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GUINEA: LAS PIEDRAS AZULES DE LOS DIOSES ENCUENTROS CON HUMANOIDES EN LOS MONEGROS / MISTERIOS DEL SAHARA HIPERBÓREA: EL CONTINENTE PERDIDO DE LOS CELTAS GUERRAS ATÓMICAS EN LA ANTIGÜEDAD: NUEVOS HALLAZGOS n 2015: HACIA EL DEFINITIVO COLAPSO DEL DINERO IMPLANTES EXTRATERRESTRES en el laboratorio n COLOMBIA: FANTASMAS EN EL HOTEL DE LOS SUICIDAS n MENSAJES DEL MÁS ALLÁ EN UN COLEGIO DE SEVILLA Año XXVI Número 03-296 3,90€ www.revistaañocero.com Descubren un bosque tan grande como Europa bajo el Mar del Norte Canarias, Ceuta y Melilla 4,05€ México $ 35,90 MN

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  • GUINEA:LAS PIEDRASAZULES DELOS DIOSES

    ENCUENTROS CON HUMANOIDES EN LOS MONEGROS / MISTERIOS DEL SAHARA

    HIPERBREA: EL CONTINENTE PERDIDO DE

    LOS CELTAS

    GUERRAS ATMICASEN LA ANTIGEDAD:NUEVOS HALLAZGOS

    n 2015: HACIA EL DEFINITIVO COLAPSO DEL DINERO

    IMPLANTES EXTRATERRESTRES en el laboratorio

    n COLOMBIA: FANTASMAS EN EL HOTEL DE LOS SUICIDASn MENSAJES DEL MS ALL EN UN COLEGIO DE SEVILLA

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  • TRES ESCRITURAS DE SABIDURAEl Evangelio, el Bhagavad Guita y el Rubaiyat por Paramahansa Yogananda

    DISTRIBUCINEn Espaa: ALFAOMEGA, Tel.: 91-614 53 46; [email protected]

    En Argentina: GRUPAL, Tel.: 54-11 4306-2444; [email protected] Mxico: OCANO, Tel.: 55 9178 5100; [email protected] f .org

    Paramahansa Yogananda, autor de AUTOBIOGRAFA DE UN YOGUI, dedic siempre una atencin especial a interpretar algunas de las grandes escri-turas del mundo, con especial nfasis en el Evangelio y el Bhagavad Guita. En espaol ya se han publicado dos brillantes compendios de esas interpretacio-nes, EL YOGA DE JESS y EL YOGA DEL BHAGAVAD GUITA, as como los tres volmenes completos de LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO, un magno y revelador comentario sobre las enseanzas originales de Jess, obras todas ellas galardonadas con varios Premios ILBA.

    Recientemente se ha publicado tambin EL VINO DEL MSTICO, galar-donado con el Premio Benjamin Franklin, donde Paramahansa Yogananda ofrece una nueva e iluminadora interpretacin del Rubaiyat de Omar Khayyam, una obra clsica de la literatura universal que en Persia siempre fue venerada como una inspirada escritura suf.El Yoga de Jess 12,00 / El Yoga del Bhagavad Guita 12,00 / El vino del mstico 19,50

    El Yoga de Jess El Yoga del Bhagavad Guita El vino del mstico

    Obras de Paramahansa Yogananda, autor de Autobiografa de un yogui.

    Cmo conversar con DiosParamahansa YoganandaEs realmente posible conversar con Dios y recibir claras respuestas a nuestras oraciones? Paramahansa Yogananda disipa el mito de que Dios es inaccesible, ensendonos a hacer nuestras oraciones tan per-suasivas y eficaces que recibamos una respuesta tangible.Carton, 9,50

    As hablaba Paramahansa YoganandaParamahansa YoganandaUna recopilacin de mximas, anc-dotas y sabias reflexiones que ofrece al lector la oportunidad de compar-tir la divina inspiracin que siem-pre recibieron quienes acudan a Paramahansa Yogananda en busca de consejo. Una fuente inagotable de inspiracin y de consejos prcticos para la autosuperacin.11,00

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  • 3GUINEA:LAS PIEDRAS AZULES DELOS DIOSES

    ENCUENTROS CON HUMANOIDES EN LOS MONEGROS / MISTERIOS DEL SAHARA

    HIPERBREA: EL CONTINENTE PERDIDO DE

    LOS CELTAS

    GUERRAS ATMICASEN LA ANTIGEDAD:NUEVOS HALLAZGOS

    2015: HACIA EL DEFINITIVO COLAPSO DEL DINERO

    IMPLANTES EXTRATERRESTRES en el laboratorio

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    Enrique de Vicente

    Desde hace un siglo gelogos y arquelogos sostenan la existencia de Doggerland, una enorme tierra que una Inglaterra y Alemania antes de quedar sumergida

    Director Enrique de VicenteDirectora de Arte Adela LenRedactor Jefe Paco GonzlezRedaccin Miguel PedreroConsultora Editorial Laura Falc Lara

    Redaccin y publicidad:C/ Josefa Valcrcel, 42, 3 pl. 28027 MadridTel.: (R) 91 393 38 82 / (P) 91 768 07 61Fax: 91 446 84 88Email: [email protected]

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    editaPrisma Publicaciones 2002, SLEdificio Planeta. Av. Diagonal, 662-664, 2 pl. 08034 Barcelona Tel. 93 492 68 73 www.prismapublicaciones.comGerente Albert TerradasDirector Factora Prisma JM SanchnDirectora de Marketing Alicia FbregaDirectora de Eventos Mara AcedoDirector de Arte Xavier MenndezController Gonzalo Mara SurezDistribucin Pilar BarcelProduccin Planeta Innovacin

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    Depsito Legal M-27522-1990ISSN 1136-470X Printed in SpainAO XXVI n296

    AO/CERO es miembro de la Asociacin de Revistas de Informacin (ARI). Est editada y publicada por Prisma Publicaciones 2002, S. L., bajo licencia de Editorial Amrica Ibrica, S. A., empresa domiciliada en Madrid, C/ Miguel Yuste, 33 bis. Es una marca registrada de Editorial Amrica Ibrica, S. A., y est utilizada bajo contrato de licencia (Copyright1992). Prohibida la reproduccin total o parcial del material editorial publicado en este nmero. AO/CERO investiga la seriedad de sus anunciantes, pero no es responsable de las ofertas realizadas por los mismos.

    Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra est protegido por la Ley, que establece penas de prisin y/o multas, adems de las correspondientes indemnizaciones por daos y perjuicios, para quienes reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o comunicaren pblicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artstica o cientfica, o su transformacin, interpretacin o ejecucin artstica fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a travs de cualquier medio, sin la preceptiva autorizacin.

    LA ISLA VERDE

    EDITORIAL

    Hace unos 12.000 aos, en el Mar del Norte exista una inmensa tierra verde que fue tragada por las aguas del des-hielo tras el fin de la ltima glaciacin. Es la conclusin de dos buceadores que, a finales de enero, descubrieron sumergido un bosque de dimensio-nes colosales al este de Inglaterra. Se sospecha que sus enormes rboles, tapados por capas de arena, quedaron al descubierto tras las feroces tormen-tas que azotaron los mares ingleses, al igual que ocurri con otros bosques sumergidos cuyas copas pueden ver-se hoy frente a las costas de Gales y Cornualles, al sudoeste de esa isla Lo sincrnicamente fascinante es que esta noticia coincida con nuestra decisin de dedicar la portada de este mes a Hiperbrea. Ese y el de Tule son los nombres que dieron los griegos a una mtica y sagrada tierra situada en el extremo norte, frtil, templada y protegida por una muralla de hielo. Hasta ahora los acadmicos haban pretendido identificarla con lugares tan distantes como Escandinavia,

    las islas del Mar del Norte, Islandia, Goenlandia e Irlanda. Lo hicieron ignorando que todas las epopeyas irlandesas afirman que la herencia de una elevada civilizacin les lleg de una enorme Isla Verde donde no se pona el Sol, situada por tanto cerca del rtico. Sin molestarse en pensar que pudo existir realmente un paraso nrdico como el descrito por esas y otras tradiciones, que luego habra quedado sumergido. Paralizados por la idea de que bastaba ya con la creencia en una inexistente Atlntida como para alimentar la mitomana co-lectiva con la de otro paraso perdido. Dejando tales delirios para cientficos locos como los del Tercer Reich que, al romper los moldes de lo admisible y por mucho que hoy nos disguste admitirlo, pusieron las bases de la tec-nologa nuclear, la carrera espacial y otros saltos tecno-cientficos inimagi-nables Burlar los lmites de lo acep-table, hablando de temas que haran sonrer a la mayora inmovilista, es la misin que gustosamente aceptamos.

  • 5#296 SUMARIO

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    APARICIONES ESPECTRALES EN EL COLOMBIANO SALTO DE TEQUENDAMA

    EL HOTEL DE LOS SUICIDAS

    ENIGMAS Y ANOMALAS

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    HISTORIA IGNORADAEL MI-5 INVESTIG LOSCRCULOS DE LAS COSECHAS08

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    EL ANUNCIADO DERRUMBE DEL DLAR ARRASTRAR A LA ECONOMA MUNDIAL

    2015: LA MUERTE DEL DINERO

    CONSPIRACIONES

    ANALIZAN EXTRAOS CHIPS ALOJADOS EN LOS CUERPOS DE LOS ABDUCIDOS

    IMPLANTADOS EN EL LABORATORIO

    UNIVERSO OVNI

    TRAS LA PISTA DE UNA PROTO-CULTURAAVANZADA EN EL CORAZN DE FRICA

    LAS PIEDRAS AZULES DE GUINEA

    CIVILIZACIONES PERDIDAS

    DESCUBREN UN BOSQUE TAN GRANDECOMO EUROPA BAJO EL MAR DEL NORTE

    HIPERBREA: EL CONTINENTE PERDIDO DE LOS CELTAS

    EN PORTADA

    REACTORES NUCLEARES MILENARIOS APOYARAN UNA HIPTESIS INQUIETANTE

    GUERRAS ATMICAS EN LA ANTIGEDAD

    FRONTERAS DE LA CIENCIA

    PARAPSICOLOGAMENSAJES DEL MS ALL EN UN COLEGIO DE SEVILLA68ENIGMAS Y ANOMALASRARAS ESFERAS Y HUMANOIDES EN LOS MONEGROS 76GEOGRAFA MGICAMISTERIOS DEL SAHARA82

    STO

    IL V

    ATEV

  • CARTAS

    Los sueos ofrecen informa-cin que no siempre procede de nuestra propia mente. Estoy convencida de ello desde que viv una inusual experiencia onrica hace un par de aos. Me encontr con mi abuelo, que haba fallecido a principios de los aos ochenta cuando yo era una adolescente. Lo sent muchsimo porque estbamos muy unidos. El caso es que se me present y me dijo que mi to Carlos me llamara pronto y que intentara retomar la relacin con la familia, porque tena una enfermedad incurable y no le quedaba mucho de vida. Su caracter era muy conflictivo y haba tenido algunos problemas con la justicia. Un buen da, a finales de los aos noventa, se march a M-xico y nunca ms volvimos a tener noticias de l. Cuando me despert, tuve la sensacin clara de que no se haba tratado de un simple sue-o. A las cuatro o cinco semanas, mi to me telefone, anuncindome que se vena a Madrid a vivir y le gustara verme a m y a otros allegados. Nos dijo que se haba prejubilado y que con su pequea pensin esperaba ir tirando. Era otra persona, mucho ms afable y atenta. Hicimos buenas migas y no tard en confesarme que haba tomado la decisin de regresar a Espaa porque le restaban tan solo unos meses de existencia. Falleci en paz y en compaa de la gente que le quera.

    Mi abuelo fallecido me dijo que a mi to Carlos le quedaban unos meses de vida

    scar Torres AO CER0

    CARTASDIRIJA SU CORRESPONDENCIA AL MAIL [email protected] O A

    REVISTA AO/CERO. JOSEFA VALCRCEL 42, 3 PLANTA. 28027 MADRID.

    Ahora que muchos gobiernos estn desclasificando sus archivos secretos sobre OVNIs, y cientos de miles de expedientes oficiales sobre este asunto se pueden consultar a travs de Internet, la NASA todava oculta mucha informacin a la opinin pblica. Siempre lo he pensa-do, pero ahora estoy completamente convencido tras haber disfrutado de Los OVNIs de la NASA (AO/CERO, 295). Son tantos los avistamientos y filmaciones de No Identificados que se dan a conocer en dicho reportaje, que apabulla. Por tanto, tienen que existir muchos ms. No olvidemos que la agencia espacial de EE UU no es una organizacin civil, sino que depende del Ejrcito. Los astronautas deben guardar la confidencialidad de muchas de sus misiones, sobre todo de aquellas que tienen implicaciones militares. Recuerdo las declaraciones que en su momento realiz Edgar Mitchell, el sexto ser humano en pisar la Luna, quien asegur que la NASA tena informacin sobre la visita de extraterrestres a nuestro planeta.

    En el reportaje de AO/CERO se dan a conocer tantas filmaciones de OVNIs tomadas por astronautas de la NASA, que resulta apabullante

    lvaro Bru

    El santero acert en que me trasladara a vivir a otro pas y que me quedara encinta, dando a luz a gemelos

    Mara Pea

    Los brujos detentan capacidades especiales, tal como argumentan en el reportaje titulado Chamanes oscuros (AO/CERO, 295). Lo s por propia experiencia. En el verano de 2001 viaj a la isla de Cuba con una amiga que estaba introducida en el mundo de la santera, y all tuve la suerte de poder conversar e incluso consultar a algunos de los sacerdo-tes de esta religin. En especial, re-cuerdo la hora que pas junto a un an-ciano que emple unas caracolas para conectar con los dioses del panten afrocubano. Me dijo tantas cosas que no puedo recordarlas todas, pero s me aclar ciertos temas sobre mi pasado y profetiz asuntos de mi futuro con una concrecin asombrosa. Por ejemplo, que iba a quedarme embarazada en menos de un ao y dar a luz gemelos, que no tardara en cambiar de trabajo y que en menos de cinco aos marcha-ra a vivir a un pas extranjero. Nada de eso estaba en mis planes en ese momento, pero las circunstancias se dieron para que ocurriera todo lo que me dijo el chamn.

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  • EDITORIAL

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  • 8UNIVERSO OVNI

    Pareidolia? Frente a quienes asumen que se trata de una ilusin ptica, otros ven en la fotografa a un sujeto manipulando quiz reparando una seccin de la nave norteamericana.

    CONSPIRACIONES

    Una sombra demasiado humana en Marte

    Marte sigue proporcionndonos decenas de anomalas poco o nada explicadas. Tal es as que el Planeta Rojo se ha convertido en blanco perfecto de los amigos de las cons-piraciones o, simplemente, de quienes buscan que resplandezca la verdad. Quiz por ello, una publicacin tan alejada de lo esotrico como TechTimes web especia-lizada en noticias sobre Silicon Valley, se preguntaba recientemente por la fotogra-fa que acompaa estas lneas. Porque, a qu o a quin pertenece la sombra que aparece a la izquierda del Rover Curiosity? Como es obvio, la NASA no ve nada raro en la imagen, tan solo la proyeccin sobre la superficie marciana del complicado aparejo de la nave. Desde luego, no todo el mundo est satisfecho con esa versin simplista. De hecho, una mirada ms atenta basta para advertir que, a la izquier-da del Rover, se adivina la silueta de al-guien que parece extender uno de sus

    brazos para manipular un panel exterior de la nave. Pero, eso es imposible, no? En Marte, que sepamos, no hay astronau-tas. Claro que bien podra tratarse de un nativo curioseando el Curiosity (perdn por la boutade) A quienes creen en una conspiracin para encubrir qu est ocurriendo realmente en el Planeta Rojo, les sirve cualquiera de estas dos opcio-nes, aunque la preferida para explicar esta anomala sigue siendo la propuesta por el clebre hacker britnico Gary McKinnon: hay oficiales no terrestres operando a bordo de una flota espacial ultrasecreta. As, la sombra junto al Rover pertenecera a uno de estos oficiales

    UNA FOTOGRAFA DEL ROVER CURIOSITY EST GENERANDO UNA AGRIA POLMICA EN INTERNET

    LA SILUETA JUNTO AL ROVER PODRA CORRESPONDERSE CON LA DE UN ASTRONAUTA

    ENIGMAS YANOMALAS

    CLAVES DEL AO CERO

  • 9ENIGMAS Y ANOMALAS

    CRIPTOZOOLOGA

    Creado por un internauta, Slender Man (un hombre anormalmente alto y sin rasgos faciales) debera estar confinado en el m-bito de la ficcin, pero este personaje ha protagonizado varios avistamientos en la apacible campia de Can-nock Chase (Staffordshire). Eso es, al menos, lo que han denunciado varios de los usuarios de este parque natural situado en el centro de Inglaterra.

    Tras una dcada callada, Charmaine Fraser, de 41 aos, revel al diario The Courier su encuentro con un extrao homnido en el concejo de Fife (Escocia). Iba a tomar la A92 para volver a casa cuando lo vi a un lado de la carretera. Cre que era un autoestopista, pero al fijarme mejor me qued paralizada. Meda ms de dos metros y tena el cuerpo cubierto de vello negro. Fue aterrador .

    Como una amenaza seria para la seguridad nacional. Por extrao que resulte en nuestros das, hubo un tiempo en que el calificativo que acompaaba a los crculos de las cosechas no era misteriosos, sino peligrosos. En 1940, todos en Gran Bretaa pensba-mos somos los siguientes; eso y que Alemania tena espas en nuestro pas enviando mensajes y sealando en campos y carreteras los lugares donde los nazis deban aterrizar o bombardearnos, explicaba el profesor David Clarke (Universidad de Sheffield Hallam)

    al Mail Online. Clarke, que ha investigado documentos recien-temente desclasificados por el Gobierno britnico, ha descubierto que el MI5 destin numerosos recursos a desentraar el verdade-ro significado de los crop circles, tras descubrirse que algunas de estas marcas estaban prximas a instalaciones militares. Sin embar-go, luego se supo que la mayora de las formaciones no tenan nada que ver con espas alemanes, sino que se trataba de formaciones naturales o, como ocurre en la ac-tualidad, su peculiar diseo careca de una explicacin lgica.

    EL VDEO ha arrasado en Internet. Cecilia Carrasco, residente en Santiago de Chile, se dispone a acceder al interior del edificio donde vive, cuando unas manos invisibles la empujan tan bruscamente que acaban derribndola. Salud al conserje y, al girarme, sent una espe-cie de fuerza que me tir hacia atrs, declar la joven a Chilevisin. Al contrario que en otras ocasiones, donde se intuye que las imgenes han sido manipuladas, el episodio protagonizado por Carrasco tiene muchos visos de ser fidedigno y, desde luego, resulta perturbador.

    DOCUMENTOSRECIENTEMENTE

    DESCLASIFICADOS HAN DESTAPADO

    QUE EL GOBIERNO DE CHURCHILL LLEG A OBSESIONARSE CON

    LA APARIENCIA Y UBICACIN DE ESTAS

    FORMACIONES.

    HISTORIA IGNORADA

    El MI5 investig los Crop CirclesDURANTE LA II GUERRA MUNDIAL, EL ESPIONAJE BRITNICO VINCUL LOS CRCULOS DE LAS COSECHAS CON UN CDIGO SECRETO PARA ORIENTAR A LOS BOMBARDEROS ALEMANES

    FENMENOS PARANORMALES

    UnoDE LOS DISEOS

    PARECA APUNTAR A UN ARSENAL, AUNQUE LUEGO SE COMPROB QUE ERA FRUTO DE LA

    CASUALIDAD

  • EN PORTADA

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    TEXTO MIGUEL PEDRERO

    EVIDENCIAS DE UNA AVANZADA CIVILIZACIN QUE SE DESARROLL HACE MILES DE AOS EN LA REGIN RTICA

    MILENARIAS TRADICIONES CELTAS, RELATOS DE HISTORIADORES Y NAVEGANTES GRIEGOS Y TEXTOS SAGRADOS DE LAS RELIGIONES HIND Y ZOROSTRICA, ENTRE OTRAS EVIDENCIAS HISTRICAS Y LEGENDARIAS, SE REFIEREN A LA EXISTENCIA DE UN CONTINENTE EN EL RTICO HACE UNOS 14.000 AOS, CUANDO EN ESAS TIERRAS REINABA UN CLIMA PRIMAVERAL Y ABUNDABA LA VEGETACIN Y LA VIDA ANIMAL. A CAUSA DE UN ABRUPTO CAMBIO DE TEMPERATURA, SUS HABITANTES SE VIERON OBLIGADOS A HUIR POR MAR, DESEMBARCANDO EN LAS COSTAS DE EUROPA, ASIA Y AMRICA, A CUYOS ABORGENES TRANSMITIERON SU CULTURA Y ASOMBROSOS CONOCIMIENTOS

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    EN PORTADA

    HIPERBREA:

    LA ATLNTIDADE LOS CELTAS

    Pocos especialistas dudan de que antes del fin de la ltima glaciacin hace ms de 10.000 aos en ciertas regiones rticas

    dominaba un microclima clido que posibilitaba una abundante vegetacin y, por lo tanto, la existencia de animales y cau-dalosos ros. Sin duda, en estas zonas se habran desarrollado pueblos sobre los que poco o nada sabemos, y cuyo recuerdo slo ha pervivido a travs de relatos legendarios como el de Hiperbrea: un continente si-tuado en el rtico y habitado por una avanzada civilizacin. Un

    repentino cambio del clima en esas tierras habra provocado que los hiperbreos se vieran obligados a huir de su hogar boreal, desembarcando en las costas de medio mundo.

    Pero, hay evidencias de la existencia de territorios clidos en el norte del mundo en po-cas prehistricas? Rotundamen-te s, como mostraremos a lo largo de este reportaje, aunque el ms sorprendente de todos los hallazgos que apuntan en tal direccin tuvo lugar a finales de enero de 2015. Dam Watson y Rob Spray, dos buceadores que forman parte de una organiza-cin volcada en la conservacin

  • ENIGMAS Y ANOMALAS

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    EN PORTADA

    HIPERBREA:

    LA ATLNTIDADE LOS CELTAS

    de la fauna marina, descubrie-ron en las costas de Norfolk (In-glaterra) un gigantesco bosque subacutico de al menos unos 12.000 aos de antigedad. Pero lo absolutamente extraor-dinario de este hallazgo es que, segn los cientficos que se encuentran estudiando el asunto, la masa vegetal habra tenido un tamao como el de Europa en plena Edad de Hielo!, extendindose por el Atlntico Norte, precisamente donde las leyendas ubican Hiperbrea.

    EXISTIERON OTRAS HUMANIDADESEn esta selva, rica en caza y pesca y donde tampoco faltaban fuentes de agua dulce, marismas y enormes pantanos, se daban todas las condiciones para el desarrollo de socieda-des humanas. Este paraso terrenal acab desapare-ciendo bajo las aguas cuando gigantescas capas de hielo se derritieron a consecuencia del ascenso de las temperatu-ras, haciendo que el nivel del Atlntico Norte subiera 120 metros. Cuntos restos de civilizaciones puede ocultar esta gigantesca masa verde ahora sumergida? La realidad es que poco sabemos sobre lo que ocurra en las regiones boreales en esos pretritos tiempos, slo evocados en ciertas tradiciones y antiguas narraciones que conocemos sobre todo gracias a los sabios de la Antigua Grecia.

    Es el caso de Hecateo de Abdera, historiador y filsofo de la escuela escptica, quien recopil buena parte de los relatos, a medio camino entre la historia y la leyenda, que los eruditos griegos haban reunido en el siglo IV a. C. en relacin al continente hiperb-reo, que estara situado en las imprecisas tierras del lejano norte. Lamentablemente los escritos de Hecateo se perdie-ron para siempre, pues slo sabemos del contenido de los mismos gracias a los trabajos de Diodoro de Sicilia, que vivi en el siglo I a. C. Segn su des-cripcin, en las regiones ms all de la tierra de los celtas se esconde en el mar una isla no ms pequea que Sicilia () Est situada en el norte y habitada por los hiperbreos, que son llamados de esa ma-nera porque su casa est ms lejos del punto donde golpea el viento del norte.

    Segn Diodoro, esta isla se caracterizaba por sus tierras frtiles y clima templado, comn denominador en todos los relatos legendarios de la An-tigua Grecia en relacin a estas tierras desconocidas. El poeta Pndaro (siglo VI a. C.) escriba que en Hiperbrea no exista la enfermedad ni la vejez y sus bellos y jvenes habitantes disfrutaban de paz y armona. Virgilio y Cicern, que vivieron en el siglo I de nuestra era, ase-guraban que los hiperbreos gozaban de una felicidad sin

  • 12

    Piteas de Marsella (dcha.) habra llegado a Hiperbrea, cuyos habitantes adoraran a Apolo (arriba). Un cambio de clima hizo que huyeran.

    igual y largas existencias. Por su parte, Ptolomeo (siglo II d. C.) y Marciano de Heraclea (siglo IV d. C.) sitan el continente perdido en el Mar del Norte y sealan que en dicho territorio el sol sala nicamente una vez al ao, lo cual apunta directamente a las regiones polares rticas.

    EL MISTERIOSO PASDE THULEstas y otras referencias, que vamos a obviar para no cansar al lector, conformaron la mitologa griega sobre la civilizacin hiper-brea, denominada as porque se supona que sus habitantes se encontraban ms all del viento del Norte. Teniendo en cuenta que Breas, la deidad de los vien-tos, vivi en Tracia regin que se extenda desde Macedonia hasta el Mar Negro y desde el Egeo has-ta el ro Danubio, este continente estara situado ms lejos (hiper) de la tierra de Breas.

    Piteas de Marsella, un intrpido marino griego del siglo IV a. C., realiz una hazaa absolutamente

    increble para la poca: con un bar-co a remo de bajo calado naveg miles de millas por el Atlntico Norte, atravesando mares embra-vecidos y congelados. Regres al cabo del ao narrando que haba desembarcado en unas tierras si-tuadas en los confines del crculo rtico. Las gentes que all habita-ban le dijeron que si navegaba un da entero hacia el norte, hallara el mar slido. Piteas haba llega-do a un territorio que sus gentes

    EN PORTADA

    bautizaron como Thule, donde los das prcticamente duraban 24 ho-ras durante el perodo del solsticio de verano y todo lo contrario en la poca del solsticio de invierno. Desde la gesta del navegante, en la tradicin griega se dio por hecho que Thule era la capital de Hiperbrea.

    Hace siglos que antroplogos e historiadores se esfuerzan por localizar la Thule de Piteas de Marsella. Sucesivamente ha sido ubicada en las islas Shetland, las Feroe, Islandia, Groenlandia y, ms recientemente, Smla, isla situada frente a la ciudad noruega de Tron-dheim, que se convirti en sede de la realeza tribal escandinava hacia el siglo I. De todos modos, por el momento no se ha encontrado ninguna pista definitiva sobre su verdadera ubicacin.

    Si hemos de hacer caso a otros relatos legendarios de la Anti-gua Grecia, los hiperbreos slo rendan culto a Apolo, el dios de la luz, otra pista que apuntara di-rectamente a las regiones rticas, caracterizadas por meses de luz y

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    EN PORTADA

    LOS PUEBLOS DEL NORTE ATACAN EGIPTOSituado frente a Tebas, en la orilla occidental del Nilo, se levanta el palacio de Ramss III, uno de los ms impresionantes de Egipto. Repleto de inscripciones jeroglficas, destacan aquellas que narran una encarnizada batalla entre las tropas egipcias y unos pueblos invasores procedentes de algn lugar del norte. Se trat de un en-frentamiento naval, puesto que los atacantes llegaron por mar alrededor del siglo XIII a. C. Finalmente, la flota de guerra egipcia consigui ahuyentarlos, aunque los especialistas apuntan a que entre los siglos XIV y XII a. C. se produjeron numerosas escaramuzas de esta clase. La mayora se inclinan por identificar a los agresores con pueblos indoeuropeos, lo cual nos llevara, de una u otra manera, muy al norte de Egipto. El historiador y escritor Michel-Claude Touchard tiene claro que los guerreros que aparecen representados en las pa-redes del palacio de Ramss III tienen su origen en un tronco comn ocenico, son gente del extremo Norte, son hiperb-reos. En su obra

    La arqueologa misteriosa (Plaza & Jans, 1975) escri-bi al respecto: Las cr-nicas de Ramss III dicen que los invasores venan de las islas y de los pases del borde del gran crculo de agua, es decir, de las regiones boreales tal como las conceban los gegrafos egipcios. Estando para ellos dividido el disco terrestre en nueve arcos o latitudes, la alusin al noveno arco, patria de los atacantes, no deja ninguna duda acerca de su origen escandinavo. Por otra parte, ciertos papiros indican que es en esas regiones donde se sita el Norte ms lejano y que el da ms largo tiene diecisiete horas. Segn esta concepcin del mundo, el noveno arco corresponde a una franja terrestre com-prendida entre el 52 y el 58 grado de latitud norte.

    Pero, en un pasado remoto los territorios rticos tenan las condi-ciones para el desarrollo de la vida humana? Todo parece indicar que s, puesto que en islas rticas hoy inhabitables como la de Vrangel, localizada en el Ocano rtico se han hallado restos de fauna conge-lada. Por tanto, no caben dudas de que en otros tiempos eran zonas en las que exista vegetacin y animales y, por lo tanto, un clima ms o menos clido.

    Una teora defendida por especialistas de distintos campos apunta a que la Tierra no siem-pre present una inclinacin en su rbita alrededor del Sol, sino que en la noche de los tiempos una catstrofe caus su estado actual. Antes de este hecho, giraba perfectamente erguida, con su ecuador en el mismo plano que la eclptica. Entonces nuestro planeta tardaba 360 das en dar la vuelta a la estrella. Cerca del ecuador el clima sera siempre clido y en las proximidades de los polos fro.

    Pero a causa de la distribucin de la tierra y el mar muy distinta

    oscuridad perpetuas. Pero tambin la tradicin germnica alude a un paraso terrenal, el edn nrdico de Asgard, que termin sepultado por diversos cataclismos de nieve, viento y hielo. Asimismo, en las epopeyas hindes se menciona a la Isla del Esplendor, localizada en el mismo impreciso norte del mundo. Acaso estamos ante leyendas que aluden a la misma civilizacin, cuya existencia pervive en mitos y creencias de los ms variados pueblos?

    Segn los relatos recopilados por historiadores y gegrafos griegos, Hiperbrea estaba situada en los confines del ocano boreal y protegida por una muralla mgica de hielo. Tras un enorme cataclismo de proporcio-nes planetarias, el clima de estas mticas tierras boreales cambi abruptamente y la eterna primave-ra rtica dio lugar a unas tempe-raturas glidas. Sus habitantes no tuvieron otro remedio que emigrar hacia el sur, en direccin a Escan-dinavia, y de ah hacia otras zonas ms alejadas.

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    vo aislada hasta el final de la ltima Edad de Hielo, hace unos 14.000 aos, de modo que la regin rtica destacara por su clima primaveral y vegetacin. Dos milenios ms tarde, los glaciares ya estaban comenzando a desaparecer y las temperaturas ascendan a buen ritmo. Sin embargo, este perodo lleg a su fin abruptamente slo cien aos despus.

    Broecker y Denton mostraron que la causa de esta pequea Edad de Hielo haba sido consecuencia del desbordamiento del Agassiz, un lago prehistrico situado en el norte de Canad y de un volumen mayor que todos los grandes lagos exis-tentes en la actualidad. El Agassiz alcanz el ro Mississipi llegando al golfo de Mxico. A causa de una serie de circunstancias concatena-das, el agua del enorme lago acab en el Atlntico Norte, reduciendo la salinidad de la superficie del mar y provocando que los niveles su-periores no descendieran al fondo. Esto detuvo la circulacin del agua caliente y toda la regin se termin helando. sta habra sido la causa ms probable del llamado Perodo Dryas, en el que la temperatura en la zona rtica descendi radical-mente. Sera en ese momento, hace unos 11.000 aos, cuando la

    Los hallazgos de W. Broecker (dcha.) mostraron que hace miles de aos haba tierras clidas en el rtico. Arriba, mapa de Hiperbrea del siglo XVI.

    a la actualidad, ciertas regiones hoy heladas gozaran de unas temperaturas clidas. En los polos el astro rey ni saldra ni se pondra, sino que sera visible siempre, trazando un crculo alrededor del horizonte una vez al da. Sin duda, las condiciones seran inhspi-tas para el desarrollo de la vida. Pero en la regin rtica las cosas podran ser muy diferentes.

    UN PARASO EN MEDIO DEL RTICOA este respecto, el erudito britnico Joscelyn Godwin escribe en su interesante El mito polar (Atalanta, 2005) lo siguiente: Con la proba-ble ayuda de las corrientes marinas y el calor interno de la Tierra, doce horas de luz solar posibilitaran la fertilidad hasta latitudes muy altas. Incluso hoy, el sol bajo la primavera rtica da lugar a una asombrosa variedad de vegetales, insectos y vida animal () Con los ejes ergui-dos, esto sera la norma durante todo el ao. No habra necesidad de gastar energa en migraciones; las cras de animales podran crecer

    El mdium James Van Praagh (arriba) defiende que en el Ms All podemos crear escenarios con el pensamiento.

    en cualquier poca del ao y nunca faltara alimento para ello.

    Dos importantes gelogos, Wa-llace Broecker y George Denton, demostraron en 1990 que la causa de los cambios abruptos del clima tena relacin con la aparicin de agua clida en el Atlntico Norte. Sin duda, el lquido elemento pudo cambiar las condiciones climticas de la tierra al circular en forma de corrientes profundas por los ocanos del mundo. Segn ambos cientficos, esta corriente de agua profunda en el Atlntico Norte estu-

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    Edad de Hielo Menor y la inun-dacin glacial provocaron que los habitantes de Hiperbrea, situada en algn lugar de la regin rtica, huyeran de su territorio, hasta entonces ms o menos clido y ha-bitable, hacia otras zonas en donde empezar de nuevo.

    SORPRENDENTES HALLAZGOS EN LOS VEDASUno de los investigadores que con ms ardor defendieron la existen-cia de un continente perdido en las regiones rticas fue Bl Gan-gdar Tilak (1856-1920), uno de los lderes de la independencia de la India del Gobierno britnico. En su primera obra, titulada Orin o in-vestigaciones sobre la antigedad de los Vedas (1893), argumentaba con abundantes datos astronmi-cos que la posicin de los astros descritos en distintos pasajes vdi-cos podan datarse con bastante precisin. Tilak no slo posea un dominio absoluto sobre el idioma de los Vedas, sino que era uno de los mejores especialistas sobre estos textos. Adems, recibi instruccin de uno de los mayores sabios hindes del momento, Govindananda Bharati.

    A causa de sus actividades a favor de la independencia de la

    India, nuestro protagonista acab encarcelado por los colonizadores britnicos, de modo que con la ayuda del eminente orientalista alemn Max Mller, invirti sus aos de condena en el estudio to-dava ms exhaustivo de los Vedas. Fruto de ese trabajo es El hogar rtico de los Vedas, que termin de escribir en 1898, pero que no logr publicar hasta 1903. Comienza su obra mostrando los datos que ya entonces evidenciaban la existen-cia de una lejana poca en la que el clima clido dominaba en las re-giones rticas, y luego se centra en aquellos antiguos textos indios que describen el reino de los dioses como un lugar donde el sol sale y se pone una vez al ao, de modo que sus autores podran haber detentado informaciones respecto a las condiciones astronmicas del Polo Norte y sus confines.

    Pero el hallazgo que lo conven-ci definitivamente de que los dioses de la religin hind eran los habitantes de un pueblo situado en las regiones rticas, son una serie de himnos vdicos a la aurora, re-pletos de alusiones que no tienen sentido en un contexto donde el sol sale cada da, pero que casan como anillo al dedo si los aplica-mos a las regiones polares. Ciertos estudios geolgicos probaran que los hiperbreos dejaron sus tierras hace 11.000 aos

    El erudito Tilak (sobre estas lneas) descubri en los Vedas (derecha) alusiones a las regiones rticas.

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    Los descendientes de los hiperbreos se asentaron en Europa

    Basndose en tales evidencias, Tilak defenda la siguiente cronolo-ga para los hiperbreos:

    10000-8000 a. C. En algn mo-mento de este perodo tuvo lugar la destruccin del paraso rtico a causa de la ltima Edad de Hielo.

    8000-5000 a. C. Los supervi-vientes hiperbreos emigraron hacia el norte de Europa y Asia en busca de un nuevo hogar.

    5000-3000 a. C. poca en la que se componen los himnos vdi-cos, los cuales contienen referen-cias a la patria boreal primigenia.

    Otro erudito, H. S. Spencer, lleg a la misma conclusin que Tilak, pero no estudiando los Vedas, sino los textos zorostricos. En 1965 escribi El ciclo eclptico ario, que obtuvo los parabienes de S. Rad-hakrishnan, entonces presidente de la India. Spencer extrajo de los textos zorostricos alusiones a las posiciones sucesivas del Sol duran-te el ciclo procesional, de modo que pudo datar muchos de los acontecimientos que se describen en los mismos. Su ciclo eclptico ario comienza en el ao 25528 a. C. y termina en el 292 d. C. Los

    arios, defenda el erudito, desa-rrollaron una avanzada civilizacin en su hogar polar durante la Era Interglaciar, cuando el clima era ms benigno en esa zona.

    SUPERVIVIENTES DE LA CATSTROFEFinalmente, se vieron obligados a dejar sus tierras a causa de la llega-da de la nieve y un fro intenso hace unos 12.000 aos. La influencia de estos hiperbreos que dejaron atrs su paraso rtico hizo posible que nacieran avanzadas culturas, como la egipcia, la sumeria o la babilnica. La consecuencia ms importan-te que result de esas influen-cias escribi Spencer es la sustitucin, en el concepto religioso bsico de esas razas no arias, de la supremaca del Purusa o concepto femenino de Dios por el masculi-no. Este cambio es un resultado inevitable de la impregnacin de las doctrinas monotestas en su pensamiento religioso bsico.

    Sobre la lengua y la sabidura de los indios es el ttulo del libro ms conocido de Friedrich von Schlegel (1772-1829), en el cual defenda

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    LA MGICA PIEDRA DEL DESTINO

    entre el segundo y el primer milenio a. C., fueron halladas en el territorio actualmente ocupado por China, en la cuenca del ro Tarim. El estudio gentico de los cuerpos momificados indica, sin lugar a dudas, que su origen se encuentra al oeste de Eurasia, y muy probablemente pertenecan a una antiqusima cultura indoeu-ropea. Sus caractersticas occi-dentales son innegables, lo que ha suscitado no pocas polmicas entre los especialistas.

    Tampoco podemos olvidar las innumerables leyendas referidas a hombres blancos que instruyeron en diversos saberes a los habitan-tes originarios del continente ame-ricano. Incluso los conquistadores espaoles se encontraron, ante su sorpresa, con hombres blancos, y as qued registrado en numerosas crnicas de la poca. Cuando el conquistador Francisco de Ore-llana lleg a las cercanas de la actual Manaos, tras remontar el ro Amazonas, escuch de boca de los indgenas historias sobre la presen-cia de hombres de tez plida, altos

    y rubios. Orellana y sus hombres

    MOMIAS DE TARIM Las mscaras que cubran estos cuerpos (sobre estas lneas) muestran rasgos de tipo europeo caucsico.

    Antiqusimas sagas clticas, como La batalla de Mag Tuired, narran que los Tuatha D Danann el pueblo procedente de la imprecisa Isla del Norte del Mundo desembarcaron en la noche de los tiempos en las costas irlandesas. Ellos fueron los transmisores de la religin drudica a los indgenas, pero tambin transportaban una serie de elementos mgicos, entre los que se encontraba la Piedra del Destino, un bloque de piedra arenisca que jugaba un papel

    protagonista en las ceremonias de coronacin de los reyes de esa misteriosa civilizacin nrdica. Durante la Edad Media, la Piedra del Destino acab en Escocia, emplendose en el ritual de investidura de los nuevos mo-narcas de aquel pas. En el siglo XIII, el rey Eduardo I de Inglaterra captur el bloque de arenisca para emplear sus capacidades mgicas en las coronaciones de los reyes ingleses. Permaneci cientos de aos en la Abada londinense de Westminster, a

    pesar de las reiteradas peticiones para que fuese devuelta a sus propietarios escoceses. En 1950 cuatro estudiantes consiguieron hacerse con la piedra y la trasla-daron a Escocia. Sin embargo, las autoridades acabaron localizn-dola e inmediatamente volvi a la Abada de Westminster, a tiempo para la coronacin de Isabel II de Inglaterra en 1953. Finalmente, en 1996 el Gobierno britnico de-volvi la piedra a Escocia, donde puede visitarse hoy en da en el Castillo de Edimburgo.

    que los antiguos habitantes de la India influyeron nota-blemente en la formacin de las lenguas escandina-vas. El erudito apuntaba que los indios sentan una gran veneracin por el norte, de modo que en una lejana poca, ciertas tribus debieron poner rum-bo hacia esa zona. Como resultado de sus investigaciones sobre la lengua y las tradiciones nrdicas e indias, lleg a la conclusin de que ambos pueblos tenan un tronco comn. En 1819 Von Schlegel pro-porcion un nombre comn para todos ellos: los arios.

    Aos despus, en 1886, otro incisivo sabio, John Rhys, lanz la teora de que los arios podran tener su origen en el crculo rtico, concretamente en algn lugar al norte de Finlandia. En 1889 escribe Joscelyn Godwin, autor de El mito polar Gerald H. Rendall, un profesor de Liverpool, identific a los arios como la raza rubia y dolicocfala que se cri a orillas del Bltico. Imaginaba que se haban puesto en marcha de forma sbita tras 10.000 aos de establecimien-

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    to, de los que son un mudo testigo los enormes concheros de las cos-tas del suroeste escandinavo. Se haban convertido en constructores de dlmenes, y dejaron monumen-tos para marcar su rastro a travs de Francia, Espaa y el norte de frica, nada menos que hasta las orillas del Nilo.

    Desde este punto de vista, nada impide aceptar que los supervivientes de Hiperbrea exportaran sus tradiciones, mitos sabidura y smbolos como la es-vstica, clara representacin del astro rey hasta distintos puntos de Asia Central. Siglos despus, sus descendientes pondran en pie pueblos y civilizaciones que acabaran extendindose por todo el continente. Un ejemplo evidente de esta verdad incmo-da para la historia oficial seran las momias de Tarim, cuyos rasgos fsicos son claramente de tipo europeo caucsico. Datadas

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    LA RAZA OLVIDADAHelena Blavatsky es probable-mente la figura ms conocida en la historia del conocimiento esotrico. En su obra ms famosa, Isis sin velo, escribe que los Elohim bblicos, los Hijos de Dios, fueron el ltimo vestigio de la raza que precedi a la nuestra. Estos Elohim vivieron durante milenios en una hermo-sa isla a la que no era posible acceder por agua, sino a travs de unos pasadizos subterrneos. No en vano, segn la popular ocultista, este ignoto territorio

    estaba situado en un vasto mar interior que existi en un pasado remoto en Asia Central, ms concretamente al norte del Hima-laya. Blavatsky consideraba que el Diluvio Universal haba tenido lugar en torno al ao 1000 a. C., modificando la fisonoma de Asia Central. En su indispensable El mito polar (Atalanta, 2005), el investigador Joscelyn Godwin ahonda en las tesis de la dama rusa, resumiendo las claves de su particular cosmogona rtica: Ella supona que, a

    partir de ese momento y lugar, los arios se extendieron y se instalaron en la India, Oriente Prximo y Egipto, cuyos pueblos adoptaron los mitos y religiones arios, segn su visin. De modo que Isis sin velo la obra ms popular de Blavatsky transmite la vaga imagen de los arios como originados a partir de seres sobrehumanos en una isla del mar de Gobi, y obligados por cambios geolgicos a abandonar su patria y a convertirse en los primeros brahmanes.

    Las mscaras de la cultura chachapoya presentan evidentes similitudes con los enigmticos mois que jalonan Pascua

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    no tardaron en toparse cara a cara con estos peculiares locales.

    Otros cronistas se refieren a los blancos chachapoyas, pueblo que se desarroll entre el ao 900 y el 1470 d. C. en el departamento pe-ruano de Amazonas. Son conocidos por sus particulares sarcfagos, en realidad sepulcros para una sola per-sona que reproducen el contorno de una figura de aspecto humano con evidentes rasgos occidentales. Por si quedara alguna duda de la extraa apariencia de estos indge-nas, veamos cul es la descripcin que hace de los mismos el cronista Pedro Cieza de Len a mediados del siglo XVI: Son los ms blancos y agraciados de todos cuanto yo he visto en las Indias.

    LOS DIOSES INSTRUCTORESLas similitudes entre los sarcfagos y mscaras chachapoyas que tuve la oportunidad de fotografiar en el Museo Nacional de Arqueologa, Antropologa e Historia de Per con los mois de Isla de Pascua es ms que evidente. Segn la tesis defendida por el famoso explorador y bilogo noruego Thor Heyerdahl, fueron los misteriosos viracochas blancos quienes se lanzaron a la mar desde las costas peruanas y acabaron llegando a Pascua.

    Pero, cmo eran estos vira-cochas? Unos hombres de tez blanca, altos, robustos y barbados

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    Len, Felipe Guamn Poma de Ayala o Garcilaso de la Vega, entre muchos otros.

    Tambin debemos destacar que las representaciones en piedra de hombres blancos con barbas abundan en las construcciones de distintos pueblos precolombinos. Sobre esta cuestin, el prestigioso antroplogo Paul Rivet destac en su obra Los orgenes del hom-bre americano (1943) que los documentos relativos a hombres barbados abundan en las represen-taciones precolombinas de Mxico (Tabasco, Guerrero, Veracruz, Oaxaca, Valle de Mxico, Yucatn, Chiapas), de Guatemala, de Hon-duras (Copn), de El Salvador, de Nicaragua, de Costa Rica, de Pana-m (Cocl), del Alto Per (regin de Tiahuanaco) y del Bajo Per, donde son frecuentes desde los orgenes de la civilizacin Chim y tal vez desde los de la civilizacin Nazca.

    Rivet tambin hace notar en su trabajo que el dios maya Itzamn aparece muchas veces represen-tado con bigote y barba. Y todava ms: En muchas regiones, la tradicin conserva el recuerdo de hombres blancos y barbados que haban precedido a las actuales poblaciones, especialmente en Per, en la regin de Huamanga, y en las islas del Titicaca.

    Muchos especialistas a lo largo de las dcadas se han pregun-tado por el verdadero origen de estos viracochas. Y algunos de ellos apuntaron directamente a las regiones rticas. Es el caso del profesor Roberto Rengifo, autor de El secreto de la Amrica aborigen (1921) y El papel del territorio de Chile en la evolucin de la humani-dad prehistrica (1935). El inves-tigador defenda que hace unos 13.000 aos los habitantes de un desconocido pueblo emigr desde el archipilago antrtico hacia las costas de Amrica.

    LA ISLA DE LA ETERNA JUVENTUDEl texto irlands titulado La batalla de Mag Tuired se cuenta entre las ms antiguas de las epopeyas celtas de Irlanda. En el mismo se narra cmo, tras un Gran Diluvio, los habitantes de unos misteriosos pueblos llegaron en barcos a las costas de Irlanda. De todos ellos destacaban los Tuatha D Danann (las Tribus de la Diosa Dana) que, segn el Mag Tuired, vivan en las Islas del Norte del Mundo, aprendiendo la ciencia, la magia, el druidismo, la brujera y la sabidura, y superaron a todos los sabios paganos en las distintas artes. En resumen, los Tuatha D Danann fueron los introductores de la reli-gin drudica en Irlanda y procedan del ms que impreciso territorio de las Islas del Norte del Mundo.

    Muchos son los estudiosos que han querido ver en esta breve descripcin una referencia a los hiperbreos, que se vieron obliga-dos a abandonar su refugio rtico a causa de un cambio brusco de las condiciones climticas. Estos primigenios invasores de Irlanda tambin exportaron a una serie de dioses que acabaron incorpo-rndose al panten de deidades de los pueblos celtas. Me refiero a deidades como Ogma-Ogmios

    que llegaron en barcos al con-tinente americano en la noche de los tiempos. Detentaban una serie de conocimientos que transmitieron a los oriundos, pero un da desaparecieron sin dejar rastro. Por eso cuando Cristbal Coln y los suyos pusieron sus pies en el Nuevo Mundo fueron tomados por los viracochas.

    El 6 de noviembre de 1492, el navegante dej escrito: Contaron mis mensajeros que despus de una marcha de doce millas, haban llegado a una aldea de como de unos mil habitantes. Los indge-nas los recibieron con grandes muestras de afecto y los hospeda-ron en sus ms bellas casas. Los llevaron en hombros, les besaron manos y pies e intentaron hacerles comprender que ya saban que los hombres blancos eran los envia-dos de los dioses. Hasta cincuenta hombres y mujeres insistieron en regresar con ellos al cielo de los dioses eternos.

    Por su parte, el cronista Antonio de Herrera y Tordesillas escribi lo siguiente en su Descripcin de las Islas y Tierra Firme del mar Ocano que llaman Indias Occidentales (1622): La regin del Reino de Chile es muy poblada de indios blancos, y est situado en las ribe-ras del mar del sur. Alusiones a los indios blancos aparecen en crnicas de Amrico Vespucio, Jos de Acosta, Pedro Cieza de

    Las deidades que instruyeron a los aborgenes habitantes de Amrica estn representadas en numerosos monumentos.

    FIGURAS PTREAS Segn el famoso explorador Thor Heyerdhal, los mois de Isla de Pascua represen-taran a los mti-cos viracochas.

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    o Lug, que da nombre a varias ciudades europeas.

    El Libro de las Invasiones es un conjunto de manuscritos que relatan la construccin nacional irlandesa como suma de las distintas invasiones celtas desde su creacin hasta el siglo XI, fecha en la que estn datados. De todos modos, las narraciones que incorpora se originaron miles de aos atrs y pasaron de genera-cin en generacin por transmi-sin oral. Tanto El Libro de las In-vasiones como La batalla de Mag Tuired narran que despus de una serie de desastres climticos, ocuparon la isla los seguidores del rey Partholon, a los que sustitu-yeron Nemed y sus sbditos, los cuales acabaron dividindose en dos grupos que se asentaron en otras partes del mundo. Eran los Fir Blog y los Tuatha D Danann. Estos ltimos no slo crearon la religin drudica, sino que tambin eran grandes guerreros y deten-taban increbles conocimientos cientficos y astronmicos. Domi-naban tcnicas como la metalur-gia, la medicina, la agricultura o la carpintera y, como ya aclaramos, provenan del algn territorio mu-cho ms al norte que Irlanda.

    HIPERBREA Y EL CAMINO DE SANTIAGOSegn los textos tradicionales, los seguidores de la diosa Dana desembarcaron en las costas irlandesas con los cuatro talisma-nes ms importantes de la religin cltica: la Piedra del Destino, la Lanza flamgera de Lug, la Espada de Nuada que acabar convirtin-dose en la fantstica Exclibur del ciclo artrico y el inextinguible Caldero de Dagda tambin ante-cedente del Grial.

    Para los antiguos celtas, estas tierras situadas al norte del mundo, de las que procedan las Tribus de la Diosa Dana, los primeros druidas, slo podan ser una isla en medio del tenebroso ocano. De esta visin quiz un tanto idlica parte la identificacin del ms all tal como la conceban estos pueblos. El paraso que nos espera tras la muerte era conocido como la Isla de la Eterna Juventud, un lugar de infinita felicidad en el que abundaba la vegetacin y la caza, los hombres y las mujeres perma-

    El camino de la Va Lctea (abajo) terminaba en lugares como San Andrs de Teixido (arriba). Dcha., interior del santuario de dicha localidad. MI

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    necan siempre bellos y jvenes y, por supuesto, no existan las enfermedades.

    Este paraso celta se encontra-ba ms all del extremo occiden-tal del mundo, en el Finisterre, en el noroeste de la pennsula Ibrica, donde se terminaba la tierra conocida. A lo lejos slo poda divisarse el tenebroso Atlntico, patria de la Isla de la Eterna Juventud, a la que viajaban las almas de los muertos en for-ma de estrellas fugaces, siempre siguiendo el camino marcado por la Va Lctea. De ah la tradicin de pedir un deseo cada vez que vemos uno de estos cuerpos ce-lestes, puesto que esos espritus acabarn transmitindole nuestro anhelo a los dioses una vez que alcancen la mtica isla. Estas almas-luceros deban llegar hasta las costas de la actual Galicia la ltima porcin de la Tierra, donde el Sol se ocultaba todos los das, dando paso a la oscuridad noctur-

    na. All esperaba paciente la dei-dad encargada de transportar en su barca mgica a los espritus de los celtas fallecidos en direccin a la Isla de la Eterna Juventud.

    De dicha creencia parte la tradicin de peregrinar hacia el fin del mundo, en el noroeste peninsular, para rendir honor a los dioses allende los mares. A partir del siglo IX la iglesia cristianiz esta milenaria y pagana costum-bre, transformndola en lo que hoy se conoce como camino de Santiago. Por tanto, a nadie debe extraar que en las zonas coste-ras ms occidentales de Galicia todava pervivan ritos y creencias ntimamente vinculados con el paso de los difuntos al otro mundo. Dos de estos lugares, sin duda los ms conocidos, son Finisterre (el fin de la Tierra) y San Andrs de Teixido, santuario al que todos debemos peregrinar una vez en la vida si no queremos hacerlo de muertos.

    Al respecto, en mi ltimo libro, titulado Conocimiento prohibi-do (Cydonia, 2014), escriba lo siguiente: Una de las creencias ms extendidas es que cualquier peregrino que se dirija a San Andrs va acompaado por el espritu de algn familiar que no visit el santuario de vivo. Al fantasma hay que hablarle para que no se pierda e, incluso, es necesario llevar comida suficien-te para el invisible visitante. Si ningn familiar se apiada de las almas de aquellos que nunca pisaron el santuario, tendrn que viajar en forma de animales, por lo que los peregrinos tienen pro-hibido daar a cualquier criatura de Dios. Otras almas quedarn encerradas en objetos inanima-dos, como piedras, de modo que los devotos tienen que recoger algunos guijarros que se encuen-tran por el camino y dejarlos cerca de San Andrs, para que los muertos puedan finalmente

    LA ESPADA EXCLIBUR del ciclo artrico est inspirada en la de Nuada, que llevaron a Irlanda los Tuatha D Danann.

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    El jefe de las SS, Heinrich Himmler (abajo), crea que en la isla alemana de Heligoland (arriba) hallara pistas de Hiperbrea.

    viajar desde ese mgico lugar al paraso del otro lado. Sin duda, se trata de una reminiscencia de la pagana creencia en la Isla de la Eterna Juventud, a la que viajaban los espritus desde San Andrs de Teixido, Finisterre y otros lugares de la costa occiden-tal de la pennsula Ibrica.

    NAZIS EN BUSCA DEL CONTINENTE PERDIDOEl 1 de junio de 1935, Heinrich Himmler, mximo dirigente de las temidas SS, se reuni con erudi-tos en distintos campos del co-nocimiento. Su objetivo confeso: fundar un instituto de investiga-cin cuyo objetivo principal consis-tiese en hallar los orgenes de la raza aria. El Reichsfhrer, estudio-so del ocultismo y de las leyendas nrdicas, estaba convencido de que los arios procedan del con-tinente desaparecido de Hiper-brea, tesis que, con matices, tambin defendan otros de los participantes en aquella reunin inaugural de la bautizada como Sociedad para la Investigacin y Enseanza sobre la Herencia Ancestral Alemana (ms conocida como Ahnenerbe). Era el caso de Walter Darr, entonces ministro de Alimentacin y Agricultura del Reich, y Herman Wirth, uno de los prehistoriadores ms clebres de Alemania. Todos ellos, al igual que algunos importantes jerarcas nazis, como Alfred Rosenberg que llegara a ocupar el cargo de ministro para los Territorios Ocupa-dos del Este, pretendan crear un sistema de creencias paganas

    existencia de una isla que en su momento habra formado parte de Hiperbrea.

    La isla alemana de Heligoland, situada en el Mar del Norte, fue el lugar elegido por Himmler para empezar a buscar pistas de ese continente desaparecido, de modo que envi a diversas expediciones de la Ahnenerbe con el objetivo de realizar toda clase de mediciones topogrficas e investigaciones an-tropolgicas. El jerarca nazi estaba convencido de que muy cerca de sus costas se encontraban algunas de las ruinas de Hiperbrea. Por contra, Rosenberg tena sus ojos puestos en Islandia. ste defen-da con ardor que el continente desaparecido haba sido la patria de la raza aria primigenia, que acab creando una poderosa y avanzada civilizacin en zonas donde hoy se agitan las olas del ocano Atlntico y que son atravesadas por gigan-tescas montaas de hielo. En julio

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    que sustituyese al cristianismo y al protestantismo.

    Wirth, experto sanscritista y conocedor de infinidad de lenguas muertas, haba realizado alaba-dos trabajos acadmicos sobre las mscaras mortuorias de los esquimales de Alaska y la relacin entre los dlmenes irlandeses y las creencias en el ms all de sus constructores. En 1935, cuando se reuni con Himmler, llevaba aos estudiando una antigua escritura sagrada que, segn su tesis, haba sido creada por una civilizacin nrdica cuyos vestigios se hundan en el Atlntico Norte miles de aos atrs. El viejo profesor estaba convencido de que dicha escritura haba sido obra de los primeros hiperbreos, de modo que se pro-pona descifrarla para descubrir los secretos de la ancestral religin aria. Esto, ni que decir tiene, en-tusiasm al ocultista de Himmler, quien no tard en nombrarlo director de la Ahnenerbe.

    Rosenberg, Himmler y Wirth defendan la tesis de que Hiperb-rea haba sido un continente real, cuna de los antiguos arios, cuyos vestigios podan rastrearse en las costas atlnticas. Crean que en su momento de mayor esplendor, Hiperbrea haba ocupado una extensin que abarcaba desde Islandia hasta las Azores. La hip-tesis, dira que enfermizo conven-cimiento, de estos tres hombres no era totalmente novedosa, sino que beba en las fuentes del ariosofista Guido von List, quien afirmaba que los megalitos pre-histricos de Austria mostraban la

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    de 1936, Herman Wirth dirigi una expedicin a Escandinavia financia-da por la Ahnenerbe.

    scar Herradn, redactor jefe de la revista Enigmas, es el autor de Los magos de la Guerra (Libros Cpula, 2014), el mejor libro en castellano sobre los orgenes mgicos y esotricas de la terrible ideologa nazi. En dicha obra descri-be pormenorizadamente todos los hallazgos realizados por el protohis-toriador y su equipo: Durante su viaje por tierras boreales, la expedi-cin sac gran cantidad de moldes de yeso de esculturas y tallas en distintos yacimientos y regiones. Aquel fue un periplo tan fascinante como agotador a travs de fiordos, escarpados y peligrosos acantila-dos, espesos bosques trasla-dando moldes que en ocasiones alcanzaban los tres metros de lon-gitud y pesaban ms de 100 kilos. En septiembre ya haban tomado 55 grandes moldes () Despus

    partieron hacia la costa occidental de Noruega, rumbo a la pequea isla Rodoya, a slo unos cientos de kilmetros del Crculo Polar rtico, donde se hallaba un desconcertan-te relieve al que calcularon unos 4.000 aos de antigedad, no lejos del lugar donde el erudito crea que se hallaran los vestigios de los primeros arios. Sin embargo, Wirth no hall ni rastro sobre la existencia de Hiperbrea

    PELIGROSAS CREENCIASAunque pueda resultar sorpren-dente, lo cierto es que estas ideas sobre la existencia de un continen-te desaparecido en las regiones rticas, de donde procedera la raza aria, tuvo una enorme influen-cia no slo en la formacin de la ideologa nazi, sino tambin en la llamada Decisin Final que acab con la vida de ms de seis millo-nes de judos. Y es que Himmler, Rosenberg y Wirth crearon el mito

    de que el declive de los hiperb-reos y de la primigenia raza aria haba sido causada por la mezcla con razas inferiores, de modo que para no caer en los mismos errores y regresar al modelo de perfeccin fsica y espiritual de los primeros habitantes de Hiperb-rea, se impona la eugenesia, la depuracin racial e incluso el geno-cidio contra las razas impuras. Sin duda, estamos frente a un cla-ro ejemplo de cmo determinadas creencias pueden degenerar en regmenes perversos y en actos absolutamente inhumanos como el Holocausto judo.

    De todos modos, estos exe-crables hechos no pueden empa-ar todas las evidencias y hallaz-gos que apuntan a la existencia de un continente ahora desapa-recido en las regiones rticas, y que he tratado de exponer de la forma ms clara posible en este amplio reportaje. n

    Los ministros del III Reich W. Darr (arriba) y A. Rosenberg (abajo) defendan que los arios provenan de Hiperbrea.

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  • ENIGMAS Y ANOMALAS

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    SITUADO EN EL COLOMBIANO SALTO DE TEQUENDAMA, ESTE ESTABLECIMIENTO SE CONVIRTI EN PRECIPICIO RECURRENTE DE LOS BOGOTANOS MS DESESPERADOS

    EL HOTEL DE LOS SUICIDAS

    H ay pocas panormi-cas que impacten tanto en el mundo como la que ofrece el Salto de Tequen-dama. En mitad de

    un paraje montaoso, a ras de un acantilado en el que se asoman todos los vrtigos, el Hotel del Salto, un edificio de estilo francs y emplazado en un lugar extraordinario, abre su mirador frente a una cas-cada de 157 metros, en la que se abisman las aguas hacia un ineludible destino, el mismo que han elegido los suicidas que acuden hasta all. En este contexto, los relatos sobre espectros y fenmenos an-malos que rodean al estableci-miento cobran ms sentido.

    Para los lugareos, estos fantasmas no son sino las almas en pena de quienes acudieron a este escenario

    TEXTO MADO MARTNEZ

    EL CORAZN LATE MS DEPRISA CONFORME NOS ACERCAMOS AL SALTO DE TEQUENDAMA. YA AL BORDE DEL PRECIPICIO, LA VISIN DE SU IMPONENTE CASCADA TIENE UN EXTRAO EFECTO DE ARRASTRE. SON MUCHOS LOS QUE SE SIENTEN CONTAGIADOS POR ESE MISMO VRTIGO. LA CIFRA DE SUICIDIOS QUE ACUMULA ESTE ENCLAVE SOBREPASA CUALQUIER LGICA ESTADSTICA. EL HOTEL DEL SALTO LLEVA DCADAS OBSERVANDO DESDE SU MIRADOR EL CUADRO DE LA DESGRACIA. ATRS QUEDARON SUS AOS DE ESPLENDOR. HOY, POR SUS ESTANCIAS Y PASILLOS SLO DEAMBULAN LOS FANTASMAS DEL PASADO. NO ES RARO QUE MUCHOS LO NOMBREN EL LUGAR MS EMBRUJADO DE COLOMBIA.

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    decididos a poner fin a sus vi-das. No sin motivos, el fondo de tanta angustia, la base de la cascada, acab bautizndo-se como Lago de los Muertos. No exageraban los que eligie-ron tan ttrica denominacin. La situacin se torn tan pre-ocupante, que hubo que co-locar letreros para disuadir a los suicidas, con leyendas que les animaban a solucionar sus problemas de un modo me-nos drstico. Tambin fue ne-cesario contratar a un polica para espantar a tanto deses-perado, as como para repeler a fotgrafos desalmados que aguardaban el momento justo en que algn desgraciado se precipitaba al vaco.

    En la dcada de los 50, la media de suicidios era de uno cada da. As lo recuerdan testigos como Miguel y Maxi-miliano, quienes por entonces

    El impresionante salto de Tequendama se ubica junto al municipio de Soacha, a 30 km de Bogot.

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    ENIGMAS Y ANOMALAS

    entonces ir al Salto de Tequendama. All pase un buen rato, convers con los turistas y hasta con el vigilante de seguridad encargado de evitar los recurren-tes suicidios en la cascada. Tras fotografiarse, regres al hotel, pidi una pluma y escribi su des-pedida en el reverso de la imagen: Convers con el fotgrafo que le haba tomado el retrato. Le pre-gunt cunto ganaba al da. Luego se subi nuevamente sobre la pie-dra de los suicidas. Quiero otro re-trato, le dijo al fotgrafo. El artista enfoc su cmara y vio espantado cmo Mara se arrojaba al abismo. () Sobre la piedra de los suici-das, un bolso de mano, y entre su contenido, el retrato pattico con el que ilustramos el relato.

    trabajaban para la empresa Ener-ga Bogot S. A.: En esa poca casi todos los das haba un suici-da. Eso era verraco. As se lo ha-ba contado Miguel a Juan Pablo Conto, quien escribi una notable crnica histrica de los suicidas de Tequendama. El mismo Miguel le haba confesado que, cierto da, al subirse a la piedra de los suicidas para hacerse una foto, sinti un mareo repentino, aunque l jams haba padecido de vrtigo. Sim-ple sugestin o ser cierto que hay fuerzas extraas actuando en este malhadado enclave?

    EL ESPANTASUICIDAS En su edicin del 20 de junio de 1932, el diario El Tiempo no slo ofreca detalles sobre el suicidio de Alberto Campos en Tequendama, sino la transcripcin de su nota de despedida: No culpen a nadie de mi muerte ni digan otra cosa que la siguiente. Estaba satisfecho de la vida y no quera vivir ms. A mi padre, tenga valor para no demos-trar su pena. A mi amor: te quise y muero con el deseo de que no sufras demasiado. A mi hermano, mucho juicio de ahora en adelan-te. Alberto era sastre y slo tena 19 aos. Su foto, en la plana, refle-jaba a un joven apuesto y elegante.

    1. A. Campos se mostr elegante hasta en su larga nota de despedida.

    2. Literalmente, la ltima fotografa de Mara Prieto.

    3. Guardias y curiosos se daban cita en el Salto de Tequendama.

    La ubicacin del Hotel el Salto favoreca que sus clientes fuesen testigos forzosos de algunos de los trgicos sucesos que relatamos.

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    Tres aos ms tarde, Mara

    Prieto tom la misma decisin: Por la ingratitud de mi novio, me confundo en la profundidad del misterioso Salto el Tequendama. Mara. No mucho antes de escribir tan lacnica nota, la joven se haba hecho fotografiar en el mismo lugar desde el que abandon este mundo para siempre. Era una mu-chacha de 18 aos, educada y de familia distinguida, que escap de su casa con un galn que le pro-meti matrimonio. Se refugiaron en el Hotel Sevilla y, tras engatu-sarla con proyectos de boda, el truhn desapareci.

    La nota en el El Tiempo expli-caba cmo la muchacha decidi

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    entristecido por la prdida de su amigo, se encontraba tan angustiado por el fracaso del pri-mer da en tan ardua hazaa de rescate, que intent saltar hasta seis veces desde la piedra de los suicidas. Sus amigos lograron detenerle a tiempo. No tardaron en descubrir que Bejarano haba hecho un pacto de muerte con su amigo Umaa: ambos se ma-taran con un da de diferencia. La segunda vez que volvieron a la carga, lo hicieron desnudos, pues los trajes de bao quedaron hechos jirones en los primeros cien metros de recorrido: Haba una absoluta soledad, poblada slo por el ruido tormentoso de agua despeada y por el perma-nente olor a cadver en putre-faccin. Al acercarse, el olor a carroa era tan intenso, que les

    Los cuerpos de los desdicha-dos desaparecan para siempre. No haba forma de recuperarlos y, al parecer, era una alivio para los familiares pobres, pues se ahorraban los costes del funeral. En 1941, los conductores de los Taxis Rojos, una de las prime-ras compaas de bus del pas, se aventuraron a recuperar el cuerpo de un colega inmolado. Tras nueve das de arduos traba-jos, por fin, lograron descubrir el cadver de Eduardo Umaa, pero no fue una tarea fcil: Las aguas revueltas, convertidas en espuma, se levantaban en medio del ensordecedor estruendo y era materialmente imposible dar un paso adelante, contaba la crnica de El Tiempo. Uno de los que participaron en la bsqueda, Jorge Bejarano, absolutamente

    UN LUGAR LLENO DE HISTORIA Construido en 1923 por una firma alemana e inaugurado en 1927, dicen que el artfice de esta belleza hecha pie-dra fue el arquitecto Carlos Arturo Tapias, aunque otros aseguran que en realidad fue obra de Pablo de la Cruz. Lo que s sabemos es que la iniciativa corri a car-go del entonces presidente Pedro Nel Ospina. La idea era hacer una estacin de tren que sirviera de parada para el ferrocarril del sur, pero la hermosura de su mirador y elegancia arqui-tectnica pronto atraeran la atencin no slo de los viajeros que se detenan en aquella estacin y se asomaban a admirar la catarata, sino de cientos de personas llegadas de todas partes, motivo por el cual acab convirtindose en un hermoso hotel. Todava hoy produce asombro pensar cmo en un tiempo en el que no haba carreteras y el acceso a la zona era tan dificultoso, pudo llevarse a cabo tamaa empresa

    constructora. Ms si pen-samos en el resultado de la misma. Alrededor de 1470 cuadrados, distribuidos en cinco niveles y construidos sobre el mismsimo abismo, no podan pasar desaper-cibidos en aquella poca. Personalidades y miembros de la lite y las clases ms adineradas, se alojaron en aquel lugar que otrora fue de ensueo. La decadencia lleg con la contaminacin de las aguas y la considera-ble disminucin del caudal del Salto de Tequendama. An as, el hotel mantuvo sus puertas abiertas hasta los aos 50, poca en la que el Ministerio de Obras Pblicas colombiano lo vendi a un particular. A partir de ese momento, pas por muchas manos, hasta llegar a la Fundacin Ecolgica El Porvenir, su actual propietaria, que gestiona las instalaciones con la mirada puesta en el futuro, ignorando la leyenda negra que acompaa a este espectacular enclave.

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    LACATARATA DE

    TEQUENDAMA SE PRECIPITA 157

    METROS HASTA EL SUELO

    asfixiaba y les cerraba los ojos. Al fin, el noveno da lograron res-catar el cuerpo de su amigo: Se encontraba totalmente desnudo; nicamente conservaba una me-dia y un pedazo de zapato La corbata la tena fuertemente anu-dada a los ojos y estaba adherida a la piel. Era la primera vez en la historia que se arrancaba el cuer-po de un suicida de las garrras del Lago de los Muertos.

    ADIS A TODO ESTOAl parecer, las horas favoritas para dar el terrible salto empezaban a partir de las cinco de la tarde y se prolongaban hasta las nueve de la maana del da siguiente, pero tanto turista curioso y, sobre todo, tanto impedimento policial y tanto espantasuicida hizo que los aspirantes a la muerte empezasen a preferir la noche, una vez termi-nada la jornada laboral del polica, y a salvo de la mirada de los turistas. A pesar de que el Salto de Tequen-dama sigue siendo hoy en da uno de los lugares favoritos para decir adis a todo, el enclave fue deca-yendo, especialmente desde la llegada de las tcnicas de rescate. A los suicidas les gustaba aquello de desaparecer en el abismo, y que no quedara rastro de ellos; si las nuevas tcnicas de rescate significaban que sus cuerpos iban a ser recuperados mediante peli-grosas misiones, la cosa ya no les atraa tanto.

    Ante la prdida de garantas de la desaparicin definitiva del cuerpo, empezaron a usarse otros mtodos. Y si bien descen-dieron los suicidios en el Salto de Tequendama, que lleg a tener una poca dorada en materia de muertes a voluntad, no pas lo mismo con la tasa de suicidios en el pas, que fue incremen-tndose con los aos. A da de hoy, se suicida una persona cada cuatro horas en Colombia, pero que a nadie confunda esta cifra, pues por paradjico que resulte, este pas tambin encabeza los primeros puestos de felicidad segn las estadsticas de la New Economics Foundation.

    Con todo, el Salto sigue aco-giendo una cifra escalofriante de muertes, y aunque ya no existe la figura del espantasuicidas, siguen vindose las placas con

    Como la autora del presente reportaje (a la derecha), miles de bogotanos se han fotografiado con el Salto de Tequendama al fondo Aunque para algunos fuera su ltimo salto.

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    VIGILANTE La Virgen de los Suicidas parece implorar a los ms desesperados desde su atalaya en el Salto de Tequendama. Pro-bablemente apela a la fe cristiana de la gran mayora de colombianos.

    mensajes esperanzadores, as como la denominada Virgen de los Suicidas, situada cerca de la piedra de los saltos, que mira hacia al lugar desde el cual se lanzan al abismo los decididos a morir. Su rostro parece implorar: No lo hagas!

    GUARDIANES DEL SALTO Nuestra expedicin al Hotel del Salto de Tequendama parti un da de tormenta, truenos y relm-pagos. Llegar hasta all llevaba su tiempo. Tuvimos que coger un taxi que nos llevara hasta el Terminal Sur de Bogot y, desde all, com-prar los pasajes de la flota de Te-quendama. El trayecto duraba ms de una hora y no era apto para pudorosos. La pequea y vieja buseta estaba sucia y ola mal. Al poco de iniciar el trayecto, suban y bajan los vendedores de man y otras frusleras. A medio camino, el vehculo iba ya tan lleno, que la gente viajaba de pie, colapsando el angosto pasillo central.

    A la hora de bajar en Tequen-dama, nuestro destino, era prc-ticamente imposible atravesar el muro de cuerpos que bloqueaban el pasillo. Sin embargo, al poner el pie en el suelo, la mirada no daba abasto para acoger tanta inmensidad. Lo que el objetivo de la cmara poda captar no era nada, apenas retazos, comparados con la apabullante cascada, el grandioso cortado, los elevados acantilados en los que apenas uno se atreva a mirar sin sentir vrtigo. Las nubes nos acompaaban a ras de la vista. Estbamos a unos 2.500 metros de altura, contem-plando una cascada natural de 157 metros que caa con fuerza y sin piedad al abismo rocoso.

    Los antiguos indios muiscas crean que el Salto de Tequendama lo haban creado los dioses para evacuar las aguas que inundaban la Sabana de Bogot y, al parecer, estaban en lo cierto. An as, con todo su esplendor, hoy en da no tiene ni la mitad de caudal que tuvo en el pasado, a causa del im-pacto medioambiental producido por el conjunto hidroelctrico de El Charquito y el embalse del Mua.

    Nuestros amigos John Barrera y Julieth Arredondo, investigadores paranormales del grupo Expe-diente Paranormal Colombia, nos

    Placas y lpidas inscritas con leyendas admonitorias se dirigen a los visitantes del Salto de Tequendama, si bien la intencin de la inmensa mayora de quienes lo frecuentan es la de permanecer en este mundo.

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    Sobre estas lneas (de izda. a dcha.), F. Velasco, J. Barrera, J. Arredondo y la autora a su llegada a El Salto.

    dieron una clida bienvenida. Nos estaban esperando all mismo, en el mirador del hotel embrujado, el gran Hotel del Salto. Junto a ellos se encontraba Fabin Ernes-to Lozano Velasco, un muchacho que viva a escasos 300 metros del lugar y que haba ayudado en mltiples ocasiones en las labores de rescate de los cadveres de los suicidas. l era, como muchos otros de la zona, un guardin de El Salto.

    NO LO HAGA, HOMBRE Las historias que Faban haba vi-vido en primera persona no tenan fin: Vi a un muchacho que se diri-ga a la piedra y le pregunt: Us-ted se va a lanzar? Y me respon-di que s. Le dije: Por qu se va a botar? Por qu lo quiere hacer? La vida es muy bonita. No lo haga, hombre, contaba Fabin.

    Pero al ver que el muchacho le haca caso omiso, tom la decisin de impedrselo por la fuerza, as que se enzarzaron en una violenta pelea. La contienda fue corta, pero les dej exhaustos. Ya sentados en el pasto, el muchacho me ex-plic que quera lanzarse porque tena muchos problemas con la familia y con la novia. Le dije que nos furamos del lugar, y l me dijo que s, que le diera slo un momento para pensar mejor las cosas. Al ver que estaba ms tran-quilo me retir un momento, y ya

    vimos perfectamente cmo el sujeto sala de la zona. Entonces, mi ta le pregunt al caballero: Y la muchacha? l le contest con improperios y se subi a su carro. Ms tarde supimos que haba sido arrestado.

    Lo ms triste es que, en ocasio-nes, otras muertes atribuidas al malfico influjo de El Salto se pro-dujeron de forma absurda, como a causa de forcejeos para obtener la mejor fotografa del paisaje

    ENERGAS HOSTILES Por si acaso, en vista de los relatos de Fabin, al llegar a la piedra de los suicidas no quisimos asomar-nos demasiado: Hace poco, un muchacho permaneca ah, a dos metros de donde estamos, sacan-do unas fotografas con un amigo suyo situado un poco ms atrs. Pues bien, en un momento dado, al muchacho se le resbal la c-mara entre las manos y, al intentar cogerla, perdi el equilibrio y cay al abismo ante la mirada impoten-te de quienes estaban cerca. Es como si el abismo ejerciera una atraccin sobrenatural sobre sus visitantes. Sera verdad que las fuerzas del mal que parecan haberse adueado del lugar nubla-ban la mente de los ms incautos?

    A pie de piedra de los suicidas, nuestro amigo John Barrera nos pidi: Cuenten conmigo: uno, dos, tres, cuatro, cinco y seis Y es que, segn John, esos son los segundos que tarda uno en caer cuando se lanza desde la piedra de los suicidas.

    Se suele decir que matarse es cosa de cobardes, pero en este

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    cuando iba llegando a la carretera, vi al muchacho corriendo, y en un momento en el que pareci que el tiempo se detena, vi el instante en que salt al vaco

    Durante la misma poca, Fabin haba visto de todo, no slo suicidios; y es que algunos aprovechaban la coyuntura para cometer en el Salto los ms ho-rribles asesinatos. De nuevo, Lo-zano fue testigo de la parte ms siniestra del ser humano: Hace aos, estando con mi hermana y mi ta, vimos a una pareja que paseaba por el lugar con aspecto sospechoso. Eran las cuatro o cinco de la tarde. Recuerdo bien que en esa poca estaba el ro medio seco. A los pocos minutos,

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    Izquierda, el Lago de la Muerte, como es conocido el depsito fluvial del Salto de Tequendama. Ms arriba, el testigo Francisco Guacaneme.

    si una fuerza irresistible, tal vez proveniente del Lago de los Muer-tos, los aislara completamente del mundo exterior.

    John Barrera tuvo la oportunidad de hablar detenidamente con Gua-caneme, quien le particip otras situaciones ciertamente anmalas.

    Al parecer, cierta noche, mien-tras dorma, Francisco comenz a escuchar ruidos extraos. Al prin-cipio, decidi no prestar demasia-da atencin, porque pens que se trataba de cualquier alimaa merodeando por la zona: Luego empezaron a ladrar los perros. Grit para acallarlos. Entonces se hizo el silencio e intent volver a dormir. Pero, a los pocos se-gundos, se qued paralizado al or un extrao susurro. No saba si levantarme y convencerme de que era el viento. Y yo me repeta en mi mente que era eso, el vien-to. Al cabo de una hora, el fro se instal en mi cuarto. Era muy intenso. Jams haba sentido un fro as. Entonces escuch cmo alguien pronunciaba mi nombre, en mi habitacin. Encend la luz, pero all no haba nadie. Volv a es-cucharlo, esta vez afuera. Sal de la casa y vi, como a unos veinte metros, a una mujer, una monja! Yo me preguntaba qu haca all esta mujer, as que le pregunt, pero no obtuve respuesta alguna. Luego se gir y camin hacia la oscuridad de una colina. A pesar de que la segu, no pude saber qu fue de ella. Pareca que hu-biera atravesado la colina. Nunca ms la volv a ver.

    lugar que nos causaba terror, al que apenas podamos atrevernos a mi-rar, uno acababa pensando, como John, que lo que de verdad haca falta para quitarse la vida all era te-ner mucho valor o, en palabras de Fabin, mucha verraquera.

    El grupo de investigacin lidera-do por John Barrera haba realiza-do varias rondas de exmenenes en el lugar: Realizamos medicio-nes de campos electromagnticos que arrojaron variaciones de ran-gos muy elevados que descendan rpidamente, lo que indicaba algo anmalo. Tambin efectuamos mediciones de calor y, a pesar de la baja temperatura de la zona, hubo momentos en que sta variaba bruscamente sin mediar agentes que emitieran calor, sobre todo al situarnos junto a la piedra de los suicidas.

    La psquica que nos acompaa-ba, Julieth Arredondo, aada: Se sentan energas hostiles, fuerzas capaces de empujar a los despre-venidos turistas a acercarse ms de la cuenta o incluso a alentar a los indecisos suicidas a lanzarse al vaco para compartir su destino con los espritus. Ms tarde, en estado de semitrance, Julieth di-buj el rostro espectral de uno de aquellos suicidas.

    UN FRO HELADOR Francisco Guacaneme era otro habitante del sector que haba presenciado, como Fabin, algu-nos suicidios cometidos en El Salto, siendo testigo de cmo algunos individuos hacan odos sordos a los gritos horrorizados y de advertencia de la gente, como

    TOROS EN EL ABISMONo todo fueron desgracias en Tequendama. El Hotel del Salto tambin fue un lugar de fiestas, bailes y diversin. La escritora Margarita Barbachano acaba de publicar la novela El Gran Hotel del Salto (Ediciones B), un intenso relato sobre la Colombia de principios del siglo XX, protagonizado por una joven espaola nacida en la gallega Costa da Morte. Obviamente, la de Barbachano no es la primera incursin literaria con este enclave como eje argumental. Recientemente, la fundacin El Porvenir, actual propietaria del edificio y gran impulsora de este enclave a nivel turstico, edit Biografa del Salto de Tequendama, obra de la extractamos un fragmento correspondien-te a su prlogo, escrito por el ex presidente colombiano Ernesto Samper: Cordovez Moure nos trae una descripcin deliciosa de un paseo al Salto de su poca, con chismes, manjares, paisajes y leyendas. Hablando de estas ltimas, Santiago Daz nos trae a cuento en esta biografa del Salto, la leyenda, un poco trada de los cabellos, segn la cual, emulando la fiesta mitolgica de los toros en Creta, se deca que en el pasado se lanzaban toros vivos al abismo para solazarse con su cruel desmembramiento.

    Al salir de casa, a unos veinte metros, vi a una mujer, era una monja! Pero, qu haca all?

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    ENIGMAS Y ANOMALAS

    John Barrera apostillaba lo siguiente en relacin con dichos sucesos: Aunque para los actua-les propietarios es tab vincular el edificio con los fantasmas y los fenmenos paranormales, en mi opinin es innegable la conexin de este lugar con tales fenmenos.

    Hoy en da, el acceso al hotel para investigar est restringido, pero en el pasado se realizaron mu-chas incursiones, no slo de inves-tigadores, sino tambin de curiosos que se encontraron con el susto de sus vidas y salieron corriendo de all, jurando no volver jams.

    Las pruebas estn ah, los testi-monios siguen vigentes y recuer-dan los siniestros acontecimientos y el mal rato que pasaron como si fuera ayer. Las psicofonas nos ha-cen pensar en los huspedes que nunca se registraron oficialmente, pero que tal vez adoptaron este lu-gar como su morada transitoria.

    En Internet no faltan las imge-nes y vdeos de aficionados que en su da capturaron las apariciones imposibles de fantasmas.

    Los lugareos sostienen que se escuchaban gritos desgarradores procedentes del antiguo hotel, y que quienes lo visitaban por vez primera se sorprendan por el aire denso que pareca emanar el ve-tusto edificio.

    Tambin era mi primera vez. Mir a mi alrededor y pase hasta el abismo. Una vez all, cerca de la piedra maldita, un estremecimiento recorri mi interior n Las psicofonas apuntan a la presencia en el hotel de inquilinos fantasmales, espritus que lo eligieron como morada transitoria

    Adems de la luctuosa estadstica de suicidios y la supuesta activi-dad paranormal relacionada con el antiguo hotel, recientemente se han descubierto en el rea de Tequendama varios enterra-mientos muiscas, etnia indgena estrechamente vinculada con los relatos sobre El Dorado.

    Hay historias sobre huspedes que padecieron la actividad de entidades espectrales.

    Pero, quin poda ser aquella mujer vestida con un hbito religio-so? Francisco Guacaneme obtuvo alguna pista cuando les cont lo sucedido a algunos de sus vecinos: Al comentrselo a ellos, una veci-na me record que haca aos una chiva (autobs) llena de personas cay al abismo, al parecer por una falla mecnica, causando la muerte de todos los ocupantes, entre los cuales se encontraba, precisamen-te, una monja.

    TURISMO DEL TERRORA partir de ese da, Francisco empez a creer en espritus, tanto que est convencido de que aquel ser extrao que vio en mitad de la noche, era el espritu de la religiosa accidentada, que vaga a pocos metros del lugar donde encontr la muerte.

    Nuestro compaero John Ba-rrera, tambin pregunt a Fabin, nuestro aguerrido guardin del Salto, si acaso l tambin haba visto fantasmas merodeando por el enclave. Fabin respondi con una negativa, aunque precis que cierta noche que un primo suyo se qued a dormir en su casa, ste le dijo que vio, muy asustado, cmo

    SABAS QU?

    una extraa sombra traspasaba la pared de la habitacin Las historias nunca se apagaban en este lugar. El turismo del terror no tena lmites. Algunos testigos ase-guran que en las estancias del Ho-tel El Salto se oan pasos y el crujir de la madera sin que nadie andu-viera por all. Tambin cuentan que mientras el establecimiento estuvo funcionando, cuando llegaba algn husped los espritus se encarga-ban de hacerle la vida imposible, susurrndole al odo, tirndole del pelo, aparecindose de improviso, etc. Tambin es conocido que algu-nos de los huspedes del antiguo hotel amanecan con cardenales y rasguos en sus cuerpos, golpes y cortes que no presentaban la no-che anterior.

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  • CONSPIRACIONES

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    DERRUMBE MONETARIO INTERNACIONAL: UNA AMENAZA REAL

    LA MUERTE

  • CONSPIRACIONES

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    Un colapso econmico es inevitable y vendr de golpe sin avisar. Ser mayor que el crac de 1929! No ha-br colas para recibir

    ayuda social, ni prestaciones del Gobierno, ni donativos, ni pensiones, ni seguridad social. Puede que no tengas trabajo al que ir pero, suponiendo que lo tengas, no cobrars ni un cnti-mo. Cuando acaezca el desastre, nuestra sociedad se reducir al comercio y al trueque por un lado y al pillaje, al asesinato y al canibalismo por otro. Con tal dramatismo se expresa el ana-lista socioeconmico Dave Hod-ges, en la actualidad presentador del programa The Common Sen-se Show. Sin embargo, por alar-mista que pueda parecer, se apo-ya en datos macroeconmicos reales, sobre todo los relativos a las reservas de oro y al valor del petrodlar. Recordemos que pases como India, China, Irn, Japn, Sudfrica e incluso Aus-tralia han firmado sus propios acuerdos de comercio y la mo-neda para sus transacciones ya no es el dlar. Ese es uno de los motivos que pueden propiciar el citado derrumbe, pero hay mu-chos ms como la bajada espec-tacular del precio del crudo, el

    creciente desmoronamiento de la economa rusa o la salida po-tencial de Grecia de la Unin Eu-ropea Polticos y economistas se temen lo peor. Se ha instalado el contagio en Europa y podra fcilmente extenderse a Estados Unidos, Canad y el resto del mundo. Nuestro sistema finan-ciero est tan interconectado y depende tanto del dinero fcil, que nadie est ahora a salvo, alerta el analista Nathan McDo-nald desde Sprott Money Blog, blog comercial de Eric Sprott, uno de los mayores propietarios de Canad de metales preciosos, as como distribuidor lder en la venta de los mismos.

    Si son tantos los expertos que parecen estar de acuerdo, qu hay entonces de la fabulosa re-cuperacin econmica de la que los gobernantes hablan tan ale-gremente? Hodges no se refiere solo a un problema de inflacin, sino de una hiperinflacin cau-sada por el derrumbe del valor del dinero. Cuando los precios se desbocan en ocasiones no tarda en instalarse el caos social, gene-ralizarse la violencia e incluso lle-var al genocidio. La historia est repleta de ejemplos. No es la primera vez que puede suceder algo as, se trata de un esquema predecible (ver Lo sabas?).

    DEL DINERO

    LOS PRONSTICOS SOBRE EL SISTEMA MONETARIO INTERNACIONAL NO PUEDEN SER MS INFAUSTOS PARA 2015. SON MUCHOS LOS ANALISTAS QUE HAN AVANZADO YA UNA SERIE DE SIGNOS QUE MARCAN EL FIN DE LOS TIEMPOS. CUNTO FALTA PARA LA PREVISIBLE CADA DEL DLAR Y EL CONSIGUIENTE DERRUMBE MONETARIO? ES POSIBLE PREPARARSE PARA SOBREVIVIR A LA NUEVA BURBUJA ECONMICA Y AL FIN DEL DINERO? SERVIRN DE ALGO LAS PROVISIONES EN ARTE, ORO Y FONDOS ALTERNATIVOS DE INVERSIN? QU SEALES PUEDEN ALERTARNOS PARA SOBREVIVIR A TAL HECATOMBE?

    TEXTO ISABELA HERRANZ

    CONSPIRACIONES

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    CONSPIRACIONES

    EL CLUB DE LOS BANQUEROS MUERTOSAunque pueda deberse a una me-ra coincidencia, las muertes sbitas de un grupo de jvenes banqueros que trabajaban o haban trabajado para J.P. Morgan Chase & Co. u otras entidades financieras internaciona-les como Citigroup Inc. o el Deuts-che Bank en Londres, han suscitado todo tipo de teoras conspiratorias. Detallar las extraas circunstancias de sus muertes nos llevara mucho espacio, baste sealar que de los 64 fallecidos unos se quitaron apa-rentemente la vida, otros murieron en accidentes deportivos y algunos simplemente desaparecieron.Entre los que cometieron suicidio, destaca la trgica historia de Jan Pe-ter Schmittmann, exdirector ejecu-tivo de ABN Amro Netherlands, que antes de suicidarse mat a su mujer y a su hija. Entre los desaparecidos se encuentra David Bird, de 55 aos, corredor de maratn y periodista del Wall Street Journal encargado de in-formar sobre los productos finan-cieros que se desplomaban. El 5 de enero de 2015, sali de su casa en Long Hill Township (Nueva Jersey) a dar un paseo y nunca ms se supo de l. Se march sin su telfono m-vil y sin los frmacos que precisaba tomar dos veces al da. Estas desa-pariciones, muertes sbitas y suici-dios son rarsimos. O se trata de una increble coincidencia o estamos an-te un recordatorio lamentable de lo difcil que puede resultar trabajar en un mundo de tanta presin como es el financiero, opina el escritor de fi-nanzas William D. Cohan, autor de El precio del silencio (2014).

    en mercados de capitales del di-rector de Inteligencia Nacional y de la Oficina del Secretario de De-fensa estadounidense.

    CUNTO VALE EL ORO?Para este prestigioso analista, el derrumbe del dlar y del sistema monetario internacional es com-pletamente predecible. No se trata de una conclusin provocadora. El sistema monetario internacional se derrumb tres veces en el sig