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261 1º de julio al 15 de agosto de 2011 REALIDAD ECONOMICA 261 El Rastrojero 1952-1955 ESTADO, PYMES, INDUSTRIA realidad económica 4 Revista de economía editada por el Instituto Argentino para el Desarrollo Económico (IADE) Aparece cada 45 días º aniversario

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El Rastrojero 1952-1955ESTADO, PYMES, INDUSTRIA

realidadeconómica4 Revista de economía

editada por el InstitutoArgentino para el

Desarrollo Económico(IADE) Aparece cada

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INSTITUTO ARGENTINO PARA ELDESARROLLOECONÓMICO

Presidente honorario:Salvador María Lozada

Presidente:Sergio Carpenter Vallejos

Vicepresidente:Alfredo T. GarcíaSecretaria:Lucía VeraProsecretaria:Marisa DuarteTesorero:Eduardo KanevskyProtesorero:Ricardo LaurnagarayVocales Titulares:Roberto GómezAlberto RosenthalJuan Carlos AmigoCarlos ZaietzPedro EtchichuryDaniel RascovschiHoracio RovelliJosé María CardoVocales Suplentes:Ariel SlipakFlora LosadaTeresa HerreraAlberto UrthiagueComisión revisora de cuentas:Enrique JardelGabriela Vítola

Nº 2611º de julio al 15 de agosto de 2011

Editor responsable:Instituto Argentino para elDesarrollo Económico (IADE)

Director:Juan Carlos Amigo

Comité Editorial:Enrique O. ArceoEduardo BasualdoAlfredo Eric CalcagnoDina FoguelmanRoberto GómezMabel ManzanalMiguel Teubal

Registro Nacional de laPropiedad Intelectual Nº 133452Los artículos pueden ser librementereproducidos con sólo acreditar aRealidad Económica como fuentede origen, salvo indicación en con-trario. La responsabilidad de los ar-tículos firmados recae de maneraexclusiva sobre sus autores y sucontenido no refleja, necesariamen-te, el criterio de la dirección.Pedido de suscripción NacionalValor de la suscripción

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Impreso en Publimprent S.A., Cóndor 1785 - Cdad. de Buenos Aires.tel. 4918-2061/2

ISSN 0325-1926

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realidadeconómicaRevista de economía editada por el Instituto Argentino para el Desarrollo Económico (IADE) HipólitoYrigoyen 1116 - 4º piso (C1086AAT) Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. Teléfonos y Fax:(54 11) 4381-7380/9337 - correo electrónico: [email protected], [email protected] -http://www.iade.org.ar

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C a d e n a c i e n t í f i c o - t e c n o l ó g i c a

Convertir ciencia en tecnología: el rol del EstadoConvertir ciencia en tecnología: el rol del EstadoEduardo N. Dvorkin 7

Ciencia y Tecnología son dos disciplinas independientes. No es necesario para laCiencia justificar los desarrollos sobre la base de potenciales aplicaciones tecnoló-gicas y los desarrollos tecnológicos no requieren el prerrequisito de un desarrollocientífico; sin embargo, cuando una sociedad logra incorporar a sus desarrollostecnológicos conocimientos científicos está en condiciones de producir mayorvalor agregado.

El gran tema es cómo se impulsa la cadena científico-tecnológica.La Argentina es un país con un importante desarrollo científico de alta calidad;

sin embargo, transformar el conocimiento científico en desarrollos tecnológicos,con el impacto que esto implica sobre la creación de puestos de trabajo de calidady la generación de riqueza, es una urgente tarea pendiente.

El Estado argentino es el gran sujeto, el único, que podrá impulsar esta transfor-mación.

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E l Ra s t r o j e r o

Análisis sociotécnico del proyecto de producciónAnálisis sociotécnico del proyecto de producciónautomotriz local integrada en la segunda automotriz local integrada en la segunda presidencia peronista (1952-1955)presidencia peronista (1952-1955)

Facundo Pi cabea - Her nán Thomas 29En este artículo se analiza la trayectoria del vehículo utilitario Rastrojero, diseñado

y producido en serie en 1952 en una empresa del Estado. El principal objetivo esestudiar la dinámica de un conjunto de elementos heterogéneos (instituciones,conocimientos, políticas públicas, infraestructura, grupos sociales, artefactos,empresas, poder, etc.), vinculados con la fabricación de un artefacto tecnológicodurante la segunda presidencia peronista para proveer a pequeños y medianos pro-ductores. El análisis articula el nivel micro (del artefacto), con el nivel macro (delmodelo de acumulación y cambio tecnológico), en el escenario de un proyectonacional de desarrollo de la industria metalmecánica.

El análisis del Rastrojero permite comprender diferentes aspectos de la trayectoriatecnoproductiva de IAME (Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado). Elgobierno confiaba en que la producción metalmecánica movilizaría a la economíanacional con sus encadenamientos productivos, y a los usuarios, con un nuevovehículo para el sector PyME. Portador de un discurso autonomista, el gobiernoorientó también la convergencia de las significaciones de los otros grupos socialessobre el artefacto, a través de estrategias tecnoeconómicas y sociopolíticas.

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E c o n o m í a p o l í t i c a

La crisis de 2001-2002 y el colapso La crisis de 2001-2002 y el colapso del neoliberalismo en la Argentinadel neoliberalismo en la Argentina

Migue l Teuba l 58La situación socioeconómica y política que afectó a la Argentina a comienzos del nuevo

milenio puede ser considerada como una crisis del neoliberalismo, del colapso del modeloneoliberal implementado a rajatabla en el país en los años noventa. En muchos sentidos,esto diferencia el caso argentino de otras crisis de la década anterior, como la brasileña, laasiática o la rusa: todas ellas fueron en gran medida crisis de los modelos neodesarrollistas uorientados a las exportaciones impulsados por el Estado.

Dos eventos importantes marcan los comienzos de una nueva etapa en la economía polí-tica de nuestro país: el golpe militar de 1976 y el golpe económico de 1989. Ambos contribuyeronal desarrollo de un nuevo “régimen de acumulación” (RA), sustancialmente diferente al de“industrialización por sustitución de las importaciones” (ISI), que prevaleció en décadasanteriores. Ambos abrieron el camino para la implementación del Plan de Convertibilidad ylos Programas de Ajuste Estructural (PAE) de los años noventa, que favorecieron plena-mente la consolidación del modelo neoliberal en la Argentina.

A n á l i s i s c r í t i c o

Procesos económicos recientes Procesos económicos recientes en América latinaen América latina

Alfr edo Ser rano Manc i l la - Vale r ia Mutuber r ía Lazar in i85

En la última década, se han desarrollado en Latinoamérica nuevos procesos políticos,sociales, económicos y culturales en respuesta a las consecuencias del modelo económiconeoliberal vigente en los años ochenta y noventa: aumento de la pobreza, exclusión, desi-gualdades, desempleo, precarización de las condiciones de trabajo y erosión de la naturale-za. La población ha elegido nuevos gobiernos que presentan plataformas alternativas con elobjetivo de cambiar su modelo de (sub)desarrollo económico. La construcción de un nuevoparadigma político-social-económico es un reto complicado pero necesario. Muchos paíseshan optado por la utilización del concepto de Economía Social (comunitaria, popular, soli-daria) para proponer esa otra economía.

Este artículo discute, en primer lugar, el concepto de economía social, proponiendo unnuevo marco teórico para clasificar sus diferentes enfoques. En segundo lugar, analiza cuán-to se ha llevado a cabo a la práctiva de esta otra economía propuesta en algunos países deAmérica latina, prestando especial atención a dos bloques diferentes de países: Bolivia y elEcuador, y el Brasil y la Argentina.

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El artículo describe la trayectoria político-institucional de la Comisión Temática Sociedadde la Información de la Reunión Especializada en Ciencia y Tecnología (RECYT) delMercosur, en el período 2001-2010, a partir de analizar la evolución de dos proyectos quese trabajan en el ámbito de dicha Comisión Temática: “Observatorio sobre Sociedad de laInformación” y “Escuela Virtual sobre Sociedad de la Información”. Ambos proyectosplantean el objetivo explícito de contribuir en la construcción de la Sociedad de la infor-mación en el Cono Sur de América latina. El objetivo central del trabajo consiste en identi-ficar las redes de cooperación que se construyen en torno de cada proyecto en particular yla incidencia que tienen los grupos sociales relevantes en la construcción de funcionamien-to (éxito y/o fracaso). La estrategia metodológica utilizada para resolver los objetivos pro-puestos consistió en analizar actas institucionales de la RECYT y entrevistas realizadas apolicy makers e investigadores que formaban parte de la Reunión en el período de estudio.

D i s i d e n c i a s y a p r ox i m a c i o n e s

Sociedad de la Información en el Cono Sur deSociedad de la Información en el Cono Sur deAmérica latina. El caso de la ReuniónAmérica latina. El caso de la ReuniónEspecializada en Ciencia y Tecnología delEspecializada en Ciencia y Tecnología delMercosur (2001-2010)Mercosur (2001-2010)

María So l edad Or eg ion i - Fer nando Ju l i o Piñer o

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E x p e r i e n c i a s

De asambleas, cooperativas y ONGs: encuentrosDe asambleas, cooperativas y ONGs: encuentrosy desencuentros de la economía social en ely desencuentros de la economía social en elMercado de Bonpland (barrio de Palermo,Mercado de Bonpland (barrio de Palermo,Buenos Aires) 2ª parteBuenos Aires) 2ª parte

Pablo For n i - Romina Pigh in

136El Mercado de Bonpland reconoce como idea de origen el ciclo de movilizaciones y orga-

nización popular con epicentro en la crisis de 2001. Heredero directo de la Asamblea dePalermo Viejo, lo integran mayoritariamente organizaciones surgidas en el mismo períodoasí como algunas más antiguas. Comparten el espacio y el proyecto del mercado asambleaspopulares, cooperativas, ONGs, grupos de pequeños productores beneficiarios de progra-mas sociales y fábricas recuperadas. Su trayectoria como conjunto de organizaciones reco-rre casi una década e incluye conflictos con autoridades gubernamentales así como a su inte-rior. Tres rasgos salientes de este colectivo son: a) que congrega a las múltiples expresionesde la creciente economía social (seguridad alimentaria, producción agroecológica, autoges-tión, consumo responsable y comercio justo, lucha contra el trabajo esclavo), b) a diferen-cia de muchas otras experiencias, perdura y prospera a pesar de la indiferencia u hostilidaddel gobierno local, y c) se encuentra localizado, paradójicamente, en una de las zonas demayor transformación y valorización residencial, comercial y gastronómica de la ciudad deBuenos Aires. Este artículo analiza la trayectoria del mercado desde sus orígenes y, asimis-mo, describe cada una de las organizaciones de la economía social que congrega.

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I A D E ActividadesActividades 159

G a l e r a d e c o r r e c c i ó n

La concentración en la industria argentina aLa concentración en la industria argentina aprincipios del siglo XXIprincipios del siglo XXIDANIEL AZPIAZUMart ín Schor r

Después del neoliberalismo: Después del neoliberalismo: Estado y procesos políticos en América latinaEstado y procesos políticos en América latinaCARLOS VILASAlfr edo Eri c Cal cagno

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Laura ReinholdLaura Reinhold

El ex presidente del IADE Augusto Reinholdlamentablemente no pudo ser testigo de larecuperación de Laura, la nieta 105, hija deMarcelo Reinhold y Susana Siver, desa-parecidos por la dictadura. Quienes tuvimosel privilegio de compartir con Augusto activi-dades del Instituto Argentino para elDesarrollo Económico - lADE y la revistaRealidad Económica, en pos de idealesdemocráticos, nos sentimos sus herederosal momento de celebrar como propia la her-mosa realidad de la vuelta a la vida deLaura.

Compañeros y amigos del IADE

Marcelo Reinhold ySusana Siver

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Convertir Convertir cienciaciencia en en tecnologíatecnología::el rol del Estadoel rol del Estado

Cadena científico-tecnológica

* Ingeniero Electromecánico U.B.A.. Ph.D. in Mechanical Engineering M.I.T. AcadémicoTitular – Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. ProfesorTitular, Facultad de Ingeniería – U.B.A.

Ciencia y Tecnología son dos disciplinas independientes.No es necesario para la Ciencia justificar los desarrollossobre la base de potenciales aplicaciones tecnológicas y losdesarrollos tecnológicos no requieren el prerrequisito de undesarrollo científico; sin embargo, cuando una sociedadlogra incorporar a sus desarrollos tecnológicos conocimien-tos científicos está en condiciones de producir mayor valoragregado.

El gran tema es cómo se impulsa la cadena científico-tec-nológica.

La Argentina es un país con un importante desarrollo cien-tífico de alta calidad; sin embargo, transformar el conoci-miento científico en desarrollos tecnológicos, con el impac-to que esto implica sobre la creación de puestos de trabajode calidad y la generación de riqueza, es una urgente tareapendiente.

El Estado argentino es el gran sujeto, el único, que podráimpulsar esta transformación.

Eduardo N. Dvorkin*

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8 realidad económica 261 1º de julio/15 de agosto de 2011

1. Ciencia, Tecnología eInnovación

El objetivo de la Ciencia esentender la naturaleza para poderestablecer leyes que permitanpredecir sus fenómenos. Esteobjetivo no necesita justificarsecon consideraciones económicaso sociales y vale por si mismo.

El objetivo de la Tecnología esmodificar la naturaleza para satis-facer las necesidades de los hom-bres. Este modificación de la natu-raleza puede basarse sobre cono-cimientos científicos o en el puroempirismo y obtenidos los resulta-dos esperados no resulta impor-tante justificar las metodologíasde obtención de los conocimien-tos utilizados, salvo violaciones alas leyes que protegen la propie-dad intelectual.

Los filósofos griegos, a los queles resultaba inaceptable la justifi-cación de su trabajo sobre la basede necesidades prácticas (salvo alos médicos) constituyen el hitohistórico que marca el nacimientode la Ciencia y los romanos queconstruían acueductos, viaductosy grandes estructuras sin disponerdel conocimiento previo de losfundamentos científicos de susdiseños son el hito histórico quemarca el comienzo del desarrollode la Ingeniería.

Dos importantes novedades del

siglo XX fueron: - La “Ingeniería Científica” que

incrementa fuertemente lasposibilidades de desarrollo detecnologías mediante la aplica-ción de conocimientos y meto-dologías científicas.

- La “Ciencia Aplicada” que,poniendo el foco en el impactotecnológico del trabajo científi-co, incrementa su valor social yconsecuentemente los fondosque la sociedad está dispuestaa invertir en el desarrollo cientí-fico general.

En Science the endless frontier1

(Vannevar Bush – 1945) se sien-tan las bases de la moderna inte-gración entre la Ciencia y laTecnología. Esquemáticamentehemos representado esta integra-ción en el gráfico Nº 1. Es impor-tante destacar que no todo desa-rrollo tecnológico se basa sobreun conocimiento científico previo;como señala John Bernal2, losfenicios usaban los remos y lasbalanzas antes de que los griegoshubiesen demostrado formalmen-te las leyes de la palanca. Sinembargo, la formalización mate-mática del concepto de “palanca”abrió el camino a desarrollos tec-nológicos de mayor complejidad.

En una sociedad determinada, laposibilidad de generar aportescientíficos al desarrollo tecnológi-co implica el prerrequisito de

1 http://www.nsf.gov/od/lpa/nsf50/vbush1945.htm2 Bernal J.D., Historia Social de la Ciencia, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana,

1986.

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9Ciencia, tecnología e innovación

haber establecido en dicha socie-dad la cadena científico - tecnoló-gico que hemos esquematizadoen el gráfico Nº 1.

Para clarificar más los conceptosde Ciencia y Tecnología en latabla Nº 1 aportamos algunasconsideraciones sobre sus simili-tudes y diferencias.

Un tema relacionado con losdesarrollos tecnológicos y queconstituye una preocupación per-manente por sus implicanciaspara el progreso económico y elbienestar de la sociedad es eltema de la innovación.

Sin embargo, deberemos preci-sar con certeza el concepto deinnovación que varía de acuerdocon el contexto en el que esempleado:- En Ciencia el concepto es el de

innovación absoluta: es hacer loque nadie hizo antes, algo dife-rente y obviamente válido. Si se

intenta publicar en un journalcientífico de prestigio algo quealguien ya hizo antes se recibiráun rechazo por parte de los refe-rees.

- Hay tecnologías que tienen elmismo criterio sobre la innova-ción que la Ciencia, son las quellamamos “tecnologías de pun-ta”. La industria de la computa-ción y la biotecnología constitu-yen ejemplos típicos. En laépoca en la que Estados Unidosy la Unión Soviética volcaronsus esfuerzos nacionales en lacompetencia por poner el primerhombre en la Luna, ambos paí-ses intentaban hacer algo que elotro no hubiese hecho antes,cada paso adelante en esacompetencia constituía unainnovación en sentido absoluto,en el sentido de la innovacióncientífica. La industria arma-mentista durante la guerra fríafue un ejemplo similar y hoy las

Gráfico Nº 1. La cadena científico-tecnológica

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10 realidad económica 261 1º de julio/15 de agosto de 2011

empresas líderes de producciónde computadoras y teléfonoscelulares compiten entre sí lan-zando al mercado productosque constituyen innovacionesabsolutas.

- En las tecnologías menos diná-micas (ej. siderurgia, maquina-rias de construcción, etc.) elconcepto de innovación es dis-tinto. Existe un proceso de inno-vación local, mediante el cual

una empresa que no fabricabaun determinado producto o noprestaba un determinado servi-cio empieza a hacerlo; lo queconstituye una innovación en elmedio productivo de referenciaindependientemente de que enel mundo o en el mismo paíshubiese otras empresas que yaprodujesen el producto o presta-sen el servicio en cuestión.

Branscomb3 define: “innovación

Tabla Nº 1. Ciencia y Tecnología: Similitudes y Diferencias

CIENCIA TECNOLOGÍA

PROPIEDAD Social

Particular (ya sea de un país o

conjunto de países, deuna cooperativa o de

una empresa privada oestatal)

FIN ULTIMO Independiente Dependiente

DIFUSIÓN Irrestricta Restringida

DESARROLLO

Acumulativo “Yo vi más lejos porqueestaba parado sobre loshombros de gigantes”

Isaac Newton

Desigual

METODOLOGÍA

Estricta (En el caso de las cienciasnaturales es el denomina-

do “Método Científico”:observación + formulaciónde una teoría + validación

experimental)

Indiferente

REPERCUSIÓNEN EL TIEMPO Inmediata o diferida Inmediata

REPERCUSIÓNLATERAL Mucha Mucha

3 Branscomb L.M., Empowering Technology - Implementing a U.S. Strategy, The MITPress, Cambridge, MA, 1993.

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11Ciencia, tecnología e innovación

es el proceso que lleva a la crea-ción e introducción en el mercadode un producto nuevo o de un ser-vicio nuevo para la empresa”.

Norbert Wiener (1894 – 1964),un matemático del MIT muy invo-lucrado en el desarrollo de innova-ciones tecnológicas, definió en losaños 50 las cuatro condicionesnecesarias para la innovación4:1. Generación de un concepto

nuevo: es una tarea individualque está condicionada por elclima intelectual de la época.Este primer paso es indepen-diente de la futura aplicacióntecnológica de dicha novedad.

2. Grado de desarrollo tecnoló-gico de la época que hagafactible el desarrollo delnuevo concepto: (a) Leo-nardo tenía que materializarsus desarrollos tecnológicosusando madera o cuero, losmateriales que la tecnología dela época ponía a su disposi-ción; la baja dureza y la bajaresistencia al desgaste deestos materiales hizo quemuchos de los desarrollos deLeonardo fracasaran en suimplementación concreta. (b)Watt, que ingenierizó en elsiglo XVIII la primera máquinaa vapor, era no casualmenterelojero y fabricante de instru-mentos científicos; dado queen esa época los últimos ade-lantos tecnológicos en mecáni-ca de precisión estaban en

dominio de los relojeros.3. Integración social de científi-

cos y productores: Wienerpropone el ejemplo de Edisonque además de sus aportesespecíficos a la innovación tec-nológica fundó el primer centrode investigación industrial de lahistoria. Los laboratorios deEdison fueron el primer grupode científicos y tecnólogos reu-nidos específicamente paracumplir un fin de interés pro-ductivo y de esa forma dieronorigen al complejo científico -tecnológico de EUA, que harevolucionado la visión históri-ca de C&T.

4. Estímulo a la innovación: esfundamental que una sociedadque quiere gozar los frutos dela innovación tecnológica dis-ponga estímulos, económicosy no económicos, a aquellosque estén dispuestos a asumirel riesgoso camino de la inno-vación.

2. Desarrollo tecnológico ypolíticas redistributivas

2.1. La importancia socialdel desarrollo tecnológico

El desarrollo tecnológico de unpaís no se limita a un aumento desu PIB sino a un aumento ligadocon el crecimiento de la compleji-dad de su sistema productivo ycon el aumento del nivel de bie-nestar de sus habitantes.

4 Wiener N., Invention - The care and feeding of ideas, The MIT Press, Cambridge, MA,1994.

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12 realidad económica 261 1º de julio/15 de agosto de 2011

La Agencia de DesarrolloIndustrial de las Naciones Unidas(UNIDO5) define, para cuantificarel concepto de desarrollo tecnoló-gico, un índice por país denomina-do CIP (Competitive IndustrialPerformance). Este índice, defini-do para la economía de cada paísincorpora los siguientes ingredien-tes:

1. Valor agregado de la manu-factura per cápita (MVApc).

2. Exportación de manufacturasper cápita (MXpc).

3. Intensidad de industrialización(IInt),

donde, MVAsh: participación de la pro-

ducción manufacturera en el PIB;MHVsh: participación de produc-

tos de tecnologías medias y altasen el MVAsh.

4. Calidad de las exportacionesmanufacturadas (MXq)

donde,MXsh: participación de produc-

tos manufacturados en el total delas exportaciones del país;

MHXsh: participación de produc-tos de media y alta tecnología enlas manufacturas exportadas.

Los cuatro indicadores arribadefinidos son normalizados te-niendo en cuenta el conjunto depaíses analizados en un mismoperíodo.

Finalmente el CIP es el promediode los 4 indicadores normaliza-dos.

Dado que el último valor de CIPpublicado por UNIDO correspon-de al año 2003, utilizando lasestadísticas del Banco Mundial7para el año 2009 hemos recalcu-lado su valor considerando unconjunto de países que hemostomado arbitrariamente comoreferencia (salvo para el índiceMHXsh para el que hemos debidoadoptar el valor del año 2003publicado por UNIDO)

Usualmente se asigna al desa-rrollo tecnológico las virtudes decrear empleo de mayor calidad,traccionar el desarrollo de la edu-cación y, por lo tanto, ser un factorque incrementa el nivel de bienes-tar de la población. En la tabla Nº2 tratamos de cuantificar el ante-rior razonamiento cualitativo utili-zando como medida cuantitativade la política distributiva de recur-sos de un país el número (100 -%GINI)7,8.

5 http://www.unido.org/ 6 http://data.worldbank.org/ 7 Cuando (100-%GINI)=100 se tiene la perfecta igualdad y la total desigualdad cuando

(100-%GINI)=08 http://hdrstats.undp.org/en/indicators/161.html

( )MHVshMVAshnt +=∏21

( )MHXshMXshMXq +=21

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13Ciencia, tecnología e innovación

Del gráfico Nº 2 surge quegeneralmente hay una importantecorrelación entre mayores nivelesde desarrollo tecnológico y mejo-res niveles de distribución delingreso.

Algunas conclusiones:- salvo casos excepcionales

como Australia, un mayor nivelde bienestar tiene como prerre-quisito un mayor nivel de CIP.

- Claramente no basta que lospaíses aumenten su CIP paramejorar su estado de bienestar:la distribución equitativa delingreso es una política de esta-do deliberada y no un resultadonecesario del crecimiento de lacomplejidad productiva de unpaís.

Para medir el índice de bienestar

de un país también podemos usarel Índice de Desarrollo Humano(IDH) definido por el Programa delas Naciones Unidas para elDesarrollo (PNUD)9 que combinaindicadores de salud, educación yestándar de vida. En el gráfico Nº3 graficamos el IDH en función delCIP.

Nuevamente y no en formaestricta, se verifica que mayoresniveles de desarrollo tecnológicocorrelacionan con mejores condi-ciones de vida.

Países como México, que basasu desarrollo industrial sobre lamaquila, el Brasil y Costa Rica tie-nen niveles de IDH inferiores alque les correspondería según sudesarrollo industrial, en tanto queAustralia tiene un valor de IDHmayor al que le correspondería

Tabla Nº 2. Cuantificación del Desarrollo Tecnológico

País CIPArgentina 1.81Austral ia 3.12

Brasil 1.89Canadá 5.20Chile 1.77Corea 8.52

Costa Rica 2.84España 4.15

Itali a 4.58Japón 5.97

México 3.55USA 4.60

9 http://hdr.undp.org/es/estadisticas/idh/

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14 realidad económica 261 1º de julio/15 de agosto de 2011

según su desarrollo industrial.Para reforzar la visualización del

desarrollo tecnológico como facti-bilizador del desarrollo social en elgráfico Nº 4 graficamos el núme-ro de graduados universitarios /PEA para el año 2008 en funcióndel valor de CIP.

2.2. El problema de unaeconomía con fuerte sustento sobre el uso derecursos naturales

En el gráfico Nº 5, presentamosun gráfico producido por la CE-

PAL, en el que vemos el peso delos distintos sectores que integranel valor agregado industrial.

En el eje vertical del gráfico Nº 5se cuantifica el peso relativo delos sectores de trabajo intensivo,sectores de tecnología intensiva yde recursos naturales intensivos.El porcentaje de cada sector es elque va entre el símbolo del sectory el que se encuentra inmediata-mente por debajo. En el eje hori-zontal se cuantifica productividaddel sector en dólares y preciosconstantes de 1985.

Gráfico Nº 2. El desarrollo tecnológico vs. política distributiva del país

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15Ciencia, tecnología e innovación

Vemos que entre 1990 y 2007 enAmérica latina crecieron poco lasproductividades de los sectores yno se alteró su peso relativo,mientras que en EUA las producti-vidades crecieron significativa-mente, sobre todo la productivi-dad del sector de tecnología inten-siva que asimismo incrementómuy fuertemente su peso relativo.

Las industrias de tecnologíaintensiva traccionan de la educa-ción, la investigación y el desarro-llo como así también del nivel tec-nológico de sus proveedores, engeneral pymes.

3. Transformar Ciencia enTecnología

Ciencia y Tecnología son dosdisciplinas independientes. No esnecesario para la Ciencia justificarlos desarrollos sobre la base depotenciales aplicaciones tecnoló-gicas y los desarrollos tecnológi-cos no requieren el prerrequisitode un desarrollo científico; sinembargo, cuando una sociedadlogra incorporar a sus desarrollostecnológicos conocimientos cientí-ficos está en condiciones de pro-ducir mayor valor agregado.

Gráfico Nº 3. El desarrollo tecnológico vs. bienestar de la población

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16 realidad económica 261 1º de julio/15 de agosto de 2011

Gráfico Nº 4. Educación superior vs CIP para el año 2008 (elaborada enbase a datos de RICYT)

Gráfico Nº 5. Productividad y estructura del valor agregado industrial10

10 “La hora de la igualdad. Brechas por cerrar, caminos por abrir”, (coordinadora AliciaBárcena), CEPAL, 2010.

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17Ciencia, tecnología e innovación

El gran tema es cómo se impul-sa la cadena científico-tecnológi-ca:

¿Empujando desde la ofertacientífica (gráfico Nº 6) o aumen-tando la demanda del sector pro-ductivo gráfico Nº 7)?11

El aumento de la oferta científicacon la esperanza de “permear”hacia las aplicaciones tecnológi-cas ha sido normalmente la políti-ca aplicada en nuestro país desdela recuperación de la democraciahasta el año 2003, porque es sen-cilla de aplicar y porque es laúnica que puede aplicarse cuandoel área gubernamental de Cienciaestá disociada de las áreas quemanejan la economía del país.Obviamente esta disociación es elresultado de la carencia de unProyecto Nacional. Como hemosindicado casi en forma de carica-

tura en el gráfico Nº 6 el resulta-do es, en el mejor de los casos, elcrecimiento de la producción cien-tífica lo que es muy bueno pero nosatisface el objetivo de agregarvalor a la producción argentina.

El motivo es que el esquema deel gráfico Nº 6 (“tenemos unasolución, busquemos un problemaal que aplicar esta solución”) nointerpela necesariamente temasque tengan impacto en el sectorproductivo y por lo tanto las posi-bilidades de “permeación” sonbajas.

El traccionar desde el lado de lademanda tecnológica, gráfico Nº7, claramente garantiza la concre-ción de la cadena científico-tecno-lógica.

No está de más volver a enfati-zar que siendo la Ciencia un obje-tivo en si misma, independiente-

11 Marta López Gil y Liliana Delgado, La Tecnociencia y Nuestro Tiempo, Biblos, 1996.

Gráfico Nº 6. Empujando desde el lado de la oferta científica

Gráfico Nº 7. Traccionando desde el lado de la demanda tecnológica

CIENCIA I+DINDUSTRIAL

INGENIERÍASDE PROCESOPRODUCTO

PRODUCTOS Y SERVICIOS

CIENCIA I+DINDUSTRIAL

INGENIERÍASDE PRODUCTOY PROCESO

PRODUCTOS Y

SERVICIOS

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18 realidad económica 261 1º de julio/15 de agosto de 2011

Gráfico Nº 8. El crecimiento de la inversión en C&T

Gráfico Nº 9. El crecimiento del sistema de C&T

Gráfico Nº 10. El crecimiento de la producción científica

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mente de su posibilidad de aplica-ciones tecnológicas, no tododesarrollo científico debe visuali-zarse como formando parte deesta cadena. El sistema científicoforma parte de la cadena científi-co-tecnológica pero no necesaria-mente cada grupo de investiga-ción.

El tema fundamental, sobre elque volveremos en la sección 5,es quién es el sujeto de esta trac-ción de la tecnología sobre lainvestigación científica.

4. La situación actualargentina

4.1.El crecimiento del sectorde Ciencia y Técnica

La Argentina, como mostramosen los gráficos Nº 8 a Nº 10 estáaumentando aceleradamente su

inversión en Ciencia, que sin lle-gar a ser óptima, presenta unaimportante derivada positiva. Esteaumento de la inversión tiene sucorrelato en un aumento de lapoblación involucrada en el desa-rrollo del sector de C&T y en unaumento de la producción científi-ca.

Si bien estamos transitando uncamino de crecimiento científico,como lo prueban también los másde 800 científicos argentinosrepatriados desde 2003, comovemos en el gráfico Nº 11, aún eltamaño de nuestra economíarequiere seguir aumentando elporcentaje del PIB adjudicado aC&T.

Problemas a ser encarados:- La inversión en C&T es funda-

mentalmente inversión del sec-tor estatal.

19Ciencia, tecnología e innovación

Gráfico Nº 11. Comparaciones internacionales

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- A partir del período de privatiza-ción de empresas públicas, elsector productivo es fundamen-talmente privado, por lo tantoaún no está resuelta la constitu-ción de la cadena científico-tec-nológica.

4.2. La relación Ciencia yTecnología hoy en laArgentina

En la tabla Nº 3 intentamos pre-sentar algunos de los casos exito-sos de relación entre Ciencia yTecnología que hoy existen en elpaís.

La Agencia Nacional de Pro-moción Científica y Tecnológica(ANPCyT) que tiene como misión

20 realidad económica 261 1º de julio/15 de agosto de 2011

Tabla Nº 3. Casos exitosos de interacción Ciencia - Tecnología

Empresa Propiedad Campos de trabajo

INVAP S.E. Empresa estatal

Empresa de tecnología:Instalaciones nucleares, saté-lites, radares, equipos indus-

triales, equipos médicosCONAE / VENG

S.A. Empresa estatal Satélites y vehículos de lan-zamiento de satélites

IMPSA Empresa privada Turbinas hidráulicas y gene-radores eólicos

INTA - Bioceres CooperaciónPúblico - Privada Especies transgénicas

INTA y variosconstructoresnacionales de

maquinaria agrícola

CooperaciónPúblico - Privada Agricultura de precisión

INTI Empresa estatal

Desarrollo de quesos conpropiedades específicas;

desarrollo de pinturas bacteri-cidas; etc.

CONICET - SANCOR

CooperaciónPúblico - Privada

Desarrollo de leche con pro-piedades específicas

BIOSIDUS Empresa privada

Desarrollo de proteínashumanas en organismos

desarrollados mediante inge-niería genética

Laboratorios Beta-IBYME-CONICET

CooperaciónPúblico - Privada

Desarrollo de insulina huma-na recombinante

UBA-CONICET-INTA-BIOSIDUS

CooperaciónPúblico - Privada

Clonado de vacas para laproducción d medicamentos

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apoyar la innovación tecnológicaen las pymes, ha tenido un fuertecrecimiento de su presupuesto,como surge del gráfico Nº 12.

Si bien el gráfico Nº 12 muestraun fuerte crecimiento de los fon-dos destinados a apoyar la inno-vación en las empresas pymes,debemos poner los números enperspectiva: el presupuesto de laANPCyT en el año 2009 fue de0.03% del PIB de ese año.

5. El rol del Estado

Hemos concluido en la sección 3que son las demandas tecnológi-cas las que deben traccionar laformación de la cadena científico– tecnológica (gráfico Nº 1).

¿Pero quién es el sujeto tractor? Este sujeto tractor debe poder

alinear fuertes demandas produc-tivas de un amplio conjunto de

sectores y encarar procesos dealto costo, alto riesgo y largo plazocomo son los procesos de desa-rrollo tecnológico.

Internacionalmente el principalsujeto de la transformación tecno-lógica es el estado (tabla Nº 4)

5.1. Los mecanismos existentes

1. El Estado apoya el desarrollotecnológico a través de 5mecanismos fundamentales:

2. El uso del poder de compra.3. El establecimiento de consor-

cios público-privadas para ellogro de objetivos específicos.

4. La estandarización.5. La I+D en universidades esta-

tales y laboratorios nacionales.6. Los subsidios directos a la I+D

tecnológica.

21Ciencia, tecnología e innovación

Gráfico Nº 12. Crecimiento de la actividad de la ANPCyT

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5.1.1. Poder de compra delestado

En los países altamente indus-trializados, mucho del alto aporteprivado a la inversión en C&T seda en relación con contratos dedesarrollo en los que el cliente esel estado nacional o, como en elcaso europeo, los Estados nacio-nales y la UE.

El Estado promueve la investiga-ción y el desarrollo privados com-prando productos aún no-existen-tes, especificando sus caracterís-ticas funcionales y encomendan-do a empresas privadas la I+Dnecesaria, el diseño de los nuevosproductos, el desarrollo de prototi-pos industriales y finalmente laconstrucción de los nuevos pro-ductos. De esta manera lasempresas privadas pueden ami-norar los riesgos de un desarrolloinnovativo ya que se aseguran unprimer comprador12.

El uso intensivo del poder decompra del estado en la Argentinaes muy importante actualmente ya

que en nuestro país existen muypocas empresas estatales quepuedan traccionar el desarrollotecnológico autónomo.

El uso del poder de compra delEstado para impulsar la innova-ción no debe confundirse con elviejo “compre argentino” ya quedebería involucrar:- Integración de compre nacional

de ingeniería y fabricación decomponentes que permita esta-blecer cadenas de pymes pro-veedoras.

- Exigencia de reinversión enequipos y en I+D local a lasempresas que resulten provee-doras de innovaciones impulsa-das por el estado.

Un caso especial de poder decompra del estado es el que seplantea en los gastos de defensa:siendo el desarrollo industrial delpaís parte del concepto de “defen-sa nacional” y siendo que la posi-bilidad de desabastecimiento dematerial en caso de conflicto ar-

22 realidad económica 261 1º de julio/15 de agosto de 2011

12 Aschhoff B. and Sofka W., “Innovation on demand. Can public procurement drive mar-ket success of innovations?”, Discussion Paper 08-052, ZEW, 2008.

Tabla Nº 4. Ejemplos de tractores tecnológicos

País o región Impulsores del sector C&T

Estados Unidos DOE, DOD, NIH, etc.

Unión Europea Programas Europeos

Japón MITI

Brasil Petrobras, Embraer, etc.

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mado es inaceptable (ej. lo suce-dido durante la Guerra de Mal-vinas) el direccionamiento delgasto de defensa hacia empresasnacionales parece ser imperativo.

5.1.2 Consorcios público-privados para el logro deobjetivos específicos

Para el desarrollo de proyectosespecíficos que se juzguen impor-tantes por su necesidad social opor su potencial para incrementarel valor agregado de la producciónargentina es muy útil establecerconsorcios público-privados quetengan como duración original laduración del proyecto fundante yque eventualmente pueden conti-nuar en el tiempo si resultan útilespara las empresas e institucionesgubernamentales participantes(ej. FonArSec en ANPCyT http://www.agencia.gov.ar/spip.php?article995)

5.1.3. EstandarizaciónA la vez que protege a la pobla-

ción contra el uso de productospeligrosos, de baja calidad ó dañi-nos para el medio ambientepuede ser utilizada como un gene-rador de innovaciones y unabarrera para-arancelaria.

5.1.4. I+D en universidadesestatales y laboratoriosnacionales

La participación de la academia(universidades nacionales y labo-ratorios nacionales) también esimprescindible para encarar elproceso de desarrollo tecnológico.Jorge Sábato identificó los actoresy sus interrelaciones como seesquematiza en el gráfico Nº 13.

Los ámbitos típicos para desa-rrollar investigación científica sonlas instituciones sin fines de lucro:universidades, algunos laborato-rios nacionales y fundaciones.

23Ciencia, tecnología e innovación

Gráfico Nº 13. El triángulo de Sábato

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Los ámbitos de desarrollo tecno-lógico son las empresas (priva-das, cooperativas o estatales) delsector productivo o de servicios.

La investigación científica aplica-da puede ser compartida porambos tipos de instituciones.

Es fundamental comprender queun desarrollo tecnológico puedeinvolucrar un desarrollo científico(ciencia aplicada) pero lo excede.El tecnólogo no solo debe desa-rrollar un producto ó proceso enabstracto sino que debe ocuparsede una diversidad de temas cone-xos. Por ejemplo,- Durante el desarrollo de un

nuevo proceso o la optimizaciónde un proceso existente: de laposibilidad de suministro demateria prima adecuada, de laposibilidad de obtener un ade-cuado suministro de energía, deidentificar la maquinaria ade-cuada al proceso, de identificarlos instrumentos de mediciónadecuados, de estudiar la esta-bilidad del proceso frente a cam-bios aleatorios de las variablesde control, etc.

- Durante el desarrollo de un nue-vo producto: de la posibilidad desu fabricación utilizando lamaquinaria disponible, de desa-rrollar controles de calidadsobre la materia prima a ser uti-lizada, de establecer límites detolerancia que no desvirtúen laspropiedades del nuevo productoni encarezcan innecesariamen-te su producción, de analizar laestabilidad de las propiedades

del producto en una fabricaciónseriada, etc.

Resulta evidente que el desarro-llo tecnológico, con la definiciónque del mismo hemos venido utili-zando, no puede desarrollarse enel ámbito universitario.

Sin embargo es posible, y dehecho es normal en el mundo, queempresas productivas o de servi-cios financien en las universida-des ciertos desarrollos científicosen los que están interesados parasus desarrollos tecnológicos:ciencia aplicada desarrollada porencargo de estas empresas.

5.1.5. Subsidios directos a laI+D tecnológica

Es el sistema que actualmentese está implementando desde laANPCyT cuyos subsidios se diri-gen a apoyar financieramente alas pymes innovadoras: créditosblandos y aportes no retornables.

Es nuestra visión, el apoyo finan-ciero es insuficiente si el estadono utiliza su poder de compra paracrear un mercado protegido paralas pymes innovadoras.

5.2. El mercado no puedeser el tractor de la cadenacientífico – tecnológica

Las empresas privadas innova-doras son, en la visualización deSábato, parte del sistema de cien-cia-tecnología; pero estas empre-sas no pueden cumplir el rol detractoras del sistema, porque laganancia monetaria es la que

24 realidad económica 261 1º de julio/15 de agosto de 2011

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necesariamente rige su lógica yno el cumplimiento de objetivosestratégicos; por lo tanto:- Sus inversiones deben revertir

en ganancias en plazos relativa-mente cortos (un año y aún unsemestre son normalmente con-siderados plazos razonablespara revertir inversiones enganancias).

- La toma de riesgos está severa-mente acotada.

- Según los precios de mercado ylas oportunidades existentes,las empresas pueden decidir, sino hay restricciones impuestaspor el estado, lógicas contradic-torias con un desarrollo tecnoló-gico autónomo. Por lo tanto, lasuma de las acciones de lasempresas individuales, movidaspor sus propias lógicas, nonecesariamente es compatiblecon el progreso tecnológico dela sociedad.

6. La formación de tecnólogos

Un aspecto que debe contemplarun plan realista de desarrollo tec-nológico autónomo es el de la for-mación de tecnólogos. Hoy, en unproceso de reindustrializaciónfuerte pero que involucra un bajonivel de desarrollo autónomo, yala escasez de ingenieros es untema crítico, y lo será en mayormedida frente a requerimientos

crecientes que plantee un desa-rrollo centrado sobre nuestrospropios recursos.

Científicos y tecnólogosLa cadena lineal [ciencia – cien-

cia aplicada – tecnología] plantea-da por Vannevar Bush no nosalcanza para explicar y entenderlas múltiples relaciones actualesentre la Ciencia y la Tecnología.

Más recientemente Donald E.Stokes14 propuso el esquema quepresentamos en el gráfico Nº 14para representar los motores delas diferentes actividades científi-co-tecnológicas,

Utilizaremos el esquema del grá-fico Nº 14 para representar larelación entre las motivacionescientíficas (“Interés por la búsque-da de conocimiento básico” en eleje vertical) y las motivacionesingenieriles (“Interés por la aplica-ción” en el eje horizontal):• En el cuadrante 1 ubicamos las

aplicaciones ingenieriles están-dar.

• En el cuadrante 2 ubicamos lasaplicaciones ingenieriles avan-zadas (el cuadrante de Edisonen la terminología de Stokes).En este cuadrante hay pocaactividad en el país y principal-mente se localiza en unaspocas empresas innovadoras.

• En el cuadrante 3 ubicamos laCiencia pura o Ciencia motiva-

25Ciencia, tecnología e innovación

13 Donald E. Stokes, Pasteur’s Quadrant - Basic Science and Technological Innovation,Brookings Inst. Press, Washington D.C., 1997

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da por la curiosidad (el cua-drante de Bohr en la terminolo-gía de Stokes). En este cua-drante en general se localiza laactividad que desarrollan losinvestigadores argentinos, ma-yoritariamente miembros de lacarrera del CONICET.

• En el cuadrante 4 ubicamos laarticulación científico-tecnológi-ca (el cuadrante de Pasteur enla terminología de Stokes). Estecuadrante en nuestro país seencuentra prácticamente de-sierto y es, notablemente, elque está relacionado con eldiseño y producción de produc-tos innovativos de alto valoragregado.

Es interesante notar que hoy ennuestro país, mientras la mayoríade los científicos localiza su activi-dad en el cuadrante 3 (Bohr), lamayoría de los ingenieros lo haceen el cuadrante 1.

6.2. La formación de losfuturos ingenieros

Los ingenieros y científicosnecesarios para trabajar en elcuadrante 4 son:• Ingenieros-científicos: ingenie-

ros con sólida formación enciencias básicas y en cienciasde la Ingeniería; también licen-ciados en física, química, mate-riales, matemáticas, cienciasde la computación, etc. confuerte afinidad con el desarrollode temáticas tecnológicas.Estos Ingenieros-científicosson la fuente para reclutar losfuturos doctorandos enIngeniería.

• Científicos-ingenieros: son doc-tores en Ingeniería o en Cienciaque se concentran en temáticasde desarrollo tecnológico.

Si la formación de los futurosingenieros apunta a desarrollarlos conocimientos necesarios

26 realidad económica 261 1º de julio/15 de agosto de 2011

Gráfico Nº 14. El espacio de interrelación ciencia-tecnología

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para trabajar en el cuadrante 4;es decir si se planifica la forma-ción de ingenieros-científicospodríamos seguramente estar“sobre-formando” a una gran can-tidad de ingenieros en relacióncon los requerimientos actualesdel mercado laboral pero estaría-mos caminando hacia lo queestratégicamente debería sernuestra meta. Paralelamente iría-mos transitando de una facultadde Ingeniería que transmite cono-cimientos tecnológicos a unafacultad de Ingeniería que investi-ga, desarrolla y transmite conoci-mientos tecnológicos, con el saltocualitativo que esto implica.

La justificación social de esteplanteo requiere tener en cuentados consideraciones fundamenta-les:1. La universidad no debería limi-

tarse a satisfacer requerimien-tos actuales del mercado labo-ral sino que debe jugar un rolen el planeamiento estratégicode la Nación.

2. La formación universitaria no essimplemente un entrenamientopara desempeñar un oficio sinoque implica una formación cul-tural superior a la que los ciu-dadanos tienen claro e irrenun-ciable derecho.

Sin embargo, es de esperar queun importante número de estu-diantes de Ingeniería prefiera unaformación más estándar que loshabilite más rápidamente paraocupar los puestos de trabajoactualmente existentes.

Esta necesidad requiere ser con-templada creativamente.

Sabemos lo que no funciona:una carrera de Ingeniería largaseguida de una maestría de espe-cialización en general arancelada.Este planteo no solo avanza peli-grosamente hacia el arancela-miento de la universidad públicasino que además es incoherente,pues las carreras de Ingenieríason vaciadas de contenido sinacortar su duración.

Una propuesta a ser desarrolla-da podría ser la de crearLicenciaturas en Ingeniería, conuna duración de 4 años reales.Estas licenciaturas no pueden sersalidas intermedias de la carrera“larga” sino que deben estar espe-cialmente diseñadas, pues lassalidas intermedias mantienen laformación básica necesaria paralos ingenieros-científicos y no lle-gan a la información tecnológicaque se localiza en la última etapade la carrera y es donde lasLicenciaturas en Ingeniería debie-ran poner el acento.

Desde ya que existe un cúmulode elementos a ser repensados yque por las lógicas limitaciones deespacio no discutiremos en esteartículo, entre ellos: la necesidadde aumentar el número de docen-tes-investigadores full-time, sobretodo en las materias tecnológicas;la necesidad de incrementar ladedicación horaria de los alum-nos, apuntando a alumnos beca-dos full-time aumentando asimis-mo la equidad social en la selec-

27Ciencia, tecnología e innovación

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ción de becarios; decidir sobre larelación con el sector productivo;etc.

7. Conclusiones

La Argentina es un país con unimportante desarrollo científico dealta calidad; sin embargo, trans-formar el conocimiento científico

en desarrollos tecnológicos, conel impacto que esto implica sobrela creación de puestos de trabajode calidad y la generación deriqueza, es una urgente tarea pen-diente.

El Estado argentino es el gransujeto, el único, que podrá impul-sar esta transformación.

28 realidad económica 261 1º de julio/15 de agosto de 2011

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29

Análisis sociotécnico del proyectoAnálisis sociotécnico del proyectode producción automotriz localde producción automotriz localintegrada en la segunda integrada en la segunda presidencia peronista (1952-1955)presidencia peronista (1952-1955)

El Rastrojero

* CONICET / IEC-UNQ

En este artículo se analiza la trayectoria del vehículo utilitarioRastrojero, diseñado y producido en serie en 1952 en una empresadel Estado. El principal objetivo es estudiar la dinámica de un con-junto de elementos heterogéneos (instituciones, conocimientos,políticas públicas, infraestructura, grupos sociales, artefactos,empresas, poder, etc.), vinculados con la fabricación de un artefac-to tecnológico durante la segunda presidencia peronista para pro-veer a pequeños y medianos productores. El análisis articula elnivel micro (del artefacto), con el nivel macro (del modelo de acu-mulación y cambio tecnológico), en el escenario de un proyectonacional de desarrollo de la industria metalmecánica.

El análisis del Rastrojero permite comprender diferentes aspectosde la trayectoria tecnoproductiva de IAME (Industrias Aeronáuticasy Mecánicas del Estado). El gobierno confiaba en que la producciónmetalmecánica movilizaría a la economía nacional con sus encade-namientos productivos, y a los usuarios, con un nuevo vehículopara el sector PyME. Portador de un discurso autonomista, elgobierno orientó también la convergencia de las significaciones delos otros grupos sociales sobre el artefacto, a través de estrategiastecnoeconómicas y sociopolíticas.

Facundo Pi cabea*Her nán Thomas*

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30 realidad económica 261 1º de julio/15 de agosto de 2011

1. Introducción

En este artículo se analiza la tra-yectoria del vehículo utilitarioRastrojero, diseñado y producidoen serie en 1952 en una empresadel Estado. El principal objetivo esestudiar la dinámica de un conjun-to de elementos heterogéneos(instituciones, conocimientos, po-líticas públicas, infraestructura,grupos sociales, artefactos, em-presas, poder, etc.), vinculadoscon la fabricación de un artefactotecnológico durante la segundapresidencia peronista para prove-er a pequeños y medianos pro-ductores. El análisis articula elnivel micro (del artefacto), con elnivel macro (del modelo de acu-mulación y cambio tecnológico),en el escenario de un proyectonacional de desarrollo de la indus-tria metalmecánica.

Colocar en el foco al Rastrojeroposibilita visibilizar los grupossociales involucrados en la cons-trucción de funcionamiento delmodelo de acumulación sustituti-vo (funcionarios, empresarios,obreros, técnicos, usuarios, etc.)desde una perspectiva diferentede la estructural. Esto permiteobservar con mayor detalle losprocesos específicos de construc-ción de sentido, adecuación yalianzas sociotécnicas vinculadoscon el proyecto de producciónautomotriz local integrada.

Para el artículo se triangularonconceptos de economía política ydel enfoque constructivista de la

sociología de la tecnología, lo quepermitió conformar un frameworkespecífico. A continuación se rea-liza una breve definición de losconceptos analíticos utilizados.- El funcionamiento de un artefac-

to es la evaluación socialmenteconstruida de una tecnología, yno una derivación de las propie-dades intrínsecas de los artefac-tos (Bijker, 1995). El funciona-miento de una tecnología esproducto del sentido asignadopor los actores, que de acuerdocon sus diferentes criterios con-forman grupos sociales relevan-tes en torno de los artefactos.

- Una trayectoria socio-técnica esun proceso de co-construcciónde productos, procesos produc-tivos y organizacionales, institu-ciones, relaciones usuario-pro-ductor, procesos de aprendiza-je, relaciones problema-solu-ción, construcción de funciona-miento de una tecnología, racio-nalidades, políticas y estrate-gias (Bijker, 1995).

- Un estilo socio-técnico se definea partir de sus componentes,como un complejo orientado entérminos de problema-soluciónen el cual intervienen artefactosque incluyen organizaciones ycomponentes científicos(Thomas, 2008).

- La resignificación de tecnologí-as, es entendida aquí como unestilo socio-técnico que consti-tuye operaciones de reasigna-ción de sentido de una tecnolo-gía y de su medio de aplicación.

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31El Rastrojero “un camión para todos los caminos de la patria”

Resignificar tecnologías implicarefuncionalizar los conocimien-tos, artefactos y sistemas, y lautilización creativa de las tecno-logías ya disponibles (Thomas,2006).

En la década de 1950, en laArgentina, al igual que en todoslos países periféricos, el parqueautomotor local se había desarro-llado a partir de la importación devehículos fabricados en el exte-rior. En nuestro país se importa-ban vehículos desde principios delsiglo XX. La dinámica de produc-ción mundial de las empresastransnacionales desarrolló un sis-tema de producción basado sobrela fabricación de partes en casasmatrices y armado en los paísesde destino de los artefactos. Aeste sistema se lo denominóensamblado.1

En el escenario de la segundaposguerra, el parque automotorestaba por debajo de las necesi-dades de una estructura económi-ca en crecimiento. Mientras queen 1930 la proporción de automo-tores por habitante era de 27,6; en1940 había caído a 33,4, y unadécada después la relación sólohabía aumentado a 31 (ADEFA,1966). La situación era aún másgrave si lo que se observa es elmercado de vehículos para trans-

porte y trabajo. Durante las prime-ras décadas de la producciónautomotriz, la importación secaracterizó por una preponderan-cia de los automóviles por sobrelos vehículos para pasajeros y eltrabajo.

Como respuesta al problema delabastecimiento de automóviles, ycomo movilización de encadena-mientos productivos, a comienzosde la década de 1950, el InstitutoAerotécnico (IA) había comenza-do un proyecto de producciónlocal de automotores bajo la agen-cia del Estado nacional. El gobier-no consideraba que el sectorPyME era estratégico para el cre-cimiento de la estructura económi-ca, y había creado nuevas divisio-nes y fábricas en el InstitutoAerotécnico, heredero de laFábrica Militar de Aviones. Lamodernización de la actividadagrícola a partir de la mecaniza-ción formaba parte de la agendade políticas públicas del gobiernoperonista y ya estaba presente enel Primer Plan Quinquenal. Porotra parte, la cuestión agrícola,central para el modelo de acumu-lación, también se encontrabapresente en algunas leyes nacio-nales como la creación de laComisión Nacional de Mecani-zación Agrícola de 19472.

1 El ensamblado se caracterizaba por tres conjuntos de operaciones: el primero era laimportación local de los automóviles completos, pero desarmados y embalados engrupos de partes; el segundo paso era el traslado de las cajas a las plantas subsidia-rias; el tercer paso era el montaje los automóviles en unas líneas no mecanizadas(Sourrouille, 1980).

2 La creación de la “Comisión Nacional de Mecanización Agrícola tenía por objeto lacentralización en un solo organismo de las medidas dispersas sobre el tema... “(Busquet, 1947: 77).

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En ese escenario, en 1950, elInstituto Argentino de Promocióndel Intercambio (IAPI), organismocreado durante la primera presi-dencia peronista para regular elcomercio internacional, consideróapropiado importar 2.500 tracto-res Empire de los Estados Unidos.Los vehículos, equipados conmotores Willys-Overland habíansido construidos en gran númerodurante la II Guerra Mundial parael acarreo de armamento, y unavez que finalizó, fueron vendidosen masa por el gobierno estadou-nidense. Pero la compra de lostractores resultó una operacióninsatisfactoria para el IAPI, puestoque los vehículos estaban diseña-dos para transporte en suelo nor-malizado (caminos, playones ypistas aéreas), no eran aptos paraactividades agrícolas y se volca-ban al tirar de los arados y/o des-plazarse sobre la tierra. Final-mente, el gobierno decidió retirar-los de circulación para detener losaccidentes (La Prensa,28/4/1952).

2. Diseñar un automóvil

El proyecto de un utilitario parael campo comenzó de una mane-ra informal y a partir de inquietu-des personales de algunos altosfuncionarios del gobierno nacio-nal. En 1951, el presidente JuanDomingo Perón desafió al briga-dier Juan San Martín, ex directordel IA y por entonces Ministro deAeronáutica, a hacer un vehículocon los tractores Empire retirados

de circulación. San Martín aceptóel reto y llevó una de las unidadesa los talleres del IA. Allí le propu-so a un ingeniero aeronáutico de28 años, Raúl Gómez, diseñar unvehículo para el campo aprove-chando piezas del tractor. Pero lapropuesta de San Martín teníaotro requisito: el prototipo debíaestar terminado antes del 1º demayo de 1952, para cumplir conuna serie de compromisos políti-cos establecidos por el gobierno.

Como se utilizaron piezas deotro artefacto, muchas operacio-nes de diseño, testeo y produc-ción de autopartes no se realiza-ron. El trabajo se enfocó en elanálisis, selección y re-significa-ción del tractor a través de lasadaptaciones del artefacto a lasnuevas condiciones (tamaño delchasis, distancia entre ejes, siste-ma de transmisión y amortigua-ción, etc.). Si bien estas activida-des implicaron una cantidad dehoras hombre significativas, fue-ron menos que las requeridaspara el diseño original de un vehí-culo.

Las condiciones locales implica-ron que las actividades desarrolla-das por los técnicos fueran dife-rentes de las realizadas por lasfábricas automotrices de las ET´s:1- en la década de 1950, el proce-so de proyecto, diseño y produc-ción de un nuevo modelo prototipopara cualquiera de las grandesfábricas de automotores delmundo era de nueve meses a unaño, mucho mayor que el que

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tenía el proyecto; 2- los equiposde diseño de estilo e ingeniería,aunque tenían comunicación per-manente, funcionaban en seccio-nes separadas; 3- el diseño de unautomóvil implicaba el trabajo demás de 100 personas entre dibu-jantes, proyectistas, ingenieros,inspectores y operarios (Olsen, B.y Cabadas, J., 2002).

En un escenario de escasezrelativa de infraestructura y tiem-po, el equipo técnico debía con-vertir las condiciones existentesen suficientes para diseñar unprototipo. En consecuencia, elequipo técnico eliminó fases deldiseño, algunas de las cuales sonsignificativas en términos de eva-luación de criterios sobre el arte-facto, y de aprendizaje de proce-sos antes de realizar el prototipodefinitivo como la construcción demodelos en escala de arcilla ymadera. Luego de analizar el trac-tor, el equipo técnico determinóque las piezas re-utilizables delartefacto serían el motor, elembrague y la caja de velocida-des, la columna de dirección, yalgunas autopartes de la transmi-sión como el cardan, las crucetasy la caja del diferencial.

Para reducir tiempos, el diseñodel prototipo se realizó sin ningúnplano formal, sino por medio de unsistema de entrega de muestrasde las piezas, de las que los talle-res copiaban la forma, dimensio-nes y materiales. El diseño delprototipo comenzó tomando comoreferencia manuales técnicos dela firma Ford. Esta tarea sirvió

para diseñar la parte anterior delchasis y la suspensión delantera.

“Hice un dibujo de lo que podía serel bastidor a mano alzada, ni siquie-ra tablero, y con eso se empezó aarmar el bastidor, utilizando chapade uso aeronáutica, que era solda-ble y no necesitaba tratamiento pos-terior, y eso se llevó al Departa-mento de Transporte, donde sehacía el mantenimiento y reparaciónde todo el sistema de transporte dela FMA, camiones y autos. Sobreese bastidor se empezaron a montarcada una de las partes que llegaban:el motor, la caja de velocidades”(Gómez, e. p., 2008. Cursivas delautor).

Ante la falta de conocimientosespecíficos como infraestructura ymedios de diseño apropiadospara la actividad automotriz (ins-trumentos de medición, instalacio-nes, etc.), el trabajo del equipotécnico se caracterizó por el prag-matismo. Todo el prototipo fueconstruido con materiales aero-náuticos (chapas y aceros). Laelección del artefacto paradigmá-tico fue una decisión sociotécnica,vinculada con características delos artefactos de la firma Ford(pick up de 1937), y al conoci-miento de esos vehículos quetenían algunos miembros delequipo. Una vez resuelta la reutili-zación de las piezas del tractor ydiseñado el chasis sobre el que semontaría el vehículo, el equipotécnico comenzó el diseño de lacarrocería. Para la carrocería, lostécnicos pensaron en un diseñoen el que coexistieran la estéticade la época con las necesidades

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locales de utilidad y robustez(Gómez, e. p., 2008; Monserrat, e.p., 2008).

“El capot fue dividido en dos partes,por un lado la trompita y el resto queera todo una sola curvatura, era todorecto arriba, era una generatriz.Entonces era fácil eso. El guardaba-rros se estampaba todo plano y des-pués se grababa la curvatura. Esque no había plata. La puerta estabahecha en dos chapas. La de afueraque tenía todas esas molduras, y lade adentro que tenía un agujero, sejuntaban esas dos y se pestañaban.Se doblaba la parte exterior sobre lainterior y ya estaba. Había queempezar a meter los artefactos ahíadentro. Ni siquiera necesitaba sol-dadura para armar las puertas”.(Gómez, e. p., 2008)

La dinámica de trabajo se orien-tó por dos criterios centrales defuncionamiento del artefacto: sim-plicidad de las partes (y del proce-so productivo), y bajo costo deproducción3. Para poder producirlas puertas sin la matricería apro-piada para la industria automotriz,el equipo técnico debió diseñar nosólo la autoparte, sino todo el pro-ceso productivo para fabricarla,adaptando (y por lo tanto resignifi-cando) las características del arte-facto (materiales, funcionales yestéticas) a las posibilidades téc-nicas de la planta.

El diseño y la producción del pro-totipo estuvieron orientados porun criterio que establecía que lasautopartes debían poder producir-se en las instalaciones del IA opor los proveedores aeronáuticos.El criterio de bajo costo de pro-ducción se estableció de acuerdocon la configuración de un “usua-rio” dueño de una PyME, o peque-ño productor rural, que hastaentonces no tenía acceso a unvehículo importado. Si bien labase social del gobierno peronistaera la clase trabajadora, aumentarla productividad del trabajo de laclase media no urbana y periurba-na era una meta desde el PrimerPlan Quinquenal. Para dar cuentade los criterios de producción,ingenieros y operarios desarrolla-ron una dinámica de producciónde tecnología caracterizada por laresignificación de los conocimien-tos y de los artefactos disponibles,a partir de la agenda y los objeti-vos político-económicos delgobierno. Los criterios de funcio-namiento de las autopartes se fija-ron a través de la entrega demuestras, acompañadas de algu-nas indicaciones sobre los mate-riales4. Para los actores, el siste-ma de muestras fue una medidatomada en función del escaso

3 El criterio de bajo costo de producción fue mencionado en entrevistas y documentosoficiales, pero nunca en términos cuantitativos, y/o comparativos. No fue posible acce-der a este tipo de registros, y se duda de la existencia de ellos puesto que las entre-vistas refieren que no se realizaron cálculos de costos a ese nivel durante la fabrica-ción del prototipo del Rastrojero (Monserrat, Gómez, Sanguinetti).

4 Este fue un aspecto muy poco común en la producción automotriz en general, y resul-ta aún menos formal si se tiene en cuenta que en el IA trabajaban ingenieros aero-náuticos, cuyos marcos tecnológicos implican altos niveles de precisión y ajuste.

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tiempo que tenían para la cons-trucción del prototipo. Los inspec-tores del Departamento deTransporte decidieron qué prove-edores podían fabricar cadapieza, y llevaron las muestras alos establecimientos que trabaja-ban con el IA.

Después de casi tres meses detrabajo, el equipo técnico terminóel prototipo del Rastrojero. Elvehículo era un utilitario que teníacapacidad para transportar a trespersonas y una carga de 500 kg.Estaba equipado con un motor anafta capaz de desarrollar unafuerza de 60hp y un rendimientopromedio de 12 a 13 kilómetrospor litro combustible. El Rastrojerofue producido en los tiempos polí-ticos. No se siguieron las pautasestándar del diseño automotrizpara fabricar el prototipo, sino queéste se ajustó a los plazos esta-blecidos por la política tecnopro-

ductiva del gobierno. El Rastrojerofue presentado el 30 de abril alpresidente Juan Domingo Perónen los salones de YPF en unamuestra para la prensa y el 1º demayo al público en general en laPlaza de la República.

2.1. La resignificación detecnologías como estilosocio-técnico de IAME

En la fase del prototipo se obser-va la existencia de una complejaserie de actividades de resignifi-cación de tecnologías. Esta diná-mica se caracterizó por la reutili-zación tanto de conocimientos,como de máquinas y procesos dela producción aeronáutica para lafabricación automotriz. Por ellofueron tan significativas las expe-riencias previas de la FMA y el IApara la fabricación y construcciónde funcionamiento de los artefac-tos, a través de los conocimientos

Foto Nº 1. Prototipo de Rastrojero 1952

Fuente: Archivo Fotográfico Museo de la Industria

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científico-tecnológicos, infraes-tructura, interacciones, relacionessociales, de la producción aero-náutica. El diseño del artefactocontiene dos grandes procesos deresignificación: 1- fue diseñado apartir de la refuncionalización dealgunas piezas de un vehículoconcebido para fines distintos quelos de un utilitario; 2- el productofinal no constituyó una innovaciónradical, sino que tomó como refe-rencia a otro artefacto (una pickup Ford), a partir del cual se reali-zaron una serie de innovacionesatendiendo a las adaptacionesque lo harían más adecuado tantopara su fabricación en las instala-ciones del IA como para los usua-rios locales.

La génesis de la industria auto-motriz en la Argentina estuvo aso-ciada con ingenieros aeronáuti-cos, que adecuaron sus conoci-mientos a la producción de arte-factos diferentes a aquellos en losque se habían especializado. Enestos procesos puede observarsela flexibilidad de los propios inge-nieros. La resignificación de cono-cimientos aeronáuticos para laindustria automotriz, y el pocotiempo con que contaron, implica-ron aprendizajes, en los que losactores adquirieron los conoci-mientos durante la producciónmisma de los artefactos.

2.2. Primera alianzasociotécnica:estabilización del prototipo

La producción del prototipo impli-có la articulación de actores hete-rogéneos, que conformaron, deacuerdo con sus significaciones yobjetivos, cuatro grupos socialesrelevantes: los funcionarios delgobierno nacional, los funciona-rios del IA, los técnicos del IA y losproveedores aeronáuticos (gráfi-co Nº 1). Si bien cada grupo teníaautonomía relativa respecto de lasignificación del artefacto, uno delos grupos, el de los funcionariosdel gobierno nacional, fue el quecoordinó y alineó a los otros gru-pos y creó una alianza sociotécni-ca alrededor de la producciónlocal de automotores, en estecaso del prototipo. La alianza seconsolidó a través del diseño deestrategias y la movilización derecursos, conformando un siste-ma material de afirmaciones ysanciones asociado con el mode-lo de acumulación peronista.

En el escenario del SegundoPlan Quinquenal, con la creaciónde la CNEA y los desarrollos delPlan Siderúrgico Nacional, elPulqui y otros proyectos de enver-gadura, los funcionarios delgobierno pusieron poca atenciónal prototipo de un vehículo utilita-rio. El prototipo era sólo un arte-facto de un proyecto que lo exce-día. Más allá del desafío entre elbrigadier Juan San Martín y el pre-sidente Perón, los funcionariosapenas repararon en el Rastrojero

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en esta fase (Monserrat, e. p.,2008). La historia posterior delartefacto, reconstruyó la trayecto-ria del Rastrojero como signadapor un destino de éxito, pero hastala producción en serie, el artefac-to no tuvo una gran repercusión5.

Los funcionarios del IA tuvieronun rol central en la conformaciónde la alianza sociotécnica puestoque eran quienes recibían lasrecomendaciones del gobiernonacional derivadas de la planifica-ción general, las traducían (proto-tipos, articulaciones sectoriales,etc.), y las transmitían en tácticasconcretas a los otros actores. Porotra parte, tenían control sobre loque circulaba dentro de la alianza:

planificaban la utilización del pre-supuesto asignado por el gobier-no; armaban y orientaban a losequipos técnicos de diseño y pro-ducción de artefactos; aprobabano rechazaban los prototipos de lostécnicos; seleccionaban y asistíantécnica y financieramente a losproveedores. Los funcionarios deIA se encargaron de transmitir alos técnicos la necesidad de hacerun prototipo con las partes deltractor, sin excederse de la fechamarcada para los otros proyectospor los funcionarios del gobiernonacional y orientaron la interac-ción entre los técnicos y los pro-veedores que no poseían conoci-mientos suficientes para fabricarlas autopartes.

5 El 11 de octubre de 1952 se realizó en la FMA de Córdoba una presentación de losautomotores diseñados por IAME y que estaban entrando en la producción en serie.En el periódico La Prensa se realizó una extensa descripción de las líneas Justicialistay de las motocicletas PUMA y tractores PAMPA, del Rastrojero, apenas una brevemención: “también fueron exhibidos unos camiones denominados “Rastrojeros”, uni-dades que fueron muy aplaudidas” (La Prensa, 11/10/1952.

Gráfico Nº 1. Alianza sociotécnica para la producción del Rastrojero proto-tipo

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El grupo de los técnicos estabarelacionado con los funcionariosdel IA y con los proveedores. Losobjetivos de este grupo creadoespecialmente para el prototipoestaban asociados para demos-trar su capacidad de diseñar unvehículo utilitario en tiempo ré-cord. El sector privado participóde la alianza, pero tuvo una bajarepresentación en el Rastrojeroprototipo debido al escaso núme-ro de proveedores que lo integra-ron. La estabilización del artefactoreforzó la alianza e incrementó laconfianza de los grupos en el pro-yecto. A la vez, la adscripción delos grupos en la alianza garantizóla producción de los artefactos, yen orden de implicaciones cre-ciente, del proyecto de producciónlocal de automotores.

3. La producción en serie

A partir de mayo de 1952, elequipo se dedicó a ajustar aspec-tos técnicos del artefacto ycomenzó el proceso productivopara fabricar en serie. En esa faseel gobierno desarrolló algunosprototipos y se incrementaron lasrelaciones con proveedores delIA. En noviembre de 1952, se creódentro de IAME el Departamentode Recuperación de TractoresEmpire. Para el prototipo, el equi-po técnico había montado el arte-facto sobre un chasis fabricado

artesanalmente, para la produc-ción del artefacto en serie se rea-lizó un contrato con la firmaAutomotores Argentinos S. A.(Autoar)6. Para determinar si elproducto que ofrecía Autoar eraapto para el Rastrojero, IAME soli-citó a la empresa una pick up, quefue probada y ensayada por elequipo técnico durante dos me-ses, tanto en el Departamento deexperimentación de IAME comoen ruta (Gómez, e. p., 2008).Autoar era un ejemplo para losfuncionarios del desarrollo de unaestructura de proveedores inte-grada en el nivel nacional, queincorporaba a la provincia deBuenos Aires en la producciónautomotriz cordobesa. Tambiénutilizaba materias primas y fuerzalaboral locales, lo que incrementa-ba la integración de los insumosnacionales en la estructura indus-trial.

Mientras el diseño de procesosavanzaba, funcionarios y técnicosacordaron la construcción de unespacio más apropiado para mon-tar una planta de producción enserie. En abril de 1953 se inaugu-ró el desvío del ferrocarril a lasinstalaciones de IAME, lo que lepermitió a la empresa reducir sig-nificativamente sus costos detransporte con el eje Córdoba-Rosario-Buenos Aires. La nuevaplanta integraba cinco líneas demontaje diseñadas sin principios

6 Autoar era una pequeña firma de capitales italianos que se había radicado en el paísen 1949 al amparo de las leyes de promoción industrial, lo que le permitió importarmaquinaria libre de derechos aduaneros (Belini, 2006).

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mecánicos automáticos. A dife-rencia de los métodos utilizadosen las fábricas automotrices deET´s, en las que se seguía unesquema de tiempos de produc-ción, en IAME los vehículos eranempujados a pulso por los opera-rios, a medida que se completa-ban las fases. Tampoco existíantiempos preestablecidos para larealización de las tareas en cadapuesto de trabajo (Picabea,2011).

3.1. Productividad y escalaLa fabricación en serie del

Rastrojero se llevó a cabo sin rea-lizar ningún estudio de los tiemposparciales ni generales de la pro-ducción7. La productividad del tra-bajo no había sido consideradapara la fabricación del Rastrojero,ni siquiera como variable de ajus-te de los costos laborales de pro-ducción. ¿Es posible produciralguna mercancía sin considerarsus costos laborales? Y si asífuera ¿Por qué? Los técnicos yfuncionarios IAME diseñaron unproceso productivo a partir de lacapacidad laboral de los trabaja-dores y las maquinas-herramientadisponibles en la planta, y no apartir de metas o criterios de pro-

ducción/productividad (Monserrat,e. p., 2008). También el diseño delas líneas de montaje se adecuó ala infraestructura y la capacidadde la fuerza laboral y no al revés8.

Si se compara la producción deIAME con los parámetros interna-cionales, hacia 1950 una fábricaautomotriz líder producía artefac-tos en líneas de montaje automa-tizadas y realizaba estudios decada tarea, con el objetivo deobtener la mayor productividaddel capital y el trabajo. Los técni-cos responsables de la fabrica-ción del Rastrojero no desarrolla-ron una racionalización de lasdiferentes fases del proceso pro-ductivo. Esto puede señalarsetanto en el nivel del empleo demétodos tayloristas como la orga-nización científica de la produc-ción, o fordistas, a través de lamecanización de la línea de pro-ducción y la imposición externa ycentralizada del ritmo de trabajo.Para los técnicos, la baja escalarelativa de la producción de laplanta hacía innecesario estable-cer metas de productividad deltrabajo. Sin embargo, resulta difí-cil sostener que la productividades una consecuencia de la escala,y no al revés, cuando todas las

7 Las características del fin del gobierno peronista en 1955 y, posteriormente de la rees-tructuración de IAME, facilitaron el extravío y/o la destrucción de valiosa documenta-ción técnica y administrativa de la firma. De todas formas, como no se habían reali-zado estudios sobre productividad durante la fabricación de los artefactos en IAME,tampoco fue posible recuperar, ni siquiera sesgadamente, información sobre estetema en las entrevistas con informantes clave.

8 Sobre metas de producción no se conservan documentos, sólo sobre la producciónanual. Tanto Gómez como Monserrat intentaron recordar esta información, pero sincerteza, por lo que no fue considerada.

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unidades producidas se vendían.Aun cuando los funcionarios deIAME pretendían cierta eficienciaen la producción de artefactos,eran concientes de que estabanlejos de alcanzar los niveles deproducción de escala de laépoca9.

La producción en serie deRastrojero se hizo efectiva en1953, con la fabricación de 1080unidades (cuadro Nº 1). Un añomás tarde, la producción se incre-mentó un 28%, pero se dejó deproducir el modelo con motor anafta y comenzó la produccióncon motor diesel. Comparativa-mente, en la misma época, lafirma Ford fabricaba, solamentepara el mercado norteamericano,116.000 unidades anuales de F-100. ¿Por qué los miembros deIAME no consideraron significati-vo establecer metas de produc-ción y productividad para la fabri-cación del Rastrojero? Si los vehí-culos debían producirse a bajocosto ¿por qué no consideraron laproductividad del trabajo comouna variable clave?

La producción del Rastrojerotenía como principal objetivo eldesarrollo de actividades de inte-gración tecnoeconómica alrede-dor de un artefacto. La ley de cre-ación de IAME, establecía comofunciones prioritarias:

“Cumplir todas las actividades indus-triales, comerciales y financierasdirecta o indirectamente relaciona-das con su potencia fabril y queconstituyan un aporte al mejor desa-rrollo y fortalecimiento de la econo-mía nacional, realizando, dentro desu esfera, la política industrial delEstado.” (ley 13653)

En ese nivel, la baja escala sedebía a que la producción, en tér-minos cuantitativos, era menosimportante que la creación decadenas de valor. Las metas ofi-ciales de IAME no eran alcanzaraltos niveles de producción u opti-mizar costos laborales, sino movi-lizar los recursos necesarios(materias primas, capital y fuerzalaboral), para alcanzar la autono-mía económica, como lo estable-cían los planes quinquenales.Para el gobierno, IAME era la

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9 Producción de Ford F-100 Pickup: 1953, 116,437; 1954, 101,202; 1955, 124,842.Fuente: Versión digital de Consumer Guide, the Auto Editors. “1953-1956 Ford F-100Pickup.” 20 July: http: //auto.howstuffworks.com/1953- 1956- ford -f-100-pickup.htm.

Cuadro Nº 1. Producción anual Rastrojero hasta 1955

1952 1953 1954 1955 TotalRastrojero motor Willys nafta 2 1080 1281 2363Rastrojero motor Borgward diesel - - 800 3337 4137Total 2 1080 2081 3337 6500Fuente: Comisión liquidadora IME, 1980.

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punta de lanza de la industriaautomotriz10.

La producción en serie delRastrojero tuvo notables diferen-cias con la producción de la indus-tria automotriz mundial. Sin em-bargo, se diseñaron procesos pro-ductivos originales e innovadorescomo la introducción de máqui-nas-herramienta de gran porte(prensas hidráulicas), y se meca-nizaron algunas actividades comola pintura. Esto implicó una pro-ducción que, aun cuando conser-vaba algunos elementos semi-artesanales (propios de la produc-ción aeronáutica), evidenciaba lanecesidad de una mayor inversiónen bienes de capital respecto dela fase anterior de la ISI.

Durante el segundo gobiernoperonista, el gobierno buscó o-rientar la producción industrialhacia los bienes durables, lo queincrementó significativamente lasinversiones de capital necesariaspara el desarrollo de actividadesproductivas.

3.2. Dinámica de los grupossociales: proveedores,concesionarios y usuarios

El grupo de los proveedores seincorporó al proyecto como unactor central en la fase de produc-ción en serie. Para el gobierno,

promover este grupo había sido elobjetivo desde el comienzo delproyecto: la incorporación de talle-res en la fabricación local de auto-móviles. La producción en serieimplicó una interacción entre lafábrica y los proveedores, pocohabitual hasta entonces en la pro-ducción local, lo que generó activi-dades de aprendizaje en ambasdirecciones. Como se trataba detalleres especializados en la fabri-cación de materiales para aero-náutica, no tenían experienciaprevia en la producción en granescala y trabajaban con un altoestándar de precisión, que no eranecesario para la industria auto-motriz. Esta característica llevó aun donwgrading tecnoproductivoque requirió la definición de crite-rios para la producción de auto-partes:

“…hubo que explicarle a la genteque no había que hacer las cosastan bien (…) Cuando hay que hacerun auto se usa la masilla, se usa elestaño. Son completamente distin-tos los problemas de uno con el otro.Hubo que decirles: ‘ya está termina-do esto, no hay que seguir’” (Gómez,2008).

La producción en serie creó uneje tecnoproductivo vinculado conla producción automotriz local:Córdoba-Rosario-Buenos Aires. Ala incorporación de Autoar en

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10 En la primera fase de la producción en serie del Rastrojero, los intereses de IAME noparecen haber pasado por la productividad de las empresas públicas. Hacia 1955, elperonismo organizó el Congreso Nacional de la Productividad y Bienestar. El objetivoprincipal de este evento era asociar directamente el nivel salarial con la productividaddel trabajo, en un intento por frenar el salario real de la clase trabajadora (GiménezZapiola, y Leguizamón, 1988).

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Buenos Aires le siguieron una listade proveedores de Rosario. Al-gunas de estas firmas comenza-ron produciendo pequeños lotespara transformarse en proveedo-res mayores de una industria endesarrollo, como en el caso de lafirma Fric-Rot, que se transformóen un fabricante de amortiguado-res en el nivel regional.

En 1953 el gobierno creó elConsorcio Industrial para laProducción Automotriz Argentina(CIPA). La entidad era parte de laingeniería institucional ideadaentre los funcionarios del gobiernonacional y los funcionarios de IA-ME para la comercialización delas unidades, y la financiación cru-zada a los proveedores a travésdel adelanto de dinero por partede los concesionarios antes de laventa de las unidades11. ParaCarlos Di Marco, dueño de unconcesionario adherido al CIPA,las facilidades para adquirir los

Rastrojero (precio y cuotas), facili-taron la promoción y el posiciona-miento del artefacto. No se dispo-nen de datos sobre precios de uti-litarios en 1955, sin embargo, losprecios de 1960, año en el que lasET´s todavía continuaban ensam-blando localmente, presentannotables diferencias entre elRastrojero y otros modelos.

Como artefacto específico, elRastrojero estaba orientado ausuarios de bajos recursos que nopodían acceder a un utilitario delas marcas transnacionales (Ford,Chrysler, Dodge, etc.). De allí sederivaron sus características téc-nicas y estéticas y se abrió unsegmento de mercado hasta elmomento vacante, el de lospequeños productores. Si bienexistían bienes rivales con los queel utilitario competía, no lo hacíaen todas las franjas del mercado,puesto que por sus altos precios,los utilitarios importados, para

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11 A través del decreto PEN 8515/53, el CIPA quedó estructurado como una sociedadanónima mixta. IAME, como organismo representante del Estado, poseía el 30 % dela participación accionaria de la entidad, mientras que el 70 % restante era propiedadde empresas privadas vinculadas con la producción y la comercialización de los auto-móviles (Picabea, 2010).

Cuadro Nº 2. Precios de vehículos utilitarios comercializados en la Argentinaen 1960

Vehículo Precio m$nCHEVROLET Thriftmaster C1403 459.400 DODGE D100 455.000 FORD F100 427.100 KAISER Baqueano 324.800 Rastrojero D4M (Diesel) 296.180 Fuente: Revista Automotores Argentinos, 1960

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algunos usuarios, no eran unaalternativa.

“El estanciero usaba la F100 en elcampo y el auto en la ciudad, elchacarero usaba el Rastrojero entodas partes. El Rastrojero se lovendíamos a los pequeños produc-tores, los que no podían comprar unFord o un Chevrolet, en tantas cuo-tas como podíamos.”(Di Marco,2009).

Las estrategias comercialesestuvieron principalmente vincula-das con dos aspectos: 1- se pro-mocionó el sistema de créditosflexibles y entrega inmediata, queposibilitaban comprarlo y comen-zar a utilizarlo con relativa facili-dad, combinado con un bajo costooperativo; 2- vincularon al artefac-to con el sentimiento nacional através de publicidad, directa eindirecta, que lo promocionó comoel “Camión para todos los cami-nos de la Patria”, que con los añospasó a llamarse “camioncitoargentino”. La construcción defuncionamiento del artefacto porparte del gobierno permite identifi-car cómo se articulaban lasdimensiones discursiva y materialdel peronismo. La nacionalizaciónde la industria automotriz fue utili-zada discursivamente como sím-bolo de la autonomía nacional,mientras que sus resultados ope-raban como evidencia material delsistema de afirmaciones y sancio-nes, a través del cumplimiento demetas tecnoproductivas y decapacidades locales. Mientras elgobierno creaba todo un sistemade comercialización adecuado al

contexto local, pretendía involu-crar a los ciudadanos en el apoyoal Segundo Plan Quinquenal,comprando las mercancías queproducía IAME.

33. Segunda alianza sociotécnica: estabilización del artefacto producido enserie

El Rastrojero fue el resultado deun proceso de co-construcciónen-tre actores y artefactos, deinteracciones ideológicas, econó-micas, políticas y tecnológicasque permitieron la fabricación deun bien durable manufacturado apartir de la integración local deproveedores e industria terminal.Detrás del respaldo de un modelode acumulación y un conjunto decapacidades tecnológicas acumu-ladas, las políticas peronistasgeneraron un proyecto de desa-rrollo de una industria nacionalautónoma. La política económicaredistribucionista, la expansióndel mercado interno y el financia-miento de ciertas ramas industria-les construyeron funcionamientoeconómico para los artefactos. Lapropaganda pública, recursoestratégico del peronismo paraexaltar el carácter nacional ypopular del gobierno (y de losartefactos por éste producidos),contribuyó en la disminución de laflexibilidad interpretativa.

La activa intervención del gobier-no en la construcción de funciona-miento del Rastrojero favoreció la

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disminución en la flexibilidad inter-pretativa respecto del artefacto, eincrementó la posibilidad de unaclausura retórica asociada direc-tamente con la capacidad micro-política que aquél tenía para movi-lizar poder a favor de IAME y susartefactos. La producción en seriedel artefacto permitió a los funcio-narios de IAME y del gobiernonacional materializar el proyecto yde esa forma alinear y coordinarintereses y significaciones deotros grupos (gráfico Nº 2). Elgobierno coordinaba la alianza através de la puesta en circulaciónde la mayor parte de los bienesmateriales y simbólicos involucra-dos (conocimientos, capital, fuer-za laboral, artefactos), pero tam-bién estaba sujeto a las accionesde los otros grupos sociales y elfuncionamiento de los artefactos.

Los proveedores y comercializa-

dores no fueron actores pasivos.Si bien la tutela del Estado tuvouna impronta muy fuerte en losprimeros años, ambos grupos seasociaron en cámaras como laCámara de la Industria Metalúrgi-ca de Córdoba o el CIPA, y seconstituyeron en miembros de lasCGE. A través de estas entidades,los talleres solicitaban y/o realiza-ban reclamos sobre el sistema decréditos ante el BIRA (Monserrat,2003). Los concesionarios, que en1953 y 1954 aceptaron utilidadesde 6% asignadas por el Estado,para 1955 reclamaron y obtuvie-ron el 8% (Di Marco, e. p., 2009).Funcionarios y técnicos tambiénintervinieron en forma activa en laclausura retórica del artefacto.

La alianza de clases característi-ca del modelo de acumulaciónperonista se transformó en el pro-yecto industrialista en una alianza

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Gráfico Nº 2. Alianza sociotécnica para la producción del Rastrojero de fabri-cación en serie con motor nafta

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sociotécnica. La clase trabajadorafue incluida en la alianza a travésde la redistribución del ingreso,mientras que la fracción empresa-ria, en la que se incorporabannumerosas PyME, se beneficiaroncon un sistema de transferenciadel Estado bajo la forma de políti-cas sectoriales (Basualdo, 2005).Si el modelo de acumulación ga-rantizaba que la alianza no entra-ra en crisis, y afectara los intere-ses de los otros grupos, el Estadotenía el poder para construir con-senso en torno de sus objetivos.La puesta en marcha del procesode producción del artefacto movili-zó nuevos actores que produjeronnuevas significaciones, aumen-tando el consenso entre los gru-pos sociales. En la medida que 1)se incrementaron y formalizaronlos contratos con los proveedoresy el control de calidad, 2) se con-formó una planta estable y nume-rosa de trabajadores y 3) elEstado construyó políticas paracomercializar el Rastrojero, elartefacto se estabilizó socio-técni-camente.

4. El motor diesel

En un año de producción enserie, el Departamento de Recu-peración de Tractores fabricó2.363 unidades con piezas de lostractores Empire. A medida que laproducción avanzaba técnicos yfuncionarios comenzaron a pro-

yectar de qué forma continuaría laproducción. Lo primero que deci-dieron a comienzos de 1954 fueque el utilitario ya no estaríaimpulsado por un motor a nafta,como los Willys-Overland origina-les de los tractores, sino que seequiparía al vehículo con un motordiesel. Los funcionarios de laFábrica de Motores y Automo-tores se encontraron ante dosinterrogantes interdependientesen un proceso de cambio tecno-productivo: 1) ¿tenía IAME capa-cidad para fabricar los motorespara el Rastrojero? y 2) ¿eraaquella la opción más coherentecon el modelo de acumulación?

Mientras que la trayectoria deIAME permite responder afirmati-vamente a la primera pregunta(Picabea, 2011), el carácter inci-piente del proceso y los objetivosque habían impulsado el proyectode producción local de automóvi-les responden negativamente a lasegunda. La opción que se impu-so finalmente fue la de buscaralguna empresa que proveyeramotores. Para los actores, lo másapropiado era comenzar rápida-mente con la producción, por loque no podía esperarse el diseño,la matricería y posteriormente eldesarrollo del proceso productivoen serie en la Fábrica de Motoresdel IAME (Monserrat, e. p.,2008).12

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12 La tercerización permitía ampliar la trama productiva local a través del incentivo a laproducción privada. Dadas las características tecnoproductivas de la fabricación enserie de motores, el gobierno consideraba que era muy importante integrar un nuevoactor en el proyecto metalmecánico (Picabea, 2007).

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Montar una planta para fabricarmotores implicaba una inversiónen bienes de capital que los fun-cionarios de IAME no considera-ban apropiada en sí misma y sealejaba del fomento a la industriaprivada. IAME realizó una convo-catoria informal para proponer fir-mas que estuvieran en condicio-nes de fabricar los motores diesel.Se presentaron cuatro firmas:JENBACH (Austria); PERKINS(Inglaterra); FIAT (Italia); BORG-WARD (Alemania).

4.1. La elección de laempresa

El primer paso que siguió IAMEpara la producción del nuevo arte-facto fue un concurso para selec-cionar a la empresa que proveeríalos motores diesel. El grupo de lostécnicos consideró que la poten-cia del motor no debía ser inferiora los 40 HP, puesto que ese era elrequerimiento mínimo necesariopara movilizar tres pasajeros yuna carga de 500 kgs, sin modifi-car las prestaciones del modelo(Gómez, e. p., 2008)13. Las empre-sas que se presentaron erantodas europeas. La explicación deesta particularidad es tanto políti-ca como técnica: 1- la políticaexterior estadounidense ya sehabía mostrado poco favorable ala industrialización argentina

durante la primera presidencia dePerón, lo que se había puesto enevidencia con el rechazo de lasET´s de Detroit (Rapoport ySpiguel, 2009); 2- el mercado deutilitarios norteamericano estabaasociado con artefactos de granpotencia equipados con motoresnafteros de ocho cilindros en V.14

Por lo contrario, en la posguerraeuropea algunas firmas habíancomenzado a desarrollar motoresdiesel para utilitarios pequeños.

El equipo técnico que realizó eltesteo para determinar cuál de loscuatro motores era el más apro-piado para el artefacto fue el de laFábrica de Motores. El motor Jen-bach exhibió problemas en labomba de barrido (característicade los motores de dos tiempos),que dificultaba colocarlo debajodel capot del Rastrojero. El motorPerkins era demasiado pesado ymodificaba la conducción delvehículo e implicaba modificacio-nes en la suspensión delantera,que ni técnicos ni funcionarios es-taban interesados en realizar. Elmotor Fiat presentó problemas decalentamiento (Sanguinetti, e. p.,2008). Todos estos motores fue-ron desestimados por presentarproblemas técnicos, aunque losinformes mencionaban que entodos los casos, de contar contiempo podían resolverse.

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13 No se hallaron evidencias escritas (presentaciones, ensayos, contratos, etc.) sobre elproceso de selección del motor diesel, la información aquí presentada corresponde alas entrevistas realizadas a Raúl Gómez, José Moserrat y Félix Sanguinetti en 2008.

14 En la década de 1950, la mayor parte de las pickups norteamericana estaban equi-padas con motores de este tipo, tendencia que se terminó de imponer con la Serie Fde Ford (Mueller, 2008).

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El motor presentado por la firmaBorgward era un artefacto de1758 cc, diseñado originalmentepara impulsar la versión diesel delautomóvil Hansa 1800. Para elgrupo de los técnicos, el motorBorgward, de 42 HP, superabaapenas la potencia mínima nece-saria para el utilitario, mientrasque su peso y tamaño no implica-ban realizar ninguna modificaciónal chasis del Rastrojero (Gómez,e. p., 2003). Para los funcionarios,los estudios realizados por elequipo técnico de la Fábrica deMotores a cargo del ingenieroFélix Sanguinetti fueron suficien-tes para determinar cuál era elmejor motor (Monserrat, e. p.,2008). De acuerdo con los dosgrupos, el motor diesel Borgwardfue el único que no presentóinconvenientes, y fue aprobado. Através del decreto 9594/54, seconstituyó entre la firma Borgwardde Alemania y algunos accionis-tas locales, Borgward ArgentinaS.A., empresa que proveería losmotores D4M de 1.8 litros y 42HP, las cajas de velocidades ZF ylos diferenciales para el Rastro-jero. A mediados de 1954, IAME yBorgward firmaron el primer con-trato para la adquisición de 20.000motores Borgward D4M.

Si bien para los funcionarios laspruebas realizadas eran suficien-tes, para algunos técnicos nodemostraban ser demasiado rigu-rosas (Gómez, e. p., 2008). ¿El

motor Borgward era el más apro-piado técnicamente? ¿Sólo esavariable le permitió ganar el con-curso? En 1953 el ingeniero JoséMonserrat había visitando empre-sas automotrices, entre las que seencontró la firma Borgward, fabri-cante de un motor diesel peque-ño.15 Si bien en ese momento nose avanzó en las negociaciones,la firma alemana se había mostra-do favorable no sólo a proveer deautopartes, sino a radicarse en laArgentina si el Estado apoyaba laoperación. Para los funcionarios ylos técnicos de IAME, la eleccióndel motor Borgward fue una deci-sión técnica, debido a que el arte-facto fue el único que, de acuerdocon los ensayos realizados en laFábrica de Motores, cumplía conlos requerimientos técnicos sinafectar el diseño previo del vehí-culo. Sin embargo, en otro plano,el ingeniero José Monserrat afir-mó que su viaje a Alemania habíasido importante para estrecharrelaciones con la firma Borgward,sobre todo en el nivel de una posi-ble radicación en la Argentina(Monserrat, e. p., 2008).

La potencial radicación de unaempresa automotriz extranjera enel país (ideada antes de la pre-sentación de los motores, peroconfirmada a partir de ella), fuedecisiva para la elección del arte-facto. En la decisión final, lo técni-co y lo político-económico fueroncomplementarios; el tiempo, una

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15 Borgward fue una de las primeras firmas europeas en ensayar motores diesel paraautomóviles y vehículos pequeños. (http://www.borgward.org.uk/Factory.htm).

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variable ineludible. La instalaciónde empresas extranjeras conexperiencia en la producción auto-motriz había sido la primera estra-tegia del gobierno para la produc-ción local. Para los funcionarios,el acuerdo con Borgward paraproducir los motores y posterior-mente automotores en la Argen-tina, se alineaba con la estrategiaestatal inicial (Monserrat, e. p.,2008).

4.2. Economía, política ytecnología

Hacia mediados del siglo XX, elgasoil fue incorporado masiva-mente como insumo en el sistemade transporte16. Por su menorcosto de producción y su mayorpotencia conformó un nuevomarco tecnológico (alternativo),en los motores de combustióninterna. La posibilidad de producirun combustible alternativo a unmenor costo que la nafta permitíacrear una división técnica del tra-bajo, ofrecer un combustible más

barato para la producción y distri-bución de mercancías, y de esaforma realizar una política de sub-sidios sectoriales utilizando gravá-menes diferenciales. En ese esce-nario, la decisión del gobierno defabricar el nuevo Rastrojero conmotor diesel, no fue sólo unaopción tecnoproductiva. Fabricarel utilitario estatal con un combus-tible que podía subsidiarse, impli-có una decisión político-económi-ca, que re-significó el artefacto.

El Rastrojero se convirtió de estemodo en el único vehículo utilitariodel país impulsado por combusti-ble diesel. En 1953, la relaciónentre el precio del gasoil y el de lanafta era de 1 a 3,517. Si bien elRastrojero era el utilitario demenor potencia (42 HP), tambiénera el vehículo para el trabajo conel mejor rendimiento en kilómetrospor litro de combustible consumi-do: 15,5 (cuadro Nº 3). El análi-sis de la información técnica yeconómica permite afirmar que elRastrojero era el utilitario de

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16 Los motores diesel operan a una temperatura y presión superiores a las del motor anafta, y producen la combustión por inyección del combustible (sin chispa). Esto esposible gracias a la alta compresión que se produce en el cilindro, y que le propor-ciona una mayor capacidad para generar fuerza (sobre todo en marchas bajas). Porotra parte, como el gasoil tiene un poder energético superior al de la nafta (del ordendel 18%), el motor consume menos combustible y los vehículos un menor costo ope-rativo. Por último, para poder soportar la presión de trabajo, la temperatura, etc., elmotor diesel debe ser robusto, lo que representa menores costos de mantenimientoy mayor durabilidad relativa (Castro Vicente, 1987). Como contrapartida, en generalson más pesados, y el complejo sistema de inyección no permite el desarrollo de altasrevoluciones sin pérdida de potencia.

17 En mayo de 1953, en un contexto de racionamiento, “el precio del litro de nafta parala venta a granel” era de $ 1,40, mientras que el Gas-oil en surtidor costaba $ 0,40(Automovilismo, 1953).

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menor costo operativo del merca-do local18.

El Rastrojero fue un vehículo conmenores prestaciones relativasque los bienes rivales puesto quetenía menor potencia y velocidadmáxima que cualquier otro utilita-rio del mercado (cuadro Nº3). Sinembargo, la combinación de cier-tas características socio-técnicasentre las que se destacaban unagran publicidad oficial, facilidadpara la adquisición, bajo costooperativo y resistencia, lo convir-tieron en el más vendido.

4.3. Tercera alianza socio-técnica

El gobierno ubicó actores de laalianza sociotécnica en más de unsitio estratégico, lo que permitióresolver disputas interinstituciona-les. Esto garantizaba que los inte-reses personales de algún funcio-nario, o la burocracia, no trabaranlos proyectos. Alejandro Leloir, expresidente del Banco Nación fueelegido presidente del CIPA,mientras que Monserrat fue ubica-do en el BIRA.

“Yo era vocal, para poder hacerpresión y que aprobaran los crédi-tos. Mi misión era que a todo el quefuera a pedir plata para produciralgo para el IAME se la dieran;

49El Rastrojero “un camión para todos los caminos de la patria”

Cuadro Nº 3. Comparación características técnicas Rastrojero y otros utili-tarios

Fuente: Revista Parabrisas Nº 34, 37, 46, www.cocheargentino.com.ar y manualestécnicos.

Tipo de vehículoCaracterística

StudebakerTranstar

1958

DodgeSweptliter

1959

Ford F 1001959

SiamArgenta

1959

Rastrojero1955/1959

ConsumoPromedio(Km/l)

7,4 8,33 5,1 8,4 15,5

Potencia (CV) 172 120 180 47 42VelocidadMáxima(Km/h)

150 135 141 105 103

Combustible Nafta bajooctanaje

Nafta bajooctanaje

Nafta bajooctanaje

Nafta bajooctanaje Diesel

18 No se ha podido hallar información técnica para el período 1953-1955. Para estable-cer una referencia se analizó la relación entre los vehículos utilitarios hacia 1960. Sibien hay 5 años de diferencia, la estructura del parque automotor registraría un cam-bio significativo a partir de 1960, cuando comienza, lentamente, la producción localde vehículos por ET´s.

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para eso estaba yo ahí” (Monserrat,e. p., 2008).

A partir del empleo del motor die-sel se incorporó a la alianza socio-técnica un actor que el gobiernohabía intentado sumar en la pri-mera estrategia de producciónlocal de automotores, una empre-sa extranjera como Borgward(gráfico Nº 3). Se fijaron metasproductivas y acciones para pro-mover la integración de más com-ponentes locales a la matriz insu-mo producto sectorial, como la ley14222 (de capitales extranjeros),en 1953, que favoreció la incorpo-

ración de la firma en la alianza. Laley era claramente sectorial, y seorientaba al desarrollo industrialy/o la integración económica en elnivel local19. También favorecía laradicación de capitales extranje-ros al permitir una remisión dedivisas a las casas matrices a par-tir de los dos años de realizada lainversión, que alcanzaba hasta el8% del capital20.

Si bien el peronismo sostenía lanecesidad de la autonomía eco-nómica, había cierto consenso enel carácter estratégico de aprove-

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19 “Art. 1: Los capitales procedentes del extranjero que se incorporen al país para inver-tirse en la industria y en la minería, instalando plantas nuevas o asociándose con lasya existentes, para su expansión y perfeccionamiento técnico, gozarán de los benefi-cios que acuerda la presente ley.” (Ley 14222)

20 “Art. 6°- A partir de los dos años de la fecha en que la inversión extranjera haya sidoinscripta en el registro mencionado en el art. 5°, el inversor tendrá derecho a transfe-rir al país de origen utilidades líquidas y realizadas provenientes de la misma inversiónhasta el 8% sobre el capital registrado que permanezca en el país, en cada ejercicioposterior anual”.

Gráfico Nº 3. Alianza sociotécnica para la producción del Rastrojero defabricación en serie con motor DIesel

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char la trayectoria de empresasexperimentadas en el nivel inter-nacional para acelerar el desarro-llo industrial. La incorporación denuevos actores expandió y diver-sificó los encadenamientos pro-ductivos, aumentó y complejizó lacomposición de los grupos socia-les relevantes. La dinámica de laalianza sociotécnica y los elemen-tos que circularon en ella ponenen evidencia una co-construcciónentre elementos sociales y tecno-lógicos. La sociedad produjo tec-nología; los artefactos, significa-dos, pero también con ciertas pro-piedades intrínsecas, produjeronuna sociedad.

La promoción sectorial, financie-ra y de asistencia técnica al sectorPyME, asociada con créditosblandos para la compra de unvehículo que además tenía elcosto operativo más bajo del mer-cado, consolidó la participación delos usuarios en la alianza. Losconcesionarios, si bien adelanta-ban capital para la entrega devehículos, consideraban que elnegocio no presentaba riesgospuesto que detrás de las opera-ciones estaba el BIRA (Di Marco,e. p., 2009). La compleja trama derelaciones sociotécnicas de laalianza posibilitó al gobierno aline-ar y coordinar grupos de actores yconstruir funcionamiento para losartefactos a través de las políticaspúblicas sectoriales. En el mismomovimiento, el gobierno utilizabalos artefactos (como mercancía ycomo herramienta de encadena-mientos económicos), para cons-

truir funcionamiento del modelode acumulación sustitutivo.

En la medida que circularon mer-cancías, capital, conocimientos yhasta prestigio personal, los dife-rentes actores se incorporaron,permanecieron en la alianza so-ciotécnica y defendieron el mode-lo de acumulación.

5. Conclusiones

El análisis del Rastrojero permitecomprender diferentes aspectosde la trayectoria tecnoproductivade IAME. El gobierno confiaba enque la producción metalmecánicamovilizaría a la economía nacio-nal con sus encadenamientos pro-ductivos, y a los usuarios, con unnuevo vehículo para el sectorPyME. Portador de un discursoautonomista, el gobierno orientótambién la convergencia de lassignificaciones de los otros grupossociales sobre el artefacto, a tra-vés de estrategias tecnoeconómi-cas y sociopolíticas.

5.1. Dinámica de la alianzasociotécnica

La flexibilidad interpretativasobre la producción nacional deautomotores a comienzos de ladécada de 1950 cedió ante laacción estratégica del gobierno.Esto promovió un momento deestabilización del artefacto, signifi-cado por los grupos como diferen-tes sentidos de la materializacióndel proyecto metalmecánico. Peroel proceso no fue, como ningún

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proceso social, producto de la ale-atoriedad, del devenir. La estabili-zación de los artefactos en lasociedad es siempre el resultadode la construcción de sentido, denegociaciones, alianzas, disputas,etc. Desde la primera presidenciaperonista, el gobierno conformóuna alianza socioeconómica ga-rantizada por un sistema de trans-ferencia de la renta agraria al sec-tor privado industrial, y por la dis-tribución del ingreso a favor de laclase trabajadora. El gobiernocreó la primera alianza sociotécni-ca para movilizar un proyecto deindustrialización automotriz, a par-tir de un conjunto de ingenierosaeronáuticos, una serie de instala-ciones disponibles y un conjuntode proveedores vinculados con laFábrica Militar de Aviones.

Para reorientar las fuerzas pro-ductivas hacia sectores más diná-micos como el metalmecánico, elgobierno vinculó los objetivos pro-ductivos en términos de estrate-gias de desarrollo de capacida-des, con un conjunto de funciona-rios y técnicos enrolados al pro-yecto a través de la creación deuna empresa estatal. Esos funcio-narios y técnicos de la producciónaeronáutica fueron los que toma-ron el proyecto y lo materializaron,transformándose en el proceso enproductores de automóviles. Si losfuncionarios del gobierno nacionalfueron los ideólogos y coordinado-res de la alianza, los miembros deIAME fueron los que crearon latrama tecnoproductiva con losotros grupos sociales. En la pri-

mera alianza del Rastrojero proto-tipo, los componentes eran en sumayoría fabricados en el exterior(eran del tractor o repuestosimportados), o con materiales ycriterios aeronáuticos.

Cuando comenzó la producciónen serie, se configuró una segun-da alianza en la que se incorpora-ron proveedores del eje Córdoba-Rosario-Buenos Aires, reempla-zando algunas autopartes impor-tadas, aunque el conjunto demotorización seguía siendoimportado puesto que era el de lostractores Empire (cuadro Nº 4).En esa segunda fase, en la quecomenzó la comercialización, seincorporaron a la alianza los con-cesionarios y los usuarios.

En la tercera fase, cuando elRastrojero se empezó a producircon motor diesel, se incorporó unafirma extranjera, pero que produ-cía las autopartes localmente.Con la radicación de Borgward enla Argentina, la matriz insumo pro-ducto del artefacto quedó integra-da con 100% de componentesfabricados localmente (cuadro Nº4). La alianza sociotécnica permi-tía al gobierno mantener alinea-das a las fracciones de la clasedominante incorporadas en el pri-mer gobierno e identificadas conla CGE, a la vez que desarrollabapolíticas para ampliar la estructuraeconómica alineando a las PyMEen el modelo de acumulación,como productores y usuarios delRastrojero.

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5.2. Construcción de funcionamiento

Para el peronismo, el objetivo dela autonomía económica podíacumplirse construyendo un siste-ma industrial integrado. El gobier-no consideraba que el automóvilfabricado localmente funcionaba,por lo que buscó incorporar a eseproyecto a las principales firmasde Detroit. Ford, Chysler, GeneralMotors, consideraron inadecuado(en ese momento), fabricar auto-móviles en la Argentina y rechaza-ron la propuesta. Una ley de capi-tales extranjeros poco favorable a

los intereses del Departamento deEstado norteamericano, la falta deinfraestructura industrial y un mer-cado pequeño fueron los motivospara hacerlo.

Al no alinearse al proyecto, lasET´s perdieron la capacidad derenegociar con el gobierno el fun-cionamiento del automóvil ensam-blado, y por lo tanto fueron inca-paces de transformar la políticaproteccionista. Hasta algunosaños después de la caída delperonismo, las ET´s perdieroninfluencia dentro del negocio auto-motriz. La imposibilidad de intere-

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Cuadro Nº 4 Modificaciones en el origen de las autopartes en cada uno delos modelos de Rastrojero

Elaboración propia sobre manuales técnicos y entrevistas, en negrita las autopartesque se incorporan en cada fase.

Motor Willys (EUA) Willys (EUA) Borgward(ALE/ARG)

Transmisión Empire (EUA) Empire (EUA) Borgward(ALE/ARG)

Caja de velocidades Empire (EUA) Empire (EUA) Borgward(ALE/ARG)

Chasis Instituto Aerotécnico(ARG) Autoar (ARG) Autoar (ARG)

Amortiguadores Repuestos importa-dos. Sin más datos(EUA)

Fric-Rot (ARG) Fric-Rot (ARG)

Cabina Instituto AerotécnicoChapa aeronáutica

IAME (ARG) Chapaautomotriz

IAME (ARG) Chapaautomotriz

Caja de carga Instituto Aerotécnico IAME (ARG) IAME (ARG)

Llantas Repuestos importa-dos. Sin más datos(EUA)

Travessaro (ARG) Travessaro (ARG)

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sar a actores experimentadosllevó a los funcionarios a convertiral Estado en productor, y buscarla alineación y coordinación deactores por fuera del mainstream,apostando a la creación “desdecero” de una infraestructura parala industria metalmecánica.

El gobierno nacional, a través dela figura del brigadier Juan SanMartín enroló para IAME dos gru-pos dentro de las propias filas delex IA, ambos liderados por inge-nieros aeronáuticos: los funciona-rios y los técnicos. Estos grupostenían como objetivo principal lamaterialización de la producciónautomotriz nacional. En el casodel Rastrojero, la misión de losfuncionarios era transmitir lasinquietudes del gobierno nacionala los técnicos, que diseñaban losartefactos, redefiniendo paraambos grupos, y operando en latoma de decisiones en los dossentidos, sobre los problemassociotécnicos que generaba laproducción y las soluciones querequería. El trabajo principal delos técnicos era que las respues-tas en términos mecánicos y esté-ticos de producto y proceso, pro-pias de la resignificación del trac-tor en Rastrojero y luego de proto-tipo a la producción en serie, seajustaran a los requerimientostecnoproductivos (simple produc-ción y bajo costo), planteados porlos funcionarios.

Luego de que el gobierno noconsiguiera el enrolamiento de lasET´s, el grupo buscó interesar

otros actores del sector privado. Afalta de grandes industriales inte-resados en desarrollar la industriaterminal, la opción fue desarrollarel sector proveedor local enrolan-do a pequeños y medianos fabri-cantes de piezas para aeronáuticay repuestos automotrices nacio-nales. Para los proveedores, elRastrojero significaba entrar en uncircuito tecnoeconómico privile-giado, ya que adquirían, ademásde contratos con el Estado, capa-citación, subsidios, y sobre todo,créditos. Este grupo se alineórápidamente detrás del sistemade transferencia propuesto por elgobierno.

Un año después de que el pro-yecto estuviera en vigencia, algu-nas firmas extranjeras, aunque notransnacionales y algunas inclusoperiféricas, aceptaron radicarseen el país, negociando subsidios ycréditos que les aseguraban cier-tas condiciones deseadas para suradicación. Los usuarios compra-ron todas las unidades producidasdel Rastrojero. Ya fuera porquecompartían la significación nacio-nalista del “camioncito argentino”,o simplemente porque considera-ban que el artefacto “era barato yandaba bien”, los usuarios cons-truyeron funcionamiento para elRastrojero. Esto los alineó tam-bién con el proyecto.

La fabricación del Rastrojeroimplicó el diseño de un vehículoutilitario para una clase socialespecífica, los pequeños y media-nos productores, que antes no

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tenían acceso a ese tipo de bie-nes. El gobierno buscó estabilizarsu definición de funcionamientode un utilitario para el campo parapequeños y medianos producto-res, como lo señalaba toda lapublicidad al respecto, de allí sunombre. Sin embargo, los usua-rios excedieron a los productoresrurales y el artefacto comenzó aser adquirido también para el tra-bajo urbano, re-significando suidentidad. Potencialmente, elRastrojero se convirtió en un bienrival de todo utilitario pequeño.

El gobierno construyó en simul-táneo el funcionamiento delmodelo de acumulación basadosobre el mercado interno y el fun-cionamiento del artefacto. El pri-mero lo lograba diseñando unapolítica económica que promovíalas PyME y la integración tecno-productiva. El segundo lo hacía através de un discurso ideológicoque ponía la producción de algu-nos artefactos al frente de un pro-yecto emancipatorio. El peronis-mo construyó el Rastrojero de unamanera tal, que el Rastrojero sevolvió peronista, el artefacto fuesignificado en y para ese modelode sociedad.

5.3. Política de los artefactos

El Rastrojero fue, desde su dise-ño, un híbrido de tecnología y polí-tica. Si el artefacto funcionó, entérminos sociotécnicos, no fue

sólo por sus prestaciones tecnoló-gicas (más o menos amplias deacuerdo al caso con respecto alos otros utilitarios), sino porquedetrás de él había también unapolítica estatal y una ideologíaque lo patrocinaron.

En la medida en que el Rastro-jero operó como medio paraalcanzar un conjunto de fines ten-dientes a transformar la sociedad,puede considerarse que fue unartefacto político. La produccióndel artefacto implicaba para elgobierno el cambio de una seriede relaciones sociales y políticas,como la creación de nuevos acto-res económicos y un nuevo grupode usuarios de ciertas tecnologí-as, hasta el momento excluidos.

En el proceso de producción delRastrojero entre 1952 y 1955, seconstituyó un estilo socio-técnicoespecífico, caracterizado por lamutua afectación entre tecnologíay política. El desarrollo de la pro-ducción metalmecánica se orientóhacia la fabricación de bienesdurables y complejos, que reque-rían mayores niveles de inversiónde capital, capacitación laboral eintegración sectorial. El estilosociotécnico desarrollado en laproducción del Rastrojero presen-tó notables diferencias con la pri-mera fase de sustitución de impor-taciones volcada a la manufacturade materias primas locales, bie-nes intermedios y de bajo nivel deintegración industrial.

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La crisis de 2001-2002 y La crisis de 2001-2002 y el colapso del neoliberalismoel colapso del neoliberalismoen la Argentina*en la Argentina*

Economía política

* Este trabajo es una versión actualizada del artículo publicado en el libro coordinado por AlexFernández Jilberto y Barbara Hogenboom (2007) Big Business and Economic Development.Conglomerates and Economic Groups in Developing Countries and Trasition Economies underGlobalisation. Oxford y Nueva York, Routledge.

** Economista. Profesor de la UBA. Investigador del CONICET en el Instituto de Investigaciones“Gino Germani”

La situación socioeconómica y política que afectó a la Argentina acomienzos del nuevo milenio puede ser considerada como una crisis delneoliberalismo, del colapso del modelo neoliberal implementado a rajata-bla en el país en los años noventa (Giarracca y Teubal, 2004). En muchossentidos, esto diferencia el caso argentino de otras crisis de la décadaanterior, como la brasileña, la asiática o la rusa: todas ellas fueron en granmedida crisis de los modelos neodesarrollistas u orientados a las expor-taciones impulsados por el Estado.

Dos eventos importantes marcan los comienzos de una nueva etapa enla economía política de nuestro país: el golpe militar de 1976 y el golpeeconómico de 1989. Ambos contribuyeron al desarrollo de un nuevo “régi-men de acumulación” (RA), sustancialmente diferente al de “industrializa-ción por sustitución de las importaciones” (ISI), que prevaleció en déca-das anteriores. Ambos abrieron el camino para la implementación del Plande Convertibilidad y los Programas de Ajuste Estructural (PAE) de losaños noventa, que favorecieron plenamente la consolidación del modeloneoliberal en la Argentina.

Migue l Teuba l**

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59Crisis de 2001-2002 en la Argentina

El golpe militar de 1976 fue induda-blemente un hito importante. En elmarco de la formación de un represi-vo “estado burocrático autoritario”(O´Donnell, 1979), se crearon unaserie de medidas e instituciones queinfluyeron significativamente sobre losmercados laborales, agropecuarios,financieros y de capital. Durante ladictadura militar del Proceso (1976-1983), se congelaron los aumentossalariales, particularmente los delsector público, y se adoptaron dispo-siciones que favorecieron a activida-des e intereses financieros, así comoa grandes grupos y conglomeradoseconómicos. En este período, aumen-tó sustancialmente la deuda externa,que habría de influir sobre políticas yestrategias de los posteriores gobier-nos democráticos. El golpe económi-co del 89 fue motorizado por el esta-blishment cuando indujo la fuga masi-va de capitales, lo cual llevó a un pro-ceso de devaluaciones aceleradas ylos consiguientes brotes hiperinflacio-narios del período 1989-1991. El Plande Convertibilidad y la implementa-ción de un severo Programa de AjusteEstructural (PAE) por parte de laadministración Menem, en los noven-ta, pueden considerarse respuestas aestos procesos. Ambos eventos con-tribuyeron a la consolidación de unnuevo modelo económico en la socie-dad argentina, considerado en sumomento como el caso ejemplar paraotros países, y que, por consiguiente,debía ser apoyado por interesesfinancieros internacionales (véaseTeubal, 2000/1; 2001; Giarracca yTeubal, 2004).

Diversos aspectos de las políticasadoptadas por el Gobierno argentinoen los noventa han sido analizados ennumerosos trabajos, como el caso delPAE. Éste incluyó entre sus aspectos

esenciales: un programa extremo deprivatizaciones; desregulaciones detodo tipo, en particular con respecto ala “flexibilización” de los mercadoslaborales y del sector agropecuario; yuna “apertura” a la economía mundial,fundamentalmente en lo concernientea intereses financieros. Como señala-mos, el PAE tuvo como antecedentes,en los años setenta y ochenta, políti-cas y mecanismos que favorecieron aintereses financieros tanto nacionalescomo internacionales. Éstos, junta-mente con la caída de los salariosreales y la regresividad creciente de ladistribución de los ingresos en el nivelnacional, fueron tendencias comple-mentarias al aumento de la deudaexterna, contraída inicialmente porgrandes grupos económicos, la cualfue estatizada y transferida a toda lasociedad en el año 1981.

Pero lo que no ha sido quizá sufi-cientemente discutido es cómo,desde mediados de los setenta a estaparte, y en particular durante los añosnoventa, el PAE y sus medidas aso-ciadas, vinculadas con el endeuda-miento externo, respondieron a losintereses de las élites económicas ycómo contribuyeron a la consolida-ción de un establishment basadosobre un bloque de poder de grandescompañías y grupos económicos,tanto nacionales como transnaciona-les (Azpiazu, Basualdo y Khavisse,1989 [1986]).1 Así, durante la crisis dereferencia, en especial tras el defaultde una parte de la deuda externa,hacia fines de 2001, y la devaluaciónde comienzos de 2002, cuando laeconomía alcanzaba su nivel másbajo, se hizo manifiesto como en nin-gún otro momento el papel de los gru-pos económicos en la economíaargentina. Quedó reflejada la anato-mía de la sociedad argentina cuando

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se manifestaron las presiones sobreel Gobierno por parte de grandescompañías y grupos económicos, queintentaban revertir la caída de su ren-tabilidad como consecuencia de lasmedidas devaluatorias, la corridasobre los bancos, la fuga de capitalesy la crisis misma (véase Azpiazu ySchorr, 2003).

Si bien los grandes grupos económi-cos siempre han ejercido una influen-cia significativa sobre el desarrollo dela economía nacional, la consolida-ción del nuevo “régimen de acumula-ción” en los años setenta acrecientamucho más su poderío. Bajo lasestrategias de ISI de los años cuaren-ta, cincuenta y sesenta, la importanciade estos grupos se circunscribía aalgunos grandes bancos, exportado-ras e industrias, por ejemplo, lasindustrias automotriz, siderúrgica,petroquímica y algunas textiles y ali-mentarias. Asimismo, ejercían unatradicional influencia sobre el petróleoy los conglomerados cerealerosexportadores. Sin embargo, operabanen un medio caracterizado por unrelativo predominio del empresariadomediano y pequeño. Bajo la ISI, algu-nas de las compañías más importan-tes eran de servicios públicos o pro-ductoras de lo que se considerababienes estratégicos (petróleo, acero,carbón), o bien, eran empresas públi-cas y entidades operadas por elEstado. En este contexto, los grandesconglomerados o grupos económicosno tenían la hegemonía que habríande adquirir posteriormente bajo elneoliberalismo. Es a partir de media-dos de los setenta, y más aún en los

noventa, cuando se aplican los PAE,que tales grupos adquieren una signi-ficación y un poderío mucho mayor.

En años recientes, se ha replicado eldebate de los años cincuenta y sesen-ta en torno de la burguesía nacional(véase Basualdo, 2004; Galetti,2004). Según Basualdo, se trata de“una fracción de la burguesía asocia-da con el mercado interno (…) basa-da en el consumo de bienes salario deconsumo popular.” Esta categoría serefiere también, en lo esencial, a“grandes firmas industriales oligopóli-cas que (…) establecieron acuerdoscon los trabajadores asalariados, enuna alianza que en la etapa de indus-trialización por sustitución de lasimportaciones se expresaba en elPeronismo” (Basualdo, 2004: 14-15).Galetti reflexiona en torno a este con-cepto: “lo que se llamaba una burgue-sía nacional era básicamente una bur-guesía industrial que fue desarrolladaen la era de ISI, fundamentalmentedurante la segunda guerra mundial. Elgobierno del general Perón se basósobre este sector para desarrollar unEstado que distribuía los ingresos conmayor equidad e implementaba unaserie de beneficios sociales. Mientrasque por aquel entonces la participa-ción de los salarios en el ProductoBruto Interno alcanzó a casi el 50 porciento, en la actualidad no supera el20 por ciento.”

Según este autor, una expresiónparadigmática de la burguesía nacio-nal fue José Ber Gelbard, el ministrode Economía del gobierno peronistade comienzos de la década de los

1 Daniel Azpiazu, Eduardo Basualdo y otros miembros del área de Economía y Tecnología de laFacultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) son los principales investigadores queestudiaron la importancia de los grupos económicos en la Argentina. Asimismo, numerosos infor-mes y publicaciones del IDEP de la CTA, dirigido por Claudio Lozano, también han contribuidosustancialmente a la comprensión de estos desarrollos. Véanse las referencias presentadas alfinal de este trabajo.

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61Crisis de 2001-2002 en la Argentina

setenta. Gelbard enfatizaba el merca-do interno, un “pacto social” con lostrabajadores y un aumento del comer-cio con Cuba y el bloque socialista(Galetti, 2004; véase también Teubal,2000/1: 484-5). Fue esta burguesíanacional la que, en lo esencial, teníaintereses contrapuestos a exportado-res agropecuarios tradicionales, gran-des terratenientes, así como al capitalextranjero que había invertido en laindustria automotriz, petroquímica yotras industrias en los años sesenta.De más está decir que la crecientehegemonía de los grupos económicosfue un proceso que se dio en paralelocon una tendencia a la desapariciónde la burguesía nacional.

En términos generales, las políticasque eran significativas para la nuevaélite de grandes compañías teníanque ver con tres desarrollos importan-tes. En primer lugar, tanto la deudaexterna como las actividades financie-ras y especulativas en general setransformaron en importantes activi-dades que habrían de caracterizar alnuevo “régimen de acumulación”. Ladeuda externa aumentó significativa-mente durante la dictadura militar ycontinuó aumentando posteriormente,en los años noventa, después de queel Gobierno argentino adhiriera al planBrady. En segundo lugar, el programade privatizaciones, medidas desregu-latorias y la “apertura” a la economíamundial de los noventa apuntalaronsustancialmente a viejos y nuevosconglomerados y grupos económicos.En tercer lugar, la dinámica global dela economía argentina en esa épocacondujo a una creciente concentra-ción y centralización del capital y a laconsolidación de grandes empresas,excluyendo al mediano y pequeñoempresariado. Aunque se implemen-taron algunas medidas a favor de

grandes compañías y grupos econó-micos bajo la dictadura militar de lossetenta, fue notablemente bajo laadministración Menem, en los noven-ta, que se consolidó el poderío econó-mico y político de estos sectores. Elproceso siguió bajo el gobierno deFernando de la Rúa.

Según Minsburg, “el endeudamientoexterno, y la (consiguiente) fuga decapitales, fue la culminación de unlargo proceso realizado para cumpli-mentar el fortalecimiento de la alianzaentre grupos económicos nacionales,la oligarquía (agraria) y el capitaltransnacional” (Minsburg, 1987: 105).Como mencionamos más arriba, laspolíticas aplicadas durante la dictadu-ra militar del Proceso (1976-1983)fueron diseñadas para favorecer fun-damentalmente actividades financie-ras y especulativas, vinculadas dediverso modo con la deuda externacontraída en ese período. Las refor-mas financieras de junio de 1977, que“flexibilizaron” estas actividades, fue-ron instrumentales a tal finalidad.Comienza un nuevo período deendeudamiento externo, que aumentade 7.000 millones de dólares, en1976, a más de 46.000 millones dedólares, al concluirse la dictadura mili-tar, en 1983. El grueso de este endeu-damiento se produjo entre 1978 y1982, y siguió aumentando en losnoventa, en el marco de los PAE de laadministración Menem, pasando de61.300 millones de dólares, en 1991,a 145.300 millones de dólares, en1999. En este último período, ladeuda externa se combinó con unimportante programa de privatizacio-nes y fue complementaria a un inten-so proceso de concentración y centra-lización del capital. Estos factorescontribuyeron al surgimiento de unanueva estructura de poder en la socie-

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62 realidad económica 261 1º de julio/15 de agosto de 2011

dad argentina, conformada por nue-vos actores sociales : bancos localesy extranjeros, empresas recientemen-te privatizadas, nuevos conglomera-dos o grupos económicos industrialeso pertenecientes al área de servicios.

Decíamos que, durante el períodode ISI, las grandes compañías coexis-tían con el empresariado mediano ypequeño, que representaba una parteimportante de la economía nacional.Y que en el marco del nuevo régimende acumulación que se instaura a par-tir de mediados de los años setenta,en particular durante los noventa, estasituación cambia sustancialmente. Enefecto, grandes compañías y conglo-merados de élite incrementaron suparticipación en el mercado en casitodos los sectores de la economía,marginando a la mediana y pequeñaempresa. En períodos anteriores, eramanifiesto el conflicto entre las doscentrales empresarias más importan-tes: la Unión Industrial Argentina(UIA), con el apoyo de la SociedadRural Argentina (SRA), que represen-taba al empresariado altamente con-centrado, por una parte; y laConfederación General Económica(CGE), apoyada por la FederaciónAgraria Argentina (FAA) y variadasorganizaciones cooperativas, querepresentaban a múltiples sectoresdel empresariado mediano y peque-ño, fundamentalmente del interior delpaís, por la otra. En cambio, en lanueva etapa hegemonizada por elneoliberalismo, tanto la UIA como unaserie de nuevas centrales empresa-rias, que representaban a sectoresdel empresariado altamente concen-trado, aumentaron su poder, mientras

que la CGE y sus aliados lo perdieroncasi por completo.2

Deuda externa y gruposeconómicos: el Proceso ylos años de Alfonsín

A comienzos de los setenta, laArgentina era uno de los países másindustrializados y de mayor ingresoper cápita de América latina. A su vez,poseía una infraestructura en cienciay tecnología relativamente de avanza-da; su industria electrónica, por ejem-plo, se encontraba a la par de la sur-coreana. Fue en ese contexto que sediagramó una estrategia de industria-lización orientada hacia las exporta-ciones, similar a la que acontecía conlos NICs (New Industrialized Coun-tries / Nuevos países industrializados)de Asia. De hecho, en esos tiemposse creía que dicha estrategia tendríala capacidad de generar más empleoque las tradicionales prácticas basa-das sobre las exportaciones de pro-ductos primarios (commodities agro-pecuarias y petróleo). No obstante,fue rápidamente dejada de lado.Desde mediados de la década de lossetenta, se les asignó un rol prepon-derante al endeudamiento externo y alos intereses financieros locales einternacionales, estrategia que fuedivergiendo crecientemente de aque-lla orientada hacia las exportacionesindustriales, pergeñada en años ante-riores. ¿Por qué se optó por estaestrategia? Aparentemente, una polí-tica de crecimiento que implicara unaprogresiva industrialización hubierafavorecido a una burguesía nacionalen alianza con sectores laborales, un

2 Durante el nuevo milenio, y en particular después de la crisis de 2001-2002, el panorama de laagremiación empresaria se complejiza aún más: algunos sectores presionan para la devalua-ción; otros, adhiriendo a intereses especulativos y financieros, promueven la plena dolarizaciónde la economía.

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63Crisis de 2001-2002 en la Argentina

escenario que se contraponía a la tra-dicional alianza de la oligarquía agra-ria con el capital extranjero (Minsburg,1987; Teubal, 1993b).

El endeudamiento externo se trans-formó en un aspecto central de laspolíticas económicas adoptadasdurante la dictadura militar. El 90 porciento de este endeudamiento corres-pondió a actividades financieras, esdecir, a operaciones no asociadascon importaciones y exportaciones debienes, en general, o de bienes decapital, en particular. La deuda exter-na total se incrementó en casi 36.000millones de dólares desde fines de1976 hasta fines de 1983. Los intere-ses de la deuda externa sumaban 515millones de dólares en 1976, y alcan-zaron los 5.400 millones en 1983. Lamasa de intereses acumulados eneste período ascendió a 19.000 millo-nes de dólares; la mayor parte fuepagada en término y una mínima pro-porción, prorrogada. “Este drásticoincremento en el nivel de endeuda-miento tuvo un objetivo bien definido(...) integrar el sistema financieroargentino a los mercados financierosinternacionales, liberando los tipos decambio y estableciendo la plena movi-lidad de los capitales” (Minsburg,1987: 101).

Varios fueron los mecanismos utili-zados para aumentar el endeuda-miento externo. Empresas estatalesencargadas de proveer ciertos servi-cios públicos fueron inducidas a finan-ciarse a través del endeudamientoexterno, considerado más “genuino”,ya que -se argumentaba- tendía a sermenos inflacionario. De hecho, duran-te la crisis de 1981, se les prohibió alas compañías estatales hacer uso defondos provenientes de su propioendeudamiento para financiar necesi-dades operativas o para llevar a cabo

inversiones necesarias. El Gobiernonacional se apropió de estos fondos ylos transfirió a los mercados de divi-sas para usarlos con fines especulati-vos. Esencialmente, este mecanismofue utilizado para proveer al Gobiernocentral de las divisas necesarias parafinanciar la fuga de capitales, algo quecaracterizó a la crisis de 1981-1982.En efecto, las inversiones que podríanhaberse realizado con estos fondospara aumentar la eficiencia de los ser-vicios públicos nunca fueron concre-tadas. Este aspecto se relacionabacon la necesidad política de mostrarque las empresas públicas eran “inefi-cientes” y la principal causa del déficitfiscal, con el fin de crear un escenarioque justificara la privatización masivade los servicios públicos.

La mayor parte de la deuda externaprivada de este período tuvo el patro-cinio del Estado y fue garantizada porél, lo cual permitió a empresas localestener acceso a préstamos internacio-nales con tasas de interés más bajas.Eventualmente, el Gobierno se hizocargo de muchos de los préstamosprivados que no fueron pagados. Sinembargo, nunca se realizó una inves-tigación sobre este asunto. Mientrasmuchos de los préstamos internacio-nales fueron cancelados a través defondos provistos por el TesoroNacional, “ni el Banco de la NaciónArgentina ni el Banco Nacional deDesarrollo, como entidades que habí-an tomado la responsabilidad poresos préstamos (...) iniciaron investi-gaciones tendientes a recuperar lassumas abonadas por el Estado”(Cafiero y Llorens, 2002: 134). Lasmedidas clave tendientes a hacer delendeudamiento externo una actividadredituable tuvieron que ver con lasreformas financieras de 1977 y 1979,cuando se eliminaron los controlessobre las actividades financieras y la

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movilidad de capitales, se liberaliza-ron plenamente las transaccionesfinancieras y se estableció una garan-tía absoluta por parte del Estado paradichas operaciones. Incluso, el BancoCentral dispuso un mecanismo paraque se les pagaran intereses a losbancos por los fondos inmovilizadospor ley (encaje legal), sobre la basede declaraciones juradas emitidas porlas mismas entidades -una prácticaque posteriormente sería cuestiona-da como ilegal-.

De esta manera, la política oficialproveyó numerosos incentivos para elendeudamiento externo. En 1978, elGobierno estableció un régimen cam-biario predeterminado: un sistema dedevaluaciones progresivas (crawlingpeg), según el cual los incrementosen el tipo de cambio tendían a sermenores que la tasa doméstica deinflación, mecanismo que contribuyóal déficit de la balanza de pagos, a lavez que garantizaba las deudas toma-das en el exterior. Es decir, elGobierno aseguraba una tasa de inte-rés local en pesos, que, convertida endólares, era mayor a las tasas de inte-rés internacionales. Ese control sobrelos tipos de cambio aseguraba la ren-tabilidad de los préstamos y garanti-zaba ganancias sustanciales para losmercados financieros locales e inter-nacionales. Asimismo, gran parte dela deuda externa era ficticia, ya queaquellos fondos provenían de depósi-tos realizados en bancos internacio-nales por residentes argentinos, con-secuencia de una previa fuga de capi-tales; y, a su vez, servían a los ban-cos extranjeros como garantía para elendeudamiento local. Tales condicio-nes hacen que la deuda externaargentina sea esencialmente ilegítima(Basualdo, 2001: 43).

Sin embargo, este esquema alta-mente especulativo terminaría prontoen un desastre. A comienzos de losaños ochenta, se incrementó el déficitde la balanza de pagos y se acrecen-tó la fuga de capitales del país. ElGobierno respondió obligando a lasempresas de servicios públicos yotras compañías estatales a aumen-tar su deuda externa, y se transfirie-ron los recursos así obtenidos al mer-cado de divisas con el propósito definanciar esa fuga de capitales. Noobstante, una corrida sobre los ban-cos desató una serie de quiebras enel sistema bancario local, haciendoinsostenible el esquema planteado.En 1981 se llevó a cabo devaluaciónque elevó el tipo de cambio en un 500por ciento. Pero los intereses de losgrandes grupos económicos fueronsalvaguardados por un seguro del tipode cambio, contraído post factum.Luego, la deuda privada externa fuetransferida al sector público, es decir,fue nacionalizada por completo.Durante el gobierno de Alfonsín, todoeste esquema fue legitimado con lafirma de un nuevo programa de esta-bilización con el FMI. Nunca se reali-zó crítica alguna respecto de la legiti-midad o legalidad del enorme incre-mento en la deuda externa y su trans-ferencia al Estado durante la dictadu-ra militar. El Plan Austral (de la admi-nistración Alfonsín) tenía como condi-ción implícita que la deuda externa nofuera investigada o cuestionada, loque originó un importante debate enel Congreso (Cafiero y Llorens, 2002:97). Se dejó sin consideración el pro-ceso judicial iniciado por AlejandroOlmos para declarar ilegítima ladeuda externa, precisamente porqueestaba sustentada sobre depósitos deresidentes argentinos en el exterior ypor el hecho de haber sido contraída

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durante una dictadura militar (deudaodiosa).3

La deuda externa nada tenía que vercon la industrialización o la inversiónproductiva; todo lo contrario. Fue con-traída en un contexto de total estan-camiento y desindustrialización delpaís. Fue usada: a) para financiargastos y operaciones militares yrepresivas; b) para construir variasautopistas y redes de gas; c) paracostear la Copa Mundial de fútboljugada en la Argentina en 1978; y d)para financiar actividades especulati-vas y la fuga de capitales. En esteperíodo, reiteramos, se vio el inicio deuna estrecha correspondencia entreel incremento de la deuda externa ylos depósitos de residentes argenti-nos en el extranjero, situación que seextiende hasta nuestros días(Basualdo, 2000: 49, 2001: 37). ElMorgan Guaranty Trust estimó que,entre 1976 y fines de 1982, la fuga decapitales de la Argentina alcanzó los28.000 millones de dólares (Minsburg,1987: 102). El Banco Mundial registróuna fuga, entre 1978 y 1981, de másde 31.000 millones de dólares(Basualdo, 1994: 32).

Si bien la fuga de capitales habíasido un fenómeno usual en la

Argentina, se potenció significativa-mente durante la dictadura militar.Como mencionamos más arriba, ellose debió, en parte, al endeudamientoen dólares tomado por las empresaspúblicas que trajeron divisas al paíssin restricciones, que luego se vendie-ron en los mercados locales a perso-nas interesadas en retirar sus ganan-cias especulativas o la liquidez obteni-da en operaciones financieras en elámbito de la economía local. En unasegunda fase, se obtuvieron nuevoscréditos externos con garantías pro-vistas por el Gobierno, también res-paldados por fondos depositados enel exterior (Basualdo, 2000; Cafiero yLlorens, 2002).

Lo que hacía rentables esas opera-ciones era el hecho de que se basa-ban, por un lado, sobre un tipo decambio prefijado y, por otro, sobretasas de interés mayores que lasinternacionales. Estas operacionesformaron parte de lo que se denominó“la bicicleta financiera”. De allí que la“perversa deuda argentina”(Calcagno, 1986) comenzara a aso-ciarse claramente con la estrategiaeconómica del gobierno militar. Susprincipales beneficiarios fueron fun-cionarios gubernamentales, militaresy el establishment económico, a quie-

3 "El 4 de abril de 1982 Alejandro Olmos hizo la primera presentación en la Justicia y siguió apor-tando pruebas hasta su muerte, el 24 de abril de 2000. Dos meses después, tras 18 años deinvestigación, el Juez Jorge Ballestero emitió un fallo que no tiene precedentes en el mundo, yque corrobora la ilicitud de la Deuda Externa, estableciendo la responsabilidad de los funciona-rios de la dictadura que la contrajeron y la corresponsabilidad de los organismos internacionalescomo el FMI, que aprobaron prestamos ilícitos y fraudulentos. Puesto que la acción penal habíaprescripto, el Juez Ballestero remitió el fallo al Congreso, para que tome la intervención que laConstitución Nacional le confiere en el manejo de la Deuda Externa (art. 75). La mayoría parla-mentaria nunca se ocupó del tema. Ante la desidia del Congreso, y temiendo que la investiga-ción hecha por su padre cayera en saco roto, Alejandro Olmos Gaona se presentó como quere-llante en la causa donde se investigan todas las refinanciaciones de la deuda originaria hasta eldía de hoy. En diciembre de 2005, impulsó junto a Adolfo Pérez Esquivel y más de 50 represen-tantes de entidades sociales, religiosas, sindicales y de derechos humanos, un Recurso deAmparo para suspender el pago de las sumas reclamadas por el FMI hasta que la JusticiaFederal se expida sobre la legitimidad de los reclamos. "(Causa Alejandro Olmos. Deuda exter-na argentina ilícita-Mariana Pécora - Atajo. Avizora. Webmaster@ avizora.com)

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nes se les garantizaba una enormerentabilidad para sus operacionesfinancieras locales e internacionales.Algunos de los nombres de los reciénllegados al establishment económicoeran Pérez-Companc, Rocca, Macri,Soldati, Bulgheroni. Por supuesto, losacreedores externos también ejercie-ron gran influencia sobre las decisio-nes de política local, en gran medida através de los denominados condicio-namientos del FMI.

El rol del Estado fue fundamental eneste modelo de valorización financie-ra. Primero, debido a que los présta-mos de fondos públicos por parte delEstado nacional eran funcionales almantenimiento de altas tasas de inte-rés internas en relación con las inter-nacionales. Segundo, debido a que elendeudamiento externo era lo queproveía las divisas necesarias parafinanciar la fuga de capitales. Tercero,porque, al asumir las pérdidas de ladevaluación y obtener la transferenciade esa deuda externa al Estado, lacúpula del sector privado se vioampliamente subsidiada. En conse-cuencia, la deuda externa transferidaal Estado se transformó en una cargasobre los hombros de la población ensu conjunto (Basualdo, 2000: 29-31).Como dijimos, la “solución” a la crisisque adoptó Domingo Cavallo, porentonces presidente del Banco Cen-tral, fue la implementación de unseguro del tipo de cambio para “facili-tar” a los deudores privados locales elpago de sus deudas con el extranjero.Luego esa deuda fue transferida alEstado en un proceso que continuó alo largo de los años ochenta. Todoesto implicó una transferencia de fon-dos públicos a los segmentos másconcentrados de capital. Se estimaque sólo 28 grupos económicos loca-les y 102 corporaciones transnaciona-

les concentraron en ese momento el64 por ciento de la deuda externa pri-vada (Basualdo, 1987; Kulfas ySchorr, 2003: 23). Según Basualdo, ladeuda privada transferida al Estadoen este período representó más de10.000 millones de dólares (Basualdo,2000: 24).

Otro mecanismo, en los años ochen-ta, para subsidiar a los grandes gru-pos económicos y al capital extranje-ro, transfiriendo su deuda al Estado,se relacionó con la capitalización dedeuda. Esta se realizó a través de lacondonación de deuda pública, quefue intercambiada por activos perte-necientes a los servicios públicos queestaban en proceso de privatización.En la Argentina, la “capitalización dedeuda externa”, concebida en 1985,no estuvo asociada inicialmente conlas privatizaciones sino con la transfe-rencia de la deuda privada al Estado,que no había sido realizada cuandose aplicó el seguro del tipo de cambio.A esto pueden sumarse otros esque-mas de subsidio a las grandes empre-sas, como la sobrevaluación de com-pras de bienes y servicios por partedel Estado. Se ha estimado que lastransferencias totales del Estado alcapital más concentrado alcanzaronlos 105.000 millones de dólares en elperíodo 1981-1989, una magnitudsimilar al PBN anual de la Argentina.Los principales beneficiarios de estosregímenes fueron grupos o conglome-rados económicos como Pérez-Companc, Techint, Siemens y Fiat(Basualdo, 2000: 24-25).

El poder adquirido por el establish-ment económico fue enorme. Esto sevio reflejado en el “golpe económico”de 1988-1989, que aparentó ser unarespuesta a la administración deAlfonsín por haber suspendido mo-mentáneamente el pago de los servi-

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cios de la deuda externa. Una fugageneralizada de capitales indujo laaceleración de la devaluación de lamoneda y, por ende, el estallido hiper-inflacionario del período 1989-1991,derivando en una situación social caó-tica y en la renuncia de Alfonsín, seismeses antes del término de su man-dato. Esto fue lo que luego generó la“necesidad” de nuevas medidas “dis-ciplinarias” impuestas sobre granparte de la sociedad civil durante losaños noventa. Según algunos estu-dios, ese “golpe económico” tambiénreflejó intereses en pugna entre acre-edores externos y grupos económicoslocales (Basualdo, 2001: 54), que fue-ron finalmente reconciliados, en 1991,bajo el Plan de Convertibilidad deCavallo.

Las políticas de Menem

Los años de gobierno de CarlosMenem (1989–1999) fueron emble-máticos debido a la importancia queadquirieron los grupos económicosnacionales e internacionales y losgrandes bancos e intereses financie-ros. El poder económico de estos gru-pos creció a la par del endeudamien-to del Gobierno, combinado con unvasto programa de privatizaciones yamplias medidas desregulatorias,todo lo cual formó parte de un severoprograma de ajuste estructural (PAE)instrumentado a lo largo de la década.La legitimidad del PAE se basó en eléxito del denominado plan de Con-vertibilidad, del 1º de abril de 1991,que consiguió reducir la inflación y lasexpectativas inflacionarias que carac-terizaron al período 1989-1991. Conel peso argentino anclado en una pari-

dad fija con el dólar, las expectativasde devaluación fueron controladas.Esto se asoció con medidas talescomo la liberalización plena del flujode capitales hacia y desde el país. Laestabilidad de precios así lograda y uncierto proceso de crecimiento que selogró a comienzos de los noventa pre-pararon el terreno para la adopción ylegitimación del PAE.

Bajo el Plan de Convertibilidad, unpeso convertible quedó atado al dólara una tasa de uno a uno, y la indexa-ción de precios fue vedada por ley (talcomo señalaremos más adelante, seconcedieron excepciones ilegalespara algunas tarifas públicas luego dela privatización de los principales ser-vicios públicos). Se prohibió toda cre-ación de dinero no respaldada conreservas en divisas del Banco Centralo por el ingreso de capitales del exte-rior (principalmente mediante nuevoendeudamiento externo). El régimende convertibilidad fue establecido poruna ley del Congreso que requeríaque el Banco Central respaldara el 80por ciento de la base monetaria conreservas internacionales, reduciéndo-se así su capacidad para financiar alGobierno y al sistema financiero comoprestamista de última instancia. Estaley tuvo también el propósito de elimi-nar toda discrecionalidad delGobierno en lo que respecta a políti-cas monetaria y cambiaria. Su resul-tado fue que colocó a la Argentina enun esquema de patrón oro o patróndólar, limitando las funciones delBanco Central hasta convertirlo en unmero broker cambiario.4

Al implementar este plan, el objetivoprincipal del ministro de EconomíaDomingo Cavallo era derrotar la infla-ción eliminando las expectativas

4 Para una crítica de los sistemas cambiarios adoptados por países como Hong Kong, Bermuda,Islas Caimanes, Estonia y Argentina, véase Eichengreen, 1996: 139, 144.

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devaluatorias que la generaban.Esperaba, además, establecer unnuevo régimen monetario y cambiariomás duradero, que le permitiera apli-car un drástico PAE. Un elementocentral en el programa tenía que vercon la necesidad de aumentar conti-nuamente la deuda externa. Esto sedebía al déficit del balance de pagos,propio de una tendencia hacia un tipode cambio sobrevaluado con servicioscrecientes de la deuda externa. En suesencia, el PAE fue parte de unaestrategia de “terapia de shock”, cuyaaplicación se basó, en gran medida,sobre consideraciones políticas:Menem debía mostrar que no aplica-ría una estrategia económica típica-mente peronista (esto es, nacionalistay popular), pese a sus promesas elec-torales (Teubal, 2000/01).

Al asumir el poder, Menem imple-mentó este programa extremadamen-te neoliberal. Todos los anterioresregímenes de promoción industrial,regional y de exportaciones fueronsuspendidos y las ventajas de las quegozaban los productores internoscomo proveedores del Estado queda-ron eliminadas. Las finanzas del Go-bierno se controlaron; los impuestosdirectos al consumo se incrementa-ron, lo cual afectó principalmente a lasclases medias y trabajadoras. Sinembargo, algunas de las principalesmedidas que formaron parte de estePAE se relacionaron con el modo enque se combinó el endeudamientoexterno con las privatizaciones.Fueron privatizadas más de treintaempresas públicas, es decir, el grue-so del sistema de empresas estatales.Los observadores notaron la celeri-dad y la amplitud con que el Gobierno

argentino llevó adelante este progra-ma, a principios de los años noventa.Las privatizaciones alcanzaron áreastan diversas como telefonía y comuni-caciones, compañías aéreas, petro-químicas, petróleo, cerca de 10.000kilómetros de autopistas, ferrocarrilesy otros sistemas de transporte, la dis-tribución de gas natural, electricidad,agua, industrias del hierro y el acero,carbón, una serie de empresas delárea de defensa, represas hidroeléc-tricas, y otros ítems tan variadoscomo canales de televisión, hoteles,puertos, silos e hipódromos. A finesde 1994, se habían recaudado másde 27.000 millones de dólares (Not-cheff, 1989: 39), aunque se estimabaque el valor real de las empresas pri-vatizadas era mucho mayor. Cerca de15.000 millones de dólares corres-pondieron a la capitalización dedeuda pública (doméstica y externa)sobre la base de swaps por bonos dela deuda considerados a su valornominal (Azpiazu, 1994).5 Asimismo,el programa de privatizacionesexcluía la institucionalización de orga-nismos de regulación, que, en el pri-mer mundo, constituyen una parteesencial de estos programas. Se rea-lizó en el marco de una elevadacorrupción y de un sistema judicial(incluida la Corte Suprema) que operóacorde con los diseños del Gobierno,implementando a cualquier costo elprograma de privatizaciones, aun encasos en que las medidas adoptadaseran claramente contrarias a las leyesvigentes.

Dos leyes, la de Reforma del Estadoy la de Emergencia Económica, leotorgaron a la administración Menemplenos derechos para transferir la pro-

5 El valor de los bonos para la compra de Telefónica de Argentina fue estimado en 5080 millonesde dólares, cuando su valor de mercado estaba a 15 por ciento por debajo de su valor nominal(esto es, 754 millones de dólares).

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piedad del Estado, en diversas for-mas: venta directa de activos delEstado, concesiones de corto y largoplazos y contratos de asociación conempresas, etc. Muchas de estasmedidas significaron la subasta al pormayor de las empresas públicas,como una forma de resolver las con-tradicciones existentes entre los gru-pos de poder locales e internaciona-les (Azpiazu, 2002: 10). Se estable-cieron distintos consorcios en los quelos grupos locales participaron juntocon empresas extranjeras en las prin-cipales privatizaciones (ver gráfico Nº1).

La ley que estableció el Plan deConvertibilidad de 1991 prohibió laindexación de precios por aumentosde costos u otros factores, en todassus formas. No obstante, al final deaquel año, un decreto del Gobiernohabilitó a las empresas privatizadaspara que indexaran sus tarifas enrelación con los índices de preciosprevalecientes en Estados Unidos, yles permitió también ajustarlos cadaseis meses. Esto implicó una trasgre-sión jurídica de enormes proporcio-nes. No sólo porque el decreto permi-tía la indexación de precios que sehabía prohibido por ley sino tambiénporque estaba basado sobre los índi-ces de otro país. Como señalaAzpiazu, mientras el índice de preciosal consumidor había caído en laArgentina en un 1,1 por ciento entreprincipios de 1995 y junio de 2001,durante el mismo período en EstadosUnidos había crecido 18,4 por ciento;la misma situación se dio con los pre-cios mayoristas. Esta diferencia en laindexación implicó ingresos adiciona-les para las empresas de telefonía,electricidad y gas cercanas a los9.000 millones de dólares, en detri-mento de los consumidores locales

(Azpiazu, 2002: 13).Asimismo, antes de la transferencia

de la propiedad estatal al sector priva-do, sobrevino una serie de incremen-tos en las tarifas públicas. Algunos deestos aumentos se basaron sobre unnuevo criterio de cálculo de los cos-tos, aunque en esencia se vinculabancon la necesidad de hacer más “atrac-tivas” las privatizaciones (Azpiazu ySchorr, 2003: 18). En algunos casos,los incrementos fueron realizadosdespués de las privatizaciones, enviolación de los contratos originarios.No es necesario señalar que lo mismoocurre respecto de las inversionescomprometidas en los contratos origi-nales, que, en la mayoría de loscasos, no fueron cumplidos plena-mente.

La privatización del agua es emble-mática por el frenesí privatizador querepresenta. El servicio sanitario nacio-nal administrado por el Estado (ObrasSanitarias de la Nación), creado afines del siglo XIX, prestaba los servi-cios de agua potable, hasta ser priva-tizado en 1993. OSN funcionó razona-blemente bien a lo largo de su histo-ria, hasta que, a mediados de losaños setenta, sufrió un deterioro téc-nico y la pérdida de financiamientoestatal, lo que causó una caída dra-mática en la calidad del servicio. Peroantes de presentar la empresa a suspotenciales compradores, las tarifasse incrementaron varias veces, 25 porciento en febrero de 1991, 29 porciento dos meses después, 18 porciento en abril de 1992 y, cuando seintrodujo el IVA, otro 21 por ciento.Luego, antes de la privatización, un 8por ciento más. Los términos del pro-ceso de licitación estipularon que laconcesión sería para quien ofrecierala tarifa más baja junto con un plan deinversiones para el mejoramiento y

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expansión del servicio. El Gobiernohabía prometido a la población aguasana y ambientalmente segura y unsistema cloacal económico, lo cualfinalmente no se cumplió.

La concesión fue obtenida porAguas Argentinas, cuyos dueños prin-cipales eran Suez Lyonnaise desEaux-Dumez and Vivendi. Pero lanueva compañía solicitó una “revisiónextraordinaria” de las tarifas sólo ocho

meses después de la concesión, debi-do a “costos operativos no previstos”.En adelante, las tarifas continuaroncreciendo mucho más allá de los arre-glos contractuales. La compañía noimplementó los servicios expandidosy las inversiones para proporcionarmás agua potable y servicios cloaca-les, como se había comprometido enlos contratos firmados. La rentabilidadde la empresa resultó mucho mayorque la de las firmas equivalentes de

Gráfico Nº 1. Participación de los grupos económicos locales en la privati-zación de algunas empresas estatales.

Fuente: Cámara de Diputados de la Nación, Comisión Especial Investigadora de laCámara de Diputados sobre Fuga de Divisas de la Argentina durante el año 2001(2005: 31).

Empresa privatizada Grupos económicoslocales

Socios internacionalesprincipales

Empresa Nacional deTelecomunicaciones(ENTEL) (ÁreaTelefónica)(teléfonos)

-SCP (Grupo Soldati) -Techint -Banco Río (PérezCompanc)

-Telefónica de España- Citicorp

Empresa Nacional deTelecomunicaciones(ENTEL) (ÁreaTelecom)(teléfonos)

- Pérez Companc-Stet -France Telecom -JP Morgan

Servicios Eléctricosdel Gran Buenos Aires(SEGBA) (ÁreaEdenor) (electricidad)

- Astra-Electricité de France -Edesa (Spain)

Servicios Eléctricosdel Gran Buenos Aires(SEGBA) (ÁreaEdesur) (electricidad)

-Pérez Companc -PSI Energy -Chilectra

Gas del Estado (ÁreaMetrogas) (gas)

-Pérez Companc -Astra -British Gas

Obras Sanitarias de laNación (Área AguasArgentinas) (agua)

-SCP (Grupo Soldati) -Lyonnaise des Eaux

Concesión AccesoNorte (caminos) -Sideco (Grupo Macri) -Impregilo -DYCASA

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Europa y otros países (Vilas, 2004).El incremento de las tarifas públicas

previo a la privatización se extendió aotras áreas. Un caso escandaloso fueel de la privatización de las compañí-as telefónicas, realizada en tiemporécord. Entre febrero de 1990, cuandose hizo el llamado para la privatiza-ción, y noviembre de ese año, luegode que dos compañías privadas sehicieran cargo, el valor del pulso tele-fónico creció en dólares a una tasa del711 por ciento (desde 74 centavos dedólar hasta 3,81 dólares). Esta tasade crecimiento puede compararsecon el incremento del índice de pre-cios mayoristas de 450 por ciento y ladevaluación cambiaria que elevó eltipo de cambio en un 235 por cientoen el mismo período (nos referimos alaño anterior al Plan de Convertibili-dad, cuando los precios y el tipo decambio aún no eran fijos) (véaseAzpiazu y Schorr, 2003: 20). Se tratóde establecer un nuevo precio dereferencia al momento en que setransfirió la propiedad. ¡No es extrañoque las tarifas telefónicas en laArgentina se encuentren entre lasmás altas del mundo!

Una situación similar, aunque no tanexagerada, se produjo en el caso delgas natural. En el período que va demayo de 1991 a enero de 1993, cuan-do la firma Gas del Estado fue trans-ferida a manos privadas, la tarifapública creció un 30 por ciento. Estastasas afectaron mayormente a losconsumidores residenciales, no a lasgrandes empresas, pese a que lossubsidios cruzados entre diversascategorías de consumidores tambiénse habían prohibido.

En suma, después de firmados loscontratos, las compañías conseguíanla renegociación de sus términos.Fuera de los aumentos de tarifas, las

inversiones comprometidas tendierona demorarse, se condonaron deudaspor violación de contratos y la exten-sión de los convenios se incrementósustancialmente en muchos casos.En esencia, este proceso resultó en laausencia de una regulación quepodría haber contribuido, aunque seamínimamente, a obligar a las compa-ñías a cumplir con los contratos, favo-reciendo de este modo al interéspúblico. Por lo contrario, constatamoscómo el Estado Nacional intervinoactivamente en la defensa de los inte-reses de las empresas privatizadas.

En diciembre de 1992, se alcanzó elacuerdo para la deuda externa, llama-do Plan Brady. Los viejos bonos emi-tidos por bancos privados fueron cam-biados por nuevos bonos Brady conuna reducción de la tasa de interés.Pero el centro de la cuestión fue que,mediante este mecanismo, los ban-cos extranjeros lograron deshacersede su exposición a la deuda externaargentina, que fue entonces transferi-da a tenedores de bonos individualesy atomizaron así el universo de crédi-to extranjero (y local). Por esta razón,cuando en 2002 se declaró el defaultde la deuda pública, algunos de losprincipales acreedores privados afec-tados fueron los jubilados y pensiona-dos de Europa y el Japón, que habíansido (mal) aconsejados por los ban-cos para que compraran bonos delGobierno argentino debido a su altarentabilidad (su elevado riesgo nosiempre fue mencionado).

Otro negocio destinado a favoreceral establishment financiero argentinoe internacional fue la privatización deuna parte sustancial de los fondos deretiro y pensión. A partir de 1994, todociudadano argentino tuvo la opción deelegir un fondo privado de pensión oretiro, en lugar del sistema estatal.

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Esto implicó que una parte sustancialde los ingresos fiscales potencialesdel Gobierno fuera transferida a lasAFJP (Administradoras de Fondos deJubilaciones y Pensiones), entidadesprivadas. Los recursos que el Estadodejó de percibir contribuyeron al défi-cit fiscal que caracterizó el final de ladécada de los noventa y al incremen-to del endeudamiento externo. Para-dójicamente, parte de este déficit fis-cal se financió mediante un nuevoendeudamiento con las AFJP. En lamedida en que en 2002 esta deudano se había pesificado, fue contabili-zada como parte de la deuda externatotal.

Se ha estimado que en el período1994-2003, más de 30.000 millonesde dólares fueron transferidos a losfondos privados de jubilaciones y pen-siones (AFJP). Estas compañías,asociadas con los bancos locales yextranjeros, cobraron 10.000 millonesde dólares en comisiones. Al mismotiempo, se eliminaron los pagos deimpuestos que se requerían a losempleadores para el sistema generalde jubilación y pensión. Estos factoresrepresentaron para las firmas localesun subsidio adicional de 35.000 millo-nes de dólares. De modo que elmonto de los fondos que el Gobiernodejó de percibir como consecuenciade la creación del sistema privado dejubilaciones y pensiones ascendió aunos 65.000 millones de dólares. Setrata de dinero que fue transferidodirectamente al sistema financiero y afirmas privadas (véase Página/12, 31de agosto de 2004).

La “apertura” de la economía no sólocontribuyó a la desindustrialización,debido a la persistente sobrevalua-ción del tipo de cambio, sino que ade-más condujo a déficits de la balanzade pagos, que indujeron a más

endeudamiento externo. También seincrementó la vulnerabilidad de laeconomía a los shocks externos. Porejemplo, el efecto tequila mexicano yel efecto caipirinha brasileño provoca-ron una pronunciada fuga de capita-les, que profundizó la depresión local.Otro tanto hizo el incremento de lastasas de interés internacionales afines de los noventa.

Concentración económica

Uno de los resultados de los PAE delos noventa fue que les permitieron alas grandes empresas transnaciona-les, locales o extranjeras, controlaruna parte importante del mercadolocal tanto de la producción industrialcomo de la primaria y de servicios.Estos grandes grupos económicos,algunos de los cuales participaron enlas privatizaciones, fueron tambiénbeneficiarios de un intenso procesode concentración y centralización delcapital en varias ramas de la industriamanufacturera y de servicios. Tome-mos el caso del sistema agroalimen-tario argentino, la producción, el pro-cesamiento y la distribución de pro-ductos agropecuarios y alimentos. Ladécada de los noventa fue un períodode grandes transformaciones en elsistema agroalimentario, que favore-ció el crecimiento del PIB, el empleo yel incremento de la mayor parte de lasexportaciones argentinas (cerca del60 por ciento) (Teubal y Rodríguez,2002). La industria de aceites vegeta-les fue una de las principales agroin-dustrias de este período, que incenti-vó las exportaciones (principalmentede soja) y la producción, aunque nonecesariamente la creación deempleo. Mientras las cinco empresasoleaginosas más importantes exporta-ron el 38,7 por ciento de los aceites

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vegetales en 1990, esta proporcióncreció hasta el 57,9 por ciento en1998. En 2002, los cinco principalesexportadores de soja comercializabanel 80 por ciento del producto. Unasituación similar se dio en otrasagroindustrias. Las siete mayoresindustrias lácteas, dominadas por dosde ellas, SanCor y Mastellone, llega-ron a controlar el 80 por ciento delmercado. Como podía preverse, elgrueso de las exportaciones de cere-ales y oleaginosas en general fueroncontroladas en 2008 por Cargill,Noble Argentina, ADM Argentina,LDC Argentina (Dreyfus), Pecom-Agra, Aceitera General Deheza S.A.(AGD), entre otras grandes cereale-ras (véase Teubal y Palmisano,2010).

Durante la década de los noventa,los supermercados (mayoristas yminoristas) incrementaron sustancial-mente su participación en el mercadodel Gran Buenos Aires, desde el 27por ciento en 1984 a más del 50 porciento en 1997. Este factor marginó, eincluso expulsó, a numerosos peque-ños y medianos comercios, con elconsecuente aumento del desem-pleo.6 Un caso equivalente fue el delos shoppings.

No sólo se produjo, hacia fines de ladécada, una consolidación de las fir-mas más grandes tanto en la industriacomo en la distribución de los alimen-tos sino que este proceso fue acom-pañado por un incremento del controlextranjero de segmentos clave de lacadena agroalimentaria. Entre las fir-mas transnacionales que participaronde este proceso se encuentranUnilever, Nestlé, Nabisco, Suchard

Kraft, Philip Morris y Danone, en pas-tas y panificación; Heinz, en alimentospara mascotas; Parmalat, en yogurt yotros productos lácteos; Luksic,Brahma y Warsteiner, en cervezas.Muchas de las empresas tradiciona-les argentinas, como Bagley, Terra-busi, Villavicencio, fueron adquiridaspor las transnacionales. Un desarrolloimportante en la Argentina durante elperíodo fue la difusión de la soja y,desde 1997, de la soja genéticamentemodificada. La industria semillerapasó a estar dominada por Monsantoy sus afiliadas, que también fueronlicenciatarias del glifosato Round-UpReady (RR), un herbicida cuyas ven-tas se expandieron en forma sustan-cial debido a que las semillas que seemplearon masivamente son resisten-tes a él.

Esta concentración y control extran-jero se extendió al sistema bancariocomo un todo. En enero de 1995,había 205 bancos operando en laArgentina, 33 de los cuales eran depropiedad estatal. En noviembre de1998, el total se había reducido a 127y sólo quedaban 17 bancos públicos.En 1994, los bancos extranjerosrepresentaban sólo el 15 por ciento delos activos totales del sistema; endiciembre de 1997, controlaban el 40por ciento y, a fines de 1998, el 53 porciento, lo que representa una partici-pación mucho mayor que la que tie-nen en otros países (Teubal, 2001:52).

En conjunto, en la década de losnoventa existió una marcada tenden-cia hacia la transnacionalización de laeconomía, a partir de que grandesempresas transnacionales adquirie-

6 En años recientes han surgido 5.000 nuevos supermercados chinos que compiten eficazmentecon los grandes supermercados vendiendo más barato debido a márgenes menores de ganan-cia y quizás a compras en escala que realizan los titulares de muchos de ellos en forma conjun-ta.

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ran una porción creciente de los acti-vos de las más grandes compañíasde la economía argentina. Antes de lacrisis actual, los grupos transnaciona-les habían comprado 426 empresaspor un total de 29.000 millones dedólares. Con estas adquisiciones, lasempresas extranjeras lograron contro-lar más de la mitad de los activos delas mil empresas argentinas másgrandes, representando el 30 porciento del PIB nacional (Teubal, 2001,basado sobre Página/12, 20 dediciembre de 1998, y en un estudiodel INDEC).

La crisis económica yfinanciera

A partir de 1998, la economía argen-tina dejó de crecer. El estancamientofue considerado un presagio quepodía conducir fácilmente a una crisis.A pesar de que se manifestó unaumento de la protesta social y uncambio en el clima sociopolítico gene-ral, que llevó a la derrota del candida-to peronista Eduardo Duhalde en laselecciones presidenciales de 1999, elnuevo gobierno de De la Rúa prontotraicionó sus promesas electorales ycontinuó implementando estrictaspolíticas de ajuste. Aumentos en losimpuestos, reducción de salarios yleyes adicionales para la “flexibiliza-ción” de los mercados laborales fue-ron algunas de las medidas adopta-das, ninguna de las cuales era pornaturaleza contracíclica, con vistas alimpedimento de la crisis.

El estancamiento económico condu-jo a un debate en torno de la persis-tencia de la convertibilidad y la pre-sunta necesidad de evitar a todacosta el default de los servicios de ladeuda externa. Algunos, incluida laanquilosada línea dura menemista,

haciendo gala de su extrema ortodo-xia, propusieron avanzar hacia lacompleta dolarización de la econo-mía, medida que había sido adoptadasin éxito en el Ecuador. Otros insistie-ron en la necesidad de terminar con laconvertibilidad, devaluar, e impulsarde este modo una nueva estrategiaeconómica y de exportaciones. Setrataba, no obstante, de una fórmulaque involucraría enormes costossociales para el grueso de la pobla-ción si no se complementaba conmedidas adicionales que impulsaranuna adecuada redistribución delingreso. Una vez más, en el establish-ment se debatió en torno de proyectosalternativos que representaban intere-ses diferentes. Por un lado, empresasprivatizadas, grandes bancos localesy acreedores externos, apoyados porel FMI y otras organizaciones finan-cieras internacionales, defendieron atoda costa la convertibilidad y el tipode cambio fijo. Eran los grupos queintentaban avanzar hacia la plenadolarización de la economía. Por otrolado, parte de la nueva élite, vincula-da principalmente con las exportacio-nes o que tenía sus depósitos en elexterior, luego de haber vendido susfirmas a capitales extranjeros en losnoventa, estaba convencida de quedebía promoverse la devaluación. Losintereses conflictivos de las élitessalieron a la luz una y otra vez. En eltrasfondo del debate, se manifestabael deterioro de la situación social queafectaba al grueso de la población.Las protestas sociales fueron incre-mentándose, hasta llegar a la rebeliónmasiva del 19 y 20 de diciembre de2001.

José Luis Machinea, el primer minis-tro de Economía de la Alianza, y luegoDomingo Cavallo, invitado a “salvar” ala Argentina de la inminente crisis,adoptaron nuevos ajustes y proyectos

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para tratar de generar “confianza” enlas organizaciones financieras inter-nacionales. Pero sus acciones sólosirvieron para que se profundizara lacrisis: el blindaje financiero deMachinea, de diciembre de 2000; elrápido pasaje de López Murphy por elGobierno con sus ajustes extremistas;y finalmente Cavallo, apoyado poruna amalgama de bancos y mediosde comunicación (Cafiero y Llorens,2002: 126), sólo empeoraron lascosas. Nada podía frenar la corridasobre los bancos y la fuga de capita-les. La “experiencia” de Cavallo, estavez, falló lastimosamente. A pesar delos “superpoderes” que le otorgó elCongreso (en abril de 2001) para sumegacanje de deuda (en junio de2001) -operación apoyada por suamigo David Mulford, del CréditSuisse, y por el J. P. Morgan-Chase,que involucró la reestructuración de ladeuda externa por aproximadamente30.000 millones de dólares-, la crisisno pudo ser controlada. En este pro-ceso de reestructuración de la deudafueron rescatados 65 tipos diferentesde bonos, la mayoría de ellos denomi-nados en dólares, por un total de28.000 millones de dólares. Éstos seintercambiaron por cinco nuevos tiposde bonos, por un valor de 30.000millones de dólares, pero con unatasa de interés a futuro que incremen-taban la deuda a 85.000 millones dedólares. Tal operación involucró, porsupuesto, enormes comisiones paga-das a los amigos banqueros deCavallo. Por estos bonos, la Argentinaiba a pagar un interés anual del 18 porciento, un 13 por ciento superior a latasa de interés de los bonos delTesoro de los Estados Unidos.

Pero este “pase mágico” fue inútil.Una serie de medidas adicionalespara reestructurar el rápido crecimien-to de la deuda externa no pudo hacer

nada para frenar el drenaje de fondosdomésticos, la fuga de capitales, porparte, fundamentalmente, del esta-blishment. Como consecuencia, ennoviembre de 2001 fue implementadoel “corralito”, un mecanismo ideadopara restringir la huída de los depósi-tos -pertenecientes, en su gran mayo-ría, a operadores pequeños- del siste-ma bancario. Desde febrero de 2001hasta la creación del corralito, losdepósitos habían caído 16.300 millo-nes de pesos, equivalentes a lamisma suma en dólares estadouni-denses; entre diciembre de 2001 yabril de 2002, a pesar de las restric-ciones al retiro de fondos, la salida dedepósitos prosiguió, hasta alcanzarlos 12.700 millones de pesos. Estafuga, por un total superior a los 29.000millones de pesos, representó el 34por ciento del total de los depósitosexistentes en febrero de 2001.Medidos en términos de dólar, ytomando en cuenta la devaluación delpeso argentino a principios de 2002que incrementó el tipo de cambio enmás del 300 por ciento, los depósitoscayeron de 87.000 millones, acomienzos de 2001, a 19.400 millo-nes, en abril de 2002 (Alfredo Zaiat,Página/12, 30 de abril de 2002).

El Plan de Convertibilidad habíaimplicado que una parte importantede la economía argentina quedaradolarizada. Esta era una tendenciaque ya venía dándose, debido a lainflación y a la hiperinflación quecaracterizaron a las décadas previas,pero el Plan de Convertibilidad legali-zó la dolarización parcial de la econo-mía, y ciertas transacciones en dóla-res se convirtieron en la norma (porejemplo, en la venta de propiedades).Cuando la inflación cayó, en la déca-da de los noventa, los depósitos enpesos se consideraron como si fuerandepósitos en dólares: la convertibili-

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dad creó la ilusión de que un pesotenía el mismo valor que un dólar yque la Argentina podía, incluso, creardólares. Sin embargo, el nuevo siste-ma tenía sus fallas. Llegado unmomento, la participación de losdepósitos en dólares en el sistemabancario comenzó a aumentar sus-tancialmente. Ante la creciente incerti-dumbre, los depositantes cambiaronsus depósitos de pesos a dólares.Pero enseguida estos depósitosempezaron a ser retirados del sistemabancario y a ser transferidos al exte-rior. La corrida bancaria rápidamentese convirtió en una corrida contra elsistema cambiario. Se puso de mani-fiesto la vulnerabilidad de la converti-bilidad: el sistema bancario en su con-junto no tenía suficientes fondoscomo para cubrir los depósitos deno-minados en dólares. La Argentina, apesar de la convertibilidad, no podíaimprimir dólares. El Banco Central nopudo asumir su rol como prestamistade última instancia.

De este modo, 2001 también fue elaño en el cual la fuga de capitalesalcanzó niveles astronómicos. A lolargo de ese año, previo a los eventosde diciembre, cuando el sistemaexplotó, las reservas del Banco Cen-tral cayeron cerca de 19.000 millonesde dólares. Una reciente publicacióndel informe realizado por la ComisiónEspecial Investigadora de la Cámarade Diputados (2005), referido a la sali-da de divisas durante 2001, muestraque las remesas al exterior pertene-cientes al sector privado no financierode la economía alcanzaron los 29.900millones de dólares, de los cuales el87 por ciento (26.100 millones)correspondía a empresas y el 13 porciento restante (3.800 millones), apersonas físicas. Esta comisión anali-zó las operaciones de 87 entidadesfinancieras que transfirieron divisas al

exterior (se excluyeron las transferen-cias relacionadas con operaciones decomercio exterior). La mayor parte deestas operaciones (62,3 por ciento o18.500 millones) se llevaron a cabo através de cuatro bancos (Galicia,HSBC, Río y Citibank) y los fondosfueron enviados mayormente a losEstados Unidos y al Uruguay. Bancosprivados nacionales giraron el 16,6por ciento de estos fondos y los ban-cos extranjeros, el 75 por ciento. Lamayoría de los fondos transferidospor privados fueron realizados a tra-vés del Banco Galicia y del Citibank.Entre los individuos que masivamentegiraron capitales, están registradoslos nombres de familias tradicionales,personas famosas y propietarios dealgunas de las principales firmas ygrupos económicos locales.

Como era de esperar, las empresasmás grandes hicieron el grueso de losenvíos de dinero al exterior. Las 213firmas más importantes de laArgentina (que representan el 3 porciento del total de las empresas) hicie-ron el 70 por ciento del total de lastransferencias llevadas a cabo en2001, por más de 18.000 millones dedólares. Cada una de estas firmasgiró, en promedio, 84.500 millones(Comisión…: Cuadro 29, p. 103). Lasdiez empresas que transfirieron lamayor parte del dinero, por una sumasuperior a 9000 millones (35 por cien-to del total realizadas por empresas),son: Pecom Energía, Telefónica deArgentina, YPF, Telecom ArgentinaStet - France Telecom, Nidera, ShellCompañía Argentina de Petróleo, Te-lefónica Comunicaciones Personales,Esso Petrolera Argentina, BungeCeval y Molinos Río de la Plata. Cercadel 50 por ciento de las remesas fue-ron realizadas por los servicios públi-cos privatizados (Telefónica deArgentina, Repsol-YPF, Telecom

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Argentina, Edesur, Central Puerto,Transportadora de Gas del Sur,Aguas Argentinas, Metrogas yTransportadora de Gas del Norte).

Los traspasos de dinero de 27.828personas físicas alcanzaron un totaldel 3.800 millones de dólares, lo queequivale a un promedio de 138.000dólares por cada individuo. Pero 409personas giraron al exterior más deun millón de dólares cada una. Lasdiez personas que más transfirieronfondos giraron 289 millones, un pro-medio cercano a 29 millones de dóla-res cada una (Comisión…: Tabla 29).Con estos fondos transferidos en2001, el total de la salida de capitalesde dos décadas ascendió a más de115.000 millones de dólares (considé-rese que, durante la convertibilidad, ladeuda externa se incrementó de60.000 millones a más de 144.000millones, esto es, un aumento de84.000 millones de dólares).

La crisis financiera llegó en el peormomento para la Argentina. La Se-cretaría del Tesoro de los EstadosUnidos había declarado que no se leprestaría ninguna ayuda del tipo quese había otorgado a México (por51.800 millones de dólares, en 1995-1996) o al Brasil (por 41.500 millones,en 1998). Esos fondos, provistos por“carpinteros o plomeros de los Es-tados Unidos”, no serían usados,como se había hecho anteriormente,para salvar a los bancos.7 En definiti-va, no había fondos disponibles parasolventar la bancarrota del sistemabancario, sino sólo capitales provistos

por los carpinteros, plomeros, peque-ños negocios, profesionales y simila-res locales. Sin embargo, el FMIhabía suministrado 12.400 millonesde dólares para apoyar las políticasde Machinea y Cavallo, contrariandolas reglas del propio FMI.8 Los bancosextranjeros aumentaron sus deudascon las casas matrices, al igual quelas empresas privatizadas.

Como ya señalamos, los nuevosfondos disponibles no pudieron frenarel inexorable sumidero de capitales.El corralito fue la gota que derramó elvaso y extendió la franja de protesta aimportantes segmentos de la vastaclase media argentina. La rebelión del19 y 20 de diciembre de 2001 precipi-tó la caída de Cavallo y de De la Rúa.Este último permaneció sólo dos añosen el poder, pero será recordadocomo uno de los presidentes másineptos de la historia argentina y, asi-mismo, como responsable de la muer-te de por lo menos 42 personas, acausa de la represión instauradadurante su gobierno.9

Durante el corto período deRodríguez Saá como presidente, sedeclaró el default de la deuda externa,que, en realidad, era un default de ladeuda externa privada, dado que laArgentina continuó cumpliendo consus obligaciones financieras con elFMI y otros organismos financierosinternacionales. A principios de 2002,el peso fue finalmente devaluado y laconvertibilidad llegó a su fin. La deva-luación llegó junto con la pesificaciónde depósitos y préstamos, aunque

7 Compárese con la situación imperante durante la reciente crisis global, cuando los gobiernos delos países centrales apuntalaron con fondos multimillonarios a grandes bancos y al sistema finan-ciero mundial.

8 El artículo VI, sección 1 de la Constitución del FMI establece que ningún país miembro puede usarrecursos del Fondo para enfrentar una considerable y continua salida de capitales, y que el Fondopuede solicitar al país miembro que adopte medidas de control para evitar el uso de estos recur-sos para ese tipo de propósitos (véase Calcagno y Calcagno, 2005ª).

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esta fue asimétrica: los depósitos sepesificaron a una tasa de 1,40 pesospor dólar, pero los préstamos fueronconsiderados a 1 peso por dólar. Enrealidad, los bancos ya habían retira-do su dinero del país o habían contra-ído deudas con las casas matrices.Los bancos extranjeros no respalda-ron los depósitos locales, a pesar deque un ex presidente del BancoCentral de la República Argentinahabía declarado que el sistema finan-ciero argentino era “sólido”, debido,precisamente, a que su mayor parteestaba constituido por bancos extran-jeros, cuyas casas matrices segura-mente respaldarían los depósitoslocales. Esto, por supuesto, no ocu-rrió, y fue un factor que contribuyó aque se cuestionara severamente lalegitimidad del sistema bancario en suconjunto.

Como se mencionó más arriba,luego de la devaluación, se puso demanifiesto abruptamente la anatomíade la sociedad argentina. Coercionesde todo tipo se ejercieron sobre elGobierno. Las compañías privatiza-das presionaron para que se aumen-taran las tarifas públicas, para asírecuperar sus rentabilidades en térmi-nos de dólar, las cuales habían caídocomo consecuencia de la devalua-ción. También presionaron los ban-cos, dada la asimetría en el procesode pesificación y debido a que sehallaban, en muchos casos, al bordede la bancarrota. Los acreedoresexternos hicieron lobby en contra del

default, esta vez apoyados por unconjunto de acreedores atomizados,entre los cuales se encontraban jubi-lados y pensionados de los paíseseuropeos y al Japón, que tenían en supoder bonos en default.

En 2002, luego del período dedefault, de la devaluación y del 19 y20 de diciembre de 2001, se emitiónueva deuda pública que, a pesar deno ser estrictamente externa, tuvoenormes implicancias para las relacio-nes financieras internacionales de laArgentina. El Estado colocó bonospara devolver el 13 por ciento de des-cuento que la administración de De laRúa había aplicado a salarios deempleados públicos y jubilados. Paracompensar a los bancos por la pesifi-cación asimétrica de los depósitos, seemitieron nuevos bonos y se losentregaron a los depositantes; de estemodo, se les reducía a los bancos ladeuda que suponían estos depósitos(en dólares), como efecto de la deva-luación. Asimismo, se los compensópor las pérdidas sufridas como conse-cuencia de los juicios iniciados acausa del corralito; y se financió connuevos bonos la absorción de las cua-simonedas provinciales. La nuevadeuda se empleó también para cubrirlos pagos de intereses y atrasos, a finde viabilizar la apertura del “corrali-to/corralón” en 2002, y, finalmente,para compensar completamente laspérdidas de los bancos por el procesode pesificación previo.10 Más aún, apesar del default de la deuda externa

9 Véase Varios autores, Tiempos de rebelión:"Que se vayan todos"GEMSAL, 2007, en especialAnexo Nº 3.

10 Por todas estas razones, el Banco Central extendió ayuda financiera (redescuentos) a los ban-cos que la necesitaran. Los redescuentos totalizaron 20.000 millones de pesos. Fueron ayuda-dos 40 bancos. El costo para ellos fue inicialmente muy caro. En 2003 se creó un régimen másflexible para las entidades: se les otorgaron hasta 70 cuotas para ponerse al día con el Central.La idea era impedir que los bancos más castigados por la fuga de depósitos fueran a la quie-bra. Por eso, el esquema previó que los pagos se calzaran con los bonos públicos que las enti-dades poseían en sus carteras de inversión. En un segundo pelotón, había 24 entidades, por

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privada, la Argentina continuó cum-pliendo con los servicios de la deudacon el FMI y otras organizacionesinternacionales por la suma de 13.000millones de dólares, en el período2002-2005.11

A raíz del fin de la convertibilidad yde la crisis, la deuda externa creció deaproximadamente 144.000 millonesde dólares, en 2001, a más de191.000 millones, en 2004, previo aun nuevo arreglo con los depositantesprivados. Pero la deuda se incremen-tó también respecto del PIB comoconsecuencia de la devaluación, del43,4 por ciento del PIB, en 2001, al112 por ciento del PIB, en 2004, antesdel canje de los viejos bonos por otrosnuevos. Tras el canje de deuda quese llevó a cabo en 2005, la deudaexterna total cayó a 126.600 millones,o sea, al 74 por ciento del PIB. Noobstante, luego de que las relacionesfueran, en lo esencial, “normalizadas”,cada niño que nacía en la Argentinacomenzaba su vida con una deuda de3.400 dólares (en lugar de los 5.000dólares anteriores).

Reflexiones finales

La crisis de 2001-2002 fue una delas crisis económicas más importan-tes de la historia argentina. El defaultparcial de la deuda declarada en losúltimos días de 2001 y que duró hasta2005 fue uno de los más importantesen la historia reciente del sistemamonetario internacional. Sin embargo,el default fue, como se dijo, sobre ladeuda externa privada: la Argentina

siguió pagando los servicios de sudeuda con el FMI y otras organizacio-nes internacionales. En el período2002-2005 pagó en total 13.000 millo-nes de dólares a estas organizacio-nes y posteriormente canceló porcompleto la deuda con el FMI.

La crisis argentina ha sido objeto denumerosos debates: ¿cuáles fueronsus causas y principales responsa-bles? En ciertos círculos se insisteaún en la necesidad de seguir apli-cando políticas neoliberales. Algunosobservadores que defienden estatesitura aducen que los ajustes aplica-dos en el país fueron insuficientes.Otros recalcan que medidas talescomo la devaluación deberían haber-se adoptado con anterioridad. Elgerenciamiento de la economíadurante la crisis misma también hasido objeto de severas y numerosascríticas. En particular, se ha criticadoal FMI por las condicionalidadesimpuestas al país en los momentosmás críticos del desbarrancamientode la economía (para una discusiónrespecto del rol que tuvo el FMI en noprevenir la crisis argentina, véaseStiglitz, 2001, y varios artículos enTeunissen y Akerman, 2003).

Un reciente informe del Congreso deEUA, que fue dirigido por Jim Saxton,titulado Argentina´s Economic Crisis:Causes and Cures (La crisis económi-ca argentina: causas y remedios)plantea lo siguiente:

En 1998, la Argentina comenzó lo quehabría de transformarse en una depre-sión que duró cuatro años, durante loscuales la economía se redujo en un 28por ciento. El caso argentino ha sido cita-

una deuda total al Estado de 19.437 millones de pesos. El más ayudado fue el Galicia (5.500millones), seguido por el Nación (4.500 millones). Recién en diciembre de 2009 los bancos ter-minaron de pagar sus deudas y terminó el ciclo de salvataje. Véase artículo de Claudio Zlotnik,Crítica de la Argentina, 2 de diciembre de 2009.

11 Recién en el año 2005 se le pagó íntegramente al FMI por los préstamos otorgados con anterio-ridad.

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do como un caso emblemático de lasfallas de los mercados libres con tasascambiarias fijas, entre otras cuestiones.La evidencia no sustenta esta perspecti-va. En cambio, lo que hubo fueron malaspolíticas económicas que transformaronuna recesión un tanto común en unadepresión. Tres grandes alzas deimpuestos en los años 2000 y 2001 fue-ron la causa de que se estancara el cre-cimiento, y entrometerse con el sistemamonetario a mediados de 2001 creó untemor a la devaluación de la tasa cam-biaria. Como consecuencia, la confianzaen las políticas financieras del Gobiernodesapareció. Asimismo, una serie de tro-piezos y errores empeoraron la situación,ya que, entre diciembre de 2001 ycomienzos de 2002, sucesivos gobiernosse empeñaron en socavar los derechosde propiedad: se congelaron los depósi-tos bancarios; fue declarado el defaultsobre la deuda pública externa de formapoco seria; se concluyó la convertibilidadque fijaba el peso al dólar y se forzó laconversión de los depósitos y préstamosen dólares a pesos argentinos a tasascambiarias desfavorables; se dejó deavalar una serie de contratos. Lograr uncrecimiento económico sostenido en ellargo plazo involucrará restablecer el res-peto por los derechos de propiedad.

En este trabajo se presenta otraperspectiva referida a la reciente cri-sis argentina. Si bien mucho se hadicho respecto de los errores delgerenciamiento de la economía antesy durante la crisis, el informe delCongreso de EUA no ahonda en elanálisis de las causas más profundasde la crisis en sí ni en algunas de susconsecuencias socioeconómicas demás largo plazo. El análisis que pre-sentamos aquí hace hincapié, preci-samente, en los ajustes estructuralesextremos aplicados en los añosnoventa y en las políticas que impul-saron el aumento del endeudamientoexterno desde los años setenta a estaparte. Se hace alusión también a lasmedidas y políticas que tendieron a

favorecer a los grandes grupos eco-nómicos, en particular a aquellos quepertenecen al sistema financiero, lascuales indujeron la fuga de capitalesen gran escala. En términos genera-les, el sistema se mostró no solamen-te como un sistema que generabadesigualdades e injusticias sino tam-bién como altamente inestable y vul-nerable a los shocks locales e inter-nacionales, justamente porque sebasaba sobre políticas que establecí-an la primacía de los intereses y lasactividades financieras y especulati-vas sobre los intereses nacionales.En términos keynesianos, la econo-mía terminó formando parte de unaenorme burbuja especulativa.

Como elementos fundamentales delmodelo argentino, cabe destacar elaumento del endeudamiento externoy la fuga de capitales, factores íntima-mente relacionados entre sí y con elmodelo global que favorecía a losgrandes grupos económicos. Comoera de esperar, una vez comenzada larecesión, no habiéndose aplicadomedidas contracíclicas que la contu-vieran, las corridas sobre los bancos ysobre el mercado cambiario conduje-ron inexorablemente a la crisis.

Después de la crisis, a partir del año2003, comienza un período de altastasas de crecimiento del producto glo-bal, que revierte las tendencias pre-vias. Mientras que el PIB globalaumenta, se obtiene superávit en lasbalanzas comercial y fiscal, que supe-ra el 3 por ciento del PIB. Crecen cier-tas industrias (por ejemplo, textil,automotriz), el agro (en gran medida,debido al aumento de los precios de lasoja y de otros commodities), la cons-trucción y algunos servicios (turismo).En estos años, la Argentina crece sintener acceso a las finanzas interna-cionales, sin obtener nuevas fuentes

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de endeudamiento. Estos indicadoresfavorables se obtuvieron aparente-mente porque no se continuó, enmuchos aspectos, con el modelo neo-liberal pleno de antaño, aunque, unavez que se renegoció parte de ladeuda privada en default, se siguiópagando los servicios de la deudaexterna e incluso se pagó íntegra-mente la deuda con el FMI. No obs-tante estas consideraciones, surgenlas presiones por parte de los intere-ses tradicionales del establishment ydel FMI para volver a las políticas delos noventa, que condujeron a la cri-sis.12

El sistema que priorizó los interesesde grandes grupos y conglomeradoseconómicos impulsó una serie demecanismos que significaron la trans-ferencia significativa de ingresos yriqueza hacia esos sectores “privile-giados”. El resto de la sociedad quedódevastada en materia de acceso a laalimentación, salud, educación, segu-ridad, vivienda, etc. Aquellas medidasy mecanismos no sólo no contribuye-ron al crecimiento y a los procesos deacumulación de la economía en suglobalidad -el comportamiento de laeconomía argentina dejó mucho quedesear en el período de hegemoníadel neoliberalismo en nuestro país-sino que también generaron costossociales importantes que habrán deinfluir sobre el bienestar de la pobla-ción en el futuro.

Vastos sectores de la sociedad fue-ron golpeados por la crisis. La deso-

cupación alcanzó al 25 por ciento dela fuerza laboral y, si consideramos lasubocupación, más del 50 por cientoestuvo afectado por algún tipo dedesocupación. Cerca de la mitad de lapoblación cayó por debajo de la líneade pobreza, de la cual 10 milloneseran indigentes, esto es, personasque no cubrían las necesidades ali-menticias básicas. La devaluacióntambién influyó sobre la caída de lossalarios. Una respuesta del Gobiernoal aumento drástico de la desocupa-ción fue la distribución de los planesTrabajar, una suerte de subsidio a ladesocupación, que alcanzaba apenas150 pesos.

El acceso a la alimentación, elempleo, la salud, la vivienda y laseguridad fueron todos afectadosnegativamente. Esto puede ser consi-derado como una consecuencia delcaos creado mediante lo que podríallamarse un sistema “legal” pero nonecesariamente “legítimo” de saqueomacroeconómico, una consecuenciade este llamado sistema de valoriza-ción financiera.

Fue este el contexto en el queaumentó la gama de protestas socia-les y surgieron nuevas formas deorganización económica en el país.Más de 180 empresas fueron toma-das por los trabajadores después deque sus antiguos dueños las abando-naran. De este modo, el movimientopiquetero hizo frente a la crisis por suspropios medios y comenzó a desarro-llar una nueva economía social.

12 Hacia el año 2006, el FMI exigía al Gobierno argentino, entre otras cosas: que aumentara elsuperávit fiscal del 3 al 4,5 por ciento del PBI; que dejara caer el dólar (para facilitar el pago delos servicios de la deuda externa y, presumiblemente, para reducir las expectativas inflaciona-rias); que "cajoneara" los pedidos para aumentar las jubilaciones, pensiones y salarios; que seeliminaran impuestos "distorsivos", como las retenciones sobre las exportaciones; que se rene-gociaran los contratos con las compañías privatizadas y se permitieran aumentos en las tarifaspúblicas; que se ofreciera una solución a los acreedores que no habían aceptado el acuerdo derenegociación del default sobre la deuda privada.

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Campesinos y trabajadores rurales,comunidades indígenas, también pro-testaron y se organizaron de diversomodo. Así, no sólo resistieron a la cri-sis sino que también coadyuvaron aque se transformara, aunque seamínimamente, la sociedad. Podría

decirse que la crisis misma ha desata-do nuevas energías, nuevas ideas ynuevas formas de organización. Enefecto, muchas fábricas comenzarona ser gerenciadas colectivamente, ymuchas comunidades también toma-ron el destino en sus propias manos.13

13 Para un análisis de los proyectos impulsados por campesinos, ex trabajadores y empleadospetroleros y comunidades indígenas, véase, entre otros trabajos, Giarracca y Teubal, 2005.

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Procesos económicosProcesos económicosrecientes en América latinarecientes en América latina

Análisis crítico

* Doctor en Economía. Profesor de Universidad Pablo de Olavide (Sevilla, España), profesor invi-tado FLACSO (Quito, Ecuador) y coordinador académico del Doctorado en Economía Social(UMSA, La Paz, Bolivia).

** Economista. Magíster en Economía Social. Becaria Doctoral Instituto delConurbano/UNGS/CONICET. Investigadora del Depto. de Economía Política y SistemaMundial/Centro Cultural de la Cooperación “Floreal Gorini”.

En la última década, se han desarrollado en Latinoamérica nuevosprocesos políticos, sociales, económicos y culturales en respuestaa las consecuencias del modelo económico neoliberal vigente en losaños ochenta y noventa: aumento de la pobreza, exclusión, desi-gualdades, desempleo, precarización de las condiciones de trabajoy erosión de la naturaleza. La población ha elegido nuevos gobier-nos que presentan plataformas alternativas con el objetivo de cam-biar su modelo de (sub)desarrollo económico. La construcción deun nuevo paradigma político-social-económico es un reto complica-do pero necesario. Muchos países han optado por la utilización delconcepto de Economía Social (comunitaria, popular, solidaria) paraproponer esa otra economía.

Este artículo discute, en primer lugar, el concepto de economíasocial, proponiendo un nuevo marco teórico para clasificar sus dife-rentes enfoques. En segundo lugar, analiza cuánto se ha llevado acabo a la práctiva de esta otra economía propuesta en algunos paí-ses de América latina, prestando especial atención a dos bloquesdiferentes de países: Bolivia y el Ecuador, y el Brasil y la Argentina.

Alfr edo Ser rano Manc i l la *Vale r ia Mutuber r ía Lazar in i**

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1. Introducción

En las últimas décadas, Latinoamé-rica ha padecido las consecuenciasdel éxito del modelo económico neoli-beral implementado fundamentalmen-te a partir de los años ochenta en ade-lante. La mayoría de los países latino-americanos fueron sometidos a políti-cas económicas basadas sobre laracionalidad instrumental, la eficienciay la competitividad. El Consenso deWashington (William-son, 1990) dicta-minó los lineamientos para combatirla crisis de la deuda y la hiperinflaciónen muchos de los países de Américalatina, mediante reformas y progra-mas de ajuste estructural, orientadosa: a) una mayor “disciplina” fiscal conrestricción de gasto público y conreforma tributaria para un adelgaza-miento y debilitamiento del Estado, b)gestión privada de los medios de pro-ducción, c) defensa del derecho de lapropiedad privada por sobre los dere-chos económicos, sociales y cultura-les, d) liberalización de la tasa de inte-rés y desregulación de mercadosfinancieros, e) tipo de cambio compe-titivo, y f) la inserción de las economí-as emergentes en el comercio mun-dial mediante el aperturismo sin con-diciones. Todas estas nuevas recetasderivaron en un sustancial incrementode pobreza, exclusión económica ysocial (política y cultural), desigualda-des, desempleo, precarización de lascondiciones de trabajo y erosión de lanaturaleza.

Ante este panorama, y con un cre-ciente desgaste de los partidos políti-cos tradicionales, gran parte de lapoblación respondió con fuertes movi-lizaciones originando un nuevo tejidosocial más organizado demandantesde cambios y transformaciones en el

terreno político, económico, social ycultural. El núcleo común de todos losreclamos fue poner punto final a laspolíticas de corte neoliberal que resul-taron fructíferas sólo para unos pocosa cambio del sometimiento demuchos. Las acciones colectivas enalgunos países de Latinoamérica, hanllevado a la elección de gobiernosdenominados “progresistas”, que pro-ponen y presentan plataformas políti-cas “alternativas” al paradigma eco-nómico hegemónico. Los procesosemergentes visibilizan a diversos gru-pos excluidos y postergados (indíge-nas, mujeres, campesinos, desocupa-dos, entre otros), convirtiéndolos enlos verdaderos protagonistas en laconstrucción de alternativas. Losactores políticos de los nuevos proce-sos proponen profundos cambios ensus discursos, en sus políticas y, enalgunos casos, en sus Constitucio-nes. Son muchos los países que sehan embarcado en este difícil peronecesario camino de construir unanueva organización económica, políti-ca y social en medio de un mundo glo-balizado y con fuerzas económicas ypolíticas que no permiten grandesdisonancias respecto del orden eco-nómico neoliberal vigente en el siste-ma capitalista.

Un punto de encuentro de todas lasalternativas propuestas es la instru-mentación del concepto de EconomíaSocial como base vertebradora de lanueva organización económica ysocial. No obstante, son muchos losenfoques teóricos acerca de laEconomía Social. Este conceptopuede ser interpretado desde los paí-ses del centro (con Europa a la cabe-za) o a través de los diferentes enfo-ques existentes en la periferia o semi-periferia1. Las propuestas para la

1 La semiperiferia es una categoría funcionalmente importante porque intermedia y concede esta-bilidad entre el centro y la periferia.

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construcción de otra economía osci-lan entre aquellas más reformistas ypoco rupturistas como el Brasil y laArgentina, y otras que formulan cam-bios sustanciales y pretendidamenteestructurales como Venezuela, elEcuador y Bolivia.

Son muchos los países que hanrenovado gobierno en aras de llevar acabo transformaciones en sus mode-los económicos. Sin embargo, no sonpocas las contradicciones que hansurgido cuando han tenido que llevara la praxis las propuestas y políticaseconómicas alternativas. Muchasveces ha resultado más fácil estable-cer nuevos objetivos que diseñarherramientas y políticas distintas; losnuevos retos no siempre han venidoacompañado de renovadas políticaseconómicas. Este es el desafío en lospróximos años para muchos paísesque han comenzado ya por cuestionaral crecimiento económico como obje-tivo fundamental, al desarrollo comoparadigma único, o al Estado del bie-nestar como garante de derechos.

En este trabajo nos centramos sobredos bloques de países que han opta-do por vías y caminos bien diferencia-dos el uno del otro. Por un lado, estánel Brasil y la Argentina, cuyos nuevosgobiernos “progresistas” fueron muycríticos con los organismos interna-cionales -FMI, BM y BID-, a pesar queson los dos únicos países de Américadel Sur pertenecientes al G-202. Enambos casos se ha optado por otraeconomía, denominada EconomíaSocial o Solidaria, respectivamente.Por otro lado, están Bolivia y elEcuador, casos bien distintos por supropuesta de refundación de unnuevo Estado a partir de procesosconstituyentes que han cuestionadosin complejos el modelo neoliberal.

Estos países se enfrentan al difícildesafío de construir alternativas pro-positivas y contrahegemónicas, queconstruyan paradigmas propios supe-rando el colonialismo epistemológico(Boaventura, 2006). Para tal fin, hanoptado por el concepto de EconomíaSocial; la Economía Social Comuni-taria para Bolivia y la Economía Socialy Solidaria en el Ecuador. En sendoscasos, se basan en un enfoque teóri-co más heterodoxo, entendiendo a laeconomía social como sistema trans-formador y alternativo a la lógica capi-talista.

¿Cuánto se ha llevado a la prácticade la “otra economía” en esos países?Estos cuatro escenarios, cada unocon sus procesos y planteamientosdistintos, permiten tener un horizonteamplio de lo que está sucediendo engran parte de América latina. Estedocumento analiza los aspectos másrelevantes en relación con los nuevoscambios en materia económica enestos dos grupos de países con elobjetivo de identificar qué transforma-ciones reales se están dando, y cuánalejadas están de las políticas econó-micas neoliberales.

El trabajo se estructura como sigue.La siguiente sección describe breve-mente cómo han emergido nuevosgobiernos en América latina en res-puesta a los efectos de las políticaseconómicas neoliberales de losochenta y noventa. La sección tercerase dedica al marco teórico de la eco-nomía social, identificando distintosenfoques. La sección cuarta analizapormenorizadamente las políticaseconómicas llevadas a cabo en laArgentina, el Brasil, el Ecuador yBolivia. Por último, se presentan algu-nas consideraciones finales.

2 No confundir con el G-20 que representa a un grupo de países en desarrollo, creado en 20 deagosto del 2003 en la V Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio.

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2. Gobiernos y tendenciasde un nuevo procesopolítico, económico ysocial en América latina

Hacia mediados de la década de losaños setenta, el sistema mundo haceun giro importante en relación con elmodelo de acumulación capitalistaabandonando el rol protagónico quehabía tenido el Estado, y transitando aun modelo donde el mercado jugaráun papel central. Así, muchos auto-res3 defienden que el Estado deBienestar llegaba a su estadio de ago-tamiento. La expansión de los merca-dos financieros -motorizados por larápida circulación de dólares-y la cri-sis del petróleo contribuyeron en granmedida al cambio del modelo de acu-mulación. La producción comienza aponerse al servicio del capital finan-ciero. La tendencia observada desdela década de los setenta indica unamayor movilidad geográfica del capi-tal, producto de los cambios en laorganización de los procesos de pro-ducción e intercambio (Arrighi, 1999).

Latinoamérica no fue ajena a esteproceso. La crisis de la deuda y lahiperinflación fueron excusas perfec-tas para el desembarco de las políti-cas económicas neoliberales ya lide-radas en los países del centro porRonald Reagan en Estados Unidos, yMargaret Thatcher en Reino Unido. Elsistema mundo imponía nuevas con-diciones a la periferia. Esta vez, era elturno de la apertura obedeciendo a

las necesidades del gran capital finan-ciero internacional; apremiado porcolocar los excesos4 de liquidez exis-tentes en los mercados financierosdel primer mundo y los excesos gene-rados por petrodólares que los paísesárabes tenían en los bancos europeosy estadounidenses.

Los nuevos gobiernos en Américalatina abogaban por acometer a rajatablas todas las recetas derivadas delDecálogo de Washington, enmasca-radas bajo la Teoría Modernizadoradel Estado, que instaló a marcha for-zada un modelo más neoliberal queen los países que lo pregonaban, yque tuvo diferentes etapas según lasparticularidades de cada país. EnBolivia, se implementó el Plan deEstabilización y las Políticas de AjusteEstructural, que nunca solucionaronlos principales problemas de estepaís. En el año 1985, se abrió la vedacon el Decreto Supremo 21060,donde se consideraron cinco de lasdiez reformas emanadas del decálogode Washington: disciplina fiscal, refor-ma tributaria, liberalización de la tasade interés5, tipo de cambio competiti-vo y apertura importadora. Luego,llegó una segunda etapa a partir delDecreto Supremo 21660 de julio de1987, que profundizaba la apertura delas importaciones con la adhesión deBolivia al GATT6 (Acuerdo General deAranceles y Comercio). A partir delaño 1991, se agudizaron las reformasestructurales mediante la privatiza-ción (1992) y capitalización (1994) demuchas empresas estatales7. Según

3 Véase por ejemplo Tanzi (2000).4 En su mayoría, estos petrodólares provenían de los altos precios del petróleo que tuvieron lugar

a partir de 1974, y que se mantuvieron por la consolidación de la Organización de PaísesExportadores de Petróleo (OPEP).

5 En forma parcial, se profundizó la liberalización financiera al disponer que las tasas de interésactivas y pasivas del sistema financiero sean libremente pactadas entre el banco y los usuarios.

6 EL GATT se convirtió en la organización Mundial del Comercio en el año 1995.7 En Bolivia, hubo un total de 84 empresas públicas privatizadas y 10 empresas capitalizadas (tra-

ducido en un valor de 1.677.360 millones de dólares).

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el Banco Interamericano de Desarro-llo (Lora, 2001), Bolivia disponía delmejor índice en avances de reformasestructurales8. Durante esos años,también tuvieron lugar cambios sus-tanciales: de un sistema de reparto auno de capitalización individual(mediante la ley 1732 de noviembrede 1996), la liberalización de inversiónextranjera9 (ley de 1991) y la contra-nacionalización de los hidrocarburos.

El Ecuador, en las últimas décadas,pasó de un modelo de desarrollo confuerte presencia del Estado a unnuevo esquema de apertura y liberali-zación del mercado a partir de lasreformas estructurales implementa-das desde mediados de los ochenta.El modelo desarrollista basado sobrela intervención del Estado y unaindustrialización basada sobre la sus-titución de importaciones no se con-solidó totalmente. Aunque se logrósuperar en parte el régimen de acu-mulación de la economía terratenien-te y agro exportadora, no fue lo sufi-ciente para afectar las relaciones depoder persistiendo así las desigualda-des y las condiciones paupérrimaspara gran parte de la población ecua-toriana debido a los nexos tan estre-chos entre Estado y las élites delmomento10.

De nuevo, la crisis de la deuda de1982 fue la excusa para la llegadamasiva de las recetas neoliberalesque ya venían proclamándose en lospaíses del centro. En un primermomento, y gracias al nuevo gobiernode corte empresarial (con Febres

Cordero), se liberalizó el tipo de cam-bio y las tasas de interés y se desre-guló en gran medida el mercado labo-ral y el sistema financiero. Se peregri-nó de la sustitución de importacionesa un crecimiento basado sobre lasexportaciones de materias primas.Tales medidas tuvieron un impactonegativo en las tasas de inflación, quebordearon el 100% (anual) al finalizaresa década (Cordes, 1999). Luego,ya no resultó tan sencillo seguir apli-cando este tipo de políticas. Se vivie-ron importantes conflictos y moviliza-ciones, en especial, la mayor resisten-cia se originó por parte del movimien-to indígena en contra de la privatiza-ción de las empresas públicas en elsector energético y de la seguridadsocial.

Entre 1997 y 2000 se sucedieroncinco gobiernos. La crisis política, laprotesta social y los conflictos entrelas elites acarrearon la más profundacrisis socio-económica del país. Sudesenlace fue amputación de la políti-ca monetaria mediante la dolarizaciónde la economía: medida tomadacuando se entró en la más profundacrisis económica (1998-1999) de suhistoria, que conllevó a una sustancialsalida de ecuatorianos al exterior des-pués de la quiebra del sistema banca-rio. Fue así como el Ecuador perdiósu soberanía monetaria y con ella unode los principales instrumentos depolítica económica para ganar com-petitividad en un contexto de aperturacomercial. Aunque el desmantela-miento del Estado no fue tan extremo

8 Bolivia, a fines de la década de los noventa, se situaba en el primer lugar con un valor del 0,7frente al promedio de17 países latinoamericanos de 0,58.

9 Anteriormente, en el año 1990, mediante la sanción de la ley sobre las inversiones, que puso final control de cambios e instauró la libertad total de los movimientos de capitales y la posibilidadde establecer zonas francas industriales, exoneradas de impuestos.

10 El experimento reformista de los setenta del siglo pasado fue llevado a cabo en dos tiempos pordos gobiernos militares: el Gobierno Nacionalista y Revolucionario de 1973-1976 y el TriunviratoMilitar de 1976-1979.

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como el caso boliviano (la agendaestatal estaba en manos del sectorempresarial), una cifra habla por sisola; en el año 2004, el Ecuador pose-ía la presión fiscal del 10,38%, pordebajo del promedio para Américalatina (13,58%), lo cual supuso unaimportante limitación respecto alpapel redistribuidor del Estado en lasúltimas décadas. El gasto social en elEcuador para ese mismo año repre-sentaba solo el 6,6% del PIB, muy pordebajo del que poseía en el añonoventa (8%). Era el segundo porcen-taje más bajo de toda América latina,muy por debajo del valor promedio,15,9% para el periodo 2004-2005.

En la Argentina, hasta mediados delos años setenta, el Estado deBienestar cumplió un rol central comoproductor y redistribuidor de bienes yservicios de consumo colectivo pormedio de políticas sociales de carác-ter universalistas y desarrolló unmodelo de sustitución de importacio-nes, con fuerte impulso de la industrianacional. A partir de mediados de lossetenta, este escenario cambió radi-calmente con la crisis económicamundial, implementándose políticasneoliberales, de la mano del gobiernomilitar de 1976, basadas sobre(Torrado, 2004): concentración y cen-tralización del capital; apertura a laimportación de capital extranjero ybienes y servicios de todo tipo; reduc-ción de ingresos de los trabajadores;devaluación del tipo de cambio; refor-ma y apertura financiera. En conse-cuencia, aumentó la desigualdad enla distribución del ingreso y se dete-rioraron las condiciones de vida de lapoblación.

A principio de los años ochenta, laderrota en la guerra de las Islas

Malvinas puso fin al gobierno militar.El gobierno democrático de RaúlAlfonsín asumió en 1983, y recibió unpaís en una situación económica muycomprometida, con un importantedéficit fiscal y alta inflación. Estossucesos fueron acompañado de la cri-sis de la deuda a raíz del reclamo delos acreedores externos para que serestablecieran el pago de los serviciose intereses de la deuda externa,adquirida desde mediados de losaños setenta. El gobierno democráti-co implementó una serie de políticasde ajuste para hacer frente a los inte-reses de la deuda, pero el clima polí-tico interno no acompañó ningunamedida adoptada: presión de la oposi-ción justicialista, de los sindicatos yfractura interna del radicalismo. Eneste escenario, se llamó a eleccionesen el año 1989, en las que sale electoCarlos Menem del Partido Justicialistaque asumió en julio de ese mismoaño. El gobierno de Menem profundi-za las políticas de ajuste, medidasque se acompañaron principalmentepor lo que se dio en llamar “Reformadel Estado”11. El programa económiconeoliberal impulsado requería del“incondicional” apoyo de los grandesgrupos económicos locales, tantoextranjeros como nacionales, y de losacreedores externos. De esta manerase profundizan medidas neoliberales;privatización de las empresas estata-les, achicamiento de la administracióncentral y descentralización de funcio-nes, ajuste fiscal, cambios profundosen la legislación laboral, importanteaumento de la deuda externa y sobre-valoración del tipo de cambio pormedio de la aplicación del plan deConvertibilidad12 (Azpiazu, 2002;Calcagno y Calcagno, 2003; Torrado,2004; Thwaites Rey, 2003).

11 Se sanciona y promulga en el año 1989 mediante la ley de “Reforma del Estado”, Ley 23.696. 12 Plan de Estabilización.

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A diferencia de los anteriores, elBrasil comienza un sostenido procesode industrialización a mediados de ladécada del cincuenta con fuerte inter-vención del Estado, cuya estructurase caracterizó por un lado, producciónde bienes de consumo durables paraun mercado interno restringido (princi-palmente sectores de altos ingresos);por otro lado, producción para laexportación de productos primarios yproductos industrializados (Antunes,2005). Este modelo se sustentó sobrebajos salarios de los trabajadores,sumado a largas e intensas jornadasde trabajo, como incentivo para atraercapitales (Antunes, 2005).

En el año 1964, el gobierno de JoãoGoulart fue derrocado por un gobiernomilitar, que continuó con una políticasostenida de industrialización. En ladécada de los setenta, la crisis delpetróleo tuvo efectos inflacionariosque se revirtieron con un plan de esta-bilización. Pero la crisis de la deudainició un difícil período para la econo-mía brasileña, donde el gobierno defacto adoptó severas políticas deajuste económico, buscando la esta-bilización monetaria. Por otro lado,comenzó la extinción del modelo bra-sileño de sustitución de importacio-nes, llevando adelante medidas deapertura comercial. En el año 1985,asumió el gobierno democrático deJosé Sarney, cuya principal medidaeconómica fue acordar con los acree-dores el pago de la deuda. En esteescenario la producción económicacontinuó creciendo hasta el fin de ladécada de los ochenta. En 1990,asume Fernando Collor de Melo y seimpulsó el Programa Nacional deDesestatización (PND) cuyos objeti-vos fueron: estabilización económica;apertura indiscriminada de la econo-mía; normalización de las relacionescon la comunidad financiera interna-

cional; revisión del rol estatal en laeconomía; reducción de la deudapública; aumentos en la productividady competitividad de la industrial nacio-nal; privatización y concesión deempresas estatales de servicios públi-cos; disciplinamiento fiscal; reformatributaria; reducción de los arancelesde importación. Estas medidas seprofundizaron a mediados de los añosnoventa, con la llegada al gobierno deFernando Henrique Cardoso: mayormovilidad de capitales, crecimiento delas inversiones del extranjero, flexibili-dad en las reglas de contratación, ymayor privatización de empresasestatales. Hacia enero de 1999, elBrasil entró en una etapa de recesión,cuya medida de reversión fue la deva-luación del tipo de cambio, acompa-ñadas de una política fiscal austeraencaminada a reducir el elevado défi-cit del sector público y acuerdos conel Fondo Monetario Internacional quepermitió tener acceso a una cuantíaimportante de recursos financierosexternos, amortiguando los efectos dela recesión del PIB. El Brasil repre-senta una potencia mundial por suscaracterísticas económicas. En con-traposición a ello, el país se caracteri-za por una importante concentracióndel ingreso y desigualdad entre distin-tos sectores sociales, alto porcentajede analfabetismo, aumento de lapobreza, elevado desempleo estruc-tural y baja renta media, producto delos planes de estabilización que reza-garon los ingresos reales de la pobla-ción.

Los años ochenta y noventa sondécadas perdidas en América latina.En el Ecuador, se redujo el PIB percapita en un 14% durante esas déca-das (Serrano y Acosta, 2009). ElPanorama Social de América latina(CEPAL, 2008) mostraba los siguen-tes resultados para el año 2006 des-

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pués de esas políticas neoliberales: elíndice de Gini era de 0,507, donde eldecil más pobre sólo disponía del1,2% del total de ingresos, el decilmás rico poseía el 14,8% más deingresos de lo que tenían los cuatrodeciles más pobres, y la tasa depobreza y de indigencia eran de36,8% y 13,6%, respectivamente. EnBolivia, el siglo XXI también comenzócon cifras alarmante: el porcentaje depobres en Bolivia era del 66.4%, lapobreza extrema (o indigencia) alcan-zaba al 45.2% de la población13

(UDAPE, 2000) y el valor del índice deGini era 0.57; el 45% del ingreso seconcentraba en el 10% más rico de lapoblación y el 10% más pobre sóloposeía el 1% del ingreso. En laArgentina, el nuevo siglo trajo apare-jado aumento del desempleo (20%),de la pobreza (57,5%) y de la indigen-cia (27,5%) (INDEC14, 2002). El índicede Gini era del 0.59 (CEPAL, 2002),donde el 37,4% del ingreso se con-centraba en el 10% más rico de lapoblación y el 1,4% del ingreso en eldecil más pobre (INDEC, 2002). En elcaso del Brasil, los indicadores notuvieron un comportamiento distinto.Hacia el año 2003, la pobreza repre-sentaba el 38.7%, la indigencia 13.9%y el desempleo 12.13% (CEPAL,2003). El índice de Gini tiene un valormuy significativo, 0.62 (CEPAL,2003); sólo el 10% de hogares másricos poseía el 45.24% del total, y el10% más pobre disponía escasamen-te del 2.61% (CEPAL, 2003).

En resumen, las nuevas recetas solotuvieron los efectos deseados paraunos privilegiados15. Para la mayoría,implicó devastadoras consecuenciasen lo social, en lo económico, y porende, en la privación real de liberta-des (Sen, 2000). Este desencantomayoritario del neocolonialismo y delnuevo modelo neoliberal alentaron amuchas movilizaciones demandantesde transformaciones políticas, socia-les y económicas. Los cambios no tar-daron en llegar en cada uno de lospaíses, pero de manera muy diferen-te. En Bolivia y el Ecuador, tuvieronlugar Asambleas Constituyentes conel afán de refundar el Estado en arasde disfrutar de un nuevo régimen deacumulación mediante una nuevapropuesta económica. En la Argentinay en el Brasil, luego de las crisis en2001 y 1999 respectivamente, conefectos muy distintos en ambos paí-ses, llegaron al gobierno representan-tes críticos de las políticas de ajusteneoliberal. En el caso de la Argentina,Néstor Kirchner resalta discursiva-mente la necesidad de abandonar elmodelo neoliberal por un modelonacional y popular inclusivo de lasmayoría. En el caso del Brasil, el pre-sidente Lula, representante históricodel movimiento obrero metalúrgico,llega al gobierno con fuerte apoyo delos diversos movimientos sociales,muchos de ellos conforman el movi-miento por la economía solidaria.

13 En el área rural, la pobreza y la pobreza extrema representaban el 87 y 75%, respectivamente.Para la población indígena en zona rural, los porcentajes aún eran mayores: 89 y 78%, respecti-vamente (UDAPE, 2000).

14 Los datos corresponden a la Encuesta permanente de Hogares de mayo y octubre de 2002.Disponible en: www.indec.gov.ar

15 Tanto es así, que por ejemplo, el escritor Carlos Monsiváis dijo que esos pocos beneficiados porel neoliberalismo eran casi como “los primeros estadounidenses nacidos en nuestros países”, ocomo señala Esteva (2009): “ahora son los Nortes de cada Sur”.

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3. Precisiones conceptualessobre la economía socialcomo alternativa

¿Qué es la Economía Social? Elconcepto de economía social es muyamplio y no tiene un sentido univoco.Existe una importante diferencia entrela concepción de la economía socialdesde los países del centro y la eco-nomía social y solidaria desde la peri-feria y semiperiferia, particularmenteen Latinoamérica.

Respecto de la noción de los paísescentrales, el concepto es polisémico:tercer sector, non profit sector, sectorautogestionario, etc. La identificaciónde la economía social, para los paísescentrales data del siglo XIX en Europay surge en un contexto general deexpansión del capitalismo, de la manode las escuelas liberal, solidarista,socialista y cristianismo social. Estedesarrollo se detiene en la década de1930, producto del avance del fordis-mo, el auge de los sindicatos y la apa-rición del Estado de Bienestar. Seretoma su discusión con la crisis delmodelo de desarrollo fordista y delEstado Benefactor, y el fracaso delsocialismo centralizado de la URSS.En Francia, en la década de los seten-ta, en coincidencia con su décimo ani-versario, la Charte de l’économie so-ciale, define a la economía socialcomo: “El conjunto de entidades nopertenecientes al sector público que,con funcionamiento y gestión demo-cráticos e igualdad de derechos ydeberes de los socios, practican unrégimen especial de propiedad y dis-tribución de las ganancias, emplean-do los excedentes del ejercicio para elcrecimiento de la entidad y la mejora

de los servicios a los socios y a lasociedad”. De esta manera, la econo-mía social puede ser entendida comoaquellas actividades económicas queno forman parte de los sectores públi-cos y privados tradicionales (Monzón,1998). Asimismo, la economía socialindica un camino hacia una economíaal servicio de la sociedad16, a otraforma de hacer economía, más socialy humana, que contribuya a la resolu-ción de viejos y nuevos problemasque afectan a la sociedad y no pue-den resolverse satisfactoriamente porla acción de empresas capitalistas,empresas públicas y sector público engeneral (Defourny, 1998; Chaves,1999). El sector de economía socialno tiene la finalidad de sustituir el sis-tema capitalista liberal, sino queemerge como una institución más delpropio sistema económico, necesariapara mejorar la asignación de recur-sos, la redistribución de la renta, con-solidar la estabilización económica,generar un crecimiento equilibrado ysostenido, respetuoso del medioam-biente (Monzón, 1998).

El campo de la economía social secompone particularmente por coope-rativas, mutuales y asociaciones(Defourny, 1998; Laville, 2004) y exis-te consenso respecto a que la econo-mía denominada no oficial no formaparte de este campo (Defourny,1992).

Laville (2004) considera que elcampo europeo de la economía sociales el avance hacia una perspectiva deeconomía solidaria, vinculada con laeconomía y la democracia contempo-ránea. Se trata de una economía soli-daria entendida a partir de la plurali-dad de principios económicos [retoma

16 No se han encontrado autores europeos que hagan propuestas de economía social asociadascon “los pobres”.

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a Mauss (1923), Polanyi (1977), entreotros]: mercado, redistribución y reci-procidad. Según estos tres principios,la economía contemporánea se com-pone por tres polos: economía mer-cantil, economía no mercantil, econo-mía no monetaria. La finalidad de estapropuesta de economía solidaria esaumentar las oportunidades de socia-lización democrática y la oferta de tra-bajo, y cuestionar políticamente lasrelaciones de lo económico y de losocial.

La economía social retoma suimportancia, en el seno de la UniónEuropea, a partir de 1989 con la crea-ción de un nuevo servicio en laDirección General XXIII17. No obstan-te, el modelo de economía social de laUnión Europea no se desliga de lasprácticas capitalistas tradicionalespuesto que, a pesar de que sus prin-cipios están sustentados sobre la soli-daridad, aún no logra abordar temasfundamentales como la priorizacióndel trabajo sobre el capital, así comola relación entre el ser humano y lanaturaleza debido a que su dinámicaaún se desenvuelve dentro de los cri-terios concebidos por el mercado.Frente a esta nueva crsisis sistémicadel capitalismo, la economía socialvuelve a surgir como respuesta. Anteel desempleo, los principales organis-mos internacionales, gobiernos y el

ámbito académico, han incorporadoen sus discursos la necesidad defomento y apoyo al sector de econo-mía social para la generación deempleo y bienestar social de la pobla-ción, por ejemplo: la OrganizaciónInternacional del Trabajo18, la UniónEuropea (UE), el gobierno español19, ycentros de estudios (ConfederaciónEmpresarial Española de la Econo-mía Social20, Centro Internacional deInvestigación e Información sobre laEconomía Pública, Social y Coope-rativa21, y la European Research Net-work22).

Desde la periferia y semiperiferia, laEconomía Social ha tenido múltiplesinterpretaciones teóricas y acepcio-nes. Se han identificado dos enfoquesteóricos que se detallan a continua-ción.

1- La economía social como unasolución dentro del sistema capitalis-ta. Este enfoque engloba diferentespropuestas.

a) La economía social es una eco-nomía de “pobres para pobres”,donde se postulan estrategias, políti-cas y programas de alivio a la pobre-za. La economía social se relacionacon las políticas sociales neoliberalespaliativas, asistencialistas y focaliza-das. Estos postulados descansansobre las teorizaciones del “enfoquede activos”, representado por expo-

17 Con la publicación el 18 de diciembre de 1989 de una Comunicación de la Comisión al Consejobajo el título de “Las empresas de la economía social y la realización del mercado europeo sinfronteras”.

18 En el año 2009, publicó un trabajo titulado “Resilience of the Cooperative Business Model inTimes of Crisis”, argumentando la capacidad de las cooperativas para afrontar la profunda crisiseconómica y financiera mundial.

19 Véase la mención especial a la economía social en el anteproyecto de la ley de economía sos-tenible (aprobada el 27 de noviembre de 2009).

20 http://www.cepes.es/media/docs/Memoria%20CEPES%202008_2009.pdf21 http://www.ciriec.es/; cuyos máximos exponentes son José Luis Monzón, Bernard Thiry y Rafael

Chaves. 22 http://www.emes.net/; cuyos máximos exponentes son Jean-Louis Laville y Jacques Defourny.

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nentes neoliberales23. Los “activos” seconsideran cualquier cosa o caracte-rística valorable que sea útil, una ven-taja (Miller-Adams, 2002). Por ellosostienen que todos somos poseedo-res de algún activo y la razón por lacual los pobres siguen siendo pobresestaría en que no han usado adecua-da y suficientemente sus potencialida-des de desarrollo económico. Paracombatir la pobreza, se plantean polí-ticas socioeconómicas que apunten ala generación y distribución de activosentre los individuos más pobres de lasociedad, estas políticas deben serimpulsadas y gestionadas por lasociedad civil. Cabe mencionar quelas intervenciones mayoritariamenteson propuestas y financiadas pororganismos internacionales comoBanco Interamericano de Desarrollo,Banco Mundial y Fondo MonetarioInternacional, los que brindan ayudaeconómica para llevar adelante estaspolíticas, pero también condicionanlos lineamientos de trabajo. Este enfo-que no problematiza las causasestructurales de la generación yaumento de la pobreza desde unaperspectiva histórica, económica ypolítica.

b-La economía social es interpreta-da como un sistema de garantías dederechos sociales, con el objetivo dereconstituir espacios propios delEstado de Bienestar. El adelgaza-miento del estado y la consecuenteabolición del estado de bienestar ori-ginaron una importante transforma-ción de la vida social y de las institu-ciones sociales. En un primer momen-to, el estado asistencialista fomentó latercerización de las intervencionessociales, delegando a terceros (orga-nizaciones de la sociedad civil, nogubernamentales, sin fines de lucro,

etc.) los servicios sociales no renta-bles (Grassi, 2003). Así el Estado hapasado a ser una combinación deintervenciones de distintas institucio-nes (sector público, familia, mercadoy el tercer sector). Según Adelantado(2005), este agregado de intervencio-nes para lograr el bienestar es deno-minado “welfare mix”. En este contex-to, muchas políticas económicas ysociales garantistas de derechossociales también fueron concebidascomo economía social.

c-La economía social es interpreta-da como el fomento y conformaciónde cooperativas, en la línea del citadoprimer enfoque pero adaptado a larealidad de cada país. Este enfoquepostula a las cooperativas como enti-dades representativas de la economíasocial. Defiende los valores y princi-pios cooperativos, como regidores delas actividades económicas y socia-les. Velan por los intereses de lascooperativas como forma empresarialy de organización de la producción,comercio y prestación de servicios,poniendo énfasis en la eficiencia y efi-cacia en la gestión y gerencia de laempresa cooperativa, y en la respon-sabilidad social cooperativa.

2- El segundo enfoque hace referen-cia a la economía social como prácti-ca transformadora, emancipadora yque apunta al desarrollo de “otra eco-nomía” alternativa al sistema capita-lista. Se complementa la economíacon la cualidad “social”, entendiendoque “produce sociedad y no sólo utili-dades económicas, porque generavalores de uso para satisfacer necesi-dades de los mismos productores ode sus comunidades -generalmentede base territorial, étnica, social o cul-tural- y no está orientada por la

23 Véase Shapiro (2001).

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ganancia y la acumulación de capitalsin límites” (Coraggio, 2002: 286). Lasprácticas económicas que caracteri-zan la economía social, contribuyen“a asegurar la reproducción con cali-dad creciente de la vida de sus miem-bros y sus comunidades de pertenen-cia o, por extensión, de toda la huma-nidad” (Coraggio, 2002:287), en con-traposición al principio de acumula-ción de capital y de la erosión de lasbases de la vida: el sujeto trabaja-dor/productor y la naturaleza(Hinkelammert y Mora, 2005). Lasexperiencias de economía social con-forman un campo heterogéneo deprácticas, donde las relaciones de tra-bajo, la distribución de recursos y delproducto se organizan fundamental-mente en torno de la reciprocidad, lavida social y las prácticas socialescotidianas de las comunidades impli-cadas (Quijano, 2002). Estas prácti-cas de resistencia del trabajo al capi-tal, se enmarcan actualmente en“organizaciones y prácticas socialesque se presentan a sí mismas comoopciones económicas alternativas a ladominante” (Quijano, 2002:). Estaidea es compartida por Singer (2000)que define la “economía solidaria”como “modo de producción y distribu-ción alternativo al capitalismo, creadoy recreado periódicamente por lo quese encuentran (o temen quedarse)marginados del mercado de trabajo”.El autor propone una caracterizaciónde la economía solidaria basadasobre a) principio de unidad entrequienes poseen y usan los medios deproducción y distribución y el principiode la socialización de estos medios,b) modo solidario de producción y dis-tribución, c) practicas basadas sobrela posesión colectiva de los medios deproducción, autogestión y gestióndemocrática y distribución de ingre-sos y excedentes según criteriosacordados. Según Singer (2000), la

economía solidaria apuesta por princi-pios distanciados de la lógica capita-lista, aunque se yuxtaponen cuandose considera necesario garantizar lasbases de sustento (fuentes de finan-ciamiento, redes de comercialización,asesoría técnico-científica, formacióncontinua de los trabajadores y apoyoinstitucional y legal). De SousaSantos y Rodríguez (2005) conside-ran que existen en el capitalismoexperiencias que incluyen formas deconcebir y organizar la vida económi-ca basadas sobre principios no capi-talistas y que apuntan a una transfor-mación gradual de las formas econó-micas de producción, intercambio yconsumo existentes. Estas experien-cia se basan en tres principios: a)igualdad, toma de decisiones demo-crática por los trabajadores, distribu-ción equitativa del ingresos de los fru-tos de la producción, b) solidaridad,no basada sobre competencia feroz,c) protección del medio ambiente.Asímismo, para Guerra (2004), elconcepto de “economía social” poseeidentidad propia y da cuenta de unode los mayores cambios ocurridos enlos últimos años en todo el mundo; lairrupción de experiencias económicassolidarias guiadas por una racionali-dad alternativa en el contexto de unafuerte crisis de legitimidad del modelode desarrollo imperante. En este sen-tido, la economía social surge, desdeeste enfoque, ligado con un nuevohorizonte basado sobre teorías cues-tionadoras del desarrollo y del creci-miento económico, en la sintonía delas propuestas andinas del Vivir Bieno Buen Vivir (Walsh, 2010), o de lastesis de la economía ecológica (Geor-gescu-Roegen, 1971 y Martínez-Allier, 1999), de la ecología profunda(Naes, 1988), de convivialidad (Ilich,2006), de decrecimiento (Latouche,2009).

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No ha resultado tarea fácil identificarlos distintos enfoques, dado que en lapráctica, las nociones y argumentosno pueden clasificarse como compar-timentos estancos. En muchos casosencontramos una suerte de sincretis-mo de los enfoques previamenteenunciados. No obstante, el esfuerzode reordenar y delimitar enfoquestiene el objetivo de reforzar la tesis deque no existe una definición única deeconomía social. Sumado a ello, sepuede decir que esta categoría estáimpregnada de procesos políticos,sociales, económicos, culturales ehistóricos, que la determinan.

No se puede obviar la epistemologíadel concepto. A continuación, se ana-lizarán a la luz de los enfoques teóri-cos propuestos, cuatro casos queintentan reflejar la complejidad del tra-tamiento de la economía social comocampo empírico, teórico y político. Eldebate en relación con ello, quedaabierto.

4. Otra economía enAmérica latina: laEconomía Social comosistema transformador

4.1. Eje de las transformaciones, Boliviay el Ecuador. ¿Cambiosestructurales o mejoraredistributiva?

4.1.1. El caso boliviano Las políticas neoliberales en Bolivia

fueron todo un ejemplo de buenapráctica por ser llevadas a cabo tal

como eran diseñada desde los paísescentrales. Los resultados ya han sidomostrado en la sección segunda, y nodejan lugar a duda. Todos estos retro-cesos en las condiciones de vida de lagran mayoría del pueblo boliviano fue-ron el germen de muchas demandas ymovilizaciones24 en defensa de otrosobjetivos sociales y económicos. Lamayoría de las voces coincidían en unnúcleo común: cambiar Bolivia, refun-darla. Las demandas de los movi-mientos sociales giraban en torno dedos grandes ejes vertebradores delnuevo proyecto (Serrano, 2008): 1)nacionalización de los recursos natu-rales y 2) una asamblea constituyenteque elaborara una nueva ConstituciónPolítica del Estado (NCPE). EvoMorales llega al gobierno en diciem-bre de 200525. En su primer año demandato, convoca una AsambleaConstituyente, y después de muchascomplicaciones y vicisitudes (Serrano,2008), la propuesta final fue refrenda-da por el soberano con un 61,43% delos votos, el 25 de enero del 2009. Elnuevo modelo económico bolivianoaprobado en la NCPE es plural y estáorientado a mejorar la calidad de viday el vivir bien (Artículo 306, NCPE).Tal propuesta está constituida pordiversas formas de organización eco-nómica: comunitaria, estatal, privaday social cooperativa. La NCPE postu-la a la economía social y comunitariacomo el sistema económico respon-sable del interés individual en comple-mento con el Vivir Bien colectivo(apartado III del artículo 306).

El concepto de economía social, en

97Procesos económicos recientes en América latina

24 Por ejemplo, la guerra de la coca a partir de la aprobación de la ley 1008, la guerra del agua enCochabamba cuando se intentó privatizar tal servicio básico o la guerra del gas en el año 2003.

25 Ganó las elecciones por mayoría absoluta (53,74 % del total de votos), con el MAS-IPSP(Movimiento al Socialismo–Instrumento Político para la Soberanía de los Pueblos). Esta fue lasegunda vez que se presentaba como candidato presidencial; anteriormente lo había hechocomo diputado habiendo ganado en su circunscripción.

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este escenario, se encuentra ligadofuertemente con lo comunitario sinque podamos determinar con preci-sión qué hace referencia un término uotro. La economía social y comunita-ria se convierte en un pilar central dela nueva organización económica,queriendo así superar el sistema eco-nómico colonial, neocolonial y neoli-beral. El Estado retoma un papel másprotagónico en la economía paraajustar los desequilibrios ya existen-tes, con el desafío de propulsar esaeconomía social y comunitaria entodas las relaciones económicas parael Vivir Bien del pueblo boliviano(Morales y otros, 2008). El Estadoreconoce, respeta, protege y promue-ve la organización económica comu-nitaria, que comprende los sistemasde producción y reproducción de lavida social, fundados sobre los princi-pios y la visión de los pueblos y nacio-nes indígenas originarias y campesi-nas. Se prioriza el apoyo a la organi-zación de estructuras asociativas depequeños productores, urbanos yrurales, y promociona el desarrolloproductivo rural como fundamento delas políticas de desarrollo del país. ElEstado protege y fomenta las organi-zaciones económicas campesinas ylas asociaciones de pequeños pro-ductores y artesanos como alternati-vas solidarias y reciprocas (artículo334 de NCPE). Por tanto, el Estadojuega un papel clave para cambiar elrégimen de acumulación, asentandolas bases de la democratización delos medios de producción, y a su vez,llevando a cabo políticas de redistri-bución que lo facilite. El rol del Estadono es redistribuir lo que el mercado noasigna; al contrario, es el ámbito delpacto social para convertirse en elprincipal promotor del Vivir Bien y enel agente distribuidor de la riqueza, yde los medios de producción para

alcanzarla (Serrano, 2009). El Estadoes el responsable de conducir el pro-ceso de planificación económica ysocial, con participación y consultaciudadana, y además participa en laeconomía mediante la produccióndirecta de bienes y servicios económi-cos y sociales (Serrano, 2008).

El Plan Nacional de Desarrollo(2006-2010) en Bolivia también pro-yecta un nuevo Estado social comuni-tario con aspiraciones de cambio enfunción del Vivir Bien. Este plan mani-fiesta claramente cómo la economíasocial es entendida como instrumentobásico económico para alcanzarmetas distintas del crecimiento eco-nómico y otros indicadores desarro-llistas más ortodoxo. En cuanto al ter-cer apartado correspondiente a unaBolivia Digna, cabe destacar la pro-puesta de desarrollo social que impli-ca la resignificación de la concepciónde la protección social con la incorpo-ración de activos y el acceso irrestric-to a los servicios sociales. En el nuevomodelo económico social, comunitarioy productivo (2010-2015) vuelve asurgir el término de lo social y locomunitario como base de la transfor-mación estructural del sistema econó-mico, poniéndose énfasis en la indus-trialización de los recursos naturales,la profundización de las políticasredistributivas, el apoyo al sector pro-ductivo e incremento de la inversiónpública.

La nueva propuesta económica nomenciona explicitamente principioscomo la eficiencia, la productividad, lacreación de riqueza y el crecimientoeconómico. Se apuesta por una nue-va Economía Social Comunitaria quetiene como principios fundamentales:reciprocidad, solidaridad, complemen-tariedad, sustentabilidad, equilibrio yjusticia. En esta nueva organización

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económica los modos de produccióncomunitaria conviven con lo público yla iniciativa privada, y con los socialcorporativo. La nueva política econó-mica pretende invertir la matriz pro-ductiva vigente, con el objetivo delograr un Vivir Bien de todos. Se tratade fortalecer los sectores productivos“más equitativos en la generación deingresos” en detrimento de sectoresmuy concentrados.

La política económica pretendediversificar la matriz productiva, cam-biando el actual patrón primarioexportador, caracterizado por unafuerte dependencia de las materiasprimas sin valor agregado, y a veces,importando el producto acabado apartir de la misma materia prima. Sólose ha dado el primer paso para con-seguir ir más allá de la economía delgas (Gray, 2005) con el decretosupremo del proceso de nacionaliza-ción del gas que ha permitido obtenerimportantes ingresos derivados deéstos. No obstante, existen dos fuer-tes tensiones aún por resolver: a) laindustrialización de la materia prima(gas y litio fundamentalmente), y b) laexcesiva extracción como base paraun modelo orientado al Vivir Bien quesostiene la armonía con la naturalezacomo valor primordial.

Los resultados de estos cuatro añosde otras políticas económicas hansido satisfactorios, aunque aún restanmejoras, y sobre todo, cambiosestructurales. A pesar de que el creci-miento dejó de ser objetivo sobrepapel en la última constitución y en elprimer Plan Nacional de Desarrollo,en los últimos cuatro años, la econo-mía boliviana ha crecido más que enlas últimas tres décadas (Weisbrot yotros, 2009). Por su parte, la mayorintervención del Estado se puedeobservar especialmente en la política

fiscal, que ha incrementado los ingre-sos del Estado a partir de una mejorgestión de la bonanza internacionalderivada del precio del gas. Desde elaño 2004, los ingresos del gobiernohan aumentado casi 20 puntos por-centuales del PIB. La mejora en losingresos derivados de renta internaha sido escasa. Desde el año 1956,Bolivia no disfrutaba de un superávitfiscal. En el año 2006, primer año degestión del gobierno de Evo Morales,Bolivia tuvo un superávit fiscal de 4,6del PIB (Fundación Milenio, 2007). Lomismo sucedió en los años posterio-res, salvo en el año 2009 (entrando endéficit para contrarrestar los efectosde la recesión mundial, (Weisbrot yotros, 2009). Este superávit de los últi-mos años (2005 a 2008) contrasta enun país donde todavía hay mucho porsolucionar y, sin embargo, se ha opta-do por acatar en parte el dogma delsuperávit presupuestario. Mucho de losucedido en política fiscal se explicapor el nuevo decreto sobre el procesode nacionalización de los hidrocarbu-ros; en el año 2004, los ingresos deéstos suponían el 5,6% del PIB, y enel último cuatrimestre de 2008 yarepresentaba el 25,7%. En materiaestrictamente tributaria, no ha tenidolugar ninguna reforma que permitaajustar los viejos impuestos a los nue-vos principios constitucionales enesta materia, y que contribuya a dis-poner de mecanismos de redistribu-ción más eficaces y equitativos. Síresulta destacable la reducción de ladeuda pública del 70% del PIB a finesdel año 2004 hasta el 35% del PIBpara finales del 2006 (Weisbrot ySandoval, 2007), sin la necesidad dereducir el gasto público durante eseperiodo.

Dadas las deterioradas condicionesde vida de la población bolivianacomo resultado de políticas neolibera-

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les, el corto plazo ha exigido poner enprácticas una batería de políticas pro-pias del Estado de Bienestar siguien-do los dogmas de un keynesianismoortodoxo que respeta las cuestionesdistributivas. Entre ellas, cabe desta-car:

a) el Bono Juancito Pinto para niños:el decreto supremo 28.899, del 26 deoctubre de 2006, promulgó este bonocomo una ayuda económica escolarpara los niños. De acuerdo con el artí-culo 2 de este decreto, el beneficiodebe ser distribuido en dos cuotas,cada una de 100 bolivianos (unos 15dólares). El primer pago correspondea inicios de la gestión escolar y elsegundo al cierre de la gestión. Estebono Juancito Pinto es concebidocomo subsidio a la permanenciaescolar, que servirá para mejorar lascondiciones de vida de la niñez ysería ejecutado con recursos genera-dos por la nacionalización de loshidrocarburos y administrados poruna unidad especial del Ministerio dePlanificación.

b) la Renta Dignidad para ancianos;a finales del año 2007, el gobierno delMAS aprobó este programa con el finde otorgar una pensión vitalicia a laspersonas mayores de 60 años. Algomás que necesario teniendo en cuen-ta que Bolivia ocupa el penúltimolugar de esperanza de vida enLatinoamérica (OMS, 2007). El nuevoprograma Renta Dignidad permiteque los mayores de 60 años que ten-gan un ingreso mensual reciban 1.800bolivianos anuales (alrededor de 260dólares), en tanto que aquellos que noperciban una renta de jubilaciónpodrán contar con 2.400 bolivianoscada año (unos 350 dólares). El bene-ficio se ha comenzado a recibir desdeel 1 de febrero de 2008.

c) el Bono Juana Azurduy de Padilla

para embarazadas; implementado el1º de mayo del 2009. Tiene comoobjetivo reducir los índices de mortali-dad materno infantil. Se puso en mar-cha con el registro de las embaraza-das y los niños menores de un año entodos los centros de salud del país, yse trata que durante el proceso pre-natal, se entrega 50 bolivianos porcada uno de cuatro controles, luego,se apoya en el parto con 120 bolivia-nos, y finalmente, se recibe cada dosmeses 125 bolivianos para la alimen-tación de la criatura hasta los dosaños de edad.

En este mismo sentido, aparece elnuevo Plan Vida -anunciado por elgobierno- para erradicar la extremapobreza en el país, que supone unpresupuesto de 2.900 millones dedólares que será distribuido en sobe-ranía alimentaria, en servicios socia-les y en servicios básicos. Mucho seha hecho en materia de aumento decobertura de electricidad (del 68 al80%) y de alcantarillado (del 45 al50%). Importantes son los avances eneducación mediante el programa dealfabetización Yo Sí Puedo que logróresultados muy positivos. En materiasanitaria, también ha habido unimportante incremente de las partidassanitarias, creación de muchos hospi-tales nuevos, nuevos tratamiento paraenfermedades.

Todos estos programas han sidocreados en aras de paliar dificultadesen el corto plazo. No obstante, esteobjetivo no debe descuidar los proble-mas estructurales a medio y largo pla-zos. Pero mucho queda por hacer.Por ejemplo, la distribución de algu-nos medios de producción; entreellos, algo tan esencial en la econo-mía boliviana como es la tierra. EnBolivia, este factor está extremada-mente mal distribuido; 100 familiastiene un total de 25 millones de hectá-

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reas (PNUD, 2005)26. Frente a estedesigual panorama, a mitad denoviembre del año 2006, tuvo lugarotro suceso no menos importante eneste camino de cambios: las modifica-ciones de la Ley del Instituto Nacionalde la Reforma Agraria que pretendíafundamentalmente: a) regular demanera justa y equitativa los procesosde reagrupamiento y redistribución dela tierra, b) corregir y agilizar el proce-so de saneamiento de la propiedadagraria, y c) tramitar rápidamente lapersonalidad jurídica de las comuni-dades indígenas campesinas. Estecambio no suponía la expropiación alos latifundios como muchos escribie-ron, sino que revertían socialmentelos latifundios improductivos, lo cualsuponía que muchos pequeños cam-pesinos pudieran aprovechar colecti-vamente tierras ociosas. Es algo amedio camino para una verdaderademocratización de los medios deproducción.

No se puede dejar de encomiar elesfuerzo por establecer un nuevohorizonte económico en cuanto al roldel Estado, a la soberanía alimenta-ria, a la soberanía energética y a otrosobjetivos alejados del convencionalcrecimiento económico. No obstante,la nueva organización económica nosólo debe ser un garante de muchosderechos básicos universales, sinoque ha de incorporar otros aspectosadicionales, que sí representen unquiebre con el régimen de acumula-ción y que además, supongan unaimportante nueva relación con la natu-

raleza, en mayor armonía y equilibrio.A pesar de las grandilocuentes decla-raciones a favor de otra economíahacia el Vivir Bien, hasta el momento,los cambios de facto en cuanto a polí-ticas económicas desempeñadas sonextremadamente tibios. Se puedendestacar algunas medidas que permi-ten confeccionar un Estado más pro-tagónico, pero aún falta profundizaren el cambio en las relaciones de losmedios de producción y en otrasestructuras económicas. Se ha apos-tado por políticas asistencialistas, quesi bien son necesarias en el cortoplazo debido a las deficitarias condi-ciones actuales de vida de gran partede la población boliviana, aún nosupone ninguna ruptura estructuralcon el capitalismo, ni ayudan a intro-ducir la lógica de la economía socialcomunitaria bajo el enfoque teóricomás transformador.

No resulta tarea sencilla cambiar enun periodo tan cortoplacista lasestructuras derivadas de la historiaacumulada de colonialismo y neocolo-nialismo. Por ello, después de habervuelto a ganar las elecciones enDiciembre de 200927, los próximosaños serán decisivos para trasladarlos ejes de la economía hacia esemodelo social comunitario, peroentendido éste desde la teoría detransformación estructural.

4.1.2. El caso ecuatoriano En el año 2005, el Ecuador se

enfrentaba a una situación dificil: una

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26 Dicho de otro modo, según el informe del año 2008 de la Comisión Especial de AsuntosIndígenas y Pueblos Originarios de la Cámara de Diputados del Congreso Nacional de Bolivia,los latifundistas (5% de la población) ostentan el 89 por ciento de las tierras, los medianos pro-pietarios (15%) son dueños del 8% y los pequeños productores (80%) poseen tan sólo el 3% delas tierras.

27 Con un amplio respaldo de más del 60% en las presidenciales y dos tercios en la AsambleaPlurinacional.

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reprimarización de la economía, esca-sa inversión productiva, una competi-tividad centrada sobre la reducción decostos del trabajo y obtención de ren-tas extractivas a costa del deteriorode los ecosistemas, ineficacia de unsistema tributario con una alta depen-dencia de los recursos naturales, y unelevado nivel de desigualdad y depobreza. Rompiendo con la vieja “par-tidocracia”, Rafael Correa y AlianzaPaís ganaron las elecciones presiden-ciales a fines de 2006, con una plata-forma política denominada Revo-lución Ciudadana, dando un nuevopaso en el camino de derrotar la larganoche neoliberal28.

Las desigualdades en el Ecuadorhan tenido históricamente su sustentosobre las constituciones que hanexcluido sistemáticamente a unaimportante cuota de la población(Ramirez, 2008), y por ello, de inme-diato, el nuevo gobierno convocó unaAsamblea Constituyente, dando lugaruna nueva Carta Magna que contócon el respaldo del 64% de la pobla-ción.

Así el pueblo refrendó el deseo detransformación estructural del Estadoy del modelo de desarrollo. En estenuevo periodo, el crecimiento deja deser objetivo en si mismo e incluso escuestionado como medio idóneo paraalcanzar el objetivo del Buen Vivir. ElEstado recobra un protagonismoclave en el cambio de las relacioneseconómicas. La nueva Constituciónrecoge la implantación de una econo-mía social y solidaria (artículo 281)como base para la transformaciónestructural. La propuesta del sistemaeconómico social y solidario reconoceal ser humano como sujeto y fin; pro-pende a una relación dinámica y equi-

librada de la sociedad, en armoníacon la naturaleza, y tiene por objetivogarantizar la producción y reproduc-ción de las condiciones materiales einmateriales que posibiliten el buenvivir. Asímismo, se reconoce a la eco-nomía popular y solidaria como partedel sistema económico. El proyectode ley de economía popular y solida-ria (y del sector financiero popular ysolidario) concreta la estrategia depolítica económica para este sector,pero aún visto de manera parcial y nointegralmente. Cabe preguntarse siesta futura ley tiende a la transforma-ción de las estructuras, o si acabarállevando a la economía social (popu-lar y solidaria) a la marginalidad. Deello, dependerá en gran medida elacompañamiento y complementarie-dad de las demás políticas en el restode sectores en la economía, y com-probar si existe concordancia con losobjetivos marcados en la nuevaConstitución.

En este sentido, un hecho resaltablees que el nuevo Plan ya no se llama-rá “de Desarrollo”, sino que serárevertido por el nuevo horizonte cons-titucional, el Buen Vivir, marcando unpunto de inflexión después de tantosaños apegados al paradigma desarro-llista. El Plan Nacional para el BuenVivir que pretende asentar las basespara un cambio en el régimen de acu-mulación, y favorecer la distribución yredistribución de los medios de pro-ducción que conlleve a una nuevaeconomía, Social y Solidaria, noentendida como algo marginal y foca-lizada para unos pocos, sino como labase de la nueva estructura de lasrelaciones económicas. Este nuevoplan se sustenta sobre un EstadoPlurinacional y promueve la participa-ción social y el poder ciudadano.

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28 Estas fueron las palabras de Rafael Correa el mismo día de su investidura.

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Proyecta las bases de un Ecuadorpospetrolero y posagro exportadorpara realmente gozar de una tripledimensión de la soberanía: alimenta-ria, energética y tributaria. Esto evita-ría en gran medida los efectos deriva-dos de la volatilidad internacional demuchas variables, así como los malesde la enfermedad holandesa29. Aúncabe vertificar si éste será el verdade-ro trampolín para quebrar absoluta-mente el anterior modelo económico,que permita más integralmente, y node manera parcial, poner en marcharun nuevo régimen orientado al BuenVivir con otra Economía, Social ySolidaria. De esta manera se puedeexaminar qué políticas económicas sehan ejecutados, y cómo éstas contri-buyen a generar otra organizacióneconómica social más transformado-ra.

La presencia del estado en la eco-nomía se ha hecho notar en los últi-mos años con la llegada de las nue-vas polítícas económicas abandonan-do las prácticas neoliberales. En elaño 2009, el sector público no finan-ciero acumuló ingresos por 18.372millones de dólares, lo que represen-ta un importante aumento desde elaño 2006. Aunque ha habido una con-tracción al año anterior debido a lacaída del precio del petróleo30, caberesaltar el incremento de los ingresosno petroleros. Este hecho muestra eladecuado camino para ir abandonan-do la senda de dependencia extracti-vista de los últimos años. El sectorpúblico aumenta su dimensión ganan-

do soberanía tributaria: la presión fis-cal ha aumentado desde 11,9% en elaño 2006 a 14,8% en el año 2009(FLACSO, 2010). En este mismo sen-tido, no sólo se ha incrementado lacapacidad recaudatoria sino que tam-bién se mejora su progresividad y suimpacto redistributivo, fundamental-mente a partir de la ley de equidad tri-butaria31. Esta ley ha cambiado sus-tancialmente los principales impues-tos en el Ecuador, donde se planteóuna nueva estructura del impuestosobre la renta personal más progresi-vo en cuanto a tramos y no muy equi-tativo en cuanto a gastos deducibles,y un aumento de los impuestos indi-rectos fundamentalmente a partir delos cambios en el impuesto de consu-mo específico. Este aumento decapacidad recaudatoria ha ido acom-pañado de una leve mejora en la pro-gresividad aunque aún resta suficien-te margen de maniobra para mejorarla justicia impositiva bajo su principiode capacidad de pago. La actual dis-tribución del ingreso (de personas yde las empresas) permite seguiraumentando la presión fiscal sin quesea contraproducente para los secto-res económicos prioritarios, evitandoasí la dependencia excesiva de losingresos públicos de los recursosnaturales, bajo el principio constitucio-nal de progresividad.

Este aumento de ingresos públicosha permitido otra forma de hacer polí-tica social, sin cambios estructuralespero sí incrementando las cantidadesasignadas en cuanto a programas y

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29 La enfermedad holandesa puede ser definida como la apreciación del tipo de cambio real comoconsecuencia del ingreso de grandes cantidades de divisas por la irrupción de un producto deexportación no basado sobre incrementos de productividad (habitualmente, un recurso naturalno renovable). Véase Pereira y otros (2009).

30 Cayeron los ingresos petroleros en 39,9% en el año 2009 respecto al año 2008. 31 Aprobada el 28 de diciembre de 2007 -en la versión de Ley Reformatoria para la Equidad

Tributaria del Ecuador- en el seno de la Asamblea Constituyente.

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personas. El gasto social ha pasadode 4,5% entre los años 2001 y 2006,al 8,4% en el año 2009. Los programasociales que contempla el presupues-to sectorial de bienestar social son:Instituto de la Niñez y la Familia(INFA), el Programa Aliméntate Ecua-dor (PAE), y el Bono de DesarrolloHumano (BDH). Los tres programasrepresentan el 70,3% del total secto-rial. En el presupuesto sectorial deeducación, un rubro importante es elde infraestructura escolar y los pro-gramas Hilando el Desarrollo. El Bonode Desarrollo humano sigue siendo elprograma estelar, lo cual no pareceser una medida muy distinta de lo quevenía haciéndose en este terreno, apesar de algunos cambios. En 2007su transferencia fue condicionada alcumplimiento de los requisitos esta-blecidos por el Programa deProtección Social para las madres, sincondicionalidad alguna para adultosmayores y personas con discapaci-dad. Este programa tiene como obje-tivo mejorar la alimentación, salud yeducación en los hogares que se ubi-can en los quintiles primero y segun-do de pobreza. Esta tipología de pro-gramas podría ser considerada dentrodel enfoque teórico primero para lospaíses periféricos, es decir, políticasfocalizadas para pobres. A pesar desu necesidad, esta política no puedeser eje de una transformación econó-mica. Una economía social como pro-puesta alternativa no puede tenercomo objetivo incrementar este tipode ayudas, sino realizar los cambiosestructurales para que éstas no seanmás necesarias (Serrano y Acosta,2009). En materia productiva, la políti-ca económica pretende llevar a caboun importante giro para robustecer elmercado interno y el aparato producti-vo doméstico, y acorde a esto, tener

una estrategia de inserción en el mer-cado mundial priorizando los esfuer-zos de integración regional (recienteentrada en el ALBA). En esta línea,las nuevas políticas económicas sereplantean como una estrategia quecontemple tanto la sustitución deimportaciones, como la diversificación(en productos y en destino) y tambiénla sustitución de las exportaciones tra-dicionales, sobre todo aquellas pro-pias de una economía extractivista(Serrano y Acosta, 2009). Para ello,no hay lugar para volver a abrirse alexterior sin condiciones (o con condi-ciones desde afuera) derivados deotro cualquier tratado de libre comer-cio (sea estadounidense o europeo talcomo sucede en el Acuerdo deAsociación entre CAN y UE).

El nuevo régimen económico defien-de sin titubeos la soberanía alimenta-ria en el nuevo texto constitucional. Sibien ésta se tradujo en una nueva leyque ha seguido confiando en los lati-fundistas y agroexportadores subsi-diándolos y proporcionándoles másfacilidades fiscales. En relación con latierra, aún resta por acometer unaverdadera democratización de dichofactor productivo. La revolución ciuda-dana todavía no ha enfretando a nin-gún cambio en la distribución agraria,algo que resulta crucial para una ver-dadera transformación del modeloeconómico debido a que según elCenso Agropecuario del año 2002, laspropiedades de menos de una hectá-rea representan el 30% de lasUnidades de Producción Agropecua-ria (UPAs) y controlan el 0,78% deltotal de las hectáreas, mientras queen el otro extremo, apenas el 2.3% delas UPAs (propiedades de más de100 has) controlan por sí solas el42,57% del total de la tierra. Respecto

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al agua, sucede algo similar32, aunqueeste es un tema abordado en la nuevaley de Aguas, que pretende realmen-te democratizar mucho más el accesoa este bien básico. La soberanía ener-gética está en camino; se pretende uncambio de la matriz energética conmayor importancia de la energíahidroeléctrica, pero aún restan variosdesafíos, entre lo que más destaca estener la energía necesaria para lademanda interna, así como satisfacerla demanda nacional de derivados depetróleo con la refinación interna. Encuanto al medio ambiente, el Ecuadorha avanzado mucho con la constitu-cionalización de los derechos de lanaturaleza (Gudynas, 2009). Porejemplo, la propuesta Yasuni-ITT, quebusca dejar el crudo en tierra a cam-bio de una compensación internacio-nal. Esta iniciativa ofrece al país unaoportunidad inédita para ejercer unliderazgo internacional en la luchacontra el cambio climático (Acosta yotros, 2009). No obstante, aún faltaprofundizar sobre la política de minasy de otros recursos naturales en con-sonancia con ese objetivo de armoníacon la naturaleza que debe orientar aesa otra economía. El equilibrio entrelas necesidades cortoplacistas, elcambio estructural de modelo produc-tivo y la armonía con la naturaleza noes una labor sencilla en la construc-ción de esa otra economía. Además,se requiere tiempo, correlación positi-va de fuerzas internas y condicionesgeopolíticas favorables para ello, lo

cual no siempre se dispone simulta-neamente en una misma dirección.

4.2. Otras versiones, laArgentina y el Brasil.¿Reforma o continuidad?

4.2.1. El caso argentino Hacia fines del año 2001, se produ-

ce en la Argentina una de las crisissociales, económicas y políticas másprofundas de su historia, cuyas con-secuencias fueron: destitución delgobierno de Fernando de la Rúa,saqueos y ollas populares 33 , confor-mación de asambleas barriales,“cacerolazos”34, aumento del desem-pleo, de la pobreza y de la indigencia,precarización de las condiciones detrabajo, etc. Luego de cinco presiden-tes en una semana, el 2 de enero de2002 Eduardo Duhalde fue elegidopor la Asamblea Legislativa para asu-mir como presidente. En mayo de2003 se celebran elecciones demo-cráticas que llevan a Néstor Kirchneral gobierno, con una posición discursi-va crítica al “modelo de ajuste”.Plantea la necesidad de desarrollar elpropio “proyecto nacional para refun-dar la Patria” como estrategia “alter-nativa” a las políticas de ajuste, basa-do sobre la reconstrucción de un capi-talismo nacional con fuerte presenciadel Estado como sujeto activo.

Las políticas económicas adoptadasen el gobierno de Néstor Kirchner,con continuidad en el gobierno deCristina Fernández de Kirchner, tuvie-

105Procesos económicos recientes en América latina

32 La población campesina e indígena que cuenta con sistemas comunales de riego representa el86% de UPAs, pero sólo tiene el 22% de área regada y accede al 13% del caudal, mientras queel sector privado constituye el 1% de UPAs, concentrando el 64% del caudal. El acceso desigualal agua es una de las causas de la inequidad social.

33 Los saqueos y las ollas populares son modalidades de acción colectiva desarrollada particular-mente en el Gran Buenos Aires en momentos de profunda crisis.

34 El “cacerolazo” fue una modalidad de protesta surgida con la crisis de 2001, llevada adelante porvecinos con distintos propósitos.

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ron como ejes centrales la adopciónde un tipo de cambio real competitivoy estable, superávit fiscal y superáviten la cuenta corriente del balance depagos, acompañado por políticasmonetarias para evitar la apreciacióndel tipo de cambio real y acumularreservas (Damill y Frenkel, 2009).Estos aspectos tuvieron una repercu-sión importante en la competitividadde las exportaciones argentinas. Sesuma a ello, un contexto internacionalfavorable por el aumento de los pre-cios de los productos exportables. Enmateria de política fiscal, en el año2005, se llevó adelante la reestructu-ración parcial de la deuda pública quehabía entrado en default a fines de2001, disminuyendo el compromisode pago de intereses y el monto decapital adeudado. Por otro lado,aumenta el gasto público en materiade transferencias al sector privado ypúblico, traducidos en subsidios ypréstamos (Damill y Fenkel, 2009).También se incorporaron nuevasmedidas tributarias en materia deimpuestos a las exportaciones, dirigi-das a las actividades agroexportado-ras e hidrocarburos, con aumento delas alícuotas de los principales pro-ductos exportados, sumado al esta-blecimiento de un sistema de reten-ciones móviles para exportaciones depetróleo y nafta. Por último, se lleva-ron adelante transformaciones enmateria de seguridad social. En pri-mer lugar, se instrumentó un plan deinclusión previsional, que otorgó unaprestación previsional a 1,4 millonesde personas que no cumplían con losrequisitos de percibir la prestación(Damill y Fenkel, 2009). En segundolugar, se dispuso el traspaso de todoslos aportantes desde el segmento pri-vado de capitalización al estatal, pormedio de la Ley 26.222 de LibreOpción Jubilatoria.

En materia de políticas de genera-ción de trabajo y las políticas sociales,el discurso desde la asunción deNéstor Kirchner hasta la actualidad,se ha contrapuesto a las políticasfocalizadas y asistencialistas, procu-rando superar los “programas socia-les enlatados con una lógica compen-satoria”, y centrándose sobre la reva-lorización y centralidad del trabajo y lamejora en el ingreso de los trabajado-res.

Así, el conjunto de medidas adopta-das tuvieron un impacto positivo en laproducción hasta el año 2006, quederivó en un crecimiento sostenidodel PIB y de la inversión, con su con-siguiente impacto positivo en los nive-les de empleo y reducción de la subo-cupación, recomposición de los sala-rios reales, reducción de la pobreza ymejoramiento de la distribución delingreso. En este nuevo escenario, laeconomía social se posiciona comotema de discusión en las políticassociales del Estado, por medio delPlan de Desarrollo Local y EconomíaSocial “Manos a la Obra”, cuya finali-dad principal es promover la inclusiónsocial a partir de la generación deempleo, el mejoramiento de la calidadde vida de las familias, el desarrollode la participación en espacios comu-nitarios, espacios asociativos y redes,la mejora del ingreso de la poblaciónvulnerable y el fortalecimiento de lasorganizaciones publicas y privadas.En el año 2006 se constituye laComisión Nacional de Microcréditos(CO. NA. MI), por medio de la ley26.117 titulada de “Promoción delMicrocrédito para el desarrollo de laEconomía Social”, con un capital ini-cial denominado Fondo Nacional dePromoción del Microcrédito de $ 100.000.000 pesos argentinos(USD 32.347.908).

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Otras políticas que contemplan a laeconomía social y solidaria son lassiguientes:

a) El Instituto Nacional deAsociativismo y Economía Social(INAES), dependiente del Ministeriode Desarrollo Social, lleva adelantediversos Programas de asistencia, deformación, de ayuda financiera, deeducación y capacitación, dirigidos acooperativas y mutuales.

b) En el año 2003, el Ministerio dePlanificación Federal, Inversión Pú-blica y Servicios, lanza el ProgramaFederal de Emergencia Habitacionalpor medio de cooperativas de trabajocon la finalidad de atender el déficithabitacional en relación con el accesoa vivienda y servicios públicos, y porotro lado, generar la inclusión laboralde los trabajadores y la progresiva eli-minación de los Planes Sociales.

c) El Instituto Nacional deTecnología Industrial (INTI), llevaadelante acciones de asistencia aCooperativas y Empresas Recupera-das, cuyo objetivo es promover eldesarrollo sustentable de estas orga-nizaciones a través de la transferen-cia de tecnologías y herramientas queaporten al proceso productivo.

d) El Instituto Nacional de Tecnolo-gía Agropecuaria (INTA), lleva ade-lante instancias de capacitación y for-mación en economía social, para elsector de agricultura familiar.

e) El Ministerio de Trabajo, Empleo ySeguridad Social (MTEySS), desde elaño 2003, desarrolla programas quetienen como finalidad fomentar la cre-

ación de proyectos productivos decarácter asociativo35, particularmentepara trabajadores desocupados queperciben el Plan Jefas y Jefes deHogar Desocupados (subsidio de 150pesos argentinos/USD 40), con lafinalidad de disminuir la cantidad debeneficiarios y beneficiaras de estePlan. Entre ellos se encuentra elPrograma Trabajo Autogestionadoque brinda apoyo técnico, económicoy financiero para empresas recupera-das por los trabajadores, en funciona-miento o en proceso de reactivación.También está contemplada la asisten-cia a cooperativas de trabajo, de pro-ducción o microempresas asociadas,gestionadas por sus trabajadores encondiciones de alta precariedad labo-ral.

f) En agosto de 2009, se lanzó elPlan de Ingreso Social con Trabajodel Ministerio de Desarrollo Social,conocido como “Argentina Trabaja”,que contempla la creación de 100.000puestos de trabajo por medio de laconformación de cooperativas36 detrabajo. En una primera etapa se asig-naron 1.500 millones de pesos argen-tinos (USD 404.419.496) y está desti-nado a: barrios, villas, comunidades,aglomerados urbanos de alta vulnera-bilidad social, ubicados en elConurbano Bonaerense 37 . Las activi-dades que contempla el financiamien-to son: trabajo comunitario, trabajo deconstrucción de viviendas e infraes-tructura y trabajo de reparación deescuelas, centros comunitarios, cole-gios y viviendas. El Plan intenta com-plementar acciones entre losMinisterios de Desarrollo Social,

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35 Programa Herramientas por Trabajo, Programa de Inserción laboral Línea Promoción delAutoempleo, Seguro de Capacitación y Empleo.

36 Las cooperativas contemplan 60 integrantes y el ingreso que se percibe por participar es de$ 1200 pesos argentinos/USD 316 mensuales.

37 El Conurbano Bonaerense es la región que rodea a la Ciudad de Buenos Aires.

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Educación, Trabajo (capacitaciónlaboral) y Salud (atención de cuestio-nes sanitarias).

La economía social es un nuevo ejede las intervenciones estatales en laArgentina. No obstante, esta otra eco-nomía no se inserta en las directricesdel Ministerio de Economía, y acabansiendo relegadas a otros espaciossecundarios de la estructura institu-cional del Estado. La mayoría de losprogramas y políticas se enmarcan enel Ministerio de Desarrollo Social.Esto no permite aseverar que lanueva estrategia económica senucléa en la economía social, sinoque ésta supone más un paliativo ensituaciones coyunturales. Por otrolado, las políticas de empleo y socia-les que también ocupan a la econo-mía social, lo hacen desde el fomentodel cooperativismo y mutualismo,posicionamiento que se asocia con elcooperativismo tradicional de fuertetradición europea. El financiamientode muchos de estos programas sonprestamos o donaciones condiciona-das de organismos internacionales(Programa de Naciones Unidas parael Desarrollo, BID, etc), lo cual, enmuchas ocasiones, dificulta la ejecu-ción de las políticas públicas.

La economía social en la Argentinasigue siendo un sector aislado, y noarticulado con el resto de sectores dela economía, Ha tomado especialrelevancia en las políticas públicas,pero no de manera transversal niestructural.

4.2.2. Brasil En el año 1999, durante el gobierno

de Cardoso, el Brasil sufre una impor-tante crisis que profundiza el deteriorode los indicadores sociales y muestrael agotamiento de las políticas deestabilización promulgadas por elmodelo neoliberal para la prevenciónde desequilibrios macroeconómicos.Luego de varias elecciones fallidas,en el año 2002 el Partido de losTrabajadores (PT)38 venció en segun-da vuelta las elecciones generalescelebradas en ese mismo año. Así enenero de 2003, el presidente LuizInácio Lula da Silva, con una larga tra-yectoria como dirigente del movimien-to obrero metalúrgico, asumió su pri-mer gobierno generando grandesexpectativas, particularmente en lasorganizaciones sociales del país y engran parte de la región del cono sur.Heredó un país en una difícil situa-ción, inmerso en una “crisis de credi-bilidad” para con los acreedores inter-nos y externos (Moreira y da Silva,2004) y con altos índices de pobrezae indigencia, desempleo y condicio-nes de trabajo precarias, inequitativadistribución de la riqueza, significativaconcentración de la tierra y parteimportante de la población excluidade los sistemas de educación, salud yseguridad social.

Frente a este escenario, el nuevogobierno pretende llevar a cabo otrapolítica económica que tiene comoobjetivo central la estabilidad macroe-conómica y el crecimiento sostenidodel PIB y control de la inflación,aumento de beneficios a la inversiónnacional y extranjera, superávit de

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38 El Partido de los Trabajadores (PT) se fundó en el año 1980, aunque su surgimiento data delperíodo de la dictadura militar que duró de 1964 a 1985. El PT se caracterizó desde su confor-mación por nuclear a movimientos sindicales, movimientos sociales, movimientos estudiantiles,intelectuales de izquierda marxista, movimientos de base de la iglesia y católicos de la Teologíade la Liberación, provenientes de los ámbitos rural y urbano.

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balanza comercial, y apoyo a la indus-tria nacional y al comercio industrial.Se implementa una política monetariabasada sobre un tipo de cambio flexi-ble, que fomente la entrada de capita-les e inversión extranjera atraídas poraltas tasas de interés (generando unafuerte dependencia externa): otroobjetivo ha sido el pago de las obliga-ciones de deuda externa que ha limi-tado los gastos públicos y respeto porlos acuerdos con el FMI y BM.

En materia de atención de proble-mas sociales, el gobierno de Lulaasume un país socialmente muy desi-gual, donde parte importante de supoblación no llegaba a cubrir lasnecesidades alimentarias. Uno de losprogramas centrales es la EstrategiaHambre Cero/Fome Zero cuyo objeti-vo es asegurar el derecho a la ali-mentación adecuada de aquellas per-sonas con dificultades de acceso a losalimentos. Esta estrategia se desarro-lla a través de cuatro ejes articulado-res: 1) acceso a los alimentos, 2) for-talecimiento de la agricultura familiar,3) generación de ingresos, 4) articula-ción, movilización y control social. Elprimero, está compuesto por elPrograma Bolsa Familia, AlimentaciónEscolar, Alimentación para gruposespeciales, Agricultura urbana/Huertas comunitarias, etc. El segun-do, Programa Nacional de Fortaleci-miento de Agricultura Familiar,Seguro de Agricultura Familiar,Programa de adquisición de alimen-tos para la Agricultura familiar, etc. Eltercero, Cualificación social y profe-

sional, Economía Solidaria e InclusiónProductiva, Microcrédito productivoorientado, etc. Cuarto y último,Centros de referencias de asistenciasocial, capacitación de agentes públi-cos y sociales, Consejos de áreasocial, etc. Los Programas deTransferencia de Rentas, de Asisten-cia Social y Seguridad Alimentaria lle-gan a un total de 82 millones de habi-tantes (aproximadamente el 50% dela población total), con una asignaciónde recursos de 39 billones de reales(21,4 miles de millones de USD).

En este marco, ¿qué rol ha jugado laeconomía solidaria? En materia degeneración de trabajo y políticassociales, las experiencias de la eco-nomía solidaria (cooperativas de tra-bajo, asociación de productores,empresas recuperadas, etc.) cumplenun rol central.

El Foro Social Mundial (FSM) lleva-do adelante desde el año 2001, fue unpunto de inflexión como ámbito deencuentro y articulación entre expe-riencias de economía solidaria, orga-nizaciones sociales y movimientossociales del Brasil y de otros paísesde la región. No obstante, la discusiónen torno de la economía solidariaestuvo presente al interior del PTdesde los años ’90, de la mano dePaul Singer.

Entre los años 2000 y 2003, se lle-van adelanten tres PlenariasNacionales de Economía Solidaria,que dan nacimiento al Foro Brasileñode Economía Solidaria (FBES)39

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39 Entre los actores que conforman el Movimiento de Economía Solidaria se encuentran (FBES,2006): emprendimientos solidarios (cooperativas, empresas recuperadas, fondos solidarios yrotatorios de crédito, asociaciones populares, etc.), entidades de asesoría y fomento (ONGs, uni-versidades, etc.); gestores públicos (representantes gobierno federal, estadual y municipal). ElFBES representa un espacio nacional de articulación, debates, elaboración de estrategias ymovilización del movimiento de Economía Solidaria en el Brasil. Tiene relación directa con dis-tintos ámbitos gubernamentales (federal, estatal y municipal) a través de la CoordinaciónNacional y de los Foros Estatales y Municipales; también, realiza trabajos conjuntos con entida-des, redes y articulaciones nacionales e internacionales (FBES, 2006)

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(Arruda, 2003), donde se eleva undocumento al reciente presidenteLula, solicitando la creación de laSecretaría Nacional de EconomíaSolidaria (SENAES) (FBES, 2006;Democracia Socialista, 2009).

La SENAES surge en el Ministeriode Trabajo y Empleo en junio de2003. Los objetivos de su creaciónfueron el fomento, organización y via-bilización de la sostenibilidad de lasactividades enmarcadas en la econo-mía solidaria en el nivel nacional, pormedio del apoyo a la generación detrabajo e ingresos, la inclusión social yla promoción del desarrollo justo ysolidario. Las actividades de mayorrelevancia son (SENAES, 2009): - Avanzar en el marco jurídico de las

cooperativas de trabajo y cooperati-vismo en general.

- Capacitación: cualificación profesio-nal en cadenas de producción deartesanías, agroecología, metalúr-gica, confecciones, apicultura, pisci-cultura, fruticultura, recolección yreciclado de residuos, gestión depolíticas públicas federales, esta-duales y municipales (uno de losproyectos relevantes fue BrasilLocal); apoyo a incubadoras univer-sitarias de emprendimientos asocia-tivos en el nivel federal; apoyo y for-talecimiento de redes de coopera-ción; apoyo a la recuperación deempresa por parte de sus trabaja-dores autogestionarios.

- Acceso a mercados: acuerdos condistintas instituciones para la gene-ración de y trabajo e ingresos;apoyo a emprendimientos para lamejora de la producción y la organi-zación de la comercialización; orga-nización de ferias, exposiciones,centros de comercialización y mer-cados solidarios.

- Acceso a capital: programas deapoyo a proyectos productivos soli-darios, juntamente con otras entida-des y el Ministerio de DesarrolloSocial y Combate a la pobreza; pro-yecto de apoyo a BancosComunitarios, trabajo conjunto conotras entidades.

La SENAES y el FBES llevan añosde tareas sin interrupción, aunque sudesarrollo no ha sido fácil. Si bienambas instituciones han trabajadoarticuladamente, no hay un trabajo enred con el Ministerio de Economía, elMinisterio de Medioambiente, con loscuales han tenido algunas tensionespor la ejecución de políticas contra-puestas. Pese a las dificultades men-cionadas, las políticas de fomento yapoyo a la economía solidaria hancrecido notoriamente. En el año 2006se creó el Consejo Nacional deEconomía Solidaria (CNES) comoórgano oficial del gobierno federal,que nuclea a los movimientos socia-les, los emprendimientos económicossociales y los órganos del gobierno,con el objetivo de diseñar y ejecutarpolíticas públicas que contribuyan aldesarrollo de la economía solidaria.

Hasta aquí se mencionan aquellosaspectos relativos a la institucionali-dad que adquirió la economía solida-ria en el Brasil, que a diferencia deotros países de Latinoamérica, supe-ró la instancia de invisibilización ymarginalidad y se transformó en unsector que ha podido dialogar con dis-tintas instancias gubernamentalespara disputar recursos y acciones ten-dientes a su sostenibilidad. Se puedeafirmar que en el caso brasileño, laeconomía solidaria se enmarca en lasdos corrientes propuestas en el apar-tado tercero. Por un lado, el lugar quele asigna el gobierno como solucióndentro del sistema capitalista, donde

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por una parte, cumple el rol de políti-cas netamente asistenciales de“pobres para pobres”, resolviendo lasnecesidades más inmediatas. Porotro lado, la propuesta de los movi-mientos y organizaciones sociales,entendiendo que la economía solida-ria abarca prácticas transformadoras,emancipadoras para el desarrollo de“otra economía” alternativa al sistemacapitalista. Por tanto, surge una signi-ficativa tensión entre el gobierno deLula y el movimiento de EconomíaSolidaria, frente a la disputa de senti-do y de atención del sector de econo-mía solidaria.

Las intervenciones estatales hanlogrado avances importantes enmateria económica y social, impac-tando postivamente en el empleo y enlos salarios. Por lo contrario, los cam-bios estructurales no han llegado, nose ha conseguido alterar la correla-ción de fuerzas económicas: fuertepredominio del capital financiero eindustrial, notable presencia de losagroexportdores (añadido por la apa-rición del bioetanol), autonomía delbanco central, convivencia con lastransnacionales e inmersión mundialcon máximo respeto a las reglasdominantes.

5. A modo de conclusión

La profundización de las políticasneoliberales en América latina duran-te las décadas pérdidas dinamitó lascondiciones de vida de la mayoría dela población a favor de unos pocosprivilegiados, y redujo al mínimo lacapacidad del Estado de tener unpapel central en este complicadoescenario. Este aluvión de políticasneoliberales resituó a la región al ser-vicio del sistema económico mundocapitalista, ahora más globalizado. La

periferia seguía estando bajo el impe-rativo de los intereses comerciales yfinancieros a costa de pulverizar cual-quier indicador social: desigualdades,pobreza, exclusión, desempleo y ero-sión de la naturaleza.

La actual crisis sistémica del capita-lismo coincide con la emergencia depropuestas diferentes en materia eco-nómica y social en América latina. Enalgunos casos, formulaciones contrahegemónicas en pro del diseño de unnuevo orden económico, cuestionadorde tópicos (desarrollo) y típicos objeti-vos macroeconómicos (crecimientodel PIB), que cambie las relaciones depoder y de producción. Estos nuevosprocesos se han servido en muchasocasiones del concepto de Economíasocial para proponer otra economíaalejada del neoliberalismo o cuestio-nadora del capitalismo. La economíasocial es un concepto complejo queexige un tratamiento riguroso y por-menorizado. Tal concepto no tiene unsentido unívoco, sino muchas acep-ciones en función del enfoque teórico-epistemológico que se considere.Este documento ha propuesto, en pri-mer lugar, diferentes categorías enfunción de que se trate de paises cen-trales o de países periféricos y semi-periféricos. Dentro del caso que nosocupa, también hemos disntiguindoentre dos enfoques teóricos: dentrodel sistema capitalista, o como alter-nativa al mismo. A su vez, dentro delenfoque que no cuestiona el sistemacapitalista, se puede apreciar tressubenfoques: políticas focalizadascontra la pobreza, políticas garantesde derechos sociales (estado de bie-nestar) y cooperativismo.

Por el otro lado, está esa otra eco-nomía social, ajena a la lógica capita-lista, que representa una prácticaemancipadora de transformaciónestructural.

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A partir de este amplio marco teóricode la economía social, hemos analiza-do dos grupos de países de Américalatina que han planteado cambios condiferentes e importantes matices. EnBolivia y el Ecuador, la Economíasocial comunitaria y la economíasocial y solidaria (economía popular),respectivamente, proponen otra orga-nización económica del estado a par-tir de un significativo cambio constitu-cional. Hasta el momento, esa otraeconomía propuesta es un hibrido delos enfoques teóricos previamenteexpuestos para explicar la economíasocial, sin que el plano más cuestio-nador del capitalismo sobresalga endemasía, aunque sí cabe resaltar elcuestionamiento del paradigma teóri-co hegemónico. En ambos casos,predomina una suerte de neoextracti-vismo combinado con políticas keyne-sianas con pretensiones de alcanzarprogresivamente un nuevo regimende acumulación que altere las relacio-nes de producción. Poner el foco deatención en planteamientos económi-cos contrahegemónicos es la primeraetapa para que pueda afianzarse esaeconomía social transformadora yemancipatoria en el futuro. La dialéc-

tica entre las exigencias en el cortoplazo y la necesidad de un cambioestructural de modelo productivo másdistributivo que satisfaga a su vez elprincipio armónico con la naturalezaestá latente en la construcción de esaotra economía. Encontrar el equilibrioentre tales variables reclama simulta-neamente suficiente horizonte tempo-ral, una correlación positiva de fuer-zas económicas y políticas internas ycondiciones geopolíticas favorablespara ello. Por otro lado, en laArgentina y el Brasil, la economíasocial y la economía solidaria, respec-tivamente, optan por una suerte detercera vía latinoamericana, no cues-tionadora del sistema capitalista ni delos clásicos objetivos macroeconómi-cos, pero sí implementando algunosmecanismos de redistribución dentrodel mismo. Se ponen en práctica dife-rentes políticas sociales que hanreconstruido parcialmente el debilita-do estado de bienestar, combinadascon políticas de fomento del autoem-pleo y la autogestión, con apoyo alcooperativismo. En ambos casos, sehan logrado mejoras coyunturales sinavances ni pretensiones de cambiosestructurales.

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Sociedad de la Información en elSociedad de la Información en elCono Sur de América latina.Cono Sur de América latina.El caso de la Reunión Especializada en Ciencia yEl caso de la Reunión Especializada en Ciencia yTecnología del Mercosur (2001-2010)Tecnología del Mercosur (2001-2010)

Disidencias y aproximaciones

* Licenciada en Relaciones Internacionales-Universidad Nacional del Centro de la Provincia deBuenos Aires. Argentina. Doctoranda en Ciencias Sociales-Universidad Nacional de Quilmes.Becaria CONICET (Beca Interna de Postgrado Tipo I). Investigadora en formación del Centro deEstudios Interdisciplinarios en Problemáticas Internacionales y Locales (CEIPIL)-UNCPBA. E-mail: [email protected].

** Profesor e investigador del Centro de Estudios Interdisciplinarios en Problemas Internacionalesy Locales (CEIPIL) perteneciente a la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacionaldel Centro de la Provincia de Buenos Aires, Argentina. Geógrafo. Magíster en RelacionesInternacionales (FCH-UNCPBA) y Doctor en Sociología (UNESP-Brasil). E- mail: [email protected].

El artículo describe la trayectoria político-institucional de la ComisiónTemática Sociedad de la Información de la Reunión Especializada en Cienciay Tecnología (RECYT) del Mercosur, en el período 2001-2010, a partir de ana-lizar la evolución de dos proyectos que se trabajan en el ámbito de dichaComisión Temática: “Observatorio sobre Sociedad de la Información” y“Escuela Virtual sobre Sociedad de la Información”. Ambos proyectos plan-tean el objetivo explícito de contribuir en la construcción de la Sociedad dela información en el Cono Sur de América latina.

El objetivo central del trabajo consiste en identificar las redes de coopera-ción que se construyen en torno de cada proyecto en particular y la inciden-cia que tienen los grupos sociales relevantes en la construcción de funcio-namiento (éxito y/o fracaso). La estrategia metodológica utilizada para resol-ver los objetivos propuestos consistió en analizar actas institucionales de laRECYT y entrevistas realizadas a policy makers e investigadores que forma-ban parte de la Reunión en el período de estudio.

María So l edad Or eg ion i *Fer nando Ju l i o Piñer o**

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Introducción

La inclusión de la Comisión Temáti-ca Sociedad de la Información (CTSI)en el ámbito de la RECYT1, tuvo comoobjetivos explícitos crear instrumentosde política para construir la Sociedadde la Información en la Región y dina-mizar la comunicación entre paísesdel Mercosur.

En el periodo 2001-2010 se realiza-ron varias propuestas de trabajo, apartir de considerar el principio desimetría. En el presente articulo seestudian el Proyecto de creación deun observatorio para la Sociedad dela Información (SI) que no logró imple-mentarse y la Escuela Virtual para laSociedad de la Información (EVSI)que es uno de los proyectos más exi-tosos de la RECYT. A partir de dichosejes temáticos, se intenta reconstruirla evolución de la red político-institu-cional de la CTSI.

El estudio de casos permitirá identi-ficar cuales son los elementos queinteractúan en el proceso de construc-ción de la Sociedad de la Informaciónen la RECYT, e identificar las relacio-nes de poder que se generaron entrelos diferentes actores involucrados enel proceso de cooperación, y las rela-ciones que se generaron entre lospaíses que forman parte del Mer-cosur, en relación con el liderazgo delproyecto.

La cooperación internacional en

ciencia y tecnología ha sido abordadadesde diferentes perspectivas teori-cas y desde distintos campos deconocimiento. En la primera parte delartículo se mencionan los aportes pro-venientes desde el campo de lasRelaciones Internacionales (RR.II) ylos aportes desde el campo de losEstudios Sociales de Ciencia yTecnología (ESCYT). Finalmente,teniendo en cuenta los elementos queinteractúan en los casos de estudioseleccionados, se propone abordar lacooperación internacional como unared político-institucional.

El artículo surge como resultado deuna investigación más amplia, queanaliza el proceso de cooperacióninternacional en ciencia y tecnologíaen el Mercosur a través del caso de laRECYT. A partir del supuesto de quelos actores sociales relevantes queparticiparon de esta reunión le otorga-ron sentido y construyeron funciona-miento, entendiendo que tanto unatecnología como una institución, pue-den tener distintos tipos de funciona-miento en relación con las ideas deéxito y de fracaso que poseen losactores sociales relevantes que parti-cipan de su construcción.

El estudio de la CTSI permitirá iden-tificar cómo se construyó el éxito y elfracaso de los proyectos, en el marcode la RECYT e identificar en qué con-siste el éxito de un proyecto de inte-gración regional para los GruposSociales Relevantes que participan

1 La RECYT se crea en el año 1992, a partir de la resolución 24/92 del Grupo de Mercado Comúndel MERCOSUR, con el objetivo de fundar un espacio donde se integren las políticas destinadasa Ciencia y Tecnología de los países miembros del MERCOSUR. La RECYT es fundamental-mente un órgano de carácter intergubernamental de carácter no decisorio, es al igual que losdemás subgrupos de trabajo una instancia técnica. Los temas seleccionados son abordados porcomisiones temáticas (creadas mediante la aprobación del GMC) para ser debatidos y negocia-dos. Éstas a su vez tienen carácter plurinacional incluyendo a los representantes de todos lospaíses miembros, asimismo cuentan con un coordinador nacional y pueden crear subcomisiones(Oregioni y Piñero, 2009).

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de la RECYT. Dado que en el marcode esta comisión confluyen proyectosconsiderados exitosos y otros que seconsideran fracasados. El caso deestudio propuesto, permite identificarlos distintos momentos de la red polí-tico-institucional que forma la CTSI,destacando el vínculo con organis-mos internacionales, con el objetivode obtener financiamiento para desa-rrollar los proyectos propuestos.

Desde el punto de vista metodológi-co, se privilegió el trabajo con fuentesdocumentales primarias, fundamen-talmente a partir del análisis de actasde la RECYT, asimismo, se analiza-ron diversas fuentes secundarias.Otro aspecto metodológico relevantese refiere a la utilización de entrevis-tas semiestructuradas a informantesclave, como investigadores y policymakers lo cual, entendemos, constitu-ye un aporte sustancial.

En síntesis, en la primera parte deltrabajo se explica la noción de redpolítico-institucional, luego se anali-zan los diferentes proyectos que setrabajan en el marco de la CTSI. Enprimera instancia el proyecto de“Observatorio de la Sociedad de laInformación”, que aún no ha alcanza-do a implementarse. En segundolugar el proyecto Escuela Virtual parala Sociedad de la Información (EVSI),considerado como uno de los proyec-tos más exitosos de la RECYT. Porúltimo, se identifica el funcionamientoque adquiere la CTSI.

Antecedentes y perspectivade análisis

Existen varios trabajos que hacenreferencia a la cooperación interna-cional. Desde el campo de lasRelaciones Internacionales (RR.II), se

explica la cooperación internacional apartir de diferentes perspectivas teóri-cas. Las teorias realistas clásicas sos-tienen que la colaboración es unmedio para maximizar los interesesdel Estado, que lo definien como elactor central del sistema internacio-nal. En cambio, las corrientes idealis-tas consideran que la interdependen-cia económica es un medio paraampliar la cooperación y lograr la paz.Por su parte, las teorias marxistas,cuestionan los alcances de la coope-ración internacional. Las teorias antesseñaladas, han derivado en distintosenfoques, el realismo clásico derivóen teorias neorrealistas, realismoestuctural y estadocentrismo. El neo-rrealismo, es superador del realismoclásico, en la medida en que recono-ce que las modificaciones en lasestructuras del sistema mundial pue-den ocasionar cambios en el compor-tamiento de los Estados (Gilpin, enDel Arenal, 1990: 379). Por otro lado,el idealismo dio lugar a teorias neoli-berales, neoinstitucionales, pluralistase institucionalistas. Y las teorias mar-xistas dieron sustento a la teoria de ladependencia y a distintos aportes dela teoria critica. (Jiménez González,C., 2003)

Desde el campo de los EstudiosSociales de la Ciencia y la Tecnología(ESCYT), existen distintos trabajosque hacen referencia a la cooperacióninternacional en el área de ciencia ytecnología (CyT). En el presente tra-bajo se han identificado tres enfo-ques.

El que se denomina ‘enfoque socio-lógico’, aborda las relaciones interna-cionales de los grupos de investiga-ción locales con actores e institucio-nes del extranjero en el nivel de lasprácticas de laboratorio. Los mismosdan cuenta del papel que cumple la

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cooperación internacional en la pro-ducción de conocimiento local. Unrepresentante de este enfoque esPablo Kreimer (2006), quien argu-menta que las asimetrías en el proce-so de toma de decisiones, generansubordinación de las agendas deinvestigación. El autor propone el con-cepto de ‘integración subordinada’para caracterizar la inserción de lospaíses de América latina en mega-proyectos surgidos en los centros deproducción de conocimientos. Her-nández (1996) estudia la determina-ción de los factores cognitivos (repre-sentación de la naturaleza) que hacenposible las relaciones de colaboraciónentre polos asimétricos. Otros traba-jos dan cuenta de la tensión entre uti-lidad social y visibilidad internacionalque atraviesa la producción de cono-cimientos científicos en el contextolocal, a partir de la participación decientíficos locales en redes internacio-nales de cooperación científica(Kreimer y Zabala; 2006; Kreimer yMeyer, 2008)

Alhim Adonai Vera Silva (2003),analiza las redes de cooperación ycompetencia que se generan en lacomunidad científica. Velho (2001);Sebastián (2000; 2004; 2007);Albornoz; (2001); Manuel Marí, MaríaElina Estébanez, Daniel Suárez;(2001), Lemarchand; (2005); Taglia-fferro (2007) analizan las políticaspúblicas de cooperación en ciencia ytecnología, Archibugui y Iannmarino(2002) trabajan sobre redes de coo-peración en ciencia y tecnología.

Un segundo enfoque, denominado‘político’, analiza las políticas públicasde cooperación en ciencia y tecnolo-gía. Albornoz (2001) sostiene que elmodelo lineal de producción de cono-cimiento, basado sobre la investiga-ción básica, va dando lugar a un

nuevo modelo, basado sobre la inno-vación. Este último modelo se distin-gue por el apoyo a la innovación y aldesarrollo tecnológico, la modalidadasociativa, la nueva multilateralidad yel énfasis en la bilateralidad, la reva-lorización de la cooperación Sur-Sur,el apoyo a iniciativas privadas, el estí-mulo a la vinculación entre actoresdiversos. En el marco del nuevomodelo, la cooperación asociativaremplazaría a la asistencial, bajo lalógica de explicitar los intereses de laspartes y postulando que todos debenganar en el proceso de cooperación(Albornoz, 2001) Tagliaferro (2008) secentra sobre la política argentina decooperación en ciencia y tecnología.La autora menciona distintas etapas,conceptualizando la última etapa quese inicia en la década de los ochenta,como competitiva. Finalmente, Le-marchand (2005) realiza una revisiónde los instrumentos de cooperaciónen ciencia, tecnología e innovaciónque se han aplicado en los últimoscuarenta años en América latina. Estole permite observar que en las dife-rentes declaraciones de los gobiernosestán definidas áreas problema de laregión a los cuales la ciencia, tecnolo-gía e innovación puede aportar solu-ciones. Sin embargo, cuando cruzalos objetivos de estas declaracionescon los contenidos y objetivos de lamayoría de los proyectos de coopera-ción en ciencia, tecnología e innova-ción no suelen coincidir. Además,sostiene que la relación entre los cien-tíficos y los tecnólogos más prestigio-sos de la región, y de éstos con laclase política y con otros tomadoresde decisiones, favorecen la elabora-ción de proyectos bottom-up, mien-tras que las decisiones de políticaspúblicas no suelen tener entrena-miento técnico adecuado para formu-lar políticas top-down, en las cuales

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se propongan resolver problemasconcretos de las sociedades (Lemar-chand, 2005).

Por último, el tercer enfoque deno-minado ‘de redes’, analiza la coopera-ción científica y tecnológica comoredes de cooperación. Archibugui eIannmarino (2002) trabajan sobreredes de cooperación en ciencia ytecnología. Por su parte, Sebastián(2000), diferencia las redes de coope-ración de otras organizaciones a par-tir de la existencia de objetivos comu-nes, bien definidos y la existencia deun plan de acción que comprometa alos actores. Estos actores se vinculana partir de relaciones horizontales decolaboración y corresponsabilidad enrelación con un plan de acción.Además, sostiene que en los últimosaños la cooperación internacional seha convertido en un componenteintrínseco de la producción de conoci-miento (Sebastián, 2004)

En el estudio de la RECYT se hanidentificado los trabajos de Piñero(1999); Araya (2000); Botto (2006)Marí y Thomas (2000); Velho (1998;2001). También se ha identificado eltrabajo de Dos Santos, quien analizalos orígenes de la RECYT, este autorsostiene que la creación de la RECYTrepresenta la adopción de un nuevomarco conceptual e institucional parael tratamiento de cuestiones relacio-nadas con la ciencia y la tecnologíaen la región (Dos Santos: 1998).Estos trabajos si bien brindan impor-

tantes aportes, no se detienen a ana-lizar las redes de cooperación entorno de la Sociedad de laInformación. Por lo tanto, a partir delcaso de estudio de la CTSI, se acce-de a describir y analizar las redes decooperación que se crean entre lospaises que integran el Mercosur.

En el presente trabajo se aborda elanálisis de las redes de cooperacióninternacional en ciencia y tecnología apartir del concepto red político-institu-cional, que surge de la derivación delconcepto red tecno-político-económi-ca2 (Kern; 2009) al adaptarlo a la rea-lidad de la RECYT, donde las redesde cooperación están formadas porelementos políticos e institucionales,pero es limitada la participación desectores de investigación y de agen-tes económicos. La red político-insti-tucional evoluciona en el marco deuna trayectoria político-institucional.

De acuerdo con Kern (2009) es posi-ble observar el grado de convergenciade una red a partir del alineamiento desus elementos, cuando las traduccio-nes son exitosas y se crea un espaciocomún. En este sentido el éxito de latraducción guarda relación con deter-minadas ideas que son aceptadas yhaciendo posible la configuración dela Red. Por lo tanto, en el análisis deredes tecno-político-económicas,hace referencia a grupos socialesrelevantes (GSR)3 y flexibilidad inter-pretativa.

2 Este concepto amplía el de red tecno-económica propuesto por Callon (1992), destacando en elanálisis la especificidad de la dimensión política. Esto resulta central para el análisis de las redesde cooperación internacional, ya que se considera al Estado como el actor fundamental de laarena internacional. La red tecno-política-económica aparece como una derivación directa delconcepto de “actor red”, su dinámica solo puede ser entendida bajo la forma de operaciones detraducción que inscriben las mutuas determinaciones de los actores en los intermediarios queponen en circulación. Por lo tanto, el conocimiento de la red implica las lecturas de estas inter-mediaciones.

3 Los integrantes de un GSR comparten significados sobre un mismo artefacto que pueden serradicalmente diferentes para otros GSR. En este sentido, existe una variedad de significaciones

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Observatorio Sociedad de laInformación

El observatorio Sociedad de laInformación, es un proyecto propues-to por la delegación argentina ante laCTSI de la RECYT. Si bien se trabajódurante varios años en este proyecto,no logró implementarse. La Argentina,mediante un documento presentadoante la RECYT XXIX/2003 que actuócomo intermediario, logró traducir elinterés de los distintos participantesde la RECYT en construir un observa-torio, sobre la base de criterios pro-pios de los países del Mercosur.

La delegación argentina fue el actorque coordinó el proyecto “Observato-rio de la Sociedad de la Información”en el ámbito de la RECYT (RECYT01/2001). En su propuesta de trabajohace referencia a la importancia dearticular diferentes redes de actores(gobierno, academia, ONCYTs, INEs,etc), que se reunirían anualmente ytendrían coordinaciones rotativascada uno o dos años. Asimismo, des-tacó la necesidad de profundizar lasdiscusiones metodológicas, funda-mentalmente en lo que se refiere aindicadores (ver anexo N° 5 ActaXXIX/2003).

En los orígenes del observatorio sebuscó generar un espacio que contu-viera información referente a indica-dores de Sociedad de la Información,Repositorio de Documentación deTemas del Área, y Actividades quepermitan identificar experiencias exi-tosas y buenas prácticas. Sin embar-

go, los resultados no siempre fueronpositivos.

En el documento emitido por la dele-gación argentina se sostiene que latarea de medir la Sociedad de laInformación es un tanto complejadado que:

“(…) se trata de un proceso global pero,a su vez, fuertemente heterogéneo. Estohace poco recomendable la adopcióninmediata de metodologías formuladasen contextos con realidades sociales,políticas y económicas muy alejadas alas de los países del Mercosur. Los indi-cadores que se adopten tienen que tenerla cualidad de poder ser comparadosinternacionalmente pero, al mismo tiem-po, deben ser capaces de captar ade-cuadamente la diversidad de situacioneslocales” (Anexo Nº 5, Acta RECYTXXIX/2003).

La propuesta de la delegaciónargentina también tradujo la importan-cia del conocimiento técnico, señalan-do que:

“La creciente demanda por estadísticasreferidas al proceso de transición hacia laSI ha devenido en nuevas exigenciaspara los sistemas estadísticos naciona-les, agudizando las restricciones tantopresupuestarias como técnicas que exis-ten en los países de la región para la pro-ducción de información confiable, espe-cialmente, en temas novedosos y suma-mente dinámicos.”

Una vez que la delegación argentinalogró traducir la propuesta de trabajoa la Comisión Temática, y por mediode esta comisión a los demás partici-pantes de la RECYT, la red político-institucional que se construyó entorno del Observatorio Regional pasó

atribuidas por distintos GSR que se denomina flexibilidad interpretativa. Los significados radical-mente diferentes del artefacto pueden ser identificados por los distintos grupos sociales involu-crados. Demostrar la flexibilidad interpretativa de un artefacto permite mostrar que una “cosa”aparentemente no-ambigua (un proceso técnico, una condición material del metal, etc.) es mejorcomprendida al ser considerada como diferentes artefactos. Cada uno de estos artefactos “ocul-tos” dentro de la misma “cosa” puede ser rastreado a fin de identificar los sentidos atribuidos porlos diferentes grupos sociales relevantes (Bijker, 1993).

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123Sociedad de la información

a ser coordinada por el conocimientotécnico.

En este periodo, se trabajo funda-mentalmente en la elaboración deindicadores y metodologías de traba-jo, donde el conocimiento técnico tra-dujo los intereses de la CTSI en rela-ción con el observatorio. Por ejemplo,en la CTSI 01/02 se proyectó una reu-nión de carácter técnico que definiríael perfil del Observatorio y su plan detrabajo (gráfico Nº 1). En el marco deesta reunión se acordó que los partici-pantes (técnicos) sean designadospor los organismos nacionales corres-pondientes. Se proyectó también, quelos distintos centros de investigaciónse vinculen por medio de una red vir-tual.

En la Declaración de la PrimeraReunión de Ministros y Altas Auto-ridades de Ciencia y Tecnología delMercosur y Estados Asociados, reali-

zada en Buenos Aires el 30 de mayode 2006, el proyecto del ObservatorioRegional se volvió más ambicioso.Asimismo, la delegación argentina sedeclaró competente para seguir ejer-ciendo su coordinación.

Luego de dedicar las dos reunionesdel año 2005 a armonizar indicadores,en el año 2006 se acordó, a partir dela propuesta de la delegación argenti-na, que los representantes de las dis-tintas delegaciones que integran lacomisión CTSI evalúen indicadoresinternacionales en materia deSociedad de la Información, con elobjeto de validar tales indicadores ypermitir la elaboración del documentoregional pendiente. Esto cambiaríacompletamente el sentido que tenía elobservatorio en sus inicios.

En el seno de estas reuniones, fun-damentalmente en la RECYT 02/06,se observó la colaboración por parte

Gráfico Nº 1. Red político-institucional en torno al Observatorio para laSociedad de la Información.

Fuente: elaboración propia sobre datos disponibles en actas de la RECYT.

ACTORES INTERMEDIARIOS.

Observatorio SI.

Reunión de técnicos.

Argentina

Paraguay

Uruguay

Brasil

INDICADORES

METODOLOGÍA DE TRABAJO.

Proyecto Regional

Red Virtual

CONOCIMIENTO TÉCNICO

CTSI

Delegación Argentina.

Centros de Investigación

GRUPO REDES

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124 realidad económica 261 1º de julio/15 de agosto de 2011

del Instituto Brasileiro de Informaçãoem Ciência e Tecnologia (IBICT) en laconstrucción del observatorio Socie-dad de la Información. Consecuente-mente la delegación del Brasil presen-tó distintos proyectos de indicadorespara medir la Sociedad de laInformación en la región.

Esta incidencia de la delegación delBrasil en un área temática que veníatrabajando la Argentina, no fue bienrecibida por la delegación argentinaante la CTSI. En una primera instan-cia, de acuerdo con el testimonio depersonas que han participado de laRECYT, y han trabajado en este pro-yecto en particular, se destaca que:

“El observatorio fue la típica iniciativaargentina que Brasil no acepta, perocomo no puede no aceptarla… la acepta,pero después la desvirtúa y la paraliza.”(Entrevista a un ex coordinador de lacomisión realizada en junio de 2009)

Si bien el discurso de los represen-tantes argentinos ante esta Comisiónresultaba convincente, no coincidecon otros testimonios brindados porlos demás representantes de laArgentina ante la RECYT (entrevistasrealizadas a actuales funcionariosargentinos y coordinadores de lascomisiones temáticas de la RECYT:2009). Si bien generalmente se reco-noce el liderazgo del Brasil en laregión, la mayoría de los entrevista-dos pertenecientes a la delegaciónargentina afirmaron que en el ámbitode la RECYT se puede trabajar armo-niosamente y que muchos de los pro-yectos que se desarrollan en laRECYT fueron llevados por la delega-ción argentina. Entonces ¿por qué ladelegación del Brasil no iba a apoyarel proyecto del observatorio?

En la representación argentina antela RECYT, se percibe la falta deapoyo del Brasil ante los proyectos

que presenta la delegación argentinaa la CTSI. En este punto considera-mos oportuno detenernos, sobre todoteniendo en cuenta la estrecha rela-ción existente entre los representan-tes gubernamentales ante la CTSI ylos grupos de investigación que tienenincorporado un gran caudal de cono-cimiento en torno de los temas que setraban en esta área temática en parti-cular. Por ejemplo, el delegado de laArgentina ante la CTSI, es el repre-sentante de uno de los principalesgrupos de asesores en la generaciónde indicadores para el desarrollo de laSociedad de la Información del país.Y si observamos las distintas actas dela RECYT del año 2006, el Brasil pre-sentó varios proyectos para medir eldesarrollo de la Sociedad de laInformación en la región.

Lo anteriormente señalado, da lapauta de que en torno del proyecto delObservatorio para la Sociedad de laInformación en la RECYT, se produjouna disputa entre estos dos grupos deasesores externos, que se encuen-tran directamente vinculados con lospolicy makers que participan de laRECYT. Las pujas por el observatoriose generaron en el contexto de la cre-ación del Programa Marco de Cienciay Tecnología del Mercosur, que pro-metía crear nuevas líneas de financia-miento y, por lo tanto, consistía enuna oportunidad para la canalizaciónde recursos financieros.

Más aun, en el año 2006, el coordi-nador de la CTSI y representante dela delegación argentina ante dichaComisión, manifestó la necesidad deelaborar un proyecto para pedir finan-ciamiento contemplando el desarrollode metodologías y actividades en eleje Sociedad de la Información delPrograma Marco en Ciencia y Tec-nología del Mercosur. Es decir que los

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125Sociedad de la información

recursos materiales (como oportuni-dad de financiamiento) coordinaríanla red político-institucional que sostie-ne al proyecto del observatorioRegional para la Sociedad de laInformación. La delegación argentinasería uno de los intermediarios, pro-poniendo distintos proyectos dondeestuvieran contemplados el desarrollode metodología y actividades relacio-nadas con SI (gráfico Nº 2).

A raíz del fracaso del ProgramaMarco en Ciencia y Tecnología delMercosur en generar líneas de finan-ciamiento endógenas al Mercosur, laCTSI consideró urgente obtener fon-dos financieros para implementar elproyecto del Observatorio. Esto setornó un tema recurrente en las actasde las reuniones de la CTSI. Porejemplo, en la RECYT 01/07 se mani-festó como oportunidad de financia-miento la Organización de EstadosAmericanos (OEA) en el marco delproyecto “Fortalecimiento de las

capacidades en Ciencia, Tecnología eInnovación del Mercosur y PaísesAsociados”. También se ha trabajadorespecto del “Memorando de Enten-dimiento entre el Mercosur y la UniónEuropea (2007-2013)” como otraoportunidad para el financiamiento deactividades de la RECYT. Entre ellasel proyecto del Observatorio Sociedadde la Información.

En ese caso, como en los distintosproyectos que presentó la RECYTante Organismos Internacionales, setrabajó para adecuar los proyectos alos programas de financiamientointernacionales, con el fin de conse-guir el dinero para implementar el pro-yecto.

En la primera reunión del año 2008,el representante de la Argentina pre-sentó los resultados de los avancesrelacionados con los proyectos encurso. Respecto del Proyecto deFortalecimiento presentado ante la

Gráfico Nº 2. Segunda fase de la red político-institucional en torno delObservatorio para la Sociedad de la Información.

Fuente: elaboración propia sobre datos de actas de la RECYT

ACTORES. INTERMEDIARIOS

RecursosDELEGACIÓN ARGENTINA

INDICADORES INTERNACIONALES.

DOCUMENTO REGIONAL SI.

CTSI

URUGUAYPARAGUAY

OBSERVATORIO

PROGRAMA

D. BRASILGRUPO REDES.

CONOCIMIENTO TÉCNICO

IBCY

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126 realidad económica 261 1º de julio/15 de agosto de 2011

OEA, se propuso realizar una revisióndel mismo y buscar nuevas fuentes definanciamiento (se recomendó acudira los Fondos de Convergencia Estruc-tural del Mercosur).

Con respecto a la creación deCentros de Estudios Mercosur pre-sentados ante la Unión Europea, elrepresentante argentino considerócambiar el enfoque del proyecto, debi-do a la necesidad de ajustarlo a losrequerimientos específicos del“Documento Estrategia Regional2007-2013”. El objetivo es llegar a lapróxima RECYT con una propuestaconsolidada y en condiciones de serpresentada ante el Grupo de MercadoComún (GMC).

Esto permitió observar que la nece-sidad de adaptar el proyecto deacuerdo con los programas de losorganismos internacionales llevó amodificar el proyecto original delObservatorio para la Sociedad de laInformación. A pesar de los esfuer-zos, no se logró traducir la propuestaante los organismos internacionales alos cuales se presentó.

Finalmente, los actores que elabora-ron el proyecto del observatorio,manifestaron que habían depositadoesperanzas en el Programa Marco deCiencia y Tecnología, sin embargo,ésta se convirtió en una instancia másdonde la retórica superó a los hechos,ya que no se lograron generar meca-nismos propios de financiamiento,generando una parálisis en la RECYTy tornándola vulnerable a interesesexternos.

Escuela virtual de lasociedad de la información (EVSI)

El proyecto de EVSI comenzó a tra-bajarse en el año 2004 pero recién fueaprobado en el año 2008, en el marcodel Proyecto Mercosur Digital. A con-tinuación se describe la evolución dela red político-institucional que llevó ala construcción de la Escuela VirtualSociedad de la Información.

En distintas oportunidades, losmiembros de la CTSI trataron de tra-ducir el proyecto EVSI a diferentesorganismos internacionales que serí-an potenciales fuentes de financia-miento para llevar adelante su imple-mentación. En la RECYT 02/03 elBrasil informó que el proyecto “Clara”(de redes de alta velocidad) que seríafinanciado en el marco del proyecto@lis se implementaría en marzo de2004. Se destaca esto como un avan-ce para la concreción del proyecto deEVSI debido a que garantiza la conec-tividad de los cuatro países delMercosur en esta velocidad.

En la Reunión 01/04 la Comisiónpropuso presentar dicho proyecto a laconvocatoria de proyectos especialesdel Fondo Multilateral del Consejo In-teramericano para el Desarrollo Inte-gral (FEMCIDI) de la Organización deEstados Americanos (OEA). Y se pro-puso que la RECYT consulte a losOrganismos Nacionales en Ciencia yTecnología (ONCYT) sobre su interésen priorizar un proyecto para construiruna Escuela Virtual sobre Sociedadde la Información en el Mercosur,dicho proyecto sería presentado antela OEA. Además la ComisiónTemática Sociedad de la Informaciónse comprometió a buscar otras fuen-tes alternativas/complementarias definanciamiento como podrían ser

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127Sociedad de la información

UNESCO, ICA, entre otras. Finalmente, el perfil de la propuesta

fue presentado ante la Unión Europeamediante un documento oficial eleva-do por el GMC/Mercosur a laDelegación de la Comisión Europea el30.12.2004. (Ver acta reunión SI02/05).

En un primer momento los proyectos“EVSI” y “Comercio Electrónico” fue-ron presentados por separado ante laDelegación de la Comisión Europea,con el objetivo de obtener apoyo fi-nanciero.

Como se puede observar en el grá-fico Nº 3, la red político-institucionalse construyó a partir de un actor encomún: el dinero, que traducía losintereses de los proyectos “EVSI” y“Comercio Electrónico” ante el Grupodel Mercado Común y por su interme-dio a la Delegación de la ComunidadEuropea. Sin embargo, esta red fue“corta”, y se re-significó en el año2006, cuando se presentó la necesi-

dad de unir los proyectos ante la soli-citud de la Unión Europea que reque-ría fusionar los proyectos para dar suaprobación. Esto implicaba coordinarlos intereses de la RECYT, con losintereses del Grupo de trabajo Nº 13“Comercio Electrónico”.

En la primera reunión del año 2006,la delegación del Brasil presentó lasituación del proyecto de EVSI, endicha oportunidad informó que en elmes de junio se iniciaría la misión deidentificación del proyecto por partede los consultores de la UniónEuropea. Además, la representantedel Brasil indicó que el proyecto deEVSI debería incluirse en unPrograma que también integrase unproyecto del Grupo de Trabajo XIII“Comercio Electrónico”.

Por otra parte, el representante de ladelegación argentina observó queprevio a las reuniones con los consul-tores designados por la Unión Eu-ropea debía hacerse un trabajo de

Gráfico Nº 3. Primera Fase de la red político-institucional de la EscuelaVirtual Sociedad de la Información (EVSI).

Fuente: elaboración propia sobre datos de Actas de la RECYT.

ACTORES INTERMEDIARIOS.

$$$$$

CTSI

UNIÓN EUROPE A

SGT Nº 13

GMC

GMC

ProyectoEVSI

PROYECTO COMERCIO ELECTRÓN ICO

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ajuste del proyecto de EVSI entre losrepresentantes de cada uno de lospaíses que integran la RECYT conparticipación de las potenciales unida-des ejecutoras del Proyecto.

En la trayectoria político-institucionalde este proyecto se destacaron distin-tos elementos que reflejaron el com-portamiento de la RECYT y la distri-bución de poder que se da al interiorde esta Reunión. Por ejemplo, en lasegunda reunión de la CTSI del año2007, las distintas delegaciones sevieron imposibilitadas de realizaravances con respecto al proyecto decooperación con la Unión Europeapor no haber revisado la documenta-ción relacionada con el convenio definanciamiento del proyecto de apoyode la Sociedad de la Información.Esta documentación tampoco ha sidorevisada por el representante del sub-grupo de trabajo Nº 13 “ComercioElectrónico”, que se encontraba pre-sente en la reunión. Asimismo, laausencia del Brasil permitió observarel rol de dicho país como coordinadordel proyecto.

Por parte de la Unión Europea serecibieron documentos relativos alconvenio de financiamiento, que mar-can las condiciones generales delproyecto y las disposiciones técnicasadministrativas. Además en esta reu-nión participó el representante delsubgrupo de trabajo N° 13 “Comercioelectrónico”, informando que dichosubgrupo no ha realizado la revisiónde la documentación relacionada conel convenio de financiamiento. Al res-pecto existía preocupación, por partede los representantes de las delega-ciones presentes, ya que el conveniode financiamiento del proyecto deapoyo a la Sociedad de la Informaciónno había sido revisado por ninguno delos involucrados. Luego de debatir

cuál era la mejor forma de definir elproyecto, en la CTSI 02/07, se acordóestablecer un cronograma de trabajoen concordancia con los plazos queinformó el representante de la UniónEuropea.

En la siguiente reunión (RECYT01/08), el coordinador de la CTSI delBrasil informó que si bien este pro-yecto es la unión de dos componen-tes, EVSI y Comercio Electrónico,existía una gran sinergia entre ambostemas. Asimismo, fue mencionadoque habían sido definidas como enti-dades gestoras las personas queadministran el proyecto y al coordina-dor del Brasil, haciendo referencia aque la dirección del proyecto es unaactividad técnica y por lo tanto necesi-ta un técnico como coordinador “queconozca sobre temas del proyecto ycon conocimientos sobre la gestión delos mismos” (Mercosur/RECYT/ ActaNº 1/08).

De acuerdo con los participantesentrevistados, se han tornado difícileslas tareas de coordinación de ambosgrupos (SGT N° 13 y la CTSI de laRECYT), debido a dificultades buro-cráticas, organizacionales, y principal-mente en relación con disputa de inte-reses. Esto se reflejó en el relato deuna funcionaria que participó de la for-mulación del proyecto MercosurDigital:

“Y…no es fácil coordinar las agendas,coordinar los intereses, no es fácil coor-dinar un proyecto. Con todo lo que impli-ca un proyecto de la Unión Europea,cuando se ven afectados dos órganos degobierno de cada país […] cada paístiene dos representantes dentro del pro-yecto, y si bien se trata de llevar unavisión coordinada de cada uno, muchasveces no se logra.” (Funcionaria desegundo rango del Ministerio de Cienciay Tecnología argentino; abril de 2009)

128 realidad económica 261 1º de julio/15 de agosto de 2011

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La falta de coordinación entre lossubgrupos de trabajo (SGT) delMercosur, y las pujas de poder inter-nas, se identificaron como los factoresmás importantes del retraso en laimplementación del proyecto. Enestas pujas de poder no se definíandiferentes significados del proyecto,sino distintas redes de influencia parasu implementación.

Finalmente, en junio de 2008, la U-nión Europea aprobó el Proyecto Mer-cosur Digital4, que reunía las propues-tas de EVSI y Comercio Electrónico.Para implementar este proyecto laUnión Europea aporta 9.623.600euros. El objetivo explícito del proyec-to es promover políticas y estrategiascomunes referentes a la sociedad dela información; reducir el desnivel digi-tal y las asimetrías en materia de tec-

nologías de la información y de lacomunicación (TIC) en la región.

El proyecto tuvo una duración de 45meses, y preveía la contratación deespecialistas para la definición de unmodelo de gestión, pedagógico,estructura curricular, plan de susten-tabilidad e infraestructura. La capaci-tación de por lo menos 960 partici-pantes (240/país) en los temas a serdefinidos por los países. Además seproyectaba ampliar el diálogo políticoregulatorio a partir de implementar: e-comercio, firma digital, identidad digi-tal, sello de tiempo, protección dedatos personales, responsabilidadcivil de proveedores, crímenes elec-trónicos, anti-spam, Documentación:documentos y factura electrónica. Lacontratación de especialistas por paíspara generar documentos de diagnós-

129Sociedad de la información

Gráfico Nº 4. Segunda Fase de la red tecno-político-económica de laEscuela Virtual para la Sociedad de la Información (EVSI).

Fuente: elaboración propia sobre datos de actas de la RECYT.

ACTORES INTERMEDIARIOS

Delegación Comun idad Europea

D. BRASIL

PROYECTO COMERCIO E LE CTRONICO

EVSI

PROYE CTO COMÚN.

$$$$

D. ARGENTINA

CTSI D. URUGUAY

SGT N°13 D. PARAGUAY

CONOCIMIE NTOTÉ CNICO

Coord. d elBrasil

4 Ver Anexo III de la RECYT XL.

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tico y recomendaciones para buenasprácticas, marco jurídico, estándares,resoluciones Mercosur, la realizaciónde seminarios regionales, y la difusiónde resultados.

Funcionamiento internacionalista

Como se puedo observar a partir delos distintos proyectos que se trabaja-ron en la promoción de la Sociedad dela Información en el ámbito de laRECYT, las dificultades financierasincidieron directamente sobre la tra-yectoria político-institucional de laReunión.

Si bien desde la primera RECYT seplanteó la posibilidad de generar unsoporte financiero adecuado para lasactividades conjuntas, se recomendóa los organismos oficiales de ciencia ytecnología, la adopción de mecanis-mos que permitieran financiar activi-dades (RECYT I/ 1993). Incluso secreó una Comisión Temática para talfin5. No se logró destinar fondos parafinanciar la cooperación en ciencia ytecnología en la subregión. Por lotanto, la implementación de las activi-dades que se proyectaron en laRECYT, muchas veces se han vistointerrumpidas por falta de financia-miento. (Oregioni, 2009)

De acuerdo con estudios preceden-tes (Oregioni y Guglielminotti, 2009),se puede observar que en el ámbitode la RECYT recurrentemente se tra-bajó a partir de programas de finan-ciamiento externos al Mercosur. Estees un factor de funcionamiento que se

reproduce al interior de los distintosgrupos de trabajo. En el caso de laCTSI, desde sus inicios se puedeidentificar el ideal de funcionamientointernacionalista6.

De acuerdo con el testimonio de losparticipantes de la CTSI entrevista-dos, los proyectos en torno de laSociedad de la Información surgieroncomo una forma de adaptarse a losprogramas de financiamiento interna-cionales. La mayoría de los partici-pantes pensaron la CTSI de laRECYT como un medio para accedera los distintos programas internacio-nales de cooperación, a los cuales nopueden acceder en forma individual.Por ejemplo, esto se puede observaral analizar la red político-institucionalque se construye en torno del Pro-yecto Mercosur Digital, en el marco dedicha Comisión Temática.

El hecho de funcionar a partir deprogramas externos de cooperacióngeneró cierta dependencia (Velho,2001). En este sentido, es importanteno perder de vista las problemáticaspropias de la cooperación norte-sur,que caracterizan y condicionan engran medida a las políticas públicasde los países latinoamericanos(Kreimer, 2001; Oregioni y Piñero,2008; Tagliaferro, 2008). De acuerdocon lo observado, las políticas de coo-peración de la RECYT con tercerospaíses responden a las políticas “ofer-tistas” del norte y a las demandas delas elites científicas locales. Estosintereses no son necesariamente con-tradictorios, ya que algunos científicoslocales buscan posicionarse en elcampo internacional, amoldando sus

130 realidad económica 261 1º de julio/15 de agosto de 2011

5 Comisión Temática Líneas de Financiamiento.6 La idea de funcionamiento internacionalista está relacionada con la necesidad de adaptar los pro-

gramas de trabajo a las oportunidades de financiamiento externo al MERCOSUR, sin cuestionarla subordinación de las agendas regionales a los mandatos de los organismos internacionalespropios de las modalidades asistencialistas de la cooperación norte-sur (Oregioni, 2009).

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temas de investigación a aquellos queestán en boga en el resto del mundo.

De acuerdo con las entrevistas reali-zadas a miembros de la RECYT elentrevistado sostiene que se creóesta Comisión, porque en esemomento los organismos internacio-nales financiaban investigaciones endicha temática, y por lo tanto seríaviable conseguir financiamiento paralograr implementar los programas decooperación en la región. (Entrevistarealizada a un ex coordinador argenti-no ante la CTSI; junio de 2009).

Esta visión exógenerada de las polí-ticas de cooperación, se agudiza apartir de testimonios de funcionariosde segundo rango del área de Rela-ciones Internacionales del Ministeriode Ciencia y Tecnología argentino,cuando señalan que “Toda Coo-pera-ción es bienvenida” (Tagliaferro,2006).

Los diferentes testimonios de lospolicy makers entrevistados hacenreferencia a que para dinamizar lasactividades de cooperación al interiordel Mercosur, los países que lo com-ponen deben “convertirse en polos deatracción de proyectos de innovacióncon terceros países o bloques comoes el caso de la Unión Europea”(Agueda Menville; 2004).

En la primera Reunión de la CTSI, elrepresentante brasileño, luego de co-mentar la experiencia de su país en elfomento de la sociedad de la informa-ción, hizo referencia al Mercosurcomo un medio para articular otras ini-ciativas, como DOT FORCE, comuni-dad Europea, CER, OPAS entreotros. Asimismo a propuesta de Chile,se proyectó la creación de un grupoMercosur que participe internacional-mente en materia de sociedad de lainformación, con el objetivo de conso-lidar una posición Mercosur en los

diferentes ámbitos e instituciones delsistema internacional, vinculados conesta área en particular.

Según el representante chileno antela CTSI:

“Estas actividades de cooperación inter-nacional serían una fuente de ingreso dedinero para financiar las actividades de laRECYT en la construcción de la sociedadde la información.”

También la representación argentinamanifestó expectativas en generaracciones conjuntas en búsqueda definanciamiento de proyectos comu-nes, organización de actividades deintercambio de experiencias, ponién-dose a disposición para recibir equi-pos de otros países que quieran cono-cer las actividades que la Argentinaestá implementando para el fomentode la Sociedad de la Información.

Un entrevistado de la delegaciónargentina, que formó parte de laRECYT en el marco de la CTSI, antela aprobación del proyecto Mercosurdigital sostiene:

“La verdad que en lo que la RECYT síacertó […] es en funcionar como interlo-cutora de la UE para encabezar financia-mientos europeos”. (Junio de 2009)

Esto marca la idea de éxito de laRECYT para determinados GSR, queven en este foro de cooperación mul-tilateral un medio para financiar susprogramas de investigación.

Consideraciones finales

Como se puede observar a lo largodel trabajo, la red político-institucionalque sostiene a la CTSI, está formadapor subredes. Algunas de las cualesse consideran exitosas y otras no. Enel caso de la EVSI, el éxito consisteen que logra obtener financiamientointernacional para la implementación

131Sociedad de la información

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del proyecto y, en este sentido, articu-lar elementos políticos institucionales,sin embargo la red es corta, porqueno se observan aplicaciones concre-tas de este instrumento. En el casodel Observatorio Sociedad de laInformación no se logra articular nin-guna red. Esto se encuentra directa-mente relacionado con que no se halogrado traducir los intereses de la UEen financiar el proyecto.

En este sentido, en el marco de laCTSI se destaca un claro liderazgodel Brasil, fundamentalmente en losproyecto EVSI, ya que ese país inten-ta alinear elementos político-institu-cionales a la red.

Por último se sostiene que la CTSI,logra construir una red político-institu-cional poco convergente, por lo tanto,se ve dificultada la implementación delos instrumentos proyectados en elplazo de tiempo previsto. A nuestroentender, las debilidades de la coope-ración en la construcción de laSociedad de la Información a partir dela RECYT, se encuentra vinculadafundamentalmente en torno de doselementos directamente relacionados:

- El ideal de funcionamiento interna-cionalista que prevalece en los gru-pos sociales relevantes locales a lahora de construir un espacio decooperación.

- Las pujas de poder que se dan alinterior del Mercosur, por liderar losproyectos.

Estos elementos se encuentran rela-cionados en la medida enque los gru-pos sociales relevantes que participanen el ámbito de la RECYT, ven en lacooperación una forma de obtenerrecursos externos para implementarproyectos propios. A su vez, estefinanciamiento proviene de organis-mos internacionales que se encargande financiar la ciencia y la tecnologíaen la región. Por lo tanto, podemosconcluir que la construcción de lasociedad de la información en laRegión, parte de una concepcióninternacionalista de su funcionamien-to. Esto generalmente redunda en lainadecuación de las políticas al entor-no y por lo tanto no se logran generarredes de cooperación que logren arri-bar a los objetivos propuestos en losproyectos.

132 realidad económica 261 1º de julio/15 de agosto de 2011

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Glosario de siglas

CTSI - Comisión Temática Sociedad de la Información

ESCYT - Estudios Sociales de Ciencia y Tecnología

EVSI - Escuela Virtual para la Sociedad de la Información

FEMCIDI - Fondo Multilateral del Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral

GMC - Grupo de Mercado Común del Mercosur

GSR - Grupos sociales relevantes

IBICT - Instituto Brasileiro em Ciência e Tecnologia

ONCYT - Organismo Nacional en Ciencia y Tecnología

RECYT- Reunión Especializada en Ciencia y Tecnología del Mercosur

SI - Sociedad de la Información

135Sociedad de la información

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De asambleas, cooperativas yDe asambleas, cooperativas yONGs:ONGs: encuentros y desencuentros de laencuentros y desencuentros de laeconomía social en el Mercado de Bonplandeconomía social en el Mercado de Bonpland(barrio de Palermo, Buenos Aires) (barrio de Palermo, Buenos Aires) 22aa

Experiencias

aLa primera parte de este artículo se publicó en el Nº260 de Realidad Económica. Lasecuencia de citas a pie de página continúa la de la primera parte.

* Doctor en Sociología. Investigador adjunto CONICET. Profesor Universidad delSalvador

** Licenciada en Sociología. Docente auxiliar Universidad del Salvador

El Mercado de Bonpland reconoce como idea de origen el ciclo de moviliza-ciones y organización popular con epicentro en la crisis de 2001. Herederodirecto de la Asamblea de Palermo Viejo, lo integran mayoritariamente orga-nizaciones surgidas en el mismo período así como algunas más antiguas.Comparten el espacio y el proyecto del mercado asambleas populares, coo-perativas, ONGs, grupos de pequeños productores beneficiarios de progra-mas sociales y fábricas recuperadas. Su trayectoria como conjunto de orga-nizaciones recorre casi una década e incluye conflictos con autoridadesgubernamentales así como a su interior. Tres rasgos salientes de este colec-tivo son: a) que congrega a las múltiples expresiones de la creciente econo-mía social (seguridad alimentaria, producción agroecológica, autogestión,consumo responsable y comercio justo, lucha contra el trabajo esclavo), b) adiferencia de muchas otras experiencias, perdura y prospera a pesar de laindiferencia u hostilidad del gobierno local, y c) se encuentra localizado, para-dójicamente, en una de las zonas de mayor transformación y valorización resi-dencial, comercial y gastronómica de la ciudad de Buenos Aires. Este artícu-lo analiza la trayectoria del mercado desde sus orígenes y, asimismo, descri-be cada una de las organizaciones de la economía social que congrega.

Pablo For n i *Romina Pigh in**

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137Asambleas, cooperativas y ONGs

Las organizaciones de laeconomía social en elMercado de Bonpland

A continuación se presentan bre-vemente aquellas organizacionespresentes en el mercado durantelos últimos meses de 2009. El pro-pósito es caracterizar a cada unade ellas sin ser exhaustivos en loque respecta a sus objetivos yproyectos, sino centrándonossobre sus recorridos y las activi-dades que realizan dentro delmercado.

La AsambleariaSe origina en las actividades e

iniciativas de la Asamblea de losbarrios de Núñez y Saavedra.Cada uno de sus integrantes tienesu “propia historia” de acerca-miento a la economía solidaria y ala conformación de la cooperativa,aunque colectivamente han influi-do de modo decisivo los vínculoscon las empresas quebradas,recuperadas y puestas en marchapor sus trabajadores, así como lasprácticas de “compras comunita-rias” que se han ido realizando.Un antecedente de esta organiza-ción es la articulación de miem-bros de varias asambleas en loque se dio en llamar “la Bolsa y laVida”, una experiencia de com-pras comunitarias que los va

poniendo en contacto directo condistintos productores del campo yla ciudad, cuya característicacomún radica en el intento dedesarrollar una producción auto-gestiva. Posteriormente, un grupode miembros de la asamblea conel apoyo de economistas, elaboraun proyecto de comercializaciónpara fábricas recuperadas ypequeños productores que obtie-ne el apoyo de un grupo dedonantes europeos durante variosaños. Este es el inicio de las acti-vidades de la organización propia-mente dicha. En marzo de 2003,unos treinta miembros de laAsamblea Popular de Núñez-Saavedra y la Asamblea barrial deNúñez constituyen la “Coopera-tiva de Vivienda, Crédito y Con-sumo La Asamblearia Limitada”. Apartir de su conformación, se vanincorporando otros socios de dis-tintos barrios de la ciudad asícomo de diferentes provincias.

Con el fin de comercializar laproducción de la economía socialde distintas regiones del país,establecen vínculos con distintasorganizaciones de productorestales como el MovimientoCampesino de Santiago delEstero (MO.CA.S.E.), la Unión deTrabajadores Rurales sin Tierrade Mendoza y una variedad depequeños productores de nume-rosas provincias7. Entre la varie-

7 Redes de organizaciones con las que mantienen vínculos, entre otras: Marnuvi (VillaMartelli- Pcia. Bs. As.), Mercado Solidario – Cooperativa El trocadero (Rosario), LaRosario (Cañuelas – Pcia. de Bs.As.), Don Agustín (Chivilcoy – Pcia. Bs.As.),Fecotralar - Fed. de Cooperativas de Olivicultores Tradicionales de la Pcia. de LaRioja, Fincas Quillahué del Sur (San Rafael- Mendoza), MoCaSe (Pcia. de Santiago

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dad de productos que comerciali-zan, figuran aceite, azúcar, yerba,salsa de tomate, vino, lácteos yalgunos derivados como dulce deleche, conservas, productos debelleza e higiene personal, entreotros.

En un principio alquilan un localcomercial en el barrio de Saa-vedra hasta que comienzan lasdificultades para cubrir los costos.Adoptan entonces una estrategiade “déficit cero” basada sobre eltrabajo voluntario de unos quincemiembros de la cooperativa y entomar en consignación la merca-dería de productores directos.Participan, durante un tiempo(menos de un año) en el mercadoEl Galpón, situado en el barrio deChacarita8, donde no pagan alqui-ler sino una comisión por las ven-tas realizadas. Se retiran de estepredio por incompatibilidad deintereses y diferencias con quie-nes tienen a su cargo la adminis-tración del espacio.

La Asamblearia es una de lastrece organizaciones que firma elconvenio con el gobierno de laciudad y a partir de 2007 se insta-la en el Mercado de Bonpland.

Desde el inicio, el espacio delmercado les brinda la posibilidadde comercializar productos dediferentes organizaciones y pro-ductores de los distintos puntosdel país, con los que mantienenuna “cercanía en todo sentido”:comparten y transmiten experien-cias similares, participan deencuentros en ferias, difundenproblemáticas particulares (loca-les), organizan y/o participan dela logística para el traslado de pro-ductos, estimulan la creación decooperativas o colectivos organi-zados, promueven “nodos de true-que”, es decir, un sistema de inter-cambio de productos entre organi-zaciones y productores con elobjeto de lograr “compromiso ysolidaridad mutua y nuevas posi-bilidades de comercializaciónpara todos”.

La AlamedaEl origen de la Fundación

Alameda se remonta a la confor-mación de la Cooperativa 20 dediciembre, que surge en el año2002 como una iniciativa de laAsamblea Popular en el barrioParque Avellaneda. Con las pri-

del Estero), UST (Unión Trabajadores Sin Tierra de Mendoza), Nayarak regionales delNOA, Quiquemann (Oberá -Misiones), Petrel Argentino (San Miguel - Pcia. Bs.As.),Productores vitivinícolas de Berisso, UST Productores de los Valles Calchaquíes,MAM Cooperativa Río Paraná (Oberá Misiones), Guidaí (Oberá Misiones)

8 “El Galpón” es un Centro Comunal de Abastecimiento Comunitario administrado porla Mutual Sentimiento. Un servicio de proveeduría, basado sobre la comercializaciónasociativa y en los conceptos de precio justo y consumo responsable de la economíasocial y solidaria. El Galpón que está emplazado a metros de la Estación FedericoLacroze, donde algunos productores venden los productos directamente a los consu-midores y otros representan a productores y organizaciones de todo el país.http://www.mutualsentimiento.org.ar/

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139Asambleas, cooperativas y ONGs

meras acciones se busca dar res-puesta a algunos de los proble-mas más apremiantes de esemomento: el hambre y la desocu-pación. Para cubrir esta urgencia,inicialmente se crean un comedory un merendero comunitarios.Posteriormente, una vez cubiertala necesidad básica del alimento,se promueve la generación defuentes de trabajo con el objetivode “recuperar el trabajo y la digni-dad de las personas”.

Luego de este esfuerzo inicial,en mayo de 2004 logran que elMinisterio de Desarrollo Social dela Nación, a través de la Secre-taria de Políticas Sociales y Desa-rrollo Humano, les apruebe elapoyo financiero para la puesta enmarcha de 5 emprendimientosproductivos en el marco del PlanManos a la Obra: panadería, tallerde confección textil, taller de arte-sanías, parrilla y centro de copia-do.

Particularmente, el taller textil dela cooperativa de trabajo “20 deDiciembre”, surge como unemprendimiento autogestivo, nosólo sustentable sino en constan-te expansión. Comienza con 3miembros, ampliando este núme-ro a 15 costureros/as a finales de2009 y logrando estabilizar unaclientela para quienes confeccio-na distintos tipos de prendaslibres de trabajo esclavo.

Así nace la Fundación La Ala-meda, para “asesorar gremial yjurídicamente a los costureros

tanto de los talleres clandestinos,como de las fábricas registradas;constituirse en querellantes entodas las causas vinculadas conel trabajo esclavo y darle unseguimiento sistemático; capaci-tar a los nuevos cuerpos de dele-gados y a los abogados e intelec-tuales que se suman a la lucha;sistematizar teóricamente las con-clusiones de las luchas en curso,dotando de herramientas a quie-nes quieran sumarse; y alertar a lasociedad sobre lo que se ocultadetrás de la cortina del glamour yel mundo fashion. También seestablecen alianzas con otrosmovimientos que luchan contra eltrabajo esclavo, la trata y el tráficode personas en la Argentina y enotros lugares del planeta, talesson los objetivos por los cualesnace la Fundación Alameda”9.

El motor principal de la fundaciónes la denuncia de talleres textilesclandestinos ante la sociedad, através de los medios de comuni-cación y ante la justicia. Uno delos principales objetivos que persi-gue es el de evitar que los traba-jadores empleados en los talleresqueden en la calle (sin trabajo ysin techo), para lo cual trabajan enforma articulada con distintosorganismos del Estado (OIM,Gobierno Nacional, GCBA).

El trabajo de La Alameda se pro-yecta como una forma de, por unlado, concientizar al consumidordel producto y a los trabajadoresde la explotación, y por otro,

9 http://argentina.indymedia.org/news/2007/12/572897.php

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denunciar a los explotadores. Eltaller de “Mundo Alameda” produ-ce su propia marca y además rea-liza moldería, corte y confección,y estampado de diversas prendaspara terceros, lo cual generarecursos para pagar salarios ygastos de infraestructura.Producen prendas que se vendende manera minorista y mayoristaen distintos puntos de venta. Deforma minorista, en ParqueAvellaneda, a través de “Puentesdel Sur”, un agrupamiento queofrece los productos en distintasferias barriales. También vendenproductos por consignación a tra-vés de la Cooperativa “La Vaca”10,en la zona de Congreso y en elCentro Cultural “La Candona”. Elingreso que obtienen de estospuntos de venta es mínimo. Deforma mayorista en el interior, ypor medio del sitio web de lamarca11, atraen a clientes que a suvez generan trabajo (en lugar decomprar la remera con la estampa“Mundo Alameda”, compranremeras sin estampa a las que lesimprimen sus propios diseños,generando así nuevas fuentes detrabajo)

El Mercado de Bonpland operacomo otro punto de venta, en elque perciben mínimos ingresos.Se incorporan en el mercado a

partir de un encuentro casual conuno de los referentes del merca-do, quien los invita a participar.Actualmente, ocupan un espacioen el sector central y posterior delpredio. Instalados en el mercadodesde el inicio, y por lo tanto, fir-mantes del convenio, lo concibenprincipalmente como una inver-sión en un lugar en el que puedenadquirir visibilidad, y al mismotiempo expandir sus prácticas yconcientizar al público general.

Grupo de productores delParque Pereyra Iraola

En el ala derecha de la nave seencuentran los productos “verdes”(fundamentalmente verduras yhortalizas). Ocupan junto con elgrupo de productores de MalvinasArgentinas descripto a continua-ción el espacio asignado en elmercado a la organizaciónCE.DE.PO. Se los invita a comer-cializar en 2009 por la necesidadde contar con producción hortíco-la dentro del mercado.

Se trata de productores familia-res localizados en el área delParque Pereyra Iraola12. Si bien hahabido productores en el parquedesde mediados del siglo pasado,a fines de los noventa se produ-cen nuevas ocupaciones y duran-te 2001 y 2002 se llevan a cabo

10 http://lavaca.org/11 http://www.mundoalameda.com.ar/12 La zona del Parque Pereyra Iraola se encuentra ubicada entre el conurbano de la ciu-

dad de Buenos Aires y la ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires. Tiene unasuperficie de 10.248 hectáreas y es administrada por el Estado provincial a modo deespacio verde recreativo y productivo. Fue designada Reserva de Biósfera por laUNESCO en el año 2007

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141Asambleas, cooperativas y ONGs

desalojos y conflictos con lasautoridades provinciales. A raízde esta situación, los productorescomienzan a organizarse y recla-mar programas de asesoramientotécnico.

En el año 2004, el programaCambio Rural a cargo del Minis-terio de Asuntos Agrarios provin-cial, conforma grupos de produc-tores en diferentes sectores delparque. El grupo que comercializaen el mercado está integrado porunos 25 productores hortícolas yflorícolas que cuentan con el ase-soramiento de un ingeniero agró-nomo del programa. No solamen-te se dedican a cuestiones estric-tamente productivas sino quetambién se ocupan de distintasproblemáticas propias de los pro-ductores del parque tales como elabastecimiento de energía eléc-trica, el estado de los caminos yfundamentalmente de la situaciónde tenencia de la tierra. Al no exis-tir un convenio firmado (en unmomento existió pero el canon sedisparó, volviéndose inaccesiblepara los productores), los produc-tores experimentan una incerti-dumbre permanente.

La producción agroecológicasurge como una herramienta paraevitar el desalojo de los producto-res, que eran acusados de conta-minar el medio ambiente. Así,desde el gobierno provincial, secomienzan a dictar cursos sobreagroecología y bajo impacto deagroquímicos; los productoresvan incorporando nuevos hábitosde producción.

Cuando en el año 2007 elParque es nombrado “ReservaMundial de Biosfera” por la UNES-CO, la producción agroecológicapasa a ser casi una exigencia, conprotocolos de producción, unareconversión hacia la agroecolo-gía, un proceso gradual que selleva a cabo entre cinco y diezaños.

Los productos que se comerciali-zan en el Mercado de Bonplandson en su totalidad de producciónagroecológica. De todas formas,dentro del grupo y de la zona delParque, existen productores con-vencionales, pero que no tienencomo punto de venta el Mercado,sino que sólo comparten la luchacomún por la tenencia de la tierra,los reclamos por los caminos,entre otros. A finales de 2009 son15 los productores familiares quellevan su producción al Mercadode Bonpland.

Antes del ingreso al mercado,cada productor del grupo comer-cializa individualmente o bien enconjunto con otros productoresdentro de los mercados conven-cionales.

A diferencia de la producciónconvencional, el costo de la pro-ducción agroecológica es mayor,por lo que sin contar con la ventadirecta al consumidor, su comer-cialización se vuelve inviable,salvo en escalas extraordinarias.En un mercado convencional esmuy difícil introducir este tipo deproducciones. “Llegar al consumi-dor directo tiene un valor agrega-

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do para el productor altísimo”. Eneste sentido, la comunicación quese produce entre el productor y elconsumidor es uno de los valoresque más rescata la organización,por la transparencia que se gene-ra. Uno de los principales proble-mas de esta organización, comoel de la mayoría de las organiza-ciones que participan en el Mer-cado, es el transporte de la mer-cadería. No existen vehículosadecuados a las características ynecesidades de la producción, ylos costos suelen ser muy eleva-dos al momento de afrontarlos.

Grupo de productores deMalvinas Argentinas

Su llegada al Mercado deBonpland se produce, al igual queel grupo Pereyra Iraola, a raíz dela necesidad de incorporar pro-ductores de verduras y hortalizasdentro del predio.

Desde el año 2008, ocupan elespacio correspondiente aCE.DE.PO. y la Cooperativa Agro-pecuaria de Productores Familia-res de Florencio Varela (APF). Setrata de un grupo de alrededor detreinta productores que combinanla producción en pequeña escalade hortalizas, verduras y aromáti-cas con la elaboración domésticade dulces, conservas, panes,entre otros productos.

Los miembros de este grupo sonbeneficiarios de programas socia-les que se inician en la producciónpara consumo familiar con elapoyo del programa ProHuerta

del Instituto Nacional deTecnología Agropecuaria (INTA).Residen en distintas localidadesdel partido de MalvinasArgentinas (Los Polvorines, Villade Mayo, Grand Bourg) y cabeseñalar que se trata de producto-res urbanos que trabajan terrenosmuy reducidos en el solar de supropia vivienda o terrenos aleda-ños. Integran hogares en los quecon anterioridad a la crisis de2001, al menos uno de sus miem-bros contaba con algún tipo deinserción laboral. Devienen bene-ficiarios de distintos programassociales durante la crisis, y a raízde la intervención del programaProHuerta, en 2003 comienzan aproducir alimentos para el consu-mo familiar y también a generarhuertas comunitarias.

A partir de 2005, miembros dedistintos grupos barriales deProHuerta, inician actividades decapacitación durante los fines desemana en un predio en el queconstruyen un horno de barro ytrabajan una huerta comunitaria.Se acercan personas que habíanparticipado de huertas comunita-rias y en algunos casos, con mili-tancia política o social previa. Seconforma gradualmente un grupode productores que se interesan einteriorizan crecientemente en lasexperiencias de la agriculturafamiliar. Así, participan de eventosy actividades relacionadas conesta temática y conciben la posibi-lidad de ir más allá del autoconsu-mo y producir para el mercado.Inicialmente, gestionan sin éxito

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143Asambleas, cooperativas y ONGs

un mercado de productores enMalvinas Argentinas y cuando sepresenta la posibilidad de ingresaral mercado de la calle Bonpland,no dudan en hacerlo.

La participación en el mercadose sostiene gracias a que elProHuerta financia el traslado delos productores y de sus produc-tos al mercado y, fundamental-mente, por la misma dinámica delgrupo y el interés de sus miem-bros en mantener la experienciaen el tiempo. Ciertamente, el ca-rácter conflictivo de las relacionesentre las distintas organizacionesy personas del mercado no hafacilitado su participación; sinembargo, estos productores valo-ran la posibilidad y apuestan a sucontinuidad. Si bien hasta fines de2009 la rentabilidad es reducida,sus miembros priorizan los apren-dizajes propios de la experiencia yel fortalecimiento en el nivel gru-pal. Las motivaciones del funcio-nario del programa ProHuerta sondos, por una parte encontrar unasolución a la comercialización delgrupo de productores a su cargo ypor otra, concibe al Mercado deBonpland con el potencial de con-vertirse en un referente altamentevisible de la agricultura familiar yde la economía social en el nivelnacional.

CE.DE.PO.El Centro Ecuménico de Edu-

cación Popular (CE.DE.PO.) esuna ONG con una larga trayecto-ria. Fundada en 1984, estuvodedicada en sus inicios funda-

mentalmente a la educaciónpopular y vinculada con la coope-ración internacional y posterior-mente a programas y agenciasgubernamentales. Es una de lasorganizaciones que firma el con-venio con el Gobierno de laCiudad. Inmediatamente comien-za a formar parte del espacio en elmercado comercializando “ver-des”, pero las diferencias con losotros ocupantes no tardan en apa-recer, tanto en términos ideológi-cos como en lo que hace a lamodalidad de trabajo en asamble-as permanentes donde la partici-pación “sólo parece reservadapara unas pocas organizaciones”.Los choques de intereses cons-tantes, principalmente en torno dela posibilidad de construir un mer-cado u otro tipo de emprendimien-to, polariza a las organizaciones.CE.DE.PO apuesta al mercado, ytras un período de pelea perma-nente deciden abandonar por untiempo el lugar. Una vez realizadala obra de remodelación, vuelvenal predio accediendo a mejorescondiciones para la venta de ali-mentos. Hoy comparten el mismoespacio dentro del mercado conlos Grupos Pereyra Iraola yMalvinas Argentinas.

Se instalan en el mercado en elaño 2008. En ese entonces, seencontraban desarrollando otrasactividades, como reparto a domi-cilio, comercializando sus produc-tos en el Galpón de Chacarita ymanteniendo contacto con organi-zaciones ya instaladas en elMercado. La iniciativa parte de la

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necesidad de incorporar a produc-tores de alimentos “verdes” yorgánicos, “fundamentales almomento de atraer a los clientesdel barrio”. A partir de estemomento, comienzan a participarde las asambleas y de la dinámicadel mercado.

La política de precios no es fija-da según los costos del mercado,sino de acuerdo con los costos deproducción. Dentro del Mercadode Bonpland, intentan equiparar yconsensuar los precios con orga-nizaciones que venden los mis-mos productos, como el GrupoPereyra Iraola. Los productos quevenden en el mercado son de pro-ducción propia y algunos tambiénde otros productores -incluso delinterior-, a los que alientan a mon-tar sus propios puntos de venta.También comercializan productosde otros productores del interior.Son organizaciones con las quemantienen vínculos políticos y almismo tiempo, comparten modosde producción. Entre ellas“Naturaleza Viva”, “Remo Venica”de Santa Fe, yerba mate deMisiones “Titrayju”. Con elMovimiento Agrario Misioneromantienen también relacionespolíticas y participativas, pero lacomercialización de sus produc-tos se dificulta por los costos ydistancia de los traslados.

CE.DE.PO. trabaja principal-mente en la construcción del vín-culo con el consumidor. El centrocuenta con consumidores que lossiguen a los diferentes lugares, y

apuestan a esa relación directacon ellos, informándoles con anti-cipación cuando un producto va aaumentar de precio y haciéndolospartícipes de las problemáticaspropias del modelo de producción.“No se considera al cliente comoél siempre tiene la razón”, se dis-cuten los precios, se escuchan lasquejas pero “no se anda corrien-do por el precio”, menos aún a lasfamilias productoras. Ante todo,se intenta llegar a un acuerdoentre todas las partes.

Antes que contar con un localpropio, prefieren formar parte deespacios de la economía solidariacomo el Mercado de Bonpland,donde pueden generar relacióndirecta con los consumidores,incentivando la concientización enagroecología y saltando interme-diarios en la cadena de comercia-lización. Buscan garantizar la cali-dad de sus productos agroecoló-gicos, siendo ésta “una forma deproducción ideológica que involu-cra no sólo que el producto seasano, sino que las relacioneshumanas con los productores yentre productores y naturalezasean sanas y ecológicas”.

Una de las líneas históricas deCE.DE.PO es impulsar políticaspúblicas. Cuentan con un técnicodel Instituto Nacional de Tecno-logía Agropecuaria (INTA) dentrode la organización. Trabajan enforma articulada con el ProHuertade la zona, con el Instituto deInvestigación y Desarrollo tecno-lógico para la Pequeña Agricultura

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145Asambleas, cooperativas y ONGs

Familiar (IPAF) y con el Ministeriode Desarrollo Social de la Nación.Han trabajado con el proyectoManos a la Obra, en el cual apor-taron su perfil organizativo reali-zando talleres de cooperativismo.

Con preservación de su autono-mía y sin defraudar concepcionesideológicas, han sabido trabajarde forma articulada con el Estado.

CE.DE.PO cuenta con variassedes (Ezpeleta, Florencia Varelay Tres Arroyos), donde ejecutanprogramas de desarrollo local através de un centro de educacióny producción en agroecología. Seocupan del fortalecimiento organi-zativo de las familias productoras.Trabajan en zonas rurales margi-nadas, con personas con tradiciónde agricultores, “changarines” queproducen para consumo principal-mente. No son quinteros, sino pro-ductores familiares. CE.DE.POlos ayuda a impulsar proyectosproductivos y principalmente or-ganizativos. En el centro tambiénse cultiva una huerta y se críanpollos. Es un centro de investiga-ción y de producción, por lo quecomercializan sus productoscomo cualquier productor, pres-tando atención a la comercializa-ción pero también a la sustentabi-lidad. Además cuentan con uncentro de salud.

Cooperativa de vivienda yde consumo Río Paraná

Desde el inicio del proceso deconfiguración del mercado, laCooperativa Río Paraná es una

de las organizaciones que sesuma a la iniciativa desdeMisiones, a través de un operadoren la Ciudad de Buenos Aires.Dicho operador obtiene dos uni-dades fiscales en el mercado,pero decide esperar la habilitaciónlegal del predio antes de ocupardichos espacios. Ocupan el espa-cio durante el año 2009.

Enfrentan importantes inconve-nientes de logística para trasladarproductos de tantas zonas dife-rentes. Muchos de los productosson inocuos y saludables, pero nocumplen con ninguna regulación,por lo que en los controles fronte-rizos pueden ser retenidos. Paraevitar esto, construyeron un ma-peo de circulación de mercancías,principalmente con el sistema deencomiendas por colectivo (quetiene un costo muy elevado), ycuentan con la ayuda de facilita-dores (gente que presta sus vehí-culos particulares), y FECROA-GRO que facilita un camión dedistribución en las cuencas cerca-nas.

Comercializan productos concertificación orgánica de La Rioja,miel orgánica de Formosa (conformalidades como código debarras), yerba de Misiones, poleny miel de Cañuelas, provincia deBuenos Aires, y algo de produc-ción urbana (galletitas, escones).Algunos de los productos orgáni-cos comercializados de fincas tie-nen una etiqueta que los identificacomo productos de la agriculturafamiliar, por lo que no sólo comer-cializan productos de cooperati-

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vas o del foro, también de fincasfamiliares y productores individua-les.

El proyecto contempla la crea-ción de una marca con certifica-ción participativa de los produc-tos, incluso artesanales.

ICECOR - Instituto para elComercio Equitativo y elConsumo Responsable

Es una organización atípica en elmercado pues no se encuentraabocada ni a la producción ni a lacomercialización de productos dela economía social. Fue creadadurante el año 2002 en Paraná(Entre Ríos) a raíz de la recupera-ción del predio de un mercadomunicipal abandonado. En estaexperiencia participaron gruposde beneficiarios de programassociales, fundamentalmente delProHuerta del INTA. Ya en 2004se acercan a los eventos organi-zados por la Asamblea dePalermo Viejo y posteriormenteun miembro de ICECOR residenteen Buenos Aires, se suma activa-mente al proceso de organizacióndel Mercado de Bonpland. Así,deviene una de las organizacio-nes firmantes del acuerdo con elgobierno de la ciudad y dedica suespacio en el mercado a la ventade libros y otras publicacionessobre economía social y temáti-cas afines así como a la realiza-ción de cursos y talleres. Cabedestacar que uno de los organiza-dores más activos del mercado es

el representante de esta organiza-ción.

Cooperativa Chamical (LaRioja)

Esta cooperativa de la provinciade La Rioja es una empresa recu-perada por sus trabajadores(aproximadamente un centenar),una fábrica de calzado propiedadde Gatic hasta su quiebra y antesde GRAFA. Estas firmas se insta-laron sucesivamente en esa pro-vincia atraídas por exencionesimpositivas. En 1998 se agudizanlos problemas en la fábrica debidoa la apertura de la importación ycomienzan las manifestaciones ycortes de ruta de los trabajadoresen defensa de sus puestos de tra-bajo. Esto no impide el cierre yrecién en 2004 los trabajadorespodrán tomar la planta para rea-nudar la producción. Luego deaños de luchas y necesidadesapremiantes, los trabajadores seconstituyen como cooperativaregularizando en 2006 su situa-ción legal de ocupantes. La princi-pal actividad de la cooperativa esla producción por encargo de dife-rentes marcas de calzado y apun-tan a ser proveedores de estadosprovinciales en el futuro. En elmercado comercializan zapatillasde fabricación propia y exhibentrajes de Brukman y ropa infantilde McBody, otras dos empresastextiles recuperadas de la ciudadde Buenos Aires.

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147Asambleas, cooperativas y ONGs

Persistencia y limitacionesdel Mercado

El Mercado de Bonpland se ori-gina en el ciclo de movilizacionesy organización popular con epi-centro en la crisis de 2001.Heredero directo de la Asambleade Palermo Viejo, se encuentraintegrado por organizaciones quesurgen en el mismo período asícomo por otras ya existentes. Sutrayectoria como colectivo u orga-nización de un movimiento socialrecorre casi una década y cuentacon múltiples conflictos tantoexternos como internos. A pesarde las diferencias internas y laindiferencia u hostilidad guberna-mental, el mercado prosigue sudesarrollo no sin exhibir haciafines de 2009 fuertes tensionesinternas y dificultades como mer-cado de la economía social.

A fin de comprender el procesoexperimentado por este colectivosocial es fundamental prestaratención a las iniciativas, objetivosy recursos puestos en juego porun puñado de organizadores quehan sido sus protagonistas encoyunturas críticas.

Una cuestión central en el desa-rrollo del mercado ha sido (y es) larelación con el gobierno local. Lamisma, como fue señalado eneste artículo, ha atravesado dife-rentes etapas. En un momento dealta conflictividad y ante la posibi-lidad real de ser desalojados delpredio, algunas de las organiza-ciones aportan su know how para

organizar intervenciones y estra-tegias de negociación para conlos funcionarios de gobierno. Estabúsqueda abre la posibilidad denuevo acuerdo con las autorida-des y provoca un cambio de pos-tura hacia el mercado. Este apor-te en un momento crítico implicóuna diferencia en la trayectoria delcolectivo social.

Otro conocimiento o recurso cul-tural ha sido la formación e imple-mentación de la agricultura orgá-nica. En efecto los productoresque llegan al mercado han apren-dido gracias a programas socialescomo el ProHuerta del INTA ygran parte de la producción llegaal mercado de áreas de produc-ción orgánica retiradas de la ciu-dad. Las limitaciones con las quese enfrentan se relacionan con ladificultad del traslado de los pro-ductos de las zonas más alejadasdel país.

La red de vínculos y conocimien-tos sobre el funcionamiento deagencias y programas guberna-mentales así como no guberna-mentales ha sido un medio funda-mental puesto en juego por algu-nos de los organizadores del mer-cado. De esta manera, y en con-cordancia con lo señalado por lateoría de la movilización de recur-sos, otra de las característicasque comparten los organizadores(emprendedores en términos deesta corriente) es la capacidad deobtener recursos de diverso ori-gen institucional.

Un recurso imprescindible desde

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el comienzo del proceso es elmaterial: el predio y las edificacio-nes de la calle Bonpland en elbarrio de Palermo. Tal como seseñala en el artículo éste fuetomado por la Asamblea dePalermo Viejo y gracias a la inicia-tiva de sus líderes constituyó elpunto de partida del mercado.Posteriormente, los organizadoresdel colectivo han logrado no sólopreservar el espacio sino tambiénque el gobierno comunal realiceobras de mantenimiento elemen-tales y finalmente la construcciónde puestos para cada una de lastrece organizaciones firmantes,así como una nueva instalacióneléctrica y sanitaria, todo ellonecesario para el funcionamientodel mercado. Estas instalacionesubicadas en un área cotizada dela ciudad de Buenos Aires consti-tuyen un recurso central que man-tiene altas las expectativas demuchos de los protagonistas delproceso. En este sentido, el desa-rrollo futuro del colectivo organiza-cional se concibe como la posibili-dad de constituir un importantemercado de la economía socialcon proyección nacional.

Otra de las dimensiones derecursos puesta en juego en elmercado, es la moral. Sin excep-ción, las distintas organizacionesapelan a la producción orgánica yal cuidado del medioambiente, aun modelo de sustentabilidad, alas cooperativas de pequeñosproductores y campesinos sin tie-rras o los trabajadores de lasfábricas recuperadas. Esto se

expresa en fotografías y cartelesasí como en las explicaciones deaquellos a cargo de los diferentespuestos. El consenso entre lasorganizaciones emerge en tornode los principios ligados con laproducción orgánica. En este sen-tido, el “valor” no se limita a laproducción de alimentos saluda-bles en sí, sino a sus implicanciasen todo el proceso de produccióny distribución en el que no sólo secuidan el producto final, sino a losproductores y al medio ambiente,a los consumidores y clientes através de un “precio justo”. Sinembargo, este denominadorcomún no se encuentra exento decontroversias al interior del mer-cado. Dado que muchas de lasorganizaciones no son en sí mis-mas productoras sino más bienintermediarias de los productores,en las disputas internas, aparecencuestionamientos entre las mis-mas sobre el tipo de vínculos quemantienen con los productores.

El consumidor y cliente final ocu-pan un lugar central para algunasde las organizaciones. La cons-trucción de un vínculo basadosobre los principios de la econo-mía solidaria, otorga la posibili-dad de dar a conocer las caracte-rísticas particulares del modelo(estacionalidad de productos, pro-ducción en menor escala), discutirprecios (“precios justos tanto parael productor como para el consu-midor”), producir de acuerdo conlas demandas de la “clientela” ymejorar los procesos de trabajo.

La multiplicidad de relaciones

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149Asambleas, cooperativas y ONGs

que las organizaciones del merca-do mantienen con otras organiza-ciones de la economía social,agencias y programas guberna-mentales y ONGs contrasta conlas limitaciones socio-organizati-vas que se vuelven evidentesapenas se comienza a indagarsobre los procesos de tomas dedecisiones y los vínculos entre losorganizadores. Las tensiones sonpermanentes y los conflictos recu-rrentes a lo largo de toda su tra-yectoria.

Fruto de estas limitaciones sonlas enormes dificultades en cons-tituir una cooperadora que se en-cargue del mantenimiento del pre-dio así como de alcanzar acuer-dos básicos en torno de la gestiónen general. No se realizan esfuer-zos conjuntos de difusión del mer-cado ni de coordinación entre los

distintos puestos, incluyendocuestiones tales como la fijaciónde precios o el tipo de mercaderíaaportada por cada organización.Ello atenta contra el desarrollocomercial del mercado más alláde su potencial.

Finalmente, una limitante insos-layable del colectivo de organiza-ciones que participa del Mercadode Bonpland ha sido y es su rela-ción ambigua o conflictiva con elgobierno local, así como tambiénsu débil conexión con el gobiernonacional. Ciertamente, y más alláde los esfuerzos de las diferentesorganizaciones y actores que for-man parte de este proyecto, unainiciativa de la economía socialnecesita un decidido apoyo guber-namental del que este colectivoha carecido.

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DANIEL AZPIAZU

La concentración en la industriaargentina a principios del sigloXXIBuenos Aires, Cara o Ceca/CentroCultural de la Cooperación FlorealGorini, 2011

Con el tratamiento estadístico por-menorizado al que nos tiene acos-tumbrados, Daniel Azpiazu acaba de

publicar un libro esclarecedor enmuchos sentidos. A partir del estudiode los datos del Censo NacionalEconómico 2004/05 (con informaciónreferida al año 2003), el autor realizauna caracterización abarcadora delperfil estructural de la industria argen-tina desde la perspectiva que resultade la tipificación de las diferentesmorfologías de mercado que coexis-ten en el ámbito sectorial1. Se trata deuna línea de análisis que cuenta conarraigo en el medio nacional2 y que

1 A partir de la utilización del denominado “índice de concentración técnica” de la producción, quesurge de ponderar la participación en la producción de cada rama (a 5 dígitos) de las unidadesfabriles de mayores dimensiones (según el personal ocupado o su respectivo valor de produc-ción), se conforman tres categorías: las ramas altamente concentradas son aquellas en las quelas 8 fábricas más grandes explican más del 50% de la producción de la rama; las ramas media-namente concentradas son aquellas en las que las 8 plantas más grandes explican entre el 25%y el 50% de la producción; y las ramas escasamente concentradas son aquellas en las que las8 unidades fabriles más grandes explican menos del 25% de la producción.

2 Al respecto, véase los siguientes trabajos: Abot, J. y otros: “La concentración en la industriaargentina en 1964”, en CONADE: El desarrollo industrial en la Argentina: sustitución de importa-ciones, concentración económica y capital extranjero (1950-1970), Buenos Aires, 1973; Azpiazu,D.: La concentración en la industria argentina a mediados de los años noventa, FLACSO/EUDE-BA, Buenos Aires, 1998; y CEPAL: “Cambios estructurales en la industria argentina. Análisiscomparativo de los resultados de los censos industriales de 1974 y 1985”, Oficina en BuenosAires, 1988, mimeo. También vinculados con la problemática de la concentración industrial, peroa partir de otros enfoques analíticos (aunque complementarios), se pueden consultar: Dorfman,A.: Cincuenta años de industrialización en la Argentina, 1930-1980, Ediciones Solar, BuenosAires, 1983; Jorge, E.: Industria y concentración económica. Desde principios de siglo hasta elperonismo, Hyspamérica, Buenos Aires, 1971; Khavisse, M. y Piotrkowski, J.: “La consolidaciónhegemónica de los factores extranacionales. El caso de las cien empresas industriales más gran-des”, en CONADE: op. cit.; Schorr, M.: Industria y nación. Poder económico, neoliberalismo y

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permite trazar una radiografía acaba-da de muchos de los tremendos lega-dos de las políticas del neoliberalismosobre el sector manufacturero.

Si bien el libro se focaliza en la pro-blemática de la concentración indus-trial, también permite extraer unaserie de conclusiones relevantessobre la trayectoria fabril en los añossignados por la hegemonía neolibe-ral. Así, desde una visión comparativaintercensal (1973-2003), las eviden-cias analizadas por Azpiazu permitencomprobar:- un achicamiento sustantivo del uni-

verso manufacturero que se expre-sa, entre otros, en dos procesos.Por un lado, en una caída sistemá-tica en la cantidad de unidades pro-ductivas: el censo de 1973 relevó105.642 fábricas, mientras que elde 2003 dio cuenta de apenas81.332, es decir, una retracción cer-cana a la cuarta parte. Por otrolado, en una destrucción considera-ble de puestos de trabajo: entre losaños de referencia la ocupacióndeclinó un 28% (en el último releva-miento censal fue de algo más de955 mil personas)3; y

- una acelerada reprimarización deltejido productivo que se manifiestaen el hecho de que en 2003 lasindustrias alimenticias, de refina-ción de petróleo y elaboradoras deproductos químicos dieron cuenta,

en conjunto, de casi el 62% delvalor de producción industrial (conuna participación holgadamentesuperior a la de mediados de ladécada de 1970). Ello, en paralelo aun intenso retroceso de la industriade bienes de capital, lo cual aumen-tó aún más el rezago histórico deeste sector estratégico. En conse-cuencia, a comienzos del siglo XXIen la estructura fabril de laArgentina tenía un peso determi-nante un conjunto de actividadesligadas al procesamiento de recur-sos naturales que, en su mayoría,se caracterizaban por ser capital-intensivas, de escaso valor agrega-do y con débiles eslabonamientosinternos. Se trata de rubros fuerte-mente exportadores, asociados auna inserción pasiva y subordinadaen el mercado mundial, para losque los salarios pesan mucho máscomo costo empresario que comofactor de la demanda, y que cuen-tan con estructuras de mercadoaltamente concentradas (en formacreciente por parte de capitalesextranjeros).

Sobre esto último, los copiososdatos recabados y sistematizados porAzpiazu son contundentes en indicarque la fuerte gravitación de las indus-trias oligopólicas en la producciónsectorial a mediados de la década de2000 no constituía una simple resul-tante matemática de la significación

alternativas de reindustrialización en la Argentina contemporánea, Edhasa, Buenos Aires, 2004;y Skupch, P.: “Concentración industrial en la Argentina, 1956-1966”, en Desarrollo Económico,Vol. 11, Nº 41, Buenos Aires, 1971.

3 A los efectos de aprehender más cabalmente la intensidad del proceso de caída en la ocupa-ción fabril que se verificó en las últimas décadas, cabe aportar una comparación histórica.Mientras que en 2003 había en la industria argentina algo más de 81 mil locales que de conjuntodaban empleo a menos de 1,0 millón de personas, en 1946 había 85 mil establecimientos queocupaban a 1,1 millón de personas, pero con la diferencia que en ese entonces la población eco-nómicamente activa del país era de aproximadamente 6 millones de individuos y en 2003 supe-raba las 15 millones de personas. Los datos del censo realizado en el decenio de 1940 fueronextraídos de Sourrouille, J. y Lucángeli, J.: “Apuntes para la historia reciente de la industriaargentina”, en Boletín Informativo Techint, Nº 219, Buenos Aires, 1980.

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153Galera de corrección

económica asumida por un númeroacotado de actividades, sino que setrataba de un fenómeno difundido,con intensidades diversas, a buenaparte de los sectores que conformanel entramado fabril de la Argentina.De allí que en el año 2003 las ramasaltamente concentradas dieran cuen-ta, respectivamente, de algo más del52% y del 59% del valor agregado y laproducción manufacturera realizadaen el país. En términos relativos, setrata de ámbitos productivos en losque, si bien se abonan los salariosmás elevados, por los diferencialesde productividad existentes tienden aprevalecer tasas de explotación de lafuerza de trabajo sustancialmentemás elevadas y una muy superior par-ticipación del excedente bruto en el

valor agregado. En otras pala-bras, una distribución delingreso sumamente regresiva,mucho más inequitativa que laprevaleciente en las restantesmorfologías de mercado.

En el marco de estas consta-taciones, y luego de realizarinteresantes indagacionessobre la relación que sepuede establecer entre losdiferentes estratos de concen-tración y el tamaño de lasplantas, el tipo de bien elabo-rado y los sectores de activi-dad, Azpiazu se adentra en lacompleja tarea de realizaralgunas comparaciones inter-censales. Dadas las diversasmodificaciones metodológicasque se han ido introduciendoen los sucesivos relevamien-tos censales realizados en elpaís4, se trata de una tareatediosa que el autor resuelve

con notable precisión y rigor analítico.Desde esta perspectiva, una lecturaatenta del libro permite arribar a con-clusiones importantes en cuanto a lasimplicancias de las políticas neolibe-rales sobre la dinámica de la concen-tración de la producción fabril.

Así, con matices metodológicosdebidamente fundamentados, Az-piazu muestra cómo en los censos de1974, 1985 y 1993 “alrededor de lamitad de la producción industrial pro-vino de estructuras oligopólicas demercado, aproximadamente un terciofue generado en las ramas mediana-mente concentradas, mientras que laquinta parte se correspondió al aporterelativo de aquellas ramas en las queprevalecían formas `competitivas` de

4 En especial, el cambio en la unidad de análisis censal y, fundamentalmente, en los criterios declasificación sectorial de las distintas ramas de actividad.

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mercado. Muy distinta es la situaciónque queda de manifiesto en el CensoNacional Económico 2004/05. Casi el60% de la producción industrial fuegenerada en ramas altamente con-centradas, al tiempo que la provenien-te de actividades medianamente con-centradas se ubicó en torno a la cuar-ta parte del total y la gravitación de lasescasamente concentradas se ubicóapenas por encima del 15%”.

Asimismo, al trabajar con ramashomogéneas para los relevamientosde 1994 y 2004/05 llega a conclusio-nes similares en cuanto a la crecienteconcentración industrial: “entre 1993 y2003 la industria asiste a un paulatinodesplazamiento de ramas y de pro-ducciones generadas en mercados`competitivos` o, más precisamente,de relativamente alta concurrenciahacia el estrato que aglutina a los sec-tores medianamente concentrados y,a la vez, con mucho mayor intensidadrelativa, de estos últimos hacia losmercados oligopólicos. En tal sentido,la persistente pérdida de importanciade las estructuras `competitivas` es,naturalmente, la contrapartida de ungeneralizado corrimiento de los distin-tos sectores industriales hacia unacreciente presencia de los mercadosque presentan mayores niveles deimperfección en general, y de los oli-gopólicos en particular”.

Como apunta el autor, estas tenden-cias reflejan la funcionalidad del pen-samiento y las políticas inspiradas enel paradigma neoconservador (pre-tendidamente neutrales y uniformes)

respecto de las características estruc-turales y el ciclo de acumulación yreproducción ampliada de las fraccio-nes más concentradas del capital.

En definitiva, La concentración enla industria argentina a principiosdel siglo XXI constituye un trabajo delectura necesaria para todos aquellossectores académicos y políticos preo-cupados por el derrotero y las pers-pectivas de la industria manufactureraargentina. Primero, porque aportaimportantes elementos de juicio entorno de la hipótesis de que la estruc-tura de los mercados constituye unode los nodos determinantes de lasdiferencias de comportamiento de losdistintos actores que operan en elámbito industrial. Segundo, porquetambién brinda herramientas parareflexionar acerca de si, por suscaracterísticas estructurales, el podereconómico industrial realmente exis-tente puede oficiar de nodo dinámicode un “modelo de acumulación coninclusión social”, tal como sostiene eldiscurso oficial. Tercero, porque de lainvestigación surgen numerosos insu-mos críticos para la formulación depolíticas públicas que, necesariamen-te, deberían inscribirse en un progra-ma de reindustrialización nacionalque trascienda el “dólar alto”5. En posde avanzar sobre tales objetivos, esindudable que este libro y buena partede la producción académica de DanielAzpiazu constituyen una referenciaineludible.

Martín Schorr (CONICET)

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5 Por su relevancia de corto plazo, sería sumamente auspicioso encarar el análisis de la relaciónentre las estructuras de mercado prevalecientes en las distintas ramas fabriles y el comporta-miento de los respectivos precios industriales en la posconvertibilidad.

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CARLOS VILAS

Después del neoliberalismo:Estado y procesos políticos enAmérica latinaRemedios de Escalada, Edicio-nes de la UNLA, 2011

La aparición de un libro deCarlos Vilas constituye siempreun acontecimiento para celebrar.Cuando lo leemos comprobamosuna vez más que defiende el inte-rés nacional y las conquistaspopulares, y que lo hace conseriedad, rigor técnico y muybuena prosa.

Jean Touchard, legendariodirector del Instituto de EstudiosPolíticos de la Universidad deParis, solía recordar en su cáte-dra, que en la escala internacionalexistían dos grandes escuelas deciencias políticas: la norteameri-cana y la francesa. El rasgo dis-tintivo de cada una -sostenía- eraque la norteamericana estudiabaa fondo, exhaustivamente y congran rigor en el método, proble-mas irrelevantes, que importabana muy pocos. En cambio, laescuela francesa estudiaba consuperficialidad temas fundamen-tales.

Por supuesto, hace más demedio siglo, Touchard no podíaprever el ejemplo de algunos aná-lisis políticos actuales –que hoyproliferan en la Argentina- que enel mejor de los casos consideran

las formas e ignoran el fondo delos temas; y en el peor, consistenen una serie de chismes mal hil-vanados, que tienen la jerarquíade una pobre crónica costumbris-ta o policial, que además enmuchos casos es falsa.

En contraste, en este libro deCarlos Vilas confluyen el rigormetodológico de la ciencia políti-ca norteamericana con la jerar-quía de los temas que considerala escuela francesa; y constituyela antítesis de los libros que reco-pilan anécdotas irrelevantes oviciosas.

Naturaleza del libro de Vilas

El libro de Carlos Vilas no essólo un aporte académico para elanálisis de la situación argentina.Es mucho más: constituye unaimportante contribución para lafundamentación del ProyectoNacional en ejecución.

La implantación de un ProyectoNacional requiere concienciasocial, voluntad política y poderpolítico. El primer cambio indis-pensable es institucional y políti-co. Implica la recuperación delEstado, pues el gobierno debetransformar la realidad al mismotiempo que transforma el instru-mento de acción. Este tema cons-tituye el eje del libro de Vilas.

En el plano económico, elProyecto Nacional tiene comoobjetivo jerarquizar el sistemaproductivo, lo cual está ligado con

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la reindustrialización, a la consoli-dación de una agricultura “depunta” y a la implantación de ser-vicios de alta productividad; entre

otros requisitos, es necesaria unaexpansión de la infraestructura,en especial de energía y transpor-tes y el desarrollo del sistema tec-

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157Galera de corrección

nológico nacional. El asunto setrata en el capítulo II, referido alderrumbe neoliberal y la protestasocial.

En lo social, se propone elevar elbienestar de la población. Deberáredistribuirse el ingreso; mejorar-se los sistemas públicos de salud,educación, transporte y vivienda;y garantizar la seguridad física,jurídica, económica y laboral. Elcapítulo IV se refiere al cambio deparadigmas en las políticas contrala pobreza y la desigualdad.

El libro de Carlos Vilas analizatemas importantes, que están enla agenda del Proyecto Na-cional:la función del Estado, el derrumbeneoliberal, la homogeneidadsocial, la de-mocracia y las trans-formaciones de fondo.

Con respecto al Estado, señalaque “fue un instrumento de lastransformaciones democráticas ytambién de dictaduras ominosas,de procesos exitosos de desarro-llo tanto como de preservación delatraso y el subdesarrollo”. Creoque lo ocurrido antes y despuésde 2003 lo comprueba. En 2002 lamitad de la población sufría dediversas formas de exclusión y elEstado se encargaba de resguar-dar la injusta distribución delingreso y la riqueza que beneficia-ba a los 20 millones de incluidos(en particular a los de más arriba);y al mismo tiempo, de impedir laprotesta de los 20 millones deexcluidos. Para eso se utilizó larepresión durante el régimen mili-tar y la desvirtuación de la con-

ciencia nacional durante el mene-mismo y el delarruismo. No eraque el Estado fuera ineficiente,sino que cumplía la tarea antina-cional y antipopular para la cualhabía sido diseñado.

Después analiza el auge y lacaída del modelo neoliberal; enparticular, la influencia del Estadoen la organización económica, losdictados del Consenso deWashington y sus desastrosasconsecuencias en materia social yeconómica. Luego se refiere a lasituación de los grupos de poderdurante el período que siguió a lacrisis del neoliberalismo: “achica-dos sus espacios políticos porimperio del voto ciudadano, actú-an movilizando los recursos depoder cuyo control preservan: losmedios de comunicación masiva,el poder del dinero, el control delos sectores estratégicos de laproducción y la distribución, loscontactos externos, el poder judi-cial” (pág. 72).

Uno de los ejes del resurgimien-to argentino que comenzó en2003, fue la ejecución de unimpresionante plan de obraspúblicas. Para advertir su magni-tud, basta con recordar que lainversión anual en infraestructuraeconómica y social, se elevó de1.097 millones de pesos en 2003,a 46.500 millones de pesos en2011. Como un ejemplo local delos efectos directos y multiplicado-res de estas acciones, CarlosVilas describe una experienciaconcreta del Plan “Agua +

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Trabajo”, que comenzó a ejecutar-se a principios de 2004 en elMunicipio de La Matanza y que en2 años de acción generó 2.400empleos genuinos directos a tra-vés de 137 cooperativas de traba-jo y permitió el acceso al aguapotable de red a 460.000 benefi-ciarios directos.

Democracias de transformación

A mi juicio, el país está ante unadisyuntiva: se trata de decidir sibasta con deshacer las peoresatrocidades neoliberales y ensa-yar mejores cursos de acción; o silo que corresponde es aprovecharel actual impulso para proyectar alpaís con las nuevas orientacio-nes, hacia la implantación y con-solidación de un modelo de desa-rrollo económico con inclusiónsocial.otras orientaciones y enmayores dimensiones. LaArgentina puede emparchar lasituación de modo positivo oencarar cambios de fondo, quenos debemos, acaso, desde 1810.Ya 1916, 1945 y 1973 marcaronlas posibilidades de redención dela Nación y de su pueblo.

Con respecto a este tema,Carlos Vilas considera el caso degobiernos opuestos al Consensode Washin-gton, surgidos envarios países de América Latinacomo consecuencia de crisis eco-nómicas y políticas. “La diferenciaespecífica radica en que se tratade democracias orientadas a latransformación de las relacionespreexistentes de poder a travésde la reasignación de recursoseconómicos e institucionales,materiales y simbólicos, e inclusoa una nueva construcción estatal,en la medida en que el Estado essiempre expresión de una estruc-tura de poder: cambiando ésta,antes o después cambia tambiénla expresión institucional comoEstado. La profundidad, conteni-dos y alcances (la “radicalidad”)de esas transformaciones presen-tan diferencias entre los diferentescasos, pero es en mi opinión, elelemento que identifica al conjun-to “ (pág. 182).

En síntesis, creo que este librode Carlos Vilas constituye unimportante aporte para fundamen-tar y profundizar el ProyectoNacional que desde 2003 está enejecución en la Argentina.

Alfredo Eric Calcagno

158 realidad económica 261 1º de julio al 15 de agosto de 2011