03- Žižek y Persistencia Marxismo - Roggerone

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31 ¿Acto o revolución? ¡Sí, por favor! Slavoj Žižek y la persistencia del marxismo Santiago M. Roggerone IIGG (FSOC-UBA)/becario CONICET Resumen: Como parte de un intento por dar cuenta del estado del marxismo en la actualidad, en el presente artículo se indaga en la teoría del Acto de Slavoj Žižek. Partiendo de que a su manera la misma constituye una neutralización de ciertos desafíos posmodernis- tas, se exponen sus premisas ontológico-materialistas y se reconstruye genealógica- mente sus componentes conceptuales más importantes. Asimismo, se problematiza la relación que esta teoría del Acto guarda con la Idea del comunismo y se dilucida par- cialmente lo que la aleja del postmarxismo de autores como Ernesto Laclau y Alain Badiou. La hipótesis que orienta a este trabajo es que pese a no estar inscripta en el paradigma del materialismo histórico, la teoría žižekiana del Acto constituye en lo fundamental una revigorización de la teoría marxista y un fortalecimiento de la prác- tica política emancipatoria que los tiempos en los que nos toca vivir reclaman para sí. Palabras clave: Žižek - Acto - Marxismo. Abstract: As a part of an attempt to account for the status of Marxism today, this paper explores Slavoj Žižek’s Theory of the Act. Given that in its own way this theory constitutes a neutralization of certain postmodernist challenges, the paper presents its materialis- tic-ontological assumptions and genealogically restores its most important conceptual components. It also questions the link between this theory and the Communist Idea, and partially elucidates the differences between Žižek’s stance and the Post-Marxism of authors such as Ernesto Laclau and Alain Badiou. The hypothesis that guides this work is that despite not being registered in the paradigm of Historical Materialism, Žižek’s Theory of the Act basically represents a reinvigoration of Marxist Theory and a strengthening of the political-emancipatory practice that the times in which we lives claim for themselves. Keywords: Žižek - Act - Marxism. Dossier: Peronismo y populismo en debate

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31Acto o revolucin? S, por favor!Slavoj iek y la persistencia del marxismoSantiago M. RoggeroneIIGG (FSOC-UBA)/becario CONICETResumen: Como parte de un intento por dar cuenta del estado del marxismo en la actualidad, en el presente artculo se indaga en la teora del Acto de Slavoj iek. Partiendo de que a su manera la misma constituye una neutralizacin de ciertos desafos posmodernis-tas,seexponensuspremisasontolgico-materialistasysereconstruyegenealgica-mente sus componentes conceptuales ms importantes. Asimismo, se problematiza la relacin que esta teora del Acto guarda con la Idea del comunismo y se dilucida par-cialmente lo que la aleja del postmarxismo de autores como Ernesto Laclau y Alain Badiou. La hiptesis que orienta a este trabajo es que pese a no estar inscripta en el paradigmadelmaterialismohistrico,lateoraiekianadelActoconstituyeenlo fundamental una revigorizacin de la teora marxista y un fortalecimiento de la prc-tica poltica emancipatoria que los tiempos en los que nos toca vivir reclaman para s.Palabras clave: iek - Acto - Marxismo.Abstract: As a part of an attempt to account for the status of Marxism today, this paper explores Slavoj ieks Theory of the Act. Given that in its own way this theory constitutes a neutralization of certain postmodernist challenges, the paper presents its materialis-tic-ontological assumptions and genealogically restores its most important conceptual components. It also questions the link between this theory and the Communist Idea, and partially elucidates the differences between ieks stance and the Post-Marxism of authors such as Ernesto Laclau and Alain Badiou. The hypothesis that guides this work is that despite not being registered in the paradigm of Historical Materialism, ieks Theory of the Act basically represents a reinvigoration of Marxist Theory and astrengtheningofthepolitical-emancipatorypracticethatthetimesinwhichwe lives claim for themselves.Keywords: iek - Act - Marxism.Dossier: Peronismo y populismo en debate32 Razn y Revolucin n 26Enelcontextodelaactualcrisisdelcapitalismoglobal,resulta imperiosodeterminarenqusituacinseencuentraelmarxismo.Si bienesciertoqueenlasltimasdcadasstehasufridounanoto-riaseriedeembates,deningunamaneradebeconcluirsequeacau-sa de ello ya no constituye una opcin losca y polticamente vli-da. Como bien ha sabido sealar Perry Anderson, no es lo mismo ser derrotado que doblegado.1 En un estado de crisis permanente, el mar-xismo pese a todo persiste. Es as que, adoptando el punto de vista de un realismo intransigente con el que es posible negar toda componenda con el sistema imperante2 y a la vez rechazar toda piedad y eufemis-moquepuedaninfravalorarsupoder,3eslegtimopreguntarsesiel marxismo ha podido recomponerse tanto terica como prcticamente de lo que era una crisis presuntamente terminal. En efecto: ha logrado ste responder a los desafos lanzados por el postestructuralismo y por el ms amplio discurso de la posmodernidad? Ha conseguido desar-ticular los retos que para l se hallaban supuestos en los postulados de las llamadas corrientes post-marxistas?Como parte de un esfuerzo ms vasto por dar cuenta de estos inte-rrogantes,enelpresenteartculoseconcederatencinalaobrade Slavoj iek. Lo que distingue al lsofo esloveno de otros pensadores 1Anderson, Perry: Spectrum. De la derecha a la izquierda en el mundo de las ideas, Akal, Madrid, 2008, p. 13.2Anderson, Perry: Renovaciones, en New Left Review (en espaol), N 1, 2000, p. 12.3dem.33Acto o revolucin? S, por favor!contemporneosqueintentanfundamentarnormativamenteuna defensadelmarxismo,4esquelnoesprecisamenteunmarxista.En lo esencial, se trata de un peculiar hegeliano que pertenece al campo de la izquierda lacaniana5 y cuyas premisas se inscriben en una teora materialista-trascendental de la subjetividad.6 No obstante, sobre todo en losltimosaos,iekhademostradocadavezmayordelidadpor la Idea del comunismo. En este marco, alejndose cada vez ms de sus intereses previos por la crtica de la ideologa, ha efectuado una notable serie de aportes que resultan extremadamente originales tanto para las vicisitudesdelateoramarxistacomoparalasdelaprcticapoltica que los tiempos en los que nos toca vivir reclaman para s.Puntualmente, iek se ha esforzado por emplazar una teora del Actoconlaque,sinabandonarcompletamenteelhorizontedelpos-modernismo,halogradoneutralizarlosmayoresdesafosplanteados por el postmarxismo y reforzar la perspectiva de la revolucin socialis-ta. A continuacin, se reconstruir genealgicamente los componentes conceptuales de la teora mencionada. Antes, sin embargo, ser menes-ter precisar algo sobre los cimientos ontolgico-materialistas en los que la misma se erige. Hecho esto, se podr entonces s atender a la teora iekiana del Acto y a la relacin que ella guarda con el comunismo y con el marxismo.RSI, o los fundamentos de una ontologa materialistaLa teora del Acto impulsada por iek, se monta al reparo de una concepcin eminentemente materialista de la ontologa. Al albor de la revisin de las tesis acontecimentalistas desplegadas por la intelectua-lidadfrancesatraslossucesosdemayode1968,elpensadororiundo de Liubliana ha pulido y renado durante las ltimas dos dcadas un sosticado aparato terico-conceptual con el que ha buscado polemizar con los razonamientos idealistas que sotierran la dimensin de la eco-noma y como resultado de ello autonomizan radicalmente las de la 4Una de las ms lcidas defensas de este tipo, puede encontrarse en el maravilloso libro de Ellen Meiksins Wood: The Retreat from Class, que afortunadamente acaba de ser publicado en castellano. Cfr. Meiksins Wood, Ellen, Una poltica sin clases? El post-marxismo y su legado, Ediciones ryr, Buenos Aires, 2013.5Cfr.Stravrakakis,Yannis:Laizquierdalacaniana,FondodeCulturaEconmica, Buenos Aires, 2010.6Cfr.Johnston,Adrian:ieksOntology.ATrascendentalMaterialistTheoryof Subjectivity, Northwestern University Press, Evanston, 2008.34 Razn y Revolucin n 26poltica y lo poltico. A juicio de iek, las corrientes post-althusseria-nas, post-marxistas, marxistas post-estructuralistas, democrtico-radi-cales, etc., comparten por igual la irreductibilidad del Acontecimiento a todo orden positivo del ser.7iek se opone de modo tajante al planteo de que el acontecimien-to es algo que emerge de la nada.8 En efecto: debido a que para l la lgica acontecimentalista convencional resulta demasiado idealista,9 se ha esforzado por esbozar un programa materialista con el que sea factible tematizar la unidad del Ser y el Acontecimiento. En este con-texto, iek se ha valido cada vez ms de la nocin lacaniana de la dou-blure, el doblez, la torsin o curvatura en el orden del ser que abre el espacio para el acontecimiento.10Apelando a este concepto de la doublure, iek no da luz a una teo-ra post-marxista ms que postula que, en el terreno de la poltica, es pasiblerearticular(retroactivamente)elordensimblicomedianteel establecimiento de un point de capiton. A lo que iek apunta es a la posibilidad de la realizacin de un Acto que si bien est inscripto sim-blicamente, puede torcer o curvar el registro de dicha inscripcin. La hiptesis que da fundamento ltimo a todo Acto, es que siempre, nece-sariamente, en le Symbolique mismo anida una insuperable brecha de paralaje11 vale decir, la confrontacin de dos perspectivas estrecha-mente vinculadas entre las cuales no es posible ningn campo neutral en comn.12En otras palabras: lo que la concepcin materialista de la ontologa iekianasuponeeselreparoenlainexistenciadelgrandAutrees decir,elreparoenlainconsistenciaradicaldelTodo,enlacciona-lidadincesantedelordensimblico,etc.Adiferenciadelidealista,el materialista entiende que lo experimentado siempre est abierto, pues para l es el mismo Todo el que es no-Todo, inconsistente, marcado por una irreductible contingencia.13 Y el ndice de la inconsistencia del Todo, el testimonio de su no-totalidad, su cortocircuito bsico, etc., no es otro que el Acontecimiento vale decir, la emergencia material del 7iek, Slavoj: Arriesgar lo imposible. Conversaciones con Glyn Daly, Trotta, Madrid, 2006, p. 130.8dem.9Ibdem, p. 131.10dem.11iek, Slavoj: Visin de paralaje: Fondo de Cultura Econmica, Buenos Aires, 2006, p. 11.12Ibdem, pp. 11-12.13Ibdem, p. 116.35Acto o revolucin? S, por favor!Acontecimiento en el orden del Ser. Al respecto, en rganos sin cuerpo, iek seala:Lasolucinmaterialistaes()queelAcontecimientonoesmsquesu propia inscripcin en el orden del Ser, un corte/ruptura en el orden del Ser porcuyacausaelSernopuedeformarnuncaunTodoconsistente.Nohay un Ms All del Ser que se inscriba en el orden del Ser. No hay nada sino el orden del Ser. Aqu debera traerse a colacin () la teora general de la relatividad, en la que la materia no curva el espacio sino que es un efecto de lapropiacurvaturadelespacio.UnAcontecimientonocurvaelespaciodel Ser por su inscripcin en l: por el contrario, un Acontecimiento no esms que esa curvatura del espacio del Ser. Todo lo que hay es el intersticio, la no coincidencia del ser consigo mismo, a saber, el no cierre ontolgico del orden del Ser.14Traduciendo todo esto a la lgica de los registros lacanianos dele Rel, le Symbolique y lImaginaire esto es, a la lgica de los registros estrechados por aquel nudo borromeo RSI que indica la estructura del serhablanteycuyoenlace,alavez,denelaespecicidaddelobjet petita,podradecirsequedelastres,iekprivilegialadimensin que niega el orden de la signicacin es decir, que niega aquello que no puede ser incorporado en l y, vis--vis, establece los contornos en losquelamismafunciona.Segniek,entodomomentoleRel persistiracomounafaltaytodafantasaideolgicaqueencuanto tal,perteneceraalreinodelImaginaireperotendralugarenelde leSymboliqueexistiracomounarespuestaaesafaltaqueimpon-dra lmites de negacin y simultneamente constituira a todo orden discursivo signicante. De esta manera, el orden eminentemente sim-blico en el que segn la perspectiva lacaniana la realidad social con-sistira,seraelsitioendondetendralugarelintentoporestablecer una consistencia elemental frente a los efectos corrosivos de le Rel; es decir, el sitio en donde se inscribira la tentativa (ideolgica) de inhi-biraquelncleotraumticoquejustamentenopuedesersimboliza-do,explicado,internalizadooaceptado.YalmenosdesdeElespino-so sujeto y los debates mantenidos con Ernesto Laclau y Judith Butler en Contingencia, hegemona, universalidad, para iek este ncleo sera bsicamenteuno,asaber:laluchadeclases,elantagonismosocial 14iek, Slavoj: rganos sin cuerpo, Pre-Textos, Madrid, 2006, pp. 128-129.36 Razn y Revolucin n 26fundamental15quedivideeledicosocialdesdedentro,16sobrede-terminndolo pero tambin distorsionndolo. Lo propio de la interpretacin que hace iek de los registros RSI, es que le Rel no slo es entendido como aquello que no se puede sim-bolizar,aquelloqueestesencialmentedistorsionado,etc.,sinotam-bin y fundamentalmente como el propio principio de la distorsin de la realidad. En suma, en lo que estrictamente concierne al anlisis poltico-social, le Rel sera segn iek un antagonismo social trau-mtico que conseguira jar los lmites de las simbolizaciones posibles que, necesariamente, habran de diferir entre s; el meollo inmanente einherentealeSymboliquequetendralugarentantohiatoobre-chadebidoaqueste(leSymbolique)lointroduciraenlarealidad. Podramos decir as que hay un trauma (el del capitalismo), un Rel (el antagonismo de la lucha de clases) y por tanto tambin una verdad (la de la distorsin ideolgica de las distintas perspectivas de clase).De este modo, el problema con le Rel no es que no tiene lugar, sino, contrariamente, que sucede: para Lacan, lo Real no es imposible en el sentido de que nunca puede ocu-rrir un ncleo traumtico que siempre se nos escapa. No, el problema con lo Real es que ocurre y esto es el trauma. Es decir, no es que lo Real sea imposible, sino que lo imposible es Real. Un trauma, o un acto, es simplemente el instante en el que lo Real ocurre y es difcil de aceptar. Lacan no es un poeta que nos dice que siempre fallamos lo Real el ltimo Lacan dice justamente lo con-trario. La tesis es que se puede confrontar lo Real, y esto es lo que es tan difcil de aceptar () Lo Real es imposible pero no simplemente en el sentido de un encuentro fallido. Es tambin imposible en el sentido de que es un encuentro traumtico que tiene lugar, pero que somos incapaces de confrontar. Y una de las estrategias que usamos para evitar confrontarlo es precisamente la de colo-carlo como este ideal indenido que es pospuesto eternamente. Un aspecto de lo Real es que es imposible, y el otro aspecto es que ocurre, pero es imposible sostenerlo, integrarlo.17En iek, la posibilidad del Acto se basa en lo fundamental en esta tesis que postula que, a causa de la inconsistencia constitutiva del orden 15iek,Slavoj:Luchadeclasesoposmodernismo?S,porfavor!,en:Butler, Judith,Laclau,Ernestoyiek,Slavoj,Contingencia,hegemona,universalidad, Fondo de Cultura Econmica, Buenos Aires, 2003, p. 135.16dem.17iek, Slavoj, Arriesgar lo imposible, op. cit., pp. 70-72.37Acto o revolucin? S, por favor!simblico, es factible confrontar le Rel. Ahora bien, lo que habra que agregar es que puesto que el Acto no tiene que ver estrictamente ni con el passage lacte ni con el Acting-out, debe de alguna manera supo-ner la lgica de la jouissance femenina. Recurdese que la jouissance, el goce, no implica una transgresin (y esto vale tanto para lo que respec-taalasexualidadfemeninacomoparaloquerespectaalamasculi-na): en su estatuto ms profundo, se trata de algo impuesto, ordenado; cuando gozamos nunca lo hacemos espontneamente, siempre segui-mos cierto mandato.18 Ocasionalmente, en la sexualidad femenina, la naturalezadeestemandatoobsceno(),Goza!19cuyonombre psicoanalticonoesotroqueeldesupery,esdevelada.Enefecto: enlamedidaenqueesesntomadelhombrequeeslamujerbusca conseguirlajouissance,lainconsistenciadelgrandAutreesdecir,la inconsistencia del orden simblico queda al descubierto y, como con-secuencia de ello, se abre el espacio para la confrontacin de le Rel y por tanto tambin para la realizacin del Acto. Los componentes conceptuales de la teora del ActoConsiderado desde las coordenadas simblicas de las cuales emer-ge,elActoesimposible.EnloqueprecisamenteconsisteunActo,es en hacer retroactivamente posible, en posibilitar a posteriori, lo que sin ms, desde un determinado punto de vista es decir, desde una deter-minada visin de paralaje, se presenta como imposible. Efectivamente:Un acto no ocurre simplemente dentro del horizonte dado de lo que parece serposible;lredeneloscontornosmismosdeloqueesposible(unacto cumpleloque,dentrodeluniversosimblicodado,pareceserimposible, perocambiasuscondicionesdemaneraquecreademaneraretroactivalas condiciones de su propia posibilidad).20Para explicar esta posibilitacin retroactiva de lo imposible que es intrnsecaatodoActo,ensustextosieksuelevalersedelmitode Antgonaydeejemploscinematogrcoscomoeldelaautodestruc-cin de Keyser Sze en The Usual Suspects (1995) o el de la golpiza que se auto-inige el personaje que Edward Norton interpreta en The Fight Club (1999). Pero el ejemplo ms ilustrativo tal vez sea el que el propio 18iek, Slavoj: Porque no saben lo que hacen, Paids, Buenos Aires, 1998, p. 22.19dem.20iek, Slavoj, Lucha de clases o posmodernismo? S, por favor!, op. cit., p. 132.38 Razn y Revolucin n 26Lacan dio en 1979, cuando disolvi abruptamente, de un da para otro, la cole Freudienne de Pars es decir, su agalma, su propia organiza-cin, el espacio mismo de su vida colectiva.21 Ciertamente, lo que se le plantea a quien acta, es la necesidad de asumir un gran riesgo, la necesidad de confrontar la noche del mundo hegeliana, la necesidad de darunpasoalvacosingarantadexitoalguno.Sloas,mediante el enfrentamiento de un callejn sin salida, es que se puede despejar el terreno para un nuevo comienzo. Y por nuevo comienzo, no debe ser entendido otra cosa ms que un gesto esencialmente radical y fundante que efectivamente pertenece al orden de lo nuevo esto es, un gesto que patea el tablero del campo de las simbolizaciones posibles y accede, con ello, a le Rel imposible.Ahorabien,laalteracin(retroactiva)delordensimbliconoes sucienteparaqueunfenmenodeterminadoalcanceelstatusde Acto.EnElespinososujeto,iekarmaqueenestepuntoresulta esencial introducir una distincin adicional: para Lacan, un verdadero acto no solo cambia retroactivamente las reglas del espacio simblico, sino que tambin perturba la fantasa subyacente.22 En efecto: la tra-verse du fantasme es la otra parte integral de todo Acto.Enestesentido,cabraadvertirqueelhechodequeelatravesa-miento de la fantasa (ideolgica) que regula la estabilidad del orden simblicoseauncomponenteclavedelActo,refuerzalaideadeque ste no sea asimilable ni al passage lacte ni al Acting-out. Si bien el Acto comparte con el passage lacte el no enviar ningn tipo de men-saje cifrado al grand Autre y por tanto el suponer una cierta salida de la escena simblica cosa que el Acting-out no presupone, se diferencia por asumir responsabilidad por lo que lleva a cabo es decir, por reco-nocer, identicar y reivindicar lo que lleva a cabo. En la clnica psicoa-naltica, el passage lacte implica una salida defensiva del orden sim-blico que en tanto no promueve la conscientizacin y la reelaboracin del deseo y la fantasa, no signica un paso adelante en la direccin de lacura.Contrariamentealsujetodelpassagelacte,alponerseas mismocomosupropiacausa,23elsujetodelActoconsiguedominar sus deseos y fantasas inconscientes. Precisamente en esto reside la sin-gularidad de la traverse du fantasme en la que todo Acto debe basarse: al no dirigir de modo consciente ninguna clase de mensaje cifrado al grand Autre, quien acta asume resueltamente su responsabilidad en el 21Ibdem, p. 133.22iek, Slavoj: El espinoso sujeto, Paids, Buenos Aires, 2002, p. 217.23Ibdem, p. 402.39Acto o revolucin? S, por favor!revelamiento del carcter fantasmtico-ideolgico del campo simbli-co que sustenta las (falsas) elecciones que en su contexto se presentan como posibles.El tercer y ltimo fundamento de todo Acto reside en el hecho de que no existe una temporalidad a l intrnseca. En lo que a esto respec-ta, iek reivindica un decisionismo prximo al que Rosa Luxemburg supo esgrimir en contra de los revisionistas.24EltiempodelAcontecimientonoesotrotiempoqueestmsallypor encima del tiempo histrico normal, sino que es una especie de recodo [esto es, doublure] dentro de este tiempo () Cuando lo observamos desde la ven-tajosaposicindeladistancia,elprocesoparecedesarrollarseenunalnea recta;sinembargo,loquenopodemosadvertirsonlasvueltas[denuevo, doublures] internas subjetivas que sostienen esta lnea recta objetiva. Es por ello que la pregunta en qu circunstancia emerge el tiempo condensado del Acontecimiento? es falsa. Implica volver a inscribir el Acontecimiento en el proceso histrico positivo. Es decir, uno no puede establecer el tiempo de la explosin del Acontecimiento mediante un preciso anlisis histrico objeti-vo (al estilo de: cuando las contradicciones objetivas alcancen tal nivel, las cosasestallarn);nohayningnAcontecimientofueradeladecisinsub-jetivacomprometidaquelocrea:siunoesperaaquemadureeltiempodel Acontecimiento, el Acontecimiento nunca ocurrir.25Lo que todo esto quiere decir es que el Acto posee algo de emergen-cia: quien acta, se arriesga y sin legitimacin alguna, se compromete dando un paso al vaco en una suerte de apuesta pascaliana vale decir, aprovechaelmomentopuestoquesabequemaanaserdemasiado tarde. En otras palabras: el Acto conlleva el convencimiento de que no es necesario pedir ninguna clase de permiso al grand Autrela bs-queda de garantas es el miedo al abismo del acto.26 No hay que espe-rar a que las condiciones estn maduras, pues no existe algo como el tiempo del Acto. En lo que concierne a esto, no hay grandes secretos: el Acto consiste en una oportunidad que surge o mejor dicho, que se hace surgir y que en tanto tal, no hay que dejar pasar de largo.Es as que la mxima lacaniana que alega que no hay que ceder al deseo Ne pas ceder sur son dsir, que no hay que ceder por lo tanto al mandato del grand Autre, es la que gua al Acto iekiano. En efecto: el 24iek, Slavoj: El ttere y el enano, Paids, Buenos Aires, 2005, p. 182.25Ibdem, p. 185.26iek, Slavoj: Repetir Lenin, Akal, Madrid, 2004, p. 11.40 Razn y Revolucin n 26Acto implica que por ms que la causa de uno ya est perdida, es preci-so continuar demostrando delidad y persistir en ella, pues las derro-tas del pasado acumulan la energa utpica que explotar en la ltima batalla: la maduracin no est a la espera de circunstancias objetivas para alcanzar la madurez, sino de la acumulacin de derrotas.27 A n de cuentas, slo esta persistencia en el deseo es lo que puede dar con aquello a lo que recientemente iek se ha referido como seales del futuro.28La Idea del comunismoDe acuerdo a lo hasta aqu establecido, el Acto iekiano se enmar-ca en una concepcin materialista de la ontologa y se basa en la posibi-litacin (retroactiva) de lo imposible, en el atravesamiento de la fantasa (ideolgica) y en el compromiso que con l asume el sujeto que lo lleva a cabo. En el ltimo tiempo, la teora del Acto esbozada por iek se ha imbricado con aquello a lo que Alain Badiou se ha referido como la Idea del comunismo.29Si bien en su ltimo libro iek ha dedicado una considerable can-tidad de pginas a especicar qu es lo que lo separa de Badiou,30 tam-bin lo es que desde su ruptura con Laclau se ha vinculado cada vez ms estrechamente con el lsofo francs. La razn de ello radica en que, a su manera, Badiou ha sabido revelarle el carcter de la poltica delaverdad(universal);31valedecir,aquelloqueeslopropiamente poltico:32elmomentoenelquelanegociacinnoabordasolounademandapar-ticular,sinoqueapuntaaalgoms,ycomienzaafuncionarcomolacon-densacin metafrica de la reestructuracin global de todo el espacio social. Existe un claro contraste entre esa subjetivacin y la proliferacin actual de la poltica de la identidad posmoderna, cuya meta es exactamente la opues-ta: la armacin de la propia identidad particular, del propio lugar en el seno 27iek, Slavoj: En defensa de causas perdidas, Akal, Madrid, 2011, p. 402.28iek,Slavoj:TheYearofDreamingDangerously,Verso,Londres,2012,p.128(la traduccin me corresponde).29Cfr., sobre todo, Badiou, Alain: De quoi Sarkozy est-il le nom?, Lignes, Pars, 2007.30Cfr.iek,Slavoj:LessThanNothing.HegelandtheShadowofDialectical Materialism, Verso, Londres, 2012.31iek, Slavoj: El espinoso sujeto, op. cit., p. 142.32Ibdem, p. 226.41Acto o revolucin? S, por favor!de la estructura social. La poltica posmoderna de la identidad con relacin a los estilos de vida particulares (tnicos, sexuales, etctera) se adecua perfecta-mente a la idea despolitizada de la sociedad, en la cual cada grupo particular se justica, tiene un status especco (de vctima), es reconocido por medio delaaccinarmativauotrasmedidasdestinadasaasegurarlajusticia social.33Como respuesta a la concepcin posmoderna de la poltica y lo pol-tico, Badiou ha desarrollado un marco categorial en el que la nocin de Idea cumple papel central de otorgar al Sujeto el soporte de su de-lidad.34 Siguiendo al lsofo francs, iek ha sealado que aquellas Ideas que son verdaderas a su vez son eternas, indestructibles, vuelven siempre que se anuncia su muerte.35 Y hay una Idea que precisamen-te a causa de su eternidad es decir, a causa de su transhistoricidad, a causa de que su universalidad rebasa los mundos histricos especcos y los horizontes de sentido particulares, reviste central importancia: setratadelaIdeadelcomunismo,aquellaIdeaquecondensalos cuatro conceptos fundamentales que actan desde Platn, a travs de lasrebelionesmilenaristasmedievales,deljacobinismo,elleninismo yelmaosmo:laestrictajusticiaigualitaria,elterrordisciplinario,el voluntarismopolticoylaconanzaenelpueblo;36valedecir,aque-lla Idea platnica que persiste, regresando una y otra vez despus de cada derrota.37 En pocas palabras: lo especcamente propio de la Idea (eterna)delcomunismoesquesubsiste:sobrevivealosfracasosde su realizacin como un espectro que regresa una y otra vez, con una incansable persistencia que queda recogida de la mejor manera posible en las () palabras de Beckett enWorstward Ho: Intntalo otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor.38Como indica iek, concebir al comunismo como una Idea eterna, implica advertir que la situacin que lo genera es igualmente eterna, esdecir,queelantagonismocontraelquereaccionaelcomunismo siempreexistir.39Armarestopermiteinsistirenelcomunismoen 33dem.34Cfr.Badiou,Alain:Elseryelacontecimiento,Manantial,BuenosAires,1999; Lgicas de los mundos, Manantial, Buenos Aires, 2008.35iek, Slavoj: En defensa de causas perdidas, op. cit., p. 11.36iek, Slavoj: Primero como tragedia, despus como farsa, Akal, Buenos Aires, 2011, p. 145.37Ibdem, p. 46.38Ibdem, p. 145.39Ibdem, p. 103.42 Razn y Revolucin n 26un sentido netamente marxista: hay grupos sociales que, a cuenta de su falta de un lugar determinado en el orden privado de la jerarqua social, representan directamente la universalidad:40 son lo que Jacques Rancirellamalapartedelosquenotienenparte.41Deloqueen denitiva se trata para iek, es de ser irrestrictamente solidario con esta parte de los que no tienen parte y con su posicin de universalidad singular.Ahorabien,quinoquesloqueencarnaenlasociedadglo-bal contempornea esta parte de ninguna parte? La crtica de Laclau apropsitodelcallejnsinsalida42enelqueseencuentraiek alahoradeapuntaralgnactorhistricoconcretoparasulucha anticapitalista43oproveerunateoradelsujetoemancipatorio,44 parecera poseer al menos un momento de verdad en vistas a las ambi-gedades e imprecisiones en las que el lsofo esloveno incurre cuando intenta determinar esta parte de ninguna parte del cuerpo social.En defensa de iek, hay que decir que l no cree como s lo hace Badiou quela poltica est impedidaa lahora de intervenir enun universo que ya es en s mismo falto de mundo.45 Para l, la tarea de la poltica emancipatoria no pasa por crear nuevos mundos, nuevos points de capiton, etc. Segn iek, lo que en verdad ella tiene que hacer es distinguir entre puntos falsos y verdaderos, entre elecciones falsas y verdaderas, es decir, () traer de vuelta el tercer elemento, cuya obli-teracin sustenta la falsa eleccin.46 Es un error, por lo tanto, aceptar al Estado como un hecho y operar a distancia de l; de lo que se trata es de sustraerse de esa lgica, de rechazar los mismos (falsos) trminos de eleccin que ella impone (esto es, dentro del Estado o fuera de l).QueparaBadiouenlaactualidadsloseaposiblecrearverdad polticaamododedelidadaunacontecimientolocal,aunalucha local,etc.,revelaquehaterminadoadscribiendoaunaversindela posmodernidadenlaquelonicoquepareceraserposiblesonlos actos(locales)deresistencia.As,paradjicamente,Badiouhatermi-nadocoincidiendoconLaclau:pordiferentesvaselprimeroatra-vs del autonomismo, el segundo a travs del reformismo gradualista, 40Ibdem, p. 116.41Rancire, Jacques: El desacuerdo, Nueva Visin, Buenos Aires, 2012, p. 25.42Laclau,Ernesto:Laraznpopulista,FondodeCulturaEconmica,BuenosAires, 2005, p. 29543Ibdem, p. 296.44dem.45iek, Slavoj: Primero como tragedia, despus como farsa, op. cit., p. 147.46iek, Slavoj: En defensa de causas perdidas, op. cit., p. 396.43Acto o revolucin? S, por favor!renuncianenlamismamedidaalapolticaanticapitalista.Aligual quelademocraciaradicaldeLaclau,47elcomunismodeBadiouha dimitido ya del horizonte del marxismo.El giro leninista que iek dio tras los debates de Contingencia, hege-mona, universalidad ofrece una prueba cabal de que en la confeccin de su teora del Acto, el pensador oriundo de Liubliana no ha seguido ni a Laclau ni a Badiou en el abandono del marxismo. En efecto: que iekentiendaquehoymsquenuncadebemosvolveraLenin,48 que de hecho abogue por su reactivacin49 es decir, por una repeticin no de lo que Lenin hizo, sino precisamente de lo que no logr hacer,50 que pese a sus frecuentes coqueteos con la gura de Stalin51 opte por el signicante Trotsky en tanto constituye la designacin ms apropiada delomsdigno()dellegadoleninista,52indicaqueasusingular modo permanece el al proyecto poltico del marxismo.En este sentido, resulta sumamente idiosincrtico que iek sosten-ga que la dictadura del proletariado esto es, la dictadura de la parte de ninguna parte, constituya la nica opcin autntica que tenemos.53 Estainsistenciaenelproletariadodesmientelaacusacindequel no concebira un sujeto para la lucha emancipatoria. A n de cuentas, no es otro que el proletariado la parte de los que no tienen parte en lasociedadglobalcontemporneaelqueencarnaelsujetodelActo iekiano; no es otro que el proletariado el que al reivindicarse como unaparteyobrarenconsecuenciaseencuentraencondicionesde develar las contradicciones del orden simblico e indicar cul es el Rel que sobredetermina y distorsiona al mismo (esto es, el antagonismo de la lucha de clases).CodaPeroelmarxismonoentraasolamenteunproyectopoltico:es tambinunproyectocientcoyunproyectolosco.Respectoal 47Cfr. Laclau, Ernesto y Mouffe, Chantal: Hegemona y estrategia socialista, Fondo de Cultura Econmica, Buenos Aires, 1987. 48iek, Slavoj: Repetir Lenin, op. cit., p. 84.49Cfr. Budgen, Sebastian, Kouvelakis, Stathis y iek, Slavoj (eds.): Lenin reactivado. Hacia una poltica de la verdad, Akal, Madrid, 2010.50iek, Slavoj: Repetir Lenin, op. cit., p. 156.51Cfr., sobre todo, iek, Slavoj: Quin dijo totalitarismo?, Pre-Textos, Madrid, 2002.52iek, Slavoj: Repetir Lenin, op. cit., p. 152.53iek, Slavoj: En defensa de causas perdidas, op. cit., p. 422.44 Razn y Revolucin n 26primero, ya ha sido sealado que las premisas de iek no se adecan a la concepcin materialista de la historia: en lo fundamental, ellas se inscribenenunaontologaeminentementematerialistaqueestema-tizada mediante motivos lacanianos. Respecto al segundo, habra que indicar que en trabajos como El espinoso sujeto, Visin de paralaje y el reciente Less Than Nothing, iek ha buscado recuperar la losofa del materialismodialctico54mediantelareivindicacindesuposicin hegeliana-lacaniana.55 Si todo esto es contemplado, se torna evidente que la relacin que iek mantiene con el paradigma del marxismo es bastante ms ambigua de lo que parecera ser a simple vista.A su manera, la teora iekiana del Acto se encuentra atravesada porestaambigedad.Efectivamente:almismotiempo,ellarechaza yaceptalospostuladosdelmarxismo;contradiceyadmitelaproble-mtica del antagonismo de clases; cuestiona y rearma la concepcin materialista-histrica del cambio social. Es as que frente a la disyunti-va Acto o revolucin, junto a Slavoj iek uno debera responder rme-mente como lo hiciera Groucho Marx ante la pregunta T o caf?:56 esto es, con un S, por favor! con una negativa a elegir.57Ahora bien, por ms ambigua que sea, la teora del Acto aqu estu-diada no deja de constituir una valiosa contribucin que debe ser teni-daencuentaenloqueeslatareadelaahora:lareconstruccinyla reformulacin de las principales tesis del marxismo. En denitiva, slo mediante la dedicacin a dicha tarea ser posible asumir una verdade-ra posicin radical-emancipatoria en el contexto de la nueva poca de tiempos interesantes58 en la que, con la crisis del capitalismo global, hoy en da nos encontramos.Recibido: 4/4/2013Aceptado: 15/12/201354iek, Slavoj; Visin de paralaje, op. cit., p. 12.55Ibdem, p. 13.56iek, Slavoj: Lucha de clases o posmodernismo? S, por favor!, op. cit., p. 95.57dem.58iek, Slavoj: Viviendo en el nal de los tiempo, Akal, Madrid, 2012, p. 413.