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Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00 L’O S S E RVATORE ROMANO EDICIÓN SEMANAL Unicuique suum EN LENGUA ESPAÑOLA Non praevalebunt Año XLVII, número 11 (2.406) Ciudad del Vaticano 13 de marzo de 2015 El Ángelus del 8 de marzo en la plaza de San Pedro y la visita pastoral a la parroquia romana de Tor Bella Monaca Sin mujeres un mundo estéril La razón de ser de la Iglesia Una comunidad de la periferia entrevista al Papa El punto de vista de Magallanes PÁGINA 2 Coloquio con el obispo Carrasco de Paula Más ancianos, más preciados PÁGINA 3 El Pontífice en la parroquia romana de Todos los Santos Liturgia y vida A los cincuenta años de la pri- mera misa celebrada por el Papa Pablo VI en italiano, según las re- novadas normas litúrgicas esta- blecidas por el Vaticano II, el Santo Padre Francisco quiso visi- tar, el sábado 7 de marzo, por la tarde, la parroquia de Todos los Santos para conmemorar el ani- versario. PÁGINA 5 A la Academia para la vida Enfermos de abandono PÁGINA 3 GIOVANNI MARIA VIAN Mientras inicia el tercer año de pontificado de Francisco no dismi- nuye el interés mediático hacia el Papa, es más, se multiplican desde diversas partes las intervenciones, a menudo interesantes, con la inten- ción de comprender su figura, po- pularísima incluso más allá de los confines visibles del catolicismo. El Papa mismo indicó en más de una ocasión cuál es su preocupación principal, o sea la necesidad de tes- timoniar y anunciar el Evangelio, motivo conductor permanente en la Iglesia de Cristo, incluso llevan- do la marca de las imperfecciones inevitables de toda dinámica hu- mana. Hace precisamente dos años, en las reuniones preparatorias del cón- clave quien presentaba con claridad la cuestión era el mismo arzobispo de Buenos Aires, en una interven- ción breve que, una vez elegido Pa- pa, entregó al cardenal Ortega y Alamino y fue inmediatamente di- vulgada. «Es la razón de ser de la Iglesia» dijo Bergoglio acerca de la evangelización, añadiendo una de- finición de Pablo VI —«la dulce y confortadora alegría de evangeli- zar»— que significativamente reto- mó en el título (Evangelii gaudium) del documento programático del pontificado. La misión, por lo tanto, es la clave que permite comprender la intención del Papa, coherente con una historia larguísima. Desde los orígenes de la predicación cristiana, que se movió al inicio por la senda del vivaz proselitismo judío, hasta la expansión misionera moderna y la simultánea dramática toma de conciencia de una difundida des- cristianización incluso en el cora- zón de Europa. Y, así, mientras el alcance del ca- tolicismo llega a ser mundial, des- de la mitad del siglo XIX se abre camino con dificultad la aspiración a una renovación de la presencia de la Iglesia en el mundo; hasta la víspera del Concilio, cuando el cristianismo «parecía perder cada vez más su fuerza eficaz», como es- cribió Benedicto XVI. Por ello el arzobispo Montini quiso en 1957, en Milán, una mi- sión dirigida en especial a los «her- manos alejados», desde el comien- zo se adhirió al Vaticano II y lue- go, como Papa, guió su desarrollo, las conclusiones y la primera apli- cación. «La Iglesia —decía hace dos años el cardenal Bergoglio— está llamada a salir de sí misma e ir hacia las periferias, no sólo geo- gráficas, sino también las periferias existenciales: las del misterio del pecado, las del dolor, de la injusti- cia, las de la ignorancia y prescin- dencia religiosa, las del pensamien- to, las de toda miseria». Para la Iglesia el peligro mortal y cada vez más frecuente, advertía Bergoglio: es el de la autorreferen- cialidad, es decir, de mirarse a sí misma y no a Cristo, que es el úni- co verdadero centro, como no se cansa de repetir el Papa Francisco. Bajo esta luz es posible compren- der su pontificado, verdaderamente planetario, y su obra diaria de re- novación, que es el deber de quien- quiera ser fiel a la Palabra del úni- co Señor. Angela Dalmau de Grau «Mujer hacendosa» (1922) Un mundo que margina a las muje- res es «un mundo estéril». Porque «las mujeres no sólo traen la vida, sino que nos transmiten la capacidad de ver más allá» y «de comprender el mundo con ojos diversos, de sen- tir las cosas con corazón más creati- vo, más paciente, más tierno». Lo dijo el Papa Francisco en el Ángelus del 8 de marzo, al expresar su agradecimiento a «todas las mu- jeres que cada día tratan de cons- truir una sociedad más humana y acogedora» y reafirmar «la impor- tancia y la necesidad de su presencia en la vida». A los fieles reunidos en la plaza de San Pedro el Pontífice renovó su «gracias fraterno» en es- pecial a las mujeres «que de mil mo- dos testimonian el Evangelio y tra- bajan en la Iglesia». Y recordó igualmente que el tiempo cuaresmal es un período propicio para dejar que Jesús haga «limpieza» en el co- razón de cada uno a través del «láti- go» de su misericordia. Una invitación que repitió tam- bién durante la tarde transcurrida en la parroquia romana de Santa María Madre del Redentor en Tor Bella Monaca, donde celebró la misa y se reunió con la comunidad, denun- ciando «la injusticia de la desocupa- ción o de la discriminación» y lan- zando una severa advertencia contra «los mafiosos» que «explotan a la gente pobre». PÁGINAS 8 Y 9

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  • Nmero suelto 1,00. Nmero atrasado 2,00

    LO S S E RVATOR E ROMANOEDICIN SEMANAL

    Unicuique suum

    EN LENGUA ESPAOLANon praevalebunt

    Ao XLVII, nmero 11 (2.406) Ciudad del Vaticano 13 de marzo de 2015

    El ngelus del 8 de marzo en la plaza de San Pedro y la visita pastoral a la parroquia romana de Tor Bella Monaca

    Sin mujeres un mundo estrilLa razn de ser de la Iglesia

    Una comunidad de la periferiaentrevista al Papa

    El punto de vistade Magallanes

    PGINA 2

    Coloquio con el obispoCarrasco de Paula

    Ms ancianos,ms preciados

    PGINA 3

    El Pontfice en la parroquia romana de Todos los Santos

    Liturgia y vidaA los cincuenta aos de la pri-mera misa celebrada por el PapaPablo VI en italiano, segn las re-novadas normas litrgicas esta-blecidas por el Vaticano II, elSanto Padre Francisco quiso visi-tar, el sbado 7 de marzo, por latarde, la parroquia de Todos losSantos para conmemorar el ani-versario.

    PGINA 5

    A la Academia para la vida

    Enfermosde abandono

    PGINA 3

    GI O VA N N I MARIA VIAN

    Mientras inicia el tercer ao depontificado de Francisco no dismi-nuye el inters meditico hacia elPapa, es ms, se multiplican desdediversas partes las intervenciones, amenudo interesantes, con la inten-cin de comprender su figura, po-pularsima incluso ms all de losconfines visibles del catolicismo. ElPapa mismo indic en ms de unaocasin cul es su preocupacinprincipal, o sea la necesidad de tes-timoniar y anunciar el Evangelio,motivo conductor permanente enla Iglesia de Cristo, incluso llevan-do la marca de las imperfeccionesinevitables de toda dinmica hu-mana.

    Hace precisamente dos aos, enlas reuniones preparatorias del cn-clave quien presentaba con claridad

    la cuestin era el mismo arzobispode Buenos Aires, en una interven-cin breve que, una vez elegido Pa-pa, entreg al cardenal Ortega yAlamino y fue inmediatamente di-vulgada. Es la razn de ser de laIglesia dijo Bergoglio acerca de laevangelizacin, aadiendo una de-finicin de Pablo VI la dulce yconfortadora alegra de evangeli-zar que significativamente reto-m en el ttulo (Evangelii gaudium)del documento programtico delp ontificado.

    La misin, por lo tanto, es laclave que permite comprender laintencin del Papa, coherente conuna historia largusima. Desde losorgenes de la predicacin cristiana,que se movi al inicio por la sendadel vivaz proselitismo judo, hastala expansin misionera moderna yla simultnea dramtica toma deconciencia de una difundida des-cristianizacin incluso en el cora-zn de Europa.

    Y, as, mientras el alcance del ca-tolicismo llega a ser mundial, des-de la mitad del siglo XIX se abrecamino con dificultad la aspiracina una renovacin de la presenciade la Iglesia en el mundo; hasta lavspera del Concilio, cuando elcristianismo pareca perder cadavez ms su fuerza eficaz, como es-cribi Benedicto XVI.

    Por ello el arzobispo Montiniquiso en 1957, en Miln, una mi-sin dirigida en especial a los her-manos alejados, desde el comien-zo se adhiri al Vaticano II y lue-go, como Papa, gui su desarrollo,las conclusiones y la primera apli-cacin. La Iglesia deca hacedos aos el cardenal Bergoglioest llamada a salir de s misma eir hacia las periferias, no slo geo-grficas, sino tambin las periferiasexistenciales: las del misterio delpecado, las del dolor, de la injusti-cia, las de la ignorancia y prescin-dencia religiosa, las del pensamien-to, las de toda miseria.

    Para la Iglesia el peligro mortaly cada vez ms frecuente, advertaBergoglio: es el de la autorreferen-cialidad, es decir, de mirarse a smisma y no a Cristo, que es el ni-co verdadero centro, como no secansa de repetir el Papa Francisco.Bajo esta luz es posible compren-der su pontificado, verdaderamenteplanetario, y su obra diaria de re-novacin, que es el deber de quien-quiera ser fiel a la Palabra del ni-co Seor.

    Angela Dalmau de Grau Mujer hacendosa (1922)

    Un mundo que margina a las muje-res es un mundo estril. Porquelas mujeres no slo traen la vida,sino que nos transmiten la capacidadde ver ms all y de comprenderel mundo con ojos diversos, de sen-tir las cosas con corazn ms creati-vo, ms paciente, ms tierno.

    Lo dijo el Papa Francisco en elngelus del 8 de marzo, al expresarsu agradecimiento a todas las mu-jeres que cada da tratan de cons-truir una sociedad ms humana yacogedora y reafirmar la impor-tancia y la necesidad de su presenciaen la vida. A los fieles reunidos enla plaza de San Pedro el Pontficerenov su gracias fraterno en es-pecial a las mujeres que de mil mo-dos testimonian el Evangelio y tra-bajan en la Iglesia. Y recordigualmente que el tiempo cuaresmales un perodo propicio para dejarque Jess haga limpieza en el co-razn de cada uno a travs del lti-go de su misericordia.

    Una invitacin que repiti tam-bin durante la tarde transcurrida enla parroquia romana de Santa MaraMadre del Redentor en Tor BellaMonaca, donde celebr la misa y sereuni con la comunidad, denun-ciando la injusticia de la desocupa-cin o de la discriminacin y lan-zando una severa advertencia contralos mafiosos que explotan a lagente pobre.

    PGINAS 8 Y 9

  • LOSSERVATORE ROMANOEDICIN SEMANAL

    Unicuique suumEN LENGUA ESPAOLANon praevalebunt

    Ciudad del Vaticanoe d . e s p a n o l a @ o s s ro m .v a

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    GI O VA N N I MARIA VIANd i re c t o r

    Giuseppe Fiorentinosub director

    Marta Lagoredactor jefe de la edicin

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    pgina 2 LOSSERVATORE ROMANO viernes 13 de marzo de 2015, nmero 11

    Una parroquia de la periferia entrevista al Papa

    El punto de vistade Magallanes

    JOS MARA DI PAOLA

    Usted habla mucho de periferia. Esuna palabra que usa muchas veces.En qu piensa cuando habla de peri-ferias? En nosotros, en la gente de lavilla?

    Cuando hablo de periferia hablode lmites. Normalmente nosotrosnos movemos en espacios que de al-guna manera controlamos. se es elcentro. Pero a medida que vamos sa-liendo del centro vamos descubrien-do ms cosas. Y cuando miramos elcentro desde esas nuevas cosas quedescubrimos, desde nuestras nuevasposiciones, desde esa periferia, ve-mos que la realidad es distinta. Unacosa es ver la realidad desde el cen-tro y otra cosa es verla desde el lti-mo lugar a donde vos llegaste. Unejemplo. Europa, vista desde Madriden el siglo XVI era una cosa, perocuando Magallanes llega al fin delcontinente americano y mira Europa,desde ah entiende otra cosa. La rea-lidad se ve mejor desde la periferiaque desde el centro. Tambin la rea-lidad de una persona, de las perife-rias existenciales e incluso la reali-

    Quin tiene que defendernos? Y noso-tros, cmo podemos defendernos?

    Es verdad, avanza y no se detiene.Hay pases que ya son esclavos de ladroga y nos preocupa. Lo que msme preocupa es el triunfalismo delos traficantes. Esta gente ya cantavictoria, han vencido, han triunfado.

    ha llegado lo ms importante queun padre y una madre les puedendar: la fe.

    Usted cree que siempre existe la posibi-lidad de un cambio, tanto en situacio-nes difciles de personas que han sidomuy probadas por la vida, como en si-tuaciones sociales o internacionales queson causa de grandes sufrimientos parala poblacin. De dnde saca ese opti-mismo, incluso cuando habra que de-s e s p e ra rs e ?

    Toda persona puede cambiar, in-cluso las muy probadas. Yo conozcogente que estaba tirada en la exis-tencia de su vida, y hoy da se hancasado, tienen su hogar. Esto no esoptimismo, esto es certeza en doscosas. Primero, en el hombre, en lapersona. La persona es imagen deDios, y Dios no desprecia su ima-gen, siempre la rescata de algunamanera. Y segundo en la fuerza delmismo Espritu Santo, que va cam-biando la conciencia. No es optimis-mo, es fe en la persona, porque eshija de Dios. Dios no abandona asus hijos. Me gusta repetir la fraseque nosotros, los hijos de Dios, me-temos la pata a cada rato, nos equi-vocamos, pecamos, pero cuando pe-dimos perdn, l siempre nos per-dona. No se cansa de perdonar. So-mos nosotros que, cuando nos cree-mos importantes, nos cansamos depedir perdn.

    Cmo se puede llegar a estar seguros yser constantes en la fe? Quiero decir:uno vive altos y bajos, en algunos mo-mentos es consciente de la presencia deDios, de que Dios es un compaero decamino, pero en otros, uno se olvida deeso y se porta como de Dios no existie-ra. Se puede alcanzar una estabilidaden un tema como el de la fe?

    S, hay altos y bajos. En algunosmomentos somos conscientes de la

    presencia de Dios, otras veces nosolvidamos de eso. La Biblia dice: lavida del hombre, de la persona so-bre la tierra es una milicia. Es decirque tens que estar en paz y luchan-do. Preparado para no desfallecer,no bajar la guardia, y, por otro lado,gozando de todas las cosas hermosasque te da Dios en la vida. Es decir,hay que estar alerta. No ser derrotis-ta, no ser pesimista.

    Cmo ser constante en la fe? Sino te negs a sentirla, la vas a sentirmuy cerca, la vas a encontrar en tucorazn. Otro da puede ser que nosientas nada. Y sin embargo la feest, no? Es necesario acostumbrar-se a que la fe no es un sentimiento.A veces el Seor nos da la gracia desentirla, pero la fe es algo ms. La fees mi relacin con Jesucristo, yo creoque l me salv. se es el punto jus-to de la fe. And buscando vos losmomentos de tu vida en los que teencontrabas mal, donde andabasperdido, donde no la pegabas, y ob-serv cmo Cristo te salv. Abrazatea eso, sa es la raz de tu fe. Cuandote olvids, cuando no sents nada,abrazate a eso, porque sa es la basede tu fe. Y siempre con el Evangelioen la mano. Llevate un Evangeliochiquito en el bolsillo. Tenelo en tucasa. Esta es la Palabra de Dios. Ahse alimenta la fe. Despus de todo lafe es un regalo, no es una actitudpsicolgica. Y si te hacen un regalotens que recibirlo no? Recib, en-tonces, el regalo del Evangelio y le-lo. Lelo y escuch la Palabra deD ios.

    Su vida ha sido intensa, rica. Nosotrostambin queremos vivir una vida ple-na, intensa. Cmo se hace para no vi-vir intilmente? Y cmo puede saberuno que no vive intilmente?

    Bueno, yo viv mucho intilmente,eh? No fue tan intensa y tan rica.Yo soy un pecador como cualquiera.Pasa que, simplemente, el Seor mehace hacer cosas que se ven, perocuntas veces hay gente que no seve, y el bien que hacen! La intensi-dad no es directamente proporcionala lo que la gente ve. La intensidadse vive por dentro. Y se vive alimen-tando la misma fe. Cmo? Hacien-do obras de fecundidad, obras deamor para el bien de la gente. Qui-zs el peor pecado contra el amorsea renegar de una persona. Hayuna persona que te ama, y vos rene-gs de ella haciendo como que no laconocs. Te est amando y vos rene-gs de ella. El que ms nos ama esDios. Renegar de Dios es uno de lospeores pecados que hay. San Pedrocometi ese pecado, reneg de Jesu-

    Edicin de 1570 del planisferiode Vopel impresopor Bernard van den Putte

    De La Crcova a Santa MartaLa revista de una villa miseria argentinaentrevista al Papa, y l responde. Se trata de laVilla La Crcova, en la localidad de LenSurez, una aglomeracin que surgi hacemedio siglo en torno a la ltima estacin de laferrova que llevaba al gran Buenos Aires. Enenero pasado, al trmino de una procesinreligiosa con su squito de fiesta popular, fuelanzada la propuesta de entrevistar al Papa paraLa Crcova News, una revista escrita por losjvenes de la villa. Las preguntas recogidasentre la gente fueron entregadas directamente alPapa a travs de Jos Mara Di Paola, mejorconocido como el padre Pepe, a quien recibi el7 de febrero pasado en Santa Marta. El PapaFrancisco respondi inmediatamente y alpadre Pepe explica Alver Metalli en su sitiow w w. t e r re d a m e r i c a . c o m le fue suficienteencender una pequea grabadora y la entrevistase realiz.

    Y eso es una realidad.Hay pases o zonasdonde todo est bajoel dominio de la dro-ga. Con respecto a Ar-gentina, puedo decirslo esto: hace 25 aosera un lugar de pasode la droga, hoy enda se consume. Y notengo la certeza, perocreo que tambin sefabrica.

    Qu es lo ms impor-tante que debemos darlea nuestros hijos?

    La pertenencia, lapertenencia a un ho-gar. La pertenencia seda con amor, con cari-o, con tiempo, lle-vndolos de la mano,escuchndolos, jugan-do con ellos, dndoleslo que necesitan en ca-da momento para sucrecimiento. Sobre to-

    dad del pensamiento. Vos pods te-ner un pensamiento muy armado,pero cuando te confronts con al-guien que est fuera de ese pensa-miento de alguna manera tens quebuscar las razones del tuyo, empezsa discutir, te enriquecs desde la pe-riferia del pensamiento del otro.

    Usted conoce nuestros problemas. Ladroga avanza y no se detiene, entra enlas villas y ataca a nuestros jvenes.

    do dndoles lugar para que se ex-presen. Si vos no jugs con tushijos, les ests privando de la dimen-sin de la gratuidad. Si vos no ledas lugar para que l diga lo quesiente y pueda incluso hasta discutircon vos, porque se siente libre, no loests dejando crecer.

    Pero lo ms importante es la fe. Am me duele mucho cuando encuen-tro chicos que no saben hacerse laseal de la cruz. A esos chicos no les SIGUE EN LA PGINA 4

  • nmero 11, viernes 13 de marzo de 2015 LOSSERVATORE ROMANO pgina 3

    A la Academia pontificia para la vida el Santo Padre habla de asistencia a los ancianos y cuidados paliativos

    Enfermos de abandono

    Queridos hermanos y hermanas:Os saludo cordialmente con oca-

    sin de vuestra asamblea general,llamada a reflexionar sobre el temaAsistencia al anciano y cuidadospaliativos, y agradezco al presiden-te sus amables palabras. Me compla-ce saludar especialmente al cardenalSgreccia, que es un pionero gra-cias!

    Los cuidados paliativos son expre-sin de la actitud propiamente hu-mana de cuidarse unos a otros, espe-cialmente a quien sufre. Testimonianque la persona humana es siemprevaliosa, aunque est marcada por laancianidad y la enfermedad. Enefecto, la persona, en cualquier cir-cunstancia, es un bien para s mismay para los dems, y es amada porDios. Por eso, cuando su vida sevuelve muy frgil y se acerca la con-clusin de su existencia terrena, sen-timos la responsabilidad de asistirlay acompaarla del mejor modo.

    El mandamiento bblico que nospide honrar a los padres, en sentidolato, nos recuerda que debemos hon-rar a todas las personas ancianas. Aeste mandamiento Dios asocia unadoble promesa: Para que se prolon-guen tus das (Ex 20, 12) y laotra seas feliz (Dt 5, 16). La fi-delidad al cuarto mandamiento noslo asegura el don de la tierra, sinosobre todo la posibilidad de disfru-tar de ella. En efecto, la sabiduraque nos lleva a reconocer el valor dela persona anciana y a honrarla, esla misma sabidura que nos permiteapreciar los numerosos dones que re-cibimos diariamente de la mano pro-vidente del Padre y ser felices. Elprecepto nos revela la fundamentalrelacin pedaggica entre padres ehijos, entre ancianos y jvenes, conreferencia a la custodia y a la trans-misin de la enseanza religiosa ysapiencial a las generaciones futuras.Respetar esta enseanza y a quienesla transmiten es fuente de vida y deb endicin.

    Al contrario, la Biblia reserva unasevera advertencia a quienes descui-dan o maltratan a los padres (cf. Ex21, 17; Lv 20, 9). Este mismo juiciovale hoy cuando los padres, siendoancianos y menos tiles, permanecenmarginados hasta el abandono; y te-nemos muchos ejemplos.

    La Palabra de Dios es siempre vi-va, y vemos bien cmo el manda-miento tiene apremiante actualidadpara la sociedad contempornea, enla que la lgica de la utilidad preva-lece sobre la de la solidaridad y lagratuidad, incluso en el seno de lasfamilias. Por lo tanto, escuchemoscon corazn dcil la Palabra deDios que nos viene de los manda-mientos, los cuales, recordmoslosiempre, no son vnculos que apri-sionan, sino palabras de vida.

    Honrar hoy tambin podra tra-ducirse como el deber de tener m-ximo respeto y cuidar a quien, porsu condicin fsica o social, podraser abandonado para morir o dejar-lo morir. Toda la medicina tieneuna funcin especial dentro de la so-ciedad como testigo de la honra quese debe a la persona anciana y a to-do ser humano. Evidencia y eficien-cia no pueden ser los nicos criteriosque orienten la actuacin de los m-dicos, ni lo son las reglas de los sis-temas sanitarios y el beneficio eco-nmico. Un Estado no puede pensaren obtener beneficio con la medici-na. Al contrario, no hay deber msimportante para una sociedad que elde cuidar a la persona humana.

    Vuestro trabajo durante estos dasexplora nuevas reas de aplicacinde los cuidados paliativos. Hastaahora han sido un valioso acompa-amiento para los enfermos oncol-gicos, pero hoy las enfermedadesson muchas y variadas, a menudo

    relacionadas con la ancianidad, ca-racterizada por un desmejoramientocrnico progresivo, y para las quepuede servir este tipo de asistencia.Ante todo, los ancianos tienen nece-sidad del cuidado de sus familiares,cuyo afecto ni siquiera las estructu-ras pblicas ms eficientes o losagentes sanitarios ms competentes ycaritativos pueden sustituir. Cuandono son autosuficientes o tienen en-fermedades avanzadas o terminales,los ancianos pueden disponer deuna asistencia verdaderamente hu-mana y recibir respuestas adecuadasa sus exigencias gracias a los cuida-

    dos paliativos ofrecidos como inte-gracin y apoyo a la atencin presta-da por sus familiares. Los cuidadospaliativos tienen el objetivo de ali-viar el sufrimiento en la fase final dela enfermedad y al mismo tiempogarantizar al paciente un adecuadoacompaamiento humano (cf. Cartaencclica Evangelium vitae, 65). Setrata de un apoyo importante, sobretodo para los ancianos, que, a causade su edad, reciben cada vez menosatencin de la medicina curativa y amenudo permanecen abandonados.El abandono es la enfermedadms grave del anciano, y tambin lainjusticia ms grande que puede su-frir: quienes nos han ayudado a cre-cer no deben ser abandonados cuan-do tienen necesidad de nuestra ayu-da, nuestro amor y nuestra ternura.

    Por lo tanto, aprecio vuestro com-promiso cientfico y cultural para ga-rantizar que los cuidados paliativospuedan llegar a todos los que los ne-cesitan. Animo a los profesionales ya los estudiantes a especializarse eneste tipo de asistencia, que no tienemenos valor por el hecho de queno salva la vida. Los cuidados pa-liativos realizan algo igualmente im-portante: valoran a la persona. A to-dos los que, de diferentes modos, es-tn comprometidos en el campo delos cuidados paliativos, los exhorto aponer en prctica este compromiso,conservando ntegro el espritu deservicio y recordando que el conoci-miento mdico es verdaderamenteciencia, en su significado ms noble,slo si se considera un auxilio convistas al bien del hombre, un bienque jams se alcanza contra su vi-da y su dignidad.

    Esta capacidad de servicio a la vi-da y a la dignidad de la persona en-ferma, aunque sea anciana, mide elverdadero progreso de la medicina yde toda la sociedad. Repito la ex-hortacin de Juan Pablo II: Respe-ta, defiende, ama y sirve a la vida, atoda vida humana! Slo siguiendoeste camino encontrars justicia, de-sarrollo, libertad verdadera, paz y fe-licidad! (ibdem, n. 5).

    Deseo que continuis el estudio yla investigacin, para que la obra depromocin y defensa de la vida seacada vez ms eficaz y fecunda. Queos proteja la Virgen Madre, Madrede la vida, y os acompae mi bendi-cin. Por favor, no os olvidis de re-zar por m. Gracias.

    Asistencia al anciano y cuidados paliativos fue el tema de la asamblea gene ra lde la Academia pontificia para la vida que se celebr en el Vaticano del 5 al 7de marzo. El jueves 5, por la maana, el Papa recibi en la sala Clementina alos participantes en el encuentro. Dirigindose a l, el presidente, el obispo IgnacioCarrasco de Paula, record, entre otras cosas, que en su trabajo la Academiaprocura conjugar el rigor de los razonamientos con la misericordia y la tern u radel corazn. A los presentes, el Pontfice les record que el abandono es laenfermedad ms grave del anciano, y tambin la injusticia ms grande que puedesufrir: quienes nos han ayudado a crecer no deben ser abandonados.

    Coloquio con el obispo Carrasco de Paula

    Ms ancianos, ms preciadosMARIO PONZI

    Un millardo y medio de ancianosen 2025, ms de dos mil millonesen 2050. Los nmeros no dejandudas: la sociedad mundial enve-jece rpidamente. Y, sin embargo,como destac el Papa Francisco,precisamente el mircoles 4 demarzo durante la audiencia gene-ral, no est, en absoluto, prepara-da para reconocer el papel y ladignidad de las personas ancia-nas; es ms, tiende a consideralesun peso molesto para la comuni-dad, sobre todo si estn enfermasy, por lo tanto, a descartarlas.La Iglesia no puede y no quiereconformarse con una mentalidadde intolerancia destac el PapaFr a n c i s c o y mucho menos de in-diferencia y desprecio respecto ala vejez. Y haciendo eco de laspalabras de Benedicto XVI, aa-di: Donde no hay honor paralos ancianos, no hay futuro paralos jvenes. Hemos hablado deello con el obispo Ignacio Carras-co de Paula, presidente de la Aca-demia pontificia para la vida, queprecisamente al tema La asisten-cia a los ancianos y los cuidadospaliativos dedic el w o rk s h o p delviernes 6 de marzo en el mbitode la plenaria que tuvo lugar del5 al 7 en el aula nueva del Sno-do.

    El seminario de estudio no poda te-ner mejor vitico que las palabras

    pronunciadas el mircoles por elPontfice.

    Fue una coincidencia, feliz ymuy significativa. Al Papa Fran-cisco, por lo dems, siempre le hapreocupado mucho la situacinde los ancianos, desde que era ar-zobispo de Buenos Aires. Por suparte, la Academia pontificia estmuy atenta a los ancianos, a lacalidad de su vida y busca los ca-minos para estimular a la socie-dad hacia una plena asuncin dela responsabilidad con respecto aellos, considerndoles, como efec-tivamente son, personas con ple-na dignidad, dotadas de una sabi-dura madurada a travs de nu-merosas experiencias vividas.

    Usted habla de calidad de vida.En qu consiste?

    Evidentemente cuando se hablade calidad de vida no nos referi-mos a la cantidad de vida por vi-vir. Sera un error considerar losprogresos de la medicina en estembito slo en cuanto factores deprolongacin de la vida. Si acaso,se trata de una oportunidad paraaprovechar precisamente para vi-vir una vida de calidad, en cuantoque d frutos. As pues, a los an-cianos se les debe ofrecer las con-diciones para poder continuardando su preciosa aportacin. Nopor casualidad el Papa Francisco

    SIGUE EN LA PGINA 4

  • pgina 4 LOSSERVATORE ROMANO viernes 13 de marzo de 2015, nmero 11

    El punto de vistade Magallanes

    VIENE DE LA PGINA 2

    cristo y lo hicieron Papa! Enton-ces qu me queda para m? As queno Adelante!

    Usted tiene cerca a personas que noestn de acuerdo con usted?

    S, por supuesto.

    Cmo se comporta con ellas?A m nunca me fue mal con escu-

    char a las personas. Cada vez quelas escucho, siempre me va bien. Lasveces que no las escuch me fuemal. Porque aunque no ests deacuerdo, siempre, siempre te van adar algo o te van a poner en una si-tuacin en la cual vos tens que re-pensar tus cosas. Y eso te enriquece.Es la manera de comportarse con losque no estamos de acuerdo. Ahora,si yo no estoy de acuerdo con aquely dejo de saludarlo, le cierro la puer-ta en la cara o no le dejo hablar, nole pregunto nada, es evidente queme anulo a m mismo. Esta es la ri-queza del dilogo. Dialogando, es-cuchando, uno se enriquece.

    La moda de hoy empuja a los jveneshacia las relaciones virtuales. En la vi-lla tambin pasa eso. Cmo se puedehacer para que salgan de su mundo defantasa y ayudarlos a vivir la reali-

    dad y las relaciones verdaderas?Yo distinguira entre el mundo de

    la fantasa y las relaciones virtuales.A veces las relaciones virtuales noson de fantasa, son concretas, sonde cosas reales y muy concretas. Pe-ro evidentemente lo deseable es larelacin no virtual, es decir la rela-cin fsica, afectiva, la relacin en eltiempo y en el contacto con las per-sonas. Y creo que el peligro que no-sotros corremos ahora es el de teneruna capacidad de informacin muygrande, de poder movernos virtual-mente dentro de toda una serie de cosas que nos puede llevar a conver-tirnos en jvenes-museo. Un joven-museo est muy bien informado,pero qu hace con todo lo que tie-ne? La manera de ser fecundo en lavida no pasa por acumular informa-cin o mantener solamente comuni-caciones virtuales sino por cambiarlo concreto de la existencia. En lti-ma instancia quiere decir amar.

    Vos pods amar a otra persona,pero si no le estrechs la mano, nole das un abrazo, no es amor; si ams a alguien como para casarte, esdecir con el deseo de entregartecompletamente, y no le abrazs, nole das un beso, no es verdaderoamor. El amor virtual no existe.Existe la declaracin de amor vir-tual, pero el verdadero amor preveeel contacto fsico, concreto. Vayamos

    a lo esencial de la vida. Y lo esenciales eso. Entonces, no jvenes-museoque solamente estn informados delas cosas virtualmente, sino jvenesque sientan y que con sus propiasmanos ac est lo concreto llevenadelante su vida. Me gusta hablar delos tres lenguajes: el lenguaje de lacabeza, el lenguaje del corazn y ellenguaje de las manos. Tiene quehaber armona entre los tres. De talmanera que vos pienses lo que sentsy lo que hacs, sientas lo que penssy lo que hacs, y hagas lo que sentsy lo que penss. Eso es lo concreto.Quedarte solamente en el plano delo virtual es como vivir en una cabe-za sin cuerpo.

    Hay algo que quiera sugerirle a losgobernantes argentinos en un ao deelecciones?

    Primero, una plataforma electoralclara. Que cada uno diga: nosotros,si somos gobierno, vamos a haceresto. Bien concreto. La platafor-ma electoral es muy sana, y ayuda ala gente a ver lo que piensa cadauno. En una de las elecciones de ha-ce muchos aos, hubo una ancdotaimportante sobre lo que hicieronunos periodistas vivos. Ms o menosa la misma hora se encontraron contres candidatos. No recuerdo si erancandidatos a diputados o a inten-dentes. Y le preguntaron a cadauno: qu piensa usted sobre tal co-sa? Cada uno di su propia respues-ta, y a uno de ellos un periodista ledijo: pero lo que usted piensa noes lo mismo que lo que piensa elPartido que usted representa. Vea laplataforma electoral de su Parti-do. A veces los mismos candida-tos no conocen la plataforma electo-ral. Un candidato tiene que presen-tarse a la sociedad con una platafor-ma electoral clara, bien estudiada,diciendo explcitamente: Si yo sal-go elegido diputado, intendente, go-bernador, voy a hacer esto, porquepienso que esto es lo que hay quehacer.

    Segundo, honestidad en la presen-tacin de la propia postura. Y terce-ro es una de las cosas que tenemosque lograr, ojal la podamos lograruna campaa electoral de tipo gra-tuito, no financiada. Porque en lasfinanciaciones de las campaas elec-torales entran muchos intereses quedespus te pasan factura. Enton-ces, hay que ser independientes decualquiera que me pueda financiar

    una campaa electoral. Es un ideal,evidentemente, porque siempre hacefalta dinero para los afiches, para latelevisin. Pero en todo caso que lafinanciacin sea pblica. De estemodo yo, ciudadano, s que financioa este candidato con esta determina-da cantidad de dinero. Que sea todotransparente y limpio.

    Cundo viene a la Argentina?En principio, en el 16, pero toda-

    va no hay nada seguro porque hayque armar con otros viajes, con otrospases.

    Escuchamos por televisin noticias quenos duelen, que hay fanticos que loquieren matar. No tiene miedo? Y no-sotros que lo queremos, qu podemoshacer?

    Mir, la vida est en manos deDios. Yo le dije al Seor: Vos cuida-me. Pero si tu voluntad es que yome muera o que me hagan algo, tepido un solo favor: que no me due-la. Porque yo soy muy cobarde parael dolor fsico.

    Ms ancianos, ms preciadosVIENE DE LA PGINA 3

    El padre Pepe delante de la iglesia de la Villa 21

    dijo que los ancianos no son aje-nos. Y no son tampoco un optio-nal. Son personas que siguensiendo tales, con toda su dignidad,hasta el ltimo instante de sus vi-das. Y nosotros, como Iglesia y co-mo sociedad, debemos ser capacesde acompaarles, de estar a su la-do, sobre todo en la fase final desu existencia.

    Por qu ciertas polticas inspiradasen lo que el Papa Francisco llamacultura del descarte tienden aidentificar al anciano con el enfermo?

    Esto nace esencialmente del he-cho que la sociedad no est prepa-rada para el aumento del nmerode los ancianos. Al no saber cmoafrontar la cuestin, con frecuenciaidentifica al anciano con el enfer-mo. Ciertamente hay ancianos en-fermos, pero incluso antes de losancianos enfermos, sera necesariohablar de los ancianos que sufren.Muchos ancianos comienzan a su-frir mucho antes que, como es ine-vitable, sobrevenga la enfermedad.Sufren por las violencias que cadavez con mayor frecuencia padecen;sufren por el desprecio del que sonobjeto; sufren porque son abando-nados. Pero aqu entra en juego eldiscurso acerca del papel de la fa-milia. Hasta cuando sea posible elanciano debe ser acompaado porsu familia, a la cual se entreg porentero durante su vida y que ahoraest llamada a acompaarlo en lafase final de la existencia.

    Usted se refiere tambin a la faseterminal de la enfermedad?

    S. Es el momento en el que hayms necesidad de amor, calor y cer-cana.

    Pero ha llegado el momento en el queen torno a las personas que sufren secontraponen diversas visiones de lamedicina y de la vida.

    Es el momento en el que se en-cienden infinitas y continuas pol-micas. Polmicas que atacan lacuestin de la oportunidad de loscuidados, de los gastos considera-dos intiles. Es el momento en elque se proponen insinuaciones ins-piradas en la cultura de la muerte,desde hace aos denunciada por laIglesia, que busca camuflar la euta-nasia con una presunta muerte dul-ce. La muerte dulce es slo la na-tural. Es la realizacin de una vidaque se apaga entre gente que ama,que se hace cargo del sufrimiento,consciente de la inutilidad de con-tinuar suministrando medicinasque hoy en da se revelan ineficaceso de intervenir con otros mediostambin intiles. Y que busca sloaliviar el sufrimiento con cuidadospaliativos y sin hacer que falte,adems del afecto, el alimento ne-cesario del cuerpo as como del al-ma. La eutanasia no alivia los sufri-mientos. Anticipa la muerte provo-cndola.

    Cul puede ser el mensaje de vuestroseminario?

    Uno solo: nunca olvidar a lapersona anciana, su dignidad, sup re c i o s i d a d .

    Confiadas al obispo Corti

    Las meditacionesdel Va crucis

    del Papaen el Coliseo

    Ser monseor Renato Corti,obispo emrito de Novara, el au-tor de los textos de las meditacio-nes para el Va crucis que cadaao se reza en el Coliseo el Vier-nes santo por la noche. El esque-ma seguido por el prelado ser elclsico tradicional con catorce es-taciones.

    Despus de monseor Giancar-lo Maria Bregantini, arzobispo deCampobasso-Boiano, autor de lasmeditaciones del ao pasado, laeleccin del Papa Francisco caypor segunda vez en un obispoitaliano. Por lo dems, monseorCorti hace exactamente diez aos,en febrero de 2005, predic losejercicios espirituales para la Cu-ria romana en los ltimos das delpontificado de Juan Pablo II.

  • nmero 11, viernes 13 de marzo de 2015 LOSSERVATORE ROMANO pgina 5

    Homila del Pontfice en la parroquia romana de Todos los Santos

    Liturgia y vidaCincuenta aos despus de la primera misa celebrada por Pablo VI en italiano

    La liturgia no es algo extrao olejano: debe existir, en cambio,correspondencia entre liturgia yvida. Lo record el Papa Franciscoen la homila de la misa que celebr elsbado 7 de marzo, por la tarde, en laparroquia romana de Todos los Santos.El Pontfice quiso volver, exactamentedespus de cincuenta aos, a la iglesiadonde Pablo VI celebr por primera vezen italiano segn las renovadasnormas litrgicas establecidas por elConcilio Vaticano II.Con ocasin de la fiesta de la Pas-cua juda, Jess va a Jerusaln. Alllegar al templo, no encuentra genteque busca a Dios, sino gente quehace sus propios negocios: los mer-caderes de animales para la ofrendade los sacrificios; los cambistas,quienes cambian dinero impuroque llevan la imagen del emperadorcon monedas aprobadas por la auto-ridad religiosa para pagar el impues-to anual del templo. Qu encontra-mos nosotros cuando visitamos,cuando vamos a nuestros templos?Dejo la pregunta. El indigno comer-cio, fuente de ricas ganancias, provo-

    ca la enrgica reaccin de Jess. lvolc los bancos y esparci el dineropor el piso, ech a los vendedoresdicindoles: No convirtis en unmercado la casa de mi Padre (Jn 2,16).

    Esta expresin no se refiere slo alos negocios que se realizaban en lospatios del templo. Se refiere msbien a un tipo de religiosidad. Elgesto de Jess es un gesto de limpie-za, de purificacin, y la actitud quel desautoriza se la puede sacar delos textos profticos, segn los cua-les Dios no soporta un culto exteriorhecho de sacrificios materiales y ba-sado en el inters personal (cf. Is 1,11-17; Jer 7, 2-11). Este gesto es la lla-mada al culto autntico, a la corres-pondencia entre liturgia y vida; unallamada vlida para todos los tiem-pos y tambin hoy para nosotros.Esa correspondencia entre liturgia yvida. La liturgia no es algo extrao,all, lejano, y mientras se celebra yopienso en muchas cosas, o rezo elrosario. No, no. Hay una correspon-dencia con la celebracin litrgicaque luego llevo a mi vida; y en estose debe an ir ms adelante, se debe

    llama a tener y promover una vidalitrgica autntica, a fin de que pue-da haber sintona entre lo que la li-turgia celebra y lo que nosotros vivi-mos en nuestra existencia. Se tratade expresar en la vida lo que hemosrecibido mediante la fe y lo que he-mos celebrado (cf. S a c ro s a n c t u mConcilium, 10).

    El discpulo de Jess no va a laiglesia slo para cumplir un precep-to, para sentirse bien con un Diosque luego no tiene que molestardemasiado. Pero yo, Seor, voy to-dos los domingos, cumplo..., t note metas en mi vida, no me moles-tes. Esta es la actitud de muchoscatlicos, muchos. El discpulo deJess va a la iglesia para encontrarsecon el Seor y encontrar en su gra-cia, operante en los sacramentos, lafuerza para pensar y obrar segn elEvangelio. Por lo que no podemosilusionarnos con entrar en la casadel Seor y encubrir, con oracio-nes y prcticas de devocin, com-portamientos contrarios a las exigen-cias de la justicia, la honradez o lacaridad hacia el prjimo. No pode-mos sustituir con honores religio-

    sos lo que debemos dar al prjimo,postergando una verdadera conver-sin. El culto, las celebraciones litr-gicas, son el mbito privilegiado pa-ra escuchar la voz del Seor, quegua por el camino de la rectitud yde la perfeccin cristiana.

    Se trata de realizar un itinerariode conversin y de penitencia, paraquitar de nuestra vida las escoriasdel pecado, como hizo Jess, lim-piando el templo de intereses mez-quinos. Y la Cuaresma es el tiempofavorable para todo esto, es el tiempode la renovacin interior, de la remi-sin de los pecados, el tiempo en elque somos llamados a redescubrir elsacramento de la Penitencia y de laReconciliacin, que nos hace pasarde las tinieblas del pecado a la luzde la gracia y de la amistad con Je-ss. No hay que olvidar la granfuerza que tiene este sacramento pa-ra la vida cristiana: nos hace creceren la unin con Dios, nos hace re-conquistar la alegra perdida y expe-rimentar el consuelo de sentirnospersonalmente acogidos por el abra-zo misericordioso de Dios.

    Queridos hermanos y hermanas,este templo fue construido gracias alcelo apostlico de san Luis Orione.Precisamente aqu, hace cincuentaaos, el beato Pablo VI inaugur, encierto sentido, la reforma litrgicacon la celebracin de la misa en lalengua hablada por la gente. Os de-seo que esta circunstancia reavive entodos vosotros el amor por la casade Dios. En ella encontris una granayuda espiritual. Aqu podis experi-mentar, cada vez que queris, el po-der regenerador de la oracin perso-nal y de la oracin comunitaria. Laescucha de la Palabra de Dios, pro-clamada en la asamblea litrgica, ossostiene en el camino de vuestra vi-da cristiana. Os encontris entre es-tos muros no como extraos, sinocomo hermanos, capaces de darse lamano con gusto, porque os congregael amor a Cristo, fundamento de laesperanza y del compromiso de cadac re y e n t e .

    A l, Jesucristo, Piedra angular,nos estrechamos confiados en estasanta misa, renovando el propsitode comprometernos en favor de lapurificacin y la limpieza interior dela Iglesia edificio espiritual, del cualcada uno de nosotros es parte vivaen virtud del Bautismo. As sea.

    Pablo VI en la iglesia de Todos los Santos el 7 de marzo de 1965

    an recorrer mucho camino.La constitucin conciliar

    Sacrosanctum Concilium definela liturgia como la primera yms necesaria fuente en la quelos fieles beben el espritu ver-daderamente cristiano (n.14). Esto significa reafirmar elvnculo esencial que une la vi-da del discpulo de Jess y elculto litrgico. Esto no es an-te todo una doctrina que sedebe comprender, o un ritoque hay que cumplir; es natu-ralmente tambin esto pero deotra forma, es esencialmentedistinto: es una fuente de viday de luz para nuestro caminode fe.

    Por lo tanto, la Iglesia nos

    El Papa Montini y la celebracin eucarstica en la lengua del pueblo

    Para llevar a Cristo a todosGIUSEPPE MIDILI*

    Qu estamos haciendo? () No-sotros estamos actuando una reali-dad () Se inaugura, hoy, la nuevaforma de la Liturgia en todas lasparroquias e iglesias del mundo.Estas palabras llenas de emocinpronunciadas por el Papa Pablo VIdurante la primera misa en italianocelebrada el 7 de marzo de 1965 enla parroquia romana de Todos losSantos a la que el vicariato deRoma dedic el viernes 27 de febre-ro un congreso: Unidos en la ac-cin de gracias revelan una aten-cin hacia el pueblo de Dios, queexiga un especial cuidado pastoralpara hacer renacer la vida espiri-tual. El paso del latn a la lenguaviva fue uno de los signos ms evi-dentes del cambio introducido porel Vaticano II y testimonia que elcriterio pastoral anim todos los

    trabajos del Concilio y caracterizla reforma litrgica. Es un granacontecimiento que se deber recor-dar como principio de una lozanavida espiritual, como un compromi-so nuevo en la correspondencia algran dilogo entre Dios y el hom-bre. Pablo VI el 7 de marzo de1965 tambin durante el ngelusquiso recordar el sentido de estecambio: la Iglesia consideraba nece-sario introducir la lengua de los fie-les en la oracin, para hacerla com-prensible. Se sacrificaba as el latny la unidad de lenguaje en los di-versos pueblos en honor de estamayor universalidad, para llegar atodos. Se grababa de este modouna fecha memorable en la histo-ria espiritual de la Iglesia.

    Cuando los padres conciliaresempezaron a reflexionar sobre la re-forma y promocin de la liturgia,entendieron adaptar mejor a las

    necesidades de nuestro tiempo lasinstituciones que estn sujetas acambio (Sacrosanctum Concilium,1). La participacin plena, activa yconsciente de los fieles en la litur-gia tiene su fundamento en el dondel bautismo y constituye uno delos pilares de la reforma y un crite-rio de revisin de los ritos y los tex-tos. Cuando en la asamblea conci-liar se lleg a tratar el uso del latnen la liturgia, se estableci que lalengua viva siendo que puede serde gran utilidad para el puebloencontrase un espacio ms amplioen las celebraciones litrgicas. Enlos aos inmediatamente sucesivos,comisiones especiales estudiaron laposibilidad de introducir en laprctica de la celebracin los prin-cipios teolgicos surgidos duranteel Concilio. Pablo VI decidi apro-

    SIGUE EN LA PGINA 13

  • pgina 6 LOSSERVATORE ROMANO viernes 13 de marzo de 2015, nmero 11

    El Pontfice al Camino Neocatecumenal

    Despertad la feDespertad la fe llevandonuevamente el anuncio evanglico amuchos no cristianos que hoy, acausa de la secularizacin, hanolvidado quin es Jess. Fue lainvitacin que el Papa Franciscodirigi a los miles de miembros delCamino Neocatecumenal queabarrotaron el aula Pablo VI el viernes6 de marzo por la maana.

    Queridos hermanos y hermanas:Buenos das a todos! Y gracias,

    muchas gracias por haber venido aeste encuentro.

    La tarea del Papa, la tarea de Pe-dro, es la de confirmar a los herma-nos en la fe. As, vosotros tambinhabis querido con este gesto pediral Sucesor de Pedro que confirmevuestra llamada, que sostenga vues-tra misin y bendiga vuestro caris-ma. Y hoy confirmo vuestra llama-da, sostengo vuestra misin y bendi-go vuestro carisma. Lo hago no por-que l [seala a Kiko] me pag, !no!Lo hago porque quiero hacerlo. Irisen nombre de Cristo a todo el mun-do a llevar su Evangelio: Que Cristoos preceda, que Cristo os acompae,que Cristo lleve a su realizacin lasalvacin de la que sois portadores.

    Junto a vosotros saludo a todoslos cardenales y obispos que osacompaan hoy y que en sus dice-sis apoyan vuestra misin. En espe-cial saludo a los iniciadores del Ca-mino Neocatecumenal, Kiko Arge-llo y Carmen Hernndez, junto conel padre Mario Pezzi: tambin aellos expreso mi aprecio y mi aliento

    por todo lo que, a travs del Cami-no, estn haciendo en beneficio dela Iglesia. Yo digo siempre que elCamino Neocatecumenal hace ungran bien en la Iglesia.

    Como dijo Kiko, nuestro encuen-tro de hoy es un envo misionero, enobediencia a lo que Cristo nos pidiy escuchamos en el Evangelio. Y es-toy particularmente contento de queesta misin vuestra se lleve a cabogracias a familias cristianas que, reu-nidas en una comunidad, tienen lamisin de entregar los signos de lafe que atraen a los hombres hacia labelleza del Evangelio, segn las pa-labras de Cristo: Amaos como yoos he amado; de este amor conoce-rn que sois mis discpulos (cf. Jn13, 34-35), y sean todos uno y elmundo creer (cf. Jn 17, 21). Estascomunidades, llamadas por los obis-pos, estn formadas por un presbte-ro y cuatro o cinco familias, conhijos incluso mayores, y constituyenuna missio ad gentes, con un man-dato de evangelizar a los no cristia-nos. Los no cristianos que jams es-cucharon hablar de Jesucristo, y mu-chos no cristianos que olvidaronquin era Jesucristo, quin es Jesu-cristo: no cristianos bautizados, aquienes la secularizacin, la munda-nidad y muchas otras cosas les hicie-ron olvidar la fe. Despertad esa fe!

    Por lo tanto, incluso antes quecon la palabra, es con vuestro testi-monio de vida como manifestis elcorazn de la revelacin de Cristo:que Dios ama al hombre hasta en-tregarse a la muerte por l y que fue

    tiana, vivido en pequeas comunida-des, donde habis descubierto denuevo las inmensas riquezas de vues-tro bautismo. Este es el Camino Neo-catecumenal, un autntico don de laProvidencia a la Iglesia de nuestrostiempos, como ya afirmaron mis pre-decesores; sobre todo san Juan Pa-blo II cuando os dijo: Reconozco elCamino Neocatecumenal como unitinerario de formacin catlica, vli-da para la sociedad y para los tiem-

    pos de hoy (Carta Ogniqualvolta, 30de agosto de 1990). El Camino sebasa en esas tres dimensiones de laIglesia que son la Palabra, la Litur-gia y la Comunidad. Por ello, la es-cucha obediente y constante de laPalabra de Dios, la celebracin euca-rstica en pequeas comunidadesdespus de las primeras Vsperas deldomingo, la celebracin de Laudesen familia en el da domingo con to-dos los hijos, y el compartir la pro-pia fe con los dems hermanos estnen el origen de tantos dones que elSeor os prodig, as como las nu-merosas vocaciones al presbiterado ya la vida consagrada. Ver todo estoes un consuelo, porque confirma queel Espritu de Dios est vivo y ope-rante en su Iglesia, tambin hoy, yque responde a las necesidades delhombre moderno.

    En diversas ocasiones insist sobrela necesidad que la Iglesia tiene depasar de una pastoral de simple con-servacin a una pastoral decidida-mente misionera (cf. Exhort. ap.Evangelii gaudium, 15). Cuntas ve-ces, en la Iglesia, tenemos a Jessdentro y no lo dejamos salir...Cuntas veces! Esto es lo ms im-portante que hay que hacer si noqueremos que las aguas se estanquenen la Iglesia. El Camino desde haceaos est realizando estas missio adgentes entre los no cristianos, parauna implantatio Ecclesiae, una nuevapresencia de Iglesia, all donde laIglesia no existe y ya no es capaz dellegar a las personas. Cunta ale-gra nos dais con vuestra presencia ycon vuestra actividad!, os dijo elbeato Papa Pablo VI en su primeraaudiencia con vosotros (8 de mayode 1974). Yo tambin hago mas es-tas palabras y os aliento a seguiradelante, confindoos a la santsimaVirgen Mara que inspir el CaminoNeocatecumenal. Ella intercede porvosotros ante su Hijo divino.

    Queridsimos, que el Seor osacompae. Id con mi bendicin!

    Audiencia a los reyes de Blgica

    relaciones bilaterales entre Blgicay la Santa Sede. Se centraron lue-go en cuestiones de comn inters,como la cohesin social, la educa-cin de los jvenes, el fenmenode las migraciones y la importancia

    del dilogo intercultural e interreli-gioso. Se trat tambin sobre algu-nas problemticas de carcter inter-nacional, con especial referencia alas perspectivas futuras del conti-nente europeo.

    El Papa, el lunes 9 demarzo, por la maa-na, recibi en audien-cia, en el palacioapostlico, al rey delos belgas, su majes-tad Felipe y la reinaMatilde, quienes su-cesivamente se reu-nieron con el carde-nal Pietro Parolin, se-cretario de Estado,acompaado por elarzobispo Paul Ri-chard Gallagher, se-cretario para las Rela-ciones con los Esta-dos. Durante los cor-diales coloquios, sedestacaron las buenas

    resucitado por el Padre paradarnos la gracia de dar nues-tra vida a los dems. El mun-do de hoy tiene extrema nece-sidad de es este gran mensaje.Cunta soledad, cunto sufri-miento, cunta lejana de Diosen tantas periferias de Europay Amrica y en muchas ciuda-des de Asia. Cunta necesidadtiene el hombre de hoy, en to-do lugar, de sentir que Dioslo ama y que el amor es posi-ble. Estas comunidades cris-tianas, gracias a vosotros, fa-milias misioneras, tienen la ta-rea esencial de hacer visibleeste mensaje. Y cul es elmensaje? Cristo ha resucita-do! Cristo vive! Cristo estvivo entre nosotros!.

    Vosotros habis recibido lafuerza de dejar todo y partirhacia tierras lejanas gracias aun camino de iniciacin cris-

  • nmero 11, viernes 13 de marzo de 2015 LOSSERVATORE ROMANO pgina 7

    El Papa al movimiento Comunin y Liberacin

    Como la flor del almendro

    Queridos hermanos y hermanas:Buenos das! Os doy la bienveni-

    da a todos y os agradezco vuestroafecto caluroso. Dirijo mi saludocordial a los cardenales y obispos.Saludo a don Julin Carrn, presi-dente de vuestra fraternidad, y leagradezco las palabras que me ha di-rigido en nombre de todos; y tam-bin le agradezco, don Julin, lahermosa carta que usted escribi atodos, invitndolos a venir. Muchasgracias.

    Mi primer pensamiento se dirige avuestro fundador, monseor LuigiGiussani, recordando el dcimo ani-versario de su nacimiento al cielo.Estoy agradecido a don Giussanipor varias razones. La primera, mspersonal, es el bien que este hombreme hizo a m y a mi vida sacerdotala travs de la lectura de sus libros yde sus artculos. La otra razn esque su pensamiento es profunda-mente humano y llega hasta lo msntimo del anhelo del hombre. Sa-bis cun importante era para donGiussani la experiencia del encuen-tro: encuentro no con una idea, sinocon una Persona, con Jesucristo. As,l educ en la libertad, guiando alencuentro con Cristo, porque Cristonos da la verdadera libertad. Ha-blando del encuentro, me viene a lamemoria La vocacin de Mateo,ese Caravaggio ante el cual me dete-na largamente en San Luis de losFranceses cada vez que vena a Ro-ma. Ninguno de los que estaban all,incluido Mateo, vido de dinero, po-da creer en el mensaje de ese dedoque lo indicaba, en el mensaje deesos ojos que lo miraban con miseri-cordia y lo elegan para el segui-miento. Senta el estupor del en-cuentro. As es el encuentro conCristo, que viene y nos invita.

    Todo en nuestra vida, hoy comoen tiempos de Jess, comienza conun encuentro. Un encuentro con es-te hombre, el carpintero de Nazaret,un hombre como todos y, al mismotiempo, diverso. Pensemos en elevangelio de san Juan, all donde re-lata el primer encuentro de los disc-pulos con Jess (cf. 1, 35-42). An-drs, Juan y Simn: se sintieron mi-rados en lo ms profundo, conoci-dos ntimamente, y esto suscit enellos una sorpresa, un estupor que,inmediatamente, los hizo sentirseunidos a l O cuando, despus dela resurreccin, Jess le pregunta aPedro: Me amas? (Jn 21, 15), yPedro le responde: S; ese s noera el resultado de la fuerza de vo-luntad, no vena slo de la decisindel hombre Simn: vena ante todode la gracia, era el primerear, elpreceder de la gracia. Ese fue el des-cubrimiento decisivo para san Pablo,para san Agustn, y para tantos otrossantos: Jesucristo siempre es el pri-mero, nos p r i m e re a , nos espera, Jesu-

    cristo nos precede siempre; y cuandonosotros llegamos, l ya nos estabaesperando. l es como la flor del al-mendro: es la que florece primero yanuncia la primavera.

    Y no se puede comprender estadinmica del encuentro que suscitael estupor y la adhesin sin la mise-ricordia. Slo quien ha sido acaricia-do por la ternura de la misericordiaconoce verdaderamente al Seor. Ellugar privilegiado del encuentro esla caricia de la misericordia de Jesu-cristo a mi pecado. Y por eso, algu-nas veces, me habis odo decir queel puesto, el lugar privilegiado delencuentro con Jesucristo es mi peca-do. Gracias a este abrazo de miseri-cordia vienen ganas de responder ycambiar, y puede brotar una vida di-versa. La moral cristiana no es el es-fuerzo titnico, voluntarista de quiendecide ser coherente y lo logra, unaespecie de desafo solitario ante elmundo. No. Esta no es la moral

    para ir a buscar a los lejanos en lasp eriferias esenciales de la existen-cia; es el de adoptar integralmente lalgica de Dios, que es la de la mi-sericordia (Homila, 15 de febrero de2015: LOsservatore Romano, edicinen lengua espaola, 20 de febrero de2015, p. 10). Tambin la Iglesia debesentir el impulso gozoso de conver-tirse en flor de almendro, es decir,en primavera como Jess, para todala humanidad.

    Hoy recordis tambin los sesentaaos del comienzo de vuestro Movi-miento, que no naci en la Iglesiacomo os dijo Benedicto XVI deuna voluntad organizativa de la je-rarqua, sino que se origin de un

    normas de conducta. Comporta cier-tamente fidelidad a la tradicin, pe-ro fidelidad a la tradicin decaMahler significa mantener vivo elfuego y no adorar las cenizas. DonGiussani no os perdonara jams queperdierais la libertad y os transfor-marais en guas de museo o en ado-radores de cenizas. Mantened vivo elfuego de la memoria del primer en-cuentro y sed libres.

    As, centrados en Cristo y en elEvangelio, podis ser brazos, manos,pies, mente y corazn de una Iglesiaen salida. El camino de la Iglesiaes salir para ir a buscar a los lejanosen las periferias, para servir a Jessen cada persona marginada, abando-nada, sin fe, desilusionada de laIglesia, prisionera de su propioegosmo.

    Salir tambin significa rechazarla autorreferencialidad en todas susformas, significa saber escuchar aquien no es como nosotros, apren-diendo de todos, con humildad sin-cera. Cuando somos esclavos de laautorreferencialidad, terminamos porcultivar una espiritualidad de eti-queta: Yo soy CL. Esta es la eti-queta. Y luego caemos en las miltrampas que nos presenta la compla-cencia autorreferencial, el mirarnosen el espejo que nos lleva a deso-rientarnos y a transformarnos en me-ros empresarios de una ONG.

    Queridos amigos: Quiero terminarcon dos citas muy significativas dedon Giussani, una de los comienzosy la otra del final de su vida.

    La primera: El cristianismo no serealiza jams en la historia comofijacin de posiciones que hay quedefender, que se relacionan con lonuevo como pura anttesis; el cristia-nismo es principio de redencin, queasume lo nuevo, salvndolo (Portala speranza. Primi scritti, Gnova1967, p. 119). Esta ser en torno a1 9 6 7.

    La segunda, de 2004: No slonunca pretend fundar nada, sinoque creo que el genio del movimien-to que he visto nacer consiste en ha-ber sentido la urgencia de proclamarla necesidad de volver a los aspectoselementales del cristianismo, es de-cir, la pasin por el hecho cristianocomo tal, en sus elementos origina-les y nada ms (Carta a Juan PabloII, 26 de enero de 2004, con ocasindel 50 aniversario de Comunin yLib eracin).

    Que el Seor os bendiga y la Vir-gen os proteja. Y, por favor, no osolvidis de rezar por m. Gracias.

    A los diez aos de la muerte del fundador don Luigi Giussani, el movimientoComunin y Liberacin fue recibido por el Papa Francisco el sbado 7 de marzo,por la maana, en la plaza de San Pedro. Retomando cuanto don Giussanideca sobre la centralidad del encuentro con Cristo, encuentro no con una idea,sino con una Persona, el Papa record a los presentes que Jess nos precedesiempre: l es como la flor del almendro: es la que florece primero y anuncia laprimavera. El Pontfice tambin invit a todos a rechazar laautorreferencialidad y a ser brazos, manos, pies, mente y corazn de unaIglesia en salida para ir a buscar a los lejanos.

    encuentro renovadocon Cristo y as, pode-mos decir, de un im-pulso derivado, en de-finitiva, del EsprituSanto (Discurso a laperegrinacin de Comu-nin y Liberacin, 24 demarzo de 2007: : LOs-servatore Romano, edi-cin en lengua espa-ola, 30 de marzo de2007, p. 6).

    Despus de sesentaaos el carisma origi-nario no ha perdidosu lozana y vitalidad.Pero recordad que elcentro no es el caris-ma, el centro es unosolo, es Jess, Jesu-cristo. Cuando pongoen el centro mi mto-do espiritual, mi cami-no espiritual, mi mo-do de actuarlo, mesalgo del camino. To-da la espiritualidad,todos los carismas en

    cristiana, es otra cosa. La moral cris-tiana es respuesta, es la respuestaconmovida ante una misericordiasorprendente, imprevisible, inclusoinjusta segn los criterios huma-nos, de uno que me conoce, conocemis traiciones y me quiere lo mismo,me estima, me abraza, me llama denuevo, espera en m, espera de m.La moral cristiana no es no caer ja-ms, sino levantarse siempre, graciasa su mano que nos toma. Y el cami-no de la Iglesia es tambin este: de-jar que se manifieste la gran miseri-cordia de Dios. Deca das pasados alos nuevos cardenales: El caminode la Iglesia es el de no condenar anadie para siempre y difundir la mi-sericordia de Dios a todas las perso-nas que la piden con corazn since-ro; el camino de la Iglesia es precisa-mente el de salir del propio recinto

    la Iglesia deben ser descentrados:en el centro est slo el Seor. Poreso, cuando Pablo en la primeraCarta a los Corintios habla de loscarismas, de esta realidad tan hermo-sa de la Iglesia, del Cuerpo mstico,termina hablando del amor, es decir,de lo que viene de Dios, de lo quees propio de Dios, y que nos permi-te imitarlo. No os olvidis nunca deesto, de ser descentrados.

    Y tampoco el carisma se conservaen una botella de agua destilada. Fi-delidad al carisma no quiere decirpetrificarlo, es el diablo quienpetrifica, no os olvidis. Fidelidadal carisma no quiere decir escribirloen un pergamino y ponerlo en uncuadro. La referencia a la herenciaque os ha dejado don Giussani nopuede reducirse a un museo de re-cuerdos, de decisiones tomadas, de

    Caravaggio, Vocacin de san Mateo (1600)

  • nmero 11, viernes 13 de marzo de 2015 LOSSERVAT

    El Papa Francisco en la parroquia rom

    Con el ltigo d

    En dilogo con los jvenes

    En este pasaje del Evangelio que he-mos escuchado, hay dos cosas que meimpresionan: una imagen y una pala-bra.

    La imagen es la de Jess con el lti-go en la mano que echa fuera a todoslos que aprovechaban el Templo parahacer negocios. Estos comerciantes quevendan los animales para los sacrifi-cios, cambiaban las monedas... Estabalo sagrado el templo, sagrado y estosucio, afuera. Esta es la imagen. Y Je-ss toma el ltigo y procede, para lim-piar un poco el Templo.

    Y la frase, la palabra, est ah dondese dice que mucha gente crea en l,una frase terrible: Pero Jess no seconfiaba a ellos, porque los conoca atodos, y no necesitaba el testimonio denadie sobre un hombre, porque l sa-ba lo que hay dentro de cada hombre(Jn 2, 24-25).

    Nosotros no podemos engaar a Je-ss: l nos conoce por dentro. No sefiaba. l, Jess, no se fiaba. Y esta pue-de ser una buena pregunta en la mitadde la Cuaresma: Puede fiarse Jess dem? Puede fiarse Jess de m, o tengouna doble cara? Me presento como ca-tlico, como uno cercano a la Iglesia, yluego vivo como un pagano? Pero Je-ss no lo sabe, nadie va a contrselo.l lo sabe. l no tena necesidad deque alguien diese testimonio; l, enefecto, conoca lo que haba en el hom-bre. Jess conoce todo lo que estdentro de nuestro corazn: no pode-mos engaar a Jess. No podemos, an-te l, aparentar ser santos, y cerrar losojos, actuar as, y luego llevar una vidaque no es la que l quiere. Y l lo sa-be. Y todos sabemos el nombre que Je-ss daba a estos con doble cara: hip-critas.

    Nos har bien, hoy, entrar en nuestrocorazn y mirar a Jess. Decirle: Se-or, mira, hay cosas buenas, pero tam-bin hay cosas no buenas. Jess, tefas de m? Soy pecador.... Esto noasusta a Jess. Si t le dices: Soy unpecador, no se asusta. Lo que a l loaleja es la doble cara: mostrarse justopara cubrir el pecado oculto. Pero yovoy a la iglesia, todos los domingos, yyo.... S, podemos decir todo esto. Pe-ro si tu corazn no es justo, si t no vi-ves la justicia, si t no amas a los quenecesitan amor, si t no vives segn elespritu de las bienaventuranzas, noeres catlico. Eres hipcrita. Primero:Puede Jess fiarse de m? En la ora-cin, preguntmosle: Seor, T te fasde m?

    Segundo, el gesto. Cuando entramosen nuestro corazn, encontramos cosasque no funcionan, que no estn bien,

    Sabis cul es el ltigo de Jess para limpiar nuestra alma? La misericordia. Y siabrimos nuestro corazn a la misericordia de Jess, para que limpie nuestro c o ra z n ,nuestra alma, Jess se fiar de nosotros. As, el Papa Francisco coment el Evangeliodel tercer domingo de Cuaresma tomado del captulo 2 de san Juan (13-25) en lamisa celebrada el 8 de marzo, por la tarde, en la parroquia romana de Santa MaraMadre del Redentor en Tor Bella Monaca. Publicamos la traduccin de la homilaque el Pontfice pronunci espontneamente.

    Tres preguntas, formuladas por vocesfemeninas de la parroquia, iniciaron eldilogo del Papa con los jvenes du-rante el encuentro en el campo de de-portes. Una nia, una scout y una jo-ven le preguntaron qu experimentcuando fue elegido, cmo es qu existeel infierno y cmo vivir cristianamentela sexualidad.

    El Papa Francisco defini muy im-portante, la pregunta sobre el infier-no, recordando el ngel muy orgullo-so e inteligente que tena envidia deDios y quera ocupar su lugar. Sibien Dios hubiese querido perdonarlocontinu l deca: Yo no necesito elperdn, yo me basto a m mismo.

    Como consecuencia, el infierno esdecir a Dios: Arrglate t, que yo melas arreglo solo. Al infierno aclarno te mandan: vas t, porque t eligesestar all. El infierno es querer alejarsede Dios, porque yo no quiero el amorde Dios. Por ello el diablo est en elinfierno, porque l lo quiso.

    El Papa Francisco pidi que se pen-sara en un gran pecador, con todoslos pecados del mundo, que al sercondenado a la pena de muerte yencontrarse en el patbulo, siguierablasfemando e insultando, pero luego,inmediatamente antes de morir, mira al

    cielo y dice: Seor!. En ese caso,dijo, se salva. Precisamente como elladrn, que fue crucificado cerca deJess. As, pues, a un cierto punto, re-cord el Papa, algo se movi dentro ydijo: Seor, ten piedad de m. Y Je-ss le respondi: Hoy estars conmi-go en el Paraso. En efecto, va al in-fierno slo quien dice a Dios: No tenecesito, me arreglo solo, como hizo eldiablo, el nico de quien estamos segu-ros que est en el infierno.

    Sobre el tema moral, el Papa Fran-cisco explic que vivir moralmente, esuna gracia, es una respuesta al amorque Dios te da en primer lugar. Si noeres consciente que l te ama, no pue-des hacer nada. Y el modo moral de vi-vir es una respuesta a ese encuentrocon Jess. Si no habrs encontrado aJess, jams podrs vivir una vida cris-tiana. Y es Jess quien ayuda a seguiradelante, y si caes l te levanta y hacecontinuar y caminar. Pero si piensasque la vida moral es slo hacer esto,no hacer esto, eso no es cristiano. Esuna filosofa moral, pero no es cristia-no. Cristiano es el amor de Jess quenos ama l primero. Por eso, cuandotengamos tentaciones de envidia, celos,debemos mirar a Jess y decir: Se-or, no me dejes solo. Y si luego

    caes, levntate, aadi citando uncanto de los alpinos segn el cual enel arte de subir a los montes, lo impor-tante no es no caer, sino no permane-cer en el suelo. En efecto, concluy,la moralidad cristiana es esto: Tcaes? Levntate inmediatamente y ade-lante. Pero siempre con Jess. Porquesin l no podrs hacer nada.

    Por ltimo, a la pregunta sobre laeleccin el Papa Francisco respondi

    sonriendo: Me han cambiado de di-cesis. Yo era feliz en una dicesis yahora soy feliz en otra.

    As, pues, concluy resumiendo suspalabras en una triple enseanza:Nunca caminar sin Jess. Nunca bus-car la salvacin sin Dios, de este modono vamos al infierno. Y nunca lamen-tarse cuando la vida te cambia de si-tio.

  • TORE ROMANO pginas 8/9

    mana de Santa Mara Madre del Redentor

    e la misericordia

    ngelus del 8 de marzo en la plaza de San Pedro

    Sin mujeres un mundo estril

    Johannes Vermeer Van DelftLa joven de la perla (1660 - 1665)

    Una invitacin a dejar entrar a Jessen el corazn para permitir que hagalimpieza y expulse a los dolos dirigiel Papa Francisco a los fieles presentesen la plaza de San Pedro duranteel ngelus del domingo 8 de marzo.

    Queridos hermanos y hermanas, bue-nos das!

    El Evangelio de hoy (Jn 2, 13-25) nospresenta el episodio de la expulsin delos vendedores del templo. Jess hizoun ltigo con cuerdas, los ech a todosdel Templo, con ovejas y bueyes (v.15), el dinero, todo. Tal gesto suscituna fuerte impresin en la gente y enlos discpulos. Aparece claramente co-mo un gesto proftico, tanto que algunosde los presentes le preguntaron a Jess:Qu signos nos muestras para obraras? (v. 18), quin eres para hacer es-tas cosas? Mustranos una seal de quetienes realmente autoridad para hacer-las. Buscaban una seal divina, prodi-giosa, que acreditara a Jess como en-viado de Dios. Y l les respondi:Destruid este templo y en tres das lolevantar (v. 19). Le replicaron: Cua-renta y seis aos se ha costado cons-truir este templo, y t lo vas a levantaren tres das? (v. 20). No haban com-prendido que el Seor se refera al tem-plo vivo de su cuerpo, que sera destrui-do con la muerte en la cruz, pero queresucitara al tercer da. Por eso, entres das. Cuando resucit de entrelos muertos comenta el evangelista,los discpulos se acordaron de que lohaba dicho, y creyeron a la Escritura ya la palabra que haba dicho Jess (v.22).

    En efecto, este gesto de Jess y sumensaje proftico se comprenden ple-namente a la luz de su Pascua. Segnel evangelista Juan, este es el primeranuncio de la muerte y resurreccin deCristo: su cuerpo, destruido en la cruzpor la violencia del pecado, se converti-

    r con la Resurreccin en lugar de la citauniversal entre Dios y los hombres. Cristoresucitado es precisamente el lugar dela cita universal de todos entre Diosy los hombres. Por eso su humanidades el verdadero templo en el que Diosse revela, habla, se lo puede encontrar;y los verdaderos adoradores de Dios noson los custodios del templo material,los detentadores del poder o del saberreligioso, sino los que adoran a Diosen espritu y verdad (Jn 4, 23).

    En este tiempo de Cuaresma nos es-tamos preparando para la celebracinde la Pascua, en la que renovaremos laspromesas de nuestro bautismo. Camine-mos en el mundo como Jess y haga-mos de toda nuestra existencia un sig-no de su amor para nuestros hermanos,especialmente para los ms dbiles ylos ms pobres, construyamos para Diosun templo en nuestra vida. Y as lo hace-mos encontrable para muchas perso-nas que encontramos en nuestro cami-no. Si somos testigos de este Cristo vi-vo, mucha gente encontrar a Jess ennosotros, en nuestro testimonio. Peronos preguntamos, y cada uno de no-sotros puede preguntarse, se siente elSeor verdaderamente como en su casaen mi vida? Le permitimos que hagalimpieza en nuestro corazn y expul-se a los dolos, es decir, las actitudes decodicia, celos, mundanidad, envidia,odio, la costumbre de murmurar ydespellejar a los dems? Le permitoque haga limpieza de todos los com-portamientos contra Dios, contra elprjimo y contra nosotros mismos, co-mo hemos escuchado hoy en la primeralectura? Cada uno puede responder a smismo, en silencio, en su corazn.Permito que Jess haga un poco delimpieza en mi corazn?. Oh padre,tengo miedo de que me reprenda. Pe-ro Jess no reprende jams. Jess harlimpieza con ternura, con misericordia,con amor. La misericordia es su modo

    de hacer limpieza. Dejemos cada unode nosotros, dejemos que el Seor en-tre con su misericordia no con el lti-go, no, sino con su misericordia parahacer limpieza en nuestros corazones.El ltigo de Jess para nosotros es sumisericordia. Abrmosle la puerta, paraque haga un poco de limpieza.

    Cada Eucarista que celebramos confe nos hace crecer como templo vivodel Seor, gracias a la comunin consu Cuerpo crucificado y resucitado. Je-ss conoce lo que hay en cada uno denosotros, y tambin conoce nuestro de-seo ms ardiente: el de ser habitadospor l, slo por l. Dejmoslo entraren nuestra vida, en nuestra familia, ennuestro corazn. Que Mara santsima,

    morada privilegiada del Hijo de Dios,nos acompae y nos sostenga en el iti-nerario cuaresmal, para que redescubra-mos la belleza del encuentro con Cris-to, que nos libera y nos salva.

    Al trmino de la oracin mariana elPontfice salud de manera especial atodas las mujeres, recordando que unmundo donde las mujeres son marginadases un mundo estril.

    Queridos hermanos y hermanas:Doy una cordial bienvenida a los fie-

    les de Roma y a todos los peregrinosprovenientes de varias partes del mun-do.

    Durante esta Cuaresma tratemos deestar ms cerca de las personas que es-tn viviendo momentos de dificultad:cercanos con el afecto, con la oracin,con la solidaridad.

    Hoy, 8 de marzo, un saludo a todaslas mujeres. Todas las mujeres que cadada tratan de construir una sociedadms humana y acogedora. Y tambinun gracias fraterno a las que de milmodos testimonian el Evangelio y tra-bajan en la Iglesia. Y esta es para noso-tros una ocasin para reafirmar la im-portancia y la necesidad de su presen-cia en la vida. Un mundo donde lasmujeres son marginadas es un mundoestril, porque las mujeres no slo traenla vida sino que tambin nos transmi-ten la capacidad de ver ms all venms all de ellas, nos transmiten lacapacidad de comprender el mundocon ojos diversos, de sentir las cosascon corazn ms creativo, ms pacien-te, ms tierno. Una oracin y una ben-dicin particular para todas las mujerespresentes aqu, en la plaza, y para to-das las mujeres. Un saludo.

    A todos os deseo un feliz domingo.Por favor, no os olvidis de rezar porm. Buen almuerzo y hasta la vista!

    como Jess encontr en el Templo esasuciedad del comercio, de los vendedo-res. Tambin dentro de nosotros haysuciedad, hay pecados de egosmo, desoberbia, de orgullo, de codicia, de en-vidia, de celos... tantos pecados! Pode-mos incluso continuar el dilogo conJess: Jess, T te fas de m? Yoquiero que T te fes de m. Entonceste abro la puerta y t limpia mi alma.Y pedir al Seor que as como limpiel Templo, venga a limpiar el alma. Eimaginamos que l viene con un ltigode cuerdas... No, con eso no limpia elalma. Vosotros sabis cul es el ltigode Jess para limpiar nuestra alma? Lamisericordia. Abrid el corazn a la mi-sericordia de Jess. Decid: Jess, miracunta suciedad. Ven, limpia. Limpiacon tu misericordia, con tus palabrasdulces; limpia con tus caricias. Y siabrimos nuestro corazn a la misericor-dia de Jess, para que limpie nuestrocorazn, nuestra alma, Jess se fiar den o s o t ro s .

  • pgina 10 LOSSERVATORE ROMANO viernes 13 de marzo de 2015, nmero 11

    Misa del Santo Padre en Santa Marta

    Sin nombre

    Ser mundanos significa perder elpropio nombre hasta tener los ojosdel alma oscurecidos, anestesia-dos, hasta el punto de ya no ver alas personas que nos rodean. Sobreeste pecado el Papa Francisco pu-so en guardia en la misa que celebrel jueves 5 de marzo, por la maana,en Santa Marta.

    La liturgia cuaresmal de hoy nospropone dos historias, dos juicios ytres nombres, destac inmediata-mente el Papa Francisco. Las doshistorias son las de la parbola delrico y del mendigo Lzaro, narradapor san Lucas (16, 19-31). En espe-cial, afirm el Papa, la primera his-toria es la del hombre rico que ves-ta de prpura y de lino finsimo yse conceda placeres, en tal medi-da que banqueteaba cada da. Enrealidad el texto, precis el PapaFrancisco, no dice que haya sidomalo: ms bien era un hombre devida acomodada, se daba a la buenavida. En el fondo el Evangelio nodice que se divirtiera en abundan-cia; su vida era ms bien una vidatranquila, con los amigos. Tal vezsi tena a los padres, seguramenteles enviaba bienes para que tuviesenlo necesario para vivir. Y quizera tambin un hombre religioso, asu estilo. Recitaba, tal vez, algunaoracin; y dos o tres veces al ao se-guramente iba al templo para ofrecerlos sacrificios y daba grandes donati-vos a los sacerdotes. Y ellos, conesa pusilanimidad clerical le agrade-can y le hacan tomar asiento en elsitio de honor. Esto era social-mente el sistema de vida del hom-bre rico presentado por san Lucas.

    Est luego la segunda historia, lade Lzaro, el pobre mendigo queestaba ante la puerta del rico. C-mo es posible que ese hombre no sediese cuenta que debajo de su casaestaba Lzaro, pobre y hambriento?Las llagas de las que habla el Evan-gelio, destac el Papa, son un sm-bolo de las numerosas necesidadesque tena. En cambio, cuando elrico sala de casa, tal vez el cochecon el que sala tena los cristales os-curos para no ver hacia fuera. Peroseguramente su alma, los ojos desu alma estaban oscurecidos para nover. Y as el rico vea slo su viday no se daba cuenta de lo que suce-da a Lzaro.

    Al fin de cuentas, afirm el PapaFrancisco, el rico no era malo, esta-ba enfermo: enfermo de mundani-dad. Y la mundanidad transformalas almas, hace perder la concienciade la realidad: viven en un mundoartificial, construido por ellos. Lamundanidad anestesia el alma. Ypor eso, ese hombre mundano noera capaz de ver la realidad.

    Por ello, explic el Papa, la se-gunda historia es clara: hay mu-chas personas que conducen su vidade forma difcil, pero si yo tengoel corazn mundano, jams com-prender esto. Por lo dems, conel corazn mundano no se puedencomprender la carencia y la necesi-dad de los dems. Con el coraznmundano se puede ir a la iglesia, sepuede rezar, se pueden hacer mu-chas cosas. Pero Jess, en la ora-

    cin de la ltima Cena, qu pidi?Por favor, Padre, cuida a estos dis-cpulos, de modo que no caiganen el mundo, no caigan en la mun-danidad. Y la mundanidad es unpecado sutil, es ms que un pecado:es un estado pecaminoso del alma.

    Estas son las dos historias pre-sentadas por la liturgia, resumi elPontfice. En cambio, los dos jui-cios son una maldicin y unabendicin. En la primera lectura,tomada de Jeremas (17, 5-10) se lee:Maldito quien confa en el hombre,y busca apoyo en las criaturas, apar-tando su corazn del Seor. Peroesto, puntualiz el Papa Francisco,es precisamente el perfil del mun-dano que hemos visto en el hom-bre rico. Y al final, cmo ser es-te hombre? La Escritura lo definecomo un cardo en la estepa: no ve-r llegar el bien, habitar en un ri-do desierto su alma es desiertaen una tierra salobre, donde nadiepuede vivir. Y todo esto porquelos mundanos, en verdad, estn so-los con su egosmo.

    En el texto de Jeremas est luegotambin la bendicin: Benditoquien confa en el Seor y pone enel Seor su confian-za. Ser un rbolplantado juntoal agua,

    claramente: ese es el camino. Peroal final hay una palabra de consue-lo: cuando ese pobre hombre mun-dano, en los tormentos, pidi quemandasen a Lzaro con un poco deagua para ayudarle, Abrahn, quees la figura de Dios Padre, responde:Hijo, recuerda.... As, pues, losmundanos han perdido el nombrey tambin nosotros, si tenemos elcorazn mundano, hemos perdido elnombre. Pero no somos hurfa-nos. Hasta el final, hasta el ltimomomento existe la seguridad de quetenemos un Padre que nos espera.Encomendmonos a l. Y el Padrese dirige a nosotros dicindonoshijo, incluso en medio de esamundanidad: hijo. Y esto significaque no somos hurfanos.

    En la oracin al inicio de la misadijo por ltimo el Papa Franciscohemos pedido al Seor la gracia deorientar nuestro corazn hacia l,que es Padre. Y as, concluy,continuamos la celebracin de lamisa pensando en estas dos histo-rias, en estos dos juicios, en los tresnombres; pero, sobre todo, en la

    hermosa palabra que siemprese pronunciar hasta el lti-

    mo momento:hijo.

    mientras que el otro era como uncardo en la estepa. Y, luego, heaqu el juicio final: nada es ms fal-so y enfermo que el corazn y dif-cilmente se cura: ese hombre tena elcorazn enfermo, tan apegado a estemodo de vivir mundano que difcil-mente poda curarse.

    Despus de las dos historias ylos dos juicios el Papa Franciscovolvi a proponer tambin los tresnombres sugeridos en el Evangelio:son los del pobre, Lzaro, Abrahny Moiss. Con una ulterior clavede lectura: el rico no tena nombre,porque los mundanos pierden elnombre. Son slo un elemento dela multitud acomodada que no nece-sita nada. En cambio un nombre lotienen Abrahn, nuestro padre, L-zaro, el hombre que lucha por serbueno y pobre y carga con numero-sos dolores, y Moiss, quien nos dala ley. Pero los mundanos no tie-nen nombre. No han escuchado aMoiss, porque slo necesitan ma-nifestaciones extraordinarias.

    En la Iglesia continu el Pont-fice todo est claro, Jess habl

    Jess predica en la sinagoga (siglo X I V, monasterio de Deani, Kosovo)

    Nadade espectculo

    El estilo de Dios es la sencillez:intil buscarlo en el espectculomundano. Tambin en nuestra vidal obra siempre en la humildad, enel silencio, en las cosas pequeas.Esta es la reflexin cuaresmal que elPapa Francisco quiso proponer en lahomila de la misa celebrada en San-ta Marta el lunes 9 de marzo.

    Como de costumbre, el Pontficeparti de la liturgia de la palabra enla que, observ, existe una palabracomn en las dos lecturas: la ira;la indignacin. En el Evangelio desan Lucas (4, 24-30) se narra el epi-sodio donde Jess vuelve a Naza-ret, va a la sinagoga y comienza ahablar. En un primer momentotoda la gente lo escuchaba conamor, feliz y estaba asombrada delas palabras de Jess: estaban con-tentos. Pero Jess prosigue con sudiscurso y reprende la falta de fede su pueblo; recuerda cmo estafalta es tambin histrica haciendo

    referencia al tiempo de Elas (cuan-do record el Papa haba tantasviudas, pero Dios envi al profetaa un viuda de un pas pagano) ya la purificacin de Naamn el sirio,narrada en la primera lectura toma-da del segundo libro de los Reyes(5, 1-15).

    Inicia as la dinmica entre las ex-pectativas de la gente y la respuestade Dios que estuvo en el centro dela homila del Pontfice. En efecto,explic el Papa Francisco, mientrasla gente escuchaba con gusto loque deca Jess, a alguien no legust lo que deca y quiz algnhablador se alz y dijo: pero estede qu viene a hablarnos? Dndeestudi para que nos diga estas co-sas? Que nos haga ver su licenciatu-ra. En qu universidad estudi? Es-te es el hijo del carpintero y lo cono-cemos bien.

    Explotan as la furia y la vio-lencia: se lee en el Evangelio quelo echaron fuera de la ciudad y lollevaron hasta un precipicio delmonte para despearlo. Pero, sepregunt el Pontfice, la admira-cin, el estupor cmo pasaron ala ira, a la furia, a la violencia?. Eslo que sucede tambin al general si-rio de quien se escribe en el segundolibro de los Reyes: Este hombre te-na fe, saba que el Seor lo curara.Pero cuando el profeta le dice ve,bate, se indigna. Tena otras ex-pectativas, explic el Papa, y enefecto pensaba en Eliseo: Al estarde pie, invocar el nombre del Seorsu Dios, agitar su mano hacia laparte enferma y me quitar la le-pra... Pero nosotros tenemos rosms hermosos que el Jordn. Y asse marcha. Sin embargo, los ami-gos le hacen entrar en razn y, trasregresar, se cumple el milagro.

    Dos experiencias distantes en eltiempo pero muy similares: Ququera esta gente, estos de la sinago-ga, y este sirio? pregunt el PapaFrancisco. Por una parte a los dela sinagoga Jess les reprende la fal-ta de fe, tanto que el Evangelio su-braya cmo Jess all, en ese lugar,no hizo milagros, por la falta de fe.Por otro, Naamn tena fe, perouna fe especial. En cualquier caso,destac el Papa Francisco, todosbuscaban lo mismo: Queran el es-pectculo. Pero el estilo del buenDios no es hacer espectculo: Diosacta en la humildad, en el silencio,en las cosas pequeas. No por ca-sualidad, al sirio, la noticia de laposible curacin le llega de una es-clava, una joven, que era la criadade su mujer, de una humilde joven-cita. Al respecto coment el Papa:As va el Seor: por la humildad.Y si vemos toda la historia de la sal-vacin, encontraremos que siempreel Seor obra as, siempre, con lascosas sencillas.

    Para hacer comprender mejor esteconcepto, el Pontfice hizo referenciaa otros diversos episodios de las Es-crituras. Por ejemplo, observ, enla narracin de la creacin no se di-ce que el Seor cogiera la varita m-gica, no dijo: Hagamos al hom-bre y el hombre fue creado. Dios,en cambio, lo hizo con el barro ysu trabajo, sencillamente. Y, as,cuando quiso liberar a su pueblo,lo liber a travs de la fe y la con-fianza de un hombre, Moiss. Delmismo modo, cuando quiso hacer

  • nmero 11, viernes 13 de marzo de 2015 LOSSERVATORE ROMANO pgina 11

    caer la poderosa ciudad de Jeric, lohizo a travs de una prostituta. Ytambin para la conversin de lossamaritanos, pidi el trabajo de otrap ecadora.

    En realidad, el Seor desplazasiempre al hombre. Cuando invita David a luchar contra Goliat, pa-reca una locura: el pequeo Davidante aquel gigante, que tena una es-pada, tena muchas cosas, y Davidsolamente la honda y las piedras.Lo mismo sucede cuando dijo a losMagos que haba nacido precisa-mente el rey, el gran rey. Qu en-contraron? Un nio, un establo.Por lo tanto, destac el obispo deRoma, las cosas simples, la humil-dad de Dios, este es el estilo divino,nunca el espectculo.

    Por lo dems, explic, la del es-pectculo fue precisamente unade las tres tentaciones de Jess en eldesierto. Satans le dijo, en efecto:Ven conmigo, subamos al alero deltemplo; t te tiras y todos vern elmilagro y creern en ti. El Seor,en cambio, se revela en la sencillez,en la humildad.

    Entonces, concluy el Papa Fran-cisco, nos har bien en esta Cuares-ma pensar en nuestra vida sobre c-mo el Seor nos ayud, cmo el Se-or nos hizo seguir adelante, y en-contraremos que siempre lo hizo concosas sencillas. Incluso podr pare-cernos que todo sucedi como sifuera una casualidad. Porque elSeor hace las cosas sencillamente.Te habla silenciosamente al cora-zn. Resultar til, por lo tanto, eneste perodo recordar las numerosasveces que en nuestra vida el Seornos visit con su gracia y hemosentendido que la humildad y la sen-cillez son su estilo. Esto, explicel Papa, vale no solamente en la vi-da diaria, sino tambin en la cele-bracin litrgica, en los sacramen-tos, en los cuales es bello que semanifieste la humildad de Dios y noel espectculo mundano.

    Puerta abiertaPedir perdn no es un simple pedirdisculpas. No es fcil, as comono es fcil recibir el perdn deDios: no porque l no quiera dr-noslo, sino porque nosotros cerra-mos la puerta no perdonando a losdems. En la homila de la misa enSanta Marta del martes 10 de marzo,el Papa Francisco aadi una teselaa la reflexin sobre el camino peni-tencial que caracteriza la Cuaresma:el tema del perdn.

    La reflexin parti del pasaje dela primera lectura, tomada del librodel profeta Daniel (3, 25.34-43), don-de se lee que el profeta Azaras pa-saba un momento de prueba y recor-d la prueba de su pueblo, que eraesclavo. Pero, puntualiz el Pontfi-ce, el pueblo no era esclavo por ca-sualidad: era esclavo porque habaabandonado la ley del Seor, porquehaba pecado. Por ello Azaras rezaas: Por el honor de tu nombre, nonos desampares para siempre, norompas tu alianza, no apartes de no-sotros tu misericordia... Ahora, Se-or, somos el ms pequeo de todoslos pueblos; hoy estamos humilladospor toda la tierra a causa de nues-tros pecados. Hoy pedimos miseri-cordia. Es decir, Azaras se arre-piente. Pide perdn por el pecadode su pueblo. As, pues, el profetano se lamenta ante Dios en laprueba, no dice: Pero t eres in-justo con nosotros, mira lo que suce-de ahora.... l, en cambio, afirma:Hoy estamos humillados por todala tierra a causa de nuestros pecadosy nos merecemos esto. He aqu eldetalle fundamental: Azaras tenaconciencia de pecado.

    El Papa hizo notar luego tambinque Azaras no dice al Seor: Dis-culpa, nos hemos equivocado. Enefecto, pedir perdn es otro cosa,es algo distinto que pedir discul-pas. Se trata de dos actitudes dife-rentes: el primero se limita a pedirdisculpas, el segundo implica el re-conocimiento de haber pecado.

    El pecado, en efecto, no es unsimple error. El pecado es idolatra,es adorar a los numerosos dolosque tenemos: el orgullo, la vani-dad, el dinero, el yo mismo, elbienestar. He aqu porqu Azarasno pide simplemente disculpas, sinoque pide perdn.

    El pasaje del evangelio de sanMateo (18, 21-35) llev al Papa Fran-cisco a afrontar la otra cara del per-dn: del perdn que se pide a Diosal perdn que se ofrece a los herma-nos. Pedro plantea una pregunta aJess: Seor, si mi hermano meofende, cuntas veces tengo queperdonarlo?. En el Evangelio noson muchos los momentos en losque una persona pide perdn, ex-plic el Papa, recordando algunosde estos episodios. Est, por ejem-plo, la pecadora que llora sobre lospies de Jess, lava los pies con suslgrimas y los seca con sus cabe-llos: en ese caso, dijo el Pontfice,la mujer haba pecado mucho, ha-ba amado mucho y pide perdn.Luego se podra recordar el episodioen el que Pedro, tras la pesca mila-grosa, dice a Jess: Aljate de m,que soy un pecador: all l se dacuenta de que no se haba equivoca-do, que haba otra cosa dentro de

    l. Tambin, se puede volver a pen-sar en el momento en el que Pedrollora, la noche del Jueves santo,cuando Jess lo mira.

    En todo caso, son pocos los mo-mentos en los que se pide perdn.Pero en el pasaje propuesto por la li-turgia Pedro pregunta al Seor culdebe ser la medida de nuestro per-dn: Slo siete veces?. Jess res-ponde al apstol con un juego depalabras que significa s i e m p re : se-tenta veces siete, es decir, t debesperdonar siempre. Aqu, subray elPapa Francisco, se habla de perdo-nar, no simplemente de pedir dis-culpas por un error: perdonar aquien me ha ofendido, a quien mehizo mal, a quien con su maldad hi-ri mi vida, mi corazn.

    He aqu entonces la pregunta paracada uno de nosotros: Cul es lamedida de mi perdn?. La respues-ta puede venir de la parbola relata-da por Jess, la del hombre aquien se le perdon mucho, mucho,mucho, mucho dinero, mucho, mi-llones, y que luego, bien conten-to con su perdn, sali y encontra un compaero que tal vez tenauna deuda de 5 euros y lo mand ala crcel. El ejemplo es claro: Siyo no soy capaz de perdonar, no soycapaz de pedir perdn. Por elloJess nos ensea a rezar as al Pa-dre: Perdona nuestras ofensas ascomo nosotros perdonamos a losque nos ofenden.

    Qu significa en concreto? El Pa-pa Francisco respondi imaginandoel dilogo con un penitente: Pero,padre, yo me confieso, voy a confe-sarme... Y qu haces primero deconfesarte? Pienso en las cosas quehice mal. Est bien. Luego pidoperdn al Seor y prometo no vol-ver hacerlo... Bien. Y luego vas alsacerdote?. Pero antes te falta unacosa: has perdonado a los que tehan hecho mal?. Si la oracin quese nos ha sugerido es: Perdonanuestras ofensas as como nosotrosperdonamos a los dems, sabemosque el perdn que Dios te darrequiere el perdn que t das a losdems.

    Como conclusin, el Papa Fran-cisco resumi as la meditacin: antetodo, pedir perdn no es un simplepedir disculpas sino que es serconsciente del pecado, de la idola-tra que constru, de las muchas ido-latras; en segundo lugar, Diossiempre perdona, siempre, pero pi-de que tambin yo perdone, porquesi yo no perdono, en cierto senti-do es como si cerrase la puerta alperdn de Dios. Una puerta, encambio, que debemos mantenerabierta: dejemos entrar el perdn deDios a fin de que podamos perdo-nar a los dems.

    Corazonesp etrificados

    Ninguna componenda: o nos deja-mos amar por la misericordia deDios o elegimos el camino de lahipocresa y hacemos lo que quere-mos dejando que nuestro coraznse endurezca cada vez ms. Es lahistoria de la relacin entre Dios y elhombre, desde los tiempos de Abelhasta nuestros das, en el centro dela reflexin propuesta por el PapaFrancisco durante la misa en SantaMarta el jueves 12 de marzo.

    El Pontfice parti de la oracindel salmo responsorial No endu-rezcis vuestro corazn y se pre-gunt: Por qu sucede esto?. Pa-ra comprenderlo hizo referencia antetodo a la primera lectura tomada dellibro del profeta Jeremas (7, 23-28)donde est, por decirlo as, sintetiza-da la historia de Dios. Y nos po-dramos preguntar: Cmo, Diostiene una historia?. Cmo es posi-ble visto que Dios es eterno? Esverdad, explic el Papa Francisco,pero desde el momento en queDios entr en dilogo con su pue-blo, entr en la historia.

    Y la historia de Dios con su pue-blo es una historia triste porqueDios lo dio todo y a cambio s-lo recibi cosas malas. El Seor ha-ba dicho: Escuchad mi voz. Yo se-r vuestro Dios y vosotros seris mipueblo. Seguid el camino que os se-alo, y todo os ir bien. Ese era elcamino hacia la felicidad. Peroellos no escucharon ni hicieron ca-so y, es ms, caminaron segn susideas, segn la maldad de su obsti-nado corazn: es decir, no queranescuchar la Palabra de Dios.

    Esta opcin, explic el Papa, ca-racteriz toda la historia del pueblode Dios: pensemos en el asesinato,en la muerte de Abel, asesinado porsu hermano, corazn malvado de en-vidia. Sin embargo, a pesar de queel pueblo haya continuamente da-do la espalda al Seor, l afirma:Yo no me he cansado. Y envacon asidua atencin a los profetas.Aun as, sin embargo, los hombresno lo escucharon. Es ms, se lee enla Escritura, endurecieron la cervizy fueron peores que sus padres. Yla situacin del pueblo de Diosempeor, a travs de las generacio-nes.

    El Seor dijo a Jeremas: Yapuedes repetirles este discurso, segu-ro que no te escucharn; ya puedesgritarles, seguro que no te responde-rn. An as les dirs: Esta es lagente que no escucha la voz del Se-or, su Dios, y no quiso escarmen-tar. Y luego, destac el Papa, aa-di una palabra terrible: Ha desa-parecido la fidelidad... Vosotros nosois un pueblo fiel. Aqu, comentel Papa Francisco, parece que Diosllorase: Te he amado tanto, te hedado tanto y t... todo en contra dem. Un llanto que recuerda el deJess contemplando Jerusaln.Por lo dems, explic el Pontfice,en el corazn de Jess estaba todaesta historia, donde la fidelidad ha-ba desaparecido. Una historia deinfidelidad que atae nuestra histo-

    SIGUE EN LA PGINA 15

  • pgina 12 LOSSERVATORE ROMANO viernes 13 de marzo de 2015, nmero 11

    Colegio episcopalRENUNCIAS:

    El Papa ha aceptado la renuncia algobierno pastoral de la archidicesisde Sens (Francia) y de la prelaturaterritorial de la Mission de Franceo Pontigny que monseor YVES PA-TENTRE, le haba presentado enconformidad con el canon 401 1del Cdigo de derecho cannico.

    Yves Patentre naci en Troyes el23 de enero de 1940. Recibi la or-denacin sacerdotal el 29 de juniode 1965. Juan Pablo II le nombrobispo de Saint-Claude el 1 de di-ciembre de 1994; recibi la ordena-cin episcopal el 29 de enero de1995. El mismo Papa le promovi aarzobispo coadjutor de Sens y prela-do coadjutor de la prelatura territo-rial de la Mission de France o

    Pontigny el 30 de julio de 2004. Pa-s a ser arzobispo residencial de di-cha sede el 31 de diciembre sucesivo.

    El Papa ha aceptado la renuncia algobierno pastoral de la dicesis deDli (Timor oriental) que monseor