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    Revista Problemas del Desarrollo, 182 (46), julio-septiembre 2015

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    A L C S C

    Jaime Osorio*

    Fecha de recepcin: 21 de enero de 2015. Fecha de aceptacin: 23 de abril de 2015.

    R ESUMENEs posible que economas subdesarrolladas alcancen el desarrollo en el siglo ? Paraavanzar hacia una posible respuesta a la interrogante anterior en este escrito se analizanalgunos aspectos de los procesos de Corea del Sur y de China. All se ponen de mani-esto las condiciones excepcionales en el campo geopoltico y estratgico que hacenimprobable su condicin de modelos a seguir. Al mismo tiempo se destacan el autori-tarismo estatal, le frrea planicacin y disciplinamiento tanto de las clases dominadacomo de las dominantes, para orientar la inversin y la expansin de sectores econmi-cos especcos. Desde esa perspectiva se discuten algunas propuestas formuladas por eneodesarrollismo para la regin.Palabras clave : teoras del desarrollo, subdesarrollo, Estado, desarrollo capitalista,poltica econmica.Clasicacin JEL : O11, O47, P16.

    L A M S K C D

    Abstract Will underdeveloped economies be able to achieve development in the twenty-rstcentury? o advance towards a potential response to this question, this paper analyzessome aspects of the development processes of South Korea and China, pointing to theexceptional geopolitical and strategic conditions behind why their models are unsuitableto emulate. It also highlights the state authoritarianism, strict planning and disciplineof both the ruling and ruled classes to guide investment and the growth of speciceconomic sectors. From this perspective, the paper then discusses some proposalsformulated for the region by neo-developmentalism.Key Words : Development theory, underdevelopment, the State, capitalist development,economic policy.

    * Universidad Autnoma Metropolitana, unidad Xochimilco, Mxico. Correo electrnico: [email protected]

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    LA MRIQUE LATINE FACE AU MIROIR DU DVELOPPEMENT DE LA CORE DU SUD ET DE LA CHINERsum Est-il possible que des conomies sous-dveloppes atteignent le dveloppement au e sicle? Pour avancer vers une ventuelle rponse cette question, on analysedans cet article quelques aspects des processus de la Core du Sud et de la Chine. Ony constate des conditions exceptionnelles dans le domaine gopolitique et stratgiquequi rendent improbable leur adoption comme modle suivre. Dans le mme temps,on remarque lautoritarisme de ltat, la planication stricte et le disciplinement au-tant des classes domines que des classes dominantes, pour orienter linvestissement elexpansion de secteurs conomiques spciques. Sous cette angle de vue, on discutecertaines propositions formules par le no-dveloppementisme pour la rgion.Mots cls: thories du dveloppement, sous-dveloppement, tat, dveloppement

    capitaliste, politique conomique. A MRICA L ATINA DIANTE DO ESPELHO DO DESENVOLVIMENTO DA CORIA DO SUL E DA CHINA Resumo possvel que economias subdesenvolvidas alcancem o desenvolvimento no sculo ? Para avanar numa possvel resposta interrogao anterior, neste trabalho seanalisam alguns aspectos dos processos da Coria do Sul e da China. A se deixaclaro as condies excepcionais que fazem com que seja improvvel sua condio d

    modelo a ser seguido. Ao mesmo tempo se colocam em destaque o autoritarismoestatal, a frrea planicao e disciplinamento tanto das classes dominadas como dasdominantes, para orientar o investimento e a expanso de setores econmicos espe-ccos. Desde essa perspectiva se discutem algumas propostas formuladas pelo novo-desenvolvimentismo para a regio.Palavras-chave : teorias do desenvolvimento, subdesenvolvimento, Estado, desenvol-vimento capitalista, poltica econmica.

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    Amrica Latina frente al espejo del desarrollo de Corea del Sur y China

    INTRODUCCIN

    En un artculo publicado en ingls en 1966, y con antecedentes en escritosprevios de 1963, Andre Gunder Frank formul una de las ideas que altera-ron de manera radical los estudios del desarrollo, al sostener que el actualsubdesarrollo de Amrica Latina es el resultado de su participacin secular enel proceso del desarrollo capitalista mundial () (1991: 37-42). El desarrollodejaba de ser visto como un problema de naciones aisladas, que recorranetapas sucesivas que las conducan a la prosperidad. Slo considerando lasinterrelaciones establecidas a nivel del sistema mundial dicho proceso alcanzaba sentido, lo que abri las puertas para que a su vez los problemas delsubdesarrollo fuesen abordados desde ese marco, en tanto contracara indiso-luble justamente del desarrollo. De all en adelante esta idea ser retomada porautores diversos, como Sunkel y Paz (1970) desde el Instituto Latinoameri-cano de Planicacin Econmica y Social ( ), y en particular por los quedarn vida a la teora marxista de la dependencia (Marini, 1969: 3). Consi-derando algunas particularidades del desarrollo de Corea del Sur y China nosproponemos poner de maniesto la vigencia de esa perspectiva de reexinburdamente desconocida, pero estigmatizada, a n de discutir sobre losprocesos y las perspectivas del desarrollo en nuestra regin.

    L A RELACIN DESARROLLO/SUBDESARROLLO

    Desarrollo y subdesarrollo son dimensiones de un nico y mismo proceso:la historia del despliegue y de la expansin del sistema mundial capitalistaEsta tesis formulada en lo fundamental por Frank, como hemos indicado, yretomada posteriormente por algunas corrientes cepalinas y por los tericos dela dependencia, implic cuestionar desde su raz dos formulaciones centralesde las teoras del desarrollo: la primera, que el desarrollo y el subdesarrollo spueden estudiar y explicar cada uno en s mismos, de manera aislada, y que larelaciones que mantienen las economas inscritas en una y otra condicin notienen consecuencias sustantivas en su situacin.

    La nueva formulacin sostendr, por el contrario, que slo en el seno delas relaciones que dan vida al sistema mundial capitalista, y como resultadode ellas se puede explicar el que algunas economas y regiones se desarrollanque otras economas y regiones se subdesarrollan. No constituyen, por tanto,procesos independientes. No se explican unas y otras fuera de las mutuas re-laciones.

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    La Revolucin Industrial no es () un proceso que pueda explicarse y compren-derse en trminos de pases aislados, como Inglaterra, o de regiones aisladas, comoEuropa noroccidental. En realidad, se desenvuelve dentro de un sistema econ-mico y poltico mundial que vincula aquellos pases y regiones entre s, y consus respectivas reas coloniales y pases dependientes; dichas vinculaciones contribuyeron de manera importante al proceso mismo de la Revolucin Industriala travs de la generacin y extraccin de un excedente, la apertura de mercadosy el aprovechamiento de los recursos naturales y humanos de las reas perifricas(Sunkel y Paz, 1970: 44-45).

    La segunda formulacin cuestionada por la tesis anterior es la que sostie-ne que el subdesarrollo o sus variaciones eufemsticas, como economas evas de desarrollo o economas emergentes es un estado o etapa econmica previa del desarrollo, resultado de una dbil expansin del capitalismoy que es permitiendo su reproduccin de donde emergern las soluciones aldesarrollo.

    La nueva propuesta puso de maniesto que en el seno de las relacionescapitalistas predominantes en el sistema mundial,el subdesarrollo es una formamadura de capitalismo, es una forma original, tan madura y original, como loes el capitalismo desarrollado.

    Si esta fue la segunda derivacin relevante de aquella formulacin, no me-nos relevante fue sostener que en el sistema capitalista, y como resultado de sexpansin, conviven diversas formas de capitalismo, que no hay una nica mo-dalidad, lo que plante la necesidad de descifrar los procesos internos y externos que dan vida y reproducen al capitalismo subdesarrollado o dependiente,como terminar de denominarse en sus versiones ms avanzadas.

    Esa ser la tarea a la que se abocarn el ncleo de investigadores que constituyeron la teora marxista de la dependencia, en donde destacan Vania Bam-birra, Teotonio Dos Santos y Ruy Mauro Marini, y que alcanza en el trabajode este ltimo,Dialctica de la dependencia(1973) su forma ms acabada.

    Pero la condicin de desarrollo o de subdesarrollo en el sistema mundialcapitalista, en tiempos o periodos determinados, no signican posiciones ad-quiridas por las economas para todo tiempo y condiciones en la historia deese sistema. Lo nico que se sostiene en la tesis anterior es que para que emerjdesarrollo en algn espacio geoeconmico en el sistema mundial, se generasubdesarrollo en otros espacios, por procesos diversos, como prdidas de valode unas regiones en benecios de otras, con la colusin de las clases domi-nantes de las regiones subdesarrolladas. Algo de este proceso se deja entrevecuando se sostiene que:

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    () los benecios que las empresas transnacionales obtienen de sus operacionesen Amrica Latina y el Caribe se incrementaron 5.5 veces en nueve aos, pasan-do de 20 mil 425 millones de dlares en 2002 a 113 mil 67 millones de dlaresen 2011. El crecimiento tan marcado de estas utilidades tambin denominadasrentas de tiende a neutralizar el efecto positivo que produce el ingreso de lainversin extranjera directa (). Ello porque las empresas transnacionales repa-tran una proporcin de sus utilidades ligeramente superior(55%) a la que reinvierten(45%) ( , 2012: 13 y 68) (las cursivas son propias).

    Desde este horizonte, tericamente es posible sostener queuna economadesarrollada pueda girar hacia el subdesarrollo. Por ello tienen sentido los se-alamientos que alimentados por los desastres de la actual crisis, pero porrazones de ms larga data, arman, por ejemplo, que la economa de Espaase estaralatinoamericanizando, no slo por la aplicacin ortodoxa de polticasneoliberales reclamadas por los organismos europeos y el Fondo MonetarioInternacional ( ) y con el acuerdo del gobierno de Mariano Rajoy, sinoporque esas errneas polticas (Nadal, 2014), en el contexto de la actualcrisis, no abrirn las puertas para la recuperacin y, por el contrario, la estaranempujando al subdesarrollo (Roitman, 2012), en benecio inmediato de la Alemania de Angela Merkel, y del gran capital con asiento en Espaa.

    No s si estos pronsticos podrn conrmarse en el futuro. Lo que me im-porta destacar es que una reversin como la arriba sealada es posible dentrode los movimientos y procesos del sistema mundial capitalista.

    Pero el complemento de la hiptesis anterior seala queuna economa sub-desarrollada pueda reorientarse hacia el desarrollo.

    La nica certeza respecto a esta segunda formulacin es que si se armaque una determinada economa estara encaminndose al desarrollo (o que yalo es), junto a las razones que llevan a tal armacin, el paso inmediato serainterrogarse en qu economas y regiones del sistema mundialse est exten-diendo o profundizando el subdesarrollo. Porque en estos procesos, como hemosvisto, necesariamente hay consecuencias.

    COREA DEL SUR , CHINA Y EL DESARROLLO

    Si se arma que Corea del Sur, en un breve plazo, logr constituirse en unaeconoma desarrollada, tendremos que preguntarnos en qu economas yregiones se cobr inicialmente y se cobra actualmente la factura de eseproceso en trminos de intensicacin o extensin del subdesarrollo. Porque

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    Estados Unidos destin sumas considerables para apuntalar y fortalecer la economa de Corea del Sur, por su estratgica posicin en la pennsula coreanaen momentos particulares de la Guerra Fra. Entre 1945 y 1961 Corea del Surrecibi en forma de donaciones de Estados Unidos ms de 3 100 millones dedlares, cifra que es ms del doble de lo que recibieron Blgica, Luxemburgoy los Pases Bajos durante el Plan Marshall, o un tercio ms de lo que percibiFrancia ( oussaint, 2006: 86). Desde otra perspectiva, de 1953 a 1960, laayuda econmica de Estados Unidos (a Corea del Sur) represent un terciodel presupuesto del pas, nanciando un 85 % de sus importaciones y un 75%de la formacin de capital jo; en resumen, un 8 % del (Aquino, 2000:127-155).

    No debe menospreciarse lo que las clases explotadas sudcoreanas aportaronen el proceso al sufrir agudos y prolongados procesos de superexplotacinBasta sealar que el Estado impuso a los campesinos un volumen mnimode produccin para ciertos productos a un precio jado por las autoridades,generalmente muy bajo, a menudo inferior al precio de coste ( oussaint,2006: 88), o que para 1980, cuando los principales problemas de acumula-cin ya se superaban, el coste salarial de un obrero coreano representaba undcimo del de un obrero alemn, la mitad del de un mexicano, (y) un 60%de un brasileo. Y la jornada laboral para los obreros para este ltimo ao

    era la ms larga del mundo, no existiendo adems un salario mnimo legal( oussaint, 2006: 95).Pero en relacin al vnculo desarrollo-subdesarrollo con toda seguridad po-

    dra armarse que los enormes recursos aportados a Corea del Sur en aquelloaos no salieron de los bolsillos del capital estadounidense, ni tampoco denuevas o mayores tasas impositivas sobre su poblacin trabajadora, sino de valores apropiados por la economa estadounidense a diversas economas y regiones, y que terminaron en Sel.

    En la actualidad es el caso de China el que suscita interrogantes en tornoal periodo desde el que se le puede o se le podr considerar una economadesarrollada, y ms an, si constituye el verdadero rival que disputa la hege-mona de Estados Unidos en el sistema mundial, o quedar como una simpleamenaza, como ocurri con los sealamientos de Japn y Europa Occidentalen periodos anteriores.

    Las cifras de crecimiento de la economa china en las ltimas dcadas sonsorprendentes, como sorprendentes son sus avances en materia de produccinde bienes industriales sosticados, de investigacin y nuevos conocimientosalcanzando avances importantes incluso en la exploracin espacial.

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    Parte importante de los esfuerzos que ha requerido esta acelerada trans-formacin reposan sobre las espaldas de una economa que cuenta con unafuerza de trabajo enorme, calculada en 834 millones de brazos para 2015, ycon una migracin campo-ciudad calculada de 200 millones de personas parala dcada de los noventa (Martnez, 2008), lo que ha propiciado una suertede agudizacin del atraso en amplias regiones de la propia economa china,particularmente en el agro. Pero no hay duda quesiendo esto necesario, no es su- ciente para explicar las potencialidades de desarrollo alcanzados.China es hoyuna economa que obtiene benecios extraordinarios por mltiples procedimientos.

    En la base de esos procedimientos se encuentra la particular combinacinde elevados avances cientcos y tecnolgicos, que permiten incrementos sustanciales en la productividad, con salarios, jornadas e intensidad en condicio-nes de superexplotacin, lo que permite la produccin y exportacin de unamasa enorme de bienes de todo tipo y complejidad, en condiciones de barrero debilitar cualquier competencia.

    A ello se agrega una poltica cambiaria que se constituye tambin en sub-sidio a las exportaciones, con lo cual China ha logrado convertirse en la mspoderosa economa exportadora (en 2013 las exportaciones totales de Chinaascendieron a 2 021 millones de dlares, por arriba de Alemania, Estados Uni-dos y Francia, en tanto las importaciones llegaron a 1 095 millones de dlares

    (Agencia china de noticias, 10 de enero de 2014), llevando a la bancarrota asectores productivos de un sinnmero de economas y a elevar el dcit de subalanzas comerciales, incluido Estado Unidos (para 2013, el dcit comerciade Estados Unidos con China ascendi a 318 400 millones de dlares), lo queimplica debilitar o liquidar competencias.

    Muchos de esos capitales, sea del mundo desarrollado, sea del subdesarro-llado, se suman a la enorme masa de capitales provenientes de muy diversasregiones y economas que luchan por invertir y ganar posiciones en las extensas y diversas plantas industriales existentes en China, con el n de produciruna enorme gama de bienes para ser vendidos en mercados de variado poderde consumo en todo el planeta, sustentados en la conjugacin de bajos salariosy elevada productividad. odas las grandes empresas mundiales, desde pro-ductoras de juguetes, bienes industriales livianos, conocidas marcas de ropasy accesorios de lujo, hasta las productoras de bienes de consumo durable yde bienes de capital, cuentan con alguna planta de produccin instalada enterritorio chino.

    Esto permite a China favorecerse de una cuantiosa capitalizacin. Deacuerdo a la , en 2012 China se ubic como la segunda economareceptora de Inversin Extranjera Directa ( ), con 121 000 millones de

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    dlares, slo por debajo de Estados Unidos, que alcanz los 168 000 millonesde dlares. En tercer lugar se encuentra Hong Kong, tambin territorio chino,con 75 000 millones de dlares ( , 2013: 4). Esa permite multi-plicar sus procesos de acumulacin, elevar la calicacin de su mano de obralograr transferencia de conocimientos,1 y favorecerse de impuestos. A ello seagrega la repatriacin de ganancias de sus inversiones forneas.2

    En estasui gneris articulacin de avances tecnolgicos y productivos conaguda superexplotacin, que permite abaratar precios a niveles inalcanzablesel logro de cuantiosas inversiones en sus territorios que dejan sustratos deconocimientos y capacitacin, junto a un voraz copamiento de mercados, eldesarrollo chino supedita a sus competidores del mundo desarrollado y pro-fundiza el subdesarrollo y la dependencia de otras regiones, arrastrando inversiones, quebrando competencias, inundando mercados con sus baratos bienesindustriales. A modo de ejemplo, del ao 2002 a 2011, sostenida en sus cuan-tiosas importaciones en la regin, China se convierte en uno de los principalesproveedores de bienes de capital de Argentina, Brasil, Chile y Mxico, elevando de manera considerable su participacin porcentual en todos los casos, apesar de no ser el principal (siendo la Unin Europea para Brasil, y EstadosUnidos para Mxico). As, pasa en esos aos del 4 a 28 % como proveedor demquinas, herramientas y repuestos en Argentina; de 3 a 24 % en Brasil; de

    6 a 29 % en Chile, y de 7 a 31 % en Mxico (Bekerman, Dulcich, Moncaut,2014: 69).Sobre las bases de una elevada acumulacin capitalista sustentada por mlti-

    ples caminos, la voracidad importadora del mercado chino se expande tambinsin afectar la acumulacin, ni provocarle dcits comerciales, hambrien-to de alimentos, para satisfacer una creciente demanda de bienes-salarios,como de materias primas para sostener la elevada produccin local, lo que hadinamizado la expansin exportadora de Amrica Latina de los ltimos aos.

    De esta forma China es hoy la fbrica mundial por excelencia, as comouna de las locomotoras que arrastra la golpeada economa capitalista en crisis

    1 China exige a los inversores extranjero, particularmente a los de elevada productividad y de secto

    res estratgicos, la capacitacin de personal y la enseanza de tecnologas aplicadas.2 Para 2010 elstock total de capital chino en el exterior ascenda a 317 210 millones de dlares. Muy

    por debajo de los monto de las grandes economas, pero con tendencias a un ascenso creciente.(Ocina Econmica y Comercial de la Embajada de Espaa en Shanghi, 2012). Pero en 2012

    China fue la tercera economa inversora en el extranjero, con 84 000 millones de dlares, slo pordebajo de Estados Unidos y Japn. En el cuarto lugar se ubica Hong Kong, tambin con 84 000millones de dlares de inversin en el exterior ( , 2013: 5).

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    UN CUADRO DE CONDICIONES EXCEPCIONALES

    En los dos casos considerados no debe perderse de vista las condiciones excepcionales que posibilitan y denen sus procesos de desarrollo. En este sentidoes importante resaltar el papel del Estado en la tarea de denir un proyectode desarrollo, jerarquizando tareas y tiempos para el destino de recursos haciasectores y ramas determinadas, manteniendo el monopolio de esos recursos,alineando a las distintas clases dominantes y fracciones a ese proyecto (que expresa, a lo menos, los intereses de la fraccin burguesa industrial), disciplinando a las clases trabajadoras y sometindolas a agudos procesos de explotaciy sobreexplotacin, morigerados en periodos avanzados del proceso en Coreadel Sur, en materia salarial, no en intensidad, y que ya toma forma fuerzatambin en China.

    Ese papel director del Estado yla autonoma (que no independencia) alcan-zada frente a las distintas clases y fracciones dominantes encuentra explicacio-nes en particularidades histricas. En el caso de Corea del Sur, la profundareforma agraria realizada entre 1945-1960, que resta poder a los sectoresterratenientes, la Guerra de res Aos (1950-1953) con Corea del Norte (endonde murieron dos millones y medio de combatientes entre los bandos en-frentados), y el debilitamiento que provoc este conicto en el procesos de

    acumulacin y en las bases de sustentacin de las clases dominantes. odoello creo condiciones para que el Estado coreano, bajo una mano frrea, queasumi incluso la forma de dictadura militar, se pudiera erigir en elcentro dela reorganizacin capitalista .

    Baste recordar que en el golpe de Estado de 1961, el general Park Chung-hee nombra una Junta Militar que realiza las labores de Poder Ejecutivo y Le-gislativo, para en 1963 proclamarse Presidente de la Repblica, estableciendouna dictadura militar que suprimi la libertad de prensa, restringi las liberta-des individuales y promulg leyes que permitieron su continua reeleccin, loque se prolong hasta 1979, ao en que fue asesinado por el jefe del aparatode inteligencia creada bajo su largo mandato, en medio de una aguda crisispoltica.

    Al asumir la presidencia Park dene dos pilares para la recuperacin delpas: la planeacin del desarrollo, lo que implica la elaboracin de planes decorto y largo plazo, y la creacin de grandes conglomerados industriales (chae-bol ), con el apoyo de transnacionales estadounidenses, y que tendrn un pa-pel fundamental en el posterior empuje exportador. Cabe destacar que en losprimeros quinquenios los recursos de las exportaciones deban procurar demanera prioritaria la importacin de equipos y de insumos especializados.

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    Park estableci otras importantes medidas, como la nacionalizacin delsistema nanciero, que oper con bajas tasas de inters y acceso limitado a locrditos, orientado a favorecer a las empresas que se ajustaban a los planes ddesarrollo establecidos. As, por ejemplo, en el segundo plan quinquenalde desarrollo econmico (1967-1972), el 50% de los recursos del sector nan-ciero se canalizaron al apoyo de la industria qumica y pesada (Cullar, 2012).3

    No hay que olvidar que a Park le sucedi otro dictador militar, ChungDoo Hwan, quien prosigui en lo fundamental con la enorme presencia es-tatal en la conduccin de la economa y la mano frrea frente a los opositoresy sindicatos, y en el avance a nuevos estados de industrializacin, siendo destituido tras poderosas movilizaciones en 1987. Recin en 1988 en Corea delSur se eligi presidente por sufragio universal, y en 1992 se elige al primerpresidente civil ( oussiant, 2006: 95-104).

    La experiencia revolucionaria de China y la constitucin de una poderosaburocracia estatal desde la cual se inicia, no sin conictos, la mutacin hacia ecapitalismo, le otorgan al Estado un elevado poder y autonoma frente a unaemergenteburguesa que desarrolla cobijada en ste, al tiempo que cuenta conuna poderosa base ideolgica proporcionada por la Revolucin de 1949, quele permite ganar consensos y disciplina en el grueso de la poblacin, lo que noexcluye represiones masivas y coerciones puntuales para apaciguar o aplasta

    brotes de descontento y protestas.Desde la denicin de las cuatro modernizaciones, agraria, industrial, de-fensa y tecnolgica, a nales de los aos setenta, la creacin de zonas econmicas especiales para favorecer tempranamente las exportaciones como fuentde ingresos para las tareas econmicas mayores, la implementacin de planequinquenales, los que se inscriben a sus vez en proyectos de mayor alcance d20 a 30 aos, la apertura al capital extranjero en condiciones que obligan acalicar mano de obra y transferir conocimientos, bajo la direccin y controldel Partido Comunista y el gobierno, el papel del Estado se hace presente entodas la decisiones relevantes encaminadas a lograr el desarrollo. Es desde esposicin que se van otorgando mayores campos de decisin a las empresasestatales, a los gobiernos regionales, a los bancos y a los espacios de operacidel mercado (Meza, 2013).

    3 En el primer plan quinquenal (1962-1966) los sectores o ramas prioritarios a desarrollar fueron el

    sector energtico, abonos, textiles y cemento; en el tercero (1972-1976) los ejes productivos fueronla siderurgia, equipamiento de transporte, electrodomsticos y la construccin naval ( oussaint,2006: 93).

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    Importa destacar que en ninguno de estos dos casos estamos hablando deun giro hacia el desarrollo como un simple resultado de la dinmica tenden-cial de la acumulacin de capital. Lo que se presenta, por el contrario, en uncaso, es una profunda reforma agraria y una guerra que desmantelan las basede sustentacin de las antiguas clases dominantes locales, debilitndolas, atiempo que la principal potencia ofrece cuantiosos recursos y protege polticay militarmente el proceso de recuperacin y posterior desarrollo capitalista deCorea del Sur.

    En el caso de China tenemos la situacin de una sociedad que se ha revo-lucionado, destruyendo tambin las bases de sustentacin de las viejas clasedominantes, desatando fuerzas y potencialidades en aras de alcanzar el socialismo, las que tras agudas luchas y virajes terminan siendo canalizadas por unproceso que no slo la conduce al capitalismo, sino que la convierte en unapotencial rival de la hegemona en el sistema mundial.

    En los dos casos, a su vez, tenemos la conformacin de Estados autoritariosfuertes y con amplia autonoma para disciplinar a la sociedad en su conjunto,para denir planes y proyectos de desarrollo econmico a los cuales debenadscribirse los agrupamientos dominantes y los dominados y en sostener sobreestos ltimos prolongados y agudos procesos de superexplotacin.

    En otras palabras, el trnsito al desarrollo capitalista de economas subde-

    sarrolladas en la segunda mitad del siglo y a inicios del siglo slo hasido posible en economas que han caminado un largo trecho a contrapelo delas simples tendencias de la mano invisible del mercado, en un cuadro de con-diciones excepcionales difciles de repetir. Por esta razn, no es difcil sealaqueChina y Corea del Sur no pueden ser un modelo a seguir por las economaslatinoamericanas,como algunas voces han atribuido a tericos de la dependen-cia (Kornblihtt, 2012).

    Slo despus de sentar bases slidas (entre la que emerge la capacidad deapropiarse de valores gestados en otras economas), se van abriendo puertaspara que el mercado y las tendencias de la acumulacin capitalista ganen autonoma, y an all, sin dejar de contar con la vigilancia y proteccin del Estadoen sus vaivenes locales, as como globales.

    Qu haba de particular en los aos sesenta y setenta del siglo para queEstados Unidos y la llamada comunidad internacional de Occidente apoyarancon cifras cuantiosas el proceso de Corea del Sur,4 y se aceptaran medidas

    4

    A los abundantes aportes estadounidenses ya sealados, cabra agregar que en la primera mitad dlos aos ochenta, y en medio de serios problemas nancieros, Japn otorg a Corea del Sur 3 000millones de dlares por concepto de reparaciones de guerra ( oussaint, 2006: 99).

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    radicales, como el control estatal del sector nanciero, y la puesta en marchade planes en donde la manoseada libertad de los mercados y tambin de losindividuos quedaron en entredicho?

    Podramos tambin preguntarnos si ese sistema mundial capitalista he-gemonizado por Estados Unidos aceptara en nuestros das un proyecto dedesarrollo capitalista en tales condiciones. Las probabilidades de que surja unproyecto de esa naturaleza son escazas, si no es que nulas; y no hay que seprofeta para armar que Estados Unidos no lo aceptara, y me temo que mu-cho menos lo apoyara, salvo que fuese necesario, con algn aliado de primenivel, y ubicado en alguna zona de vital importancia, como Medio Oriente.

    La conjuncin de encontrarnos en los primeros tiempos de la hegemonaestadounidense, el lugar estratgico (y no la presencia de grandes riquezasnaturales) de Corea del Sur en la recientemente abierta Guerra Fra (comocontencin de Corea del Norte, a pocos kilmetros de las principales ciudadesde la China comunista, y casi fronteriza tambin con la Unin Sovitica), sonalgunos de los elementos a nivel del sistema mundial que permitieron esa excepcional experiencia. A ellos se agregan los que reeren a las particularidaden el seno de Corea del Sur que ya hemos destacado.

    Por otro lado, la temprana constitucin de China en una potencia nuclear,en 1964, es un elemento que seguramente jug un peso de signicacin en

    las indecisiones de Estados Unidos, y otros poderes imperialistas, en pretendedetener el proceso chino, junto a las disputas que mantuvo China con la exUnin Sovitica, de la cual los centros desarrollados esperaban mejores resultados para sus intereses.

    El papel del confucianismo y su relacin con el desarrollo de Corea del Sury China es objeto de visiones encontradas. Para algunos autores constituyeun pensamiento que entrababa la modernizacin econmica, por el peso queotorga a las relaciones intrafamiliares y a la cultura, desvalorizando por otrolado las actividades comerciales, por lo que slo en la medida que fue siendoabandonado permiti que el desarrollo alcanzara forma en los dos casos aquconsiderados. Otros, por el contrario, consideran que ha jugado un papel dela mayor relevancia, no slo en trminos polticos, por la lealtad que reclama las autoridades, sino tambin en el campo econmico, al valorizar el estudio ypropiciar as, el importante avance cientco y tecnolgico alcanzado en muycorto tiempo (Botton, 1997; Len, 2002).5

    5

    Es un tema que introduce una dimensin histrico-cultural en el estudio de los problemas del de-sarrollo de enorme importancia, imposible de abordar con mayor detalle en este escrito y que esta-blece particularidades y diferencias con otras regiones y economas inscritas en el subdesarrollo.

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    L A INGENUIDAD NEODESARROLLISTA

    El podero alcanzado por Estados autoritarios, en materia de denicin, di-reccin y puesta en marcha de los planes de desarrollo en el corto y medianoplazo en los casos considerados, as como los agudos procesos de acumulaciprimitiva y de acumulacin sustentados en la superexplotacin de los traba- jadores que los hicieron posibles, permite poner en sus justas dimensiones lotmidos llamados de neodesarrollistas y neoestructuralistas en aras de otorgarmayores responsabilidades al Estado en el curso de los procesos econmicode la regin, as como de mejoras salariales y de empleo, formulados en unpequeo escrito conocido como lasDiez tesis , rmado en Sao Paulo en sep-tiembre de 2010 por un nmero importante de economistas brasileos y ar-gentinos, entre otros, de la regin, as como por algunos de otras regiones(Diez tesis , 2012).

    Frente a la envergadura de los problemas afrontados por los Estados en lasexperiencias de Corea del Sur y de China, es una armacin que contradicela historia ms reciente sealar que losmercados son el mbito principal deldesarrolloeconmico (tanto Corea del Sur como China desmienten lo an-terior), sin embargo, prosiguen los neodesarrollistas, elEstado tiene un papelestratgico para la provisin del marco institucional apropiado para sostener

    este proceso estructural. En otras palabras, para los economistas menciona-dos, el mercado propicia el desarrollo, para lo cual es necesario un marcoinstitucional, provisto por el Estado, para que ese desarrollo se sostenga. Aln que prosiguen los neodesarrollistas eldesarrollo econmico requiere unaestrategia que permitaaprovechar las oportunidades globales ()creando opor-tunidades de inversi n para losemprendedores privados (Diez tesis , 2012).

    Los neodesarrollistas reconocen que la burguesa de la regin ha hechopoco o nada en materia de desarrollo, porque suponen no se le han sealadoo sugerido las estrategias a seguir en la materia (entre parntesis, los Estadoanalizados no sugirieron, ni simplemente indicaron: obligaron a seguir deter-minados caminos). Pero cuando esto ocurra la burguesa ahora s, estar enla mejor disposicin de hacerlo. La pregunta inevitable es: y por qu ahoras? No hay en el escrito, ni en la experiencia regional, ningn elemento quepermita responder armativamente a esta interrogante.

    Reconocen a su vez que esta burguesa ha hecho poco o nada en la materia,porque no ha contado con oportunidades de inversin, perdida en los labe-rintos del mercado, como si no fuese exactamente eso lo que ha hecho hastala fecha: seguirsus oportunidades de inversin, de construir va concentracindel ingreso estrechos mercados internos a la medida de sus necesidades, de ex

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    pulsar trabajadores del mercado con elevadas tasa de desempleo y subempleoo de mantenerlos en los mrgenes, con salarios pauprrimos, y de volcarse alos mercados exteriores en los tiempos actuales.

    Siguiendo las clsicas frmulas y recetas de los organismos internacionaleen donde lo que debera ser y hacer el Estado o los empresarios de la reginse impone a lo que efectivamente son y hacen, los neodesarrollistas sealauna serie de tareas que debe cumplir el Estado para resolver el problema delsubdesarrollo:1) promover la estructura () y las instituciones nancieraspara que sean capaces de canalizar recursos domsticos al desarrollo de linnovacin; 2) el desarrollo () debera ser nanciado esencialmente conahorro interno, para lo que se requiere instituciones nancieras pblicas queaseguren la plena utilizacin de los recursos domsticos; 3) garanta estatalde proveer empleo (a lo menos con) un salario vital (), para neutralizar (la)tendencia al mal pago del trabajo; y4) perseguir el pleno empleo, entreotras.

    Frente a estas nuevas responsabilidades, la pregunta obligada es cul Estado es el que podra poner en marcha estas tareas, a pesar de ser limitadas?Porque en la casi generalidad de Estados que contamos, se encuentran actuan-do de acuerdo a lo que las clases dominantes y el capital extranjero requierenpara generar ganancias, y ello pasa por sostener salarios de sobreexplotacin

    para el grueso de la poblacin trabajadora, para ganar en competencia con susproductos en el exterior; abrir nuevas y mejores condiciones a las inversioneextranjeras; desincentivar el ahorro; concentrar ingresos y alentar el consumode los sectores sociales con poder de compra.

    Es posible que estn pensando en la necesidad de conformar otro Estado oreformar a fondo los actuales. Y eso cmo se logra? Una tarea de tal envergdura reclamara contar con fuerza social y poltica para poner en cintura a lasclases dominantes, a los grandes exportadores, a los asociados al capital extran jero, al propio capital extranjero que opera en nuestras economas, a los queproducen para el alto mercado interno, a los que pagan salarios de hambre, ala clase poltica, a los jueces y magistrados. Porque adems ese nuevo Estadreclamara nuevas leyes que hagan posible establecer nuevas condiciones dorganizacin de la vida en comn.

    Sin pronunciamientos sobre estos pequeos detalles, cualquier listadode buenas intenciones sobre lo que debera hacer el Estado pensado comouna cosa-mquina con atribuciones propias, a la que bastara limpiar y aceitarpara que funcione bien no deja de ser simplemente eso: un listado de buenasintenciones, de ilusionesa partir de un Estado que no existe en la reginy delque se dice poco sobre cmo podra ser el director de orquesta que se desea.

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    L A INTEGRACIN DE LOS PROCESOS LOCALES CON EL CAPITAL TRANSNACIONAL

    Ninguna economa latinoamericana se aproxim desde la segunda mitad delsiglo a la fecha a aquella constelacin de factores excepcionales que abrie-ron las puertas para el desarrollo de Corea del Sur y China. La integracin delos procesos productivos de la regin con los de la economa estadounidensey del capital transnacional, su ubicacin en una zona de vital seguridad para Washington, limitaron o impidieron que procesos de tales caractersticas sehicieran presentes en la regin.

    Por parte de las clases dominantes latinoamericanas, la voluntad de le-vantar proyectos con algn grado de autonoma si es que alguna vez exis-ti se fue a su vez esfumando mientras dichas clases estrechaban de manercreciente sus lazos con el capital estadounidense y extranjero en general,reviviendo de manera regular una reproduccin de capital sustentada en lasuperexplotacin, la marginacin del grueso de la poblacin trabajadora delconsumo, y con ello aminorar y casi extirpar la tendencia del capital a alen-tar la generacin local del conocimiento y tecnologa (adquiridos de manerapredominante en el exterior) y a hacer de la plusvala relativa el eje de laacumulacin.

    Por esta razn, la voluntad de romper con el atraso y el subdesarrolloha quedado en manos y en proyectos de otras clases en la regin, debiendoenfrentar el rechazo de Washington, as como de sus polticas desestabiliza-doras, cuando no abiertamente intervencionistas. Recordemos la experienciaencabezada por Salvador Allende en Chile, y cmo y por quines fue liquidada, para no ir ms lejos.

    El signicativo papel del Estado en las experiencias anteriormente ana-lizadas alcanza mayor sentido cuando consideramos el periodo reciente deenorme ganancias que muchas burguesas y Estados latinoamericanos perci-bieron en los ltimos aos, como resultado de una sorprendente elevacinde los precios internacionales de los principales bienes primarios exporta-dos por la regin por un periodo sostenido, como fue el caso del petrleoy derivados, gas natural, cobre, hierro, soja y sus derivados, entre los msdestacados.

    Las burguesas latinoamericana y transnacional favorecidas de esas ele-vadas ganancias las destinaron a reproducir el subdesarrollo. En las gran-des economas regionales, como Mxico, Brasil y Argentina predomin la

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    subordinacin del Estado a la dinmica de la reproduccin dependiente y alos intereses de sus clases dominantes y del capital extranjero inserto en laregin.6

    UNA NUEVA SITUACIN EN EL SISTEMA MUNDIAL Y EN LAS ECONOMAS LOCALES

    En la mundializacin, en nuevos estados de integracin de los capitales yprocesos productivos locales con los proyectos e intereses del capital global, lposibilidades de una conuencia de factores sistmicos y locales para desencadenar procesos que conduzcan al desarrollo son cada vez ms difciles que sproduzcan. Por el contrario, dicha integracin ha profundizado el subdesarro-llo y la dependencia.7

    En la actualidad, las economas latinoamericanas, de la mano del capitallocal y global, han recongurado las estructuras de insercin en los mercadointernacionales teniendo como base la produccin de bienes primarios y ali-mentos, con poco procesamiento, alejndose de los objetivos de desarrollarconocimientos y tecnologas. En algunos casos tambin se producen bienesindustriales, en un contexto regional en donde el sector industrial ha sidoprcticamente desarticulado, cuando no desmantelado, quedando reducido a

    algunos segmentos de cadenas globales en donde se privilegia el trabajo y subaja remuneracin y no el conocimiento.De esta forma la economa latinoamericana ha quedado ms descentra-

    da que en los periodos previos, sin un proyecto industrial, sino tan slo conalgunas industrias, o a lo sumo con pequeos segmentos, principalmente deensamble y maquila, y poco de produccin, en donde las decisiones de qu ycmo producir se encuentran en las casas matrices de empresas globales provenientes del mundo desarrollado.

    6 A pesar de casi tres dcadas desde su publicacin, y de su sesgo estructuralista, es interesante ver

    comparacin que realiza Fernando Fajnzylber de los estilos de desarrollo de Japn y Corea deSur, frente a los de Estados Unidos y Amrica Latina (Fajnzylber, 1987).

    7 Para Samir Amin esta constatacin contraviene la visin de Marx sobre el despliegue mundializa

    do del capitalismo que era en lneas generales el de una recuperacin del retraso por parte de lorecin llegados al mismo. Por ello sostiene que ha centrado sus esfuerzos para enriquecer a Marmediante la toma en consideracin () que el capitalismo realmente existente, en su desplieguemundializado, ha producido, reproducido y profundizado, constantemente la polarizacin centros/periferias (Amin, 2011: 129-130).

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    Esto va acompaado por la multiplicacin de nuevos recursos mineralesexplotados a cielo abierto, el desmantelamiento de bosques y reservas de aguaLa depredacin de las riquezas de la zona en aras de acrecentar la acumulacino se trasunta en mejores condiciones de acumulacin para proyectos de desa-rrollo ni de infraestructura para esa nueva economa. ampoco en mejoras sus-tanciales en el consumo y bienestar de la poblacin mayoritaria de la regin.

    En estas condiciones la llamada mundializacin o conformacin de uncapitalismo global (Martnez, 2008) ha signicado para el capital operante en Amrica Latina un proceso de agudizacin de la subordinacin de la regina los grandes capitales y economas centrales, de prdidas de proyectos autnomos, quedando sujeta la regin a los vaivenes de las decisiones de cadenaglobales de produccin que extienden sus segmentos por todo el planeta, o alos precios de sus productos primarios de exportacin, favoreciendo las transferencias de valor hacia sus casas matrices asentadas por lo general en Estadodel mundo central.8

    AMODO DE CONCLUSIN: EL DESARROLLO DEL SUBDESARROLLO

    Para describir la agudizacin del subdesarrollo y de la dependencia de las eco

    nomas latinoamericanas, en tanto prosiguieran organizadas por las relacionesdel capital, Andre Gunder Frank acu la nocin desarrollo del subdesarro-llo (1970: 13).

    Esta nocin puso de maniesto que las economas latinoamericanas po-dan crecer y expandirsu desarrollo, pero en tanto lo hacen en la lgica querige al capitalismo dependiente, dicho desarrollo agudizara los problemas desubdesarrollo.

    Agudizacin del subdesarrollo o agudizacin de la dependencia no implicaconcebir una economa estancada o con nmeros negativos en materia de cre-cimiento, como torpemente se sigue repitiendo (Astarita, 2010: 57); tampocoagudizacin absoluta de la pobreza y la miseria, o exterminio de la poblacintrabajadora local, como resultado de la superexplotacin, entre otras tantassupercialidades como se caricaturiza a la teora marxista de la dependencia.

    8 Por ganancias, para 2011, de las 50 empresas ms grandes del mundo, segnForbes Global, 19

    corresponden a Estados Unidos (cinco entre las primeras 10), ocho a China, cinco a Alemania,

    cinco a Francia, dos a Espaa, e igual nmero a Gran Bretaa, entre los Estados con mayor n-mero. Vase www.deganadores.com/index.php?option=com_content&view=article&id=595:las-Consultado el 2 de febrero de 2012.

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    Incremento del subdesarrollo o de la dependencia signica la agudizacinde las particularidades de la reproduccin del capital propias del capitalismodependiente. Nuestras economas podrn seguir creciendo, mucho o poco,pero creciendo, podr seguir expandindose la planta productiva, las extensio-nes de tierras cultivadas, la masa de bienes producidos y exportados y la masde inversiones en el exterior, pero de manera que slo unos pocos sectoressociales y clases disfrutan del trabajo social all contenido.

    La poblacin que alcanza trabajo podr acceder a televisores, celulares ocomputadoras, a condicin de vivir con precarios servicios pblicos en materia de salud, educacin, vivienda, con transporte deciente, prolongando assus ya largas jornadas laborales, sin poder reproducirse en condiciones de serehumanos que laboran en el siglo y no en el siglo ; la reproduccin denuevos brazos disponibles para el capital proseguir, sostenida en programasgubernamentales de subsistencia y en los esfuerzos de las familias y de redes dsobrevivencia en el mundo de los paupers . Las brechas sociales se profundizan,incrementando los agravios morales sobre las mayoras, cada vez con ms extensas o intensas horas de trabajo o bajo los tormentos de la miseria.

    A modo de sntesis sealemos la conjuncin de procesos econmicos, po-lticos y geopolticos que han hecho posible las experiencias de desarrollo dCorea del Sur y China. De ninguna manera pueden ser ledos como un re-

    cetario para el desarrollo, como gustan de sealar aquellos que suponen quees posible trasladar experiencias, sin considerar las particularidades histricahacia otras regiones y naciones.

    * Conformacin de un Estado autoritario que tiene como una de sus metasalcanzar el desarrollo y que organiza hacia ese objetivo las fuerzas y lorecursos de la sociedad.

    * Una frrea planicacin estatal a la cual se supeditan incluso los poten-ciales agrupamientos que darn forma a una burguesa industrial y demsfracciones burguesas.

    * Procesos de reformas agrarias que desmantelaron el poder de oligarquasrurales.

    * Agudos procesos de explotacin de la poblacin rural para fortalecer losprocesos de industrializacin.

    * Agudos procesos de superexplotacin de la poblacin obrera industrial.* Acceso a cuantiosos apoyos monetarios desde Estados Unidos y otras eco

    nomas desarrolladas (caso de Corea del Sur).* Importantes recursos provenientes de la dispora china.

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    * Desarrollo de un proceso revolucionario en China que desmantela a lasantiguas clases dominantes.

    * Enorme masa de fuerza de trabajo que se vuelca a la produccin de valoruna vez establecida la planicacin en el giro capitalista.

    * Poblacin trabajadora altamente disciplinada, por razones culturales y porla presencia de regmenes autoritarios que impiden o limitan su organiza-cin y sus luchas.

    * Rpida conformacin de franjas productivas exportadoras que favorecen laacumulacin dirigida hacia ncleos econmicos estratgicos.

    * Elevados montos de inversin extranjera directa, que alimentan la acumu-lacin, supeditadas a las necesidades de la planicacin.

    * Exigencias a los inversores extranjeros de transferir conocimientos y calicar mano de obra.

    * Lugar estratgico de Corea del Sur en la etapa de Guerra Fra, que explicalos cuantiosos apoyos econmicos y polticos.

    * emprano alcance de la condicin de potencia atmica de China, lo quelimita las agresiones forneas.

    * Elevados montos de presupuesto destinados a la Innovacin ecnolgica ycreacin de conocimiento.

    * Creciente paso de una acumulacin sustentada en plusvala absoluta, que

    gira hacia la plusvala relativa.Si bien en Amrica Latina se ha dado la conuencia de regmenes auto-

    ritarios y una aguda superexplotacin, esto ha alimentado a los procesos dereproduccin que sustentan la subordinacin de la economa regional a lasnecesidades y exigencia del gran capital local y extranjero.

    Esta es una de las razones que explica la ausencia de un proyecto dedesarrollo nacional, y de una frrea planicacin orientada al desarrollo, quesometa incluso a las propias clases dominantes a tales objetivos.

    ambin permite entender que los Estados de la regin no exijan a los in-versores extranjeros transferencias de conocimientos y capacitacin de manode obra.

    Cuando algunos esbozos de proyectos autnomos y nacionales han tomadoforma en la regin, han debido enfrentar una aguda ofensiva de Estados Unidosy de las propias clases dominantes locales, siendo abortados tempranamente.

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