer transformismo de este tipo que ocurre en la historia. Pero si algo lo caracteriza, es que esta vez los devenidos funcionarios o aspirantes a funcionarios reivindican su adhesin a las ideas de Marx, pese a haberse cambiado de bando. Los artculos men-cionados y el resto de este nmero plantean la necesidad de continuar desarrollando la crtica con la perspectiva de la toma del poder y la transformacin revolucionaria del Estado y no como vehculo de acceso al mismo para que nada cambie.

    Dossier: Acumulacin de capital y crisis

    Guerra cambiaria

    Arturo Lewinger, Miguel Straffela* y Patricia Iannuzi

    Falla de coordinacin o forma concreta de una crisis de sobreproduccin general capitalista?

    FCE-UBA/ISEN/FCE-UBA

    Resumen

    Luego de 2008, diversas cumbres internacionales trataron los desequilibrios globales, pero no surgi de ellas ninguna medida efectiva importante. El problema principal es la forma en que el capital se acumula a nivel internacional en las ltimas dcadas, con una brecha creciente entre nivel de produccin y capacidad de consumo, que solo puede cerrarse va emisin de crdito nacional y, fundamentalmente, internacional. Por esto, la crisis, lejos de resolverse, est cada vez ms cerca de estallar.

    Palabras Clave: guerra cambiaria - crdito - crisis de sobreproduccin

    Abstract

    After the outbreak of the 2008 crisis, several international summits addressed the global imbalances issue, without the arisen of an effective solution. This result is due to the way in which capital has been accumulating worldwide in the recent decades, with a growing gap between the level of production and the consumption capacity. This gap can only be closed through the massive issuance of national but mainly international credit. Following this, the crisis, far from being solved, is close to burst open.

    Keywords: exchange rate war - credit - overproduction crisis

    *Las opiniones desarrolladas no reflejan las del ISEN o del Ministerio de Relaciones Exteriores de la Nacin.